Juan Alejandro Gonzalez Frias AI2 S2 22.4.2022
Juan Alejandro Gonzalez Frias AI2 S2 22.4.2022
Juan Alejandro Gonzalez Frias AI2 S2 22.4.2022
Estructura:
En el intento de esbozar un concepto de “evaluación” ha habido varios intentos según cuál sea el autor.
Todos coinciden en que se trata de un instrumento de significativa relevancia en el proceso de enseñanza –
aprendizaje, ya que es sistemática, permanente y objetiva. Asimismo, está formada por un proceso
sistematizado de recolección de datos, su procesamiento, interpretación y cotejo con los objetivos
planteados. Por su parte, la evaluación en educación favorece el fortalecimiento y consolidación del
aprendizaje, como así también es una vía efectiva para alcanzar los objetivos en todo el ámbito del
conocimiento. Asimismo, se pone en evidencia las necesidades que requieren de atención urgente, y
establece las mediciones de saber vs. Desempeño, fomentando el alcance de elevados estándares de calidad.
En este sentido, la construcción del modelo educativo tiene como participantes activos a docentes y
alumnos, que trasciende las fronteras de las aulas y se inserta en los niveles de la conducción de las
entidades educativas mediante la evaluación de tutores, docentes y administración general de instituciones
educativas. En consecuencia, la evaluación debe entenderse como una continuidad del proceso de
enseñanza – aprendizaje, como elemento de unidad, generador y motivador de la formación educativa.
En este sentido la Evaluación permite destacar funciones tales como:
1. Determinación de las necesidades pedagógicas de cada estudiante.
2. Establecer el logro de los objetivos.
3. Rediseño de las actividades a desarrollar en el ámbito escolar.
4. Incentivo del espíritu reflexivo, autocritico y autogestión.
5. Observar en el horizonte temporal la evolución de la respuesta del estudiante ante el proceso
educativo.
6. Mejora continua.
7. Fomento del trabajo en equipo y coordinado entre docentes.
8. Revisión continúa del programa de estudios.
9. Mejora en la relación docente y familias.
La evaluación es buena sólo si sirve para enriquecer plenamente a las personas que en ella intervienen y para
desarrollar los programas e instituciones evaluadas, si produce confianza y deseos para continuar
aprendiendo a lo largo de la vida. Una de las funciones pedagógicas más importantes es aquella que se
emplea para que los evaluados identifiquen y reconozcan las fortalezas de su aprendizaje y lo que aún les
falta por lograr. Para ello, la información que genera la evaluación debe ser oportuna y clara, comprensible
para los evaluados. También debe servir para que el docente analice y reflexione acerca de su práctica, debe
brindarle datos para tomar decisiones informadas que le posibiliten reorientar el proceso de enseñanza-
aprendizaje, en caso necesario.
Una de las funciones pedagógicas más importantes de la evaluación es la motivación que puede producir en
los participantes. La investigación más reciente ha revelado que lo que hace más efectivo el aprendizaje, es
que los alumnos se involucren activamente en el proceso de evaluación. Las formas en las cuales la
evaluación puede afectar la motivación y la autoestima de los alumnos, así como los beneficios que implica
comprometerlos en la autoevaluación, sugieren que ambos merecen una cuidadosa atención.
Los alumnos sólo pueden evaluarse a sí mismos cuando tienen una imagen suficientemente clara de las
metas que están aprendiendo. Y muchos alumnos carecen de tal imagen. Si a los educandos se les dan
solamente notas o calificaciones, ellos no se beneficiarán de la retroalimentación de su trabajo. En este
sentido se menciona que "cuando a los estudiantes se les da una calificación final en una tarea junto con
comentarios formativos, es altamente probable que ellos atiendan sólo la nota y no tomen en serio los
comentarios".
Conclusión:
Cambiar el enfoque cultural y social (a nivel educativo la evaluación es correcta solo no es percibida de forma
correcta en sus demás contextos) en el que no se Evalué la educación si no que se Evalué PARA la educación
permitirá que todos los participantes en el proceso educativo (enseñanza-aprendizaje) tomen un rol activo
en la misma permitiendo una retroalimentación integral en la misma facilitando reforzar las áreas de
oportunidad de la misma y un mayor aprovechamiento de los recursos en todos los sentidos, de este modo
ya no es solo el docente, institución o la legislación quienes determinan la educación si no que alumnos y
padres pueden y deber tomar la iniciativa para garantizar la calidad de la misma.
Citas y Referencias:
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21.
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la evaluación en la educación superior mexicana. Un estudio en las universidades públicas estatales, México,
ISSUE-UNAM, pp. 165-221
Escudero, Juan Manuel (2003), "La calidad de la educación: controversias y retos para la Educación Pública",
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