Bioética, Una Aproximación A Su Estatuto Epistemológico

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Bioética
Una aproximación a su estatuto epistemológico

Sergio Cecchetto
Doctor en Filosofía. Miembro de la Carrera del Investigador Científico (CONICET).
Universidad Nacional de Mar del Plata; Asociación Argentina de Investigaciones Éticas.

José Alberto Mainetti


Doctor en Medicina y en Filosofía. Miembro de la Carrera del Investigador Científico (CONICET).
Fundación J. M. Mainetti para el Progreso de la Medicina.

Breve historia del movimiento bioético y la medicalización de la vida (8).


El movimiento bioético, como fenómeno social y cul-
El neologismo “bioética” ofrece una clave para com- tural constitutivo de la disciplina naciente en los EE.UU.,
prender la naturaleza y los orígenes de la joven interdisci- se caracterizó por resumir su programa de acción en un
plina homónima, que hoy cuenta con treinta y cinco bios tecnológico y un ethos secular, dadas la tecnificación
años de vida. Compuesto por las palabras griegas bios y de la vida y la liberalización de la moral. Y ello fue así por-
ethiké, el término conjuga biología y moral, vida y ética, que por un lado, a fines de 1960 comenzaron a hacerse
ciencia y conciencia, hechos y valores, ser y deber-ser. La sentir los efectos de la revolución biológica en medicina
noción fue introducida por vez primera en un artículo de (nuevas formas de nacer, sobrevivir, procrear y morir), y
1970 e incorporada enseguida en un libro por el oncólo- por otro lado, junto a los nuevos avances biomédicos y
go Van Rensselaer Potter, Bioethics. Bridge to the Future sus problemas normativos, se desarrolló otra cultura polí-
(1971), cuyo propósito era “contribuir al futuro de la espe- tica, orientada a los derechos civiles y de los consumido-
cie humana promoviendo la formación de una nueva dis- res, cuestionadora de toda autoridad, defensora de las
ciplina, la disciplina de la Bioética. Si hay ‘dos culturas’ que minorías y marginados (negros, mujeres, niños, homose-
parecen incapaces de hablar una a la otra -ciencia y huma- xuales, estudiantes, soldados y pacientes).
nidades-, y si esto es parte de la razón por la que el futuro El primer choque entre ambas fuerzas -el progreso bio-
se muestra tan incierto, entonces posiblemente debería- médico y el movimiento por los intereses públicos, expre-
mos tender un puente hacia el futuro construyendo la dis- sión de la moral civil e instrumento de cambio- se produ-
ciplina de la Bioética como un puente entre las dos cultu- jo con la controversia académica y política respecto de
ras” (11). episodios abusivos en el terreno de la experimentación
En sentido estricto, el nuevo vocablo sería redundante científica con sujetos humanos (13). Prolongando la som-
cuando se lo traduce literalmente como “ética de la vida”, bra de los juicios de Nüremberg, tres casos alcanzaron
ya que bios significa vida humana y sólo a ésta se refiere la notoriedad: el Tuskegee Syphilis Study (1932-1972), donde
conducta moral. En tal entendimiento toda la ética es 400 personas de color, sifilíticas, se dejaron sin tratamien-
siempre bioética, modo de ser del hombre, único animal to para investigar la historia natural de la enfermedad, a
ético, cuya vida es norma. Pero la novedad terminológica pesar de que la penicilina ya había sido descubierta en
encierra otra novedad conceptual. ¿A qué bios y a qué 1945 y se sabía de su efectividad en el tratamiento de esa
ethos se refiere la bioética? Por definición, se trata de bio- noxa; el Jewish Chronic Disease Cancer Experiment (1964),
logía o biomedicina y de ética aplicada a la conducta donde varios niños con retardo mental fueron infectados
humana en este recortado campo del saber. La bioética, a conciencia por virus de hepatitis en ensayos tendientes
puente hacia el futuro entre las dos culturas, responde al a elaborar una vacuna; y el Willowbrook Hepatitis
desafío de la crisis vital y normativa de la vida humana y Experiment (1956-1970), donde un grupo de ancianos reci-
de la ética en la era tecnológica, la cual recoge en su inte- bieron inyecciones de células hepáticas cancerosas como
rior las figuras de la catástrofe ecológica, la nueva biología parte de un ensayo experimental (3). Otros picos de ten-

