Terapia Centrada en La Compasion

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Mindfulness y Psicoterapia Gestalt

Control de Lectura: Terapia centrada en la compasión


Psicóloga Nallely Carolina Garcia Romero

Antecedentes

Según las escuelas de psicoterapia creen que la labor terapéutica debería ser llevada a cabo
de una forma compasiva, que sea respetuosa, comprensiva y, en general, amable con la gente
(Gilbert, 2007a; Glasser, 2005).

Rogers (1957) formuló los aspectos esenciales de la relación terapéutica que implica la
aceptación incondicional, congruencia y empatía –y que se pueden considerar “compasivos”–.
Más recientemente, la forma de ayudar a la gente a desarrollar auto-compasión mereció la
atención de los investigadores (Gilbert & Procter,2006; Leary, Tate, Adams, Allen & Hancock,
2007; Neff, 2003a, 2003b) y se convirtió en un punto de referencia en la autoayuda (Germer,
2009; Gilbert, 2009a, 2009b; Rubin, 1975/1998;
Salzberg, 1995).

La palabra “compasión” proviene de la voz latina compati que significa “sufrir con”.
Probablemente la definición mejor conocida sea la del Dalai Lama que definió la compasión
como “una sensibilidad hacia el sufrimiento del yo y de los otros junto con un compromiso
profundo para tratar de aliviarlo”; es decir, atención-conciencia sensible más motivación.

En el modelo budista, la verdadera compasión surge por insight en relación a la naturaleza


ilusoria de un yo separado y al esfuerzo por mantener sus límites –frente a lo que se conoce
como una mente iluminada o despierta–. Kristin Neff (2003) una pionera de la investigación
sobre autocompasión, derivó su modelo así como las correspondientes medidas de
autoinforme a partir del Budismo Theravada. Su enfoque sobre la auto-compasión implica tres
componentes principales:

1. ser consciente de y estar abierto al propio sufrimiento individual,


2. ser amable y no condenarse a sí mismo y
3. La conciencia de compartir las vivencias de sufrimiento con los demás en lugar de
sentirse solo y avergonzado –una apertura a nuestra común humanidad.

Intervención

La CFT es una terapia multimodal que se apoya en diversas intervenciones cognitivo-


conductuales (CBT) y de otras terapias. Por esa razón se centra en:
● La atención
● El razonamiento
● La conducta
● Las emociones, los motivos y la imaginación.
Utiliza como herramientas:
● La relación terapéutica
● El diálogo socrático
● El descubrimiento guiado
● La psicoeducación (del modelo CFT)
● Las formulaciones estructuradas
● El pensamiento, la emoción, la conducta y la supervisión “corporal”
● La cadena de inferencias, el análisis funcional, los experimentos conductuales.
● Tareas graduadas
● La imaginación centrada en la compasión
● El trabajo en la silla
● La representación de diferentes “egos”
● Mindfulness
● El aprendizaje de tolerancia emocional,aprender a entender y hacer frente a los
conflictos y complicaciones emocionales.
● Formulación de compromisos para el esfuerzo y la práctica.
● El esclarecimiento de estrategias de seguridad, la mentalización
● La escritura expresiva (carta),
● El perdón
● La distinción entre autocrítica y corrección del yo compasivo
● Trabajo para fuera de la sesión así como la práctica guiada

Es bien conocido, desde hace mucho tiempo, que lógica y emoción pueden entrar en conflicto.
Ciertamente, desde los años 80, la investigación ha demostrado que en nuestra mente
tenemos sistemas de procesamiento muy diferentes. Uno de ellos está relacionado con lo que
se llama procesamiento implícito (automático) que es no consciente, rápido,emocional, requiere
muy poco esfuerzo, está sujeto al condicionamiento clásico y a funciones de auto-identidad y
puede generar sentimientos y fantasías, incluso en contra de los deseos conscientes. Este es
el sistema que proporciona esa “sensación de un sentimiento de algo”.

En contraste, hay otro sistema explícito (controlado) que es más lento, orientado
conscientemente, reflexivo, verbal y que requiere esfuerzo (Haidt, 2001; Hassin, Uleman &
Bargh, 2005). Tales hallazgos han sido muy bien formulados mediante trabajo clínico (p.
e.Power & Dalgleish, 1997) con modelos más complejos ofrecidos por Teasdale y Barnard
(1993). Pero el asunto principal es que no hay una conexión sencilla entre cognición y emoción
y que existen diferentes sistemas neurofisiológicos apoyando a cada una (Panksepp,1998).
Entonces, alguno de los problemas que se dan al vincular pensamiento y sentimiento (“Lo
entiendo pero no lo siento”) se pueden atribuir a los (distintos) sistemas implícitos y explícitos
que se proponen en relación a las distintas estrategias y resultados del procesamiento.

Darwin que revelaba que nuestras mentes y cerebros son el resultado de la selección natural. A
medida que las especies se adaptan a entornos cambiantes, van teniendo lugar cambios
lentos; los entornos, por lo tanto, son desafíos que favorecen algunas variaciones individuales
de una población sobre otras posibles. Lo que es más importante, la evolución no puede
retroceder al tablero de los proyectos iniciales sino que se apoya siempre en los diseños
previos. Por esta razón todos los animales siguen el mismo prototipo básico de cuatro
extremidades, un sistema cardiovascular, un sistema digestivo, órganos sensoriales, etc.
Los cerebros, también, desempeñan funciones básicas que son compartidas a través de las
especies. Esto tiene importantes implicaciones para entender cómo están diseñadas nuestras
mentes y cómo llegan a ser lo que son (Buss, 2003, 2009; Gilbert, 1989, 2002,
2009a;Panksepp, 1998).
Jung llamaba arquetipos a nuestros sistemas innatos de guía (p. e., para buscar y formar
apegos tempranos con padres/cuidadores, pertenecer a grupos, buscar un estatus, percibir y
buscar pareja sexual). Los arquetipos influyen en el despliegue del desarrollo (p. e., procurar
cuidado, convertirse en miembro de un grupo, encontrar una pareja sexual, convertirse en
padre y asumir el hecho de la muerte; Stevens, 1999). De modo que Jung postulaba que los
humanos, como especie evolucionada, heredan predisposiciones específicas para el
pensamiento, el sentimiento y la acción. Tales predisposiciones existen como puntos de
referencia en el inconsciente colectivo y sirven como guía para la conducta, los pensamientos
las emociones.

