La Identificación de Barreras para El Eprendizaje de La Lectura Entre Alumnado de Riesgo Desde Una Perspectiva Integrada
La Identificación de Barreras para El Eprendizaje de La Lectura Entre Alumnado de Riesgo Desde Una Perspectiva Integrada
La Identificación de Barreras para El Eprendizaje de La Lectura Entre Alumnado de Riesgo Desde Una Perspectiva Integrada
1994; Jiménez y Ortiz, 1995). La segunda perspec- de ofrecer algunas orientaciones que ayuden a la
tiva, de naturaleza más sociocultural, subraya la identificación temprana de alumnado de riesgo
labor fundamental de la experiencia social en la desde la etapa de Educación Infantil. De manera más
construcción del lenguaje oral y escrito. En conse- concreta se intenta responder a las siguientes cues-
cuencia, se entiende que las capacidades de los tiones:
seres humanos son el resultado de la interioriza-
ción o la apropiación de las prácticas sociales guia- – ¿Cómo son las prácticas de aula relacionadas con
das por adultos o pares (Vygotski, 1997). Consi- la enseñanza de lectura emergente o temprana?
guientemente, no se enfatiza sólo el papel del – ¿Qué tipo de lenguaje utilizan los padres con sus
individuo en la integración de la experiencia, sino hijos en situaciones de interacción? ¿Los padres
que se incide más en el desempeño de la práctica leen cuentos a sus hijos? Si la respuesta fuera
social y de las herramientas culturales que fun- afirmativa, ¿cuáles son las estrategias generales
cionan como auténtico trampolín para alcanzar las e interactivas que despliegan durante la lectura
capacidades cognitivas y lingüísticas. Desde ese de éstos?
marco, la adquisición del lenguaje oral y escrito se – Finalmente, ¿los niños que tienen dificultades
entiende como un proceso gradual conseguido a específicas de lenguaje y habla presentan proble-
partir de patrones de práctica que conllevan dife- mas asociados con las habilidades necesarias para
rencias de oportunidades para acceder y participar el acceso a la lectura?
en los mismos (para una revisión se puede consul-
tar Gee, 2001).
No obstante, a pesar de que el debate entre Método
ambas corrientes sigue vigente, en el presente
artículo se plantea la necesidad de hacer conver- Sujetos
ger ambas posturas a la hora de lograr una mejor
identificación de alumnado de riesgo —proceden- La muestra de sujetos de riesgo fue obtenida a
tes de familias con bajo estatus socioocupacional, partir de un grupo inicial de 36 niños del primer
concepto que combina indicadores de tipo econó- curso del segundo ciclo de Educación Infantil,
mico, estudios y ocupación— que presentan difi- escolarizados en dos aulas de un colegio público de
cultades de acceso a la lectura en edades tempra- una zona rural de la Isla de Tenerife, estando for-
nas. Stackhouse (2000) señala que cuando existe mada finalmente por 11 sujetos, ocho niños y tres
una concurrencia entre dificultades de lenguaje niñas con una media de edad de 43 meses. Con res-
oral, procesamiento fonológico y prácticas de alfa- pecto al nivel socioocupacional de procedencia,
betización empobrecidas aumentan exponencial- siete escolares presentan un nivel bajo y cuatro un
mente las barreras para dicho aprendizaje. De este nivel medio, con padres con estudios no universita-
modo, sobre la base de que las diferencias indivi- rios (predominando los que tenían sólo hasta Edu-
duales y culturales en lenguaje oral y escrito son cación General Básica).
Rev Logop Fon Audiol 2008, Vol. 28, No. 4, 231-244
dades incluidas en los libros, circunstancia que se 18. [Profesora dirigiéndose a la logopeda]: Estos
alternaba con canciones o escuchar historias, pin- niños no se saben los colores, pero es porque no
tar, hacer alguna dramatización, colorear y pintar atienden.
