Alberto B. Bianchi
Alberto B. Bianchi
Alberto B. Bianchi
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VIII. DE LA FLEXIBILIDAD A LA DISTORSIÓN: LA HEGEMONÍA FÁCTICA DEL
PODER EJECUTIVO Y SUS CAUSAS................................................................. 87
1. Planteo ...................................................................................................................... 87
2. El liderazgo natural del Ejecutivo ............................................................................ 90
3. Las raíces históricas ................................................................................................. 94
4. La intervención estatal en la economía ................................................................... 96
5. El populismo............................................................................................................. 99
6. El centralismo fiscal ............................................................................................... 103
7. La potestad reglamentaria. Remisión. ................................................................... 105
8. El sistema electoral................................................................................................. 105
9. ............... 106
10. Las crisis económicas .............................................................................................. 112
1. Planteo
Está fuera de discusión que la Constitución de los Estados Unidos ha ejercido una
poderosa influencia sobre la nuestra. Lo sostuvo Gorostiaga como constituyente1 -
cuya influencia fue gravitante-2 y lo repitió luego como legislador;3 lo ratificó la Corte
Suprema,4 aunque luego moderó esta opinión;5 lo reconoció José María Zuviría, que
2 Ver: VANOSSI, Jorge R.: La influencia de José Benjamín Gorostiaga en la Constitución argentina
y en su jurisprudencia, Pannedille, Buenos Aires, 1970.
3 "[L]a federación será bien entendida si se comprende como en los Estados Unidos del Norte,
única federación modelo que existe en el mundo civilizado sesión del 31 de julio de
1863. Diario de la Cámara de Diputados de la Nación, t. I, p. 307.
4 El sistema de gobierno que nos rige no es una creación nuestra. Lo hemos encontrado en acción,
probado por largos años de experiencia y nos lo hemos apropiado , Lino de la Torre, Fallos 19-
231 (1877), esp. p. 236.
5 En Bressani c/ Provincia de Mendoza, Fallos 178-9 (1937), sostuvo que la Constitución era una
creación viva, impregnada de realidad argentina
2
había sido secretario del Congreso Constituyente6 y ha sido también la opinión de
buena parte de la doctrina por boca de Juan A. González Calderón,7 Alberto Padilla,8
Jorge R. Vanossi9 y Rafael López Rosas,10 entre otros.11
2. Las semejanzas
Veamos en primer lugar, cuáles son las semejanzas más importantes. Menciono, en
primer lugar, el régimen federal. No obstante haber optado por un federalismo
mucho más atenuado, lo que en su momento fue apuntado detalladamente por
Sánchez Viamonte,13 los constituyentes de 1853 se inspiraron en el régimen federal
6 ZUVIRÍA, José María: Los Constituyentes de 1853, Félix Lajouane, Buenos Aires, 1889, p. 85.
7 GONZÁLEZ CALDERÓN, Juan A.: Derecho constitucional Argentino, 3ª edición, Lajouane & Cía,
Buenos Aires, 1930, t. I, p. 321.
8 PADILLA, Alberto G.: La Constitución de Estados Unidos como precedente argentino, Jesús
Menéndez Librero, Buenos Aires, 1921.
10 LÓPEZ ROSAS, José Rafael: Historia Constitucional Argentina, 4ª edición, Astrea, Buenos Aires,
1990, pp. 494-495.
11 GARCÍA MANSILLA, Manuel José y RAMÍREZ CALVO, Ricardo: Las fuentes de la Constitución
Nacional. Los principios fundamentales del Derecho público argentino, Lexis-Nexis, Buenos
Aires, 2006.
13 SÁNCHEZ VIAMONTE, Carlos: Manual de Derecho constitucional, 4ª edición, Ed. Kapelusz, Buenos
Aires, 1967, pp. 81-83.
3
de los Estados Unidos, tal como reconoció Gorostiaga.14 Más aún, en Bressani c/
Provincia de Mendoza, ya citado,15 a pesar de sostener que la Constitución está
la Corte Suprema ha fundado
una unión indestructible de estados indestructibles rase tomada del caso
Texas v. White.16
14 Ver notas 1 y 3.
15 Ver nota 5.
16 74 U.S. 700 (1869). The Constitution, in all its provisions, looks to an indestructible Union
composed of indestructible States Ver p. 725.
17 Originariamente fue el artículo 83, luego de la reforma de 1860 fue el artículo 86 y, actualmente,
luego de la reforma de 1994, es el 99.
4
con dos cámaras: la de Representantes integrada con representación proporcional y
el Senado, donde cada estado tiene igual número de senadores.18
Por último, sin que esta mención agote todos los parecidos, debe mencionarse que la
cláusula de supremacía del artículo VI de la Constitución norteamericana, fue
reproducida con absoluta fidelidad en nuestro artículo 31. Ello explica que la
interpretación inicial de nuestra Corte Suprema sobre la igualdad jerárquica entre
tratados internacionales y leyes del Congreso concordaba con la de la Corte
norteamericana.21 Así fue establecido por la Corte argentina en casos como Martín &
Cía. Ltda. c/ Administración General de Puertos22 y Esso S.A. Petrolera c/ Nación
Argentina.23 Posteriormente, nuestra Corte modificó su interpretación al resolver el
18 Ver FARRAND, Max: The Framing of the Constitution, Yale University Press, New Haven, 1913, pp.
capítulos V y VI.
21 Desde The Cherokee Tobacco, 78 U.S. 616 (1871) seguido por una serie de casos posteriores tales
como Whitney v. Robertson, 124 U.S. 190 (1888), vinculado a un tratado con la República
Dominicana sobre venta de azúcar; Botiller v. Dominguez, 130 U.S. 238 (1889); Chae Chan Ping
v. United States, 130 U.S. 581 (1889) donde se declaró la constitucionalidad de una ley que
permitía la exclusión de trabajadores chinos de los Estados Unidos, en contra de lo establecido por
un tratado anterior; Fon Yue Ting v. United States, 149 U.S. 648 (1893), United States v. Lee Yen
Tai, 185 U.S. 213 (1902), y Johnson v. Browne, 205 U.S. 309 (1907), la Corte Suprema de los
Estados Unidos ha sostenido que el tratado posee igual jerarquía que la ley y por ende puede ser
modificado por una ley posterior. Posteriormente, esta regla fue morigerada estableciéndose que
un tratado sólo puede considerarse abrogado si la ley expresamente lo dice. Ver Cook v. United
States, 288 U.S. 102 (1933) respecto de un tratado con el Reino Unido sobre inspección de buques
ingleses sospechosos de contrabando de bebidas alcohólicas, lo que ha sido ratificado en varias
decisiones posteriores: Pigeon River Improvement, Slide & Boom Co. v. Charles W. Cox, Ltd, 291
U.S. 138 (1934), Menominee Tribe of Indians v. United States, 391 U.S. 404 (1968); Washington
v. Washington State Commercial Passenger Fishing Vessel Association, 444 U.S. 816 (1979);
Trans World Airlines Inc. v. Franklin Mint Corp., 466 U.S. 243 (1984). También se ha dicho que
para abrogar el tratado no basta el mero silencio de la ley, Weinberger v. Rossi, 456 U.S. 25
(1982).
5
caso Ekmekdjian c/ Sofovich,24 postura que mantuvo en casos posteriores25 y que
obtuvo rango constitucional en la reforma de 1994 con el artículo 75, inciso 22, con
ratificación de la jurisprudencia posterior.26
3. Las diferencias
Vayamos ahora a las diferencias sustanciales, que son varias. La primera, sin dudas,
es la cláusula religiosa. Los norteamericanos mediante la llamada Establishment
Clause de la Enmienda Primera,27 establecieron un Estado laico y completamente
indiferente ante el fenómeno religioso, al punto que se han dado casos como
McCollum v. Board of Education,28 originado en Illinois, en el cual la Corte Suprema
sostuvo que, bajo las Enmiendas I y XIV, no estaba permitido que educadores
privados, de numerosos credos, emplearan las instalaciones de las escuelas públicas,
sostenidas económicamente por los contribuyentes, para dar clases de religión a los
alumnos de esas escuelas.
25 Fibraca Constructora SCA c/ Comisión Técnico Mixta de Salto Grande, Fallos 316-1669 (1993) y
Hagelin c/ Nación Argentina, Fallos 316- 3176 (1993).
26 Cafés La Virginia S.A., Fallos 317-1282 (1994); Mangiante c/ AADI-CAPIF, Fallos 318-141 (1995),
Horacio Giroldi, Fallos 318- 514 (1995); Méndez Valles c/ A. M. Pescio S.C.A., Fallos 318-2639
(1995), Samuel Medina Jaramillo, Fallos 319-1464 (1996); Unilever NV c/ Instituto Nacional de
la Propiedad Industrial, Fallos 323-3160 (2000); Pfizer c/ Instituto Nacional de la Propiedad
Industrial, Fallos 325-1056 (2002) y Merck Sharpe & Dohme Limited c/ Instituto Nacional de la
Propiedad Industrial, Fallos 327-5332 (2004), entre otros.
6
no impiden la enseñanza de las religiones [en las escuelas
públicas] como fenómeno socio-culturales siempre y cuando tal enseñanza sea
objetiva y neutral 30 Como puede verse, lo que en Estados Unidos está
absolutamente prohibido, en la Argentina está permitido, bien que con las
limitaciones impuestas por el fallo citado.
Nadie podría negar que esta diferencia entre ambos sistemas es sensible. El Congreso
argentino -al menos en la letra de la Constitución- es mucho más poderoso que el
norteamericano, pues desde La Quiaca hasta Tierra del Fuego y desde la cordillera de
Los Andes hasta el puerto de Buenos Aires, puede legislar -de manera uniforme- en
materias tan trascendentes como el concepto de persona, la forma del matrimonio, la
tolerancia o represión del aborto, la existencia de pena de muerte, la noción de
contrato, la cantidad de derechos reales reconocidos por la legislación, el orden
sucesorio, etc. Incluso, la Corte Suprema ha establecido que la prescripción es una
materia que debe regular el Congreso, privando así a las legislaturas provinciales de
hacerlo, incluso, en materias de derecho local. Ejemplos de ello son los casos Filcrosa
S.A.31 y Bruno c/ Provincia de Buenos Aires.32 Nada de ello es de competencia del
Congreso en los Estados Unidos.
30 Castillo c/ Provincia de Salta, citado en nota anterior, considerando 37º, párrafo 10.
7
En este punto los constituyentes de 1853 siguieron el proyecto de Alberdi que, en su
artículo 85, inc. 233 reprodujo el artículo 170, inc. 1 de la llamada Constitución de la
Monarquía Española, promulgada en Cádiz en marzo de 181234, que también
figuraba en la Constitución de 1826 y en la Constitución Chilena de 1933. Ello dio
lugar al artículo 99, inc. 2, que otorga al Poder Ejecutivo argentino facultades propias
para reglamentar las leyes, es decir, sin requerir habilitación legislativa previa, según
se ha sostenido reiteradamente.35
36 he (el Presidente) shall take care that the laws be faithfully executed
37 Se admite incluso que el Presidente bajo esta cláusula podría ejercer el veto de una ley
inconstitucional o negarse a ejecutarla. Para una discusión sobre este tema véase: TRIBE, Laurence
H.: American Constitutional Law, 3rd ed., Foundation Press, New York, 2000, t. I., pp. 725-730.
8
establecido el Poder Judicial federal sobre las mismas bases que la Constitución
norteamericana, los constituyentes argentinos nunca incorporaron la Enmienda
Décimo Primera que inhibe a la Corte Suprema y a los tribunales federales de
intervenir en demandas contra los estados.39 Esta Enmienda surgió como
consecuencia de las protestas suscitadas cuando la Corte de los Estados Unidos
decidió Chisholm v. Georgia,40 admitiendo una demanda contra el estado por las
deudas contraídas durante la Guerra de la Independencia.41
En nuestro país, por el contrario, no existe tal prohibición y las provincias pueden ser
demandadas ante los tribunales federales y también ante la instancia originaria de la
Corte Suprema, bien que esta jurisdicción se ha restringido mucho luego de los casos
Barreto c/ Provincia de Buenos Aires,42 y Mendoza c/ Nación Argentina,43 cuestión
ésta que he analizado anteriormente.44 De hecho en un antiguo caso45 la Provincia de
Buenos Aires sostuvo la incompetencia originaria de la Corte para intervenir en un
caso en el cual aquella estaba demandada y el Tribunal estableció específicamente
que nuestra Constitución no incorpora la Enmienda Décimo Primera.
40 2 U.S. (2 Dallas) 419 (1793). El caso produjo tal conmoción que inmediatamente fue adoptada la
Enmienda Décimo Primera. Para un estudio completo del caso y la Enmienda, véase ORTH, John
V. The Judicial Power of the United States - The Eleventh Amendment in American History,
Oxford University Press, Oxford, 1987.
9
sanciona la ley que declara la necesidad de la reforma; se eligen luego los
convencionales y la Convención, como órgano ad hoc, tiene la exclusiva y excluyente
onstitución. Aprobadas las reformas
por la Convención, éstas entran vigencia inmediatamente, sin que sea necesaria su
ratificación legislativa.
Como vemos, la reforma puede originarse en una ley del Congreso, sancionada con
mayoría de dos tercios en ambas cámaras, o bien a solicitud de las legislaturas de dos
tercios de los estados, en cuyo caso se convocará a una convención reformadora. En
ambos casos, para que la reforma entre en vigencia es necesario que sea aprobada
por tres cuartas partes de las legislaturas estatales. De estos dos procesos, sólo se ha
empleado hasta ahora el primero. Ninguna enmienda constitucional47 ha sido
sancionada por una convención constituyente.
46 The Congress, whenever two thirds of both Houses shall deem it necessary, shall propose
Amendments to this Constitution, or, on the Application of the Legislatures of two thirds of the
several States, shall call a Convention for proposing Amendments, which in either Case, shall be
valid to all Intents and Purposes, as Part of this Constitution, when ratified by the Legislatures of
three fourths of the several States or by Conventions in three fourths thereof, as the one or the
other Mode of Ratification may be proposed by the Congress; Provided that no Amendment
which may be made prior to the Year One thousand eight hundred and eight shall in any
Manner affect the first and fourth Clauses in the Ninth Section of the first Article; and that no
State, without its Consent, shall be deprived of its equal Suffrage in the Senate
10
Así, mientras en la Argentina el proceso de reforma se lleva a cabo por dos órganos
del gobierno federal (el Congreso y la Convención), en los Estados Unidos el rol de
las legislaturas estatales es vital, pues de ellas depende, en definitiva, la aprobación
de la enmienda. Este proceso puede demorar algún tiempo. El récord lo tiene la
Enmienda XXVIII,48 que esperó para ello más de 202 años. Propuesta para su
ratificación en septiembre de 1789, fue aprobada recién en mayo de 1992.49
Finalmente, aunque sin agotar las diferencias entre nuestra Constitución y la de los
Estados Unidos, cabe anotar dos más, directamente relacionadas con la separación
de poderes.
mediante el ejercicio de
facultades propias tal
atribución ejercida hasta ahora por el Presidente de la República, no deriva de
fundamento alguno constitucional ni legal, y en cierto modo afecta, sin atendible
justificativo, el principio de la independencia de los Poderes, una de las bases
esenciales de las instituciones políticas que nos rigen 51 Años después, el cargo dejó
de ser vitalicio. Por Acordada del 4 de agosto de 1947,52 se dispuso que el término
del mandato es de tres años. En la actualidad la elección del Presidente de la Corte
48 La Enmienda XXVII, con fundamento en el principio ético de que nadie debe fijarse el sueldo a sí
mismo, establece que los sueldos que los senadores y diputados se fijen a sí mismos, no entrarán a
regir sino hasta la siguiente elección de diputados, dando así la posibilidad de que sean revisados.
49 En 1982, Gregory Watson, por entonces un estudiante de segundo año de la Universidad de Texas
en Austin, mientras preparaba un trabajo de investigación descubrió que la ratificación de la
Enmienda había caído en el olvido. Su profesora le otorgó una baja calificación por el trabajo y,
molesto con su nota, comenzó laboriosa una campaña para que concluyera el proceso de
ratificación. Cuando la Enmienda fue finalmente ratificada, su antigua profesora -treinta y cinco
años después- revisó la nota y le otorgó la máxima calificación. Ver: LARGEY
that Changed the U.S. Constitution National Public Radio, 2018, en:
https://www.npr.org/2017/05/05/526900818/the-bad-grade-that-changed-the-u-s-constitution
50 Fallos 158-290.
52 Fallos 210-5.
11
está regida por el artículo 79 del Reglamento para la Justicia Nacional,53 El
presidente de la Corte Suprema y vicepresidente serán elegidos por mayoría
absoluta de votos de los ministros del Tribunal y durarán tres años en el ejercicio
de sus funciones 54
53 Acordada del 17/12/1952, publicada en Fallos: 224-575, según acordadas 16/1988, del 19/4/1988,
Fallos 311-19 y 22/1993, del 23/4/1993, Fallos 316-20.
54 Texto según Acordadas Nos. 16/1988, del 19/4/1988, y 22/1993, del 23/4/1993.
ha intentado definirlo pero nunca ha sido muy precisa. La mayor exactitud en la definición
aparece en Edmond v. United States, 520 U.S. 651 (1997) donde dijo algo que suena a verdad de
[g] ome
higher ranking officer or officers below the President: Whether one is an "inferior" officer
depends on whether he has a superior. It is not enough that other officers may be identified who
formally maintain a higher rank, or possess responsibilities of a greater magnitude 520 U.S.
en pp. 662-663.
57 Todo ellos conforman la llamada Executive Office of the President (EOP) bien que no se trata de
Uno de ellos es el Chief of Staff, principal asesor del Presidente, persona de su más entera
confianza y, en la práctica, la figura más importante en la Casa Blanca luego de éste. El cargo fue
creado bajo la presidencia de Truman, que le encomendó la tarea a John Steelman (1946-1952),
pero creció enormemente bajo Sherman Adams (1953-1958) designado por Eisenhower. El Chief
of Staff opera como escudo del Presidente y su tarea, como tal, consiste en filtrar, controlar y
cial. Cualquiera que desee plantear un asunto al
Presidente debe someterlo primero al Chieff of Staff. Sus cometidos incluyen, también, llevar a
cabo algunas tareas desagradables, que el Presidente prefiere evitar. H.R. Haldeman, Chief of Staff
de Nixon di every President needs his son-of-a-bitch to do the dirty work
él mismo había tenido que hacer. Después de ganar la reelección presidencial en 1972, Nixon
convocó a todo el personal de la Casa Blanca y les agradeció la colaboración prestada.
Inmediatamente dejó la reunión en manos de Haldeman quien, sin más preámbulos, les pidió a
12
Finalmente, sin agotar la nómina de las diferencias, también difiere el llamado
personas, pues es individual y nominado y en los efectos, ya que el indulto solo borra
la pena, pero no elimina el delito. En los Estados Unidos, esta facultad recae
todos que entregaran sus renuncias. Vid. NELSON, Michel (ed.), Guide to the Presidency,
Congressional Quarterly, Washington D.C., 1989, pp. 930-931.
También ocupa una posición relevante el National Security Advisor (NSA) o Assistant to the
President for National Security Affairs (APNSA), un cargo originado durante la presidencia de
Truman que creció exponencialmente cuando lo ocupó Henry Kissinger durante la presidencia de
Nixon. Recordemos que Kissinger fue la figura dominante durante esa época en materia de
política internacional. Negoció el cese del fuego en la Guerra de Vietnam y promovió el
acercamiento de los Estados Unidos con China. Algo similar ocurrió con Zbigniew Brzezinski bajo
el gobierno e Jimmy Carter, que entre otros cometidos, tuvo a su cargo la negociación del segundo
Strategic Arms Limitation Treaty (SALT II) con la Unión Soviética. Todo ello ha levantado voces
reclamando que la designación del asesor nacional de seguridad requiera acuerdo del Senado. Vid.
Nelson, Guide to the Presidency, citado más arriba en esta nota, pp. 955-958.
58 Tal como señala Gregorio Badeni, la amnistía solo puede ser declarada por el Congreso y no por
las legislaturas provinciales. Ello es así en la medida que solo al Congreso le corresponde crear
delitos y, por lo tanto, tiene también la prerrogativa exclusiva de eliminarlos, que es el objeto
específico de la amnistía, es decir, la eliminación de la criminalidad de un hecho. BADENI,
Gregorio: Tratado de Derecho constitucional, 3ª edición, La Ley, Buenos Aires, 2010, t. III, p.
488.
59 No existe ninguna discusión sobre este punto en la doctrina constitucional argentina. Todos los
comentaristas de la Constitución coinciden en que la amnistía tiene como finalidad eliminar la
a aministía es
una ley de olvido: se envuelve en ella una remisión absoluta y general que no corresponde a
ninguna otra forma de clemencia DE VEDIA, Agustín: Constitución Argentina, Imprenta y Casa
Editora de Coni Hnos., Buenos Aires, 1907, p. 317). González Calderón, más tarde, lo explicó con
palabra -decía- significa pérdida de la memoria u
ante la conciencia social, porque se supone en virtud de tal acto legislativo que ese hecho no
ocurrió, o por lo menos que no era delictuoso González Calderón, Derecho constitucional
argentino, cit. en nota 7, t. III, p. 203). Bielsa era de la misma opinión (Bielsa, Derecho
constitucional, obra citada en nota 35, p. 593) y Bidart Campos, por su lado, ha dicho que
onceder aministías generales es disponer el olvido o perdón de los delitos BIDART CAMPOS,
Germán J.: Tratado elemental de Derecho constitucional argentino, Ediar, Buenos Aires, 1993, t.
II, p. 189) afirmación que comparten: Bidegain, (BIDEGAIN, Carlos María: Curso de Derecho
constitucional, versión revisada por O. J. Gallo, E. L. Palazzo y G. C. Schinelli, Abeledo Perrot,
Buenos aires, 1996, t. IV, p. 195), Badeni, (obra y página citada en nota 58), Sagüés ( SAGÜÉS,
Néstor P.: Manual de Derecho constitucional, 2ª edición, Astrea, Buenos Aires, 2016, p. 446),
Gelli, (GELLI, María Angélica: Constitución de la Nación Argentina - Comentada y concordada, 5ª
edición, La Ley, Buenos Aires, 2018, t. II, p. 253), Quiroga Lavié (QUIROGA LAVIÉ, Humberto:
Constitución de la Nación Argentina - comentada, 4ª edición, Zavalía, Buenos Aires, 2007, p.
381), Perez Guilhou (PEREZ GUILHOU, Dardo: mnistía política en la obra colectiva:
Atribuciones del Congreso Argentino, Depalma, Buenos Aires, 1986, pp. 307-331, esp. p. 311) y
Manili (MANILI , en la obra colectiva Sabsay, Daniel (dir.) y Manili, Pablo
(coord.): Constitución de la Nación Argentina, Hammurabi, Buenos Aires, 2010, t. 3, pp. 652-
680, esp. p. 653).
13
exclusivamente en el Presidente,60 quien emite un perdón de efectos amplios,
equivalente a una amnistía, bien que de alcances individuales.61
Hace algunos años sostuve que era un poder en construcción.62 Quería decir con ello
que la reforma constitucional de 1994, sin pretenderlo expresamente, le había
otorgado todos los atributos formales de un poder del Estado. Sin embargo, para
serlo verdaderamente, le faltaba todavía erigirse institucionalmente como tal. Ponía
británico y la
Corte Suprema, tanto en los Estados Unidos, como en la Argentina.
60 En United States v. Wilson, 32 U.S. 150 (1833) la Corte, por el voto del Chief Justice Marshall,
después, en Biddle v. Perovich, 274 U.S. 480 (1927) la Corte entendió que no era un acto
particular de gracia destinado a favorecer a un individuo, sino una facultad constitucional
otorgada con miras al interés general.
61 El leading case en este materia es Ex parte Garland 71 U.S. 333 (1867), relativo al perdón
otorgado a A. H. Garland por haber participado durante la Guerra Civil en la rebelión contra los
Estados Unidos formando parte del llamado Congreso de los Estados Confederados.
14
Antes de la reforma de 1994 un sector de la doctrina opinaba que pertenecía al Poder
Ejecutivo,65 otra corriente, no menos numerosa, entendía que se trataba de un
órgano del Poder Judicial.66 En esta segunda postura me enrolé personalmente tal
como puse de manifiesto en dos publicaciones efectuadas hace ya varios años.67 En
1990, con el dictado de la ley 23.774, la cuestión se inclinó -por espacio de unos
pocos años- a favor de la tesis ejecutiva. De acuerdo con lo que establecido en ella, el
Procurador General de la Nación ya no integraba la Corte Suprema de Justicia sino
que actuaba ante ella.68
65 ALSINA, Hugo: Tratado teórico práctico de Derecho procesal civil y comercial, Ediar, Buenos
Aires, 1957, t. II, p. 329; JOFRE, Tomás: Manual de procedimiento civil y penal, Valerio Abeledo,
Buenos Aires, 1924, t. I, p. 228; ODERIGO, Mario: Derecho procesal penal, Depalma, Buenos Aires,
1973, p. 218, n. 205.
66 VANOSSI
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Departamento de Publicaciones, Separata de la Revista
Jurídica de Buenos Aires, 1965-I/II, pp. 45- vez sobre el
El Derecho, t. 101, pp. 528; PALACIO, Lino: Derecho procesal civil, Abeledo
Perrot, Buenos Aires, 1979, t. II, p. 594; RUBIANES, Carlos: Manual de Derecho procesal penal,
Depalma, Buenos Aires, 1977, t. II, p. 31.
68 El cambio en el verbo empleado fue sencillo, pero trascendente, y sugirió la idea de que el
Ministerio Público había dejado de pertenecer a la esfera judicial. De hecho, el Procurador
General, que hasta ese momento era designado por el Presidente con acuerdo del Senado -como si
se tratara de un magistrado judicial- pasó a ser nombrado directamente por Decreto, y,
consecuentemente, perdió también la estabilidad en el cargo, ya que su asimilación a un ministro
del Poder Ejecutivo fue completa.
15
Nunca compartí esta idea que permite la existencia de órganos de gobierno sin
pertenencia a alguno de los poderes del Estado.72 En todo caso, el Ministerio Público
fue un órgano extra poder del Poder Judicial, hasta la sanción de la ley 23.774 y luego
de ella se convirtió en órgano extra poder del Poder Ejecutivo hasta la reforma de
1994. Es cierto que el artículo 3, apartado G de la Ley 24.309 disponía que debía ser
un órgano extra poder, pero creo que la reforma, sin proponérselo expresamente, fue
más lejos de ello.
Constitución tiene una sección propia, la Sección Cuarta, ubicada dentro del Título
Ministerio Público debe ejercer sus funciones "... en coordinación con las demás
autoridades de la República" (agrego el subrayado).
