Actividad 6. Tema Reseña Crítica

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Actividad 6. Recuperación de conocimientos. Reseña crítica.

Lee la reseña crítica de la obra “Como agua para chocolate” e identifica mediante llaves
(SUBRAYA) de colores los elementos que se indican en la tabla y coloca el nombre según
corresponda.

Entre el amor y la cocina


Laura Esquivel
Como agua para chocolate
México
Planeta, 1989.

Laura Esquivel nació en la Ciudad de México en 1950. Su novela Como es un


acontecimiento literario; se ha traducido a más de 30 idiomas, fue llevada al cine de agua
para chocolate, manera exitosa, ella misma escribió el guión. Otros de sus libros son: La ley
del deseo, Tan veloz como las emociones, Estrellita marinera, Íntimas suculentas y la más
reciente Malinche.

En Como agua para chocolate, Laura Esquivel nos sitúa en la ciudad de Piedras Negras, a
principios de 1900, donde ocurren los hechos; narra la historia de dos enamorados, Tita y
Pedro, quienes ven con amargura cómo la tradición y la decisión de una madre (Mamá
Elena) egoísta y autoritaria les impide culminar sus sueños. La madre decide rechazar la
petición de Pedro para desposarse con Tita, pues de acuerdo con la tradición, la menor de
las hijas debe permanecer soltera para cuidar a la madre; en el colmo de la intransigencia,
propone a Pedro que despose a la hermana de Tita (Rosaura), quien permanece soltera.
Pedro acepta, con tal de estar cerca de su amada, lacerando el corazón de Tita, quien día a
día ve que su vida, su amor, su cuerpo se diluye como chocolate en el agua, sin prisas,
lenta pero inexorablemente.
Tita es una joven hermosa con un don excepcional para la cocina, la autora va narrando la
vida de Tita, de Pedro, de su familia sazonándola con toda una miscelánea de sabores, de
aromas, de recetas y consejos de la cocina mexicana, Tita amasa el pan con la levadura de
sus amores y desamores, es capaz de provocar sentimientos y emociones que permanecen
en lo profundo del alma. Cada capítulo nos despliega un platillo, cuya preparación describe
cuidadosamente para deleite del lector, quien saborea y se impregna de esa amalgama de
sentimientos que mezclan con maestría Tita y Laura Esquivel.

"Dicen que Tita era tan sensible que desde que estaba en el vientre de mi bisabuela lloraba
y lloraba cuando ésta picaba cebolla; su llanto era tan fuerte que Nacha, la cocinera de la
casa, que era medio sorda, lo escuchaba sin esforzarse. Un día los sollozos fueron tan
fuertes que provocaron que el parto se adelantara. Y sin que mi bisabuela pudiera decir ni
pío, Tita arribó a este mundo prematuramente, sobre la mesa de la cocina, entre los olores
de una sopa de fideos que estaba cocinando, los del tomillo, el laurel, el cilantro, el de la
leche hervida, el de los ajos y, por supuesto, el de la cebolla. Como se imaginarán, la
consabida nalgada no fue necesaria, pues Tita nació llorando de antemano, tal vez porque
ella sabía que su oráculo determinaba que en esta vida le estaba negado el matrimonio.

Contaba Nacha que “Tita fue literalmente empujada a este mundo por un torrente
impresionante de lágrimas que se desbordaron sobre la mesa y el piso de la cocina".

La novela se divide en capítulos que simulan una novela por entregas, mensual, como se
publicaban en aquella época. Al inicio, enlista los ingredientes de un platillo cuyo
procedimiento va describiendo al mismo tiempo que narra los hechos que se viven; al leerla,
los sentimientos y las emociones se envuelven con aromas y sabores; además hace una
recopilación de remedios y consejos caseros para lograr mejores platillos o aliviar molestias.
Así se recuperan una serie de recetas que una familia ha amalgamado a través de
generaciones.