murales. La acción del profesor durante el desarro-
llo de estas actividades se llevaba a cabo siguiendo Desde un punto de vista didáctico, las acciones de
la típica estructura Iniciación-Respuesta-Evalua- las dos profesoras que participaron en este estudio se
ción (IRE): iniciación por parte de la profesora, que ubican en la perspectiva educativa basada en el
provoca una respuesta por parte del alumnado, currículo o la práctica de la enseñanza como activi-
seguida de un comentario evaluativo de la profe- dad técnica (Gimeno y Pérez, 1998), esto es, conce-
sora. La profesora se dirigía a todo el alumnado por dían mucha importancia al desarrollo de experiencias
igual, y sin introducir apoyo y andamiaje —sólo favorecedoras del desarrollo de habilidades y de la
ocasionalmente se empleaba el modelado, exten- adquisición de conocimientos (colores, aritmética,
siones, formulación de preguntas abiertas y cerra- motricidad, etc.). La lectura conjunta de libros de
das, pistas falsas, cierre gramatical y feedback cuentos constituía una parte del trabajo diario, pero
(elogios y aplausos)—. Las presentaciones de la ésta se hacía sin utilizar estrategias interactivas, de
tutora conectaban la información nueva con expe- andamiaje y apoyo, y sin fomentar la participación y
riencias previas (cuentos ya leídos, excursiones rea- la cooperación de todo el alumnado. Además, este
lizadas, otras actividades, etc.), relacionadas espe- estilo docente enfatizaba, durante la lectura de
cialmente con vivencias cotidianas de los propios cuentos, el ofrecimiento de información, pero en
niños. En cuanto a las características lingüísticas menor medida se apoyaba la comprensión o la refle-
mostradas por las docentes, destacaba un vocabu- xión conjunta sobre los tópicos y las emociones de
lario sencillo, una modulación adecuada, tono alto los personajes.
y con pausas, velocidad normal, y una postura cer- Las relaciones de los padres con el alumnado con
cana (sobre todo en la primera rutina de la jornada conductas de riesgo estaban condicionadas por la
escolar). A modo de ejemplo incluimos el siguiente propia organización del aula. En la medida en que
pasaje que ilustra algunos de los comentarios ante- no se promovía un apoyo por padres, los niños
riores en una actividad de repasar el nombre de los espontáneamente buscaban al «compañero del
colores. La profesora pregunta a la vez que muestra mismo nivel».
una cera: Por último, dos comentarios relacionados con el
uso del lenguaje oral y escrito. En primer lugar, se
1. Profesora (P): ¿Qué color es este? observó una irregular ejecución de actividades de
2. [Muchos niños al unísono]: ¡rojo! lenguaje oral y de metafonología, obviándose cual-
3. Juan (J): [ no responde] quier tipo de referencia evolutiva; en segundo lugar,
4. P: [enseñándole el rojo] ¿Cuál es este color? las actividades colectivas relacionadas con la con-
¿cómo se llama? ciencia y socialización con el material impreso eran
5. [No hay respuesta por parte de Juan] anecdóticas, por ejemplo, ir a visitar la biblioteca el
Rev Logop Fon Audiol 2008, Vol. 28, No. 4, 231-244
mitad de los casos (7), era la madre quien tomaba la En relación con los cuentos, la mayor parte de
iniciativa, leyendo en solitario, siempre el mismo los padres seleccionaron para la lectura el de los
cuento y sin hacer comentarios o preguntas acerca Tres cerditos y caperucita roja. En general predo-
de los dibujos, los personajes y los acontecimientos minó la diada madre-hijo en la que se lee el cuento
que van ocurriendo. de manera monótona, sin emplear estrategias
En otro orden de cosas, el análisis de los ítems del generales de enseñanza (p. ej., andamiaje) ni estra-
cuestionario ofreció un resultado común a todos los tegias interactivas (p. ej., recast o modelado inter-
padres de este estudio: la ausencia de prácticas habi- activo); al contrario, solía ser muy recurrente el uso
tuales de alfabetización temprana, mientras que, por de preguntas cerradas del tipo: «¿Y esto qué es? ¿Y
el contrario, la mayor parte de las familias dedicaba esto? ¿Y este quién es? (señalando siempre con su
más de 1 h diaria a ver la televisión. mano)» o «¿De qué es esta casita?, ¿Quién la hizo?
¿Y esta otra?, etc.». Además, el predominio era de
una lectura sin apenas gestos, entonación o expre-
Interacción entre padres-hijo sividad. Finalmente, los padres nunca hablaron de
los libros y de sus características: título, autor, por-
Para el desarrollo de esta situación se pidió a los tada o contraportada.
padres que participaran en una doble tarea. En primer A la luz de estos resultados, y si tenemos en
lugar, que trajeran los juguetes preferidos de sus hijos cuenta la existencia de numerosos estudios (para una
para realizar una interacción con ellos. En segundo revisión, ver p. ej., Hart y Risley, 1995) que conectan
lugar, que les leyeran uno de sus cuentos favoritos. Los la calidad de las interacciones verbales padre-hijo
resultados hallados se exponen en la tabla 2. con el desarrollo de habilidades lingüísticas de los
Para las interacciones, los padres utilizaron distin- niños, podemos ir ya vislumbrando algunos alcances
tos materiales como rompecabezas, fichas de colores, de nuestros datos, cuestión sobre la que volveremos
cuadernos de clase, lápices de colores, cuadernillos más adelante.
