Shok Hemorragico
Shok Hemorragico
Shok Hemorragico
UNIVERSIDAD NACIONAL DE
CAJAMARCA
CICLO: VI
PRESENTADO POR:
DEDICATORIA:
Dedicamos el presente informe a nuestro Divino Dios que nos guía por el mejor
camino de nuestras vidas, nos da salud y sabiduría para alcanzar todas nuestras
metas,
A todos los integrantes de la escuela académico profesional de obstetricia, los cuales
dedicaran o dedican su vida y su esfuerzo a la atención adecuada y responsable de sus
pacientes, a fin de satisfacer sus necesidades y darles una buena calidad de vida y
finalmente a nuestra querida docente María Elena Abregú quien con su paciencia y
dedicación nos motiva a continuar por el camino del aprendizaje; como muestra de
gratitud les dedico el presente trabajo.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
I. INTRODUCCIÓN
El shock es un síndrome que puede obedecer a múltiples causas. Resulta difícil precisar una
definición; sin embargo, con mucha frecuencia utilizamos aquella que lo define como una
desproporción entre continente y contenido, en donde se produce un estado de insuficiencia
circulatoria periférica con déficit de perfusión tisular, hipoxia y severos cambios metabólicos.
Cualesquiera que fuera la causa del shock hemorrágico, la pérdida de sangre que lo antecede
condiciona un menor retomo venoso al corazón derecho y consecuentemente un menor
débito cardiaco. Este último provoca un déficit de perfusión de los tejidos que trae como
consecuencia menor oferta de oxígeno a nivel tisular. La hipoxia así originada desencadena un
trastorno molecular; se altera el flujo a nivel de la microcirculación y la falta de oxígeno
repercute en el metabolismo de la glucosa. Se moviliza la vía anaeróbica que lleva a la
producción de metabolitos ácidos y condiciona entonces acidosis metabólica. La isquemia
progresiva de los tejidos y la acidosis metabólica condicionan liberación intracelular de enzimas
lisosómicas y estímulo suficiente para desencadenar la cascada de coagulación intravascular
diseminada. Conforme avanza el fenómeno se descompensan los mecanismos iniciales,
aumenta el desarreglo metabólico, el tono vascular se modifica y empieza a deprimirse la
función cardiaca y cerebral, lo que conduce a graves consecuencias.
Se ha querido hacer este informe acerca del shock hemorrágico en pacientes obstétricas con el
propósito de contribuir a su revisión, analizar su frecuencia, estructura de causas y verificar los
resultados en relación a nuestro patrón de conducta.
II. OBJETIVOS
II.1 OBJETIVO GENERAL
Identificar y describir las características del Shock Hipovolémico, para que
nosotras como obstetras en formación conozcamos más de este tema.
II.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Conocer las características de la hemorragia obstétrica, a través de esta
exposición.
Reunir información acerca de shock hipovolémico, para así poder definirlo y
aumentar nuestros conocimientos acerca de este.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
HEMORRAGIA OBSTÉTRICA
1. DEFINICIÓN
Se han propuesto diferentes definiciones para la HPP, pero no se ha conseguido una única
definición totalmente satisfactoria. La HPP se ha definido de manera clásica como la pérdida
hemática superior a 500 ml en el parto por vía vaginal y superior a 1.000 ml en el parto por
cesárea. Sin embargo, al no existir una preparación adecuada en la estimación de las pérdidas
sanguíneas es muy habitual obtener unos valores inadecuados, subestimando frecuentemente
las pérdidas.
Otra definición muy popular de la HPP es la disminución del 10% en los valores de hematocrito,
pero la medición de estos valores se suele retrasar y además puede no reflejar el estado
hemodinámico actual del paciente por lo que también se ha propuesto como definición clínica
la “necesidad de transfusión”. La anemia posparto que precise transfusión ocurre en el 1% de
los partos y en el 1-7% de las cesáreas, por lo que cualquier definición basada en la necesidad de
transfusión sanguínea puede reflejar diferencias en la práctica médica habitual más que en el
estado clínico de las pacientes.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
2. CLASIFICACIÓN
Hoy en día la hemorragia obstétrica todavía conlleva una elevada morbimortalidad con el
agravante de que incide sobre una población generalmente joven. Una de las clasificaciones de
la hemorragia obstétrica se realiza según el momento en que ocurre la hemorragia en relación
al parto. En la práctica, cualquier causa de hemorragia anteparto puede resultar en una
hemorragia posparto.
