Unidad 4 Gestion de Los Recursos Humanos Parte 2
Unidad 4 Gestion de Los Recursos Humanos Parte 2
Unidad 4 Gestion de Los Recursos Humanos Parte 2
GUÍA DE ESTUDIO
SEMINARIO DE ALTA DIRECCIÓN
UNIDAD 4
(Segunda Parte)
ÍNDICE
3.5. Gestión del rendimiento.
3.5.1. Gestión del conocimiento.
3.5.2. Gestión de la compensación.
3.6. La gestión del desarrollo.
3.6.1. Introducción.
3.6.2. Políticas de promoción y carreras.
3.6.3. Política de capacitación.
3.6.4. Política actual de gestión del desarrollo en una institución.
3.7. Gestión de las relaciones humanas y sociales.
3.7.1. Introducción.
3.7.2. Gestión del clima organizativo.
3.7.3. La gestión de las relaciones laborales.
3.7.4. Política actual de gestión de las relaciones humanas y sociales.
3.8. Organización de la función de recursos humanos.
3.8.1. Introducción.
3.8.2. GRH y grupos de interés en las organizaciones públicas.
3.8.3. Descentralizar la gestión de recursos humanos y cambiar el papel del
departamento de personal.
3.8.4. Política actual de gestión de la organización de la función de recursos
humanos.
3.5. GESTIÓN DEL RENDIMIENTO Y LA COMPENSACIÓN
3.5.1.1.- Introducción
La gestión del rendimiento es el subsistema de la GRH cuyo propósito es influir
sobre el rendimiento de las personas en el trabajo, para alinearlo con las
prioridades de la organización y mantenerlo en el nivel más alto posible,
haciendo una mejora sostenida de la contribución de los empleados al logro de
los objetivos organizativos, así como la obtención de informaciones valiosas
para la toma de decisiones de GRH en diferentes campos.
La gestión del rendimiento puede verse como un ciclo que comprende: 1). La
planificación del rendimiento, que se traduce en la definición de pautas o
estándares acordes con la estrategia y objetivos de la organización, la eficaz
comunicación de dichas expectativas a los empleados y el logro de su
aceptación para adaptar su rendimiento a aquellas; 2). El seguimiento activo
del rendimiento, a lo largo del ciclo de gestión, observando el desempeño de
las personas y apoyándolo; 3). La evaluación del rendimiento, contrastando las
pautas y objetivos de rendimiento con los resultados; 4). La retroalimentación o
feedback al empleado, y la elaboración de planes de mejora del rendimiento,
que enlazarían con el siguiente ciclo, en su etapa de planificación.
Una vez que se dan estos dos condicionantes, la herramienta solamente será
útil si tiene como punto de referencia el plan estratégico de la organización en
que se implanta o cualquier herramienta de planificación que se aplique y que
tenga como finalidad concretar los objetivos de la organización y establecer los
sistemas de control de su cumplimiento.
Algunos autores han destacado los peligros que con frecuencia presenta la
aplicación de retribuciones variables vinculadas a la consecución de
determinados objetivos, debido a la interdependencia que con frecuencia
presenta el rendimiento humano en el trabajo, a las grandes dificultades para
conseguir una evaluación objetiva, al empecinamiento en convertir en coste
variable la retribución antes de crear las condiciones necesarias para ello y a
los riesgos de deterioro de las relaciones interpersonales en el entorno laboral.
Evaluación por objetivos. Este enfoque parte del consenso entre evaluador y
evaluado sobre una serie de metas y objetivos que debe conseguir el
colaborador en un periodo de tiempo determinado. La evaluación se realiza en
función del grado de consecución de esos objetivos.
Hoy por hoy, nuestra opción para la mayor parte de los organismos públicos es
claramente la segunda. Sin una cultura de evaluación consolidada, sin unos
valores competitivos aceptados y sin unas metas claras y medibles para cada
persona, no parece fácil poder conseguir evaluaciones más formalizadas, que
puedan traducirse en decisiones directas de retribución o promoción.
