Etica Asignacion 4

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Universidad de Oriente

Escuela de Ciencias de la Tierra

Asignatura: Ética

Código: 006-1183

Importancia de la ética del ingeniero en la ejecución de


proyectos de Ingeniería

Profesora: Bachiller:

Yuriana Rengel Milca García

C.I: 26.604.096

Ciudad Bolívar, 28 de febrero de 2021


Ética del ingeniero en la ejecución de proyectos de Ingeniería
La ética profesional y los valores comprenden cuestiones de responsabilidad, solución de
problemas y toma de decisiones ante diversas situaciones. Día a día, el ser humano se enfrenta
a la necesidad de hacer elecciones para cada actividad que realiza y en esto se funda la
necesidad de la ética. Siempre existe una infinidad de opciones a elegir, siempre hay más de
una forma de realizar una asignación, más de una manera de resolver un problema. Así, el
hombre elige la manera que más le agrada, que más le conviene, optando por una alternativa y
no por otra.

Se sabe que una persona puede desempeñar bien o mal una tarea, hacer daño o ayudar a
otro de distintas maneras, elegir una herramienta en lugar de otra, etc. Aquí es donde la ética
entra en funciones; ella brinda una opción basada en experiencias de asuntos humanos. El
hombre es libre, por eso puede elegir; con esa libertad vienen la ética y, por supuesto, muchas
responsabilidades. La ética es como una guía en la toma de decisiones; estas decisiones no
habían sido siempre notorias en el ámbito de las actividades técnicas.

El hecho de que la tecnología haya evolucionado tanto en las últimas décadas, ha


provocado que los planes de estudio de las carreras de ingeniería cambien, y con esto ha
crecido el interés por la importancia de la responsabilidad ética y social de los ingenieros, así
como de los valores que deben tener.

El ingeniero lleva consigo la enorme responsabilidad de la toma de decisiones. Es por eso


que formar profesionales técnicamente aptos y competentes, y que, además, cuenten con una
sensibilidad ética y con valores, es todo un reto. Para que un ingeniero cumpla su deber tanto
técnica como éticamente, necesita dominar los siguientes conceptos: tener un juicio ético,
sensibilidad ética, conocer estándares de conducta y actuar éticamente (saber actuar bien sin
que nadie se lo indique).

Un ingeniero responsable tiene como objetivo la creación de un producto o servicio


tecnológico seguro y, sobre todo, útil, para que el cliente se sienta satisfecho y seguro al
usarlo, en caso de que tuviera algún riesgo. Esta creación conlleva una responsabilidad, un
compromiso, con la sociedad, de mantener siempre su bienestar, su salud y su seguridad. El
problema del ser humano como individuo es que cada uno tiene intereses personales, los
cuales afectan directamente la ética en la ingeniería. Actividades como lealtad a los
compañeros o socios, lealtad a la empresa, entrega de cuentas claras, manejo correcto de

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información clasificada podrían resultar afectadas si se incurre en actos deshonestos, como
sobornos, actos de cohecho, venta de información.

Las instituciones educativas deben preocuparse porque sus estudiantes desarrollen una
conciencia social. Los jóvenes cuentan con la habilidad y motivación para realizar
correctamente los trabajos o tareas que les son asignados; es por ello que en esta etapa se debe
cultivar esta conciencia.

Todos los proyectos de ingeniería deben ser analizados siempre desde al menos cuatro
perspectivas: la factibilidad técnica, social, económica y ambiental. En todo el mundo se
viven cambios constantemente, cambios que no siempre traen buenas consecuencias; por ello,
resulta de suma importancia incrementar el número de personas capaces de aplicar todos sus
conocimientos de una manera responsable, no sólo en el aspecto técnico, sino también en el
ético.

Es importante que cuando se trata de sacar adelante un proyecto se le otorgue al director


del mismo la autoridad necesaria para terminarlo exitosamente, pues al asignársele casi
siempre hitos o fechas límites poco realistas, tendrá que trabajar para que el proyecto se
desarrolle de la forma que se pueda. 

En ese sentido, la responsabilidad profesional y social requiere que el director de proyectos


se anticipe a los problemas generados por cronogramas no realistas; es decir, que haga las
“cosas correctas” y siga los “procesos adecuados”.

