Vision de Lo Divino
Vision de Lo Divino
Vision de Lo Divino
FANIBUNDA
VISION
DE LO
DIVINO
errepar
Título original:Vision of the Divine
Corrección: Delia Arrizabalaga
ISBN 950-739-622-5
E.B.F.
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“El propósito de la educación espiritual o Brahmavidya es permitir-
le al hombre obtener una visión de lo divino en la sociedad. Cuando el
hombre combina esta visión con tapas (prácticas de austeridad) se funde
en Dios. La visión de la divinidad y la fusión con ésta son como los dos
polos: uno positivo, otro negativo. Unidos, lo positivo y lo negativo los
llevarán a una situación que los tornará divinos.”
BABA
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“Corten de raíz la sensación del ‘Yo’1 y dejen que su ego mue-
ra en la cruz para que logren la inmortalidad.”
10
TPS
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gó a que abriera la boca y, en lugar del saligram, tuvo una visión de la per-
sona cósmica: la misma forma cósmica del Señor, que Yasoda había visto
en la boca de Krishna. Baba rió y dijo a la mujer que buscara el saligram
en el cuarto de puja. Ella comprobó que el saligram había regresado mila-
grosamente a su lugar en el cuarto de puja. Comprendiendo la significan-
cia de este lila, la esposa del shaukar se postró a los pies de Baba. A par-
tir de ese día, ella solía visitar cotidianamente la casa de Baba y tocarle los
pies, hasta que la gente ignorante empezó a criticarla, cosa que le hizo in-
terrumpir ese acto de homenaje abierto a Baba. Después de aquello, sólo
lo adoraba mentalmente.
Para ese entonces, Srimati Patil se encontraba confundida por com-
pleto, y se sentía absolutamente incapaz de frenar las actividades de Ba-
ba, de modo que decidió llevarlo a un ashram para huérfanos, dirigido por
un sadhu llamado Venkusa. El ashram estaba situado en Selu, lugar relati-
vamente distante, y la madre adoptiva pensó que Baba estaría seguro en
ese sitio, lejos de las distracciones y de aquellos “líos”. La noche anterior
a la llegada de Baba al ashram, Venkusa tuvo un sueño en el cual el Señor
Shiva le dijo que El, Shiva mismo, se presentaría allí a las diez de la ma-
ñana siguiente. Así, Venkusa, levemente perplejo, esperaba con expecta-
ción los acontecimientos. Alrededor de las diez, Srimati Patil llegó con
Baba al ashram. Le contó a Venkusa acerca del comportamiento de Baba
en el pueblo y le rogó que lo aceptara como residente del ashram. Venku-
sa reconoció instintivamente al joven Baba, nada menos que como una en-
carnación del Señor y, con gran deleite y con la debida reverencia, lo acep-
tó en el ashram. Venkusa dijo que el mismísimo alumno por el cual había
estado esperando tanto tiempo había llegado finalmente. La madre adop-
tiva regresó feliz a su pueblo.
Muy pronto los otros muchachos del ashram se pusieron celosos de
Baba, pues Venkusa lo quería mucho o por lo menos, así les parecía. Em-
pezaron a perseguir a Baba, y el clímax llegó cuando Venkusa lo envió a
la selva a buscar algunas hojas de bilva para el culto de aquel día. Un gru-
po de niños fue tras él y en el momento oportuno lo atacaron y le pegaron
sin piedad. Uno de ellos lanzó a Baba un ladrillo que le causó una pro-
funda herida en la frente. Sangró profusamente durante todo el camino de
regreso al ashram, mas no pronunció una sola palabra de queja; sólo mos-
tró el ladrillo a Venkusa, quien, al verlo en condición tal, se afligió y con-
movió mucho. Rápidamente desgarró un trozo de su vestido, vendó la he-
rida de Baba y derramó lágrimas sobre el ladrillo manchado con la sangre
del Señor.
Cuando Baba se fue de Selu, Venkusa le dio aquel ladrillo como su
ofrenda de gurú (guru-diksha). ¡Qué situación tan peculiar! El joven Se-
ñor recibiendo un ladrillo manchado con Su propia sangre como muestra
de amor y reverencia de Venkusa hacia El. El ladrillo era tan querido pa-
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ra Venkusa casi como Baba mismo y Este lo recibió de Venkusa en cali-
dad de guru-diksha, lo que hace ver que era igualmente valioso para El.
¡Qué vínculo! ¡Es de maravillarse que Baba llevara consigo el ladrillo
cuando llegó a Shirdi con la comitiva, a fin de asistir al matrimonio Patil,
de Kirkee (cerca de Puna)! Siempre lo tenía a Su lado. Cuando instaló Su
morada en la arruinada mezquita (Dvarakamayi) llevó el ladrillo consigo,
y más de un devoto se asombró al presenciar la forma tan extraña en que
Baba se comportaba con ese ladrillo. Solía apoyarse o descansar sobre él
y, a veces, lo usaba como almohada en la noche.
Baba no había revelado a los devotos de Shirdi el secreto de Su naci-
miento ni de Sus actividades antes de llegar allí. Naturalmente, Su com-
portamiento les parecía entonces muy caprichoso. Hoy estamos enterados
de aquello, porque en Su cuerpo actual como Sri Sathya Sai Baba decidió
narrar la historia de referencia y contarnos los secretos de Su nacimiento.
La vida y las enseñanzas de Baba después de Su llegada a Shirdi han
sido relatadas por varios autores. Una vez, El anunció a un devoto íntimo,
Kaka Saheb Dixit, que después de la muerte de Su cuerpo el regresaría pa-
sados ocho años. El día de Vijayadasami (décima jornada del Festival de
Dassara o Día de la Victoria) en 1916, alguien observó que era la festivi-
dad de Simollanghana, por lo que Baba anunció que también era Su día de
Simollanghana, que significa el día en el cual se cruzan ciertas fronteras.
En los tiempos antiguos, los gobernantes consideraban auspiciosa tal fe-
cha para cruzar las fronteras de su estado e invadir algún reino vecino. La
críptica observación de Baba significaba que El cruzaría las fronteras de
este reino terrenal el día de Vijayadasami, lo cual hizo dos años más tar-
de. Sin embargo, en 1917 El había dado un indicio acerca del lugar de Su
futuro advenimiento, a una joven dama que, habiendo perdido a sus cua-
tro hijos, pidió permiso a Baba para quedarse con El para siempre. El le
dijo: “No, ahora no; cuando yo vuelva de nuevo a Andhra tú me encon-
trarás y te quedarás conmigo”. (Esta profecía ha sido cumplida y hoy esa
dama vive entre los residentes permanentes de Prashanti Nilayam.)
Cierto día de octubre de 1918, durante la ausencia de Baba, un joven
estaba barriendo el piso de la mezquita: levantó el ladrillo para limpiar por
debajo, lo dejó caer inadvertidamente al piso y se rompió en dos. Cuando
más tarde Baba lo vio, dijo: “No es el ladrillo sino Mi destino el que está
roto en pedazos. Ha sido Mi compañero toda la vida y hoy me ha dejado.
Con él Yo siempre meditaba sobre el ser y lo estimaba tanto como a Mi
vida”. El lazo de guru-Diksha-discípulo simbolizado por el ladrillo ya no
existía. El 15 de octubre, día de Vijayadasami, alrededor de las 2:30 de la
tarde, Baba dejó Su cuerpo. A la mañana siguiente, el 16, se le apareció a
Daas Ganu (un devoto muy íntimo) en Pandharpur y le manifestó: “Los
vendedores de aceite y de alimentos me importunaban mucho, así es que
Yo me voy de Shirdi. La mezquita se ha derrumbado; Yo me voy. He ve-
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nido aquí para pedirte que vayas rápidamente y me cubras con flores de
bhakkal”. Daas Ganu fue enseguida a Shirdi e hizo lo que Baba le había
pedido.
Ocho años después, el 23 de noviembre de 1926, Baba nació de nue-
vo como Ratnakarana Sathyanarayana Raju, en Puttaparti, una aldea si-
tuada en el distrito de Anantapur, estado de Andhra Pradesh.
El 23 de mayo de 1940, Sathyanarayana Raju —que entonces conta-
ba 14 años— se anunció como Sai Baba. Llamó a los miembros de Su fa-
milia a Su alrededor y les dio azúcar candi, flores, bolas de arroz cocidas
en leche y dulces, todo esto materializado del aire con un solo movimien-
to de Su mano. Los vecinos también se reunieron a Su alrededor y el pa-
dre de Sathya, Venkappa Raju, apenas si pudo colarse entre la gente para
penetrar en su propia casa. Finalmente, cuando se las arregló para acer-
carse a su hijo, lo amenazó con pegarle con un palo y exigió que le dijera
si El era un dios, un fantasma o un loco. Rápidamente hizo la revelación:
“Yo soy Sai Baba, Yo soy Sai Baba. Pertenezco al Apastamba Sutra (la es-
cuela del sabio Apastamba) y soy del linaje espiritual de Bharadvaja; soy
Sai Baba y he venido para resolverles todos sus problemas. Conserven
limpias y puras sus casas”.
Luego, ese mismo año, el 20 de octubre, El decidió presentarse ya co-
mo Sai Baba y abandonó por completo el papel de Sathyanarayana Raju.