para pintar y tarjetas con dibujos. La tónica general
vino marcada por una escasez de habla. El adulto uti-
lizó siempre un tipo de habla no-simbólica, ya que Lenguaje oral
sólo tomaba la palabra para hablar de los objetos y
acciones presentes; nunca recurrían al habla simbó- Se presentan ahora los resultados más pormenori-
lica, es decir, a hacer una aproximación no literal a zados de habla, lenguaje y desarrollo narrativo. En
las características del contexto. relación con la primera cuestión y considerando
nuestros propios patrones de análisis (ver p. ej.,
Acosta, León y Ramos, 1998) y los de Aguilar y Serra
Tabla 2 Dimensiones y categorías de análisis a
(2003), los datos indicaron que la muestra estudiada
partir de la interacción padres-hijo presentaba un retraso de habla. Los errores más fre-
cuentes afectaban a los niveles de palabra, sílaba y
Rev Logop Fon Audiol 2008, Vol. 28, No. 4, 231-244
habla con procesos fonológicos que pueden ser se aleja mucho del referente normativo establecido
índice de riesgo. Más concretamente se observó la para la edad de los sujetos; esto es, uso casi exclu-
presencia de procesos de sustitución y de estructura sivo de oraciones simples sobresaliendo, dentro de
silábica propios de edades inferiores, una confusión las modalidades contempladas en éstas, las estruc-
entre los puntos de articulación en los fonemas fri- turalmente completas (S-V-C o V-C) y las justas
cativos, y, especialmente, las reducciones de grupos (enunciados y respuestas de una sola palabra). La
consonánticos y diptongos, así como omisiones de frecuencia de aparición de las oraciones complejas
consonantes codales. o compuestas fue marginal. No obstante, si habría
En cuanto a los resultados en lenguaje, hay que que subrayar que las oraciones producidas eran
recordar que se partía de una muestra caracterizada pobres atendiendo al número de elementos que
por presentar distintos niveles de retraso de lenguaje. contenían y estaban muy mediatizadas por las con-
Pues bien, en la evaluación más exhaustiva, esos pri- tinuas elicitaciones realizadas por el adulto que
meros resultados se confirmaron y se pudieron expli- interactuaba con el niño. Todo lo dicho desembocó
citar mejor. en que la puntuación media de la Longitud Media
de Enunciado (LME) de siete de los sujetos se
situara en el intervalo 1-3 y de éstos, cuatro obtu-
a) Resultados del análisis del retraso de lenguaje vieran una media de LME de 2. Si tenemos en
cuenta que la media de edad de la muestra era de
En la tarea de denominación, cinco sujetos res- 43 meses, los valores obtenidos en este índice nos
pondieron adecuadamente denominando los siete están indicando un pobre desarrollo gramatical.
objetos que se les presentaron. El rendimiento en Por lo que respecta a las características de la
comprensión y producción de órdenes fue algo más participación de los sujetos, el análisis de frecuen-
bajo. Por lo que se refiere a la comprensión, nin- cia arrojó, por este orden, un uso relativo de ges-
guno de los sujetos ejecutó adecuadamente las 10 ór- tos y frases hechas (oraciones menores), con una
denes solicitadas. En producción los resultados frecuencia de aparición de 93, 87 oraciones no
bajaron aún más, ya que cinco de los niños no fue- comprensibles, sobre todo por problemas fonoló-
ron capaces de dar ninguna orden, a pesar de los gicos y morfosintácticos, 56 turnos vacíos y un
modelos ofrecidos y de la facilitación que suponía total de 42 respuestas no contingentes con el tema
el hecho de tener los mismos juguetes con los que o pregunta planteado. Estos resultados vuelven a
se realizó la tarea de comprensión. En imitación de poner de manifiesto las dificultades de los sujetos
frases tampoco encontramos a ninguno que repi- para desenvolverse en situaciones de expresión
tiera correctamente las 12 solicitadas. Sólo en dos oral.
casos se alcanzó la puntuación de 9, mientras que Asimismo, podemos caracterizar a la muestra por
seis niños acumularon errores que iban entre los 3 la escasa iniciativa en su participación (sólo 28 de sus
y 7. En esta tarea pudimos comprobar cómo la lon- respuestas contenían alguna de las modalidades con-
gitud de las frases repercutía directamente en la templadas). De las distintas categorías, recurrieron en
Rev Logop Fon Audiol 2008, Vol. 28, No. 4, 231-244
presencia de errores, por cuanto se omitían y —en mayor medida a las iniciativas declarativas, seguidas
menor medida— se sustituían conectores y elemen- de las expandidas.
