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ANUARIO DE INVESTIGACIONES DE LA FACULTAD DE CIENCIAS


HUMANAS
Vol 2, Nro. 2 (Diciembre 2020)
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de San Luis, San Luis,
República Argentina
[ISSN 2683-913X].
"Enseñar y aprender en tiempos de pandemia. Espacio de diálogo y
construcción de conocimiento”
Valeria Pasqualini, Paola Figueroa, Viviana Reta y Verónica Longo
(compiladoras)
http://fchportaldigital.unsl.edu.ar/index.php/ANUARIO

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INDICE

Página

Palabras introductorias 4
Conversatorio Uno 6
Conversatorio Dos 27
Conversatorio Tres 51
Conversatorio Cuatro 78
Conversatorio Cinco 100
Conversatorio Seis 125
Conversatorio Siete 150
Narrarse como estudiantes de primer año
en tiempos de pandemia 167

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Palabras introductorias
Transitamos un tiempo inédito como humanidad. Tiempo de incertidumbre en el
que nos asaltan diversos sentimientos, pensamientos, reflexiones. Tiempo que
alteró nuestras costumbres cotidianas, nuestros modos de hacer la Universidad y
la Escuela. Desde nuestro particular lugar en el campo educativo estamos
atravesando una experiencia extraordinaria, hasta aquí desconocida, para la que
muchos/as no estábamos preparados/as. En este tiempo/espacio de
“continuidad pedagógica” desde la no presencialidad, docentes y estudiantes
hemos transitado diversas experiencias que, sin dudas, han interpelado
profundamente nuestras prácticas y las hemos vivido como pudimos: algunas en
soledad; otras puestas en diálogo con nuestros pares.
Cuando comenzamos a pensar la presente convocatoria “Enseñar y aprender en
tiempos de pandemia”, entendimos que todo lo vivido, todo lo experienciado,
todo lo aprendido era necesario ser compartido, puesto en palabras, escriturado
para brindar testimonio de este particular momento histórico; convencidas que
docentes y estudiantes estamos siendo protagonistas de un hecho educativo sin
precedentes.
Sostenemos que la historia tiene que ser contada desde nuestras voces y miradas.
Por ello, la invitación a docentes y estudiantes de todo el sistema educativo de la
Provincia de San Luis, desde el Nivel Inicial hasta el Universitario, fue: animarse
a sistematizar a través de la escritura, lo que nos pasó, en términos de
experiencia en las prácticas de enseñanza o de aprendizaje. La idea fue que cada
quién, desde el deseo y la mayor libertad posible pueda poner a rodar anécdotas,
reflexiones, experiencias novedosas, vivencias, problematizaciones que
recuperen de sus prácticas docentes o de estudiantar en este tiempo de la
virtualidad. Para luego, compartirlas y ponerlas en diálogo con otros/as docentes
y estudiantes de manera virtual en los espacios de conversatorios diseñados para
tal fin.

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Espacios que pretendieron, en el intercambio, promover el encuentro. Encuentro
de ideas, miradas, reflexiones, pensamientos, experiencias, aciertos, desaciertos,
coincidencias, divergencias, lecturas de la realidad… en definitiva, la construcción
colectiva de conocimientos.
Así fue, como en cada uno de los siete conversatorios que se llevaron a cabo
durante el mes de octubre del 2020, compartieron sus producciones docentes y
estudiantes de todos los niveles del sistema educativo.
En la presente compilación, los trabajos se encuentran ordenados según el día de
conversatorio en que fueron socializados. Cada día se inaugura con palabras a
cargo de los/as coordinadores/as de cada uno de esos encuentros. Las mismas
sintetizan algunos de los principales aspectos abordados a lo largo de cada
encuentro, y surgidos en el intercambio.
Como equipo organizador de esta convocatoria y compilación, nos llena de
emoción y alegría que las palabras de docentes y estudiantes, trasciendan y
lleguen a otros/as desde la presente publicación.

Valeria Pasqualini, [email protected]


San Luis, diciembre de 2020

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Conversatorio Uno
Lunes 19 de octubre de 2020, por la mañana.
Presentar estas escrituras en pandemia implica articular los disímiles sentires y
sensaciones gestadas por esta crisis en diversas situaciones educativas. Por un
lado, generó sufrimiento y desolación, pero a la vez fomentó la creatividad, puso
en evidencia la necesidad que tenemos de vincularnos, de estar con otros y otras,
de pensar en la acción, en tanto superación de un inesperado que irrumpió
intempestivamente en nuestra vida cotidiana.
Así, los relatos refieren a la problematización de los vínculos pedagógicos, invitan
a indagar el sentido de las herramientas tecnológicas, reflexionan sobre la
interacción, el conocimiento, se interpela la formación vivenciada en espacios
tradicionales, se ponen en palabras emociones: se extrañó el olor y el perfume
que implican, según dice Laura, el vínculo pedagógico en el aula. En la pandemia
la distancia, pareció, por momentos, diluir los encuentros. Sin embargo, las y los
escritores eligieron recuperar el sentido de lo humano en un tiempo que parece
amenazar el futuro.
Por eso, si tuviéramos que encontrar lo común de las escrituras que prosiguen,
diríamos que todas refieren a encuentros entre docentes, estudiantes, padres
empeñados en construir a partir de la esperanza, que, si nos lo permiten, creemos,
es imprescindible para salvar a la humanidad.
Silvina Romero y Valeria Pasqualini, Coordinadoras del Conversatorio

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Pandemix

Autora: Adriana Gabriela Aguilar


[email protected]
Estudiante Nivel Superior Universitario

Escribo mi experiencia como estudiante y tutora del ingreso de la carrera del


profesorado en Educación Especial, basada en la actual pandemia.
Como estudiante avanzada (con las experiencias en la vida universitaria que esto
implica) sumado a mi entorno personal y familiar en el cual intente desarrollar
mi trayecto de aprendizaje, enfrentar este proceso me condujo a repensar varios
factores vinculados a la educación.
En primer lugar, me cuestioné si verdaderamente aprendía, para responder a esto
– paradójicamente – me interrogué sobre conceptos o problemas específicos de
los contenidos dictados por las asignaturas que cursé en forma virtual; las
respuestas que daba consistían en meras repeticiones de las lecturas realizadas o
interpretaciones personales, lejos de una significación. Con esto pude reconocer
la importancia de debatir en clase, con mis pares, del diálogo fluido con los
docentes, en otras palabras, me faltaban estas herramientas para lograr esa
conexión con el conocimiento.
El aislamiento social, provocó una ruptura en mi rutina habitual afectando
también la de estudio, en consecuencia, no logré dedicarle la suficiente
dedicación al estudio.
En mi caso ser mamá, tener un hogar a cargo, trabajar y estudiar desde
esta modalidad habían transformado mi vida notablemente, mi nueva rutina era
almorzar y tener clases vía web, compartir la computadora con mi hija(estudiante
de secundaria), coincidiendo varias veces nuestros horarios de clases y
priorizando las de ella, estar en consulta con algún profesor y en ciertas ocasiones
mi hijo menor (4) provocando interrupciones , y así innumerables situaciones
propias de este contexto como lo es el hogar.
En relación a mi ritmo de aprendizaje, la virtualización forzosa ha resultado como
un factor negativo.

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En común con los ingresantes, compartimos algunas dificultades como (tiempo,
lugar, economía, falta de conectividad, ausencia de recursos, salud, etc.)
En las primeras semanas de cursada, a través de WhatsApp los estudiantes
comenzaron a hacer sus demandas, que convirtieron ese chat telefónico, en una
especie de “terapia” para solucionar sus problemas; ¿cómo ingreso al aula virtual?
¿cómo creo un usuario? ¿cómo subo un trabajo práctico? ¿Cómo me comunico
con un profesor? ¿cómo solicito consultas? ¿a dónde le tengo que escribir? estoy
enfermo ¿cómo lo certifico?, no tengo internet, mi celular no soporta las apps,
comparto la pc con otro familiar, en mi pueblo no hay señal, leo de noche porque
de día atiendo mi familia, leer pdf me genera dolor de cabeza y cansancio en la
vista, las clases son en mi horario de trabajo, el profe no me responde los mails,
es difícil entender por lectura o videos, etc. Esto afectó a varios estudiantes; se
sintieron fracasados, desorientados, desinformados, generando como
consecuencia el abandono de todas o algunas asignaturas, solicitando poder
reincorporarse luego, rendir, retomar en el segundo cuatrimestre o el año
siguiente esperando la instancia de presencialidad.
Finalmente, esta situación trajo aparejadas situaciones que ponen en peligro la
aprehensión plena y el intercambio de conocimiento para los estudiantes.

La nueva clase “clásica” en tiempos de virtualidad forzada

Autores: Nicolás Pereira; Melisa Aguirre


[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Hasta hace muy poco, el trabajo a partir de plataformas virtuales no formaba


parte de los saberes considerados indispensables en gran parte de la formación
del profesor universitario, basta para comprobarlo, un breve recorrido por los
planes de estudio que la universidad ofrece. Es necesario entonces hacer una
profunda autocrítica de quienes trabajamos específicamente en didáctica general,
sobre algunas modalidades, pensando en etas ausencias significativas (Cullen,
1989)

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Nadie lo hubiese escogido para la formación de grado, pero pasó, y pensado en
qué actor fue el más perjudicado por esta situación, la respuesta se impone sin
piedad para el ego del catedrático, las y los estudiantes. Este año los docentes
universitarios nos “chocamos” con el desafío de enseñar en tiempos de pandemia,
y en este contexto, para nosotros hay clases solo si hay explicación a un grupo de
estudiantes, por medio de una pantalla, generando una mediación necesaria ante
los textos. No se trataría acaso ya de un desafío en términos solamente didácticos
y epistemológicos, sino sobre todo de una interpelación en términos morales.
Porque no se puede seguir con lo que se venía haciendo, porque la realidad en la
que esa acción de enseñar se daba ya no existe como tal, y porque no puede
cambiarse sin contemplar que quienes hoy resisten cursado merecen no ser
abandonados a sus propios recursos de aprendizaje. Hacerlo en todo caso es
profundamente inmoral.
En sus inicios la noción de clase se asimilaba al aula como espacio físico,
entendiéndola como el lugar en el que se convocan un conjunto de personas.
Existe hoy una mirada más amplia y compleja sobre lo que esta implica, como
escenario complejo, multidimensional e imprevisible y principalmente como un
espacio de encuentro entre docentes y estudiantes. Al respecto la noción de clase
en términos clásicos de O. Menin, es considerada la forma más utilizada y se
contrapone en la idea del autor, a la del modelo participativo y el de internet. Una
clase clásica requiere un docente que enseña desde la oralidad, no a modo de
monólogo, sino que incorpore el diálogo que posibilite el intercambio entre
docentes y estudiantes, ya sea a través de la pregunta, comentarios, ejemplos y
aclaraciones. Para nosotros, esa clase clásica pensada en otro escenario debe ser
trasladarla a la virtualidad defendiendo la posición de la necesidad de la
interacción simultánea entre docente y estudiantes. Buscamos entonces
reconceptualizar lo clásico, en términos de dar clases, que es hoy encontrarse con
los estudiantes. Ellos peticionan sobre la necesidad de este tipo de encuentros
como un elemento nodal, que no se opone al video grabado del profesor en
solitario o al trabajo individual con un texto, sino que se erige como modalidad
de anclaje y sostén, como encuentro en el diálogo con el otro, buscando construir
un vínculo de apoyo.

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En definitiva, aún pantalla mediante, la clase debe transcurrir y solo “hay clase”
cuando hay interacción de estudiantes y profesores al mismo tiempo, en una
cercanía (muy) distinta pero necesaria.

Cambio de escenarios
Autora: Alejandra Guevara
[email protected]
Nivel Inicial

Me gusta verte a través de la pantalla porque puedo percibir a través de tus ojos
la alegría, esperanza y esto me transmite tranquilidad a pesar de la distancia.
Veo una y otra vez cuando saltas o haces alguna pirueta en el patio de tu casa o
como juegas con pompas de jabón.
Puedo ver tu asombro al descubrir una flor, una hormiga o una mariquita y hasta
puedo sentir tu alegría y la energía que me transmites en los saludos al
despedirnos.
En mi silencio puedo ver cómo fueron cambiando tus obras, cada vez más
perfectas, con más detalles...verte crecer.
No estamos en el jardín, pero aun así podemos sentir el cariño que transmites al
observar tus expresiones y en tus gestos o al llamarme Señorita.
Nos llena de satisfacción que nos dejen entrar en su casa y verlos compartir en
familia un cuento, un trabalenguas o una adivinanza porque estamos uniendo
lazos fortaleciéndonos y descubriendo la magia que sin querer realizan.
Me queda la incertidumbre y duda de saber si cuando nos reencontremos nos
podremos abrazar y continuar el camino juntos, pero desde otro lugar.

Aprender/nos en la nueva normalidad


Autoras: Dayana Alfaro; Antonella Biondi
[email protected]
m. [email protected]
Nivel superior universitario

El siguiente texto señala una reflexión como graduadas de la Facultad de Ciencias


Humanas (FCH), en el contexto de público conocimiento, la pandemia por Covid-

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19. A través de este escrito intentaremos sistematizar y “poner en palabras”
experiencias vividas en relación con la enseñanza y aprendizaje en el nivel de
Educación Superior.
Instancias previas al comienzo de la virtualidad, nos permitieron desarrollar un
taller de ingreso sobre Enseñanza de la Filosofía a futur@s estudiantes de
Producción de Radio y Televisión. Las altas expectativas sobre la vida
universitaria, y el deseo de aprendizaje del alumnado debieron reinventarse
durante este tiempo para sortear las circunstancias actuales. Así también el
trabajo desarrollado por profesor@s, becari@s y pasantes de las asignaturas.
En un contexto mundial de incertidumbre, en el cual los sentimientos se
comienzan a mezclar y aparecen otras facetas de nosotr@s mism@s tomarse el
tiempo para significar nuevos aprendizajes no es fácil.
La necesidad de recursos tecnológicos y buena conectividad, son condición sine
qua non para acceder al conocimiento expresado en la virtualidad. En esta nueva
normalidad, a veces no solo nos enfrentamos a dificultades para acceder a estos
recursos, sino también al exceso de teletrabajo, lugar donde pueden emerger
diferentes sensaciones y miedos que generan cierta parálisis mental.
Ante ello, la situación de diversas Universidades Nacionales se encuentra en
plena lucha por contener a estudiantes, y evitar que esta Pandemia colabore con
la deserción del alumnado. Sin embargo, hay cuestiones que exceden cualquier
tipo de ayuda académica por parte de equipos de la educación superior… en estos
tiempos se lleva adelante una batalla interior, desde el trabajo, los dispositivos
tecnológicos, las relaciones interpersonales y el distanciamiento social, aunque
no parezca, lleva un largo proceso de aprehensión.
¿Con qué nos vamos a topar en la nueva normalidad?
La post-pandemia nos dejará muchas enseñanzas que devienen de la
construcción de las relaciones interpersonales y la posibilidad de comunicación a
través de la modalidad virtual, ¿estam@s seguros de lo que percibimos detrás de
las pantallas de los dispositivos? ¿Hay algo más? Esta realidad que vivimos se
convierte en un tiempo de realmente ponerse en la piel de l@s otros, de
empatizar, de no quedarse con la primera percepción, de intentar y efectivamente
conocer al/ la otra que está del otro lado.

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Espacio dialógico para pensar la virtualización de la enseñanza
universitaria
Autores: Ernesto Lihué Ambroggio; Pedro Gregorio Enriquez
[email protected]
pedroenriquez999@gmail. com
Nivel Superior Universitario

La virtualización forzada en la UNSL ha generado distintas posiciones. Algunxs,


entendiendo que la modalidad virtual llegó para quedarse y asumiendo una
actitud tecnofílica, no solo aceptan incondicionalmente esta modalidad, sino que
ya están cambiando su régimen académico. Otrxs en cambio, razonablemente la
rechazan, porque consideran que “castiga doblemente a los y las estudiantes
provenientes de hogares pobres” (Atenea, 2020) o, por la simple actitud
tecnofóbica que creen que todo lo que proviene de la sociedad de la información
empobrece el mundo educativo.
Más allá de estas posiciones, en este trabajo adoptamos una actitud tecnocrítica
fundada en una perspectiva política antihegemónica. Por ello nos resistimos a
aquella educación digital bancaria que propicia la dominación, explotación u
opresión social, y buscamos construir colectivamente una educación digital
liberadora que contribuya a construir una sociedad igualitaria, anticapitalista,
antipatriarcal y decolonial.
Los guaraníes es un pueblo que siempre está buscando su Yvy Mara He’y, aquella
tierra sin mal donde no hay dolor y donde son todxs iguales. Los/as guaraníes
creen que si se quiere llegar rápido a un lugar se debe caminar solo, pero si se
desea llegar a la “tierra sin mal”, se debería caminar con con otrxs. Teniendo en
cuenta este mito, proponemos la creación de un espacio de diálogo donde
estudiantes, docentes y no-docentes podamos construir nuestra tierra sin mal.
Para ello es necesario pensar, y proponemos en este sentido los siguientes ejes
problemáticos:
- Problemática Política. La educación digital debe aportar a la construcción de
una sociedad igualitaria y humana. En ese marco debemos impugnar las
posiciones de los organismos internacionales, nacionales y universitarios, que

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proponen una educación que profundiza la brecha digital perpetuando la
desigualdad social.
-Problemática pedagógico-didáctica. La educación digital es crítica en tanto
permite la apropiación y construcción de saberes destinada a comprender y
transformar la realidad educativa. Es necesario conocer los supuestos
pedagógico-didácticos que sostienen las diversas plataformas o dispositivos
digitales, e impugnar aquellas que propician una educación bancaria. También
debemos tomar conciencia que, una importante cantidad de docentes, somos
“analfabetos digitales” y que la capacitación tecnocrática que ofrece la
Universidad para el uso de plataformas virtuales, viables de ser instrumentadas
frente a las restricciones de asistencia a los espacios áulicos, es insuficiente
porque se restringe al mero manejo de los aspectos instrumentales de las
herramientas digitales. Es necesario una formación integral, crítica y creativa.
- Problemática de Infraestructura. La educación digital no puede desarrollarse
sin recursos, es imprescindible saber cuál es la infraestructura disponible y cuáles
son las necesarias para garantizar el derecho de que todxs, no solo accedan, sino
que construyan y reconstruyan los saberes. Algunxs, pensado desde el ajuste
creen que la educación va ser menos costosa, pero están equivocadxs, es necesario
hacer inversiones sostenidas que permitan, entre otras cosas, la construcción de
edificios equipados que atiendan la coyuntura, la compra de dispositivos para
todos, garantizar conectividad, etc. Una educación digital liberadora requiere
recursos.
- Problemática del trabajo docente. La virtualización de la educación generó una
nueva forma de ejercer nuestro trabajo, la cual llevó a mayores niveles de
explotación. El “traspaso” se ve acompañado de lógicas emergentes que, sitúan
las posibles problemáticas y soluciones en la voluntad individual del docente.
Somos parte del problema, pero también de la solución, y para ello es
indispensable que se revalorice las prácticas de nuestro oficio como lo son la
enseñanza presencial, la construcción colectiva del conocimiento y el carácter
eminentemente político de nuestra tarea.
Creemos más que necesarios crear los espacios para el debate político-pedagógico
donde sea posible pensar otra escuela, otra universidad, otro tipo de educación

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que se cree desde los intereses de lxs estudiantes no desde los intereses de los que
venden computadoras o programas para ellas. En suma, es imprescindible
conocer, impugnar y construir colectivamente el tipo tanto de sociedad como de
educación que aspiramos construir y; solo sobre esa base, pensar la digitalización
de la educación.
Bibliografía
Atenea (2020): Informe. El impacto de la virtualización en la educación
universitaria https://fedun.com.ar/informe-sobre-el-impacto-de-las-cursadas-
virtuales-en-la-educación-universitaria

Diseño Multimedia, una experiencia de cátedra


Autora: Sandra Cadelago
[email protected]
Nivel Superior universitario
Transformándonos
Y nos pusimos a trabajar arduamente en la transformación de nuestras aulas.
Había que cambiar el escenario. Ya no más a nuestro laboratorio equipado con 18
computadoras, ni a la pizarra digital con la que podemos proyectar y además
interactuar. Noveles aulas aprestadas en nuestros hogares, ya sea desde las
computadoras de escritorio o el celular, todo era válido, para conectarnos, para
comunicarnos, para enseñar, para aprender.
El paisaje de las hermosas sierras de los Comechingones, testigo de las charlas
amenas del recreo, ya no se veía a través del ventanal del aula. Estábamos con el
paisaje de la incertidumbre y del miedo.
Y fueron pasando los días, la pantalla del dispositivo se convirtió en el nexo del
encuentro, a la espera de cada lunes, nuestra cita sincrónica que nos permitió
conocernos, saber de anhelos, entendernos en la dificultad, en el día a día del
encierro.
La plataforma educativa que nos permite compartir recursos, asignar tareas y
realizar evaluaciones era el anclaje, casi tangible, de una memoria escrita de cada
paso de un aula abierta. De un aula que habla y que siente.

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El desafío ya se había puesto en marcha, sin querer, sin ser esperado, pero
sorprendidos en nuestra capacidad de poder afrontarlo. Aunque sucedió en el
transcurrir cotidiano, casi sin darnos cuenta.
Diseño Multimedia, una cátedra.
El Diseño es una actividad proyectual que se enseña a través de la praxis, la
apropiación de los conocimientos se hace en el saber hacer, se construye
contenido a partir de la experiencia que cada estudiante hace en el aula, y como
docentes somos la guía que las y los ayuda a recorrer ese camino.
La distancia puso un impedimento, negó ese encuentro cara a cara.
En 2019, la cátedra de Diseño Multimedia de la Tecnicatura en Comunicación de
las Ciencias transitó en su inauguración una práctica que culminó en un portfolio,
evidencia de aprendizaje de los proyectos que cada estudiante de manera
individual o grupal realizó en su cursada.
¿Qué nos está sucediendo en este 2020?
Partimos de una encuesta inicial en la que se evidenciaron algunas realidades que
nos permitió situarnos como docentes en el contexto áulico, saber con qué
herramientas contaban las y los estudiantes para afrontar el desafío de cursar a
distancia.
Estas cifras nos situaron desde lo cuantitativo, pero existió una evolución que
como docentes fuimos abordando, el de entender el proceso de enseñar en
contextos de incertidumbre.
Aprendimos que encontrarnos es escucharnos, que enseñar es atender a la
consulta fuera del horario de la clase, que una pregunta es la urgencia de
alguien que en soledad tiene una dificultad y no la puede resolver.
Aprendimos que dictar una clase es sostener un relato pero que debe convertirse
en una historia que merezca ser contada. Ya sabemos que del otro lado hay otro
ser humano que tiene angustia, que está encerrado. No podemos ir con
narraciones estériles que no le sirven si no hay mañana.
¿Qué nos está dejando esta pandemia?
No quiero que haya más pandemias, pero quiero que haya más 2020 como este
que atraviesen a la educación. El espacio áulico está de pie, al decir de Elisa Lemos
(2020): “las aulas siguen abiertas”(UNLC, párr.19).

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Para aquellas y aquellos que se preguntaban por el rol de la tecnología en la
educación, en el aquí y ahora vislumbra el aporte de la mediación Tech, que ha
venido en auxilio de acortar la distancia, que ha otorgado nuevas formas de
mediar el conocimiento, que nos ha puesto como docentes a repensar el aula.

Graduación Google Classroom

Autor: Humberto Camilo Campana


[email protected]
Nivel Superior Universitario

“Lo humano y la humanidad se dan en los auténticos encuentros”.


Martin Buber

Suena la alarma del celular. 6 am: hora de levantarse. Mientras me cepillo los
dientes repaso esa última unidad floja, y ruego simultáneamente al panteón de
los dioses humanos no sacarla en el sorteo. Tampoco la uno.
Suena la alarma del microondas: el café está listo. Lo bebo a sorbos lentos,
sentado frente al monitor. Diez años de carrera: cientos de caras, cientos de voces,
cientos de autores, cientos de momentos, decisiones, sacrificios; todos
condensados en un segundo.
Windows me da los buenos días: Usuario señor C: contraseña x. Abro el programa
de la asignatura digitalizado en PDF. Constato que sea del año correcto. Abro el
resumen de la asignatura tipiado en Microsoft Word. Constato que sea del año
correcto. Repaso nuevamente esas unidades flojas. Luego de dos horas
consecutivas de repaso/lectura me detengo: me duelen los ojos.
Abro Spotify: buen día sr. C: ingrese su contraseña. Suena la canción Everyday
Robots de Damon Albarn:
We are everyday robots on our phones…
We are everyday robots on control…
Suena la alarma del celular. He recibido un mensaje de texto: “Buen día sr C:
usted ha designado para rendir en el turno x, en el horario x. Recuerde que tiene
que sacar de manera virtual dos unidades y arrancar la exposición sin capilla, en
el orden que usted elija. Además, se le realizarán preguntas de todo el programa
de la asignatura, según el docente evaluador crea conveniente. Recuerde que no
puede contar con ningún material de apoyo: sólo el programa de su año

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correspondiente. Debe conectase en el horario indicado, y cualquier problema de
conexión será objeto de sospecha. Recuerde que el examen será filmado. Queda
usted debidamente intimado. Saludos cordiales, el equipo docente”.
Llega la hora indicada, me conecto. Saco las bolillas, repito de memoria durante
10 minutos los contenidos adquiridos. Me hacen tres preguntas, respondo. Me
felicitan, me colocan la calificación más alta. Me desconecto, abrazo a mi perro.
Durante el resto del día recibo mensajes congratuladores, llamadas de amigos y
familiares a la distancia, etc. Por la noche me voy a dormir. Pienso mientras estoy
en la cama: Diez años de carrera: cientos de caras, cientos de voces, cientos de
autores, cientos de momentos, decisiones, sacrificios…
Al día siguiente 6:00 am: suena la alarma otra vez, me levanto, me aseo,
desayuno. Una hora después recibo un mensaje en mi celular. Es mi jefe: “Buen
día sr. C. Ante todo, lo felicito por haberse recibido, y ahora que se reincorpora
luego de su licencia por estudios le comunico que necesito los siguientes archivos
cargados en sistema y que eleve los correspondientes informes para antes del
mediodía. Queda usted debidamente intimado”.
Prendo el ordenador, sorbo el café, suena nuevamente de fondo:
We are everyday robots on our phones…
We are everyday robots on control…

Gracias por activar la cámara. Los/as docentes necesitamos de


los/las estudiantes.
Autora: María Florencia Terranova
[email protected]
Nivel Superior Universitario

La Pandemia implica un tiempo de incertidumbre, resignación, temor, pero


también de cambio, adaptación, superación y aprendizaje constante. Desde la
experiencia como docente del Profesorado de Educación Especial, transitar un
cuatrimestre a partir del aislamiento social, preventivo y obligatorio, ha
implicado un enorme desafío, no sólo en cuanto al manejo de los recursos y
herramientas tecnológicos, sino en cuanto a preservar el vínculo pedagógico.
Afortunadamente la tecnología nos provee de las aulas virtuales, Whatsapp, e-
mail, Google Meet, Zoom, Facebook, entre tantos otros recursos que nos
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permiten “Estar cerca” y quizás algo que los/as estudiantes rescataron como
valioso en este sentido, fueron las clases semanales a través de Google Meet.
Es aquí donde quiero hacer una breve reflexión, considerando que esas clases
semanales, fueron también sustanciales para el equipo docente, ya que, si la
enseñanza está dirigida a un otro singular, la oportunidad de poder intercambiar
con ese otro, posibilita seguir diseñando las clases, seguir trazando un recorrido…
pero sobre todo, rescato la importancia que tuvo saber que había estudiantes
dispuestos a “Conectarse” semanalmente y establecer un intercambio directo.
Verlos, oírlos, escuchar sus dudas, sus interrogantes, sus necesidades, fue un
enorme aliciente y apoyo. Se suele hacer referencia a las necesidades de los/las
estudiantes y la importancia del acompañamiento por parte de los/as docentes,
pero en este momento de pandemia quiero destacar que como docente valoré más
que nunca, el contacto directo con los estudiantes como fuente de apoyo, sentido
y aliento para seguir trabajando.
Un video grabado o una guía de preguntas con material de lectura, no pueden ser
las únicas estrategias, no sirve para lo/as estudiantes, pero tampoco para los/as
docentes, los/as docentes también necesitamos contar con la presencia de lo/las
estudiantes, escucharlos/as, verlos/as.
La enseñanza aprendizaje se da en un vínculo… las relaciones humanas se dan a
través de los vínculos…gracias a todos los que hicieron posible preservar ese
vínculo, contestando los correos, prendiendo la cámara, haciendo una pregunta,
avisando en el WPP que no se podrían conectar por falta de internet, a los que
con los hijos en el regazo o desde la reposera del patio con un teléfono, se
conectaron y nos apoyaron para seguir aprendiendo juntos…porque mientras
sigamos aprendiendo, nos recuerda que somos humanos y que estamos vivos.

Castillos de arena
Autor: Gastón López Alcaraz
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Estoy encerrado en la pieza, redacté la denuncia posible y tengo marcado el 911


por si acaso. Sin embargo, un silencio de reflexión parece inundar la casa. Odio y

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amor fueron arrasados, los lazos de dependencia cayeron ya. Me pregunto cómo
supervivir ahora en esta isla de rupturas necesarias. Y justo el comedor está
cerrado, estoy sin gas y con poco dinero, solo tengo algunas frutas, arroz, cuscús.
– “Sé ayunar… pienso… no debo preocuparme tanto… me quedan solo dos
materias, tengo que lograrlo”-.
Apoyado en la pared enciendo un cigarrillo olvidado, mi cabeza inclinada roza el
extremo de un pequeño cuadro, pienso cómo hacer para cocinar ahora. -“Dentro
de una semana… si se levanta la cuarentena, tal vez trabaje…la biblioteca…”-.
Estoy claro, imagino una lista de supervivencia sin dejar de percibir las
vibraciones del entorno. Muevo la cabeza luego de dar una calada al cigarrillo y
sin querer tiro al piso el pequeño cuadro, este suelta $400 que alguna vez dejé en
el anverso por si acaso. Sorprendido me doy las gracias y sin dudarlo cargo la
garrafa en la bicicleta y salgo en busca del mejor precio. Percibo la dureza de la
calle. El sol blanquecino de la tarde amplifica la miseria del polvo flotando en
Justo Daract y Centenario. Algunas personas, desde sus coches me ven pasar y se
apenan con sus miradas. –“No me angustia mi presente” -, pienso, -“solo estoy
yendo a buscar el gas para cocinar y tener agua caliente, y así seguir…”-.
En esta isla, el rol de Dios, es de soplador de castillos de arena, en el margen de
esta costa somos muchos los que intentamos mantenerlos en pie cada día para
intentar “ser”, algunas veces se los lleva el mar, y nos pasamos años cantándole
canciones, hasta que nos devuelve caracolas, nuevos cúmulos de arena para
volver a comenzar.

Nuevas prácticas en contexto emergente


Autoras: Elba Noemí Gómez; Carolina Pellegrino Saravia
[email protected].
[email protected]
Nivel Superior Universitario

En el año 2020, nos esperaba la nueva experiencia del dictado de Psicología del
Aprendizaje y del Adolescente, para los Profesorados de Matemática, Física,
Ciencias de la computación y de la Tecnicatura en Electrónica. Sería un grupo
pequeño, de 20 (veinte) estudiantes en total. Lo que no imaginamos fue la

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situación que atravesaríamos con alumnos que no conocíamos: la enseñanza
virtual. Fue un trayecto muy interpelante, interesante pero a su vez complejo,
donde trabajamos con Classroom, Meet, Facebook y WhatsApp; un ejercicio
inesperado de la práctica docente donde tuvimos que usar otros recursos
metodológicos y la formación docente sucedió a través de pantallas y programas
informáticos. Los estudiantes manifestaron que aprendieron igual o un poco
menos que de modo presencial. Observaron cómo desventaja no poder hacer
todas las preguntas que hubiesen querido o trabajar los temas con mayor
profundidad y no faltaron algunos problemas de la nueva cultura material de la
enseñanza y el aprendizaje: dificultades con la conectividad, averías de equipos
de computación; entre otros. En algunos casos, a través de “comentarios
privados”, mensaje o e-mail, los alumnos/as nos exponían que no contaban con
equipo, que no podían conectarse. El malestar tuvo que ver no solo con lo
emocional, sino con lo material; pero estuvo centrado en el aislamiento, no poder
expresarse en mayor medida y un inevitable pesar de la falta de contacto personal,
de participación sin fallas en la conexión de internet. Las expresiones más
frecuentes fueron: “¿cuándo va a terminar esto?”, ¿cuándo volvemos a la
presencialidad? Con todo ello… ¿Cuántos deseos de realizar un aporte o una
crítica quedaron en el camino? Las sensaciones personales de los estudiantes
fueron diferentes a años anteriores porque la situación educativa cambió y con
ella las repercusiones en lo que somos y sentimos y esto quedó solo parcialmente
dialogado y contenido. Sin embargo, no expresaron haber percibido afectado su
aprendizaje ante la incipiente virtualidad y sus trabajos prácticos manifiestan
comprensión de los contenidos mediatizados, ya que de algún modo, trataron de
recuperar lo trabajado en los encuentros virtuales en los que no pudieron
participar. A su vez, fue posible contar con algunas clases presenciales de
conocimiento mutuo y una dinámica más práctica, que fue interrumpida por un
volver a una fase pandémica anterior. Esperamos que hayan adquirido algunas
herramientas, del campo de la psicología, para su futura práctica profesional.
Consideramos que están ocurriendo nuevos aprendizajes psico-sociales y
culturales, unidos a los contenidos disciplinares y que sería necesario que las
instituciones educativas propicien espacios de diálogos constructivos respecto de

20
los nuevos contextos y sujetos de la educación. En esta dirección, alentamos la
creación o habilitación de espacios como éstos que nos permitan poner en
palabras lo que vivenciamos en el aula y en nuestra formación continua; y que
lleguen las voces a un número cada vez mayor, tanto de docentes como de
estudiantes. La educación en contextos virtuales nos permitió nuevos
crecimientos, pero nos queda tanto a estudiantes como a docentes, el anhelo del
contacto espontáneo y controvertido, dialéctico, propio de la clase presencial y la
inevitable valoración de la humanidad, espontaneidad, autenticidad, puesta en
cada práctica educativa presencial.

La radio, un nuevo contrato pedagógico y sus atravesamientos


Autoras: Verónica Longo; María Julieta González Salinas
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Desde hace 9 años enseñamos radio a estudiantes de Comunicación Social, de 4to


año, en la Universidad Pública. Nuestra premisa es que se aprende sobre la radio
haciendo radio. Y para eso hemos impulsado el trabajo en el estudio de radio, las
producciones propias, las visitas a radios, la realización de entrevistas e
investigaciones y el trabajo en grupo en la producción y realización radiofónica.
Las clases han sido espacios áulicos que se convertían en talleres.
Pero un día nos atravesó el aislamiento y el distanciamiento. La pregunta que nos
hicimos fue: ¿y ahora? ¿cómo? ¿qué?
Organizar una nueva propuesta pedagógica, adecuada a los tiempos, los ritmos y
los contenidos fue un desafío que aún hoy nos tiene en vilo.
Tres situaciones que pudimos vivir y experimentar, y que nos dio nuevos sentidos
y preguntas:
1. Atravesamos la radio y sus características:
Las clases, en un principio espacios de mirarnos a los ojos y ver actitudes,
se convirtieron en radios abiertas. Apagamos las cámaras e hicimos radio durante
las clases. En pleno auge de la virtualización de las clases, dejamos de “hacer
streaming” audiovisual, para ponernos “en onda” como productores remotos con

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el sentir la radio. Muchos, a la vez que “atendían” las conceptualizaciones, podían
hacer otras actividades, y adecuábamos nuestro decir, a un lenguaje radiofónico.
2. Atravesamos lo digital:
A partir de diferentes herramientas tecnológicas fuimos pensando en clases y
actividades. Al mismo tiempo, nos encontramos con algunas limitaciones
relacionadas con los recursos con lxs que contaban los estudiantes para poder
elaborar sus producciones. Ensayo y error fueron apareciendo en los recursos
tecnológicos a utilizar, que también son insumos para el aprendizaje: así, tuvimos
que tomar nuevas decisiones en torno a programas a utilizar ¿softwares libres o
comerciales? ¿Cómo mejorar las grabaciones hechas con teléfonos celulares?
¿qué programas para alojar producciones? ¿cuáles redes sociales para los
podcast?, y la lista sigue...
3. Atravesamos el mundo que nos rodea, en nuestras clases:
El contenido a trabajar en los trabajos prácticos fue otro reencuentro con las
incertidumbres. ¿Podíamos continuar con lo previsto en el programa? La
pandemia y sus consecuencias por el aislamiento nos permitieron trabajar
géneros radiofónicos, guiones, contenidos. La violencia contra la mujer en
tiempos de ASPO atravesó nuestras producciones, y nos atravesó también.
Emprendimos la tarea de convertir a nuestrxs estudiantes en “movileros y
cronistas hogareños”, quienes, a través de la elaboración de las diferentes
propuestas prácticas, nos fuesen actualizando sobre la realidad que
atravesábamos. Traducir al lenguaje radiofónico, sentidos y nuevas prácticas que
se instalaban en un mundo sobrepasado de incertidumbre.
De nuevo: el desafío es enorme y no está zanjado. Pero lo seguimos intentando.
Porque estamos al aire. Y el mundo pide nuestras y nuevas transformaciones.

Clase virtual
Autora: Ileana Marina Chirinos Escudero
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Andrés desde hacía un tiempo había pensado firmemente en abandonar la


carrera, aunque estaba en el último año, igualmente le costaba concentrarse y

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todo lo que estaba viviendo en pandemia conformaba la tormenta perfecta para
huir de obligaciones y retos.
Se sentía agobiado, entrampado, cansado, sin estímulos y vacío de inquietudes.
En su casa la convivencia era difícil, sus padres lo interpelaban acerca de cuándo
terminaría de cursar y de graduarse. Su cabeza explotaba de dudas e
incertidumbre.
Esa tarde recibió en su celular el enlace para conectarse a la clase virtual, casi de
manera autómata hizo clic y apareció su foto, junto a compañeros que desde
marzo no veía.
La clase era modalidad debate y una de sus compañeras lo iniciaba: ahí la vio a
Ella, bonita como siempre, quizá más luminosa por un cuadro de flores blancas
que resaltaba detrás y semejaba una corona de novia.
Ella hablaba con muchísimo entusiasmo del rol del psicólogo social y de los
procesos de influencia en el grupo operativo de Pichón Riviere. Se la notaba feliz
de demostrar cuanto sabía y movía sus manos de manera envolvente como el
estereotipo de geisha durante la ceremonia del té.
Después de observarla detenidamente, con milimétrica atención, decidió que
seguiría cursando, rindiendo y estudiando hasta el final, recordó lo aprendido en
logoterapia y el giro copernicano de Viktor Frankl pero intuía aun sin reconocerlo,
ni hacerlo consciente, a pesar de las distancias, la falta de contacto, las palabras
y miradas, que una motivación extra y más poderosa se había despertado…
Y así de fácil salió de su bloqueo, simplemente se había enamorado.

Perfume y olor pedagógico.


Una forma de recrear el vínculo

Autora: Laura Baracchini


[email protected]
Nivel Secundario (Educación Especial); Nivel Superior Universitario

Posiblemente este texto surge desde el cansancio de escuchar, leer y analizar


propuestas pedagógicas durante este período de educación virtual; sumado a las
infinitas dificultades que el contexto nos ha generado, acarreado, planteado y
reformulado nuestro BELLO ACTO DE EDUCAR.

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Han pasado ya seis meses que izamos una mañana de marzo, junto a nuestros
alumnos, la bandera de la escuela. Ahí quedó, sin poder ser arriada. No volvimos
más, no nos vimos las caritas, quedaron las aulas y talleres con la luz encendida,
no le dimos siquiera forma a nuestro año lectivo, casi ni abrimos los
cuadernos…No nos volvimos a Oler.
Nuestra tarea pedagógica continuó, y continúa, bajo diferentes formatos; entre
malabares y aprendizajes docentes, manejando diversos dispositivos y
plataformas, haciendo lo imposible para aferrarnos a la pantalla logrando que los
estudiantes no dejen de conectarse… Es verdad que algunos se perdieron en el
camino, tema para otro desafío.
Si pensamos, como ilustra Elena Santacruz, que “el aula es un picnic y no un
restaurante”, entenderemos que a ese vínculo pedagógico todos llevamos
algo. Los docentes, alumnos y alumnas que hoy construimos esta relación si bien
priorizamos comunicarnos bajo la excusa de un contenido, lo que buscamos sobre
todo es no perder este vínculo.
¿Y por qué, no me sale esta palabra “vinculo” en mayúscula? A quienes responden
que el encuentro corporal es indispensable dentro del vínculo pedagógico. Sí…
claro está, esa puede ser una de las razones. Sin embargo, me pregunto: ¿Qué es
lo que estamos necesitando? ¿Qué extrañamos?
Es la necesidad de Oler. Sí, eso que nos sucede cuando nos encontramos dentro
del escenario en el acto de educar. Donde hay aciertos que tienen ese perfume
que inunda el aula, que contagia, que nos traemos a casa para poder redoblar el
desafío a la mañana siguiente. Es un perfume de enseñanza y aprendizaje que casi
huele a primavera, que nos hace recordar por qué elegimos esta profesión. Es ese
perfume que va acompañado de un gesto en los rostros de quien aprende y
varias veces de alguna sonrisa.
Pero de la misma manera es la necesidad de percibir otro olor que también
inunda el aula en el acto de educar. Donde no hay aciertos, donde el enseñar no
acompaña el aprender. Este otro olor va en conjunto con gestos en sus caritas, y
una que otra lágrima escondida, más de una vez. Olor que seguramente nos
acompañe a casa y es el que nos dé un poco de frustración

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No obstante, para los que somos desafiantes… implica re-pensar, darle la vuelta,
volver a intentar. Y si no nos sale, algunos tenemos la fortuna de encontrar un
equipo que nos ayuda a convertir ese olor en perfume.
Por eso, quisiera detenerme aquí para decir que lejos de hacer de este texto una
metáfora, realmente deseo manifestar que hoy dentro de esta cuarentena
extraño: EL OLOR Y EL PERFUME QUE IMPLICAN EL VINCULO
PEDAGOGICO.