De acuerdo al Código de Ética y Conducta Profesional del Project Management Institute


(PMI), son cuatro los valores identificados para la toma de decisiones y de dirección
conductual que todo profesional vinculado a la Gerencia de Proyectos debe
mantener: responsabilidad, respeto, equidad y honestidad. Para su cumplimiento, se debe
seguir tanto conductas ideales como obligatorias.

Se entiende por Responsabilidad la obligación de hacernos cargo de las decisiones y


medidas que adoptados así como de las que dejamos de tomar, esto incluye las consecuencias
que resulten de ellas. Que las tomas de decisiones que dispongamos se basen en lo que mejor
le conviene a la sociedad (seguridad pública y el medio ambiente).

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Entre las principales normas ideales que tiene la responsabilidad podemos resaltar, solo
aceptar asignaciones que estén de acuerdo a nuestra experiencia, habilidades y preparación
profesional. Además, cumplir los compromisos que asumimos: hacemos lo que decimos que
vamos a realizar, si se cometen errores, los asumimos y corregimos de inmediato.

A su vez, como normas obligatorias podemos destacar el deber de informarse acerca de las
normativas asociadas a proyecto, informar sobre violaciones al código de ética y además
denunciar conductas ilegales únicamente cuando se fundan en hechos reales.

Por su parte, el Respeto es el deber de demostrar consideración por nosotros mismos, los
demás y los recursos que nos fueron confiados. Como normas ideales se encuentran,
informarnos sobre las normas y costumbres de los demás y evitar involucrarse en
comportamientos que ellos podrían considerar irrespetuosos, escuchar a los demás y tratar de
comprenderlos y además comportarnos de manera profesional, incluso cuando no somos
correspondidos de la misma forma.

La Equidad se refiere a nuestro deber de tomar decisiones y actuar de manera imparcial y


objetiva, es decir, demostrar transparencia en las tomas de decisiones y procurar que haya
igualdad de acceso a oportunidades para los candidatos idóneos. También debemos
contemplar los puntos otros puntos importantes, en caso de conflicto de intereses, abstenerse
de participar en el proceso de toma de decisión, no discriminar a otras personas.

Finalmente, la Honestidad es nuestro deber de comprender la verdad y actuar con


sinceridad en nuestras comunicaciones y conducta y así crear un ambiente seguro para decir la
verdad.

Un entorno mundial caracterizado por la crisis en términos económicos, sociales y


ambientales, grandes necesidades por satisfacer, adelantos científicos y tecnológicos,
mercados abiertos y productos con ciclos de vida más cortos, obliga a las organizaciones a
implementar estrategias que les permitan mantenerse competitivas globalmente. Bajo estas
condiciones, la gestión de proyectos ofrece una serie de ventajas competitivas a las
organizaciones

Las condiciones de alta competitividad de los mercados, han generado presiones en las
organizaciones para alcanzar el éxito de los proyectos, el cual se ha percibido bajo criterios
económicos, de alcance, tiempo, costo y calidad dejando de lado el impacto a largo plazo del

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proyecto y sus efectos sociales y ambientales. Esta visión a corto plazo y enfocada en criterios
de lucro, ha provocado la utilización de prácticas poco éticas que se han traducido en
corrupción, violación de la ley y afectaciones negativas a la sociedad.

No obstante a que parte de los temas centrales de la gestión de proyectos se orientan de


manera particular a los aspectos técnicos necesarios para propender por el éxito de los
proyectos, se encuentra evidencia de la preocupación por empezar incorporar con igual
importancia las habilidades blandas que deben tener los directores de proyectos para gestionar
apropiadamente el desarrollo de las personas dentro del contexto del proyecto.

En este sentido, la educación para gerentes debe dar un vuelco, debido a que en la realidad
de los tiempos modernos obliga a que los directores de proyectos además de ser personas bien
educadas y con habilidades de gestión sean capaces de debatir las cuestiones éticas propias de
su campo profesional. Es así como se establece que la educación de gestión de proyectos debe
incorporar el pensamiento creativo, pensamiento lógico y el pensamiento ético dentro de los
planes de estudio.

