Contrato de Apertura de Crédito

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Apertura de crédito

CONCEPTO

El contrato de apertura de crédito es un contrato por el cual una entidad crediticia, de ordinario un
Banco, se obliga a tener a disposición de una persona sumas de dinero dentro del límite pactado y
por un tiempo fijo o indeterminado.

Téngase en cuenta que, en el Derecho español, la apertura de crédito aparece mencionado en


determinadas normas legales, a entidades de crédito y proveedores de servicios de pago, sobre
transparencia de los servicios bancarios y responsabilidad en la concesión de préstamos.

La apertura de crédito se caracteriza por el hecho de que el banco se compromete a dar dinero al
acreditado o asumir una obligación de poner determinada cantidad de dinero a disposición del
mismo acreditado, y este se compromete a restituir la cantidad que el acreditante le entregó
directa e inmediatamente, al cumplir la obligación.

Estamos por tanto, dice Apeste guía Loperena, ante un contrato por el cual un Banco compromete
una posibilidad crediticia a su cliente contratante, compromiso que le lleva a proporcionarle
fondos, de las muy diversas formas que se puede ello efectuar, hasta una cierta cuantía o límite,
percibiendo por tal facilidad crediticia una comisión (de disponibilidad), así como unos intereses
que se girarán de acuerdo con las condiciones pactadas, por todos y cada uno de los días en que el
acreditado adeude suma de dinero y en función de las cantidades dispuestas en cada momento.

Como dice Auto 19 de enero de 1999, de la Audiencia Provincial de Madrid "El contrato de
apertura de crédito en cuenta corriente, es aquél en virtud del cual una de las partes (banquero en
general) se obliga por tiempo fijo y cantidad máxima, a poner a disposición de la otra una suma de
dinero, de la cual ésta podrá disponer de una vez o en fracciones, ya directamente, ya mediante
operaciones que permitan obtenerlo, con facultad de reembolso a voluntad durante el tiempo
prefijado, y de volver a disponer de él nuevamente, y así sucesivamente, procediéndose, una vez
transcurrido dicho plazo, a la liquidación de la cuenta, al objeto de determinar el saldo definitivo a
restituir, si lo hay.".

La doctrina viene destacando su importancia económica en el sistema comercial actual por razón
de la facilidad crediticia que implica este contrato que permite la disposición, total o parcial, de
dinero.

CLASES DE APERTURA DE CRÉDITO. DISTINCIÓN DE LA APERTURA DE CRÉDITO EN CUENTA


CORRIENTE, CONTRATO DE CUENTA CORRIENTE Y APERTURA DE CRÉDITO SIMPLE

Para tener un concepto preciso de lo que es la apertura de crédito en cuenta corriente, conviene
distinguirla del contrato de cuenta corriente y de la apertura de crédito simple que constituye otra
modalidad específica de la apertura de crédito.

El contrato de cuenta corriente, es un pacto por el que dos partes estipulan que los créditos que
puedan nacer de sus relaciones de negocios perderán, al entrar en la cuenta, su individualidad
propia, para convertirse en simples partidas del Debe o el Haber, de tal modo que el saldo en que
se fundan sea el único exigible en la época convenida.
El contrato de apertura de crédito simple es el mismo contrato de apertura de crédito en cuenta
corriente, pero desprovisto de la facultad de efectuar reembolsos parciales, lo que impide su
contabilización en forma de cuenta corriente.

Así pues, el contrato de apertura de crédito en cuenta corriente constituye una figura intermedia
entre el contrato de cuenta corriente y el de apertura de crédito simple.

DIFERENCIAS CON EL CONTRATO DE PRÉSTAMO

El contrato de préstamo o mutuo con o sin intereses es un contrato real, en cuanto a que sus
efectos propios no surgen hasta que se realiza la entrega de la cosa por una de las partes a la otra
y tal entrega implica un elemento esencial que solo se da en algún grupo de contratos. Además, es
un contrato unilateral en cuanto sólo produce obligaciones para una de las partes, el mutuario o
prestatario". Este contrato se diferencia sustancialmente del contrato de apertura de crédito en
cuenta corriente; la sentencia del Tribunal Supremo de 11 de junio de 1999 recoge la de 27 de
junio de 1989 que, con cita, a su vez, de la de 12 de junio de 1976 dice que "el contrato de
apertura de crédito en cuenta corriente aunque aludido en el número 7º del artículo 175 del
Código de Comercio, no adquirió carta de naturaleza en nuestro Ordenamiento positivo, hasta que
lo introdujeron en él las sentencias de esta Sala que se citan en la de 1 de marzo de 1969 y las
Resoluciones de la Dirección General de los Registros de 28 de febrero de 1933 y 16 de junio de
1936, y que se define por la doctrina como "contrato por el cual el banco se obliga dentro del
límite pactado y mediante una comisión que percibe del cliente, a poner a disposición de éste, y a
medida de sus requerimientos, sumas de dinero o a realizar otras prestaciones que le permitan
obtenerlo al cliente".

