JINSHIN INGA-Profunda Fe en Causa y Efecto
JINSHIN INGA-Profunda Fe en Causa y Efecto
JINSHIN INGA-Profunda Fe en Causa y Efecto
“El principio de causalidad es obvio e impersonal” es una frase familiar que fue adoptada en la
“Introducción General” a El Significado de Práctica y Verificación (Shushogi). Esta frase apareció
originalmente en el capítulo “Profunda fe en causa y efecto” del Tesoro del Verdadero Ojo del
Dharma (Shobogenzo). Cuando recito esta frase, la imagen de la relación inorgánica entre causa y
efecto que impregna este mundo entero, como la malla de una red, siempre me llega a la mente. La
palabra “impersonal” me da una sensación fría ya que implica que una vez que la relación entre
causa y efecto ha sido generada, no es posible que una persona se acerque o intervenga mediante
una interpretación egoísta.
¿Dónde podemos encontrar significado en la relación entre causa y efecto? ¿Cómo se le da sentido
(a este principio) de causa y efecto? ¿Cómo se desarrolla la causa y el efecto que hemos elaborado
para nosotros? Estas preguntas están relacionadas con nuestra motivación y acción.
El concepto de origen mutuo dependiente de la doctrina de causas y condiciones es una idea
fundamental del budismo. La relación de causa y efecto es el punto de vista desde el cual se perciben
todas las cosas. Este es el contenido de la iluminación del Buddha Shakyamuni; El Buddha
Shakyamuni fue liberado a través de la comprensión del principio de causa y efecto. El fundamento
de esta liberación está en la idea del interminable ciclo de muerte y nacimiento, también conocido
como samsara o reencarnación, que era una opinión tradicional en la vida religiosa en India. Desde
tiempos antiguos, se pensaba que el alma de una persona era inmortal y que dependiendo de la
energía (karma) creada por la propia conducta en esta vida, podía renacer en uno de los mundos de
infierno, espíritus hambrientos, animales, demonios combativos, seres humanos o seres celestiales.
El budismo como religión aspira, a través de la iluminación, a liberar a los seres humanos de la
transmigración poniendo fin a la creación del karma que la causa. En este sentido, el budismo tiene
un sentido revolucionario en el contexto de la visión religiosa tradicional en India. Esta forma
fundamental de pensamiento budista no fue diferente en el Zen chino, tampoco para Dogen, quien
heredó esta enseñanza de China. En un sermón en el Dharma solicitado por su discípulo Egi para
su difunta madre, Dogen Zenji citó un discurso de su maestro Nyojo Zenji.
La vida no surge de un lugar particular. Es como ponerse una hakama (falda pantalón
formal masculino). Sin embargo, nuestro rostro se dignifica. Por esto se dice, las diez mil cosas
regresan al uno. La muerte no tiene lugar a donde ir. Es como quitarse una hakama. Sin
embargo, todos los rastros son soltados y caen. Por esto se dice, ¿a dónde regresa el uno? En
este preciso momento ¿cómo es? Luego de una pausa Dogen Zenji continuó; desde el comienzo
vida y muerte no se interfieren. La maldad y la felicidad están vacías, sin lugar para
permanecer.
(Del Registro Extenso de Dogen, volumen 5, discurso 391)
Aquí, Dogen nos enseña que tanto el mal karma como el buen karma, están vacíos y carecen de
sustancia. Por esta razón, ninguno de los dos permanece en ningún lugar.
¿Qué dice Keizan Zenji con respecto a este asunto? En el capítulo sobre Jayata Sonja, el vigésimo
maestro ancestral, en la Transmisión de la Luz (Denkoroku), encontramos el siguiente pasaje:
Si quieres ver tu rostro original, abandona todas las relaciones engañosas y deja todo de lado.
No pienses en bueno o malo, por algún tiempo mantén tus ojos fijos en la punta de tu nariz y
mira tu mente original. Cuando has alcanzado la quietud de mente unidireccional, todas las
formas llegan a su fin. Debido a que esta ignorancia fundamental ya ha sido destruida, las
ramas y las hojas – karma y resultado –no existen más. Por esto, no permaneces en el ámbito
de la no-discriminación ni estás separado de los seres ordinarios. Cuando llegas a este mundo
de iluminación completa y pura, entonces por primera vez serás un verdadero monje (un
discípulo del Buda). Si eres así, entonces no eres diferente de los buddhas.
En esta cita, Keizan Zenji enseña que cuando nos sentamos en shikantaza abandonando todas las
relaciones engañosas y nos separamos de los valores dualistas de bueno malo y demás, somos igual
que todos los buddhas, que están libres de la ignorancia fundamental y del karma. No hay
diferencia entre los dos Fundadores, Dogen Zenji y Keizan Zenji, en este punto de extinción del
karma.
