33 SEMANA 3ro-4to y 5to
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OREMOS:
En el nombre del padre del hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor Jesús, tú que para salvar a los hombres te humillaste hasta la muerte y muerte de cruz, te pedimos que ha ejemplo de San Martín de Porres, sepamos
ser humildes y pacíficos en el trato, que sepamos aliviar a los enfermos y socorrer a nuestros hermanos, los más necesitados. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos Amén
"10. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que,
cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti
delante de todos los que estén contigo a la mesa. 11.Porque todo el que se ensalce, será humillado;
y el que se humille, será ensalzado.» Palabra del Señor.
Era un herbolario. - Era un amante de la naturaleza, había una huerta en la cual él mismo cultivaba y cuidaba las plantas que utilizaba para sus medicinas. Con
ellas operaba verdaderos milagros.
El don de la sanación. - “Yo te curo, Dios te sana”. Era la frase que solía decir Y eso ocurría. Pero a veces se valía de las cosas más diversas para curar, como vino
tibio, algunas plantas, fajas de paño, pedazos de suela para curar la infección. Y principalmente la oración y la imposición de las manos.
San Martín de Porres y su amor por los animales. - Su amor a los animales era fruto de su inmenso amor por el Creador de todas las cosas los animales domésticos
son inseparables a la figura de San Martín de Porres a los que siempre compadeció y socorrió. “se ocupaba en cuidar y alimentar a los perros, a los gatos, a los
ratones y demás animalejos, instaurando pactos de paz, de no agresión y promesas de recíproco respeto”. No es extraño que, en el convento los perros, gatos y
ratones comieran del mismo plato. Tenía el don de comunicarse con ellos – la parazoogésis.
El don de la Bilocación. – Entre los innumerables milagros que se le atribuyen a Martín, está el don de la bilocación (fue visto a la misma hora en lugares y hasta
en países diferentes)
Muchos lo vieron entrar y salir de recintos estando las puertas cerradas.
Llegó a adquirir en algunas ocasiones las cualidades de los cuerpos gloriosos y, atravesando puertas cerradas e incluso paredes, entraba en aposentos donde su
presencia era necesaria. Él decía - “Yo tengo mis modos de entrar y salir”