Arrojó Sus útiles escolares y se fue de Su casa. Dijo a Su cuñada: “Me
voy, no les pertenezco; la maya se ha ido. Tengo Mi trabajo, Mis devotos
me están esperando”. Venkappa Raju le exigió: “Muéstranos una señal y
convéncenos de que eres Baba mismo”. Baba pidió que se le dieran algu-
nas flores, las tiró al suelo y, éstas, moviéndose por sí mismas, formaron
las palabras Sai Baba, en telugu. El último deseo de Baba cuando aban-
donó Shirdi fue el de pedir a Daas Ganu que lo cubriera de flores, y des-
pués de Su declaración en Puttaparti, Su primera petición fue también que
pusieran flores en Sus manos. Comentando estos incidentes, Sri Kasturi
escribió en Sathyam Shivam Sundaram (vol. II): “Para quienes pueden
comprender las huellas de la divinidad, ésa es una coincidencia plena de
significado”. La vida y las enseñanzas de Sri Sathya Sai Baba han sido
ampliamente registradas en dichos libros por Sri Kasturi, y el autor los ha
usado como fuente de información para narrar ciertos incidentes esencia-
les para el presente relato de TPS.
En Su cuerpo anterior en Shirdi, Baba solía mantener en la mezquita
un fuego (dhuni) que todavía sigue ardiendo allí. De ese fuego, Baba acos-
tumbraba dar la ceniza o udi como Su don especial a Sus devotos, en el
momento en que éstos dejaban Shirdi o para aliviar sus males físicos y
mentales. Algunos afortunados tuvieron la experiencia única de escuchar
a Baba entonando Su canto del udi:
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¡Rumthe Raam, Aooji Aooji; Udiaon Ki Gonia, Laaoji Laaoji!
¡Ven, ven, oh travieso Rama; oh, trae, trae sacos de udi!
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como un simple hombre no habrían respetado Mi enseñanza y no la ha-
brían seguido para su propio bien. Por eso debo estar en esta forma hu-
mana, con poderes y sabiduría sobrehumanos”.
En 1970, el autor supo de Baba por medio de una de Sus tarjetas de
visita: el vibhuti. El autor, que fue mago aficionado en sus días de estu-
diante, está versado en la teoría, el arte y la práctica de la prestidigitación.
Incluso escribió en 1954 una serie de métodos y resultados originales pa-
ra juegos de manos, lectura de la mente, etc., por los cuales recibió el pre-
mio Linking Ring de la Fraternidad Internacional de Magos (International
Brotherhood of Magicians) de los Estados Unidos.
Para ese entonces, el autor también estaba recibiendo adiestramiento
en hipnosis, con el fin de aplicarla en odontología. Así, se encontraba de-
seoso de averiguar si Baba, en verdad, materializaba objetos del aire, co-
mo lo afirmaban Sus devotos o si El los producía por prestidigitación. Hay
muchos gurúes y babas en este país, que hacen un negocio de la espiri-
tualidad y usan la prestidigitación para embaucar y atrapar a la gente cré-
dula, a fin de satisfacer sus fines egoístas. Por tanto, el autor no se con-
tentaría con informes de segunda mano. Quería observar esos fenómenos
por sí mismo y averiguar la verdad. Un día, Baba le dio la oportunidad,
aunque entonces el autor ignoraba que merced a la gracia de Baba, él te-
nía ocasión tan especial.
Provisto de una cámara, este escéptico llegó a Dharmakshetra, situa-
do en Andheri, un suburbio de Bombay, donde Baba aparecería en pocos
minutos. El autor quedó estupefacto al ver a casi diez mil personas entre
él y el estrado desde donde Baba otorgaría Su darshan. Los voluntarios no
permitían que nadie se acercase al estrado, pero por golpe de buena suer-
te el autor pudo llegar hasta la primera fila y observar de cerca a Baba. Sin
embargo, ese día no materializó nada. Después de terminada la reunión, el
autor se encontró por casualidad con el pariente de un viejo compañero de
clase, quien le ofreció informarle si Baba visitaría algunas casas particu-
lares, donde podría tener alguna oportunidad de verlo de cerca. Pocos dí-
as más tarde, el autor fue informado por teléfono de que Baba visitaría esa
misma tarde la casa del doctor K. Munshi, en Juhu, y que un ex emplea-
do de éste se ofrecía para acompañar al autor.
Había casi una docena de personas esperando en el salón de la casa
del doctor Munshi. Baba saldría en pocos minutos de los aposentos inte-
riores. El autor se quedó discretamente de pie, en una esquina del salón.
Baba entró y todo el mundo se levantó. El habló con algunas personas, so-
bre sus problemas particulares. Todos estaban dando codazos y empuján-
dose para tratar de acercarse a Baba. Sin embargo, Este vino y se quedó
parado cerca del autor, tan próximo que casi lo tocaba. Para entonces, el
ojo experto del autor ya había hecho un examen de la indumentaria de Ba-
ba. No descubrió nada. Por otro lado, se dio cuenta de que Baba era una
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persona amabilísima. Alguien del grupo pidió ofrenda de vibhuti. Este era
el momento que esperaba el autor: Baba recogió Su manga derecha has-
ta el codo y al hacerlo, volteó Su mano derecha hacia arriba. El autor pu-
do ver que no había nada en la palma. Con rapidez, Baba describió varios
círculos con Su mano y el vibhuti apareció entre Sus dedos, que estaban
parcialmente cerrados para poder sostenerlo. El vibhuti fue ofrecido a al-
gunas personas. El autor quería que Baba materializara más ceniza, a fin
de que él también pudiera obtener un poquito para examinarla. ¡Y he ahí!
La mano de Baba volvió a girar y más vibhuti apareció de la nada. Esa
vez, el autor estiró la mano y recibió la primera “tarjeta de visita” de Ba-
ba. Inmediatamente el autor supo, por su experiencia pasada, que el vib-
huti había sido materializado sin truco o prestidigitación. No necesitaba
ninguna demostración más para convencerse de que Baba sí poseía pode-
res suprahumanos, de los cuales el autor no tenía, y todavía no tiene, ex-
plicación alguna que ofrecer.
El autor, manejando como a 25 kilómetros por hora, se fue a su casa
con el vibhuti firmemente agarrado en su mano derecha. Este recordato-
rio, tangible en su mano, le provocó una cadena de pensamientos. Desde
sus días de estudiante había sido adiestrado para pensar y aplicar métodos
estrictamente racionales y científicos en la investigación de su propio
campo de trabajo que involucra la mayoría de los medios de que dispone
la ciencia biológica moderna. Sin embargo, ese día, en el ser de Baba ha-
bía visto a una persona que creaba materia por Su voluntad. Baba no em-
pleaba utensilios ni procesos físicos sofisticados, para su manifestación:
Su palabra o voluntad divina o sankalpa —llámenlo como quieran— bas-
taba para que se efectuase el cambio o la precipitación de la materia des-
de Su conciencia o chit. Este sankalpa no era una cosa física sujeta a las
leyes del tiempo y del espacio. Por lo tanto, se puede concluir que aquél
que las usa de esa manera debe también trascender las barreras del tiem-
po y del espacio. Ahora bien, aquello que está más allá de tales barreras
es imposible explicarlo o comprenderlo por métodos, medios o disciplinas
de pensamientos modernos nacidos de los cinco sentidos, ya que ellos
mismos están condicionados por las limitaciones de las leyes naturales
que gobiernan el tiempo y el espacio. De manera que el autor llegó a una
conclusión ese día: Baba no puede ser explicado por la ciencia. El vive en
un cuerpo físico sujeto a las leyes del tiempo y el espacio, pero puede tras-
cender estas leyes a voluntad, en cualquier momento.
¿Cómo entonces puede uno llegar a conocer siquiera una fracción de
lo que Baba es? La respuesta obvia es descubrir y conocer al hombre in-
terno, la conciencia interna, el chit interno. Puesto que Baba trasciende el
estado físico a través de Su chit, sólo un estudio del propio ser interno po-
dría revelar y ayudar a uno a comprender un poco más lo que Baba es.
Por muchos años, el autor había estado interesado en asuntos espiri-
tuales, y después de leer los libros de Baba supo intuitivamente que al fin,
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había encontrado a Aquél que podía aclarar sus dudas y disipar su igno-
rancia acerca de Dios. Con el solo movimiento de Su mano, Baba había
demostrado al autor la limitación de los procesos de pensamiento científi-
cos y la correcta perspectiva con la cual debían verse los logros científi-
cos en esta vida. Por la misma razón, El le había dado la prueba de Su fan-
tástica omnipotencia. Uno tenía solamente que darse cuenta de que el Uni-
verso es también materia y que El podía proyectar y crear vibhuti de Su
propio ser; entonces no había nada para impedirle hacer lo mismo con
cualquiera otra forma de materia. Fantástico, pero cierto. Esa es la expe-
riencia del autor.
Después de su primer encuentro con Baba, el autor tuvo que ir a In-
glaterra y al continente europeo para presentar uno de sus trabajos de in-
vestigación en una reunión de la Asociación Internacional de Investigacio-
nes Dentales (International Association for Dental Research), División
Británica, en Glasgow (1971). Durante todos sus viajes, la mente del autor
dispuso de bastante tiempo para contemplar y analizar sus pasadas expe-
riencias con Baba. A pesar de las eruditas conferencias y los nuevos y arro-
lladores datos aportados, las sesiones y los seminarios científicos le parecie-
ron bastante insípidos y aburridos, comparados con su encuentro con Baba.
