Becca-Mahzarin - Edaismo Implicito

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Levy Becca y Banaji Mahzarin (2004) “Edaismo Implícito” en Edaismo.

Estereotipos y Prejuicios
contra las Personas Mayores (Ageism. Stereotyping and Prejudice against Older Persons) (comp.)
Todd D. Nelson. Massachusetts: The Mit Press

CAPÍTULO 3
Edaismo Implícito
Becca R. Levy – Mahzarin R. Banaji
(Extracto del artículo original)

El reconocimiento, incluso entre los científicos sociales, de que la edad puede servir como
un importante atributo a partir del cual puede surgir un beneficio o un daño psicológico y
social, ha ido surgiendo lentamente. Sin embargo, según certifican éste y otros libros a lo
largo de la última década, la idea de que la edad es una categoría social valiosa para el
estudio de los estereotipos y prejuicios se la ha señalado recientemente pero con firmeza
(véase las revisiones de Hummert 1999; Palmore 1998).
Las creencias acerca de los más viejos como sujetos incapaces de contribuir a la
sociedad, y por consiguiente, como miembros prescindibles de una comunidad, y las
actitudes de disgusto y distanciamiento hacia ellos prevalecen (Kite y Johnson, 1988)
Los científicos sociales se han concentrado en los efectos de las creencias y actitudes
negativas para examinar la discriminación hacia la gente mayor en las distintas esferas,
incluidas las conversaciones cotidianas, la política y el ámbito laboral.
En este capítulo se presentan dos cuestiones relacionadas con el edaísmo, que se
definen como una alteración en los sentimientos, creencias o comportamiento en
respuesta a la edad cronológica percibida de un individuo o un grupo de personas.

Primero, uno de los aspectos más insidiosos del edaismo es que puede operar sin
ser advertido, controlado o con intención de dañar de manera conciente.
A pesar de que la naturaleza implícita de los estereotipos y prejuicios no es nueva para
las investigaciones en ciencias sociales, la idea del edaísmo implícito es única al
menos en un aspecto, no existen grupos que repudien a los más viejos como
existen grupos que repudian grupos religiosos, raciales y étnicos. Incluso el
prejuicio contra el género ha producido el reconocimiento de que existen aquellos que
tienen una antipatía explícita hacia uno y otro grupo. Por el contrario, las sanciones
sociales en contra de ciertas actitudes y creencias negativas contra los más viejos
están completamente ausentes.

En este contexto, la ausencia de un odio fuerte y explícito hacia los viejos, por un
lado, y una amplia aceptación de sentimientos y creencias negativas por el otro,
produce que el rol de las actitudes y conocimientos implícitos acerca de la edad se
torne especialmente importante. Dicho análisis puede revelar en qué medida las
raíces del prejuicio pueden encontrarse en niveles no descubiertos o
incontrolables.

Segundo, todos los seres humanos, en diferentes grados, se encuentran implicados


en la práctica del edaísmo implícito. Los procesos y comportamientos mentales que
demuestran sensibilidad por la edad se producen automáticamente en los pensamientos
cotidianos, sentimientos, juzgamientos y decisiones de la gente común.
Definimos a los “estereotipos implícitos de la edad” (también llamados estereotipos
automáticos o inconscientes) como pensamientos acerca de los atributos y
comportamientos de los viejos, que existen y operan sin presentar una advertencia
consciente, intención o control.

Definimos a las “actitudes implícitas de la edad” (también llamadas prejuicios


automáticos o inconscientes) como sentimientos hacia los más viejos que existen y
funcionan sin advertencia conciente, intención ni control.

En este capitulo utilizamos el término edaísmo implícito para cubrir tanto a los
estereotipos implícitos de la edad como a los prejuicios.

