Dolor Duro y Dolor Suave (Duelo) - Jenny Roldán

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Dolor duro y dolor suave (Perdón y Duelo)

Por: Psict. Jenny Roldán Hayen

El dolor es tal vez el sentimiento más evitado por el ser humano, sin embargo,
algunas veces pareciera que quedamos "atrapados" en él, con dificultad de
superarlo.

Eva Pierrakos distingue entre el dolor "duro" y el dolor "suave".

El dolor "duro" tiene las siguientes características:


1.- No cede al contacto. Un sentimiento, cualquiera que sea cambia o se atenúa
cuando lo contactamos. Los sentimientos no permanecen estáticos, sin embargo, el
dolor duro permanece aún sin disminuir su intensidad.

2.- Deja una sensación de desesperanza, como de estar en un pozo sin fondo, sin
salida.

3.- Cuando lo presenciamos no nos conmueve. El espectador puede sentirse


confundido. A mi me pasaba que me juzgaba a mí misma diciéndome que no estaba
siendo empática, que estaba siendo yo "dura" con el otro pobre que sufría. En
ocasiones podemos sentirnos como atrapados, irritados o enojados con la supuesta
víctima y aún culpables. Genera todo menos empatía natural.

El asunto con el dolor duro es que la persona obtiene una ganancia secundaria de la
cual no es plenamente consciente. Ejemplos de estas ganancias secundarias son:

a) Demostrar mi amor. (si dejo de sufrir, van a pensar que no lo amaba tanto).
b) Expiar una culpa. Recuerdo un caso en el que la esposa le había sido infiel al
esposo y cuando murió no podía parar de llorar por días enteros.
c) Hacer sufrir a un tercero que presencia nuestro sufrimiento.
d) Manipular. (Una consultante no paraba de llorar para hacer sufrir a su esposo
que pretendía separarse de ella)
e) Mantenerme en la postura de víctima. (logrando la compasión o el cuidado
de otros). etc.
A veces me resulta sorprendente la ganancia secundaria del consultante cuando
indago.

La única salida de este dolor duro es la posibilidad de trabajar y procesar esta


ganancia secundaria, primero ayudando a que se percate y después procesando esta
necesidad. La ganancia secundaria es secundaria en consciencia, pero primaria en
cuanto a importancia para la persona.

El ignorar este marco teórico puede hacer que proceso terapéutico se empantane.

1. Por otro lado, el dolor suave cede al contacto y puede poco a poco ir
disminuyendo.
2. Cuando lo vemos nos conmueve, genera empatía.
3. En general lo que toca simplemente es acompañar al otro en su dolor,
empatizando, yendo a su ritmo y estando presentes para lo que el otro necesite.

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