La importancia del Otro en la construcción del proceso de


enseñanza - aprendizaje
Autora: Mariana del Huerto García Sanchez
[email protected]
Nivel Superior Universitario

En este tiempo de encierro por la pandemia que mundialmente estamos viviendo,


la NO PRESENCIA DEL OTRO, como co-constructor de un vínculo se ha
vuelto palpable, sentida y significativa. El impacto de la ausencia física del otro,
con quien establecer una comunicación, nos ha interpelado, nos ha llevado a
cuestionarnos sobre la importancia de su presencia en nuestras realidades. La
comunicación en nuestras relaciones ha sido mediada e intervenida por la
tecnología, que muchas veces nos ha ayudado a mantenernos en contacto…pero
¿La tecnología puede reemplazar la vivencia de la presencialidad en
nuestros vínculos
Esta pregunta me ha asechado desde que ha comenzado todo este fenómeno de
la pandemia en relación a mis vínculos, pero sobre todo desde mi lugar de Pasante
de la Materia “Dificultades de Aprendizaje e Intervención Educativa”, que se dicta
en la Carrera de Educación Especial en la Facultad de Ciencias Humanas de la
UNSL.
Y me pregunté: ¿Cómo se enseña?... ¿Cómo se aprende en este contexto?
Era mi primera experiencia desde el lugar en que debía Enseñar, pero también
Aprender. En mi caso la tecnología me ha servido para poder afrontar este
proceso de enseñanza- aprendizaje, que se ha convertido en todo un desafío, me

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ha ayudado a buscar material, a armar mis clases, a poder comunicarme con mis
docentes directoras de mi pasantía y con los alumnos y alumnas e incluso a dar
las clases por diversas plataformas….
Pero el día que he dado mi primera clase, he encontrado la respuesta a esta
pregunta que me hice...
El proceso de enseñanza-aprendizaje es mucho más que tener los materiales o
recursos adecuados para una clase, implica mucho más que realizar una hermosa
exposición, que se entienda y que los alumnos y alumnas se apropien de los
conocimientos. En ese preciso momento me he dado cuenta la importancia
que tiene la presencia de un otro en el proceso educativo, porque me
faltaba la conexión de las miradas, el feedback en la comunicación con el otro; es
decir esa magia que tiene el ida y vuelta en la comunicación verbal y no verbal,
que lo brinda el momento en el que estas al frente del alumnado. Me sentía muy
sola, me faltaba ese sostén que te da el acompañamiento de tus pares docentes y
los alumnos y alumnas, que sólo se percibe en la experiencia presencial.
Yo he aprendido a valorar en este momento de encierro, ese lugar de
Estudiante o Docente Presente en las Aulas, en donde se aprende y se
enseña mucho más que contenidos…ese lugar donde nos vamos construyendo
como sujetos, donde nos vamos acompañando en la formación como personas,
donde “somos unos, pero con otros”, “ya que soy con el otro”, “en contacto con
otro y vivenciando con otro”.
Como decía Lev Vigostky “se aprende en una interacción social, se aprende
compartiendo experiencias con otros y otras” …

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Conversatorio 2
Lunes 19 de octubre de 2020, por la tarde.

En tiempos de crisis, catarsis

La catarsis (κάθαρσις, kátharsis) es un fenómeno expresivo que nos atraviesa


como humanidad, ayudándonos a liberar tensiones, pero, como diría Nietzsche,
también nos favorece porque tonifica para sobrellevar “lo que pasa” (πάθος,
pathos). Aristóteles la aplicaba a la tragedia griega de su tiempo, pero lxs
integrantes de la Universidad Nacional de San Luis amplificaron su
potencialidad, empleándola a toda escritura necesaria que clarifique los
acontecimientos que estamos viviendo y cohesione las voluntades para
sostenernos comunitariamente.
Para poder resistir el entorno crítico que nos tocó vivenciar, lxs miembros de la
comunidad universitaria sanluiseña supieron dar una respuesta humana y
humanizante, que permitió encontrarnos virtualmente para nombrar lo que
estaba sucediendo. Los escritos que siguen son narraciones de profesorxs y
estudiantes que buscan superar la incertidumbre que se vive por la crisis
pandémica y la cuarentena obligatoria, como así de los esfuerzos en acompañar
el impacto en la cotidianeidad, alimentando las esperanzas por una salida que nos
vuelva a reencontrar en las calles que solíamos transitar, y en los pasillos
académicos que, en otros momentos, nos eran familiares.
Viviana Reta y Emmanuel Ginestra, Coordinadores del Conversatorio

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Las sensaciones e incertidumbres de educar en tiempos de pandemia
Autora: Alicia Rita Collado
[email protected]
Nivel Superior no Universitario/ Nivel Superior Universitario

Esta pandemia deja una gran sensación de desarraigo. Si bien este término se
refiere a la expulsión del lugar de origen o a la supresión de una costumbre, me
siento desarraigada. Comparto la sensación, seguramente, con muchos otros
colegas, por la separación abrupta de nuestro entorno de trabajo, causada por la
situación epidemiológica que puso y sigue poniendo la salud de toda la población
en riesgo. Este es un desarraigo diferente, pero desarraigo al fin. Es el desarraigo
del espacio geográfico del aula, la sensación de la pérdida del aula como raíz o
centro de la enseñanza.
El haber perdido contacto de un día para el otro con el espacio físico del aula
genera una especie de dislocación espacial, a causa de la cual quedamos como en
un limbo tecnológico donde el aula con paredes de ladrillo y pizarrón parece cada
vez más una realidad de otro tiempo. Esta sensación de extrañamiento nos lleva
a pensar solamente en el retorno, y nos hace perder de vista, en mi opinión, otros
aspectos. Si bien el desarraigo implica un duelo por aquello que no está, la
separación de lo anterior, a su vez conlleva la adaptación a lo nuevo.
Estas experiencias tienen sin duda una repercusión importante en la vida
emocional de docentes y estudiantes. Afectan nuestra humanidad y nuestra
identidad docente. Y en es en este contexto, y en esta vorágine por seguir adelante
a toda máquina para mantener el sistema funcionando, que inconscientemente
quizás, tratamos de perpetuar una sensación de normalidad, una normalidad que
ya no existe.
Pero no podemos hacer como si no pasara nada. En este momento es preciso
detenernos a reflexionar críticamente acerca de la escuela de origen y la nueva
escuela de acogida, la escuela a la que regresaremos, y entender esta separación
como un proceso que genera cambios pero que al mismo tiempo posibilita
posicionarnos como docentes y como personas desde otro lugar. Verla, además
como un proceso de aprendizaje y de crecimiento personal y profesional. Esto no
implica desconocer el trauma y los sentimientos de tristeza y ansiedad que hemos

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experimentado en algún momento del proceso sino ver “el vaso medio lleno”, a
pesar del desarraigo.
Nos encontramos en la fisura entre dos realidades, una que conocíamos y otra
que aún no conocemos totalmente, pero que estamos comenzando a imaginar. Se
ha construido en esta ambivalencia una especie de tercer espacio creativo entre
la virtualidad y la presencialidad, y sin duda es desde allí donde debemos pensar
en la re-inserción al contexto del cual nos hemos separado. A pesar de los
cambios, las sensaciones de desarraigo, de incertidumbre e incomodidad que este
contexto ha puesto sobre la mesa, no olvidemos que ese cordón umbilical que nos
une con la escuela como institución de enseñanza, con el aula como espacio físico
y geográfico tangible de aprendizaje, no se destruye, se regenera, se transforma.
Recordemos que el aula sigue estando; está en nuestros estudiantes, está en
nosotros. Somos el aula.

Exámenes virtuales. Algunas reflexiones


Autora: Ana Florencia Mendiara
[email protected]
Nivel Superior Universitario

El mundo se encuentra atravesando una pandemia mundial a raíz del virus


COVID-19, el distanciamiento social y obligatorio ha interrumpido la mayoría de
las actividades cotidianas de gran parte de la población. En estas circunstancias,
la educación ha sido fuertemente afectada, se presentó el cierre de las
instituciones educativas de todos los niveles y comenzó un proceso de educación
en contextos no presenciales teniéndose que adaptar currículos, métodos y
formas de evaluación para seguir adelante, así es, como el uso de los medios
virtuales y tecnológicos se vuelven indispensables como manera unánime de
hacer prosperar los procesos de aprendizajes, a su vez que los modifica.
El término examen virtual se ha puesto “de moda” tanto, que nos invita con
urgencia a repensar algunas cuestiones sobre el mismo:
-¿Es posible evaluar la honestidad académica a distancia?
-¿Se garantiza la posibilidad de acceso a los exámenes a todos los estudiantes?

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-Docentes y alumnos. ¿Conocen y manejan las plataformas virtuales que se
utilizan para los mismos?
-¿Se modifica el rol docente y del estudiante en contextos no presenciales?
-¿Cómo se sostiene el vínculo docente-alumno, alumno-alumno desde la
virtualidad para poder dar sentido y significado a cada nuevo aprendizaje?
Es extenso desarrollar cada uno de los interrogantes planteados pero sin dudas
estamos viviendo un proceso muy complejo de formación, quizás ésta sea una
situación oportuna para repensar el formato de exámenes en donde se busca la
mera repetición de conceptos para basarnos más en competencias, en aquellas
competencias que si bien derivan del dominio de información específica nos
permiten utilizar habilidades para resolver un tipo de situación real o inédita, de
manera que debido al contexto que atravesamos y utilizando medios virtuales se
reduzca la posibilidad de un examen deshonesto y favorezcamos la movilización
de conocimientos.
La mayoría de los estudiantes hoy valoran la posibilidad de rendir exámenes
online, al mismo tiempo que el profesor hace un esfuerzo diario, a pesar de las
dificultades técnicas, la falta de recursos y de formación, para seguir sosteniendo
los procesos educativos. Si, además, ponemos nuestra creatividad y nuestro
empeño al servicio de una evaluación justa e integra, quizás también habremos
conseguido dar un paso más hacia el mejor aprendizaje posible de nuestros
estudiantes.

La Universidad en casa. Vínculos y experiencias en pandemia


Autoras: Claudia Isabel Barroso; Mirta Carolina Aballay; María Agustina González
[email protected]
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

En el presente ensayo se pretende compartir nuestras experiencias como


docentes universitarios del interior de la provincia, en la ciudad de Justo Daract
ubicada en el Departamento Pedernera.

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En el año 2018 la UNViMe amplió su oferta educativa a carreras de formación
docente, inaugurando los Profesorados Universitarios en Educación Inicial y
Educación Primaria
La cuarentena preventiva y obligatoria ante el avance del virus Covid-19 coincidió
con las fechas de inicio de clases, lo que provocó que las universidades debieran
modificar rápidamente muchas de sus metodologías.
Los campus virtuales que hasta ahora eran más bien un apoyo a las clases
presenciales comenzaron a tomar protagonismo, al igual que distintas
herramientas online que permiten no solo dictar clases, sino también acompañar,
orientar y respaldar a las estudiantes.
En nuestras asignaturas, el proceso de cumplimiento con la cursada no se detuvo.
Con el equipo de Alfabetización Inicial y Didáctica del Nivel Inicial I del
Profesorado Universitario en Educación Inicial de la UNViMe se llevaron a cabo
acciones, tales como: construcción de consensos, garantizar la continuidad de la
cursada, replanteamos un nuevo vínculo entre Profesor y estudiante, mirar lo
pedagógico también ligado a lo social, realizar una adecuación de los textos que
considerábamos indispensables de poner a disposición de nuestras estudiantes,
etc.
Durante el desarrollo de las asignaturas nos encontrábamos con que algunas
estudiantes no se enteraban a tiempo sobre novedades y noticias importantes en
cuanto a la entrega de trabajos o las actividades propuestas. Por tal motivo
recurrimos a la creación de un grupo cerrado en Facebook, de uso privado y
exclusivo para todo tipo de comunicaciones. Ante esta propuesta, el grupo
respondió muy bien, ya que todas participaban y eran notificadas de manera
instantánea.
Con el fin de acompañarlas se organizaron videollamadas, donde se realizaban
todo tipo de consultas. En esta propuesta no participó la totalidad del grupo
debido a problemas de conectividad, falta de dispositivos, inconvenientes
personales. Teniendo en cuenta esta situación, se brindaron espacios de consulta
por otros medios informales como chat, WhatsApp, llamadas telefónicas a
quienes lo solicitaban.

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Esta situación que nos obligó a readecuar las metodologías de enseñanza
habituales nos invitó a pensar en nuevas estrategias y modos de hacer llegar la
universidad a los hogares de cada una de nuestras estudiantes, contemplando
situaciones laborales y familiares muy particulares que atravesaban nuestras
futuras docentes. A pesar del contexto de incertidumbre, miedo y preocupación a
nivel nacional y mundial queremos destacar la respuesta obtenida por nuestras
estudiantes, quienes supieron hacer frente a la situación y se destacaron con su
compromiso y perseverancia.
No todas tuvieron el mismo rendimiento e incluso para algunas el uso de la
tecnología resultó más difícil que para otras, sin embargo, transitaron este
cuatrimestre sorteando diferentes obstáculos y eso es digno de valorar.
A modo de cierre, queremos destacar que se procuró en todo momento, generar
situaciones de enseñanza y de aprendizaje de tipo colaborativo entre nuestras
estudiantes para que puedan apropiarse de los contenidos centrales que forman
parte de las asignaturas.

Experiencias: recorriendo un mundo incierto de la mano de otros


Autoras: Sol Antonella Maldonado Berlo; Iara Ludmila Nievas
[email protected]
[email protected]
Estudiantes Nivel Superior Universitario

El comienzo de la vida universitaria es transitar un nuevo mundo. Pone en juego


múltiples temores y ansiedades. Transitar lo desconocido requiere de bases que
nos den seguridad, pero ¿Qué sucede cuando transitamos este espacio
desconocido mientras el afuera se vuelve cada vez más inestable? ¿En qué nos
sostenemos? ¿Cómo ayudamos a sostener a los otrxs? En este microrrelato
confluyen dos experiencias -cómo estudiante ingresante y cómo estudiante
tutora- de una carrera de Nivel Superior, la riqueza de unir nuestras experiencias
en una es poder encontrar los puntos comunes que unen el ser estudiante en
tiempos de pandemia.
Transitar una pandemia no es sencillo, comenzar una carrera universitaria
tampoco, que ambas situaciones se den en paralelo resulta un desafío. En este

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año tan atípico que nos toca atravesar, como estudiante ingresante puedo decir
que muchas veces estoy en una montaña rusa de sentimientos.
Por momentos siento mucho temor e incertidumbre, en especial cuando con el
paso del tiempo noto como muchos de mis compañerxs comienzan a irse; y más
de una vez, me preguntó con mucha rabia por la situación ¿qué puedo hacer para
que se queden? para que se queden en este trayecto que comenzamos juntos con
los mismos miedos, y las mismas expectativas.
Con el paso del tiempo, he entendido que muchas veces va más allá de mí, que
cuando los recursos no están se hace muy difícil trabajar. La pandemia reveló más
que nunca eso, la desigualdad de recursos, de oportunidades y de condiciones de
acceso y permanencia. Es por ello, qué en este escrito recuperó las voces de cada
uno de mis compañerxs, con los que todos los días nos acompañamos en la lucha
por permanecer y sostenernos, pero más que todo por esxs otrxs que
lamentablemente no pudieron continuar.
Por eso es que, con estas palabras, mostramos nuestras ganas de luchar por
nuestro sueño, y deseamos que esta piedra en el camino quede atrás, para así un
día volver a encontrarnos rostro con rostro, mirada con mirada habiendo
aprendido de esta experiencia.

Una propuesta para suplir los trabajos prácticos de laboratorio en


tiempos de pandemia: Experimentos en casa

Autora: Bibiana Barbero


[email protected]
Nivel Superior Universitario

La asignatura que dicto para Ingeniería en Alimentos y Licenciatura en Química


está relacionada a procesos de producción industrial. Al momento de
establecerse la necesidad de dar continuidad a la docencia desde la virtualidad,
o mejor dicho, desde la no presencialidad, se me presentó la incertidumbre de
cómo suplir los trabajos prácticos de laboratorio. Para asignaturas similares,
algunas colegas se filmaron ellas mismas realizando los experimentos. Otra
opción sería usar videos disponibles en YouTube o laboratorios virtuales
(simulaciones computacionales). Entiendo que todas estas alternativas son

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válidas, pero carecen de características intrínsecas de un experimento en el que
buscamos que la/os alumna/os adquieran destreza en cuanto a la manipulación
de materiales e instrumentos, y que además, desarrollen la capacidad de
observar y percibir con todos los sentidos, no solo con la vista y el oído, sino
también con el olfato (para detectar olores) y con el tacto (para apreciar
diferentes temperaturas). Entonces, me propuse diseñar algunos experimentos
sencillos que se pudieran realizar con materiales existentes en cualquier casa, o
que se consigan fácilmente y a bajo costo.
Hice algunas pruebas para verificar el funcionamiento, y en base a eso, les
presenté la propuesta a mis alumna/os. Les expuse los objetivos generales, les
indiqué algunas pautas de procedimiento, y les di la libertad de modificar lo que
quieran.
La respuesta fue maravillosa. Por un lado, valoro muchísimo que todos los
alumnos aceptaron el desafío e hicieron los experimentos propuestos. Algunos,
con importantes innovaciones respecto a la propuesta original. Los resultados
de los experimentos fueron algo dispares, incluso algunos dieron resultados
negativos, pero aún así, se lograron los objetivos de a) Desarrollar la capacidad
de planificación de experimentos, b) Verificar experimentalmente el fenómeno
objeto de estudio (particularmente, adsorción y lixiviación), c) Adquirir destreza
para la preparación y manipulación de soluciones y suspensiones, y d) Fortalecer
la capacidad de interpretación y presentación de resultados experimentales.
Si bien esta estrategia no suplanta completamente todo lo que implica la
realización de un experimento en un laboratorio, usando equipamiento
específico, considero que fue una aproximación acertada en estos tiempos de
enseñanza no presencial.
G no usa Classroom

Autor: Cristian José García Marquez


[email protected]
Nivel Primario

G no usa el Classroom. Dice que no puede. Dice que no tiene con qué. Y dice eso
pese a que N, director de la escuela, le acercó una de las de la escuela. Nos contó

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que fue a su casa, tramitó un permiso para circular en ese momento en que la
cuarentena era muy estricta. La casa de G queda en un barrio. Un barrio humilde
como otros, que después de ciertas horas “se pone pesado”. Cuando N llegó G
estaba sola. No era tan tarde, pero había oscurecido. Le contó que su mamá se
había ido a lo del novio, que no se acordaba cuando. G no es una niña pequeña,
pero tampoco es grande. N le preguntó cómo estaba. “Bien, un poco aburrida",
pero sus ojos le decían otra cosa. Como el año pasado, cuando estaba “bien", pero
la mirada la traicionaba. La psicóloga de la escuela le sacó, después de varios
intentos infructuosos, que el novio de mamá se había mudado con ellas. Que
tomaba, y que a veces le pegaba. El ministerio intervino, el tipo se fue de la casa,
y a G se la notaba mejor. G es responsable, intenta hacer todas las tareas. A veces
se queda dormida, le cuesta levantarse temprano. N nos contó que se quedó
preocupado, que llamó a la madre, y que ella le comentó que había ido a ver al
novio y justo la agarró la cuarentena, que no podía volver, pero hablaba con G. N
le dijo algo, no se qué, pero ella se puso a la defensiva y cortó. G dice que suele
tener insomnio. A veces miedo. Le gusta ir a la escuela, pero a veces no quiere
levantarse tan temprano a esperar el cole en el frío. Al otro día le sonó el teléfono
a N. Era la madre. Le dijo que la estaban pasando mal, que no tenían para comer,
y que se había quedado sin el plan. Que se lo sacaron cuando la policía la agarró
en la calle, en plena cuarentena estricta, cuando había ido a vender unas
zapatillas, para sacar algún mango de algún lado. G usa siempre las mismas
zapatillas gastadas, pero el uniforme lo lleva limpio, inmaculado. No le gusta
hacer deporte. Resolvimos juntar plata para comprar mercadería, que N con su
permiso les iba a llevar. Llamó directamente a G para coordinar la entrega. “ No
profe, no necesitamos nada”. Parca, negó la ayuda y después cortó. Media hora
después lo llamó ella. Lacónica, como siempre. Enojada. “A mi mamá le sacaron
el plan porque se fue a lo del novio en la cuarentena y la agarraron a una cuadra
de casa. No le crea “. Después dijo que su abuela les compra mercadería desde
hace bastante, antes de que pierda plan. Que le compra ropa. G no participa en
clase. Es muy reservada, pero muy amable. Que no usa el classroom porque no
sabe activarlo. Que su abuela tampoco. Que su amiga T le pasa las tareas y ella las
hace en un cuaderno. Que a donde puede mandar la foto.

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El desafío de acompañar alumnos con Trastornos del Espectro
Autista en épocas de Pandemia
Autoras: Romina Gaudin; Patricia Barreda
[email protected]
[email protected]
Nivel Inicial (Educación Especial)

El presente trabajo intenta reflejar nuestro recorrido docente en el contexto de


no presencialidad, producto de la conocida pandemia. Relataremos las
experiencias vivenciadas como profesionales del área de Educación Especial,
desempeñando roles de acompañamiento a alumnos con Trastorno del Espectro
Autista (TEA) en Nivel Inicial de distintas instituciones educativas de la ciudad
de San Luis.
El comienzo en Sala de 4 años implicó para muchos de nuestros alumnos iniciar
su trayectoria educativa, conocer la institución, incorporar nuevas personas a su
entorno y, para los docentes empezar a descubrir cada mundo que traen consigo.
Como aspectos peculiares se suma que “En las personas con Trastorno del
Espectro Autista (TEA) se encuentran alterados, en distintos niveles, el desarrollo
de la comunicación y el lenguaje, la interacción social y la flexibilidad de la
conducta.” (Ministerio de Educación de la Nación, 2019)
La presencialidad educativa del presente año duró 2 semanas, tiempo escaso para
lograr establecer el vínculo docente –alumno, sobre todo considerando el
funcionamiento y las necesidades de apoyos de nuestros alumnos con TEA que
estábamos recién conociendo.
Así, a lo largo de este período, surgieron diversas barreras en el escenario
educativo:
▪ Falta de tiempo presencial para lograr la adaptación y conocer el
funcionamiento de cada niño, esto dificultó luego proponer ajustes
adecuados.
▪ La virtualidad sugirió trasladar la escuela al entorno familiar y se
advirtieron: dificultades de acceso a plataformas virtuales
empleadas (Facebook, Classroom) y alteración en dinámicas
familiares, no se obtenían respuestas.

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▪ La modalidad Virtual generó serias limitaciones para supervisar y
realizar el seguimiento a cada alumno en relación a las propuestas.
Frente a este contexto sentíamos que la participación de los alumnos en este
nuevo escenario virtual era muy limitada, inmediatamente tendimos puentes con
el afán de configurar apoyos tendientes a derribar dichas barreras.
▪ Diálogo con la familia: indagamos sobre funcionamiento y rutinas,
acordamos quiénes serían los integrantes disponibles para el
acompañamiento en el hogar.
▪ Implementación de medios alternativos y complementarios de
comunicación (Grupos de WhatsApp, llamadas telefónicas) con el
objetivo de explicar la modalidad del acompañamiento a sus niños,
brindar consejos para sostener sus crisis consecuentes al
confinamiento, conversar sobre dificultades y/o logros que
generaban las propuestas a los fines de registrar los procesos de
aprendizaje. Advertimos cómo la virtualidad limita intervenciones
de apoyos específicas.
▪ Priorización de objetivos y contenidos escolares que posibiliten
desempeños comunicativos y significativos.
▪ Desafío de sostener el trabajo interdisciplinario con otros
profesionales que apoyan al alumno.
Para finalizar, creemos que los apoyos ofrecidos se convirtieron en puentes de
acceso a las realidades educativas virtuales, pero de un modo compensatorio, ya
que nos faltó la posibilidad que solo habilita la presencialidad, ese encuentro
entre la enseñanza y el aprendizaje.
Nos queda resonando la preocupación en torno a si el próximo ciclo lectivo,
nuestros alumnos con TEA quedarán –o no- en una situación de desventaja en el
contexto del sistema educativo: ¿se contemplan estrategias de articulación entre
el trabajo de este año con el próximo ciclo lectivo para estos grupos de estudiantes
con discapacidad?
Bibliografía:
▪ 2019. Eliminando Barreras Para El Aprendizaje Y La Participación En
Alumnos Con Trastornos Del Espectro Autista (TEA). [ebook] Ciudad

37
Autónoma de Buenos Aires: Ministerio de Educación de la
Nación.Recuperado en:
<http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL006582.pdf>
[Accessed 13 September 2020].

Videollamada para tres


Autora: Ivana Edith Hodara
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Muy lejos quedó el recuerdo de la primera semana de clases del primer


cuatrimestre 2020. Apenas alcanzó para disputar un aula donde pudiéramos
trabajar con más comodidad “porque tenemos más de 200 estudiantes” y “¡es que
en Educación Inicial son tantas!”.
Inesperadamente, la pandemia se apoderó de los circuitos de la vida cotidiana.
Nos rompió las frágiles seguridades que habitábamos. Pero seguimos. Con las
clases, las listas, los parciales. Y el signo de interrogación que no se acalla: ¿cómo
vamos a ser docentes, formar docentes, sin la presencia humana? ¿qué
enseñaremos ahora? ¿qué nos dice este tiempo? ¿qué aprenderemos? ¿cuál es el
sentido? Preguntas que astillan el ritmo del trabajo, que crece, se hace enorme,
insostenible y fragmentado. Pensar de nuevo cada práctica. Nada se sabe.
Construirlo todo.
Llegó el momento de tomar exámenes. La primera mesa en pandemia. Nuevos
circuitos, formularios, protocolos. El correo electrónico y el número de celular se
tornan imprescindibles, han reemplazado a los rostros y señales personales. Una
estudiante ha pedido rendir de manera virtual. Nuestra primera experiencia. Y de
nuevo pensarlo todo: ¿Qué tipo de examen? ¿Cómo evaluar? Bolillas sí, capilla
no. ¿Lo hacemos por Meet? No, cuando damos clase hablan poco. Tal vez sea
más fácil y cercano a ellas el Whatsapp. ¿Hacemos videollamada? Sí. Da la
sensación de más proximidad, un encuentro más íntimo.
Bien. Establecer contacto. “Mañana a las 9 iniciamos la conexión por
videollamada de Whatsapp”. 11 de agosto. Días de viento furioso en San Luis. Le

38
mando mensajes de WhatsApp y no los recibe, sólo una tilde gris. Acá veo un
mensaje de texto… hace tanto que no recibía uno que tardé en verlo, estaba
distraída. Es ella, me dice que no puede conectarse porque su antena de wi fi se
ha movido con el viento y no tiene otra forma de conexión. Quedamos para el día
siguiente a la mañana.
El día indicado, el contacto previo: “¿estás lista? ¿te llamamos?” “Sí profe”.
Videollamada para tres: dos docentes y una estudiante. Un bolillero creativo, con
tapitas de colores que esconden los números de cada unidad le dará un toque
lúdico al momento.
Nervios. ¿Cómo irá a resultar? Conexión que fluye: “marcando”. Ahí estamos, en
la pequeña superficie plana de un celular, tres rostros, tres habitaciones, en una
situación de examen.
“Hola! ¿Cómo estás?” “Mal”. Y de pronto el relato; íntimo, doloroso, el temblor
en la voz y en los ojos, la emoción que desborda y se asoma en la mirada.
“Disculpen profes” “Quería rendir porque quiero salir adelante” “Pero hoy no
puedo”. Un silencio necesario. Cada palabra elegida con cuidado, que sane
heridas, que no aturda.
De pronto, todo lo humano allí; en la distancia que nos acerca una historia.
Aprender a abrazar con palabras. ¿Cómo hacerlo?
No hubo un examen. Hubo un abrazo. Un “té para tres” por videollamada.

Construcción del conocimiento profesional en el espacio de una


Práctica: Desafíos y logros en el contexto de virtualidad
Autoras: Marisa Labayen; Romina Gaudin
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

En el presente trabajo compartiremos un microrrelato de nuestra experiencia,


durante el pasado 1° Cuatrimestre, en la Práctica VI: Estudio de casos, del 4° año
del Profesorado de Educación Especial (EE), FCH, UNSL.
Un primer desafío nos interpeló aquel 12 de marzo -único encuentro presencial
que mantuvimos con estudiantes de la Práctica- cuando, dialogando les

39
preguntamos cómo imaginaban sus prácticas como futuros profesores de EE. Nos
sorprendió el silencio del grupo, replanteamos la pregunta hasta que algunos se
animaron. Expresaron que aún no habían tenido la posibilidad de “pensarse” en
esa situación dado que en sus prácticas anteriores habían trabajado en escuelas
de educación común, con grupos de alumnos sin discapacidad.
Prontamente nos invadió la pandemia y consecuentemente la necesidad de
implementar una modalidad virtual. Como equipo docente, desde hace varios
años nos veníamos formando, incluso dictamos cursos en aulas virtuales de
nuestra Universidad. Así logramos cumplir con los requisitos académicos del
cuatrimestre.
Lo más difícil fue sobreponernos al impacto que este contexto generó en nuestras
vidas alterando la cotidianeidad: debimos encontrar espacios y tiempos para
desarrollar clases, disponer de recursos personales para asegurar la conectividad
y el trabajo (PC y celulares); y en la de nuestros estudiantes, quienes plantearon
gran demanda académica y a nivel personal (dificultades en el uso de la
plataforma virtual, falta de recursos, problemas de salud, algunos perdían sus
trabajos, otros con familias que sostener). Identificamos como un logro que esta
modalidad nos permitió conocer y comprender en mayor profundidad la
singularidad de cada uno/a.
Otro desafío importante lo planteó la misma Práctica: suplir el caso de la vida real
con uno que pudiera ser abordado virtualmente. Considerando aquel primer
encuentro presencial, priorizamos que el caso movilizara a los estudiantes,
situándolos en su futuro desempeño profesional. Decidimos escribir dos casos de
nuestra propia práctica como profesionales de la EE. Fuimos criteriosas en la
presentación de los casos para promover desempeños flexibles, reflexión y
trabajo colaborativo.
Propusimos una agenda de trabajo semanal, posibilitando un horario flexible.
Organizamos los casos en momentos de abordaje, programamos consultas
virtuales (Meet), las grabamos y subimos al aula. En este complejo contexto
debimos acompañar exhaustivamente y guiar procesos de aprendizaje teniendo
como meta el logro de la comprensión por parte de los estudiantes. Las
correcciones eran continuas y en forma de preguntas y/o comentarios que les

40
posibilitaran advertir errores, reflexionar y corregirlos. Así, surgían en distintos
momentos del día consultas no programadas, usamos WhatsApp, mail, llamadas
telefónicas para responder la gran demanda.
Para finalizar, considerando que la meta de nuestra práctica es la construcción de
conocimiento profesional, los estudiantes expresan haber desarrollado destrezas
para:
⮚ Trabajar colaborativamente en equipo con otro compañero.
⮚ Relacionar la teoría con la práctica, logrando articulaciones horizontales
(con materias del mismo cuatrimestre) y verticales (con materias ya
cursadas en otros años).
⮚ Asumir una postura investigadora: con énfasis en el análisis y la
comprensión de los datos dados en el caso.
Lo positivo de la experiencia virtual, es que los estudiantes advirtieron
crecimiento personal y profesional al comprender el caso y tomar
posicionamiento.

Las voces que debemos escuchar


Autores/as: María Alejandra Nadalini; Julián Manrique
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Hace 7 años que trabajamos juntos como docentes de radio. Cuando llegó el 17 de
marzo y las clases ya estaban planificadas para todo el período 2020, asistimos a
la primera cita con las expectativas de encontrarnos con los estudiantes que ya
conocíamos del año anterior. Reencontrarnos con la mirada, ver cómo habían
crecido durante las vacaciones, darles la bienvenida, contarles lo que
aprenderíamos. Nunca nos imaginamos que no existiría una segunda clase frente
a ellos. A la semana siguientes todos nos recluimos en cada casa, sí, en esas cuatro
paredes que hoy nos recogen, nos cuidan y nos protegen. Luego de transitar más
de la mitad del año académico les pedimos a dos estudiantes que nos contaran
sobre su cursada no presencial y en confinamiento.

41
Luciano Arce Crimi cursa segundo año de Producción de Radio y Televisión y nos
decía: “El año 2020 fue un año bastante complicado para todos en muchos
sentidos. En mi caso, no me afectó casi nada cursar de manera no presencial y
online debido a que muchas cosas que realizo en la carrera las hacía desde
chiquito y para mí es lo mismo e incluso más cómodo poder trabajar desde mi
casa con los materiales que tengo. Sin embargo, sé que algunos compañeros
decidieron postergar materias para el año que viene. Otros decidieron abandonar
porque los contenidos que dan algunos profesores ni con consultas se entienden
y las consignas no son claras. En mi caso, en una asignatura, percibí la ausencia
de un seguimiento más personalizado mientras elaboraba un trabajo práctico. Lo
realicé con mucho entusiasmo y la devolución que me hicieron no me dejó
conforme, no entendí los criterios de evaluación, esto me desanimó, sentí
frustración y decidí abandonar la materia a pesar de que me aprobaron. Por otro
lado, en algunas asignaturas, rescato el trato de los profesores y la buena onda
que tienen, aunque éstas requieran más presencialidad en línea, debido a que
considero fundamental en esta carrera, aprender a hablarle a un micrófono o a
una cámara. A mí no me costó este año, incluso obtuve mejores notas que en el
primer año y fue positivo poder acomodar los horarios para hacer los trabajos y
estudiar”.

Bernardo Polo Mieles de tercer año, proviene de Colombia y nos contó: “Después
de dos años de cursar presencialmente en un país ajeno al mío no fue fácil
adaptarme a nuevas formas de comunicación, cultura, personas, ritmo académico
universitario y demás, ya que se puso en juego mi estabilidad emocional y
económica al permanecer mucho tiempo lejos de mi familia en Colombia, pero
aun así logre adaptarme. Luego llega marzo de 2020, inicié con mucha
expectativa el año académico, pero a solo una semana de clases presenciales mi
motivación por continuar mis estudios quedó nublada por la noticia que el
coronavirus nos alejaba de las aulas de manera indefinida. Es así como
prácticamente empecé de cero, me preocupaba mucho no contar con conectividad
estable para participar en las clases virtuales, situación que me impidió hacer
parte de las pocas materias que nos brindaban un acompañamiento a distancia.

42
Realmente siento que las cátedras nos sobrecargaron con archivos de textos que,
si en clases presenciales con el profesor a veces resultan densas, desde casa la
situación empeoró. La falta de comunicación con los docentes, el no poder verles
la cara o entablar un diálogo complicó todo, al punto que debo reconocer que, si
en la presencialidad sumé conocimientos, en esta etapa estos disminuyeron”.

En momentos donde las fuerzas no nos acompañen, tenemos la esperanza y la


confianza puesta en los jóvenes que buscan concretar su futuro profesional.
Estamos convencidos de que sus voces deben ser escuchadas. Esas voces, nos
angustian, nos preocupan, nos obligan a repensar el contexto en que se
encuentran. Vincularnos con sus realidades sociales, económicas y emocionales
nos obliga a interrogarnos… ¿estamos construyendo vínculos íntegros desde la no
presencialidad? ¿es suficiente el esfuerzo que hacemos?

Allí, donde los cuerpos flotan


Autor: Maximiliano Verdier
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Suena la alarma, ese gallo electrónico de canto metálico, y la inercia de mis


días me mueve, mecánicamente, a salir disparado de la cama. Aún no amanece,
pero debo aprovechar que el resto del barrio duerme porque a las diez de la
mañana de seguro ya no tendré buena conexión. Abro la notebook que lanza un
quejido de bisagras gastadas.
–No ha de quedarle mucha vida útil- pienso.
La enciendo y mientras arranca pongo agua para unos amargos. Preparo el
mate y los textos con un mismo ritual cotidiano, réquiem propio de TOCs
anquilosados. Del otro lado me esperan mis estudiantes. Del otro lado ¿me
esperan mis estudiantes? ¿No será acaso que yo les espero? Y mientras repito mis
estudiantes un escalofrío me cruza la médula al reparar con qué facilidad
antepuse el adjetivo posesivo al sustantivo estudiantes.
Hemos coordinado para encontrarnos en un Meet. Ingreso a la sala y espero.
Ingreso, pero mis pies no se han movido. Ingreso, pero sigo estando, de algún

43
modo, afuera. Ingresa una, luego otra, uno más. Les veo. Allí están. Cada una en
un rectángulo de mi pantalla. Cada uno por sobre otra, al lado de otro, en un
mosaico de rostros y espacios. Cubo Rubik de la virtualidad donde cada quien es
un color. Saben que al ingresar deben tener sus micrófonos deshabilitados.
Algunos vicios de la presencialidad son muy fáciles de transpolar a la virtualidad.
Rostros silenciados que me miran. Me miran y les miro.
Comenzamos la clase y hago un esfuerzo importante por mantener el hilo
de mi charla frente a la pantalla (¡Oh, Narciso! Cuán más rápido te hubieses
hundido en un espejo de agua como el que tengo frente a mí). En simultáneo,
lucho con mi gata que mordisquea mis pantuflas y uno de mis dedos gordos del
pie: porque, aunque mis estudiantes lo ignoren, en el sótano de mi virtualidad
estoy en pantuflas y pijama. Uno de los rostros que tengo frente a mí se ha
congelado y me pregunto, sin dejar de hablar, cómo se fractura el tiempo en los
espacios ya fracturados. Allí va otro, “Juan se ha desconectado”, y siento, quizás
equivocadamente, que una mano soltó el leño del cual todas y todos nos estamos
asiendo. Porque esto, permítanme el fatalismo, ya que soy indefendiblemente un
tipo dramático, se parece mucho a un naufragio. Y como en un juego de palabras
el naufragio me lleva a pensar que este modo de encontrarnos es un no-espacio
materializado en un no-tiempo. Un allí, donde paradojalmente los cuerpos flotan.

Lo esencial es invisible a los ojos


Autor: Sebastián Busto
[email protected]
Nivel Secundario

Para titular mi ensayo he seleccionado una frase de uno de los cuentos de


literatura infantil más reconocido a nivel mundial, “El Principito”, escrito por un
novelista y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, cuento que no importa la
edad que tengas ni las veces que lo leas, siempre encontraras una reflexión que te
hará preguntarte y repreguntarte acerca del lugar que ocupas en el mundo y como
te posicionas frente a él.
Dice el autor:

44
“…He aquí mi secreto que no puede ser más simple: solo con el corazón se
puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos…”
Es aquí donde me pregunto: ¿cuál es la esencia de la educación?, ¿qué sujetos
estamos formando?, ¿en qué valores educamos?, ¿Qué sociedad anhelamos para
un futuro? ¿No será que, en este difícil camino de la educación, que en tiempos
de pandemia se ha complejizado aún más, nos olvidamos y descuidamos que lo
esencial es invisible a los ojos? Quizás, nos olvidamos de educar en el amor, en la
solidaridad, en la generosidad, en el respeto y no dimos lugar a debates que nos
lleven a reflexionar sobre la felicidad, los anhelos, los sueños, los proyectos y todo
aquello que se encuentra en los más íntimo de nuestra subjetividad y donde toda
experiencia educativa puede cobrar sentido, ser significativa y promotora de
nuevos sueños y proyectos. Quizás, solo educamos para lo que se puede ver y
contar, pero nos olvidamos de lo más importante. Es aquí, donde estos tiempos
han puestos un manto de luz y han develado que lo más importante es aquello
que no podemos ver, pero sí sentir. Y es en estos tiempos extraordinarios y sin
precedentes que la escuela, muchas veces invisibilizada y desvalorizada pero
siempre fundamental, se ha visto obligada a reinventarse, a adaptarse a las
condiciones que el contexto la limita. En el contexto actual el mundo de la
educación afronta un nuevo desafío: no son los estudiantes los que van a la
escuela, es la escuela que en un esfuerzo sin precedentes debe llegar a cada uno
de sus estudiantes, a sus hogares y a sus familias.
Tiempos que han demostrado que la familia y el entorno más cercano del
educando ocupa un lugar fundamental en la tarea escolar. Que la ausencia de la
misma produce daños irreparables en la vida de nuestros estudiantes y que
contrariamente su presencia fortalece y potencia al máximo las capacidades y
condiciones de posibilidad de ese sujeto en formación.
Para finalizar este breve ensayo, los invito a reflexionar sobre los esencial, lo
prioritario, aquello que no se ve pero que trasciende. Así como la educación no se
limita al espacio físico de una escuela, la vida no se limita solo a lo que se puede
ver, a lo material, a lo palpable “…solo con el corazón se puede ver bien, lo
esencial es invisible a los ojos…”.