En este orden de ideas, un gerente de proyectos moderno debería ser competente tanto para
aplicar todas las herramientas de gestión a disposición para culminar exitosamente un
proyecto, como para explicar su explicar su punto de vista ético frente a la toma de decisiones
durante el ciclo de vida del proyecto. Esto toma mayor relevancia si se considera que el
contexto de los proyectos incluye además de objetivos, entregables, riesgos y grupos de
interesados, los impactos propios del proyecto sobre las personas, las organizaciones, el
medio ambiente, la política, el poder, los mercados, la guerra, la igualdad, la libertad y la
prosperidad.

Los gerentes de proyectos que finalizaron significativamente con excesos de tiempo en sus
proyectos no percibieron la importancia para sus decisiones de la ética, la salud, la seguridad
y el medio ambiente. También se pueden encontrar aplicaciones específicas de la ética en
áreas de conocimiento de la disciplina de la gestión de proyectos, como el método para el
análisis de riesgos éticos conocido como TERA, desarrollado por Nicolo (1996). Este
enfoque, ofrece una metodología para cuantificar y priorizar los riesgos éticos inherentes a
proyectos de multimedia, considerando las fuentes de riesgos éticos para los usuarios, así
como los posibles impactos que puedan generar tales riesgos.

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La Competence Baseline (ICB) del International Project Management Association
(IPMA), clasifica las competencias del director de proyectos en tres rangos, las contextuales,
las técnicas y las de comportamiento. La ética se ubica dentro de las competencias de
comportamiento y la relaciona con habilidades blandas como el liderazgo, el autocontrol, la
asertividad, reconocimiento, confiabilidad y manejo del conflicto.

Los proyectos son considerados como uno de los principales medios a través de los cuales
se puede cambiar el mundo, en la actualidad se acepta que la práctica de la gestión de
proyectos y la ejecución de proyectos es relevante para todos los niveles de la sociedad,
llegándose a afirmar que la sociedad civil se ha proyectizado. Solo con proyectos gestionados
éticamente se propenderá por la transformación del mundo en lugar mejor para toda la
población. Este escenario mundial, colmado de problemas pero también de oportunidades y
proyectos, plantea la necesidad y la importancia de que la gestión de proyectos como
disciplina este en capacidad de establecer lineamientos y normas éticas especificas, así como
de debatir con propiedad las cuestiones éticas propias de la profesión.

Se identifica entonces, la figura del director de proyecto como un profesional con


habilidades técnicas, contextuales y comportamentales, capaz de proponer e implementar una
cultura y trabajo ético que tienda además de cumplir con la triple restricción, con la
satisfacción de los interesados, desarrollando a los miembros de su equipo, protegiendo el
medio ambiente, generando rendiciones de cuentas transparentes y oportunas y actuando con
responsabilidad, honestidad, respeto, equidad y honestidad en sus relaciones con todos los
grupos de interés.

Se evidencia la necesidad de abordar la gestión de proyectos desde una perspectiva de


sostenibilidad, la ética presente en la gestión de las expectativas de todos los grupos de
interesados del proyecto.

El gobierno y la organización del proyecto deben generar directrices para el alineamiento


del proyecto con la estrategia, y de responsabilidad y líneas de autoridad para el manejo ético
de los recursos. El proyecto debe garantizar prácticas de negociación gana-gana con
proveedores, equipos de trabajo y la comunidad, el proyecto debe generar beneficios
económicos a la organización, traducidos agregar valor para los propietarios, además debe
participar la comunidad, el proyecto debe ser consciente de las afectaciones que pueda
generar en la comunidad y fomentar relaciones benéficas para la comunidad y las vidas de sus
integrantes.

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El valor de sus productos, los entregables del proyecto además de cumplir los requisitos
del cliente deben incluirse requerimientos relacionados con la salud de los usuarios y la
protección del medio ambiente. Las prácticas de empleo justas, la dirección del proyecto debe
velar además del cumplimiento de la legislación laboral, por el desarrollo personal y
profesional de los miembros del equipo de proyecto, incluyendo estándares de seguridad y
salud ocupacional, así como también la protección del medio ambiente, las actividades del
proyecto deben garantizar el cumplimiento de la legislación ambiental e incluir principios de
respeto y restauración de los recursos naturales afectados. En la medida que la gestión de
proyectos integre de manera consciente estos elementos y de forma coherente.