De nuevo, más del 70 por 100 de los gestores encuestados citaron las
siguientes razones para reducir intencionadamente las evaluaciones de sus
subordinados: 1). Intimidar a un empleado para que consiga un mejor
rendimiento; 2). Castigar y sancionar un empleado difícil y rebelde; 3). Instar a
un empleado problemático a que cese; 4). Crear un archivo completo (o
expediente convincente) para justificar un despido planeado; 5). Cumplir un
edicto de la organización que desaconsejó a los gestores dar valoraciones
altas.
3.5.2.3. Retribuciones.
1. Las políticas de promoción y carrera, que articulan los procesos por medio
de los cuales las personas progresan tanto en su aportación (esto es la
magnitud de su contribución al logro de Las finalidades organizativas) como en
el reconocimiento organizativo de aquella (constituido por todo aquello que
reciben, a cambio, de la organización).
Estos planes, así como los de sucesión, deben ser diseñados de acuerdo con
la estrategia global de la organización, anticipando en cada puesto la formación
para el puesto futuro, y compartiendo la carga y beneficios de este proceso
colectivamente. Deben de objetivarse los sistemas de promoción estableciendo
un cierto diseño de carreras para cada categoría y mecanismos que faciliten la
movilidad de los empleados, tanto a nivel horizontal como vertical.
Estas situaciones hacen urgente una reforma, pero además hay otros
elementos que la aconsejan: a) Cada vez más organizaciones entran a formar
parte del juego del mercado. Estar en el mercado exige capacidad para
competir y ello sólo puede hacerse con profesionales debidamente preparados
y cualificados; b) En un mundo cada vez más incierto en el que la planificación
estratégica es el único instrumento que puede disminuir la incertidumbre, las
organizaciones necesitan conocer qué recursos poseen y cómo pueden
disponer de ellos.
Los organismos públicos pudieran explorar nuevas opciones que recojan las
virtudes de cada uno de los dos mecanismos de provisión. ¿Podría articularse
una tercera vía que flexibilice el concurso y que haga transparente y sometida a
control la libre designación? Un concurso más flexible, que valorase los méritos
de forma más integral y con mayores márgenes de discrecionalidad, permitiría
contrarrestar los efectos de los candidatos acumuladores de cursillos y
'antigüedad. Una libre designación pública, abierta a la libre presentación de
candidatos, obligada a motivar las resoluciones y bajo controles de órganos
independientes ad hoc, podría acabar con buena parte de las situaciones de
amiguismo que pudiesen suceder.
Para buscar una solución a este problema, que también existe en el sector
privado, muchas empresas han optado por buscar alternativas a la carrera
directiva, definiendo pautas de carrera horizontal o lateral. Este nuevo modelo
pretende garantizar oportunidades de carrera para empleados que no desean o
que no tienen capacidades directivas para asumir puestos de mando, pero que
han apostado por desarrollar su competencia técnica. Son pues carreras
basadas en el crecimiento profesional, es decir en la profundización o
ampliación de la propia profesión o ámbito de trabajo. Este modelo de carrera
puede ser especialmente adecuado para profesionales como arquitectos;
ingenieros, asistentes sociales médicos o juristas, pero también puede
aplicarse a colectivos como administrativos o informadores, por ejemplo.
El modelo que aquí se esboza encaja con organismos que hayan definido una
gama de puestos de trabajo poco extensa y de carácter genérico, algunos de
los cuales admitan una mejora retributiva y de estatus manteniendo las mismas
funciones. Para llevar adelante este modelo de carrera horizontal, cada
organismo debería definir unos itinerarios o pautas de carrera orientativas.
3.7.1. Introducción.
3. La gestión de las políticas sociales, entre las que las de salud laboral ocupan
un lugar preeminente, y que se extienden al conjunto de políticas y prácticas
cuyo objeto es facilitar beneficios colectivos y ayudas a individuos o grupos
especialmente necesitados, dentro del colectivo de empleados.