Desprendimiento de placenta (DP) (10%) Separación del lecho placentario de la decidua antes
del nacimiento. Se presenta como hemorragia vaginal, útero leñoso y aumento de la actividad
uterina. En ocasiones no es visible porque se acumula en forma de hematoma retro placentario
(incluso 1 a 2 litros). Con frecuencia, produce coagulopatía (10%) sobre todo si coexiste con
muerte fetal (50%). El modo y el momento del parto vienen determinados por el compromiso
materno y fetal. Se puede optar por una actitud expectante ante edad gestacional temprana,
sin alteraciones de la coagulación ni existencia de otros problemas maternos y fetales. Aun así,
la regla general es parto inmediato ante un DP.
La hemorragia por placenta previa total, parcial o marginal ocurre en 0,3-0,5% de los embarazos
sobre todo si se asocia a cicatriz uterina por cesárea previa, cirugía uterina y placenta previa
anterior. El signo clásico es un sangrado vaginal no doloroso. El primer episodio de sangrado
suele ceder espontáneamente y no conlleva compromiso fetal.
Placenta acreta (PA) increta o percreta La placenta acreta, increta o percreta suele
diagnosticarse tras la apertura del útero porque la ecografía y la RMN tienen baja sensibilidad.
La incidencia de placenta acreta va en aumento debido al mayor número de cesáreas
realizadas. Chattopadhyay y sus colaboradores señalan que cuando el útero no presenta
cicatriz la incidencia de PA es del 5% si existe placenta previa; con una cicatriz de cesárea previa
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
la incidencia aumenta al 10% y con más de una cesárea previa, más del 50% de los pacientes
presentan placenta acreta.
Rotura uterina La existencia de una cesárea previa es el principal factor de riesgo para la rotura
uterina (0.2%). Con cicatriz uterina previa, la rotura uterina puede ser incompleta y no dar dolor
siendo la alteración en la FCF el único síntoma junto con contracciones uterinas anárquicas o
hipertonía. Puede presentarse también como un cuadro de shock en la madre junto con dolor
abdominal intenso, agudo y continuo. El diagnóstico es por exploración uterina manual o
laparotomía. No existen diferencias significativas en cuanto a morbilidad materna ni perinatal
tanto si la rotura ocurre en útero con cicatriz o sin cicatriz. Aunque es una situación poco
frecuente supone una elevada morbimortalidad materna y requiere tratamiento quirúrgico
inmediato.
Embolia de líquido amniótico Ocurre en 1/10.000 embarazos, pero debe ser mucho más
frecuente de lo que se creía antes porque existen formas “moderadas” no diagnosticadas. Se
presenta como colapso cardiovascular. Se sigue de infarto/paro cardiaco y coagulopatía que
puede incluso ser el único síntoma. En cualquier caso el parto debe ser inmediato, aunque el
feto este muerto y se debe anticipar la posibilidad de un sangrado postparto abundante.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
3.- Laceraciones cervicales y/o vaginales (10%). Todos ellos representan aproximadamente el
95% de todas las causas de HPP.
Atonía Uterina
Placenta Retenida
Restos Placentarios Segunda causa más importante de HPP (20-30% de casos). Se investiga
sistemáticamente en primer lugar porque frecuentemente origina y se asocia a atonía uterina.
Se sospecha porque la placenta aparece incompleta o no ocurre el alumbramiento. Se debe
hacer una extracción manual bajo anestesia hasta estar seguros que el útero está vacío o bien,
realizar una exploración manual uterina, en los casos en que parezca que no quedan restos
placentarios.
Tercera causa de HPP (10% de los casos), generalmente asociadas a un parto instrumentado, a
la presencia de un feto macrosómico, a un parto que ocurre rápido, antes de dilatación cervical
completa, o a la realización de episiotomía. El diagnostico se hace cuando se ha descartado la
existencia de atonía uterina y la presencia restos placentarios retenidos. Se examina vagina y
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
cérvix, para lo que se requiere anestesia. El diagnóstico con frecuencia es tardío, cuando el
acúmulo de sangre en espacio perivaginal y fosa isquiorrectal es tan importante que la
paciente presenta inestabilidad hemodinámica, alteraciones en la coagulación y aumento del
dolor pélvico. La episiotomía puede derivar en un sangrado importante si no se repara pronto.
