Unidad 1 Teoria Del Lenguaje

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Introducción

¡Bienvenidos(as) a la asignatura de EG 101 - Español General!

Estimados alumnos: es un placer recibirles en este nuevo espacio de aprendizaje. Para


adentrarlos al conocimiento de esta asignatura será necesario que sepan que ésta se
enfocará en la teoría y práctica de la valoración del discurso lingüístico, tanto en su
concreción científica como en su manifestación estética en la obra literaria

Pretendemos que adquieran conciencia, coherencia y consecuencia de la importancia que


tiene el poseer un perfecto dominio de las competencias de comunicación para un
desempeño satisfactorio de las habilidades lingüísticas (hablar, leer y escribir) tanto para
su vida cotidiana como para su vida académica y profesional. Por otro lado, aprenderán a
valorar su instrumento de comunicación como expresión artística y cultural ya que la
lectura y aprecio permanente de la obra literaria, constituye un modelo ideal para los
aspectos que requieran mayor atención o retroalimentación de la presente asignatura.

Finalmente, se analizará y reflexionará acerca de la naturaleza de los mensajes emitidos a


través de los medios de comunicación social; para ello se les ofrecerá una visión de esta
teoría con la intención de que asuman una conciencia crítica e ideológica del papel que
estos trasmiten a la sociedad.

Nuevamente se les da la más cordial bienvenida a este ciclo académico en el que


intercambiaremos opiniones e ideas a fin de garantizar el logro de los objetivos que
persigue la presente. La asignatura será desarrollada de forma dinámica, las actividades
de aprendizaje serán la base para la construcción de su conocimiento manteniendo el
principio de “Aprender haciendo”.

Así que sin más ¡Demos Inicio a nuestra asignatura!


Unidad 1: Teoría del lenguaje

Introducción

¡Sean bienvenidos a la Unidad 1 del curso de Español General!

Con esta unidad, iniciaremos juntos una gran aventura; entraremos a otro nivel en el
conocimiento del lenguaje y la ciencia que lo estudia.

Tendrán un acercamiento a la teoría de la ciencia lingüística, es decir, conocerán algunas


categorías teóricas principales para entender las condiciones que le dan carácter de ciencia al
cuerpo teórico de los estudios concernientes al lenguaje. Pero además, perfeccionarán sus
conocimientos en relación con los fundamentos teóricos lingüísticos, que les permitirán el
desarrollo de la motivación para que despierten y mantengan el gusto por la lectura y la
escritura. Esto último, con el propósito de que ustedes puedan leer y escribir como ciudadanos
integrados a su comunidad y que participen de su época, con las nuevas tecnologías y con un
pensamiento abierto hacia el futuro.

Los exhortamos a seguir con disciplina y dedicación esta aventura y a continuar con esta
misma perseverancia el desarrollo de las otras dos unidades del curso de Español General,
para que logren ser estudiantes exitosos.

Tema 1: Lingüística

Lingüística

Con la presentación de este contenido se busca incentivar al estudiante por el conocimiento


científico del lenguaje, a la vez que pueda fundamentar su reflexión y reconozca la importancia
de esta facultad en el proceso de desarrollo de la mente (cognición humana), la convivencia,
la interacción y las formas de vida de los grupos humanos.

Su objeto y su método

Los estudios en torno a los hechos del lenguaje han llegado a construir un cuerpo de teorías y
leyes a través de la investigación científica; han determinado su objeto y su método, lo que le
da carácter de ciencia.

No obstante lo anterior, como toda disciplina teórica contemporánea, el interés por las
cuestiones relacionadas con el lenguaje tiene su origen en la especulación filosófica de los
griegos. Las especulaciones de estos se mantienen hasta el siglo XVIII. Es en el siglo XIX,
con Ferdinand de Saussure que los estudios en torno al lenguaje adquieren su carácter de
ciencia. Las ideas científicas a partir de Saussure evolucionan con los planteamientos de
Noam Chomsky hasta las más modernas de la teoría del texto o análisis discursivo. Para
ampliar la información de este tema, hagan clic aquí.
El ser humano ha dejado marcado a lo largo del tiempo sus pensamientos, su visión del
mundo y sus sentimientos a través de la escritura.

El lenguaje

Luego de leer este apartado usted será capaz de responde a interrogantes como ¿es
específicamente humana la facultad del lenguaje?, ¿se puede hablar con propiedad de lenguaje
animal?, ¿cómo adquieren y desarrollan los niños el lenguaje?, ¿cuál es la razón de que hablar sea
una manifestación propiamente humana?, ¿cuál es el rasgo esencial que permite diferenciar los
sistemas lingüísticos del ser humano de los sistemas de comunicación animal?

Concepto

El ser humano tiene algún grado de semejanzas con otros seres vivos y otras especies, tanto en
aspectos anatómicos como conductuales. ¿Pero qué lo caracteriza?, ¿qué lo particulariza y lo hace
ser humano?

Basta el sentido común para darnos cuenta de las semejanzas anatómicas entre el ser humano y
los grandes monos (chimpancé, gorila, etc.); sin duda, como se ha planteado, “una relación de
semejanza estructural condicionada por un parentesco de origen”, pero de evolución en sentidos
diferentes. Por otra parte, es innegable, la capacidad de expresividad, de socialización y de
abstracción de algunas especies. Por ejemplo, en estudios llevados a cabo con chimpancés, éstos
muestras capacidad de comunicación social, la cual nos informa de una capacidad expresiva,
comunicativa e intelectual; sin embargo, se encuentra en un punto del cual no evolucionará jamás,
según los estudiosos del tema.

