Temas 2.1 Al 2.5.2 Contratos-2

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2.

1 CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS


El contrato unilateral: es aquel en el cual, los derechos son para una parte y las
obligaciones para la otra. Ejemplos: la promesa unilateral de venta o la promesa
unilateral de compra. No se debe confundir el acto unilateral con el contrato
unilateral; el primero es aquel cuya existencia se determina por la declaración de
una sola voluntad. Desde ese punto de vista, el contrato es un acto bilateral, ya
que su existencia requiere la declaración de dos o más voluntades, pero de tal
acuerdo de voluntades pueden resultar derechos para una parte y obligaciones
para la otra, que es lo que sucede con un contrato unilateral. El contrato bilateral:
es en el que se originan derechos y obligaciones para ambas partes. El artículo
1836 expresa: “El contrato es bilateral cuando las partes se obligan
recíprocamente”. Ejemplos: la compraventa, el arrendamiento, el comodato,
etcétera. El contrato oneroso: es aquel en que se estipulan provechos y
gravámenes recíprocos (artículo 1837). Tampoco se debe confundir el contrato
bilateral con el oneroso, porque una cosa son los derechos y las obligaciones, y
otra los provechos y gravámenes.
Es posible que exista un contrato bilateral que sea a la vez gratuito, como sucede
con el de comodato. La principal obligación para el comodante es conceder el uso,
y la del comodatario, restituir la cosa; pero la obligación del comodatario no es un
gravamen o carga, ya que cuando la cumple restituyendo la cosa objeto del
contrato, no experimenta ninguna disminución en su patrimonio, porque devuelve
una cosa que no le pertenece.
El contrato gratuito: es cuando los provechos son para una parte y los gravámenes
para la otra, es decir, se trata de aquellos contratos en los que solamente una de
las partes obtiene utilidad o ganancias.. El contrato conmutativo. Es cuando las
prestaciones que se deben las partes son ciertas y determinadas desde la
celebración del contrato, se trata de 40 los contratantes saben y conocen desde el
momento de su celebración que las prestaciones son claras.
El contrato aleatorio: es cuando la cuantía de la prestación debida depende de un
acontecimiento incierto. Al igual que, en el contrato conmutativo, el legislador
agrega una parte que no es correcta, al manifestar “que hace que no sea posible
la evaluación de la ganancia o pérdida, sino que hasta ese acontecimiento se
realice”. Se trata de aquellos contratos en los que la prestación es incierta al
momento de la celebración del contrato, por tratarse de un evento futuro,
desconociendo ambas partes de ganancias o pérdidas Por último no debemos
olvidar que tanto el contrato aleatorio como el conmutativo son subdivisiones del
oneroso.
El contrato principal: Es cuando existe por sí mismo, es decir, tiene existencia
propia, no depende de ningún otro contrato. Ejemplos: la compraventa, la permuta,
el arrendamiento.
El contrato accesorio: Es el contrato que no tiene existencia propia, es decir, aquel
que depende de otro y que, por tanto, corre la misma suerte del principal.
Ejemplos: la prenda, la fianza, la hipoteca.
Contratos instantáneos: Son contratos que producen sus efectos en un solo acto.
Ejemplos: la compraventa al contado; la permuta, si las partes se entregan
inmediatamente las cosas permutadas, así como el contrato de prestación de
servicios profesionales, si éstos se realizan y los honorarios se pagan al instante.
Contrato de tracto sucesivo: Son los contratos que producen sus efectos a través
del tiempo. Ejemplos: la compraventa en abonos, el arrendamiento, el comodato.
Contrato consensual en oposición a real: Es el que se perfecciona por el solo
consentimiento, sin necesidad de entregar la cosa. Ejemplos: la compraventa, la
permuta, el arrendamiento.
Contrato real: Es cuando no basta el consentimiento, sin necesidad de entregar la
cosa para su perfeccionamiento. Ejemplo: El contrato de prenda.
Contrato consensual en oposición a formal: Es cuando no requiere para su
validez, que el consentimiento se manifieste por determinado medio, sino que, por
el contrario, se da entera libertad a las partes para que lo manifiesten como ellas
deseen, de manera expresa o tácita, pero dentro de lo estipulado por la ley.
En principio, los contratos son consensuales; los artículos 1796 y 1832 así lo
indican, y sólo son formales en los casos designados por la ley. Ejemplos de
contratos consensuales: la compraventa sobre muebles, el comodato, el depósito.
Contrato formal: Es cuando la ley ordena que el consentimiento se manifieste por
determinado medio, entre nosotros, por escrito para que el contrato sea válido.
Existen también las llamadas ad probationem, que son las realizadas a fin de
poder demostrar la celebración de un acto, pero no constituyen un elemento de
validez. Por ejemplo, un contrato de comodato o de prestación de servicios
profesionales que se otorgue por escrito, no obstante ser contratos consensuales.
Ejemplos de contratos formales: La compraventa de inmuebles, el arrendamiento y
la aparcería agrícola y de ganados.
Contratos nominados: Es nominado el contrato que se regula en el Código y
recibe un nombre determinado; podemos incluir en esta clasificación a los
siguientes: compraventa, permuta y donación.
Contratos innominados: son los que están regulados expresamente por la ley
pero que, independientemente de ello, las partes los pueden celebrar en atención
a lo dispuesto en el artículo 1858, que establece: “Los contratos que no están
especialmente reglamentados en este Código, se regirán por las reglas generales
de los contratos, por las estipulaciones de las partes y, en lo que fueren omisas,
por las disposiciones del contrato con el que tengan más analogía de los
reglamentos en este ordenamiento”.
En este sentido, es nominado el contrato reglamentado en el Código, e
innominado el que no lo está. Consideramos, además, que las partes pueden
celebrar no sólo contratos reglamentados, sino los que no lo están, conforme al
principio de la autonomía de la voluntad, que indica que las partes tienen absoluta
libertad para celebrar los convenios que deseen, con la única condición de que
sean lícitos o, en otras palabras, las personas pueden contraer las obligaciones
que gusten, con tal de que no vayan en contra de la ley o de las buenas
costumbres.
Intuitu personae: Cuando se toman en cuenta las cualidades de la persona
(solvencia, honestidad, aptitud, confianza, etcétera) para su celebración; podemos
dar como ejemplos de esta clasificación: al depósito, mandato, prestación de
servicios profesionales, asociación, sociedad, aparcería agrícola y aparcería de
ganados. Contrato plurilateral: es aquel en que intervienen más de dos personas.
Ejemplos: asociación y sociedad. Contrato de organización: La distinción entre un
contrato de cambio y un contrato de organización se hará cuando se realicen los
contratos de asociación y sociedad civil.