Gilbert (19989, 1995, 2005b, 2009a) combinó la teoría de los arquetipos con el evolucionismo
moderno, la psicología social y del desarrollo y sugirió que los seres humanos tienen varias
“mentalidades sociales” que los capacitan para procurarse y formar determinados tipos de
relación (p. e., sexual, tribal, dominación-sumisión, cuidar de-ser cuidado por).En esta
mentalidad, formulamos pensamientos sobre nosotros mismos en términos de inferior-superior
o ganador-perdedor. Si ganamos, podríamos experimentar un “ronroneo” de buenos
sentimientos pero, en cambio, sentirnos ligeramente deprimidos si perdemos o si nos sentimos
inferiores o derrotados (Gilbert, 1984, 1992, 2007a).

Una forma de imaginar todo esto, y de hablarles a los clientes sobre el tema, es decir que
tenemos un cerebro antiguo, que tiene varias emociones y motivaciones que compartimos con
otros muchos animales, pero que también disponemos de la capacidad de pensar, reflexionar,
observar y formar una auto-identidad (Gilbert, 2009a). Los problemas pueden surgir en la forma
en que interactúan nuestros cerebros, antiguo y nuevo.

Mentalización y sentido del self

En los últimos 10 años ha habido un interés creciente respecto al modo en que los humanos
vinculan el auto entendimiento y la auto-identidad con el atender y razonar sobre las emociones
y pensamientos internos. Sabemos, por ejemplo, que el cerebro es capaz de generar una
amplia variedad de emociones complejas y contrapuestas así como pensamientos fantasías (a
veces, extrañas y desagradables) que necesitan ser organizados de una manera coherente
para que los sujetos tengan un sentido consistente de sí mismos (Gilbert, 2005a; McGregor &
Marigold, 2003).

Una forma de lograr la coherencia es a través de la capacidad de entender y reflejar los


contenidos de la propia mente y de la de los demás –y de utilizar esta información para entrar y
salir en los distintos tipos de rol social y de relaciones sociales. La mentalización nos ayuda
claramente en la utilización y la organización de nuestras mentalidades sociales (Allen, Fonagy,
& Bateman, 2008). Y esto nos lleva al centro de la cuestión de cómo nuestros evolucionados
cerebros nuevos, que son la fuente de los razonamientos y competencias necesarias para
generar una auto-identidad, interactúan con los viejos cerebros de las emociones y los motivos
esas estrategias básicas de supervivencia y reproducción que han evolucionado a lo largo de
tanto tiempo (Gilbert, 1989, 2009a).Si unimos a toda esta complejidad los procesos en los que
utilizamos la proyección y la identificación proyectiva (Miranda & Andersen, 20079) para
comprender nuestra mente y la de los demás podremos ver que nuestro “cerebro nuevo” puede
enredarse muy bien con las emociones y motivos que surgen de nuestro viejo cerebro.
Desarrollo de competencias psicológicas

La capacidad de la gente para pensar y razonar moralmente se desarrolla con el tiempo


pasando de simples conceptos sobre lo bueno lo malo, de acuerdo con aquello que los adultos
castigan o premian, a una forma de pensamiento mucho más abstracta pero influenciada
también por el contexto social (Gilbert,1989).

Lane y Schwartz (1987) sugirieron que la complejidad afectiva se relaciona con la capacidad de
diferenciar y experimentar emociones distintas. Ellos sugieren un conjunto de estadios que
pueden ir paralelos a los estadios cognitivos de Piaget y que son la conciencia de:

1. Sensaciones corporales.
2. El cuerpo en acción.
3. Sentimientos individuales.
4. Mezcla de sentimientos y
5. Mezcla de mezclas de sentimientos.

En su nivel más bajo, los bebés sólo tienen consciencia de las experiencias de sus
sensaciones corporales y estas, por lo general, se diferencian sólo de forma rudimentaria a lo
largo de una dimensión de placer-dolor.Posteriormente, aparece la conciencia de los
sentimientos que se derivan de las acciones. Más tarde, surgen los afectos más diferenciados
de tristeza, rabia, ansiedad, alegría, etc. Luego, aparecen mezclas de esos sentimientos y la
capacidad de hacer frente a la ambivalencia. Un poco más tarde, surgen mezclas de
sentimientos entremezclados.

Los clientes que se esfuerzan en entender sus emociones y se quedan bloqueados en los
niveles más bajos de conciencia emocional, ciertamente van a tener que esforzarse con la
compasión y no es de extrañar que muchos de ellos no lleguen a ser capaces de entender
cómo se experimenta la compasión porque, en general, las emociones para ellos resultan un
problema.

Los terapeutas son cada vez más conscientes de que una parte de su papel (no sólo con los
problemas más severos de salud mental) consiste en promover la capacidad de mindfulness y
de mentalización del paciente para ser menos “evitativo”, menos enjuiciador y autocrítico hasta
llegar a ser capaz de llegar a reflejar sus propios sentimientos, de entender mejor la mezcla de
sentimientos, los conflictos entre sentimientos, las emociones condicionadas (y los recuerdos
emocionales) y las creencias positivas y negativas sobre los sentimientos.

Mentalidades sociales y mentalización

Liotti (diciembre, 2009, comunicación personal) sugiere que no deberíamos considerar la


mentalización como un fenómeno de todo o nada sino como dependiendo de un conjunto de
condiciones distintas en especial, del grado de seguridad que sienten los individuos,no somos
un yo integral, coherente y acabado sino que, más bien, estamos hechos de una variedad de
motivos y competencias que se combinan e interactúan de formas muy complejas.
Tenemos la ilusión de ser un self único porque el hecho de tener una multitud de deseos y de
posibles roles y “yoes” sin tener un sentido de una sola identidad única, daría lugar a una
excesiva flexibilidad , a posibilidades de pensamiento y acción contrapuestas y a una total
incoherencia (McGregor & Marigold, 2003).