45
Emergencia, virtualidad no planificada, creatividad y participación
Autor: Sergio Ricardo Quiroga
[email protected]
Nivel superior no universitario

En el actual contexto de virtualidad no planificada y ante la emergencia de tener


que trasladar las clases y los contenidos con el objetivo de brindar una
continuidad educativa a través de medios digitales, docentes y estudiantes,
fundamentalmente se introdujeron en un mundo nuevo. Una interfaz
caracterizada por docentes y estudiantes que debieron aprender nuevas
herramientas tecnológicas, usos de dispositivos y plataformas, etc. La pandemia
del Covid-19 (Coronavirus SARS-COV2) ha impactado sensiblemente en las
sociedades a nivel mundial en múltiples aspectos y ha expuesto la vulnerabilidad
extrema de un mundo globalizado. La emergencia sanitaria internacional
desatada por el COVID-19 generó y produzco en la población grandes cambios
que impactaron en las actividades familiares, sociales, laborales y educativas.
En el contexto argentino, el 20 de marzo, el gobierno emitió un decreto que
ordenaba "Aislamiento social preventivo y obligatorio" para toda la población,
suspendiendo todo actividades no esenciales, así como todos los viajes y
transporte nacionales e internacionales. Con el correr de los días, Argentina
expuso al mundo su cuarentena, la más grande cuyos múltiples efectos aún no
están suficientemente visibles o claros. Al establecerse la aislación como
prevención del contagio, se cerraron las escuelas y las organizaciones educativas
de distintos niveles y comenzaron progresivamente a funcionar con una
educación de emergencia a distancia. La pandemia por Covid-19 (Coronavirus
SARS-COV2) ha puesto al descubierto la vulnerabilidad de los sistemas
educativos, siendo la conectividad, la escasa experiencia de los docentes en la
modalidad de educación en línea y que no todos los estudiantes disponen con los
recursos tecnológicos necesarios, los principales condicionantes para el
desarrollo de los aprendizajes de los estudiantes.
Tras esta situación ha surgido una educación virtual de emergencia dirigida a
sostener la escuela y las organizaciones educativas en general, conformada en un
contexto de crisis, caracterizado por viejas y nuevas desigualdades sociales y

46
educativas, en la búsqueda de la continuidad pedagógica de los estudiantes, y la
intervención activa de profesores y estudiantes en los aprendizajes y recursos
tecnológicos limitados. Se activaron diversas alternativas digitales como el
sencillo Google Drive con las tareas escolares, el Google Classroom y las
plataformas de videoconferencias como el Meet y el Zoom es el escenario de
encuentros virtuales.
Las limitaciones de conectividad ha expuesto en San Luis, Argentina la existencia
de una multiplicidad de brechas como la digital, profundizada en las actuales
condiciones de confinamiento, al tiempo que robustece y visibiliza la brecha
social, en particular en el medio rural, en donde los estudiantes no sólo tienen
que enfrentar los riesgos de contagio sino también con la falta de los recursos
necesarios para el desarrollo de sus aprendizajes, así como la presión
socioemocional con sensaciones de miedo, tristeza e incertidumbre que inundan
a estudiantes y docentes. Pero, San Luis ha tenido una agenda digital y ha tenido
políticas públicas de distribución de dispositivos de conexión en algunos los años
como las neet-books en las escuelas primarias y las tabletas a grupos de docentes.
¿Cómo explicar la brecha digital en San Luis?
La suspensión de las clases ha sido un interruptor del rol que cumplen las
organizaciones educativas consideradas un espacio de sociabilidad y de
despliegue de relaciones interpersonales. Las organizaciones educativas pueden
definirse de múltiples formas, pero son básicamente, un lugar en el que puede
compartir y ser parte de un grupo con sus pares en juegos, reuniones y actividades
lúdicas.
El surgimiento de una enseñanza virtual de emergencia conformada en un
entorno socio-técnico mantuvo las clases que fueron a distancia (virtuales) y
permitió a los estudiantes acceder a los distintos materiales pedagógicos desde
sus hogares usando sus dispositivos e Internet, siendo este el medio de evitar la
discontinuidad de la enseñanza. Surgió un escenario de aprendizaje también de
emergencia, que expuso que muchos padres no estén formados para acompañar
en la enseñanza al docente y que familias de bajos recursos económicos tienen
objetivamente una limitación en el rendimiento académico de los estudiantes, al

47
no tener acceso a la tecnología, ya sea a dispositivos, a Internet y/o plataformas
virtuales.
Cada escuela, cada organización educativa ha tenido que establecer su propio
plan de adaptación, buscando “mantener las clases”, es decir, las tareas y
actividades por medio de la tecnología. A esta problemática hay que agregar que
no todos los profesores y estudiantes contaron ni cuentan con dispositivos
adecuados y esta situación suele agravarse si no hay adultos que tengan
formación o experiencia en la utilización de estas herramientas.
Se trató de ir aprendiendo en el hacer, sin dejar de reconocer brechas y
desigualdades que asoman por doquier. En este contexto, de dificultades
crecientes caracterizadas fundamentalmente por la falta de dispositivos o
dispositivos obsoletos, limitada o nula conectividad, escasa preparación docente
y estudiantil en la enseñanza en escenarios digitales, el docente preocupado y
ocupado emergió como una figura prominente en la conversación educativa. La
irrupción será más frecuente día tras día.
A su carácter de mediador en los procesos educativos tradicionales, hoy el
educador debe dirigir una orquesta con distintos planes, adquirir una gran
flexibilidad frente a los inmensos desafíos que imperan en el presente, ordenar
los materiales didácticos, las unidades, los temas, los materiales de sitios URL de
acuerdo a lo que Coicaud denomina “criterios de realidad”. Es que es la dura
realidad la que marca el tiempo de los procesos educativos actuales pero la que
también posibilita y no invalida el desarrollo de la creatividad docente para
impulsar nuevos aprendizajes.
Es un tiempo de aprendizajes novedosos para estudiantes y docentes,
reconociendo las brechas y desigualdades preexistentes y actuales, pero
formulando posibilidades de aprehensiones cognitivas ilustradas al calor y al
color de la digitalización y el multimedia. Una tarea que consideramos esencial y
estratégica para los docentes es impulsar la participación de los estudiantes e
incrementar sus esperanzas frente a la crisis y tragedia educativa y social.
Ante un contexto educativo virtual de emergencia, y el impacto sentido por la
pandemia COVID 19 y la cuarentena, los Profesorados de Lengua Inglesa y el
Profesorado de Educación Física del Instituto Cultural Argentino de Educación

48
Superior (ICAES) con sede en la ciudad de Villa Mercedes (SL), el ICAES organizó
su campus virtual. La primera tarea fue conocer las posibilidades y limitaciones
del campus (http://www.ica.edu.ar/campus/) en donde se iban a disponer temas
y contenidos para los estudiantes. La idea fue buscar alternativas y posibilidades
para generar aprendizajes significativos y duraderos frente al campus virtual que
dispuso el Instituto Cultural Argentino de Educación Superior (ICAES) en los
Profesorados de Educación Física y de Lengua Inglesa. A parte de usar el Campus
Virtual, se utilizó el blog de la materia “Práctica Docente II”, un grupo cerrado de
Facebook, una lista de WhatAps y una videoconferencia semanal. Como docentes
debimos conocer estos nuevos ambientes de aprendizaje, la interacción entre
estos espacios formales e informales (la propuesta de multiplataforma y
motivación de los estudiantes), la integración de relatos mediáticos con
propuestas de enseñanza-aprendizaje, el aprovechamiento de los recursos
audiovisuales e interactivos como elementos de aprendizaje, y la producción
transmedia como estrategia educativa.
Frente a las proposiciones educativas de los docentes nos encontramos con
• Material escaso, poco adecuado, y desactualizado.
• Clases poco específicas y puntuales.
• Fracaso de las consultas virtuales.
• Dificultades de conexión eventuales.
• Hiperconectividad docente consecuencia del contexto digital.
• Incertidumbre y ansiedad por querer regresar a nuestros espacios de
trabajo específicos, esperanzas que con el correr del tiempo se fueron
perdiendo.
• Vida “on-life” donde el “mundo” es traspasado por el ultramundo”
(Maggio, 2020) dejando expuesta la dinámica familiar de docentes y
alumnos.

Problemáticas en relación al aprendizaje


Los trabajos prácticos brindados por el espacio de Práctica Docente II pretendían
ser de tipo colaborativos, con devoluciones más concretas y cercanas, pero no se
lograba (por desconocimiento, o por falta de herramientas) que los estudiantes

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hicieran un razonamiento o un juicio crítico del tema y solo se limitaban a buscar
información y plasmarla en un escrito. Las limitaciones tecnológicas y de lugares
en donde buscar materiales o referencias bibliográficas para el estudio resultaron
inadecuadas con bajo criterio para la selección de información de la web. Se ha
percibido también cierto desaprovechamiento por parte de los estudiantes de las
clases mediante plataformas de videoconferencia ya sea por falta de dispositivos,
conectividad o desinterés en general.
Futuro
La experiencia inicial en estos procesos nos ha mostrado que éstos deben ser
abiertos y flexibles y que los docentes deben ordenar sus clases en la virtualidad
de manera distinta a las clases tradicionales. El registro docente de estos
fenómenos que se suceden es relevante. Captar y registrar estas experiencias que
se están produciendo, que están en pleno desarrollo y al mismo tiempo, proponer
una mirada holística e histórica. Entendemos que la hibridez escolar
(presencialidad y virtualidad conjunta) existió en distintas organizaciones
educativas y en grupos de estudiantes y docentes (Quiroga, 2014), posiblemente
con una intensidad menor a lo que se esperaba, o a lo que se propone para el
futuro. Los análisis sobre el futuro inmediato en materia educativa están en
ciernes. Análisis que deberán ocuparse en la educación sobre el rol y la formación
docente, el uso de las TIC, los escenarios futuros y el peso específico que tenga en
ellos, las distintas relaciones e interacciones que se establezcan entre las
organizaciones educativas, la sociedad y el estado.

Referencias
Coicaud S. (2019) Potencialidades didácticas de la inteligencia artificial,
videojuegos, realidad extendida, robótica y plataformas. Mediaciones
tecnológicas para una enseñanza disruptiva. Buenos Aires: Ed. Novedades
Educativas. h) Reflexiones (y provocaciones) sobre educación, tecnología y
conocimiento. Debate. Fundación Ceibal.
Quiroga S. (2014). Educación digital e hibridez escolar en Argentina. Revista
Contextos de Educación. Año 14, Número 17. Universidad Nacional de Rio Cuarto
http://www.hum.unrc.edu.ar/publicaciones/contextos/

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Conversatorio 3
Martes 20 de octubre de 2020, por la mañana.

A corto plazo, lo más probable es que, después de que termine la cuarentena, las personas
Se quieran asegurar de que el mundo que conocieron no haya desaparecido.
(Boaventura de Sousa, 2020)

Este conversatorio abrió un espacio tiempo para escuchar, reflexionar y


compartir sentimientos y pensamientos en torno a lo que ha implicado enseñar y
aprender en tiempos de pandemia, con el fin de repensar el presente y
prepararnos para un futuro en el que - al decir de Boaventura-, intentaremos
buscar entrañablemente lo que conocimos.
El campo de análisis y discusión atravesó las siguientes dimensiones:
Dimensión política puso el eje en desnaturalizar las propuestas formativas en
contextos de virtualización forzadas como neutras, pudiendo pesquisar los
supuestos ideológicos políticos que la sustentan siempre teniendo como
horizonte una sociedad más justa e igualitaria.
Dimensión pedagógica didáctica permitió discutir las estrategias educativas para
enseñar y aprender en estos tiempos de no presencialidad, destacando por un
lado los obstáculos y, por otro algunas herramientas que posibilitaron el aprender
y aquellas que dan cuenta de la importancia de la presencialidad en el acto
educativo.
Dimensión del trabajo docente fue la que se presentó con mayor fuerza y atravesó
discusiones en torno a la necesidad de reconstruir el colectivo docente, poder
pensar las modificaciones que implicó la virtualización forzada desentrañando
algunas potencialidades, pero también las intensificaciones de la tarea, los
impactos subjetivos y los malestares docentes ante esta nueva situación.
Dimensión subjetiva del enseñar y aprender permitió comenzar a contornear
desde las narrativas aquellos intempestivos modos de relaciones con uno mismo,
entre los sujetos, entre los sujetos y la tecnología y, como estas nos van
configurando en esta realidad social - educativa encuarentenada.
El diálogo posibilito una reflexión colectiva desde donde poder pensar el presente
y pesquisar el futuro en clave educativa.
Paola Figueroa, Coordinadora del Conversatorio.

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Los que se preparan para el fin del mundo

Autor: Anuar David Cichero


[email protected]
Nivel Superior Universitario

Me despierto en plena madrugada y ya sé que no voy a volver a dormir. Miro el


celular, faltan dos horas para que suene la alarma, no tengo hambre para
desayunar ni ganas de empezar mis actividades. Aún es temprano para responder
los mails que llegan al correo de la cátedra. ¿Qué van a pensar los estudiantes,
que vivo de noche? Tengo una imagen que mantener de docente con horarios
normales. Prendo la tele, puedo ver una serie hasta que amanezca. El algoritmo
de la plataforma de series me recomienda una que se llama Doomsday Preppers.
Una traducción aproximada sería: Los que se preparan para el fin del mundo.
Está claro que ese fin no es del planeta, sino de la sociedad como la conocemos,
es un eufemismo para nombrar el fin del capitalismo. La serie recorre Estados
Unidos entrevistando a personas que se preparan para los peores escenarios
posibles: caída del sistema financiero, cataclismo climático o ataque terrorista
son los más comunes. Las especulaciones que hacen los entrevistados son más o
menos verosímiles, pero todas tienen en común sobrevivir a toda costa y ver al
otro como amenaza. También tienen en común las armas. Todos están armados
hasta los dientes y practican puntería contra siluetas humanas. Al final de cada
episodio, los productores evalúan las medidas de los preparadores y diagnostican
cuánto tiempo van a sobrevivir. Cuando termina el episodio, apago la tele, repaso
las medidas que tomé cuando se anunció la cuarentena, imagino cuál sería el
puntaje que me darían los jueces y cuánto tiempo de supervivencia estimarían
para mí.
A la hora de la alarma me levanto, preparo el desayuno, enciendo la compu,
abro el aula virtual, saco del freezer la vianda que preparó Anuar del pasado para
el almuerzo de hoy. Agradezco a Anuar del pasado por tomarse ese trabajo.
Además, dejó apuntadas las tareas que tengo que hacer hoy. Lamento informarte,
Anuar del futuro, que no tengo la motivación suficiente para allanarte el trabajo
de mañana, te cuento que, a diferencia de los preparadores del fin del mundo,

52
sospecho que la supervivencia a toda costa sea mi norte y que a veces necesito
parar. Te hablo como a nuestros estudiantes cuando nos expresan su angustia
porque no llegan a completar las actividades a tiempo. Les digo que está bien, que
no se angustien por la fecha de entrega, que ahora las prioridades son otras, que
en estos tiempos de excepción lo primordial es cuidarse.
Encuentro extraño que en estos tiempos “de excepción”, lo excepcional no
sea una medida de fondo, sino de forma. La excepción es dónde enseñamos: en
casa. La excepción es cómo enseñamos: en línea. La excepción es cuándo
enseñamos: a cualquier hora. La excepción es quiénes enseñamos: los que
podemos conectarnos a Internet. A veces pienso que somos una colonia de
hormigas a las que un niño travieso les destruyó el hormiguero. Me imagino en la
perspectiva del niño ante el hormiguero a cielo abierto, veo una multitud de
hormigas moviéndose en un caos organizado, trabajan sin descanso para
reconstruirlo. Si mañana fuese el fin del mundo –mejor dicho, del capitalismo–,
nos encontraría como a hormigas: desesperadas por seguir produciendo.

Nada sucede dos veces


Autores/as: Hugo Baigorria; Nicolás Wildner Sánchez; Renata Lucero
[email protected]
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior no universitario

Gustavo Bombini dice que guion conjetural es narrativa de anticipación donde se


ensaya, imagina, mapea una clase o un conjunto de ellas...
Febrero del 2020, todos revisábamos nuestro guion conjetural, sobre el camino a
recorrer durante el año: tantas clases, tantas observaciones, tantos talleres… con
las preguntas del caso: ¿cómo serán los practicantes este año? ¿Cuantos?
¿Cuántos varones, cuantas chicas? Y así planificábamos… Mientras en los medios
de comunicación veíamos como el COVID-19 avanzaba en países muy lejanos al
nuestro.
Y llegó marzo con el ¿inoportuno-oportuno? anuncio se dictaminaba el
aislamiento social obligatorio y preventivo…todos a casa!

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¿Y las clases? ¿Como hacemos? ¡¿Que va a pasar?! Para evocar esos momentos
citamos un fragmento de la poesía de W. Szymborska, “Nada sucede dos veces”

Estando ya en nuestra casa


Nada sucede dos veces
ni va a suceder, por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.
En esta escuela del mundo
ni siendo malos alumnos
repetiremos un año,
un invierno, un verano.
Nos dimos cuenta que había cosas que no sabíamos, no teníamos experiencia, no
había rutina sobre la formación en la práctica en modo virtual… desapreció el
encuadre y aparecieron nuevos sentidos, sentires, limitaciones; pero había algo
que estaba claro: el deseo de avanzar en la formación, acompañar, brindar
oportunidades, sostener. Con esas premisas nos pusimos a resignificar lo
conocido, aprender otras dinámicas-las que ofrece la virtualidad.
Hay que transitar el COVID, revisando contenidos y reformulando la pregunta
sobre el tipo de docentes que formamos, por, ¿cuál es y cómo es el sentido de la
formación en el campo de las prácticas desde la virtualidad? Allí aparecen
tensiones, nuevas condiciones de enseñanza en un contexto sin antecedentes y
sin teoría.
¡De pronto la realidad se nos metió en el aula, ó la formación se hizo doméstica!
Siempre sostuvimos que el campo de las prácticas es amplio, pero esa inmensidad
se vio redimensionada en hogares, cocinas, dormitorios, etc como lo macro, y un
dispositivo como lo micro, mientras nos seguimos preguntando: ¿será así? ¡Claro!
Como dice A. M. Fernández el contexto se hizo texto, es en este nuevo paisaje es
que tratamos de sostener y formar, integrando nuevas dimensiones: técnica
porque es el medio por el cual se establece el vínculo, cultural porque no estamos
habituados a la virtualidad como único medio para estar con el otro, y curricular
ya que reformulamos la propuesta de formación inicial.

54
Hay una frase que está circulando y que se repite en los medios: el virus viaja por
todos lados, podemos repensarla y decir que el virus es un mensajero, ¿de qué?
…¿Cómo voy a introducirlos en el tema de esta forma? ¿Qué hemos hecho
durante todos estos años? Con esa frase anulo el esfuerzo continuo y fructífero
desde que Él habló. Una herejía. Me da vergüenza haberlo pensado. En todo
caso podría decir: Este es el momento de contemplar nuestra preparación…
(Jorge Sallenave, El Club de las Acacias)

Reflexiones de Pandemia
Autora: Silvia Baldivieso
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Durante las últimas décadas hemos comenzado a habitar un mundo diferente al


que conocíamos, que ha superado al tradicional, por la incorporación de una
nueva dimensión a la que convenimos en denominar digital. Una dimensión, muy
compleja y poderosa con capacidad de relativizar al tiempo y la distancia, las dos
categorías fundamentales organizadoras de la vida en la sociedad, y muy frágil al
mismo tiempo porque depende un enchufe y conexión.
Esta dimensión con el “hipermundo” que genera, antes de ser completamente
comprendida y aceptada por todos los sectores y actores, debió ser abruptamente
asumida ante la pandemia y las medidas de confinamiento y aislamiento social,
generando impactos que trascendieron ampliamente lo sanitario.
En el ámbito educativo se produjo el cierre de las instituciones encargadas de la
escolarización en los diferentes niveles a nivel mundial y la apertura forzada a
nuevas formas de trabajo, enfrentando a los docentes al desafío de generar
transformaciones en espacios inciertos.
El primer gran desafío se visualizó asociado a la virtualización de la enseñanza,
pero inmediatamente, en cuanto la pandemia puso de manifiesto las debilidades
y profundas fisuras del sistema mundo en el que estamos insertos, los docentes
comenzamos a sentir también la necesidad de poner en cuestión no solo como
virtualizar las clases sino a la misma educación.

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Durante muchos años el sistema educativo funcionó como la pieza clave de un
gran sistema que actualmente está en crisis. Nos toca ahora, ante el descubierto
que nos muestra la pandemia discutir alternativas constructoras de sentidos,
estrategias que posibiliten replanteamientos y transformaciones estructurales, no
cambios para permanecer igual entre iguales; acciones que provoquen
desplazamientos, y ofrezcan respuestas dinámicas que faciliten soluciones
dinámicas. Tenemos la oportunidad de vivir y militar la virtualidad
aprovechando el punto de inflexión en que nos encontramos para construir
nuevos sistemas y espacios educativos y con ella nuevas realidades.
Docentes e investigadores necesitamos desarrollar nuevos imaginarios en
relación a la sociedad y la educación, nuevas capacidades y compromisos,
contamos con el aliciente de estar ante una necesidad sentida y disponemos de la
mirada crítica y el espacio virtual para ensayar y trascender.

El vuelo
Autora: Eleonora De Panis
[email protected]
Nivel Inicial

El cartel de bienvenida está en la puerta. En el armario, los materiales ordenados.


La biblioteca llena de libros infantiles. Hay hojas, lápices y témperas de colores.
El pizarrón limpio y las tizas en la caja. Seis sillas rodean la mesa.
Esa, es la sala de la escuela donde trabajo hace más de tres años.
Pero estoy en casa desde hace algunos meses.
De una pared del monoambiente que alquilo, cuelga una tela verde; dos luces
iluminan mi cuerpo enmarcado por el delantal azul.
Releo la planificación: Banda numérica, conteo, números en la cotidianeidad
(tengo mis velitas de cumpleaños del año pasado, una remera con el número seis
y el paquete de rollos de papel de cocina que tiene un tres enorme). Tapitas,
palitos y lápices sobre la mesa acompañarán mi diálogo en Lengua de Señas
Argentina.
Repliqué y modifiqué algunos materiales que están en la sala teniendo en cuenta
la modalidad: todo tiene que entrar en el encuadre de la filmación. También están

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los stickers que me provee el programa de edición que me bajé. Recuerdo que hoy
tengo que señalar números imaginarios en el aire, después los insertaré
digitalmente.
Mientras repaso frente al espejo, imagino sus gestos, sus miradas, sus pequeñas
manos.
Hubo algunos encuentros de diálogo sincrónico, pero las diversas tecnologías y
las dispares conexiones trajeron esta nueva modalidad a mis días.
Tomo aire, sonrío, relajo el ceño.
Cuando termine de grabar, el video editado llegará mediante WhatsApp a las
madres de los estudiantes de Nivel Inicial.
Agarro el celular, desactivé las notificaciones para poder concentrarme mejor.
“Mamá de” me envió cuatro fotos y un video de la actividad anterior. El niño está
creando construcciones verticales con broches de colores, junto a su papá. El
adulto le sonríe, su hijo lo mira; ambos juegan. Sus creaciones son dos aviones
que vuelan.
Gracias.

Cuando nos volvamos a ver


Autor: Enzo Vieyra
[email protected]
Nivel Secundario – Nivel Superior Universitario

Recién iniciábamos el nuevo ciclo lectivo 2020, sólo habían pasado unas
semanas del encuentro y una pandemia interrumpió el encuentro pedagógico.
Ante la incertidumbre, el temor, el miedo, la angustia…no bajamos los brazos,
sino que nos reinventamos y buscamos otra manera de seguir enseñando y
aprendiendo.
Abandonamos el espacio físico del aula para seguir intercambiando ideas,
sueños, reflexiones, diálogos, manifestando las emociones, sentimientos a través
de la virtualidad.
En conjunto descubrimos un nuevo mundo, experimentando las posibilidades y
herramientas que nos ofrecen las nuevas tecnologías.

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Nos conectamos desde las computadoras, las tables o los celulares atravesando
los obstáculos e imprevistos propios de la conectividad o la falta de apoyo en el
uso de las TIC pero sin perder la capacidad para crear, leer, escribir, investigar,
explorar, ver, escuchar, experimentar; y mantener el lazo de unidad que nos
propicia el aprendizaje.
Todos seguimos con esperanza esperando que pronto esto termine y así vernos
nuevamente en nuestro espacio de encuentro…la escuela.

Pensar en- por y para la Formación.


Autora: Gisela Andrea Martínez
[email protected]
Nivel Secundario

¿Te acordás qué tiempos aquellos? Qué tiempos aquellos… Sin lugar a dudas, la
experiencia docente y las prácticas de enseñanza y aprendizajes del año 2020 no
serán olvidadas, ya sea por su forma particular de transitar lo que conocemos
como año escolar o académico, por sus modos particulares de pensar la
evaluación, por su forma genuina de reinventar el aula (virtual y no presencial),
por el desafío de transformar esa aula virtual en una clase virtual, y porque la
educación siga siendo inclusiva. Creo que muchos de los constructos categóricos
anteriores mencionados forman parte de una realidad que se vive desde otro lugar
este año escolar. Una realidad diferente, que nos enfrenta al crudo escenario de
poner en situación de crisis o de comillas, cuestiones como la planificación y la
evaluación. Cuando hemos aprendido en nuestra formación que la planificación
es uno de los tantos mediadores para andamiar el contenido, para pensar el qué
y el cómo de estas disciplinas en la cultura escolar. Resulta un ideal teórico pensar
la planificación en la manera en que se ha desarrollado mi práctica docente. A lo
largo de estos meses de pandemia, he notado desde mi experiencia, que se puede
pensar en ejes ordenadores, en pautas orientadoras, pero que las mismas deben
ser continuamente repensadas, reconstruidas, replantadas momento a momento,
ya que los estudiantes van participando de las propuestas con otros tiempos, con
otros objetivos, con otras finalidades- a veces coincidentes con los ejes
ordenadores y a veces no-. Por lo tanto, no me es ajena la experiencia de vivenciar

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y sentir que estoy en continuo ordenamiento de tareas, donde pareciera ser que
el rol docente es tratado en épocas de pandemia como la persona que envía
actividades solamente, más que de proponer y construir contenido y aprendizajes
significativos. Con estas experiencias en la realidad docente mi invito a la
posibilidad de pensar-me ¿Es posible la planificación en tiempos de pandemia en
la escuela de nivel secundario? ¿Qué de esa planificación es realmente
significativo para los/las estudiantes que viven realidades diversas? ¿Se puede
pensar y planificar para y en soledad? ¿Cómo salir de ese lugar de ordenador de
tareas para que se dé el encuentro simbólico con la cultura?
Otra de las cuestiones que han presentado modificaciones en las practicas
docentes y que quedan sin posibilidades de plantearlas en la comunidad
educativa a la que pertenezco (ya sea porque no se sabe orientar o porque genera
temor), es la evaluación. Este proceso que implica el seguimiento de un
estudiante, y que responde a algunos de los cuestionamientos centrales de ¿Cómo
aprende/n el/los conceptos/s? ¿Para qué les sirven estos contenidos? ¿Cuál será
su importancia en la formación de estos estudiantes? Pensar otras formas de
evaluación es una de las estrategias donde los docentes hemos notado que ha
quedado bajo la exclusiva responsabilidad de pensarla desde el criterio de
“participación”. A decirlo de otra forma ¿Aprendió este alumno sólo porque
participa? ¿Aprendió menos aquel estudiante que vio interrumpida su
participación? Considero que la evaluación es un proceso que ha quedado bajo la
lupa del docente, sin formas y modos institucionales de pensarla como parte de
un proceso que puede involucra otros modos y tipos de encuentros con los
contenidos, y que hay que construirla a partir de estas experiencias solitarias en
el quehacer docente. Mucho debemos de plantarnos los docentes en nuestra
formación a partir de este tiempo pedagógico.

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La enseñanza de la Marginalidad y Exclusión Urbana y Rural,
en contexto de aislamiento social
Autores: Pedro Enriquez; Sergio Gómez
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario
Introducción
En marzo de 2020, el Rector de la UNSL suspende las actividades académicas
presenciales y ordena el empleo de la modalidad virtual. En ese marco, los
integrantes de la cátedra: Marginalidad y Exclusión Urbana y Rural (2do. año de
Ciencias de la Educación) adoptamos esta modalidad y la instrumentamos
mediante Google-Classroom (plataforma digital). En este trabajo relatamos los
momentos que atravesamos en el desarrollo de esta experiencia.
Momentos de la experiencia
En situación de pandemia y aislamiento social, esta práctica, se encontró al
menos con tres grandes problemas. Por un lado la actividad docente convertida
en trabajo virtual o teletrabajo; por otro lado, lxs estudiantes con falta de
equipamientos, conectividad o en frente de nuevas tareas familiares; y por último
la institución universitaria como institución educativa desbordada por la
situación.
A) Momento de incertidumbre. En marzo se comenzó a instalar la idea de la
necesidad de adoptar la virtualidad para mantener el “vínculo pedagógico”.
Aislado, con poca claridad y conexión, en un clima social donde debíamos
mostrar que no estábamos “de vacaciones”, decidimos que:
-El cursado digital no era obligatorio, en ese sentido dijimos que: No queremos
vulnerar el derecho a estudiar a quienes no pueden cursar de esta manera; por
lo tanto, para cuando se levante la cuarentena, les propondremos una forma de
trabajo que posibilite terminar este curso. La estrategia para abordar el Eje I.
Consideraciones iniciales, consistió en la lectura de 4 documentos de cátedras y
la resolución de 4 guías de estudios elaborada para la virtualidad, cuya entrega
no era obligatoria.
-La evaluación consistió en la elaboración de una monografía que integró este
eje, esa tarea sí era obligatoria.

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B) Momento de toma de conciencia. Pasado un tiempo, tomamos conciencia de
los siguientes problemas producidos por esta forma de trabajar.
-Falta de claridad del encuadre. Empezamos a notar que no sabíamos quiénes
eran nuestrxs estudiantes (28 inscriptos para cursar, 30 para el Google-
Classroom, pero se conectan regularmente solo 8). Tampoco sabíamos cómo
estaba conformado el equipo docente, no teníamos certeza si becaria y pasantes
eran parte del equipo (solicitamos su inclusión, pero no teníamos respuesta).
Además, no sabíamos: el día y horario de clase, el fin de cuatrimestre, etc. No
había un encuadre organizativo institucional que garantizara la contención del
proceso educativo.
-Falta de formación e intensificación laboral. A lo anterior se le sumó la
sobrecarga del trabajo educativo y el analfabetismo tecnológico. La capacitación
(ofrecida por la UNSL o la autocapacitación) y el exceso de trabajo nos agotaban.
-Las contradicciones político-pedagógicas. En algún momento empezamos a
sospechar que la plataforma adoptada contradecía nuestras opciones político-
pedagógicas. Brenner (2020) confirmaba dicha sospecha al señalar que, el
Google-Classroom reproduce los vicios de las clases tradicionales, impide la
retroalimentación, promueve el trabajo individual, no posibilita el trabajo
crítico- creativo-colaborativo y tampoco propicia la dinámica dialógica. Nos
dimos cuenta de que estábamos desarrollando una educación virtual bancaria.
Causaba dolor hacer lo que criticamos.
Momento de mejoramiento de la propuesta. Como resultado de esa toma de
conciencia, hicimos ciertas mejoras en enseñanza de los Ejes II: Condiciones
estructurales y problemas constitutivos sobre la Marginalidad y la Exclusión)
y el III: Territorio y escuela urbana-popular y rural.
- En lo referido a la estrategia, además de aportar los documentos de cátedra,
desarrollamos clases virtuales, mediante el Google-Meet, donde lxs estudiantes
participaban en chat (algunas clases fueron grabadas y puestas a disposición).
Asimismo, invitamos a referentes de sectores populares (pueblos originarios,
vecinas, maestra) a dichas clases, para conocer sus experiencias.
- En cuanto a la evaluación. Se organizó un Simposio donde los grupos de
estudiantes integraron los temas de este eje. El núcleo articulador fue: ¿qué

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consecuencia produjo en los sectores populares la pandemia y el aislamiento
obligatorio?
- En cuanto al cierre, se llevó a cabo una clase presencial donde se efectúo una
síntesis de los temas y se presentaron las pautas para la integración final.
Es innegable que estas acciones mejoran la enseñanza, pero no eran suficientes
para propiciar la formación de estudiantes críticos y comprometidos como nos
habíamos propuesto.
Conclusión
Como se pudo apreciar, hemos transitado distintos momentos que han
enriquecido el trabajo educativo, pero no han resuelto radicalmente el problema.
Pero es más perjudicial aún quedar atado en algunos de dichos momentos. Si se
queda anclado en el primer momento, se corre el riesgo de trabajar en forma
digital por el solo hecho de que “es mejor hacer algo que no hacer nada”. Si se
queda anclado en la toma de conciencia de los efectos nocivos sin cambiar, se
corre el riesgo de perpetuar el orden social, porque no existen alternativas. Si se
queda anclado en conformarse con una propuesta de enseñanza mejorada que no
respondan a su concepción, se corre el riesgo de perder de vista los horizontes
pedagógico-políticos hacia dónde se dirigen las prácticas.
Bibliografía
Brenner, M.(2020): Google Classroom: el silencio como ausencia pedagógica.
ANRED.https://www.anred.org/2020/04/08/google-classroom-el-silencio-
como-ausencia-pedagogica/

Reflexiones sobre las familias y sus respuestas a la continuidad


pedagógica en tiempos de pandemia, en una Escuela de Educación
Especial.
Autora: Iris Sánchez
[email protected]
Nivel Primario Educación Especial

El presente micro relato se genera desde las vivencias registradas en Dirección de


una Escuela Especial de la ciudad de San Luis, que recibe a niños y adolescentes
con diversidad funcional intelectual.

62
La discapacidad intelectual o del desarrollo es un concepto amplio que se
manifiesta en la persona y que se expresa en su relación con el entorno. Se traduce
en un funcionamiento intelectual inferior a la media y en las habilidades sociales
tales como limitaciones significativas en áreas de la vida como el lenguaje, la
movilidad, el aprendizaje, el auto cuidado, las relaciones sociales y la vida
independiente. Desde un modelo más social y atendiendo a la provisión de
apoyos, hablamos de personas con extensas o limitadas necesidades de apoyo.
También es preciso mencionar que un alto porcentaje de los alumnos, provienen
de contextos socio-económicos culturales desfavorecidos y que, en muchas de las
familias de origen, se presentan también limitaciones funcionales como sus hijos.
En algunos casos uno o los dos progenitores o adulto que cumple ese rol, son
analfabetos funcionales.
Por las características descriptas, el Proyecto Educativo de la Institución (PEI)
propone una metodología de trabajo en la que se enlaza el saber, con el hacer, el
ser y el estar. En esa dialéctica, la presencia del docente, del Otro, que guía,
alienta, contiene, andamia los diferentes procesos que sostienen la praxis y actúa
en la zona de desarrollo próximo, es condición imprescindible.
En este panorama estábamos iniciando el ciclo lectivo 2020 cuando el mundo se
detuvo.
No nos podíamos ver, pero debíamos dar cauce a la continuidad pedagógica.
¿Cómo poder estar, sin estar? ¿Cómo acompañar y contener, sin estar? ¿Cómo
conocer la manera que se estaban dando los procesos si no teníamos la
necesaria retroalimentación?
La virtualidad impone el trabajo en un contexto poco accesible para estas
familias. El analfabetismo funcional también limita seriamente la interacción de
la persona con las tecnologías de la información y la comunicación, puesto que
tiene dificultades para usar un ordenador personal, utilizar un navegador web o
un teléfono móvil de manera eficiente.
A pesar de lo ya conocido, el equipo escolar redobló esfuerzos. De manera
progresiva, sin presiones y a medida que una estrategia no daba el resultado
esperado se hicieron: grupos en redes sociales de mensajería instantánea, audios,
llamadas personales, videollamadas pre-acordadas, fotos de procesos, videos

63
ensamblados entre varios docentes y hasta el intento de trabajar en las aulas
virtuales que se crearon desde el nivel central. La respuesta inicial, si bien llegó
casi al 50% de la población escolar, comenzó a disminuir a medida que avanzaban
las semanas, hasta casi desaparecer, e inversamente, la ansiedad y preocupación
de los docentes se elevaba.
Conforme se flexibilizaba la circulación se pudieron sostener contactos
personales con muchas de las familias y las respuestas giraron en torno a no
poseer tecnología adecuada, a recibir la información, pero no saber qué hacer con
ella (cargar o descargar archivos), a no comprender lo que tenían que hacer, a no
poder leer bien o no escribir de manera legible, a no atreverse a pedir más
información.
En este punto, el mañana nos interpela. Lo que hemos aprendido, nos sigue
generando multiplicidad de preguntas, dudas y perplejidades cuando pensamos
en la relación entre mundo, vida y escuela o entre enseñanza, existencia y escuela.
Las dificultades palpadas en la comunicación con las familias, nos muestran
cuánto más se profundiza la brecha digital en la población que nos ocupa. La
dificultad para alcanzar competencias digitales y la mejora en la calidad del uso
de las mismas es una de las barreras más destacadas para la inclusión, que nos ha
dejado este tiempo.
Para pensar la continuidad de las trayectorias escolares integrales y producir la
ruptura con la distorsión social, que continúa profundizando desigualdades e
inequidades, es necesario que nos tomemos el tiempo necesario para deconstruir
viejos paradigmas y dar lugar al nacimiento de una nueva escuela, porque a la
vieja, ya no podemos volver.

Es tiempo de reinventarnos
Autora: Karina Gabriela Adaro
[email protected]
Nivel Primario

¿Cómo enfrentamos esta Pandemia?, ¿Quién nos capacitó durante nuestra


formación que algo así pasaría?, ¿Existe un libro que atienda un hecho similar
para nuestro trabajo?, ¿Cuáles son las decisiones que tenemos que tomar?

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La reflexión permanente me acompañó en estos tiempos de pandemia, durante
el quehacer cotidiano y me llevó a imaginar nuevos caminos, impensados,
completamente desconocidos y es allí donde encontré nuevas herramientas,
posibles respuestas, que aunque ya existían, no me había atrevido a probar,
estrategias que jamás había llevado al aula, pero que tenía que tomarlas, hacerlas
propias y perder completamente el miedo a lo nuevo, y en un abrir y cerrar de
ojos me apoderé de ellas, hice cosas impensadas, en poco tiempo ya estaba
capacitándome, planificando, haciendo selección de contenidos...nuestra escuela
se encontraba instalada en mi hogar, sin horarios, sin tizas, sin aulas, pero la
llama de la ENSEÑANZA seguía encendida, para continuar encendiendo muchas
más. Un factor fundamental fue poder fortalecer el vínculo: familia – escuela, y
de esa manera poder llegar a cada hogar, donde nos encontramos con distintas
realidades, que fuimos conociendo y atendiendo de la mejor manera posible.
Todo lo encontré en mi “autoevaluación constante”, esa que durante el tiempo de
formación me enseñó que siempre tenía que estar presente para nuestro
crecimiento, se hizo vigente en este tiempo en que me preguntaba ¿Estoy
haciendo lo correcto? ¿Qué debo cambiar?; y es en ella que encontré muchas de
las respuestas que me llevó a seguir creciendo en mi profesión.
Hoy puedo decir que la pandemia nos dejó una enseñanza, como las fábulas: “No
hay mejor educación que tenga como escenario el aula”. Todos queremos volver,
yo quiero volver, pero será con una nueva mirada, con una nueva enseñanza que
atienda a todos los niños/as y alcanzar aprendizajes realmente significativos.
La tecnología llegó para quedarse y se instaló en cada uno de nuestros hogares
para seguir educando, seguir acompañando a nuestros niños/as para que el
vínculo permanezca y de esa manera GARANTIZAR LA EDUCACIÓN, que es
nuestra principal función como educadores.
Seguimos y seguiremos educando, nada nos detuvo, seguimos de pie afrontando
la experiencia más importante que quizás exista en nuestras vidas, la que quedará
en el recuerdo de cada docente, y cuando todo esto pase quiero tener la certeza
que sirvió de algo: Logramos reinventarnos, nos auto-capacitamos en tiempos
difíciles y logramos resultados que nadie podía imaginar, resistimos a esta
pandemia dejándolo todo para que nuestro futuro: los niños y niñas sigan

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recibiendo nuestra mejor arma: “ La enseñanza”. La educación persiste en
tiempos difíciles, porque estamos allí haciéndole frente y poniendo cuerpo, alma
y corazón para ejercer la docencia. Ojala todo esto sirva para revalorizar nuestra
tarea docente.

Enajenación en tiempos de virtualidad


Autora: Mara Campanella
[email protected]
Nivel Superior Universitario

“Partimos de un hecho económico contemporáneo. El trabajador se vuelve


más pobre a medida que produce más riqueza, y a medida que su
producción crece en poder y en cantidad. El trabajador se convierte en una
mercancía aún más barata cuanto más bienes crea. La devaluación del
mundo humano aumenta en relación directa con el incremento de valor del
mundo de las cosas. El trabajador pone su vida en el objeto y su vida no le
pertenece ya a él sino al objeto. Pero la vida que le ha dado al objeto se le
opone como una fuerza ajena y hostil.”
Marx, Manuscritos económico-filosóficos, 1844

La era de la organización burguesa de la sociedad no es otra que la del


desgarramiento de las esferas de la política y la economía.
Ese desgarramiento entre sociedad política y sociedad civil que tanto preocupó a
Hegel y otros contemporáneos, fue desentrañado por Marx al problematizar el
carácter privado del trabajo: la separación de los productores de sus medios de
vida.
Esa separación requiere de hombres libres de relaciones de sujeción personal,
para que puedan ofrecer libremente la mercancía de la que son dueños, la fuerza
de trabajo.
En la organización capitalista de la sociedad, el desgarramiento entre sociedad
civil y sociedad política puede entenderse también como la escisión entre lo
particular y la totalidad, que están en permanente contradicción. Contradicción
que no puede superarse en el marco de esta forma de organización social, al
sustentarse en el carácter privado del trabajo humano.
Así, el trabajo social no es percibido como tal al organizarse bajo la forma de
capitales individuales y privados. Por tanto, los trabajadores no pueden ver los
lazos de interdependencia de los trabajos que realizan - esto es, su carácter social
- y se ven forzados a relacionarse a través de los productos de su trabajo, en el

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intercambio (Iñigo y Rio, 2017). El carácter social de su propio trabajo se les
presenta, así, como una potencia que escapa a su control; como una potencia que
les es ajena y los domina (Marx, 2008).
Esa potencia ajena que domina al hombre es el trabajo alienado. Un trabajo que
no nos pertenece, que es apropiado de manera privada y en el que no nos
realizamos. Nos domina porque debemos trabajar para vivir, pero como un medio
para reproducir la propia vida y no como realización de una actividad vital, que
nos relaciona con la naturaleza y con los otros.

El carácter alienado del trabajo no es una novedad. Sin embargo, la virtualización


de las actividades a raíz de la pandemia del COVID-19 nos enfrenta a nuestro
trabajo en una dimensión que desconocíamos.
El trabajo docente, que nos ocupa en este escrito, fue modificado de manera
sustancial y en múltiples dimensiones. Aquí haremos foco en una de ellas, para
intentar explicar la sensación de alienación creciente, que vincularemos con un
factor novedoso en la forma en que llevamos adelante nuestro trabajo.
La tarea docente históricamente se ha llevado a cabo en presencia de quien
enseña y quienes aprenden, a través del lenguaje verbal y escrito en el que están
presentes factores como la acentuación, la pregunta, la gestualidad, entre otros.
Se puede decir que en la docencia ponemos el cuerpo, con todas sus implicancias,
a la hora de pararnos frente a otros para transmitir algo.
La virtualización tiene como elemento novedoso la escisión de nosotros mismos
en un sentido físico, corporal. Una escisión más, o para ser más precisos, una
nueva determinación de nuestro trabajo, que podría adquirir carácter
permanente.
El desembarco de software educativos, plataformas, materiales digitales e
interactivos, que pugnan por quitar al docente de su rol de educador nos podría
poner frente a “una <descomposición del oficio>, esto es, una parcelación de
tareas que destruya la enseñanza como <oficio> propio del docente”. (Donaire,
2009: 62)

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Nos queda como tarea estar alerta, conocer las determinaciones que nos
atraviesan para proyectar una intervención política correcta que nos aleje de la
impotencia y el inmovilismo.

Bibliografía:
• Donaire, Ricardo M. (2009) Sobre la proletarización de los trabajadores
intelectuales: un ejercicio comparativo a partir del caso de los docentes en
Argentina. CLACSO.
• Iñigo, L. y Rio, V. (2017). Extensión de la escolaridad y obligatoriedad de
la escuela secundaria en Argentina: el papel de la universalización de la
lectura y escritura. Universitas Humanística, 83, 213-243.
• Marx, K. (1844) Manuscritos económico-filosóficos, Madrid, Alianza,
1993.
• Rieznik, P. (2007) Las formas del trabajo y la historia, una introducción al
estudio de la economía política - 3a. ed. - Buenos Aires: Biblos.

Tiempos de Pandemia: Repensando la Praxis III “La Problemática


Institucional”, de la Licenciatura y Profesorado en Ciencias de la
Educación.

Autores: Mabel Marcello; María Emilia Castagno;


María Fermina Moreira; Andrés Sebastián López
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Al inicio del 2020 el año se presentaba como uno más, en los medios de
comunicación se anunciaba una problemática denominada COVID-19.
Transitamos la cotidianidad laboral como en cualquier otro momento, no
dimensionamos el giro rotundo que se aproximaba en diferentes planos, la
pandemia y posterior cuarentena no tardó en llegar a nuestras vidas y afectar
diferentes ámbitos de la sociedad. Como era de esperar, también impactó en
nuestro trabajo docente, adentrándonos en momentos angustiantes, de
incertidumbre, dejándonos al desnudo.

