La Antropología Filosófica en Max Scheler

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LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA EN MAX SCHELER.

Scheler cree que es necesario elaborar un saber denominado "antropología filosófica" que
presente una imagen unitaria del hombre. La cuestión principal para él es: ¿qué es el hombre y
cuál es su puesto en el ser?

Después de señalar las nociones que del hombre han impregnado la historia de la cultura
occidental: la tradición judeocristiana, la antigüedad clásica y la ciencia moderna de la naturaleza,
Scheler expondrá su propia concepción.
En este sentido su investigación se dedicará a destacar que sea el hombre con respecto a dos
puntos:
1) Cual sea su relación respecto a la totalidad del ser o el fundamento de todas las cosas y
2) Cuál es la característica esencial o peculiar del hombre que lo distingue respecto de los otros
seres.
Respecto al primer punto, tiene por objetivo de su antropología filosófica establecer la relación
metafísica del hombre con el fundamento de todas las cosas, es decir, con Dios, y cuya misión
consistiría en tomar conciencia de ser parte por la lucha en la divinidad y coautor de ésta para así
contribuir a engendra el Dios que se está haciendo.
CFR. Scheler (1942), p. 113-114.

El segundo punto es ¿qué es el hombre para Scheler y cual su característica esencial?


Para Scheler el hombre es un ser espiritual y las notas que caracterizan el espíritu son:
1) La independencia, libertad y autonomía existencial frente a los lazos y presión de lo orgánico:
(…) la propiedad fundamental de un ser "espiritual" es su independencia, libertad o autonomía
existencial (…) frente a los lazos y la presión de lo orgánico de la "vida" y por ende también de la
inteligencia impulsiva propia de ésta. Semejante ser "espiritual" ya no está vinculado a sus
impulsos, ni al mundo circundante. Sino que es "libre frente al mundo circundante", está abierto al
mundo (…)
Scheler (1942), p. 55.

Para Scheler, el hombre es el ser capaz de (decir que no) al impulso instintivo; en comparación
con el resto de los animales en su asceta. Y según él esta ruptura coincide con el despertar de
una dimensión nueva respecto a la de la vida: (el espíritu)
2) Una segunda nota característica es la objetividad o posibilidad de ser determinado por la
manera de ser de los objetos mismos.
Espíritu es, por tanto, objetividad; es la posibilidad de ser determinado por la manera de ser
objetos mismos. Y diremos que es "sujeto" o portador de espíritu aquel ser, cuyo trato con la
realidad exterior se ha invertido en sentido dinámicamente opuesto al del animal.
Scheler (1942). p.56.

Esto es, la conducta animal parte de su propio estado fisiológico- psíquico, es decir, procede de
un estado fisiológico de su sistema nervioso, al que se hayan ligados los impulsos y la percepción
sensible, por lo cual lo que es dado, lo es siempre en interés del propio impulso, obligando con
ello al animal a interactuar con el medio y produciendo una modificación en el mismo que a su vez
modifica el estado fisio-psicológico del animal en uno nuevo, sin que existan objetos, sino una
mera actitud extática.
Por el contrario, la conducta espiritual del hombre es exactamente opuesta, pues este es capaz
de reprimir libremente un impulso o de dar rienda suelta a otro originariamente reprimido, además
de ser el ser capaz con sus actos, de modificar la objetividad de una cosa, modificación que vive
como valiosa en sí y definitiva, por lo cual se demuestra que el hombre no está simplemente
sujeto a las condiciones del medio, sino que la naturaleza de su conducta es susceptible de una
expansión ilimitada hasta donde alcanza el "mundo" de las cosas existentes- y por lo mismo
abierta al mundo.
El hombre es, según esto, la X cuya conducta puede consistir en "abrirse al mundo" en medida
ilimitada.
Las diferencian entre animal y hombre quedan expresadas en las siguientes citas:

Yo diría que el animal está esencialmente incrustado y sumido en la realidad vital correspondiente
a sus estados orgánicos, sin aprehenderla nunca "objetivamente". La objetividad es, por tanto, la
categoría más formal del lado lógico del espíritu
Scheler (1942), p. 58.

(…) el hombre no solo puede elevar el "medio" a la dimensión "del mundo" y hacer de las
"resistencias" "objetos", sino que puede también- y esto es lo más admirable- convertir en objetiva
su propia constitución fisiológica y psíquica y cada una de sus vivencias psíquicas. Solo por esto
puede también modelar libremente su vida. El animal oye y ve, pero sin saber qué oye y qué ve
(…). El animal no vive sus impulsos como suyos, sino como movimientos y repulsiones que
parten de las cosas mismas del medio
Scheler (1942), p.59.

