Este documento clasifica y define varios tipos de contratos, incluyendo contratos unilaterales, bilaterales, onerosos, gratuitos, conmutativos, aleatorios, principales, accesorios, instantáneos, de tracto sucesivo, consensuales, reales, formales, nominados, innominados, intuitu personae, plurilaterales, de organización y promesas.
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2.
1 CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS
El contrato unilateral: es aquel en el cual, los derechos son para una parte y las obligaciones para la otra. Ejemplos: la promesa unilateral de venta o la promesa unilateral de compra. No se debe confundir el acto unilateral con el contrato unilateral; el primero es aquel cuya existencia se determina por la declaración de una sola voluntad. Desde ese punto de vista, el contrato es un acto bilateral, ya que su existencia requiere la declaración de dos o más voluntades, pero de tal acuerdo de voluntades pueden resultar derechos para una parte y obligaciones para la otra, que es lo que sucede con un contrato unilateral. El contrato bilateral: es en el que se originan derechos y obligaciones para ambas partes. El artículo 1836 expresa: “El contrato es bilateral cuando las partes se obligan recíprocamente”. Ejemplos: la compraventa, el arrendamiento, el comodato, etcétera. El contrato oneroso: es aquel en que se estipulan provechos y gravámenes recíprocos (artículo 1837). Tampoco se debe confundir el contrato bilateral con el oneroso, porque una cosa son los derechos y las obligaciones, y otra los provechos y gravámenes. Es posible que exista un contrato bilateral que sea a la vez gratuito, como sucede con el de comodato. La principal obligación para el comodante es conceder el uso, y la del comodatario, restituir la cosa; pero la obligación del comodatario no es un gravamen o carga, ya que cuando la cumple restituyendo la cosa objeto del contrato, no experimenta ninguna disminución en su patrimonio, porque devuelve una cosa que no le pertenece. El contrato gratuito: es cuando los provechos son para una parte y los gravámenes para la otra, es decir, se trata de aquellos contratos en los que solamente una de las partes obtiene utilidad o ganancias.. El contrato conmutativo. Es cuando las prestaciones que se deben las partes son ciertas y determinadas desde la celebración del contrato, se trata de 40 los contratantes saben y conocen desde el momento de su celebración que las prestaciones son claras. El contrato aleatorio: es cuando la cuantía de la prestación debida depende de un acontecimiento incierto. Al igual que, en el contrato conmutativo, el legislador agrega una parte que no es correcta, al manifestar “que hace que no sea posible la evaluación de la ganancia o pérdida, sino que hasta ese acontecimiento se realice”. Se trata de aquellos contratos en los que la prestación es incierta al momento de la celebración del contrato, por tratarse de un evento futuro, desconociendo ambas partes de ganancias o pérdidas Por último no debemos olvidar que tanto el contrato aleatorio como el conmutativo son subdivisiones del oneroso. El contrato principal: Es cuando existe por sí mismo, es decir, tiene existencia propia, no depende de ningún otro contrato. Ejemplos: la compraventa, la permuta, el arrendamiento. El contrato accesorio: Es el contrato que no tiene existencia propia, es decir, aquel que depende de otro y que, por tanto, corre la misma suerte del principal. Ejemplos: la prenda, la fianza, la hipoteca. Contratos instantáneos: Son contratos que producen sus efectos en un solo acto. Ejemplos: la compraventa al contado; la permuta, si las partes se entregan inmediatamente las cosas permutadas, así como el contrato de prestación de servicios profesionales, si éstos se realizan y los honorarios se pagan al instante. Contrato de tracto sucesivo: Son los contratos que producen sus efectos a través del tiempo. Ejemplos: la compraventa en abonos, el arrendamiento, el comodato. Contrato consensual en oposición a real: Es el que se perfecciona por el solo consentimiento, sin necesidad de entregar la cosa. Ejemplos: la compraventa, la permuta, el arrendamiento. Contrato real: Es cuando no basta el consentimiento, sin necesidad de entregar la cosa para su perfeccionamiento. Ejemplo: El contrato de prenda. Contrato consensual en oposición a formal: Es cuando no requiere para su validez, que el consentimiento se manifieste por determinado medio, sino que, por el contrario, se da entera libertad a las partes para que lo manifiesten como ellas deseen, de manera expresa o tácita, pero dentro de lo estipulado por la ley. En principio, los contratos son consensuales; los artículos 1796 y 1832 así lo indican, y sólo son formales en los casos designados por la ley. Ejemplos de contratos consensuales: la compraventa sobre muebles, el comodato, el depósito. Contrato formal: Es cuando la ley ordena que el consentimiento se manifieste por determinado medio, entre nosotros, por escrito para que el contrato sea válido. Existen también las llamadas ad probationem, que son las realizadas a fin de poder demostrar la celebración de un acto, pero no constituyen un elemento de validez. Por ejemplo, un contrato de comodato o de prestación de servicios profesionales que se otorgue por escrito, no obstante ser contratos consensuales. Ejemplos de contratos formales: La compraventa de inmuebles, el arrendamiento y la aparcería agrícola y de ganados. Contratos nominados: Es nominado el contrato que se regula en el Código y recibe un nombre determinado; podemos incluir en esta clasificación a los siguientes: compraventa, permuta y donación. Contratos innominados: son los que están regulados expresamente por la ley pero que, independientemente de ello, las partes los pueden celebrar en atención a lo dispuesto en el artículo 1858, que establece: “Los contratos que no están especialmente reglamentados en este Código, se regirán por las reglas generales de los contratos, por las estipulaciones de las partes y, en lo que fueren omisas, por las disposiciones del contrato con el que tengan más analogía de los reglamentos en este ordenamiento”. En este sentido, es nominado el contrato reglamentado en el Código, e innominado el que no lo está. Consideramos, además, que las partes pueden celebrar no sólo contratos reglamentados, sino los que no lo están, conforme al principio de la autonomía de la voluntad, que indica que las partes tienen absoluta libertad para celebrar los convenios que deseen, con la única condición de que sean lícitos o, en otras palabras, las personas pueden contraer las obligaciones que gusten, con tal de que no vayan en contra de la ley o de las buenas costumbres. Intuitu personae: Cuando se toman en cuenta las cualidades de la persona (solvencia, honestidad, aptitud, confianza, etcétera) para su celebración; podemos dar como ejemplos de esta clasificación: al depósito, mandato, prestación de servicios profesionales, asociación, sociedad, aparcería agrícola y aparcería de ganados. Contrato plurilateral: es aquel en que intervienen más de dos personas. Ejemplos: asociación y sociedad. Contrato de organización: La distinción entre un contrato de cambio y un contrato de organización se hará cuando se realicen los contratos de asociación y sociedad civil. 