Hotsu Bodaishin
Hotsu Bodaishin
Hotsu Bodaishin
El espíritu que aspira a la iluminación se conoce por muchos nombres, pero todos ellos se
refieren a un mismo espíritu. El maestro ancestral Nagarjuna dijo: “El espíritu que se ve a sí
mismo en el flujo de surgir y desaparecer, y reconoce la naturaleza impermanente del mundo
también se conoce como el espíritu que aspira a la iluminación”. ¿Debemos entonces llamar a
este espíritu ‘espíritu que aspira a la iluminación’? Cuando se reconoce la naturaleza
transitoria del mundo, no surge el espíritu ordinario y egoísta; tampoco lo hace el espíritu que
busca la fama y el beneficio. Al temer el paso veloz del tiempo, has de practicar la vía como si
quisieras librar tu cabeza del fuego. Al reflexionar sobre la naturaleza transitoria de la vida,
esfuérzate al igual que hizo el Buda Shakyamuni al levantar el pie.
Hay muchos nombres para definir el despertar de la aspiración a la iluminación, el espíritu que
busca la vía del despertar. En pocas palabras, es un sol espñiritu, que fundamentalmente es el
espíritu que ve y reconoce la impermanencia. Dogen Zenji apunta a las palabras de Nagarjuna como
base de este razonamiento. Cuando uno realmente se ve a sí mismo en el flujo de surgir y
desaparecer, el espíritu egocéntrico no aparece, los pensamientos que buscan fama y beneficios
cesan de existir, y surge el espíritu que busca la vía del Buda. Por esta razón, cuando surge el
espíritu que busca la iluminación – el espíritu que ve la naturaleza transitoria del mundo, el
espíritu que busca la vía -, nos liberamos del espíritu egoísta, egocéntrico, el espírituque busca la
fama y el beneficio. Entonces nos alarmamos por el veloz paso del tiempo. Sin perder ni un segundo,
hemos de practicar como si estuviéramos librándonos de llamas que envuelven nuestra cabeza y
nuestro pelo. Nos hemos de dedicar a la práctica, reflexionando sobre la incertidumbre y la
fragilidad de nuestros cuerpos y vidas. Y nos esforzamos asiduamente, siguiendo el ejemplo del
Buda Shakyamuni que hizo el gran esfuerzo de mantener un pie levantado durante siete días
enteros.
Se puede decir que realmente es muy difícil despertar la aspiración a la iluminación de esta
manera y que no es fácil que surja este espíritu. Sin embargo, Dogen Zenji también tenía esto que
decir en el capítulo del “Estudio de la vía con cuerpo y mente” del Shobogenzo:
Dogen Zenji dice que si no somos capaces de hacer surgir la verdadera aspiración al despertar,
también sería suficiente con aprender las formas en que el largo linaje de budas y maestros
ancestrales han hecho surgir esta aspiración. En otras palabras, la aspiración a la iluminación es
practicar de acuerdo con las enseñanzas de los últimos maestros budistas, así como practicar de
acuerdo con la instrucción de nuestro propio maestro.
En la gran vía de los budas y maestros ancestrales, siempre existe la práctica sin igual que
es continua y nunca interrumpida. Ésta sucede en un ciclo continuo, por lo que no existe el
más mínimo intervalo entre el despertar de la aspiración, la práctica, la iluminación y el
nirvana. La práctica continua es como el anillo de la vía.
Despertar el espíritu para salvar a todos los seres antes de salvarnos nosotros mismos
En el capítulo del Shobogenzo “Despertar la aspiración a la iluminación”, Dogen Zenji dice,
“despertar la aspiración a la iluminación significa el acto de salvar a todos los seres vivos antes de
salvarse uno mismo”. Despertar la aspiración a la iluminación es el acto de salvar a todos los seres
sensibles haciendo que sean conscientes de la budeidad antes que uno mismo y practicarlo
realmente. A este espíritu se hace referencia en los sutras budistas como “Salvar a otros antes que
salvarse uno mismo”.
