Capitulo 13

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Líquidos

Las moléculas que forman un líquido no están confinadas a posiciones fijas, como
en los sólidos, sino que se pueden mover libremente de una posición a otra
deslizándose entre sí. Mientras que un sólido conserva una forma determinada, un
líquido toma la forma del recipiente que lo contiene. Las moléculas de un líquido están
cerca unas de otras, y resisten mucho las fuerzas de compresión. Los líquidos, como
los sólidos, son difíciles de comprimir. Los gases, como veremos en el siguiente capítulo,
se comprimen con facilidad.

Presión
Un líquido contenido en un recipiente ejerce fuerzas contra las paredes de éste.
Para describir la interacción entre el líquido y las paredes conviene introducir el
concepto de presión, que se obtiene dividiendo la fuerza entre el área sobre la
cual actúa la fuerza.

Presión en un líquido
Cuando nadas bajo el agua sientes la presión de esta contra los tímpanos. Cuanto
más profundo te sumerjas, mayor será la presión. La presión que sientes se debe
al peso del agua que está arriba de ti. Conforme nadas más profundo hay más
agua sobre ti y, en consecuencia, hay más presión. La presión que un líquido ejerce
depende de la profundidad.
La presión de un líquido también depende de la densidad del líquido. Si te
sumergieras en un líquido más denso que el agua la presión sería mayor. La presión de un
líquido es exactamente igual al producto de la densidad de peso por la profundidad

Principio de Arquímedes
La relación entre la fuerza de flotabilidad y el líquido desplazado fue descubierta
por Arquímedes, el gran científico griego del siglo III A. C. Se enuncia como sigue:
Un cuerpo sumergido sufre un empuje hacia arriba por una fuerza igual al
peso del fluido que desplaza.
Esta relación se llama principio de Arquímedes. Es válido para líquidos y gases, ya
que ambos son fluidos. Si un cuerpo sumergido desplaza 1 kilogramo de fluido, la
fuerza de flotabilidad que actúa sobre él es igual al peso de un kilogramo. Por
sumergido se entiende ya sea total o parcialmente sumergido. Si sumergimos un
recipiente sellado de 1 litro a media altura en el agua, desplazará medio litro de agua, y
tendrá un empuje hacia arriba igual al peso de medio litro de agua, independiente-
mente de lo que haya en el recipiente. Si lo sumergimos por completo, la fuerza hacia
arriba será igual al peso de 1 litro de agua. A menos
que el recipiente se comprima, la fuerza de flotabilidad será igual al peso de 1 kilo-
gramo de agua a cualquier profundidad, mientras esté totalmente sumergido. Esto
se debe a que a cualquier profundidad el recipiente no puede desplazar un volumen
mayor de agua que su propio volumen. Y el peso del agua desplazada es igual a la fuerza
de flotabilidad.

Si al sumergirse un objeto de 30 kilogramos desplaza 20 kilogramos de flui-


do, su peso aparente será el peso de 10 kilogramos (98 N).

¿Qué hace que un objeto flote o se hunda?


Es importante recordar que la fuerza de flotabilidad que actúa sobre un objeto
sumergido depende del volumen del objeto. Los objetos pequeños desplazan
pequeñas cantidades de agua, y sobre ellos actúan fuerzas de flotabilidad pequeñas. Los
objetos grandes desplazan grandes cantidades de agua, y sobre ellos actúan grandes
fuerzas de flotabilidad. Es el volumen del objeto sumergido, y no
su peso, lo que determina la fuerza de flotabilidad. Esa fuerza es igual al peso del
volumen de fluido desplazado.

Sin embargo, en la flotación sí interviene el peso de un objeto. Que un objeto se hunda o


flote en un líquido depende de cómo se compara la fuerza de flotabilidad con el peso del
objeto. Éste a la vez depende de la densidad del objeto.
Examina las siguientes tres reglas sencillas:
1. Si un objeto es más denso que el fluido en el que se inmerge, se
hundirá.
2. Si un objeto es menos denso que el fluido en el que se inmerge,
flotará.
3. Si la densidad de un objeto es igual que la densidad del fluido en el
que se inmerge, ni se hundirá ni flotará.

Principio de Pascal
Uno de los hechos más importantes sobre la presión de los fluidos es que un cambio de
presión en una parte del fluido se transmitirá íntegro a las demás partes.

Por ejemplo, si la presión del agua potable aumenta 10 unidades de presión en la


estación de bombeo, la presión en todos los tubos del sistema conectado aumentará 10
unidades. A esta regla se le
llama principio de Pascal
Un cambio de presión en cualquier parte de un fluido confinado y en repo-
so se transmite íntegro a todos los puntos del fluido.
Blaise Pascal descubrió este principio en el siglo XVII y en su honor
se nombró la unidad SI de presión, el pascal (1 Pa 1 N/m2).

Tensión superficial

Imagina que cuelgas un trozo de alambre limpio doblado en un resorte helicoidal


sensible, que bajas ese alambre al agua y después lo subes. Al tratar de retirar el alambre
de la superficie del agua, verás que el resorte se estira, lo
cual indica que la superficie del agua ejerce una fuerza apreciable sobre el alambre. La
superficie del agua se resiste a estirarse, por su tendencia a contraerse.

También podrías verlo cuando se moja un pincel fino. Cuando el pincel está bajo
el agua, las cerdas se esponjan casi como si estuvieran secas; pero cuando se saca el
pincel del agua, la capa superficial de agua se contrae y junta las cerdas entre sí. Esta
tendencia de la superficie de los líquidos a contraerse se llama
tensión superficial.
La tensión superficial explica la forma esférica de las gotas de los líquidos.
Las gotas de lluvia, las gotas de aceite y las gotas de un metal fundido que caen
son esféricas, porque sus superficies tienden a contraerse y a hacer que cada gota
adopte la forma que tenga la mínima superficie. Esa forma es la esfera, la figura
geométrica que tiene la superficie mínima para determinado volumen. Por esta
razón las gotas de niebla y de rocío en las telarañas, o en las gotas de las hojas
aterciopeladas de las plantas son casi esféricas.

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