Otro ejemplo son los estudios llevados a cabo con las abejas o las hormigas; las cuales tienen una
organización social muy compleja y desarrollada. Esto también implica, además de capacidad de
socialización capacidad comunicativa. Los animales superiores, por su parte, dan muestra de un
cierto grado de abstracción. Para el caso, los perros diferencian entre un individuo como tal _su
dueño_ y un individuo como representante de la especie _un humano (hombre o mujer). Toda
especie de vida orgánica supone algún procedimiento de comunicación, la cual implica el uso de
señales (acústicas, visuales, olfativas, etc.); procedimientos estos necesarios tanto para la
reproducción de la especie como para la vida de grupo.
La danza que llevan a cabo las abejas para indicar a sus compañeras la dirección y la distancia a
que se encuentra el polen que han encontrado.

Ilustración original por Maksim (Wikimedia)

Entonces, ¿cuál es el rasgo exclusivo de lo humano? ¿Es específicamente humana la facultad


del lenguaje?
Las facultades mencionadas: comunicación, expresividad, socialización y la facultad de
abstracción son funciones fundamentales del lenguaje en el ser humano, tal como lo menciona
Malmberg (1985, pág. 14). Este es el indicador propio de lo humano. Al respecto, Robins
(1995, pág. 26) plantea que el lenguaje “...es una parte universal y reconocida del
comportamiento humano, y de las facultades del hombre, tal vez una parte de las más
esenciales para la vida humana tal como la conocemos y una de las capacidades humanas de
mayor alcance en relación con el conjunto total de los logros de la humanidad”.

Ahora, ¿qué se entiende por lenguaje? Como todo conocimiento científico, en la teoría de la
ciencia lingüística, esta categoría teórica presenta algunas acepciones amplias y algunas
restringidas. Tales concepciones y definiciones han variado de acuerdo con las ideas de la
época en que fueron planteadas o con la concepción filosófica e ideológica del autor.

Entre los conceptos que se han dado al término lenguaje a lo largo de la historia de la ciencia
lingüística están:

 Expresión del pensamiento y medio de comunicación de éste.

 Conjunto de sonidos y de palabras que ha acordado un pueblo para comunicarse.

 Conjunto de signos que transmiten algún mensaje y que sirven de medio de


comunicación entre los seres humanos.

 Facultad que le permite al hombre hablar.

 Sistema de reglas gramaticales y conjunto infinito de oraciones.

Se sabe que las reflexiones que los griegos llevaron a cabo acerca del lenguaje fueron
“estrictamente especulativa y filosófica”, pues la gramática se estudiaba como parte de la
filosofía. Por este motivo ellos entendieron el lenguaje como “expresión del pensamiento”
(logos) por medio de la unión del onoma (nombre) y el rhema (verbo).
Esta concepción pasa incólume durante el periodo romano y la edad media y es lo que en la
historia de las ideas de la ciencia lingüística se conoce como gramática Tradicional. Esta
primer atapa en los estudios del lenguaje se caracteriza por entender el lenguaje como
expresión del pensamiento, su carácter de gramática especulativa; centrada, por una parte,
en el examen de la relación entre el lenguaje y el pensamiento; por la otra, una gramática
práctica, que concede prelación al lenguaje escrito sobre el oral y por ser una gramática
prescriptiva o normativa al considerar que las formas escritas deben ser los modelos a imitar;
es decir, la gramática enseña a hablar y escribir.

Ya para el siglo XVII, los estudiosos de la Escuela de Port-Royal, quienes exponen sus
planteamientos en la obra Grammaire générale et raisonée, entienden el lenguaje como
comunicación, pero entienden que las estructuras gramaticales no son más que copias fieles
de las estructuras del pensamiento y así, el lenguaje es concebido como imagen del
pensamiento. Para ellos el lenguaje es “vehículo o expresión del pensamiento y está fundado
en la razón” (Castro R. et al; 1999, pág. 5).

En el siglo XVIII, Wilhem von Humboldt (1767-1835) plantea que “…el lenguaje es una
facultad del hombre que le permite, de un lado, representar el mundo y, de otro,
comunicarse.” para este autor “el lenguaje “es el órgano creador del pensamiento: así como
los números nos ayudan a calcular, las palabras nos ayudan a pensar”

A finales del siglo XIX, Ferdinand de Sausurre (1857-1913) le da carácter de ciencia autónoma
e independiente de la especulación filosófica al estudio acerca del lenguaje. Establece que
“Tomado en su conjunto, el lenguaje es multiforme y heteróclito; a caballo en diferentes
dominios, a la vez físico, fisiológico y psíquico, pertenece además al dominio individual y al
dominio social… el ejercicio del lenguaje se apoya en una facultad que nos da la naturaleza…”
(Saussre; 1983: 74-75). Como ya se ha mencionado, en el conjunto del lenguaje, Saussure
diferencia lo social - la lengua- y lo individual -el habla-.

Con las propuestas de Humboldt y Saussure se empieza a definir el lenguaje como facultad;
pero será Noam Chomsky, quien desde una postura neorracionalista precise esta concepción.
Para este autor el lenguaje es una capacidad mental común a toda la especie humana, que le
permite al hablante comprender y hablar una lengua.

Para efectos de nuestro curso, entenderemos el lenguaje “como aquella capacidad del ser
humano que le ofrece los recursos para abstraer, conceptualizar y representar la realidad”.
(Jorge Vidal Castro R, 1999). Gracias a la facultad lingüística los seres humanos construimos,
por una parte, un universo conceptual en nuestra mente/cerebro y, por el otro, diferentes
sistemas sígnicos (la lengua, los gestos, la música, la escritura, la pintura, etc.) para el fin de
la comunicación, es decir, para dar a conocer ese mundo conceptual y la realidad.

Como se deduce el lenguaje es una facultad biológica y psicológica que caracteriza al homo
sapiens. El lenguaje es la dimensión esencial, propia y definitiva de lo humano.
Esquema tomado de (Jorge Vidal Castro R. et al, 1999: pág. 10)

Lengua, habla y norma lingüística

Como se decía en párrafos anteriores, el conjunto del lenguaje se desdobla en una parte
social y una individual; es decir, la facultad del lenguaje presenta tanto una dimensión social
como una dimensión individual.