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Esta praxis es un espacio desde el que se analiza la realidad de las instituciones
educativas, lo cual excede trabajarla desde la teoría. Por ello, la aproximación a
estas se hace a través de la observación de su dinámica, la identificación de
problemas, el relevamiento de múltiples perspectivas de los actores
involucrados.
Sin embargo, hacia mediados de marzo fue necesario repensar todo, arrancar de
cero. Las herramientas usadas habitualmente, se vieron diezmadas por la no-
presencialidad. ¿Y ahora qué hacemos?, es una praxis, ¿Cómo establecemos
contacto con los actores? ¿Cómo trasladamos nuestra propuesta a un escenario
desconocido? Durante varias semanas pensamos en cómo hacer para seguir, pero
desde una propuesta que resultase desafiante, reconociendo las limitaciones que
tendría y asumiendo de manera flexible la posibilidad de cambios, fracasos,
vueltas atrás, etc. En esta dirección un nuevo desafío se planteaba ¿cómo
desarrollar virtualmente una asignatura práctica, que necesita del contacto con
problemáticas concretas?
En primer lugar, apelamos a conseguir los correos electrónicos de los estudiantes,
porque no alcanzamos a conocernos personalmente. Realizamos los primeros
contactos vía mail, ya que se constituía en la herramienta más conocida para
iniciar esta nueva forma de trabajo.
Así desarrollamos una indagación, recuperando las expectativas de los/las
estudiantes para intentar acercarnos a sus situaciones particulares. Luego
ofrecimos vía drive las primeras lecturas, para comenzar a abordar las
problemáticas institucionales desde la reflexión, mientras seguíamos pensando
en el giro que podríamos dar para no convertir a este espacio en un lugar estéril.
Después de un tiempo de reflexión decidimos, por esta vez, proponer nosotros la
problemática, planteando para que los grupos trabajen una problemática
genérica que denominamos “el impacto de la problemática del COVID-19 en
diferentes carreras de la Facultad de Ciencias Humanas”, con la intención de
nutrirla a partir de las voces intervinientes en las diferentes carreras consultadas.
Una vez conformados los grupos de trabajo, implementamos el uso de las
tecnologías, como único medio de contacto. Esto implicó al equipo docente
sortear dificultades que se iban presentando cotidianamente, como por ejemplo

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la conectividad, los tiempos, espacios de interacción, manejo de herramientas
digitales como Meet, Classroom, etc.
Al cerrar el cuatrimestre, finalmente los/as estudiantes realizaron las primeras
aproximaciones al problema construyendo herramientas de recolección de
datos. Al ser un espacio académico anual, ahora nos desafía el segundo
cuatrimestre y todo indica, por lo que está sucediendo en la actualidad, la
modalidad será similar a la ya vivida. Por lo que como equipo de trabajo nos
encontramos otra vez, pensando y proyectándonos para dar continuidad a esta
praxis, con algunas angustias, pero sosteniéndonos en transformar los problemas
en oportunidades de mejora.
Este año, tan significativo en todos los planos sociales, personales, académicos,
seguramente será inolvidable…

Rol del Fonoaudiólogo/a en épocas de pandemia en una Escuela


Especial de San Luis
Autora: María del Valle Ruiz
[email protected]
Nivel Primario Educación Especial

La fonoaudiología se ocupa de las alteraciones del habla, lenguaje y


comunicación. En un equipo escolar, los profesionales realizan tareas de
evaluación, diagnóstico, derivación, seguimiento y brindan estrategias de trabajo
a docentes y familias de los alumnos.
Mi labor fonoaudiológica se lleva a cabo en una Escuela de Educación Especial,
integrada por estudiantes con discapacidad intelectual y con núcleos familiares
mayormente de bajos recursos. En el escenario actual, fue necesario implementar
el uso de herramientas virtuales para llegar a los alumnos, y más que nada a sus
familias.
A través de esta metodología, intenté hacer un aporte desde lo clínico (terapia de
rehabilitación o reeducación fonoaudiológica la cual no se realiza en escuelas)
tomando como base los diagnósticos de evaluación de ingreso, y teniendo en
cuenta que la situación sociocultural y económica donde están insertos los
alumnos, imposibilitaba la realización de algún tratamiento externo.

70
Acordé con los directivos, enviar actividades referidas a mi disciplina, fáciles de
entender y realizar por las familias, ya que ellos deberían ser los encargados de
aprenderlas para transmitirlas a los niños/as y colaborar en el aprendizaje y la
práctica diaria en la casa.
Incluida en el agrupamiento que en este año requería mayor atención de mi parte,
que son los alumnos que inician el trayecto escolar y poseen mayores problemas
de comunicación, efectué una coordinación de contenidos siguiendo un eje
temático definido por los docentes, pensando las actividades acordes al resto.
Las actividades fonoaudiológicas fueron seleccionadas cuidadosamente, utilicé
diferentes estrategias, buscando la realización de las mismas con materiales de
bajo costo, y que se encontraran en la casa. Realicé videos explicativos de las
instrucciones a seguir, filmaciones de la actividad a realizar, para que sea lo más
comprensible para la familia e intenté que la misma llegara al niño/a a través de
un grupo de WhatsApp.
Solicité las devoluciones del trabajo de los niños, a través de fotos o videos, pero
no obtuve la llegada esperada a la familia, y por lo tanto, tampoco al niño.
Mi trabajo fonoaudiológico, quedó invisibilizado, tanto por el contexto social y
cultural en el cual están insertos estos alumnos, como también por el hecho de
que el verdadero rol del fonoaudiólogo/a dentro de un equipo escolar es
imposible transmitirlo o adaptarlo a la realidad virtual.
Las familias que conforman esta escuela, además de no contar con los recursos
tecnológicos adecuados para poder responder al proceso que conlleva la
evaluación, en la mayoría de los casos poseen un nivel educativo muy bajo y a
veces nulo, que les impide leer o entender las consignas enviadas. La virtualidad
no resultó una herramienta que beneficiara el proceso enseñanza - aprendizaje
del niño, ya que las actividades siempre fueron dirigidas a la familia, debido a la
multidiscapacidad que este grupo posee.
Entonces… surgen preguntas… ¿Cuántos de los apoyos que ofrecimos y
ofreceremos son socialmente válidos en las Trayectorias Educativas Integrales de
los alumnos con discapacidad intelectual? ¿Cuáles serán las consecuencias luego
de este año sin intervenciones escolares presenciales? ¿Qué nuevas estrategias de
llegada debemos implementar?

71
Concluyo que no pudimos ofrecer apoyos adecuados a la singularidad de cada
alumno, acompañando sus trayectorias educativas integrales y posibilitando
mejorar su calidad de vida y quedan pendientes muchas cosas que repensar para
adaptarnos a esta nueva normalidad.

Reencontrándonos
Autora: María Valeria Hardoy
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Había una vez…. Hace mucho tiempo……No sé, solo me acuerdo que de pronto
escuche: “…bueno compañeras este cuatrimestre estamos en cuarentena, por lo
pronto debemos dar la materia en forma virtual, hay que pensar de qué manera
vamos a organizar nuestro espacio curricular utilizando Classroom, Meet,
Zoom,” Y pensé: “a mirar el tutorial porque no tengo idea de cómo se maneja,
nunca los use...” entre otras cuestiones que se me vinieron a la cabeza: “… y ¿el
internet y la conexión que siempre falla cuando más la necesitas????…”.
Y así empezó esta odisea. Tuve muchas dudas, miedo a lo desconocido a lo nuevo,
a lo que nunca pensé que me iba a enfrentar, ya que el uso de la tecnología no era
precisamente lo que me gustaba. Pero me anime obligadamente a insertarme en
este nuevo mundo. Por suerte el equipo de colegas que estuvieron a mi lado, me
ayudó en mis dudas y en mi “no saber tecnológico” y a sobrellevar esa angustia
que muchas veces implicaba el estar en un contexto de pandemia que influía
notoriamente en mi quehacer docente. Esa sensación de soledad que merodeaba
por ahí, muchas veces se perdía al encontrarnos desde una videollamada que me
recordaba que estaban ahí escuchándome, escuchándonos.
El haber llevado a cabo una clase semanal de manera virtual hizo que hubiera un
contacto con nuestros estudiantes, de alguna manera estaban ahí del otro lado de
la pantalla, hace pensar que se logró, no solo una relación de conocimiento, de
saberes, sino también de sentires.
Puedo decir, por un lado, que no fue fácil, ya que fueron muchas horas pensando
las clases, los prácticos, parciales, consultas, pero tampoco imposible. Creo que
es necesario pensar en este formato de trabajo como parte de esta situación

72
actual, en devenir que sostiene la utilización de la virtualidad como un nuevo
recurso pedagógico y de comunicación en esta nueva era.
Por otro lado, es necesario resaltar que todo este trabajo se sostiene cuando las
condiciones necesarias y esenciales, (conectividad, recursos, dispositivos, etc.)
están dadas y a la que muchos de nuestros estudiantes no acceden, por diversas
razones, ya sean económicas, la inexperiencia en el uso de programas, en que los
recursos no son accesibles para aquellos estudiantes con alguna discapacidad,
entre otras.
Esto me hace pensar en la búsqueda de alternativas y estrategias que se piensen
en conjunto para afianzar los vínculos desde la virtualidad. Vínculos que debemos
sostener en este contexto en donde afloran emociones, sentimientos que
circundan todo el tiempo, en nosotros docentes, en nuestros estudiantes, en
nuestras familias y en nuestra sociedad.
Es un verdadero desafío pensar y sobrellevar la imposibilidad de sostener una
mirada, sentir un abrazo, ver una sonrisa, un gesto. Todo lo que sucede en la
presencialidad, la tan ansiada presencialidad. Tarea que hay que los invito a
seguir pensando….

Abismos
Autora: Sonia Montiveros
[email protected]
Nivel Primario

Mi trabajo docente transcurre en el Nivel Primario: en los ámbitos privado y


público. Este año comenzamos realizando las actividades habituales: el
diagnóstico, acuerdo de los contenidos prioritarios, reuniones de área,
cronogramas de actos, carteleras, etc. Circulaba la información sobre la
pandemia y suponíamos que durante el invierno llegaría a nuestro continente,
sin embargo, a fines de marzo entramos en cuarentena. Los/las docentes
comenzamos a indagar sobre los recursos digitales para iniciar la educación a
distancia.
En la escuela pública los chicos vivieron con expectativa este nuevo modo de
aprender y cada maestra ya tenía organizado su grupo de WhatsApp con los

73
tutores para casos de emergencias y sirvió para activar rápidamente la
comunicación con las familias.
En la escuela privada si bien ya estaban familiarizados con el uso de aplicaciones
de la institución, debieron adaptarse a la plataforma Classroom que provee el
Gobierno de la Provincia. Aquí surgieron problemáticas como el estrés infantil y
el requerimiento de los padres ante la cantidad de actividades enviadas.
Desde los equipos directivos se incrementó la demanda de informes y planillas,
esta vez, sobre la cantidad de chicos que acceden a la plataforma que en la
privada es la totalidad y en la otra solo cinco.
Se solicitó la migración de todos los alumnos a Classroom, lo que no fue posible
en la escuela pública porque los estudiantes, en general, no poseen computadora,
usan celulares lo que democratiza, de alguna manera, la continuidad
pedagógica.
Mi experiencia como docente en esta crisis sanitaria, es un camino con altibajos,
un torbellino de sensaciones, emociones, reflexiones y aprendizajes.
El inicio fue abrumador: acumulación de actividades, necesidad de armar el aula
en casa y la organización familiar.
He tenido vivencias diversas: solidarias como las mamás que se ayudan unas a
otras a conectarse a la plataforma, o se socorren, como pueden ante otras
necesidades; de persistencia, como la de alumnos que carecen de conectividad y
deben esperar que su papá regrese del trabajo, a la noche, para usar único celular
que tienen; de preocupación ante situaciones acuciantes tal, los llamados
nocturnos de la mamá que dice “seño no tengo nada para darles de comer
mañana”…”seño se nos rompió el techo y se nos mojó todo…”
Y así, me convierto en organizadora exprés de recolección entre mis familiares y
vecinos para acercar lo necesario, lo urgente; en gestora administrativa de
pedidos a las autoridades del municipio quienes responden que conocen las
historias y que ya han hecho su parte: comunicar el caso a funcionarios
provinciales quienes han armado un expediente.
Aunque estos hechos son parte de nuestra profesión desde siempre, la pandemia
los tornó más complejos.

74
Otro aspecto interesante ha sido la capacitación docente: muchas invitaciones a
conversatorios, cursos sobre cómo armar tu espacio, cómo hacer que tus videos
sean más creativos, y los debates lógicos sobre el porvenir educativo: virtualidad
y presencialidad, la importancia del desarrollo de las habilidades avanzadas de
manejo de tics, la formación docente etc.
En la historia de la educación, seguramente, este momento quedará marcado
como una ruptura a partir de la cual surgirán nuevas formas, nuevas
metodologías, nuevas miradas sobre el hecho educativo.
Ojalá seamos capaces de despegar la mirada de las pantallas para ver los abismos
que separan a nuestros niños y niñas, hijos e hijas de la desigualdad.
Que podamos rescatar y mejorar las funciones irreemplazables que la escuela
tiene, esas habilidades que lo remoto no enseña: la capacidad de interactuar con
otros/as, la de construir y aprender juntos/as.
Que visualicemos la imperiosa necesidad de educar ciudadanos, no meros
consumidores de cosas que no pueden consumir.
Que podamos educar para que las futuras generaciones sepan optar por un
modelo de país que nos incluya a todos y a todas.

El hada de las palabras


Autora: Tania Kohli -Richter
[email protected]
Nivel Primario

Un nuevo día se levantaba en la ciudad de San Luis, esta vez el aire serrano,
parecía traer un “algo” extraño en las noticias que llegaban a través de la tele y la
radio. COVID-19 ¿Qué es? ¿Qué era? ¿Cómo prevenir esta nueva enfermedad?
miles de preguntas, casi sin respuestas, un sinnúmero de medidas preventivas
llegaba a los días de las familias y las aulas.
Como todas las tardes, Nahi se preparó junto a sus hermanos para ir a la escuela,
antes de salir, ella refunfuñó a su mamá: Escuela, otra vez. Estoy cansada de la
escuela, solo nos enseñan números y letras para formar palabras. Para qué quiero

75
aprender tantas palabras. Era una tarde de marzo, unas cuantas cuadras se veían
repletas de niños y familias camino a la Escuela 446 “Pueblo Puntano de la
Independencia” que los esperaba, como un gigante dormido. No era cualquier
escuela, era nueva, de colores vivos y se alzaba en el centro del barrio como un
arcoíris.
Aquella tarde, al terminar la jornada se informó que San Luis adhería a la Fase 1
del gobierno Nacional. Temor e intriga con un dejo de alegría se podía ver en las
caritas de los niños.
Nahi regresó a su casa con mil preguntas en su cabecita…
- ¿No más escuela, Fase 1, tarea virtual? ¿Mis amigos, los números, las
letras?
Las preguntas parecían no tener respuestas, sólo una cosa era segura, ya no haría
el recorrido a la escuela. Con el paso de los días su rutina se volvió monótona y
vacía. El silencio en el barrio y la calle era ensordecedor y la escuela era un gigante
triste y dormido.
Cansada de estar en la casa, Nahi despertó una noche angustiada, preocupada.
- Mami, ¿Qué pasó con mi seño, mis compañeros y con las palabras?
Su mamá la abrazó fuerte y respondió:
- No te preocupes hija, todo está bien, ya va a pasar.
Al igual que la familia de Nahi, los padres se alzaron como fortaleza para sus hijos
y buscaron la manera de cubrir el vacío que dejaba la escuela, hasta que una tarde,
surgió una llamada.
- Hola… si ya le paso, Nahi es para vos dijo la mamá con una sonrisa en la
cara.
- ¿Para mí? Hola ¡Seño!
Habló entusiastamente contando, lo que había hecho durante esos días. No solo
fue la llamada a Nahi, la Seño llamó a cada niño para que contara todo lo que
hacía, también conversó con las mamás para saber cómo estaba la familia y en
especial sus pequeños.
Así se volvió rutina, el mensajito de voz, la llamada, y la video llamada por
WhatsApp.
Nahi, con la simpleza de un niño, dijo a su madre:

76
- Mi seño es como un hada, siempre está ahí.
Y sí, era cierto. La seño, se había convertido en el hada de las palabras.
Ella sabía, que las palabras son, las que dan sentido a la realidad y la
transforman.

77
Conversatorio Cuatro
Martes 20 de octubre de 2020, por la tarde.
En el conversatorio que coordinamos, se destacó un hilo conductor que
relacionaba la situación de encierro de estudiantes y docentes con la pérdida de
los espacios de copresencia en las aulas y cómo, a raíz de esto, los espacios
mediados por tecnología, habían logrado en menor o mayor medida, sostener la
humanidad del acto educativo.
Este sostenimiento en la continuidad pedagógica en el contexto de pandemia, por
parte de las instituciones y los equipos docentes, parece interpelar y poner en
juego el derecho a la educación, una infraestructura frágil, y la necesaria
discusión sobre situaciones de desigualdad de las economías familiares, la salud
y los aspectos emocionales tanto de estudiantes como de docentes.
Se destacó el rol de los espacios de arte como modo de favorecer la inclusión y la
necesidad de que las propuestas contemplaran posibilidades
creativas y espontáneas para todas y todos los estudiantes, en particular a quienes
presentan una situación de discapacidad.
Hubo un llamado a la reflexión sobre que es necesario priorizar el sentido
pedagógico y que es urgente la tarea de humanizar: hay quienes han sido felices
acompañando a sus estudiantes en la pérdida del primer diente o escuchando de
fondo el Himno Nacional o la cumbia que tanto les gusta bailar. Y hubo quien
también pregonó la esperanza de que alguna vez llueva para arriba y que el
encuentro siga siendo lo prioritario.
Gabriela Rosell y Verónica Longo, Coordinadoras del Conversatorio

78
Las vivencias de aprendizajes de alumnos del último año del
secundario en contexto de pandemia
Autoras: Sonia Patricia Amieva; Miryam Polanco
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

En el contexto de pandemia y dentro del marco del proyecto de investigación


“Las instituciones educativas. La micropolítica y la igualdad”, cuyos
objetivos entre otros son: Identificar las practicas institucionales implementadas
en la escuela y su impacto en alumnos y docentes a fin de alcanzar la igualdad e
indagar las dinámicas institucionales y su relación con la igualdad escolar; en
instituciones educativas de nivel secundario del ámbito público. Se trabajó con
los actores escolares, docentes y alumnos, sobre las vivencias y logros, del proceso
de enseñanza y aprendizaje. A fin de dar cuenta de parte de lo investigado en esta
breve experiencia, se han seleccionado algunos de los testimonios de alumnos de
6to año de una escuela secundaria pública.
Con frecuencia, el fin de una etapa y el comienzo de otra en la vida de un individuo
implican un estado de ansiedad, expectativa, ilusión y esperanza, un nuevo
periodo que siempre se vive con emoción y alegría, hacemos referencia
específicamente a la que transita un alumno del último año del Secundario.
Las vivencias de los alumnos, en situación de encierro y sus experiencias en el
proceso de enseñanza y aprendizaje fueron recabadas en una encuesta. Los temas
abordados fueron:
satisfacción con las clases recibidas,
-tipos de tareas y formas de resolverlas,
- comunicación con compañeros y profesores,
- evaluaciones aplicadas,
-expectativas y dificultades.
Los resultados indican que en general los alumnos no se han sentido satisfechos
con la modalidad virtual, consideran que algunos de los obstáculos para lograr la
apropiación del conocimiento, es la falta de continuidad de las tareas como en
clases presenciales. Manifiestan que el escaso manejo de herramientas
tecnológicas por parte de los docentes para organizar las clases, complejizan la

79
resolución de la tarea; sienten la necesidad de recuperar la dinámica de las clases
presenciales, con la explicación del profesor.
Respecto a la comunicación con los compañeros fue considerada buena,
principalmente por vía Whatsapp, no así con los profesores; algunos alumnos
expresaron que con la utilización de Classroom mejoró el vínculo, aunque no lo
suficiente. Todos los alumnos indagados sostuvieron que la manera de
evaluación más frecuente fue a través de trabajos prácticos escritos subidos a
Classroom; los exámenes no fueron usados en general.
En síntesis, se puede mencionar que las expectativas de los alumnos son: recibir
capacitación sobre el manejo de herramientas tecnológicas y apropiarse de los
contenidos abordados, entre los obstáculos, el más relevante fue la poca conexión
a internet.
A modo de conclusión hacemos hincapié en los sentimientos de los alumnos,
quienes expresan añoranza de volver a las clases presenciales y poder compartir
con sus compañeros el último año del secundario. Esta etapa ha sido y es para
ellos difícil y dolorosa, la incertidumbre de volver o no, de perder las experiencias
que se viven en esta etapa con mucha ilusión, seguramente son los motivos más
fuertes para volver al colegio; más allá de enfrentarse al nuevo sistema de
aprendizaje, el que en algunos casos ha profundizado las desigualdades al
perjudicar a los alumnos que no contaban con las condiciones óptimas a causa de
no tener internet o no contar en su casa con los medios necesarios.

“Experiencia de Enseñanza y Aprendizaje: el arte como puente entre


las diferencias en la formación del Profesor de Música”

Autoras: Claudia Belardinelli; Sandra Galvalicio


[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Compartimos nuestra experiencia como docentes en la asignatura Arte,


Discapacidad e Integración Sociocomunitaria del Profesorado Universitario en

80
Música Popular Latinoamericana, de la Facultad de Ciencias Humanas de la
Universidad Nacional de San Luis.
El contexto de pandemia nos enfrentó al desafío de repensar la propuesta
en la que partíamos de trabajos vivenciales de expresión corporal y musical, para
crear otras opciones, sin perder los objetivos orientadores.
La música, el arte como puente entre las diferencias desde la
interdisciplinariedad es una oportunidad que abre a un encuentro. Teniendo en
cuenta que en el devenir cada sociedad ha tenido distintos modos en torno a las
problemáticas que atañen a las personas con discapacidad, procuramos en la
formación del Profesor, una aproximación a partir de una revisión de las
concepciones, respuestas sociales y educativas que se han suscitado, hasta las
perspectivas actuales que implican un cambio de la sociedad.
El abordaje es interdisciplinar, un enfoque integrador de los diferentes
saberes, praxis, e integración sociocomunitaria, llevó a buscar alternativas, en
este sentido la relación teoría y práctica es concebida de manera dialéctica,
implica instancias de reflexión, de construcción, de relaciones, de modos de
operar con el saber.
En la problemática en torno a la discapacidad, la música juega un papel
central como dispositivo de saber, desde lo comprensible, pero también desde la
magia, lo no perceptible, desde lo que no puede tener un significado objetivo
porque implica el deseo y la subjetividad.
Esta nueva coyuntura en cuanto a la enseñanza y el aprendizaje nos
enfrentó con nuestras propias debilidades, sin embargo, esto no impidió
centrarnos en las fortalezas y a partir de allí comenzar.
El grupo de estudiantes tenía características particulares, con
predisposición, con una vasta trayectoria desde la música. Además, contaban con
recursos tecnológicos y acceso a internet, con excepción de un par de estudiantes
que no tenía buena conexión, en este caso WhatsApp, llamadas telefónicas, el
alcance de material impreso, nos dieron la oportunidad de brindar apoyo.
El abordaje de los contenidos lo realizamos a través de un proceso
recurrente y articulado. Decidimos problematizar en torno al arte, la música, la
diferencias, y la integración sociocomunitaria recuperando experiencias y

81
saberes. Utilizamos el visionado de videos, nos abrimos a la posibilidad de
compartir creaciones artísticas que de los estudiantes surgieron. Asimismo, a
partir de la película “El niño salvaje” del Director François Truffaut, elaboraron
un análisis en base a los autores propuestos en clase virtuales.
Y entre otros de manera transversal, encaminamos a que los estudiantes
construyeran proyectos que promueven el arte, la inclusión; pudiendo llevar a
cabo la elaboración y puesta en acción en la comunidad de una propuesta
utilizando medios tecnológicos disponibles, para un grupo o una persona con
discapacidad que en esta situación de pandemia se encontraban en su casa. Un
grupo trabajó con un joven con diagnóstico de trastorno del desarrollo,
prepararon actividades virtuales para una aproximación al canto, su contacto era
directamente con el equipo de apoyo e indirectamente con el joven. Otros
alumnos pusieron en acción una propuesta de intervención para un niño con
“problemas de aprendizaje”. Un estudiante, retomó un Taller para personas con
discapacidad que viene desarrollando hace años. Y otro grupo llevó a cabo una
propuesta para un adulto joven con Síndrome de Down.
De este modo intentamos situaciones que generaran saberes y prácticas docente
posibilitando en la formación el fluir de la actividad artística como instrumento
de inclusión, desarrollo social y afectivo en y con la diferencia.

Profesorado en Psicología: prácticas sin aulas

Autoras: Gisela Collado; Elba Noemí Gómez


[email protected],
[email protected]
Nivel Superior Universitario

El contexto actual de pandemia y la multiplicidad de nuevas situaciones que esto


conlleva, ha implicado un gran impacto en lo social y en la reestructuración de la
vida de las personas, como también ha generado transformaciones en la
educación universitaria.
En los inicios del ciclo académico de 2020 fuimos sorprendidos por el halo del
Covid 19 y un confinamiento forzado, que impidió el tránsito de la Práctica

82
Docente a los estudiantes del Profesorado en Psicología, de la Universidad
Nacional de San Luis. Las mayores dificultades identificadas en la configuración
del espacio del aula virtual para practicantes fue considerar que el uso de la
videoconferencia como “espejo del aula presencial”, no ofrecía la posibilidad del
conocimiento de la realidad educativa y los sujetos de la educación en contexto.
La práctica pre-profesional docente se concibe como un trayecto eminentemente
práctico, donde se ponen en juego los conocimientos teórico-prácticos
aprendidos durante todo el recorrido de la carrera. El modelo de formación
centrado en las adquisiciones no ha permitido contactos previos con las aulas y el
ejercicio del vínculo docente alumno- conocimiento, salvo en forma esporádica
en el espacio de la didáctica de la psicología, por lo que la práctica quedó en
suspenso.
En primer lugar, se trata de repensar el escenario de formación y los contenidos
de la enseñanza de manera integral, atendiendo a los límites y posibilidades de la
situación en la que nos encontramos. Es decir, construir una postura teórico-
epistemológica para abordar la formación en las prácticas docentes desde un
enfoque práctico-reflexivo. El campo de la práctica, específicamente, plantea hoy
un enorme desafío. ¿Se pueden enseñar los contenidos de la psicología sin “ir a la
escuela”? ¿Cómo serían las prácticas sin acceso a las instituciones educativas?
Además, se nos presenta un interrogante para una formación a futuro: ¿Las
escuelas, donde estos docentes en formación trabajarán, son y serán las mismas?
En tal sentido, se propone “hacer prácticas” de una manera diferente a la que se
conoce, para dar cuenta de “otras prácticas” en un mundo incierto y ambiguo. El
campo de la formación nos ofrece diversas alternativas para trabajar de modo
virtual: uso de narrativas, simulaciones, análisis de clases, micro-enseñanza.
Quizás se trata de instrumentar a los estudiantes para lo que puede venir.
En este escenario, se ponen en juego también las distintas situaciones
particulares de los estudiantes y de muchos docentes, como el acceso a los
dispositivos tecnológicos y los problemas de conectividad, que muchas veces
representa una dificultad no sólo en el uso de las herramientas de enseñanza, sino
también en la posibilidad de educación virtual. Por lo tanto, sostener las

83
propuestas didácticas y pedagógicas implica también asumir un “nuevo rol
docente “desde las TIC.
A su vez, la incertidumbre y ansiedad, que genera en los estudiantes el desarrollo
de sus prácticas preprofesionales, considerando que se trata del trayecto final de
su formación de grado, de la posibilidad de egresar y del inicio a la realidad
profesional educativa, complejiza el panorama. Por ello, nos encontramos ante el
gran desafío de transitar la transformación de cambio, oportunidad para repensar
dichas prácticas y dotarlas de sentido.

Relato de experiencia educativa: Integración escolar en


tiempos de pandemia

Autora: Daira Valentina Costa Estrada


[email protected]
Nivel Primario

El año 2020 es caracterizado principalmente por su carácter disruptivo, siendo


foco de atención la pandemia, provocada por el virus Covid-19 y con ello la
necesidad de generar reajustes y cambios en la vida de las personas. Temor,
angustia, incertidumbre son algunos de los sentimientos encontrados.
En este contexto, las instituciones educativas buscan alternativas para que la
Educación obligatoria continúe de manera virtual. Comienzan a visualizarse, a
resurgir con más fuerza la antítesis de la igualdad, en los diferentes sectores del
país, en los estudiantes, docentes y familias. ¿Cómo asegurar que cada estudiante
tenga acceso a experiencias significativas de aprendizaje? Existen innumerables
variables que actúan como barreras para responder a este interrogante. Cada uno
vivencia la situación de pandemia de manera particular, difiere la posibilidad de
acceso a los canales de comunicación, el malestar emocional y las diferentes
situaciones de cada contexto socio-familiar que atraviesan. Debemos reconocer
la dificultad que trasciende el campo educativo en general para llegar de manera
efectiva a todos los estudiantes.
Personalmente me desempeño como maestra de apoyo a la integración escolar de
personas que presentan discapacidad, sosteniendo y acompañando el proceso

84
inclusivo en escuelas comunes, por lo que esta situación particular me implica y
atraviesa significativamente.
Gestionar aprendizajes en diversidad siempre ha sido complejo: adaptar
contenidos significativamente, mantener el vínculo entre acompañante/maestra
con el/la estudiante, trabajar en conjunto con los directivos y docentes de la
institución y permitir fundamentalmente, junto con estrategias y planteamiento
de objetivos, el desarrollo del/la estudiante en un ámbito cálido y armónico. Para
poder continuar con este proceso, en este contexto particular que vivimos como
sociedad, ha sido necesario implementar nuevas y diversas metodologías que
permitan que todas estas cuestiones antes mencionadas, de alguna manera,
aunque no sea de modo presencial, continúen el camino para poder llevar a cabo
los procesos de integración e inclusión educativa.
En cada estudiante los objetivos y por lo tanto la metodología que se utiliza es
diferente. Actualmente debo adaptar los contenidos pedagógicos de tercer grado
a un nivel inicial. Dialogando e intercambiando ideas con el equipo de trabajo, fui
recreando de manera creativa las temáticas pedagógicas en material concreto,
utilizando todo tipo de elementos y materiales, generando juegos y actividades,
que posibiliten mantener el trabajo escolar , pero sobre todo centrándome en un
objetivo fundamental en este tiempo que, según mi parecer, transciende lo
específicamente pedagógico, y que tiene que ver con mantener el vínculo, la
motivación y el intercambio permanente entre la escuela, los acompañantes
pedagógicos, la familia y el/la estudiante. Esta nueva y particular manera de
trabajar, que fuimos construyendo en conjunto, en donde se coordinan días y
horarios con la familia para que puedan retirar el material realizado, se
intercambian ideas por WhatsApp, video-llamadas con las docentes, la familia y
el equipo de trabajo; ha permitido mantener la cercanía y propiciar el vínculo
necesario para continuar con la educación en tiempos de pandemia.
El sistema educativo debe brindar oportunidades significativas para todos,
aventurar en la diversidad de potencialidades, habilidades, intereses, formas de
apropiarse del aprendizaje, ritmos de trabajo, etc. Quienes acompañamos el
proceso de integración escolar, en este contexto disruptivo seguimos apostando

85
al derecho de cada niño y niña a ser diferente y ser tomados en cuenta tal como
son por todos los participantes de la comunidad educativa.

De la Sociedad del Conocimiento para el siglo XXI a la Sociedad del


conocimiento en La pandemia del siglo XXI: apuntes para debatir la
virtualidad
Autora: Juliana Sofía Carrizo
[email protected]
Nivel Primario

Los mitos de inicio de siglo hoy cobran nuevas dimensiones en el marco de seis
meses en que la totalidad de los docentes se vio forzado a trabajar de manera
remota.
En el transcurso del aparente fin de la historia en donde nace la idea de un cambio
en la configuración social que llevaría a la conformación de la Sociedad del
Conocimiento. Ya en 1998 en “Educar en la sociedad del conocimiento”, el
historiador canónico de la educación argentina, Juan Carlos Tedesco, se refería a
la crisis de su tiempo no como una crisis coyuntural del capitalismo, sino como
una crisis estructural que se anclaba en las dificultades de funcionamiento de las
instituciones responsables de la cohesión social. Adhería a cierto consenso de la
época en reconocer que el conocimiento y la información reemplazan a los
recursos naturales, la fuerza y/o el dinero como variables de generación y
distribución del poder en la sociedad (2000:12). La sociedad del conocimiento,
mediante la masificación del uso de internet y el acceso a las nuevas tecnologías
se presentaba en aquel entonces como la panacea de un mundo diferente, más
democrático, cuyos obstáculos como la desigualdad y exclusión se corregirán
mediante la educación.
En el número 80 de “La escuela en debate” (mayo 2020) Patricia Ferrante,
coordinadora de la Unipe Digital, brinda un interesante resumen de aquellos
proyectos educativos de finales del siglo XX que depositaban en la tecnología la
posibilidad de resolución de los problemas, principalmente referidos a la
desigualdad. La autora menciona que pese a los planes que se han implementado
de entrega de herramientas tecnológicas por alumno, capacitación docente e
86
inclusión en la currícula escolar de contenidos relacionados a las tecnologías, han
existido dificultades.
Es necesario reconsiderar, un viejo debate, la Escuela Tradicional vs. la
Innovación escolar. En las alternativas innovadoras, ocuparon un lugar de
relevancia las propuestas de implementación de las tecnologías. Nos
preguntamos si todos los contenidos pueden ser adaptados sin más al formato
virtual, o existen contenidos que sólo podrán ser transmitidos para su aprendizaje
en un espacio de encuentro y en la exposición como método de enseñanza.
En el artículo de Patricia Ferrante, la autora reivindica como una muestra de
creatividad y fortaleza de los docentes haber recurrido para dar continuidad a las
clases a redes sociales como Facebook y Whatsapp, sin advertir que estas no se
encuentran adaptadas para ello. Estas descripciones ponen de manifiesto no sólo
los esfuerzos individuales que están realizando los docentes para poder dar sus
clases, sino que aquello que realizan no es necesariamente el dictado de clases.
Los discursos a favor de la innovación educativa han desprestigiado la exposición
como método de enseñanza, argumentando que posiciona a los docentes en
supremacía a los estudiantes, poniendo a estos últimos en un rol de pasividad.
Esta crítica es en sí misma vaga, puesto que sólo pone en discusión la forma de
enseñanza, sin atender los contenidos de los cuales esta forma particular trata.
Una discusión sobre la base de una “fotografía” del acto de enseñar.
La exposición no es un mero monólogo enunciado por un profesor, en el que
quedan en evidencia todos sus conocimientos. Con cierta rigurosidad, la
exposición oral es una síntesis que no sólo busca reducir los contenidos para
hacerlos más comprensibles, también establece una guía que orienta las lecturas
e introduce lógicas de pensamiento propios de cada espacio disciplinar, en donde
se requiere que los estudiantes aprendan a pensar de un modo específico.
Tampoco es un detalle menor que la exposición acerque a un mismo
conocimiento de manera simultánea a un grupo de estudiantes, en un espacio que
fuerza la abstracción de sus orígenes sociales.
Bibliografía:

87
● Carrera, I. J. (2013) “Transformaciones en la acumulación de capital. De
la producción nacional del obrero universal a la fragmentación internacional de
la subjetividad productiva de la clase obrera” En: El capital: razón histórica
sujeto revolucionario y conciencia. 2 ed. Imago Mundi. Buenos aires.
● Ferrante, P. (2020)” Los desafíos de digitalizar el aula” Educación en
debate. Número 80, suplemento mayo. Universidad Pedagógica Nacional. Le
monde diplomatique. (p.p. 1-2)
● Ferrante, P. (2020)” Docentes en modo remoto” Educación en debate.
Número 84, suplemento septiembre. Universidad Pedagógica Nacional. Le
monde diplomatique.(p.p. 1-2)
● Tedesco, J. C. (2017) “Educar en la sociedad del conocimiento” 2 ed. Fondo
de Cultura Económica. México.
● Zinóviev S. I. (1974) “Contenido y estructura de la lección” 1 ed. en español.
Colección pedagógica. Editorial Grijalbo, S.A. México, D. F. (p. p. 56-90)

Un grito sagrado
Autora: María Angélica Olivera
[email protected]
Nivel Secundario

Afectados por el abrupto corte de presencialidad de las clases ante la emergencia


sanitaria y desafiados a responder intentando la continuidad pedagógica de
nuestra propuesta educativa, estábamos esos días buscando y ensayando
estrategias para contener a nuestros estudiantes. Dentro del equipo directivo
surgían varías preocupaciones: ¿cómo vamos a sustituir lo constitutivo de la
escuela, sin presencialidad?... ¿Podremos hacer escuela realmente, sin el espacio
y el contacto físico? … ¿Qué cosas serían definitivamente postergadas?...
Teníamos la certeza que sostener los vínculos sería un factor determinante, por
ello actualizábamos constantemente la premisa de acompañar a los estudiantes
desde la mayor cercanía posible manteniendo canales comunicativos abiertos.
El desafío consistía, ni más ni menos, en posibilitar desde otra dimensión el
encuentro indispensable con el otro.
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Nos preocupaba en particular la situación de los chicos de primer año, por lo que
organizamos un encuentro online. Y allá fuimos, una tarde de junio, a
encontrarnos con ellos a través de las pantallas:
-Chicos, ¡los extrañamos mucho! ¿Ustedes extrañan la escuela? -Preguntó uno
de nosotros para animar la charla
- Sii… Se escuchaba tímidamene sus voces detrás de los íconos, los cuales
indicaban que estaban conectados
- ¿Qué cosas son las que más extrañan?
- La música del prece! Dijo Luciano, hacía referencia a las tardes en la escuela
cuando el preceptor musicalizaba los pasillos
- Bueno, creo que eso podemos resolverlo desde aquí, podemos escuchar música
mientras charlamos
- Yo pongo música! Dijo Vicky detrás de su ícono en la plataforma
Y al son de Los Palmeras seguimos charlando, contándonos cómo estábamos
pasando los días de cuarentena
-¿Puedo pedir algo? Preguntó Victoria después de unos minutos
-Si Vicky, por supuesto!
-¿Podemos cantar el Himno?
-… Sí… fue la sorprendida respuesta… claro que podemos…
Así fue el significativo momento donde un puñadito de alumnos, con su
preceptor y los directivos de la escuela entonaban la canción patria, en un
entorno virtual, en un espacio remoto, en una fría tarde de junio, en un tiempo
inédito de nuestra historia.
Cantar el Himno era una cosa más que podíamos hacer desde la virtualidad y lo
estábamos descubriendo. El sonido era débil, pero la emoción crecía, las
imágenes se entrecortaban, pero el corazón golpeaba claro, la mirada se perdía
en la pantalla y mi mente resignificaba recuerdos de actos, discursos, banderas…
Pensaba cuántas cuestiones no estamos vivenciando por no estar en la escuela!
Aquella tarde de junio, Vicky nos recordó que la escuela también es escenario
para crecer en valores ciudadanos… esos que llegan a hacerse gigantes cuando,
por ejemplo, cantamos juntos nuestra canción y son parte de nuestra identidad
nacional!

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Luego de dos estrofas, reaparece Vicky, esta vez para reclamar desde el chat de
la videoconferencia:
-CANTEN CHICOOOOOSSSS
No sólo necesitaba conectarse con esos momentos simbólicos de la cotidianeidad
escolar, además pedía que sus compañeros se sumaran, porque la escuela
también significa hacer cosas juntos… y porque no estamos pudiendo compartir
y vivenciar cosas tan fundamentales como es cantar juntos y a viva voz lo sagrado,
lo que ni siquiera una pandemia podrá quitarnos: ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!

Las palabras y los memes

Autor: Mario Eduardo Jaime


[email protected]
Nivel Secundario

Hoy al igual que hace seis meses de este año 2020, siguen lloviendo noticias del
COVID-19 y nuevamente me recorre una sensación de irritabilidad, con pequeños
lapsos de sordera voluntaria y enajenación mental, sobre todo, cuando
nuevamente me despierto y se que el ladrido de los perros, las llamadas por
teléfono, las correcciones de los formularios anteriores, la grabación del video
explicativo y la videoconferencia de la tarde, serán parte del cronograma de clases
semanal.
La verdad que todo el embrollo de Classroom y la virtualidad es una odisea
matutina, aunque, me ha fagocitado de nuevas herramientas para trabajar con
los y las estudiantes de otra forma. Quizás el principal obstáculo de este último
tiempo, ha sido la impersonalidad que generan los encuentros virtuales; el hecho
de no estar en la presencialidad de la interacción cognoscitiva- ver si entendieron
lo que leyeron- y del vínculo afectivo que propicia el aula, me llevo a recurrir a los
“Memes” como forma de interacción y herramienta de trabajo. Realmente las
referencias u expresiones que propician los memes de internet, no solamente me
sirvieron para sintetizar algunos conceptos de historia, sino también, para
descontracturar e ironizar la situación de distanciamiento escolar.

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Antes de que cerrara el cuatrimestre varios alumnos me escribían por mail,
desesperados por saber: ¿cómo vamos a ser evaluados? ¿nos van a poner notas?
¿cómo recupero los trabajos anteriores? ¿existe dios? ¿cuándo volvemos a la
escuela?. Entre todos estos interrogantes, me pareció adecuado comenzar a
introducir en las actividades algunas imágenes u videos cortitos de Los
Simpsons, a los fines calmar un poco aquellas incertidumbres (la de la
existencia de dios fue un poco más difícil).
De este modo, la comunicación y la participación de los estudiantes comenzaron
a extenderse y en algunos momentos, también se animaron a responder con
algunas imágenes preferentemente graciosas. Este tipo de modalidad, a su vez,
funcionaría como disparador de otras inquietudes y reflexiones, emprendidas por
ellos mismos. En un mensaje de Classroom- el estudiante Santino de 15 años- me
consulta: “profe ¿Qué es el peronismo?, porque creo que soy peronista”, después
de algún rato, me pareció pertinente hacerle un resumen sobre el significado del
peronismo y enviarle algunas imágenes referidas al termino. Debo decir que me
pareció bastante impresionante la situación, sobre todo, por el valor que
imprimió esa imagen dentro del estudiante y que lo llevara a cerciorarse de su
propio convencimiento. Dos semanas después, este estudiante me escribe
nuevamente para preguntarme, “profe ¿Qué es el comunismo?, creo que soy
comunista”. En ese momento, me percate que los memes, entrelazan otros tipos
de vínculos (en algunos casos, fundamentales) sobre los estudiantes y sobre el
conocimiento.

Una lluvia de palabras que, al mojarnos nos decreta


Autora: Liliana Marisol Martín
[email protected]
Nivel Secundario/Nivel Superior Universitario

Nos cayó encima una lluvia vertical de palabras desde el gobierno nacional,
después desde el provincial, a cántaros precipitaba también la cúpula
institucional de la educación. Llegué a escuchar crepitando parte de lo que dijo el
ministro, leí empañada lo que resolvió la gestión rectoral, y me llegó también, a

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todo vapor, la lista de difusión whatsappera del director de la escuela. Nos
empaparon. En San Luis la típica es que los chaparrones te agarren sin paraguas,
aunque quizá sea así, simplemente, en todos lados. Éste, con no pocos truenos de
fondo, nos hablaba de sostener el vínculo pedagógico desde la no presencialidad
mediante plataformas virtuales; de garantizar el derecho de los estudiantes a la
educación, y hasta de la importancia del rostro y la voz en este contexto, aunque
ésta se entrecorte y aquel se vea pixelado. Entre la multiplicidad de discursos
pandémicos, mediáticos e institucionales, escuché también y anoté la palabra
solidaridad. Me conmoví y me sequé por un momento.
Desde entonces además han escrito y pronunciado “excepcionalidad” para
referirse a estas circunstancias de la educación y de la vida. Me gusta mucho la
forma y sonoridad de la palabra, pero poco me la creo, o no estoy segura de que
encaje o resulte la más acertada para nombrar todo esto, porque al principio se
trataba de dos semanas que después fueron una veintena o más y, hoy hasta
parece regla común… tal vez enseñar y aprender de esta forma acabe por
naturalizarse entre rayos y tormenta.
La lluvia fácticamente no paró, así que hubo aportes sindicales de paraguas que
ofrecen cierto reparo a esta continuidad pedagógica, pero muchas veces terminan
dados vuelta, vencidos por la vehemencia del torrente.
En el medio de todo, los que podemos implementamos estrategias para que estas
condiciones climáticas no nos encuentren tan desprevenidos. La más efectiva ha
sido algún esporádico techo común -cuando tenemos la dicha de encontrarlo-
debajo del cual algunos nos cobijamos y lo más importante, conversamos. Por ahí
logramos cambiar los sentidos de las palabras que llueven, no obstante, la tarea
nunca resulte fácil, para decretar otra educación y otro mundo que, aunque más
no sea, defienda el derecho a un encuentro humano menos paradojal sin que
medien las pantallas, porque no todos las tienen, porque no todos las pueden,
porque no todos las quieren. ¡Ay, si el vapor de nuestras palabras condensara
algún día y pudiéramos llover hacia arriba!