Resumen
El presente artículo historia brevemente el nacimiento de la (inter)disciplina bioética en los Estados Unidos de América a prin-
cipios de la década de 1970, y señala el horizonte sobre el cual se recortó la creación del neologismo (“bio-ética”), original con-
jugación de biología y moral, vida y ética, ciencia y conciencia, hechos y valores, ser y deber-ser. Se insiste luego sobre la natu-
raleza interdisciplinaria de esta rama del saber, y se propone luego una clasificación temática de sus objetos de estudio. Se con-
cluye con el diseño de un panorama escueto del desarrollo de la bioética en Argentina y se realiza una propuesta respecto de
las novedades que ella introduce en el terreno de las ciencias de la vida y la atención de la salud.
Palabras clave: Bioética - Historia - Epistemología - Argentina.

BIOETHICS AN EPISTEMOLOGICAL APPROACH


Summary
The present paper reviews the history of the birth of bioethics in the USA at the beginning of the seventies as an inter-disci-
pline. It points out the horizon where the neologism “bio-ethics” appeared as blend of biology and morals, life and ethics,
science and conscience, fact and value, being and must. It insists on the interdisciplinary nature of this branch of learning
and it proposes a classification of the subject matter studied by it. The paper ends with a concise view of the development of
bioethics in Argentina, drawing attention to its contribution to the biological sciences and health care.
Key words: Bioethics - History - Epistemology - Argentina.