II APEGO E IMPORTANCIA DE LOS APEGOS

La CFT es una terapia típicamente basada en la fisiología que tiene en cuenta la


naturaleza,función evolutiva y estructura de nuestros cerebros. En CFT, la compasión está
arraigada en los motivos y mentalidades que sustentan el altruismo y la prestación de cuidados.
Gilbert (1989, 2005a) apuntó que dos fuentes de altruismo (con los sistemas de motivación y
procesamiento) apoyan la compasión: uno es el sistema de altruismo y apego con la familia; el
otro se basa en el altruismo recíproco y en el deseo de relaciones sociales equitativas y justas.

La teoría del apego de John Bowlby (1907-1990) (Mikulincer & Shaver, 2007); con
preocupaciones similares retomadas por la teoría de la aceptación-rechazo (Rohner, 1986,
2004). (Véase también Hrdy, 2009, respecto a la importancia de los múltiples cuidadores en la
evolución humana). Estas teorías, realmente importantes, han favorecido una considerable
cantidad de investigaciones sobre la manera de interactuar entre padres e hijos de tal manera
que esas interacciones tienen un efecto importante en el cerebro de los niños y en las
competencias fisiológicas (Cozolino, 2007;Siegel, 2001). Para muchos mamíferos, la
afectividad ha evolucionado como una clave para la regulación de motivos y emociones. En
relación a los humanos, existe una evidencia creciente respecto a que si uno se siente cuidado,
como opuesto a abandonado o rechazado, tal situación va a tener importantes efectos en sus
estados fisiológicos y mentales (Cozolino, 2007;Gerhardt, 2004; Porges, 2007).

Múltiples dominios de cuidado

A lo largo del tiempo, el sentido de paternidad de los mamíferos ha evolucionado,haciéndose


cada vez más elaborado de manera que la paternidad humana es ahora multifacética y abarca:
protección (mantener a los niños alejados de todo peligro y acudir en su rescate),
aprovisionamiento (p. e., leche con anticuerpos, alimento, abrigo y otros recursos necesarios
para su desarrollo) consuelo (calmar la angustia del niño y abrazarlo),estimulación del sistema
de emociones (mostrarle expresiones faciales y oportunidades de juego), mediación (de la
exposición del niño ante el mundo), enseñar y socializar (enseñar sobre el mundo y la reglas de
relación social, establecer límites), validación y “mente compartida” (entrenamiento emocional y
mentalización; Hrdy, 2009).

Ahora sabemos que el cuidado cariñoso, asociado a los sentimientos de ser querido y valorado
tiene múltiples efectos de largo alcance en la maduración psicológica del niño (Cozolino, 2007;
Hofer, 1994). Para primates y humanos, especialmente, el poder que tienen este tipo de
relaciones nutricias, provenientes de una diversidad de individuos (padres, amigos y personas
cariñosas), de impactar en la psique, a lo largo de la vida, se ha hecho más profundo (Cacioppo
et al. 2000; Cozolino, 2008; Schore, 1994).

Regulación de los afectos: Los tres sistemas de regulación de los afectos, cuidado y
CFT
Nuestras metas y motivaciones bio-sociales en relación (digamos) a sexo,
estatus,vinculaciones y logros están guiadas por emociones. Cuando vamos siguiendo
nuestras metas y motivaciones bio-sociales con éxito, tenemos una descarga de emociones
positivas mientras que cuando encontramos obstáculos y amenazas, experimentamos
emociones basadas en la amenaza.

Un modelo adecuado, aunque simplificado, derivado de las investigaciones más recientes


(Depue & Morrone-Strupinsky, 2005; LeDoux, 1998; Panksepp, 1998) ha puesto de manifiesto
que nuestro cerebro contiene, como mínimo, tres tipos principales de sistemas de regulación de
emociones.

1 El sistema de amenaza y autoprotección

La función de este sistema es detectar y seleccionar rápidamente amenazas para elegir una
respuesta –p. e., luchar, huir, quedarse paralizado o algún otro sistema de afrontamiento– y
proporcionarnos ráfagas de emociones tales como ansiedad, ira o disgusto.

El sistema de amenaza opera mediante determinados sistemas cerebrales como, por ejemplo,
la amígdala y el eje hipotalámico-pituitario-adrenal (LeDoux, 1998). Cuando el modo de
amenaza está activo, la atención, el pensamiento y razonamiento, el comportamiento,
emociones y motivos, imágenes y fantasías pueden estar,todos ellos, centrados en la amenaza
y con cada faceta de nuestra mente orientada hacia el objetivo de la protección y la seguridad.
De manera que a esto le podemos llamar “mentalidad de amenaza”

La regulación genética y sináptica de serotonina desempeña un papel importante en el


funcionamiento del sistema de amenaza-protección (Caspi & Moffitt, 2006). Los problemas
relacionados con el sistema de amenaza son:

1. El tipo de desencadenantes que activan el sistema de amenaza-protección, que están


ligados a la naturaleza de la amenaza, respuestas emocionales condicionadas y significados
personales;
2. El tipo y formas de respuesta de amenaza-protección, p. e., ira o ansiedad, lucha o huida,
tasa cardíaca, náuseas, sudor, descargas de pensamientos rápidos y atención focalizada;
3. La rapidez e intensidad de la respuesta de amenaza-protección;
4. La duración de la respuesta de amenaza-protección y los medios y formas de apaciguar la
activación aversiva de amenaza;
5. La frecuencia de activación del sistema de amenaza-protección a las claves contextuales
externas (p. e., vivir en una familia violenta) e internas (autocrítica,barrunta mientos,
preocupación);
6. La forma en que diferentes formas de afrontamiento (p. e., evitación de las vivencias internas
y estrategias de seguridad inútiles) o el colapso de las capacidades de mentalización acentúan
el sentido de amenaza activando más, de ese modo.

Complejidad emocional
Conviene reconocer que en cualquier estado mental de angustia pueden existir múltiples
sentimientos y conflictos,También es posible ayudar a los clientes a explorar si tienden a
centrarse en un tipo de sentimientos por ejemplo la ira para bloquear y evitar otros sentimientos
(o inhabilitar el proceso). Así, sería posible reflejar y mentalizar cada elemento individual de ese
estado mental de angustia ayudando a los clientes a que lo hagan por sí mismos en vez de
sentirse abrumados por la complejidad y variedad de sentimientos.