NATURALEZA JURÍDICA

Para Apeste guía Loperena el contrato de apertura de crédito es un es un contrato consensual,


bilateral, principal y atípico, que de ordinario se otorga en póliza de crédito o en escritura pública
intervenidas por fedatario público a los efectos de disponer la entidad otorgante de un título de
ejecución. Dice la Sentencia del Tribunal Supremo de 25 de octubre de 2005 que "es el
instrumento jurídico de financiación de la actividad empresarial que se conoce como contrato de
apertura de crédito en cuenta corriente, ya que la concedente, obligada a tener a disposición del
acreditado sumas de dinero dentro de los límites convenidos, sólo será efectiva titular de un
derecho a exigir la devolución si la otra parte del contrato hubiera hecho uso del crédito con
disposiciones de dinero.".
CONTENIDO DEL CONTRATO

Si el contrato de apertura de crédito es un negocio jurídico bilateral por el cual el comerciante se


obliga a tener a disposición de la contraparte una determinada cantidad de dinero, en efectivo o
en efectos mercantiles, haciéndose constar en la cuenta corriente del beneficiario la cantidad por
la que se concede el crédito, y las cantidades de las que va disponiendo el beneficiario,
estableciéndose un servicio de caja del que, en un momento determinado, podrá surgir un saldo
exigible, resulta evidente que esta disposición de fondos se concreta en una serie de obligaciones
contraídas por la entidad bancaria, que pueden consistir en:

1. La entrega de efectivo.

2. El pago de cheques girados por el acreditado.

3. El descuento de letras, etc. (Sentencias del Tribunal Supremo de 12 de junio de 1976, 27 de


junio de 1989 o 11 de junio de 1999).

Llegado el momento del cierre de la cuenta, si no hubiese sido reintegrado el importe dispuesto en
la condiciones establecidas, se suscita el problema de la demostración de la existencia de un saldo
deudor y de su importe, que normalmente vendrá reflejado en el extracto o relación de
movimientos habidos, expresivos de la operativa de la cuenta corriente de crédito, tanto en
cuanto a la disposición del efectivo aportado por la entidad financiera o crediticia, como de los
ingresos o reposiciones realizadas por el acreditado.

Por tanto, a partir del otorgamiento de la póliza correspondiente, el banco debe cumplimentar las
órdenes que el acreditado realice dentro del espacio de tiempo convenido y hasta el límite total de
disposición pactado.

En concreto, resume Juan y Matéu, las obligaciones del Banco en el contrato que nos ocupa y que
son las siguientes:

"a) En primer lugar, el banco debe conceder crédito únicamente en la modalidad pactada. En este
sentido, la concesión de crédito puede consistir en prestar sumas de dinero al acreditado
(apertura de crédito mediante préstamo) o en descontar los créditos que éste ostente frente a
terceros (apertura de crédito mediante descuento). En ambos casos, se trata de aperturas de
crédito de efectivo, pues la obligación del banco se concreta en última instancia en el pago al
acreditado de ciertas sumas de dinero. Pero entre las modalidades de apertura de crédito figuran
también las llamadas aperturas de crédito de firma, en las que el banco se compromete a contraer
una serie de obligaciones frente a terceros con el fin de reforzar el "crédito" o confianza que
merece su cliente en el tráfico. Éste es el caso de la apertura de crédito de aceptaciones, por cuya
virtud la entidad acreditante se obliga a aceptar las letras de cambio giradas a su cargo por el
acreditado.

b) En segundo lugar, el banco debe conceder crédito solamente durante un período de tiempo. La
duración exacta de este período puede fijarse ya en el momento de celebración del contrato
(apertura de crédito por tiempo determinado). Sin embargo, cabe también que las partes
concluyan una apertura de crédito por tiempo indefinido, en cuyo caso la relación se prolongará
hasta que acreditante o acreditado extingan el contrato, bien por mutuo disenso, bien
unilateralmente por medio de un desistimiento ad nutum o, en su caso, de una denuncia por algún
motivo justificado.