2.2. CONTRATO DE PROMESA
“La promesa de contrato recibe diversas denominaciones, como precontrato,
contrato preliminar, antecontrato, contrato preparatorio, pacto de antecontrato,
contrato opción y contrato prometido”.10 La promesa es un contrato por el cual
una de las partes, o ambas, se obligan, dentro de cierto lapso, sea por el
vencimiento de un plazo o por el cumplimiento de una condición, a celebrar un
contrato futuro determinado.
Naturaleza y características del contrato de promesa:
 Es un contrato típico, ya que se encuentra regulado por ley.
 Es un contrato principal, ya que su existencia no se subordina a la de otro
contrato.
 Es un contrato preparatorio, ya que se celebra con un objeto preciso y
determinado, como es que en el futuro se va a celebrar otro contrato. O sea, crea
una relación jurídica preliminar para la celebración posterior de un contrato futuro.
 Es un contrato sujeto a modalidad, por definición, si no, la promesa no surtiría
efecto.
 Es un contrato unilateral o bilateral según queden obligadas una o las dos
partes a celebrar el contrato futuro.
La promesa de contrato es un acto especialísimo, su objeto es celebrar, y sólo
genera obligaciones de hacer. La parte que se obliga a celebrar el contrato futuro
se llama promitente y a esta palabra se le agrega el nombre del respectivo
contratante del contrato futuro (por ejemplo: promitente comprador, promitente
arrendatario, etcétera); a la otra parte se le denomina beneficiario o promisario.
Cuando es una promesa bilateral, las dos partes se llaman promitentes. Son dos
los elementos reales de la promesa: el contrato futuro y el plazo o condición.
1. El objeto mediato de la promesa es el contrato futuro, ya que el objeto inmediato
es una obligación de hacer. Los elementos característicos del contrato definitivo y
que deben señalarse desde el contrato preliminar, son los elementos esenciales.
2. El otro elemento real es el plazo o condición, pues a falta de éste, se haría nula
la promesa. Existe la posibilidad de establecer que, para que el beneficiario en una
promesa unilateral o los dos promitentes en una bilateral puedan desistirse de la
promesa y no celebrar el contrato futuro, quien desista del contrato debe perder
como sanción las arras entregadas o devolver éstas y otro tanto, según el caso, a
su contratante, pero sin quedar obligado además a celebrar el contrato prometido.
Son objeto de los contratos: 1. La cosa que el obligado debe dar. 2. El hecho que
el obligado debe hacer o no hacer. 3. El objeto de la promesa en el contrato
constituye la obligación de hacer, como lo expresa el artículo 2245: “La promesa
de contrato sólo da origen a obligaciones de hacer, consistentes en celebrar el
contrato respectivo de acuerdo con lo ofrecido”. La falta de cualquiera de estos
elementos origina la inexistencia del contrato, de conformidad con lo preceptuado
en el artículo 2224 del Código Civil.
2.2.1. Efectos del incumplimiento
El beneficiario puede exigir al promitente el cumplimiento del contrato de promesa,
que es la celebración del contrato definitivo; Si el promitente rehúsa celebrar el
contrato prometido o firmar los documentos necesarios para darle forma legal, el
beneficiario puede demandarlo y, en su rebeldía, lo hará el juez en su rebeldía a
solicitud de aquel. Si la cosa ofrecida haya pasado por título oneroso a propiedad
de tercero de buena fe, entonces la promesa quedará sin efecto, siendo
responsable el que la hizo de todos los perjuicios que se hayan originado a la otra
parte. Cuando la enajenación se ha hecho a un tercero de mala fe o en virtud de
un acto a título gratuito, tal enajenación pude ser dejada judicialmente sin efecto,
aunque no exista mala fe de dicho tercero. Termina ordinariamente por
agotamiento natural de los efectos del contrato, pero también puede caducar si
termina el plazo sin que exista culpa de ninguna de las partes y otra forma es si el
contrato final es lícito.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que, para poder exigir
el otorgamiento del contrato definitivo, es necesario probar la celebración del
contrato de promesa, porque de lo contrario no procede dicha acción. La tesis del
alto tribunal sentencia: “Si no se comprueba la celebración del contrato de
promesa de venta, no puede prosperar para otorgamiento del contrato definitivo de
compraventa, en escritura pública, que se origina como consecuencia del
cumplimiento de la obligación de hacer que se constituye con la celebración del
contrato preliminar.” (Semanario Judicial de la Federación, 3ª Sala, sexta época,
cuarta parte, vol. LXVII, p. 119).
2.3. CONTRATO DE COMPRAVENTA
El contrato de compraventa es aquel por virtud del cual, una persona llamada
vendedor se obliga a entregar una cosa o a documentar la titularidad de un
derecho, a la otra parte contratante; llamada comprador, quien como
contraprestación se obliga a pagar un precio cierto y en dinero, y que produce el
efecto translativo de dominio respecto de los bienes que sean materia del contrato.
Este contrato se perfecciona por el consentimiento de las partes respecto del
precio y de la cosa, y desde entonces obliga a los contratantes, aunque la cosa no
haya sido entregada ni el precio satisfecho.13 La traslación de la propiedad se
verifica entre los contratantes, por mero efecto del contrato, sin dependencia de
tradición, ya sea natural, ya simbólica, salvo convenio en contrario; y si bien la ley
civil establece reglas relativas a la entrega de la cosa vendida, estas reglas sólo
tienen por objeto determinar los límites de la obligación del vendedor de entregar
esa cosa, y comprador que la ha satisfecho debidamente, es decir hay
compraventa cuando una de las partes se obliga a transferir la propiedad de una
cosa o de un derecho, y el otro por su parte, se obliga a pagar por ello un precio
cierto y en dinero.
El contrato de compraventa, conforme a la ley mexicana, se perfecciona cuando
ambas partes se han puesto de acuerdo en precio y cosa, aún cuando aquel no
haya sido satisfecho y ésta entregada y la transmisión del dominio se opera
respecto de cosas que sean ciertas y determinadas, por mero efecto del contrato
en el momento de su celebración, y cuando el contrato recae sobre cosas que no
son ciertas y determinadas, en el momento en que se determinan con
conocimiento del acreedor. No obstante que el objeto sobre el que recae la
conducta de las partes en este contrato puede ser una cosa o un derecho, no se
tratan aquí los asuntos y problemas relacionados con los derechos.
2.3.1. Elementos y requisitos
Elementos esenciales de la compraventa: la formación del contrato de la
compraventa, como la de cualquier otro contrato, necesita para su validez, la
reunión de tres elementos constituidos: el consentimiento, que debe emanar de
una persona capaz, el objeto y la causa (artículo 1108 del Código Civil).