"Mientras le ponía el emplasto de papas, observaba el amado rostro de Pedro. Ni señas


quedaban de sus pobladas cejas y sus grandes pestañas. El cuadrado mentón ahora tenía
forma oval por la hinchazón. A Tita no le importaba que fuera a quedar con alguna marca,
pero tal vez a Pedro sí. ¿Qué ponerle para evitar que le quedaran cicatrices? Nacha le dio
la respuesta, que a su vez 'Luz del amanecer' le había dado a ella: lo mejor en estos casos
era ponerle a Pedro corteza del árbol de tepezcohuite. Tita salió corriendo al patio y sin
importarle que la noche estaba muy avanzada levantó a Nicolás y lo mandó a conseguir esa
corteza, con el mejor brujo de la región".

La historia te seduce, te embruja... una vez que inicias su lectura deseas conocer más;
ahondar en las tradiciones de la época, deseas conocer cómo resuelven su amor Pedro y
Tita, luego el realismo mágico que prevalece en la obra te ayuda a interiorizar en los
sentimientos del corazón de una mujer enamorada y frustrada. Después te enamoran sus
recetas y las emociones-reacciones que provocan en los demás.

"Tita se esmeraba con angustia en cocinar cada día mejor. Desesperada, por las noches,
obviamente después de tejer un buen tramo de su colcha, inventaba una nueva receta con
la intención de recuperar la relación que entre ella y Pedro había surgido a través de la
comida. De esta época de sufrimiento nacieron sus mejores recetas. Y así como un poeta
juega con las palabras, así ella jugaba a su antojo con los ingredientes y con las cantidades,
obteniendo resultados fenomenales".

Es una obra que se lee de una vez, de una sentada; a través de sus páginas sufres con el
destino de este amor que se trunca por la fuerza de la tradición y la intransigencia de la
sociedad. Luego la relees para recordar algunas recetas que te fascinaron y que deseas
probar.

"Tal vez Pedro la había contagiado de su mal humor. Desde que regresaron al rancho y se
enteró de que Tita pensaba casarse con John andaba de un mal humor de los mil
demonios. Ni siquiera se le podía dirigir la palabra. Procuraba salir muy temprano y recorrer
el rancho a galope en su caballo. Regresaba por la noche justo a tiempo para la cena y se
encerraba en su recámara inmediatamente después. Nadie se explicaba este
comportamiento, algunos creían que era porque le había afectado profundamente la idea de
no volver a tener más hijos. Por lo que fuera, pero tal parecía que la ira dominaba los
pensamientos y las acciones de todos en la casa. Tita literalmente estaba 'como agua para
chocolate'. Se sentía de lo más irritable. Hasta el canturreo tan querido de las palomas, que
ya se habían reinstalado en el techo de la casa y que el día de su regreso le había
proporcionado tanto placer, en este momento la molestaba. Sentía que la cabeza le iba a
estallar como roseta de maíz".

Las mujeres solemos escribir de manera triste, dice Elena Poniatowska. Esta novela es
triste; sin embargo, lo que permanece después de leerla es el deseo de cocinar, de probar
las recetas, de festejar, de dar a la cocina mexicana y a la actividad del cocinero un sitio de
privilegio. La cocina mexicana trasciende fronteras y se reevalúa desde la situación de la
mujer que cocina para su familia. Esta obra liga, envuelve, encierra, alía la cocina con los
sentimientos más profundos que fortalecen a la familia, que la enlazan, que le dan
permanencia.

Poniatowska dice: "al terminar de leer el libro bendecía yo a Laura Esquivel, la cubría de
besos, tenía ganas de conocerla, de casarme con ella, de llorar de felicidad sobre las
cebollas finamente picadas, gozar del olor que despiden sus guisos, conocer a fondo todas
las recetas de vida, moler especias, pelar ajos, limpiar chiles".

Si has amado alguna vez, la novela te hará revivir los sentimientos más profundos del amor;
si no, te hará desear enamorarte; te hará preguntarte: ¿vale la pena una vida sin amor?, si
el amor es sufrimiento, ¿vale la pena el amor? Enamorado o no, vale la pena leer a Laura
Esquivel quien sitúa a flor de piel las emociones y te hace vibrar de pasión, de coraje, de
ternura, de dolor, de alegría, de amor. En esta novela además te seducen sus recetas; te
enamora, en fin, la alianza que hay entre la cocina y el amor.

Ramos, L, y De la Garza, A. (2014). “Tareas de lectura,


Expresión Oral y Escrita II”. (3a. ed.). México:
Editorial Pearson.

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