Para Saussure la lengua es la parte social del lenguaje; es el sistema de signos que los
hablantes aprenden y retienen en su mente y completa sólo está en la mente de todos los
hablantes de una comunidad lingüística; es una entidad abstracta. Por ejemplos, la lengua
española completa sólo está en la mente de todos los hablantes de la comunidad lingüística
de la lengua española (hablantes de España, América Latina, Filipinas, sefardíes, los
hablantes del español que están en Norteamérica). Como hablantes individuales sólo
manejamos una pequeña parte de ese sistema.

Esta categoría, más o menos, se corresponde con lo que Chomsky llama competencia, la cual
es concebida por este autor como “en el conocimiento que los hablantes y oyentes tienen de
su lengua nativa”.

El habla, por su parte, es el uso individual que el hablante hace de su lengua. Es decir, de
acuerdo con sus necesidades comunicativas el hablante hace uso de la lengua; o sea,
selecciona los elementos lingüísticos que le son precisos para comunicar lo que desea.

Posteriormente, Coseriu plantea que la dicotomía lengua-habla presenta el fenómeno


lingüístico de manea rígida y expone que frente al sistema, existe la norma, es decir, “todo
aquello fijado tradicional o socialmente en la Técnica del habla… es el conjunto formalizado de
las realizaciones tradicionales del sistema (Lewandowski, 1982, pág. 242)”. Así, pues, el uso
individual que los hablantes hacen del sistema está determinado por lo que en su comunidad
se ha realizado tradicionalmente como reglas gramaticales, ortográficas, léxico-semánticas,
sintácticas, semántico-pragmáticas, retóricas y estilísticas. Claro, estas reglas están
determinadas por factores sociales, geográficos, contextuales o diacrónicos.
Lenguaje, pensamiento y realidad

La relación entre el lenguaje, el pensamiento y la realidad ha sido uno de los problema objeto
de interés de la filosofía en todos las época y de estudiosos de diferentes disciplinas en la
ciencia actual.

Como vimos en el apartado anterior la facultad de lenguaje, que tiene todo ser humano
“normal” – con esto queremos decir, todo ser humano que al nacer no presente limitaciones
físicas o psicológicas o que en el transcurrir de su vida no sufra alguna lesión cerebral o de su
aparato fonador – le permitirá, por una parte, abstraer y conceptualizar la realidad y por la otra,
la de representar esa realidad por medio de algún tipo de señal o signo. Pero, ¿qué significa
esto?

Desde la neuropsicología, se entiende que el lenguaje es una de las funciones esenciales del
cerebro, gracias al cual son posibles los procesos de generalización y abstracción;
entendiéndose estos como procesos cognoscitivos, es decir procesos que permiten
aprehender el mundo. La abstracción es el proceso por el cual se separa mentalmente lo que
en la realidad es inseparable; se caracteriza por seleccionar algunas propiedades y
características de un conjunto de cosas del “mundo real”, de las cuales se excluyen otras no
pertinentes. La abstracción es anterior a la generalización, o como lo consideran algunos
autores, la abstracción es el instrumento de la generalización. Por este último proceso mental
el ser humano descubre las relaciones de semejanza que existen entre los objetos o
fenómenos de la realidad y se llega a la noción de lo que les es común; es decir, es el
proceso mental por el que de una serie de objetos o fenómenos parecidos de “del mundo real”
se obtienen las características comunes.

Los procesos de abstracción y de generalización (lea las 4 primeras páginas de la lectura


“Abstracción y Generalización”, haciendo clic sobre el título de la misma) están estrechamente
unidos y no pueden existir sin la palabra, es decir, sin el lenguaje. Es esta facultad específica
de la especie humana la que le permite llevar a cabo estos procesos mentales. A partir de
estas dos operaciones mentales es que se organizan los conceptos. De esta manera tenemos
organizada la realidad en nuestra mente.

“El hombre, en el proceso de conocimiento del mundo, traspasa los límites de la experiencia
sensorial y penetra en la esencia misma de las cosas; crea conceptos a partir de la
abstracción de las características de los objetos de manera aislada y capta los enlaces y
relaciones que entre éstas se establecen” (Fajardo Uribe, 1999).

Por ejemplo:

Existe un “búho americano muy grande y fuerte, con la región superior negruzca, con rayas
grises, y la región inferior entre blancuzca y leonada, con listas de color negro intenso, y patas
totalmente emplumadas”, al que aquí en Honduras llamamos “estiquirín”. En la realidad, hay
muchos de estos animales, pero tenemos un concepto (el enunciado anteriormente) de ellos y
a todos ellos los llamamos con este significante “estiquirín”. Y esto es así, con cada uno y
todos los conceptos que manejamos de los objetos – materiales o abstractos – que
conocemos. De esta manera el lenguaje nos simplifica la realidad.

Otro ejemplo:

El concepto de animal es más general que el de perro o el de león, vaca, ratón, etc.; estos
últimos quedan incluidos en el primero. O el concepto de ser vivo es más general que el de
animal y este último queda incluido dentro del concepto de ser vivo. El lenguaje jerarquiza y
nos organiza la realidad.

A continuación se grafica la forma en que el ser humano abstrae, generaliza y conceptualiza la


realidad:

Seres Vivos Animales Estiquirin

Luz Ampara Fajardo Uribe (1999) parafraseando a Luria (1984) considera que:

“…el hombre dispone no sólo del conocimiento sino del conocimiento racional, el cual le permite
reflexionar y hacer deducciones a partir de sus impresiones inmediatas. El ser humano vive,
entonces, tanto en el mundo de sus impresiones inmediatas como en el mundo de los conceptos
abstractos y es esto lo que le permite acumular, además de su experiencia visual, la experiencia
del mundo social a través de las abstracciones. Esta particularidad caracteriza la conciencia del
hombre diferenciándola de la psiquis de los animales...”