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sión lo constituyeron la polémica sobre el aborto (con el naria. Junto al secularismo, otras dos características preg-
fallo de la Suprema Corte de 1973), la denuncia de inves- nantes pueden todavía señalarse: el academicismo y el
tigaciones fetales y los dilemas planteados por la “tecno- conservadorismo. El discurso bioético trasunta la mentali-
logización” progresiva de la medicina (transplantes de dad de la clase media alta académica y es -por regla gene-
órganos, diálisis, etc.) (4). ral- ideológicamente conservador (por su énfasis en los
El nacimiento de la bioética en los EE.UU. reconoció, valores individuales, la separación algo artificial entre lo
entre sus principales influencias, al moralismo “ético” y lo “social”, su interés en lo económico, su dis-
norteamericano, esto es un, fundamentalismo moral tanciamiento de la realidad hospitalaria) (6).
derivado del puritanismo protestante y del jansenismo
católico, ambos basados en la teología calvinista, que La naturaleza de la (inter)disciplina bioética
otorgaba principios claros e inequívocos en la materia
(7). Otro antecedente de peso fue el sistema legal como La caracterización de la disciplina que ofreció tempra-
método usual para la resolución de conflictos, amparado namente la Enciclopedia de Bioética goza todavía de amplia
en el régimen jurídico del derecho consuetudinario aceptación: ella está definida como el “Estudio sistemáti-
(common law): en otras palabras, la actitud de elevar a las co de las dimensiones morales -incluyendo la visión
cortes los problemas entre partes, en la convicción de moral, las decisiones, las conductas y las políticas- en el
que debe haber una ley o sentencia como remedio para área de las ciencias de la vida y la atención de la salud,
cada uno de ellos. En el plano político, se destacó tam- empleando una variedad de metodologías éticas en un
bién el papel de las comisiones federales, ya del poder contexto interdiciplinario” (12). De un análisis somero de
legislativo o del ejecutivo, creadas para el estudio, reco- esta definición se desprende su carácter aplicado, vale
mendación y asesoramiento en temas específicos. La decir que la bioética no implica una nueva moralidad o
medicina y la atención de la salud también influyeron sistema ético por sus fundamentos o principios. No obs-
de manera decidida sobre el modelo disciplinar nacien- tante, el nombre de la disciplina connota la crisis bio-ética
te, por cuanto los crecientes litigios por malapraxis gene- del mundo contemporáneo y consagra el enlace sin pre-
raron desprestigio profesional, menoscabo de la autori- cedentes entre la ciencia y la ética en la era tecnológica.
dad médica, despersonalización de la asistencia e injus- Conforme a la caracterización anotada, la bioética es
ticia dentro del sistema sanitario vigente. formalmente una rama o subdisciplina de la ética filosófi-
La institucionalización de la bioética en ca, dentro de la que suele distinguirse la ética descriptiva,
Norteamérica se alimentó de distintas vertientes. Una de la metaética y la ética normativa. La primera comprende
éstas fue la bibliográfica, que no cesa de crecer en estos el estudio científico de la moralidad, la descripción y
treinta y cinco años de vida. La otra refiere a los centros explicación fáctica de las creencias y comportamientos
de investigación que se constituyeron como modelos de morales (objeto primario del antropólogo, el sociólogo o
los más de doscientos a la fecha existentes en el país: el el historiador). La metaética o rama analítica de la ética
Institute of Society, Ethics and the Life Sciences (Hastings, filosófica implica el análisis conceptual del significado de
1969) y el Kennedy Institute of Ethics (Georgetown los términos morales (como “bueno” y “malo”, “correcto”
University, 1971). La instalación académica de la bioéti- e “incorrecto”, “virtud” y “vicio”, “moralidad” e “inmo-
ca, mediante cátedras y programas de enseñanza, regis- ralidad”) y el examen lógico del razonamiento moral, su
tró como pioneros a la Society for Health and Human inferencia y justificación. La ética normativa constituye
Values (Philadelphia, 1961) y al Department for Medical un sistema de normas o principios que rigen la vida
Humanities de la Hershey Medical School (Pennsylvania, moral, y que cuando se aplican a problemas morales es-
1967). Las dos comisiones federales de las últimas déca- pecíficos dan lugar a la llamada ética aplicada. La bioética
das del pasado siglo, la nacional (1974-1978) y la presi- sería así, entonces, por naturaleza, ética normativa aplica-
dencial (1979-1983), han contribuido también desde el da, lo cual entraña su dependencia formal y sistemática de
terreno político a la constitución de la interdisciplina, la filosofía.
así como los comités hospitalarios y servicios consulti- Materialmente, empero, respecto de sus contenidos, la
vos de ética lo vinieron haciendo en el plano asistencial bioética depende de las ciencias de la vida y la atención de
desde 1980 en adelante1 (2). la salud. De ello resulta la peculiar naturaleza interdisci-
La orientación ideológica de la bioética como discipli- plinaria de la bioética, que no es la mera concurrencia de
na académica reconoce el pacto secular de las facultades distintas disciplinas (filosofía, biología, medicina, etc.), ni
médica, filosófica, teológica y jurídica. El cultivo del la evaluación de datos científico-técnicos implicados en el
campo bioético por filósofos, teólogos y juristas, obligó a juicio moral, sino la metodología interdisciplinaria de
dar un giro a la ética médica tradicional, desde su posición valoración integradora de diversas perspectivas intelec-
centrada en el médico (iatrocentrismo normativo) a la tuales y morales. En este sentido vale subrayar que la
posición actual en torno de la persona del paciente y del interdisciplinaridad no es algo marginal sino el espíritu
ciudadano (prosopocentrismo normativo). La bioética mismo de la bioética (1). Para los tópicos bioéticos es
refleja sin duda la influencia de la filosofía analítica anglo- imprescindible la ponderación de aspectos fácticos, con-
sajona, del sistema jurídico consuetudinario, de la teolo- ceptuales y normativos, generalmente entrelazados, de
gía protestante y de una medicina ilustrada, no confesio- modo que el discernimiento moral involucra a la vez
nal y poco controlada por una élite deontológica discipli- hechos y teorías.

1 La mejor expresión de este proceso institucional de la bioética como discurso secular y pluralista fue la National Commission for the Protection of

Human Subjects of Biological and Behavioral Research, cuya creación respondió al debate suscitado por la experimentación biomédica, y cuyo resultado
fue una ética de principios universales que consagra el Belmont Report (“bienestar”, “respeto” por las personas, “equidad”), y un año después (1979)
sistematiza el libro de Tom L. Beauchamp, James F. Childress. Principles of Biomedical Ethics. New York, Oxford University Press, 1989, 3 ed. (2).

