CONSECUENCIAS

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 Consecuencias territoriales:

- En 1883 se firmó el Tratado de Ancón, según el cual Chile extendió su territorio al anexarse
el departamento peruano de Tarapacá. También quedaron bajo su administración las
provincias de Tacna y Arica. En 1929, se firmó el Tratado de Lima, por el cual Chile devolvió
Tacna a Perú, mientras que Arica quedó definitivamente bajo su jurisdicción.
- En 1884 Chile y Bolivia acordaron una tregua y comenzaron a negociar un tratado de
límites, que se firmó en 1904. En virtud de este acuerdo, Chile quedó en poder del litoral
marítimo que había ocupado en 1879, por lo que Bolivia perdió su salida al mar y pasó a
ser un país mediterráneo.
- Chile y la Argentina se repartieron la Puna de Atacama que, en 1890, Bolivia cedió a la
Argentina a cambio de la provincia de Tarija. En 1900, los territorios incorporados por la
Argentina pasaron a formar parte del Territorio Nacional de Los Andes, que perduró hasta
1943.

 Consecuencias políticas:

- La derrota en la guerra del Pacífico generó inestabilidad política en Bolivia y Perú. En este


país, estalló una guerra civil que enfrentó a los partidarios de los caudillos militares Miguel
Iglesias y Andrés Cáceres, quienes se acusaban mutuamente por la responsabilidad de la
derrota en la guerra.

 Consecuencias socio-económicas:

- Bolivia se vio obligada a devolver los bienes embargados a las empresas chilenas.
- Chile se benefició económicamente al controlar territorios ricos en salitre, guano, cobre,
hierro y otros minerales.
- Bolivia se vio debilitada económicamente por la pérdida de su litoral costero y la salida al
océano Pacífico.
- Perú padeció una severa crisis económica debido al bloqueo que la armada chilena realizó
sobre sus regiones productoras de salitre, guano y azúcar.
- Chile perdió alrededor de 3.000 hombres mientras que Bolivia y Perú, alrededor de
15.000.
Negociaciones diplomáticas para lograr acuerdos de paz con Chile. Tras ellos, nuestro país pudo
incorporar nuevos territorios a la nación, comprendidos entre Arica y Antofagasta, los que dieron
origen a las provincias de Tarapacá y Antofagasta.

La riqueza salitrera de estos territorios permitió reactivar la economía nacional y comenzar un


ciclo de expansión que se prolongaría hasta 1930.

Dotado de enormes recursos provenientes del impuesto salitrero, el Estado comenzó un proceso
de modernización del país, partiendo por la expansión de su infraestructura material y
administrativa, lo que fue especialmente notorio en la ampliación de los ministerios y sus
respectivos servicios.

Junto a ello, se inició una amplia y sostenida política de obras públicas. Se invirtió en ferrocarriles y
obras portuarias, y se expandió la educación pública con la construcción de cientos de colegios
que elevaron significativamente la matrícula.

El sector privado también se vio favorecido, pues se reactivó la agricultura al generarse un nuevo
mercado interno, la incipiente industria y las alicaídas economías urbanas.

La guerra también produjo impacto en la vida política, al fortalecer a la Alianza Liberal gobernante.


Ésta pudo implementar su agenda de democratización del sistema político y de laicización de las
instituciones públicas, valiéndose de la unidad suscitada en torno al sentimiento nacional y
patriótico que imperaba en todos los sectores sociales del país.

En el ámbito social, pues generó una sostenida migración de la población chilena a los nuevos
territorios incorporados, cuya industria salitrera demandó gran cantidad de mano de obra. Esto
facilitó la chilenización del espacio, pero, al mismo tiempo, propició el surgimiento de clases
proletarizadas que sentaron las bases de movimientos sociales, políticos y reivindicatorios de
derechos sociales y laborales, comúnmente vulnerados. Fue la raíz de la "cuestión social" de las
tres primeras décadas del siglo xx.

Perú sufrió grandes divisiones sociales; por un lado, estaban los campesinos indígenas, y por el
otro, los terratenientes, creándose fuertes pugnas entre ellos.

Por otra parte, las principales exportaciones del país habían sido el guano, el salitre y el azúcar; sin
embargo, el bloqueo de Chile a todo el territorio donde se producían, durante la guerra, había
dejado al Perú en la ruina.
Las consecuencias de la Guerra del Pacífico para Chile fueron positivas, no obstante Antofagasta
tuvo que enfrentar en los años posteriores a la guerra una severa crisis económica y pérdida de
autonomía.

La anexión territorial de Antofagasta permitió a la élite chilena tomar el control del salitre que


producían los empresarios ingleses a través de la vía impositiva, con extraordinarias perspectivas
en el mercado internacional. De paso, agregó nuevos mercados para la agricultura y creó nuevas
fuentes de ingreso fiscal.

Pero el alistamiento de muchos mineros en la guerra paralizó momentáneamente


las faenas de extracción mineral y ocasionó una profunda crisis en Antofagasta, a lo que se sumó
la disminución de autonomía política y eficiencia administrativa.

Al momento de la ocupación de Antofagasta, las tropas chilenas removieron a las autoridades de


la ciudad y del departamento del Litoral y éstas se adscribieron al centralismo de Chile, que
designó nuevos jefes administrativos a través de bandos y decretos.

Los alcaldes sólo tenían funciones consultivas y las decisiones estaban en manos del gobernador.


Este sistema consolidó la chilenización del territorio, pero estancó el desarrollo de Antofagasta por
la lentitud que encerraba el proceso y la ausencia de una mirada de las necesidades locales.

Entre 1879 y 1885 Antofagasta sufrió un fuerte revés en su desarrollo. La Municipalidad de


Antofagasta tuvo una administración deficitaria, caracterizada por su escasez de recursos
e incapacidad para otorgar servicios básicos a la ciudad. Incluso, en 1881 debió suspender
el riego de calles, el uso del alumbrado público y la policía urbana.

El resurgimiento de la ciudad comenzó con el fin del conflicto, y se acentuó en 1888 cuando el
gobierno del Presidente José Manuel Balmaceda decretó la creación de la Provincia de
Antofagasta.

Esta medida dotó a los antofagastinos de derechos políticos. Pudieron elegir a sus representantes
al Congreso de la República y participar con propiedad de la vida pública y cívica del Estado de
Chile.

En paralelo, se implementaron políticas de fomento a la minería y la exportación de la riqueza


regional, que favorecieron el crecimiento y desarrollo de la ciudad puerto en los años venideros.
¿Qué argumentó Chile sobre el tratado secreto entre Perú y Bolivia?

Argumentó que era un plan secreto entre Perú y Bolivia para atacar Chile.

¿Qué plan de acción tomo Perú para volver a levantarse tras la guerra?

¿Cuáles fueron las desventajas de perder Tacna, Arica y Tarapacá?

¿Por qué Perú tuvo la necesidad de entregar Tacna, Arica y Tarapacá a Chile?

¿Qué lecciones nos dejó la Guerra del Pacifico?

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