Consentimiento: Según el artículo 2181 del Código Civil: "habrá compraventa
cuando uno de los contratantes se obliga a transferir la propiedad de una cosa o
de un derecho, y el otro a su vez se obliga a pagar por ellos un precio cierto y en
dinero". Es decir, el primer elemento esencial o sea el consentimiento, en la
compraventa se define como un acuerdo de voluntades que tiene por objeto la
transferencia de un bien a cambio de un precio. El contenido de voluntad en este
contrato ha de ser siempre transmitir por una parte el dominio de una cosa o de un
derecho y, por la otra, pagar un precio cierto y en dinero. Si no se cumplen estas
dos manifestaciones de la voluntad, no hay compraventa. "El consentimiento debe
existir desde luego sobre la naturaleza del acto que se celebra, es decir, en cuanto
a la venta misma. En otros términos: las partes deben de estar de acuerdo en que
celebran un contrato de compra y de venta: una de ellas querer vender, y la otra
debe querer comprar; Es decir, la voluntad del vendedor debe de estar
direccionada implícitamente la transmisión de la propiedad o un derecho, por otra
parte la voluntad del comprador debe estar encaminada al pago en precio cierto y
en dinero por esa transmisión, si están ausentes estas características del
consentimiento el contrato es inexistente, por lo tanto no se ha formado.
Preferencia en el pago: el efecto traslativo de dominio da al comprador un derecho
real oponible a los terceros y al vendedor un derecho preferente en cuanto al pago
del precio. El artículo 2993 del Código Civil vigente señala: "Con el valor de los
bienes que se mencionan serán pagados preferentemente." "VIII. El crédito que
provenga del precio de los bienes vendidos y no pagados, con el valor de ellos, si
el acreedor hace su reclamación dentro de los sesenta días siguientes a la venta,
si se hizo al contado, o del vencimiento, si la venta fue a plazo. Tratándose de
bienes muebles, cesará la preferencia si hubieran sido inmovilizados." Formación
del consentimiento cuando el precio es fijado por un tercero. La fijación del precio
la puede hacer un tercero cuando los contratantes expresamente lo convengan.
Por esta modalidad, el consentimiento quedará sustituido desde el momento en
que el tercero fije el precio y no sea rechazado por ambas partes. La fijación del
precio hecha por un tercero no podrá ser rechazada en forma unilateral, en esta
formación del consentimiento existe una obligación la cual crea la imposibilidad de
que el vendedor trate de reivindicar en contra del comprador la cosa vendida,
cuando la cosa no era propiedad del vendedor.Forma del consentimiento: el
consentimiento en la compraventa podrá ser expreso o tácito. Hay consentimiento
expreso cuando se manifiesta 49 verbalmente, por escrito o por signos
inequívocos que indiquen la aceptación. Tácito, cuando resulte de hechos o de
actos que lo presupongan o autoricen a presumirlo, estas son las formas
reconocidas por la ley, dejando a la voluntad de las partes por cual decidir, sin
estar fuera del sometimiento del estado en su respectiva jurisdicción. Inexistencia
por falta de consentimiento: la falta de consentimiento en la compraventa produce
la inexistencia jurídica del contrato; consecuentemente no será susceptible de
convalidación. Inexistencia jurídica de la compraventa y los efectos del registro
público de la propiedad, recordando que en el consentimiento las partes se ponen
de acuerdo o convienen sobre la cosa y el precio de la misma, para su transmisión
y entrega a cambio de un precio cierto. La Suprema Corte de Justicia de la Nación
considera que inscrito un bien inmueble en el Registro Público de la Propiedad y si
un tercero de buena fe adquiere a su vez ese inmueble, inscrito su derecho no
será invalidado aunque se anule el título de enajenante. De acuerdo con los
principios en que se fundamenta la inexistencia jurídica, si el propietario es
suplantado en un contrato, el contrato será inexistente y no producirá efecto legal
alguno ni será susceptible de darle validez por confirmación o por prescripción, en
el caso de la supuesta suplantación y que sea un tercero que está facultado por
una de las partes para celebrar un contrato y este a su vez lo ratifica el contrato
será completamente válido. (2224 CCF).
Objeto directo: El segundo elemento de existencia de la compraventa presenta
mayor interés. Consiste en su objeto. Es necesario distinguir el objeto directo del
contrato y el de las obligaciones nacidas del mismo. Es decir, el objeto directo en
la compraventa consiste en transmitir el dominio de una cosa por una parte y en
pagar un precio cierto y en dinero por la otra.
Objeto indirecto: Los objetos indirectos en la compraventa están constituidos por la
cosa y el precio. Puede existir consentimiento para transmitir una cosa a cambio
de un precio; pero puede no existir la cosa o faltar el precio, y en ese caso el
contrato es inexistente por la falta de alguno de sus objetos indirectos.
Objeto. Doble aspecto del objeto indirecto de la compraventa: El objeto indirecto
del contrato se integra por la cosa o el derecho que el vendedor se obliga a
transmitir y el precio que el comprador se obliga a pagar, recordando que se trata
del elemento de validez del contrato, del derecho a recibir el pago como la
obligación de la transmisión de la propiedad, cosa o derecho según se trate.
Requisitos del objeto indirecto para ser materia del contrato de compraventa, por
estar representado por la cosa. Para que la cosa pueda ser objeto del contrato,
debe reunir los siguientes requisitos:
 La cosa debe tener una existencia física para considerarse dentro de la
naturaleza. La existencia material se determina por las leyes de la física que
identifican su naturaleza corpórea o incorpórea, no contrario a la disposición de la
ley, tanto física como abstracta, por naturaleza o por ley.
 El objeto debe ser determinado o determinable en cuanto a su especie. El
contrato será inexistente si el objeto no se determina o se precisa su especie, no
sería motivo del contrato, por no saber lo que se transmite o pretende adquirir.
 El objeto de la compraventa debe estar en el comercio. El objeto puede estar
fuera del comercio por su naturaleza o por disposición de la ley (1825), pero no
contrario a la ley. Están fuera del comercio por su naturaleza los bienes que no
pueden ser susceptibles de apropiación individual como el aire o el espacio aéreo.
Los bienes fuera del comercio por disposición de la ley son todos aquellos que la
ley los declara incomerciables o inalienables, algunos corresponden al dominio del
poder público dividiéndose estos en bienes de uso común, bienes destinados a un
servicio público y bienes propios. Los bienes de uso común están constituidos por
bienes terrestres como las vías públicas, parques, jardines; bienes fluviales como
los ríos o calles y bienes marítimos como las costas, playas y mares. Los bienes
propios del Estado están destinados a la función administrativa de la Federación.
Pero no contrarios a las disposiciones legales, y tampoco de cosas y contratos
imposibles de ser percibidos por los sentidos.