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Por otra parte, el contexto normativo de la interdisci- estratégica y de los límites morales que se le pueden fijar
plina naciente no es sólo ético-filosófico sino también, y a la investigación científico-tecnológica. La mesobioética
más concretamente, teológico, jurídico y político. El abarca todas las intervenciones biomédicas sobre la vida
campo bioético involucra entonces mucho más que el humana individual, desde el nacimiento hasta la muerte
estudio de la filosofía moral aplicada a la biomedicina; de (y hoy ya más allá de estos eventos): temas alfa (genética,
hecho abarca todo el ámbito de la filosofía práctica. contracepción, reproducción asistida, aborto), temas beta
Bioderecho y biopolítica, por caso, son dimensiones insos- (experimentación humana, trasplantes, control de la con-
layables para configurar una bioética, que debe evitar caer ducta) y temas omega (la muerte y el morir). Presupuestos
en un evasivo dualismo de lo “ético” y lo “social” frente a y consecuencias morales se muestran diferentemente
su objeto de estudio complejo y problemático (14). según las dimensiones profesional, civil y específica que se
La bioética es ética aplicada, aunque su bios y su ethos aborde, y también de acuerdo con la metodología de tra-
son por igual novedosos y revelan importantes cambios bajo que se adopte (asunto sobre el cual no nos explaya-
respecto de su naturaleza científico-tecnológica y moral: a remos aquí).
problemas nuevos, planteamientos nuevos. La revolución En un intento por clasificar las temáticas abordadas
bioética sobreviene cuando la biomedicina se vuelve pig- por la interdisciplina, podemos listar a la ética general
maliónica (no hay ya una “naturaleza humana” inmuta- (filosófica, religiosa, profesional y aplicada); a la bioética
ble) y la ética, secular y pluralista (no hay una ética canó- misma (comprendiendo aquí a la historia de la ética médi-
nica sino varias éticas rivales coexistiendo dentro de las ca y a los programas educativos); la filosofía de la biología;
comunidades actuales). Por otro lado, no es difícil adver- la filosofía de la medicina, la enfermería y demás profe-
tir en la bioética el cuerpo de doctrina más acabado de la siones de la salud; aspectos de la ciencia y la tecnología
moral civil en la sociedad avanzada contemporánea. con la sociedad; los códigos de ética profesional; la socio-
Moralización de la medicina y medicalización de la moral logía de la medicina; la relación profesional-paciente; la
consagran la fórmula bioética en cuanto sistema normati- atención de la salud; la sexualidad; la contracepción; el
vo de la cultura de la salud = bienestar; salud y bienestar aborto; la población; las tecnologías reproductivas; la
como criterios mayores de moralidad. genética, biología molecular y microbiología; la calidad
ambiental; las terapias en salud mental y neurociencias
Clasificación temática de la bioética (incluyendo la psicoterapia, los condicionamientos ope-
rantes en las terapias, la psicofarmacología, la estimula-
No sólo por su comprensión, sino también por su ción eléctrica del cerebro, la psicocirugía, el compromiso
extensión, el concepto bioético es original. La bioética civil involuntario, y los derechos de los internados al tra-
abarca la ética médica (y a la tradicional relación entre tamiento); la experimentación humana; los órganos o
enfermo y profesional, la cual implica puja de valoracio- tejidos artificiales y transplantados; la muerte y el morir;
nes), pero no se limita a ella. Constituye un concepto más las dimensiones política e internacional de la biología y la
amplio en cuatro aspectos importantes. De tal modo que: medicina (la guerra, las armas químicas y biológicas, la
Comprende los problemas relacionados con valores tortura, la alimentación forzada de prisioneros, y la migra-
que surgen en todas las profesiones de la salud, incluso en ción internacional de profesionales); y los derechos de los
todas las profesiones “afines” y las vinculadas con la salud animales.
mental.
Se aplica a la investigación biomédica y del compor- El fin de las profesiones de la salud
tamiento, independientemente de que influya o no de
forma directa en la terapéutica. La palabra “fin” es ambigua y remite al menos a dos
Aborda una amplia gama de cuestiones sociales, como sentidos: objetivo o finalidad (télos), y por otro lado a la
las que se relacionan con la salud pública, la salud ocupa- terminación o acabamiento. Provocadoramente intenta-
cional e internacional, y la ética del control de la natali- remos señalar qué significa la bioética y qué novedades
dad, entre otras. trae para las ciencias de la vida y la atención de la salud.
No parece suficiente concebir la interdisciplina sólo como
Va más allá de la vida y la salud humanas, por cuanto ética aplicada -en la medida en que refleja una nueva
abarca cuestiones relativas a la vida de los animales y las moralidad-, ni tampoco conforma comprenderla como
plantas; por ejemplo, en lo que concierne a experimentos una rama, especialidad o profesión dentro de las ciencias
con animales y demandas ambientales conflictivas. de la salud; de las cuales, por el contrario, representaría
Resulta también útil hacer una distinción oportuna acaso una nueva síntesis. La bioética es hoy también una
sobre tres niveles de análisis posibles -macro, meso y disciplina académica afianzada, un estilo o talante inte-
micro bioéticos. La microbiética corresponde a la ética lectual para pensar de modo abarcador problemas com-
bio-médica en sentido estricto, es decir la responsabilidad plejos que cuentan con múltiples dimensiones dentro
profesional y de la atención de la salud; comprende suyo, y un movimiento social ciudadano de reclamo fren-
esencialmente los aspectos morales de la relación terapéu- te a problemas y dilemas de ética pública (5).
tica -veracidad, confidencialidad, consentimiento infor- El fundamento y acicate de la bioética reside en una
mado- en el contexto deontológico de derechos y deberes crisis de identidad de las profesiones de la salud en cuan-
entre profesional y paciente (cliente, usuario, enfermo o to a su objeto, método y fin: existe hoy necesidad de rede-
voluntario sano), y la eticidad en la atención de la salud, finir los problemas biomédicos y la biomedicina misma.
como el derecho al acceso a la salud y las políticas de Pero la bioética ha venido puntualmente a replantear esos
macro y microasignación de recursos. La macrobioética se fines perseguidos. Se trata de un movimiento que se
confunde con la ética planetaria o específica, vale decir puede recorrer en dos sentidos: uno va desde ella misma
con la problemática ambiental, poblacional, nuclear- hacia las profesiones biomédicas y otro a la inversa; aquél