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Los no-lugares de la pandemia
Autor: Maximiliano Verdier
[email protected]
Nivel superior universitario

El antropólogo francés Marc Augé acuñó el término no-lugar para designar


espacios que habitamos de forma transitoria y anónima. No pude evitar asociar
este concepto a nuestros intentos por encontrarnos con las y los estudiantes que
comparten nuestros espacios de formación. Señala, Augé (2000) que “Si un lugar
puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no
puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como
histórico, definirá un no lugar” (p. 83). La experiencia de los Meet como
herramienta a la que nos hemos aferrado para conectarnos con las y los
estudiantes ha suscitado en mí reflexiones sobre las diferencias entre conectarse
y encontrarse. Las dinámicas de la pandemia nos han posicionado abruptamente
sobre un territorio fangoso y brumoso; territorio que, quizás, ya habitábamos
anteriormente de forma adormecida, alienada.
Podemos pensar esos espacios virtuales de formación como “puntos de tránsito”
u “ocupaciones provisionales” donde las individualidades solitarias son más
evidentes, donde adquiere una presencia pesada lo provisional y lo efímero, el
pasaje. A pesar de que todo quede en la memoria del drive, esa memoria que nada
olvida, paradojalmente; a pesar de que abundan los discursos sobre las
posibilidades igualatorias de la conectividad; a pesar de que podamos pensar que
este es un modo de seguir, al menos, enseñando y aprendiendo. “A pesar” y
“seguir”, dos expresiones que tranquilamente son compatible con las lógicas
capitalistas que de algún modo cooptan nuestras cotidianidades existenciales.
Un no lugar existe del mismo modo que un lugar; es más, existen solapadamente
y contemporáneamente. Y, de algún modo, en estos espacios de tránsito “los
lugares se recomponen, las relaciones se reconstituyen; las “astucias milenarias"
de la invención de lo cotidiano” (p. 84) toman nuevos cuerpos y viejas prácticas.
Y en la vorágine inasible de los tiempos y los espacios pandémicos, los cuerpos
flotan, buscando aferrarse (aferrarnos) a lo que nos aporte cierta materialidad,
cierta estabilidad y logrando, tan solo y a veces, una comunicación “tan extraña

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que a menudo no pone en contacto al individuo más que con otra imagen de sí
mismo” (p. 85).
Bibliografía
Augé, M. (2000). Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología
de la sobremodernidad. . Barcelona: Gedisa.

De distopías y utopías
Autora: Patricia Olguín
[email protected]
Nivel superior universitario

Los 60 irrumpían con sus aires libres y creativos en todos los espacios posibles,
el arte estaba al alcance de la mano, en la vereda, en el galpón, en la parada del
colectivo, acompañaba tanto las duras luchas como los momentos plácidos. ¿Y
por qué no potenciar esa apertura en la pedagogía? Acercarla, ablandarla,
suavizarla, fue entonces cuando la profesora de la asignatura (la Tila) incluyó por
primera vez una unidad de literatura y ciencias de la educación, con libros a
elección y sin consigna, sólo leer y disfrutar.
Así lo hicieron varias generaciones de estudiantes, que reflexionaron sobre
futuros inciertos y delinearon para sí y para otros la utopía educativa. La
propuesta se mantuvo por décadas hasta que, con los años ese espacio de libertad
fue cediendo a la urgencia de otros contenidos, a las limitaciones de la masividad,
a los bordes que imponía el curriculum.
Y llegó el 2020 con la pandemia, con su distanciamiento, con sus tecnologías, sus
miedos y surgió la idea de revitalizar aquella propuesta de casi 60 años,
¿podríamos comprender este contexto con tres distopías clásicas? ¿1984, Un
mundo feliz o Fahrenheit nos alcanzarían para pensar el sentido de lo humano en
tiempo opresivos? El mundo en crisis de las distopias noveladas del siglo XX,
¿permitiría analizar un contexto real tan parecido al que la ficción describe?
¿Podríamos imaginarnos una educación que acentúe la libertad y la solidaridad?
¿podría ser un tema de conversación con las chicas y los chicos que no sufriera el

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impacto de la mediación tecnológica? ¿Cuáles serían los significados de la lectura
en estos dos contextos tan diferentes?
Tímidamente al principio fueron llegando, sostuvieron el lento camino de las
páginas, algunas – muchas - optaron por el audiolibro incorporando otros
sentidos y las menos no se conformaron con una sola novela y leyeron dos, hasta
en vacaciones leyeron y le pusieron su tiempo, sus palabras, su propia existencia.
Así aprendimos que la tecnología, “el quedate en casa”, el tiempo personal, la
autonomía, nos traía una duración distinta que nos permitía recuperar la
literatura y volver a abrir lo pedagógico.

Educación, Derechos y Pandemia

Autoras: Viviana Reta; Carina Benitez


[email protected]
Nivel Superior Universitario

A partir del 20 de marzo, con el aislamiento social obligatorio, que creímos serían
por algunos días, lxs docentes universitarios o al menos lxs docentes de la
Facultad de Ciencias Humanas de la UNSL, nos preguntamos ¿cómo seguir en
ese contexto? Identificamos pueden al menos dos posturas que se sostienen.
1. Quienes sostenían consideran que es necesario no continuar con las clases
bajo ninguna modalidad aludiendo que de esta manera con un acceso
limitado a internet tanto para estudiantes como para docentes se
produciría una profundización de las desigualdades educativas que ya
existen en el sistema educativo argentino, vulnerando de aún más el
derecho a la educación.
2. Quienes sostenían que debíamos hacer todo lo posible para mantener la
continuidad pedagógica y el dictado de clases para asegurar a las y los
estudiantes una comunicación y asegurar el derecho a la educación.
Los supuestos detrás de estas posiciones pueden sintetizarse en las siguientes, en
la primera que el derecho a la educación estaba garantizado y que no había antes
fragmentación social en la enseñanza y en el aprendizaje y que ésta se produciría

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ahora. En la segunda, además del mismo supuesto que en el primero, está
implícito que el derecho a la educación se corre de la esfera del Estado y se
deposita la responsabilidad en lxs docentes.
Quienes afirman la doctrina de la principalidad del Estado, conciben a éste como
“garante del derecho a la educación, es decir como obligado a asegurar el mínimo
de escolaridad obligatoria a través de servicios educativos que garanticen una
oferta educativa gratuita de igual calidad para el conjunto de la población”
(Paviglianiti, 1991)
Si bien en esa definición se hace referencia al derecho de la educación en el
sentido de asegurar el mínimo de escolaridad o la escolaridad obligatoria, la
Conferencia Regional de Educación Superior (2018) ratificó que la educación
superior constituye un bien público social y un derecho humano universal, y
remarca la responsabilidad que tienen los Estados en garantizar el cumplimiento
de ese derecho a todos los ciudadanos.
No es al azar que en un primer momento lxs docentes hayamos quedado
atrapados en estas disyuntivas, que aún se mantienen. Las políticas neoliberales
y neoconservadoras transfirieron responsabilidad estatal por la educación para el
conjunto de la sociedad realizando una inversión de sentido: la idea de la
educación como derecho de todos y deber del Estado pasa a ser considerada una
obligación de los ciudadanos y los derechos sociales pasan a ser derecho
individual, fundamentado en un el individualismo posesivo.
Luego de transcurrida la primera etapa de cuarentena y viendo que los tiempos
se extendían sin posibilidades de retorno, al encuentro, al abrazo, al diálogo cara
a cara, a corto plazo, los planteos del primer momento fueron perdiendo fuerza
para pasar a poner la cabeza en cómo llegar a lxs alumnxs, como aprender a
enseñar en la virtualidad, reuniones, angustias por no saber si lxs estudiantes
aprenden y a veces cuando nos detenemos o podemos hablar con otros aunque
sea por Meet, Zoom etc. hablamos de los fantasmas que nos asustan o nos
recorren y nos preguntamos:
¿La virtualidad no viene para quedarse en nuestro sistema educativo? ¿La
virtualidad pinta la fachada de garantizar el derecho a la educación? ¿Estamos
enseñando? ¿Están aprendiendo nuestras/os estudiantes?

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¿La crisis económica mundial es efecto-consecuencia de la pandemia o la
pandemia es la solución a la crisis?
Y… muchos interrogantes más
Muchas explicaciones que nos convenzan no tenemos aún, el virus nos ha
enfrentado a la eventualidad, a lo incierto a lo imprevisible, pero sí es seguro que
cuando salgamos del asombro, del susto y del miedo tendremos más respuestas y
nuevas preguntas.

Enseñar y aprender en tiempos de pandemia.


Autora: Tania Yasmín Köhli-Richter
[email protected]
Nivel Primario

La pandemia del COVID-19 dejó al descubierto las increíbles transformaciones


tecnológicas que cambian en un todo al mundo que conocemos, como así
también, la dramática desigualdad e injusticia que se vive en diferentes países,
sean del llamado primer mundo, como del tercero o último. Obviamente, el
sistema educativo no es ajeno a estos cambios, es más, debería estar al frente de
los mismos, a sabiendas que es el formador de los futuros ciudadanos y donde ha
dejado ese papel a los Medios de Comunicación Masiva (Tv, redes sociales, radios,
etc.) que venden a la población información (incluso noticias falsas) como si fuera
conocimiento.
En nuestra realidad, la pandemia dejó a primera vista lo siguiente: a) una nueva
forma de trabajar (relacionarse) b) un horario flexible c) un capacitarse en el
manejo del nuevo orbe comunicacional d) una manera distinta de abordar
contenidos y evaluar e) el compromiso de muchas familias en el aprendizaje de
sus hijos. Y otros tantos aspectos que hacen a esta cuestión.
Sobre las resistencias a estos cambios, podemos considerar: a) la falta de acceso
a un buen servicio de internet, a móviles que permitan descargar archivos etc. b)
lo nuevo, de no saber cómo manejarse, tanto para padres como para docentes.
c) el mandato fundacional de la escuela clásica “solo se aprende en la escuela y
con el maestro o profesor delante de sus alumnos”.

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En otro orden, la pandemia no solo dejó al descubierto al sistema educativo, sino,
a todo el entramado del producir y consumir. Sin duda, empezamos a vivir una
nueva realidad que se mantendrá, más allá de la vacuna para el COVID-19. Así
como nos mostró cientos de empleos inútiles, también desnudó las falencias en
educación, donde quedó claro, que se requiere de más conocimiento y menos
información, de más razonamiento y menos repetición, de más replanteos,
debates, discusiones y menos, mucho menos de copie y pegue.
Hay una ingente tarea en el mundo de la docencia que apareció con toda su fuerza,
la de humanizar, a una sociedad basada en el egoísmo e individualismo. Quizá,
consecuencia directa de una avasalladora tecnología, con la que corremos el
riesgo de sentirnos dioses solitarios, y olvidarnos que el hombre es lo que es, por
la comunidad, la pertenencia y el reconocimiento de sus pares. La sonrisa siempre
necesita de otra sonrisa, la soledad no.

El eco de las risas

Autora: Valeria Cecilia Almada


[email protected]
Nivel Secundario

-Profe!! Profe!! -Me dice Axel- ¿Podemos prender el ventilador? Hace mucho
calor acá.
-¡Sí! -respondo- Pero no todos, porque no puedo escuchar lo que dicen. -Debo
confesar que hay un ventilador que parece un helicóptero, es extremadamente
ruidoso.
Intento continuar con la clase, y Guada, me interrumpe, cuestionándome porque
insistía con el tema de la mirada y la escucha. Después de pensar que quizás, lo
que enseñe no sirva un comino…
-Que la mirada del otro nos constituye, nos trasciende y transforma, sin la mirada
del otro ¿en dónde estoy yo?- Le expreso. Continuo y termino comentando que
una mirada, que escucha, que lee y atiende a la otra persona, no es fácil quizás de
encontrar en estos tiempos, pero hay esperanzas.

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Guada se ríe. (Con esa risa que contagia, pero los demás estaban tan
concentrados, que la omitieron).
-¡Alta frase profe tiró!”- Me dice Manuel. Les hago un guiño y me respondo ¡sí!
¡Esto está bueno! y me olvido del comino y todas las especias.
Les propongo una actividad, guardar los dispositivos, y mirarse sostenidamente
con el/la compañero/a, se hacen morisquetas, inventan caras, y comienzan las
carcajadas, pero también se observan y hacen silencio. Vuelven las risas, que se
entremezclan con la mía… y me resuena a lo lejos… sin la mirada del otro ¿en
dónde estoy yo?... se hace un eco espeso… ¿dónde estoy?... ¿dónde estoy?
De repente se escucha un fuerte ruido. No entiendo bien que es, hasta que
despierto y reacciono, no es otra cosa que el típico viento puntano, sólo que de
madrugada se escucha con mucha impetuosidad y la desolación no se hace
esperar. Una noche más que me desvelo. Decido ir por un vaso de agua, y de forma
sistemática tomo el celular, hay varios mensajes, entre ellos, entregas de trabajos
prácticos acompañados de “disculpe la hora profe” y de emoticones. La realidad
golpea tan fuerte como las ráfagas en la ventana.
Sentada a oscuras, pienso y me respondo aquella pregunta del sueño. ¡Acá estoy!
Si, ¡acá! Derribando mis prejuicios sobre los dispositivos. Para sostener la mirada
desde unas palabras, un audio, un vídeo.
Acá estoy. Allí están ellas y ellos. Nos estamos sosteniendo.
Sonrío, vuelvo a mi cama con el deseo de seguir soñando ahí en el aula. Mientras
resuena en mi cabeza el ruidoso ventilador cuasi-helicóptero y las risas…las risas,
siempre las risas… de todo el curso.

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Conversatorio Cinco
Lunes 26 de octubre de 2020, por la mañana.

A partir de la invitación a escribir y compartir las experiencias de la “continuidad


pedagógica” en tiempos de pandemia, los relatos refirieron con profunda
emoción “el movimiento desestabilizador de la entrada en cuarentena”.
Movimiento que implicó por parte de varios de los autores, adentrarse por
caminos desconocidos, enfrentar desafíos para recuperar y reorganizar la práctica
docente y así, afrontar los nuevos escenarios educativos. Más aún, para algunos,
implicó un reposicionamiento de sus prácticas que posibilitara acercarse a
situaciones, contextos, instituciones y realidades que les permitiera a sus
estudiantes seguir aprendiendo.
La incertidumbre fue la protagonista de esta complejidad que “nos descolocó”,
nos invadió junto con el sentimiento de soledad, añoranza y al mismo tiempo “la
esperanza de que esto duraría poco”. La escuela se trasladó a los hogares y por
momentos se fusionó la vida cotidiana con la laboral.
La meta siempre fue asumir un trabajo activo, responsable y reflexivo a la hora
de trabajar, teniendo en cuenta la necesidad de una continua revisión
epistemológica y de la propia práctica profesional para “sostener” la continuidad
pedagógica.
Las conclusiones que se volcaron en los relatos, que presentaron experiencias en
el nivel inicial, primario, secundario, universitario y también en educación
especial, remarcan la necesidad de no olvidar que el avance hacia la virtualidad y
el regreso a la presencialidad, implica la solución de las problemáticas básicas que
demandarán re posicionar al Estado como garante de las condiciones óptimas.
Subrayan la importancia de que nuestro afán por enseñar no nos haga olvidar las
profundas desigualdades sociales, porque sólo partiendo de ellas podremos
comprometernos con un proyecto por un mundo más justo, más respetuoso y sin
abandonar la lucha por la mejor educación.
Debora Ibaceta y Patricia Olguín, Coordinadoras Conversatorio

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Colorín Colorado: la Residencia Pedagógica en el Nivel Inicial

Autora: Figueroa Andrea Paola


[email protected]
Nivel Superior no universitario.

Residencia Pedagógica se sitúa en el cuarto año del Profesorado de Educación


Inicial del Instituto Superior Nuestra Señora del Carmen de Villa Mercedes, es un
espacio que pone como centro las prácticas áulicas de estudiantes que transitan
el Profesorado de Educación Inicial, por el cual, el foco está puesto en el diseño y
puesta de marcha de planificaciones áulicas en el ámbito de salas de Nivel Inicial.
Tomando como referencia las Disposiciones Nacionales y Provinciales en cuanto
a la emergencia sanitaria del COVID-19 las clases presenciales se reorganizaron
en el ámbito de la virtualidad pensada para transitar desde el servicio educativo
de Classroom que ofrece la plataforma de Google.
Las clases virtuales se componen por medio de clases semanales, encuentros de
reuniones por Google Meet, la realización de actividades y trabajos prácticos
vinculados a ejes de trabajos que propone las docentes responsables de la
materia. Asimismo, se compone por la lectura de materiales bibliográficos de
diferentes autores, actividades individuales y/o grupales, foros y/o debates,
trabajos en Google Drive y la visualización de vídeos de plataformas virtuales que
permiten la comunicación, la participación, el trabajo colaborativo entre
estudiantes y docentes responsables con la finalidad de cuestionar y reflexionar
los momentos que conformar la práctica docente y de la instancia de la residencia
entendida como un espacio que permite el acercamiento del alumno/a a la
realidad institucional y/o áulica.
Paralelamente, se llevan a cabo diferentes actividades con docentes en ejercicio
de un jardín de nivel inicial que favorecen y afianzan el acercamiento en el vínculo
docente co-formador y residente, teniendo en cuenta, que las prácticas áulicas se
concretarán en las salas de nivel inicial asignadas para las residentes de manera
virtual.
Las diferentes actividades se organizan en instancias de trabajo enmarcadas a
través de entrevistas al Equipo Directivo del Instituto de Nivel Inicial,

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presentaciones Virtuales y entrevistas a Docentes Coformadoras, observación de
aulas, propuestas de enseñanza virtuales y la participación de las residentes como
docentes auxiliares en las aulas virtuales. 2
Es por lo antedicho que, en el contexto de pandemia, la Residencia Pedagógica se
centra en generar una disposición particular por parte del sujeto
(practicante/residente), a los fines de que éste pueda operar en las diferentes
situaciones, contextos, instituciones, realidades, etc., asumiendo un trabajo
activo, responsable y reflexivo a la hora de trabajar, teniendo en cuenta la
necesidad de una continua revisión epistemológica y de la propia práctica
profesional. De allí, la tarea de las docentes en y la revisión constante de
propuestas didácticas pensadas para un trabajo de taller, dinámico y presencial
sujeto al desafío de recuperar y reorganizar los contenidos para nuevos escenarios
educativos en tiempos de pandemia.

Ser profe durante una pandemia:


Una experiencia de adaptación en el proceso de enseñanza-
aprendizaje

Autores: Fabricio D. Cid; Patricio N. Magliano


[email protected],
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Difícilmente nos equivoquemos al decir que todos/as los/as docentes nos


encontramos por primera vez frente a una situación nueva, sorpresiva y extraña,
de enseñar en tiempos de pandemia. El siguiente relato es la síntesis de la
experiencia de haber dado clase en forma virtual, en una asignatura que tiene una
gran parte teórica con mucha abstracción y una parte práctica con mucho peso
relativo: “Diseño Experimental en Biología” (Lic. en Ciencias Biológicas, FQBF,
UNSL). Iniciamos el cuatrimestre tranquilos, con una clase presencial de
presentación del curso como todos los años y sin grandes sorpresas. El anuncio
del comienzo de la cuarentena nos descolocó, como a todo mundo. A partir de
ahí, empezamos a navegar por las tormentosas aguas que representa ser docente
a través de una pantalla, padre las 24 hs del día, seño de guardería y jardín de
infantes, maestro de primer grado, pedagogo de niños, etc. Si tuviéramos que

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sinterizar la experiencia docente de este cuatrimestre podríamos decir que
atravesamos por tres etapas: 1) intento de reemplazar lo presencial por lo virtual
de manera similar, 2) frustración al ver que era imposible hacerlo de esa forma,
3) adaptación y solución a partir de generar nuevos contenidos y adoptar nuevas
estrategias en el proceso de enseñanza-aprendizaje. La etapa 1 transcurrió sin que
nos diéramos cuenta, simplemente, tratamos de reemplazar las clases teóricas
presenciales y prácticas por clases similares a través de la plataforma Meet.
Creíamos que esto era transitorio e iba a ser lo mejor para los/as estudiantes, ya
que manteníamos el contenido respecto de un año “normal”. El resultado fue muy
malo, los estudiantes tenían muchos problemas de conectividad, los conceptos
teóricos se entendían con dificultad, las discusiones prácticas se reducían a
monólogos del docente. Al observar que, pese al enorme esfuerzo extra que nos
generaba, el resultado estaba muy lejos del esperado, decidimos trabajar
intensamente en la búsqueda de nuevas estrategias y soluciones virtuales, todas
íntimamente coordinadas con las/os estudiantes. El proceso fue “prueba y error”
en función de las respuestas que nos daban los/as estudiantes. Básicamente,
reconvertimos la asignatura al sistema virtual, con clases teóricas por Meet,
videos teóricos que sintetizan los temas en YouTube, devoluciones personalizadas
de cada trabajo práctico, seminario e instancia de integración a través de foros de
discusión y por videollamadas grupales y/o individuales, cuestionarios on line,
resolución de problemas y discusión por Meet, mails, chats por Whatsapp, y usos
de aplicaciones estadísticas desde el celular, todo orquestado a través del
Classroom. El uso de estas herramientas permitió que los/as estudiantes
accedieran al contenido educativo y participaran activamente en el proceso de
enseñanza-aprendizaje para alcanzar los objetivos de la asignatura. Pudimos
evaluar vía videoconferencia en forma grupal e individual sin ningún problema.
Esto nos permitió mantener las condiciones de regularidad y/o promoción de la
asignatura.
La enseñanza que nos dejó esta experiencia es que, si bien el esfuerzo invertido
fue mucho mayor al de un año convencional, sabemos que es posible enseñar de
diversas maneras y arribar a resultados muy positivos.

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Vivir un momento particular en nuestra práctica docente

Autora: Claudia Cavallero


[email protected]
Nivel Superior Universitario

Febrero del 2020. Un nuevo ciclo lectivo se inicia con un desafío para un grupo
de colegas “amigas” unidas por una vocación “La Educación Especial” y de allí el
interés de abrir líneas de investigación propias del campo. ¡Cuánto entusiasmo!
El proyecto se presentó en CyT y ahora todo está listo para dar inicio al cursado
del primer cuatrimestre.
El jueves 12 de marzo tuvimos nuestra primera clase de “Dificultades de
Aprendizaje e Intervención Pedagógica”. Luego de conocernos, intercambiamos
expectativas y propuestas: modalidad de trabajo, condiciones para asistir a las
instituciones, etc., etc.; también intercambiamos mails y armamos un grupo de
whatsapp. ¡menos mal!
¡De pronto… y cuando decimos “de pronto” es “en ese momento”, todo cambio!
Si bien las noticias en el mundo ya hablaban de la aparición de un nuevo virus “el
Covid-19” que se propagaba a pasos agigantados, nunca nos imaginamos que
llegaría a cambiar tanto “nuestra vida” en la que está “incluida” la tarea de
enseñar y aprender.
En cuestión de días…que digo días, horas estábamos en “cuarentena”. Nos
preguntábamos de qué se trataría y nos explicaron que debíamos aislarnos por
un tiempo. Se cerraron todos los espacios públicos, incluidas las instituciones
educativas, solo comercios y actividades esenciales, el resto “nos quedamos en
casa”. Pensamos con cierto agrado “qué bueno quedarnos en casa por unos días,
para adelantar esas tareas que siempre los docentes tenemos pendientes, porque
total al cabo de 40 días todo pasará y volveremos a la normalidad”.
Lo que ocurrió en realidad fue muy diferente… se decretó a nivel mundial el
estado de Pandemia de esta nueva enfermedad por el coronavirus 2019 (COVID-
19). Ya pasaron más de cinco meses, estamos en septiembre y la situación en
nuestro país y en nuestra ciudad es preocupante, cientos de miles de personas se
contagian día a día y también es muy alto el número de personas que fallecen….

104
Angustia, incertidumbre, tristeza, soledad, por momentos reencuentros
esenciales…. todo esto nos atraviesa…. Pero aun así seguimos adelante, muchos
dicen que “nos reinventamos” … es verdad, pero creo que esa reinvención fue
posible a partir de nuestra gran vocación de enseñar.
El grupo de WhatsApp del 17 de marzo versaba lo siguiente:
10.00 a.m “Aviso: en el aula virtual encontraran en la Unidad 1 algunas
actividades.
17.00 p.m “Consulta: están pudiendo ingresar al aula virtual”
C: nooo
R: yo tampoco
S: desde esta mañana que estoy intentando
Así arrancamos nuestro recorrido en la virtualidad. Todo cambiaba en cuestión
de horas, el internet colapsó, las plataformas virtuales estaban desbordadas.
Nuevos recursos Classroom, Meet, Zoom, audio, video…. Muchos tutoriales para
interiorizarnos del manejo.
Con el correr de los días nos fuimos “acomodando”, esto es, fuimos buscando la
manera de sentirnos cómodos en este lugar. Y como es de esperar, encontrarla
implicó probar distintas formas, experimentar con otros sitios y también hacer
frente a las tensiones que se generaron.
A tan solo unas semanas de haber comenzado con esta modalidad, irrumpen
nuestros estudiantes con una extensa carta donde expresan
…..no desenchufarnos por las dudas que aparezca la temida sensación de
pérdida del tiempo y de vida; y en algún punto también queremos hacer como
si nada de esto estuviese pasando, porque es como un fármaco que tranquiliza,
poder leer los apuntes de la facultad con naturalidad, responder en tiempo y
forma la pila de trabajos prácticos, mirar una película, hacer una video
llamada, pero no, el cuerpo se rehúsa ante esta virtualidad indiferente que
pretende encajar todo en una pantalla, ….
Impacto!! Reacción! Y luego reflexión. Reflexión sobre nuestra propia práctica:
¿la superposición de cargas de las asignaturas es producto de esta modalidad. ¿es
qué acaso no ocurre lo mismo en la presencialidad? entonces, ¿por qué nos
tensiona? ¿será que pone a la luz la dificultad que tenemos para trabajar

105
articulando tanto de manera horizontal como vertical en la implementación de
los planes de formación?
También como equipo de cátedra fuimos encontrando “nuestro espacio”, ese que
en la presencialidad se ve interrumpido por los estudiantes que vienen a consulta
o por aquellos que se encuentran perdidos buscando “al profe”. Aquí en la
virtualidad y desde la intimidad de nuestros hogares disfrutamos de los
encuentros semanales para organizar las clases, seleccionar bibliografía, buscar
nuevos recursos, conversar sobre la marcha de nuestros alumnos, preguntarnos
sobre aquellos que hace días no se conectan o no presentaron el trabajo, pero por
sobre todo un espacio para compartir emociones y estados de ánimo.
No quisiera cerrar este relato sin hacer un reconocimiento a nuestros estudiantes
que todos los jueves nos acompañaron en las clases. Saber que estaban allí,
generó el feedback necesario para avanzar en el proceso de enseñanza y
aprendizaje. Esos rostros a veces cansados, llenos de incertidumbre que se
visualizaban cuando tímidamente se animaban a encender la cámara, ese
micrófono, que dicen no funciona, pero que de repente se activa o ese chat
diciendo “si profe”; “se comprendió”, “hasta el próximo jueves” o simple “gracias
profe” son los que fortalecieron el vínculo pedagógico haciendo posible procesos
de enseñanza y aprendizajes más significativos.
Es difícil concluir un relato cuando la historia está transcurriendo en tiempo
presente… por ello les digo que la misma continuará…
¡Hasta pronto!!!

Mirarnos en este nuevo contexto

Autora: Lorena Natalia Di Lorenzo


[email protected]
Nivel Superior Universitario

Hubo un momento de caos, un momento de quiebre, en el cual esa educación que


defendíamos, esas formas de enseñar que fuimos construyendo se pusieron en
jaque. Siempre existieron disputas por las formas de enseñar, pero no eran más

106
que otras teorías, otras corrientes que buscaban instaurarse, disputando formas
y sistemas de educación.
Pero de repente el mundo se detuvo, no hubo tiempo para las discusiones
teóricas, simplemente no pudimos volver a las escuelas, a aquellas que abocados
a la vorágine de cada día no nos dejaba lugar para la reflexión, para mirarnos,
para encontrarnos, para dialogar.
El tiempo era una preocupación por llegar más lejos y sin embargo el tiempo se
detendría y ya no habría claridad respecto a la teoría guía o las disputas
académicas. ¿Cómo comenzar un nuevo camino?? Sentimientos de caos
acompañaron los primeros momentos, discusiones, búsquedas de herramientas,
salvatajes, tiñeron el paisaje de marzo y abril.
Por donde caminar…que rutas transitar, encontrabas posiciones distintas: los
enojados, lo que añoraban la escuela, lo que querían volver a las aulas, los que
buscaban Atenas y computadoras. Aparecieron las culpas, lo no realizado, lo no
formado, lo no transformado…
Sentí estar en esa historia de Galeano (2013) de las miradas, sentí que todos
teníamos ojos, pero no podíamos mirar, eso hacía que tropezáramos, que
chocáramos, que confrontáramos...teníamos ojos, pero no podíamos mirar….
Pero un día llegamos a una fiesta de los dioses y explicaron para que son los ojos,
para que sirven, construimos saberes, como mirarnos, mirarme, mirarte,
mirarlos y no solo sus ojos, sino sus posturas, sus pies, sus caminatas, ese todo
que la computadora no puede reconstruir.
La pandemia nos volvió a lugar más humano de la existencia, a reconocer que no
soy solo yo, esa que parecía que nadie miraba, de repente nos miramos, nos dimos
cuenta que contar con tiempo no es necesario para ser felices, que seguir un
modelo teórico no garantiza abordar incertidumbres…aprendimos a
reconocernos y comprendernos…
Enseñar en tiempos de pandemia fue tomar un recreo, mirarme y mirar al otro,
no chocarlo, no tropezar, mirar adentro, lo que siente mi corazón y el de los otres,
este año de aprendizajes no solo nos enseñó a mirar, sino también a escuchar, a
no inculcar respuestas, nos mostró que en educación debemos estar preparados
para lo inesperado, para aquello a lo cual aún no se han escrito las respuestas, ni

107
teorizado los conceptos, que nuestro vínculo con el conocimiento es permanente
y cambiante.
Enseñar en tiempos de pandemia fue aceptar que no solo hablamos a través de
las palabras, sino también con nuestros ojos, nuestros gestos, nuestras posturas,
nuestras formas de caminar, de abrazar….
Mirarnos y aceptar esas profundas desigualdades sociales que aún atraviesan
nuestras sociedades y a partir de aquí comprometernos en un proyecto por un
mundo más justo (Gentili, 2018)

Escuela, silencios, vacíos y oportunidades

Autora: Elina Mariela Bustos


[email protected]
Nivel Primario
Abril de 2020:
La presencia de la nueva anormalidad me deja escuchar el silencio en las aulas,
comprime las almas de los que educan y afecta la curiosa inquietud de los
estudiantes.
Hoy nuestras vivencias se vuelcan en un presente ficcional, y nos revelan cómo
la brecha digital traspasa los límites de la coherencia y se aferra a la crisis de la
nueva existencia.
Puedo ver que el mundo virtual es especialmente excluyente y remarca las
diferencias existentes, el Otro se vuelve más Otro y se aleja aún más de la
efímera posibilidad de un Nosotros.
Y así, oigo cómo el silencio aturde en el vacío de la escuela, tornándose
imperante y haciendo eco en lo infinito de la finita enseñanza.
Observo como la crisis interpela la educación en múltiples aspectos, las muchas
situaciones afectan y desequilibran las diferentes realidades contextuales y en el
horizonte se dibujan soles para pocos y bruma para muchos.
Pero… ¿Si tomo la crisis cómo una oportunidad?, ¿si relleno los vacíos y grito en
los silencios?, o mejor aún, ¿Si lo hacemos entre todos los que educamos? Si
alzamos la voz junto a los que no pueden y demostramos que hoy seguimos
aquí, bajo un manto de conocimientos y a la luz de la enseñanza, para ajustar el
108
mundo de cada alumno y asegurar el equilibrio necesario para seguir
marchando en armonía y sensatez ayudando a forjar un futuro donde cada uno
pueda vivir, hacer y Ser.
Septiembre de 2020:
Ocurrió, nos pusimos en movimiento enfrentamos y seguimos enfrentando el
cambio...

Despertar en cuarentena

Autora: Erika Magallanez


[email protected]
Nivel Secundario

A lo lejos, el ruido de unas sirenas. Las calles vacías. Había estado viendo una
famosa serie sobre zombies días atrás. Me encontraba soñando con una temática
similar ahora, sin dudas.
Llevaba casi una hora esperando el colectivo para ir al trabajo. ¿Habré planificado
todo para las clases de hoy? Sí, seguro. El silencio era tan profundo, que casi podía
aturdir. Los locales de ventas permanecían cerrados; por allá, una mujer de
aproximadamente cincuenta años golpeaba las ventanillas buscando
desesperadamente un cigarrillo. En la esquina siguiente, un sujeto con un
pañuelo en su cara caminaba mirando de tanto en tanto hacia atrás, como si
alguien lo persiguiera e intentase escapar. Tuve la sensación de que me habían
puesto en ese lugar, sin mi consentimiento y de repente todo era diferente a lo
que ya conocía. Hice un esfuerzo mental para despertar. Traté de convencerme
de que soñaba y así, seguro despertaría, (siempre ocurría de la misma manera con
ese sueño en el que caigo de una montaña).
Pensé en caminar hasta mi lugar de trabajo, de lo contrario llegaría tarde (y esa
no era una buena manera de empezar el ciclo lectivo), pero un sujeto uniformado
me insistió en que debía volver a mi casa, que todo estaba prohibido ahora, por
seguridad. No entendí muy bien lo que significaban esas palabras, pero obedecí
de igual manera.
De repente tenía ganas de salir a correr por el parque, como lo hacía
anteriormente, también comencé a extrañar a mis familiares, aquellos que vivían

109
al otro lado de la ciudad. En todos lados me encontraba con la misma respuesta:
nada se podía hacer. El sueño comenzaba a aburrirme, necesitaba despertar.
Parece que al final, Cronos ha ayudado a mi mente a adaptarse y entender que no
soñaba en aquel momento, que simplemente esta es mi nueva realidad y solo
tardé un poco en asumirla. A diario, por todos los medios se me recuerda lo que
significa vivir en cuarentena. Puedo decir que ahora sí, estoy más despierta, e
intentando descubrir todos los días, nuevas formas de ser y de hacer.

Como pan comido


Autora: Paola Daniela Bustos Luján
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Llego del trabajo cansada, preparo una taza de té para mí y para mi hijo, el
descansa, mientras le pido que se vaya levantando, siempre en cámara lenta, de
a poco se va despegando de las sábanas, le pido que vaya al baño, se lave los
dientes, mientras aprovecho a sacar unas hojas de texto que tengo que estudiar
para rendir virtualmente, me pregunto cómo va a ser el examen, espero poder
hablar bien y que me entiendan, terminamos el desayuno con Nicolás, y nos
ponemos manos a la acción con las tareas. Las seños nos envían por WhatsApp o
Classroom las actividades, las mando a imprimir, ¡por fin! en cuarentena aprendí
a usar la impresora desde el celular, es espectacular el descubrimiento que hice,
comenzamos con la tarea de mi hijo, la cual lleva toda mi atención, y escucho una
frase gratificante de Nico, ¡mamá esto es pan comido!”, me sorprendo, pues la
tarea le resulta sencilla, fácil, (supuse), le mando un mail explicándole a la seño,
que mi hijo ya tenía incorporado algunos conocimientos, el pertenece a un grupo
de apoyo, entonces la seño también muy fácilmente lo solucionó, cambiándolo al
otro grupo que estaba un poco más avanzado.
Pensé es cierto no lo conocen a Nico, estuvo sólo dos semanas en la escuela, una
escuela primaria común que había logrado inscribirlo, las seños desconocen
cómo aprende, que posibilidades o dificultades tiene mi hijo.
Después de esa frase célebre de mi hijo, “como pan comido”, me pregunto hay
cosas que le resultan más sencillas, que puede resolver, como todo en la vida al

110
principio te cuesta después ya no le ves tanta dificultad, ¡mi hijo aprendió!, nos
vamos amoldando a situaciones, que nos cambian permanentemente; Fase 1,
Fase 5, par o impar, lo que está permitido o prohibido hacer en esta fase, en este
contexto de incertidumbre y cambios de reglas constantes, que transitamos, solo
hay una certeza, aprendimos en el camino.
Aprendí, como pan comido, que no hay certezas, que las reglas van cambiando
día a día, que los amaneceres son placeres, que el tiempo es hoy, que aprender
poco a poco, se va convirtiendo en “pan comido”.

¿Qué hay en el inicio?

Autoras: Carina Perretti Matera; Ana Laura Román


[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

En este pequeño relato quisiéramos volver al comienzo, remontarnos a los inicios


del cuatrimestre en virtualidad para mirar, apenas, los puntos de partida de las
estudiantes del profesorado en educación inicial que cursaron Pedagogía. Los
lugares de los cuales provienen, sus biografías, atravesadas por diferentes
realidades. Este punto de partida se caracterizó a través de una carta de
presentación como modalidad que elegimos para proponerles que hablaran de
ellas mismas para conocerlas.
Como todos los años, el profesorado de Educación Inicial se destaca por la
cantidad de estudiantes que convoca, mayoritariamente mujeres. Pero, el inicio
del cuatrimestre se vio truncado por las primeras suspensiones de clases debido
a la pandemia generada por la transmisión del COVID 19. Fase 1, cuarentena,
confusión, incertidumbres y ansiedades.
Nuestro primer acercamiento con las estudiantes fue mediante el correo
electrónico, único medio que vimos posible en ese momento, para contarles a qué
espacio curricular pertenecíamos y solicitarles que nos respondieran con una
presentación personal que incluyera su propia historia, los recursos digitales con
los que contaban y la plataforma considerada adecuada para el desarrollo de los
primeros temas.
111
Las respuestas de las estudiantes fueron variadas. En relación con la elección del
recurso tecnológico, muchas preferían trabajar sólo por correo, dado que esta
aplicación era una herramienta que todas conocían, ya estaba en el celular y no
demandaba mucho uso de datos. Con respecto a las posibilidades tecnológicas, la
mayoría de ellas contaba sólo con celular para trabajar y en varias situaciones el
dispositivo era compartido con otros integrantes de la familia. En la familia
también, contaban, había hijos que atender. Y otras problemáticas vinculadas a
la conectividad, a la organización personal en el principio de su carrera
universitaria vivida en una situación de encierro, algunas con mayor autonomía
y otras para quienes resultó más difícil. Estudiantes muy jóvenes, la mayoría
entre 19 y 24 años, que empezaban a transitar su trayecto universitario en casa.
La mayoría también señalaba su sensación de que, a distancia, desde lejos,
aprender es más difícil. Y en otros casos, por el contrario, contaban con mayor
andamiaje para estudiar en casa y a distancia.
En abril decidimos incorporar la plataforma de Classroom, elegida por la mayoría
de los docentes de los diferentes espacios y consideramos que el manejo de la
misma resolvería fácilmente y podría ser una alternativa. Sin embargo, en aras de
generar un vínculo pedagógico más cercano, y entendiendo que la pandemia
había llegado para instalarse, comenzamos a trabajar con Google Meet. En la
primera clase virtual participaron 103 estudiantes, por lo cual entendimos que
era una gran posibilidad para que nos conocieran, nos acercáramos,
desarrolláramos las clases y poder construir una nueva dinámica, más cercana.
Si bien, en términos generales, trabajamos muy bien - el desarrollo de los trabajos
prácticos, de las clases teóricas resultaron positivos pedagógicamente hablando-
pudimos advertir que en las clases el grupo total de estudiantes fue disminuyendo
en cantidad. En la presencialidad también sucede, pero creemos que la tecnología
que medió nuestro vínculo opera como factor de desigualdad, muchas estudiantes
no pudieron sostenerse en la cursada a causa de ello. O quizá la demanda de otras
materias, el cansancio por la situación, los dispositivos compartidos, hicieron que
poco a poco que quedaran en el camino. Los puntos de partida no son iguales,
pero la virtualidad forzada es un factor que los desiguala aún más.

112
El acompañamiento terapéutico en tiempos de pandemia
Autor: Rafael Velázquez
[email protected]
Nivel Superior Universitario

La Humanidad se encuentra transitando un periodo desafiante que implica la


reestructuración constante de los modos de hacer, poniendo a prueba la
capacidad de adaptación del ser humano de una manera totalmente inesperada.
El Acompañamiento Terapéutico, entendido como la labor profesional de
acompañar, tutorar y guiar a una persona con Discapacidad o diversas
dificultades en las rutinas del día a día se ha visto afectada por la Pandemia, lo
cual se debe a diversas razones:
-El acompañamiento terapéutico implica, en ocasiones, el contacto físico directo
con una persona, ya sea para ayudarla a movilizarse, o con diversas labores del
hogar.
-Dicha labor requiere de la compañía de una persona de manera física para
poder desempeñarse óptimamente.
Esto ha llevado a que cada profesional encuentre la mejor manera de adaptarse
a la circunstancia a fin de amortiguar lo máximo posible los efectos adversos en
los pacientes.
En mi caso personal me encontraba trabajando con 4 varones con
Discapacidades Mentales e Intelectuales, los cuales requieren de mi la presencia
diaria para asistirlos en diversas tareas cotidianas. En esta labor busco trabajar
3 ejes fundamentales: La socialización, la salud física, y la salud mental. Al
momento de declararse la cuarentena en nuestro país tuve que poner en
funcionamiento inmediatamente las herramientas virtuales con las que
dispongo para poder asistir remotamente, dentro de las posibilidades a mis
pacientes, lo que me llevó a entrenarme en la capacidad de generar un impacto
positivo en la vida de la persona que me toca acompañar en ese momento, pero
de manera remota. Es allí donde las llamadas, los videos, y diversos modos de
expresión virtual jugaron un rol importantísimo en mi trabajo. Cabe notar que
tuve que potenciar al máximo mi comunicación con los familiares a fin de que
pudiese entrenarlos para realizar de manera sustitutiva las tareas que yo

113
desempeñaba, lo cual, a pesar de ciertos temores que tenía, potenció los vínculos
de una manera positiva.
Podría describir 3 etapas de mi labor de Acompañante Terapéutico durante este
periodo de Cuarentena.
1- Adaptación a la virtualidad: En esta etapa tuve que entrenar remotamente, a
los familiares para que pudiesen asistiré a sus familiares de la mejor manera
posible en este tiempo. Aquí me encargué también de enviar tareas para la
casa que preparaba en mi computadora para que pudieran ser realizadas en
el domicilio del paciente.
2- Regreso al trabajo presencial: Cuando el Presidente de la Nación habilitó este
tipo de trabajo me reincorporé inmediatamente. Aquí la principal tarea fue
readaptarnos a la nueva realidad, mediante un sentido re encuentro.
3- Vuelta a la virtualidad: Cuando en la ciudad de San Luis se decretó la vuelta
la Fase 1 inmediatamente en mi labor se regresó a la virtualidad, pero esta
vez, al tener la experiencia previa, fue mucho más sencillo, por lo que
simplemente se pusieron en funcionamiento los mecanismos ya
desarrollados en la etapa 1.
En conclusión, la situación actual nos desafía a encontrar nuevos modos de ser y
de hacer.