Al incluir la ética de manera transversal en la toma de decisiones, se dará lugar a la


sostenibilidad de los proyectos generando mejores resultados en materias ambiental, social y
económica. En este sentido, gestionar adecuadamente la relación con los grupos de interés
mediante la identificación y priorización de sus necesidades, es primordial para el éxito de las
organizaciones, en el mundo de hoy.

La gestión ética de los interesados de forma ética favorece los resultados positivos tales
como la satisfacción, la rentabilidad, el desarrollo social y la protección ambiental.
Trasladando los planteamiento de estos dos autores a la gestión de proyectos, se puede afirmar
que también en este contexto, el trabajo con “ética es buen negocio”.

La dimensión ética debe ocupar igual importancia que las dimensiones técnicas y
contextuales. Es importante que las instituciones de educación integren la ética en sus planes
de estudio y además diseñen e implementen metodologías apropiadas para tratar los dilemas y
consideraciones éticas específicos a que se debe enfrentar un director de proyectos desde la
identificación y selección de la intervención hasta la ejecución y cierre de la misma.

En materia de investigación, es escaso el interés que han despertado las consideraciones


éticas en la gestión de proyectos. Los trabajos realizados no son concluyentes considerando el
tamaño de la muestra implicada en el trabajo. En este sentido este documento pretende llamar
la atención de académicos y prácticas para nutrir este campo de conocimiento de las
implicaciones éticas en la gestión de proyecto con investigaciones y publicaciones que
permitan aumentar el interés y la discusión.

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Recomendaciones

Los gerentes de proyectos se desempeñan como gestores de cambio en diversos contextos


como la tecnología, la ciencia y la cooperación internacional, su compromiso es cumplir con
las especificaciones del cliente y desarrollar las actividades dentro del tiempo y presupuesto
establecidos, pero además tienen el compromiso con la sociedad de actuar con altos
estándares morales, un entorno global.

Sin embargo, este propósito solo se puede plasmar en realidad, contando con el concurso
de varios actores, para quienes se realizan las siguientes recomendaciones:

1) Los gobiernos deben generar leyes firmes y sanciones drásticas que desalienten las
prácticas anti-éticas, además crear políticas públicas encaminadas a eliminar las condiciones
de desigualdad, de pobreza, de discriminación y de falta de educación, de esta forma se
eliminan causas de grandes problemas sociales como la corrupción.

2) Las instituciones de educación deben incluir, en los currículos de gestión de proyectos, la


ética y desarrollar metodologías apropiadas que permitan generar en los estudiantes
competencias para gestionar adecuadamente los dilemas éticos a que se enfrentan a la hora
identificar, planificar, ejecutar, controlar y cerrar sus proyectos.

3) Las organizaciones de profesionales de gestión de proyectos, deben incluir en sus códigos


de ética mayor especificidad relacionada con los desafíos éticos a que se enfrentan los
directores de proyectos. Así mismo, hacer esfuerzos para recopilar y difundir conocimientos y
lecciones aprendidas relacionadas con las decisiones éticas en proyectos, a través de foros y
publicaciones específicas.

4) Las organizaciones de proyectos, deberían incluir claramente la ética y valores corporativos


dentro del sistema de gobernanza de la gestión de proyectos. Así mismo, adicionar dentro de
su Estructura Detallada de Riesgos una categoría desglosada de riesgos éticos.

5) Los directores de proyectos deben ser lideres éticos, con alto sentido de la moral, sus
actuaciones deben reflejar las políticas de la organización y enfocadas a provocar confianza
entre su equipo de proyectos y con todos los grupos de interés. El gerente de proyecto se
convierte en un guardia de la fe en la disciplina en la sociedad.

6) Es importante aumentar el interés de los investigadores para profundizar en temas


relacionados con la ética como factor determinante del éxito de los proyectos.

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7) Además, es importante realizar estudios de investigación que tienda a ser concluyentes,
relacionados con metodologías de enseñanza de la ética y con la determinación de dilemas
éticos específicos aplicables a las fases de identificación, selección y gestión de los proyectos.

8) De manera complementaria, es hora de encontrar más literatura científica relacionada con


proyectos sostenibles y los elementos a considerar para lograr dentro de la gestión, un balance
adecuado entre las dimensiones económica, ambiental y ética.