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es externalista y éste inherente al punto de vista iatrocén- Tres novedades principales pueden entonces resumir
trico. Ensayaremos aquí el primer camino. el aporte de la bioética a la presente biomedicina: a) la
Punto de partida para entender la nueva moral es la introducción del sujeto moral (consideración del enfermo
genealogía misma de la interdisciplina propuesta, en la como agente racional y libre, respeto a sus derechos de
cual se entrelazan tres principales motivos: la catástrofe saber y decidir); b) la evaluación de la vida humana (cri-
ecológica, la revolución biológica y la medicalización de la terio ético de la calidad de vida frente al tradicional de la
vida (8). Cada uno de estos motivos determina una corres- sacralidad y cantidad); y c) la justificación del derecho a la
pondiente innovación ideológica, a saber: una “medici- salud (la salud como bien social primario y derecho
na” de la alianza, una “medicina” del deseo y una “medi- humano básico de tercera generación). Estas tres noveda-
cina” del poder. Tres figuras paradigmáticas, la bíblica de des tienen por fundamento, respectivamente, los princi-
Noé, la mitológica de Pigmalión y la literaria de Knock, pios éticos de autonomía, beneficencia y justicia. Y, a su
permiten intuir el origen de los principios que definen las vez, estos principios se derivan del orden normativo
tres dimensiones éticas de la biomedicina: justicia, benefi- dominante en las correspondientes teorías éticas que se
cio y autonomía. Las dimensiones citadas refieren a herra- disputan el campo biomédico contemporáneo: deontoló-
mientas para afrontar la crisis de la atención de la salud y gica, utilitarista y contractual (10).
sus tres problemas hoy mayores: costos, calidad y respon-
sabilidad. Bioética en la Argentina
La recesión económica de 1970 agudizó la conciencia
del precio de la salud; una explosión de costos sanitarios La creación norteamericana se difundió con rapidez
sin resultados equivalentes terminó con la pretendida por todo el orbe civilizado. A la República Argentina le
ecuación atención biomédica = salud. El comportamiento cupo la tarea de sembrar el campo de los estudios bioéti-
de la salud como bien de consumo en una población cos no sólo dentro del territorio nacional sino también
envejecida con sus achaques crónicos, y la expansión de dentro del ámbito continental. Prácticamente en paralelo
servicios médicos encarecidos por la tecnología, la mala- con la instalación de los primeros institutos de gran
praxis y el abuso de la seguridad social, determinaron un envergadura en los EE.UU., se organizó en la ciudad de La
generalizado aumento de los gastos sanitarios, volviéndo- Plata (Provincia de Buenos Aires) la Fundación José María
se escasos los recursos disponibles y necesario asignarlos Mainetti para el Progreso de la Medicina (1969), y un año
racionalmente. La financiación de la salud es ahora el más tarde y en su seno se creó el Instituto de
meollo de cualquier política sanitaria, y ésta a su vez un Humanidades Médicas, en consonancia con el espíritu de
aspecto muy significativo de la política en general tras la las medical humanities que estaban desarrollándose en ese
crisis del Estado Benefactor. El problema de la justicia dis- momento en el país del norte. La pretensión fue aunar los
tributiva es complejamente ético y económico, de princi- estudios de medicina (en sentido amplio) con las huma-
pios y de resultados, con niveles de macro y micro aplica- nidades (incluidas la filosofía y la ética), para lo cual se dio