2.2. CONTRATO DE PROMESA “La promesa de contrato recibe diversas denominaciones, como precontrato, contrato preliminar, antecontrato, contrato preparatorio, pacto de antecontrato, contrato opción y contrato prometido”.10 La promesa es un contrato por el cual una de las partes, o ambas, se obligan, dentro de cierto lapso, sea por el vencimiento de un plazo o por el cumplimiento de una condición, a celebrar un contrato futuro determinado. Naturaleza y características del contrato de promesa: Es un contrato típico, ya que se encuentra regulado por ley. Es un contrato principal, ya que su existencia no se subordina a la de otro contrato. Es un contrato preparatorio, ya que se celebra con un objeto preciso y determinado, como es que en el futuro se va a celebrar otro contrato. O sea, crea una relación jurídica preliminar para la celebración posterior de un contrato futuro. Es un contrato sujeto a modalidad, por definición, si no, la promesa no surtiría efecto. Es un contrato unilateral o bilateral según queden obligadas una o las dos partes a celebrar el contrato futuro. La promesa de contrato es un acto especialísimo, su objeto es celebrar, y sólo genera obligaciones de hacer. La parte que se obliga a celebrar el contrato futuro se llama promitente y a esta palabra se le agrega el nombre del respectivo contratante del contrato futuro (por ejemplo: promitente comprador, promitente arrendatario, etcétera); a la otra parte se le denomina beneficiario o promisario. Cuando es una promesa bilateral, las dos partes se llaman promitentes. Son dos los elementos reales de la promesa: el contrato futuro y el plazo o condición. 1. El objeto mediato de la promesa es el contrato futuro, ya que el objeto inmediato es una obligación de hacer. Los elementos característicos del contrato definitivo y que deben señalarse desde el contrato preliminar, son los elementos esenciales. 2. El otro elemento real es el plazo o condición, pues a falta de éste, se haría nula la promesa. Existe la posibilidad de establecer que, para que el beneficiario en una promesa unilateral o los dos promitentes en una bilateral puedan desistirse de la promesa y no celebrar el contrato futuro, quien desista del contrato debe perder como sanción las arras entregadas o devolver éstas y otro tanto, según el caso, a su contratante, pero sin quedar obligado además a celebrar el contrato prometido. Son objeto de los contratos: 1. La cosa que el obligado debe dar. 2. El hecho que el obligado debe hacer o no hacer. 3. El objeto de la promesa en el contrato constituye la obligación de hacer, como lo expresa el artículo 2245: “La promesa de contrato sólo da origen a obligaciones de hacer, consistentes en celebrar el contrato respectivo de acuerdo con lo ofrecido”. La falta de cualquiera de estos elementos origina la inexistencia del contrato, de conformidad con lo preceptuado en el artículo 2224 del Código Civil. 2.2.1. Efectos del incumplimiento El beneficiario puede exigir al promitente el cumplimiento del contrato de promesa, que es la celebración del contrato definitivo; Si el promitente rehúsa celebrar el contrato prometido o firmar los documentos necesarios para darle forma legal, el beneficiario puede demandarlo y, en su rebeldía, lo hará el juez en su rebeldía a solicitud de aquel. Si la cosa ofrecida haya pasado por título oneroso a propiedad de tercero de buena fe, entonces la promesa quedará sin efecto, siendo responsable el que la hizo de todos los perjuicios que se hayan originado a la otra parte. Cuando la enajenación se ha hecho a un tercero de mala fe o en virtud de un acto a título gratuito, tal enajenación pude ser dejada judicialmente sin efecto, aunque no exista mala fe de dicho tercero. Termina ordinariamente por agotamiento natural de los efectos del contrato, pero también puede caducar si termina el plazo sin que exista culpa de ninguna de las partes y otra forma es si el contrato final es lícito. La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que, para poder exigir el otorgamiento del contrato definitivo, es necesario probar la celebración del contrato de promesa, porque de lo contrario no procede dicha acción. La tesis del alto tribunal sentencia: “Si no se comprueba la celebración del contrato de promesa de venta, no puede prosperar para otorgamiento del contrato definitivo de compraventa, en escritura pública, que se origina como consecuencia del cumplimiento de la obligación de hacer que se constituye con la celebración del contrato preliminar.” (Semanario Judicial de la Federación, 3ª Sala, sexta época, cuarta parte, vol. LXVII, p. 119). 2.3. CONTRATO DE COMPRAVENTA El contrato de compraventa es aquel por virtud del cual, una persona llamada vendedor se obliga a entregar una cosa o a documentar la titularidad de un derecho, a la otra parte contratante; llamada comprador, quien como contraprestación se obliga a pagar un precio cierto y en dinero, y que produce el efecto translativo de dominio respecto de los bienes que sean materia del contrato. Este contrato se perfecciona por el consentimiento de las partes respecto del precio y de la cosa, y desde entonces obliga a los contratantes, aunque la cosa no haya sido entregada ni el precio satisfecho.13 La traslación de la propiedad se verifica entre los contratantes, por mero efecto del contrato, sin dependencia de tradición, ya sea natural, ya simbólica, salvo convenio en contrario; y si bien la ley civil establece reglas relativas a la entrega de la cosa vendida, estas reglas sólo tienen por objeto determinar los límites de la obligación del vendedor de entregar esa cosa, y comprador que la ha satisfecho debidamente, es decir hay compraventa cuando una de las partes se obliga a transferir la propiedad de una cosa o de un derecho, y el otro por su parte, se obliga a pagar por ello un precio cierto y en dinero. El contrato de compraventa, conforme a la ley mexicana, se perfecciona cuando ambas partes se han puesto de acuerdo en precio y cosa, aún cuando aquel no haya sido satisfecho y ésta entregada y la transmisión del dominio se opera respecto de cosas que sean ciertas y determinadas, por mero efecto del contrato en el momento de su celebración, y cuando el contrato recae sobre cosas que no son ciertas y determinadas, en el momento en que se determinan con conocimiento del acreedor. No obstante que el objeto sobre el que recae la conducta de las partes en este contrato puede ser una cosa o un derecho, no se tratan aquí los asuntos y problemas relacionados con los derechos. 