tos funcionales. Tomados en su conjunto, los resultados obteni-
Por otro lado, el corpus lingüístico obtenido por dos ponen de relieve un funcionamiento pragmá-
medio de las tareas de «diálogo», «contar dibujos tico-gramatical que sin ser anómalo, puede consi-
animados» y «descripción de imágenes» nos permi- derarse limitado y primario, cuestión que advierte
tió realizar un análisis más pormenorizado en el de la necesidad de mejorar e introducir habilida-
ámbito de la morfosintaxis. Para ello consideramos des y competencias que de forma gradual incidan
junto con los aspectos puramente gramaticales, en una expresión oral más espontánea, rica y pre-
otros de naturaleza funcional o pragmática, cisa que contribuya a la disminución progresiva de
siguiendo las propuestas de Bosch (1997), Moreno producciones «no contingentes», «no comprensi-
(2000, 2003) y Serra, Aguilar y Sanz (2002). Sobre bles» y de «turnos vacíos», por cuanto producen
la base del volumen y tipología de las producciones rupturas de significado y bloqueos en el flujo
realizadas por los sujetos, el rendimiento global no comunicativo.
45 237
ACOSTA, MORENO, LA IDENTIFICACIÓN DE BARRERAS PARA EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA ENTRE ALUMNADO
AXPE Y QUINTANA DE RIESGO DESDE UNA PERSPECTIVA INTEGRADA
1,00
2,00
c) Resultados en procesamiento fonológico 4,00
6,00
7,00
8,00
La valoración de este aspecto, debido a su compleji- 9,00
dad, se realizó cuando los niños estaban en el período 10,00
11,00
infantil de 4 años. Se trató de obtener información
acerca de las dificultades en las operaciones lingüísticas
en las que se usa información que involucra los sonidos
del habla, y que impiden el desarrollo de la conciencia
fonológica, causando interferencias en el aprendizaje
de la lectura (Perfetti, Beck, Bell y Highes, 1987).
Figura 2 Total prueba de procesamiento
Los resultados obtenidos en la prueba Profon fue- fonológico
ron extremadamente limitados. En relación con la
238 46
ACOSTA, MORENO, LA IDENTIFICACIÓN DE BARRERAS PARA EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA ENTRE ALUMNADO
AXPE Y QUINTANA DE RIESGO DESDE UNA PERSPECTIVA INTEGRADA
rable indica que los niños pertenecientes a fami- menor. La realidad del aula es bien distinta, ya que
lias con bajo estatus socioeconómico tienen más los profesores deben manejar de manera conjunta
riesgo de obtener un pobre desarrollo de las com- a un grupo que presenta distintos niveles de habi-
petencias para el lenguaje y la alfabetización y, en lidades lingüísticas y de experiencia con la lectura
consecuencia, para el fracaso escolar como resul- de libros. Como resultado de ello, los profesores
tado, entre otras cosas, de las prácticas de alfabeti- necesitan hacer adaptaciones para lograr la com-
zación en sus hogares (Adams, 1990; Whitehurst y prensión de todos los niños e incorporarles en las
Storch, 2001). En nuestro estudio, la mayor parte conversaciones. Sin embargo, como ya comenta-
de la muestra pertenece a lo que hemos definido mos, las profesoras de este estudio no facilitaban la
en la parte metodológica de este trabajo como participación de los niños con problemas de len-
estatus socio-ocupacional bajo, caracterizado por guaje, por usar una estructura rígida en las situa-
ofrecer un ambiente empobrecido para el desarro- ciones de interacción. Se insistía mucho en las
llo del lenguaje y de la alfabetización, con una reglas que obligaban a los niños a levantar la mano
escasez de recursos que unido a los bajísimos nive- para pedir el turno o a que un solo niño respon-
les educativos, limitan considerablemente las expe- diese en cada pregunta. Aunque la lectura conjunta
riencias de enriquecimiento cultural, la prioridad y de libros de cuentos constituía una parte del tra-
posibilidad de contar con juguetes y materiales bajo diario, ésta se hacía sin utilizar estrategias
educativos, y las oportunidades de lectura uno a interactivas y de andamiaje y de apoyo, y sin
uno en conexión con lo señalado por Whitehurst y fomentar la participación y la cooperación de todo
Storch (2001). En la misma línea, otros autores han el alumnado. Este hecho, como ya señalamos,
advertido también diferencias en la calidad y fre- impedía a los niños de la muestra, tener oportuni-
cuencia de la lectura compartida de libros (Adams, dades para hablar de los cuentos una vez leídos o
1990). tomar el papel de los personajes y explorar su
En segundo lugar, nos referiremos al contexto trama. El estilo educativo empleado por las profe-
del aula. En efecto, diversas investigaciones reali- soras durante esta actividad se centraba en el ofre-
zadas en Educación Infantil y en Primaria han mos- cimiento de información, apoyándose en menor
trado como muchos programas de intervención medida la comprensión o la reflexión conjunta
que incrementan el acceso de los niños a los libros sobre los tópicos o sobre las emociones de los per-
y enseñan cómo deben leerse, contribuye de hecho sonajes.
al desarrollo del lenguaje (Elley, 1989; González y En tercer y último lugar, comentaremos los
Delgado, 2006). Pero las prácticas en el aula, ¿siem- resultados relacionados con las características lin-
pre resultarán efectivas? Al parecer la lectura por si güísticas de nuestros sujetos. Muchas investiga-
sola de libros con los niños no tiene un efecto ciones han confirmado que los niños con dificul-
directo sobre su aprendizaje lector, pero sí lo tiene tades de lenguaje en Educación Infantil (3 y 4 años)
en el fomento de habilidades para comprender his- presentan un considerable riesgo de tener más
torias y para activar su deleite por los libros y la tarde trastornos de lectura (Scarborough, 2001).