2.3.2. Derechos y obligaciones de las partes
Las obligaciones del vendedor se detallan a continuación:
1. Perfeccionar la transferencia de la propiedad del bien, basta con el
consentimiento de las partes en relación a los elementos esenciales del contrato.
2. Entregar el bien y sus accesorios en el estado en que se encuentra en el
momento de celebrarse el contrato, es otra de las obligaciones del vendedor.
3. Entregar los documentos y títulos relativos a la propiedad o el uso del bien
vendido, salvo pacto distinto, deberán ser transmitidos al nuevo adquiriente.
4. Entregar el bien inmediatamente después de celebrado el contrato, salvo la
demora que resulte de su naturaleza o de acuerdo distinto, siempre que se trate
de una cosa material, si se trata de un contrato donde las partes han convenido
que lo harán posteriormente de la celebración, deberá darse cumplimiento
conforme haya convenido.
5. Entregar el bien en el lugar en que se encuentre en el momento de celebrarse el
contrato, salvo que sea bien incierto, en cuyo caso la entrega se efectuará en el
domicilio del vendedor o donde las partes lo determinen.
6. Responder por los frutos del bien en caso de ser culpable de la demora de su
entrega, caso contrario corresponde responder por los frutos sólo en caso de
haberlos percibido, salvo pacto en contrario.
7. Reembolsar al comprador los tributos y gastos del contrato que hubiera pagado
e indemnizarle los daños y perjuicios cuando se resuelva la compra venta por falta
de entrega, hasta su total satisfacción de las partes contratantes
8. Cuando se trate de un contrato cuyo precio deba pagarse a plazos y el
vendedor demore la entrega del bien, éstos se prorrogan por el tiempo de la
demora o deberán responder por los daños, gastos o pérdidas que se ocasionen
por esta demora, salvo pacto en contrario.
Son obligaciones del comprador, las que a continuación se detallan: 1. Pagar el
precio, en el momento, modo y lugar pactados, en caso de demora las partes
deberán estipular la forma en que deban de subsanarlo. 2 Devolver la parte del
precio pagado, deducido los tributos y gastos del contrato cuando se resolvió el
contrato por incumplimiento de pago del saldo, si de esta forma hayan convenido
las partes. 3. Cuando el contrato se resuelve por no haberse otorgado, en el plazo
convenido, la garantía debida por el saldo del precio. 4. Pagar inmediatamente el
saldo deudor dándose por vencidas las cuotas que estuvieran pendientes, cuando
dejó de pagar tres cuotas, sucesivas o no, dependiendo del convenio de las partes
contratantes. 5. Pagar el saldo deudor cuando se ha convenido en el contrato la
improcedencia de la acción resolutoria. 6. Devolver lo recibido del vendedor y
pagar una compensación equitativa por el uso del bien e indemnizar los daños y
perjuicios. En el caso en que se resuelva el contrato por falta de pago del
comprador, hasta la satisfacción total del vendedor. 7. Recibir el bien en el plazo
fijado en el contrato o en que señalen los usos, si no hubiera un plazo convenido o
de usos diversos, el comprador deberá recibir el bien al momento de celebrar el
contrato, salvo pacto en contrario, sin ocasionar daños o pérdidas al vendedor.
Las garantías del comprador y del vendedor: El vendedor goza de las siguientes
garantías para el caso de incumplimiento por parte del comprador, las cuales se
encuentran protegidas por la ley: 1. Derecho de preferencia en cuanto al precio,
según haya sido pactado. 2. Derecho de retención respecto de la cosa, sin la
intención de afectar a la otra parte contratante. 3. Acción de cumplimiento,
aplicable para ambas partes contratantes. 4. Acción de rescisión con pago de
daños y perjuicios, en caso de ser necesario. El comprador está protegido frente al
vendedor, para el caso de incumplimiento de este con los siguientes derechos y
acciones, como lo está el vendedor frente a la ley. 1. Derecho de retención del
precio, en ciertos casos. 2. Acción de cumplimiento. 3. Acción de rescisión con
pago de daños y perjuicios. El derecho de preferencia: En las ventas a plazo o al
contado, cuando el comprador no cubra el precio, el vendedor tiene además de la
garantía general sobre todos los bienes embargables del comprador, una garantía
especial sobre los bienes vendidos para que su valor, en el caso de insolvencia,
de quiebra, o de concurso en material civil, de este último se aplique al pago del
precio, cuidando que se establezca la cláusula correspondiente.
Esta garantía la encontramos precisamente en el titulo relativo a "la concurrencia y
prelación de los créditos" que regula el Código vigente, en relación con el artículo
2293: "El comprador debe cumplir todo aquello a que se haya obligado y
especialmente a pagar el precio de la cosa en el tiempo, lugar y forma convenidos.
Derecho de retención de la cosa: De acuerdo con los artículos 2286 y 2287 del
Código Civil vigente, el vendedor goza del derecho de retener la cosa en dos
casos: a) cuando el comprador no haya pagado el precio en las ventas al contado;
b) cuando en las ventas a plazo, descubre que el comprador se halla en estado de
insolvencia, a no ser que le dé fianza de pagar al plazo convenido.
Dicen así los citados preceptos: El vendedor no está obligado a entregar la cosa
vendida, si el comprador no ha pagado el precio, salvo que en el contrato se haya
señalado un plazo para el pago.Tampoco está obligado a entregarla, aunque haya
concedido un término para el pago, si después de las ventas se descubre que el
comprador se halla en estado de insolvencia, de suerte que el vendedor corra
inminente riesgo de perder el precio, a no ser que el comprador le dé fianza de
pagar al plazo convenido. Acción de cumplimiento del vendedor para exigir el pago
del precio: Normalmente se trata de la acción más importante y usual en las
relaciones jurídicas que originan la compraventa, pues tanto en las enajenaciones
civiles como en las mercantiles, el vendedor opta por exigir el cumplimiento del
contrato de acuerdo con el artículo 1949 del Código Civil vigente, más el pago de
daños y perjuicios ocasionados por la falta de cumplimiento de contrato por parte
del comprador.
El artículo 2296 fracción III, faculta expresamente al vendedor para reclamar
además los intereses moratorios con arreglo a los artículos 2104 y 2105, es decir,
si se hubiese señalado un plazo para el pago del precio, los intereses correrán a
partir del vencimiento del mismo; en caso contrario, la compraventa se reputa al
contado y la fecha de la mora deberá determinarse por el momento relativo a la
entrega de la cosa, por ser de aplicación expresa el artículo 2255: "el comprador
debe pagar el precio en los términos y plazos convenidos. A falta de convenio lo
deberá pagar al contado”. La demora en el pago del precio lo constituirá en la
obligación de pagar réditos al tipo legal sobre la cantidad que adeude.
