Teoria de Karen Horney

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UNIVERSIDAD CONTEMPORÁNEA
DE LAS AMÉRICAS
PLANTEL APATZINGAN

TRABAJO FINAL

“CARPETA DE INVESTIGACIÓN”

TITULO: Ensayo de la Teoría de Karen Horney

“TEORÍA contemporánea de la Psicología”

DOCENTE:

ANGELA GODINEZ PEREZ.

NOMBRE DEL ALUMNO:

JORGE ANGEL CRUZ OCHOA

APATZINGAN, MICHOACÁN A 04 DE NOVIEMBRE DEL 2021.


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INTRODUCCIÓN:

Karen Horney nació en Alemania en 1885, según el año que nació; en ese tiempo la

mujer no tenía mucho de donde escoger; la mujer era discriminada por ser mujer; ella

estaba sometida a su padre, que no deseaba que se involucrara en el campo de la

medicina, porque en ese tiempo la medicina era exclusiva para los hombres, pero como

su madre era libre pensadora contribuyo para que ella estudiase medicina, estudio en la

Universidad de Berlín y durante catorce años estuvo asociada al Instituto Psicoanalítico

del mismo lugar, obteniendo grandes logros en su carrera de Medicina, pero poco a

poco se fue involucrando en el campo de la psicología. Al irse a Estados Unidos, Karen

tuvo muchos logros, como ser la directora del Instituto Psicoanalítico de Chicago y

escribió muchas obras que son de suma importancia, una de las más sobresalientes fue

un libro que se titula “FemininePsicology”, que es una serie de ensayos escritos al inicio

de su carrera y que en ellos se demuestra las principales diferencias que tenía con

Freud sobre el tema de la sexualidad; Karen al principio de su carrera en Estados

Unidos fue analizada por Karl Abraham y Hans Sarsh, que ambos estaban muy

asociados con Freud.

A nuestro punto de vista Karen es una mujer digna de Admirar porque se enfrentó a

las dificultades de su tiempo que era el “Machismo”, ya que en ese tiempo se tenía la

concepción de que la mujer debía únicamente dar a luz a los hijos, estar pendientes de

sus necesidades y los cuidados del hogar, y sin embargo a ella no le importó y busco la

posibilidad de enfrentarse a esta situación.


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En primer lugar, ofreció una perspectiva bastante distinta de entender la neurosis,

considerándola como algo bastante más continuo en la vida normal que los teóricos

previos; concretamente, entendía la neurosis como un intento de hacer la vida más

llevadera, como una forma de “control interpersonal y adaptación”. Esto sería, por

supuesto, aquello a lo que estamos dirigidos en nuestra vida cotidiana, solo que parece

que la mayoría de nosotros lo hacemos bien y los neuróticos parece que se hunden

más rápidamente. En su experiencia clínica, distinguió 10 patrones particulares de

necesidades neuróticas, los cuales están basados sobre aquellas cosas que todos

necesitamos, pero que se han vuelto distorsionadas de diversas formas por las

dificultades de las vidas de algunas personas.

Inicialmente, tomemos la primera necesidad como ejemplo; la necesidad de afecto y

aprobación. Todos necesitamos afecto, entonces ¿qué es lo que hace neurótica a esta

necesidad. Primero, la necesidad es irreal, irracional, indiscriminada. Por ejemplo, todos

necesitamos afecto, pero no lo esperamos de todo aquel que conocemos. No

esperamos grandes dosis de afecto de parte de incluso nuestros mejores amigos y

relaciones. No esperamos que nuestras parejas nos den afecto todo el tiempo, en todas

las circunstancias.

DESARROLLO:
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La psiquiatra Karen Horney fue una de las principales representantes del neo

freudismo, un movimiento que desafió las convenciones del psicoanálisis tradicional y

permitió que esta orientación teórica se ampliase, especialmente en el campo de la

neurosis. Horney fue además la primera mujer psiquiatra que publicó ensayos sobre la

salud mental femenina y en cuestionar los planteamientos biologicistas con respecto a

las diferencias de género de sus predecesores, por lo que es considerada la fundadora

de la psicología feminista.