2.3.1. Elementos y requisitos Elementos esenciales de la compraventa: la formación del contrato de la compraventa, como la de cualquier otro contrato, necesita para su validez, la reunión de tres elementos constituidos: el consentimiento, que debe emanar de una persona capaz, el objeto y la causa (artículo 1108 del Código Civil). Consentimiento: Según el artículo 2181 del Código Civil: "habrá compraventa cuando uno de los contratantes se obliga a transferir la propiedad de una cosa o de un derecho, y el otro a su vez se obliga a pagar por ellos un precio cierto y en dinero". Es decir, el primer elemento esencial o sea el consentimiento, en la compraventa se define como un acuerdo de voluntades que tiene por objeto la transferencia de un bien a cambio de un precio. El contenido de voluntad en este contrato ha de ser siempre transmitir por una parte el dominio de una cosa o de un derecho y, por la otra, pagar un precio cierto y en dinero. Si no se cumplen estas dos manifestaciones de la voluntad, no hay compraventa. "El consentimiento debe existir desde luego sobre la naturaleza del acto que se celebra, es decir, en cuanto a la venta misma. En otros términos: las partes deben de estar de acuerdo en que celebran un contrato de compra y de venta: una de ellas querer vender, y la otra debe querer comprar; Es decir, la voluntad del vendedor debe de estar direccionada implícitamente la transmisión de la propiedad o un derecho, por otra parte la voluntad del comprador debe estar encaminada al pago en precio cierto y en dinero por esa transmisión, si están ausentes estas características del consentimiento el contrato es inexistente, por lo tanto no se ha formado. Preferencia en el pago: el efecto traslativo de dominio da al comprador un derecho real oponible a los terceros y al vendedor un derecho preferente en cuanto al pago del precio. El artículo 2993 del Código Civil vigente señala: "Con el valor de los bienes que se mencionan serán pagados preferentemente." "VIII. El crédito que provenga del precio de los bienes vendidos y no pagados, con el valor de ellos, si el acreedor hace su reclamación dentro de los sesenta días siguientes a la venta, si se hizo al contado, o del vencimiento, si la venta fue a plazo. Tratándose de bienes muebles, cesará la preferencia si hubieran sido inmovilizados." Formación del consentimiento cuando el precio es fijado por un tercero. La fijación del precio la puede hacer un tercero cuando los contratantes expresamente lo convengan. Por esta modalidad, el consentimiento quedará sustituido desde el momento en que el tercero fije el precio y no sea rechazado por ambas partes. La fijación del precio hecha por un tercero no podrá ser rechazada en forma unilateral, en esta formación del consentimiento existe una obligación la cual crea la imposibilidad de que el vendedor trate de reivindicar en contra del comprador la cosa vendida, cuando la cosa no era propiedad del vendedor.Forma del consentimiento: el consentimiento en la compraventa podrá ser expreso o tácito. Hay consentimiento expreso cuando se manifiesta 49 verbalmente, por escrito o por signos inequívocos que indiquen la aceptación. Tácito, cuando resulte de hechos o de actos que lo presupongan o autoricen a presumirlo, estas son las formas reconocidas por la ley, dejando a la voluntad de las partes por cual decidir, sin estar fuera del sometimiento del estado en su respectiva jurisdicción. Inexistencia por falta de consentimiento: la falta de consentimiento en la compraventa produce la inexistencia jurídica del contrato; consecuentemente no será susceptible de convalidación. Inexistencia jurídica de la compraventa y los efectos del registro público de la propiedad, recordando que en el consentimiento las partes se ponen de acuerdo o convienen sobre la cosa y el precio de la misma, para su transmisión y entrega a cambio de un precio cierto. La Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que inscrito un bien inmueble en el Registro Público de la Propiedad y si un tercero de buena fe adquiere a su vez ese inmueble, inscrito su derecho no será invalidado aunque se anule el título de enajenante. De acuerdo con los principios en que se fundamenta la inexistencia jurídica, si el propietario es suplantado en un contrato, el contrato será inexistente y no producirá efecto legal alguno ni será susceptible de darle validez por confirmación o por prescripción, en el caso de la supuesta suplantación y que sea un tercero que está facultado por una de las partes para celebrar un contrato y este a su vez lo ratifica el contrato será completamente válido. (2224 CCF). Objeto directo: El segundo elemento de existencia de la compraventa presenta mayor interés. Consiste en su objeto. Es necesario distinguir el objeto directo del contrato y el de las obligaciones nacidas del mismo. Es decir, el objeto directo en la compraventa consiste en transmitir el dominio de una cosa por una parte y en pagar un precio cierto y en dinero por la otra. Objeto indirecto: Los objetos indirectos en la compraventa están constituidos por la cosa y el precio. Puede existir consentimiento para transmitir una cosa a cambio de un precio; pero puede no existir la cosa o faltar el precio, y en ese caso el contrato es inexistente por la falta de alguno de sus objetos indirectos. Objeto. Doble aspecto del objeto indirecto de la compraventa: El objeto indirecto del contrato se integra por la cosa o el derecho que el vendedor se obliga a transmitir y el precio que el comprador se obliga a pagar, recordando que se trata del elemento de validez del contrato, del derecho a recibir el pago como la obligación de la transmisión de la propiedad, cosa o derecho según se trate. Requisitos del objeto indirecto para ser materia del contrato de compraventa, por estar representado por la cosa. Para que la cosa pueda ser objeto del contrato, debe reunir los siguientes requisitos: La cosa debe tener una existencia física para considerarse dentro de la naturaleza. La existencia material se determina por las leyes de la física que identifican su naturaleza corpórea o incorpórea, no contrario a la disposición de la ley, tanto física como abstracta, por naturaleza o por ley. El objeto debe ser determinado o determinable en cuanto a su especie. El contrato será inexistente si el objeto no se determina o se precisa su especie, no sería motivo del contrato, por no saber lo que se transmite o pretende adquirir. El objeto de la compraventa debe estar en el comercio. El objeto puede estar fuera del comercio por su naturaleza o por disposición de la ley (1825), pero no contrario a la ley. Están fuera del comercio por su naturaleza los bienes que no pueden ser susceptibles de apropiación individual como el aire o el espacio aéreo. Los bienes fuera del comercio por disposición de la ley son todos aquellos que la ley los declara incomerciables o inalienables, algunos corresponden al dominio del poder público dividiéndose estos en bienes de uso común, bienes destinados a un servicio público y bienes propios. Los bienes de uso común están constituidos por bienes terrestres como las vías públicas, parques, jardines; bienes fluviales como los ríos o calles y bienes marítimos como las costas, playas y mares. Los bienes propios del Estado están destinados a la función administrativa de la Federación. Pero no contrarios a las disposiciones legales, y tampoco de cosas y contratos imposibles de ser percibidos por los sentidos. 