Pedagogía pandémica

Autora: Victoria Rodríguez Gazari


[email protected]
Nivel Secundario

Caen cerdos de helicópteros, veinticuatro feminicidios en marzo, matan a un pibe


en Villa Gesell. Este año ya venía con aires de confusión colectiva. Y desde Wuhan
llega en avión, un virus para paralizarlo todo y dejarnos aislados y confinados.
La escuela, institución en la que trabajo hace 4 años, se mudó a mi casa y a la casa
de cada unx de mis alumnxs, y con ello me surgen más interrogantes que certezas.
¿Si en la presencialidad era difícil saber cuánto aprendían lxs alumnxs, en la
virtualidad?
¿Tan rápido llegó el reemplazo de lxs docentes por las TICS? ¿Dejarán de ser

114
auxiliar pedagógico, para ser sustituyente pedagógico?
¿Cómo estarán atravesando lxs chicxs y sus familias esta situación? ¿y lxs chicxs
con dificultades de aprendizajes o alguna discapacidad?
¿Recibir una educación de calidad, depende de la suerte de “caer” en una escuela
pública, privada, de una provincia del centro, norte o sur del país?
¿Los sindicatos están abriendo debate de lo pedagógico-político que tanta falta
hace discutir en las escuelas? O ¿Son oficialistas vs. opositores de la lucha
partidaria?
El gobierno provincial invita a docentes de toda la provincia a hacer un curso
sobre educación virtual de Gmail, al que llamaron “Maestra Trampolín” ¿otro
nombre menos infantil, menos sexista y un poco más motivador no se les ocurrió?
En este período de incertidumbre, procrastinación y crisis que nos atraviesa a
todxs, considero indispensable volver a conectar con uno de los ejes fundantes de
la escuela y la educación como es lo socio-afectivo. La educación virtual se está
llevando la certeza, los horarios, el trabajo de docentes y estudiantes como
también trae consigo una deshumanización profunda, donde se pierde la mirada
sobre y con lxs otrxs.
Es necesario pensar-nos como docentes en el acto pedagógico-didáctico para
incorporar nuevas prácticas, nuevas modalidades para que lxs estudiantes tengan
ganas de hacer, conocer y aprender, competimos con un montón de estímulos que
la escuela tradicional no tiene y nosotrxs debemos acompañar y evaluar. Que el
aprobar sea por añadidura del proceso y no como lo único y principal.
Sería ingenuo y conservador pensar en volver a la misma escuela sarmientina,
deberíamos profundizar los desafíos que esta pandemia puso de manifiesto. No
tendríamos que convertirnos en los animales de Orwell en su libro “Rebelión en
la granja”. Ni naturalizar la virtualidad, ni que vino para quedarse. Lo que
podríamos reorganizar son los tiempos, las individualidades y trabajar en el
acercamiento. Comprometernos sincera y profundamente con lo que nos toca
como educadores.

115
Reflexiones sobre la tarea docente en contexto de Pandemia

Autora: Silvina Romero


[email protected]
Nivel superior universitario

La actual situación epidemiológica ha puesto en jaque a las escuelas. Los edificios


escolares en casi todo el mundo están cerrados. El aislamiento social obligatorio
hizo que docentes y estudiantes no puedan encontrarse físicamente. Sin embargo,
los docentes están allí. Las escuelas no pararon, adquirieron un formato virtual.
En él los/as docentes improvisan tareas y actividades para que las niñas, los niños
y jóvenes realicen en sus casas. Adaptan, como pueden, la enseñanza de los
contenidos a las nuevas condiciones. No saben cómo, no han sido formados para
ello, pero lo hacen, algunos con una voluntad que semeja al heroísmo. Las
escuelas siguen y con ella su lógica, el que enseña y el que aprende, el saber que
figura en los programas aprobados por los Ministerios, las evaluaciones.
No obstante, en este contexto de crisis, de improvisación, quizás, pueda pensarse
en la transformación de la lógica escolar. Podemos aprovechar este quiebre como
la posibilidad para construir nuevas escuelas, que se basen en el cuidado del
mundo en todas sus formas, que implique el respeto a la naturaleza y a la
humanidad como valores rectores para crear un buen vivir para todas y todos.
Pero el dilema es cómo hacerlo cuando la relación pedagógica se ve mediada por
la tecnología. Una tecnología que no todos tenemos y manejamos y que tampoco
todos y todas nuestros/as estudiantes tienen.
Una de las características que añoramos de los encuentros presenciales es
conocer a nuestros estudiantes. En la dinámica de la enseñanza-aprendizaje
vamos indagando la realidad en la que ellos viven. Así, sabemos que Laura va a
tener un hermanito, que el papá de Nazareno se quedó sin trabajo, que a Camila
la cuida la abuela, que Andrea empezó a trabajar, que Juan cuida a sus
hermanos… y, de a poco, nos acercamos a la comprensión del mundo de vida de
los niños, niñas y jóvenes lo que nos permite tener la posibilidad de adecuar las
tareas pedagógicas en base a esa realidad.

116
El riesgo de la educación virtual es, justamente, olvidar la realidad de los/as
otros/as. Las condiciones en las que nos vemos obligados a hacer nuestro trabajo
y la propia incertidumbre de la situación sanitaria pueden hacer que no
percibamos la cotidianeidad del otro/a. Entonces, en nuestro afán de enseñar
podemos caer en la masividad y en una sumatoria de propuestas de enseñanza
que no contemplen las reales posibilidades de su realización. Olvidamos, quizás,
que hay niños/as que viven hacinados y sin las condiciones mínimas necesarias
para llevar una vida digna, que los tiempos y espacios de las familias están
trastocados, que en algunos hogares las pantallas invaden las relaciones, que los
padres no son maestros!!
¿Cómo hacer para enfrentar esta situación y pensar nuevas escuelas? Propongo,
empezar a pensar en esos otros y otras, imaginemos cada mundo familiar y, a
partir de allí, creemos pequeñas propuestas que articulen lo cotidiano con los
contenidos de tal forma que nos ayuden a atravesar este momento y a pensar el
porvenir. El desafío es inmenso. Educar es enseñar a pensar, a reflexionar, a
inventar para la vida. Y la vida es un devenir que hacemos las mujeres y los
hombres.

Experiencias de enseñanzas y aprendizajes en la producción de


contenidos radiofónicos en contexto de pandemia. El caso del Curso
Realización Integral de Radio. Universidad Nacional de San Luis.
Autores: Daniel Toledo; Gabriel Sacchi
[email protected]
Nivel Superior Universitario

El curso Realización Integral de Radio, es una asignatura del cuarto y último año
de la carrera Licenciatura en Producción de Radio y Televisión de la Facultad de
Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis, en donde docentes y
estudiantes reconfiguramos nuestras prácticas de enseñanzas y aprendizajes en
el marco de la actual crisis sanitaria originada por la pandemia que estremece al
mundo (covid 19). En ese sentido tuvimos que reaprender a aprender y
reaprender a enseñar a través de plataformas virtuales, que posibilitaran -además
de la sinergia pedagógica transferencias de material sonoro que es el eje de las
prácticas del curso.

117
En primer lugar, agradecemos y valoramos profundamente el esfuerzo y
creatividad del colectivo de estudiantes que pudieron producir contenidos
radiofónicos, diseñados y elaborados de manera totalmente remota, con las
disponibilidades tecnológicas que cada uno y una tenía a mano, con la
complejidad que implicó la realización de cada pieza sonora.
A modo de resumen fueron tres las realizaciones que tuvieron como eje la actual
situación sanitaria y que a nivel metodológico se optó por un proceso de tensión-
distensión-tensión. El primero se refirió a una campaña de acción socio-
comunitaria sobre pautas y sugerencias para sobrellevar la pandemia; el segundo
consistió en un material cultural-educativo sobre cuentos y leyendas de San Luis
que sirviera como apoyatura para estudiantes de nivel primario; y el ultimo,
informes periodísticos que a modo de acercamiento suministraran datos de cómo
se vive la pandemia en el ámbito de la Universidad Nacional de San Luis. Cada
uno de estos trabajos están disponibles en el sitio web del curso
(https://radiodatos.blogspot.com/).

¿La escenografía o la escena de la educación telemática?. Una lectura


de las prácticas educativas actuales en perspectiva relacional
Autora: María Verónica del Rosario Quiroga
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Antes de reflexionar sobre los significados de enseñar y aprender en contextos de


pandemia, no podemos sortear el análisis sobre cuál es este particular escenario
en el que se adopta casi con un sentido religioso, sacramental, el principio de
garantizar la “continuidad pedagógica”. En esta tarea, el contexto nos da otras
pistas para cuestionar-nos por el significado de nuestras prácticas educativas que
se fundarían en el sostenimiento de un supuesto “derecho a la educación”.
El escenario actual reviste componentes inéditos en la historia de la humanidad.
En palabras del politólogo, Atilio Borón, se conjugan tres factores infaustos:
pandemia+depresión económica+colapso climático. En este sentido, las propias
voces del mainstream capitalista coinciden en los aspectos centrales de este
diagnóstico. Paul Krugman señala que esta crisis será de tres a cinco veces peor

118
que la de 2008. Es una crisis que se caracteriza por el descenso importante del
PBI, un pronunciado crecimiento del endeudamiento y el déficit, y la pérdida
descomunal de empleos. Asimismo, el proceso recesivo se agrava por el necesario
distanciamiento social que conduce a una “economía de coma inducido”. Este
“tiempo COVID” arrojaría una caída del PBI de alrededor de un 30%, porcentaje
similar al de la Gran Depresión, pero a diferencia de esa otra crisis, “los daños
colaterales (…) pueden ser tremendos, y la resaca que vamos a vivir afectará a la
economía durante mucho tiempo” (Krugman, 2020). Desde las perspectivas
críticas, esta pandemia se produce en el marco de una larga depresión cuyo
estallido fue a partir de la crisis capitalista de 2008 desde la cual se acentúa una
tendencia en la desaceleración del crecimiento económico.
Sin embargo, en paralelo a la suspensión de la economía mundial se construye
una retórica sobre la responsabilidad central de la educación en el derrotero del
crecimiento. El Banco Mundial marca el rumbo al sostener la importancia de la
continuidad del aprendizaje. El cierre de escuelas que afecta a cerca de mil
millones de estudiantes “tendrá un impacto negativo en el nivel de escolaridad y
el aprendizaje de los estudiantes y en la acumulación de capital humano en todos
los países (…) que resulta en miles de millones de dólares en salarios futuros
perdidos” (Shmis, Barron y Azzi-Huck, 2020). A través de esta maniobra
ideológica se instala la idea de que el colapso económico y el consecuente impacto
sobre los trabajadores, se debe al desajuste de los sistemas educativos para actuar
con mayor flexibilidad y su cierre en el período de pandemia. Frente a estos
sistemas educativos “históricamente cargados de tradición y rigidez” es necesario
generar “ecosistemas de aprendizaje” basados en enfoques multimodales que
integren el aprendizaje remoto con la expansión de otras “formas de aprendizaje
y colaboración”. En estas indicaciones del Banco Mundial se desdibuja el lugar de
la enseñanza y del educador como el actor que, mediante una acción deliberada,
y en base a un conocimiento específico, interviene pedagógicamente.
De este ardid ideológico son partícipes los Estados, como el argentino, que apela
a la colaboración en la asunción de los costos de esta crisis agravada por la
pandemia. En este sentido, en la Resolución Nº363/20 (15/05/2020) del Consejo
Federal de Educación se expresa que “el Estado Nacional y las autoridades

119
jurisdiccionales, las escuelas, las y los docentes y las familias, comparten
responsabilidades y esfuerzos en el sostenimiento de la continuidad
pedagógica en el período de suspensión de clases”. En la 98º Asamblea del
Consejo se establece el “Programa Acompañar: Puentes de Igualdad” con el
objetivo de “contener a los estudiantes que han quedado des-escolarizados en este
contexto”. Llama la atención el término “des-escolarizados” para designar a
quienes no pudieron acceder a ciertos contenidos escolares, condensados en una
colección de actividades no presenciales. Asimismo, en esa Asamblea se
determinó la necesidad de establecer la combinación de diversas formas entre lo
presencial y lo remoto en una “reapertura cautelosa”, como insta el Banco
Mundial.
El avance hacia la virtualidad de la enseñanza como así también la vuelta a la
presencialidad se declama sin que se solucionen problemáticas básicas. El
Informe del Programa Conjunto de Vigilancia del Fondo de las Naciones Unidas
para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte
que el 43% de las escuelas del mundo no tienen acceso a agua y jabón, 218
millones de niños no podían lavarse las manos. Si de enseñanza remota se trata,
un informe de UNICEF de agosto de 2020, observa que un tercio de los
estudiantes no pudo participar de la educación en línea. Pero más allá del acceso
a la enseñanza telemática, en el informe se advierte sobre los impedimentos del
aprendizaje de forma remota debido a factores como “la presión para hacer las
tareas del hogar, verse obligados a trabajar, un entorno deficiente para el
aprendizaje y la falta de apoyo para usar las herramientas en línea o seguir el plan
curricular”. Son estas condiciones reales las que deberían reorientar el análisis
sobre el alcance de las prácticas educativas en este contexto, en el que se urden
distintas estrategias oportunistas para obnubilar nuestra comprensión sobre un
proceso agudo de crisis capitalista que se cierne sobre el mundo actual.
Bibliografía
Borón, Atilio y otros (2020) Diálogos sobre el futuro. Marx 200 años. Presente,
pasado y futuro (presentación virtual del libro), 1º de setiembre de
2020,CLACSO.

120
Caputo, Orlando y Galarce, Graciela (2019) Economía Mundial, Estados Unidos:
la eventual nueva crisis de la economía mundial, Centro de Estudios sobre
Transnacionalización (CETES), Chile, Grupo de Investigación “Crisis y Economía
Mundial”, CLACSO.
Caputo, Orlando y otros (2020) Crítica marxista de la economía mundial en
tiempos de coronavirus (conversatorio virtual), 8 de setiembre de 2020,
CLACSO.
Carcione, Carlos (2019) “Estados Unidos-China: La tregua no aleja la perspectiva
de un nuevo pico en la crisis de la economía mundial", Rebelión.org, 18 de julio
de 2020.
Centro Internacional de Investigaciones (2020) “43% de las escuelas del mundo
no tienen acceso a agua y jabón, advierte la ONU”, Otras Voces en Educación.org,
26 de agosto de 2020.
Krugman, Paul (2020) “COVID-19: la economía en coma inducido, según Paul
Krugman”, pp. 22 a 25, Executive Excellence, la revista de liderazgo, la gestión
y la toma de decisiones, Número 166, Editores Success Motivation España.
ONU (2020) “ONU: un tercio de los estudiantes no tuvo acceso a la educación on-
line”, Otras Voces en Educación.org, 1 de setiembre de 2020.
Resolución Consejo Federal de Educación Nº363/20, 96º Asamblea del Consejo
Federal de Educación, 15 de mayo de 2020, Argentina.
Resolución Consejo Federal de Educación, 98º Asamblea del Consejo Federal de
Educación, 25 de agosto de 2020, Argentina.

Shmis, Tigran; Barron, Maria y Azzi-Huck, Kaliope (2020) “Comenzar el nuevo


año escolar bajo la sombra de la COVID-19”, Education for Global
Development, Banco Mundial Blogs.

121
Pandemia 2020. Una mirada de la Educación Inicial
en el contexto rural
Autora: Viviana Pelegrina
[email protected]
Nivel Inicial
La escuela en contextos rurales, siempre fue una institución que permitió a la
comunidad la unión de lo cultural articulada a la vida social y la participación de
los integrantes de esa comunidad, es decir, donde se pone de manifiesto sus
costumbres, su forma de celebrar la vida en sociedad. A lo largo de la historia, la
escuela era el motivo de encuentro de reunión del pueblo para afianzar sus
tradiciones y costumbres, solía ser muy activa y participativa para los pueblos,
donde toda celebración gira en torno a la música y a las comidas típicas. Es en
este contexto donde el docente es el que se integra a la comunidad, es el que
genera un vínculo no solo con el niño y sus familias de manera muy particular,
propio de la ruralidad. En su gran mayoría, las familias se constituyen por grupos
numerosos de hermanos, primos, tíos que llegan al jardín, y la docente, en este
caso de Nivel Inicial, va conociendo gran parte de la trama familiar junto con sus
historias y costumbres del vivir la escuela. Les niñes que transitan el primer
eslabón del sistema educativo formal desean profundamente encontrarse con sus
compañeros mediados por esa característica que genera el aula de Nivel Inicial.
El aula de Jardín es ese espacio donde encuentra gran cantidad de material lúdico
para compartir, rincones para jugar, tizas para dibujar y espacios para
desplazarse que hoy se encuentra en imposibilitado de experimentar dado este
contexto de pandemia. En este sentido, el docente de Nivel Inicial juega un rol
fundamental porque antes de que ellos reconozcan su función de enseñar,
reconocen la contención, el ser escuchados, el compartir sus vivencias, las rutinas
propias del jardín, el endulzar sus oídos con canciones, el compartir una
merienda, el festejar un cumpleaños en la escuela, el participar de un acto, el
tomar un lápiz y aprender a escribir, de pintar el paisaje colores de colores los
días. Le niñe de Nivel Inicial en la escuela, sabe que tiene muchas seños, porque
quienes limpian y cocinan también lo son para él, recibiéndole en la entrada, con
un cálido abrazo, esperándole con su desayuno, quizás su único alimento hasta
despedirlo cuando toca el timbre o la campana. Hoy, el contexto educativo es otro

122
y el docente tuvo que reinventarse y asumir nuevos desafíos tanto a través de
medios sincrónicos como asincrónicos de comunicación para desempeñar su rol.
La virtualidad pasó a ser el personaje principal, permitió visualizar diversas
condiciones en las que viven sus niñes, entrelazado con el esmero que demuestran
esas familias para “estar conectados” con sus docentes. Ese docente también
mostró su escenario de vida implementando además múltiples recursos para
afianzar el vínculo, tan importante en los primeros años de vida en el psiquismo
de un niñe. El reinventarse giró alrededor de videollamadas, grupos de
WhatsApp, de disfraces y la creación de un aula virtual (Classroom) con el
propósito principal de mantener la educación obligatoria en la ruralidad como
derecho universal.

Par o impar
Autoras: Cecilia López Ordovini; Cecilia De Panis
[email protected]
[email protected]
Nivel Primario

Comienzo a prepararme para videollamar a una alumna. Hoy, problemas


matemáticos.
Me arreglo el pelo y me visto con ropa oscura para que mis manos resalten. Busco
la pared con más luz y el fondo claro, corro los muebles para que no se vean en la
pantalla; podrían distraer su atención.
El celular no me queda cómodo. Sobre la mesa, una silla pequeña, aún falta altura.
Pienso, y apilo libros sobre esa silla; arriba, el celular. Espero que no se caiga, se
haría trizas. Me siento a una distancia adecuada, de manera que mis manos y mi
torso estén disponibles ya que son fundamentales para la comunicación en
Lengua de Señas. Busco el pizarrón, los fibrones y las imágenes de internet que
imprimí para hoy.
Me miran los platos sucios del almuerzo. Espérenme un rato, se me va la hora.
Entran al living mis hijas:
- Mami, ¿me explicás la multiplicación de tres cifras?, la seño me mandó un video,
pero no entiendo.

123
-¿Mami qué tengo que hacer en esta fotocopia?
- Chicas, ahora mamá está ocupada. Luego les explico. Tengo una videollamada
con una alumna. Por favor corran sus cuadernos de la escuela porque necesito
espacio. No me hablen por un ratito, a no ser que sea una urgencia, sí?
Busco el contacto, me dispongo a apretar el ícono de llamada, pero suena el
timbre de casa. Es el repartidor de agua. Tengo el bidón vacío, necesito comprar.
Si no, me quedo sin agua toda la semana.
La videollamada deberá esperar unos minutos más.
Me apuro, listo tema agua.
Ahora sí. Celular en mano… Entra una llamada. Mi suegra, quiere saber de sus
nietas. ¡Caramba! Se está complicando esto de hacer la clase online.
- ¡Querida suegra! ¿Cómo está?
- Bien, quería saber ¿cómo están mis nietas?
- Bien, bien. Están haciendo deberes.
- Pasame con ellas que las quiero escuchar.
- Sabe que estoy por hacer una videollamada con una alumna y necesito el celular.
¿Más tarde la pueden llamar?
- Disculpame querida. Cierto. Si, si, que me llamen más tarde. Besitos.
Temo que algo más interrumpa mi plan.
Toco el ícono. Se inicia la videollamada con un hombre del otro lado.
Una cara desconocida atiende desde un auto en movimiento. No es el padre, ni el
hermano.
¿Me equivoqué de día? Pero si hoy es martes, la hora es la pactada.
- ¡Hola señorita! Soy el taxista, ya le paso con la nena.
- ¡Hola! ¡Qué sorpresa! Si, si, gracias.
Mi alumna me cuenta en Lengua de Señas Argentina que está volviendo de la
fonoaudióloga. Por las salidas según terminación de DNI sus días y horarios
disponibles cambiaron; modificando nuestros días de clase.
Desarmo la torre de objetos, entro el bidón de agua.
- Chicas, llamen a la abuela. Y déjenme acá las tareas que después de lavar los
platos las vemos.

124
Conversatorio Seis
Lunes 26 de octubre de 2020, por la tarde.

En el espacio de encuentro virtual propiciado por el conversatorio, catorce (14)


colegas expusieron sus experiencias en torno al “educar en tiempo de pandemia”.
Las ponencias presentadas giraron en torno a una amplia gama de reflexiones
que involucraron a todos los niveles del sistema -desde el inicial al universitario-
y los diferentes roles implicados en la tarea educativa (directivos, docentes,
estudiantes, preceptores, extensionistas).
Como es de esperar, en esta diversidad de escenarios y perspectivas las temáticas
expuestas fueron múltiples. No obstante lo cual, si se toma como tópico
ordenador de esta multiplicidad de abordajes el posicionamiento y las prácticas
en torno a la “continuidad pedagógica”, es posible observar un clivaje entre
aquellos trabajos que se focalizaron en lo que “se pudo hacer o se pudo realizar”
en el marco de esta política, y aquellos cuyo énfasis está puesto en el desplegar
una mirada crítica y de “sospecha” respecto de las posibilidades de educar en este
contexto.
Dentro del primer grupo se aludió a varias experiencias valiosas, entre las que se
pueden destacar: la construcción de materiales didácticos para la enseñanza del
inglés, el trabajo solidario como estrategia de enseñanza en el marco de una
asignatura de formación docente, la construcción y puesta en línea de una revista
educativa digital, el desarrollo de un ciclo de conversatorios con docentes y
directivos que se desempeñan en ámbitos rurales, el rescate de la experiencia del
preceptor de nivel medio como mediador y constructor del vínculo de las y los
estudiantes con sus escuelas , entre otros tópicos.

125
En cuanto al segundo grupo de trabajos, varias son las cuestiones críticas que se
mencionan en torno a la continuidad pedagógica: la precarización y sobrecarga
del trabajo docente; la profundización de las desigualdades socio-educativas
(sobre todo aquellas vinculadas a la conectividad); los procesos de privatización
educativa que estarían implicados la “virtualización forzada”; las dificultades
para pensar la inclusión educativa de los sujetos de la educación especial….entre
otros abordajes que señalan “lo imposible” o improbable de la enseñanza en este
contexto.

El lector o lectora que recorra estos trabajos se encontrará con un pequeño mapeo
de los aprendizajes, la dificultades, los desafíos y las controversias que ha
significado, para las y los actores del sistema educativo, este “educar en tiempos
de pandemia”.
María Julieta González Salinas y Gabriel Rosales,
Coordinadores del Conversatorio

126
La escuela continúa abierta

Autora: Alejandra Elizabeth Guevara


[email protected]
Nivel Inicial

Cuando comenzó la Pandemia se suspendieron las actividades presenciales, la


Escuela se vio en la obligación de buscar herramientas para continuar trabajando
y así llegar a la comunidad educativa garantizando el proceso de enseñanza-
aprendizaje.
A pesar de que los/as niños/as habían concurrido sólo 1 semana, en Primera
Sección, era una nueva experiencia ya que muchos iniciaban su escolaridad.
De un momento a otro producto de la pandemia se suspendieron las actividades
frente a alumnos y la escuela comenzó a transformarse.
Nuestro Nivel comenzó a enviar actividades al equipo directivo para subir a la
Página de la Escuela, pero nos encontramos ante la incertidumbre de cómo los
padres conocerían que la escuela tenía una página web, y donde encontrarían las
actividades cargadas en la misma.
Para mantener a los padres comunicados se conformaron grupos de WhatsApp.
Como docente no participo en los grupos de WhatsApp, solo tengo el contacto de
una madre que es el nexo entre padres-docentes para mantener la comunicación
y poder informarlos.
Uno de los problemas de los grupos por WhatsApp es que los padres comenzaron
a compartir las actividades sugeridas (videos y fotos) a modo de promover la
socialización, y los teléfonos colapsaron sus memorias.
Buscando soluciones recordamos que hace unos años atrás padres de la sala de 4
años habían decidido armar un grupo cerrado en Facebook donde se compartían
actividades y experiencias del jardín; cuentos, canciones, etc. Esta experiencia
resultó muy positiva ya que afianzó tanto al grupo de padres como el de sus
hijos/as.
Teniendo en cuenta la experiencia anterior dialogamos entre colegas y decidimos
por mayoría que emplearíamos las redes sociales con fines educativos
considerándolas una herramienta necesaria para la comunicación entre

127
docentes-alumnos y familias, de este modo compartiendo videos e imágenes
lograríamos continuar conectados sin olvidarnos de nuestros alumnos/as,
trabajando los contenidos propios del nivel, promoviendo el juego, cocinando,
explorando, pintando, empleando la cotidianidad del hogar en aprendizajes
transmitidos por la familia .Para ello nos tuvimos que reinventar pensando
siempre en buscar actividades que les resultaran atractivas, para que mediante
el juego sigan aprendiendo.
Creamos los grupos de Facebook cerrados en los cuales podrían participar solo
los tutores de los niños, previamente se solicitó que enviaran autorizaciones
online al correo de la escuela y se les explicó la finalidad de la utilización de este
grupo teniendo en cuenta que solo se utilizaría con fines educativos, buscando
propuestas innovadoras, entretenidas logrando continuidad fortaleciendo los
lazos de comunicación.
Lo más positivo, lo cual genera tranquilidad, es que el mismo tiene continuidad y
se sigue trabajando a pesar de estos tiempos de incertidumbre.
Lo bueno de este espacio horizontal de interacción hace que los padres puedan
participar de acuerdo a su disponibilidad horaria, este grupo les brinda la
oportunidad de realizar devoluciones de las actividades en los momentos que
ellos tienen disponible.
Se continúa trabajando, con el gran apoyo de los padres rescatando la
importancia de continuar compartiendo experiencias y seguir conectados sin
perder los lazos hasta que volvamos a encontrarnos.

Entrega
Autor: José Daniel Carabias
[email protected]
Nivel Secundario

Esa noche hacía calor. El insomnio me había ganado. Decidí corregir un par de
trabajos más. Cuando saliera el sol daría comienzo el día 38 de cuarentena. Si me
dormía no habría reclamos por llegar tarde al trabajo. Se trabajaba desde casa.
Maldita Pandemia, como nos había jodido la vida. La luz de mi netbook

128
comenzaba a lastimar mis ojos. Todos dormían. En la calle se escuchaba un
ensordecedor silencio. De pronto una voz me dijo:
- "Ya profe, es hora de dormir".
Con el celular alumbré el comedor. Me levanté de la silla y fui hasta la puerta. La
abrí. Buscando al dueño de la frase. Pero no había nadie. NI afuera ni adentro. Le
reste importancia. Volví a mis correcciones. Pensé:
- El cansancio me está haciendo oír cosas. Debería irme a dormir.
- Roberto. Amor. Era mi esposa. Me había quedado dormido sobre la mesa. La
luz de la mañana entraba por la ventana y apenas si se escuchaba el canto de
algunos pájaros que tímidamente trinaban en las calles desiertas. Luego de su
cálido "buen día" me preguntó:
- "¿Con quién hablabas por teléfono anoche? Era muy tarde amor"
Extrañado la miré y con asombro le respondí:
- Con nadie. Estaba corrigiendo unos trabajos. ¿Por qué preguntas eso?
- Porque dijiste un rato más ya casi termino".
La miré por unos segundos. Tuve curiosidad. Nos fijamos en el celular. Y tal como
había dicho no existía registro de llamada alguna. Ni siquiera un WhatsApp
contestado. Con la mirada un tanto perdida, buscando no sé qué respuesta, vi que
sobre la mesa había una hoja encima del listado de mis alumnos. En esa hoja
estaba escrita una frase. Desprolija, como si el que la trazó hubiera estado muy
apurado. Decía… "Gracias por su entrega" No era mi letra. Ni siquiera tenía una
lapicera con ese color. Me paré de la silla, miré por la ventana. La soledad de la
calle me perturbó aún más. Me di vuelta y le dije a mi señora:
- Creí que había sido un sueño. Pero parece que no. Él me visitó.
- A quien te referís - Me dijo mi señora.
- Miguel - Le digo con los ojos llorosos.
- Mi amor. Estas cansado. Te dormiste sobre los trabajos de los chicos, con la
netbook abierta. Lo que me decís es imposible.
- No, era él. Te juro que era él.
- Roberto, es imposible. Miguel se suicidó en marzo.
Me dejé caer sobre la silla. Era cierto. Miguel se había suicidado. Dos meses atrás.
Mire nuevamente a mi esposa. Me levanté rápidamente y le dije:

129
- Seguramente fue un sueño. No me hagas caso, estoy pasado de sueño.
Tomémonos unos mates. Y mientras iba a poner la pava, pensaba. ·Era él, estoy
seguro de que era él”.

Acompañarnos en los vuelos


Autora: Miriam Micaela Díaz
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Hace mucho tiempo vengo reflexionando sobre la importancia que tienen los
aportes de compañeros y compañeras en nuestros procesos de formación
docente. Esto se incrementa cuando hablamos del Profesorado de Educación
Especial y teniendo el principio de Inclusión educativa como horizonte al cual
buscamos conducirnos. Más de una vez hemos escuchado la importancia de la
participación en equipos interdisciplinarios para abordar la complejidad que
muchos casos requieren, pero, ¿cómo se logra? ¿cuándo empezamos a aplicarla?
Mi experiencia en estos años transitados por la universidad pública me lleva a
defender la idea de que se pone en práctica en el instante en el que nos damos
cuenta que coexisten muchos mundos más allá de nosotros. Pero esto tan
importante no llegó a mí de la nada, sino que lo aprendí de manera concreta: en
las palabras de aquellas compañeras ofreciéndome hablar cuando sentía que
extrañaba a mi familia, que ya no podía más; compañeras que iban con sus hijos
e hijas a clase, y mientras les cuidaban y tomaban apuntes, me pasaban lo que yo
no había escuchado; o quienes me cebaban mates justo ese día que no había
almorzado porque llegaba de la escuela con las prácticas y el colectivo y la cursada
y las faltas… y los tiempos de la universidad que terminaron siendo diferentes a
mis expectativas, y el tener que aceptar, aceptarme en el proceso. Lo aprendí
sobre todo aquella vez que una de nuestras compañeras se acercó a mi casa antes
de rendir un final después de haber pateado muchas mesas, para llevarme un
chocolate y decirme que todo iba a estar bien, que sólo necesitaba acomodar mis
ideas, que mi capacidad era inmensa. Esa misma fue la compañera con la que
hemos pasado años dialogando sobre lo que nos indigna y conmueve de las
realidades, de los diversos mundos, pero también y sobre todo, soñando planes

130
conjuntos para que así las injusticias no duelan tanto, no taladren las dignidades.
Ella, mi compañera de vuelo, me dio muchas veces ese empujón que a veces uno
no encuentra en uno mismo y tampoco en la carrera. Ella me enseñó que puedo
seguir volando, aún con los pies en la tierra.
Y si antes pensaba en la importancia del trabajo en equipo para estudiantes de
nuestra carrera, esta pandemia profundizó aún más mis convicciones. Porque sé
que, aunque las situaciones se compliquen, podemos hacer algo para que la
comunidad tan necesaria para salir de nuestras burbujas no se convierta en un
mero “dividir las tareas para entregar más rápido”. Es difícil, lo sé. Pero también
he experimentado que todo aprendizaje es más bonito cuando se comparte,
cuando se aprende y lucha de manera colectiva. Porque una mano para ayudar
más allá de la distancia puede ser tan necesaria y gratificante como ver a esa, tu
compañera de vuelo, la que te enseñó la importancia de ver más allá de vos misma
recibirse en tiempos de pandemia, saliendo con un cartel que decía: MUJER,
MAMÁ, TRABAJADORA, Y TAMBIÉN PROFESORA.

En tiempos claroscuros y un camino esperanzador


Autoras: Nélida Liliana Morales; Analía Madalena Zaldúa
[email protected]
[email protected]
Nivel Secundario

El día de inicio del ciclo escolar, en medio de cientos de estudiantes, directivos,


docentes, preceptores, padres….
... hacían la cola unos cuantos sueños nuevos...
...ensayando los sueños que iban a soñar… (Eduardo Galeano)
Se escucharon palabras de bienvenida, estrofas del Himno Nacional Argentino y
la bandera; nuestra querida celeste y blanca flameó radiante.
En nuestro establecimiento, principios, llamados, instrucción, amor, educación,
compañerismo, respeto, solidaridad y cultura grabarán sus nombres. Siempre
insistiendo que parte central de la docencia es encontrar la palabra justa que
nombre, motive y comunique a la vez, lo que requiere de estudio, maduración y
disposición para pensar en subjetividades y especificidades de los grupos
hermosos de estudiantes que año tras año pueblan nuestras aulas.

131
Recordamos que la escuela sola no puede, que necesitamos a las familias, con su
responsabilidad de acompañar a sus hijos en esta etapa formativa.
¡Cuántas esperanzas se hacen presentes en el primer día!
Como si fuera un cuento fantástico, la palabra corona virus irrumpe en nuestras
vidas y en nuestro mundo cotidiano.
Fue la aparición repentina de algo extraordinario, que comenzó a jugar
permanentemente con la duda y con los límites entre lo posible y lo imposible de
ocurrir, provocando en cada uno de nosotros una vacilación excesiva, como si
fuera literatura realista y no realista a la vez, sin poder decidirnos por ninguna.
Los interrogantes invadieron nuestras mentes y las respuestas crearon una
atmósfera de irrealidad.
Empezamos a transitar un colegio en silencio, patios despejados, aulas sin
rutinas, sin estudiantes, días sin ellos.
Entre tantas inquietudes, el pensar en los sentimientos de los estudiantes y
particularmente de nuestros egresados, movilizó nuestros corazones.
"Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos colores
……. que arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca, se enciende."
¡Cómo continuar aprendiendo a ser luz y a volar en esta realidad!
Las circunstancias han determinado que nuestros egresados serán la "
promoción" de lo ideal y lo posible, que conducidos por la realidad virtual que
esta pandemia le imprimió sellará por siempre y tal vez por única vez, una
vivencia extraordinaria en cada uno de ellos.
Fueron muchas las incógnitas, pero mucha nuestra firmeza en intentar encontrar
claridad ante tanta incertidumbre. Ante esto, como equipo de gestión
resignificamos el vínculo y el tipo de liderazgo en este contexto desafiante, los
modos de interacción mediadas con la virtualidad, los grupos de Whatsapp y las
Classroom invadieron los espacios institucionales y áulicos de nuestro colegio,
intentando disimular la incertidumbre y la frialdad de las pantallas. Pero este
contexto de pandemia hizo que la empatía, la solidaridad, la cooperación

132
cimentaron el trabajo en equipo colaborativo e interdisciplinario fortalecieron la
inclusión y la calidad de la educación en estos tiempos.
Nuestro lema fue "construiremos nuevos caminos entre todos".
En poco tiempo comenzamos a visualizar aún más, que las formas de vida son
desiguales, la disponibilidad de recursos también y en estas circunstancias se
acentúan aún más.
Por lo tanto, nos propusimos profundizar el “pensar” mucho más en nuestros
estudiantes, con mensajes esperanzadores y con la convicción que seguramente
este tiempo nos dejará una enseñanza renovada y fortalecida.
Replanteamos nuevas oportunidades que ofrecemos a nuestros estudiantes para
afrontar esta situación excepcional, con los medios que disponemos, que
reinventamos, buscando cada día propuestas alternativas.
Valoramos cómo está impactando lo que cada uno enseña y apelamos al ingenio
y creatividad de cada profesor.
Y si, no podemos pensar en la misma escuela de antes, la realidad nos conlleva a
un modo distinto del uso del tiempo y del espacio para todos.
Nuestra mirada va lejos ...
La vida es bella y el optimismo debe prevalecer a pesar de esta situación.
La alegría debe permanecer como esperanza para cada uno.
Con voluntad se puede hacer todo.
Debemos entender que a veces no nos damos cuenta de que lo que debe cambiar
no es la vida que nos toca, sino la nueva perspectiva que tenemos que asumir en
ella y en nuestra tarea educativa.
Es oportuno reflexionar: ¡¡Siempre en medio de la oscuridad aparecen señales
luminosas que reavivan la llama de la esperanza y adherimos a ella!!
¡Celebremos nuestra profesión!!.
No dejemos los sueños olvidados.

133
¿Cómo será el Ingreso 2021? ¿Deberíamos prepararnos para recibir
a los estudiantes?
Autora: Nidia N. Gomez
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Hoy pienso en el ingreso a la universidad 2021 ¿Que les espera a los jóvenes que
llegarán a las instituciones educativas de nivel superior? Mucha incertidumbre es
lo que se percibe, porque si bien las actividades escolares, en el último año de
nivel medio, no necesariamente son bien aprovechadas, dejan una buena
impronta en quienes las transitan. Se esperaba, al menos hasta los jóvenes que
llegaron en el 2020, que ingresen con su mochila cargada de sueños, aunque sus
saberes se discuten.
Hoy los gobiernos hablan de módulos de adaptación, de generar un marco federal
para permitir planificar los procesos de ingreso 2021. En el momento que se
reunieron Consejo Federal, CIN y Rectores de Universidades Privadas se habló
de “evitar la deserción”. Se habla de diferentes realidades académicas, teniendo
en cuenta las particularidades de cada institución. Pero, me pregunto…. nos
preparamos las instituciones para lo que vendrá, o será una razón más para poner
en riesgo la calidad educativa… es preocupante, porque los docentes
sobreviviremos “al 2020”, al menos los que intentamos hacer nuestro trabajo con
responsabilidad de aprender sobre la marcha de virtualidad y educación.
Buscamos sortear problemas no solo técnicos, sino también pedagógicos y
didácticos, en busca de hacer la tarea amena, interesante e intentando disfrutar
de la misma. Hoy me pregunto; ¿con que herramientas trataremos de retener a
los alumnos, tal como siempre dicen?, cuando en realidad deberíamos pensar, no
solo en retenerlos, sino tratar de mantener la calidad educativa, a pesar de las
vicisitudes por las que transita nuestro país y el mundo en general.
¿Por qué mantener la calidad, o al menos luchar por ella?, podríamos
respondernos porque somos responsables de los jóvenes que son el futuro de
nuestra tierra y la esperanza de ser un país mejor.

134
El Rol del Preceptor antes y durante el distanciamiento social

Autora: María Beatriz Ojeda


[email protected]
Nivel Secundario

Múltiples responsabilidades conlleva el rol del preceptor: tarea docente,


funciones administrativas, implicación personal y afectiva para promover la
construcción de vínculos entre todos los miembros de la comunidad educativa,
sostener y fortalecer las trayectorias escolares de los jóvenes estudiantes, entre
otras. En la actualidad este rol lo desempeñan diferentes docentes por ejemplo
profesores de educación física, pedagogos y demás docentes de otras
especialidades
Actualmente se visibiliza al preceptor como uno de los nuevos mediadores entre
todos los integrantes de la comunidad educativa, lo que significa un proceso de
construcción permanente. Este proceso complejo y se ajusta a las condiciones y
demandas de cada institución, siendo una de sus principales funciones
acompañar. Ello supone reconocer la importancia de compartir y construir con
“el otro” experiencias significativas trabajando juntos y a la par.
La tarea entonces consiste en diseñar, alojar y construir intersubjetivamente un
lugar simbólico con los jóvenes, con el propósito de que ellos no solamente
transiten la escuela, sino que puedan habitarla y generar un aprendizaje
significativo en relación con los vínculos y el trabajo con otros. Terigi, 2007
considera que el pasaje del nivel primario al secundario es considerado un
“momento crítico” en las trayectorias escolares siendo ésta la instancia que
demanda mayor presencia y sostén. En este sentido, para los preceptores, el
proceso de ambientación resulta un escenario crítico y valioso para promover la
continuidad escolar.
La aparición y desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y
comunicación (TIC) han cambiado los estilos de vida. Por otro lado, cuando las
necesidades básicas no son satisfechas, los derechos de tercera generación (o
solidaridad) relativos a la protección del ecosistema, al patrimonio de la
humanidad, a la comunicación y a la información (López López y Samek, 2004),
quedan en segundo plano. Esta tensión entre aquello que se necesita y aquello a

135
lo que se tiene derecho se ha ido reforzando aún más con el avance de las TIC en
los diversos espacios de la sociedad y con este momento pandémico inesperado
donde se vuelve a replantear qué es realmente lo necesario y lo urgente y qué no.
En este contexto social es donde la tarea del preceptor se vuelve más completa
tratando de acompañar en las trayectorias escolares a los estudiantes, se hace más
evidente que no todos tienen los mismos recursos educativos ni tecnológicos TIC
a su disposición para la realización de las actividades escolares. Entonces, el
preceptor tiene que realizar seguimientos y acompañamiento de los aprendizajes
de los estudiantes, realizar grupos de WhatsApp para informar los trabajos que
deben realizar, socializar la información que les transmitan los profesores, etc.
Esto se ha visto aún de manera más evidente por la crisis mundial del
coronavirus, por lo cual la escolaridad ha tenido forzosamente que hacer cambios
sustanciales en la forma de enseñar. Muy probablemente, como lo explica Adell.
J, (2020) la escolarización podría dirigirse hacia un modelo híbrido presencial-
en línea donde la mayor parte de los contenidos se estudiarían en casa. Por lo
tanto, siempre será necesario no dejar solos a nuestros alumnos, aportando desde
cada rol lo que sea propio y resulte fundamental para que los estudiantes
aprendan y se desarrollen tanto personal como académicamente.

¿Y si no me puedo conectar?