ción de recursos. Las tres principales doctrinas de la justi- impulso a la magnífica revista Quirón (que se edita ininte-
cia social -igualitaria, libertaria y redistribucionista- com- rrumpidamente desde 1970), y a la creación de una cáte-
piten en la fundamentación de los alternativos sistemas dra sobre el particular en la Universidad Nacional de La
de acceso a la salud -socializado, libre y mixto- (9). Plata en la década de 1980. La escuela de historia de las
Por otra parte, el imperativo tecnológico al cual se ciencias médicas, de filosofía de la medicina, de antropo-
someten las actuales profesiones sanitarias (“usamos más logía y de humanismo médicos florecieron a su vera, y
y más tecnología sólo porque se puede, y si algo puede lentamente el trabajo interdiciplinar fue realizando su
hacerse, entonces debe hacerse”) resulta en beneficio tarea de recepción, asimilación y crítica.
ambiguo, como cada vez son más cuestionables las conse- Las humanidades médicas recibieron con buenos ges-
cuencias derivadas de la tecnología biomédica. La prolon- tos a la bioética hacia 1980, porque ellas mismas estaban
gación artificial de la vida a cualquier costo, por ejemplo, buscando un estatuto epistemológico y pedagógico firme
constituye un relativo fracaso cuando las personas ven sus para las ciencias de la salud. Si bien la bioética apareció
vidas mantenidas en circunstancias bajo las cuales no como un producto extraño, caracterizado por la idiosin-
desearían vivir, y el dilema entre “salvar o dejar morir” se crasia norteamericana de rechazo por el paternalismo y el
generaliza en los cuidados intensivos. La reproducción entronizamiento de la autonomía de los sujetos libres en
asistida, en el otro extremo vital, desconcierta como desa- aquello que a decisiones en salud refiere, prontamente se
fío al orden jurídico de la maternidad y de la paternidad. comprendió que no se trataba de un manual de recetas
En consecuencia, se amplía el espectro de la atención de para fundamentar conductas en el área sino de una bús-
la salud -el cual incluye ahora desde el consejo genético a queda de reformulaciones, de paradigmas novedosos que
la cirugía cosmética-, y también los fines de la medicina - permitieran operar a las ciencias biomédicas en otra esca-
tradicionalmente reparadora y cada día más y más mode- la y bajo otros parámetros. El ambiente académico -
ladora y remodeladora de la naturaleza humana- se some- renuente en un primer momento- recibió luego con flexi-
ten al análisis utilitarista de costos y beneficios. bilidad esta intromisión de las profesiones valorativas (en
Por último, en las sociedades democráticas y plu- especial a la filosofía, la teología y la justicia) dentro de los
ralistas, la pareja profesional-usuario de servicios de salud asuntos sanitarios, hasta entonces prácticamente vedados
está tramitando su divorcio vincular. El ocaso del paterna- a las miradas “ajenas” de los legos. Estos últimos profesio-
lismo y la mayor participación del enfermo en las decisio- nales fueron “extraños morales” que posaron su interés
nes que le atañen plasman nuevos modelos de relación sobre el mundo médico, y sacaron a la luz capítulos com-
terapéutica que apelan al principio de autonomía, el cual pletos de situaciones problemáticas y dilemáticas que
no sólo es doctrina moral sino también requerimiento hasta entonces jamás habían convocado la atención dete-
legal en muchos países. nida de sus propios hacedores y practicantes.