“El proceso de conceptualización consiste en abstraer y generalizar impresiones de los


sentidos. Esto es función del pensamiento” (Tamayo, 1999, pág. 38). La serie de conceptos
que de la realidad nos hacemos organizan nuestro “universo conceptual”.

La serie de conceptos que nos hacemos de la realidad conforman nuestro pensamiento. El


pensamiento es un proceso psíquico socialmente condicionado y está indisolublemente ligado
al lenguaje. El pensamiento como tal implica la abstracción y la generalización. Recordemos
que estos dos procesos se efectúan gracias a la facultad de lenguaje que tenemos los
humanos. El pensamiento se define como un reflejo generalizado de la realidad. El
pensamiento como reflejo de la realidad adquiere forma en las palabras o signos lingüísticos,
es decir, “se encarna” en ellos. El lenguaje es la forma del pensamiento. Así, pues, lenguaje y
pensamiento son mutuamente dependientes; “…el pensamiento abstracto en términos de
conceptos es imposible sin el lenguaje” (Schaff, 1983). Es tan íntima la relación entre lenguaje
y pensamiento que muchos autores hablan más bien de lenguaje-pensamiento.

Por todo lo expuesto en párrafos anteriores, se dice que tanto el pensamiento como el
lenguaje constituyen formas exclusivamente humanas de reflejar la realidad. Son totalidades
dinámicas que aparecen y viven en el ser humano como procesos, como movimiento. Siendo
que ellos ocurren en el tiempo, el lenguaje y el pensamiento se relacionan con otras formas
temporales históricas, que sitúan al ser humana como un complejo de actitudes: culturales,
estéticas, afectivas, psicológicas, políticas, etc. (Espejo, 1986).
Se plantea que tanto en la filogénesis como en la ontogénesis lenguaje y pensamiento se dan
por la existencia de unas determinadas condiciones biológicas y objetivas de vida.

En la filogenia se sabe desde la ciencia biológica, que la constitución orgánica del ser humano
fue precedida y acompañada de una larga evolución de los animales y que el origen del
pensamiento también está antecedido por la historia del modo cognoscitivo de los mismos. Es
decir, la evolución de la unidad de pensamiento y lenguaje en la filogénesis presupone la
existencia de premisas biológicas y sociales comprobadas y estudiadas en los animales
superiores. Esas premisas sociales se relacionan específicamente con la necesidad de
cooperación en las actividades de supervivencia, es decir, con lo que en su momento
constituía el trabajo.

El ser humano experimentó una serie de transformaciones orgánicas incluyendo la del cerebro
y aparato fonador.
Los signos

Como ya se dijo en el subtema 2, gracias a la facultad lingüística el ser humano, además de un


universo conceptual en la mente/cerebro, también construye o inventa diferentes sistemas
sígnicos (la lengua, los gestos, la música, la escritura, la pintura, etc.) para el fin de la
comunicación; es decir, para dar a conocer ese mundo conceptual, para dar a conocer la realidad.

Lo anterior significa, que el lenguaje nos permite desarrollar la capacidad semiótica o simbólica; es
decir, nos permite representar o significar la realidad. Lo distintivo del ser humano es ser “animal
simbólico”. Estamos dotados de la facultad que nos permite crear, adquirir, aprender y usar
códigos constituidos por signos. Los juegos infantiles son ejemplo y manifestación de cómo todo lo
convertimos en signo. Esta facultad nos permite no responder de forma instintiva al mundo
natural; por lo que hemos conformado un mundo más amplio y rico que el mundo animal. Hemos
construido nuestro propio universo simbólico que nos posibilita entender e interpretar, articular y
organizar, sintetizar y universalizar nuestra experiencia. (Nubiola, 1999, pág. 24).

Como parte de ese universo creado por el ser humano se pueden mencionar la religión, la ciencia,
el arte, la literatura. Se dice que la propia sociedad es creación de la capacidad simbólica humana.
“En el lenguaje, el hombre descubre un poder inusitado, la capacidad de construir un “mundo
simbólico” (Nubiola, 1999, pág. 24).
Según Piaget la función simbólica es una capacidad que desarrollamos los seres humanos y que
radica en poder representar algo, por ejemplo, un objeto, un acontecimiento, un significado
cualquiera, un concepto, etc., por medio de un significante, que solo sirve para esa
representación. Por tal función los humanos podemos aprehender cognitivamente la realidad,
representarla, transformarla, enriquecerla o referirnos a ella.

“La más desprevenida observación de nuestro comportamiento de las condiciones de nuestra


vida intelectual y social, de la vida de relación, de los nexos de producción y de intercambio, nos
muestra que utilizamos a la vez, y a cada instante, varios sistemas de signos: los del lenguaje, los
signos de la escritura, los “signos de cortesía”, de reconocimiento, los signos reguladores de los
movimientos de los vehículos, los “signos exteriores” que indican condiciones sociales, los “signos
monetarios”, los signos del arte en sus variedades (música, imágenes, reproducciones plásticas),
en una palabra y sin ir más allá de la verificación empírica, está claro que nuestra vida entera está
presa en redes de signos que nos condicionan, al punto de que no podría suprimirse una sola sin
poner en peligro el equilibrio de la sociedad y del individuo.” (1978)

Pero Que es un signo?


Los seres humanos comunicamos nuestro conocimiento intelectual o nuestras experiencias
afectivas, es decir, las experiencias objetivas o intelectuales y las experiencias subjetivas o
emocionales. Comunicamos nuestro saber o nuestro sentir, es decir el conocimiento científico
y el artístico. ¿Por medio de qué? Pues, por medio de signos o señales.