La exteriorización parcial o completa del cuerpo del útero a través del cérvix se produce
cuando se hace una tracción excesiva del cordón umbilical o se aplica presión abdominal
excesiva, se ve favorecida por la existencia de atonía uterina. El diagnóstico es obvio. La clínica
incluye dolor abdominal, gran pérdida hemática e inestabilidad hemodinámica. Se debe revertir
el útero de inmediato. Se necesita una buena relajación uterina, se emplean nitratos en
primera línea, como tocolíticos, asociados a vasopresores potentes para contrastar la
hipotensión.
Alteraciones De La Coagulación
Pueden ser causa o consecuencia de HPP, aunque es raro que las coagulopatías tanto
congénitas como adquiridas sean causa desencadenante de HPP, al revés de las causas previas.
Otra clasificación de las causas de la hemorragia postparto es la denominada de las “4T” según
el defecto detectado. Fue propuesta por la Sociedad Canadiense de Obstetricia y Ginecología y
la recoge la SEGO en sus protocolos. Se utiliza la regla nemotécnica de las CUATRO “T” para
recordar las causas más frecuentes de HPP: Tono (atonía uterina), Tejido (retención de
productos de la concepción), Trauma (lesiones del canal genital) y Trombina (alteraciones de la
coagulación).
SHOCK HIPOVOLÉMICO
En el parto la mujer está expuesta inevitablemente por una situación de pérdida sanguínea de
intensidad variable. Una serie de mecanismos fisiológicos desarrollados durante el embarazo
permiten tolerar esta pérdida volémica sin mayores consecuencias. Las hemorragias graves
son una de las principales causas de muerte materna en todo el mundo. Alrededor de ¼ de
esas muertes ocurren en el período puerperal inmediato (primeras 24 horas), la mayoría
debida a la hemorragia. Este riesgo es 100 veces mayor en países en desarrollo,
comparativamente a los países desarrollados. Gran parte podrían ser evitadas, por mejor
diagnóstico prenatal, por mejor atención del parto y puerperio, como también por medidas
eficaces de planificación familiar.
Definición.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
de líquido intravascular, en situaciones donde no hay hemorragia (Ciark, 2001). Las pérdidas de
alrededor de 10 a 15% del volumen sanguíneo total no provocan efecto significativo en el débito
cardiaco y presión arterial (Hofmeyr, 2001). Por encima de 25% del volumen sanguíneo en
embarazadas son consideradas como hemorragias graves (Bonnar, 2000). Una hemorragia
masiva es la pérdida de sangre que requiere la sustitución del volumen sanguíneo total de la
paciente o la trasfusión de más que 10 unidades de sangre en 24 horas (Hewitt, 1998; Bonnar,
2000).
El riesgo de muerte materna por hemorragia aumenta con la edad, principalmente por encima
de 35 años (Bonnar, 2000) y en madres anémicas no corregidas durante la gestación
(Guillespie, 1998). En poblaciones indigentes de América y el Caribe la anemia ferropénica en
las embarazadas es muy alta (entre el 20% a 50%) (Calvo, 2001).
Causas
Las modificaciones del organismo materno durante el embarazo son importantes para
compensar la pérdida sanguínea del parto. Una gestante normal tiene un volumen de 6-7 litros
al final del embarazo, lo que corresponde a casi 10% de su peso y a 1-2 litros más que un adulto
normal. Este hecho y el aumento de producción de factores de la coagulación son mecanismos
protectores contra la hemorragia. En general, las hemorragias de 500 a 1000 ml son toleradas.
Están asociadas a pequeñas modificaciones de los niveles tensionales y del débito urinario
(Hofmeyr, 2001). En las hemorragias antes del parto, aunque no se presenten señales de
descompensación, el obstetra tendrá que preocuparse por el feto, pues la oxigenación fetal
disminuye con la reducción del volumen minuto cardiaco de la madre.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
Fisiopatología:
Esta reducción volémica provoca alteraciones en las arteriolas y en las vénulas, mediadas por el
SNC y mecanismos neuroendocrinos, causando inicialmente una reducción del 02 arterial.
Produciendo una reducción acentuada y generalizada de la oferta de oxígeno y otros
nutrientes a los tejidos, provocando lesión celular.