Originalmente llamada Karen Danielsen nació en Alemania en 1885. Estudió

Medicina en las universidades de Friburgo, Gotinga y Berlín, que aceptaban mujeres

desde hacía muy poco, y se graduó en 1913 y durante sus estudios conoció a Oscar

Horney, cuyo apellido adoptó después de casarse con él en 1909 y con quien tuvo tres

hijas antes de que se divorciaran. Pocos años después de que Horney se licenciara sus

padres murieron y entró en un estado de depresión prolongada, fue entonces cuando

empezó a entrenarse como psicoanalista a la vez que se sometía a terapia con Karl

Abraham, un pionero del psicoanálisis de quien Freud dijo que fue su mejor alumno. Al

principio Abraham atribuyó los síntomas de Horney a la represión de deseos

incestuosos hacia su padre; Horney rechazó su hipótesis y abandonó la terapia,

posteriormente se convertiría en una de las principales críticas de la corriente

dominante del psicoanálisis y su énfasis en la sexualidad masculina.

En 1915 fue nombrada secretaria de la Asociación Psicoanalítica Alemana, fundada

por el propio Abraham, en la que se sentaron las bases de la enseñanza del

psicoanálisis que tendría lugar durante las décadas siguientes; en 1923, el negocio de

Oscar se vino abajo, acto seguido, Oscar desarrolló una meningitis, volviéndose un
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hombre ruinoso, moroso y argumentativo. En este mismo año, el hermano de Karen

muere a la edad de 40 años producto de una infección pulmonar. Karen se hundió en

una gran depresión, hasta el punto de nadar mar adentro mientras estaba de

vacaciones con la idea de quitarse la vida.

Karen y sus hijas se mudaron de casa de Oscar en 1926 y emigraron a los Estados

Unidos cuatro años más tarde. Se establecieron en Brooklyn. Aunque pareciera extraño

actualmente, en los años 30' Brooklyn era la capital intelectual del mundo, debido en su

mayor parte a la influencia de refugiados judíos provenientes de Alemania. Fue aquí

donde logró amistad con intelectuales de la talla de Erich Fromm y Harry Stack Sullivan,

llegando a tener una relación esporádica con éste último. Y fue aquí donde desarrollaría

sus teorías de la personalidad sobre la neurosis, basándose en su experiencia como

psicoterapeuta; se dedicó a la terapia, la formación y el desarrollo de su teoría hasta

1952, el año de su muerte.


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Teoría de la neurosis: el psicoanálisis de Karen Horney

Karen Horney entendía la neurosis como un intento de hacer la vida más llevadera,

como una forma de “control interpersonal y adaptación”, esta adaptación normalmente

la persona sana es algo que realiza obteniendo satisfacción y logro, más para el

neurótico entraña una gran dificultad. Karen distinguió 10 patrones particulares de

necesidades neuróticas, basados en aquellas cosas que todos necesitamos, pero que

se han vuelto distorsionados de diversas formas por las dificultades de vivir en algunas

personas.

Una necesidad se torna neurótica en el grado de dependencia y la ansiedad que nos

origina el no poder satisfacerla, y el percibir que no vamos a poder satisfacerla en un

futuro, esto es la que la lleva poseer una naturaleza irracional, irreal e indiscriminada; si

hablamos de afecto sabemos que lo necesitamos de nuestra pareja, amigos y ámbito

social, pero, no podemos esperar que nos lo den todo el tiempo, y en todas las

circunstancias, ni que nos lo de aquel a quien ni siquiera conocemos, y somos

conscientes de que habrá muchas veces en nuestra vida donde tendremos que ser

autosuficientes, el neurótico necesita afecto todo el rato, y ha hecho de esto la

necesidad central de su vida, y si no lo consigue se torna ansioso y entra en pánico.

Tomemos la primera necesidad como ejemplo; la necesidad de afecto y aprobación:

Todos necesitamos afecto, entonces ¿qué es lo que hace neurótica a esta necesidad?