Rev Logop Fon Audiol 2008, Vol. 28, No. 4, 231-244
lectura. El aumento de la comprensión ocurre a Así, esta misma autora en una amplia revisión de
medida que los niños aprenden vocabulario y con- trabajos confirmó la existencia de una notable
ceptos, se familiarizan con el lenguaje de los libros, continuidad entre trastornos del lenguaje en eda-
y empiezan a aprender estrategias para captar el des tempranas y rendimiento posterior en lectura.
significado desde éstos (Whitehurst y Lonigan, ¿A qué aspectos del lenguaje oral hay que prestar
1998). Esto que parece fácil, puede resultar muy mayor atención? En función de nuestros resulta-
duro para aquellos niños que no tienen una expe- dos, diríamos que a aquellos aspectos que afectan
riencia previa de lectura de libros en la casa. al desarrollo de habilidades relacionadas con el
Obviamente, no se dan las mismas circunstan- habla, la morfosintaxis, la narración y el procesa-
cias en la lectura de libros en el hogar que en el miento fonológico.
aula. En el primer contexto, los padres pueden En efecto, a tenor de los resultados encontrados
ajustar con mayor facilidad su input, la mayor y amparándonos en el modelo en espiral señalado
parte de las veces en situaciones rutinizadas alta- por Gillon (2004) para representar el impacto que
mente predictivas que facilitan la participación del tiene el retraso de habla sobre el posterior rendi-
240 48
ACOSTA, MORENO, LA IDENTIFICACIÓN DE BARRERAS PARA EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA ENTRE ALUMNADO
AXPE Y QUINTANA DE RIESGO DESDE UNA PERSPECTIVA INTEGRADA
miento en lectura, los sujetos de nuestra muestra dencia de los sujetos resultaría necesario que, en
(al presentar retrasos en los tres niveles estudiados) el escenario del aula se introduzcan y planifiquen
pueden avalar las hipótesis predictivas en relación convenientemente los momentos de trabajo en
con la conexión entre retraso de habla en edades torno a la expresión y conversación desde una
tempranas y un mal desarrollo de la lectura a lo perspectiva interactiva y naturalista (Vilaseca y del
largo de la escolarización, tal y como ha quedado Río, 1997; Giné, Gràcia, Vilaseca y García-Díez,
demostrado por estudios longitudinales tan riguro- 2006). Del mismo modo, convendría garantizar
sos como los realizados por Bird, Bishop y Freeman información y formación concreta a las familias
(1995); Catts, Fey, Tomblin y Zhang (2002); Leitao y acerca de cómo enriquecer y aumentar las expe-
Fletcher (2004) y Raitano, Pennington, Tunick, Boa- riencias de interacción en las rutinas propias del
dad y Shriberg (2004). Un estudio reciente llevado hogar.
a cabo por Lara (2004) también contribuye a Por lo que se refiere a las habilidades narrativas, el
demostrar la relación existente entre problemas de interés investigador en poblaciones con dificultades
habla y posteriores dificultades en lectura. Sin del lenguaje es un aspecto relativamente reciente.
embargo, es importante considerar todos los nive- Con todo, se cuenta con algunos trabajos que advier-
les en los que se pueden situar los problemas del ten cómo los niños con trastorno específico del len-
habla infantil —palabra, sílaba y segmento— y no guaje suelen presentar problemas en el desarrollo
quedarse, como ocurre frecuentemente, en un narrativo, al mismo tiempo que se señala que el
reducido análisis de las sustituciones segmentales. desarrollo narrativo es uno de los mejores predictores
Las acciones a emprender deberán vincularse con la del éxito escolar o que el manejo de una mayor com-
estimulación del habla a partir de un conjunto de plejidad sintáctica puede facilitar la comprensión
actividades de naturaleza fonológica. lectora (Paul y Smith, 1993).