72 Esta teoría desarrollada hace ya muchos años por Bidart Campos (BIDART CAMPOS, Germán J.:
Derecho constitucional del poder, Ediar, Buenos Aires, 1967, t. I, p. 129 y ss.) fue reiterada luego
Nuestro derecho constitucional del poder incorporó a la estructura de
órganos del gobierno federal un ministerio que hemos calificado como órganos 'extrapoderes'
porque no forma parte de ninguno de los tres poderes que componen la tríada clásica. Se acopla
al poder ejecutivo unipersonal sin formar parte de él BIDART CAMPOS, Germán J.: Tratado
elemental de Derecho constitucional, 2ª ed., Ediar, Buenos Aires, 1993, t. II, p. 343. La
observación de Bidart Campos es correcta pues el Poder Ejecutivo, como órgano unipersonal, es
secundado en sus tareas por otros órganos (los ministros) que se hallan fuera de aquel y que, por
la órbita del poder ejecutivo, por ello Bidart Campos aclaraba que se acoplan al poder ejecutivo sin
formar parte de él. No se encuentran, entonces, fuera de la rama ejecutiva del gobierno, sino fuera
del gobierno, hay un órgano principal, destinatario de la función principal asignada a ese poder y
puede haber, asimismo, otros órganos, que colaboren con aquel. Tales son los órganos extra
poderes. Desde esta perspectiva, la existencia de órganos extra poder no implica que éstos se
hallen desligados de todos los poderes del Estado, formando una suerte de constelación separada e
independiente. Significa, en todo caso, que integran necesariamente alguno de los tres poderes, en
forma separada y coadyuvante del órgano principal. Cada poder del Estado, entonces, puede tener
sus órganos extra poder que, si bien no lo integran, le pertenecen, pues están dentro de su órbita.
Bajo esta perspectiva, la reforma constitucional de 1994 fue pródiga en la creación de órganos
extra poderes, ubicados dentro de cada rama del gobierno. En el Poder Ejecutivo se introdujo el
Jefe de Gabinete, dentro del Poder Legislativo aparecieron la Auditoría General de la Nación y el
Defensor del Pueblo y en el Poder Judicial fue creado el Consejo de la Magistratura. En opinión de
órgano extra
poderes al lado del Poder Judicial BIDART CAMPOS, Germán J.: Manual dela Constitución
reformada, Ediar, Buenos Aires, 1997, t. III, p. 361).
16
Entonces, ser una Autoridad de la Nación ¿le confiere al Ministerio Público, de por sí,
Si bien posee los atributos propios de un
poder (independencia, autonomía y autarquía), la Constitución no lo no menciona
expresamente como tal y, además, no lo será mientras no construya su propio
un híbrido constitucional.
No cabe duda alguna de que en la Argentina los tres poderes (y, desde la reforma de
1994, el Ministerio Público) son jerárquicamente iguales desde el punto de vista de la
teoría constitucional. Esta equiparación fue expresamente puesta de manifiesto por
la Corte Suprema el mismo año de su instalación (1863) cuando resolvió el caso
Ramón Ríos73 siendo un principio fundamental de nuestro
sistema político la división del Gobierno en tres grandes Departamentos, el
Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, independientes y soberanos en su esfera, se
sigue forzosamente que las atribuciones de cada uno le son peculiares y exclusivas;
pues el uso concurrente o común de ellas harían necesariamente desaparecer la
línea se separación entre los tres altos poderes políticos, y destruiría la base de
nuestra forma de Gobierno ,74 doctrina que ha sido repetida en forma constante75
hasta el presente, en casos como Provincia de Catamarca c/ Provincia de Salta76 y
Centro de Estudios para la Promoción de la Igualdad y la Solidaridad y otros c/
Ministerio de Energía y Minería.77
75 Bidegain c/ Junta Nacional de Carnes, Fallos 287-250 (1973); Cohen c/ Instituto Nacional de
Cinematografía, Fallos 313-228 (1990); Provincia del Chaco c/ Estado Nacional (Senado de la
Nación), Fallos 321-3236 (1998), entre muchos otros.
17
pretende fundar en una presunta voluntad de la mayoría del pueblo, es insostenible
dentro de un sistema de Gobierno cuya esencia es la limitación de los poderes de los
distintos órganos y la supremacía de la Constitución. Si el pueblo de la Nación
quisiera dar al Congreso atribuciones más extensas que las que ya le ha otorgado o
suprimir alguna de las limitaciones que le ha impuesto, lo haría en la única forma
que él mismo ha establecido al sancionar el artículo 30 de la Constitución.
Entretanto ni el Legislativo ni ningún departamento del Gobierno puede ejercer
lícitamente otras facultades que las que le han sido acordadas expresamente o que
deben considerarse conferidas por necesaria implicancia de aquéllas. Cualquiera
otra doctrina es incompatible con la Constitución, que es la única voluntad popular
.79
la dinámica interna que le es propia, hace inevitable que uno de los tres órganos
sobresalga y asuma una posición preeminente, que estará en relación directa con el
grado de coordinación requerido por la función gubernamental. Los tipos clásicos,
como se sabe, son dos: preeminencia del Parlamento (régimen de asamblea) o
preeminencia del Ejecutivo (régimen presidencial y régimen parlamentario actual).
El autor citado menciona como sostén de su tesis el caso Mario Martínez Casas,81
que lleva su firma como juez de la Corte Suprema y dice que en esa sentencia la Corte
da por cierto
esquema de Oyhanarte, donde la preeminencia la tiene el Poder Legislativo o el
Poder Ejecutivo, esto prueba, a su juicio, que la preeminencia la tiene el Ejecutivo.
80 OYHANARTE, Julio: Poder político y cambio estructural en la Argentina, Paidós, Buenos Aires,
1969, p. 83.
18
Sin perjuicio de la autoridad del citado autor, creo que esta es una forma demasiado
indirecta y forzada de probar la preeminencia del Poder Ejecutivo. De todos modos,
fiel a su convicción, Oyhanarte llegó a sostener años después,82 en su voto en el caso
Peralta c/ Estado Nacional,83 que el Decreto 36/1990 era una ley.84
Una opinión similar expuso Perez Guilhou quien, luego de analizar la organización
del Poder Ejecutivo en las Bases de Alberdi? e puede sacar como
balance de lo expuesto que en la mente de nuestro autor [Alberdi] no está ni la
separación absoluta de poderes, ni la igualdad de ellos ni el equilibrio. Todo está
armado para que el gobierno lo ejerza predominantemente el ejecutivo 85
82 Recordemos que Julio Oyhanarte fue juez de la Corte Suprema en dos períodos: 1958-1962 y
1989-1991.
19
conceder facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo86 y el artículo 109, que
prohíbe al Poder Ejecutivo arrogarse el conocimiento de causas judiciales pendientes
ni restablcer las fenecidas.87
extranjero. Está moldeada -como lo está ahora el artículo 36- en el temor a que
alguien vuelva a alzarse contra el orden institucional. Es por eso que De Vedia decía
como una protesta que se levanta del fondo de la historia 88
Y fue esta una ruptura que, con luces y sombras, la Corte siempre encontró la forma
de darle cobertura formal desde el caso Martínez c/ Otero,89 donde sostuvo que
Vendrían luego las célebres acordadas del 10 de septiembre de 193090 y del 4 de junio
de 1943,91 en las cuales el Tribunal intentó establecer los límites del Poder Ejecutivo
de facto y los casos que legitimaron numerosas decisiones de estos gobiernos, tales
como Administración de Impuestos Internos c/ Malmonge Nebreda;92 Avellaneda
Huergo c/ Gobierno Nacional;93 Enrique Arlandini;94 Martín & Cía Ltda. c/
87 Artículo 109. En ningún caso el Presidente de la Nación puede ejercer funciones judiciales,
arrogarse el conocimiento de causas pendientes o restablecer las fenecidas.
88 DE VEDIA, Agustín: Constitución Argentina, Imprenta de Coni Hnos., Buenos Aires, 1907, p. 128.
90 Fallos 158-290.
91 Fallos 196-5.
20
Erazo;95 Ziella c/ Smiriglio Hnos.;96 Lopardo Petrucci c/ Amoroso Copello;97 Juan
Domingo Perón;98 José María Sagasta;99 Alberto Cassino;100 Lanfranchi de Escala
c/ Jaureguiberry;101 Ricardo Molinas;102 Arias c/ Nación Argentina;103 Jaime
Lokman,104 etc.
Podrá decirse -con razón- que de este listado algunos fallos fueron dictados por
La segunda fue tomada por Alberdi de la Constitución de Chile y es, al igual que la
anterior, una norma valiosa, bien que debe ser puesta en el contexto de la permisión
constitucional de los tribunales administrativos a la que me referiré más abajo, que
en modo alguno incurren en la prohibición del artículo 109. Lo que este no permite
es que el Poder Ejecutivo interfiera con una causa judicial en trámite o pretenda
desconocer la cosa juzgada o la decisión que concluye con una causa judicial. Por el
21
contrario, los tribunales administrativos son siempre una instancia previa a la que se
desarrollará ante el Poder Judicial, quien podrá revisar lo decidido en sede
administrativa. Tal es la doctrina de la Corte que nace del caso Fernández Arias c/
Poggio,107 que comentaré más abajo.108
una hermosa frase que los años y su repetición constante, han convertido en un ícono
del Derecho Constitucional.112 Sin embargo, para que esa Constitución, que estaba a
punto de ver la luz, se convirtiera en el instrumento de la ordenación política y
moral de la Nación como fuera calificada casi ocho décadas después por la Corte,
109 Una función que se ha asignado desde Benjamín Calvete, Fallos 1-340 (1864).
111 OYAHNARTE Historia del Poder Judicial Revista Todo es Historia, Nº 61, año 1972, pp.
____-______.
22
hacía falta que ésta le fuera dando sentido, significado y realidad a sus palabras. 113 Y
lo hizo. Fue una tarea ímproba, que estaba anunciada -como una profecía- en las
palabras que José Guastavino, su primer secretario, escribió al comienzo de la
Colección de Fallos.114 Mereció por ello el temprano elogio de Bartolomé Mitre al
despedir los restos de Francisco de las Carreras115 y de José Benjamín Gorostiaga116 y
dio pie para que, años después, Vicente Gallo dijera que muchas de las páginas de
nuestra historia encuentran su verdadero sentido en los fallos del Tribunal.117
114 te Suprema -decía Guastavino en su Prefacio- que con la justicia de sus fallos y con su
acción sin estrépito pero eficaz, está encargada de hacer que la Constitución eche hondas raíces en
el corazón del pueblo, se convierta en una verdad práctica, y los diversos poderes, nacionales ó
115 Pero era necesario -decía Mitre- complementar esa Constitución; era necesario, consolidar a la
par del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo que son siempre las primeras manifestaciones de
la vitalidad política, el supremo Poder Judicial que impera sobre las pasiones, que corrige sus
extravíos, que garante la paz de los pueblos y de los ciudadanos y que gobierna a todos en
nombre de la razón con la fuerza invencible de la ley Citado por VANOSSI, Jorge R.: Teoría
constitucional, 3ra edición, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2013, t. II, p. 770, n. 2.
116 "la ley teórica, la ley muda, la ley muerta, se hizo carne y sangre, habló por labios vivos, tuvo
acción en los hombres, dominó sobre los pueblos". Citado por ZAVALÍA, Clodomiro en Historia de
la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina, Casa Jacobo Peuser, Buenos Aires, 1920,
p. 65.
117 Prólogo a la obra de: PÉREZ, Felipe S.: Tratado sobre la Jurisprudencia de la Corte Suprema,
Ideas, Buenos Aires, 1941.
23
capacidad de enmendar su propio error ... Ella puede cometer errores. Sus
miembros no tienen la pretensión de hallarse investidos con el divino don de la
infalibilidad. Pero cualquier Tribunal a que se invista con la facultad de juzgar en
último resorte, ha de hallarse en la misma situación, pero no puede concebirse
Tribunal alguno que no haya de ser desempeñado por hombres".119
Por su lado, la Procuración General -en varios fallos a los cuales la Corte se remite-
no
obstante que las decisiones de la Corte Suprema se circunscriben a los procesos
concretos que le son sometidos a su conocimiento, no cabe desentenderse de la
fuerza moral que emana de su carácter supremo sin verter argumentaciones que la
contradigan pues, dada la autoridad institucional de los fallos del Alto Tribunal en
121 Provincia de Córdoba c/ Mattaldi Simón Limitada S.A., Fallos 205-614 (1946); Beltrán Velázquez
c/ Vallejo Sáenz, Fallos 255-119 (1963); Banco Popular de La Plata S.A., Fallos 264-443 (1966);
Sociedad Anónima de Cerámica y Metalurgia Ferrum c/ Cía. Argentina de Enlozados y Anexos
(C.A.P.E.A.), Fallos 293-531 (1975); González c/ Banco Supervielle de Buenos Aires, Fallos 300-
1144 (1978); Macías c/ Canale, Fallos 305-935 (1983); Carlos R. Borthagaray, Fallos 312-2187
(1989); Rousselot c/ Concejo Deliberante de Morón, Fallos 314-89 (1991); Ernesto Sanabria,
Fallos 317-95 (1994); Sisto c/ Dirección Nacional de Vialidad, Fallos 321-2114 (1998); Estado
Nacional (Estado Mayor General del Ejército) c/ Provincia de Tucumán, Fallos 323-851(2000);
Eduardo Emilio Sosa, Fallos 325-2723 (2002); Asociación de Bancos Públicos y Privados de la
República Argentina y otros c/ Provincia de San Luis, Fallos 327-5106 (2004); Astorqui y Cía
S.A., Fallos 329-5064 (2006); Municipalidad de Magdalena c/ Shell CAPSA y otros, Fallos 330-
2017 (2007); Pocovi c/ Brennan, Fallos 334-582 (2011), entre otros.
24
su carácter de supremo intérprete de la Constitución Nacional y las leyes, de ello se
deriva el consecuente deber de someterse a sus precedentes 124
Bajo el imperio de estos principios, la Corte Suprema ha regido, desde 1863, la vida
jurídica de la Nación. Sus opiniones no siempre han sido coincidentes y muchas
pueden ser desacertadas. Tampoco reflejan una línea inmutable o continua de
us miembros no tienen la pretensión de
, como ella misma lo
reconoció en el caso Ocampo antes citado, ni pueden permanecer sordos a las
cambiantes realidades de cada época.
Basta con recordar algunos de sus principales fallos, para entender la influencia
decisiva que ha ejercido la Corte Suprema en el diseño de la vida institucional de
nuestro país. Una rápida, quizás no muy ordenada e inevitablemente incompleta
mirada a esta jurisprudencia, pues no intento hacer aquí una historia del Tribunal
que, entre otras, cuenta ahora con un estudio muy pormenorizado,125 permite
observar que la Corte:
124 Plá c/ Estado Nacional - Ministerio de Defensa [P. 436. XLVI] 26/09/2012 y Romero c/ Lema,
Fallos 332-1488 (2009).
125 SANTIAGO, Alfonso (.) (dir.), Historia de la Corte Suprema Argentina, Marcial Pons, Buenos Aires,
2013, 3 tomos.
126 Sus fallos fundadores son Caffarena c/ Banco Argentino Del Rosario de Santa Fe, Fallos 10-427
(1871); Eduardo Sojo, Fallos 32-120 (1887) y Municipalidad de la Capital c/ Elortondo, Fallos 33-
162 (1888), no obstante que en este último caso el control fue ejercido sobre la calificación de
utilidad pública en una expropiación, en contradicción con lo que la Corte había establecido,
obiter dictum, algunos años antes en Procurador Fiscal de Santa Fe c/ Hué, Fallos 4-464 (1867).
Desde Elortondo, la Corte no volvió a ejercer control sobre la calificación de utilidad pública, con
excepción del caso Nación c/ Ferrario, Fallos 251-246 (1961), donde la ausencia de interés público
en la expropiación era manifiesta.
127 Desarrollada por primera vez en Cullen c/ Llerena, Fallos 53-420 (1893), la doctrina de las
cuestiones políticas corre a lo largo de toda la historia de la Corte. Desde mediados de la década de
1980 en adelante, la Corte ha excluido del ámbito de las cuestiones políticas varios casos como,
por ejemplo, el juicio político. Luis Magín Suárez, Fallos 310-2485 (1985) y Alberto Oscar
Nicosia, Fallos 316-2940 (1993) fueron los casos pioneros. Entre los fallos más recientes sobre
esta materia puede verse Patricia Gutiérrez, Fallos 340-2311 (2017) y Eduardo Samamé, Fallos
341-54 (2018).
25
del caso judicial;128 (d) la ampliación o restricción de su competencia
originaria,129 (e) la declaración de inconstitucionalidad del recurso
ordinario130 y (f) las reglas para admitir o desechar el recurso
extraordinario,131 132
128
incluye, por ejemplo, la acción declarativa de inconstitucionalidad o supuestos como el del caso
Halabi c/ Poder Ejecutivo Nacional, Fallos 332-111 (2009) en el cual, aun siendo dudosa la
sobre la legitimación colectiva. Analizaré con más detalle esta cuestión en § VI.4.e.
129 La reducción de la competencia originaria ha sido sustancial, especialmente a partir del caso
Barreto c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 329-759 (2006). También se advierte esta reducción
en los casos en los cuales se aplican normas locales junto con las federales. Entre los precedentes
mas recientes puede verse Federación Argentina de la Magistratura c/ Provincia de Salta, Fallos
340-1614 (2017).
130 Itzcovich c/ ANSeS, Fallos 328-566 (2005) y Anadón c/ Comisión Nacional de Comunicaciones,
Fallos 338-724 (2015).
131 Si bien me atrevería a decir que casi toda la jurisdicción de la Corte es discrecional, el recurso
extraordinario constituye, por su propia esencia, la porción más discrecional de todas. La Corte lo
ha extendido y ampliado con movimientos pendulares que van desde creaciones jurisprudenciales,
como la doctrina de la arbitrariedad y la gravedad institucional, que abren la instancia
extraordinaria a horizontes no federales de apreciación muy subjetiva, hasta las restricciones
artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Ver BIANCHI El writ
rídico
indeterminado) El Derecho, t. 125, pp. 857 (1988).
132 José Roberto Dromi, Fallos 313-863 (1990); María Graciela Reiriz y Eduardo Casal [Recurso
deducido en los autos Alonso, Jorge] Fallos 317-1690 (1994); Unión Obrera Metalúrgica c/
Estado Nacional, Fallos 319-371 (1996) y Jorge Rodríguez, Fallos 320-2851 (1997).
133 En Soria de Guerrero c/ Bodegas y Viñedos Pulenta, Fallos 256-556 (1963) la reforma
constitucional fue considerada una cuestión política, tesis que Fayt c/ Estado Nacional, Fallos
322-1616 (1999) puso en crisis. Sin embargo, luego de Schiffrin c/ Poder Ejecutivo Nacional,
Fallos 340-257 (2017), parecería que la Corte ha vuelto a la tesis inicial.
26
pero también ha demorado ex profeso sus decisiones y, con el paso del
tiempo, devinieron abstractas;137
138 La Corte lo define adecuada proporción entre los fines perseguidos y los medios
elegidos para consumarlos definición que puede verse desde antiguos fallos, Horta c/
Harguindeguy, Fallos 137-47 (1922); Avico c/ De la Pesa, Fallos 172-21 (1934); Pedro Inchauspe
Hnos. c/ Junta Nacional de Carnes, Fallos 199-483 (1944); Cine Callao, Fallos 247-121 (1960) y
Peralta c/ Estado Nacional, Fallos 313-1513 (1990), hasta los más recientes: Sindicato Policial
Buenos Aires c/ Ministerio de Trabajo, Fallos 340-437 (2017); Villamil c/ Estado Nacional, Fallos
340-345 (2017); Centro de Estudios para la Promoción de la Igualdad y la Solidaridad c/
Ministerio de Energía y Minería, Fallos 339-1077 (2016); Ramón Alberto Lemos [L. 183. XLIX]
09/12/2015; Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires c/ Provincia de Buenos Aires,
Fallos 338-1455 (2015); Aceval Pollacchi c/ Compañía de Radiocomunicaciones Móviles S.A.,
Fallos 334-799 (2011); Jiménez c/ Provincia de Salta, Fallos 334-434 (2011); Agroveterinaria del
Sud S.R.L. y otros c/ SE.NA.SA, Fallos 333-2179 (2010); Diócesis de San Martín de la Iglesia
Católica Apostólica Romana c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 333-1279 (2010); Bank Boston
N.A. c/ Jane, Fallos 332-2468 (2009); Mantecón Valdés c/ Estado Nacional - Corte Suprema de
Justicia de la Nación, Fallos 331-1715 (2008).
139
atribuye -y con razón- desde Benjamín Calvete, Fallos 1-340 (1864), sus reglas de hermenéutica
jurídica son una guía esencial.
140 Martín & Cía. Ltda. c/ Administración General de Puertos, Fallos 257-99 (1963) y Petrolera
Argentina Esso S.A. c/ Nación Argentina, Fallos 271-7 (1968).
141 Ekmekdjian c/ Sofovich, Fallos 315-1492 (1992), doctrina que luego repitió en Fibraca Constructora
S.C.A. c/ Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, Fallos 316-1669 (1993); Cafés La Virginia
S.A., Fallos 317-1282 (1994).
142 Mangiante c/ AADI-CAPIF, Fallos 318-141 (1995), Horacio Giroldi, Fallos 318- 514 (1995),
Méndez Valles c/ A. M. Pescio S.C.A, Fallos 318-2639 (1995), Samuel Medina Jaramillo, Fallos
319-1464 (1996), Unilever NV c/ Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, Fallos 323-3160
(2000), Pfizer c/ Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, Fallos 325-1056 (2002), Merck
Sharpe & Dohme Limited c/ Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, Fallos 327-5332
(2004), Miguel Angel Espósito, Fallos 327-5668 (2004); Julio Héctor Simón y otros, Fallos 328-
27
incorporó el control de convencionalidad, estableciendo que debe tenerse en
cuenta la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos;
143
estableció las reglas básicas del debido proceso148 y, precisando luego ciertos
principios: aplicó la regla de la exclusión para la obtención de pruebas,149 hizo
2056 (2005); Asociación Lucha por la Identidad Travesti - Transexual c/ Inspección General de
Justicia, Fallos 329-5266 (2006); Hernán Latrónico, Fallos 331-2720 (2008) y Aerolíneas
Argentinas S.A. c/ Ministerio de Trabajo, Fallos 332-170 (2009), entre otros.
143 Ekmekdjian c/ Sofovich, Fallos 315-1492 (1992); Julio L. Mazzeo, Fallos 330-3248 (2007).
145 Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto s/informe sentencia dictada en el caso Fontevecchia y
D'Amico vs. Argentina, Fallos 340-47 (2017). Ver: SACRISTÁN, Estela B.: Ejecutando sentencias de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos: una contestación de oficio muy especial, El
Derecho- Constitucional, diario del 20/03/2017, nro. 14.145, pp. 2-7.
146 Si bien la cuestión es de antigua data, como lo revela la investigación realizada en el voto de los
jueces Oyhanarte y Aráoz de Lamadrid en Russo c/ Delle Donne, Fallos 243-467 (1959), el caso
más emblemático es Peralta c/ Gobierno Nacional, Fallos 313-1513 (1990).
148 El reconocimiento y protección de este derecho tiene larga data. Menciono entre sus precedentes
fundacionales, el caso Juan Coronado, Fallos 72-78 (1898), donde el entonces Procurador General
la Constitución
Nacional ha declarado, por su art. 18, inviolable la defensa en juicio de la persona y de los
derechos. Pero la defensa consagrada en ese artículo, como un requisito necesario, no podría
ejercerse jamás con latitud tan amplia que pudieran conculcarse las leyes, la moral, los respetos
a la magistratura, los procedimientos judiciales, las conveniencias sociales. Libertad tan amplia,
contrariando los propósitos mismos de la garantía constitucional, podría llevar la anarquía al
foro, el escándalo a los debates, y tantas perturbaciones señaladas aun en las leyes antiguas.
Para evitar tales consecuencias, el mismo código fundamental que consagra la inviolabilidad de
la defensa prescribe por su art. 14 que todos los habitantes de la Nación gozan el derecho de
peticionar ante sus autoridades conforme a las leyes que reglamenten el ejercicio de todos los
derechos, y especialmente el de la defensa en juicio. Los orígenes del reconocimiento de este
derecho pueden rastrearse también en casos como Juan Porta, Fallos 116- 23 (1912), donde la
28
lugar a recursos in forma pauperis,150 exigió mayores garantías en la orden de
allanamiento,151 y prohibió la declaración contra uno mismo,152 entre otros
supuestos;
debe ser oído y encontrarse en condiciones de ejercitar sus derechos en la forma y con las
solemnidades establecidas por las leyes de procedimientos (Fallos: 153, 102; 100, 408; 113, 229;
121, 285, y otros), y si bien son formas substanciales en materia criminal, las relativas a la
acusación, defensa, prueba y sentencia (Fallos 116- 23 y 119-284), no pueden considerarse
restringidas esas garantías por el hecho de reglamentarse su ejercicio". En igual sentido ver:
Juan B. Leivar, Fallos 119-284 (1914); Núñez c/ Rocca de Ominelli, Fallos 125-10 (1916); P.
Soldati y Cía., Fallos 137-352 (1922), etc.
149 Reginald Rayford, Fallos 308-733 (1986); Roque A. Ruiz, Fallos 310-1847 (1987) y Alberto D.
Francomano, Fallos 310-2384 (1987).
151 Diego Fiorentino, Fallos 306-1752 (1984); Ariel Cichero, Fallos 307-440 (1985); Miguel Ángel
D´Acosta, Fallos 310-85 (1987).
153 Ángel Siri, Fallos 239-459 (1957) y Samuel Kot S.R.L, 241-291 (1958).
155 Horacio Verbitsky, Fallos 328-1146 (2005) y Halabi c/ Poder Ejecutivo Nacional, Fallos 332-111
(2009), entre otros.
156 Leonel Ignacio Acosta s/ Impugnación de precandidatos elecciones primarias, Fallos 340-1084
(2017).
157 Partido Obrero de la Provincia de Formosa c/ Provincia de Formosa, Fallos 336-1742 (2013).
29
ha impedido la manipulación política del Consejo de la Magistratura;159
158 Víctor Rafel Novello (Apoderado de la Unión Cívica Radical y otros), Fallos 335-1539 (2012 ).
161 Yacimientos Petrolíferos Fiscales c/ Sargo Argentina S.A., Fallos 290-458 (1974).
162 José Cartellone Construcciones Civiles S.A. c/ Hidronor S.A., Fallos 327-1881 (2004).
165 Así lo ha hecho por medio de numerosos fallos que comienzan con el caso Tomás Devoto y Cía c/
Gobierno Nacional, Fallos 169-111 (1933).