Autora: Gricelda Ivana Lorena Pelaez


[email protected]
Nivel Primario

Comenzábamos a recorrer este nuevo ciclo lectivo en la institución de la que


formo parte; por ello, pusimos en marcha los lineamientos que tenemos cada vez
que se lleva a cabo un proceso de inclusión. Iniciamos las reuniones con tutores,
maestros de apoyo a la integración, maestros responsables de grados,
establecimos acuerdos acerca de las acciones que cada actor implicado realizaría
en este proceso. Nos estábamos conociendo, dando los primeros pasos, primeras
izadas a la bandera, recreos, encuentros. Pero algo que nunca imaginábamos vivir
y que nos produciría un sinfín de emociones y sentimientos impactó

136
inesperadamente y cambió no sólo la vida escolar, sino nuestras vidas. Nos
movilizó de tal manera que fuimos y vamos reaccionando como podemos.
Nuevos escenarios se presentaron, reemplazamos las sillas y las mesas del aula
por las de nuestra casa. Guardamos en el armario las tizas, borradores, registros,
colgamos el guardapolvo y nos tuvimos que preparar para este nuevo contexto; la
plataforma digital. Palabras desconocidas se fueron haciendo familiares, Meet,
Zoom, Classroom, enlace. La incertidumbre comenzó a generar interrogantes ¿Se
evalúa? ¿Se pone nota? ¿Qué pasa si no entrega la tarea? ¿Es obligatorio? ¿Los
feriados se envían tareas? ¿Cómo corregimos? ¿Cuál es protocolo? Lineamientos
se fueron presentando, luego se fueron cuestionando. Los grupos de WhatsApp
se multiplicaron, las reuniones también, las agendas se sobrecargaron.
Entre todo este desconcierto una sensación irrumpe; de alguna manera comienzo
a observar que lo que aparece en la plataforma digital es algo ya vivido en la
presencialidad. Y es el hecho de que no todos están transitando este camino
virtual en igualdad de condiciones. Advierto que la mayoría de los alumnos que
no “podían conectarse” con el aprendizaje que circulaba en el grado, tampoco
pueden conectarse ante este nuevo formato que se presenta. En la presencialidad
apenas estábamos encontrando respuestas y lineamientos para acompañar
trayectorias educativas de alumnos en procesos de inclusión y de alumnos con
dificultades de aprendizaje y las reglas del juego cambiaron.
Esta nueva realidad expone un hecho percibido cotidianamente en las aulas; la
desigualdad está presente y el acceso a la educación también se ve amenazado en
el plano digital. Son múltiples las causas; falta de acceso a internet, de
dispositivos tecnológicos, espacios, tiempos, estas son nuevas barreras para el
aprendizaje y la participación. Estas situaciones vividas por muchos alumnos
develan condiciones estructurales que perduran en el tiempo y la virtualidad no
ha sido la excepción. Pero tampoco la respuesta de quienes estamos involucrados
en el acto educativo. Por ello vamos ensayando respuestas, acompañándonos,
estableciendo nuevos acuerdos. Transitando este nuevo camino junto al otro,
para que “Miguel” “Andrea” “Mía” no queden aislados virtualmente del
conocimiento que ahora circula por la plataforma. Es este el desafío que ahora
nos interpela y nos invita a pensar y accionar colectivamente para reducir la

137
exclusión en y desde la educación asegurando el derecho a la educación para
todos nuestros alumnos.

Lo imposible de la enseñanza en tiempos de pandemia

Autoras: Graciela Pellegrini; Patricia Pérez


[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

El COVID-19 se ha instalado en la vida de todos como una circunstancia


ineludible que escapa a cualquier posibilidad de sentidos, y nos ubica a quienes
trabajamos en educación, en una posición en la que necesariamente debemos
interpelarnos, asumiendo una perspectiva ética y política frente al problema.
Enseñar y aprender en tiempos de pandemia, pone en cuestión el lugar de los
docentes y estudiantes, en relación al discurso amo capitalista, el cual se
caracteriza por empeñarse en “que las cosas marchen”, que haya un orden, que la
cosa funcione, a costa de lo que sea.
Asumirnos como agentes a cargo de la difusa tarea asignada en esta situación, nos
enfrenta con lo imposible como tope, traducido en falta de recursos tecnológicos
para realizar las tareas, dificultades en la conectividad, problemas familiares que
afectan los estados de ánimo y singularidades que al momento de enseñar y de
aprender se ven fuertemente afectadas por lo que acontece en el afuera,
provocando un verdadero padecimiento subjetivo. Cuestiones éstas que escapan
a los modos de intervenir que permite la presencialidad de los cuerpos,
desencadenando efectos que se traducen en cansancio, desolación, ausencias,
abandono y exclusión, por parte de los implicados en todos los niveles educativos.
Algo de lo que el discurso amo no quiere saber, pero que es función nuestra
hacerlas visibles.
Por eso es tan importante que estemos advertidos y seamos respetuosos de la
imposibilidad en resguardo de la dimensión subjetiva, recordando que es allí
donde precisamente se aloja el sujeto.
Mantener en el imaginario social la actividad escolar de este modo como una
continuidad de la escena educativa (nada más alejado en relación a los procesos

138
de enseñanza y de aprendizaje), puede operar como efecto tranquilizador, en
función de que no todo es vacío frente a los modos de vivir y sentir a los que nos
somete la pandemia.
Solo podemos rescatar esta modalidad de práctica educativa, al menos hoy, como
de tránsito, de expectativa de aquello que en algún momento volverá, no de la
misma manera, requiriendo otros modos de hacer.
Un tiempo de espera, que se presenta a contrapelo de las “urgencias” y de el “todo
es posible” impuesto desde los discursos de la época, un tiempo que implica
inevitablemente perder algo.
Tal vez sea eso lo que podamos rescatar, tanto docentes como estudiantes, de
esta experiencia tan difícil.

Problematizando la no presencialidad
en los años avanzados del grado

Autor/a: Mariano Pérez; Liliana Marisol Martín


[email protected]
Nivel Superior Universitario

En el marco de la pandemia del covid-19 que ha convulsionado todos los órdenes


de la vida social, las instituciones educativas nos hemos visto particularmente
afectadas al tener que llevar adelante, forzosamente, la continuidad pedagógica a
través de diversas plataformas digitales. Ante esta situación, como profesores de
carreras de formación docente en el nivel superior universitario nos sentimos
interpelados al tener que responder desde la práctica concreta a los nuevos
desafíos y exigencias que planteó la enseñanza remota, para la que no hemos sido
formados. A continuación, relatamos lo que ha constituido una experimentación
a tientas en la celeridad de la virtualización forzada.
El canal de comunicación inicial fue el correo electrónico, a través del cual
establecimos un conjunto de pautas como marco de trabajo, estableciendo un día
semanal para el envío de materiales bibliográficos, guías y trabajos prácticos.
Consideramos que esta modalidad y disposición, aportaría a la organización de
les estudiantes, al menos en lo comunicacional con el equipo docente.

139
Avanzando en las actividades vimos necesario generar instancias de intercambio
de opiniones y debates con el grupo de estudiantes. Para ello se armaron
diferentes foros, también a través del mail, echando mano a la opción “responder
a todos” a una consigna pensada para tal fin.
Posteriormente acordamos formar un grupo de WhatsApp para la atención de
cuestiones inmediatas y admitimos la posibilidad de reuniones sincrónicas
esporádicas a través de la plataforma Google Meet. Vale destacar que frente a esta
modalidad nos sentimos ajenos, temerosos y sospechábamos especialmente de su
potencial exclusor por sus requerimientos de dispositivos y conectividad a
internet.
Finalmente, tuvimos la posibilidad de realizar dos encuentros presenciales, a
modo de cierre del proceso de formación y para compartir experiencias,
vinculadas con el transcurso de la materia en estos contextos de virtualidad
forzada.
Culminado ese proceso, contraponiendo las visiones personales, los diálogos
compartidos con el equipo docente y las devoluciones de estudiantes; podemos
concluir que se pudo establecer un vínculo (¿pedagógico?) con el grupo que fue
favorable en algunos sentidos:
Todo el grupo regularizó la materia. Sostenemos que cooperó para este logro el
hecho de que se trata del cuarto año, donde el oficio de ser estudiante
universitario y la autonomía ya ha sido construida, lo que facilitó la dinámica de
adaptación al contexto no presencial; así como también las devoluciones
minuciosas acerca de sus producciones cuando debían mejorarse.
Los canales de comunicación estrechos que permitieron ir regulando el ritmo
académico de las clases, material bibliográfico y actividades, de acuerdo al
seguimiento pautado semana a semana.
La organización de los encuentros y de la comunicación, que fue una
particularidad destacada por el grupo de estudiantes. Este contrato que se
estableció, colaboró con “llevar el ritmo” de la materia, de acuerdo a sus voces.
Sin embargo, quedan abiertas incertidumbres en torno al proceso de
construcción de saberes: ¿Qué riquezas se nos sustraen cuando la interacción cara

140
a cara se ha visto tan recortada? ¿De cuántos debates nos habremos perdido?
¿Qué pasará con el componente afectivo o transferencial del vínculo pedagógico?
Más allá de estos “resultados” aquí expresados, no nos resignamos a una renuncia
excepcional, por este contexto, a nuestras convicciones para con la formación
docente. Defendemos la presencialidad del vínculo pedagógico como condición
para establecer las condiciones mínimas, al menos en el grado, de lograr
comunidad de aprendizaje; como también la democratización del nivel superior,
donde nadie quede afuera del proceso por problemas de conectividad.

Con la lucha, con la pluma y las palabras. Reflexiones sueltas acerca


de la enseñanza en tiempos de COVID-19

Autoras: Martha Yolanda Ramón; Martha Verónica Quiroga


[email protected]
Nivel Primario/Nivel Superior Universitario

Dos generaciones nos encontramos entre el estupor y la urgencia de ver un


mundo paralizado y la educación en una suerte de interpretación de “El show
debe continuar”. La pandemia del COVID-19 precipitó la suspensión de la
asistencia a clases con un ciclo lectivo recién iniciado en todos los niveles
educativos.
La mirada perpleja de una docente de enseñanza primaria jubilada observa cómo
fue encarada aquella situación de emergencia por las administraciones educativas
que, sin dubitaciones, decretaron la continuidad a través de lo que pareciera ser
el “becerro de oro” de nuestros tiempos: la tecnología digital. Las herramientas
digitales indicadas para el mundo virtual que se propone colisionan con el mundo
real de la mayoría de la población, tanto de alumnos como de docentes. Esto que
se denomina “continuidad pedagógica”, ha significado en numerosas situaciones
profundizar los procesos “deshumanizantes” en la educación con el
ensanchamiento de la brecha entre clases, “los que pueden y los que no”. Por otra
parte ¿cómo y cuándo fueron formados los docentes para convertirse, de la noche
a la mañana, en “educadores virtuales” si desarrollaron la docencia en el marco
de una cultura escolar presencial?. Como docente jubilada me permito plantear
141
mis persistentes dudas sobre lo que se está haciendo y exigiendo de alumnos y
docentes, sobre todo en los primeros niveles de enseñanza. Imponer
innovaciones desde arriba, desvaloriza y lesiona los procesos de enseñanza como
procesos dialógicos, graduales, activos, interactivos. Los cambios impuestos
verticalmente, y de los que no participa en iguales condiciones el conjunto de la
población, nos aconseja pensar con solidaridad en el marco de un proyecto
colectivo y para colectivos, por encima del voluntarismo individual.
Más allá de la diferencia generacional que tenemos las autoras de este ensayo,
existe un punto de coincidencia. Nuestro posicionamiento no se asume desde una
mirada tecnofóbica que renuncia al empleo de las herramientas que proveen las
tecnologías de la información. Sin embargo, esta situación de emergencia que
desencadenó la pandemia nos arrastró compulsivamente a los educadores a
ofrecer la “continuidad pedagógica” desde la “enseñanza telemática”. En este
sentido, creemos que esta estrategia entraña un nuevo proceso de privatización o
“cercamiento del conocimiento” y de la educación que reviste diversas aristas. Por
un lado, el acceso a la enseñanza remota supone la posesión por parte de cada
individuo de los dispositivos y la tecnología acorde, como así también la asunción
de los costos de los servicios necesarios para el desarrollo de esa práctica
(servicios de Internet, de telefonía, de energía eléctrica, de impresión de los
materiales). En la mayoría de los casos, las erogaciones para soportar estos gastos
corren por cuenta del propio sujeto. Más aún, en esta disposición diligente por
establecer la “continuidad pedagógica”, se cuelan también las intenciones non-
sanctas de sectores que han bregado por desguazar la Educación Pública, tal el
caso del Banco Mundial quien propicia generar “ecosistemas de aprendizaje” en
cualquier ámbito como el doméstico frente al cierre de las escuelas. Estas
posiciones plantean la prescindencia y la deslegitimidad de un docente que
enseña y que porta un conocimiento específico para esa praxis. En este sentido,
la existencia de la escuela pública se vincula con la creación de una institución
que implicó, en sus orígenes históricos, la sustitución de la educación doméstica
por la educación social
la escuela es una invención política (…) y (…) emergió como una usurpación
de los privilegios de las élites aristocráticas y militares (…).

142
(…) tiene que ver con la suspensión de un presunto orden natural desigual.
En otras palabras, la escuela ofreció tiempo libre, es decir, tiempo no productivo,
a quienes por su nacimiento y por su lugar en la sociedad (por su “posición”) no
tenían derecho a reivindicarlo. (Masschelein y Simons, 2014:28).
La escuela pública es, por ello, el lugar que reúne el potencial para la disputa de
las palabras y los significados, el lugar de su verbalización por las clases
subalternas, y en ese sentido, sólo los cambios generados desde las bases
organizadas políticamente pueden sostener un proyecto genuinamente
democratizador. A pesar de que se haya instado a la “colaboración” de todos para
sostener la “continuidad pedagógica”, so pretexto de garantizar el derecho a la
educación, vale recordar que es obligación del Estado la garantía de derechos, de
otro modo sólo entramos en el terreno del voluntarismo.
Bibliografía
Masschelein, Jan y Simons, Maarten (2014) Defensa de la escuela. Una cuestión
pública, Buenos Aires, Miño y Dávila Editores.
Shmis, Tigran; Barron, Maria y Azzi-Huck, Kaliope (2020) “Comenzar el nuevo
año escolar bajo la sombra de la COVID-19”, Education for Global Development,
Banco Mundial Blogs.

Una revista digital con alma de estudiante ¡Clic Ya!


Autoras: Ana Betina Rúa; María Melina Manzur
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

Es una revista digital que se origina en la Asignatura Educación y Medios de 4to año de
Cs. de la Educación, FCH en la UNSL.
El objetivo que persigue el equipo docente con esta propuesta es apoyar a las y los
estudiantes en el ejercicio de la escritura como derecho a expresar opiniones, compartir
experiencias, a reconocer y respetar diferencias, a reflexionar…
¿Por qué revista digital? El contexto que nos toca vivir en este 2020 nos impone una
manera de estar juntos radicalmente distinta a todo lo conocido sobre todo en las
escuelas, universidades y centros de aprendizaje, te escucho a través de… te veo a través
de… te hablo a través de.

143
Los medios utilizados se van poco a poco invisibilizando y dejando los mensajes
desnudos en el celular, en la computadora, en la tablet. Las y los estudiantes se
aproximaron a distintos lenguajes y medios no solo en esta asignatura sino en todas las
que pudieron cursar el 1er cuatrimestre. Conocieron plataformas, utilizaron el correo
electrónico, trabajaron en grupo por WhatsApp, leyeron libros en PDF, escucharon e
hicieron podcast, utilizaron videoconferencias en Zoom, Meet, entre otras alternativas
de emergencia en busca de contacto, de cercanía.
Escribir es una acción sanadora y además la capacidad mejor desarrollada por las/los
jóvenes estudiantes universitarias/os. Escribiendo muy bien o con errores se muestran,
se construyen, dejan muchas veces a la vista su propia alma. Ejercitan su derecho a ser
emisores, a escribir para ser leídos, para iniciar un diálogo, un debate, para reflexionar
con otros.
Veinticinco estudiantes escribieron los doce artículos que conforman esta revista digital
que es coordinada y editada por las docentes de la asignatura. Tiene nueve secciones
dónde cada artículo encontró su espacio de expresión: Fake News y Pensamiento Crítico,
Los aprendizajes que nos deja la virtualización en épocas de coronavirus, Alfabetización
multimedial, Los medios y las TIC. Valoración de este primer semestre de estudio en
FCH de la UNSL, Web 2.0 en el aula Virtual del nivel superior, Series, películas,
programas, e-books, recomendaciones para otros docentes, Educación después del
coronavirus, Decálogo de buenas prácticas de enseñanza/aprendizaje, El video como
recurso didáctico.
Acompañan a los artículos imágenes, fotografías de autoría del mismo grupo para
ilustrar sus producciones. El siguiente paso será socializar la revista a través de las redes
de los propios autores y las de la asignatura.
Los valores pedagógicos más logrados han sido la colaboración, la construcción grupal,
la reflexión en torno a como hemos aprendido con otros a pesar de la distancia social y
la mediación tecnológica de los contenidos.
Tras cada palabra late un corazón, tras cada clic hay al menos un estudiante y un docente
APRENDIENDO.
Link de la Revista Clic Ya: https://online.anyflip.com/mchp/niqc/
Comentarios o sugerencias: [email protected]

144
Enseñar una lengua extranjera, en época de pandemia
Autoras: Natalia sosa; Lucila Moyano; Micaela Morales
[email protected]
[email protected]
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Nivel Inicial/ Nivel Primario

Hasta para la misma ciencia es muy difícil saber que le está pasando al planeta
tierra, que cambios se están presentando en el mundo, diferentes formas de
pensar y afrontar este virus como el COVID-19.
Es muy increíble poder entender, lo que nos está sucediendo en estos momentos
de pandemia mundial, pero principalmente como nos afecta directamente a
educadores y alumnos.
El año pasado, terminamos un ciclo lectivo como todos los fines de año sin saber
ni tener una mínima sospecha de lo que nos tenía preparado el destino para este
ciclo lectivo 2020.
En estas circunstancias normales en el mes de febrero nos presentamos en
nuestras instituciones educativas, con mates de por medio, reencuentros con
colegas y amigos, reuniones para revisar, organizar y realizar las planificaciones
correspondientes.
Para nuestra institución, era un año muy especial y particular, ya que cumplimos
20 años, nos emocionaban muchos recuerdos, melancolías de los que estamos ahí
desde los comienzos, teníamos un acto especial en el mes de mayo que organizar,
una gran fiesta para el personal, regalos especiales para los fundadores, y muchas
cosas más que quedaron solo en nuestras ganas y emociones compartidas.
En marzo nos da una de nuestras queridas directoras la noticia de que la escuela
cerraba sus puertas a causa de la pandemia, entrabamos en cuarentena
obligatoria, había que quedarse en casa y teníamos que cuidarnos mucho.
Jamás nos imaginamos que duraría tantos meses, es por eso que al principio
comenzamos a enviar actividades de repaso por Classroom.
Mes a mes, comenzamos a extrañar más y más nuestros alumnos y a darnos
cuenta de que ya teníamos que empezar a enseñar los contenidos pertinentes a la
planificación anual.

145
Junto a mis colegas de primer ciclo y nivel inicial comenzamos a hacer videos
educativos para dictar nuestra materia, lengua extranjera, inglés, que los
consideramos importantes e indispensables en momentos como los que estamos
viviendo en la actualidad.
El vínculo entre teacher and Kids es clave para favorecer el desarrollo del
aprendizaje de cada uno de los alumnos. Los docentes, por su parte, deben asumir
la responsabilidad que implica esta conexión y ejercer de referente en la vida de
ellos. En épocas difíciles de pandemia, que nos vean en material audiovisual y que
realicen actividades divertidas, modernas y motivadoras ayudan a mantener y
fortalecer ese vínculo.
Les dejamos algunos de ellos, hay muchos más. GRACIAS.
https://www.youtube.com/watch?v=fFQ3atj1WM4&t=44s
https://www.youtube.com/watch?v=MWsjOGpnfPY&t=4s
https://www.youtube.com/watch?v=0brhOzck88s&t=6s
https://www.youtube.com/watch?v=sg9-aUPoOPE&t=3s
https://www.youtube.com/watch?v=zCmn9A2829s&t=6s

Ciclo de diálogos virtuales con la educación rural en San Luis


Autores: Marcelo Fabián Vitarelli; Nicolás Wildner Sánchez
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

En el marco de actividades de diálogo con los actores de los territorios con los
cuales se vincula el Proyecto de extensión de interés social “Educación secundaria
rural y juventudes en San Luis”, pertenecientes al sistema de proyectos de
extensión universitaria de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNSL para el
2020 y en contextos de continuidad pedagógica atravesados por la actual
pandemia a causa del COVID 19, nos propusimos poner en circulación micro
relatos vivenciales y pedagógicos de los actores educativos que permean la
educación rural en la provincia de San Luis. Nos mueve el ánimo de contribuir a
pensar las prácticas de la pedagogía de la ruralidad desde las voces de los actores
educativos y los conocimientos situados, acompañando a directivos y docentes en
la planificación y gestión situada de proyectos escolares rurales y con ello adquirir
experiencia de los territorios de la educación rural en el presente en la provincia

146
de San Luis. Las doce sesiones de trabajo se desarrollan desde agosto a diciembre
del año en curso alternando acciones pedagógicas en el marco de realización de:
presentaciones temáticas de problematización pedagógica; narrativas docentes
de experiencias en territorio y socialización de experiencias y niveles educativos.
Ello se hace posible al colocar en red a un abanico de voces de actores locales
conformado por, docentes de nivel primario, profesores de educación secundaria
rural en las tipologías itinerante y generativa, equipos de gestión escolar,
formadores de formadores en ruralidad, supervisores educativos y tomadores de
decisiones de la política educativa del sector. La metodología de abordaje se
compone de estrategias digitales que posibilitan el abordaje en el actual contexto
de aislamiento social obligatorio que se sitúa desde el mes de marzo del 2020 en
Argentina. Se arman protocolos de entrevistas semiestructuradas que son
enviadas a los actores dialogantes, se graban las entrevistas en formato mp4, se
localizan las entrevistas en canal de YouTube a tal fin y finalmente se organiza un
ciclo abierto de entrega quincenal de post cad pedagógicos rurales. A partir de allí
se deja abierto al diálogo de preguntas de los asistentes quienes en modalidad
asincrónica reflexionan sobre saberes y prácticas situadas en los territorios. De
igual modo se desarrolla un cuestionario final abierto a los asistentes para
conocer su impacto y posicionamiento subjetivo. El ciclo de diálogos ha
significado un esfuerzo sostenido por poner luz al conocimiento de la realidad
local de la modalidad educativa que en su desarrollo actual alcanza a 500
participantes entre los cuales se cuenta a docentes y directivos de escuelas
urbanas, urbano marginales y rurales del territorio provincial, de igual modo se
ha mostrado un alto interés de participación de alumnos de la formación docente
del territorio sanluiseño. El compromiso social universitario con la modalidad
educativa de la ruralidad cobra visibilidad en tiempos de pandemia educativa con
formas de posibilidad de la continuidad pedagógica real y nuevas miradas.

147
La tarea solidaria (abierta) como micro estrategia de producción e
inclusión educativa
Autores: Enrique Díaz; Nicolás Wildner Sánchez
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

En la apertura del espacio tecnología digital y educación, un espacio curricular de


los profesorados universitarios de educación primaria e inicial de la Universidad
Nacional de Villa Mercedes, se pautaron distintos disparadores sobre los que
haríamos hincapié a lo largo de esta experiencia formativa en tiempos de
emergencia:
Taller (abierto) “unidades/nodo/nudo”, #espírituinclusivo, trabajo en
equipo, producción de materiales. #tareasolidaria; clubdelectura.
Estudio de casos. Diseño ambiente.
Estos disparadores son formulados en vías de construir un lenguaje común
para la participación (acreditación) a través de la acción; micro entrenamientos
relevantes para la creación, potenciando la integración de cuerpos, tecnologías y
redes digitales, a través de estrategias metodológicas del arte, la educación y la
comunicación.
El taller propone enfatizar a) la #tareasolidaria como concepto
transversal en todas las intervenciones o prácticas, expandiendo las redes de
colaboración hacia la familia, los afectos, les amigues, pautando instancias
flexibles para la #inclusión. b) la apertura de las actividades ponderando la
autogestión para la carga desactivando tiempos y plazos taxativos de entrega.
▪ Al comienzo les estudiantes sintieron miedo al desafío de conocer
y aprender el manejo de variados recursos digitales y tecnológicos.
El trabajo entre pares, la flexibilidad en la entrega, la producción
creativa, aumentan considerablemente el flujo de producción en
las plataformas propuestas.
▪ Observamos la integración de sujetas y recursos tecnológicos,
ampliando la mirada ; atendiendo y navegando “entre” nudos
metodológicos, produciendo narrativas diversas (click),

148
superando micro desafíos, colaborando roles, estimulando la
participación familiar (#familiaimaginaria)
▪ Relevamos información sensible (cualitativa y cuantitativa) a
través de estrategias convergentes (digitales-analógicas):
formularios google, chat y retroalimentación (click), escucha
pedagógica, producciones audiovisuales (click), radiofónicas,
teatrales, refuerzos didácticos gráficos, pastillas de video (click)
(clase invertida).
LOS DESAFÍOS SURGIDOS.
▪ Emocional: Fue un desafío para los estudiantes ir logrando la
construcción de la confianza, superando el miedo a la apropiación de las
TIC y la traumática “no acreditación”
▪ Pedagógico: Al principio de la experiencia educativa los/as estudiantes
presentaron pequeñas resistencias a construir aprendizajes nuevos,
costando un tiempo la comprensión de los recursos digitales (click) como
herramientas de articulación en el campo educativo.
▪ Cultural: el sentido de pertenencia con las redes y aplicaciones no es
total, sin embargo los estudiantes más jóvenes colaboran con generaciones
mayores para aprender en conjunto sumando narrativas diversas (etarias,
género, polifónicas, transdisciplinares) desdibujando límites entre pares.
▪ Logística: El acceso a dispositivos digitales no es total, al igual que los
niveles de conectividad para la acción, -zonas rurales- y las estrategias de
resolución y producción. El apoyo solidario del colectivo cobra relevancia
en la calidad y cantidad de producciones y retroalimentaciones generadas.
Finalmente fue clave la construcción de escenarios posibles, analizados de forma
compleja y convergente por el equipo de la Escuela de Ciencias Sociales y
Educación de la UNViMe ponderando la escucha pedagógica, la flexibilidad como
soporte del proceso evaluativo, la apertura de portales de retroalimentación, la
evaluación pública -digitalizada- (click) como síntesis del proceso evaluativo -
diagnóstica, sumativa y procesual- en tiempos de emergencia.

149
Conversatorio Siete
Martes 27 de octubre de 2020, por la mañana.

De la lectura de cada texto presentado en el presente conversatorio, podía


obtenerse una frase o una oración que irrumpía por su novedad, por lo inédito de
la experiencia a la que referían: "lo cotidiano se vuelve zoom", "encuentros
sincrónicos" "contagios positivos", "no se puede abrazar una pantalla"...frases
que por su originalidad resonaban poéticas. Nuestro grupo contó con la
participación de docentes de la UNSL y de docentes de los distintos niveles del
sistema educativo provincial.
Las experiencias narradas oscilaban entre un optimismo capaz de sortear las
dificultades desde el interior de un auto en la plaza de un pueblo hasta cierta culpa
por la deserción de lxs estudiantes en clase. Las reflexiones pasaron desde las
emociones puestas en juego en esta forma de estar con lxs otrxs hasta la
responsabilidad del Estado en el derecho a garantizar la educación. Fue un
encuentro enriquecedor donde se agradeció el habilitar las cámaras para vernos
los rostros.
Clotilde De Pauw y Walter Olguin, Coordinadores del Conversatorio

150
Lo cotidiano se vuelve zoom

Autora: Victoria Guilmen


[email protected]
Nivel Primario

Después de una larga y silenciosa pausa, se acordó el día de volver a ver a los
chicos y chicas de primer grado.
Luego de muchas pruebas e intentos, aprendí a generar una reunión virtual y
como quien manda una carta a un amor lejano, llena de emoción puse en el
Classroom lo siguiente: “Victoria Guilmen le está invitando a una reunión de
Zoom programada”.
La palabra zoom retumba en mi cabeza como un gran signo de interrogación, que
se generará con esto ¿un acercamiento o un alejamiento?
Llegó el día... empezaron a llegar admisiones, una detrás de la otra. Eran como
una especie de golpes a la puerta del aula, estaban ahí... querían entrar. Sus
caritas se empezaron a multiplicar en la pantalla... “Seño... Seño...” “Soy yo” “Me
escucha” “No la veo” “Usted me ve” “Hola, soy Pedro” “Seño, tengo un diente
flojo” ... una ola de desesperación me invade, no sé quién me habla... hablan todos
y todas al mismo tiempo... de repente un hilo frío me corre por la espalda y veo
en la esquina de mi pantalla a Paula, tapándose la carita con las manos... ¿Qué te
pasa Paula? ¿Qué te pasa? pero las voces de todos hablando al mismo tiempo me
impiden llegar a vos.
Suena mi celular... llega un mensaje... “Seño, Paula está emocionada”.
Respiro hondo, trago una lágrima y te juro que sin que te dieras cuenta atravesé
la pantalla y te abracé largo y en silencio... como esos primeros días en la escuela,
cuando todavía no estabas muy convencida de estar en primero y en ese abrazo
te dije “Yo también estoy emocionada” ... “Yo también...”

151
Nuevas miradas sobre la gestión en tiempos de pandemia
Autora: Analía Madalena Zaldúa
[email protected]
Nivel Secundario

El 2020 nos sorprendió a todos con el COVID-19 y este contexto, aún


vigente, donde los directivos de las instituciones educativas hemos sido
interpelados en nuestros roles ante la urgencia de dar respuestas inmediatas
de orden didácticas, pedagógicas y social con nuevos formatos organizativos
virtuales.
El directivo debe asumir la responsabilidad primera de dotar de vida al colectivo
institucional y promover que los alumnos sean escuchados, que se valore su
trabajo, que se los incentive, que se entiendan sus dificultades. Es deber del
directivo que lidere y acompañe estas pautas de trabajo, para que los docentes
transmitan conocimiento.
Nos hemos visto obligados a pensar nuevas formas de innovar el liderazgo
que nos permita desplegar un abanico de acciones tendientes a garantizar el
derecho a la educación a todos los estudiantes de nuestro país.
Siempre se pensó en la virtualidad como un plan B, ese plan se convirtió en
el plan A. En una primera instancia, el objetivo inicial fue sostener los
vínculos; pero luego la escuela se puso en marcha con distintas propuestas
para dar continuidad a las clases, las que pasaron a ser de tipo virtual:
utilizando la plataforma Google Classroom, grupos de WhatsApp por curso
con preceptores y profesores, comunicación mediante Zoom, Meet, etc. y a
los que no podían conectarse se establecieron redes para que les llegará ya
sea impreso o de otro modo.
En un modelo pedagógico integrado en la virtualidad, la pedagogía es
participativa, sustentada en una conjunción de teorías cognitivas de
aprendizaje autorregulado que genera procesos de autonomía en los
estudiantes, dentro de diferentes escenarios de enseñanza propias de las
instituciones educativas, abiertas a la participación e integración con la
comunidad y sus problemáticas. De esta manera las relaciones entre
estudiantes y docentes se flexibilizan puesto que el estudiante al asumir

152
conscientemente la responsabilidad de su propia educación establece sus
reglas para regular sus aprendizajes.
Este enfoque posibilita una interacción entre los actores del proceso
educativo más allá de limitaciones de tiempo y espacio, ofreciendo
escenarios para el trabajo colaborativo, cooperativo y la reflexión conjunta
sobre temáticas de interés que involucren la participación activa de
estudiantes, profesores y tutores.
Es por eso que hoy tenemos la posibilidad y el privilegio de mostrar nuestro
potencial profesional. Para esto, el directivo debe inducir el
perfeccionamiento, la innovación y el intercambio entre colegas: muchas
inteligencias juntas son más enriquecedoras.
Actualmente estamos atravesando un cambio cultural importante donde el
liderazgo no es solo del director del establecimiento educativo, sino que es
compartido, lo que implica una re-conceptualización del término. Esta
acción convergente surge cuando se reúnen capacidades, conocimientos,
experiencia práctica y perspectivas de todos los miembros de la institución
educativa logrando así la suma de las individualidades.
Los aciertos y errores del contexto actual nos deben servir para replantear y
repensar nuestro rol, las prácticas docentes y la gestión; éstas nuevas
miradas nos desafían para configurar una escuela mejor….

Construir Clase virtual colectiva


Autora: Gisela Andrea Martínez
[email protected]
Nivel Secundario

El particular micro relato corresponde a una experiencia que hemos decidido


implementar con los docentes del ciclo orientado de un colegio secundario de la
Ciudad de La Punta, específicamente en 5 año.
Luego del receso escolar invernal, el vínculo alumno- docente- escuela no fue el
mismo. Varias son las problemáticas que se presentaron para hacer de este
vínculo una pausa de mucho silencio. Los estudiantes que siempre se han
caracterizado por ser esa turbulenta presencia en la vida de un docente han

153
silenciado sus micrófonos y han apagado sus cámaras. Tareas presentadas con 70
días de atraso, dos alumnos conectados en Meet o Zoom, justificaciones reales o
imaginarias, todas ellas razones para que la soledad del docente encuentre
terreno fértil para pensar nuevas prácticas, nuevas experiencias o para que elija
pensar que ya no puede sostenerse en esta modalidad. A este desierto áulico, se
suman equipos directivos que piden datos estadísticos: cuantos están conectados,
marque la razón por la que no se conecta, la participación es nula, escasa, buena;
entrega sus tareas: siempre, nunca, casi nunca. Es en este contexto pedagógico y
con algunas de estas razones presentes es que comenzamos a dialogar entre los
docentes. A pensar lo que plantea el sistema educativo en recursos materiales
como estrategias de acceso a los contenidos. ¡Hay que darle otro sentido! Se nos
ocurrió pensar entonces en comenzar a trabajar para los dos meses restantes en
“Proyectos estructurales”, proyectos con situaciones problematizadoras. Se
pensaron tres proyectos bajo los siguientes nombres:
- Género y diversidad: con la finalidad de trabajar el 35 aniversario del
encuentro plurinacional de mujeres en San Luis.
- Libertad individual y Libertad social: cuya finalidad es la expresión de lo
que implica estar en aislamiento ¿Por qué y para qué es importante?
Algunas representaciones sociales en torno a la libertad como derecho y
como obligación.
- Cultura de trabajo y trabajo en la cultura: se pensó en este eje ya que
muchos de nuestros estudiantes comenzaron a realizar actividades
laborales informales relacionadas a la producción artesanal de alimentos,
venta de productos, oferta de servicios, etc. Entonces pensamos en los
artistas y en cómo el arte es una de las formas de poder subliminar aquello
que puede hacer síntoma en el ser humano, y cómo el arte es la expresión
de lo que ocurre en un entorno social.
Así fue que, definidos los ejes de nuestros proyectos, les presento las
materias que trabajaran integradas:
- Teatro: modalidad Teatro abierto
- Política
- Psicología

154
- Historia
- Lengua y Literatura
- Matemática
- Lenguajes extranjeros: Ingles.
La propuesta de experiencia consiste en recuperar el vínculo con nuestros
estudiantes, en llamar al acercamiento virtual, en que sientan y vean que estamos
trabajando juntos, porque solos no podemos. Que ellos también comiencen a
construir escuela colectiva virtual. Que puedan expresar a través del arte lo que
les ocurre, pero que puedan conocer desde la propuesta que elijan el contexto
social- político- ideológico. Es decir, acercar algunas situaciones
problematizadoras a la curiosidad de los estudiantes permeados de las diferentes
materias que quieren y puedan trabajar de forma colectiva. Vale destacar que la
propuesta es desde los docentes hacia la gestión institucional, y surge frente al
distanciamiento de estrategias que debieran ser pensadas desde la dirección y con
los docentes. Creemos que puede pensarse que esta propuesta puede ser un
instituyente en una institución invisible, como un motor para poder llegar a fin
de año, en espacios de dialogo y trabajo con- otros, como una forma de abordar
la escuela y que ella esté presente en la inquietud de los estudiantes. ¿Cómo va a
resultar esta experiencia? No lo sé. Aquí lo más importante en poder construir
desde el colectivo para no alienarse.

Enseñar radio en tiempos de pandemia


¿Oportunidades? La inquietud que nos indaga
Autoras: María Alejandra Nadalini; Cecilia Alejandra Racca
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitaria

Cuando se decretó la cuarentena nacional, los docentes de radio comprendimos


que esta crisis realmente sería una oportunidad para recuperar terreno y
reformular la receta tradicional de la enseñanza de los contenidos conceptuales
sobre radio.

155
El contexto de emergencia sanitaria nos condujo a pensar las prácticas educativas
desde otro lugar, un lugar que deberíamos indagar. El camino por transitar
requería resolver nuevos inconvenientes e interrogantes: ¿cómo enseñar los
contenidos curriculares desde la no presencialidad?; en vista de la situación,
¿cómo mantener a nuestros alumnos estimulados para aprender?, ¿cuáles
podrían ser las propuestas más adecuadas, innovadoras y atractivas? ¿cómo
mantener el ritmo de cursada para evitar la deserción?
La incertidumbre frente al cambio, la utilización de nuevas herramientas digitales
y las circunstancias adversas generaron experiencias educativas (áulicas) poco
convencionales en el marco de una carrera creada para la presencialidad.
El proceso de enseñanza/aprendizaje nos llevó a afrontar retos, nuevos roles y
posicionamientos, tanto a docentes, como a estudiantes.
El “saber hacer” radio ya no se limitó a la posibilidad de una producción desde la
cabina. Sin darnos cuenta, asumimos ciertos desafíos que nos enfrentaron a rever
prácticas y estrategias que decantan en un cambio de paradigma en la enseñanza
radiofónica. La experiencia en estas asignaturas se transformó en un crecimiento
vivencial.
Este interjuego colectivo de escuchar más a los estudiantes con sus vicisitudes,
sus problemas de adaptación, sus entornos familiares, se convirtió en uno de los
aprendizajes más apreciables ya que reflejó la necesidad de poner el acento en
cada estudiante como ser humano. Al decir de Freire, el sujeto que enseña
también aprende y el que aprende también enseña.
Como consecuencia, nos detuvimos a pensar en el recorrido que un estudiante
hace por dentro y por fuera del sistema universitario. No solo educa la academia.
Sabemos que existen otros medios circulantes que aportan a la educación y al
sujeto. Como expresa Andretich1 aquí hablamos de trayectorias educativas.
Respecto del concepto de trayectoria, esta noción es introducida por Bourdieu 2
como: “una serie de posiciones sucesivamente ocupadas por un mismo agente, en

1
Andretich, G (2014) Avances del análisis situacional sobre trayectorias escolares en el ciclo básico de la
escuela secundaria en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. Visto en
https://www.ridaa.unicen.edu.ar/xmlui/bitstream/handle/123456789/393/6431.pdf?sequence=1&isAllowe
d=y
2
Visto en: https://www.redalyc.org/jatsRepo/870/87060157002/html/ index.html#:~:text=La%20noci
%C3%B3n%20de%20trayectoria%2C%20de,(Bourdieu%2C%201997%2C%20p.

156
un espacio en sí mismo, en movimiento y sometido a incesantes
transformaciones”.
Por lo tanto, consideramos que las trayectorias son un elemento importante que
orienta las disposiciones de las personas para la acción. No se puede pensar en
un estudiante en un momento específico o un período aislado, debe contemplarse
su contexto, su recorrido y su trayecto.
En estos tiempos de pandemia surgen un sinfín de interrogantes más que
respuestas. El inicio de nuevos desafíos y posibilidades significan también
renunciar a todo aquello que concebimos como convencional y, esta situación,
nos obliga a repensar nuestras prácticas para enseñar y aprender desde la no
presencialidad.
Tomamos las palabras de Jorge Bossetti3, quien hace alusión a los tiempos de
contagios y, en uno de sus párrafos, expresa: “Creo que es momento de decirlo.
En estos días de cuarentenas que dejaron de precisar por cuántos días están
compuestas, hemos de animarnos con contagios estimulantes. Ya demasiado es
la angustia de un posible contagio con el coronavirus, como para que también nos
contagiemos de miedo, desesperanzas, zozobras, y todavía peor, desazón y
nihilismo ante la posibilidad de aspirar a un Mundo Mejor. Si el coronavirus se
contagia con tanta rapidez y facilidad, ¿por qué no promover contagios positivos,
que estimulen compromisos y actitudes proactivas para hacer frente a los
enormes desafíos actuales?”
Sin dudas, estamos ante una oportunidad de transformación ...

Alumnos y familias… Un Hito


Autoras: Rosa Mabel Bustos; Paola del Valle Nievas
[email protected]
[email protected]
Nivel Primario

Queremos compartir la experiencia, que como docente nos impactó gratamente;


por el compromiso demostrado por alumnos y familias; ésta etapa de trabajo fue

3
Bossetti, O. (2020) Visto en: http://sedici.unlp. r/bitstream/handle/10915/98262/ Documento_completo.
pdf-PDFA.pdf?sequence=1&isAllowed=y

157
muy especial, nació a partir de la Semana de la Puntanidad; planificamos sobre
el Hito del Bicentenario para Ciencias Sociales, fuimos encontrando la conexión
con las demás áreas; aquí se trataba de mirar a San Luis desde el punto de vista
de una huella arquitectónica, esta obra era conocida solo por algunos, no importó,
nos abrió el juego para conectarnos con el San Luis actual, con esa construcción
que servirá a todas las generaciones para evocar los 200 años de la Patria. Las
bondades de WhatsApp y la escasa conexión de nuestros alumnos protagonistas,
no fueron un impedimento para este viaje. Fueron dibujantes, albañiles,
constructores, arquitectos, y más. Debieron modelizar el Hito, con los materiales
que pudieran encontrar en casa, pero si juzgamos por la presentación de sus
obras, deberíamos decir que la creatividad, los sueños, el niño, la familia y el
estímulo constante hicieron posible con poco, en el aislamiento, soñar y viajar
que somos todo lo que nos proponemos. Nos basta a los docentes disparar en la
imaginación historias relacionadas con jugar para que los niños y sus familias
pudieran conectar desde la comunicación y la presencia virtual un aprendizaje
casi cotidiano, aprendiendo los unos de los otros.
Nuestros alumnos de la escuela Brigadier Juan Manuel de Rosas fueron, son y
serán un Hito, en la construcción de una memoria personal y colectiva del año
2020.

En la tormenta
Autoras: Carolina Pellegrino Saravia
[email protected]
Nivel Superior Universitario

En el Departamento de Educación y formación Docente, de la Universidad


Nacional de San Luis, asignatura Didáctica y Currículum, del Profesorado en
Psicología, comenzamos a transitar un febrero de 2020 con calma, pero con
expectativas y proyectos que fueron quizá pensados ya desde finales de la cursada
del año anterior. Pero, ahora que volvemos sobre nuestros pensamientos, era la
calma antes de la tormenta. Con esto no queremos dar a entender que todo fue
diferente a lo imaginado, además somos conscientes que la tormenta aún no ha
pasado. Fueron muchos los caminos habilitados para comunicarnos, en este caso

158
la palabra escrita fue la más privilegiada, adquiriendo una nueva dimensión a
partir de la virtualidad. La palabra en los entornos virtuales tiene un sentido
distinto porque es como una foto que podemos volver a ver y que cada vez
adquiere un significado nuevo. La oportunidad de poner en palabras lo que
sentían los estudiantes nos permitió no sólo conocerlos desde otra perspectiva,
sino también compartir con ellos algunas sensaciones. La mayoría de los
estudiantes se encontraban familiarizados con la tecnología, pero pocos conocían
la plataforma educativa Classroom. Muchos manifestaron miedo por la situación
que estaban pasando, otros expresaron impotencia por no poder contactarse con
sus familiares y reflejaron cómo esta situación irrumpía en su estado de ánimo y
rendimiento académico. Entender la virtualidad desde las nuevas formas que
habilita, nos abrió la puerta del alma de muchas expresiones que quizá no
hubiéramos tenido, por los avatares del tiempo y las exigencias de la
presencialidad. Con esto, nos referimos a que algunos caminos fueron cerrados
por la tormenta, pero se abrieron otros, quizá distintos, pero con una carga
emocional que nunca habíamos conocido, y que como todo lo nuevo, genera al
principio incertidumbre, pero cuando cobra significado se convierte en nuestro,
de allí se vuelve inevitable no poder observar la fuerza con la que crece el pasto
luego de una tormenta.