Por otra parte, el edaísmo constituye una forma de discriminación que parece ser
aceptable con respecto a otras, por ejemplo, el racismo.
En este capítulo se revisaran las dos metodologías que han sido mayormente utilizadas
para estudiar el edaísmo implícito: el Test de Asociación Implícita (IAT) y el de priming.
Los estudios de edad por el IAT han explorado las diferencias individuales y de grupo en
actitudes inconscientes, estereotipos e identidad en cuanto a la edad. Los estudios de
estereotipos por priming, por su parte, han examinado el impacto de los estereotipos
implícitos de la edad y las actitudes en resultados cognitivos, del comportamiento y
afectivos. Se analizarán los resultados de las investigaciones basadas en jóvenes
participantes, que no comparten la membresía al grupo de su categoría y participantes
más viejos, para quienes la vejez tiene relevancia para sí mismos y para su identidad.
Finalmente, se especulará de qué manera el edaísmo implícito puede desarrollarse y cuál
es la causa de uno de los hallazgos más importantes del edaísmo implícito: el favoritismo
implícito del grupo externo expresado por los individuos más viejos.

Edaísmo Implícito: Fundamentos

La “cognición social implícita” es un término amplio utilizado para captar la idea de


que los pensamientos y los sentimientos pueden funcionar fuera del ámbito de la
conciencia, el control y la intención; por el otro lado, la cognición social explícita
involucra al pensamiento y a la deliberación (Greenwald y Banaji, 1995). Numerosos
estudios han demostrado una disociación entre los tipos específicos de procesos
implícitos y explícitos de la cognición social, tales como los estereotipos, actitudes
y la identidad.
Durante la última década, se han desarrollado diferentes métodos para facilitar las
demostraciones experimentales y exploraciones de procesos inconscientes cuya
existencia fue identificada por primera vez, hace más de cien años por Sigmund Freud y
William James. Varios estudios recientes desarrollaron técnicas que se han focalizado
específicamente en la medición de actitudes implícitas y estereotipos. Además, las
investigaciones realizadas sobre otros procesos mentales (por ejemplo la memoria),
donde las transiciones de mediciones puramente concientes hacia otras, ya sean
concientes o inconscientes fueron logradas más tempranamente, han servido como
modelos para desarrollar métodos para el examen de actitudes y estereotipos. Por
ejemplo, teniendo en cuenta la actitud implícita, podemos trabajar a través de definiciones
para descubrir un claro camino de desarrollo (Benaji, 2001). Si la actitud es una
“tendencia psicológica que se expresa por la evaluación de un ente específico, ya
sea en un grado favorable o desfavorable” (Eagly y Chaiken, 1998); y la “memoria
implícita” es “revelada cuando las experiencias previas facilitan el desempeño de
una tarea que no requiere una recolección conciente o intencional de dichas
experiencias” (Schacter, 1987); de ese modo la actitud implícita puede ser “el camino
trazado por la experiencia pasada no identificada introspectivamente (o identificada
inexactamente) que media los sentimientos, pensamientos o acciones hacia los objetos
sociales de manera favorable o desfavorable” (Greenwald y Banji, 1995).

Test de Asociación Implícita

El IAT, como popular medida de la cognición social implícita, ha sido muy utilizado para
medir actitudes automáticas, estereotipos, y la identidad en una variedad de dominios
incluida la edad. El IAT se basa en un indicador de respuesta en latencia obtenido en el
proceso de colocación en pares el objeto de la actitud (ejemplo, un grupo social en viejo-
joven) con una dimensión evaluativa (bueno-malo) o atributos del conocimiento (uno-
otros; hogar-carrera; ciencia-artes). La velocidad con que se forman esos pares se
compara con el opuesto y se interpreta como una medición de una evaluación implícita
(actitud). De manera similar, la fuerza asociativa entre el concepto y el atributo se
interpreta como una medición de la fuerza del conocimiento implícito (estereotipo). El
efecto del IAT se basa en una diferencia que refleja tanto la valencia de la actitud implícita
(positivo versus negativo) y la magnitud de la actitud (grandes números que reflejan
grandes diferencias entre los pares en milésimas de segundos). [Para ejemplificar el
funcionamiento del IAT visite www.yale.edu/implicit ] .
De los hallazgos básicos con respecto al edaísmo implícito que existe hasta la fecha,
podemos ofrecer el siguiente resumen.

- El primer aspecto de los resultados obtenidos es la magnitud del efecto. Queda entre las
actitudes implícitas negativas más grandes que se hayan observado, mayor aun que la
actitud anti-negros entre los americanos blancos.