c) Por último, el banco está obligado a conceder crédito a requerimiento del acreditado sólo hasta
que sus disposiciones alcancen una determinada cifra máxima disponible. Si la apertura de crédito
es simple, el máximo disponible indica verdaderamente el total de crédito que, sumando las
distintas disposiciones, puede llegar a conceder el banco en ejecución del contrato. Ahora bien, si
la apertura de crédito es revolvente, el montante disponible se reconstituye a medida que el
cliente devuelve todo o parte de las sumas prestadas o se pagan los créditos descontados, de
manera que al finalizar el contrato será perfectamente posible que, sumando el conjunto de
disposiciones efectuadas, el banco haya concedido más crédito de lo que indica el máximo
disponible. Por otro lado, este máximo puede ser único para toda la ejecución del contrato, o bien
puede ocurrir que el período de duración de la apertura de crédito se divida en varios subperíodos
y se fije para cada uno de ellos su propio máximo, que normalmente será inferior al del
subperíodo precedente."

En cuanto a las obligaciones de acreditado, son tres, a saber,

- debe abonar al Banco las comisiones pactadas

- debe reintegrar la suma dispuesta en los plazos pactados y

- debe satisfacer los intereses por las cantidades dispuestas hasta el reembolso final.

Recuerda Apeste guía Loperena que de entre los diversos sistemas de cálculo de intereses, el
normalmente utilizado es el método hamburgués "que consiste en que cada una de las
operaciones o asientos, además de la fecha de anotación contable, tienen o pueden tener una
fecha de "valor" (este concepto meticulosamente regulado por el Banco de España, se diferencia
del anterior en que aquél representa la fecha de la contabilización y éste la fecha teórica en que
tal apunte debería haberse contabilizado, resultando ser este último, el transcendental a la hora
del cálculo de intereses). Asentada cada partida, ordenada su sucesión por fechas "valor", en
función del período liquidatorio pactado (trimestral como más habitual, semestral...), posibilitará
un saldo, el cual y a los efectos del cálculo de intereses habrá que relacionarlo con los días en que
permanece inalterado según una regla financiera cuya descripción corresponde a un ámbito
distinto al que aquí nos ocupa.

EXTINCIÓN DEL CONTRATO

Recuerda Broseta Pons que el contrato de apertura de crédito se extingue por las causas comunes
a todo contrato bilateral como son el transcurso del plazo convenido, la muerte de acreditado -es
un contrato intuitu personae o de confianza- por incumplimiento, etc. Téngase en cuenta no
obstante (Juan y Matéu) que, en la práctica, las pólizas de apertura de crédito suelen incorporar
una cláusula de prórroga tácita por cuya virtud el contrato se prorroga automáticamente al
cumplirse el plazo pactado si ninguna de las partes manifiesta en tiempo oportuno una voluntad
contraria a dicha prórroga.
Especial interés cobra, sin embargo, la posibilidad de desistimiento unilateral que en ocasiones se
reservan los Bancos, facultad que recuerda Broseta Pons, debe entenderse implícita en los
contratos de duración indefinida respecto de ambas partes, siendo solo admisible en el resto de
contratos cuando concurre justa causa. Señala Juan y Matéu que son por ejemplo "justas causas
de denuncia por la entidad acreditante el incumplimiento por el acreditado de su obligación de
pagar las comisiones o intereses debidos, o de restituir las cantidades dispuestas en las fechas
fijadas, así como la utilización de las cantidades dispuestas para una finalidad distinta de la
pactada. También es motivo suficiente para la extinción unilateral por la entidad acreditante un
empeoramiento de la situación patrimonial del acreditado sobrevenido a la celebración del
contrato y que le impida seguir cumpliendo las obligaciones que se derivan del mismo. Otro tanto
ocurre con el incumplimiento de la obligación de prestar las garantías pactadas, o con la
devaluación o desaparición de las garantías ya prestadas, siempre que el cliente no las sustituyera
o reconstituyera. Desde el punto de vista del cliente acreditado, hay un motivo de denuncia por
ejemplo cuando el banco se niega injustificadamente a atender las órdenes de disposición de la
línea de crédito".

En cuanto a los efectos de la extinción. Procederá la reintegración a la entidad financiera de las


cantidades que hasta ese momento se hubieran dispuesto por el acreditado o cliente del Banco,
junto con los intereses pactados.

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