Acción de rescisión del vendedor con pago de daños y perjuicios es por ello
que.se debe poner especial atención y preveer estas faltas por cualquiera de las
partes, debiendo quedar claro en la celebración del contrato. El vendedor tiene
como en cualquier contrato bilateral la acción rescisoria con pago de daños y
perjuicios, en los casos de incumplimiento del comprador, recordando que no es
exclusivo de esta parte contratante, más bien está a disposición de quien tenga
ese derecho de hacer exigible su derecho.
Acción de cumplimiento del comprador: El comprador que ha pagado el precio
tiene, conforme a las normas generales que ya hemos estudiado, la 57 facultad de
exigir al vendedor la entrega de la cosa, nuevamente tiene aplicación al caso lo
dispuesto por el artículo 1949, que la facultad además para demandar daños y
perjuicios por el retardo de dicha entrega. Acción rescisoria del comprador con
pago de daños y perjuicios, hasta el momento en que se satisfagan las
prestaciones que demanda el comprador del vendedor. Cuando el comprador no
prefiera exigir el cumplimiento del contrato, en los casos en que el vendedor haya
incurrido en mora respecto a la entrega de la cosa, o haya faltado alguna de sus
obligaciones, o bien, cuando exista una imposibilidad física o legal de
cumplimiento, está facultado para exigir conforme al artículo 1949 la rescisión del
contrato, más el pago de daños y perjuicios por el retraso en dicha entrega, salvo
pacto en contrario, si se trata de eventos de orden de la naturaleza, imprevistos e
incontrolables, por parte del hombre.
Modalidades de la compraventa: El Código Civil enuncia las modalidades del
contrato de compraventa de tal manera que éstas no sean imitativas. Las
modalidades que reglamenta la legislación mexicana son las siguientes:
Compraventa con reserva de dominio: Por esta modalidad el enajenante se
reserva el dominio de la cosa hasta en tanto el comprador no pague el precio
pactado. La venta con reserva de dominio da al vendedor la garantía de que,
hasta en tanto no se pague el precio de la compraventa, la propiedad de la cosa
no pasara al comprador. Esta modalidad implica una doble figura jurídica en caso
de que se rescinda el contrato por incumplimiento de las obligaciones. Será un
contrato de compraventa sujeto a una condición suspensiva y a la vez será un
contrato de arrendamiento sujeto a una condición resolutoria. El artículo 2311
prescribe que: Si se rescinde la venta, el vendedor y el comprador deben
restituirse las prestaciones que se hubieran hecho: pero el vendedor que hubiere
entregado la cosa vendida puede exigir del comprador, por el uso de ella, el pago
de un alquiler o renta que fijaran peritos, y una indemnización, también fijada por
peritos, por el deterioro que haya sufrido la cosa. El comprador que haya pagado
parte del precio, tiene derecho a los intereses legales de la cantidad que entregó.
Las convenciones que impongan al comprador obligación más onerosas que las
expresadas, serán nulas. Compraventa en abonos efecto de la rescisión: Las
disposiciones legales que reglamentan la rescisión del contrato de compraventa
en abonos, en cuanto a las restituciones recíprocas de las prestaciones que se
hubieren hecho las partes, son de orden público, irrenunciables, por lo que las
cláusulas contractuales que impongan al comprador obligaciones más onerosas
que las expresadas por la ley, son nulas, y la sentencia respectiva, al declarar la
rescisión, debe ordenar que las restituciones se hagan en términos de ley.
Reserva de dominio oponible a terceros: Para que la reserva de dominio pactada
entre los contratantes surta sus efectos frente a terceros, deberá inscribirse en el
Registro Público de la Propiedad ya se trate de bienes inmuebles registrados o de
bienes muebles susceptibles de identificación, siempre y cuando se trate de
bienes que pueden ser registrados en esta institución La entrega de la cosa da al
comprador el carácter de arrendatario, y en estas condiciones el adquiriente no
podrá enajenar el objeto. En caso contrario el vendedor podrá rescindir el contrato
con independencia de la acción penal que resulte al comprador por disponer de un
objeto cuya posesión le fue transmitida precariamente, o bien se trate de una
especie de posesión originaria. Venta en abonos: Por esta modalidad las partes
acuerdan que el pago del precio se cumpla en exhibiciones periódicas llamadas
abonos. La modalidad queda vinculada al pago del precio en diversas
exhibiciones. Desde que el contrato se celebra el adquiriente se convierte en
propietario con todas las facultades de dueño incluyendo la de disposición del
objeto adquirido, sin dejar a un lado las obligaciones que deriven de este. La
cláusula rescisoria no surtirá sus efectos frente a los terceros cuando se trate de
bienes muebles que no sean susceptibles de identificación y que el tercero
adquiriente sea de buena fe. En este caso la mala fe del tercero podrá acreditarse
sólo por las reglas de la Ley Procesal y no por el principio de buena fe registrado,
sometiéndose a los casos previstos por la ley. Rescisión de la venta en abonos:
Cuando la venta en abonos se rescinda, se aplicarán las mismas reglas de la
venta con reserva de dominio. Venta con pacto de preferencia: Por esta modalidad
las partes acuerdan que, cuando el adquiriente pretenda enajenar el objeto de la
compraventa, deberá preferir en igualdad de circunstancias al enajenante. La
violación de esta obligación sólo da acción al enajenante para reclamar el pago de
daños y perjuicios, siempre y cuando no se haya presentado con la renuncia de
este derecho. La legislación civil establece las siguientes reglas para ejercer el
derecho de preferencia: a) Si se trata de bienes muebles, el vendedor, después de
ser notificado de la oferta, deberá ejercer su derecho dentro de los tres días
siguientes. b) Si la cosa fuere inmueble, el vendedor deberá ejercer su derecho
dentro de los diez días siguientes. El derecho de preferencia se ejercerá pagando
el precio que el comprador ofrece, en caso de no hacerlo el pacto de preferencia
quedará sin efecto (2304). Ante el riesgo de que las partes puedan pactar una
retroventa o una promesa de venta sobre el mismo objeto del contrato,
expresamente se prohíbe su celebración, ya que precisamente el Código vigente
derogó la modalidad del pacto de retroventa del Código de 1884 ante el notorio
perjuicio que se ocasionaba a los acreedores y al fisco (2302).
La venta con pacto de no vender a determinada persona: Se puede pactar que la
cosa del contrato no se venda a una determinada persona. Sin embargo, por
acuerdo de las partes no es válido pactar que el adquiriente quede impedido para
enajenar el objeto. El pacto de incomerciabilidad de un objeto o la limitación al
derecho de propiedad va en contra de las normas de orden público que regulan la
capacidad y el derecho de propiedad.