La hipoxia celular induce el cambio del metabolismo aerobio para anaerobio, con aumento de
la producción de lactato y acidosis. En estadios iniciales las lesiones celulares son reversibles.
Cuando se prolonga o agrava el shock, las células se tornan incapaces de utilizar energía,
perdiendo su integridad, con ruptura de lisosomas y liberación de enzimas auto digestivas,
llevando a la muerte celular.
En las fases iniciales hay disminución de la presión arterial, del volumen minuto cardíaco, de la
presión venosa central, del volumen y trabajo de eyección del corazón, de la saturación de
oxígeno en la sangre venosa y del consumo de oxígeno. La paciente tolera las pérdidas hasta
cierto punto, a través de sus mecanismos compensatorios. A partir de entonces, si la
hemorragia no es controlada, pequeñas pérdidas pueden provocar grandes alteraciones,
creándose un ciclo vicioso de necrosis celular y vasoconstricción, que provocan isquemia de los
órganos, pérdida de la integridad de las membranas de los capilares y pérdida aun mayor del
líquido intravascular. El shock es un disturbio progresivo si no es bloqueado. Avanza por
estadios fisiopatológicos, puesto que los mecanismos del cuerpo buscan combatir la pérdida
aguda de la sangre (Ciark, 2001). Se estima que la descompensación hemodinámica y el shock
ocurran con pérdidas no compensadas alrededor de 25% a 30% del volumen sanguíneo total
(ACOG, 1997). Cuando el débito cardíaco está alrededor de 40% del normal, la paciente puede
sobrevivir por pocas horas. Cuando la presión arterial cae mucho,' el flujo sanguíneo
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
coronariano disminuye debajo del necesario para la adecuada nutrición del miocardio,
resultando en depresión cardíaca, disminución de su trabajo y aún mayor de la presión arterial
(Hofmeyr, 2001).
Manifestaciones clínicas.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
son los principales hallazgos (Sibbald, 2001). La temperatura corporal cae por la reducción del
metabolismo. Hay debilidad muscular por la baja oxigenación y acumulo de lactato en los
músculos. Disturbios mentales e inquietud ocurren con el agravamiento del shock, llegando a
una situación de inconsciencia. No hay control vasomotor y de la respiración y el débito
urinario disminuye. Complicaciones como desprendimiento placentario pueden agravar aún
más el cuadro.
Diagnóstico
Los signos vitales, como la presión arterial y la frecuencia cardiaca son los parámetros iniciales
usados. El reconocimiento precoz del shock puede ser difícil, aun en presencia de hemorragia
significativa, debido a los mecanismos compensatorios que entran en acción en mujeres sanas.
Pérdidas por encima de 30% del volumen sanguíneo total presentan señales de falla orgánica
múltiple. El objetivo es intentar reconocer estas fases, antes del desarrollo de falla orgánica.
Además, es importante mejorar la perfusión de los tejidos evitando las complicaciones de la
reposición volémica (Wilson, 2003). Algunos métodos para el diagnóstico son la presión
venosa central, presión capilar pulmonar y arterial media, además del oxígeno, diferencia de
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
bases y lactato plasmático. Cuando el shock es por una pérdida externa, el diagnóstico es
obvio, pero hay un gran error al estimar visualmente el volumen de sangre perdido. Si el shock
ocurre inesperadamente durante el trabajo de parto o a posteriori, sin causa aparente, se debe
sospechar de embolia por líquido amniótico.
Manejo urgente.
Se debe establecer de inmediato una o dos vías intravenosas de grueso calibre para permitir
una rápida administración de soluciones cristaloides y de sangre. Es importante restablecer la
circulación, la perfusión de los tejidos y controlar la hemorragia. En la embarazada, el decúbito
dorsal horizontal puede provocar compresión de la cava inferior, y empeorar el retorno
venoso, efecto grave para el feto y para la madre. Se debe mantener el decúbito lateral de por
lo menos 30°.
Pueden ser necesarias una serie de medidas farmacológicas, quirúrgicas y como maniobras
obstétricas. Las dos medidas esenciales iniciales son la oxigenación materna y la reposición
volémica:
Aunque el feto esté vivo, la prioridad es la madre, pues así se puede mejorar la condición fetal.
Los procedimientos iniciales esenciales son: asegurar una vía venosa adecuada y extraer
sangre para los exámenes necesarios y siempre que sea posible, mantener los miembros
inferiores elevados.