2.3.2. Derechos y obligaciones de las partes Las obligaciones del vendedor se detallan a continuación: 1. Perfeccionar la transferencia de la propiedad del bien, basta con el consentimiento de las partes en relación a los elementos esenciales del contrato. 2. Entregar el bien y sus accesorios en el estado en que se encuentra en el momento de celebrarse el contrato, es otra de las obligaciones del vendedor. 3. Entregar los documentos y títulos relativos a la propiedad o el uso del bien vendido, salvo pacto distinto, deberán ser transmitidos al nuevo adquiriente. 4. Entregar el bien inmediatamente después de celebrado el contrato, salvo la demora que resulte de su naturaleza o de acuerdo distinto, siempre que se trate de una cosa material, si se trata de un contrato donde las partes han convenido que lo harán posteriormente de la celebración, deberá darse cumplimiento conforme haya convenido. 5. Entregar el bien en el lugar en que se encuentre en el momento de celebrarse el contrato, salvo que sea bien incierto, en cuyo caso la entrega se efectuará en el domicilio del vendedor o donde las partes lo determinen. 6. Responder por los frutos del bien en caso de ser culpable de la demora de su entrega, caso contrario corresponde responder por los frutos sólo en caso de haberlos percibido, salvo pacto en contrario. 7. Reembolsar al comprador los tributos y gastos del contrato que hubiera pagado e indemnizarle los daños y perjuicios cuando se resuelva la compra venta por falta de entrega, hasta su total satisfacción de las partes contratantes 8. Cuando se trate de un contrato cuyo precio deba pagarse a plazos y el vendedor demore la entrega del bien, éstos se prorrogan por el tiempo de la demora o deberán responder por los daños, gastos o pérdidas que se ocasionen por esta demora, salvo pacto en contrario. Son obligaciones del comprador, las que a continuación se detallan: 1. Pagar el precio, en el momento, modo y lugar pactados, en caso de demora las partes deberán estipular la forma en que deban de subsanarlo. 2 Devolver la parte del precio pagado, deducido los tributos y gastos del contrato cuando se resolvió el contrato por incumplimiento de pago del saldo, si de esta forma hayan convenido las partes. 3. Cuando el contrato se resuelve por no haberse otorgado, en el plazo convenido, la garantía debida por el saldo del precio. 4. Pagar inmediatamente el saldo deudor dándose por vencidas las cuotas que estuvieran pendientes, cuando dejó de pagar tres cuotas, sucesivas o no, dependiendo del convenio de las partes contratantes. 5. Pagar el saldo deudor cuando se ha convenido en el contrato la improcedencia de la acción resolutoria. 6. Devolver lo recibido del vendedor y pagar una compensación equitativa por el uso del bien e indemnizar los daños y perjuicios. En el caso en que se resuelva el contrato por falta de pago del comprador, hasta la satisfacción total del vendedor. 7. Recibir el bien en el plazo fijado en el contrato o en que señalen los usos, si no hubiera un plazo convenido o de usos diversos, el comprador deberá recibir el bien al momento de celebrar el contrato, salvo pacto en contrario, sin ocasionar daños o pérdidas al vendedor. Las garantías del comprador y del vendedor: El vendedor goza de las siguientes garantías para el caso de incumplimiento por parte del comprador, las cuales se encuentran protegidas por la ley: 1. Derecho de preferencia en cuanto al precio, según haya sido pactado. 2. Derecho de retención respecto de la cosa, sin la intención de afectar a la otra parte contratante. 3. Acción de cumplimiento, aplicable para ambas partes contratantes. 4. Acción de rescisión con pago de daños y perjuicios, en caso de ser necesario. El comprador está protegido frente al vendedor, para el caso de incumplimiento de este con los siguientes derechos y acciones, como lo está el vendedor frente a la ley. 1. Derecho de retención del precio, en ciertos casos. 2. Acción de cumplimiento. 3. Acción de rescisión con pago de daños y perjuicios. El derecho de preferencia: En las ventas a plazo o al contado, cuando el comprador no cubra el precio, el vendedor tiene además de la garantía general sobre todos los bienes embargables del comprador, una garantía especial sobre los bienes vendidos para que su valor, en el caso de insolvencia, de quiebra, o de concurso en material civil, de este último se aplique al pago del precio, cuidando que se establezca la cláusula correspondiente. Esta garantía la encontramos precisamente en el titulo relativo a "la concurrencia y prelación de los créditos" que regula el Código vigente, en relación con el artículo 2293: "El comprador debe cumplir todo aquello a que se haya obligado y especialmente a pagar el precio de la cosa en el tiempo, lugar y forma convenidos. Derecho de retención de la cosa: De acuerdo con los artículos 2286 y 2287 del Código Civil vigente, el vendedor goza del derecho de retener la cosa en dos casos: a) cuando el comprador no haya pagado el precio en las ventas al contado; b) cuando en las ventas a plazo, descubre que el comprador se halla en estado de insolvencia, a no ser que le dé fianza de pagar al plazo convenido. Dicen así los citados preceptos: El vendedor no está obligado a entregar la cosa vendida, si el comprador no ha pagado el precio, salvo que en el contrato se haya señalado un plazo para el pago.Tampoco está obligado a entregarla, aunque haya concedido un término para el pago, si después de las ventas se descubre que el comprador se halla en estado de insolvencia, de suerte que el vendedor corra inminente riesgo de perder el precio, a no ser que el comprador le dé fianza de pagar al plazo convenido. Acción de cumplimiento del vendedor para exigir el pago del precio: Normalmente se trata de la acción más importante y usual en las relaciones jurídicas que originan la compraventa, pues tanto en las enajenaciones civiles como en las mercantiles, el vendedor opta por exigir el cumplimiento del contrato de acuerdo con el artículo 1949 del Código Civil vigente, más el pago de daños y perjuicios ocasionados por la falta de cumplimiento de contrato por parte del comprador. El artículo 2296 fracción III, faculta expresamente al vendedor para reclamar además los intereses moratorios con arreglo a los artículos 2104 y 2105, es decir, si se hubiese señalado un plazo para el pago del precio, los intereses correrán a partir del vencimiento del mismo; en caso contrario, la compraventa se reputa al contado y la fecha de la mora deberá determinarse por el momento relativo a la entrega de la cosa, por ser de aplicación