El paquetito de vibhuti estaba en su bolsillo; ¿a quién podía mostrárselo? ¿Le
creería alguno de estos caballeros? Es más probable que pensaran que esta-
ba narrando un embuste, lo cual era comprensible, porque después de todo
el autor mismo había sido un incrédulo hasta unos cuantos meses antes.
Un paciente mantenido bajo sedantes no puede ver o apreciar su pro-
pio estado. Similarmente, el científico de hoy está bajo la acción sedante
de la misma ciencia y, mientras no despierte de su sueño, es imposible que
aprecie su propio estado. El autor también vivía en ese estupor científico,
hasta que Baba lo sacudió de su engañoso sueño. Casi cada persona en es-
te mundo se halla bajo una forma u otra de sedación. El estar absorto en
una ambiciosa carrera política o el perseguir un placer transitorio tras otro
o seguir servilmente los dictados de algún imbécil de París o de Londres
en asuntos relativos al vestido o al estilo del peinado, son algunos de los
ejemplos de qué sedantes son usados por el hombre moderno. El autor no
aboga porque el hombre abandone todas sus actividades. Por el contrario,
una vez que despierte de su estupor autoimpuesto, él mismo ajustará fá-
cilmente sus perspectivas en relación con sus necesidades espirituales y
continuará con su actividad anterior, si todavía le agrada y le parece que
vale la pena. Por tanto, el lector no debe imaginarse que quien esto escri-
be desaprueba a los científicos y sus trabajos de investigación; antes bien,
él mismo sigue realizando investigaciones y tiene un gran respeto por to-
das las empresas humanas que se proponen aliviar el sufrimiento y hacer
la vida cómoda para la humanidad en este planeta. Pero éste no es el ob-
jeto principal de nuestro nacimiento como seres humanos. La búsqueda de
Dios debe tener precedencia a cualquier otra actividad: “Búscate a ti mis-
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mo primero…”; y cuando tal cosa sucede, todas las otras actividades tam-
bién adquieren visos espirituales y están automáticamente controladas por
el dharma propio de cada uno.
Hasta ese entonces, el autor había buscado el reflejo de su propio ser
interno entre otros hombres de ciencia y había disfrutado de su compañía.
Pero durante aquella conferencia, estaba pasando por la notable experien-
cia de desear la compañía de Baba con preferencia a la de sus colegas de
Glasgow, aun cuando participaba activamente en los actos de la reunión.
A su regreso a la India, ese anhelo por la compañía de Baba se intensifi-
có, y el autor comenzó a planear una visita a Puttaparti. En ese momento
sucedió que uno de sus colegas, devoto de Baba, le preguntó si quería fil-
mar una película de la ceremonia de inauguración del colegio de Baba en
Anantapur, Andhra Pradesh, acto que sería encabezado por el presidente
de la India. La inauguración del colegio era el Día de Guru Purnima (El
Festival del Gurú) y el estar con Baba en fecha tan auspiciosa era una gran
oportunidad, así que el autor aceptó gustoso la invitación y junto con su
amigo fue a Anantapur. Dos días después de la ceremonia de apertura, vol-
vimos a Bombay. Antes de nuestra salida, Baba concedió una entrevista al
autor. Lo que Baba hizo, en realidad, fue otorgarle una visión interna de
sí mismo, y con ello le dio tres lecciones: una, que Baba sabía todo acer-
ca del autor y que no había un solo pensamiento en la mente de éste que
pudiera quedar oculto a Baba. Hasta ese momento, el autor sólo había le-
ído que Baba lo sabía todo, pero entonces tuvo esa experiencia él mismo.
Así reveló Baba Su omnisciencia. La segunda lección sigue automática-
mente a la primera. Para estar consciente en todo momento de los pensa-
mientos y acciones del autor, Baba tenía que estar presente siempre den-
tro de él, o sea, durante los tres estados: la vigilia, el ensueño y el sueño
profundo. De este modo, El estableció Su omnipresencia. Baba está pre-
sente en toda persona viviente y se halla plenamente consciente de todo,
siempre. Si uno pregunta: ¿qué es eso omnisciente y común a todos los se-
res?, sólo puede haber una respuesta: “La divinidad”. El es el hilo que
mantiene juntas las cuentas y sólo el hilo puede conocer el interior de ca-
da cuenta. Esa fue la tercera lección. El autor también tuvo una vivencia
tan sublime, que es indescriptible en palabras.
La búsqueda de un preceptor había terminado. El preceptor no sólo se
había revelado sino que había dado una triple enseñanza que, si se inter-
pretaba correctamente, significaba que El era el Señor mismo. Hacía casi
un año que Baba había permitido que el autor experimentara Su omnipo-
tencia, y ahora, junto con Su omnisciencia y Su omnipotencia, se dio
cuenta de que sólo Dios en forma humana puede tener estas cualidades.
Durante los últimos cinco años, el autor ha experimentado estas cualida-
des divinas un sinnúmero de veces en compañía de Baba, y esas vivencias
lo han dejado siempre feliz, contento y apacible. De esta manera, empezó
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un nuevo capítulo en su vida. La transferencia de lealtades había comen-
zado de la personalidad externa al ser interno. La meta estaba identifica-
da y la ruta trazada. La búsqueda se había iniciado.
En este punto de su narración, el autor debe hacer una advertencia: se-
ría fácil para el lector malinterpretar todo lo que se ha dicho acerca de Ba-
ba. La palabra “Baba” evoca la forma humana de El. Así, la tendencia na-
tural de la mente es no solamente la de limitar a Baba a esta forma huma-
na, sino también la de identificarlo totalmente con Su cuerpo. Puesto que
la mente, por su ignorancia, ha estado pensando en esta fealdad durante
muchos años, le es difícil comprender que Baba no es el cuerpo en el cual
El ha tenido nacimiento. Es un grave error no darse cuenta de este hecho.
Desgraciadamente, no es fácil captar esto, a menos que el lector mismo ha-
ya pasado por la disciplina y llevado a cabo la necesaria inquisición para
percatarse —o por lo menos saber más allá de toda sombra de duda— que
él no es el cuerpo. Sólo cuando el lector sepa acerca de la correcta relación
entre él y su cuerpo, estará en posición de apreciar que el cuerpo de Baba
es asimismo algo aparte de Baba. El cuerpo está sujeto a nacimiento, muer-
te y descomposición, mientras que El es permanente y eterno. Tan pronto
como se capta esto, son salvados todos los obstáculos para comprender Su
omnipresencia. El hecho de establecer por medio de la adecuada indaga-
ción, la convicción de que uno no es el cuerpo, constituye el aprendizaje
del alfabeto espiritual que le ayuda a descifrar y practicar el propio sadha-
na.
La gente pregunta a menudo: “¿Qué religión practica Baba?” “¿Ha es-
tablecido Baba alguna nueva religión?” “¿Enseña sólo la religión hindú?”.
La respuesta a estos interrogantes se da en las mismas palabras de Baba.
El dice: “Todas las religiones son Mías. Ustedes no tienen necesidad al-
guna de cambiarse de una religión a otra. Sigan adelante con sus propios
modos y prácticas de adoración y cuando así lo hagan se acercarán más y
más a Mí. El Universo es Mi mansión y aun aquéllos que me niegan son
Míos. Llámenme por cualquier nombre y Yo responderé. Represéntenme
en su imaginación en cualquier forma y Yo me mostraré ante ustedes. Yo
estoy tanto en el más humilde como en el más encumbrado de ustedes. Así
que no hablen mal de alguien ni lo dañen, pues hablan mal de Mí y me le-
sionan a Mí, que estoy dentro de él”. La catolicidad de Sus palabras es tal
que atrae a toda la humanidad. Baba no exalta esta o aquella religión ni
desprecia a otra; El enseña el sanathana dharma, la verdad eterna, que es
la raíz de todas las religiones.
El autor estuvo en Prashanti Nilayam (Puttaparti) durante las celebra-
ciones del natalicio de Baba, el 23 de noviembre de 1971. Esa fue la últi-
ma celebración de Su nacimiento en la que permitió que la ceremonia de
unción la hicieran parejas de ancianos. El autor tuvo la buena fortuna de
haber estado presente en ese momento para filmar las celebraciones. An-
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tes de su salida, Baba materializó un pequeño medallón que dio al autor,
con instrucciones de llevarlo siempre consigo. De un lado, el medallón tie-
ne el símbolo del Om entrelazado con la palma de una mano rodeada de
inscripciones. En el centro de la palma hay un signo místico con una con-
cha en medio. La palma significa abahyahasta o mano protectora y en con-
junción con las inscripciones quiere decir: “Por qué temer, si estoy aquí”.
En el reverso está una imagen en relieve, de Shirdi Sai Baba, sentado en
una posición característica apoyado en un almohadón. Una vez, Baba hi-
zo la observación siguiente acerca de una de Sus fotos: El estaba apoyado
de manera similar, sobre un almohadón, en “la postura del Viejo en la Da-
varakamayi”. A menudo hace referencia a Su cuerpo anterior, con las pa-
labras el Viejo. En el medallón también se ven un coco y una hoja de be-
tel enfrente de Baba.