166 Serra c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, Fallos 313-83 (1990); Gypobras S.A. c/
Estado Nacional, Fallos 318-441 (1995); Alcántara de Díaz Colodrero c/ Banco de la Nación
Argentina, Fallos 319-1476 (1996); Nava c/ Estado Nacional, Fallos 319-1532 (1996) y Gorordo
Allaria c/ Estado Nacional, Fallos 322-73 (1999).
167 La pauta general sobre este punto fue establecida en el caso The South American Stores Gath y
Chaves c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 149-137 (1927), donde la Corte sostuvo que el sistema
adoptado por la Constitución Nacional en materia de circulación territorial y de comercio
interprovincial y exterior, consiste en hacer un solo territorio para un solo pueblo. Lo que la
Constitución Nacional suprimió por su art. 10, no fue sólo la Aduana provincial, sino también la
Aduana interior, cualquiera fuera el carácter nacional o provincial que tuviera, prohibiendo que en
30
ha establecido si son las provincias o la Nación quien ejerce jurisdicción sobre
los lugares sometidos a jurisdicción federal;168
168 Después de muchos ires y venires, la Corte resolvió finalmente la cuestión en Pucci c/ Braniff,
Fallos 293-287 (1975), solución que fue adoptada por la reforma constitucional de 1994 en el
artículo 75, inc. 30.
169 Les dio status de entes autárquicos en Ferrocarril Sud c/ Municipalidad de La Plata, Fallos 114-
282 (1911) y les reconoció autonomía casi ochenta años después en Rivademar c/ Municipalidad
de Rosario, Fallos 312-326 (1989).
170 Esta tarea empezó con el caso Juan Octavio Gauna, Fallos 320-875 (1997).
171 Ha establecido que el estado de sitio no permite el arresto de los legisladores, Leandro N. Alem,
Fallos 54-432 (1893) y partir de 1959, en Antonio Sofía, Fallos 243-504 (1959), comenzó a utilizar
el control de razonabilidad sobre las medidas dispuestas por el Poder Ejecutivo. De todos modos,
en sus comienzos, este principio innovador fue más teórico que real. Recién en Daniel Mallo,
Fallos 282-392 (10.5.1972) referido a la prohibición de exhibir la película "Ni vencedores ni
vencidos", encontramos una acción de amparo exitosa, donde el control de razonabilidad fue algo
más que una pieza de retórica judicial. Otro caso importante en la lenta construcción de esta
tendencia fue Carlos M. Zamorano, Fallos 298-441 (1977) un hábeas corpus en el cual la Corte,
31
ha tolerado la aplicación de la ley marcial172 y la expulsión de extranjeros sin
debido proceso;173
dio cobertura formal a todos los gobiernos de facto,174 aunque con motivo del
derrocamiento de Frondizi logró salvar, en parte, la legalidad, tomándole
juramento a José M. Guido, mediante una aplicación inesperada e ingeniosa
de la Ley de Acefalía;175
insatisfecha con la respuesta dada por el Ministerio del Interior, ordena el libramiento de un
nuevo oficio. En Jacobo Timmerman, Fallos 300-816 (1978), la Corte avanzó más, estableciendo
con claridad los alcances del control de las detenciones a disposición del Poder Ejecutivo y en
Celia Machado, Fallos 302-772 (1980), al igual que en Zamorano, cit., la Corte exige la
profundización de la investigación sobre el paradero de una persona. Por último en Benito Moya,
Fallos 303-696 (1981), la Corte volvió a ejercer este control de razonabilidad, reiterando conceptos
de las causas ya citadas. Este control se debilitó luego en el hábeas corpus interpuesto por Jorge
H. Granada, Fallos 307-2284 (1985), pese a que se trataba de una Corte liberal, que actuaba en un
gobierno constitucional y tanto la declaración del estado de sitio, como la detención de Granada,
no cumplían con los requisitos constitucionales mínimos.
175 Julio Oyhanarte -por entonces juez del Tribunal- fue uno de los inspiradores y ejecutores de la
hábil decisión. Véase el relato de los hechos que hace uno de sus nietos en la obra colectiva ya
citada en nota 125. OYAHNARTE
democracia cercada , en Santiago, Alfonso (h.) (dir.), Historia de la Corte Suprema Argentina,
Marcial Pons, Buenos Aires, 2014, t. III, pp 649-805, en pp. 750-753.
176 Causa originariamente instruida por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en
cumplimiento del decreto 158/83, Fallos 309-5.
179 Ha definido a la desigualdad como toda disparidad o asimilación injustas, a las que conducirían
criterios arbitrarios, de indebido favor o disfavor, privilegio o inferioridad personal o de clase, o
32
de ilegítima persecución Bedino c/ Telecom Argentina S.A. y otro, citado en notas 46 y 49;
Hoyos c/ Estado Nacional [H. 147. XLVIII] 24-09-2015; Bolsa de Cereales de Buenos Aires c/
Provincia de Buenos Aires [B. 1024. XLIV] Fallos 337-1464 (2014); Establecimiento Liniers S.A.
c/ Estado Nacional Ministerio de Planificación [E. 280. XLIV] 11-06-2013; Empresa Gráfica
Linofilm Offset SAIC s/ concurso preventivo [E. 314. XLIII] 09-06-2009; Bank Boston N.A. c/
Gravano [B. 952. XLII], Fallos 332-373 (2009); Sesti, Francisco s/ concurso preventivo [S. 2439.
XLI] 12-08-2008; Gorosito c/ ANSeS [G. 381. XXXIX] Fallos 329-4349 (2006); Cipolla c/
Instituto Nacional de Reaseguros [C. 1908. XL. REX], Fallos 329-3577 (2006); Zofracor S.A. c/
Estado Nacional s/ amparo [Z. 74. XXXV], Fallos 325-2394 (2002); Bozzano c/ Estado Nacional
- Estado Mayor General de la Armada [B. 205. XXIV], Fallos 318-1256 (1995); Liebau, Gustavo
Luis [L. 200. XXIII], Fallos 315-135 (1992); Neville c/ Banco Popular Argentino S.A., Fallos 308-
1361 (1986); Dardanelli de Cowper c/ Aerolíneas Argentinas, Fallos 306-1560 (1984); Baldini,
Gabriela Javiera Rosario, Fallos 295-455 (1976); Dingiandi c/ Coy, Fallos 273-228 (1969); Botto
Fiora Vda. de Benassi y otros c/ Unión Ferroviaria, Fallos 236-168 (1956); Masotti de Busso y
otros c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 207-270 (1947); Antonio Ferre y Hnos. c/ Provincia de
Tucumán, Fallos 196-337 (1943); Mason de Gil c/ Municipalidad de Santa Rosa, Fallos 195-270
(1943); Cruz c/ Provincia de Santiago del Estero, Fallos 179-98 (1937); Suárez Mariano H. F.,
Fallos 176-339 (1936); Cía. Nacional de Tabacos S.A. c/ Provincia de Corrientes, Fallos 175-199
(1936); Pacheco de Del Solar Dorrego y otros c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 156-219
(1929); Rizzoti c/ Provincia de San Juan, Fallos 150-419 (1928); Drysdale y otros c/ Provincia de
Buenos Aires, Fallos 149-417 (1927); La Blanca, Cía. de Carnes Congeladas c/ Municipalidad de
la Capital Federal, Fallos 144-313 (1925); Caeiro c/ Astengo, Fallos 140-175 (1924); Sánchez
Viamonte c/ Giustinian, Fallos 123-106 (1916); Melo de Cané, Rosa, Fallos 115-111 (1911); Hileret
y Rodríguez c/ Provincia de Tucumán, Fallos 98-20 (1904), entre muchos otros.
cosa que el derecho a que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos de lo
que se concede a otros en iguales circunstancias, de donde se sigue que la verdadera igualdad
consiste en aplicar en los casos ocurrentes la ley según las diferencias de ellos y que cualquiera
otra inteligencia o acepción de este derecho es contraria a su propia naturaleza e interés social
Cosentino c/ Estado Nacional [C. 114. XLIX], Fallos 340-14 (2017); Asociación Editores de
Diarios de Buenos Aires c/ Estado Nacional [A. 92. XLV. REX], Fallos 337-1117 (2014); Fraile c/
Provincia de Buenos Aires [F. 492. XLVII], Fallos 337-574 (2014); Asociación Magistrados y
Funcionarios c/ Estado Nacional [A. 910. XLVI], Fallos 335-2418 (2012); Caja de Jubilaciones y
Pensiones de Abogados y Procuradores de la Provincia de Mendoza c/ Estado Nacional [C. 1510.
XLII], Fallos 332-936 (2009); Parke Davis y Cía. de Argentina SAIC, Fallos 286-97 (1973);
C.A.V.I.C c/ Juan Martín y Cía. SRL, Fallos 277-147 (1970); Llambí Campbell c/ Nación
Argentina, 199-268 (1944); Banchi, Antioco, Fallos 199-149 (1944); Ajmechet, Jacobo y otros,
Fallos 191-233 (1941); Nación c/ Standard Oil Co. S.A., Fallos 187-352 (1940); Avelli, Domingo,
Fallos 184-324 (1939); Fernández c/ Tabacchi Italiani, Fallos 183-95 (1939); Carone c/
Scorcione, Fallos 169-40 (1933); Enrique Pas y Cia. c/ Recce, Fallos 166-306 (1932); Jasse c/ Caja
Nacional de Jubilaciones y Pensiones de Empresas Bancarias, Fallos 164-46 (1932); Giménez
Pecci c/ Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones de Empleados Ferroviarios, Fallos 161-148
(1931); Don José Mariño y Jesús Vázquez, Fallos 157-386 (1930); Santos Martínez, Fallos 157-28
(1930); Don Manuel Posse, Fallos 155-96 (1929); Julieta Lanteri Renshaw, Fallos 154-283 (1929);
Don Vicente Deliberto, Fallos 153-130 (1928); Eduardo Caille, Fallos 153-67 (1928); Juan José
Ferré, Fallos 153-19 (1928); Linares c/ Provincia de Córdoba, Fallos 150-112 (1927); Ferro c/
Cabrera, Fallos 143-379 (1925); Parry c/ Repetto, Fallos 139-67 (1923); Manuel Gazcón, Fallos
130-55 (1919); The United River Plate Company Limited (Unión Telefónica) c/ Municipalidad de
la Capital, Fallos 127-18 (1917); Santoro c/ Frías, Fallos 124-122 (1916); Li Ip y Cía. c/
Administración de Impuestos Internos, 132-198 (1920); Fallos 16-118 (1875), entre muchos otros.
33
parte de la protección a la igualdad ante la ley;181
condicional para ciertos delitos y no para otros: Félix Norberto Romano, Fallos 264-301 (1966); la
posibilidad de castigar la misma infracción con penas de carácter diferente: Jacobo Ajmechet,
Fallos 191-233 (1941); la existencia de fallos contradictorios, hasta de un mismo tribunal, con
relación a una misma o parecida situación jurídica: Carrera c/ Blacek, Fallos 301-917 (1979); la
diferencia entre regímenes legales sucesivos sobre una misma materia: Araoz c/ Provincia de
Salta, Fallos 304-390 (1982); el establecimiento de un régimen de despido más favorable para
determinadas actividades: Val de Anido c/ S.A. Chaco Argentina, Fallos 289-197 (1974); la
presunción legal de pobreza establecida en una ley provincial en favor del trabajador: Ledesma y
otros c/ S.A. Alpesa, Fallos 290-322 (1974); la imposición a los empleadores, por la ley provincial,
de una contribución con destino al establecimiento de servicios de salud pública sin gravar a los
demás sectores sociales: S.A. Cía. Swift de La Plata c/ Provincia de Tucumán, Fallos 273-241
(1969); la discriminación practicada por una ley entre los deudores a un organismo previsional
demandados judicialmente, a los que se les aplica la actualización del crédito, y los deudores no
demandados: Dirección Nacional de Recaudación Previsional c/ La Flor S.A., Fallos 300-564
(1978); la distinción entre los procedimientos empleados para la determinación y ajuste de los
haberes previsionales, según que el beneficiario hubiese o no desempeñado tareas comprendidas
en convenciones colectivas de trabajo: Sofía Gersoik de Caminos, Fallos, 294-119 (1976); la
imposibilidad de que ciertos funcionarios judiciales puedan eventualmente ser designados como
subrogantes de magistrados nacionales y federales: Asociación Magistrados y Funcionarios c/
Estado Nacional [A. 910. XLVI. REX], Fallos 335-2418 (2012); la posibilidad de distinguir entre
tenedores de Bonos del Tesoro, exceptuando a algunos de ellos del diferimiento del pago de
servicios de la deuda pública: Paganini c/ Poder Ejecutivo Nacional [P. 474. XLIV. REX], Fallos
333-847 (2010); la exigencia de título profesional de médico para ocupar jefaturas dentro de los
hospitales en la órbita de la Administración pública provincial: Fraile c/ Provincia de Buenos
Aires [F. 492. XLVII. REX], Fallos 337-574 (2014); la utilización de bases de cálculo diversas para
determinar aumentos salariales dentro de los distintos escalafones de la Administración pública:
Cosentino c/ Estado Nacional [C. 114. XLIX. REX], Fallos 340-14 (2017).
181 Calvo y Pesini c/ Provincia de Córdoba, Fallos 321-194 (1998); Hooft c/ Provincia de Buenos
Aires, Fallos 327-5118 (2004); Gottschau c/ Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, Fallos 329-2986 (2006); Mantecón Valdez c/ Estado Nacional (Poder Judicial-
Corte Suprema), Fallos 331-1715 (2008).
183 Evelin Vázquez Ferrá, Fallos 326-3758 (2003) y Emma Gualtieri Rugnone de Prieto, Fallos 332-
1769 (2009) y Fallos 332-1835 (2009).
184 Las facilidades dadas en F. A. L. s/ medida autosatisfactiva, Fallos 335-197 (2012), para invocar
una violación y obtener un aborto en cualquier momento del embarazo, permiten concluir que, sin
haberlo establecido expresamente, el aborto es en realidad una práctica totalmente legalizada.
34
penalizó,185 despenalizó,186 volvió a penalizar187 y despenalizó nuevamente188
la tenencia de estupefacientes para consumo individual;
y luego -con
191
191 La Ley de Punto Final, fue aplicada en Julia J. Jofré, Fallos 311-80 (1988) y la de Obediencia
Debida fue convalidada en Ramón J. Camps, Fallos 310-1162 (1987), con la única disidencia, en
ambos casos, de Jorge Bacqué. El precedente Camps luego fue aplicado por la Corte en: José
Antonio Raffo, Fallos 311-600 (1988); Fermín Rivera, Fallos 311-709 (1988); Luciano Benjamín
Menéndez, Fallos 311-715 (1988), Santiago Omar Riveros, Fallos 311-739 (1988); Gervasio
Mecca, Fallos 311-742 (1988); Marta Rosa Agüero, Fallos 311-816 (1988); Julián Gazari Barroso,
Fallos 311-840 (1988); Andrés A. Ferrero, Fallos 311-887 (1988); Agustín Feced, Fallos 311-890
(1988); Luciano Adolfo Jáuregui, Fallos 311-896 (1988); Mirta Juárez, Fallos 311-899 (1988),
Carlos J. Suárez Mason, Fallos, 311-1042 (1988); Juan Carlos Trimarco, Fallos 311-1085 (1988);
Mirtha Mántaras, Fallos 311-1114 (1988); Horacio José Marinoni, Fallos 311-2445 (1988); José
Alberto López, Fallos 311-2589 (1988); Sonia Beatriz González, Fallos 312-79 (1989); Argentino
Ríos, Fallos 312-111 (1989); Carlos A. Ramírez, Fallos 312-1334 (1989), etc.
192 Julio Héctor Simón y otros, Fallos 328-2056 (2005); Julio Lilo Mazzeo, Fallos 330-3248 (2007).
35
tutela la restitución internacional de menores;195
198
196 Orlando c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 328-1708 (2005); Sánchez c/ Estado Nacional,
Fallos 328-4640 (2005); Floreancig c/ Nación Argentina, Fallos 329-2552 (2006).
204 Grupo Clarín S.A. c/ Poder Ejecutivo Nacional, Fallos 336-1774 (2013).
36
estableció los límites de la libertad de prensa en aras de proteger el buen
nombre y honor;205
211
205 Campillay c/ La Razón, Fallos 308-789 (1986) y Costa c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos
Aires, Fallos 310-508 (1987).
207 Entre otros, Barrantes c/ Arte Radioteleviso Argentino S.A., Fallos 336-879 (2013).
209 Editorial Río Negro S.A. c/ Provincia del Neuquén, Fallos 330-3908 (2007); Editorial Perfil S.A.,
Fallos 334-109 (2011); Arte Radiotelevisivo Argentino SA c/ Estado Nacional, Fallos 337-47
(2014).
37
ha definido con amplitud el derecho de propiedad extendiéndole su
protección a los derechos emergentes de los contratos;212 una doctrina que
todavía está vigente,213 pero ha tolerado, al mismo tiempo, casi todas las
medidas de emergencia económica,214 incluso las que redujeron los salarios
de los agentes públicos;215
212 Bourdieu c/ Municipalidad de la Capital, Fallos 145-307 (1925). En este caso la Corte adoptó la
definición de propiedad tomada del voto del juez Bradley en Campbell v. Holt, 115 U.S. 620 (1885)
el término propiedad comprende todos los intereses apreciables que un hombre
puede poseer fuera de sí mismo, fuera de su vida y de su libertad. Todo derecho que tenga un
valor reconocido como tal por la ley, sea que se origine en las relaciones de derecho privado, sea
que nazca de actos administrativos, a condición de que su titular disponga de una acción contra
cualquiera que intente interrumpirlo en su goce, integra el concepto constitucional de
propiedad el principio de la inviolabilidad de la propiedad,
asegurada en términos amplios por el artículo 17, protege con igual fuerza y eficacia tanto los
derechos emergentes de los contratos como los constituidos por el dominio o sus
desmembraciones
214 Me refiero a la tan conocida serie jurisprudencial que corre desde Ercolano c/ Lanteri de
Renshaw, Fallos 136-170 (1922), hasta Massa c/ Poder Ejecutivo Nacional, Fallos 329-5913
(2006) y todos los fallos sobre la pesificación dispuesta por el Decreto 214/2002.
38
revisa las tarifas de los servicios públicos 219, su proceso participativo de
formación y extiende éste a segmentos no regulados;220
219 Maruba S.C.A. c/ Estado Nacional - Ministerio de Obras y Servicios Públicos, Fallos 321-1784
(1998).
221 Asociación Trabajadores del Estado c/ Ministerio de Trabajo, Fallos 331-2499 (2008); Rossi c/
Estado Nacional, Fallos 332-2715 (2009); Asociación de Trabajadores del Estado, Fallos 336-672
(2013) y Asociación de Trabajadores del Estado, Fallos 340-518 (2017)
223 Aquino c/ Cargo Servicios Industriales S.A., Fallos 327-3753 (2004); Díaz c/ Vaspia S.A.; Fallos
329-473 (2006); Bernald c/ Bertoncini Construcciones S.A., Fallos 331-1488 (2008), entre otros.
226 Aceval Pollacchi c/ Compañía de Radiocomunicaciones Móviles S.A., Fallos 334-799 (2011);
Pellicori c/ Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, Fallos 334-1387 (2011).
39
finalmente, podría decirse que en algunas ocasiones le hubiera gustado sentar
doctrina, pero una ley posterior se lo impidió al tornar abstracto el caso.229
1. Planteo
principio
basal de la división de poderes las atribuciones de cada uno le son peculiares
, pues ello es un principio que la Corte Suprema ha reafirmado en
Centro de Estudios para la Promoción de la Igualdad y la Solidaridad y otros c/
Ministerio de Energía y Minería.231
229 Es el caso del matrimonio igualitario, que la Corte tenía para resolver cuando, en julio de 2010, fue
sancionada la ley 26.618. Ver: Rachid c/ Registro Nacional de Estado y Capacidad de las
Personas, Fallos 333-1474 (2010).
230 Ver mi opinión como he señalado en el artículo anterior de esta serie citado en nota ¡Error!
Marcador no definido..
40
constitucionalidad de las normas jurídicas 233 repitiendo con ello lo que ya había
dicho en fallos tan antiguos como Leandro N. Alem.234
235 Curiosamente, en Peralta c/ Estado Nacional, Fallos 313-1513 (1990), el caso que consagra la
constitucionalidad de los decretos de necesidad y urgencia antes de la reforma de 1994, es donde
la Corte más docencia ha hecho sobre la separación de poderes.
Los consideandos 17 y 18 de esta sentencia dicen:
estrecha relación con el principio de la llamada "división de poderes, que se vincula con el
proceso de constitucionalismo de los Estados y el desarrollo de la forma representativa de
gobierno. Es una categoría histórica; fue un instrumento de lucha política contra el absolutismo
y de consolidación de un tipo histórico de forma política.
Se presenta como un sistema de restricciones a la actividad del poder para garantía de la
libertad individual. Por él se reparten las atribuciones de la autoridad y se regula su acción en
función de la preservación de la libertad, atribuyendo a los distintos órganos facultades
determinadas, necesarias para la efectividad de las funciones que les asigna, y se asegura una
relación de equilibrio, fijando órbitas de actividad y límites de autonomía, que al margen de su
separación externa, no dejan de estar vinculadas por su natural interrelación funcional. Es un
procedimiento de ordenación del poder de la autoridad; que busca el equilibrio y armonía de las
fuerzas mediante una serie de frenos y contrapesos, sin que por ello deje de existir entre ellas
una necesaria coordinación.
En rigor, se trata de una teoría sobre la actividad del poder en el Estado, que atribuye a los
órganos ejecutivos, legislativos y judiciales el nombre de poderes y formula una división
funcional del poder político con miras a garantir la libertad individual.
18) Que nuestra Constitución establece un reparto de competencias y establece medios de control
y fiscalización, por los que se busca afianzar el sistema republicano de gobierno y no concentrar
en cada uno un ámbito cerrado de potestades, librado a su plena discreción. Así el Poder
Ejecutivo no puede alterar el espíritu de las leyes dictadas por el Congreso, pero sí ejerce
facultades reglamentarias sobre ellas, participa junto a los miembros de aquél de la facultad de
presentar proyectos de ley y puede vetar los que el Congreso apruebe. Los jueces deben aplicar
las leyes que el legislador establece, pero es función esencial suya el control de su
constitucionalidad en orden al respeto de los derechos contenidos en la Constitución Nacional y
la jerarquía y extensión de los diversos campos normativos que ella establece (así la supremacía
contemplada en el art. 31, la unidad del derecho común del art. 67, inc. 11, etc.). A una y otra de
las Cámaras del Congreso están confiadas, por otra parte, las diferentes etapas del juicio
político, por el cual controla a los titulares de los otros poderes y a los ministros del Poder
41
Contamos, además, con otro factor, permanente y esencial, que distorsiona por
completo la división de poderes: el híper presidencialismo, ese fenómeno por medio
del cual el Poder Ejecutivo ejerce -ordinariamente- un poder cuantitativa y
cualitativamente extraordinario, muy superior, que opaca el de los otros poderes,
acarreando un fuerte desequilibrio institucional. Más que una superposición
funcional de poderes, el híper presidenci
Ejecutivo. Las facultades administrativas del Poder Ejecutivo no escapan al control legislativo
de la cuenta de inversión.
Estos ejemplos, extraídos de disposiciones expresas fácilmente identificables de la Constitución
Nacional, permiten afirmar, aparte de debates doctrinarios y del análisis de circunstancias
históricas, que tal "división" no debe interpretarse en términos que equivalgan al
desmembramiento del Estado, de modo que cada uno de sus departamentos actúe aisladamente,
en detrimento de la unidad nacional, a la que interesa no sólo la integración de las provincias y
la Nación, sino también el armonioso desenvolvimiento de los poderes nacionales. Los que han
sido medios para asegurar la vigencia del sistema republicano, no puede convertirse, por una
interpretación que extreme sus consecuencias, en un instrumento que haga por una parte,
inviable a aquel sistema, al conducir a la fragmentación aludida del Estado, y por otra conduzca
a una concentración, que no por centrarse en tres polos y no uno, dejaría de tener los caracteres
que el constituyente argentino quiso evitar, asimilando para ello doctrinas ya elaboradas y
probadas por otros pueblos
236 Ver BIANCHI, Alberto B.: La separación de poders y sus diferentes modelos en el derecho
comparado. Tercera parte: El modelo francés, El Derecho - Constitucional, 19-03-2018.
237 En un artículo célebre publicado en 1961 Alexander Bickel criticaba el activismo judicial de la
Corte (en particular bajo la presidencia de Earl Warren, época en la que el trabajo fue escrito),
señalando que los tribunales deben abstenerse de fallar en un sentido muy amplio, si pueden
resolver el caso con un menor impacto jurisdiccional. BICKEL, Alexander M.: The Supreme Court
1960 Term: Foreword: The Passive Virtues , Harvard Law Review, vol. 75, pp. 40-79, años 1961-
1962.
238 SUNSTEIN, Cass R.: One Case at a Time: Judicial Minimalism on the Supreme Court, Harvard
University Press, Cambridge, Mass., 1999.
42
al deseo de los jueces de no verse envueltos en controversias en la cuales prefieren no
intervenir. Todo ello arroja una pregunta: ¿qué contribuye más y mejor al
fortalecimiento de la separación de poderes, el control de constitucionalidad o su
reverso, las cuestiones políticas? Intentaré responder esta pregunta al final de este
punto.