De esta manera, el proceso de amenaza resulta complejo y a los clientes les sirve de ayuda
explicárselo, aclarándose cómo trabaja su cerebro, por qué entramos en estado de amenaza y
anticipándose las dificultades específicas en su sistema de amenaza personal.

El sistema de activación de búsqueda de incentivos y recursos

La función de este sistema consiste en brindarnos sentimientos positivos que nos


guíen,motiven y animen en la búsqueda de los recursos que (tanto nosotros como aquellos que
nos importan) vamos a necesitar para sobrevivir y prosperar (Depue & Morrone-Strupinsky,
2005).

Nos sentimos motivados y recompensados con la procura, consumo y logro de cosas


agradables (p. e., alimento, sexo, comodidades, amistades, estatus y reconocimiento). Si
resultamos ganadores en una competición, aprobamos un examen o salimos con la persona
que deseamos, podemos experimentar sentimientos de emoción y placer.La gente maniaco
depresiva puede experimentar problemas con este sistema porque puede pasar de una
activación demasiado elevada a otra demasiado baja. Cuando se encuentra equilibrado con los
otros dos, este sistema nos guía hacia objetivos vitales importantes. Cuando los bloqueos a
nuestros deseos y metas se convierten en una “amenaza”, el sistema de amenaza se dispara
con ansiedad o frustración-ira.

Incentivos y metas frustrados

Sin embargo, como señalamos hace algún tiempo, los bloqueos e impedimentos a nuestros
impulsos, metas e incentivos, por lo general, activan el sistema de amenaza (p. e.,
ansiedad,frustración, ira) hasta que, o bien superamos el bloqueo, o nos desvinculamos de la
meta(Klinger, 1977). Desentenderse de una aspiración o una meta y renunciar a ella puede ser
la base de una bajada de ánimo (p. e., tristeza) y cuanto mayor sea la implicación de la
renuncia para el yo y para la red de las demás metas, mayor será la bajada de ánimo.Algunas
depresiones están relacionadas con la persistencia en el seguimiento de metas que no se
pueden lograr (anhelo de) y el fracaso en la desconexión y la reorientación hacia metas
posibles (Gilbert, 1984; Klinger, 1977), p. e., la persona que no puede asumir pérdidas (p. e.,de
una relación), obstáculos, enfermedades y heridas.

El sistema de confortamiento, satisfacción y seguridad

Este sistema nos permite aportar cierta calma, tranquilidad y paz al self, lo que contribuye al
restablecimiento del equilibrio,estar satisfecho es una forma de sentirse feliz por el modo como
van las cosas y por sentirse seguro; no luchar ni desear nada; una paz interna que es un
sentimiento muy distinto de la euforia, o del sentimiento de “luchar para lograrlo” de los
sistemas de activación-excitación. También es distinto de un nivel bajo de amenaza, que se
puede asociar con aburrimiento o con una especie de vacío. Cuando la gente practica
meditación y ralentización, informa de que experimenta sentimientos tales como: Ausencia de
necesidades o de inquietudes, sensación interna de calma y de conexión con los demás.

Lo que complica este sistema, pero que tiene gran importancia para nuestra exploración de la
compasión, es que también está relacionado con el afecto y la bondad.El afecto y la amabilidad
de los demás también nos ayudan, como adultos, a tranquilizarnos cuando estamos
angustiados y nos brinda sentimientos de seguridad en nuestra vida diaria. Estos sentimientos
de tranquilidad y seguridad actúan a través de sistemas cerebrales semejantes a los que
producen sentimientos de paz asociados a satisfacción y contento como los de las endorfinas.
La hormona oxitocina se relaciona también con nuestros sentimientos de seguridad en
contextos sociales y (junto con las endorfinas) nos proporciona sentimientos de bienestar que
provienen del hecho de sentirse querido, deseado y seguro con los demás (Carter, 1998;
Wang,2005). Este sistema es un punto central en el entrenamiento en compasión porque es
vital para nuestro bienestar. Me referiré a él como un sistema de confort y satisfacción.

Las relaciones sociales de afiliación tranquilizan a los participantes, modifican los umbrales de
dolor, afectan al sistema digestivo y al inmunitario y operan mediante el sistema de
oxitocina-opiáceos (Depue & Morrone-Strupinski, 2005). Cada vez hay más evidencias de que
la oxitocina está relacionada con el apoyo social y que disminuye el estrés, de manera que la
gente con niveles bajos de oxitocina presenta niveles elevados de respuesta frente al estrés
(Heinrichs, Baumgartner, Kirschbaum, & Ehlert, 2003). La oxitocina influye también en el
procesamiento de las amenazas en la amígdala.

La CFT distingue claramente entre búsqueda de seguridad (como protección) y seguridad


(como sentimiento de tranquilidad). La búsqueda de seguridad se relaciona con el sistema de
amenaza y se encarga de prevenir o enfrentarse a la amenazas. Por su parte, la
seguridad-tranquilidad es un estado mental que permite que los individuos estén contentos y en
paz consigo mismos y con el mundo, con una atención relajada y con capacidad de exploración
(Gilbert, 1993). La seguridad no implica un bajo nivel de actividad cuando nos sentimos
seguros, podemos estar igualmente activos y con energía.

Análisis Funcional Evolutivo

Varios puntos clave surgen a partir de la comprensión de la naturaleza y orígenes de nuestras


emociones y del fin para el cual han sido diseñadas y cuáles son sus funciones.

En primer lugar podemos explicar a nuestros clientes que nuestro cerebro no evolucionó para
la felicidad sino para la supervivencia y la reproducción de modo que, de vez en cuando,
tenemos que aprender a aceptar, tolerar y lidiar con emociones negativas o estados de ánimo
bajos; todo ello no es ningún indicador de “algo malo” en nosotros sino que pueden ser
respuestas normales a los acontecimientos de la vida.