- Segundo, las actitudes implícitas de la edad van en contra de las actitudes explícitas, la
actitud explícita demuestra una menor negatividad hacia los más viejos que las
mediciones que revelan las asociaciones implícitas. Los actitudes implícitas son más
negativas en general; sin embargo, no son tan importantes como las que suceden con el
racismo.

- Tercero, apuntamos a una característica peculiar de los efectos de la edad implícita que
la distingue de las actitudes de otros grupos: la influencia de la edad implícita no parece
variar como una función de la edad de quienes responden. Los participantes mayores,
como los más jóvenes, tienden a tener actitudes implícitas negativas hacia los más viejos
y actitudes implícitas positivas hacia la juventud.

Recientemente, el IAT ha sido utilizado para medir la identidad y las actitudes de la edad.
Greenwald y sus colegas hallaron que, a diferencia de la mayoría de otros grupos, los
individuos viejos tienden a identificarse implícitamente con la categoría de los jóvenes, tal
como lo hace los mismos jóvenes. Los autores hallaron que “los más viejos prefieren
implícitamente la juventud que la vejez y que se identifican implícitamente con los
jóvenes más que con los viejos”.

Impresión de estereotipos
Otro método recientemente desarrollado para medir los estereotipos implícitos de la edad
es a través de la impresión implícita de los estereotipos, o a través de la activación de un
esquema preexistente. Este método permite a los investigadores examinar el impacto que
pueden tener los estereotipos y las actitudes sobre el pensamiento, comportamiento y
decisiones conscientes.
En la primera investigación, en la que se preparó implícitamente el constructo de la edad,
Perdue y Gurtman realizaron un estudio en dos partes para examinar si el edaísmo,
definido como “asociación diferencial de tratos negativos para con los viejos”, ocurría de
manera automática en los adultos jóvenes. Ellos concluyeron que probablemente existe
una parcialidad no intencional sobre la edad. Para saber si dicha parcialidad opera
inconscientemente, llevaron a cabo un segundo estudio. En el segundo experimento, se
tomaron treinta estudiantes secundarios frente a una computadora. Allí aparecían al azar
los vocablos “viejo” y “joven” a una velocidad tal que no permitiera un reconocimiento
conciente. De los resultados, los autores pudieron concluir que “para categorizar
cognitivamente a una persona como “vieja” se puede crear una serie de constructos
predominantemente negativos que resulten más accesibles y que gozan de una mayor
probabilidad de aplicación al momento de evaluar a dicha persona – de este modo se
llevaría a perpetuar el edaísmo desde los comienzos del proceso de la percepción social”.

El impacto del edaísmo implícito en la gente mayor

Levy (1996) realizó un estudio de seguimiento para examinar si los estereotipos positivos
del envejecimiento los llevaba a tener un mejor rendimiento de la memoria, y si la
activación de los estereotipos negativos del envejecimiento podría empeorar el
rendimiento de la memoria. Para crear la intervención del estereotipo implícito de la edad,
Levy creó dos tareas de impresión: una que subliminalmente activaba los estereotipos
positivos y otra que activaba los negativos. Los términos seleccionados para la
intervención del estereotipo negativo eran: “incompetente”, “decrépito”, y “enfermo”. Los
términos para el estereotipo positivo eran “guía”, “sabio”, y “consumado”. Dichos términos
aparecían rápidamente en la pantalla de una computadora una velocidad diseñada para
evitar un reconocimiento consciente. Antes y después de serles asignados a los
participantes los estereotipos de la edad, se realizaron cinco pruebas de memoria y se les
preguntó que sentían acerca de su buen desempeño. Levy halló que los participantes
más viejos expuestos a los estereotipos positivos se desempeñaron mucho mejor
que los que fueron expuestos a los estereotipos negativos.