Primero, la necesidad es irreal, irracional, indiscriminada. Por ejemplo: todos

necesitamos afecto, pero no lo esperamos de todo aquel que conocemos, no

esperamos grandes dosis de afecto de parte de incluso nuestros mejores amigos y


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relaciones; no esperamos que nuestras parejas nos den afecto todo el tiempo, en todas

las circunstancias. No esperamos grandes muestras de amor mientras que nuestras

parejas están rellenando los formularios de pagos a hacienda, por ejemplo y, somos

conscientes de que habrá muchas veces en nuestra vida donde tendremos que ser

autosuficientes.

Segundo, la necesidad neurótica es bastante más intensa y provocará un gran monto

de ansiedad si no se satisface su demanda o incluso si se percibe que no será

satisfecha en un futuro, es esto, por tanto, lo que le lleva a tener esa naturaleza irreal; el

afecto, para continuar con el mismo ejemplo, debe expresarse claramente en todo

momento, en todas las circunstancias, por todas las personas, o el pánico se instaurará,

el neurótico ha hecho de la necesidad lo central de su existencia.

La respuesta de Karen al origen de la neurosis es la llamada indiferencia paterna o

como ella le llamaba “la maldad básica”, o una falta de calidez y afecto durante la

infancia, hay que saber que incluso un trauma de niñez puede ser superado, siempre

que el niño se sienta aceptado y querido.

La clave para entender la indiferencia parental es que constituye una forma de

percepción del niño y no de las intenciones de los padres, recordemos que “El camino

al infierno está lleno de buenas intenciones”. Un padre con buenas intenciones puede

transmitir a sus hijos una comunicación distorsionada, contradicción entre mensaje

verbal y mensaje en acción, menosprecio, indiferencia, preferencias de un hijo sobre

otro, no cumplir la palabra dada y las promesas, dificultando las relaciones de sus hijos,

burlarse de sus ideas, etc. Muchos padres, también buenos padres, hacen esto debido

a las presiones a las que se encuentran supeditados. Karen observó que los niños no
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responden con pasividad y debilidad ante la indiferencia parental, sino que lo hacen con

rabia, que Karen la denomina, hostilidad básica; el hecho de frustrarse conlleva a una

respuesta primera de un esfuerzo por protestar por la injusticia. Algunos niños perciben

que esta hostilidad es efectiva y con el tiempo la van convirtiendo en una respuesta

generalizada ante las dificultades de la vida, desarrollan un estilo adaptativo agresivo,

diciéndose a sí mismos, “si tengo el poder, nadie puede hacerme daño”.

Sin embargo, la mayoría de los niños, saturados de ansiedad, reaccionan casi

siempre con el miedo al abandono y a sentirse desprotegidos y desamparados. Por

pura sobrevivencia la hostilidad básica puede ser suprimida y así los padres alcanzan la

victoria. Si esta actitud parece funcionar mejor para el niño, entonces se consolidará

como la estrategia adaptativa preferida (complianza), se dicen a sí mismos: “Si puedo

lograr que me quieras, entonces no me harás daño”. Algunos niños descubren que ni la

agresión ni la complianza eliminan la indiferencia parental percibida, por lo que

solucionan el problema abandonando la lucha familiar y metiéndose en sí mismos,

volviéndose preocupados por ellos prioritariamente, esta es la tercera estrategia

adaptativa; se dicen: “Si me repliego, nada me dañará”.

La psicoanalista Karen Horney dejó a su terapeuta Karl Abraham, uno de los

primeros discípulos de Freud cuando éste le presentó su tesis sobre la neurosis

femenina:

“La batalla en el territorio de la psicología femenina se inició́ tras la comunicación de

Abraham en el VI Congreso Internacional de Psicoanálisis celebrado en La Haya en

1920, bajo el título de “Manifestaciones del complejo de castración femenino”, donde

afirmó, en parte con base a lo recogido en el análisis de la propia Horney, que muchas
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mujeres tienen el deseo reprimido de ser varones y rechazan su identidad sexual, cosa

que se muestra en múltiples contenidos oníricos y en variados síntomas neuróticos,

conjunto que confirmaba la presencia de la envidia del pene y el subsiguiente complejo

de castración que Freud había señalado como núcleo de la psicología de la mujer.