expresa el artículo 2255: "el comprador debe pagar el precio en los términos y plazos convenidos. A falta de convenio lo deberá pagar al contado”. La demora en el pago del precio lo constituirá en la obligación de pagar réditos al tipo legal sobre la cantidad que adeude. Acción de rescisión del vendedor con pago de daños y perjuicios es por ello que.se debe poner especial atención y preveer estas faltas por cualquiera de las partes, debiendo quedar claro en la celebración del contrato. El vendedor tiene como en cualquier contrato bilateral la acción rescisoria con pago de daños y perjuicios, en los casos de incumplimiento del comprador, recordando que no es exclusivo de esta parte contratante, más bien está a disposición de quien tenga ese derecho de hacer exigible su derecho. Acción de cumplimiento del comprador: El comprador que ha pagado el precio tiene, conforme a las normas generales que ya hemos estudiado, la 57 facultad de exigir al vendedor la entrega de la cosa, nuevamente tiene aplicación al caso lo dispuesto por el artículo 1949, que la facultad además para demandar daños y perjuicios por el retardo de dicha entrega. Acción rescisoria del comprador con pago de daños y perjuicios, hasta el momento en que se satisfagan las prestaciones que demanda el comprador del vendedor. Cuando el comprador no prefiera exigir el cumplimiento del contrato, en los casos en que el vendedor haya incurrido en mora respecto a la entrega de la cosa, o haya faltado alguna de sus obligaciones, o bien, cuando exista una imposibilidad física o legal de cumplimiento, está facultado para exigir conforme al artículo 1949 la rescisión del contrato, más el pago de daños y perjuicios por el retraso en dicha entrega, salvo pacto en contrario, si se trata de eventos de orden de la naturaleza, imprevistos e incontrolables, por parte del hombre. Modalidades de la compraventa: El Código Civil enuncia las modalidades del contrato de compraventa de tal manera que éstas no sean imitativas. Las modalidades que reglamenta la legislación mexicana son las siguientes: Compraventa con reserva de dominio: Por esta modalidad el enajenante se reserva el dominio de la cosa hasta en tanto el comprador no pague el precio pactado. La venta con reserva de dominio da al vendedor la garantía de que, hasta en tanto no se pague el precio de la compraventa, la propiedad de la cosa no pasara al comprador. Esta modalidad implica una doble figura jurídica en caso de que se rescinda el contrato por incumplimiento de las obligaciones. Será un contrato de compraventa sujeto a una condición suspensiva y a la vez será un contrato de arrendamiento sujeto a una condición resolutoria. El artículo 2311 prescribe que: Si se rescinde la venta, el vendedor y el comprador deben restituirse las prestaciones que se hubieran hecho: pero el vendedor que hubiere entregado la cosa vendida puede exigir del comprador, por el uso de ella, el pago de un alquiler o renta que fijaran peritos, y una indemnización, también fijada por peritos, por el deterioro que haya sufrido la cosa. El comprador que haya pagado parte del precio, tiene derecho a los intereses legales de la cantidad que entregó. Las convenciones que impongan al comprador obligación más onerosas que las expresadas, serán nulas. Compraventa en abonos efecto de la rescisión: Las disposiciones legales que reglamentan la rescisión del contrato de compraventa en abonos, en cuanto a las restituciones recíprocas de las prestaciones que se hubieren hecho las partes, son de orden público, irrenunciables, por lo que las cláusulas contractuales que impongan al comprador obligaciones más onerosas que las expresadas por la ley, son nulas, y la sentencia respectiva, al declarar la rescisión, debe ordenar que las restituciones se hagan en términos de ley. Reserva de dominio oponible a terceros: Para que la reserva de dominio pactada entre los contratantes surta sus efectos frente a terceros, deberá inscribirse en el Registro Público de la Propiedad ya se trate de bienes inmuebles registrados o de bienes muebles susceptibles de identificación, siempre y cuando se trate de bienes que pueden ser registrados en esta institución La entrega de la cosa da al comprador el carácter de arrendatario, y en estas condiciones el adquiriente no podrá enajenar el objeto. En caso contrario el vendedor podrá rescindir el contrato con independencia de la acción penal que resulte al comprador por disponer de un objeto cuya posesión le fue transmitida precariamente, o bien se trate de una especie de posesión originaria. Venta en abonos: Por esta modalidad las partes acuerdan que el pago del precio se cumpla en exhibiciones periódicas llamadas abonos. La modalidad queda vinculada al pago del precio en diversas exhibiciones. Desde que el contrato se celebra el adquiriente se convierte en propietario con todas las facultades de dueño incluyendo la de disposición del objeto adquirido, sin dejar a un lado las obligaciones que deriven de este. La cláusula rescisoria no surtirá sus efectos frente a los terceros cuando se trate de bienes muebles que no sean susceptibles de identificación y que el tercero adquiriente sea de buena fe. En este caso la mala fe del tercero podrá acreditarse sólo por las reglas de la Ley Procesal y no por el principio de buena fe registrado, sometiéndose a los casos previstos por la ley. Rescisión de la venta en abonos: Cuando la venta en abonos se rescinda, se aplicarán las mismas reglas de la venta con reserva de dominio. Venta con pacto de preferencia: Por esta modalidad las partes acuerdan que, cuando el adquiriente pretenda enajenar el objeto de la compraventa, deberá preferir en igualdad de circunstancias al enajenante. La violación de esta obligación sólo da acción al enajenante para reclamar el pago de daños y perjuicios, siempre y cuando no se haya presentado con la renuncia de este derecho. La legislación civil establece las siguientes reglas para ejercer el derecho de preferencia: a) Si se trata de bienes muebles, el vendedor, después de ser notificado de la oferta, deberá ejercer su derecho dentro de los tres días siguientes. b) Si la cosa fuere inmueble, el vendedor deberá ejercer su derecho dentro de los diez días siguientes. El derecho de preferencia se ejercerá pagando el precio que el comprador ofrece, en caso de no hacerlo el pacto de preferencia quedará sin efecto (2304). Ante el riesgo de que las partes puedan pactar una retroventa o una promesa de venta sobre el mismo objeto del contrato, expresamente se prohíbe su celebración, ya que precisamente el Código vigente derogó la modalidad del pacto de retroventa del Código de 1884 ante el notorio perjuicio que se ocasionaba a los acreedores y al fisco (2302). La venta con pacto de no vender a determinada persona: Se puede pactar que la cosa del contrato no se venda a una determinada persona. Sin embargo, por acuerdo de las partes no es válido pactar que el adquiriente quede impedido para enajenar el objeto. El pacto de incomerciabilidad de un objeto o la limitación al derecho de propiedad va en contra de las normas de orden público que regulan la capacidad y el derecho de propiedad. 