En segundo lugar, de todo ello se sigue que nuestro sistema emocional puede funcionar de
manera perfectamente normal pero los estímulos son problemáticos. Alguien que se vea
atrapado en una situación forzada, puede estar deprimido y estar reforzado por su
preocupación, creencias y barruntamientos, naturalmente, pero la depresión también puede
ser, en cierto grado, la consecuencia normal de esta situación.Es muy difícil controlar el
“sistema de producción de estrés-cortisol” cuando están abusando de uno. La vida de alguna
gente resulta estresante –o puede que hayan vivido tragedias y pérdidas y por eso se sienten
tristes o están afligidos,Es importante ayudar a la gente a normalizar y reconocer que algunos
de nuestros sentimientos y reacciones desagradables no son anormales sino que tienen que
ser aceptados de forma compasiva.
El tercer punto es reconocer que las sociedades modernas son, de muchas maneras
diferentes, sobre-estimuladoras tanto de nuestro sistema de amenaza (empleo
precario,situaciones de embargo, pobreza) como del de activación (“quiero más y necesito
hacer más”) creando, de esta manera, un caos entre nuestra necesidad de conexión y nuestro
empeño en la comparación social (Gilbert, 2009a; Pani, 2000; Wilkinson & Pickett, 2009).

Twenge,Gentile, DeWall, Ma, Lacefield y Schurtz (2010) elaboraron un estudio riguroso sobre el
alarmante aumento de los problemas de salud mental, sobre todo, entre los jóvenes. Ellos
atribuyen buena parte de la causa a los cambios culturales hacia metas extrínsecas, tales como
el individualismo y materialismo junto con la autoevaluación competitiva y centrada en el
estatus, y el abandono de metas intrínsecas tales como la cooperación, la comunidad y el
compartir. De manera que necesitamos contextualizar socialmente los temas del dolor y de la
salud mental.

Afiliación,Calidez y Afecto

La evolución del apego es uno de los aspectos más fundamentales de la mente de los
mamíferos. Además, la evolución del apego ha tenido un fuerte impacto en la evolución de los
sistemas de regulación emocional y, en especial, la significación de un sistema de
confortamiento social que opera mediante endorfinas y oxitocina. Este sistema y estas
neuro-hormonas desempeñan un papel especial en la regulación de la amenaza y de la
activación de la amenaza.

Sin embargo, distintos tipos de cuidado van a afectar y a estimular el sistema de confortamiento
de distintas maneras. Por ejemplo, el cuidado puede ser con calidez y afecto o
sin él (MacDonald, 192) pero, seguramente, es la calidez lo que más se asocia con consuelo y
Liberación de endorfinas (Wang, 2005). La calidez implica varias cualidades tales como
ternura, gentileza, amabilidad y preocupación así como actitud lúdica. Podemos diferenciar la
calidez frente a dar protección. También es posible tener apego en ausencia de calidez-afecto y
brindar a los demás un cuidado afectuoso (p. e., cuidados del moribundo) en ausencia de (un
deseo de apego.

Calidez

La calidez parece tener, como mínimo, tres atributos principales. En primer lugar, la calidez
proporciona señales verbales y no verbales de interés, cuidado y amabilidad que resultan
consoladoras. En segundo lugar, la calidez puede implicar el compartir un afecto positivo entre
individuos, lo que estimula la vinculación, el afecto y los sentimientos de conexión (en contraste
con la indiferencia, la evitación o el ataque). En tercer lugar, la calidez es más probable cuando
los individuos se sienten seguros el uno con el otro y se confían. Las personas que se sienten
fácilmente amenazadas y se vuelven defensivas puede que tengan que hacer un esfuerzo para
sentir o expresar calidez.
La calidez respalda los sentimientos positivos de tranquilidad, calma y de ser consolado
modera las emociones defensivas (ira, ansiedad, tristeza) y las conductas de defensa (p.e.,
agresión, huida) y puede, asimismo, desactivar el excesivo hacer, lograr y adquirir–. Parte de
los sentimientos positivos de consuelo pueden provenir de la disminución o la regulación del
afecto negativo (p. e., sentimientos de alivio, Gray, 1987).
desde los primeros días de vida, la seguridad– vía-calidez no consiste meramente en la
ausencia de amenaza sino que es conferida y estimulada por los otros mediante el
confortamiento, las señales de acariciar y acunar por parte del cuidador (Field,2000), el tono de
voz, la “musicalidad” del modo hablar de la madre a su hijo, las expresiones faciales positivas y
de afecto, favoreciendo y recompensando mutuamente los intercambios,es lo que constituye la
base de los lazos de apego (Trevarthen & Aitken, 2001). Todas estas señales estimulan las
endorfinas que dan lugar al surgimiento de sentimientos de seguridad,conexión y bienestar.

De ahí que sentirse “socialmente confortado y seguro” requiera determinadas señales sociales
mientras que para ser “consolador” es necesario proporcionarle estas señales al otro (Gilbert,
1993, 2009a). Como señalaron Bowlby (1969, 1973) y Porges (2003, 2007), una vez
confortados, los individuos pueden o bien relajarse (seguridad pasiva) o volver a dirigir su
atención a la exploración del entorno (seguridad activa). Este razonamiento es lo que ha
estimulado el trabajo terapéutico para tratar de enseñar a la gente a generar
imágenes,sentimientos y pensamientos confortantes (compasivos).

Búsqueda de Validación

En terapia se puede buscar o evitar la validación de las emociones y de las reacciones


personales a los acontecimientos (tempranos) de la vida. Linehan (1993) y Leahy (2005)
destacaron la importancia de la aceptación de la emoción y la validación de las emociones del
niño,un proceso clave para la compasión. Leahy destacó un modelo útil describiendo cómo la
validación de emociones y el entrenamiento emocional temprano se pueden asociar a distintas
estrategias emocionales y estilos de relación.

Habilidades Cognitivas
Cada vez hay más trabajos que muestran que el modo en que la madre entiende y responde a
las necesidades y emociones de su hijo es crucial para la capacidad del hijo para entender y
regular su propia mente (Cozolino, 2007; Siegel, 2001; Wallin, 2007).

Así, en el contexto de una relaciones validantes y cariñosas, llegamos a sentirnos seguros y


Somos capaces de explorar nuestra propia mente para entender nuestras emociones, sentirnos
confortados y acunados y, en este proceso, somos capaces de entender la mente de los
demás.Estas habilidades cognitivas resultan vitales para que las capacidades metacognitivas
sean capaces de reflejar nuestras propias emociones, distanciarnos de ellas y no sentirnos
abrumados (Allen, Fonagy & Bateman, 2008; Wallin, 2007;

Clarificando el enfoque CFT

La postura filosófica de la CFT parte de distintas observaciones sobre la naturaleza de la vida.


