DESARROLLO HUMANO Vejez

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DESARROLLO HUMANO: LA VEJEZ

El desarrollo humano es un proceso de cambios por el que transitamos todas las personas
durante nuestra vida. A continuación, nos enfocaremos en explicar la última etapa del ciclo
de vida: La Vejez. La vejez también llamada adultez tardía o la tercera edad, empieza
alrededor de los 65 años en adelante. En esta etapa el adulto pasa de ser independiente a
ser dependiente nuevamente.

Desarrollo físico
En esta etapa la salud comienza a deteriorarse y se desarrollan ciertas enfermedades. Por
ende, la salud en la edad adulta se debe cuidar con mucha atención porque con el paso de
los años, las personas mayores se vuelven más vulnerables y experimentan cambios en su
metabolismo. Algunos de los cambios fisiológicos que se presenta son:

Pérdida Muscular
En la vejez hay una pérdida de masa muscular que puede llegar a ser de hasta el
40%. Esto implica que haya una mayor dificultad en la realización de las funciones
motoras, menor resistencia al ejercicio y es uno de los principales factores
determinantes de la dependencia de las personas mayores.

Problemas auditivos y visuales


La edad suele desgastar de manera natural algunas de nuestras funciones
sensitivas. El oído puede desarrollar algún grado de sordera y la vista puede
desarrollar problemas visuales. Cabe resaltar que la sordera en personas mayores
puede conllevar al aislamiento social porque genera problemas de comunicación y
comprensión.

Enfermedades cardíacas
Las enfermedades cardíacas en personas mayores son de las que más preocupan
porque las personas mayores de 65 años son mucho más propensas a desarrollar
enfermedades cardiacas. Además, el infarto está considerado una de las primeras
causas de muerte entre las personas mayores.

Por estos motivos, la familia tiene que estar al pendiente de la salud de los adultos mayores,
lo más recomendable es contar con un geriatra que pueda guiarlos como familia en la
atención y tratamiento. Además, se recomienda llevar una dieta balanceada para ayudar a
su familiar a fortalecerse física y mentalmente.

Desarrollo social
Más allá de las pérdidas biológicas, la vejez con frecuencia conlleva otros cambios
psicosociales importantes: la modificación de roles y posiciones sociales, la pérdida de
relaciones estrechas, la práctica y el uso de nuevas tecnologías y una manera diferente de
realizar las tareas que puede compensar la pérdida de algunas habilidades.
Robert Atchley considera que, “la capacidad de respuesta, la adaptación a nuevos
procesos, así como el estilo de vida en esta etapa de envejecimiento están determinados
por los hábitos, estilos de vida y la manera de ser y comportarse que ha seguido
anteriormente.
Las metas, las motivaciones principales y las preferencias también parecen cambiar; hay
quienes plantean que la vejez incluso puede estimular el cambio de perspectivas materiales
por otras más trascendentes, dando como resultado que estos cambios sean el resultado
de la adaptación a la pérdida.

Otros cambios que se viven a nivel social son la falta de convivencia intergeneracional, la
apertura sexual, la libertad de creencias, la crisis y madurez filial, la pérdida de seres
queridos o el síndrome del nido vacío. Estos eventos pueden tener reacciones negativas
tales como depresión, soledad, aislamiento y sufrimiento, entre otros.

Sin embargo, durante la vejez, la persona experimenta situaciones desconocidas y en


ocasiones, difíciles. Por este motivo, es primordial adaptar su entorno y propiciar un
ambiente cómodo y agradable. Para adaptarlo, es importante considerar lo siguiente:

Prevenir accidentes. Los cambios físicos y cognitivos de las personas mayores


aumentan los riesgos. Los lugares ordenados permiten que las personas mayores
se desplacen mucho mejor por el espacio físico y ayudan a evitar accidentes.

Aumentar la calidad de vida de las personas. La intimidad, comodidad o tranquilidad


son factores que influyen de manera positiva en el estado emocional de las personas
mayores.

Optimizar el aprovechamiento de las habilidades funcionales de la persona. Un


entorno adaptado ayuda a ejercitar algunas habilidades funcionales de las personas
que presentan deterioro cognitivo.

Evitar comportamientos problemáticos. Un entorno conocido o familiar permite que


la persona no se sienta desorientada, confusa o preocupada.

Un ambiente agradable favorece la autonomía de la persona mayor y, en


consecuencia, ejerce una menor demanda hacia el cuidador. Además, propicia el
bienestar físico y psicológico de la persona.

Es importante conocer los cambios psicosociales en la vejez y diferenciar aquellos que son
causados por una patología. Asimismo, es importante identificar y atender estos últimos
para que la calidad de vida de la persona mayor y su familia no se vea afectada. Para
lograrlo, habrá que considerar factores que procuren el cuidado integral de las personas
mayores: revisión médica, programación de consultas, alimentación balanceada, ejercicio
físico supervisado y poner en práctica la socialización intergeneracional, evitando así el
aislamiento y la soledad.

Desarrollo cognitivo
En la vejez no solo ocurre a nivel de apariencia física sino que también se producen cambios
cognitivos asociados al envejecimiento. (que son los siguientes:)

La memoria
Normalmente a las personas mayores les resulta difícil evocar sucesos recientes y
sufren pequeños olvidos. Esto puede estar causado por otros factores físicos como
cambios neurológicos y circulatorios que afectan la función cerebral, la oxigenación
y la nutrición celular, y otros más psicológicos como, por ejemplo, la motivación, la
pérdida de interés por el entorno, los sentimientos de impotencia, los estados
depresivos, el desacuerdo con la situación de vida actual, vivencia de duelos, etc.