A fin de ordenar las ideas que dejo esbozadas, me referiré primero a la separación
entre el Presidente y el Congreso239 y luego a la existente entre el Poder Judicial y los
otros dos poderes,240 examinando algunos de los supuestos que ponen de manifiesto
la flexibilidad del sistema de separación de poderes en la Argentina. Analizaré
después, si la auto restricción que se imp la misión más
delicada a fin de mantenerse dentro del ámbito de su jurisdicción, sin menoscabar
las funciones que incumben a otros poderes
también con un modelo formal de separación de poderes.241 Finalmente, describiré,
en el punto siguiente, cuáles son, a mi juicio, las causas del híper presidencialismo en
la Argentina.242
a. La delegación legislativa
reglamentarla sobre las bases suministradas por aquella. Por su lado, el reglamento
43
delegado no puede exceder tales bases. Se sigue de todo ello que, si bien la función
legislativa reside primordialmente en el Congreso, el poder administrador también la
ejerce, bien que de manera subordinada. Probablemente los ejemplos más
deformantes de estos principios sean la Ley de Abastecimiento,243 que entrega al
Poder Ejecutivo prácticamente toda la dirección económica del país,244 cuya
inconstitucionalidad jamás ha sido declarada, pese a las repetidas veces que ha sido
aplicada245 246 que modificó el artículo 37 de la
243 Ley 20.680, B.O. 25-06-1974, modificada por la Ley 26.991, B.O. 19-09-2014.
244 El artículo 2 de la Ley 20680 (modificado por la Ley 26.991) establece En relación a todo lo
comprendido en el artículo 1°, en caso de configurarse alguno de los supuestos previstos en los
incisos a), b), c), d), e), f) y g) del artículo 4°, la autoridad de aplicación podrá: a) Establecer,
para cualquier etapa del proceso económico, márgenes de utilidad, precios de referencia, niveles
máximos y mínimos de precios, o todas o algunas de estas medidas; b) Dictar normas
reglamentarias que rijan la comercialización, intermediación, distribución y/o producción, a
excepción de las cuestiones relativas a infracciones a los deberes formales previstos en la ley
11.683, t. o. 1998, y sus modificaciones; c) Disponer la continuidad en la producción,
industrialización, comercialización, transporte, distribución o prestación de servicios, como
también en la fabricación de determinados productos, dentro de los niveles o cuotas mínimas
que estableciere la autoridad de aplicación. A los efectos de la fijación de dichos niveles o cuotas
mínimas, la autoridad de aplicación tendrá en cuenta, respecto de los obligados, los siguientes
datos y elementos: I) Volumen habitual de producción, fabricación, ventas o prestación de
servicios. II) Capacidad productiva, situación económica del sujeto obligado y ecuación
económica del proceso o actividad. La autoridad de aplicación en la disposición de la presente
medida, deberá contemplar que la continuidad en la producción, industrialización,
comercialización, transporte, distribución o prestación de servicios, como también en la
fabricación de determinados productos, resulte económicamente viable, en su defecto,
establecerá una justa y oportuna compensación; d) Acordar subsidios, cuando ello sea necesario
para asegurar el abastecimiento y/o la prestación de servicios; e) Requerir toda documentación
relativa al giro comercial de la empresa o agente económico; dicha información tendrá carácter
reservado y confidencial, y será de uso exclusivo en el marco de las competencias asignadas a la
autoridad de aplicación. Asimismo, podrá requerir información sobre los precios de venta de los
bienes o servicios producidos y prestados, como así también su disponibilidad de venta; f) Exigir
la presentación o exhibición de todo tipo de libros, documentos, correspondencia, papeles de
comercio y todo otro elemento relativo a la administración de los negocios; realizar pericias
técnicas; g) Proceder, de ser necesario, al secuestro de todos los elementos aludidos en los incisos
f) y h), por un plazo máximo de treinta (30) días hábiles; h) Crear los registros y obligar a llevar
los libros especiales que se establecieren; i) Establecer regímenes de licencias comerciales
245 Para un estudio exhaustivo sobre la Ley de Abastecimiento ver: CASTRO VIDELA, Santiago y
MAQUEDA FOURCADE, Santiago: Tratado de la regulación para el abastecimiento, Ábaco, Buenos
Aires, 2015.
44
la estructura de asignación de gastos dispuesta por la Ley de Presupuesto a su entera
discreción.248
Además de las dos leyes antes mencionadas que, insisto, son sólo un ejemplo del uso
abusivo de la delegación legislativa, existe un sinnúmero de normas que habilitan al
Poder Ejecutivo a reglamentarlas, cuya impugnación sobre la base de haber excedido
los límites de la delegación, ha dado lugar a un extenso cuerpo de jurisprudencia que,
en líneas generales, ha sido tolerante con la delegación legislativa. Esta serie de casos
comienza con las leyes que delegaron la facultad de demarcar el territorio expropiado
para la construcción de vías férreas,249 doctrina empleada luego en obras viales,250 y
su exposición teórica aparece por primera vez en el caso A.M. Delfino,251 en el cual se
declaró constitucional la delegación en el Poder Ejecutivo para crear sanciones de
policía portuaria que luego aplicaría la Prefectura del Puerto de Buenos Aires.
248 El artículo 37 de la Ley de Administración Financiera, modificado por la Ley 26.124, prescribe El
Jefe de Gabinete de Ministros puede disponer las reestructuraciones presupuestarias que
considere necesarias dentro del total aprobado por cada ley de presupuesto, quedando
comprendidas las modificaciones que involucren a gastos corrientes, gastos de capital,
aplicaciones financieras y distribución de las finalidades
249 Ferrocarril del Oeste c/ Garbarini, Fallos 105-80 (1906); Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico c/
Joaquín del Río, Fallos 119-5 (1914); Ferrocarril Gran Oeste Argentino c/ Vidal Hermanos, Fallos
120-332 (1915); Ferrocarriles del Estado c/ Vidal, Fallos 150-360 (1928).
253
decisiones posteriores, lo cierto es que este concepto, entendido como la porción delimitada de
competencia entregada al Poder Ejecutivo, ya estaba delineado en la prohibición de delegar el
poder de hacer la ley sin marcar a
Prattico c/ Basso y
Cía., Fallos 246-345 (1960); Laboratorios Anodia S.A. c/ Nación, Fallos 270-42 (1968);
Domínguez c/ Kaiser Aluminio S.A.I.C.F., Fallos 280- 25 (1971); Juan Antonio Brocchiero, Fallos
289, P. 457 (1974); The American Rubber Co. S.R.L., Fallos 298-609 (1977); Ufito S.R.L., Fallos
304-1898 (1982); Romero de Martino c/ Caja Nacional de Ahorro y Seguro, Fallos 307-539
(1985); Conevial S.A. c/ Estado Nacional (Administración Nacional de Aduanas), Fallos 310-
2193 (1987); Compañía Azucarera y Alcoholera Soler S.A. c/ Estado Nacional (Ministerio de
45
validez de la misma, límite éste que obra, a su vez, como valladar de las facultades
reglamentarias del Poder Ejecutivo.
A partir de A.M. Delfino, su doctrina fue invocada en todos los casos donde se
cuestionaba la validez de una delegación legislativa. El estudio de esta jurisprudencia
revela que aquella fue admitida no sólo en relación con una gran cantidad de
decretos del Poder Ejecutivo, sino de otros reglamentos administrativos emitidos por
diversos entes u órganos de la Administración,254 aprobación que se detuvo
solamente frente a las restricciones a la libertad personal que imponían los llamados
da en el artículo
27 del entonces Código Procesal Penal de la Nación, cuya inconstitucionalidad fue
declarada en el caso Raúl Oscar Mouviel,255 por inspiración de Sebastián Soler,
entonces Procurador General de la Nación. Este fallo puso fin o a una serie de casos
que los habían admitido, tales como Ricardo Bonevo256 y Luis Verdaguer257
Economía), Fallos 311-1617 (1988); Verónica S.R.L. s/ apelación ley 20.680, Fallos 311-2339
(1988); Firpo c/ Estado Nacional - Ministerio de Educación, Fallos 312-1484 (1989); Legumbres
SA. y otros s/ contrabando, Fallos 312-1920 (1989); Arpemar S.A.P.C. e I., Fallos 315-908 (1992);
Propulsora Siderúrgica S.A.I.C., Fallos 315-1820 (1992); Agüero c/ Banco Central de la
República Argentina, Fallos 315-2530 (1992); Cafés La Virginia S.A., Fallos 317-1282 (1994);
Chocobar c/ Caja Nacional de Previsión para el Personal del Estado y Servicios Públicos, Fallos
319-3241 (1996); Selcro S.A. c/ Jefatura de Gabinete de Ministros, Fallos 326-4251 (2003);
Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina y otros c/ Secretaría de
Energía, Fallos 328-940 (2005); Comisión Nacional de Valores c/ Establecimiento Modelo
Terrabusi S.A., Fallos 330-1855 (2007); YPF S.E. c/ Esso S.A.P.A., Fallos 335-1227 (2012), entre
otros.
254 A partir de A. M. Delfino, la Corte aplicó en numerosas situaciones la doctrina que emana de este
fallo. Así por ejemplo en lo atinente a multas administrativas convalidó en Sebastián
Cartagenova, Fallos 156-323 (1930), la delegación efectuada por la Ley 5098 en el Consejo
Deliberante de la Capital Federal para legislar sobre arrestos y multas. Con igual criterio en León
Waizelbaum, Fallos 207-133 (1947), declaró la constitucionalidad de la ley 12.713 que había
delegado en el Departamento Nacional de Trabajo las condiciones en que debían ser llevados los
libros laborales, permitiendo además la aplicación de multas por infracción a la norma. En
Eduardo Soete, Fallos 253-171 (1962), admitió la validez de la Ley 13.526 que había delegado en el
Poder Ejecutivo la reglamentación de los registros de importadores, fraccionadores o
transformadores de productos industrializados o manufacturados y en The American Rubber Co.
S.R.L., Fallos 298-609 (1977), lo hizo respecto de la Ley 11.275 con relación a las facultades
sancionatorias de la Secretaría de Comercio empleadas contra los infractores al régimen de
identificación de mercaderías. Igual doctrina fue aplicada en Radio Suipacha S.A.C.I.F., Fallos
300-271 (1977) en punto a la Ley de Abastecimiento 20.680 y en Ufito S.R.L., Fallos 304-1900
(1982), caso en el que se cuestionaba una resolución de la Secretaria de Comercio y Negociaciones
Económicas dictada bajo el imperio de la Ley 19.508. Veánse también los casos The Z Steam Ship
Company Ltd. c/ Puerto de Rosario S.A., Fallos 171-293 (1934); Ishy c/ Nación Argentina, Fallos
190-417 (1941) y José Patiño Garrido, Fallos 305-1110 (1983).
46
(imposición de multas), Comité Radical Acción258 (prohibición de una reunión
política en la vía pública), María E. Alvarez de Schuster259 (prohibición de una
reunión política en lugar cerrado) y Simón Novick260 (arresto), entre otros.261
261 Pueden verse, además, los casos: Antonio Perez, Fallos 192-81 (1942); Edmundo Cuomo, Fallos
193-244 (1942); Simón Nemirovsky, Fallos 206-293 (1946); y Ernesto Almirón, Fallos 208-253
(1947).
47
Economía.272 Aun así, no es ocioso recordar que, en Oviedo c/ Marcone,273 la Corte
declaró constitucional la facultad delegada en ella para fijar el monto de las tasas en
los recursos de queja, fallo en el cual se lee el art. 8 de la ley 23.853, confirió a la
Corte la facultad de establecer aranceles y fijar sus montos y actualizaciones,
disponer de su patrimonio y determinar el régimen de percepción, administración
y contralor de sus recursos y su ejecución, y dentro de esa amplia delegación de
atribuciones se encuentra la posibilidad de adecuar el monto proporcional o fijo de
la queja establecido en el citado art. 286 [del Código Procesal Civil y Comercial de la
274
276 Cabe recordar que la Corte otorgó rango legal a las Convenciones Colectivas de Trabajo, las que
solo pueden ser derogadas por una ley posterior. Romano c/ Usina Popular y Municipal de
Tandil, Fallos 301-608 (1979) y Nordesthol c/ Subterráneos de Buenos Aires, Fallos 307-326
(1985).
277 En la mayoría votaron los jueces Rodolfo C. Barra, Mariano A. Cavagna Martínez, Julio S.
Nazareno y Eduardo Moliné O'Connor, al que se suma un voto separado de Antonio Boggiano. En
disidencia votaron los jueces Fayt, Belluscio y Petracchi, este último en opinión separada
48
Este fallo dio pie, en buena medida, a la incorporación del mencionado artículo 76,
una norma que, bajo el principio general de la prohibición de la delegación
legislativa, en realidad la permite ampliamente con la primera de las excepciones que
el principio
constitucional contrario al dictado de disposiciones legislativas por el Presidente
tiene, en el plano de las controversias judiciales, una consecuencia insoslayable:
quien invoque tales disposiciones en su favor deberá al mismo tiempo justificar su
validez, o sea, demostrar que se hallan dentro de alguno de los supuestos
excepcionales en que el Ejecutivo está constitucionalmente habilitado, y en materia
de delegaciones legislativas, dicha carga se habrá cumplido si los decretos, además
de llenar los diversos requisitos constitucionales, son consistentes con las bases
fijadas por el Congreso (arts. 76 y 100, inc. 12 de la Constitución Nacional) 278
279 Se entiende por subdelegación, la delegación del Poder Ejecutivo en órganos inferiores respecto de
las facultades que le fueron delegadas por el Congreso.
282 YPF S.E. c/ Esso S.A.P.A., Y. 18. XLV; Esso S.A.P.A c/ Estado Nacional, E.97.XLV; Shell
Compañía Argentina de Petróleo S.A. c/ Estado Nacional (Ministerio de Obras y Servicios
Públicos), S.442.XLV y Shell Compañía Argentina de Petróleo S.A. c/ Estado Nacional
(Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos) S.443.XLV. Estas causas fueron todas
acumuladas y resueltas por medio de la sentencia de fecha 03-07-2012, Fallos 335-1227
49
Decreto 1246/1985 en los términos del artículo 19 de la Ley de Procedimientos
Administrativos (Ley 19.549).
A los fines de este análisis, me interesan los que completan la ley y los que la
sustituyen, en tanto los reglamentos autónomos, como manifestación propia del
poder administrador, no dan lugar a la intervención del Congreso. De los primeros
me ocuparé en este punto y de los segundos en el siguiente.
Aunque sea harto conocido, permítaseme recordar que en la Argentina -por una de
esas complejidades innecesarias que trae el abrevar en fuentes diversas y no siempre
compatibles entre sí- la tarea de completar la ley la llevan a cabo tanto los
reglamentos ejecutivos, previstos en el artículo 99, inc. 2º, como los reglamentos
delegados que nacen del artículo 76. Los primeros tienen fuente española y los
283 CASTRO VIDELA, Santiago M. y MAQUEDA FOURCADE, Santiago: La delegación legislativa y el Estado
regulatorio. El agujero negro de la regulación, prólogo de Héctor Mairal, Ábaco, Buenos Aires,
2017, Introducción, p. 29. Luego agregan estos autores, qu
consolida porque la función legislativa reguladora de las distintas actividades económicas
estaría dispersa en múltiples sujetos distintos del Presidente, todos ellos sin procedimientos
públicos para el ejercicio de tales facultades, con baja representatividad democrática y
generalmente con escasos niveles de transparencia y publicidad de sus actos, más allá de la
publicación en el Boletín Oficial de sus normas de alcance general. La práctica institucional en
este sentido fue incrementándose a lo largo de todo el siglo XX, y al igual que sucedió con las
delegaciones en el Presidente, la Corte Suprema las convalidó expresamente en su
jurisprudencia previa a la reforma constitucional de 1994
50
segundos norteamericana.284 Si bien desde un punto de vista formal los ejecutivos
nacen de una facultad propia del Poder Ejecutivo, otorgada directamente por la
Constitución,285 mientras que los delegados requieren de una ley delegante que los
habilite expresamente, el estándar elaborado por la Corte para controlarlos es el
mismo. De hecho, en A.M. Delfino la Corte hizo referencia a ambos en forma
indistinta y desde entonces no se ha establecido una clara diferencia entre unos y
otros.
Sin perjuicio de ello, lo que me interesa destacar aquí es la tolerancia de la Corte para
con la reglamentación administrativa de las leyes, lo que revela una auténtica
de la Corte de
los Estados Unidos,286 salvo que allí esta doctrina tiene como atenuante -no menor-
que la emisión de un reglamento se lleva a cabo bajo controles estrictos, lo que no
ocurre en la Argentina, donde el proceso de emisión de un reglamento carece de todo
control previo.
51
S.R.L. c/ Nación Argentina;291 Federación de Obreros y Empleados de la Industria
del Papel, Cartón, Químicos y Afines c/ E. Flaibán S.A.;292 Compañía Azucarera y
Alcoholera S.A. c/ Nación Argentina;293 Krill Producciones Gráficas S.R.L.;294
Barrose c/ Nación Argentina;295 Juárez c/ Nación Argentina;296 Agüero c/ Banco
Central;297 A.A.D.I.-C.A.P.I.F. c/ Hotel Mon Petit;298 Oharriz, c/ Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos;299 Provincia del Chaco c/ Estado Nacional;300
Argüello c/ Universidad Nacional de Tucumán;301 Jesús Eijo S.A.;302 Gianola y
otros c/ Estado Nacional;303 etc.
De todos ellos me interesa destacar dos casos que ponen de manifiesto la escasa
exigencia del control aplicado sobre el reglamento. Uno de ellos es Laboratorios
Anodia S.A. c/ Gobierno Nacional304 donde la Corte -luego de repetir su tradicional
doctrina sobre la delegación legislativa establecida en A.M.Delfino & Cía.305- dijo
ejecutar una política legislativa determinada implica también el poder de
dictar normas adaptadas a las cambiantes circunstancias, sobre todo en una
materia que por hallarse tan sujeta a variaciones como la de que se trata, se estimó
52
conveniente dejarla librada al prudente arbitrio del Poder Ejecutivo en vez de
someterla a las dilaciones propias del trámite parlamentario; y, en segundo
término, porque no se demuestra ni pretende que aquél haya ejercitado
abusivamente las facultades que se le delegaron 306. El otro caso es D.G.I. c/ De
Angelis S.A.307 donde se declaró la validez de la Resolución 1700/75 de la D.G.I.
basada en el artículo 7º de la Ley 11.683 (t.o. 1974) sobre la base de que "en la
medida en que la autorización a que alude dicho artículo constituye una delegación
en el órgano administrativo de facultades legislativas limitadas a determinados
aspectos de la recaudación y fiscalización del cumplimiento de las obligaciones
tributarias, se impone reconocer que las normas que se dicten en su ejercicio
integran el conjunto de disposiciones imperativas que instituyen y regulan la
percepción de los impuestos y que, por lo tanto, poseen la misma eficacia de tales
preceptos, en tanto respeten su espíritu"308.
seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las
leyes en cuatro materias específicas: penal, tributaria, electoral o el régimen
de los partidos políticos.
No cabe duda alguna de que los DNU plantean un verdadero dilema constitucional.
Se dice, comúnmente, que estamos frente a un dilema cuando debemos optar entre
dos soluciones inconvenientes.309 Es famoso el dilema que Protágoras planteó a su
discípulo Evalto. Hábil sofista, Protágoras había enseñado retórica a Evalto con el
compromiso de que éste le pagara cuando ganara su primer pleito. Pasado el tiempo
Evalto no había tenido ningún caso, de modo tal que Protágoras lo intimó: o me
pagas o te demandaré, le dijo. Si pierdes tendrás que pagarme y si ganas también,
pues habrás ganado tu primer pleito. Evalto, que resultó ser un buen alumno, le
309 Esta acepción corriente del término está aceptada en algunos diccionarios (vg. MOLINER, María ,
Diccionario del Uso del Español, Gredos, Madrid, 1983, t. I, p. 1000), pero no figura en el de la
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Argumento formado de dos proposiciones
contrarias disyuntivamente, con tal artificio que, negada o concedida cualquiera de las dos,
queda demostrado lo que se intenta probar Vid. la voz respectiva en: www.rae.es
53
respondió: si gano el juez dispondrá que no te pague, y si pierdo no tendré por qué
pagarte.310
Nació así el artículo 99, inc. 3º, que otorgó al Poder Ejecutivo la facultad de dictar
reglamentos con fuerza de ley.312 Rodolfo Barra, incluso, los considera verdaderas
ocupan el mismo lugar jerárquico que las leyes,
tienen supremacía sobre el resto del ordenamiento: sobre los decretos de ejecución
de las leyes y sobre los reglamentos administrativos 0 autónomos -aun sobre los
emanados de los órganos judicial y legislativo-, sobre los actos administrativos y
sobre los contratos administrativos. Los DNU, además, pueden -en algunos casos,
deben- ser reglamentados por decretos o reglamentos ejecutivos y pueden delegar
materias legislativas en los términos del art. 76 de la Constitución 313 Y agrega luego
el DNU es una norma primaria, no una norma secundaria, que se ubica, en la
escala jerárquica de las normas, en idéntica jerarquía que la que corresponde la
ley. Esta es la naturaleza jurídica del DNU desde la perspectiva del sistema de
310 Vid. GARCÍA VENTURINI, Jorge L.: Historia general de la Filosofía, Guadalupe, Buenos Aires, 1973,
t. I, p. 53.
311 Pesaba en la necesidad de optar por alguno de estos caminos, la amplia y generosa recepción dada
por la Corte a los decretos de necesidad y urgencia en el caso Peralta c/ Estado Nacional, Fallos
313-1513 (1990).
312 Si bien es cierto que los DNU están sujetos a control parlamentario, no es menos cierto que las
leyes también están sujetas al control político del Poder Ejecutivo que puede vetarlas. Esto
produce una paradoja que pone de relieve, una vez más, la fuerza política de aquel. El DNU lo
dicta el Poder Ejecutivo por sí solo (lo hace en acuerdo general de ministros a quienes nombra y
remueve por su exclusiva voluntad) y se somete al control del Congreso, un órgano colegiado,
integrado por numerosas fuerzas políticas, donde el Presidente puede tener mayoría, algo que es
frecuente. La ley, en cambio, es el resultado del acuerdo y conciliación (a veces costoso) de todas
esas fuerzas políticas y, sin embargo, puede ser vetada por un sólo órgano unipersonal: el Poder
Ejecutivo.
313 BARRA, Rodolfo C.: Tratado de Derecho administrativo, Ábaco, Buenos Aires, 2002, t 1, p. 407.
54
fuentes, y esta naturaleza jurídica no puede ser alterada por interpretación judicial
alguna 314
Veamos cómo se han comportado las tres ramas del gobierno en relación con los
DNU.
Muy lejos de sentirse limitados por la nueva cláusula constitucional, todos los
Presidentes -desde 1994 en adelante- la han aprovechado para dictar numerosos
circunstancias excepcionales [que] hicieran
imposible seguir los trámites ordinarios previstos por [l]a Constitución 315 El caso
314 Barra, Tratado de Derecho Administrativo, cit. en nota anterior, t. 1, pp. 461-462.
315 Ver: RIVEROS, Pablo: El Congreso y los decretos de necesidad y urgencia: ¿Ilegalismos permitidos?,
artículo de fecha 16-01-2016. En: http://www.parlamentario.com/noticia-88687.html
odos los jefes de Estado desde 1983 en adelante, sin contar a los de
transición durante 2001, modificaron, derogaron o dictaron leyes apelando a situaciones de
Centro de Estudios Nueva Mayoría y al sitio web chequeado.com, Carlos Menem fue el que más
DNU firmó (545), seguido por Néstor Kirchner (270), Eduardo Duhalde (158), Cristina
Fernández de Kirchner (76), Fernando de la Rúa (73) y Raúl Alfonsín (10). Por ahora, Mauricio
Macri lleva 6.
Ahora bien, como ningún presidente gobernó la misma cantidad de años, es menester observar
la cantidad de DNU dictados por días. El ranking lo lidera Duhalde (2002-2003), con 0,3 DNU
por día; seguido por Kirchner (2003-2007), con 0,17 por día; Menem (1989-1999), con 0,15 por
día; De la Rúa (1999-2001), con 0,10 por día; Fernández de Kirchner (2007-2015), con 0,03 por
día; y Alfonsín (1983-1989), con 0,005 por día. Por tratarse del primer mes de Gobierno, Macri
compartiría el segundo puesto con Kirchner, con un promedio de 0,17 por día.
Sin embargo, la mayoría de ellos contó con el beneficio de ejercer poder legislativo sin los límites
del control parlamentario y de los temas exceptuados por la Constitución. En efecto, Alfonsín y
Menem dictaron DNU pese a que estos fueron contemplados por la Carta Magna recién con la
reforma de 1994. Pero hubo que esperar 12 años para que en 2006, por iniciativa de la entonces
senadora Cristina Fernández, se sancionara una ley que reglamentara su control por parte del
Congreso.
55
más reciente es el del Decreto 27/2018316
que comprende unas 170 reformas en las áreas de gestión de ocho ministerios,
Hasta ese entonces ya se habían firmado importantes decretos de necesidad y urgencia para
modificar, derogar o dictar una ley sin pasar por el Parlamento. Algunos de ellos son
recordados por los manuales de historia.
Alfonsín, por ejemplo, firmó el DNU 1096/85 para reemplazar el peso argentino por el austral,
una de las patas del Plan Austral de 1985 destinado a bajar la galopante inflación de aquel
entonces. Un año más tarde, tampoco le tembló el pulso para determinar de manera unilateral,
mediante el decreto 2192/86, los sueldos de los funcionarios del Poder Judicial.
En medio de la crisis cambiaria e hiperinflacionaria, Menem firmó DNU para suspender los
juicios contra el Estado (34/90) e instrumentar el célebre Plan Bonex (36/90) que cambió
depósitos en dólares por bonos a 10 años. Tiempo después firmó decretos de necesidad y
urgencia para intervenir Tucumán, Catamarca y Corrientes (103/91, 712/91 y 241/92), y
aumentar a 24 las licencias de radio y televisión que cada multimedios podía explotar
(1005/99). Varios de sus DNU fueron judicializados. Y hasta llegó a firmar un decreto (842/97)
para ratificar uno anterior (375/97) sobre la privatización de aeropuertos, que había sido
frenado por el Poder Judicial por un amparo de legisladores radicales.
Pero los DNU más conocidos por los argentinos fueron los de De la Rúa: por el 896/01 se redujo
un 13 por ciento los sueldos de los empleados públicos y las jubilaciones y por medio del 1570/01
parlamentario.
Duhalde también tuvo lo suyo: firmó DNU para pesificar las deudas en dólares (214/02) e
indexar los contratos de obra pública (1295/02).
Néstor Kirchner, en tanto, utilizó este recurso primordialmente para cambiar el destino de las
partidas presupuestarias, alterar organigramas de la administración pública y reorganizar las
fuerzas de seguridad. Cuestiones como aumentos de sueldos, jubilaciones y asignaciones
familiares, cambios en los aportes e indemnizaciones y aguinaldos para desocupados que
reciben los planes sociales fueron materia de 25 DNU, de acuerdo con un relevamiento del
Centro de Estudios de Políticas Públicas Aplicadas (Ceppa). También apeló a decretos de
necesidad y urgencia para crear el Correo Argentino después de quitarle la concesión al Grupo
Macri (712/04) y para armar la empresa AYSA cuando rescindió el contrato con Aguas
Argentinas (304/06). Otros de sus DNU conocidos fueron los que dispusieron el aumento de
salarios del 100 por ciento para el Presidente y sus ministros (685/04) y autorizaron al jefe de
Gabinete a modificar la Ley de Presupuesto más allá de los límites fijados por el Congreso
(908/04).
A diferencia de sus antecesores, Cristina Fernández de Kirchner debió someter sus DNU al
Congreso amén de la Ley de 2006. Ello no le impidió aplicar medidas de muy alta visibilidad,
como la Asignación Universal por Hijo (1602/09) y sus modificatorias, la remoción de Martín
Redrado del Banco Central (18/2010), el Fondo del Bicentenario para pagar deuda externa con
reservas (2010/09) -declarado nulo por el Congreso-, la disolución de la ONCCA (192/11) y la
intervención de YPF (530/12) previo a la expropiación de las acciones de Repsol.