La ética en la gestión del riesgo

Gestionar el riesgo en forma inadecuada puede inducir a comportamientos poco éticos


tanto por defecto como por exceso.

El gestor oculta un riesgo que piensa puede solucionar por sí mismo: Suele ocurrir en las
empresas que se gestionan por proyectos en que la autoridad y poder de que se le dota al
gestor es lo suficientemente amplia como para que tome decisiones que le comportan riesgos
o que una vez producido algún suceso no deseado, crea poder solucionarlo sin dar cuenta a
sus superiores. El mismo planteamiento serviría cuando a quien se le oculta la información es
un cliente externo.

Se advierte al cliente, por conveniencia del gestor, de la posibilidad de existencia de un


riesgo: Es el caso en que el gestor, para aumentar su propia cuota de participación en el
proyecto o para estar “más tranquilo” aconseje que, para minimizar riesgos, se ha de evitar la
contratación de determinado realizador más económico, o que se necesita incrementar el
servicio de control. Ambas propuestas le costarán, probablemente, más dinero al cliente. Los
dos casos resultan comportamientos poco éticos (falta de “exigencia”, “nobleza” y “verdad”):
el gestor no debe buscar incrementar su participación por la vía de generar “un miedo”. Por el
contrario, una buena gestión suya y con esfuerzo, podría conculcar el riesgo, sin necesidad de
aumentar sus honorarios o su participación. El ejemplo positivo lo encontraríamos en la no
contratación del proyecto de unas instalaciones a un ingeniero de una famosa ingeniería que
aconsejó a un cliente contratar a su competencia. A partir de ese momento fue merecedor de
total confianza y se le adjudicaron numerosos contratos.

Infraestructura e instrumentos de apoyo para la aplicación de una gestión ética

Se trata de asumir una concepción personal ética en la vida, creemos es indispensable para
actuar éticamente en forma natural y no forzada, cuando se gestionan proyectos. Y cuando la

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organización que sustenta el proyecto o algunos de los otros actores que intervienen en el
mismo (sobre todo los más importantes) no comparte este planteamiento, resulta dificultosa
una aplicación ética de todas las actividades. Más bien no se llega más allá que a un
planteamiento puramente teórico y efectista con fines exclusivamente propagandísticos.

Es por todo lo anterior que es recomendable la existencia de una cierta infraestructura de base
que allane el camino, o al menos marque unas reglas del juego que hagan más difícil una
actuación poco ética. Sobre todo por el hecho de la “relatividad” que como hemos dicho se
acompaña a muchos planteamientos éticos. Reflexionaríamos de la misma forma si se piensa
en macro-organizaciones como regiones o países en los que en la sociedad está establecido un
tipo de comportamiento que bordea o interpreta los “valores” en forma muy local y
restringida, tal que hace que las personas e instituciones vean como “normal” actuaciones, en
todas las áreas y por supuesto en la gestión de proyectos, que en otras regiones o ciudades se
calificaría como poco ética.

Por todo ello, para paliar o ayudar a universalizar una forma de actuar, también harían falta
infraestructuras que ayudaran a acercar posiciones con propuestas de lo que se entiende como
valores objetivos en la línea de los que hemos comentado con anterioridad.

Los valores se aplican correcta y ordinariamente por un gestor, cuando el hábito se extiende a
su esfera privada. La actuación ética de los gestores de proyecto produce, en el tiempo,
beneficios materiales y sociales para ellos y para las Organizaciones de las que forman parte.

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Referencias Electrónicas

Castro, H., (2015). http://www.spentamexico.org/v10-n2/A4.10(2)44-60.pdf

Díaz. J., (2014) https://www.esan.edu.pe/conexion/actualidad/2014/06/25/importancia-


etica-responsabilidad-profesional-gerencia-proyectos/

Frey, W., (2017)


https://cnx.org/resources/8454467d6b1502d073d451cb0316da78cc34b335/
EthicsforEngineeringICOMCapstone-1.pdf

Romero, O., (2006). Introducción a la ingeniería. https://soloindustriales.com/la-


necesidad-de-la-etica-en-la-ingenieria/#:~:text=As%C3%AD%2C%20el%20ingeniero
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