Citando el Mahaparinirvana Sutra, Dogen Zenji nos instruye en el capítulo de “Despertar la
aspiración a la iluminación” del Shobozenzo:
Esto quiere decir que despertar la aspiración a la iluminación es “la primera vez que despertamos
el espíritu que se inclina por salvar a todos los demás antes que alcanzar su propia liberación”. No
es diferente del estado final. “El estado final” se refiere a convertirse en un buda; a la consecución
del verdadero despertar. Se trata de lograr la perfecta iluminación, la sabiduría insuperable del
Buda. “Estos dos estados” se refieren a “la aspiración a la iluminación” y “al estado último.” Ambos
se han distinguido de manera provisional y, de los dos, despertar la primera aspiración es más difícil
que darse cuenta del verdadero despertar.
Si tuviera que compararlo con un maratón, despertar esta aspiración es situarse en la línea de
salida. Llegar a la meta es el estado último. Una vez que has empezado a correr, sin duda hay una
meta. Por supuesto, debes seguir corriendo y no parar, pero siempre y cuando sigas haciéndolo
habrá una meta. En este sentido, más difícil que seguir corriendo es la cuestión de si tienes o no el
deseo de correr un maratón. Después de contestar a esta pregunta, debes situarte en la línea de
salida. Iniciar la carrera. Si no tienes el deseo de correr un maratón, si no hay deseo de empezar la
carrera, es imposible esperar llegar a la meta. De la misma manera, si estimulas el espíritu que
aspira a despertar y comienzas a practicar, sin duda llegarás a la consecución del verdadero
despertar, incluso si se trata de un largo, largo camino por delante. Sin embargo, si en primer lugar
no despiertas esa aspiración, será imposible alcanzar el verdadero despertar.
Podríamos pensar que la primera aspiración de “salvar a todos los demás antes que salvarse uno
mismo” es la primera aspiración de alcanzar la vía y se ha de sostener hasta el logro del verdadero
despertar. De hecho esa aspiración se ha de continuar y proteger siempre en el tiempo. No sería una
exageración decir que la vía del Buda es la continuación de la práctica real de “salvar a otros antes
que salvarse uno mismo”.
Además, esta aspiración de tomar conciencia de la vía, esa inclinación por salvar a otros antes que
salvarse uno mismo se describe con estas palabras:
Esto quiere decir que beneficiar a los seres sensibles es ayudarles a despertar la aspiración por
despertar a otros seres sensibles antes que despertar ellos mismos. Éste es un punto importante.
Dar algo que beneficie realmente a los demás no es cuestión de dinero ni de cosas materiales.
Tampoco es cuestión de consentirles dándoles las cosas que quieran. Si puedes ayudar a las
personas para que despierten el espíritu y despierten a su vez a otros antes que despertarse ellos
mismos, entonces los estarás salvando de verdad. Esto sí sería darles algo realmente beneficioso.
Si puedes despertar en los seres sensibles esta aspiración por despertar a otros antes que
despertarse ellos mismos, entonces los estás salvando. Esto también genera un gran mérito para ti.
Sin embargo, no hay que pensar: “Utilizando este mérito, voy a ser un buda. Ahora soy capaz de
hacer realidad la budeidad”. Incluso si tienes méritos suficientes para convertirte en un buda,
incluso si fuiste finalmente capaz de alcanzar el rango de un buda, no te convertirías en un buda.
Podrías seguir trabajando para que otros seres sensibles lleguen a ser budas y tomen conciencia de
la vía. Existen un número infinito de seres sensibles y se puede decir que es imposible llevar a todos
los seres sensibles a la otra orilla. Sin embargo, ser un bodhisattva implica practicar y hacer este
esfuerzo, mientras estés vivo.
Esta es la enseñanza de Dogen Zenji, así como de Keizan Zenji, que heredó esta enseñanza de
despertar la aspiración por la iluminación. Los dos fundadores de la escuela Soto eran auténticos
bodhisattvas. Esta es precisamente la forma de un Bodhisattva, que no es otra cosa que ser un
buda.