Un día, el autor estaba examinando ese medallón y descubrió unas le-
tras escritas abajo de la imagen de Baba. Era difícil descifrarlas, debido a
su diminuto tamaño, así que examinó la superficie bajo un estereo mi-
croscopio y leyó las letras TPS. ¿Qué querían decir? Preguntó su signifi-
cado a varios antiguos devotos, pero ninguno pudo responder satisfacto-
riamente. Estaba muy perplejo y decidió preguntarle a Baba mismo el sig-
nificado correcto.
Era época de Guru Purnima en Prashanti Nilayam y el autor había ido
allí con algunos amigos de Bombay. Después del festival, aquél estaba
sentado entre otros con Baba en Su habitación. Durante un intervalo en el
diálogo que se mantenía, medio vacilando, le preguntó: “Baba, ese meda-
llón que me dio durante el cumpleaños —El asintió— tiene una imagen de
Shirdi Baba —otra inclinación de cabeza—; hay algo escrito abajo de la
imagen —sonrió—; dice TPS. ¿Qué significa eso Swamiji?”. El contestó
muy suavemente: “Esa es Mi marca de fábrica”. El autor quedó más per-
plejo que antes. ¡Una marca de fábrica! ¿Qué pretendía un avatar con una
marca de fábrica? Baba estaba hablando con otra persona en ese momen-
to, y el autor esperó otra oportunidad para preguntar. Después de algún
tiempo, insistió: “Swamiji, esa marca de fábrica Suya que acaba de men-
cionar, TPS, ¿qué quiere decir?”. El esperó antes de responder y todo el
mundo se quedó en silencio. Luego, miró directamente al interrogador y
dijo con firmeza: “Tara Puttaparti Sathya. La T, por Tara, simboliza una
estrella. Tienen estrellas de cine, ¿no es así? Pues también hay una Estre-
lla en el Cielo, la Estrella del Cielo. P es para Puttaparti y S para Sathya”.
Luego de esta breve explicación, cambió de conversación. Sin embargo,
pasó algún tiempo antes de que la connotación plena de la declaración
“Tara Puttaparti Sathya” penetrase en la mente del autor. Parecía que las
tres palabras que se repetían continuamente: “Tara Puttaparti Sathya”…,
“Tara Puttaparti Sathya”… emanaban un silencioso mensaje. La Estrella
del Cielo ha descendido a Puttaparti en la forma de Sathya. El autor que-
dó perdido en una confusión de maravilla, reverencia, felicidad y admira-
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ción. En el pasado, en numerosas ocasiones Baba ha declarado Su adveni-
miento, pero ésa era la primera vez que el autor lo había oído directamen-
te de Sus labios. Y esto también de una manera tan singular. En verdad, una
marca de fábrica divina. En las escrituras zoroastrianas, Ahura Mazda sig-
nifica el Creador de la vida y la materia. El no tiene forma. La Estrella del
Cielo tampoco la posee y es idéntica a Ahura Mazda o a Shiva Shakti o a
Alá o al “Padre Nuestro que estás en el Cielo”, que tampoco tiene forma.
Aquello que carece de forma puede, como el agua, asumir la configuración
de la vasija en la cual es vertido. Se le puede llamar por cualquier nombre,
pero la esencia que es TPS permanece igual para todos. Es la verdad más
alta proclamada por todas las religiones. En el lenguaje del Avesta y de los
Vedas, El es conocido como el Uno Sin Segundo.
Las piedras preciosas se encuentran en la tierra, y la gema de TPS se
encuentra en el polvo del cuerpo mismo y no en el espacio exterior.
Seis meses antes, en ocasión de la Quinta Conferencia de Organiza-
ciones Sathya Sai Seva en la India, el autor estaba con Baba en Madrás. A
la sazón, el que esto escribe no pertenecía a esa organización y fue invita-
do por Baba mismo para asistir a dicha conferencia. Aparte de escuchar
los discursos divinos pronunciados por Baba y de concurrir a otros actos,
presenció un suceso de lo más notable, que le probó cómo la omnipoten-
cia de Baba abarcaba no sólo la manifestación y el control del universo fí-
sico, sino la mismísima base de la existencia, o sea, la vida misma. Baba
resucitó a un hombre, después de casi cinco horas de que éste había muer-
to. Brevemente, esto es lo que sucedió. En las tempranas horas de la ma-
ñana del 25 de diciembre de 1971, Walter Cowan, un anciano caballero es-
tadounidense devoto de Baba, murió en el hotel Connemara, después de
un súbito ataque de neumonía. Fue trasladado al hospital de Madrás, don-
de el médico de servicio certificó la muerte de Cowan. Luego de taponar
sus oídos y narices con algodón, las autoridades del hospital mantuvieron
el cuerpo en un cuarto apartado. Alrededor de las 10 de la mañana de ese
día, Baba visitó el hospital y devolvió la vida a Walter Cowan. Los deta-
lles de este acontecimiento han sido relatados en otra parte por el doctor
John Hislop y no tiene caso repetirlos aquí. Bastará con mencionar que
Walter Cowan tuvo una experiencia única y se veía perfectamente sano
cuando el autor lo conoció diez meses más tarde en Prashanti Nilayam.
Antes de su muerte, Walter sufría una fuerte diabetes y varias otras dolen-
cias crónicas. Todas las enfermedades habían desaparecido con la muerte
de su cuerpo, y al revivir, quedó libre de sus padecimientos anteriores. Es-
to fue confirmado por el doctor Gnanesvaran, médico de Bangalore, fa-
miliarizado con la historia clínica de Walter. A pesar del largo período sin
oxígeno, el tejido cerebral de Walter estaba intacto y las extremadamente
sensitivas células del sistema nervioso central no se dañaron. La sankalpa
de Baba simplemente cuidó de todo esto y de mucho más, de manera que
27
Walter pudiera regresar a un cuerpo sano. La gracia de Baba había cam-
biado el destino de Walter. El Creador de la vida y de la materia —TPS—
está en verdad con nosotros, ahora.
El hombre es responsable de su destino. Uno cosecha lo que ha sem-
brado, es decir, las leyes de acción y reacción operan sin importar el tiempo
y el lugar y nos dan el fruto nacido de nuestras acciones en la vida diaria. Sin
embargo, la gracia de Dios puede modificar este destino. El Ramayana y el
Mahabharata están repletos de ejemplos acerca de esa gracia divina, y el au-
tor mismo ha presenciado y experimentado tales manifestaciones de la gra-
cia divina de Baba. Algunas de tales vivencias serán consideradas en una eta-
pa posterior, dentro del contexto de los atributos de un avatar.
Nuestra historia comenzó con el nacimiento de Shirdi Sai Baba, quien
está representado arriba de las letras TPS en el medallón mostrado en la
figura. El narrador ha examinado varios medallones materializados por
Baba y dados a diferentes devotos y ha encontrado que esas letras TPS han
sido grabadas debajo de la imagen de Su cuerpo anterior. Por supuesto, no
todos los medallones tienen esas letras. Sin embargo, esa marca de fábri-
ca divina posee importancia adicional. Las letras no sólo significan Tara
Parti (abreviatura de Puttaparti) Sathya Sai, sino también Tara Pahtri Sai,
o sea, Shirdi Sai Baba, que nació cerca de Pathri. En verdad, era Su mar-
ca de fábrica entonces como lo es ahora; las letras indican la gloria y la
majestad del Viejo. La Estrella del Cielo que encarnó como Shirdi Sai Ba-
ba es la misma Estrella del Cielo que ha encarnado de nuevo como Sath-
ya Sai Baba. La continuidad de las encarnaciones debe verse a la luz de
esta evidencia basada en el residente interno, el Atma. Es error común de-
cir que Shirdi Sai ha vuelto, si uno se refiere al cuerpo de Shirdi Sai y no
al Atma dentro del cuerpo. De manera que las letras TPS señalan el as-
pecto real de la continuidad entre los dos Sais. Si pudiéramos leer las hue-
llas del tiempo en el futuro, entonces la marca de fábrica sería también
aplicable a la próxima encarnación de la Estrella del Cielo, que nacerá en
el distrito de Mandya en el estado de Karnataka (Mysore). Baba ha decla-
rado que El será conocido en ese tiempo como Prema Sai. Así, Su divina
marca de fábrica establece la verdad de verdades contenida en la conti-
nuidad de las encarnaciones de Sai.
29
Hay algunos incidentes en la vida de un avatar que, al ser examinados
superficialmente, parecen paradójicos. Tomen por ejemplo la ceremonia
de adoración de la estatua de Shirdi Sai que se lleva a cabo en Prashanti
Nilayam en ciertas ocasiones festivas y que es dirigida por Baba mismo.
Con amoroso cuidado, El ayuda a verter el agua, la leche y otras cosas so-
bre la estatua, y luego, con igual cuidado y amor, la limpia de toda traza de
humedad antes de efectuar el baño de vibhuti. El autor lo ha visto tratar a
la estatua como si ésta tuviera vida. En la mente de muchos devotos surge
la pregunta: “Si Baba es un avatar de Dios, ¿por qué tiene que celebrar esa
ceremonia en una estatua con la cual se venera Su encarnación pasada?”.