2.3.3 Formas de extinción
El contrato de compraventa, en principio, se extingue por las mismas causas
propias de los contratos; bien se trate de causas particulares de ellos, bien lo sea
por causas aplicables a todo negocio jurídico. En este sentido el artículo 1506 del
Código Civil dispone expresamente que: "La venta se resuelve por las mismas
causas que todas las obligaciones, y, además, por las expresadas en los capítulos
anteriores, y por el retracto convencional o por el legal". Este precepto ha sido
duramente criticado desde el punto de vista doctrinal, por considerar al retracto
como una institución que resuelve el contrato de compraventa, sumado al hecho
de que al dividirlo en convencional y legal, lo que hace realmente es confundir dos
instituciones distintas toda vez que, el retracto propiamente dicho es el
denominado legal y en virtud del cual tiene derecho un tercero que actúa por
subrogación, mientras que el denominado convencional o venta con pacto de
retroventa, tiene unos orígenes institucionales muy distintos. Considerando al
vendedor o enajenante como el derecho que se reserva el vendedor de recuperar
la cosa vendida. Así las cosas, podemos decir que, en realidad, el denominado
retracto convencional no es más que una venta sometida a condición resolutoria,
aunque parte de la doctrina entiende que se trata de una condición suspensiva;
por último, otro sector doctrinal opina que no hay ni anulación ni destrucción del
contrato, sino una verdadera subrogación, siempre que se tengan presente dentro
de las cláusulas del contrato celebrado por las partes. Pero lo cierto es que la
ubicación de este precepto dentro del conjunto de los Código Civil es equivocada,
habida cuenta de que el retracto legal no es más que un derecho real de
adquisición preferente; así pues, en definitiva, Introducción al derecho y lecciones
de derecho civil, es que se esté indicando que se trata de una cosa distinta y se
haya descubierto su verdadera naturaleza jurídica, sino simplemente la explicación
de sus efectos propios, en sustitución de lo que clásicamente se creía; es decir,
una subrogación, considerando que tenga esa necesidad u oportunidad el
vendedor, respecto de la cosa vendida frente a su anterior propietario de la cosa
que ha sido transmitida. Los retractos han sido clasificados por la doctrina como
derechos reales limitativos del dominio, pero sin que por ello dejen de significar
una adquisición. Aunque sí resulta lógico y necesario desarrollar una teoría
general de estos derechos de retracto, tanteo y opción para que puedan ser
subsumidos en una posición clara, dentro de nuestro ordenamiento jurídico, ya
que siempre cabe la posibilidad de encontrarse con limitaciones de derechos
reales que voluntariamente no pueden ser cumplidas por consistir en instituciones
de numerus clausus, siempre que se hayan convenido claramente dentro de las
cláusulas del contrato. Debemos tener en cuenta que, en atención a las reglas
generales, también puede obtenerse la invalidez o destrucción de un contrato de
compraventa cuando se proceda, por ejemplo, con error, dolo, etcétera; porque se
vicia el consentimiento, cosa que debe haber ausencia del mismo. Son causas de
extinción del contrato de compraventa, las siguientes: Una de las causas
específicas de extinción de la compraventa de bienes inmuebles está regulada en
el artículo 1503 CC, en virtud del cual se permite la resolución del contrato
cuando, habiendo entregado el vendedor la cosa, surge en él un fundado motivo
para creer que no llegará a cobrar el precio total pactado, cuando éste se aplazó,
ni podrá recuperar la cosa entregada.
2.4 CONTRATO DE PERMUTA
La permuta es la forma primitiva de intercambio entre los hombres;
históricamente, es el antecedente de la compraventa que supone la existencia de
moneda y por consiguiente un grado de organización social más avanzado, aun
cuando en tiempos actuales solamente ha evolucionado, para su aplicación
práctica dentro de nuestra propia legislación..,
“La permuta es un contrato por virtud del cual cada una de las partes se obliga a
transmitir la propiedad de una cosa, a cambio de otra que a su vez recibe en
propiedad o dicho de otra manera: el cambio de cosa por cosa”.16 Se trata de la
primera manifestación natural del comercio, y aparece en la historia desde el
momento en que las primeras poblaciones empiezan a especializar sus
profesiones y existen excedentes, al respecto, los cuales han servido como base
para que los actuales tengan una forma más completa, de tal manera que lo
encontramos regulado por la ley.
Se observará, en su caso, lo dispuesto en el artículo 2250 del Código Civil: “Si el
precio de la cosa vendida se ha de pagar parte en dinero y parte con el valor de
otra cosa, el contrato será de venta cuando la parte de numerario sea igual o
mayor que la que se pague con el valor de otra cosa. Si la parte en numerario
fuere inferior, el contrato será permuta”.
La permuta es un contrato: a) traslativo de dominio: sirve para transmitir la
propiedad; b) principal, bilateral, oneroso: es necesario un intercambio, y si no,
sería uno de donación de bienes; c) conmutativo (generalmente): ambas partes
suelen tener las mismas obligaciones y derechos; d) aleatorio por excepción,
instantáneo o de tracto sucesivo, consensual: el contrato se perfecciona por el
mero consentimiento, aunque en algunos casos haga falta cumplir formalidades
para hacer frente a las obligaciones que nacen del contrato (por ejemplo,
escriturar un bien inmueble). La permuta se perfecciona por el mero
consentimiento de las partes, de la misma manera que en el contrato de
compraventa. Se distingue de éste, porque en el contrato de venta la cosa es
cedida a cambio de un precio establecido en dinero. Otra distinción es que en la
compraventa existen dos partes diferenciadas: comprador y vendedor, que
intercambian cosa y precio.
Además, la compraventa es tomada como tal cuando más de la mitad del precio
que se paga por la cosa es dado en dinero, mientras que al estipularse la mitad o
menos, en dinero, se configura una permuta. En el caso de ausencia de regulación
específica, la permuta se regula por las disposiciones establecidas para la
compraventa.
Elementos de existencia: Para que una permuta sea jurídicamente existente, es
indispensable la presencia de dos elementos fundamentales: consentimiento y
objeto, que como se ha mencionado con anterioridad, la ausencia de estos
elementos denota una inexistencia del propio contrato.
Consentimiento. Es el acuerdo de voluntades no sólo en cuanto a la creación de
obligaciones, sino también en lo concerniente al objeto material del contrato,
elemento esencial para que las partes puedan obligarse en la medida que así lo
manifiesten.
Objeto: Contempla dos características: el objeto jurídico y el material. El objeto
jurídico, a su vez, se divide en directo e indirecto.