Es necesario, en este momento, que intentemos precisar qué se entiende por signo. En la
literatura semiótica o semiológica no solo se denomina de diferentes formas lo que aquí
denominamos signo, sino que, también, este término se entiende de maneras diferentes; por
ejemplo Umberto Eco (1981) cita 14 sentidos de signo.

Signos o Señales
Un concepto muy general es que, signo es un objeto que nos informa acerca de otro
objeto. El signo tiene que ser un objeto material para que pueda ser percibido por uno de
los sentidos.

Víctor Miguel Niño Rojas en su obra Los procesos de la comunicación y del lenguaje
entiende que “El signo es tal, en la medida en que significa algo (significado) sobre algo
(referente) de alguien (emisor) y para alguien (destinatario)” (1998). De este concepto se
desprende que el proceso sígnico o semiosis da lugar a una relación social o comunicativa,
pero también a una relación representativa o simbólica entre el signo y el referente.

Para Umberto Eco (1981) “Signo es todo cuanto representa otra cosa en algún aspecto
para alguien. Signo es lo que puede interpretarse”. Así entendido, la vida humana no se
concibe sin signos. Según este autor, se vive en un mundo de signos porque se vive en
sociedad, es decir, que los fenómenos naturales no dicen nada por sí mismos. Desde su
perspectiva teórica los fenómenos sígnicos son característicos de los seres humanos
viviendo en sociedad, los cuales hacen parte de los códigos que rigen las relaciones y los
usos sociales.

Según Schaff (1983, pág. 180) “Todo objeto material o la propiedad de ese objeto, o un
acontecimiento material, se convierte en signo cuando en el proceso de la comunicación
sirve, dentro de la estructura de un lenguaje adoptado por las personas que se comunican,
al propósito de trasmitir ciertos pensamientos concernientes a la realidad, esto es,
concernientes al mundo exterior, o concernientes a experiencias internas (emocionales,
estéticas, volitivas, etc.) de cualquiera de los copartícipes del proceso de la
comunicación”. Así, pues, todo signo es una cosa o un acontecimiento interpretado de
algún modo por alguien; es decir, tiene significado, expresa pensamientos y son signos
únicamente en la medida en que desempeñan la función informativa o comunicativa. La
principal función del signo es comunicar algo a alguien, informar a alguien acerca de algo.

Jesús Tusón (1985), quien llama señal a lo que aquí estamos entendiendo por signo, lo
entiende como “un objeto material (A), cuya percepción nos informa acerca de otro
objeto (x), sea este material o conceptual”. Por ejemplo, el humo como signo de fuego o
de combustión incompleta. La percepción del objeto material (el humo), informa acerca
de otro objeto (el fuego), que en este caso es un objeto material. Al contrario un
rectángulo blanco inscrito en un círculo rojo, o cualquier señal de tránsito, que es un
objeto también perceptible, informa acerca de un objeto conceptual: una norma relativa a
la circulación vehicular.

Tipología de los signos


En la literatura de la ciencia semiótica se encuentran múltiples clasificaciones de los
signos. Las diversas clasificaciones dependen del criterio del que se parta. Por ejemplo
Umberto Eco cita 11 tipologías. Para efectos de nuestro estudio presentaremos algunas de
las tantas clasificaciones, consideradas más generales, a modo de que puedan verlas
hagan clic aquí. (Esta lectura es obligatoria)

El signo lingüístico
Como ya apuntábamos en párrafos anteriores, de todos los signos los más importantes
son los signos lingüísticos o signos verbales. Los signos lingüísticos son las que el hablante
común y corriente llama “palabras”. Es decir, que signo lingüístico es el término técnico
usado por la ciencia lingüística.

Ya Saussure decía que la lengua es un sistema de signos solidarios e interdependientes.


Estos signos que la estructuran son los signos lingüísticos o palabras.
Para Saussure el signo lingüístico es una unidad de dos caras -como una moneda o una
hoja de papel-; es decir, una entidad compuesta por dos elementos: el significado y el
significante. Y al igual que la moneda o la hoja de papel no existe sin una de las dos caras,
no hay significado sin significante ni significante sin significado para que exista el signo
lingüístico como tal. El signo lingüístico es la combinación del significado o concepto y del
significante o imagen acústica

Un cara Otra cara La moneda

Significado Significante = Signo Lingüístico

En palabras textuales de Saussure “El signo lingüístico es, pues una entidad psíquica de
dos caras…” (Saussure, 1983, pág. 183). Es decir, que tanto el significado como el
significante son entidades psíquicas. La imagen acústica la entiende como la huella
psíquica del sonido material.

La naturaleza psíquica del significante se comprueba claramente, cuando observamos que


podemos hablarnos a nosotros mismos (comunicación intrapersonal) o nos podemos
recitar mentalmente un poema, sin necesidad de mover la lengua o los labios. Aunque,
Saussure no toma en cuenta la parte propiamente material del significante, en la
actualidad se entiende, que el sonido material, emitido por el aparato fonador y percibido
por el oído es importante; claro que sí, de hecho es parte del significante.
Con lo anterior se quiere decir, que el significante tiene una parte abstracta o psíquica y
una parte material; ya que al igual que cualquier signo debe ser percibido por uno de los
sentidos. Es decir, el significante es la abstracción que de los sonidos de nuestra lengua –o
fonemas- tenemos en nuestra mente/cerebro y el sonido material mismo –sonidos-. Por
ejemplo: silla, cuaderno, religión, patriotismo, etc. y las abstracciones que en nuestro
cerebro tenemos de estos grafemas o letras y de los sonidos que representan esto
grafemas.

