02 LECTIO DIVINA - SÍGUEME - Mons. Víctor Hugo Palma Paúl

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Lectio divina “SÍGUEME” – Mons.

Víctor Hugo Palma Paúl


2º. DOMINGO ORDINARIO, ciclo C
Página Sagrada:
Primera lectura: Isaías 62, 1-5
Salmo responsorial: Salmo 95
Segunda lectura: 1 Corintios 12, 4-11
Evangelio: Juan 2, 1-11
(I) LECTURA El segundo domingo del Tiempo Ordinario está íntimamente relacionado con las pasadas
celebraciones de Epifanía y Bautismo del Señor. En ellas, el Mesías, venido en la carne se ha manifestado a los que le
esperan llenos de fe. Ahora también, en el famoso milagro o signo de Caná, Cristo se “muestra” a sus discípulos
quienes creen en Él (Evangelio). Sin embargo, a partir de esa “manifestación” del Señor, surge la necesidad urgente de
seguirlo en la vida nueva que Él trae al mundo. Ese es el “segundo tema para la Lectio divina en este domingo”. Dejarse
renovar por la obra de Jesús, obra que se extiende a toda la vida del hombre. De hecho, sólo quien ha creado todas las
cosas al principio, como lo enseña el libro del Génesis, es capaz de “renovar”, prácticamente de “recrear” lo que el
pecado ha deformado y llevado a la ruina, en la humanidad y en el resto de lo creado. Este es el anuncio antiguo del
profeta sobre el camino de vida en la comunidad de Jerusalén (1ª lectura) y tales son los frutos de la vida en el Espíritu
dador de dones (2ª lectura), para la comunidad cristiana que deberá vivir en el mundo como un verdadero “cuerpo”
donde por la fe en Cristo, todos están al servicio de todos.
1ª. Lectura - Se te llamará con un nombre nuevo - La sonora profecía de Isaías contiene elementos importantes para
comprender la obra de la salvación de Dios en la historia de Israel:
1. La renovación de la comunidad es profunda, situada en la justicia y salvación (VER v. 1). Lo que ha sido una
historia de injusticia y violencia, de “no-santidad” es tocada y transformada por Dios.
2. La renovación marca una diferencia, el tiempo de alejamiento de Dios ha terminado y la nueva cercanía a Él es
tan fuerte como una unión matrimonial entre Israel y Yahvéh (VER vv. 2b-4); es por ello que la comunidad es
objeto de acciones simbólicas de parte de Dios:
a. Recibe un nombre nuevo del Señor mismo (VER v. 2b y especialmente el v. 4) no más
“ABANDONADA O DEVASTADA” sino “MI COMPLACENCIA Y DESPOSADA”, como una esposa
en nuestros días recibe un apellido.
b. Así transformada, viene ella misma a ser la corona de gloria, el adorno nupcial que se coloca en la cabeza
de la esposa el día de bodas.
3. Ella es en fin, motivo de gozo, como lo es una esposa para su esposo, el gozo de la salvación que se ha cumplido
según el designio preparado por el Señor mismo.
Evangelio - Has guardado el vino mejor hasta ahora - El tema de la “renovación de las relaciones entre Dios y el
hombre por la fe”, tiene su momento más fuerte en el relato de las bodas de Caná, reconocido como un “relato lleno de
simbolismos”100. Diversos momentos componen esta escena tan recordada, con un desarrollo semejante a una obra de
teatro, a un drama:
1º. El inicio (VER vv. 1-2). Donde se presentan los personajes (especialmente Jesús, sus discípulos y María,
símbolo de la fe en Cristo), pero también la situación en la que Cristo realiza su primer milagro es una “boda , un
cambio de situación en las relaciones humanas”… allí Dios obrará un cambio de relaciones entre Él y su pueblo,
ya no a través de la Ley de Moisés, sino por la fe en su Hijo.
2º. El problema (VER vv. 3-5). De la falta de vino, simbolizando la falta del “gozo por la salvación que no llega” 101,
como hace notar María con sus palabras, y la aparente negativa de Cristo a actuar, que debe de entenderse no como
un rechazo ni a la madre ni a lo que al final hace, sino como una llamada a la hora plena, cuando Él mismo será la
“fuente de la vida” desde la cruz (VER Jn 19 31.34).
3º. El signo (VER vv. 6-9). Que ocurre prácticamente en lo “escondido” conocido por pocos (los discípulos) y que
significa el paso de la relación antigua con Yahvéh por la Ley (=las jarras de agua para las purificaciones que
prescribía dicha Ley, VER v. 6), a la nueva que viene por una “estrecha unión”, un matrimonio o alianza de amor,
simbolizada por el vino, en vv. 7-9. Destacan las palabras del “encargado de la sala”, al Novio (cuyo nombre no
aparece, ni tampoco su respuesta) que no es otro prácticamente que el mismo Mesías, Jesús. En efecto, Él ha
comenzado “hasta ahora” lo que era objeto de esperanza: una relación con Dios que es “mejor” que la legal, pues
pasa por la libertad, la inteligencia y la voluntad de amar a Dios.
4º. El final (VER vv. 11-12). Que muestra al grupo de la nueva comunidad de fe (“creyeron en Él”, según v. 11b),
que comienza con los discípulos y la madre que lo acompaña (Ver v. 12), un camino de fe como renovación