2.3.3 Formas de extinción El contrato de compraventa, en principio, se extingue por las mismas causas propias de los contratos; bien se trate de causas particulares de ellos, bien lo sea por causas aplicables a todo negocio jurídico. En este sentido el artículo 1506 del Código Civil dispone expresamente que: "La venta se resuelve por las mismas causas que todas las obligaciones, y, además, por las expresadas en los capítulos anteriores, y por el retracto convencional o por el legal". Este precepto ha sido duramente criticado desde el punto de vista doctrinal, por considerar al retracto como una institución que resuelve el contrato de compraventa, sumado al hecho de que al dividirlo en convencional y legal, lo que hace realmente es confundir dos instituciones distintas toda vez que, el retracto propiamente dicho es el denominado legal y en virtud del cual tiene derecho un tercero que actúa por subrogación, mientras que el denominado convencional o venta con pacto de retroventa, tiene unos orígenes institucionales muy distintos. Considerando al vendedor o enajenante como el derecho que se reserva el vendedor de recuperar la cosa vendida. Así las cosas, podemos decir que, en realidad, el denominado retracto convencional no es más que una venta sometida a condición resolutoria, aunque parte de la doctrina entiende que se trata de una condición suspensiva; por último, otro sector doctrinal opina que no hay ni anulación ni destrucción del contrato, sino una verdadera subrogación, siempre que se tengan presente dentro de las cláusulas del contrato celebrado por las partes. Pero lo cierto es que la ubicación de este precepto dentro del conjunto de los Código Civil es equivocada, habida cuenta de que el retracto legal no es más que un derecho real de adquisición preferente; así pues, en definitiva, Introducción al derecho y lecciones de derecho civil, es que se esté indicando que se trata de una cosa distinta y se haya descubierto su verdadera naturaleza jurídica, sino simplemente la explicación de sus efectos propios, en sustitución de lo que clásicamente se creía; es decir, una subrogación, considerando que tenga esa necesidad u oportunidad el vendedor, respecto de la cosa vendida frente a su anterior propietario de la cosa que ha sido transmitida. Los retractos han sido clasificados por la doctrina como derechos reales limitativos del dominio, pero sin que por ello dejen de significar una adquisición. Aunque sí resulta lógico y necesario desarrollar una teoría general de estos derechos de retracto, tanteo y opción para que puedan ser subsumidos en una posición clara, dentro de nuestro ordenamiento jurídico, ya que siempre cabe la posibilidad de encontrarse con limitaciones de derechos reales que voluntariamente no pueden ser cumplidas por consistir en instituciones de numerus clausus, siempre que se hayan convenido claramente dentro de las cláusulas del contrato. Debemos tener en cuenta que, en atención a las reglas generales, también puede obtenerse la invalidez o destrucción de un contrato de compraventa cuando se proceda, por ejemplo, con error, dolo, etcétera; porque se vicia el consentimiento, cosa que debe haber ausencia del mismo. Son causas de extinción del contrato de compraventa, las siguientes: Una de las causas específicas de extinción de la compraventa de bienes inmuebles está regulada en el artículo 1503 CC, en virtud del cual se permite la resolución del contrato cuando, habiendo entregado el vendedor la cosa, surge en él un fundado motivo para creer que no llegará a cobrar el precio total pactado, cuando éste se aplazó, ni podrá recuperar la cosa entregada. 2.4 CONTRATO DE PERMUTA La permuta es la forma primitiva de intercambio entre los hombres; históricamente, es el antecedente de la compraventa que supone la existencia de moneda y por consiguiente un grado de organización social más avanzado, aun cuando en tiempos actuales solamente ha evolucionado, para su aplicación práctica dentro de nuestra propia legislación.., “La permuta es un contrato por virtud del cual cada una de las partes se obliga a transmitir la propiedad de una cosa, a cambio de otra que a su vez recibe en propiedad o dicho de otra manera: el cambio de cosa por cosa”.16 Se trata de la primera manifestación natural del comercio, y aparece en la historia desde el momento en que las primeras poblaciones empiezan a especializar sus profesiones y existen excedentes, al respecto, los cuales han servido como base para que los actuales tengan una forma más completa, de tal manera que lo encontramos regulado por la ley. Se observará, en su caso, lo dispuesto en el artículo 2250 del Código Civil: “Si el precio de la cosa vendida se ha de pagar parte en dinero y parte con el valor de otra cosa, el contrato será de venta cuando la parte de numerario sea igual o mayor que la que se pague con el valor de otra cosa. Si la parte en numerario fuere inferior, el contrato será permuta”. La permuta es un contrato: a) traslativo de dominio: sirve para transmitir la propiedad; b) principal, bilateral, oneroso: es necesario un intercambio, y si no, sería uno de donación de bienes; c) conmutativo (generalmente): ambas partes suelen tener las mismas obligaciones y derechos; d) aleatorio por excepción, instantáneo o de tracto sucesivo, consensual: el contrato se perfecciona por el mero consentimiento, aunque en algunos casos haga falta cumplir formalidades para hacer frente a las obligaciones que nacen del contrato (por ejemplo, escriturar un bien inmueble). La permuta se perfecciona por el mero consentimiento de las partes, de la misma manera que en el contrato de compraventa. Se distingue de éste, porque en el contrato de venta la cosa es cedida a cambio de un precio establecido en dinero. Otra distinción es que en la compraventa existen dos partes diferenciadas: comprador y vendedor, que intercambian cosa y precio. Además, la compraventa es tomada como tal cuando más de la mitad del precio que se paga por la cosa es dado en dinero, mientras que al estipularse la mitad o menos, en dinero, se configura una permuta. En el caso de ausencia de regulación específica, la permuta se regula por las disposiciones establecidas para la compraventa. Elementos de existencia: Para que una permuta sea jurídicamente existente, es indispensable la presencia de dos elementos fundamentales: consentimiento y objeto, que como se ha mencionado con anterioridad, la ausencia de estos elementos denota una inexistencia del propio contrato. Consentimiento. Es el acuerdo de voluntades no sólo en cuanto a la creación de obligaciones, sino también en lo concerniente al objeto material del contrato, elemento esencial para que las partes puedan obligarse en la medida que así lo manifiesten. Objeto: Contempla dos características: el