El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología (ACOG, 1997) utiliza una regla nemotécnica·:
"ORDER":
• Oxigenar.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
• Drogas- utilizar.
• Evaluar.
El uso de drogas vasoactivas es poco frecuente y deben utilizarse como último recurso. La
dopa mina, a dosis bajas (1-3 µg/kg/min) activan receptores beta adrenérgicos, causando
vasodilatación y aumento del flujo renal, mesentérico, coronario y cerebral. Dosis intermedias
(3-10 µg/kg/min) activan receptores beta adrenérgicos, con aumento de la contractilidad
miocárdica y mejora de la función cardíaca. Dosis altas (por encima de 10 µg/kg/min] activan
receptores alfa adrenérgicos, con vasoconstricción (incluso del útero y circulación
uteroplacentaria).
Reposición volémica. Es uno de los puntos más importantes del tratamiento ya que el
organismo tolera mejor la anemia que la hipovolemia (Hofmeyr, 2001).
El "líquido ideal" sería aquel que pudiera proporcionar expansión rápida y duradera del
volumen plasmático, mejorando las variables hemodinámicas, trasporte y consumo de 02,
normalizando los niveles de lactato y corrigiendo la acidosis intracelular, sin provocar
complicaciones en otros sectores (Fernandes, 1998).
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
En los casos de hemorragia con pérdida aguda de aproximadamente 25% de la volemia, se debe
administrar solución isotónica. La reposición de cristaloides debe ser el triple de volumen
perdido. Así, si la mujer presenta señales y sin tomas de hipovolemia, la pérdida de sangre
debe ser superior a 1000 ml y, entonces, la reposición de solución salina isotónica deberá ser
de 3000 ml. Si la pérdida aguda es superior a 25%, administrar cristaloides y coloides.
Infusión de pequeña dosis de solución de CINa hipertónica fue defendido como terapia inicial
para shock hipovolémico hace dos décadas (Nakayama, 1984). Es basada en la movilización
inmediata de fluido a través de un gradiente osmótico entre el compartimiento intravascular e
Intersticial. Produce efectos rápidos, con menor volumen infundido, lo es útil en la emergencia
hemorrágica. Es necesaria mayor evidencia para poder recomendar esta práctica (Hofmeyr,
2001).
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
• Plasma fresco congelado (PFC). Sirve para la reposición de factores de coagulación, cuando
ya fueran trasfundidas varias unidades de glóbulos rojos o persisten alteraciones de
coagulación. Se podrá hacer, como método práctico y sencillo de evaluación de la coagulación,
por medio del test de Wiener: se colectan 10 ml de sangre en un tubo seco y se coloca en
estufa a 37°C o calentamiento manual, dejar en reposo por 10 minutos. Sí el coágulo es firme y
estable, el fibrinógeno es superior a 100 mg/dl y el riesgo de coagulopatía es pequeño. Si la
formación es débil o si se disuelve, empezar el tratamiento. Este test no se justifica donde los
exámenes laboratoriales son rápidos y eficientes. Esquema de utilización del plasma
congelado: dosis de ataque es 10 ml/kg de peso; mantenimiento de 10-30 ml/kg/día, dividido en
4 dosis. Para cada 4 o 5 bolsas de concentrado de GR, se recomienda trasfundir una de PFC.
Dosis: 1U/1 O kg de peso 1 o 2 por día (cada bolsa aumenta el número en 5000-10.000 plaquetas
por unidad trasfundida).
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
Algunas medidas simples pueden ser salvadoras en situaciones de gravedad. Otras exigen
mayores recursos y personal entrenado. Las medidas simples pueden resolver la hemorragia o
reducir el sangrado, permitiendo que se adopten otras medidas:
• Tracción y compresión uterina: la tracción intra operatoria del útero permite la angulación
de los vasos uterinos, reduciendo su presión de sangrado. El riesgo es provocar un reflejo
vagal, con hipotensión acentuada. Debe ser hecha con cuidado y con monitoreo del
anestesista. La compresión uterina puede ser hecha manualmente o por medio de suturas. Al
aproximar la pared anterior de la posterior uterina, y comprimiéndolas una contra la otra, el
sangrado puede ser reducido temporariamente.
• Utilización de medicamentos: las drogas más usadas son las destinadas al control de la
hemorragia posparto: oxitocina y derivados de la ergometrina, además de prostaglandinas.