Abraham indicó que las menstruaciones, las relaciones sexuales y el parto reavivaban

el latente complejo de castración y que el frecuente odio a los hombres, sobre todo al

padre, expresaría el resentimiento por no haber recibido un pene, de lo que también

surgiría la frigidez, la prostitución, el lesbianismo, el feminismo, la fobia a ver heridas y

el afán vindicativo de muchas mujeres.”

Las 10 necesidades neuróticas según Horney:

Según la teoría de la personalidad en psicología de Karen Horney, las necesidades

neuróticas son las siguientes:

Necesidad neurótica de afecto y aprobación: Necesidad indiscriminada de

complacer a los demás y ser querido por ellos.

Necesidad neurótica de pareja: de alguien que lleve las riendas de nuestra vida,

Esta necesidad incluye la idea de que el amor resolverá todos nuestros problemas; una
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vez más, a todos nos gustaría tener un compañero con quien compartir nuestra vida,

pero el neurótico va uno o dos pasos más allá.

El neurótico necesita restringir la vida de uno a límites muy estrechos: A no ser

demandantes, a satisfacernos con muy poco. Incluso esta postura tiene su

contrapartida normal. ¿Quién no ha sentido la necesidad de simplificar la vida cuando

se vuelve muy estresante; de unirse a una orden monacal; a desaparecer de la rutina; o

de volver al útero materno?

Necesidad neurótica de poder: De control sobre los demás, de omnipotencia.

Todos buscamos el poder, pero el neurótico se desespera por lograrlo. Es un dominio

de su propia gesta, usualmente acompañado de un rechazo por la debilidad y una

fuerte creencia en los propios poderes racionales.

Necesidad neurótica de explotar: a los demás y sacar lo mejor de éstos. En la

persona común podríamos entender esto como la necesidad de tener un efecto, de

provocar impacto, de ser escuchado. En el neurótico, se convierte en una manipulación

y la creencia de que los demás están ahí para ser utilizados. Puede comprender

también una idea de miedo a ser manipulado por los demás, de parecer estúpido.

Ustedes se habrán percatado de esas personas que les encanta las bromas pesadas,

pero no las soportan cuando ellas son el blanco de tales bromas, ¿no?

Necesidad neurótica de reconocimiento o prestigio social: Somos criaturas

sociales, así como sexuales, y nos gusta ser apreciados por los demás. Pero estas

personas están sobre preocupadas por las apariencias y la popularidad. Temen ser

ignoradas, simples, poco "guay" y "fuera de lugar".


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Necesidad de admiración personal: Todos necesitamos ser admirados por

nuestras cualidades tanto internas como externas. Necesitamos sentirnos importantes y

valorados. Pero algunas personas están más desesperadas y necesitan recordarnos su

importancia ("nadie reconoce los genios"; "Soy el verdadero artífice detrás de las

escenas, ¿sabes?", y así sucesivamente. Su miedo se centra en no ser nadie, falto de

importancia y sin sentido en sus acciones.

Necesidad neurótica de logro personal: Una vez más diremos que no hay nada

malo en aspirar a logros, ni mucho menos. Pero algunas personas están obsesionadas

con ello, deben ser los números uno en todo y dado que esto es, desde luego, una

tarea muy difícil, vemos a estas personas constantemente devaluando aquello en lo que

no pueden ser los primeros. Si, por ejemplo, son buenos corredores, el lanzamiento de

disco y las pesas son "deportes secundarios"; si su fuerte es lo académico, las

habilidades físicas no son de importancia, y demás.

Necesidad neurótica de autosuficiencia e independencia: Todos nosotros

debemos cultivar cierta autonomía, pero algunas gentes sienten que no deberían

necesitar de nadie nunca. Tienden a rechazar la ayuda y muchas veces son reticentes

a comprometerse en una relación afectiva.

Necesidad de perfección e inexpugnabilidad: Muchas veces para ser cada vez

mejores en nuestra vida, tenemos un impulso que puede de hecho ser de consideración

neurótica, pero algunas personas pretenden constantemente ser perfectas y temen


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fallar, no resisten que se les "coja" en un error y necesitan, por tanto, controlar todo el

tiempo.

A medida que Horney fue revisando sus conceptos, empezó a darse cuenta que sus

tipos de necesidades neuróticas podían agruparse en tres amplias estrategias de

adaptación:

 Complianza (cumplimiento), que incluye las necesidades 1, 2 y 3.