La paradoja se aclara al examinar el contexto de TPS. Sus actos son ex-
presiones simbólicas del homenaje que debemos rendir a la Estrella del
Cielo engastada en esa estatua. Esto quiere decir: adoren a Dios que está
contenido en esa forma. La Estrella del Cielo no tiene configuración, pero
cuando aparece en la Tierra, asume las figuras de los diferentes avatares.
Aun cuando carece de constitución material, todas las formas son Suyas.
Por lo tanto, durante la adoración de imágenes como las de Rama, Krish-
na, Buda, Cristo, Sai Baba o la de algún otro símbolo impersonal como Om
o el fuego, hay que incluir también a la Estrella del Cielo que se halla en
todos los símbolos e imágenes. A este respecto, se debe recordar también
que la morada de TPS está en el corazón, y que el servicio amoroso ofre-
cido a un ser humano —sin fijarse en los frutos que dará tal servicio— es
igual a una de las más altas formas de adoración del Dios único.
Los devotos han preguntado a Baba: “Swami, ¿por qué Dios tiene que
venir con forma humana como avatar? ¿Por qué no viene como es?”. Ba-
ba respondió que así como una persona que desea salvar a un hombre que
se ahoga, por fuerza debe saltar en el mismo estanque o pozo, así también
el Señor tiene que venir en forma humana, a fin de hablar a la gente en su
propio idioma. Si el Señor viniera tal como es, con Su refulgencia intacta,
nadie podría beneficiarse de El. La brecha entre el hombre y el Hombre-
Dios sería demasiado grande para que pudieran comprenderlo los seres
humanos ordinarios. Por lo tanto, Dios debe tomar una forma similar a la
de un hombre común y actuar y comportarse como tal, pero dentro de los
límites estrictamente establecidos por el dharma.
Baba ha declarado: “Mi vida es Mi mensaje”. Así, El encubre Sus
atributos divinos y actúa como un hombre ordinario sujeto a todas las li-
mitaciones normales de un cuerpo humano. Su vida es ejemplo ideal para
ser imitado por personas de todas las edades, sin importar si se tienen seis
años o sesenta. Nadie debe decir que El puede darse el lujo de vivir como
un ejemplo ideal porque usa Sus poderes y atributos divinos para lograr-
lo. Eso no es correcto. El logra ese ideal viviendo como una personifica-
ción del dharma. El autor sabe esto por su conocimiento de Baba, a pesar
de lo que individuos cínicos y escépticos puedan decir acerca de Su vida.
30
Para infundir fe en la divinidad, de cuando en cuando El revela algún atri-
buto o una pequeña fracción de Su majestad, que trasciende las limitacio-
nes físicas establecidas por El mismo, proclamando así Su verdadera iden-
tidad. Lo milagroso es sólo un aspecto infinitesimal de Su naturaleza y
ello no debería impedir a nadie el tratar de emularlo en la vida diaria. Ha
dicho que Su aspecto milagroso es muy insignificante comparado con la
totalidad de lo que El es; da la misma importancia que le concedería un
elefante a un mosquito que se posa en su lomo.
Baba ha dicho: “Estoy en ustedes y para ustedes. También ustedes es-
tán en Mí y para Mí; a pesar de ello, voy a decirles algo acerca de Mí que
los guiará: no se me gana con adulación ni se me pierde si se me censura.
Se me gana con la verdad, la autenticidad y la sinceridad. He venido vis-
tiendo este traje humano para sostener la verdad, la verdad de todos uste-
des. Yo soy la Verdad de las verdades, la Verdad en todas las verdades. Es-
ta forma de Sai lleva el nombre de la verdad. Quizá se pregunten: ‘¿Por
qué ha de venir la verdad en forma humana a la Tierra?’. Para implantar
en el corazón del hombre el anhelo por la verdad, para poner al hombre en
el camino de la verdad y para ayudarlo a alcanzar la meta de la verdad por
medio de la instrucción e iluminación final”.
Afirma también: “Yo como al igual que ustedes, me muevo como us-
tedes, hablo su idioma y me comporto de modo que puedan reconocerme
y comprenderme. Esto es por su bien, no por el Mío. Los hago volverse
hacia lo divino, ganando su confianza, su amor y su sumisión, al estar en-
tre ustedes como uno más; a quien puedan ver y escuchar, a quien puedan
hablar, tocar, tratar con devoción y reverencia. Mi plan es transmutarlos
en buscadores de la Verdad. Estoy presente en todas partes, en todos los
momentos y Mi voluntad prevalece sobre todos los obstáculos. Soy cons-
ciente del pasado, del presente y del futuro, de sus más íntimos pensa-
mientos y de los secretos que guardan celosamente. Yo soy el morador in-
terno de todos (sarvantharyami), omnipotente (sarvashaktha) y omnis-
ciente (sarvajñana). Sin embargo, no manifiesto estos poderes de manera
caprichosa o para hacer una mera exhibición, porque soy un ejemplo y un
motivo de inspiración en cualquier cosa que haga o deje de hacer. Mi vi-
da es un comentario sobre Mi Mensaje”.
Como muchos otros devotos, el autor también ha experimentado este
aspecto del TPS descripto por El. ¡Sí! Camina con nosotros, canta con no-
sotros, juega con nosotros, habla con nosotros, bromea con nosotros y nos
narra cuentos. Derrama afecto y amor sobre nosotros, como ningún padre
o madre puede hacerlo. El nos aconseja y nos reconforta, nos enseña, nos
anima y aclara nuestras dudas. Comparte nuestros dolores y nuestra feli-
cidad. Nos cura de nuestros males físicos y de muchos otros; pero ten cui-
dado, amado lector: El es el principal guionista, productor, director, actor
y motivador de todos los actores en este drama que El mismo ha escenifi-
31
cado para nuestro beneficio, para que podamos recibir el mensaje de su vi-
da. Hace mucho tiempo, una lección similar fue enseñada en el Ramaya-
na, cuando Rama y Sita también decidieron comportarse como seres hu-
manos comunes. Mientras los malvados Ravana y Maricha se acercaban a
la selva de Dandaka para raptar a Sita, Rama le dijo a Sita: “…deposita to-
dos Tus divinos atributos y Tu esplendor en el fuego y actúa de ahora en
adelante como ser humano ordinario. Yo actuaré de la misma manera y
manifestaré dolor y ansiedad por Tu desaparición y mostraré los sufri-
mientos de la separación y de la soledad. El mundo conservará en su men-
te sólo la imagen de esta manera común de comportamiento y nos tomará
por humanos. La aceptará como una forma de conducta humana con sus
reacciones naturales. Recuerda que el más insignificante de nuestros actos
debe ser un ideal para los jefes de familia de todo el mundo. Debemos
mostrarnos como modelos de la relación entre marido y mujer, de confor-
midad con las instrucciones de los Shastras… Debemos conformar nues-
tras vidas de manera ejemplar, a fin de que el hombre común pueda inspi-
rarse en ellas y sentirse alentado a seguir los ideales que representan. De-
bemos actuar en este drama hasta la consumación final de la destrucción
de Ravana y de los rakshasas”. Para el hombre del siglo veinte, Baba ha-
ce una invitación abierta: “Sigan la disciplina y pónganse a prueba. Ven-
gan a Prashanti Nilayam y pónganse a prueba. Vengan a Prashanti Nila-
yam y quédense. Muévanse conmigo y experimenten Mi compañía y Mi
conversación. Escúchenme y obsérvenme y luego saquen sus propias con-
clusiones. Sumérjanse y conozcan la profundidad, coman y prueben el sa-
bor. Una disciplina paciente y sincera y la observancia de prácticas espi-
rituales son necesarias para conocer a Dios. Si la chispa de la fe ha de con-
vertirse en un fuego ardiente, tienen que cuidarla con solicitud”.
La invitación de Baba está dirigida a toda la humanidad. Sin embar-
go, antes de que uno se decida a aceptarla y vaya a Prashanti Nilayam, es
necesario leer de nuevo la primera línea de la invitación, para obtener el
máximo favor de Baba: “Sigan la disciplina y pónganse a prueba”. ¿Cuál
es esa disciplina y qué prueba quiere que hagamos? Es bien sabido que pa-
ra reconocer o diagnosticar una enfermedad es necesario poseer los cono-
cimientos de un médico. Pero, comúnmente, no es entendido que uno de-
ba poseer cierta conciencia antes de que pueda reconocer a un avatar. Del
mismo modo que un lego es incapaz de diagnosticar una enfermedad y ca-
rece de autoridad para dar opinión sobre un paciente, similarmente una
persona que no ha puesto en práctica la disciplina espiritual requerida es
incapaz de descubrir y reverenciar la divinidad en un avatar. Los grados
universitarios, los diplomas y la erudición son absolutamente inútiles y de
ningún valor para el fin de reconocer a un avatar. Sólo aquellas personas
que están conscientes de la “corriente” que hay dentro de sí mismas —el
Atma— tienen la posibilidad de identificar la fuente de poder que está an-
te ellas. Baba ha dicho que es esencial practicar las tres disciplinas si-
32
guientes para llegar a tomar conciencia de la divinidad que existe en todos
y también en el avatar:
1. Creación o srishti.
2. Preservación o sthithi.
3. Disolución o laya.
4. El tomar en cuenta todas las existencias anteriores o tilodhayak.
5. El dispensar gracia especial o anugraha.
38
Medallón creado por Baba (aumentado dos veces y medio). Baba es el resi-
dente interno del Lingam, el símbolo del principio divino sin forma, latente
en el hombre; el verdadero ser y la meta final en la cual todos los nombres y
formas logran su plenitud. La base (pitha) de tres ringleras del Lingam re-
presenta los tres gunas: satva, rajas y tamas, o sea: lo puro, lo activo y lo ob-
tuso, que deben ser mantenidos en perfecto equilibrio y finalmente trascendi-
dos para llegar a la meta simbolizada por el Lingam. La serpiente significa
las nocivas tendencias de los sentidos sin control, los cuales tienen que ser
gobernados y encauzados por los canales apropiados. Por lo general, se ofre-
cen una hoja, una flor, una fruta y un poco de agua, a los pies de loto del Se-
ñor, en señal de adoración. Baba dice que la hoja que se ofrece a Dios es el
símbolo del cuerpo humano purificado por la ingestión de alimento sátvico a
través de los cinco sentidos. La flor que se ofrece es la de un corazón puro y
sin traza de deseo, ira, codicia, apego, orgullo ni odio. La fruta simboliza la
mente inocente, que no tiene ningún deseo por el producto de las acciones.