Se define la comunicación como la red que se teje entre los elementos de una
organización y que le brinda su característica esencial: la de ser un sistema. En
este sentido la comunicación interna:
Todo ello debiera complementarse con una apuesta sincera por la participación
de los empleados en los procesos de cambio. El éxito de los cambios viene
determinado por la oportunidad que tengan los afectados de participar en el
proceso de los mismos.
3.7.4.1. Introducción.
La ética y las reglas de conducta de los empleados públicos están reguladas en
casi todos los países. Además, en muchos países, dada la fragmentación de
los intereses sociales, se hacen ineludibles unos controles para hacer frente a
la posible actuación no ética de la Administración. Especialmente en aquellos
donde se ha desarrollado más la subcontratación o donde la reducción de
plantillas es mayor, se ha observado una reducción de la moral de la fuerza de
trabajo, una mayor presencia de los conflictos de interés al buscar los
empleados salidas en el sector privado y una presencia más intensiva de las
comisiones ilegales en la contratación.
3.8.1. Introducción.
También considera necesario para mantener la calidad del servicio que sus
empleados acepten la solución como satisfactoria. Por lo que se inclina por una
ampliación de horas extras y de plantilla; f) El Departamento económico
presupuestario de la institución se niega a asignar nuevos recursos para
resolver el problema, señalando que la solución pasa por una redistribución de
efectivos y recomendando un estudio y puesta en práctica de asignación del
personal procedente de unidades con menos carga de trabajo. Los directivos
de estas unidades analizadas se niegan a ceder personal, a su vez grupos de
empleados de estas unidades se oponen a aceptar traslados. Los sindicatos
apoyan estas posturas y afirman que se opondrán a cualquier medida de
movilidad funcional.
La flexibilidad: es una demanda que los directivos comparten con los políticos,
se deriva de la necesidad del gestor de adaptarse a las circunstancias y
requerimientos cambiantes.
Los sindicatos esperan del sistema de G.R.H., que garantice las mayores
cuotas de participación, entendida como presencia de los sindicatos en el
mayor número posible de procesos de toma de decisión relativos al personal.
Tratan de incrementar su liderazgo entre el personal y el ensanchamiento de su
cuota representativa. Además, pretenden conseguir la transparencia de la
G.R.H., mediante el acceso sindical a toda la información relevante en materia
de personal.
Las relaciones entre los directivos de línea y los órganos de personal tienden a
estar marcadas por la incomunicación y la desconfianza mutua, y acaban en
confrontación. A los gestores no se les deja asumir su lógica función de la
gestión del personal a su cargo. Es necesario cambiar esto y descentralizar
progresivamente la G.RH. y que los directivos asuman estas funciones
apoyados por un Departamento de Personal que pasa de ser supercontrolador
a consultor-facilitador, impulsando al Departamento a una perspectiva más
estratégica.
Los órganos centrales de personal tienen que complementar esta tarea clave
de fijación de objetivos y evaluación de resultados con tareas de apoyo a los
gestores para facilitarles el éxito. Tienen que adoptar un modelo cliente-
proveedor, pensando en las necesidades de sus "clientes internos". Al mismo
tiempo, difunden la innovación y las buenas prácticas para estimular a los
gestores.
Recursos Humanos se configura así como una función staff que debe reforzar
sus funciones estratégicas. El departamento central requerirá técnicos
cualificados con mentalidad de gestión. Para dar servicio a las unidades de
línea, los profesionales de recursos humanos deberán conocer en profundidad
sus problemáticas y sus preocupaciones. La organización interna de personal
debe rediseñarse, orientándose al servicio al cliente y consiguiendo captar con
rapidez los problemas de la organización, así como transmitir orientaciones y
mensajes a los directivos de línea.
Bibliografía:
Castillo Blanco, F. Varona Arciniega, J.A., Gil Rodríguez F., Daureo Campillo,
P., Martínez Domene, M, y Talavera Pleguezuelos, C. (2001) Informe UIM
sobre el proceso de modernización de los gobiernos locales de Iberoamérica.