“Una” educación de jóvenes y adultas/os


Autoras: Silvia Peluaga; María Noelia Gómez
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario
“Me preparé mentalmente para cursar un año más,
como el año anterior (presencial) y a las semanas se modificó todo.
Básicamente creo que nos tomó por sorpresa,
todo este acontecimiento histórico mundial,
no estábamos preparados para un acontecimiento de este nivel”
(G.S - Estudiante 2° año Ciencias de la Educación 2020)

Si la experiencia es aquello que “nos pasa”, nos conmueve, nos trastoca, nos
transforma (Larrosa, 2006), el 1° cuatrimestre del 2020 “nos pasó” y dejó huellas.
Aún conmovidas por los tiempos complejos en los que nos está tocando enseñar

159
y aprender, reflexionamos en torno a lo vivido el cuatrimestre pasado, en el que
desarrollamos la asignatura “Educación de Adultos” de modo “no presencial” con
estudiantes de las carreras de Ciencias de la Educación (FCH) y de Enfermería
(FCS). El grupo se configuró - en el entorno virtual - con un total de 36 estudiantes
más nosotras: dos docentes que repensamos y ofrecimos la asignatura, en
relación a experiencias pasadas, con el sabor de “primera vez” quizás más
acentuado. De ahí que “Educación de Adultos” en el año 2020 se volvió “una”
educación de adultas/os diferente, única, particular.
Partimos de re-conocer las condiciones de posibilidad para enseñar y aprender
en tiempos de pandemia. Apostamos a comenzar este camino - único y
excepcional - partiendo del conocimiento vivo que cada quien tiene de la
experiencia educativa (Blanco 2002), notando cómo estábamos, qué nos pasaba,
quiénes éramos en esta particular situacionalidad.
Al reconocer a las/os otros que estaban “del otro lado” de nuestras pantallas y
teléfonos, al abrir espacios para recuperar sus voces a través de foros,
cuestionarios y mails, tuvimos que realizar ajustes, modificaciones y en muchas
ocasiones renunciar a algunas actividades previstas. Además, tuvimos que
considerar nuevas propuestas creativas, desafiantes, motivadoras. Llevamos
adelante un trabajo colaborativo que nos sostuvo como equipo docente en el
pensar, en el hacer, en el sentir. Nosotras también estábamos afectadas por el
contexto y la tarea educativa se entremezcló con las emociones, los vínculos
afectivos, las tareas domésticas diarias. Nos vimos trabajando en una intimidad
que convirtió “escuela” a la “casa” y la “casa” en “oficina”, lo que también puso en
juego una mayor apertura a la dimensión subjetiva y afectiva del vínculo
pedagógico.
La tarea fue entramada, pensada y repensada todo el tiempo a la luz del
seguimiento permanente de las/os estudiantes, a través de un grupo de Facebook
y de correos electrónicos junto a diversas actividades con las que fuimos pudiendo
configurarnos como grupo de aprendizaje. Esto fue recuperado
significativamente por ellas/os, evidenciando los aspectos valiosos que asumió la
asignatura: la paciencia, la escucha, los aprendizajes construidos, los vínculos de
sostén que a algunas/os les permitió continuar el camino de formación y a

160
nosotras encontrar - en medio de la pandemia - algunos aciertos en este sinuoso
camino. A modo de selección, que no agota la reflexión acerca de esta experiencia,
ilustramos lo vivido con las voces de las/os estudiantes, quienes nos señalan - a
futuro - por dónde seguir:
“Valoro el esfuerzo por hacernos sentir cerca y tratar de integrarnos a pesar de
la distancia, es agradable encontrarse con la devolución de las profesoras” (S.F)
“Nos permitieron participar con libertad, la colaboración y las diversas
opiniones. La comprensión por las entregas tardías, la paciencia y flexibilidad
nos fueron de mucha ayuda” (R.Z)
“...a partir de las prácticas de aprendizajes y los foros, se fueron hilando los
contenidos, comprendiéndolos, exponiendo nuestros puntos de vista, tomando
las correcciones de las profes” (D.S)
Nos quedan resonancias de las palabras de un alumno, quien encontró en “esta”
“Educación de Adultos” la posibilidad de pensar en medio de tanta
incertidumbre: “Muchas veces copié y pegué, en esta materia no pude y eso hacía
que tuviera que pensar” (G.E).

Aciertos y desaciertos del enseñar y el aprender en Pandemia en la


Formación de formadores de Educación Inicial
Autoras: Iris del Valle Ressia; María Constanza Valdez
[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

En este tiempo inédito de incertidumbres que marca la pandemia, relatamos la


experiencia docente de la asignatura “Taller: Investigación educativa y Práctica
docente” dictada para el 1º cuatrimestre del 2º año del Profesorado y la
Licenciatura en Educación Inicial de la UNSL. Este espacio tiene como propósito
introducir los conocimientos de la metodología de la investigación de orientación
cualitativa como herramienta para comprender, analizar y describir situaciones
de la práctica docente del Profesor/a de Educación Inicial. Según la normativa
del Plan de Estudios (Ord. CS Nº 011/2009) adopta la modalidad de taller, como
espacio de intercambio y construcción de conocimientos con una impronta
particular que, en este marco, cobró otro rumbo.
161
Nuestra práctica docente inició en la presencialidad en el mes de marzo del año
2020, conocimos gran parte de nuestras estudiantes cuando la situación obligó
reorganizarnos. Habíamos entregado las fichas de inscripciones personales y
brindado nuestros correos electrónicos como medio de comunicación. Las fichas
siempre fueron relevantes para el equipo docente ya que nos permitían conocer
características de nuestras estudiantes (maternidad, trabajadoras, residencia en
San Luis, otras localidades o provincias). Sin embargo, no conocíamos si
contaban con dispositivos tecnológicos con conectividad a internet para hacer
frente a esta crisis y así poder continuar sus estudios de manera virtual.
Impactadas por la situación, nos preguntábamos ¿cómo llevar adelante un Taller,
con el trabajo colectivo que implica, de manera virtual y con la complejidad de
las conexiones virtuales? ¿Cómo sortearemos esa no presencialidad? ¿Cómo
sustituir en las estudiantes la posibilidad de vivenciar el acercamiento presencial
a las instituciones educativas formales? ¿Cómo analizar y describir una práctica
pedagógica de una docente de Jardín de Infantes en este contexto?
Construimos una propuesta con el dinamismo que requiere atender a las
circunstancias y al proceso que vamos transitando; con aciertos y desaciertos,
rescatando los aprendizajes que implica este proceso dialéctico. Creamos nuestra
aula virtual por Classroom con sus participantes, tareas y bibliografía. Al
principio, realizamos contactos de comunicación asincrónicos por correos
electrónicos, pero nos preocupaban aquellas estudiantes que no escribían, lo cual
se convirtió en una
dificultad más que un desacierto. Transcurrido una semana, repensamos la
enseñanza y la comunicación organizando encuentros sincrónicos. Definimos
uno de los dos días del crédito horario semanal del Taller para encontrarnos por
videoconferencia y fue un acierto importante. Desde allí, cada viernes fue un
momento de encuentro y de autoevaluación, de poder vernos y escucharnos,
dialogar acerca de las dificultades y escuchar sugerencias acerca de qué estrategia
les resultaba más útil para apropiarse de los conocimientos. Buscamos priorizar
la enseñanza de los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales de
todas. Aprendimos a compartir conocimientos respecto al uso práctico del
paquete de Google: Classroom, Meet y calendario sincronizado para las consultas

162
por grupos de trabajo en un contexto respetuoso y responsable de trabajo
colectivo.
Generalmente, las estudiantes asistían a las instituciones educativas formales
como una propuesta lineal y transversal de la carrera. Dado el Aislamiento Social
Preventivo Obligatorio (ASPO) del covid-19, utilizamos una clase virtual de una
docente de Jardín de Infantes sabiendo que no era una réplica de lo vivenciado
en las aulas, pero sí pensando en la necesidad de visualizar cómo estaba siendo
la práctica docente hoy.
Finalmente, trabajamos desde lo que sabíamos y no sabíamos hacer en este
proceso de cambio, pretendiendo poner en acción algunas de esas “virtudes del
educador” que Freire (2002) señala como una forma de comportarnos y
comprender que el hacer docencia va lográndose sobre la marcha.

El uso del portafolio digital como instrumento de evaluación del


proceso de enseñanza y aprendizaje en el nivel universitario

Autores/as: Martín Rodriguez Rivera; Romina Osses


[email protected]
[email protected]
Nivel Superior Universitario

La situación de aislamiento social impuesta en la Argentina nos obligó a adecuar


las actividades docentes previstas a la no presencialidad y a definir nuevos
instrumentos/dispositivos y criterios para evaluar. En este sentido, para el curso
de Pastizales Naturales del cuarto año de la carrera de Ingeniería Agronómica
(FICA-UNSL), se dispuso el uso de un Portafolio Digital con el objetivo de
recopilar información de modo sistemático y hacer un seguimiento de los
estudiantes durante el desarrollo de un contenido transversal al curso.
Para ello cada estudiante recopiló digitalmente sus tareas en formato de trabajos
prácticos en documentos de Word y se les pidió que incluyeran imágenes digitales
tomadas con el teléfono celular de las tareas adicionales: cálculos, esquemas y
gráficos. Realizaron presentaciones periódicas de los resultados parciales en
encuentros sincrónicos y un trabajo final que consistió en la resolución de una
163
tarea integradora, grupal, donde los estudiantes debían poner en juego todos los
contenidos y actividades realizadas previamente; además de la presentación y
defensa del mismo ante sus pares en una clase sincrónica. El periodo de trabajo
duró ocho semanas en el primer cuatrimestre.
El equipo docente realizó la evaluación del material haciendo correcciones y
recomendaciones periódicas mediante el uso de la herramienta “Control de
cambios”. Esto permitió registrar los comentarios y observaciones docentes y las
respuestas de los estudiantes.
Los resultados observados en términos de la aplicación y utilidad de esta
herramienta para evaluar los avances y logros de los estudiantes fueron positivos.
El total de los estudiantes logró completar las actividades previstas para la
conformación del portafolio con las tareas de análisis, discusión y correcciones de
las devoluciones realizadas por los docentes. Los estudiantes se mostraron
conformes con el uso de esta técnica, aunque les suponía un trabajo adicional al
menos al inicio de las actividades.
Por otro lado, permitió detectar algunas dificultades en algunos estudiantes: i) no
conocían/no manejaban las herramientas de corrección de Word; ii) no
manifestaron si no hasta la tercera semana de trabajo posturas distintas respecto
de los comentarios/correcciones docentes. Esto último derivó en la inclusión de
discusiones en las clases sincrónicas donde los chicos debían exponer sus
argumentos lo que enriqueció el debate sobre los temas.
Desde el punto de vista de la tarea docente, el uso del portafolio digital permitió
rediseñar la secuencia de actividades y adecuarla a no presencialidad impuesta.
Se repensaron, modificaron y agregaron algunos criterios de evaluación, además
de agregar nuevas de instancias de evaluación: discusiones periódicas y
exposición final de resultados.
En base a nuestra experiencia, el portafolio digital resultó una excelente
herramienta de evaluación tanto del proceso de enseñanza como el de
aprendizaje, atento a que nos permitió la colección de evidencias del progreso de
los estudiantes y con ello la posibilidad de adecuar la tarea docente durante el
periodo de trabajo.

164
Reflexiones sobre igualdad de oportunidades en contexto de
pandemia
Autor: Silvio Hernán Rochereul Collado
[email protected]
Nivel Superior Universitario

A partir del desarrollo del sistema de prácticos de la asignatura Gobierno,


Organización y Gestión Institucional del Prof. y la Lic. en Ciencias de la
Educación, en el contexto de pandemia que estamos atravesando nos permitimos
realizar algunas reflexiones sobre la virtualidad en relación a la acción de generar
igualdad de oportunidades entre el equipo de trabajo docente y los/as
estudiantes.
Nuestro sistema educativo se caracteriza por una amplia cobertura territorial y
de accesibilidad, sin embargo, no podemos decir que se garantiza el derecho a la
educación en plenitud de todas las personas, existen profundas desigualdades
(económicas, políticas, sociales, culturales, etc.) que permiten cuestionarla.
En este marco tan particular que nos toca vivir, hemos encontrado situaciones
que dan cuenta de lo difícil que es lograr la permanencia en el nivel universitario
de nuestras/os estudiantes, con quienes hemos compartido las mismas
dificultades, como son la imposibilidad de contar con accesibilidad a internet, o
la falta de conocimientos para trabajar con plataformas virtuales, no disponer de
los artefactos correctamente preparados, entre otras. Sin embargo, de manera
conjunta hemos intentado por todos los medios posibles llevar adelante este
cuatrimestre que nos ha generado interrogantes de toda índole, vinculados a
nuestra formación como docentes y a la importancia de reconocer las
particularidades de las/os estudiantes que comparten el espacio. En esta misma
línea, la flexibilidad con la que hemos trabajado (ampliación del horario de
consultas, extensión de plazos de presentación de trabajos prácticos, un
acompañamiento más personalizado, reducción en material bibliográfico, etc.),
surgió como una estrategia del equipo docente para afrontar esta nueva situación.
Pese a la observación de algunos resultados positivos, no podemos dejar de

165
reconocer que hemos sido parte de cierta deserción de los/as estudiantes, a
quienes visualizamos en ocasiones desbordados por la situación, en donde
algunas exigencias académicas junto a la precarización en la accesibilidad de la
tecnología (la cual no ha sido una garantía plena para todos), y las situaciones de
la vida cotidiana, (familia, trabajo, otras responsabilidades, etc.), han promovido
el abandono de la asignatura de algunos estudiantes.
Por ello es que nos preguntamos, ¿de qué manera podemos fortalecer este camino
de formación en este contexto?, ¿qué cambios podemos hacer en la forma de
enseñar?, ¿cómo podemos acercarnos a ciertas condiciones de igualdad en
nuestra práctica diaria? Estos y otros interrogantes nos ponen frente a una
realidad educativa que se ve vulnerable ante una crisis sanitaria, pero que sin
embargo debe seguir “andando” y sobre la misma experiencia ir encontrando las
respuestas a las inquietudes que surgen.
Poder reflexionar sobre nuestra situación actual y pensarnos de manera más
crítica puede ser una alternativa que promueva cambios necesarios en este
contexto, para el cual no estamos preparados, pero nos dejará un legado lleno de
aprendizajes. No olvidemos que siempre se ve en la educación una solución a los
problemas, pero pocas veces se ve a la educación como parte del mismo.

166
Narrarse como estudiantes de
primer año en tiempos de
pandemia 4

Equipo Docente: Clotilde De Pauw, Mariana Labella, Valeria Di Pasquale


Pedro Cocco, Elizabeth Muñóz Zanón y Nadya Georgina Lemos
[email protected], [email protected], [email protected],
[email protected], [email protected], [email protected].
Nivel del sistema educativo al que pertenece: Nivel superior universitario

A modo de contextualización de la experiencia


Marzo es un mes singular para quienes somos docentes, para quienes
asumimos el oficio de educar como una apuesta pedagógico- política, como un
horizonte de posibilidades. Marzo es el mes de la vendimia, ese tiempo/
espacio en que el pueblo recoge los frutos de la tierra con la esperanza de
transformarlos en bienvenida a otros sabores, otros colores, otros bienes
culturales que nacieron al amparo de las manos labradoras. Marzo es el mes
del otoño, donde la vida se renueva en otras vidas por nacer. Marzo, es para
nosotrxs, el mes de ir al encuentro y bienvenida de esxs nuevxs, lxs “recién
llegadxs al mundo universitario” que están ahí con sus ansiedades, sus
misterios, sus sospechas, sus asombros, sus enigmas; esperando que, algo de
la vendimia, se ponga a rodar también allí en el encuentro con ellxs. ¡¡¡¡Y
entonces, marzo es el mes en que nos paramos en el umbral de las aulas para
esperarlxs!!!!...

4
Esta experiencia nace en el Taller Los Sujetos de la Educación en sus Prácticas de Aprendizaje, espacio
pedagógico de primer año, primer cuatrimestre, que se dicta para las carreras de Prof. y Lic. en Cs. de la
Educación, el Prof. Universitario en Letras y el Prof. Universitario en Música Popular Latinoamericana.

167
En este marzo aconteció algo inesperado, lo inédito se instaló en nuestras
vidas cotidianas y, la incertidumbre por el presente y lo porvenir, fue ocupando
el lugar de tantos y tantos otros marzos seguros en los que habíamos podido
acompasar lo planificado con lo que, con ciertos vaivenes, iba ocurriendo en el
bullicio diario de las miradas que se encuentran en ese acontecimiento mágico,
azaroso e irremplazable de educar-nos.
Este marzo vino así, desde el subsuelo, diferente. Sin embargo, como equipo
docente y a sabiendas de que muchas cosas habría que cambiar y revisar, no
renunciamos a aquello que, en nuestras convicciones, opera como horizonte
de posibilidades.
Desde el espacio pedagógico de Taller “Los Sujetos de la Educación en sus
prácticas de aprendizaje”, nos proponemos como finalidad Generar un
espacio/tiempo de enseñanza y aprendizaje donde lxs ingresantes a la
Universidad Pública, puedan problematizar las condiciones subjetivas,
históricas, sociales, políticas y educativas en las que se fueron configurando
como sujetos de aprendizaje, apropiarse de teorías explicativas que les
permitan revisar sus matrices de aprendizaje y construir herramientas para
que, paulatinamente, se instituyan como estudiantes universitarixs, desde
una relación de compromiso con los saberes y con la realidad social.
Poner en cuestión las trayectorias sociales y escolares de nuestrxs educandxs,
ofrecerles marcos teóricos para que puedan pensarse a sí mismxs en su estar
siendo sujetxs de aprendizaje - aprendices de esa artesanía de estudiar, para
que puedan retornar buscando y buscándose en sus modos de relación consigo
mismxs, con lxs otrxs, con lxs saberes, con el mundo; implica convidarlxs a
iniciar un viaje pedagógico, una conversación, un diálogo en el que los cuerpos
son imprescindibles, en el que el sabor de las palabras, los gestos, los silencios
se saboreen junto al aire que se respira, como si de eso dependiese la vida
misma, como si el oficio de educadorxs se jugase en esa trinchera que
instituyen las miradas.
Este marzo, nos tuvimos que exiliar en nuestras casas ofreciéndoles escasos,
inciertos (porque el retorno se tornó difícil) elementos identitarios del ser
estudiantes universitarios, de los aprendizajes necesarios para devenir

168
alumnx de esta Universidad Pública. Y es que, así como esxs recién llegadxs
aún no conocían ni el lenguaje, ni las costumbres, ni las reglas de juego de la
Universidad; nosotrxs tampoco conocíamos cómo se enseña desde la
virtualidad. Teníamos entonces, algo en común. En ese proceso
intentamos deconstruirnos como docentes y reconstruirnos desde una lógica
extraña (la virtualidad) para la mayoría de este equipo. Nos sentimos
“extranjerxs”, inmigrantes a una cultura de la que desconocemos casi todas
sus reglas de juego. Nos invadía un sentimiento de extrañeza y, hasta a veces,
de enajenación, porque se nos habían roto todas las referencias: volvemos a
decir, la presencia, el vínculo pedagógico cara a cara, mirada a mirada, las
palabras y los silencios. Sin embargo, algunas palabras como guijarros
arrojados al agua, pudimos poner a rodar… palabras y ello, de ninguna
manera ha sido algo menor, porque fueron palabras robadas a un tiempo que,
aunque nos privó de la posibilidad de los encuentros, no pudo privarnos del
empuje a conversar, a intercambiar, a poner en común algo de aquello que se
pone en juego en el lazo que inaugura un educador, una educadora: ayudar a
construir prismas cognitivos que permitan mirar el mundo como un mundo
de fronteras abiertas, de brazos extendidos, hecho de miserias y de grandezas,
de zonas oscuras y de zonas claras… de patios de una escuela en la que lxs pibes
se reconocen a sí mismxs en el límite del cuerpo de lxs otrxs, de callecitas
cuarteadas y grises de un barrio humilde en donde es posible dibujar una
pizarra, de la ternura de un poema o una canción que se dona sin pedir más
nada a cambio, de un saber que se enseña con la profunda convicción que sin
él las nuevas generaciones se perderían de conocer algo maravilloso de lo que
la humanidad ha construido.
En ese contexto de amorosidad pedagógica que intentamos configurar, les
propusimos como cierre del Taller, que ellxs pudieran “decir su palabra”,
“tomar la palabra” para que pudieran dar cuenta en primera persona, en ese
acto íntimo de escritura, algo del orden de la experiencia de ser sujetos de
aprendizaje a través de la virtualidad. Una invitación sin condiciones, sin
atajos, sin propósitos específicos, una invitación en la que pudieran dejar sus
huellas y las huellas de un tiempo histórico que lxs- nos empujó a hablar,

169
hablar para aliviar, hablar para explicar - nos, hablar para encontrarnos
conversando.
Desde el quicio de un momento tan singular como el presente, convidamos a
lxs posibles lectorxs, a dejarse llevar por las producciones 5 de nuestrxs
estudiantes de primer año, a quienes, con pesar, les tocó iniciar su camino por
la universidad, en condiciones tan complejas y confusas como las que estamos
viviendo. Sin embargo, ellxs se animaron a dibujar, entre los grises del
presente con letras claras y profundas, aquello que lxs fue con- moviendo.
Desde este equipo docente les agradecemos la presencia en la (im) presencia,
la “confianza” que se generó, la generosidad de donarnos sus microrrelatos y
permitirnos que los dejemos volar. Sabemos del tejido de tramas de la que
nuestrxs estudiantes están amalgamados y, sabemos entonces, que no
renunciarán a posicionarse como sujetos de la historia, a hacer posible lo
“inédito viable”, a escribir desde el amor y la ternura en las líneas que les tocará
inventar para que, como un sortilegio, la vida siga y siga andando y
caminando…
Clotilde De Pauw, Mariana Labella, Valeria Di Pasquale Pedro Cocco,
Elizabeth Muñóz Zanón y Nadya Lemos

5
Compartimos aquí sólo aquellos microrrelatos que nuestrxs estudiantes nos autorizaron a publicar.

170
Roxana Janet Farías, Prof. en Ciencias de la Educación.
Volvía de viaje, con todo lo que eso implica. La sensación de ser libre, de
poder conocer los lugares que deseo, las otredades, aquellas otras maneras de ver
el mundo y de actuar en él. Regresaba con las pilas recargadas, dispuesta a
realizar el trayecto pedagógico que tanto añoraba. Volver a las aulas- ahora como
estudiante- me generaba alegría de solo pensarlo. Sin embargo, la pandemia me
lo impidió.
“¿Podré hacer un taller de manera virtual?”, era una de las preguntas que
me hacía; “¡Justo ahora que me decido a hacer el trayecto pedagógico!”, me
lamentaba. No podía ver con claridad cuál sería el fruto de ese proceso de
aprendizaje. Pese a las incertidumbres, comencé a cursar la asignatura.
Hoy, finalizando este primer tramo, puedo decir que la virtualidad fue para
mí una oportunidad. Oportunidad para aprender de otra manera, para apreciar
otras formas de encuentro con el ‘otro’, para dedicarle mayor tiempo a la reflexión
sobre los conceptos teóricos, para valorar cosas simples, como el hecho de que las
profesoras me compartan un cuento, una canción o un poema a través de un
video. Hoy, ya no percibo como oscura y confusa mi experiencia de aprendizaje a
través de la virtualidad, sino todo lo contrario. Quizás, como dijo un sabio
Principito, “para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada” (De Saint-
Exúpery, A., 1943, p. 72).

Agustina Belén Osses. Profesorado Universitario en Letras


Puentes
Me sentía frustrada, los cambios de esta nueva realidad eran cada vez más.
Aprender a aprender virtualmente ya era un hecho y había que adecuarse. No fue
una tarea fácil, cambie el miedo por valentía y poco a poco también mi enojo se
transformó en alegría. Y aunque las palabras ya no estaban en papel, no se
perdían pues en mi mente permanecían.
Este taller me enseñó a darme cuenta del valor que tienen mis miradas,
mis gestos, mi tono de voz al hablar, mi cariño, mi predisposición para ayudar y
mi empatía para que el otro se sienta reconocido, se sienta parte, se sienta
querido. Me mostró las diferentes realidades que existen en el mundo pero

171
también me enseñó a soñar y a pensar en nuevas que sean más justas para todos.
Fueron ustedes, los docentes, los que fueron capaces de ponerle voz a los textos,
los que con sus mensajes me hicieron sentir acompañada, me hicieron sentir
valiosa, me hicieron sentir que no solo soy “un número más”. Es por ello que me
llevo algo mucho más significativo que el contenido, mucho más importante que
el aprobado, me llevo la alegría de haber descubierto nuevos puentes virtuales de
amor.

Sofía Reynoso. Licenciatura y Profesorado en Ciencias de la


Educación
"Dualidad"
Fácil de contar, difícil de vivir.
Aprendiendo entre lo virtual y lo real; entre la tristeza por la lejanía y la
felicidad de esa cercanía simulada a través de una pantalla. Entre la ilusión y la
desesperanza; entre incertidumbres y certezas.
Enfrentarme a una situación colectiva, pero sintiéndola como puramente
individual; descubriendo nuevas mañas, dificultades, capacidades, defectos y
virtudes a la hora de estudiar (y de vivir en general), que de nuevas no tienen
nada, simplemente hoy eligen pisar más fuerte y hacerse notar.
Darme cuenta que el colectivo no funciona sin lo individual, ni lo
individual sin lo colectivo. Finalmente, ser cada día más consciente de la dualidad
constante de la vida, que por momentos resulta intolerable, pero que es lo que la
hace tan interesante, la que nos incita a valorar más cada momento; transitar un
espacio de aprendizaje desde otra mirada, desde otro lugar, adquiriendo nuevos
hábitos y dejando algunos de lado, ha sido un proceso duro, pero altamente
enriquecedor.

Claudia A. Jofré
Un Cuatrimestre en Cuarentena
¡El comienzo fue motivador, volver a transitar la facultad! Paso firme,
cuaderno en mano, ilusiones por mil. De salida busco el Dossier. Primera

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consigna: entrevista y foto, subirla, ¡listo! Y entonces…pandemia, clase virtual,
Classroom, incertidumbre, angustia, temor.
Y de nuevo otro comienzo, una nueva normalidad, inaugurando clases
desde la cama y con celular. Pero se pudo y hasta un práctico virtual con
compañeros en videollamada. ¡Bendito Internet!

Horacio A. Catalá: Licenciatura en Ciencias de la Educación


Época de pandemia… ¿reflexionamos?
¿Cómo olvidar este tiempo? Perdón, dije destiempo o contratiempo? Creo
que en este contexto es más o menos lo mismo. Tres décadas atrás cursamos,
vivimos, disfrutamos una universidad tan distinta a la de hoy. Una universidad
comprometida, militante, crítica, solidaria donde aquellos personajes
emblemáticos, oradores incansables, decían presente cada vez que el “comedor”
lo requería, a esta universidad despoblada, fría, sin “nosotros” y sin otros. Otros
a quien hablar, otros a quien preguntar, otros con quien compartir y también
consultar. Este es el tiempo presente, esta es la realidad que nos subyace.
Marcada por la distancia, por las limitaciones, por la impotencia de no poder
ayudar a un compañero cuando lo necesita. Realidad que nos deja visiones tan
increíbles como que en otras partes del mundo dejan morir a gente por la
imposibilidad de asistirlos o actos irresponsables de los ciudadanos, nosotros
mismos, que generan indignación y muchas veces desencadenan la expansión de
este virus que azota nuestro planeta. Es en este contexto que transcurre nuestro
aprendizaje y nuestro paso, para muchos el primero, por la vida universitaria.
Comenzamos este devenir con tantas incertidumbres, con tantas dudas, con tanta
curiosidad, pero también con tantas ganas, con enormes expectativas, con
inclaudicables deseos de sobrepasar estos meses que ni las deficiencias de la
comunicación virtual, ni el impedimento de vernos las caras, ni la “impensada”
posibilidad de “no” conocer a los profes harán que nuestros sueños de cursar, de
asistir a las aulas, de convivir, compartir y eventualmente algún día poder vernos
egresados sean una realidad palpable.

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Ana Toledo. Profesorado Universitario en Letras
VIRTUALANDIA, O NO SE PUEDE ABRAZAR A UNA PANTALLA
Nunca me agradó lo virtual porque no me permite mirar de verdad. En el
aula el audio nunca va a funcionar mal. Si me equivoco, sólo el tiempo en que me
respondan el mail lo dirá. Puedo pausar y rebobinar, pero en el aula no hay teclas
que presionar, así que me tengo que esforzar. Y si me pierdo, lxs profes me van a
volver a buscar.

Villegas, María Emilia. Lic. y Prof. en Ciencias de la Educación


Descubriendo el Camino
Asaz de emociones y sentimientos ante la lectura de textos académicos y
producción de trabajos prácticos, interpretaciones que me llevan al pensamiento
analítico de tratar de observar ideas de autores que nos muestran la realidad del
mundo.

Sosa Escudero Mariana Carolina. Profesorado de Ciencias de la


Educación
Pandemia time
Los patios vacíos, los pasillos también, la biblioteca llena de fantasmas, las
aulas pulcras, los pizarrones colgados. Todo el edificio está mudo.
La gente “en casa”.
Classroom: palabra importada.
Los profesores manifiestan incertidumbre, dolores en los brazos, padecen
cansancio visual, estrés emocional, otros se viralizaron por sus aptitudes de
actores.
Los estudiantes creen que son vacaciones sobre todo los más chiquitos,
aunque con el pasar de los días ya saben que anda un virus redondito con púas y
sopapitas en las puntas, es grasoso y hay que lavarse las manos a cada rato.
Los jovencitos duermen y se lo pasan con su telefonito, YouTuber
favoritos, grupitos y algo de clasrroom, (si en suerte en casa hay conexión).
Padres y madres en las redes, comentan si hacer tareas o no, y que la casa
no es una escuela y cosas así.

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Los días pasan, las noticias nos delinean la vida, y algunas veces dan
esperanzas, como esas fotos de la NASA acerca de la regeneración biosferica y los
cielos más limpios.
París, Tokio, Katmandú y las Sierras de San Luis, todo más nítido: ¡qué
alegría!!, ¿No??
Llega la voz de nuestra profesora, llega con todo su afán, descargo teoría,
poesía, y autores. Me duermo oyéndola entonces sueño que estoy sentada en el
aula poblada de rostros, voces, colores y ese calorcito humano que lo llena todo,
esos mates que van y vienen, esas ganas de participar, esa mezcla de perfumes y
de peinados que es el revoltijo de gente en una clase de la universidad…
Al despertar me acuerdo que al mundo le duele la libertad.

Pons Guillermo. Prof. Universitario en Música Popular


Latinoamericana
Ganaron las utopías
Muchos de nosotros comenzamos el año cargado de ilusiones, con algunos
planes debajo del brazo y con la necesidad de cambiar nuestras realidades.
A mediados de marzo la cosa cambió. Los que era habitual paso a ser un
deseo.
Me veo en el futuro, veintipico años hacia adelante, pensando que en el
año 20 quisieron crear un mundo distópico, por acción u omisión.
En el hipotético caso de que alguien me pregunte sobre que recuerdo de
esos momentos, seguramente le responda:
El mundo era muy injusto, nadie sabe la verdad sobre aquella pandemia y
ese virus, si fue un animalito, si fue un laboratorio, pero lo real es que lo vencimos,
con amor y con paciencia. Aprendimos lo importante que es estar acompañados
y de demostrar el cariño, nos quisieron prohibir los abrazos, ¡no pudieron!
Aprendimos a valorar lo poco o mucho que teníamos y a solidarizarnos con
aquellos que tenían casi nada y a entender sin juzgar las realidades de los otros.
Algunas cosas no volvieron a ser iguales por mucho tiempo.
Pero con lo que no pudo esa pandemia fue con el deseo de vivir en un
mundo más justo.

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Kevin Dario Yurchag. Lic. y Prof. en Ciencias de la Educación.
Adaptación...
Al principio de esta nueva experiencia tenía muchas dudas si iba a poder
adaptarme a este cambio inesperado, me preguntaba si de verdad lograría
aprender de esta manera virtual. Hoy no tengo dudas de eso, ahora espero con
ansias poder volver a encontrarnos presencialmente y así poder seguir
aprendiendo.

Silvina Ochandorena. Estudiante vocacional


Los miedos a los ojos.
Entre lo nuevo y lo viejo, lo que aprendo y lo que sé, se va deslizando la
vida. La virtualidad me permitió estudiar estas materias. No sé si hubiera podido
hacerlo en épocas normales. Enfrentar los miedos y verlos a los ojos ha sido, para
mí, la clave en estos meses para seguir aprendiendo y viviendo.

Arguello Leandro Javier. Profesorado de Música Popular


Latinoamericana.
La tecnología, el internet, las clases virtuales, han hecho que nosotros
podamos seguir estudiando y poder seguir con la carrera que nos gusta a pesar de
la pandemia que vivimos hoy en día, yo he aprendido muchas cosas importantes,
aprendí a valorar las cosas que tengo, a estar en una carrera y tener la posibilidad
de poder seguirla, de reflexionar sobre cómo nos hemos constituido como sujetos
a lo largo de mi vida, y muchas otras cosas más que nos ofrece esta materia, pero
principalmente estoy agradecido con la tecnología, ya que si no hubiese existido,
con esta situación que estamo viviendo actualmente, no hubiéramos podido
continuar con nuestros estudios universitarios.

Mariana Otero. Estudiante vocacional


Estaba perdida, quería encontrarme, subí a mi barco y navegué aguas
desconocidas, pensé que iba a ver compañeros, pero no vi nada, una tormenta
frustró nuestro encuentro. Seguí navegando muchas veces con tormenta y otras

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con calma. Y en mi viaje descubrí horizontes que no sabía que me esperaban, mi
mente voló; también se frustró, pero entendió que iba por el mar indicado,
navegando nuevos horizontes.

Marisa Phol. Estudiante vocacional


Angustia, frustración y aprendizaje; así casi en ese orden. Comencé a
cursar como alumna vocacional, por una necesidad de trabajo, a mis 50 años, me
costó mucho retomar los estudios, sumando a esto lo virtual.
Fue trabajar como docente y estudiar de manera virtual, angustiante,
difícil...y frustrante por no poder dedicarle el tiempo que merece la materia.
Siendo lo más responsable posible. Espero tener la oportunidad de rendir
presencial, es mi compromiso

Marcela Lorena Villegas. Estudiante vocacional


Sobreviviente de la generación X
Nacida en 1979. Películas en versión Beta y VHS. Grabar el cassette y girar
la cinta con la birome. 22 años y mi primer celular "el ladrillo". Cuando llegó
internet creíamos que "internet sería un mundo libre". Las redes sociales era salir
a la calle y gritar para ver en qué andaban y que salieran todos a jugar. Me quería
matar cuando se me velaba un rollo de la máquina de fotos. Libertad, fracaso,
éxito y responsabilidad y pudimos crecer... HOY PANDEMIA, VIRTUALIDAD,
CERO CONTACTO… Pareciera que uno puede adaptarse a lo impensado,
reiniciarse y volver a empezar... hoy SOBREVIVIENTE DE LA GENERACIÓN X.

Cristina Montilla. Estudiante vocacional


El invisible
En las noticias dijeron una vez más que en lejanos países una enfermedad
azotaba con un látigo invisible a poblaciones y nos afligimos por ellos, anhelando
que encuentren la cura, al mal desconocido, con los avances de la ciencia, y los
difundidos negociados por vacunas. Pero a los pocos días arribó como nuestro
huésped, para quedarse, trayendo desesperación, desconcierto, impotencia, un
manto de hielo bajo el sol de marzo, sobre la gente haciendo fila para abastecerse,

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abandono a las caricias en las miradas de nuestros docentes, el recuerdo de los
juegos de los niños en las plazoletas hecha canción, la añoranza del abrazo a la
amiga que extrañaba, la imposibilidad de no querer ser con quien se experimente
la prevención adecuada mediadas por multas, el dolor de no poder despedir a
nuestros muertos, todo mientras acompañamos a los Dragones a redescubrir
nuestro patio. ¿El aislamiento es un déjá vu?

Matías Gutiérrez. Profesorado Universitario en Música Popular


Latinoamericana
"Era el comienzo de una nueva aventura cuando de pronto todo cambió
rotundamente, por momentos se sentía parte de una novela de ciencia ficción
donde hacíamos todo por medio de máquinas, de tecnología. Fueron
desapareciendo los buenos momentos, y todo se redujo a una pantalla, a simples
caracteres. Sin embargo, resaltando algo positivo de todo esto: La suerte de estar
en un lugar privilegiado del mundo, un ojo de huracán donde al menos hemos
podido retomar el contacto humano con algunos familiares y amigos, mientras
gran parte del mundo por ahora, sigue atrapado."

María Clara Palma. Profesorado Universitario en Música


Popular Latinoamericana
Del Caos al Cosmos
En un principio: expectativas, emoción, intriga, ¿pertenencia?, ¿amor?
Luego de un evento inevitable: Soledad, encierro, autoconocimiento,
introspección, ansiedad, miedo, confusión. Aceptación. ¿Entendimiento?,
¿posibilidad?, ¿oportunidad?, ¿libertad? Al final: comprensión, apertura,
reflexión, conclusión.
A veces un evento puede movilizarnos en nuestros modos de entender el
mundo. Llega como algo que rompe estructuras y nos deja en un caos abismal,
luego, cada elemento se acomoda generando un nuevo cosmos, un orden, un
sentido.

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Graciela Susana Kitt. Profesorado en Ciencias de la Educación
ESPERANZA Durante este tiempo de cuarentena me encontré con muchas
dificultades y obstáculos por superar. Al igual que mis compañeras/os y tantos
otros estudiantes, me tuve que adaptar a la tecnología; clases virtuales; entrega a
tiempo de trabajos prácticos y diferentes actividades que se superponen con mi
vida diaria.
En mi caso esta situación no influyó con mi trabajo, por lo que además de
trabajar y ocuparme de mis responsabilidades como madre no debía fallar con
mis estudios, pero al no contar con los dispositivos adecuados me generaron una
doble dificultad, de todas formas, me esforcé cada día por cumplir.
Tengo la ESPERANZA de reencontrarme con mis compañeras/os, de
poder dar abrazos, de volver a los momentos compartidos, charlas, risas y mates
como antes de esta cuarentena. Volver a encontrarnos en mi "lugarcito" donde
estudiábamos en la cocina del segundo piso ....
Considero que mi vida cambió el día que ingresé a la Universidad, donde
conocí excelentes profesores y compañeras/os que me ayudaron en el largo
camino de estudio.
Hoy más recuperados de esta pandemia y con un porvenir un poco más
tranquilo, puedo decir que este tiempo de aislamiento dejó "huellas" imborrables
en todos y nos hizo aprender a valorar lo que teníamos.

Gonzalo Lambert. Profesorado Universitario en Letras


El fin del mundo es un día soleado. Lo observo sentado sobre el pasto,
hasta que se hace de noche y se encienden los satélites. ¿Serà el fin?,-me
pregunto-sí, lo es- me respondo y entro a mi casa a mirar el celular lleno de
mensajes y clases que se amontonan, pero en mi casa hay espacio aún, porque
estoy solo ya que nadie puede venir, ni yo puedo salir a pasear. Duele porque no
es mi voluntad. Sin embargo, no extraño los viejos problemas, extraño a mis
viejos. Pero luego pienso, hace mucho que todo está muy quieto. Vuelvo al celular,
lapicera, cuaderno, silencio...hay que avanzar... ¿serà este el fin? No, no es.

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Itatí Fernandez. Profesorado en Ciencias de la Educación.
El viento.
Pasamos por una etapa donde todos compartiendo la virtualidad a nivel
mundial, en una época, en un suspiro, en un momento sin más y sin darnos
cuenta los días pasaron, las semanas, los meses y pensando a más; los años
también allá van, no esperan, no avisan y sin prisa ahí está, en el latido del
presente. Dialogue con autores y descubrir entre líneas las palabras creadoras de
caminos, puentes, ríos desembocando en la inmensidad del mar; un universo
fatal. Una tarde de esas donde al aire libre leía el Dossier se levantó un viento tan
fuerte que hizo volar las hojas, arrancó algunas, otras al filo del gancho y entre
ellas apareció Galeano regalándome un pedacito de su poema "el libro de los
abrazos" sentí magia, sentí el aula, sentí los docentes, sentí a los compañeros,
sentí al los otros. Por culpa del viento descubrí que el único "límite" que todos
debemos conocer es aquel que no existe más en lo que nos hicieron creer, existe
el ilimitado horizonte, el cielo en los días y las noches donde las estrellas son
testigos de la infinidad... la vida no es más que una brisa, una sonrisa, una mirada,
una oportunidad a ser aprovechada y que en conjunto somos más fuertes para
que cuidemos y dejemos un mundo mejor. A principio de los años el misterio se
encontraba allá lejos en el horizonte ¿qué es eso que veo?, ¿qué es eso que siento
cuando los ojos ven y miran? hasta que un día cualquiera al despertar resultó que
como dice Julio Cortázar "con los horizontes hay que hacer algo más que mirarlos
desde lejos: hay que caminar hacia ellos y conquistarlos".

Ojeda Barrionuevo, Marina Ayelén. Estudiante Vocacional


Resiliencia: Palabra protagonista de mi cuatrimestre. A pesar de las
adversidades que me trajo esta pandemia, con el tema de la virtualidad, siento
mucha alegría de estar atravesando el final de esta parte del año, por todo el
esfuerzo que hice para llegar hasta aquí, dejando en el recuerdo la frustración que
a veces sentí. Hoy puedo valorar mucho más el acompañamiento presencial de
mis profesores y la presencia diaria de mis compañeros, que en estos meses no
pude tener.

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Marcela Guevara. Profesorado Universitario en Letras
Después:
La primera semana de marzo transcurría con mucha felicidad, había
vencido el primer miedo de ser estudiante en la universidad. Sus pasillos, sus
jardines, sus aulas, sus profes, mis compañero/as todo era agradable, no era tan
temible como mi mente lo había recordado hace 20 años atrás. Se escuchaba y se
hablaba en los cambios de cursos, sobre un virus, pero lo sentía lejano (en china),
hasta que llego y me obligo a quedarme en casa con cuidados extremos, no
entrando en pánico, informando a mis afectos de la importancia de cuidarse y a
su vez tratar de mantener la calma, mientras me iba alejando de todo lo que había
organizado para cumplir con mis objetivos. Pasaban los días y mi mente me
boicotea si era necesario continuar o no en la universidad. Me aferre a las lecturas
que proponían los docentes, "El Grito manso" me hizo ver una realidad no muy
lejana, las novelas literarias me fueron atrapando, los autores nuevos me
mostraron otro mundo, tendiendo su mano a modo de salvavidas de la situación
que se vivía... Y vi las películas en compañía de mis hijos, les leía los cuentos y/o
poesías, se apagó la noticia, la información del miedo, y se encendió el disfrute de
cada momento. Varias veces me cuestionaba, si estaba bien o no lo que resolvía,
pero se continuaba hacia la incertidumbre del tiempo y a la espera de las
notificaciones del Classroom. Cada devolución fue un aprendizaje. No me era
fácil, apropiarse de los textos, el aprender sola frente a la computadora, el wifi
lento, los audios con las voces de los profesores con palabras claras y canciones
fueron un mimo a tanto esfuerzo. Me han marcado frases puntuales " Los límites
de mi lenguaje son los límites de mi mundo" " De toda crisis surge un aprendizaje"
" El contexto se vuelve texto". Me he nutrido con cada lectura y cada palabra, con
cada clase. Muchas Gracias a los docentes por no abandonarnos. Espero el
ansiado después, para poder escucharnos, vernos, y reírnos con la mirada.

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