profunda del modo cómo puede el hombre obtener la salvación que viene de Dios.
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100 Es simbólico que sea el primer milagro que Jesús efectúa luego de haber formado el grupo de sus discípulos ; igualmente sorprende el
hecho de que no se mencionen los demás personajes (esposo, esposa, invitados, etc.) pues interesa resaltar a Jesús y los que lo siguen.
Finalmente, destaca indiscutiblemente María, su madre figura de la “actitud de fe” hacia la obra que Dios inicia en el mundo por medio
del Mesías.
101 El vino comúnmente en la Biblia es figura del gozo humano y de la bendición, por ejemplo en Gn 9, 18-23: Noé planta una viña luego
de la catástrofe del diluvio.
Desde el inicio del año se propone a la comunidad una relación con Jesús por María, en efecto, en este relato, ella es
innegablemente madre nuestra en la fe, sus palabras hacia el Hijo (“no tienen vino”) insinúan su atención constante
hacia los hombres que Él salvará; sus palabras hacia los discípulos ”hagan lo que Él diga”) son una invitación a
relacionarse con Dios en Cristo por la vía de la fe y la obediencia, más allá del sentimentalismo o la superficialidad.
Es por ello que merece ser llamada por Cristo mujer (VER v. 4) pues como la “primera mujer” (Eva) ella ayudará a que
comience el camino de los hijos hacia Dios, con su ser ejemplo de fe.
2ª. Lectura - A cada uno ha sido concedido un don para provecho de todos - El segundo momento de la página
sagrada inicia con la lectura continua de la 1 Co que va hasta el domingo 8º del tiempo ordinario en el ciclo C 102. La
comunidad, que ha sido renovada por su relación con Cristo a través de la fe, como en el símbolo “matrimonial” de las
lecturas primera y tercera ha sido a su vez enriquecida con los dones del Espíritu. Ella misma debe sin embargo,
recordar dos cosas:
1. La autenticidad de una renovación en el Espíritu del Señor se conoce, no por lo extraordinario o llamativo de
los “dones concedidos” sino por la auténtica utilidad que ellos traen a la vida comunitaria (mayor unidad, mayor
conciencia de un “solo Dios”, como pide el apóstol en el v. 6).
2. Esta misma renovación tiene como frutos inmediatos la tolerancia hacia el grupo mayor, así como la capacidad
de integrarse armónicamente a otros carismas (como pide el v. 11).
(II) MEDITACIÓN Invitados desde este 2º domingo del año a profundizar nuestra relación con Dios a través de
Jesús, de modo que nuestro mismo BAUTISMO Y VIDA DE FE sean el “nexo” más fuerte, como discípulos
meditamos:
a) ¿Dejaremos este año que Dios actúe en nuestra vida? ¿U opondremos resistencia a la transformación, como del
agua en vino, como el “cambio de nombre” que nos hace tanta falta para ser en verdad discípulos de Cristo?
b) ¿Escucharemos la voz de la Madre en la fe, que nos invita a una relación de fe y obras auténticas a “hacer lo que
Él dice”?
c) ¿Desecharemos el individualismo y la envidia, que bloquean los “carismas” o servicios de otros en la comunidad?
¿Podrá nuestra comunidad reflejar la unidad en el Espíritu que sirve a la causa del Reino en el mundo?
(III) ORACIÓN
PARTÍCIPES DE LAS BODAS DE CANÁ
Invitados por la voz de María,
nos acercamos también nosotros, oh Cristo,
al milagro que cambia nuestra vida
como el agua fue transformada en vino.
Aumenta nuestra fe en tu paso,
¡Oh esposo de tu Iglesia!
y ayúdanos a creer que sólo de Ti
proviene la gracia y la verdad.
Que podamos “hacer lo que Tú nos dices”
y con el espíritu de la Madre,
esperar de Ti el signo
que cambiará nuestras vidas por tu gracia.
Tú, que te unes hoy a tu Iglesia
y nos das la vida desde la cruz…
Tú, esposo por la fe,
de los que esperan el vino mejor.
Y que vives y reinas por los siglos. Amén.
(IV) CONTEMPLACIÓN La renovación de la vida humana mediante la unión entre Dios y el hombre en Cristo, es
prefigurada en la solemne profesión de fe del Salmo 95 que confiesa: “Has hecho nuevas, Señor, todas las cosas”. Por
la contemplación comprendemos que se trata de un “don” pero también de una tarea que la comunidad asume: ir
“renovando” el mundo entero a través de su compromiso con el Reino del amor, la justicia, la paz y la verdad.
(V) ACCIÓN
a) Disponernos a vivir a lo largo del año nuestra unión bautismal con Cristo.
b) Colaborar con la tarea de la evangelización que extenderá su presencia vivificadora a donde abundan hoy el dolor,
la injusticia, la muerte.
c) Testimoniar como comunidad cristiana la unidad y el amor que vienen como frutos auténticos del Espíritu Santo
renovador.

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102 Se trata de una catequesis aplicable por ejemplo a los recién bautizados o a la reflexión comunitaria al inicio del año, para profundizar
la vida en fe que está llevando.

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