Las lágrimas de alegría que surgen de la bienaventuranza del corazón son re-
presentadas por el agua usada para el baño ceremonial (Abhisheka). A veces,
un talismán como éste se vuelve oscuro después que ha sido llevado algún
tiempo por el devoto. Baba afirma que tales objetos imparten su luz divina a
quienes los portan y, a cambio, extraen el tamas u oscuridad. Por esto se po-
nen negros.
39
quien no está consciente de Su infinita capacidad de amor y trata de con-
finarlo en los estrechos límites de su propia mente. Por ejemplo, cuando
Baba manifiesta Su control sobre cualquier aspecto de la naturaleza —a
través de uno o más de Sus kalas— la gente con visión reducida no ob-
serva el amor hacia la humanidad y hacia los animales, que forman la ba-
se de tales actos. Las dos experiencias que voy a narrar ilustran ese amor
y esa compasión de Baba.
Hace como cuatro años, algunos aldeanos llegaron ante Baba en bus-
ca de alguna solución al problema de la sequía que afectaba sus tierras. Ba-
ba les dijo muchas cosas, entre ellas que tuvieran fe en el Paramatma y que,
dirigiéndose a El, oraran desde el fondo de sus corazones. Los aldeanos no
tardaron en poner en práctica el consejo de Baba. Las nubes comenzaron a
reunirse en los cielos azules y antes de que los aldeanos terminaran sus ora-
ciones, las lluvias vinieron. Llovió y llovió continuamente hasta que todos
los estanques estuvieron llenos.
Unas lluvias sin precedente durante el 25, el 26 y el 27 de agosto de
1975 en las dos áreas adyacentes a los distritos de Dharmavaram y Anan-
tapur habían causado ya desbordamientos en catorce represas. Las inun-
daciones resultantes habían barrido con las líneas de ferrocarril y destrui-
do puentes y carreteras; todas las comunicaciones en esa área quedaron in-
terrumpidas. El Valle Divino también estaba inundado. Los residentes de
Puttaparti rogaron a Baba que los salvara del amenazante diluvio que ya
había invadido la escuela del pueblo. Baba subió a una de las azoteas de
las casas, al este de Prashanti y examinó con calma la situación. Un solo
ademán de Su pequeña mano bastó para que las aguas empezaran a retro-
ceder. El agua comenzó a bajar y los aldeanos fueron así librados de mu-
chos problemas y sufrimientos. Estos dos relatos son breves, pero bastan
para ilustrar el amor y la compasión de Baba por la gente de los pueblos.
En este punto de nuestra historia sería interesante mencionar ciertos
poderes que se adquieren por la práctica de un tipo de yoga. Se llaman
siddhis. Después de observar una disciplina rigurosa que se extiende por
muchos años en el sendero yóguico, el aspirante obtiene esos siddhis co-
mo un subproducto de su búsqueda principal. Por ejemplo, un yogui pue-
de adquirir clarividencia o puede tener la facultad de teletransportar un ob-
jeto. Tales poderes son muy limitados en sus alcances y no son perma-
nentes. El lector quizás haya oído hablar de esos poderes y no debe con-
fundirlos con el aspecto de los poderes del Señor, que son infinitos, van
más allá de toda medida y nunca se acaban. Además, los Shaktis del Se-
ñor nacen con El en el avatar. El empleo de siddhis yóguicos por un aspi-
rante en su camino hacia Dios es tan inútil como dejar una carretera recta
para tomar un camino vecinal sin salida. Por lo tanto, Sri Ramakrishna so-
lía advertir a los aspirantes en el camino yóguico que fueran en contra del
uso de siddhis y les aconsejaba no poner atención en los poderes que pu-
dieran adquirir temporalmente como resultado de su sadhana.
40
En diferentes ocasiones se le han formulado al autor varias preguntas
en relación con Baba. Baba ha respondido a dudas similares, en una etapa
o en otra del pasado, y el autor ha reunido esas respuestas de Baba en el
parágrafo siguiente. Cada sentencia necesita ser estudiada y examinada en
particular para descubrir su significado más profundo.
“No traten de delimitarme, porque fracasarán en su intento; más bien
traten de descubrir sus propios límites; entonces tendrán más éxito en su
afán de descubrir Mi infinitud. Yo no practico el ascetismo, no medito so-
bre nada y no estudio. Tampoco soy un aspirante; no soy ni hombre ni mu-
jer, ni viejo ni joven; sin embargo, al mismo tiempo soy todos ellos. Soy
niño entre niños, estudiante entre estudiantes, mujer entre mujeres, hom-
bre entre hombres, y cuando estoy solo, soy Dios. Quiero que se acerquen
a Mí sin temor, es su derecho, así como piden algo a su padre por derecho,
¿no es así? Ustedes me ven hoy por primera vez, pero para Mí todos son
ya viejos conocidos; los conozco de cabo a rabo. No estoy atado por las
leyes de causa y efecto; por tanto, la ilusión no puede afectarme. He veni-
do para mostrarles cómo vivir de modo provechoso y cómo morir de ma-
nera útil. Si dan un paso hacia Mí, Yo daré tres pasos hacia ustedes. Soy
más feliz cuando una persona abrumada por la desdicha viene a Mí, pues
necesita más de lo que Yo tengo. Aquéllos que me adoran no están más
cerca de Mí que quienes no lo hacen. Todos son Míos.”
Cuando el Señor desciende a esta tierra como Purna Avatar viene con
un fin específico. ¿Cuál es tal fin? A la edad de catorce años, Baba tiró los
textos escolares y expresó a Su cuñada: “Me voy porque no les pertenez-
co, tengo una tarea que desempeñar, Mis devotos me esperan”. Ahora
bien, ¿cuál es la tarea a la que Baba hizo referencia entonces? El dijo cla-
ramente: “Mi tarea es no sólo curar, consolar y terminar con las desdichas
de la gente, sino algo mucho más importante. La eliminación de la mise-
ria y de la congoja es incidental a Mi misión. Mi tarea principal es el res-
tablecimiento de los Vedas y de los Shastras, tanto como la revelación de
los mismos a todos los pueblos. El restablecimiento del dharma es Mi me-
ta. La propagación de él por medio de la enseñanza es Mi objetivo. Los
Vedas son la raíz del dharma. La misión que he de cumplir es la de abrir
los ojos de ustedes a la gloria de los Vedas y convencerlos de que cuando
se ponen en práctica los mandatos védicos se producen los resultados pro-
metidos. Mi amor por los Vedas es igualado sólo por Mi amor hacia la hu-
manidad. Mi misión es cuádruple: vedaposhana (difundir los Vedas), vid-
vathposhana (fomentar la sabiduría), bhaktarakshana (alentar la devoción)
y dharmarakshana (restablecer el dharma). El avatar se comporta de ma-
nera humana con el propósito de que la humanidad se sienta emparentada
con El, pero el avatar se eleva a alturas sobrehumanas, a fin de que la hu-
manidad pueda aspirar también a alcanzarlas y a través de esa aspiración
llegar a El. El realizar al Señor dentro de ustedes como motivador es la ta-
41
rea para la cual El ha venido en forma humana. He venido para darles la
llave del manantial de la bienaventuranza (ananda) y decirles cómo beber
de esa fuente; porque han olvidado el camino hacia la beatitud. Yo no cau-
so ni alegría ni dolor; ustedes son los forjadores de esas dos cadenas que
los atan. Yo soy la personificación de la bienaventuranza (anandasvarupa).
Vengan a tomar ananda de Mí, moren en esa ananda y llénense de paz. Yo
no tomo nada de nadie, salvo su amor o su devoción. Esta ha sido Mi prác-
tica constante durante estos años, y la gente que viene aquí me da la ri-
queza de su fe, de su devoción y de su amor. En realidad, los problemas y
preocupaciones deben ser aceptados, ya que les enseñan la lección de la
humildad y la reverencia. No son sino carnadas mediante las cuales han
sido atraídos hacia acá. Yo los llamo a Mí y hasta les otorgo dádivas para
que ustedes puedan ir hacia Dios. Ningún avatar ha hecho esto antes: ir en-
tre la multitud y aconsejarla, guiarla, consolarla, elevarla y dirigirla por el
sendero de la verdad, del dharma, de la paz y del amor. Si ustedes se rin-
den y se entregan al Señor, El los guiará y cuidará. El Señor ha venido só-
lo para realizar esa tarea y afirma que lo hará, puesto que es la tarea real
que lo ha traído aquí”.