Nosotros le llamamos a esto “comprobación de la realidad” y exploración de los desafíos de la
vida (Gilbert, 2009a). La “comprobación de la realidad” se utiliza para contrarrestar la
patologización y es esencial en el entrenamiento de terapeutas. Estas “comprobaciones de la
realidad” son las siguientes:

Mente evolutiva

Somos una especie emergente en el flujo de la vida –formamos parte de la evolución de los
mamíferos y primates.Nuestro cuerpo, cerebro y mente evolucionaron para funcionar de
determinada manera, con capacidad para experimentar determinadas emociones (p.e. ira,
ansiedad, repugnancia, alegría y deseo), organizar determinados sistemas de defensa (p.
e.,lucha, huida y sometimiento) y con determinados sistemas motivacionales arquetípicos (p.
e.,formación de apegos, búsqueda de estatus, pertenencia a grupos y deseo y búsqueda de
pareja sexual). Todo eso representa motivos y competencias de nuestro cerebro primitivo.

La CFT empieza, por lo tanto, con el reconocimiento de que nuestros cerebros son, en realidad,
complicados y engañosos; no están bien diseñados; nuestros pensamientos, emociones y
comportamientos pueden quedar atrapados por emociones, motivos y terrores primitivos. En
estados mentales diferentes, pensamos y sentimos de manera muy distinta.Buda adoptó un
punto de vista parecido al sugerir que nuestras mentes son caóticas y están anhelantes y que
sólo mediante el entrenamiento de nuestra mente conseguiríamos alcanzar una cierta armonía
interna y hacernos responsables de nosotros mismos y de nuestras
acciones.

Mente Trágica
La segunda comprobación de la realidad es que nuestra vida es relativamente corta.Estamos
atrapados en una lotería genética que determina la duración de nuestra vida y el tipo de
enfermedades que vamos a sufrir. Los terapeutas centrados en la compasión parten de una
posición de consciencia de la “mente trágica”. De hecho, son las verdaderas tragedias de
nuestras vidas las que determinan la importancia de la compasión; todos estamos atrapados en
nuestra común humanidad y estamos luchando continuamente con ella.

Mente social

La tercera comprobación de la realidad es el hecho de que vivimos en un mundo de inmensas


injusticias y sufrimiento. Sabemos que las circunstancias sociales de nuestras vidas
desempeñan un papel muy importante en la maduración de nuestro cerebro, en los valores que
desarrollamos, en nuestras motivaciones y en las auto-identidades dentro de las cuales nos
desenvolvemos (Schore, 1994). Incluso nuestras capacidades cognitivas y mentales terminan
resultando favorecidas o atrofiadas por las relaciones con las que crecemos (Allen et al.2008;
Cozolino, 2007).

Del “yo no tengo la culpa” a la asunción de responsabilidades

Según el autor debemos hacer saber al usuario que hay cosas en su mente que no son su
culpa “desculpabilizar” y no se le puede culpar por ello sin embargo si desea una vida plena y
feliz debe hacerse responsable de ellas.

No se te puede culpar por la forma de ser de tu mente, por las pasiones, terrores y rabias que
pueden fluir en ella; pero sólo tú eres el responsable de entrenarla para tu propia felicidad y la
de los demás. Es como un jardín. Uno puede dejar que el jardín crezca y el jardín crecerá
salvaje; brotarán hierbajos y flores pero puede que no nos guste la maraña que se forme si lo
dejamos, sin más, a su aire. Lo mismo ocurre con nuestra mente.

De manera que cultivar, practicar y enfocar los elementos de nuestra mente que queremos
mejorar es esencial si vamos a tener el control de nuestra mente”. En muchos sentidos, no es
muy distinto de decirle a la gente que puede que no sea culpa suya que tenga los pies planos,
que sea corta de vista o que sufra otros defectos; pero sí que es cosa suya
hacer algo al respecto.

Las interacciones entre el nuevo y el viejo cerebro

El punto crucial en el enfoque de Wells, y en el de aquellos que se centran en la mentalización,


es que las emociones y dificultades problemáticas se mantienen debido a la creación de un
feedback interno en forma de bucle entre el contenido y el objetivo de los propios pensamientos
y el sistema de amenaza. Hay que tener claro que el sistema de amenaza no está concebido
para el pensamiento complejo sino para acciones rápidas y, por lo tanto, la CFT sugiere que
tiene sentido intentar cambiar a un sistema de afectos distinto para facilitar el nuevo
procesamiento.
En este contexto, por consiguiente, la CFT considera los mecanismos de cambio como:

1. Liberarse de los estimuladores (internos) de amenaza, p. e., las cavilaciones,autocríticas o


rabia (compartido con las terapias metacognitivas y las basadas en mindfulness) y reenfocarse
hacia sentimientos e ideas de compasión.

2. Ser capaz de “distanciarse” de modo compasivo de las propias tormentas interiores de la


emoción y hacerse más “observador y contemplativo” respecto a los propios pensamientos y
sentimientos “tal y como surgen” en lugar de quedarse atrapado en ellos (lo mismo que
mantienen las terapias basadas en mindfulness y aceptación).Mantener una base compasiva
puede ayudar en este difícil proceso;.

3. Activar el regulador de amenazas natural del cerebro, el sistema de


confortamiento,cambiando a un reenfoque e imaginación compasivos.

4. Ser capaz de ocuparse de las experiencias internas aversivas, tales como la memoria de
traumas o emociones evitadas desarrollando primero una base compasiva interna.

Cavilaciones y Metas

Las cavilaciones suelen estar asociadas a metas y al sentimiento de frustración (Kliinger, 1977)
por eso, en CFT, estos barruntamientos requieren, por lo general, un análisis funcional de
metas. Por ejemplo, darle vueltas al hecho de haber cometido un error puede estar asociado al
miedo-amenaza de ser considerado un incompetente y llegar a ser rechazado; entonces, las
cavilaciones pueden estar asociadas a la actividad del sistema de búsqueda de incentivos y
recursos (querer tener éxito).
La CFT ayuda a la gente a reconocer que puede que tenga que hacer cambios en su vida,
renunciar a cosas, aceptar pérdidas, reordenar sus objetivos y sentido del yo, implicarse en
cosas que le den miedo, etc. Y todo esto requiere coraje.