La influencia del desarrollo morfosintáctico Como ya describimos, los resultados hallados
sobre la adquisición de la lectura también ha sido en esta dimensión del lenguaje fueron bastante
señalada por diversos autores (Sawyer, 1992; Scar- pobres. En todos los casos observamos bastantes
borough, 1990; Vellutino y Scanlon, 1987). Pero, dificultades para organizar y ordenar adecuada-
¿sobre qué aspectos o elementos habría que inci- mente los hechos o acontecimientos que querían
dir? expresar, de tal forma que una gran mayoría sólo
De los resultados obtenidos en esta investiga- fue capaz de pronunciar el nombre del personaje
ción se desprende que una tarea debería encami- principal y, en menor medida plantear el problema
narse a estimular e incitar la participación del acompañándolo de las acciones que tenían lugar.
alumnado en actividades directamente relaciona- Una nota común fue la ausencia de estructura en
das con la expresión de oraciones para, a partir de sus narraciones, las cuales se expresaban por medio
las estructuras que se elaboren, se introduzca de una o dos oraciones.
apoyo y andamiaje en las producciones pobres o Estos resultados fueron hasta cierto punto sor-
inadecuadas que presenten (siempre desde un prendentes si tenemos en cuenta tanto la informa-
Rev Logop Fon Audiol 2008, Vol. 28, No. 4, 231-244
punto de vista funcional y comunicativo). Igual- ción proporcionada por las familias en cuanto a la
mente habría que emplear estrategias concretas frecuencia con la que dijeron que compartían
que ayuden a ampliar y precisar sus producciones, momentos de lectura de cuentos en casa, como con
de modo que progresivamente vayan siendo más la rutina casi generalizada en las aulas de Educación
informativas conforme sean capaces de incorporar Infantil de utilizar los cuentos como un recurso
complementos y partículas funcionales. pedagógico por excelencia para trabajar el lenguaje.
Se trataría, en definitiva, de ofrecer gradual- Si las oportunidades están y hay experiencias para
mente más y mejores oportunidades de ensayo y aprender, quizás la explicación del bajo rendimiento
comprobación de los efectos que tiene la organiza- de los sujetos en estas tareas no debamos buscarla
ción y el número de elementos de los enunciados sólo en los niños, sino en el inadecuado aprovecha-
en el significado que transmiten, cuestión que, miento que hacen los adultos de esas situaciones. A
por otra parte, van a necesitar para comprender y este respecto, ya señalamos que las rutinas de lectura
producir (en su momento) la lengua escrita. En esta de cuentos tanto en el hogar como en el aula no
línea, y dado el entorno sociocultural de proce- estaban organizadas según una planificación que
49 241
ACOSTA, MORENO, LA IDENTIFICACIÓN DE BARRERAS PARA EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA ENTRE ALUMNADO
AXPE Y QUINTANA DE RIESGO DESDE UNA PERSPECTIVA INTEGRADA
aparición de una dificultad de lenguaje en edades infantil: un enfoque clínico. Málaga: Aljibe.
tempranas, especialmente en aquellas habilidades Acosta, V., Moreno, A., Cámara, M., Coello, A. y Mesa, J. (2007).
relacionadas con la producción fonológica, la mor- Guía de actuaciones educativas en el ámbito de la comu-
fosintaxis, la narración y el procesamiento fonoló- nicación y el lenguaje. Islas Canarias: Consejería de Educa-
ción, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de
gico. Canarias. Dirección General de Ordenación e Innovación
En segundo lugar, cabe remitirse a todos aquellos Educativa.
obstáculos presentes en el contexto familiar. Más Adams, M. (1990). Begining to read: Thinking a learning about
concretamente, nos referiremos a las escasas oportu- print. Cambridge: MIT Press.
Adams, M., Forman, B., Lundberg, I. y Beeler, T. (1998). Phone-
nidades para la interacción verbal y las pocas prácti- mic awareness in young children. Baltimore: Paul H. Broo-
cas de alfabetización temprana ofrecidas en los kes P.
hogares de muchas familias, especialmente las situa- Aguilar, Eva Mª y Serra, M. (2003). A-RE-HA. Análisis del retraso
del habla. Barcelona: Edicions Universitat de Barcelona.
das en un estrato socioocupacional bajo. Esta cir- Aguinaga, G., Armentia, Mª. Fraile, A., Olangua, P. y Uriz, N.
cunstancia suele ir acompañada de un desconoci- (2004). Prueba de Lenguaje Oral Navarra Revisada. Madrid:
miento de aquellos recursos directamente ligados a TEA.
242 50
ACOSTA, MORENO, LA IDENTIFICACIÓN DE BARRERAS PARA EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA ENTRE ALUMNADO
AXPE Y QUINTANA DE RIESGO DESDE UNA PERSPECTIVA INTEGRADA
Alegría, J. (2006). Por un enfoque psicolingüístico del aprendi- González, M. y Delgado, M. (2006). Enseñanza-aprendizaje
zaje de la lectura y sus dificultades -20 años después. del lenguaje escrito y desarrollo del lenguaje oral en Edu-
Infancia y Aprendizaje, 29 (1), 93-111. cación Infantil y Primaria: un estudio longitudinal.