Recientemente, el misoprostol ha sido utilizado en la hemorragia grave posparto; los
resultados preliminares son alentadores. El misoprostol, en la dosis de 800 mg por vía rectal,
puede ser considerado droga de primera línea en el tratamiento de hemorragias puerperales
(Mousa, 2003). El resultado del método parece interesante (O'Brien, 1998) por la simplicidad y
bajo costo, sobre todo para países en desarrollo, aunque necesite de estudios controlados
para evaluar su real efectividad.
• Taponamiento uterino: consiste en llenar la cavidad uterina con compresas, mantenido por
24 a 36 horas. Su uso fue abandonado en el pasado por el riesgo de hemorragia oculta e
infección. Sin embargo, resurgió en los años 8O y 90, ya que sus riesgos no se confirmaron con
la técnica correcta (Maier, 1993).
• Ligadura arterial: se hace en las arterias uterinas y ováricas. La arteria uterina puede ser
ligada utilizándose la técnica de O'Leary (O'Leary y O'Leary, 1966), que consiste en la
colocación de varios puntos de bloqueo en el trayecto de la arteria uterina. Lo mismo puede
ser hecho con la arteria ovárica, después de su penetración en la pared uterina. Como la arteria
ilíaca interna (hipogástrica) es el vaso del cual se origina la arteria uterina, su ligadura también
puede colaborar en la reducción del sangrado. Esta técnica, sin embargo, es de mayor riesgo
por la mayor dificultad, con tasa de éxito del 50% (Clark, 1985].
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
• Cola de fibrina: es un tipo de adhesivo biológico (existe producto sintético), con iguales
cantidades de crioprecipitado y trombina bovina. Simula los últimos estadios de la coagulación
y ayuda en la hemostasia, en situaciones de sangrado venoso difuso intraoperatorio de baja
presión y en la cicatrización.
Prevención
Identificación de pacientes de alto riesgo. Se debe rastrear a todas las mujeres embarazadas
para detectar anemia y corregirla antes del parto. Las causas de hemorragia obstétrica más
comunes son bien conocidas, como en el caso de placenta previa y de cicatriz de cesárea. No
siempre es posible identificar el riesgo, como en algunos casos de desprendimiento prematuro
de placenta sin causa aparente.
Hidratación durante el trabajo de parto. Durante el trabajo de parto, las pérdidas insensibles de
liquidas son grandes. Si no se hace la reposición adecuada de liquidas, la mujer puede
deshidratarse y ser menos capaz de tolerar la pérdida sanguínea (Hofmeyr, 2001).
La conducta de ayuno en mujeres en trabajo de parto por el riesgo de aspiración del contenido
gástrico no mostró ser efectivo. Por lo tanto, es importante administrar líquidos orales durante
el trabajo de parto.
Complicaciones:
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
El shock hipovolémico se asocia a complicaciones que pueden ser graves y definitivas, como la
hipoxia de los tejidos, lesiones isquémicas de los órganos y falla orgánica aislada o múltiple. La
necrosis tubular aguda es común y generalmente autolimitada. Ocasionalmente ocurre lesión
renal más grave y hay necesidad de diálisis. La complicación grave más frecuente es la del
síndrome de angustia respiratoria. La aglutinación de plaquetas, que libera sustancias
vasoactivas, capaces de provocar oclusión de los pequeños vasos, perjudicando la perfusión en
la circulación capilar.
CLAVE ROJA
DEFINICIÓN:
Es una estrategia que busca disminuir la mortalidad materna producida por hemorragia post
parto y post aborto en gestantes, mediante la estandarización de procedimientos en el manejo
inmediato de esta entidad en emergencia y centro obstétrico.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
UBICACIÓN
Emergencia:
- Shock Trauma
- Tópico de Gineco-obstetricia
- Sala de dilatación
- Sala de partos
PROCEDIMIENTO VIGILANTE
TÉCNICA DE ENFERMERÍA:
Alcanzar Kit clave roja. Alcanzar oxígeno y aspirador. Alistar el equipo de resucitación. Llamar
al médico y cumplir indicaciones.
OBSTETRA:
Verificar y mantener vía aérea permeable. Canalizar dos venas con solución salina al 9%o,
catéter venoso N° 18, llave de doble vía. Poner oxígeno 4-5 Litros/min. Tomar y monitorizar
funciones vitales.