La inteligencia
La inteligencia como tal se mantiene estable, la edad no parece ser un factor que la
modifique por sí solo, aunque a veces se presenta pérdida de interés, dificultades
de concentración o enlentecimiento. Este enlentecimiento puede estar causado por
los cambios físicos de la vejez que, por ejemplo, disminuye el ritmo del riego
sanguíneo, influyendo también al cerebro.

El lenguaje
El lenguaje se mantiene correcto aunque, en ocasiones, nuevamente, enlentecido.
El razonamiento verbal parece no sufrir cambios, aunque se puede apreciar una
ligera pérdida en la capacidad de conceptualización y en la flexibilidad mental

Capacidad para resolver problemas


La capacidad para resolver problemas suele verse disminuida principalmente por la
disminución de la capacidad para organizar la información. Por otro lado, la
creatividad parece mantenerse si ya antes era una persona creativa, siendo esta
variable algo muy individual.

La personalidad
En relación a la personalidad, se centra mucho más en lo propio y se toma como
referencia el pasado, teniendo dificultad para entender las generaciones actuales.
Hay un incremento de la tendencia a conservar y almacenar cosas y aumenta la
resistencia al cambio a lo nuevo. Los rasgos individuales de personalidad se ven
marcados con la edad y suelen mantenerse estables.

La motivación
La motivación para hacer actividades satisfactorias personalmente no siempre se
mantiene. Suelen realizar muchas menos actividades, pero hay que procurar que
las que realicen sean más positivas para su satisfacción personal, es decir, hay que
valorar más la calidad que la cantidad de las actividades que se realizan.

La afectividad
La disminución de los contactos sociales, la pérdida de seres queridos o la soledad
hacen mella en esta característica de las personas mayores. Pero por otro lado se
establecen nuevos lazos sociales que anteriormente por responsabilidades
laborales y familiares no se habían podido establecer.

Desarrollo emocional
La vejez es un periodo de crecimiento estructurado en torno al tiempo por grandes cambios,
psicológicos, biológicos, sociales y emocionales, existe una capacidad de adaptación a los
cambios naturales además de ser inevitables para todo ser humano.
Este es un proceso de desarrollo y de adaptación emocional que toda persona debe pasar
a lo largo de su vida.
Emocionalmente, en la vejez, se afrontan distintos sentimientos, pero esto depende de
muchas situaciones tales como:

 La historia personal
 Las experiencias vitales
 Sentimiento de autoeficacia y de autocontrol personal

La vida emocional se nos hace muy compleja y llena de matices a medida que pasan los
años. Esto puede afectar a un periodo caracterizado por las pérdidas como:

 Pérdidas de emociones sensoriales, capacidad física y vitalidad.


 Pérdida de autonomía personal.
 Pérdida económica.
 Pérdidas afectivas de compañía (esposo/a, hijos, amigos) que son decisivas dada a
la importancia de la comunicación en la familia y en la sociedad.
 Pérdida de estatus y rol social, privados de lo que les ha dado identidad y
reconocimiento social.

Aunque los sentimientos nos ayudan a adaptarnos a los cambios que nos va deparando la
vida y cuando experimentamos y expresamos más emociones agradables, tenemos más
posibilidades de vernos menos afectados por los efectos “dañinos” de emociones como la
ansiedad o el estrés, sin embargo experimentar durante mucho tiempo o con mucha
frecuencia, o no expresar sentimientos negativos como la tristeza o la rabia (vivir de forma
repetida experiencias insatisfactorias o desagradables) puede llegar a impulsarnos a
aislarnos del mundo y de los demás y llevar estilos de vida poco sanos.

Actualmente se sostiene el planteamiento de dos teorías, las cuales suponen distintos


enfoques con respecto a las emociones en las personas mayores.

 Carstensen (1995) propone el enfoque sociocognitivo de las emociones en su teoría


de la selectividad socioemocional. Ésta trata de explicar que las personas mayores
utilizan un proceso selectivo que los lleva a mantener las relaciones que para ellos
tienen relevancia, y a dejar de lado las relaciones que no perciben como
trascendentes. A medida que avanza la edad las personas muestran menor
importancia a las metas a largo plazo como las relacionadas con el conocimiento, y
muestran una mayor relevancia a la obtención de relaciones afectivas positivas, ya
que éstas se pueden obtener a corto plazo. El mantenimiento de relaciones afectivas
positivas lleva a experiencias emocionales positivas y aumenta la tendencia a inhibir
las emociones negativas. Todo ello permite concluir que con la edad se comprenden
mejor las relaciones sociales, y la importancia que tienen en la vida afectiva.

 Otra teoría trata un enfoque distinto para explicar las emociones en las personas
mayores. Se trata de un enfoque de tipo neuropsicológico, donde el procesamiento
de información con contenido emocional se relaciona con áreas cerebrales
concretas. Según este enfoque, el procesamiento de esa información se consigue
partiendo de la identificación del contenido emocional que provocaría un estímulo,
y éste en consecuencia produciría una respuesta de tipo adaptativo ante ese
estímulo.

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