 Agresión, incluyendo las necesidades desde la 4 hasta la 8.

 Alejamiento, incluyendo las necesidades 9, 10 y 3. Esta última fue añadida

porque es crucial para lograr la ilusión de independencia y perfección total.

En sus escritos, la autora usó otras frases para referirse a estas tres estrategias.

Además de la complianza, se refirió a ésta como la estrategia de moverse hacia y la

llamada auto-retirada. Sólo tenemos que detenernos un poco para ver que estas frases

son muy similares en contenido al acercamiento de aprendizaje o de la personalidad

flemática de Adler.

El segundo punto (la agresión) también fue llamado como moverse en contra de o

como la solución expansiva. Correspondería a lo mismo que describió Adler con su tipo

dominante o la llamada personalidad colérica.

Y finalmente, además de alejamiento, la tercera necesidad fue llamada también

como alejarse de la solución o de resignación, es muy parecido al tipo evitativo de Adler

o la personalidad melancólica.
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Discusión de la teoría de la personalidad de Karen Horney:

A primera vista, parecería que Horney robó algunas de las mejores ideas de Adler;

está claro, por ejemplo, que sus tres estrategias adaptativas son muy cercanas a los

tres tipos adheríamos. Es, de hecho, bastante lógico pensar que Karen fue muy influida

por Adler, pero si nos acercamos bien a cómo ella derivó sus tres estrategias (a través

de colapsar grupos de necesidades neuróticas), podemos observar que simplemente

llegó a las mismas conclusiones desde un abordaje distinto. Sin embargo, no hay duda

de que tanto Horney como Adler (y Fromm y Sullivan) constituyen una escuela no oficial

de psiquiatría; usualmente son llamados neo-freudianos, aunque el término sea

bastante impreciso, por desgracia, el otro término común es el de psicólogos sociales,

el cual, aun cuando es preciso, es un término usado más para designar un área de

estudio.

Es importante observar cómo la teoría de Horney se acerca a la de Adler en cuanto a

las diferencias entre el afán de perfección sano y neurótico, e incluso, para

adelantarnos un poco a nuestros autores revisados, cómo se parece su

conceptualización a la de Carl Rogers.

Muchas veces creo que cuando varias personas ofrecen ideas similares, es un buen

signo de que estamos llegando a algo valioso. Karen Horney tuvo un par más de
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interesantes ideas que deberíamos mencionar, en primer lugar, ella criticó la idea

freudiana de envidia al pene. Aunque aceptó que esto de hecho ocurría en algunas

mujeres neuróticas, estaba muy lejos de ser un fenómeno universal, sugirió que lo que

parecía ser una envidia al pene era realmente una envidia justificada al poder de los

hombres en este mundo.

De hecho, decía, podría haber una contrapartida masculina a la envidia al pene en

los hombres, la envidia al útero, significando a aquella envidia que se siente ante la

habilidad femenina de criar hijos. Quizás, el grado hasta donde muchos hombres se

dirigen a por el éxito y de querer que sus apellidos perduren después de su muerte es

una compensación por su incapacidad de perdurar una parte de sí mismos a través de

llevar consigo, amamantar y criar sus hijos.

Críticas y limitaciones de la teoría de Horney:


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Una segunda idea, la cual no tiene mucha aceptación en la comunidad psicológica,

es la del autoanálisis. Karen Horney escribió uno de los primeros manuales de

autoayuda y sugirió que, con pequeños problemas neuróticos, nosotros podríamos ser

nuestros propios psiquiatras. Podemos observar aquí cómo esta idea podría amenazar

unos cuantos de esos egos delicados que hacen su vida como terapeutas. Siempre

sorprenden las reacciones que algunos de psicólogos tienen con respecto a personas

como Joyce Brothers, el famoso columnista psicólogo (posiblemente, esta postura de

algunos terapeutas, sobre todo en el ámbito psicoanalítico esté en sus inicios de

modificarse, debido a una nueva apertura y flexibilización de los puntos de vista

ortodoxos y radicales de las escuelas. N.T.).