Axpe, M. (2005). Contribuciones de la investigación-acción a Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología, 26, 4, 204-
la evaluación, análisis e intervención de las dificultades del 214.
lenguaje. Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología, 25 Hart, B. y Risley, T. (1995). Meaningful differences in the every-
(4), 162-173. day experience of young American children. Baltimore:
Bird, J., Bishop, D. y Freeman, N. (1995). Phonological aware- Brookes.
ness and literacy development in children with expressive Jiménez, J. (1992). Metaconocimiento fonológico: estudio des-
phonological impairments. Journal of Speech and Hearing criptivo sobre una muestra de niños prelectores en edad
Research, 38, 446-462. escolar. Infancia y Aprendizaje, 57, 46-66.
Bishop, D. (2004). Specific Language Impairment: diagnostic Jiménez, J. y Ortiz, R. (1995). Conciencia fonológica y apren-
dilemmas. En L. Verhoeven y H. Van Balkom (Eds.), Classifi- dizaje de la lectura: Teoría, evaluación e intervención.
cation of Developmental Language Disorders (pp. 309- Madrid: Síntesis.
326). Mahwah, Nueva Jersey: Erlbaum. Lara, M. (2004). Inicios de la lectura en niños que han tenido
Bosch, L. (1997). El desarrollo comunicativo y lingüístico en retraso de habla. Tesina de Licenciatura. Departamento de
niños con un TEL. En Mª. J. del Río, Lenguaje y comunica- Psicología Básica. Facultad de Psicología. Universidad de
ción en personas con necesidades especiales (pp. 161-179). Barcelona.
Barcelona: Martínez Roca. Lara, M. (2006). Prueba de procesamiento fonológico (PROFON).
Boudreau, D. (2005). Use of parent questionnaire in emergent Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia.
and early literacy assessment of preschool children. Lan- Leitao, S. y Fletcher, J. (2004). Literacy outcomes for students
guage, Speech and Hearing Services in Schools, 36, 33-47. with speech impairment: long-term follow-up. Internatio-
Bus, A. (2001). Joint caregiver-chil storybook reading: a route nal Journal of Language and Communication Disorders,
to literacy development. En S. Neuman y D.Dickinson, 39, 245-256.
Handbook of early literacy research, vol. 1 (pp.179-191). Leonard, L. (1998). Specific Language Impairment. Londres: The
Nueva York: Guilford Press. MIT Press.
Calero, A., Pérez, R., Maldonado, A. y Sebastián, M. (1997). Moreno, A. (2000): El desarrollo morfosintáctico en niños con
Materiales curriculares para favorecer el acceso a la lec- retraso de lenguaje: evaluación e intervención en el con-
tura en Educación Infantil. Madrid: Escuela Española. texto escolar. La Laguna, Servicio de Publicaciones de la
Carrillo, Mª y Sánchez, J. (1991). Segmentación fonológico- Universidad de La Laguna (Colección «Soportes audiovisua-
silábica y adquisición de la lectura: un estudio empírico. CL les e informáticos»).
and E, 9, 109-116. Moreno, A. (2003). La intervención en morfosintaxis desde un
Catts, H. y Kamhi, A. (1999). Language and reading disabili- enfoque interactivo: un estudio de escolares con retraso del
ties. MA: Allyn y Bacon. lenguaje. Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología, 23
Catts, H., Fey, M., Tomblin, B. y Zhang, X. (2002). A longitudinal (2), 89-97.
investigation of reading disabilities: Evidence from a longi- Moreno, A. y Leal, E. (2005). Estudio de las prácticas educativas
tudinal investigation. Journal of Speech and Hearing Rese- con niños con trastorno específico del lenguaje. Revista de
arch, 45, 1142-1157. Logopedia, Foniatría y Audiología, 25 (4), 174-189.
Clay, M. (1993).An observation survey of early literacy achie- Newborg, J., Stock, J. y Weck, L. (2001). Inventario de Desarro-
vement. Auckland, NZ: Heinemann llo Battelle. Madrid: TEA.
Domínguez, A. (1996). El desarrollo de habilidades de análisis Pérez, E. y Serra, M. (1998). Análisis del retraso del lenguaje (A-
fonológico a través de programas de enseñanza. Infancia y RE-L). Barcelona: Ariel Practicum.