MÉDICO:
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
Funciones vitales
Estado de conciencia
Evaluación obstétrica
- Revisión de episiorrafia
- Revisión de cérvix
– Estado de conciencia
– Pulso
– Color de la piel
– Llenado capilar
MÉDICO:
Solicitar análisis de laboratorio: Grupo y Rh, Hb, Hto, perfil de la coagulación. Referir de
acuerdo a capacidad resolutiva, paciente estable. Informar a los familiares del estado de la
paciente, severidad del caso y conducta a seguir.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
La única incidencia durante el parto fue que la placenta se desangró de manera accidental
a través del cordón umbilical inmediatamente tras el nacimiento del recién nacido.
Transcurridos 30 minutos después del nacimiento, y después de comprobar mediante el
signo de Kustner que la placenta estaba desprendida, se solicitó a la mujer que efectuase
un pujo sin traccionar a la vez el cordón, ya que éste se había desangrado. Tras el primer
pujo, la mujer refirió marearse, aunque cedió en el momento en el que la mujer dejó de
pujar. En ese instante, se realizó una toma de presión arterial que resultó normal. Al
efectuar el siguiente pujo, la gestante refirió de nuevo sensación de mareo y dolor, y al
mismo tiempo la placenta apareció en el introito vaginal sin ningún tipo de sangrado. Al
realizar el tacto, puesto que la placenta no se encontraba desprendida, se tocó una masa
dura a la vez que se perdió el fondo uterino a través de la palpación abdominal. Por ello, se
sospechó una inversión uterina y se avisó al ginecólogo de guardia, quien confirmó el
diagnóstico. En ese momento, empezó a desprenderse parcialmente la placenta, por lo se
produjo un ligero sangrado y la mujer comenzó a presentar signos de shock.
Tras la reposición uterina, la mujer fue trasladada de nuevo a paritorio para el control del
puerperio inmediato. Este control consistió, fundamentalmente, en la valoración de signos
hemorrágicos y el control del globo de seguridad y el de constantes vitales cada 15 minutos
durante las tres horas siguientes a la reposición, que en este caso resultaron normales.
DISCUSIÓN
La IUP es una complicación que puede aparecer por sorpresa durante la asistencia a
cualquier parto normal. Para evitar sus complicaciones, es fundamental la realización de un
diagnóstico precoz. En este caso, el primer síntoma fue el de sensación de mareo, aunque
generalmente el síntoma central es el dolor intenso localizado en el hipogastrio y región
lumbar, un dolor vegetativo, provocado por el estiramiento de los parametrios que
también es percibido en mujeres con analgesia peridural. En ocasiones, tras ese síntoma,
aparece el estado de shock, que resulta desproporcionado con respecto a la pérdida
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Técnicas no quirúrgicas
En este caso, la reversión manual del útero se realizó con sedación, con un gas
uterorrelajante, sin ningún otro fármaco tocolítico. Estos últimos pueden ser una opción en
el manejo de la inversión uterina en el caso en que no se pueda utilizar anestesia general.
Están descritos para su utilización: los betadrenérgicos, como ritrodina o el sulfato de
terbutalina, el sulfato de magnesio o la nitroglicerina.
El uso de estas sustancias puede ser problemático debido a sus potentes efectos
cardiovasculares, que aumentan el riesgo de complicaciones cardiacas, sobre todo en una
situación de shock materno. También aumenta el riesgo de atonía pos reposición que
podría suponer la recidiva de la invaginación.
En caso de empleo de estos fármacos habrá que estar, por tanto, valorando
continuamente, la aparición de estas complicaciones. Por otro lado, la administración de
analgesia epidural no supone una reposición uterina más fácil, ya que no tiene efectos
sobre el tono uterino.
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SHOCK HIPOVOLÉMICO
V. CONCLUSIONES
Hemos Conocido las características de las diferentes hemorragias quedando de
manifiesto que la hemorragia grave puede ocurrir en cualquier momento durante todo
el embarazo y el puerperio.
Hemos reunido información acerca del shock hipovolémico, y sabemos se define como
reducción del consumo de oxígeno celular es causada por la disminución del flujo
sanguíneo por la pérdida de gran cantidad de sangre o de líquido intravascular, en
situaciones donde no hay hemorragia y que las hemorragias graves son una de las
principales causas de muerte materna en todo el mundo.
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