Aparentemente, si no trabajamos con una guía oficial, tu trabajo se verá reducido a

considerarse como "psicología barata". (Desde nuestra postura, es muy probable que

muchos psiquiatras, ante el temor de una psicoterapia menos científica, opten por

aferrarse a una psiquiatría biologicista, donde los fenómenos psicológicos no tienen otra

cabida que la causa orgánica, aferrándose así a la "ciencia médica", N.T.). El

comentario más negativo que podría hacer a Karen Horney es que su teoría está

limitada a la neurosis; además de dejar de lado la psicosis y otros problemas, aísla a la

persona verdaderamente sana, no obstante, ya que ella sitúa a las personas neuróticas

y sanas en un contínuum, se refiere al neurótico que existe en todos.

Karen Horney: Libros

El mejor libro de Karen Horney es Neurosis and Human Growth (1950).


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También escribió versiones más "populares" como The Neurotic Personality of Our

Time (1937) y Our Inner Conflicts (1945).

Sus ideas y pensamientos sobre la terapia pueden encontrarse en New Ways in

Psychoanalysis (1939).

Para una profundización a los orígenes de la psicología feminista, lea Feminine

Psychology (1967).

Y para leer sobre autoanálisis lea Self-Analysis (1942).

CONCLUSIÓN:

La teoría de Horney es posiblemente la mejor de las teorías que existen sobre las

neurosis, ella ofreció una perspectiva bastante distinta de entender la neurosis,

considerándola como algo bastante más continuo en la vida normal que los teóricos

previos. Concretamente entendió la neurosis como un intento de hacer la vida más

llevadera, como una forma de control interpersonal y adaptación; esto seria, por

supuesto, aquello a lo que estamos dirigidos en nuestra vida cotidiana, solo que parece
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que la mayoría de nosotros lo hacemos bien y los neuróticos parecen que se hunden

más rápidamente.

Por lo tanto, la neurosis es una obstrucción para las fuerzas interiores constructivas,

que son básicas y fundamentales en la naturaleza humana, los conflictos internos no

son inherentes a la esencia de la naturaleza humana; sino, más bien son creadas.

Horney acertadamente afirmaba que podemos convertirnos en victimas de nuestra

cultura identificarnos excesivamente con sus valores y practicas; es decir, el individuo

neurotizado va a tomar las prescripciones y atractivos culturales demasiado en serio.

Horney va a conceptuar a la neurosis como el comienzo del derrumbe de los

mecanismos de adaptación, algo que el yo sufre pasivamente, contra la voluntad y no

una combinación planeada activa, de formas de adaptación a determinadas

circunstancias contradictorias como prefieren creerlo ciertos autores que no han

discernido el carácter instintivo de los fenómenos neuróticas (Fenichel, 1966 y Horney,

1937).

Debido a que Horney, estudia a la personalidad de forma ambientalista, va a

investigar la desviación de la conducta normal de acuerdo a este enfoque. Según la

autora, la normalidad es una expresión cultural. Empero, lo normal es un concepto un

poco vago. Entre nosotros, pasaría por neurótica o psicótica una persona que hablara

cada hora con su abuelo muerto, mientras en algunas tribus indias esta comunicación

con los antepasados es una pauta reconocida, deseada e incluso normal (Horney,

1945). El confundir lo que se considera normal en la cultura de uno con el patrón

universal de normalidad puede conducir a graves consecuencias teóricas y

terapéuticas. Además, para Horney afirma de forma contundente que no hay una
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psicología normal universal, y, por ende; no existe el ser humano normal. (Mullah y,

1970). Sin embargo, como la desadaptación social por sí misma no puede explicar

totalmente la naturaleza y el origen de la neurosis, deben existir unos factores más

específicos relacionados con ella. Horney dice que determinados rasgos de la

personalidad impiden una adaptación adecuada; por lo tanto, la neurosis no se puede

utilizar sin tener en cuenta su significado cultural, la autora define a la neurosis como:

cierta rigidez en la reacción y una discrepancia entre las potencialidades y las

realizaciones, por ende; el conflicto interno central se da entre las potencialidades

reales del sí mismo de uno y la satisfacción del sí mismo imaginario de uno (Horney,

1950).

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