El primero es la creación de obligaciones; el segundo es la función de dar, ambos
deben permanecer para su perfeccionamiento de la celebración de los contratos
entre las partes. El objeto material, por su parte, es la cosa o titularidad de los
derechos que se van a transmitir, la cual debe poseer las siguientes
particularidades: 1º Existir en la naturaleza, 2º Ser determinada o determinable en
cuanto a su especie, 3º Estar en el comercio, Dependiendo en gran medida el
cumplimiento por parte del vendedor o responder por el saneamiento de evicción.
Elementos de validez. Capacidad. En concordancia con las reglas de la compra-
venta, no pueden permutar: a) los menores de edad, b) los extranjeros cuando
adquieren en la zona restringida. Asimismo son incapaces: los magistrados, los
jueces, el ministerio público, los defensores oficiales, los abogados, los
procuradores y los peritos, quienes no pueden comprar los bienes que son objeto
de los juicios en que intervengan. Tampoco podrán ser cesionarios de los
derechos que se tengan sobre los citados bienes (artículo 2276 Código Civil). Una
excepción se da cuando las personas mencionadas en el artículo 2276 sean
coherederos o copropietarios (artículo 2277 CC).
También por analogía, el artículo 2280 se aplica a cualquiera de los contratantes
en cuanto a que: No pueden comprar los bienes de cuya venta o administración se
hallen encargados: Los tutores o curadores, mandatarios, ejecutores
testamentarios y los que fueren nombrados en caso de intestado, interventores
nombrados por el testador o por los herederos, representantes, administradores o
interventores en caso de ausencia y los empleados públicos.
Vicios del consentimiento. Como ya se señaló, a la permuta se le aplican las
mismas reglas que rigen a la compra-venta; sin embargo en este tipo de contratos
reviste especial importancia la lesión que puede ocasionarse a una persona al
momento de intercambiar una cosa, ya que muchas veces no se conoce el valor
intrínseco de la misma. Tal sucedió en incontables ocasiones cuando, por ejemplo,
los españoles permutaban con los indígenas oro por vidrios.
2.4.1. Derechos y obligaciones
Para efectos de derechos de las partes, cabe mencionar que es la aplicación de la
mayor parte de las reglas de la compraventa a este contrato, así se encuentra
establecido en nuestra legislación mexicana y en otras aplica en los mismos
términos. Cada permutante tiene las seis obligaciones de un vendedor, pero con
estas dos diferencias que agravan tales obligaciones en la permuta: a) En la
compraventa, aunque el comprador tuviere justo temor de ser perturbado en su
posesión o derecho, deberá efectuar el pago del precio que no hubiere hecho
todavía, si el vendedor le ha asegurado la posesión o le ha dado fianza, salvo
convenio en contrario; en tanto que en la permuta, cuando el permutante que ha
recibido del otro la cosa, teme que va a ser perturbado en su posesión o derecho,
si acredita que tal cosa no era del permutante que se la dio (prueba que pueda
producir aun fuera del juicio), no puede ser compelido a entregar la cosa que
ofreció a cambio, sino que puede deshacer la operación mediante dicha prueba y
la devolución de la cosa que recibió. b) En la compraventa, cuando el comprador
sufre de la evicción de la cosa, el vendedor debe pagarle daños y perjuicios si
hubiere procedido de mala fe; en tanto que el permutante que ha sufrido la
evicción de la cosa que recibió en cambio, podrá reivindicar la que él dio si se
halla aún en poder del otro permutante, o exigir su valor o el valor de la cosa que
se le hubiere dado en cambio, con el pago de daños y perjuicios, lo cual constituye
una agravación de responsabilidad en la permuta con relación a la compraventa.
2.4.2. Clases, revocación y terminación
Es un contrato sinalagmático propiamente dicho; oneroso, conmutativo o
aleatorio, en este último caso cuando uno de los permutantes transmite la
propiedad de la cosa y toma a su riesgo que la otra cosa que se le va a enajenar
llegue a existir o no; consensual, si recae sobre bienes muebles, y formal, si recae
sobre bienes inmuebles. El contrato de permuta es principal, bilateral, oneroso,
conmutativo, con forma restringida. Principal, porque tiene fines y vida propios, y
para su existencia o validez no depende de otro contrato. Bilateral, en virtud de
que nacen obligaciones para ambas partes; tales obligaciones consisten en dar y
transmitir la propiedad o titularidad de un derecho a cambio de otro. El contrato es
oneroso por las cargas y gravámenes que también corresponden a los
contratantes. Es conmutativo ya que a partir de que el contrato se celebra, se
conoce el carácter de ganancioso o perdidoso, a menos que una o ambas partes
tomen a su cargo el riesgo de que la cosa se disminuya o no llegare a existir.
También tiene forma restringida porque la ley no exige ninguna formalidad si se
trata de bienes muebles. Si son bienes inmuebles se deberá otorgar mediante
escrito privado o a través de escritura pública, dependiendo de la cuantía.
2.5 MUTUO
Se puede definir como el contrato en virtud del cual una persona llamada
mutuante se obliga a transferir la propiedad de una suma de dinero o de otras
cosas fungibles a otra persona llamada mutuario, quien se obliga a devolver otro
tanto de la misma especie y calidad, considerando que deberá estipularse un
plazo para los efectos de la devolución de la cosa o cosas que dieron origen a la
celebración del contrato de mutuo.
Concepto:
El mutuo es un contrato por el cual el mutuante se obliga a transferir la propiedad
de una suma de dinero o de otras cosas fungibles al mutuario, quien se obliga a
devolver otro tanto de la misma especie y calidad. Una especie de préstamo son
las líneas de crédito asociadas a las cuentas corrientes. A través de ellas, el banco
deja a disposición del cliente una cantidad de dinero y no cobra intereses mientras
no lo use. Sólo lo hace cuando se utiliza ese dinero. Aunque no siempre se pide al
banco, sino que puede prestarse por las financieras (como sucede con los
préstamos rápidos, más fáciles de obtener, limitados a una cantidad y con un
interés unas tres veces superior a la media del mercado).
Rafael de Pina, en su libro Derecho Civil Mexicano, señala: “El mutuo es un
contrato por el cual una persona, llamada mutuante, se obliga a transferir
gratuitamente o a interés, la propiedad una suma de dinero o de cualquier otra
cosa fungible, a otra persona denominada mutuatario, quien a su vez se
compromete a restituirla en la misma especie, calidad y cantidad.” El jurista citado
se basa también en la definición del Código Civil, y agrega que la transferencia
puede ser gratuita u onerosa, en virtud de que en la legislación se reconoce tanto
el mutuo simple, como el mutuo con interés. Las consecuencias que se
desprenden de la anterior definición son:
 El mutuo es un contrato.
 Es un contrato traslativo de dominio.
 El objeto de este contrato son sumas de dinero o cosas fungibles.
 El contrato es bilateral, en virtud de que surgen derechos y obligaciones para
ambas partes.