“Yo no los aliento a que practiquen la adoración de un solo nombre y
una sola forma, y en particular Mi nombre y forma actuales. No tengo de-
seo alguno de atraer gente hacia Mí mediante su alejamiento de la adora-
ción de Mis otros nombres y formas. De lo que ustedes llaman Mis mila-
gros, tal vez infieran que Yo atraigo a la gente y provoco el apego hacia
Mí y sólo hacia Mí. Pero no es así. Esos llamados milagros son simple-
mente pruebas espontáneas de majestad divina. No tienen necesidad algu-
na de cambiar su Dios o de adoptar uno nuevo, una vez que me han visto
o escuchado. Continúen con la adoración de su Dios conforme al modo
que les es familiar y comprobarán que se están acercando más y más a Mí,
pues todos los nombres y todas las formas son Míos”.
“De nada sirve que reconozcan tan sólo que el Señor ha venido, si no
anhelan el beneficio de Su advenimiento. En épocas anteriores, las encar-
naciones del Señor no fueron aceptadas por mucha gente. Aun sus parien-
tes, familiares y compañeros vacilaron en adorarlos. Sólo unos pocos sa-
bios que habían cultivado la visión interior a través del estudio y del sad-
hana conocían Su realidad interna. Pero hoy en día, cuando la fe y la ado-
ración están siendo menoscabadas, la buena fortuna que los ha traído ca-
ra a cara conmigo es algo que deben agradecer como resultado de los mé-
ritos que han hecho a lo largo de muchas vidas. No es frecuente tener tan
buena fortuna. Mi encarnación actual se está moviendo entre ustedes y
nuestra relación es algo único que debe mantenerse sin interrupción hasta
que lleguen a la meta. Si acercan a Mí su corazón, serán recompensados y
adquirirán una fracción del amor supremo. Esta es una gran oportunidad.
Tengan confianza en que todos serán liberados. Sepan que están salvados.
42
Muchos dudan de que las cosas mejorarán, de que la vida será feliz, ple-
na de alegría para todos y de que la edad de oro volverá. Yo les aseguro
que esta personificación del dharma, este cuerpo divino no ha venido en
vano. Tendrá buen éxito en superar la crisis que se ha presentado en la hu-
manidad.”
Era el 24 de noviembre de 1972. Había un grupo de devotos de As-
sam, casi 90, y Baba estaba distribuyendo entre ellos paquetitos de vibhu-
ti. A una mujer le dio varios, después caminó ante la fila y se volteó para
tirarle dos paquetitos más con la orden: “Ye billy ke liye” (“Estos son pa-
ra el gato”). ¿Quién era ese feliz gato que había atraído la gracia de Baba?
Todo había sucedido hacía unos ocho meses en el hogar de aquella seño-
ra de Gauhati, Assam. Se estaban preparando alimentos para algunos
huéspedes que ella había invitado a cenar, y su gato preferido miraba to-
do con interés. La tentación de un plato lleno de pescado fue demasiado pa-
ra el gato y decidió servirse tranquilamente. Agarró un trozo y se escurrió.
La mujer se enojó y con un palo corrió detrás del felino. En el momento en
que ella le pegaba, las imágenes de Baba en el santuario y en toda la casa
empezaron a moverse misteriosamente y dos de ellas cayeron de la pared
sobre una mesa. Sospechando un terremoto, todo el mundo corrió afuera de
la casa. Gradualmente, la mujer se dio cuenta de que quizás ésa era la ma-
nera en que Baba le estaba enseñando que debía tener bondad con los ani-
males. Puso al gatito en su regazo, y al acariciar su lomo descubrió que su
piel estaba cubierta de fragante vibhuti y amritha (néctar). Los ojos de la
mujer se llenaron de lágrimas de arrepentimiento, pero al pensar en la pre-
sencia de Baba en su casa se sintió rebosante de alegría.
En Su cuerpo anterior en Shirdi, Baba había protegido similarmente a
un gato atrapado de noche cuando robaba cuajada de una vasija. Aquella
vez, El había transferido la paliza a Su propio cuerpo a fin de que el gato
no sufriera. El secreto se descubrió a la mañana siguiente, cuando Baba
hizo una observación acerca de la gente que no le hacía caso cuando le
aconsejaba no comer cuajada y, encima de eso, le había pegado cuando
trató de quitársela. Ahí Sus palabras indicaban una completa unidad con
el gato, porque El era el motivador del animal. Hay muchos incidentes de
Su vida en Shirdi, anotados por Hemadpant, que indican unidad similar
con otros animales. Sri Kasturi ha registrado muchos episodios parecidos
de la vida de Baba en Puttaparti y en otros lugares, cuando derramó Su
gracia sobre muchos animales. Baba tiene varios animales. El autor ha vis-
to, por ejemplo, una docena de periquitos dentro de una enorme jaula ins-
talada en Su residencia en Bangalore. También había loros, pavos reales,
conejos, perros, camellos y una elefanta llamada Sai Gita, de la que pue-
de decirse que ha tenido el privilegio de poner a Baba una cantidad de
guirnaldas mayor que la de cualquier otro de Sus devotos.
43
En mayo de 1973, el autor pasó cinco semanas con Baba durante el
curso de verano dictado a estudiantes universitarios en Whitefield, Ban-
galore, por la Fundación Sri Sathya Sai. Fue una experiencia maravillosa
para el narrador, que se benefició en más de una manera. No sólo llenó la-
gunas que había en su educación con referencia a la cultura y la espiritua-
lidad de la India, sino que presenció una transformación asombrosa en los
estudiantes que participaron en el curso. Sin exageración se puede decir
que cada estudiante matriculado era una persona diferente al salir del cur-
so, al final del mes. Normalmente, unos pocos minutos de contacto con
Baba son suficientes para efectuar cambios en los valores que se tienen so-
bre la vida. ¿Puede el lector imaginar lo que les sucede a los participantes
en el curso, que tienen la buena fortuna de disfrutar continuamente de la
presencia de Baba durante cuatro semanas? ¿Cuál es el objeto de estos
cursos de verano y qué es lo que uno espera lograr? Estas preguntas en-
cuentran una respuesta mejor en el mensaje de Baba incluido en el volu-
men sobre el curso de verano, A Value Orientation to Our System of Edu-
cation (Una orientación valorativa de nuestro sistema de educación), edi-
tado por el profesor V. K. Gokak. Baba menciona primero el mal que afec-
ta a nuestras instituciones educativas y posteriormente alude a los ideales
que deberían motivar el sistema educativo de un país. He aquí algunas
muestras de lo que Baba dice:
“Las instituciones educativas deben ser humildes pero felices mora-
das de Sarasvati, la diosa de la sabiduría. Sin embargo, han degenerado en
pomposos palacios pertenecientes a Lakshmi, la diosa de la riqueza. Sa-
rasvati, a quien debe buscarse y alcanzarse a través de la virtud y la disci-
plina, es ahora comprada descaradamente con dinero. Esta distorsión de
los valores está llena de graves peligros para el país. La disciplina que de-
bería iluminar nuestro camino hacia la sabiduría es ahora como una vieja
lámpara ya cubierta de polvo. Virtudes tales como la renunciación, la in-
tegridad, la justicia y la veracidad deben ser los atributos naturales del
hombre. Pero éstas no se encuentran por ninguna parte ni siquiera en pe-
queña medida.”
“…Un ciudadano tiene, ante todo, que aprehender el dharma de la
ciudadanía, de sus responsabilidades, así como de sus deberes de ciuda-
dano. Sólo entonces tendrá derecho a disfrutar de sus privilegios como tal.
Ningún ciudadano tiene el derecho de presionar a otros para lograr sus fi-
nes egoístas.”
“…La educación aspira, entre otras cosas, a dar instrucción sobre las
leyes y propiedades de la materia. Debe también adiestrar al estudiante, en
una comprensión a fondo de las leyes y componentes de la personalidad
humana y fomentar su capacidad de discernimiento. La educación no se
puede considerar como tal, a menos que extraiga la leche de la bondad, la
afinidad y la hermandad humanas y logre una difusión universal de este
44
sentimiento; al mismo tiempo, debe proporcionar un conocimiento inten-
sivo y extensivo de la naturaleza verdadera del hombre y de la sociedad.
La educación debe también ser útil a los hombres en su vida diaria. Sólo
una existencia bien disciplinada y bien integrada, por parte de los estu-
diantes, podrá salvar de la ruina completa a ellos y al país. No hay otro re-
medio.”