El hombre objetiva el medio y se objetiva a sí mismo como autoconciencia, con la cual hace del
mundo su "mundo" actuando con él, de manera libre, creativa y expansiva. El animal a diferencia
del hombre, carece de conciencia de sí.

3) Otra característica del espíritu de la "ideación" o capacidad para aprehender de manera


intuitiva e inmediata las esencias. El ser humano no solo es capaz de captar intuitivamente las
esencias abstractas, tales como las matemáticas, sino que tenemos una "intuición emocional" que
nos revela los valores en sus distintas jerarquías, así como la jerarquía misma, en las que se
incluyen actos emocionales y volitivos tales como el amor, la bondad, el arrepentimiento, la
veneración, etc.

4) El espíritu es actualidad pura.


El espíritu es el único ser incapaz de ser objeto; es actualidad pura; su ser se agota en la libre
realización de sus actos
Scheler (1942), p.65.

5) El espíritu es supra espacial y supra temporal.


Más lo que llamamos espíritu es no sólo supra espacial, sino también supra temporal. Las
intenciones del espíritu cortan, por decirlo así, el curso temporal de la vida. El acto espiritual solo
indirectamente, o en cuanto solicita una actividad, depende de u n proceso vital y se haya como
inserto en él. Pero, aunque la "vida" y el "espíritu" son esencialmente distintos, ambos principios
están en el hombre, según nuestra concepción ya expuesta, en relación mutua. El espíritu idea
vida; y la vida es la única que puede poner en actividad y realizar el espíritu, desde el más simple
de sus actos hasta la ejecución de una de esas obras a que atribuimos valor y sentido espiritual
Scheler (1942), p. 99.
El espíritu, que es la nota esencial y característica del ser humano, es la culminación de una serie
de grados ónticos que se inician con el mundo inorgánico, al cual le sigue el ser vivo, el animal y
finalmente el hombre. Los seres vivientes a diferencia de la realidad inorgánica, se caracterizan
por tener un centro óntico con unidad e individualidad. La diferencia existente entre los seres
vivientes, desde las plantas hasta el hombre, es una diferencia gradual, a excepción de la
espiritualidad que es una nota exclusiva y característica del hombre. A esa diferencia gradual la
llama él los grados del ser psicofísico y son cuatro:
1) El impulso afectivo, que está presente en las plantas y es el grado ínfimo de lo psíquico. En
este grado no hay conciencia, ni sensación, ni representación, falta también la orientación o
finalidad específica hacia algo como el alimento o la satisfacción sexual.
2) El instinto, que se caracteriza por: a) tener sentido; b) por transcurrir con cierto ritmo; c) ser
importante para la vida de la especie; d) ser innato y hereditario; e) ser independiente del número
de ensayos realizados.
3) La memoria asociativa, cuya base es el reflejo condicionado de Pávlov y que con respecto al
instinto es un poderoso instrumento de liberación.
4) La inteligencia práctica, la cual consiste en tener la capacidad de elegir y preferir entre los
bienes, tiene sentido, responde a situaciones nuevas, no programadas en la genética de la
especie y acontece de súbito con independencia de los ensayos realizados.

Esta última nota, no es un atributo exclusivo del ser humano, ya que señala también que esta
facultad se encuentra presente en animales considerados superiores en la escala de la evolución
biológica. La diferencia esencial entre el hombre y el animal es el espíritu, el cual, como ya señalé
se caracteriza por:
1) La independencia, libertad y autonomía existencial frente a los lazos y presión de lo orgánico.
2) La objetividad o posibilidad de ser determinado por la manera de ser de los objetos mismos y la
conciencia de sí.
3) La ideación o captación intuitiva de las esencias.
4) La actualidad pura.
5) La nota supra espacial y supra temporal.

Por lo tanto, a la pregunta antropológica ¿qué es el hombre?, Scheler responde de doble manera:
1) Es ser en que el fundamento de todas las cosas (la Divinidad) se autorrealiza y se reconoce a
sí misma. El hombre es, en este sentido, coautor en la lucha por la divinidad.
2) Es un ser espiritual, lo cual, entre otras cosas, le permite tener una captación inmediata e
intuitiva de la esencia de las cosas.

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