Aprendizaje, 76, 69-81. Paul, R. y Smith, R. (1993). Narrative skills in 4-years-olds with
Dunn, L., Padilla, E., Lugo, D. y Dunn, L. (1986). Test de Vocabu- typical, impaired, and late-developing language. Journal of
lario en Imágenes Peabody. Adaptación Hispanoameri- Speech and Hearing Research, 36, 592-598.
cana. Minnesota, American Guidance Services. Pavez, M, Coloma, C. y Maggiolo, M. (2008). El desarrollo
Rev Logop Fon Audiol 2008, Vol. 28, No. 4, 231-244
Elley, W. (1989). Vocabulary acquisition from listening to sto- narrativo en niños. Barcelona: Ars Medica.
ries. Reading Research Quarterly, 24, 174-187. Pérez, M. y González, M. (2004). Desarrollo del conocimiento
Gee, J. (2001). A sociocultural perspective on early literacy fonológico, experiencia lectora y dificultad de la tarea.
development. En S.Neuman y D.Dickinson, Handbook of Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología, 24 (1),
early literacy research, vol. 1 (pp. 30-42). Nueva York: Guil- 2-15.
ford Press. Perfetti, C., Beck, L., Bell, L y Highes, C. (1987). Phonemic kno-
Gillon, G. (2004). Phonological awareness. Nueva York: Guil- wledge and learning to read are reciprocal: a longitudinal
ford Press. study of first grade children. Merry-Palmer Quarterly, 33,
Gimeno, A., Clemente, A., López, T. y Castro, A. (1994) ¿Cómo 283-319.
mejorar la conciencia fonológica en la escuela? Descrip- Raitano, N., Pennington, B., Tunick, R., Boadad, R. y Shriberg, L
ción y análisis de un programa de intervención. CL and (2004). Pre-literacy skills of subgroups of children with spe-
E, 21, 87-95. ech sound disorders. Journal of Child Psychology and
Gimeno, J. y Pérez, A. (1998). Comprender y transformar la Psychiatry, 45, 821-835.
enseñanza. Madrid: Morata. Sawyer, D. (1992). Language abilities, reading acquisition and
Giné, C., Gràcia, M., Vilaseca, R. y García-Díez, T. (2006). Repen- developmental dyslexia: A discussion of hypothetical and
sar la atención temprana: propuestas para un desarrollo observed relationships. Journal of Learning Disabilities, 25,
futuro. Infancia y Aprendizaje, 29(3), 297-313. 82-95.
51 243
ACOSTA, MORENO, LA IDENTIFICACIÓN DE BARRERAS PARA EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA ENTRE ALUMNADO
AXPE Y QUINTANA DE RIESGO DESDE UNA PERSPECTIVA INTEGRADA
Scarborough, H. (1990). Very early language deficits in dysle- Apel, Handbook of language and literacy (pp. 3-24). Nueva
xic children. Child Development, 61, 1728-1743. York: Guilford Press.
Scarborough, H.(2001). Connecting early language and lite- Vellutino, F. y Scanlon, D. (1987). Phonological coding, pho-
racy to later reading (dis)abilities: evidence, theory and nological awareness and reading ability: Evidence from a
practice. En S. Neuman y D. Dickinson (2001). Handbook of longitudinal and experimental study. Merrill-Palmer Quar-
early literacy research (pp. 97-110). Nueva York: Guildford terly, 33, 321-363.
Press. Vygotski, L. (1997). Obras escogidas. 5 vols. 2ª ed. Madrid:
Serra, M., Aguilar, E. M. y Sanz, M (2002). Evolución del perfil Aprendizaje-Visor.
productivo en el Trastorno del Lenguaje. Revista de Logo- Vilaseca, R.M. y del Río, Mª.J. (1997). La intervención en el área
pedia, Foniatría y Audiología 22 (2), 77-89. del lenguaje: un modelo interactivo y naturalista. Infancia
Serra, M. (2004). La mediación fonológica y su repercusión en y Aprendizaje, 77, 3-18.
la lectura. Actas del XXIV Congreso Internacional de AELFA, Whitehurst, G. y Lonigan, C. (1998). Child development and
17-49. emergent literacy. Child Development, 68, 848-872.
Stackhouse, J. (2000). Barriers to literacy development in chil- Whitehurst, G. y Storch, S. (2001). The role of family and home in
dren with speech and language difficulties. En: D: Bishop y the developmental course of literacy in children from low-
L. Leonard, Speech and language impairments in children income backgrounds. En J. J. Brooks-Gunn y P. Britt (Eds.),
(pp. 73-98). Hove: Reino Unido. New directions for child and adolescent development. Family
Stake, R. (1998). Investigación con estudio de casos. Madrid: literacy environments. San Francisco: Jossey-Bass.
Morata.
Stone, C. (2004). Contemporany approaches to the study of
language and literacy development: A call for the integra- Recibido: 10/07/2008
tion of perspectives. En, C. Stone, E. Silliman, B. Ehren y K. Aceptado: 29/09/2008
Rev Logop Fon Audiol 2008, Vol. 28, No. 4, 231-244
244 52