El significado, por su parte, es la abstracción que de los objetos de la realidad (material y


abstracta) tenemos en nuestra mente/cerebro. Es el contenido, la idea que le asociamos
al significante cuando lo escuchamos. Esa abstracción está organizada en nuestra mente
en unidades mínimas llamadas semas. Por ejemplo el significado del significante silla:
1.Mueble, 2. Sirve para sentarse, 3. Tiene cuatro patas, 4. Tiene brazo, 5. Tiene respaldar,
5. Tiene mesa o tablero. El conjunto de estos cinco semas constituyen el significado del
significante pupitre. Y así tenemos en nuestra mente el significado de cada signo
lingüístico que sabemos: de amor, de patriotismo, de cuaderno, de plato, de familia, etc.,
etc

Como ya se dijo, no hay significado sin significante ni significante sin significado para que
exista el signo lingüístico como tal. Cuando escuchamos sonidos de otras lenguas, de los
cuales no tenemos abstracciones ni les asociamos, por supuesto, significados no son
signos lingüísticos para nosotros. O lo mismo sucede cuando escuchamos una secuencia
de sonidos con los que ya estamos familiarizados, porque son de nuestra lengua, pero de
los cuales no sabemos su significado. Por ejemplo: ¿es signo lingüístico la palabra
“jofaina” para usted? He allí, la importancia de enriquecer nuestro acervo léxico. En la
medida en que aprendemos el léxico de nuestra lengua, enriquecemos o ampliamos
nuestro universo conceptual.

En el plano de la lengua Hjelmslev identifica el significado con el contenido y el significante


con la expresión. Así este autor habla de forma y sustancia de la expresión y forma y
sustancia del contenido.
SIGNO LINGÜÍSTICO

LENGUA

EXPRESIÓN

CONTENIDO

SIGNO LINGÜÍSTICO

SIGNIFICANTE

SIGNIFICADO

ESTRUCTURA DEL SIGNO

SUSTANCIA: SONIDOS MATERIALES/ producidos con el aparado fonador.

FORMA: FONEMA/ Imagen acústica

FORMA: Significado/

Concepto

SUSTANCIA: Realidad empírica

o cultural/universales lingüísticos

ELEMENTOS DEL LENGUAJE

HABLA

LENGUA

LENGUA

NIVELES ESTRUCTURALES DE LA LENGUA

FONÉTICA

FONOLOGÍA

SEMÁNTICA
MORFOLOGÍA

SINTAXIS

Precisamente por esto es que Saussure dice que la lengua es forma no sustancia. Por otra
parte, para Saussure, “Lo que el signo lingüístico une no es una cosa y un nombre, sino un
concepto y una imagen acústica” (Saussure, 1983). Queda claro, pues, que el significado
no son los objetos de la realidad, sino la abstracción que de ellos tenemos en la
mente/cerebro.

Si bien Saussure centró sus planteamientos en torno al signo lingüístico y lo concibió como
una relación diádica, que se establece entre el significado y el significante, tal como se
observa en las explicaciones de arriba; en la actualidad, desde la semiótica se concibe,
más bien, una relación triádica. Saussure excluye de su definición de signo tanto el objeto,
la realidad, como la parte material del significante.

Para representar esta relación se usa el llamado, en la actualidad, triángulo semiótico:

Según se observa, los tres elementos no se relacionan de la misma forma. Entre el


significante y el significado y entre este y el referente se establece una relación directa. En
cambio entre el significante y el referente se establece una relación indirecta. Como se
observa la línea que une el significante con el significado es continua, dado que no hay
significante sin significado ni significado sin significante para que exista el signo.
Inmediatamente que escuchamos un significante de nuestra lengua le asociamos el
respectivo significado o cuando queremos dar a conocer un significado le asociamos el
respectivo significante para expresarlo.

La línea que une el significado con el referente, también es continua; establecen una
relación directa; ya que el significado o concepto no es más que la abstracción que
tenemos del referente u objetos de la realidad. Esta capacidad de convertir en conceptos
las cosas concretas que nos brinda el lenguaje nos simplifica el conocimiento del mundo.
El concepto engloba, esquematiza y generaliza la realidad. De esta manera en un solo
concepto se incluyen muchas cosas diferentes, pero que pertenecen a la misma clase. No
hay dos pupitres iguales, sin embargo a todos los incluimos en el concepto “pupitre” y los
nombramos con el significante pupitre.

En cambio, la línea que une el significante con el referente es discontinua. Esto es así,
puesto que estos dos elementos se unen o relacionan de forma indirecta, únicamente por
medio del significado. Éste funciona como un puente entre los dos. Cuando no conocemos
el significado de un signo lingüístico no le podemos asociar con el objeto de la realidad al
que nombra.

Se representa en el esquema, cómo el significado y el significante forman el signo


lingüístico, el referente queda fuera del signo; es un elemento extralingüístico.

Con este triángulo se ilustra, lo afirmado en el subtema anterior, la interrelación entre el


signo, el referente y el sujeto y las respectivas áreas a que dan lugar: semántica, sintaxis y
pragmática.

El proceso de la comunicación

La comunicación humana o interacción semiótica está ligada a la capacidad de producir e


interpretar signos lingüísticos de una determinada lengua, gestos, imágenes, marcas, etc.,
como signos de otras realidades, acerca de las cuales un interlocutor quiere llamar la
atención. Esto significa que este proceso se realiza no sólo por medio de signos
lingüísticos, sino también por otros medios de comunicación, auxiliares o sustitutos en
relación con los signos de una lengua. Asimismo, es un proceso por el cual se transmite
información, que quita el desconocimiento acerca de una realidad o referencia.

La comunicación lingüística cotidiana

Tres elementos básicos establece la teoría lingüística como necesarios para que se dé una
interacción semiótica. Estos elementos controlan o regulan el funcionamiento del proceso
de la comunicación.