Como lo señala el pasaje del Registro Extenso de Dogen, mencionado antes, la razón por la que es
posible liberarse del sufrimiento de samsara por medio de la iluminación, reside en el principio de
que todas las obstrucciones kármicas están vacías. No obstante, hay un elemento de peligro en
confiar en el principio, “la obstrucción kármica es esencialmente vacía”, si olvidamos la ley de
karma misma y negamos causa y efecto.
Dogen Zenji discute este problema de la conexión de karma y causalidad, contando la historia de
“el Zorro Salvaje de Hyakujo”, en dos capítulos del Shobogenzo; “Gran práctica”, un capítulo de la
versión de setenta y cinco capítulos del Shobogenzo y “Gran fe en causa y efecto”, un capítulo de la
versión de doce capítulos del Shobogenzo. Él también discute el karma en el capítulo “Karma en los
tres períodos del tiempo” de la edición de doce capítulos.
La historia de “El zorro salvaje de Hyakujo” cuenta que hace mucho tiempo en la época del
Buddha Kashapa un sacerdote vivía en el monte Hyakujo. Un día, un estudiante/practicante le
preguntó: “¿Las personas que han cultivado una gran práctica también están sujetas a causa y
efecto?” Él respondió: “Ellas no están sujetas a causa y efecto”. Desde entonces, ha estado
renaciendo como un zorro salvaje durante quinientas vidas. Finalmente, este sacerdote reencarnado
desde tiempos de Kashapa buscó la ayuda de Hyakujo Ekai. Al oír la respuesta del Hyakujo – “No
ignore causa y efecto” – tuvo una gran iluminación y fue liberado del cuerpo del zorro salvaje.
En el capítulo “Gran práctica”, Dogen Zenji reprocha la insensatez de aceptar sin considerar con
cuidado que, “no estar sujeto a causa y efecto” es “negar causa y efecto” y que, “no ignorar causa y
efecto” es “profunda fe en causa y efecto”. Al mismo tiempo, Dogen Zenji presenta también su duda
con respecto al contenido de esta historia de “El zorro salvaje de Hyakujo” haciendo a un lado la
interpretación estereotipada de la historia. Si “no estar sujetos a causa y efecto” es un error,
entonces “no ignorar causa y efecto” también podría ser un error. En este pasaje, Dogen Zenji dice
que, en esencia estas dos declaraciones no son diferentes. En el capítulo “Gran práctica,” Dogen
Zenji afirma ambos, “no caer en causa y efecto” y “no ignorar causa y efecto”, con base en la
vacuidad de las obstrucciones kármicas.
Sin embargo, en el capítulo “Fe profunda en causa y efecto”, de la versión de doce capítulos, Dogen
Zenji critica la idea de que “no caer en causa y efecto” es “negar causa y efecto” y discute la condición
imperecedera del karma. Al mismo tiempo, afirma que “no ignorar causa y efecto” es “profunda fe en
causa y efecto” y con esto, reconoce el aspecto comparativo de estas dos afirmaciones. A simple vista
estas expresiones parecen contradecir el pasaje mencionado arriba del capítulo “Gran práctica”, de
la versión de setenta y cinco capítulos. El budismo asume el punto de vista indio de la religión que
está basada en samsara y las limitaciones del karma, y aspira a ir más allá de estos a través de la
liberación. De igual manera, el capítulo de “Gran práctica” vuelve a confirmar la existencia de
“causa y efecto” y “karma”, con la suposición de que podemos superarlos. La razón es que si uno
niega causa y efecto y se olvida del karma, la iluminación que se alcanza a través de la superación
de estas también va a desaparecer.
En “Karma en los tres períodos de tiempo”, el capítulo en la versión de doce capítulos del
Shobogenzo que sigue después de “Profunda fe en causa y efecto”, está el siguiente pasaje:
El Honrado por el Mundo dijo: "Una vez que se crean los karmas buenos y malos, nunca
perecerán ni siquiera después de un millón de eones. Los resultados se recibirán cuando las
causas y condiciones surjan. Sin embargo, el mal karma desaparece o produce resultados más
ligeros a través de arrepentimiento. El buen karma aumenta por medio de las buenas acciones.
Esto se llama “nunca perecerán”. No es que no tengan efectos.
El karma “nunca perece” significa que si nos arrepentimos de nuestras malas acciones este mal
karma desaparecerá o se hará más ligero. Si realizamos buenas acciones, el buen karma aumentará
más y más. El karma no es algo estático o sustancial. Esto es precisamente debido a que la
obstrucción kármica es vacía.
En este mismo capítulo, “Karma en los tres períodos de tiempo”, Dogen Zenji critica con dureza a
Chosha Keishin por la visión herética cuando expresa su comprensión de las palabras, “La
obstrucción kármica es esencialmente vacía”.