Los seis decretos de necesidad y urgencia que lleva Mauricio Macri en su primer mes de
Gobierno no están exentos de polémica.
Como todos los presidentes, el líder del Pro inició su mandato con una modificación de la Ley de
Ministerios sin aval del Congreso. Así como Cristina Fernández creó por decreto las carteras de
Ciencia, de Industria y de Cultura, Macri también modificó el organigrama de la administración
pública para anular los ministerios de Economía y de Planificación y crear el de
Comunicaciones, entre otros tantos. Pero teniendo en cuenta esta tradición presidencial, el DNU
13/15 no hubiera generado tanta controversia si no hubiese modificado uno de los tesoros del
kirchnerismo: la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
56
introduce unas 140 modificaciones en leyes y decretos y deroga 19 normas. Su
amplitud y extensión, que ha producido la repulsa de algunos constitucionalistas, 317
es comparable a la del célebre Decreto 2284/1991 del Presidente Menem. 318 Incluso,
en un artículo de doctrina, el Procurador del Tesoro de la Nación alienta la tesis de
no controlar judicialmente los DNU.319 Una opinión similar ya habían sostenido ya
Rodolfo Barra y Miguel Licht, criticando la jurisprudencia de la Corte que citaré más
abajo. 320
318 Ver CASSAGNE, Juan Carlos: La desregulación de actividades dispuesta por el Decreto 2.284/91 ,
Revista de Derecho Administrativo, 1991, Año 3, Nro. 7/8, pp. 379/387.
319 En su opinión [s]i se mira con atención el procedimiento que instaura la Constitución para los
DNU es una determinación espacio temporal, que tiene como protagonistas exclusivos y
excluyentes a los dos poderes políticos del Estado.
En cuanto al tiempo, cambia el eje y a quien la norma confiere la facultad de instar es al
Ejecutivo, atento su calidad especial de poder activo y de acción permanente, que no puede ser
indiferente ni dejar de actuar, en tiempos en los que la necesidad de respuestas urgentes a
situaciones extraordinarias es cada vez más usual.
La cadencia sigue en el Congreso, con una triple etapa de control que respeta la índole
deliberativa propia de este poder: comisión bicameral y luego cada Cámara en pleno. No hay
una exclusión ni pérdida de facultades. Lo que ocurre es una alteración del orden temporal,
precisamente para que la demora propia de la calidad deliberativa no termine frustrando una
respuesta ante la necesidad perentoria.
El espacio, de su lado, refiere al marco en el que todo debe ocurrir: es un diálogo entre dos, no
una conversación entre varios; de allí entonces que una apropiada aplicación de la separación
de poderes es respetar y facilitar ese diálogo, más que incitar la intervención disruptiva de un
tercer poder, que al menos desde el punto de vista del texto constitucional no tiene mucho que
hacer en esta instancia.
Se trata de un espacio que fomenta (y debe fomentar) el intercambio de carácter arquitectónico,
de construcción, y no agonístico o de rivalidad. Uno propone, y el otro controla y dispone de la
última palabra SARAVIA FRÍAS, Bernardo: Los decretos de necesidad y urgencia , La Ley, 2018-B,
diario del 17/04/2018, pp. 2-4, AR/DOC/729/2018
57
Tampoco el Congreso ha colaborado en la tarea de contención de los DNU. Por el
contrario, ha favorecido su descontrol. Nuestros legisladores demoraron nada menos
En primer lugar, la Ley 26.122321 no fija plazo alguno para que las Cámaras se
expidan una vez elevado el dictamen de la Comisión Bicameral. Esta omisión permite
dilatar discrecionalmente la decisión mientras el DNU produce sus efectos, los que
pueden mantenerse, incluso, luego de producido el rechazo pues, si bien éste
equivale a la derogación, el artículo 24 establece que no pueden ser afectados los
derechos adquiridos durante la vigencia del DNU.
En segundo lugar, la Ley 26.122 exige un rechazo expreso del DNU haciendo con ello
una aplicación analógica del artículo 82 de la Constitución que prohíbe la sanción
tácita o ficta de las leyes. Esta extensión del artículo 82 al sistema de los DNU es
discutible, pues no se trata aquí de la sanción de una ley, sino de la aprobación de un
acto emanado del Poder Ejecutivo. Nuevamente aquí la Ley Nº 26.122 ha facilitado la
alternativo de sanción de las leyes para cumplir, como "jefe supremo de la Nación" y "jefe de
gobierno", con los fines expresados en el Preámbulo. No se debe confundir, entonces, el instituto
de la "emergencia" con el instituto de los "decretos de necesidad y urgencia". Hay un dato
elocuente que contribuye significativamente a sostener esta tesis; no hay norma constitucional
alguna que obligue a motivar el decreto de necesidad y urgencia. ¿Cómo podría examinarse el
juicio presidencial para valorar la emergencia? Es cierto que el Jefe de Gabinete debe explicar
las razones del DNU de que se trate ante la Comisión Bicameral Permanente (cfr. art. 100,
aptdo.13, Const. Nac.), además de hacerlo ante el plenario de la cámaras en las oportunidades
ordinarias del art. 101, o ante la interpelación a la que puede ser sometido conforme con la
misma norma, pero ello es al sólo efecto de la valoración del DNU por el Congreso a los efectos
de la posible declaración de su nulidad según lo dispuesto por la ley 26.122. En definitiva, esta
misma norma ratifica que tal valoración política corresponde al Poder Legislativo, mientras que
a los jueces les cabe, ante un caso concreto, analizar si el DNU agravia a algún derecho
individual o de incidencia colectiva reconocido por la Constitución o los tratados
constitucionalizados, o bien avanza sobre las materias prohibidas por el art. 99.3, Const. Nac.
La misma Constitución atribuye al Congreso la regulación del procedimiento de valoración
política del DNU, según resulta de los arts. 99.3, infine, y 100.13, normas que serían innecesarias
de ser adecuada la interpretación que criticamos.
Así entonces, el "cuadro de situación" que sirve de fundamento para el dictado de estos decretos
con rango de ley debe ser considerado por el Congreso. ¿Quién se encontrará en mejor condición
que el Congreso (expertise política, no atribuida por la Constitución a los jueces) para examinar
si verdaderamente resultaba necesario sortear las vías ordinarias para la sanción de un
proyecto de ley?.
De modo que la imposibilidad de cumplir con el trámite constitucional es una cuestión que
remite a cuestiones de oportunidad, mérito y conveniencia, en este caso de valoración
estrictamente política. Tanto es así que la reforma constitucional, al tiempo que permitió al
Presidente nuevas formas de participación en la construcción del ordenamiento jurídico,
intensificó los mecanismos institucionales de diálogo político. En efecto, el Presidente puede
legislar per se, pero debe comunicar inmediatamente su decisión al Congreso BARRA, Rodolfo C.
y LICHT, Miguel N.: Los decretos de necesidad y urgencia , La Ley 2016-B, pp. 660-676,
AR/DOC/590/2016.
58
permanencia de los DNU cuando lo correcto hubiera sido que (a) se hubiera fijado un
plazo para que las Cámaras se expidieran y (b) se hubiera admitido el rechazo tácito.
A todo ello debe sumarse, en tercer lugar, que no basta con el rechazo de una
Cámara, sino que ambas deben expedirse expresamente en tal sentido. Así lo
establece el artículo 24.
En síntesis, todas las opciones que tenía el legislador para diseñar el control
parlamentario de los DNU fueron ejercidas en favor de la vigencia y mantenimiento
de éstos. Así, frente a la posibilidad de optar entre poner o no poner un plazo a las
Cámaras para expedirse, se optó por no ponerlo. Frente a la opción de exigir un
rechazo expreso o tácito, se eligió un rechazo expreso y en lugar de que el rechazo de
una sola Cámara fuera suficiente, se exige el de ambas.
Entre los casos más relevantes pueden mencionarse, en primer lugar, Verrocchi c/
Poder Ejecutivo Nacional,327 donde fueron declarados inconstitucionales los decretos
59
770/96 y 771/96, que habían excluido a ciertas personas de la percepción de
los
constituyentes de 1994 no han eliminado el sistema de separación de las funciones del
gobierno, que constituye uno de los contenidos esenciales de la forma republicana
[del artículo 99, inc.
3º] es elocuente y las palabras escogidas en su redacción no dejan lugar a dudas de
que la admisión del ejercicio de facultades legislativas por parte el Poder Ejecutivo se
hace bajo condiciones de rigurosa excepcionalidad y con sujeción a exigencias
materiales y formales, que constituyen una limitación y no una ampliación de la
práctica seguida en el país, especialmente desde 1989
329 Se impugnaba el Decreto (DNU) N° 558/2002, que modificó la Ley 20.091 de entidades de
seguros en dos aspectos: (a) incorporó -en el art. 29 de la ley- la posibilidad de que las
aseguradoras, ante una situación de iliquidez transitoria, puedan recurrir al crédito bancario por
cualquier causa y constituir deuda subordinada a los privilegios generales y especiales derivados
de los contratos de seguros; y (b) modificó lo relativo a la aprobación del Plan de Regularización y
Saneamiento establecido en el art. 31. No descarto la importancia que el tema pueda haber tenido
en la actividad aseguradora, pero ciertamente no es de los que ocupan la atención del público en
general. Por lo demás no es muy difícil demostrar que tales modificaciones de ningún modo
mposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de
60
fáctico que justificaría la adopción de decretos que reúnan tan ex-
cepcionales presupuestos;332
Todos los restantes casos resueltos desde entonces, se orientan en la misma dirección
la admisión de facultades legislativas por parte del
Poder Ejecutivo se hace bajo condiciones de rigurosa excepcionalidad y con
sujeción a exigencias formales, que constituyen una limitación y no una ampliación
de la práctica seguida en el país, en tanto para el ejercicio de esta facultad de
excepción el constituyente exige -además de la debida consideración por parte del
Poder Legislativo- que la norma no regule materia penal, tributaria, electoral o del
régimen de partidos políticos, y que exista un estado de necesidad y urgencia,
siendo atribución de la Corte evaluar, en cada caso concreto, el presupuesto fáctico
que justificaría la adopción de decretos que reúnan tan excepcionales
presupuestos 335
335 Asociación Argentina de Compañías de Seguros y otros c/ Estado Nacional - Poder Ejecutivo
Nacional, Fallos 338-1048 (2015); Aceval Pollacchi c/ Compañía de Radiocomunicaciones
Móviles S.A., Fallos 334-799 (2011).
61
normas que de suyo integran las atribuciones del Congreso, siempre y cuando sea
imposible a éste dar respuesta a las circunstancias de excepción 336
d. El veto presidencial
Vale la pena hacer comparar el control político ejercido sobre las leyes y sobre de los
DNU para comprender la fuerza política del Presidente. Si bien es cierto que los DNU
están sujetos a control parlamentario, no es menos cierto que las leyes también están
sujetas al control político del Poder Ejecutivo, que puede vetarlas. Esto produce una
paradoja interesante. El DNU lo dicta el Poder Ejecutivo por sí solo (lo hace en
acuerdo general de ministros a quienes nombra y remueve por su exclusiva voluntad)
y es somete al control del Congreso, un órgano bicameral y colegiado, integrado por
numerosas fuerzas políticas de signos diferentes y muchas veces opuestos, donde el
Presidente puede tener mayoría, algo que es frecuente. La ley, en cambio, es el
resultado del acuerdo y conciliación (a veces costoso) de todas esas fuerzas políticas
y, sin embargo, puede ser vetada por una sola persona: el Poder Ejecutivo.
Como regla general, el veto es una cuestión política exenta de revisión judicial, salvo
cuando se trata de un veto parcial y la parte no vetada y promulgada, altera el
espíritu de la ley o carece de autonomía normativa, ya que en estos casos el Ejecutivo
La cuestión había sido abordada por la
Corte en Giulitta c/ Estado Nacional,338 pero fue objeto de un mejor tratamiento en
Colella c/ Fevre y Basset S.A.,339 donde fue declarada inexistente la ley 16.881 (sobre
337 De todos modos, el Poder Ejecutivo puede abstenerse de promulgar expresamente la ley dejando
transcurrir diez días desde que recibe el proyecto de ley sancionado (artículo 80).
62
contrato de trabajo) pues su articulado, en definitiva, luego del veto constituía apenas
un remanente de sólo cuatro artículos de un proyecto original de sesenta y dos, que era
según la Corte, "un todo inescindible"340.
Luego de la reforma de 1994 -que recogió este principio en el artículo 80- un caso
significativo fue Famyl c/ Estado Nacional341, en el cual se planteó un amparo contra
de la parte no vetada y parcialmente promulgada de la ley 25.063 que había
dispuesto la aplicación de una alícuota reducida del IVA a la medicina prepaga.342 La
Corte entendió que la parte promulgada de la ley no cumplía adecuadamente con los
requisitos impuestos por el artículo 80 y declaró la inconstitucionalidad del decreto
que había dispuesto la promulgación343.
342 El caso fue bastante curioso y demuestra como el Presidente puede alterar el contenido de una ley
con escasos cambios materiales. El Congreso al sancionar la ley dispuso que los servicios de
medicina prepaga que se hallaban exentos del IVA, fueran gravados con una alícuota del 10,5% en
lugar del 21% que corresponde como regla general. El Presidente mantuvo el criterio legislativo de
extender el IVA a estos servicios, pero vetó la disposición que contenía la alícuota reducida. Con
ello en la práctica impuso una alícuota del 21%.
343 Tal como en su momento lo puso de manifiesto el dictamen de la Procuración General, la objeción
constitucional en casos como éste no debe estar dirigida al veto en sí, sino a la promulgación
parcial que engendra una ley diferente a la originariamente sancionada. Véase el Cap. X de este
dictamen, Fallos 323, en p. 2272.
63
promulgadas se hayan podido separar del texto total sin afectar la unidad de
éste 345
346 SEVE DE GASTÓN, Alberto: Los tratados ejecutivos en la República Argentina, Depalma, Buenos
Aires, 1970, pp. 39/46.
347 Convenio suscripto con los Estados Unidos de Norteamérica el 3.10.56. Existen además diferentes
acuerdos con este país relativos al uso de naves de guerra celebrados en 1951 y 1960.
348 Suscripto con los Estados Unidos de Norteamérica el 29.7.55 referido a la utilización de la energía
atómica en el campo civil.
349 Convenio suscripto con Gran Bretaña el 31.3.55 y convenio suscripto con Suecia relativo a filmes
cinematográficos, el 12.6.59.
353 Convenio con los Estados Unidos de Norteamérica por medio del cual se otorga a la Argentina una
donación de materiales y elementos para la investigación nuclear, celebrado el 9.9.59.
354 Convenio sobre doble imposición con el gobierno de Grecia suscripto el 21.3.50.
64
si, conforme con el artículo 75, inc. 22, tienen una jerarquía superior a las leyes.
a. El control de constitucionalidad
De todas las relaciones que puede haber entre el Poder Judicial y los otros poderes,
una de las más intensas tiene lugar cuando los jueces declaran la
inconstitucionalidad de una norma, ya sea legislativa o reglamentaria. Esta facultad,
insisto, es la que otorga a aquellos su verdadera presencia como poder del Estado y
permite que la Corte Suprema se equipare -dentro de los límites en el obrar que le
- con el Presidente y el Congreso.
No voy a analizar aquí cómo se ejerce el control judicial, pues su extensión es ajena a
este trabajo y excedería sus límites. Me remito para ello a mi estudio sobre la
cuestión357 y a los muchos otros que se han escrito.358 Basta con mencionar, entonces,
que ha sido el control judicial lo que permite a la Corte erigirse en intérprete final de
la Constitución y fijar las grandes líneas directrices que he mencionado supra al
referirme al rol institucional del Tribunal.359 Un control que la Corte niega que la
Administración Pública pueda ejercer360 y que la procuración, siguiendo la opinión
de Miguel S. Marienhoff entiende que sí puede ejercer en determinadas ocasiones.361
356 BARRA, Tratado de Derecho Administrativo, cit. en nota 313, t. 1, pp. 337-338.
358 Entre los más recientes ver LAPLACETTE, Carlos J.: Teoría y práctica del control de
constitucionalidad, BdeF, Montevideo-Buenos Aires, 2016. Ver También HARO, Ricardo: Control
de constitucionaldiad, Zavalía, Buenos Aires, 2009.
359 Ver § V.
360 Ingenio y Refinería San Martín del Tabacal c/ Provincia de Salta, Fallos 269-243 (1967);
Provincia de Mendoza c/ Gobierno de la Nación, Fallos 298-511 (1977); Raúl O. Bruno, Fallos 311-
460 (1988); Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación c/ Ministerio de
Trabajo, Fallos 319-1420 (1996).
361 MARIENHOFF, Miguel S.: Entidades Autárquicas Institucionales. Su creación por ley o decreto. Lo
atinente a su inconstitucionalidad , Jurisprudencia Argentina, 1961-VI, pp. 62-66.
65
b. El control judicial de la Administración: sus limitaciones
Administración Pública366 la LPA establece dos limitaciones fuertes a los jueces para
el ejercicio de dicho control: el agotamiento de la instancia administrativa y el plazo
de caducidad para demandar a la Administración.
Para la primera rige lo dispuesto en el artículo 23 LPA, tomado del derecho español y
para la segunda, la LPA prevé dos tipos diferentes de reclamos el el artículo 24 LPA y
el de los artículos 30 a 32 LPA. Vale la pena mencionar, asimismo, que la exigencia
del reclamo administrativo estaba muy moderada al punto que Gordillo había
362 Entre los autores que han estudiado específicamente esta jurisdicción cito a: MAIRAL, Héctor A.:
Control judicial de la Administración pública, Depalma, Buenos Aires, 1984; TAWIL. Guido S.:
Administración y Justicia, Depalma, Buenos Aires 1993; GARCÍA PULLÉS, Fernando R.: Tratado
de lo contencioso administrativo, Hammurabi, Buenos Aires, 2004; HUTCHINSON, Tomás:
Derecho procesal administrativo, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2009 y GUASTAVINO, Elías P.:
, 2da edición, Academia Nacional
de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, Buenos Aires, 1989.
366 Ver: CASSAGNE, Juan Carlos, El principio de legalidad y el control judicial de la discrecionalidad
administrativa, Marcial Pons, Madrid-Buenos Aires, 2009, p. 57 y ss.
66
demostrado con elocuencia que al menos de lega ferenda- era inexigible.368 Sin
embargo, luego del dictado de la Ley (de emergencia) 25.344,369 el reclamo ha vuelto
vigorosamente por sus fueros en desmedro del acceso a la jurisdicción judicial pues
(a) se han ampliado los casos en los cuales se exige el reclamo,370 y (b) aún en caso de
silencio se aplica el plazo de caducidad del artículo 25 LPA. En opinión de Gordillo
estas modificaciones impuestas por la Ley 25.344 son inconstitucionales pues
derogan excepciones al reclamo que tienen rango constitucional.371
A la regla del agotamiento se suman los plazos existentes para efectivizarla. En la vía
recursiva, el plazo es esencialmente breve. Como regla general -ante la
Administración centralizada o descentralizada-372 el agotamiento se produce con el
recurso jerárquico, el cual debe interponerse dentro de los 15 días hábiles
administrativos contados desde la notificación del acto recurrible. 373 Si el
agotamiento debe producirse en el marco de un procedimiento especial, se aplicará el
plazo que corresponda en cada caso.374 En la vía de los reclamos, en cambio, el plazo
es extenso pues se aplica el de prescripción.
368 GORDILLO, Agustín: El reclamo administrativo previo , El Derecho, t. 89, pp. 777-794 (1980), esp.
p. 785.
370 Actualmente el reclamo procede en todos los casos -es obligatorio incluso contra entes
descentralizados- salvo cuando (a) una norma expresa exima de plantearlo; (b) se tratare de
repetir lo pagado al Estado en virtud de una ejecución o de repetir un gravamen pagado
indebidamente; y (c) se reclamaren daños y perjuicios contra el Estado por responsabilidad
extracontractual.
371 GORDILLO, Agustín: Tratado de Derecho administrativo, 10ª edición, Fundación de Derecho
Administrativo, Buenos Aires, 2010, t. 4, cap. XII, p. 20,.
372 Con las excepciones previstas en el artículo 1° del Reglamento de Procedimiento Administrativo
(RPA), Decreto N° 1759/1972 (B.O. 27-04-1972) y sus modificatorios, en especial el Decreto N°
1883/1991 (B.O. 24-09-1991).
374 Cierto es que hoy en día todos estos procedimientos especiales están prácticamente eliminados en
virtud del Decreto N° 722/1996 (B.O. 08-07-1996) el cual los unifica bajo la LPA y el RPA. No
obstante subsisten -en particular- los que ha dejado vigentes el Decreto 1155/97 (B.O. 05-11-1997)
requisitos previos a la
interposición del recurso administrativo de que se trate
67
está en juego la impugnación de un acto administrativo, no así en los restantes casos.
Pero bien sabemos que, en la práctica, es mucho más frecuente tener que recorrer la
vía del recurso que la del reclamo. En primer lugar, porque cuantitativamente son
muchos más los actos administrativos que los reglamentos o las situaciones que dan
lugar a un reclamo del artículo 30 LPA. En segundo lugar, porque el acto
administrativo ha tenido -en los hechos- una especie de fuerza expansiva tal que,
cualquier decisión de la Administración (una simple nota firmada por un
funcionario) es susceptible de ser asimilada a un acto administrativo formal,375 y
podría quedar consentido de no ser recurrido oportunamente.
Este requisito, que a partir de la Ley 25.344 se aplica también en la vía del reclamo y
debe ser revisado de oficio por los jueces,378 ha recibido aprobación a través de una
serie de fallos en los cuales la Corte Suprema lo ha abordado desde diferentes
ángulos, pero coincidentes en definitiva acerca de su validez constitucional. Cito,
entre otros, Serra c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires; 379 Gypobras S.A.
375 No es éste el lugar indicado para dedicarme a la noción de acto administrativo, pero tengo para mí
que ésta debe reservarse solamente para aquellos actos dictados en un procedimiento formal, con
audiencia previa del interesado, y no para cualquier decisión de la Administración.
376 Hay multiplicidad de plazos para los llamados recursos directos, esto es, los que se articulan
directamente ante la alzada y no en primera instancia.
378 LPA, artículo 31, según la reforma introducida por el artículo 12 de la Ley 25.344.
379 Fallos 313-83 (1990). Véase BIANCHI, Alberto B.: ¿Tiene fundamentos constitucionales el
agotamiento de la instancia administrativa? , La Ley, 1995-A, pp. 397-________.
68
c/ Estado Nacional; 380 Alcántara de Díaz Colodrero c/ Banco de la Nación
Argentina; 381 Nava c/ Estado Nacional382 y Gorordo Allaria c/ Estado Nacional. 383
En franco contraste con el breve plazo de caducidad del cual dispone el administrado
para impugnar judicialmente el acto administrativo, la Administración sólo está
sujeta al plazo de prescripción para promover la acción de lesividad.384 Este plazo -
por analogía con los artículos 4023 y 4030 del Código Civil- será de dos o de diez
años, según la causal de nulidad de que se trate, pero algunos autores, en caso de
actos nulos de nulidad absoluta, lo extienden al infinito, pues sostienen que la
nulidad absoluta es imprescriptible.385
380 Fallos 318-441 (1995), anotado por TAWIL El artículo 25 de la ley 19.549 en la reciente
jurisprudencia de nuestra Corte Suprema La Ley 1995-E, pp. 473-____.
381 Fallos 319-1476 (1996), con nota de CAPUTI, María C. y SACRISTÁN, Estela B., La caducidad del
artículo 25 de la ley 19549, la presunción de legitimidad de los actos administrativos y la seguridad
jurídica , La Ley 1997-A, ps. 70-80.
383 Fallos 322-73 (1999), comentado por: COMADIRA, Julio R.: El caso 'Gorordo': nueva
jurisprudencia de la Corte Suprema en materia de habilitación de la instancia y revisión judicial de
la denuncia de ilegitimidad , El Derecho, t. 181, pp. 960-976 (1999); REJTMAN FARAH, Mario: Un
importante giro jurisprudencial en la revisión de oficio de la llamada 'habilitación de la instancia' ,
La Ley 1999-E, pp. 185-_______.
384 LPA, artículo 27. No habrá plazo para accionar en los casos en que el Estado o sus entes
autárquicos fueren actores, sin perjuicio de lo que corresponda en materia de prescripción.
Agrego el subrayado .
69
A estos fines, el Congreso puede dictar dos categorías de leyes: las de organización de
los tribunales y los códigos de procedimiento. Las primeras diseñan la arquitectura
general del Poder Judicial, es decir, determinan cuáles y cuántos son los tribunales,
cómo se componen y qué competencia le corresponde a cada uno. Ejemplos típicos
de esta categoría son las Ley 48 y el Decreto Ley 1285/1958, sin perjuicio de otras
muchas, cuya dispersión y desorden exigen hoy día el dictado de un auténtico
386 Los códigos de
386 Una de las primeras leyes de organización de un país es la que regula el funcionamiento del Poder
Judicial. Así lo entendieron los fundadores de los Estados Unidos, cuando sancionaron la
Judiciary Act de 1789, y este mismo espíritu fue el que impulsó, en los albores de nuestra
organización nacional, el dictado de las Leyes 27 y 48, sancionadas en 1862 y 1863,
respectivamente.
Más de 150 años después, esas dos leyes continúan vigentes en retazos, remendados decenas de
veces por otras muchas normas posteriores, la más importante de las cuales, todavía, es el Decreto
Ley 1285 de 1958, es decir, una norma sancionada por un gobierno de facto. Como consecuencias
de ello, cualquiera que se asome al estudio de nuestra organización judicial, tendrá derecho a
elegir entre dos presupuestos: (a) las leyes del gobierno de Bartolomé Mitre y del gobierno de facto
instalado en 1955 eran tan buenas que se aseguraron una prolongada permanencia; o (b) el
Congreso Nacional en estos últimos 30 años ha estado distraído en este aspecto.
Personalmente me inclino por esto último. Sin perjuicio del valor que en su momento tuvieron las
Leyes 27 y 48 -auténticos pilares de la organización del sistema judicial nacional- creo que ha
llegado el momento de actualizarlas y reunir en un único texto, ordenado y actualizado, todas las
normas que hoy conforman un mosaico disperso y confuso, derogando las que están superadas y
actualizando las que no se ajustan a la jurisprudencia actual de la Corte Suprema y los tribunales
federales.