Si bien el emisor, el receptor y el mensaje son los tres elementos básicos para que se dé la
comunicación social, no son los únicos. Cada componente del proceso cumple una función
o conducta específica para que se dé la interacción semiótica. Veamos cuál es la conducta
o función de cada uno de los componentes:

Emisor: es la cosa, el animal o la persona física o ausente, conocida o desconocida,


individual o social que produce un signo. Este debe pertenecer a un código para que
pueda cumplir su función comunicativa. Aunque no todos los signos forman códigos, la
mayoría sí. Todas las lenguas son códigos por medio de los cuales, básicamente, los seres
humanos nos comunicamos. Otros ejemplos que se pueden mencionar son: el código de
los colores, el código de los números telefónicos, el código de las placas de los carros, el
código de las señales de tránsito, el código de los números de identidad, etc.

Dos actitudes manifiesta el emisor cuando hace uso de los signos de un código:

La voluntad de transmitir un mensaje a través del signo seleccionado del código y

Un mensaje.

Muchas veces solo se manifiesta el primero de los dos aspectos; por ejemplo cuando el
código lingüístico no es el mismo que maneja el receptor. O cuando, aún usando signos de
la misma lengua no es del mismo nivel lingüístico.

Supongamos que usted se encuentra en un parque y se le acerca una persona y emite esta
secuencia de signos: Wie spät ist es? (¿Qué hora es? En alemán) Se produce la situación
siguiente: el emisor manifiesta voluntad de querer decir algo, pero no logra transmitir un
mensaje determinado a través de los signos usados. Por su parte, el receptor se da cuenta
de la intención del emisor, pero no comprende el mensaje que quiso transmitirle.

No obstante, no podemos decir que no se pueda dar comunicación; ya que el emisor, de


alguna manera, dará a conocer su incomprensión del mensaje; y quizás, el emisor buscará
otro tipo de signo para transmitir el mensaje, como por ejemplo, señalarse la muñeca,
donde regularmente nos colocamos el reloj, signo que hemos inventado para medir el
tiempo. De esta manera, la relación social comunicativa siempre se da. Sin embargo, para
una comunicación efectiva es requisito que emisores y receptores usen el mismo código,
que los significantes que usen tengan los mismos significados para los dos.

En realidad todas las cosas que el ser humano ha inventado para su preservación
informan, aunque no constituyan signos de un código y así se convierten en instrumentos
comunicativos o indicios. La sociedad tiene tipos de información por medio de las cosas
que la conforman. Por ejemplo, el tipo o diseño de una casa informa acerca de la
condición económica de la que goza su dueño; la calidad de las prendas de vestir indican
la precedencia social e las personas; ocurre lo mismo con las comidas, que informan
acerca de la procedencia u origen de los individuos, etc.

El esquema completo queda así:

El acto sémico o acto comunicativo es posible porque los copartícipes (emisor y receptor)
del proceso pueden codificar una situación real tal y como la viven en un momento
determinado, o sea, pueden comunicar socialmente los pensamientos acerca de la
realidad, como también las experiencias emocionales, estéticas, volitivas, etc.

Al decir que pueden codificar la realidad o referencia, debe entenderse que emisores y
receptores pueden traducir un objeto, una experiencia, una idea, un sentimiento, etc. a
través de los signos que estructuran un código específico. Es decir, que no se habla de las
cosas con las cosas mismas, se comunica haciendo uso de los signos. No obstante, la
forma en que emisores y receptores codifican la realidad no es la misma. Son dos
diferentes maneras de codificación:

En codificación: es la codificación que realiza el emisor para transmitir su mensaje y que


como ya lo plantea Saussure (Saussure, 1983, págs. 76-77) va de los significados (que tiene
en su cerebro) que quiere transmitir a los significantes que selecciona del código para
formular su mensaje.

Decodificación: es la codificación que lleva a cabo el receptor, la cual implica un orden


inverso del proceso: va de la percepción del significante por el oído y de los cuales tiene la
huella psíquica en su cerebro y su asociación mental con los respectivos significados. En
este proceso el receptor encuentra las dos actitudes del emisor: el propósito de transmitir
un mensaje y el mensaje transmitido.

Tenemos, entonces, en el siguiente cuadro las acciones que llevan a cabo el emisor y el
receptor en el acto sémico:

EMISOR

1. Selecciona un referente.
2. En codifica o elabora el mensaje.
3. Selecciona el canal.
4. Emite el mensaje.

RECEPTOR

1. Identifica o reconoce el signo.


2. Percibe el mensaje.
3. Decodifica, es decir, interpreta el mensaje.
4. Retroalimenta o reacciona ante el mensaje recibido.

Se considera que la mejor forma de comunicación es la interpersonal, el diálogo; puesto


que permite la retroalimentación, es decir, que las funciones de emisor y receptor se
intercambien. Así en un momento determinado el receptor pasa a ser emisor y este
receptor y así sucesivamente.
Lo anteriormente expuesto significa que el acto de la comunicación se logra no solo por la
utilización del tal o cual código o porque el emisor utilice correctamente el código, sino,
principalmente, porque hace uso del código en determinadas circunstancias. Y porque el
receptor, de igual manera, puede decodificar el mensaje, ya que las circunstancias reales
en las que se da la comunicación le permiten encontrar el sentido de los signos.

En los ejemplos mencionados las circunstancias sociolingüísticas correspondientes son


estas:

Ubicación de la cinta, hábitos comunicativos de los empleados, etc.

Costumbre de registrar cuando se le deja una tarea.

Lugar de la llegada (sala de maestros, por ejemplo), actitud de espera de los compañeros,
hora de llegada de la persona, motivo de la reunión.

Lugar (colegio), costumbre de los estudiantes de escuchar el timbre, hora en que suena el
timbre.

Comunicación literaria

Entenderemos aquí literatura en un sentido muy amplio: todo lo impreso. Es decir,


haremos una aproximación, en este momento, a la comunicación que se da a través de la
escritura.