De modo que, dentro de una amplia variedad de intervenciones, el enfoque compasivo es lo


que le da estructura al tratamiento pero las propias intervenciones han sido tomadas de una
amplia gama de terapias distintas basadas en evidencias.

Formulación de la Hipótesis

La formulación de hipótesis es un proceso individual que pretende entender la naturaleza,


fuentes, factores de mantenimiento y factores de alivio para las personas con dificultades
Muchos terapeutas reconocen que la formulación de hipótesis tiene que estar integrada en el
pasado de la persona así como en el contexto actual y que debería basarse en la comprensión
de la función de las emociones, comportamientos y pensamientos de esa persona (Cullen &
Combes, 2006).

La CBT no consiste en mostrar a la gente que está siendo irracional o que está equivocada en
su pensamiento sino en investigar cómo y dónde se han quedado bloqueados y atrapados en
su comprensible pero ineficaz estrategia para intentar dar sentido a sus problemas de la mejor
manera que saben y de conseguir ponerse a salvo (o mantenerse). Él señala que la gente, por
lo general, desarrolla creencias en torno a conductas de seguridad que, más bien, refuerzan
que ponen a prueba o debilitan esas mismas creencias.

Por ejemplo, un cliente con trastorno de pánico puede tomar asiento porque cree que podría
tener un ataque de pánico. Cuando el ataque de pánico no llega,el cliente no lo achaca a su
errónea creencia sino al hecho de haberse sentado.

De este modo,las conductas de seguridad acaban siendo fortalecidas por: (1) Los beneficios o
refuerzos experimentados a corto plazo (p. e., el alivio) y (2) las creencias que las mantienen.
Las conductas de seguridad y las estrategias están orientadas a la evitación de
daño/amenazas tanto internos como externos y son, por lo tanto, reguladores clave del sistema
de amenaza-autoprotección. La CFT sólo considera tres sistemas básicos de regulación
emocional :

Elementos básicos en la formulación CFT

La formulación CFT para personas con alta culpabilización y autocrítica integra los modelos
cognitivos, conductuales y de apego y se centra en cuatro terrenos esenciales:

1. Las influencias innatas e históricas que dan pie a


2. Amenazas y miedos clave, internos y externos, que dan pie a
3. Estrategias de seguridad externa e internamente centradas, que dan pie a
4. Consecuencias imprevistas que fomentan una mayor angustia, estrategias de seguridad y
dificultades incluyendo la autocrítica.
Los problemas o consecuencias no deseados pueden estar relacionados con síntomas que,de
esa manera, dan pie a un quinto aspecto de miedo, ira y diversas metacogniciones relativas al
modo en que uno, actualmente, (no) se enfrenta a ellos y está sufriendo (p. e., deprimido o
ansioso).

Antecedentes e influencias históricas

En este punto, el terapeuta explora los estilos básicos de relación y apego tempranos,
acontecimientos vitales y recuerdos emocionales que esclarezcan temáticas de sentirse
cuidado o ser objeto de preocupación, o bien, de haber sido descuidado, abandonado, con las
necesidades básicas sin atender, vivencias de amenaza o formas de abuso.

Las experiencias vitales tempranas habrán configurado diversos sistemas neurofisiológicos así
como la coordinación de distintos sistemas de regulación afectiva (Cozolino, 2007; Ogden,
Minton &Pain, 2006). Sabemos, por ejemplo, que los cuidados tempranos (o la falta de ellos, o
el abuso) afectan a la maduración cerebral, a la regulación afectiva (Gerhardt, 2004; Schore,
1994, 2001; Siegel, 2001), a las capacidades cognitivas y a la capacidad de mentalización y de
entender los pensamientos y sentimientos de las demás personas (Allen et al., 2008; Siegel,
2001). El terapeuta explora los recuerdos emocionales clave que actúan como centro de la
auto-experiencia y que pueden ser activados por acontecimientos vitales (Brewin, 2006).

El historial clínico detallado surge con el tiempo porque no se trata sólo de “encontrar hechos” e
identificar los “puntos conflictivos” (que sirvieron de estímulo para las estrategias de seguridad
y el desarrollo de significados personales) sino que también ofrece oportunidades esenciales
para empatizar de modo compasivo y validar las experiencias vitales de la gente (Leahy, 2005;
Linehan, 1993). Crear “seguridad” de esta manera permite que la gente desarrolle una historia
y una narrativa coherente de sus dificultades.

Recuerdos emocionales del YO

Los esquemas del yo emergen a partir de la interacción con “auto-otros” y están asentados en
recuerdos emocionales que pueden afectar a la memoria corporal y al “sentimiento del yo”
(Brewin, 2006; Ogden et al., 2006). Por este motivo, cuando trabaja con la vergüenza, la CFT,
por lo general, se ocupa directamente de las experiencias centrales (p. e., de miedo y soledad-
tristeza) , revisando los recuerdos de amenaza y desarrollando nuevas vivencias compasivas y
emocionalmente seguras (Hackmann, 2005; Lee, 2005). Es importante explorar el sentimiento
que se deriva del yo y entender cómo este se relaciona con recuerdos emocionales.

Por ejemplo, Gilbert (2003) sugería: Consideremos las experiencias tempranas de cómo
experimenta un niño las emociones de los otros en una interacción y cómo eso se convierte en
el fundamento de las creencias sobre sí mismo. Una creencia positiva tal como “yo soy una
persona querida y competente” es, en realidad, una forma abreviada de: “en mis sistemas de
memoria hay muchas vivencias matizadas por el hecho de haber activado emociones positivas
en los demás y haber sido tratado de una forma amable y como alguien competente; por lo
tanto, yo soy una persona querida”. Imaginemos que los padres, por lo general, se muestran
enfadados hacia un niño. Este niño desarrolla la creencia de que los demás no lo ven de una
manera muy positiva, lo que es una forma abreviada de: “en mis sistemas de memoria hay
vivencias matizadas por el hecho de haber activado el enfado de los demás y haber sido
tratado como alguien malo; por lo tanto, yo soy malo”.