Pensemos que están vigentes todavía (también en retazos) leyes tan antiguas como la Ley 1893 -
sancionada en 1893- que regula la organización de los jueces en la Capital Federal; la Ley 4055
sancionada en 1902- que creó las primeras cámaras federales de apelación; y la Ley 7099
sancionada en 1910- que estableció la superintendencia de la cámaras federales sobre los juzgados
de primera instancia y creó la Cámara Federal de Rosario. Debe sumarse a todo ello en el otro
extremo de la historia- la Ley 26.853 sancionada en 2013- que creó la Cámara Federal de
Casación en lo Contencioso Administrativo Federal, la Cámara Federal y Nacional de Casación del
Trabajo y la Seguridad Social y la Cámara Federal y Nacional de Casación en lo Civil y Comercial,
que no han sido puestas en funcionamiento.
Vale pena mencionar, además, casos de regulación legislativa tan dispares como el de la justicia
federal en lo contencioso administrativo y el de la justicia penal.
La competencia de la primera de ellas, que es, nada menos, el fuero donde litiga el Estado
nacional, estaba regulada bien que tautológicamente- por el artículo 45 de la Ley 13.998,
sancionada en 1950. Esta ley fue derogada por el Decreto Ley 1285/1958, que en el artículo 33
definió la competencia contencioso administrativa de una forma insuficiente, como si fuera una
alzada de algunas decisiones administrativas. Este artículo fue luego derogado por la Ley 21.682
otra norma de facto sancionada en 1977- que dividió la antigua Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Federal y Contencioso-Administrativo en dos la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Contencioso Administrativo Federal y la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial
Federal de la Capital Federal, sin definir la competencia de cada una de ellas.
En oposición a esta insuficiente regulación legislativa, la justicia penal cuenta con la reciente Ley
de Organización y Competencia de la Justicia Federal y Nacional Penal (Ley 27.146) sancionada en
junio de 2015, que constituye una norma estructural del fuero, que tampoco está vigente, pues sus
disposiciones se aplicarán de acuerdo al régimen progresivo que establezca la Ley de
Implementación del Código Procesal Penal de la Nación
70
procedimiento, por su lado, determinan el modo en que deben conducirse los
procesos judiciales.
cierto modo, fue vaciada de contenido con las atribuciones encomendadas por el
No puedo dejar de mencionar, en esta reseña, que carecemos de certeza en torno al régimen de
subrogancia de los jueces. En lo que hace al escrutinio constitucional por parte de la Corte
Suprema, primero fue declarada inconstitucional la Resolución 76/04 del Consejo de la
Magistratura de la Nación en el caso Carlos Alberto Rosza, de 2007 (Fallos 330-2361), y, más
recientemente, el Tribunal ha declarado inconstitucional, también, el régimen establecido en la
Ley 27.415 en el caso Uriarte c/ Consejo de la Magistratura, Fallos 338-1216 (2015).
Tampoco debe olvidarse que buena parte de la legislación que regula la competencia de la Corte
Suprema (en especial el artículo 24 del Decreto Ley 1285/1258) debe ser modificada a la luz de los
fallos que han ido limitando la competencia originaria -en particular Barreto c/ Provincia de
Buenos Aires, Fallos 329-759 (2006) y Mendoza c/ Nación Argentina, Fallos 329-2316 (2006)- y
el que ha declarado la inconstitucionalidad del recurso ordinario en el caso Anadón c/ Comisión
Nacional de Comunicaciones, Fallos 338-724 (2015).
Esta recopilación, apenas escrita a mano alzada, pone en evidencia las deficiencias legislativas de
la organización de todo un poder del Estado, el Poder Judicial, cuya misión es nada menos que-
resolver los conflictos entre particulares, entre éstos y el Estado y controlar la constitucionalidad
de las normas legales. Al lado de normas antiquísimas que sobreviven muy parcialmente (las
Leyes 27 y 48) conviven leyes novísimas, que todavía no están vigentes o no fueron puestas en
práctica (las Leyes 26.853 y 27.146) junto con otras que han sido declaradas inconstitucionales.
En medio de todo ello, hay un sembradero de leyes cuya vigencia no siempre es clara y su lectura y
comprensión es difícil. Son tantos los artículos derogados por completo o sustituidos parcialmente
por otros, que la remisión a disposiciones dispersas en otras normas posteriores -que tal vez
también han sido modificadas o derogadas- exige llevar a cabo una tarea de exégeta.
71
artículo 114 al Consejo de la Magistratura, lo que provocó en su momento una serie
de justificadas críticas.388
Como resultado de esta facultad que, pese a sus actuales limitaciones, sigue vigente,
la Corte es la encargada de reglamentar la legislación judicial, ejerciendo, dentro de
su esfera, una tarea similar a que corresponde al Poder Ejecutivo bajo los incisos 1º y
2º del artículo 99.
Existen dos tendencias procesales, cada vez más difundidas, que ponen de manifiesto
la expansión progresiva del caso judicial fuera de sus fronteras tradicionales.
388 Véase estos comentarios en Gelli, Constitución de la Nación Argentina, obra citada en nota 59, t.
II, p. 567, nota 1362.
72
las acciones por medio de las cuales se demanda la inconstitucionalidad de las leyes
provinciales que gravan con el impuesto a los ingresos brutos el transporte interjurisdiccional
de pasajeros. Microóminibus Quilmes S.A. c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 329-2745
(2006); El Cóndor Empresa de Transportes S.A. c/ Provincia de Chubut, E. 144.XXXIV, 19-
09-06; El Nuevo Halcón S.A. c/ Provincia de Buenos Aires, E.117.XXXV, 26-09-06; Línea 22
S.A. c/ Provincia de Buenos Aires, L.243.XXXIV, 12-06-07; El Puente S.A. de Transporte c/
Provincia de Buenos Aires, E.134.XXXIV, 20-06-07; Sociedad Anónima Expreso Sudoeste
(S.A.E.S.) c/ Provincia de Buenos Aires, S.692.XLIII, 02-06-2008; Línea Expreso Liniers S.A.
c/ Provincia de Buenos Aires, L. 279. XXXV, 19-02-2008; Transporte Automotor La Estrella
S.A. c/ Provincia de Buenos Aires, T.459.XLIII, 24-02-2009; Compañía Microómnibus La
Colorada S.A.C.I. c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 332-1624 (2009); Autotransportes
Andesmar S.A. c/ Provincia del Chubut, Fallos 332-2838 (2009).
la acción declarativa de inconstitucionalidad del impuesto de sellos provincial sobre el permiso
de concesión otorgado por autoridad nacional -en el caso el Ministerio de Economía y Obras y
Servicios Públicos de la Nación- para prestar el servicio de transporte interjurisdiccional de
pasajeros bajo el régimen de la Ley 12.346. Expreso Lomas S.A. c/ Provincia de Buenos Aires,
Fallos 331-337 (2008); Empresa de Transportes Microómnibus Sáenz Peña S.R.L. c/
Provincia de Buenos Aires, Fallos 331-400 (2008); Línea 22 S.A. c/ Provincia de Buenos
Aires, L.1798.XXXVIII, 27-04-2010; Transportes Automotores Plusmar S.A. c/ Provincia de
Buenos Aires, T.367.XLII, 25-10-2011.
la acción declarativa planteada por la concesionaria del servicio distribución de energía
eléctrica, con fundamento en el marco regulatorio eléctrico nacional y en los instrumentos de la
privatización del servicio, contra la provincia de Mendoza, que reclama, de acuerdo con el
Código Fiscal, el pago del impuesto de sellos respecto del Contrato de Concesión celebrado
entre la actora y el Estado Nacional. Districuyo S.A. c/ Provincia de Mendoza, Fallos 331-2913
(2008).
la acción meramente declarativa de certeza contra la provincia de Buenos Aires a fin de que se
despeje la incertidumbre generada por la pretensión de dicha provincia de gravar con el
impuesto de sellos local al contrato de concesión para la prestación del servicio de agua potable
y desagües cloacales. Aguas Argentinas S.A. c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 331-310
(2008).
la acción declarativa de certeza promovida por una licenciataria del servicio de distribución de
gas natural contra la provincia de Salta, para que se determine cómo debe calcularse la base
imponible del impuesto a las actividades económicas, previsto en el Convenio Multilateral,
pues se trata de un asunto vinculado con un servicio público nacional y, por ende, con el
comercio interjurisdiccional, y el caso exige hacer mérito del marco regulatorio del gas natural
(Ley Nº 24.076 y sus decretos reglamentarios) integrado por normas federales. Gasnor S.A. c/
Provincia de Salta, Fallos 331-1750 (2008).
la acción por medio de la cual se plantea (a) la inconstitucionalidad del artículo 7º de la ley
provincial 4275, en cuanto establece que el impuesto de sellos sobre operaciones monetarias y
financieras impuesto debe ser soportado íntegramente por la entidades financieras sin poder
ser trasladado a sus clientes; (b) que se condenara a la demandada a devolver lo percibido por
dicho impuesto y (c) que se declarara la inconstitucionalidad de la resolución general de la
Dirección General de Rentas provincial que regula aspectos de la aplicación de la citada ley, la
Corte se declaró competente. Asociación de Bancos de la Argentina y otros c/ Provincia de
Misiones, Fallos 332-1422 (2009). Ver considerandos 10° y 11°.
la acción mediante la cual se impugna la constitucionalidad de la ley Nº 5800 de la provincia
del Chaco por medio de la cual se crea el Impuesto a la Captación Neta de Fondos que grava los
fondos captados por las entidades financieras sujetas a la ley Nº 21.526 que tengan sucursales
en el territorio provincial, y los depositados en otras jurisdicciones por personas con domicilio
real, legal y fiscal en la citada Provincia. Asociación de Bancos de la Argentina y otros c/
Provincia del Chaco, Fallos 330-4953 (2007).
la acción en la cual se cuestiona la ley Nº 13.529 de la provincia de Buenos Aires que otorgó
facultades a la Dirección Provincial de Rentas para ordenar medidas precautorias y requerir
73
f. Los tribunales administrativos
información a las entidades financieras sobre los fondos y valores de sus clientes, en contra del
art. 39 de la ley nacional Nº 21.526, que establece la obligación de secreto bancario. Asociación
de Bancos de la Argentina c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 332-1519 (2009); Di Benedetto
c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 331-2528 (2008).
la acción en la cual se impugna una disposición de la Dirección de Rentas de la provincia de
Buenos Aires que, en contra de lo dispuesto por normas nacionales, impide a una distribuidora
de energía eléctrica compensar el pago de un impuesto con sumas que el Estado provincial le
adeuda por la prestación del servicio de energía eléctrica. Empresa Distribuidora Norte S.A.
(Edenor) c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 333- 2159 (2010).
la acción por medio de la cual se pretende la declaración de inconstitucionalidad del impuesto
de sellos de Misiones que grava las cartas oferta con aceptación tácita. Telefónica Móviles
Argentina S.A. c/ Provincia de Misiones, T. 392. XLVII, 30-12-2011.
la acción declarativa tendiente obtener la declaración de inconstitucionalidad de una ley de
Mendoza que crea un sistema de fiscalización higiénico-sanitaria de los productos lácteos y
derivados en tránsito federal, y establecen una tasa por el servicio de inspección que debe ser
abonada al momento de recibir el servicio por quien los ingresa al territorio provincial.
Logística La Serenísima S.A. c/ Provincia de Mendoza, Fallos 335-49 (2012).
la acción declarativa de inconstitucionalidad, la ley 14.333 de Buenos Aires, en tanto establece
el pago de una alícuota diferencial en concepto de impuesto de sellos, respecto de los actos,
contratos y operaciones sobre inmuebles radicados en la Provincia, concertados en
instrumentos públicos o privados, otorgados fuera de ella. Colegio de Escribanos de la Ciudad
de Buenos c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 335-23 (2012); Barceló c/ Provincia de Buenos
Aires, B. 34. XLVIII, 20-03-2012.
se alega-
constituye en verdad un impuesto a la exportación de productos. Glaciar Pesquera S.A. c/
Provincia de Tierra del Fuego, G. 195. XLVI, 07-12-2010.
la acción declarativa contra la provincia de Misiones por inconstitucionalidad de la pretensión
fiscal de imponer el impuesto sobre los ingresos brutos a las operaciones de la exportación
efectuadas a través de aduanas ubicadas fuera del territorio provincial. Aceitera Martínez S.A.
c/ Provincia de Misiones, A. 911. XLVII; 04-02-2014.
393 control
judicial suficiente quiere decir: a) reconocimiento a los litigantes del derecho a interponer
recurso ante los jueces ordinarios; b) negación a los tribunales administrativos de la potestad de
dictar resoluciones finales en cuanto a los hechos y al derecho controvertidos, con excepción de
los supuestos en que, existiendo opción legal, los interesados hubiesen elegido la vía
administrativa, privándose voluntariamente de la judicial (doctrina de Fallos, t. 205, p. 17; t.
245, p. 351). La mera facultad de deducir recurso extraordinario basado en inconstitucionalidad
o arbitrariedad, no satisface las exigencias que en la especie han de tenerse por imperativas
74
responder, pragmáticamente, al premioso reclamo de los hechos que componen la
realidad de este tiempo, mucho más vasta y compleja que la que pudieron imaginar
los constituyentes del siglo pasado; y se asienta en la idea de que una
administración ágil, eficaz y dotada de competencia amplia es instrumento apto
para resguardar, en determinados aspectos, fundamentales intereses colectivos de
contenido económico y social, los que de otra manera sólo podrían ser tardía o
.394
También fueron admitidos los tribunales militares. Fruto de muchas crisis políticas,
la aplicación de la ley marcial395 tuvo, en épocas pasadas, un importante espacio
constitucional. Fue implantada por los gobiernos militares de 1930 y 1943 y recibió
un aval por parte de la Corte Suprema durante la presidencia de Arturo Frondizi,
con motivo del llamado Plan Conintes- en Rodríguez, Ruggero y Tambascio,396 caso
en el cual la Corte jugó un doble rol. Por un lado, aprobó la constitucionalidad de la
medida, pero, al mismo tiempo, ordenó la libertad de los condenados por la justicia
militar, en tanto a la fecha del pronunciamiento ya había cesado la emergencia.
Este caso luego dio pie a serie jurisprudencial -durante la Corte de 1976-1983- entre
cuyos precedentes pueden citarse los casos Mario Lanza Ybarrola,397 Jorge Emilio
Papetti,398 Horacio O. Saravogi,399 Enrique Arancibia Clavel,400 Carlos I.
Weinzettel,401 Marcelo De la Torre402 y Alberto O. Diessler,403 cuyo estudio fue
efectuado, en su momento, por Bidart Campos404 y por Vanossi.405
397 Fallos 295-997 (1976). En este caso, si bien fue ratificada la validez de la ley marcial, se declaró
competente a la justicia ordinaria por las particularidades del mismo.
400 Fallos 302-973 (1980). También aquí la Corte justifica la constitucionalidad de la ley marcial en
situaciones de excepción pero en el caso en particular declara la competencia de los tribunales
civiles.
75
h. El indulto a favor de procesados
404 BIDART CAMPOS, Germán J.: Los tribunales militares y la Constitución, Ediar, Buenos Aires, 1985.
405 VANOSSI El sometimiento de los civiles a los tribunales militares El Derecho, t. 93, pp.
937 (1981).
406 Fue famoso el indulto de Juan D. Perón a favor de Ricardo Balbín (Decreto Nº 1/1951; B.O. 08-01-
1951). En fecha más reciente Carlos Menem indultó a los oficiales y ex Comandantes en Jefe de las
Fuerzas Armadas, y a civiles involucrados en diversas causas, tal por ejemplo, Mario Firmenich,
José A. Martínez de Hoz, Norma Kennedy y Duilio Brunella (Decretos Nos. 1002/89, 1003/89 y
1004/89 y 2741 a 2746 de 1990). También fueron indultados por Eduardo Duhalde los
-01-2001).
413 BIDART CAMPOS, Germán J.: Manual de la Constitución reformada, Ediar, Buenos Aires, 1997, t.
III, p. 276.
76
Ibarlucía,417 y Gelli418. A favor del indulto a procesados pueden computarse las
opiniones de Toricelli,419 Lazzarini,420, Lozano421 y Santana.422
414 Badeni, Tratado de Derecho constitucional, citado en nota 58, t. III, p. 672.
415 ROMERO, César Enrique: Derecho constitucional, Víctor P. de Zavalía, Buenos Aires, 1976, t. II, p.
244.
418 Gelli, Constitución de la Nación Argentina, obra citada en nota 59, t. II, p. 469.
419 TORICELLI, Maximiliano: Organización constitucional del poder, Astrea, Buenos Aires, 2010, t. 2,
p. 36.
420 LAZZARINI, José Luis: Indulto presidencial durante el proceso La Ley 1989-D, pp. 1116-1122.
421 LOZANO, Luis F.: ¿Puede un Presidente indultar a un procesado? , La Ley, 1990-B, pp. 1198-1212.
423 Bianchi, Control de Constitucionalidad, t. 2, p. 210/211, nota 292, obra citada en nota ¡Error! M
arcador no definido. del capítulo ¡Error! No se encuentra el origen de la referencia..
77
Administración Federal de Ingresos Públicos en virtud de lo previsto en el artículo 92
de la ley N° 1683.425
una de las
425 Esta norma según la reforma introducida por el artículo 18(5) de la Ley N° 25.239- en lo que
La Administración Federal de Ingresos Públicos por intermedio del agente
fiscal podrá decretar el embargo de cuentas bancarias, fondos y valores depositados en
entidades financieras, o de bienes de cualquier tipo o naturaleza, inhibiciones generales de
bienes y adoptar otras medidas cautelares tendientes a garantizar el recupero de la deuda en
ejecución. Asimismo podrá controlar su diligenciamiento y efectiva traba. En cualquier estado
de la ejecución podrá disponer el embargo general de los fondos y valores de cualquier
naturaleza que los depositados tengan depositados en las entidades financieras regidas por la
ley 21.526. Dentro de los quince (15) días de notificadas de la medida, dichas entidades deberán
informar a la ADMINISTRACIÓN FEDERAL DE INGRESOS PÚBLICOS acerca de los fondos y valores que
resulten embargados, no rigiendo a tales fines el secreto que establece el artículo 39 de la ley
21.526
78
adopta sobre el patrimonio de su contraria. Tan subsidiario es el papel que la
norma asigna al juez en el proceso que prevé que, para el supuesto de que el deudor
no oponga excepciones, sólo deberá limitarse a otorgar una mera constancia de tal
circunstancia para que la vía de ejecución del crédito quede expedita (art. 92,
participación menor e irrelevante que se reserva a los jueces en
los procesos de ejecución no sólo violenta el principio constitucional de la división
de poderes sino que además desconoce los más elementales fundamentos del
principio de la tutela judicial efectiva y de la defensa en juicio consagrados tanto en
el art. 18 de la Constitución Nacional como en los Pactos internacionales
incorporados con tal jerarquía en el inc. 22 de su art. 75 426
No sería honesto con los lectores si omitiera recordar aquí que, desde el mismo
momento de su creación, he tenido una opinión crítica del Consejo de la
Magistratura. Lo considero un órgano ajeno a nuestras instituciones constitucionales
que, sin perjuicio de los buenos propósitos que lo inspiraron, hubiera sido preferible
no incorporar al Poder Judicial, al menos con la carga de poderes que los
constituyentes de 1994 le asignaron.428 En todo caso, si el principal objetivo de su
creación era limitar la discrecionalidad ejecutiva en la selección de los magistrados
judiciales, tal misión hubiera sido cumplida, con mayor provecho institucional, si al
Consejo se le hubiera encomendando tan sólo dicha tarea.
79
Lamentablemente, a las razones teóricas que expuse en ese momento, se suma ahora
una experiencia práctica que no dudo en calificar de negativa. El funcionamiento del
Consejo de la Magistratura y sus permanentes conflictos con la Corte Suprema han
dado prueba evidente de que no era necesaria la creación de semejante
superestructura política para llevar a cabo las tareas que la Constitución le
encomienda. Las funciones de carácter administrativo, disciplinario y de selección de
los jueces bien podían ser ejecutadas -más económica y eficazmente- por oficinas
administrativas del Poder Judicial. En cuanto a su rol en el proceso de acusación de
los magistrados, la propia Cámara de Diputados de la Nación, bajo una específica
habilitación constitucional, podría haber creado una comisión especial al efecto. Lo
mismo podría decirse del Senado y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.
Todo ello hubiera ahorrado una gran cantidad de dinero a los contribuyentes, o bien
esos recursos podrían haber sido asignados a la construcción y reparación de
escuelas y hospitales públicos.
429 No hace falta recordar que el Consejo de la Magistratura fue incorporado a la Constitución por la
reforma de 1994 como un medio de controlar el poder presidencial. Se intentaba limitar la
discrecionalidad del Poder Ejecutivo en la elección de los jueces, exigiendo que la selección de los
mismos estuviera a cargo de un órgano integrado por diferentes estamentos de la sociedad en los
cuales se equilibraran las fuerzas políticas, judiciales, profesionales y académicas. Nadie mejor
para explicar la cuestión que el propio RAÚL ALFONSÍN, principal inspirador del Consejo de la
La composición del
Consejo de la Magistratura asegura un equilibrio entre la representación de los órganos
políticos, de los jueces, de los abogados y de personalidades académicas y científicas. Con la
presencia de este Consejo, se pondrá punto final a los persistentes intentos de partidizar la
administración de justicia. La garantía de su independencia política estará dada por la
pluralidad de los miembros que compondrán el cuerpo y su renovación periódica Este discurso
La Ley 1994-D, pp. 824-
844.
80
diecinueve miembros.431 Inmediatamente fue sancionada la Ley 24.939,432 que le
agregó un miembro más.433 Esta composición muy numerosa- se mantuvo hasta el
año 2006, cuando fue sancionada la Ley 26.080,434 que redujo a trece el número de
miembros.435 Esta nueva composición fue impugnada judicialmente sin éxito. El
amparo planteado contra la Ley 26.80 por un ciudadano en su calidad de tal, fue
rechazado por la Corte Suprema por falta de legitimación procesal.436
431 La composición era la siguiente: el Presidente de la Corte Suprema; cuatro jueces nacionales; ocho
legisladores; cuatro representantes de los abogados de la matrícula federal; un representante del
Poder Ejecutivo y un abogado, profesor titular regular de cátedras universitarias de facultades de
Derecho nacionales.
435 Mediante esta ley, la composición del Consejo pasó a ser la siguiente: tres jueces nacionales, seis
legisladores nacionales; dos representantes de los abogados de la matrícula federal, un
representante del Poder Ejecutivo y un representante del ámbito académico y científico.
436 Monner Sans c/ Estado Nacional -Secretaria General de la Presidencia [M. 2503. XLII] Fallos
337-166 (2014).
437 Había sido anunciado con gran estruendo por la entonces Presidenta de la Nación en la apertura
de las sesiones del Congreso, el 1° de marzo de 2013.
439 El Consejo de la Magistratura se integraría con: tres jueces nacionales; tres representantes de los
abogados de la matrícula federal; seis representantes de los ámbitos académico o científico, de
81
ella misma había propiciado siete años antes.440 Pero la reforma más sustancial
consistía en que los jueces, los representantes de los abogados de la matrícula federal
y los representantes de los ámbitos académico o científico ya no serían designados
por sus respectivos estamentos corporativos (asociaciones de magistrados, colegios
de abogados y universidades), sino por el sufragio popular (artículo 2°, inc. 6).
Naci 444 A juicio de la Corte dicho Reglamento era inconstitucional, pues permitía
440 La reforma de 2006 había sido inspirada por la entonces senadora Fernández de Kirchner que
luego, como titular del Poder Ejecutivo, promovía una nueva modificación diametralmente
opuesta a la que había propuesto siete años antes.
444 De acuerdo con este Reglamento, cuando se produjeran vacantes o ausencias transitorias en
cargos de juez de primera instancia o juez de las cámaras o tribunales orales, federales o
nacionales, los tribunales de alzada o los que ejercen la superintendencia, por sí mismos o con
intervención de la Comisión de Selección de Magistrados del Consejo de la Magistratura (si la
suplencia fuese prolongada), pueden designar subrogantes a magistrados en ejercicio, de igual
grado y jurisdicción o de la jurisdicción más próxima, a jueces jubilados que hayan sido
nombrados con acuerdo del Senado, a abogados de la matricula federal que reúnan las
82
la designación de jueces sin respetar los mecanismos constitucionales. 445 Sin
perjuicio de ello, en lo que específicamente se refiere a la morosidad en la tarea de
selección de l no puede
dejar de ponderarse la significativa cantidad de designaciones que tuvieron lugar
bajo el régimen impugnado que llega a aproximadamente al 20% de la judicatura.
Tal situación pone de manifiesto que el carácter extraordinario del sistema de
reemplazos se ha visto claramente desvirtuado, convirtiéndose en regla la
excepción, lo cual conlleva una clara afectación del desarrollo regular de la
administración de justicia 446
condiciones legales para ocupar los cargos de que se trate o, para las hipótesis de reemplazos de
jueces de primera instancia, a secretarios de ambas instancias.
449 En relación con el artículo 7° de la resolución 8/2014 del Consejo de la Magistratura, la Corte dijo
el artículo citado autoriza la cobertura de vacancias de magistrados en un proceso en el que
no interviene ni el Poder Ejecutivo ni el Senado de la Nación. Un mecanismo semejante resulta
inconstitucional por no contemplar la necesaria participación de los tres poderes del Estado a
83
Además de ello, la sentencia fue particularmente severa al referirse a la demora en la
el Tribunal se ve nuevamente obligado a destacar la
significativa cantidad de designaciones provisorias existentes en el ámbito del
Poder Judicial de la Nación. Esta situación, que ya fuera señalada en el año 2007 al
los que nuestra Ley Fundamental le encomienda el nombramiento de los jueces, tal como lo ha
señalado esta Corte en la causa "Rosza" a cuyas conclusiones y fundamentos corresponde
remitir en razón de brevedad . Considerando 5°.
la ley 27.145 tampoco cumple con los criterios
upuestos excepcionales, sea el
Consejo de la Magistratura quien, directamente, nombre al subrogante, prescindiendo de la
84
poderes, similar al que Martin Redish encuentra en los Estados Unidos.451 Esta
pregunta es válida especialmente porque, como ya vimos,452 en nuestra Constitución
hay dos normas que tienden a proteger muy específicamente la separación de
poderes, los artículos 29 y 109.