En la segunda unidad de esta asignatura estudiaremos la literatura en su sentido estricto:


como un tipo de textos, que se caracterizan por hacer un uso peculiar de la lengua. La
literatura para cumplir su comunicación social también se lleva a cabo bajo condiciones
particulares. En este tipo de comunicación el autor corresponde al emisor, el receptor es
el lector y el mensaje es un mensaje literario. Y como emisor el autor lleva a cabo el
proceso de codificación y el lector, como receptor, la función de decodificación. A las
circunstancias determinadas en que se lleva a cabo la comunicación les denominaremos
circunstancias lingüístico literarias.

El esquema de este tipo de comunicación es el siguiente:


A diferencia del acto sémico de la comunicación cotidiana, la cual se da en una totalidad
temporal presente, que permite que los copartícipes del proceso compartan las circunstancias
sociolingüística; en la comunicación literaria las circunstanicas lingüísticoliterarias son
diferentes para emisores y receptores. Esto se debe a que la encodificación y la decodificación
se dan en tiempos diferentes.

Son circunstancias lingüísticoliterarias propias al autor en el momento de la encodificación:

 El género escogido para transmitir el mensaje: lírica, dramática, narrativa, ensayo,


informe, artículo, etc. De esta manera, el signo pluma puede significar diferentes
mensajes si se trata de una poesía, un texto científico o de una narración.

 El contexto históricosocial en que vive el autor: así, la visión que nos encodifica un
autor del siglo XIX de América, se diferencia de otro del mismo siglo pero Alemán; de
igual manera un autor del mismo siglo XIX comunica una situación diferente de la que
comunica uno del siglo XX.

 La corriente o movimiento literario: los mensaje de un autor realista difieren de otro


modernista, aunque use el mismo código e incluso las mismas palabras.

 La ideología del escritor: los signos comunicación, acción, proceso, tienen alcance
significativo determinado, definiendo la actitud ideológica del autor frente a la realidad.

De igual manera, el lector decodificará el mensaje en otras circunstancias:

 Competencia lectora para entender determinado género: lírica, ensayo, narración,


textos informativos, etc.

 Finalidad por la que se lleva a cabo el proceso lector: entretenimiento o recreación,


estudio, perfeccionamiento crítico lector, información, etc.

 Nivel intelectual desarrollado por la práctica lectora.

 Situación ideológica particular del lector.

En resumen, tanto la comunicación cotidiana como la literaria son actos por los que se
codifica la realidad y se llevan a cabo en dos niveles:

En codificación Decodificación

Estos procedimientos permiten la realización de la comunicación social:

La comunicación lingüística cotidiana (principalmente por medio de una lengua, pero


también mediante el uso de otros signos y códigos).

La comunicación lingüística literaria (por el lenguaje de creación y la lengua científica).


Etapas de la Actividad Comunicativa Lingüística

El lenguaje es una forma de actividad comunicativa humana. En este sentido el lenguaje


es un proceso social, consciente e intencional, ya que siempre que usamos nuestra lengua
lo hacemos con un determinado fin. Como ya se dijo en párrafos anteriores mediante el
uso de los signos de nuestra lengua madre conformamos mensajes con la intención de
alcanzar un objetivo fijado de antemano y así transmitimos pensamientos, deseos,
experiencias y todas las actividades de una comunidad determinada.

Como toda actividad la comunicación es un proceso que se realiza mediante las siguientes
etapas:

1. Motivación

Toda acción humana está originada por necesidades biológicas, psicosociales, cognitivas,
afectivas, etc., que nos lleva a comprometernos en un proceso social de interacción. Este
puede ser informar, pedir, explicar, persuadir, agradecer, etc.

2. Planificación

Se hace a partir de las interrogantes: ¿qué?, ¿a quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?,


¿por qué? y ¿para qué?

3. Realización

Es el momento cuando, utilizando los signos lingüísticos y llevando a cabo distintas


acciones y operaciones elaboramos y emitimos el mensaje.

4. Consecución de una finalidad

Momento en que obtenemos el resultado de la actividad lingüística; el cual debe coincidir


con el objetivo inicial y solucionar una necesidad.

l siguiente ejemplo sirve para ilustrar mejor el proceso de la actividad comunicativa


lingüística:

El alumno de la asignatura de Español de la sección X, Rodolfo Juárez, no entiende la


diferencia entre las oraciones coordinadas y subordinadas; necesita que alguien le aclare
su duda. Planea esta operación alrededor de interrogantes tales como: ¿qué va a decir?,
¿a quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿por qué?, ¿para qué? Como resultado de esta planeación
decide producir el siguiente mensaje oral:

“Buenas tarde, licenciada. Necesito una cita para que me dé asesoría. ¿Para cuándo me
la puede dar?”
La docente responde: _”Puede ser pasado mañana a las 11 de la mañana, que es la hora
asignada para la asesoría de esta sección. Mañana no puedo, pues, otra persona ya tiene

cita.”

Motivación

Planeación

Realizacion

Consecución de una finalidad.

El alumno Juárez ha realizado una actividad comunicativa y ha logrado su objetivo inicial,


contribuyendo así a la solución de su necesidad. El ejemplo puede diagramarse de la

siguiente manera:
Motivacion= M: Necesidad de conseguir asesoría academica.

Planeacion=P: Organización de las ideas necesarias para producir el mensaje adecuado.

Realizacion= R: Expresion del contenido conceptual por medio del mensaje: buenas tarde,
licenciada. Necesito una cita para me de asesoría Para cuando me la puede dar?

Consecucion de la finalidad= C.F Respuesta de la catedrática: Puede ser pasado mañana a


las 11 de la mañana, que es la hora asignada para la asesoría de esta sección. Mañana no
puedo, pues, otra persona ya tiene cita.

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