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La historia del movimiento bioético norteamericano margen del movimiento general, tal el caso de la bioética
ha sido estudiada en muchas ocasiones, quedando algu- en relación con la psicología y con la psiquiatría. Aunque
nos pocos pasajes en las sombras, hecho que se presta en existen sobre el particular desarrollos espléndidos, enten-
ocasiones para la polémica. El caso de la América Latina demos que aún no se ha producido el encuentro pleno
es completamente diverso, porque la expansión del saber entre estas realidades y que es de esperar una producción
bioético por toda Sudamérica y gran parte del Caribe muchísimo más intensa en torno de estos asuntos en un
dependió de la tarea civilizadora emprendida desde las tiempo muy cercano.
instituciones platenses citadas, y con la colaboración y
auxilio de importantes relaciones catedráticas de Madrid Conclusión
(la escuela de Pedro Laín Entralgo) y de Washington (la
escuela americana de Texas, liderada por H-T. Las ciencias de la vida y la atención de la salud han
Engelhardt). La década de 1990 presenció una explosión sabido desarrollar su arte de curar, pero en comparación
de grupos, investigadores, académicos, centros de ense- han sido parcas a la hora de pensar ese hacer en un regis-
ñanza, organismos de primer y segundo nivel, asociacio- tro que fuera más allá de la utilidad inmediata. Cuando las
nes, fundaciones, comisiones institucionales (Comités de profesiones involucradas en este campo se encontraron
Bioética Hospitalarios; Comisiones de Ética de la con una crisis global, que comprometía su estatuto epis-
Investigación, colegiales, municipales, nacionales…), temológico en atención a su carácter contraproductivo
cuya cantidad hace imposible listarlos, aunque es lógico específico; cuando se enfrentaron con un fuerte cuestio-
comprender que la mayor parte de ellos se concentra en namiento social que ponía en tela de juicio su razón de ser
las ciudades más importantes del país (Buenos Aires, por cuanto ya no podía identificarse sin más su accionar
Córdoba, La Plata, Mar del Plata, Rosario, etc.). Podemos con la salud individual ni planetaria, con el progreso, con
destacar, someramente, que desde 1995 existe una el respeto por los derechos humanos, o con los bienes pro-
Asociación Argentina de Bioética, que la Escuela pios de la cultura; entonces se volvió necesario buscar una
Latinoamericana de Bioética (1990) tiene su sede en la nueva fundamentación filosófica que vinculara en un
ciudad de Gonnet, que los esfuerzos por afianzar los lazos solo paradigma humanidades con ciencias médico-socia-
con otros países de la región se condensaron en tierras les, hechos con valores. Tal situación de desconcierto
bonaerenses alrededor de la Federación Latinoamericana abarcó los órdenes de la patología, la clínica y la terapéu-
de Instituciones de Bioética (1991), y que la ciudad de tica, vía regia a través de la cual el pensamiento biomédi-
Buenos Aires fue sede del II Congreso Mundial de la dis- co se orientaba hacia una antropología, una epistemolo-
ciplina en 1994. Estas menciones, sin ánimo alguno de gía y una ética. La flamante bioética ha venido a propor-
exhaustividad, dan cuenta de una posición privilegiada cionar un estudio reflexivo de la acción humana en el área
de la Argentina en el concierto de las naciones respecto tomando a las disciplinas ocupadas con la vida como
de la disciplina que nos ocupa, y podría decirse sin faltar objeto, y propiciando un análisis crítico de ella en sus con-
a la verdad que el país “produce” docentes y científicos ceptos, métodos, valores y fines. Es por esta causa que,
de calidad en esta área del conocimiento, pudiendo entendemos, la bioética está ganando hondura y flore-
incluso “exportarlos” a otras naciones centrales. Cabe ciendo en distintas regiones del globo, cultivada por
resaltar, sin embargo, que la disciplina ha calado hondo expertos llegados desde disciplinas diversas, siempre entu-
sólo en algunos nichos, dejando a otras profesiones y siasmados en trazar lazos de unión entre ciencia y con-
especialidades comprometidas con la salud un tanto al ciencia ■

Referencias bibliográficas

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VERTEX Rev. Arg. de Psiquiat. 2007, Vol. XVIII

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