Tal auto restricción está resumida en una frase que la Corte Suprema repite
la misión más delicada de la justicia es saberse mantener dentro
del ámbito de su jurisdicción, sin menoscabar las funciones que incumben a otros
poderes 454 Sin dudas, es toda una declaración de principios reconocer que la
454 Entre otros: Centro de Estudios para la Promoción de la Igualdad y la Solidaridad y otros c/
Ministerio de Energía y Minería, Fallos 339-1077 (2016); P., A. c/ Comisión Nacional Asesora
para la Integración de las Personas, Fallos 338-488 (2015); Badaro c/ ANSeS, Fallos 329-3089
(2006); El Muelle Place S.R.L. c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos 329-1675 (2006); Brandi c/
Provincia de Mendoza, Fallos 328-3573 (2005); Eduardo Moliné O Connor, Fallos 327-2048
(2004); Partido Demócrata Progresista c/ Provincia de Santa Fe, Fallos 326-2004 (2003); Bussi
c/ Estado Nacional (Congreso de la Nación- Cámara de Diputados), Fallos 324-3358 (2001);
Roberto Felicetti, Fallos 323-4130 (2000); Defensor del Pueblo de la Nación c/ Estado Nacional
(PEN) , Fallos 321-1187 (1998); PRODELCO c/ Poder Ejecutivo Nacional, Fallos 321-1252 (1998);
Jorge Rodríguez - Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Fallos 320-2851 (1997); Néstor H.
Buján, Fallos 319-324 (1996); Polino c/ Poder Ejecutivo, Fallos 317-335 (1994); Instituto Nacional
de Vitivinicultura, Fallos 317-126 (1994); Alberto Oscar Nicosia, Fallos 316-2940 (1993);
Kreimbohn c/ Caja Administradora del Fondo Especial del Seguro, Fallos 316-2732 (1993);
Molinas c/ Poder Ejecutivo Nacional, Fallos 314-1091 (1991); Sánchez Abelenda c/ Ediciones de
la Urraca S.A., Fallos 211-2553 (1988); Baricalla de Cisilotto c/ Nación Argentina, Fallos 310-112
(1987); Victor Rolón Zappa, Fallos 308-1848 (1986).
85
constitucionalidad, un acto de gravedad institucional, considerado por ello como la
455
Todas estas restricciones, naturalmente, tienen origen en que los jueces no pueden
e ha
expandido notablemente en las últimas décadas, tal como ya señalé,456 la Corte sigue
siendo fiel a ella.457
Ahora bien, dentro de los diversos elementos que configuran el caso o controversia,
debemos distinguir los de naturaleza típicamente procesal, del que se refiere a la
materia del caso propiamente dicha. Los primeros son (a) la existencia de una
verdadera controversia, que además debe ser actual y (b) la legitimación, tanto activa
como pasiva. El segundo, por el contrario, hace al contenido propio de lo justiciable.
¿Hecha esta distinción, podemos decir que todos ellos se relacionan con la
separación de poderes? En un sentido amplio la respuesta es afirmativa y así lo
entiende la jurisprudencia de la Corte.458 Sin embargo, no es menos cierto que el
455 Castillo c/ Provincia de Salta, CSJ 001870/2014/CS001; 12/12/2017; Reynaldo Bignone, Fallos
340-549 (2017); Schiffrin c/ Poder Ejecutivo Nacional, Fallos 340-257 (2017); Cristián González
Castillo, Fallos 340-669 (2017); Bedino c/ Telecom Argentina S.A., Fallos 340-141 (2017); Lima c/
Agon y otros, Fallos 340-1185 (2017); Galíndez c/ Ministerio Público Fiscal de la Nación, Fallos
340-1581 (2017); Puente Olivera c/ Tizado Patagonia Bienes Raíces del Sur S.R.L., Fallos 339-
1583 (2016); Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Fallos 339-1277 (2016); Boggiano c/
Estado Nacional - Ministerio de Desarrollo Social, Fallos 339-323 (2016); Ramón Alberto Lemos,
Fallos 338-1504 (2015); Sindicato de Obreros de Estaciones de Servicios, Garages y Playas de
Estacionamiento del Chaco c/ Estado Nacional (ANSSAL), Fallos 338-1444 (2015); Carlos
Fernández, Fallos 338-1026 (2015); Romfioc S.R.L. [R. 142. XLIX] 28/10/2014; Establecimiento
Liniers S.A. c/ Estado Nacional - Ministerio de Planificación Federal [E. 280. XLIV] 11/06/2013;
Rodríguez Pereyra c/ Ejército Argentino, Fallos 335-2333 (2012); entre los casos más recientes.
457 Entre los casos más recientes: Asociación de Fotógrafos y Operadores de Video Profesionales del
Parque Nacional Iguazú c/ Provincia de Misiones, Fallos 340-1025 (2017); Leonel Ignacio Acosta
s/ impugnación de precandidatos elecciones primarias - Frente Justicialista Riojano [CNE
006781/2017/CS001] 22-08-2017; Shell Compañía Argentina de Petróleo S.A. c/ Provincia de
Buenos Aires, Fallos 340-1338 (2017); Abarca c/ Estado Nacional - Ministerio de Energía y
Minería, Fallos 339-1223 (2016); Transportadora Cuyana S.A. c/ Provincia de San Juan, Fallos
339-569 (2016); Universidad Nacional de Rosario c/ Provincia de Entre Ríos, Fallos 337-1447
(2014); Cámara Minera de Jujuy y Provincia de Jujuy c/ Estado Nacional, Fallos 337-1540
(2014); Provincia de San Luis c/ Estado Nacional, Fallos 330-3777 (2007).
458 Así, por ejemplo, en Policonsultorios de Cabecera S.R.L. c/ Provincia de Buenos Aires, Fallos
329-3184 (2006), la Corte sostuvo que las consecuencias del control encomendado a la justicia
sobre las actividades ejecutiva y legislativa requieren que el requisito de la existencia de "un caso"
o "controversia judicial" sea observado rigurosamente, para la preservación del principio de la
división de poderes, lo que excluye la posibilidad de dar trámite a pretensiones donde la aplicación
de las normas o actos de los otros poderes no hayan dado lugar a un litigio contencioso para cuyo
fallo se exija el examen del punto constitucional propuesto.
86
verd
si la Corte se apartara de los requisitos procesales del caso, como si invadiera la
competencia de aquellos, resolviendo sobre materias que, de suyo, le son ajenas, aun
cuando estuvieran reunidos los extremos procesales de la controversia.
En síntesis, parecería que la Corte ha empleado un modelo dual. Es muy flexible para
juzgar sobre las facultades legislativas y administrativas, aun cuando estas puedan
superponerse, en ocasiones, con las judiciales. Por el contrario, es formal -y hace gala
de ello- cuando ella misma se abstiene de invadir las de los otros poderes.
1. Planteo
460 José Alberto Arias, Fallos 328-3193 (2005). Ver considerando 32º. Con palabras similares:
Zaratiegui c/ Estado Nacional, Fallos 311-2580 (1988).
461 Banco Bansud S.A. c/ Secretaría de Comercio e Inversiones, Fallos 324-1740 (2001).
87
462 que ha sido y
sigue siendo un elemento distorsionante del equilibrio de poderes.
No hay nada de novedoso en ello. Hace más de cien años, Octavio Amadeo escribía
el Presidente nuestro, prescindiendo de personas y partidos es hoy una
monstruosidad política y un peligro nacional esa entidad casi
465 En
a preponderancia del
Presidente de la Nación sobre los poderes legislativo y judicial es enorme. Se puede
afirmar sin vacilaciones que tiene en sus manos los principales resortes del poder
público 466 y Linares Quintana se lamentaba de que en la Argentina el Poder
organismo fuera de toda proporción y equilibrio en el plano del
gobierno 467 El extraordinario poder presidencial en la Argentina, también ha
llamado la atención de los autores extranjeros. Austin F. en el
esquema de la vida política argentina [el Presidente] es más importante que el
Congreso y los tribunales o que ambos combinados. Su autoridad es mayor que la
462 NINO, Carlos: Fundamentos de Derecho constitucional, Astrea, Buenos Aires, 1992, p. 504.
463 Se habla mal del parlamento en todas partes decía Ortga y Gasset en 1930 cuando escribió La
Rebelión de las Masas- pero no se ve que en ninguna de las naciones que cuentan se intente su
sustitución, ni siquiera que existan perfiles utópicos de otras formas de Estado que, al menos
. ORTEGA Y GASSET, José: La rebelión de las masas en: Ortega y
Gasset, obra de recopilación publicada por Gredos, Madrid, 2012, t. I, pp. 245-444, esp. p. 381.
464 DALLA VIA, Alberto R:. Teoría del Estado y de la Constitución, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2013,
t. I-A, Cap. XXII.
465 AMADEO, Octavio: El presidente argentino, separata del Boletín del Museo Social Argentino, Nos.
69-70, Buenos Aires, 1917, p. 6.
466 SANCHEZ VIAMONTE, Carlos: Historia institucional de Argentina, México, 1948, p. 189.
467 LINARES QUINTANA, Segundo V.: Tratado de la ciencia del Derecho constitucional, 2ª edición, Plus
Ultra, Buenos Aires, 1987, t.9, p. 550.
88
del Presidente de los Estados Unidos, o que la de los jefes de Estado de la mayoría
468
Como todo fenómeno político, la supremacía fáctica del Poder Ejecutivo tiene causas
y consecuencias. En las líneas que siguen me ocuparé solamente de las primeras ya
que las segundas, además de muy conocidas, no contribuyen a extirpar sus males.
468 MACDONALD, Austin F.: Government of the Argentine Republic, Thomas Y. Crowell Co., New York,
1942, p. 190.
469 De hecho, la superioridad del Ejecutivo que autores como Oyhanarte y Perez Guilhou encuentran
en la Constitución (ver § III) sería una fuente para esta conclusión.
471 Ídem.
472
PALACIOS, Alfredo: Alberdi. Constructor en el desierto, Academia de Ciencias Económicas, Losada,
Buenos Aires, 1944.
473 Conf. SECO VILLALBA, Armando: Fuentes de la Constitución argentina, Depalma, Buenos Aires,
1943p. 161.
89
Tampoco pretendo mencionarlas a todas. Seguramente hay otras muchas,474 pero
mencionaré, al menos, las que me parecen más relevantes. Por cierto que ninguna de
ellas, considerada aisladamente, es determinante, todas tienen su mayor o menor
grado de influencia, pues el híper presidencialismo, como señalé antes, es un
fenómeno complejo. De todos modos, si tuviera que hacer un ranking, el populismo
figura, en mi opinión, en la primera fila. Es la única de todas las causas que
mencionaré en los párrafos que siguen, cuyo deliberado propósito es agigantar la
función ejecutiva, exaltando emocionalmente la figura del líder y colocándola fuera
de límites racionales.
474 La doctrina argentina se ha ocupado recurrentemente de este problema y cada autor enumera las
causas que a su juicio han contribuido a cimentarlo. Véanse, por ejemplo, los trabajos de: PÉREZ
GUILHOU El Poder Ejecutivo Derecho Constitucional de la Reforma
de 1994, Instituto Argentino de Estudios Constitucionales y Políticos, Mendoza, 1995, pp. 115-141,
esp. pp. 120 y 121 y ROMERO, César Enrique: Derecho Constitucional, Víctor P. de Zavalía, Buenos
Aires, 1975, t. I, p. 198 y ss.
475 La doctrina constitucional, en general, sostiene que el Congreso tiene facultades para
autoconvocarse. Ver Linares Quintana, Tratado, cit. en nota 467, t. 9, pp. 241-242 y los autores
90
y dos
semanas del mes de julio.
De hecho, en la Ley de Presupuesto para el ejercicio 2018, 476 el monto total de gastos
es de $ 2.904.414.117.468, de los cuales $ 20.304.596.833 corresponden al Poder
Legislativo, $ 34.366.029.854 al Poder Judicial y $ 11.878.189.175 al Ministerio
Público, lo que suma un total de $ 66.548.815.862, cifra que es insignificante si la
allí citados. La práctica política, sin embargo, indica que las sesiones ordinarias han comenzado
cuando concurre el Presidente a inaugurarlas (ver la exhaustiva recopilación de fechas efectuada
por Linares Quintana en p. 240-241, nota 380), debiendo destacarse la puntualidad en el
cumplimiento de esta obligación desde Ricardo Alfonsín hasta la fecha.
91
comparamos con los $ 1.293.361.698.131 del Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad Social y que resulta inferior también a de otros ministerios.477
En sexto lugar, por último, debemos tener en cuenta, como elemento sociológico, la
personalidad de quienes ejercen la más alta función ejecutiva, ya sea en sistemas
presidencialistas o parlamentarios. Se trata de líderes naturales, usualmente dotados
de una gran ambición de poder y que disfrutan del placer de ejercerlo.
Sería ocioso hablar del liderazgo político de otras figuras posteriores como Winston
Churchill, Margaret Thatcher o Tony Blair, cada uno de los cuales dominó la escena
británica en su momento. Churchill fue un líder poderoso durante la Segunda Guerra
479 Véase KENNEDY, A.L.: Salisbury 1830-1903, Portrait of a Statesman, John Murray, London, 1953;
TAYLOR, R.: Lord Salisbury, Penguin, London, 1975.
480 Véase: HIBBERT, Christopher: Disraeli: The Victorian Dandy who Became Primer Minister,
Palgrave McMillan, 2007; ALDOUS, Richard: The Lion and the Unicorn. Gladstone v. Disraeli,
W.W. Norton, New York, 2007.
481 Véase: MATHEW, H.C.G.: Gladstone 1809-1874, Clarendon Press,Oxford, 1986; BEBBINGTON, David
W.: William Ewart Gladstone. Faith & Politics in Victorian Britain, Wm. B. Eerdmans Publishing
Co., Grand Rapids, Michigan, 1993; JENKINS, Roy: Gladstone: a Biography, Random House, New
York, 1997.
92
Mundial, pero terminado el conflicto perdió la elección contra Clement Attlee, el
líder laborista que prometía a los sufridos británicos un mundo socialmente más
feliz. Churchill aceptó la derrota y se retiró a pintar acuarelas a su casa de campo en
Chartwell, pero regresó cinco años después. Margaret Thatcher, a su turno, replanteó
la política económica con la revolución de las privatizaciones que acabó con un
sistema de haciendas públicas diseñado en la post Guerra482 y Blair casi elimina
definitivamente a la Cámara de Lores y otorga la independencia a Escocia,483 dos
iniciativas que no tienen todavía una palabra final. Incluso, podría sostenerse, con el
ejemplo de Anthony Eden y la pérdida del Canal de Suez en 1956, que los liderazgos
débiles pueden ser peligrosos.484
482 Véase: COLE, John: The Thatcher Years. A Decade of Revolution in British Politics, BBC Books,
London 1987.
483 Véase: SELDON, Anthony: Blair´s Britain 1997-2007, Cambridge University Press, Cambridge,
2007.
484 Véase: LAMB, Richard: The Failure of the Eden Government, Sidgwick & Jackson Ltd., London,
1987.
485 SCHLESINGER, Arthur M.: The Imperial Presidency, Mariner Books, Houghton Mifflin Co, New
York, 2004.
486 Ver: BROWN, Archie: The Myth of the Strong Leader. Political leadership in the Modern Age, The
Bodley Head, London, 2014, p. 149.
487 I think all of us should have a respect for innocent life. With
regard to the freedom of the individual for choice with regard to abortion, there's one individual
who's not being considered at all. That's the one who is being aborted. And I've noticed that
everybody that is for abortion has already been born. I I think that, technically, I know
this is a difficult and an emotional problem, and many people sincerely feel on both sides of this,
93
lado, no obstante sus escándalos personales y la amenaza de un juicio político,
culminó su segundo mandato con altos niveles de popularidad. Tampoco puede
negarse que Donald Trump, sin perjuicio de su errática y explosiva personalidad,
posee el carácter propio de los que gustan mandar. Dentro de esta misma
constelación figura Richard Nixon, cuya astucia y malas artes lo hicieron merecedor
del apodo .488
Mientras en las trece colonias inglesas que dieron lugar al nacimiento los Estados
Unidos, la vida política de cada una era independiente de las restantes, al punto que
todas tenían su carta de creación y sus instituciones propias, con una amplia
diversidad cultural y religiosa, en las colonias españolas en América la situación fue
muy diferente.
Aquí no llegó un pequeño buque cargado con peregrinos que huían de la persecución
religiosa. En estas tierras desembarcó el Imperio de Carlos V, una organización
firmemente apoyada en el poder de una sola persona. Don Pedro de Mendoza,
Adelantado del Río de la Plata y primer fundador de Buenos Aires en 1536, era un fiel
servidor de la Corona, que nueve años antes había p sacco di Roma
de 1527, a las órdenes del Condestable Carlos de Borbón, cuando las tropas
imperiales, españolas y alemanas, saquearon la ciudad papal en un desborde del
conflicto entre el Sacro Imperio y el Papado, obligando al Papa Clemente VII a
refugiarse en el Castel Sant'Angelo.489 Y cuando en España se extinguió la dinastía de
los Habsburgo, le sucedieron los Borbones, que implantaron en América el
but I do believe that maybe we could find the answer through medical evidence, if we would
determine once and for all, is an unborn child a human being? I happen to believe it is
agregadas. Debate en la Ciudad de Baltimore, el día 21 de septiembre de 1980 durante la campaña
presidencial de ese año.
Ver: http://www.presidency.ucsb.edu/ws/index.php?pid=29407
488 El sobrenombre le fue puesto por el Independent Review un diario californiano durante su
campaña para senador por California en 1950. Nixon disputaba la banca con Helen Gahagan
the pink
lady) y distribuyendo unos 500.000 panfletos de ese color en los cuales vinculaba sus votos como
diputada con el Partido Comunista. Nixon ganó la elección, se convirtió a los 38 años en el
senador más joven de la Cámara, y de allí en adelante el seudónimo no lo abandonó jamás.
489 Ver: CADENAS Y VICENT, Vicente de: El Saco de Roma de 1527 por el Ejército de Carlos V, Hidalguía,
Madrid, 1974.
94
centralismo ejecutivo diseñado por el Cardenal Richelieu y practicado por Luis XIV
para asegurar el poder real y protegerlo de la turbulencia de los nobles. En América,
una de las expresiones legislativas más notables del centralismo borbónico fue la
Real Ordenanza de Intendentes de 1782, que también puede computarse como
antecedente de un federalismo originado en las ciudades con cabildos, única
institución democrática de la América hispana.490
Al frente del virreinato se hallaba el virrey, representante personal y alter ego del rey
en las Indias.491 En el virrey se sumaban y centralizaban, en el más alto nivel, todas
las competencias administrativas, legislativas y judiciales, ya que incluso presidía las
audiencias virreinales, es decir, las que estaban instaladas en las capitales de los
os virreyes rioplatenses acumularon los
cargos de gobernador, capitán general, presidente de la audiencia de Buenos Aires
(desde su establecimiento en 1785) y superintendente general de real hacienda
(desde 1788). En este último carácter presidieron también la Junta Superior de
Real Hacienda (nº 48). Y tuvieron, por último, importantes atribuciones en otras
materias, que más adelante serán recordadas. En otros términos, el virrey tenía
una amplísima competencia que le daba una autoridad solo limitada por la del
propio monarca y por la necesidad de cumplir el derecho vigente 492 Ots Capdequi,
su nota distintiva fue la universalidad,
abarcando, en consecuencia, todos los aspectos de la vida pública: legislativo,
492 ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo: Historia del Derecho argentino, Perrot, Buenos Aires, 1978, p. 135.
95
gubernativo, fiscal y económico, judicial, militar y aun eclesiástico 493 Confirma
esta opiniones la letra el artículo 2º de la Real Ordenanza de Intendentes de 1782,
Ha de continuar el Virrey de Buenos Ayres con todo el
lleno de la Superior Autoridad y omnímodas facultades que le conceden mi Real
Título ó Instrucción, y las Leyes de Indias, como á Gobernador y Capitán General
en el distrito de aquel mando, á cuyos altos empleos correrá agregada el de
Presidente de la Audiencia y Cancilleria que tengo resuelto establecer en la
espresada Capital; pero dejando la Superintendencia y arreglo de mi Real
Hacienda en todos los ramos y productos de ella, como yá lo tengo mandado, al
cuidado, dirección y manejo de la Intendencia General de Exército y Hacienda que
se halla establecida en el mismo Virreynato, y á que estarán subordinados los
demas de Provincia que en él mando erigir por esta Instrucción
Si bien es cierto que la colonización española y el poder del virrey no pueden tomarse
como un factor determinante del híper presidencialismo en la Argentina, tampoco
podemos descartarlas totalmente. No en vano a lo largo de toda América Latina han
abundado -y se reproducen constantemente-
de numerosos estudios político-constitucionales,494 han inspirado también a la
literatura con novelas tan célebres como El Señor Presidente, de Miguel Ángel de
Asturias.495
493 OTS CAPDEQUI, José María: El Estado Español en las Indias, Fondo de Cultura Económica,
México, 1982, p. 60.
494 Entre otros ver la obra colectiva: El Predominio del Poder Ejecutivo en Latinoamérica, UNAM,
México, 1977, que reúne las ponencias presentadas al I Congreso Latinoamericano de Derecho
Constitucional, celebrado en Ciudad de México en agosto de 1975. Ver también: VALENCIA
CARMONA, Salvador: El poder ejecutivo latinoamericano, UNAM, México, 1979.
495 La trama está situada en un país latinoamericano no identificado, pero su fuente de inspiración ha
sido, seguramente, la Guatemala natal de Asturias bajo la dictadura de Manuel Estrada Cabrera.
96
hacia todos los rincones de las actividades industriales, financieras y de prestación de
servicios.496
Tan fuerte ha sido el impacto de esta tendencia en el derecho público, que ha dado
lugar a la existencia del llamado Derecho Administrativo de la Economía497 o
Derecho Administrativo Económico, conforme la denominación de los autores
españoles498 y del Derecho Constitucional Económico.499
Los primeros se desarrollaron con gran intensidad a partir de la década de 1930 501 y
las segundas crecieron exponencialmente a medida que se estatizaban los servicios
496 Ver: BUSTAMANTE, Jorge Eduardo: Desregulación, entre el derecho y la economía, Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 1993.
497 GORDILLO, Agustín A.: Derecho administrativo de la economía, Macchi, Buenos Aires, 1967.
498 MARTÍN MATEO, Ramón y SOSA WAGNER, Francisco: Derecho administrativo económico, Pirámide,
Madrid, 1977; MARTÍN-RETORTILLO BAQUER, Sebastián: Derecho administrativo económico, La
Ley, Madrid, 1988; RIVERO ORTEGA, Ricardo: Derecho administrativo económico, 7ª edición,
Marcial Pons, Madrid, 2015.
499 DALLA VÍA, Alberto R.: Derecho constitucional económico, 2ª edición, Lexis Nexis - Abeledo
Perrot, Buenos Aires, 2006.
500 CASSAGNE, Juan Carlos: La intervención administrativa, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1992.
501 A partir de 1930, en la Argentina fueron creados una gran cantidad de entes reguladores de las
actividades económicas, aunque ya desde el siglo XIX existían la Dirección General de Correos,
creada en 1875 por la Ley 750½ y la Dirección General de Ferrocarriles, creada en 1891 por Ley de
Ferrocarriles 2.873, que pueden computarse como los primeros entes reguladores existentes en
nuestro país. Aparecieron, así, tratando de seguir un orden cronológico y sin agotar la
enumeración, la Junta Nacional de Carnes (JNC), creada en 1933 por Ley 11.747 de Defensa
Ganadera de la cual dependían varias corporaciones (por ejemplo la Corporación Argentina de
97
Productores -CAP- creada en 1934 y disuelta en 1980 y el Mercado de Hacienda de Liniers), cuya
creación dio lugar al célebre caso Inchauspe c/ Junta Nacional de Carnes, Fallos 199-483 (1944)
en el que se cuestionó sin éxito la constitucionalidad de la agremiación obligatoria de los
ganaderos y la Junta Reguladora de Granos (luego Junta Nacional de Granos, JNG), creada en
1933 por Ley 11.742 (sus funciones luego fueron fijadas por la llamada Ley de Granos, Decreto-ley
6698/63, modificado por Ley 22.108) que funcionaba como órgano de aplicación de la Ley de
Granos destinada a defender el precio de los granos afectado por la situación internacional.
Compraba trigo, maíz, y lino mediante recursos adelantados por el Banco de la Nación provistos a
través de redescuentos del Banco Central (conf. Decreto 31.864/33) y las eventuales pérdidas se
cubrían con el llamado Fondo de Cambios, creado por Ley 14.878. Este organismo tuvo poco éxito
en su gestión pues debía representar sectores con intereses divergentes y provincias con
problemas diferentes, lo que siempre fue un obstáculo para la integración de su consejo directivo.
Su historia muestra que estuvo permanentemente intervenido. Para la producción vitivinícola fue
creado el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Para la yerba mate apareció en 1934 la
Comisión Reguladora de la Yerba Mate, creada por Ley 12.236, luego sustituida por Ley 20.371.
En el ámbito forestal fue creado el Instituto Forestal Nacional (IFONA), creado en 1948 por Ley
13.273. No menos famoso fue por aquella época el Instituto Argentino para la Promoción del
Intercambio (IAPI). Creado en 1946 por decreto-ley 15.350/46 y extinguido por decreto-ley
2395/55, era una entidad autárquica con facultades para intervenir en diversos sectores de la
economía en particular en las exportaciones e importaciones. El cine fue objeto de numerosas
regulaciones que comenzaron con la creación en 1933 del Instituto Cinematográfico Argentino
(artículo 69 de la Ley 11.723 de Propiedad Intelectual) el cual se convirtió luego en el Instituto
Nacional de Cinematografía, previsto en la Ley 17.741. Poco más tarde se superpuso con aquél el
Ente de Calificación Cinematográfica, creado por Ley 18.019. La radiodifusión a su vez, fue
reglamentada por primera vez en 1929 (Decreto del 10 de abril de 1929) cuya regulación fue
puesta más tarde en manos del Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión (CONART) creado
por Decreto 15.460/57, actividad que fue controlada luego por el Comité Federal de Radiodifusión
(COMFER), creado en 1972 por la Ley 19.798 y contemplado luego en la Ley 22.285). Este fue
sucedido por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), creada por
Ley 26.522, que fue reemplazada, a su vez, por el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM),
creado por Decreto 267/2015. También la actividad bancaria y de seguros y fueron fuertemente
regulados y controlados por entes estatales. En 1935 fue creado el Banco Central por Ley 12.155,
que fue nacionalizado en 1946 por medio del decreto-ley 8503, luego ratificado por Ley 12.962. El
reaseguro fue declarado en 1953 como servicio público, creándose el Instituto Nacional de
Reaseguros (INDER) como ente estatal monopólico de la actividad (Decreto 10.073/53, luego
modificado por la Ley 21.678 que convirtió al INDER en Sociedad del Estado). La actividad de las
compañías aseguradoras fue controlada por la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN),
creada por Ley 11.672 de 1933 entidad autárquica que en esta materia cumple un rol equivalente al
del BCRA en la actividad bancaria. Muchos de estos entes reguladores fueron eliminados por el
Decreto 2.284/91, ratificado luego por el art. 29 de la Ley 24.307. La lectura del decreto permite
comprender los vastos alcances de la regulación económica habida entre 1930-1990. Pero al
mismo tiempo comenzó a aparecer en ese momento, una nueva generación de entes que se
ocuparían del control de las actividades industriales y comerciales desarrolladas por el
empresariado estatal hasta entonces. Entre los principales caben ser mencionados: la Comisión
Nacional de Comunicaciones (Decreto 1185/90), luego fusionada junto con otros entes en la
Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Ley 27.078) fusionada
a su vez, junto con la AFSCA en el ENACOM; la Comisión Nacional Reguladora del Transporte
(CNRT), creada por Decreto 660/96; el Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), creado por
Ley 24.076; el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) creado por Ley 24.065; el Ente
Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios (ETOSS) creado por Ley 23.696 y convertido luego en el
Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS) por ley Ley 26.221; el Organo de Control de las
Concesiones de la Red de Accesos a la Ciudad de Buenos Aires (OCRABA) creado por Decreto
1.994/93, hoy Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI); el Organismo Regulador del
Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA) creado por Decreto 375/97; la Autoridad Regulatoria
Nuclear (ARN) creada por Ley 24.804; etc..