 Es un contrato gratuito cuando el mutuatario no está obligado a una
contraprestación por el préstamo, y oneroso cuando se fija un interés por dicho
préstamo.
Naturaleza jurídica del mutuo: De acuerdo con la actual concepción del mutuo en
nuestro vigente Código Civil, se trata de un contrato “obligatorio”, en cuanto que
de inmediato no se transmite la propiedad de la cosa objeto del mismo, sino que
sólo genera la obligación de transmitirla en un momento posterior, ya en la etapa
de ejecución del contrato, como sucedía dentro de la antigua concepción del
mutuo como contrato real.
Características principales del contrato de mutuo: Traslativo de dominio: En cuanto
transfiere la propiedad de las cosas al mutuatario, estando éste obligado
únicamente a devolver el género. Principal: Porque para su existencia y validez no
depende de otro contrato, o sea que tiene fines y vida propia. Unilateral: en cuanto
sólo produce obligaciones para una de las partes, que es el mutuatario. Contrato
real: ya que sus efectos propios no surgen hasta que se realiza la entrega de la
cosa. Gratuito por naturaleza y oneroso por excepción: Es gratuito porque el
mutuario no está obligado a pagar contraprestación alguna si ésta no se pacta
expresamente.
Conmutativo: Porque desde el momento en que las partes celebran el contrato,
conocen las cargas y los gravámenes ya que se encuentran determinados en el
contrato.
2.5.1 Obligaciones de las partes
Obligaciones del mutuante: Entrega de la cosa: se cumple simultáneamente con
la celebración del acto en el contrato real de mutuo; se cumple después en la
promesa de empréstito. Consecuencia de esta primera obligación, es la de
respetar el derecho del mutuario de retener la cosa consigo durante todo el
término fijado en el contrato. Responsabilidad por mala calidad o defectos ocultos
de la cosa: El mutuante es responsable de los perjuicios que sufra el mutuario por
la mala calidad o vicios ocultos de la cosa prestada, las obligaciones son claras,
comenzando con la transferencia, la entrega, responder por los defectos, por el
saneamiento de evicción.
Obligaciones del mutuario: devolución de cosas iguales: El mutuario debe devolver
al mutuante, en el término convenido, una cantidad de cosas iguales, de la misma
especie y calidad que las recibidas. Imposibilidad de devolución de cosas iguales:
Cuando no sea posible restituir otro tanto de la misma especie y calidad, el
mutuario deberá pagar el precio de la cosa o cantidad recibida, calculado por el
que la cosa tenía en lugar y fecha de su restitución, es decir, la cosa no se
transfiere hasta que las cosas se hacen ciertas y determinadas para el acreedor,
respondiendo el mutuario. Fecha de la restitución: La restitución debe hacerse en
el plazo convenido.
Si el contrato no contiene fecha de restitución, el plazo es indeterminado; el
mutuante puede demandar en cualquier momento la restitución y el juez debe fijar
el plazo, dependiendo de la cosa y a criterio de la autoridad judicial, para los
efectos de su devolución. Préstamo de dinero con intereses: La forma típica y más
frecuente del mutuo es el préstamo de dinero. Puede o no pactarse intereses, pero
si en el contrato no figuran estos se lo considera gratuito, por lo que no le asiste el
derecho de los accesorios o intereses, por el tiempo o plazo que haya sido
utilizado. Comparación del mutuo con otros contratos: con el comodato: Éste es un
préstamo de uso, la diferencia esencial reside en la naturaleza de la cosa
prestada; en el mutuo la cosa es consumible o fungible, en cambio en el comodato
la cosa no debe ser consumible ni fungible.
Con la locación: Si el contrato mutuo es gratuito, es imposible que haya confusión,
ya que la locación es onerosa. La diferencia es clara y radica que en el contrato de
comodato la cosa no debe ser consumible, ni fungible, al ser restituida; atendiendo
al contrato de mutuo, la cosa es consumible o fungible.
Elementos de validez: Los elementos de validez son los mismos de todo contrato,
pero se deben priorizar la capacidad y la forma. Para celebrar el contrato de mutuo
se requiere la capacidad especial para enajenar; debido a que es traslativo de
dominio, se exige la facultad de disposición en los dos contratantes, ya que ambos
transferirán a su debido tiempo la propiedad de los bienes. Los menores
emancipados pueden celebrar contrato de mutuo, debido a que la ley les otorga
capacidad para ello.
Mutuo simple: es mutuo simple cuando el mutuario no está obligado a pagar
ninguna contraprestación por lo recibido.
Mutuo con interés: es mutuo con interés cuando el mutuario se obliga
expresamente a pagar una retribución que puede consistir en una cantidad de
dinero u otros bienes. Se entiende por interés la compensación que el mutuario da
al prestamista, consistente en una cantidad de dinero o de otros bienes,
generalmente valuada en un tanto por ciento sobre el valor de las cosas dadas en
mutuo.
2.5.2 Clases y modos de terminación
Clases. Por la legislación que lo regula:
Por la legislación que lo regula, el contrato de mutuo se puede clasificar en civil y
mercantil. El mutuo tiene el carácter de civil por exclusión; es decir, cuando no es
mercantil en este caso se regirá por las disposiciones del Código Civil. Tiene el
carácter de mercantil, según el artículo 358 del Código de Comercio, cuando se
contrae en el concepto y con expresión de que las cosas prestadas se destinen a
actos de comercio y no para necesidades ajenas a éste; también se reputa
mercantil cuando se contrae entre comerciantes. Se debe tener claro que siempre
y cuando no se obtengan provechos o ganancias que denoten actos de comercio,
por su destino o finalidad.
Por su objeto: en atención al objeto de este contrato, podemos clasificarlo en:
préstamo de dinero y préstamo de cosas fungibles que no son dinero, según se
desprende de la definición que da el Código Civil en su artículo 2384, que a la letra
menciona: “El mutuo es un contrato por el cual el mutuante se obliga a transferir la
propiedad de una suma de dinero o de otras cosas fungibles al mutuario, quien se
obliga a devolver otro tanto de la misma especie y calidad”.
Modos de terminación: Además de los modelos de frustración del mutuo, y de
modos generales de terminación de los contratos aplicables al mutuo, tales como
el agotamiento natural del contrato, etcétera, cabe mencionar estos dos: a). El
vencimiento anticipado del plazo, si el mutuario no paga a su respectivo
vencimiento los intereses correspondientes. b). El desistimiento unilateral del
contrato, cuando se pacta un interés más alto del tipo legal, en cuyo supuesto
puede el mutuario después de pasados seis meses de celebrado el contrato,
devolver el capital, dando un aviso con dos meses de anticipación y pagando los
intereses vencidos.

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