Amenazas, miedos y necesidades básicas no satisfechas

Las experiencias de fondo tempranas pueden capacitarnos para que nos sintamos seguros y a
salvo o, por el contrario, fácilmente amenazados e inseguros (Mikulincer & Shaver, 2007).Como
advierten Gilbert (1989), Beck et al., (2003) y otras terapias, los miedos básicos que surgen en
la infancia y van a tener una influencia a largo plazo, suelen ser temas arquetípicos e innatos
relativos a abandono, separación, rechazo, vergüenza y abuso/daño. En CF distinguimos entre
amenazas externas y amenazas internas. Las amenazas externas se relacionan con lo que el
mundo o los demás podrían hacer mientras que las amenazas internas se relacionan con
aquello que surge o se crea en el interior de uno mismo.

Por ejemplo, una persona podría sentirse atemorizada por las amenazas externas de rechazo,
explotación o daño de los demás y/o por amenazas internas de pérdida de control o de ser
superado por la ansiedad, la ira o la depresión (amenaza interna).

Ayudar a la gente a articular y a reflejar los miedos y preocupaciones básicos que podrían traer
desde la infancia puede servirles de gran ayuda,sobre todo cuando consideramos el elemento
siguiente, que es cómo han tratado de protegerse desde la infancia en adelante al poner en
marcha estrategias y mecanismos protectores.

Estrategias de seguridad y compensatorias

Desde los primeros días de vida nuestro cerebro desarrolla automáticamente una serie de
estrategias para buscar seguridad, autoprotección y auto-confortamiento. Hay diferencias
genéticas en la disposición de los niños para desarrollar determinadas estrategias.

Los padres son tan importantes para la seguridad de los niños que estos van a tratar de influir
sobre la mente de sus padres (Liotti, 2000, 2002; Wallin, 2007).Los humanos evolucionaron
para reclamar vínculos de cuidado, para ser cuidados y consolados cuando se sintieron
angustiados. Las desviaciones de estas trayectorias evolutivas tienen consecuencias. Las
necesidades no satisfechas pueden constituir una amenaza ya que el individuo no es capaz de
un desarrollo adecuado sin los estímulos específicos. Esto puede llevar a un cierto anhelo y
búsqueda y a diversos miedos que determinadas clases de relación no son capaces de paliar ni
satisfacer (Knox, 2003). Junto a eso, se dan complejas estrategias de seguridad y
compensatorias.

Por ejemplo, una chica que tenga una pobre relación con su padre o que se vuelva hacia él
para que la proteja frente a (digamos) una madre fría, puede tener el deseo de establecer una
relación estrecha con una figura paterna y sentirse atraída por hombres mayores que pueden, o
no, ser figuras eficaces de apego.
Consecuencias imprevistas

Un cuestión básica en la CBT es que las estrategias de seguridad casi siempre tienen
consecuencias imprevistas y, por lo general, indeseables, siendo los “síntomas” una de tales
consecuencias (Salkovskis, 1996; Stott, 2007; Thwaites & Freeston, 2005). Estas
consecuencias, a su vez, pueden mantener el problema o hacerlo aún mucho peor.

Por ejemplo, los individuos que tienen miedo de sus propias emociones (p. e., algunas
emociones desencadenan amenazas internas) pueden desarrollar evitación vivencial.
El miedo a las repercusiones que podría tener en los demás el hecho de revelar o manifestar
las propias emociones puede llevarlos a evitar ser abiertos y honestos en sus relaciones.

La formulación de esos aspectos básicos puede llevar, de forma natural, a la comprensión de


cómo los síntomas han surgido como consecuencia natural de un entorno temprano y de las
estrategias de seguridad. Nos situamos fuera del terreno de la patologización y de las etiquetas
diagnósticas y entramos en el terreno de la comprensión y el reconocimiento de por qué
muchas de las cosas que tienen lugar en el interior de las personas con las que trabajamos “no
son por su culpa” cómo la gente, sin proponérselo, se quedó atrapada en su forma de pensar y
comportarse (Salkovkis, 1996)

Vergüenza

1.Todos hemos nacido con la necesidad de conectar con las mentes de los demás y de
sentirnos cuidados. Esto se manifiesta en el deseo de conectar socialmente con el propio
grupo, de encontrar aceptación y pertenencia social para facilitar unas relaciones adecuadas,
de ser querido, apreciado y valorado (Gilbert, 1989). Si lo conseguimos, entonces nuestro
mundo es mucho más seguro (y nuestro sistema de amenaza se estabiliza) en contraste con el
hecho de no ser valorado o querido, rechazado o de ser dejado solo.

2. La forma en que experimentamos nuestras relaciones íntimas,ya sea cariñosas o negligentes


y abusivas, tienen importantes consecuencias en la manera en que nos experimentamos a
“nosotros mismos” en la mente de los demás. Ser vulnerable a la vergüenza externa es ser
sensible a los sentimientos y pensamientos negativos sobre uno mismo en la mente de los
otros. De esta manera, calcular de qué manera existe uno para los demás resulta fundamental
para nuestro sentimientos de seguridad en el mundo.

3. Hay dos defensas principales frente a la vergüenza externa. Una es la respuesta


internalizada de vergüenza cuando uno adopta una estrategia subordinada, sumisa, asociada
con la auto-observación y la propia culpabilización. La otra es una respuesta externalizada de
humillación en la que uno adopta una respuesta de ataque, más agresivamente dominante,uno
intenta crear un sentido de seguridad personal mediante la propia capacidad de superar o
intimidar a los potenciales atacantes/rechazadores. Estas estrategias no se eligen
conscientemente sino que reflejan variaciones fenotípicas y pueden depender del contexto.

4. La vergüenza reflejada se relaciona con la vergüenza que los otros pueden aportar a uno por
su asociación con ellos y de la vergüenza que uno puede aportar a los demás. Esto puede
tener una importancia especial en determinados contextos, por ejemplo, asociado a las
matanzas por honor (Gilbert, Gilbert & Sanghera, 2004c).
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