objeto jurídico y el material. El objeto jurídico, a su vez, se divide en directo e indirecto. El primero es la creación de obligaciones; el segundo es la función de dar, ambos deben permanecer para su perfeccionamiento de la celebración de los contratos entre las partes. El objeto material, por su parte, es la cosa o titularidad de los derechos que se van a transmitir, la cual debe poseer las siguientes particularidades: 1º Existir en la naturaleza, 2º Ser determinada o determinable en cuanto a su especie, 3º Estar en el comercio, Dependiendo en gran medida el cumplimiento por parte del vendedor o responder por el saneamiento de evicción. Elementos de validez. Capacidad. En concordancia con las reglas de la compra- venta, no pueden permutar: a) los menores de edad, b) los extranjeros cuando adquieren en la zona restringida. Asimismo son incapaces: los magistrados, los jueces, el ministerio público, los defensores oficiales, los abogados, los procuradores y los peritos, quienes no pueden comprar los bienes que son objeto de los juicios en que intervengan. Tampoco podrán ser cesionarios de los derechos que se tengan sobre los citados bienes (artículo 2276 Código Civil). Una excepción se da cuando las personas mencionadas en el artículo 2276 sean coherederos o copropietarios (artículo 2277 CC). También por analogía, el artículo 2280 se aplica a cualquiera de los contratantes en cuanto a que: No pueden comprar los bienes de cuya venta o administración se hallen encargados: Los tutores o curadores, mandatarios, ejecutores testamentarios y los que fueren nombrados en caso de intestado, interventores nombrados por el testador o por los herederos, representantes, administradores o interventores en caso de ausencia y los empleados públicos. Vicios del consentimiento. Como ya se señaló, a la permuta se le aplican las mismas reglas que rigen a la compra-venta; sin embargo en este tipo de contratos reviste especial importancia la lesión que puede ocasionarse a una persona al momento de intercambiar una cosa, ya que muchas veces no se conoce el valor intrínseco de la misma. Tal sucedió en incontables ocasiones cuando, por ejemplo, los españoles permutaban con los indígenas oro por vidrios. 2.4.1. Derechos y obligaciones Para efectos de derechos de las partes, cabe mencionar que es la aplicación de la mayor parte de las reglas de la compraventa a este contrato, así se encuentra establecido en nuestra legislación mexicana y en otras aplica en los mismos términos. Cada permutante tiene las seis obligaciones de un vendedor, pero con estas dos diferencias que agravan tales obligaciones en la permuta: a) En la compraventa, aunque el comprador tuviere justo temor de ser perturbado en su posesión o derecho, deberá efectuar el pago del precio que no hubiere hecho todavía, si el vendedor le ha asegurado la posesión o le ha dado fianza, salvo convenio en contrario; en tanto que en la permuta, cuando el permutante que ha recibido del otro la cosa, teme que va a ser perturbado en su posesión o derecho, si acredita que tal cosa no era del permutante que se la dio (prueba que pueda producir aun fuera del juicio), no puede ser compelido a entregar la cosa que ofreció a cambio, sino que puede deshacer la operación mediante dicha prueba y la devolución de la cosa que recibió. b) En la compraventa, cuando el comprador sufre de la evicción de la cosa, el vendedor debe pagarle daños y perjuicios si hubiere procedido de mala fe; en tanto que el permutante que ha sufrido la evicción de la cosa que recibió en cambio, podrá reivindicar la que él dio si se halla aún en poder del otro permutante, o exigir su valor o el valor de la cosa que se le hubiere dado en cambio, con el pago de daños y perjuicios, lo cual constituye una agravación de responsabilidad en la permuta con relación a la compraventa. 2.4.2. Clases, revocación y terminación Es un contrato sinalagmático propiamente dicho; oneroso, conmutativo o aleatorio, en este último caso cuando uno de los permutantes transmite la propiedad de la cosa y toma a su riesgo que la otra cosa que se le va a enajenar llegue a existir o no; consensual, si recae sobre bienes muebles, y formal, si recae sobre bienes inmuebles. El contrato de permuta es principal, bilateral, oneroso, conmutativo, con forma restringida. Principal, porque tiene fines y vida propios, y para su existencia o validez no depende de otro contrato. Bilateral, en virtud de que nacen obligaciones para ambas partes; tales obligaciones consisten en dar y transmitir la propiedad o titularidad de un derecho a cambio de otro. El contrato es oneroso por las cargas y gravámenes que también corresponden a los contratantes. Es conmutativo ya que a partir de que el contrato se celebra, se conoce el carácter de ganancioso o perdidoso, a menos que una o ambas partes tomen a su cargo el riesgo de que la cosa se disminuya o no llegare a existir. También tiene forma restringida porque la ley no exige ninguna formalidad si se trata de bienes muebles. Si son bienes inmuebles se deberá otorgar mediante escrito privado o a través de escritura pública, dependiendo de la cuantía. 2.5 MUTUO Se puede definir como el contrato en virtud del cual una persona llamada mutuante se obliga a transferir la propiedad de una suma de dinero o de otras cosas fungibles a otra persona llamada mutuario, quien se obliga a devolver otro tanto de la misma especie y calidad, considerando que deberá estipularse un plazo para los efectos de la devolución de la cosa o cosas que dieron origen a la celebración del contrato de mutuo. Concepto: El mutuo es un contrato por el cual el mutuante se obliga a transferir la propiedad de una suma de dinero o de otras cosas fungibles al mutuario, quien se obliga a devolver otro tanto de la misma especie y calidad. Una especie de préstamo son las líneas de crédito asociadas a las cuentas corrientes. A través de ellas, el banco deja a disposición del cliente una cantidad de dinero y no cobra intereses mientras no lo use. Sólo lo hace cuando se utiliza ese dinero. Aunque no siempre se pide al banco, sino que puede prestarse por las financieras (como sucede con los préstamos rápidos, más fáciles de obtener, limitados a una cantidad y con un interés unas tres veces superior a la media del mercado). Rafael de Pina, en su libro Derecho Civil Mexicano, señala: “El mutuo es un contrato por el cual una persona, llamada mutuante, se obliga a transferir gratuitamente o a interés, la propiedad una suma de dinero o de cualquier otra cosa fungible, a otra persona denominada mutuatario, quien a su vez se compromete a restituirla en la misma especie, calidad y cantidad.” El jurista citado se basa también en la definición del Código Civil, y agrega que la transferencia puede ser gratuita u onerosa, en virtud de que en la legislación se reconoce tanto el mutuo simple, como el mutuo con interés. Las consecuencias que se desprenden de la anterior definición son: El mutuo es un contrato. Es un