Un segundo descubrimiento fue que las percepciones de los individuos más viejos pueden
verse afectadas por los auto-estereotipos implícitos. En este estudio se presupone que las
auto-percepciones y el desempeño son activados por los estereotipos. Para incrementar
la probabilidad de que las identidades de los individuos mayores de edad sean activadas,
el investigador reclutó participantes de más de 60 años y les dijo que el estudio era para
medir la “memoria del envejecimiento”. Como resultado, de los 100 vocablos de los
estereotipos presentados en una intervención tanto positiva como negativa, el 10% de
ellos eran términos de categorías de edad. Finalmente, la influencia de los
estereotipos de la edad sobre el funcionamiento de la memoria fue hallada en los
más viejos, pero no en los participantes jóvenes. Además, la profundidad y la amplitud
del impacto de los auto-estereotipos del envejecimiento han sido demostrados en una
serie de estudios utilizando los procedimientos de imprimación subliminal. En una
investigación posterior a los hallazgos del rendimiento de la memoria, Levy,
Ashman y Drov (2000) hallaron que la activación del auto-estereotipo influenciaba
los informes sobre el deseo de vivir de los individuos más viejos.
Con el fin de determinar si los auto-estereotipos del envejecimiento afectan el
comportamiento que es asumido para operar sin control de los procesos concientes, Levy
examinó si los estereotipos pueden influir en un comportamiento asociado a los cambios
de la edad: la escritura manual. A través de ella se demostró que los individuos
expuestos a estereotipos negativos presentaban una escritura más temblorosa que
aquellos que habían sido expuestos a estereotipos positivos, según lo determinaron
jueces que ignoraban las condiciones de los participantes. Este estudio sugiere que la
escritura manual puede probar ser una herramienta útil para el monitoreo de las
influencias de los estereotipos negativos en experimentos futuros, así como en
situaciones clínicas.

En general, estos estudios sugieren que el edaísmo podría tener un impacto en la


cognición de los individuos, en el comportamiento y en la salud de manera inconsciente.
Parecería que los distintos efectos de los estereotipos implícitos de la edad podrían estar
interrelacionados y tal vez reforzados mutuamente.

El proceso de los auto-estereotipos implícitos del envejecimiento podría verse activado


por muchas de las manifestaciones de los estereotipos sociales. A la inversa, las
manifestaciones de los auto-estereotipos son percibidos por los demás. Existe, de esta
manera, una naturaleza recíproca para este intercambio automático entre los
estereotipos y los auto-estereotipos. Por ejemplo, los individuos viejos frecuentemente
están expectantes a estar sujetos a la pérdida de memoria.

El desarrollo del edaísmo implícito

A pesar de que todavía no existen análisis de los procesos precisos a través de los cuales
se desarrolla el edaísmo implícito, podemos especular utilizando investigaciones
relacionadas con niños y los resultados del desarrollo de influencias automáticas más
generalizadas. Algunas investigaciones sugieren que la cognición social implícita
comienza de manera explícita y que a través de una activación crónica, la que
inicialmente requiere de una pensamiento y sentimientos conscientes, eventualmente se
transforma en automática (Bargh, 1997). Los niños de tan solo seis años de edad son
capaces de reflejar estereotipos de edad en su cultura. Inclusive, es posible que las
actitudes de la edad y los estereotipos no requieran ser establecidos de manera explícita
para ser adquiridos tempranamente en la vida.
A diferencia de las actitudes y estereotipos negativos de la raza y del género, los
sentimientos y pensamientos negativos acerca de la edad son comunes en las esferas
públicas. Por ejemplo, los cuentos para niños, la televisión, pueden también ofrecer
imágenes del envejecimiento que contribuyan a la formación de estereotipos implícitos.
Una vez que los estereotipos han sido adquiridos, probablemente sean aplicados
automáticamente ante la presencia de una persona mayor.
Una gran cantidad de estudios han demostrado que la categorización automática de
individuos en grupos sociales ocurre fácilmente y sin esfuerzos en los dominios de la
edad, raza y género. Los estereotipos implícitos reflejan generalizaciones que
simplifican las demandas del pensar, sentir, y promover adaptaciones. A través de
una categorización automática en grupos sociales, como la edad, quien percibe se
presupone que es capaz de reorientar los recursos cognitivos y la atención hacia
actividades no rutinarias.