98
públicos y la economía en general, 502 tendencia que se intentó revertir a comienzos
de la década de 1990 con la llamada Reforma del Estado y que volvió por sus fueros
una década después.503
en los Estados Unidos, al cual me referí en un artículo anterior de esta serie506 con las
consecuencias allí señaladas, que se agravan en nuestro caso por los restantes
factores que contribuyen al híper presidencialismo.
5. El populismo
Cabe mencionar ahora la que, en mi opinión, es una de las principales causas del
híper presidencialismo en la Argentina: el populismo.
502 Puede verse un listado de las empresas públicas existentes a fines de la década de 1980 en los
Anexos de la Ley 23.696 de Reforma del Estado.
503 Ver: SACRISTÁN, Estela B.: Régimen de las tarifas de servicios públicos. Aspectos regulatorios,
constitucionales y procesales, Ábaco, Buenos Aires, 2007, p. 479 y ss.
504 HAMBURGER Philip: Is Administrative Law Unlawful?, University of Chicago Press, Chicago, 2014.
508 El populismo -dice Víctor Massuh- no apela a la razón sino a las desmesuras del sentimiento. Su
emocionalismo excesivo tiñe toda la vida política de una sobreactuación teatral de dudoso gusto:
99
No hay nada de nuevo en ello. Aristóteles ya decía, en la Política, que el demagogo es
el adulador del pueblo.510 Pero, por ser antiguo, no deja de ser un fenómeno menos
actual que, además, está muy extendido, tal como apunta Mario Vargas Llosa en la
Introducción a una obra reciente.511 Ningún sistema político -por desarrollado que
sea- parecería ser inmune al virus del populismo. Donald Trump, en los Estados
Unidos, es uno de los ejemplos más visibles del desembarco de este fenómeno en una
de las democracias más estables y desarrolladas del planeta. Tampoco lo están los
una común medida de gobierno como si se tratara de un regalo que se otorga desde lo alto,
repite un par de slogans hasta las lágrimas o el éxtasis, celebra algunas frases simples
pronunciadas por el gobernante como si se trataran de principios filosóficos inamovibles.
Exageración por todas partes. Los actos multitudinarios se vuelven ceremonias idolátricas o
rememorativas del santoral populista. Cualquier discusión teórica se ve desbaratada por la
interposición inesperada de un recuerdo emotivo, la cita de un texto indiscutible, un estribillo
cantado, el fervor suscitado por un nombre o la sospecha de haber jurado en vano por él. La
razón transita con dificultad en un terreno minado por susceptibilidades dispuestas a estallar en
cualquier momento MASSUH, Víctor: La Argentina como sentimiento, Sudamericana, Buenos
Aires, 1982, p. 83.
509 Quizás no haya mejor ejemplo de ello que las palabras de ARTURO ENRIQUE SAMPAY justificando la
reelección presidencial indefinida en el dictamen de la Comisión de Estudio del Anteproyecto de
Reformas que precedió a la Constitución de [e]ste movimiento popular en
la realización revolucionaria de los más altos valores en la comunidad, porque el vínculo que
unifica al general Perón y a las masas populares argentinas es la participación en la misma
por su propia naturaleza de carácter
510 Política, Libro V. He consultado la edición española de Gredos: ARISTÓTELES, Política, con una
introducción, traducción y notas de Manuela García Valdéz, Gredos, Madrid, 2007, p 350.
511 No se trata de una ideología -dice Vargas Llosa- sino de una epidemia viral -en el sentido más
tóxico de la palabra- que ataca por igual a países desarrollados y atrasados, adoptando para
cada caso máscaras diversas, de ultraizquierdismo en el tercer mundo y de derechismo
extremista en el primero. El populismo es una degeneración de la democracia, que puede acabar
con ella desde dentro. Ni siquiera los países de más arraigadas tradiciones democráticas, como
Gran Bretaña, Francia, Holanda y Estados Unidos, están vacunados contra esta enfermedad; lo
prueban el triunfo del brexit, la presidencia de Donald Trump, que el partido de Geert Wilders
(el PVV 0 Partido por la Libertad) haya encabezado todas las encuestas para las elecciones
holandesas a lo largo de este año y el Frente Nacional de Marine Le Pen las francesas. Hay
muchos otros ejemplos semejantes en Europa y el resto del mundo VARGAS LLOSA
Vargas Llosa, Álvaro (coord.), El
Estallido del populismo, Planeta, Buenos Aires, 2017, pp. 9-21, esp. pp. 9 y 10.
100
países europeos, inmersos actualmente en una ola de populismo,512 lo que está dando
lugar a nuevos estudios académicos.513
Su fuerza expansiva radica en numerosos factores, pero el más curioso de todos ellos
es su ausencia de ideología o, si se prefiere, de su capacidad para ser empleado por
todas las ideologías, de un extremo al otro del arco político. En un libro reciente,
Cassagne lo ex El populismo -dice este autor- constituye un género
que aglutina distintos modelos de Estado, los cuales, en mayor o menor medida,
son totalitarios. En la escala de los modelos populistas hay un orden de mérito
según sea el grado de los significantes y formas totalitarias que imponen. Los
máximos exponentes han sido los comunismos soviético y chino, e1 nazismo y el
fascismo en Europa, el castrismo y, últimamente, el chavismo venezolano, así como
los modelos que han intentado replicar a este último -aunque parcialmente- en
países de Latinoamérica (como Argentina y, en menor medida, Ecuador y Bolivia),
si bien la copia no es del todo fiel al arquetipo que se propone seguir. No hay, pues,
512 Véase, ROJAS, Mauricio: El populismo en Europa Occidental , en la obra citada en nota anterior,
pp. 353-379.
513 Ver, por ejemplo, MÜLLER, Jan-Werner: What is populism?, Penguin Books, 2017. Ver también
The Oxford Handbook of Populism, edited by Cristobal Rovira Kaltwasser, Paul A. Taggart,
Paulina Ochoa Espejo, and Pierre Ostiguy, Oxford University Press, Oxford, 2017
514 El líder populista tratará siempre de establecer una conexión directa con el pueblo, con el fin de
transmitir la idea de que se nutre, constantemente, de sus consejos, necesidades y aspiraciones,
los que son -o pretenden ser- receptados, interpretados y aplicados.
515 Dilma Roussef en el Brasil y Cristina Fernández de Kirchner en la Argentina han demostrado que
el populismo no es patrimonio exclusivo de los líderes masculinos, una cualidad que Eva Perón
había puesto de manifiesto setenta años antes, sin ejercer ningún cargo oficial.
101
un solo modele de populismo y ninguno propugna la democracia basada en el
principio de legalidad y en el respeto de los derechos individuales, la limitación del
poder y su control por los jueces, la posibilidad de alternancia en el gobierno de
fuerzas opuestas y la protección de las minorías. La Europa del siglo XX tuvo que
soportar sistemas populistas (tanto de izquierda como de derecha) francamente
totalitarios, caracterizados por la absorción, por un líder omnipotente y su
gobierno, de las personas y organizaciones de la comunidad. La característica que
exhibieron los regímenes populistas más extremos no radica tanto en el significante
político que utilizaron sino en la técnica de estructuración del poder. Su influencia
sobre el populismo latinoamericano no puede ser desmentida, a la luz de la
realidad de los hechos históricos 516
516 CASSAGNE, Juan Carlos: El Estado populista, B. de F., Montevideo-Buenos Aires, 2017, p. pp. 65-
66.
517 De todos los países de la región, ha sido Chile el que más alejado se ha mantenido siempre de las
tentaciones populistas.
519 Entre las obras generales: LUNA, Félix: Los caudillos, Planeta, Buenos Aires, 1988; Historias de
caudillos argentinos, obra colectiva con estudio preliminar de Tulio Halperín Donghi y editada
por Jorge Lafforgue, Extra Alfagiara, Buenos Aires, 1999.
520 LINARES QUINTANA, Segundo V.: Derecho constitucional e instituciones políticas, 2ª edición, Plus
Ultra, Buenos Aires, 1976, t. III, p. 548.
521 AYARRAGARAY, Lucas: La anarquía argentina y el caudillismo, Felix Lajouane y Cía., Buenos Aires,
1904, p. 112.
102
En esta breve pero profunda reflexión, están las raíces de los efectos nocivos del
l
proceso [del populismo] implicó una abierta ruptura con el principio de separación
de poderes, que constituye uno de los presupuestos basales de cualquier democracia
auténtica. Esta última concepción-como es sabido- articula un sistema de frenos y
contrapesos que impide que el poder sea ejercido en forma abusiva, a diferencia de
los regímenes populistas en los que un líder omnipotente e infalible basa su poder
en una legitimación de origen popular a partir del triunfo obtenido en una primera
.522
Para el líder populista, en síntesis, la democracia y sus instituciones no son más que
un medio para llegar al poder, consolidarse y, en lo posible, eternizarse en él.
6. El centralismo fiscal
103
constitucional. En otras palabras, la propia Constitución ha impuesto la dependencia
fiscal de las provincias respecto del gobierno federal, más exactamente del Poder
Ejecutivo, que percibe y distribuye lo recaudado. 524
Como puede verse, la técnica empleada por la Ley de Coparticipación Federal ha sido
la de incorporar a la masa coparticipable todos los impuestos nacionales (existentes o
a crearse) que no estén expresamente excluidos. El Impuesto a las Ganancias, no
figura dentro de los impuestos excluidos de la masa coparticipable.
524 En relación con este tema la bibliografía es amplísima. Ente otros, véase la obra colectiva El
Federalismo fiscal a partir de la reforma constitucional, dirigida por FÉLIX BORGONOVO,
Asociación Mutual Federal de Empleados de la DGI, Buenos Aires, 1995; BULIT GOÑI, Enrique:
Sistemas de coordinación de potestades tributarias a distintos niveles en el régimen federal
argentino , en GARCÍA BELSUNCE, Horacio (dir.), Tratado de tributación, Astrea, Buenos Aires,
2003, t .I, vol. 2, cap. X; PÉREZ HUALDE, Alejandro: Coparticipación federal de impuestos,
Depalma, Buenos Aires, 1999.
525 Una explicación completa de la evolución de este régimen figura en el considerando 3º del fallo de
la Corte Suprema en el caso Provincia de Santa Fe c/ Estado Nacional, Fallos 338-1356 (2015).
104
Vale recordar, que la Corte Suprema ha admitido obiter dictum, la validez
constitucional de las leyes-convenio en materia impositiva. Ello ocurrió con relación
a la Ley 12.956 (de coparticipación de los impuestos nacionales a los réditos a las
ventas, a las ganancias eventuales y a los beneficios extraordinarios) en la causa
Carlos J. Madariaga Anchorena.527 el ordenamiento
vigente en el país admite que las provincias puedan restringir convencionalmente
el ejercicio de sus poderes impositivos mediante acuerdos entre sí con la Nación y la
peculiaridad esencial de esos acuerdos en lo que al caso interesa, es que no afectan
derechos individuales
8. El sistema electoral
105
los partidos políticos, no en el sistema electoral.529 Mi intención, por ello, se limita a
señalar que la lista sábana tiende a favorecer el poder presidencial porque:
1. los candidatos que conforman la lista no siempre son bien conocidos por los
4. todo ello debilita la independencia del futuro diputado quien está muy ligado
a las autoridades superiores de su partido y, en general al Presidente que de
hecho- es el jefe del partido político mientras gobierna.
9. política
presidencial
Empecemos por el caso Baldomero Martínez c/ Otero,530 donde la Corte, con afán
de legitimar lo actuado por el Presidente Mitre como gobernante de hecho, dio el
puntapié inicial de la doctrina de la validez de los gobiernos de facto, luego
desarrollada con mayor esmero doctrinal a partir del golpe de estado de 1930 en
106
Administración de Impuestos Internos c/ Malmonge Nebreda.531 Tampoco pudo
resistir la influencia del Presidente Sarmiento en el caso Zaballa c/ Astorga,532
originado en la Provincia de San Juan, donde en forma indirecta convalidó
erróneamente que la legislatura local concediera al Gobernador facultades que
corresponden al Gobierno Nacional durante el estado de sitio tales como las de
arresto y traslado de personas.533
533 En 1870, una partida de paisanos armados se posesionó de la villa de Caucete, pcia. de San Juan,
dando vivas a Zaballa, un comerciante de la zona, y mueras al Gobierno. La legislatura local
sancionó una ley el 29 de Abril de ese año autorizando al P.E. a arrestar por tres meses o trasladar
fuera de la provincia a los individuos que a su juicio creyera sospechosos. En virtud de esta ley, el
gobierno local ordenó al Intendente Astorga que arrestara y trasladara a Zaballa, lo cual fue
cumplido. En 1871, Zaballa entabló demanda criminal (por traición a la patria) acumulada a una
acción civil (por daños y perjuicios por prisión y once meses de destierro en La Rioja) contra
Astorga. El Juez de Sección absolvió a Astorga. La Corte (Dres. Delgado, Barros Pazos, Ugarte y
Gorostiaga) confirmó la sentencia del inferior remitiéndose a los fundamentos del Dictamen del
Procurador General
107
caso Simón Schiemberg539 -también conocido como el caso de los deportados en el
Transporte Chaco- vinculado con la aplicación de la llamada Ley 4144 de expulsión
de extranjeros.540 Esta ley cuya inconstitucionalidad era manifiesta541 -tal como lo
han hecho notar no solo Sánchez Viamonte,542 enrolado en socialismo, sino también
González Calderón543, cuya adhesión a la ortodoxia conservadora fue manifiesta- fue
sin embargo convalidada por la Corte con una escasa mayoría de 3-2.544 Durante este
período también -y como medio de apoyo a una política de abandono del laissez
faire- fue perfeccionada y profundizada la doctrina de la emergencia económica en el
célebre caso Avico c/ De la Pesa545 -bajo la inspiración de la jurisprudencia
norteamericana546- al convalidarse la Ley 11.741 de prórroga de los contratos de
mutuo con garantía hipotecaria.
540 Esta ley había sido dictada en 1902 durante la presidencia de Julio A. Roca, siendo Ministro del
Interior Joaquín V. González su inspirador.
541 Permitía al Poder Ejecutivo sin forma de proceso alguno y sin posibilidad de revisión judicial
posterior, la expulsión de extranjeros condenados o perseguidos por tribunales extranjeros por
delitos comunes (art. 1º), o cuya conducta comprometiera la seguridad nacional o perturbara el
orden público (art. 2º).
542 SANCHEZ VIAMONTE, Carlos: Biografía de una ley antiargentina. Ley 4144, Nuevas Ediciones
Argentinas, Buenos Aires, 1956.
543 GONZALEZ CALDERÓN, Juan A.: Derecho constitucional argentino, 3ª ed., Lajouane & Cía, Buenos
Aires, 1930, t. II, p. 128/129.
544 Votaron por la mayoría los jueces Repetto (Presidente), Pera y Ferrer. En disidencia los jueces
Guido Lavalle y Sagarna.
546 Home Building & Loan Association v. Blaisdell, 290 U.S. 398 (1934).
547 Un estudio del comportamiento de Casares como juez de la Corte Suprema puede verse en
SACRISTÁN El juez Tomás D. Casares y el Derecho Público. Aportes desde el Máximo
Tribunal , El Derecho, t. 263, pp. 812-828 (2015).
108
sólo a ellas,548 o cuando se negó la reapertura de un diario cuya clausura había sido
549
No menos significativo fue el caso Merck
Química Argentina,550 donde la Corte, para convalidar la confiscación de bienes que
551 luego de
declarada la guerra a las fuerzas del Eje, cuando ya estaba finalizando la Segunda
Guerra Mundial, acudió a una singular interpretación sobre la relación entre derecho
interno y derecho internacional552.
Arturo Frondizi supo también, en su momento, contar con el apoyo del Tribunal en
momentos políticamente difíciles. Bajo su presidencia fueron dictadas diversas
normas553 que extendieron la jurisdicción militar a los civiles involucrados en actos
subversivos. Planteada la inconstitucionalidad de las mismas, la Corte -con
disidencia de Boffi Boggero- desarrolló la justificación constitucional de la ley
marcial como instituto de emergencia política en el conocido caso Rodríguez,
Ruggero y Tambascio554 555, lo
No fue ajeno a este auxilio el gobierno del Presidente Raúl Alfonsín. Una primera
manifestación de ello es la decisión del hábeas corpus planteado en el caso
Granada,556 originado bajo un estado de sitio que adolecía de algunas
548 Otto Bemberg y Josefina Elortondo de Bemberg, Fallos 224-810 y 845 (1952); S.A. Cía Industrial
Financiera e Inmobiliaria Fomel (en liquidación) in re: Otto Sebastián Bemberg y Josefina
Elortondo de Bemberg, Fallos 225-667 y 674 (1953).
551 Para una más amplia explicación de esta cuestión puede verse: ADROGUÉ, Carlos: La propiedad
enemiga y la Constitución nacional, Depalma, Buenos Aires, 1946 y D ÜRNHOFFER, Eduardo: La
confiscación de la propiedad enemiga. Su inconstitucionalidad, Alfa, Buenos Aires, 1957.
552 Según el fallo en tiempos de guerra el orden jurídico argentino está subordinado al orden jurídico
internacional (monismo), lo que no ocurre en tiempos de paz donde ambos órdenes actúan en
forma separada (dualismo).
553 Decretos 2628/60 (B.O. 16.3.60) y 2639/60 (B.O. 16.3.60) y Ley 15.293 (B.O. 12.8.60).
109
desprolijidades.557 Aquí la Corte rechazó la petición sin aplicar la doctrina de la
razonabilidad que había sido desarrollada como medio de protección de las garantías
individuales bajo el estado de sitio desde Antonio Sofía558 hasta Timmerman,559 tal
como lo hizo notar la disidencia del juez Augusto C. Belluscio.560 Otro caso
mencionable es Olivares c/ Estado Nacional.561 Bien es sabido que la Corte confirmó
la condena impuesta por la Cámara Federal a los ex Comandantes en Jefe durante el
gobierno de facto 1976-1983,562 sin embargo, cuando se presentaron a reclamar
daños y perjuicios las víctimas de la represión política -lo que probablemente hubiera
importado para el Estado una alta erogación- las acciones fueron rechazadas
oponiéndoseles la prescripción.563 No menos importante fue la convalidación
, mediante el cual se cambió la moneda y se
produjeron fuertes restricciones en los contratos por medio del Decreto 1096/1985.
En el caso Porcelli c/ Banco Nación,564 donde se cuestionaba la constitucionalidad
del citado Decreto, la Corte entendió que se trataba de un caso abstracto, habida
cuenta de que el decreto había sido ya ratificado por ley. Por último, en el caso
Guillermo W. Klein,565 la Corte demoró dos años en resolver un amparo exitoso en
las instancias anteriores y permitió de esa manera que un tema espinoso y de difícil
tratamiento deviniera abstracto.566
Bajo el gobierno del presidente Menem, existen tres grandes casos testigos del apoyo
brindado por la Corte al amplio programa de reforma del Estado iniciado en 1989.
557 El arresto de Granada había sido ordenado por Decreto 2049/85 (B.O. 23.10.85) sin haberse
establecido previamente el estado de sitio, el que luego fue dispuesto por Decreto 2069/85 (B.O.
30.10.85). Posteriormente el arresto fue nuevamente ordenado por Decreto 2070/85 (B.O.
28.10.85)
563 Véase: BIANCHI, Alberto B.: Análisis de un caso ante la Comisión del Pacto de San José de Costa
Rica y sus proyecciones en el Derecho interno , El Derecho, t. 137, pp. 909-____.
566 Con ello la Corte evitó tener que introducirse en el análisis de las facultades constitucionales de las
comisiones de investigación parlamentaria para allanar domicilios particulares.
110
En uno de ellos fue necesario emplear una herramienta procesal novedosa en nuestro
medio; en los dos restantes por el contrario la Corte hizo uso de conocida
jurisprudencia. El primero tuvo lugar cuando por primera vez en nuestra historia
jurisprudencial la Corte empleó el llamado recurso per saltum -de vieja raigambre en
el derecho constitucional norteamericano567- para avocarse directamente al
conocimiento de una causa en la cual se cuestionaba la privatización de Aerolíneas
Argentinas.568 En segundo lugar, fue aceptada la constitucionalidad del Decreto
36/1990, una medida de emergencia de fuerte restricción a los derechos económicos
en Peralta c/ Gobierno Nacional,569 con invocación de la ya tradicional doctrina
sobre la emergencia económica y, en tercer lugar, dentro del marco de la no menos
tradicional doctrina sobre la delegación legislativa, fue convalidado en Cocchia c/
Estado Nacional570 el Decreto 817/1992 que, al derogar prescripciones de rango
legal, había producido modificaciones en el régimen laboral de los trabajadores
marítimos.
567 Véase: LINDGREN, James y MARSHALL, William: The Supreme Court´s Extraordinary Power to
Grant Certiorari Before Judgement in the Court of Appeals , en The Supreme Court Review,
University of Chicago, 1986, pp. 259/316.
571 Fallos 336-1774 (2013). Ver: BIANCHI, Alberto B. y SACRISTÁN El caso 'Grupo Clarin'.
Una versión debilitada del control de constitucionalidad y de los derechos adquiridos , en El
Derecho Constitucional, vol. 2014, pp. 233-256.
572 Palabras pronunciadas en el acto de envío del proyecto de Ley al Congreso, llevado a cabo el jueves
27 de agosto de 2009 en el Salón de las Mujeres de la Casa de Gobierno.
111
al nuevo régimen legal, disposiciones éstas que luego motivaron la acción declarativa
de inconstitucionalidad que ha concluido con el fallo objeto de este comentario.
Probablemente uno de los pocos presidentes que no han contado -hasta ahora- con el
favor de la Corte Suprema, es Mauricio Macri, pese a que, ni bien estrenado su
gobierno, se apuró a cubrir las dos vacantes existentes por entonces en la Corte . Por
el contrario, en la causa Centro de Estudios para la Promoción de la Igualdad y la
Solidaridad y otros c/ Ministerio de Energía y Minería,573 su gobierno tuvo un revés
en la política tarifaria y se vio precisado a convocar a una audiencia pública para
modificar las tarifas del transporte y distribución del gas residencial y -
llamativamente- el precio del gas en el punto de ingreso al sistema de transporte.
574 Éntre las obras generales pueden verse: VÍTOLO, Daniel R.: Decretos de necesidad y urgencia, Ad-
Hoc, Buenos Aires, 1991; LUGONES, Narciso; GARAY Alberto; DUGO, Sergio y CORCUERA, Santiago:
Leyes de emergencia. Decretos de necesidad y urgencia, La Ley, Buenos Aires, 1992. NEGRETTO,
Gabriel: El problema de la emergencia en el Derecho constitucional, Ábaco, Buenos Aires, 1994;
PÉREZ HUALDE, Alejandro: Decretos de necesidad y urgencia. Límites y control, Depalma, Buenos
Aires, 1995. MIDÓN, Mario A. R.: Decretos de necesidad y urgencia, La Ley, Buenos Aires, 2001;
IBARLUCÍA, Emilio: La emergencia financiera y el control judicial de constitucionalidad, Ábaco,
Buenos Aires, 2008.
575 Video Club Dreams c/ Instituto Nacional de Cinematografía, Fallos 318-1154 (1995) y Risolía de
Ocampo c/ Rojas, Fallos 323-1934 (2000).
112
la emergencia económica se comporta ante la Corte como una cuestión política
encubierta. Nunca se la ha declarado como tal, pero posee un status muy similar.577
578 Ercolano c/ Lanteri de Renshaw, Fallos 136-161 (1922); Alfredo R. Castro s/ sucesión, Fallos 204-
359 (1946).
580 Ferrari c/ Peiti, Fallos 199-466 (1944); Cello de Ciarrapico c/ Marino, Fallos 204-195 (1946).
581 Avico c/ De la Pesa, Fallos 172-21 (1934); Yaben c/ Lavallén, Fallos 172-291 (1934). Ver:
CIANCIARDO, Juan y SACRISTÁN El caso 'Avico' y sus ecos ochenta años después , en La
Ley, 2014-C, pp. 635-652.
584 La jurisprudencia sobre este punto es amplísima. Me remito para su estudio al exhaustivo trabajo
sobre las leyes de abastecimiento de CASTRO VIDELA, Santiago y MAQUEDA FOURCADE, Santiago:
Tratado de la regulación para el abastecimiento, Ábaco, Buenos Aires, 2015.
585 Frugoni Zavala c/ Nación, Fallos 173-5 (1935); López c/ Provincia de Tucumán, Fallos 179-394
(1937).
113
el diferimiento de su pago a períodos futuros;589 la reducción de los haberes de los
agentes públicos;590 la conversión forzosa a pesos (pesificación) de todas las
obligaciones contraídas en moneda extranjera, entre ellas, los depósitos bancarios,591
las deudas consolidadas en bonos de la deuda pública, tanto nacionales592 como
provinciales,593 y los mutuos hipotecarios.594
IX. CONCLUSIONES
Como resultado de ello, los dos poderes que priman en nuestro sistema
constitucional, tienen menos legitimación democrática que el tercero, es decir, el
591 Bustos c/ Estado Nacional, Fallos 327-4495 (2004); Massa c/ Poder Ejecutivo Nacional, Fallos
329-5913 (2006).
592 Galli c/ Poder Ejecutivo Nacional, Fallos 328-690 (2005); Viplán S.A. c/ Banco Central de la
República Argentina, Fallos 329-4309 (2006).
593 Assisa c/ Provincia de Misiones, Fallos 334-596 (2011) y Misa c/ Provincia de Formosa [M. 757.
XXXVIII] 24-05-2011.
114
Congreso, pese a ser éste el primer y más importante depositario del principio
representativo.
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