contrato traslativo de dominio. El objeto de este contrato son sumas de dinero o cosas fungibles. El contrato es bilateral, en virtud de que surgen derechos y obligaciones para ambas partes. Es un contrato gratuito cuando el mutuatario no está obligado a una contraprestación por el préstamo, y oneroso cuando se fija un interés por dicho préstamo. Naturaleza jurídica del mutuo: De acuerdo con la actual concepción del mutuo en nuestro vigente Código Civil, se trata de un contrato “obligatorio”, en cuanto que de inmediato no se transmite la propiedad de la cosa objeto del mismo, sino que sólo genera la obligación de transmitirla en un momento posterior, ya en la etapa de ejecución del contrato, como sucedía dentro de la antigua concepción del mutuo como contrato real. Características principales del contrato de mutuo: Traslativo de dominio: En cuanto transfiere la propiedad de las cosas al mutuatario, estando éste obligado únicamente a devolver el género. Principal: Porque para su existencia y validez no depende de otro contrato, o sea que tiene fines y vida propia. Unilateral: en cuanto sólo produce obligaciones para una de las partes, que es el mutuatario. Contrato real: ya que sus efectos propios no surgen hasta que se realiza la entrega de la cosa. Gratuito por naturaleza y oneroso por excepción: Es gratuito porque el mutuario no está obligado a pagar contraprestación alguna si ésta no se pacta expresamente. Conmutativo: Porque desde el momento en que las partes celebran el contrato, conocen las cargas y los gravámenes ya que se encuentran determinados en el contrato. 2.5.1 Obligaciones de las partes Obligaciones del mutuante: Entrega de la cosa: se cumple simultáneamente con la celebración del acto en el contrato real de mutuo; se cumple después en la promesa de empréstito. Consecuencia de esta primera obligación, es la de respetar el derecho del mutuario de retener la cosa consigo durante todo el término fijado en el contrato. Responsabilidad por mala calidad o defectos ocultos de la cosa: El mutuante es responsable de los perjuicios que sufra el mutuario por la mala calidad o vicios ocultos de la cosa prestada, las obligaciones son claras, comenzando con la transferencia, la entrega, responder por los defectos, por el saneamiento de evicción. Obligaciones del mutuario: devolución de cosas iguales: El mutuario debe devolver al mutuante, en el término convenido, una cantidad de cosas iguales, de la misma especie y calidad que las recibidas. Imposibilidad de devolución de cosas iguales: Cuando no sea posible restituir otro tanto de la misma especie y calidad, el mutuario deberá pagar el precio de la cosa o cantidad recibida, calculado por el que la cosa tenía en lugar y fecha de su restitución, es decir, la cosa no se transfiere hasta que las cosas se hacen ciertas y determinadas para el acreedor, respondiendo el mutuario. Fecha de la restitución: La restitución debe hacerse en el plazo convenido. Si el contrato no contiene fecha de restitución, el plazo es indeterminado; el mutuante puede demandar en cualquier momento la restitución y el juez debe fijar el plazo, dependiendo de la cosa y a criterio de la autoridad judicial, para los efectos de su devolución. Préstamo de dinero con intereses: La forma típica y más frecuente del mutuo es el préstamo de dinero. Puede o no pactarse intereses, pero si en el contrato no figuran estos se lo considera gratuito, por lo que no le asiste el derecho de los accesorios o intereses, por el tiempo o plazo que haya sido utilizado. Comparación del mutuo con otros contratos: con el comodato: Éste es un préstamo de uso, la diferencia esencial reside en la naturaleza de la cosa prestada; en el mutuo la cosa es consumible o fungible, en cambio en el comodato la cosa no debe ser consumible ni fungible. Con la locación: Si el contrato mutuo es gratuito, es imposible que haya confusión, ya que la locación es onerosa. La diferencia es clara y radica que en el contrato de comodato la cosa no debe ser consumible, ni fungible, al ser restituida; atendiendo al contrato de mutuo, la cosa es consumible o fungible. Elementos de validez: Los elementos de validez son los mismos de todo contrato, pero se deben priorizar la capacidad y la forma. Para celebrar el contrato de mutuo se requiere la capacidad especial para enajenar; debido a que es traslativo de dominio, se exige la facultad de disposición en los dos contratantes, ya que ambos transferirán a su debido tiempo la propiedad de los bienes. Los menores emancipados pueden celebrar contrato de mutuo, debido a que la ley les otorga capacidad para ello. Mutuo simple: es mutuo simple cuando el mutuario no está obligado a pagar ninguna contraprestación por lo recibido. Mutuo con interés: es mutuo con interés cuando el mutuario se obliga expresamente a pagar una retribución que puede consistir en una cantidad de dinero u otros bienes. Se entiende por interés la compensación que el mutuario da al prestamista, consistente en una cantidad de dinero o de otros bienes, generalmente valuada en un tanto por ciento sobre el valor de las cosas dadas en mutuo. 2.5.2 Clases y modos de terminación Clases. Por la legislación que lo regula: Por la legislación que lo regula, el contrato de mutuo se puede clasificar en civil y mercantil. El mutuo tiene el carácter de civil por exclusión; es decir, cuando no es mercantil en este caso se regirá por las disposiciones del Código Civil. Tiene el carácter de mercantil, según el artículo 358 del Código de Comercio, cuando se contrae en el concepto y con expresión de que las cosas prestadas se destinen a actos de comercio y no para necesidades ajenas a éste; también se reputa mercantil cuando se contrae entre comerciantes. Se debe tener claro que siempre y cuando no se obtengan provechos o ganancias que denoten actos de comercio, por su destino o finalidad. Por su objeto: en atención al objeto de este contrato, podemos clasificarlo en: préstamo de dinero y préstamo de cosas fungibles que no son dinero, según se desprende de la definición que da el Código Civil en su artículo 2384, que a la letra menciona: “El mutuo es un contrato por el cual el mutuante se obliga a transferir la propiedad de una suma de dinero o de otras cosas fungibles al mutuario, quien se obliga a devolver otro tanto de la misma especie y calidad”. Modos de terminación: Además de los modelos de frustración del mutuo, y de modos generales de terminación de los contratos aplicables al mutuo, tales como el agotamiento natural del contrato, etcétera, cabe mencionar estos dos: a). El vencimiento anticipado del plazo, si el mutuario no paga a su respectivo vencimiento los intereses correspondientes. b). El desistimiento unilateral del contrato, cuando se pacta un interés más alto del tipo legal, en cuyo supuesto puede el mutuario después de pasados seis meses de celebrado el contrato, devolver el capital, dando un aviso con dos meses de anticipación y pagando los intereses vencidos.