Mantenimiento de la parcialidad implícita de la edad


Los estereotipos implícitos de la edad probablemente se mantienen con el tiempo, y
pueden verse fortalecidos, a través de varios procesos. Las investigaciones sugieren que
la exposición a reiteradas impresiones puede fortalecer el estereotipo implícito. Además,
una vez formado dicho estereotipo, este no se debilita cuando la persona encuentra
evidencias contradictorias.
Hilton y Von Piel (1996) demostraron que los individuos pueden fortalecer los estereotipos
a pesar de haberse enfrentado a evidencia contradictora. Por ejemplo, los niños sostienen
que todos los médicos son hombres, incluso cuando su propia pediatra es una mujer
(Adler, 2000). Tales asociaciones automáticas también se observan en estudios de
estudiantes secundarios, a pesar de sus creencias explícitas.
El mantenimiento de los estereotipos negativos de la edad puede también
beneficiarse por las evaluaciones implícitas negativas que conllevan a una
evitación de la información. Por ejemplo, si los viejos reciben una evaluación
automática negativa, según Perdue y Gurtman (1990) los adultos jóvenes evitarían actuar
con los viejos. Esta evitación, a la inversa, podría reducir la oportunidad de los
adultos jóvenes de tener una interacción significante y contacto con los viejos,
contexto en el cual podrían desarrollarse estereotipos explícitos positivos sobre la
edad (Palmore,1998).

Si los adultos jóvenes no tienen oportunidad de desarrollar estereotipos explícitos


positivos, podría ser dificultoso cambiar las bases de los estereotipos implícitos de
la edad.

Favoritismo implícito del grupo externo

A pesar de que una amplia rama de la investigación demuestra una fuerte preferencia por
los grupos internos que por los grupos externos, los hallazgos revisados sugieren que las
actitudes de la edad y los estereotipos no necesariamente encuadran en este modelo. Los
individuos más viejos demuestran actitudes y creencias negativas hacia los mismos
viejos, al menos en mediciones implícitas. Una explicación para este fenómeno puede ser
que a medida que los jóvenes van envejeciendo ya han transcurrido medio siglo de su
vida expresando e internalizando estereotipos negativos acerca del envejecimiento.
A pesar de que los teóricos han argumentado que los estereotipos existen para
protegerse o proteger al propio grupo, los estereotipos del envejecimiento reflejan
las necesidades de los miembros más jóvenes de la sociedad. En la medida en que
los más viejos son percibidos en términos negativos, la conversión se transforma
en positiva: no ser viejo representa salud, y otros estados deseables del estar.
Aquellos que no son viejos, son los beneficiarios de los estereotipos negativos del
envejecimiento y permanecen de ese modo hasta llegar a la vejez.
A nuestro entender, el grupo de los viejos es el único que demuestra actitudes implícitas
negativas tan fuertes como las que puede llegar a tener el grupo externo (los jóvenes).
Esta situación hace que reflexionemos acerca de la importancia de las actitudes explícitas
positivas. Ya que los viejos no son los beneficiarios de las actitudes y los estereotipos
implícitos positivos, resulta especialmente importante lograr los beneficios a través de
modos concientes explícitos.

Reducción de los estereotipos implícitos negativos de la edad.

Una vez que se forman los estereotipos negativos de la edad, varios estudios sugieren
que éstos pueden ser susceptibles de apropiar intervenciones a través del esfuerzo
implícito positivo de los estereotipos por impresión subliminal, o a través de la exposición
de fotos y descripciones de individuos viejos admirados y de jóvenes no aceptados
socialmente.
De la revisión acerca de la manera en que los estereotipos implícitos de la edad se
forman inicialmente y se refuerzan luego, un nuevo enfoque podría ser una prescripción
aun más fuerte para limitar la exposición a los estereotipos negativos y aumentar la
exposición a los estereotipos positivos de la gente mayor a lo largo de su vida. Una
medida adicional puede ser necesaria y requiere del esfuerzo de los viejos mismos.

La historia demuestra que la reducción de la discriminación se alcanza con el


reconocimiento social y la acción política. Tanto los derechos civiles como los
movimientos feministas fueron liderados en gran parte por los mismos miembros
de los grupos marginados. La tarea puede ser más difícil de cumplir porque, a
diferencia de otros grupos, los viejos no son sus mejores abogados, al menos con
respecto a sus actitudes y estereotipos implícitos.

Nuestra investigación sugiere que, como en todas las edades, la gente mayor debería ser
conciente de las visiones negativas hacia su grupo y desarrollar concientemente una
identidad de la vejez y sus atributos positivos, utilizándolos para compensar los efectos de
la debilidad que trae el edaísmo automático.

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