“El sistema de educación vigente en la actualidad no tiene ninguna
provisión para el desarrollo del ‘poder del alma’. Nuestros estudiantes se
han olvidado de este poder interno. Eso explica las frecuentes exhibicio-
nes de su explosivo carácter y descontento. Están en las garras de estas
malvadas fuerzas. El poder del alma es muchísimo más potente que la
fuerza bruta. Todas las agitaciones mal dirigidas cesarán tan pronto como
los estudiantes se den cuenta de esta verdad. Nada puede igualar el perca-
tarse de ella; prepararse para tal fin puede constituirse en arma única y po-
tente en manos de los estudiantes. El poder del alma promueve una per-
sonalidad integrada, armoniosa y equilibrada.”
“…Ahora es posible comprender por qué este curso de verano ha si-
do planeado con todo detalle. Ha sido orientado para dar a las mentes jó-
venes y sensitivas una visión del mundo y un punto de vista comprensivo
de la gloriosa herencia de la India y de su esencial universalidad, así co-
mo de un sentido de sacrificio, integridad y resistencia. Por encima de to-
do, el curso intenta infundir en estas jóvenes mentes la eterna sabiduría del
pasado y su validez para inspirar a los individuos a llevar vidas nobles aun
en la hora presente. Sólo cuando este mensaje de la cultura india haya si-
do asimilado, el país tendrá la seguridad de paz y prosperidad duraderas.”
Un programa masivo que tiene como fin el renacimiento de la educa-
ción en la India ha sido iniciado por Baba, bajo los auspicios de la Fun-
dación Central Sri Sathya Sai. La espina dorsal de este programa es el
Centro de Bal Vikas (Centro para el Florecimiento de los Niños). Hay cen-
tenares de centros Sathya Sai Bal Vikas, dispersos por toda la India, en los
que se instruye a los niños con el propósito de que adopten un comporta-
miento ético y una conciencia espiritual. Miles de niños —desde la edad
de seis hasta la de 18— años reciben esa instrucción en clases que se rea-
lizan los fines de semana, bajo la guía de maestros especialmente prepa-
rados. Ha sido establecido el Instituto de Investigación Sathya Sai para
evaluar el efecto de estos cursos en los niños y tener de vez en vez infor-
mación de los resultados, con el fin de mejorar los programas de estudio.
El Departamento de Psicología Aplicada de la Universidad de Bombay
también está asociado y trabaja activamente junto con el Instituto de In-
vestigación, en la evaluación psicológica de esos centros de Bal Vikas.
Para atender a la educación superior de estos niños, Baba ha institui-
do colegios universitarios destinados a jóvenes varones y mujeres, de
acuerdo con los ideales que El ha establecido. El prometió que cada esta-
do de la India tendrá por lo menos un colegio Sri Sathya Sai, especializa-
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do en las diferentes ramas de enseñanza. Los colegios Sri Sathya Sai de
Artes y Ciencias, en Anantapur y Whitefield, Bangalore, son brillantes
ejemplos de la cristalización de Sus ideales de educación. Instituciones si-
milares están siendo fundadas en Bombay, Jaipur, Dharwar y Rajasthan.
Lo que estamos presenciando hoy es sólo la parte visible del iceberg. La
humanidad sentirá de lleno su impacto, en años venideros.
En Puttaparti, un día a finales de 1972, el autor hablaba con Baba
acerca del Gayatri mantra y de su lugar en la práctica. Esto ha sido rela-
tado en otra parte de este libro. Baba pidió luego al autor que llamara a un
señor X, que permanecerá incógnito en esta historia. Tardó alrededor de
20 minutos en localizar a ese devoto y cuando se le dijo que Baba quería
verle, corrió al grifo de agua más cercano, se lavó la cara y se enjuagó la
boca. El autor se preguntaba acerca de este repentino deseo de lavarse, pe-
ro contuvo su curiosidad. Baba interrogó al devoto: “¿Dónde has estado,
bangaru?” (Baba usa a menudo el término bangaru, que significa “oro”,
para nombrar a Sus devotos). “En ninguna parte, Swamiji; estaba aquí
adentro del Nilayam”, respondió. Baba inquirió: “¿No estabas detrás del
comedor?”. Luego Baba imitó con gran fidelidad el ademán de fumar un
cigarrillo, sugiriendo que el devoto había estado fumando secretamente,
detrás del comedor. El devoto miró con timidez hacia abajo y le pidió ayu-
da a Baba para dejar de fumar. Baba, bromeando, observó: “Sí, sí, Yo sé
todos tus esfuerzos por dejar de fumar. Son como este interruptor: se en-
cienden y se apagan. ¿Cómo puedo ayudarte ahora? ¿Acaso me pediste
ayuda para empezar a hacerlo? Ten mente fuerte, no blanda como un he-
lado. Al comienzo quizá sufras por no fumar, pero si perseveras y aguan-
tas, todo pasará. Swami está contigo”. Materializó rápidamente un anillo
con Su retrato y lo puso en el dedo de ese devoto. Luego materializó tam-
bién un poco de vibhuti y lo ofreció a todos los presentes. Y dijo: “La ma-
no que ahora toma este sagrado vibhuti y lleva Mi anillo, no debe soste-
ner ningún cigarrillo, ni ponerlo en los labios que están pronunciando el
nombre de Sai”. Cuando expresó esto, bendijo con gran afecto al devoto;
le dio palmaditas en el hombro y mientras éste se arrodillaba, El pronun-
ció durante buen rato algunos mantras sagrados, sobre su cabeza. Ese de-
voto renunció por siempre al cigarrillo.
La historia anterior ejemplifica el inmenso amor de Baba por Sus de-
votos y la manera dulce con la cual los empuja a dejar hábitos indeseables.
La historia también ilustra cómo Baba está consciente de la más mínima
acción de Sus devotos. ¿Es posible esconder algo a un TPS omnipresen-
te? Su conciencia lo penetra todo, pero sólo Sus devotos afortunados reci-
ben una reprimenda y la prueba de Su omnipresencia. Quizás algunos de-
votos se pregunten a menudo por qué Baba no está a favor del fumar,
cuando El mismo solía fumar la pipa de arcilla (chillum) en Su vida ante-
rior en Shirdi. Será de interés para el lector saber lo que Baba dice acerca
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Pathri Sai y Parthi Sai
del tema. En el curso de una conversación relativa a Su cuerpo anterior en
Shirdi, El hizo referencia a la pipa y observó: “Yo apenas fumaba, en rea-
lidad era Mahalaspati y los demás que querían fumar y así solían encender
la chillum y pasársela los unos a los otros”. Permitió fumar y aparente-
mente El también fumó sólo para fomentar la camaradería entre Sus más
cercanos devotos. Luego, en otra ocasión en que hablaba de Su cuerpo en
Shirdi, dijo al autor: “Los dos cuerpos son diferentes. Este está separado
y Aquél estaba separado. Las acciones del uno en Shirdi eran adecuadas
al momento, al lugar y al trabajo emprendido en ese entonces. Las accio-
nes del cuerpo actual son adecuadas al tiempo actual y al trabajo presen-
te. No pueden ser comparados en tales respectos”. Por eso no se puede de-
cir que Baba hacía tal o cual cosa en Shirdi y no lo hace ahora o vicever-
sa. Los devotos cometen el error de comparar a Baba con Su cuerpo, lo
cual, a su vez, da pábulo a esas dudas, que se disipan cuando se observan
a la luz de Su marca de fábrica divina. Es la misma Estrella del Cielo en
cuerpos diferentes, los cuales adecua a Sus propósitos en tiempos distin-
tos. La imagen de Baba sentado con la estatua de Shirdi en Su mano es
símbolo de esta verdad. Ha sido considerada especialmente por el autor
con el mismo propósito de ejemplificar esa verdad. Tara Pathri Sai y Tara
Parthi Sai. Las palabras Tara y Sai son comunes en ambos, sólo los luga-
res en que se ha ubicado cada uno de los cuerpos son diferentes.
En octubre de 1973, Baba habló a los voluntarios en Puttaparti, sobre
el tema de la autoridad y de cómo la gente que la ostenta o que asume res-
ponsabilidades debe dar un buen ejemplo a los demás. Para dar un ejem-
plo de Su punto de vista y causar un efecto dramático, Baba relató la his-
toria de Bhojraj y Kalidasa. Aquél era rey y buen gobernante, pero tenía
gran debilidad por el juego. Kalidasa era buen amigo de Bhojraj y lo co-
nocía suficientemente bien como para estructurar un plan que corrigiera
su hábito del juego.
Después que se terminaba la reunión de la corte, Bhojraj solía seguir
cierta ruta hasta la casa de juego, en su palanquín. Kalidasa, que sabía es-
to, se despeinó, se puso un traje ocre, se disfrazó de sannyasin y se paró
delante de la tienda de un carnicero situada en la ruta seguida por Bhojraj.
Entonces fingió estar vendiendo carne y mostrar mucho interés en las ac-
tividades generales de la tienda. Al ver este extraño espectáculo, Bhojraj
se detuvo y envió un mensajero para inquirir lo que hacía delante de una
carnicería un hombre con traje naranja. Kalidasa manifestó al enviado que
tenía por costumbre comer carne y que él sencillamente ayudaba a las ven-
tas. Bhojraj hizo que el mensajero volviera con instrucciones de indicar a
Kalidasa que, como sannyasin, estaba dando un mal ejemplo a la gente de
su entorno, puesto que el comer carne era incompatible con la túnica ana-
ranjada que llevaba. Kalidasa mandó a su vez otro mensaje, en el que res-
pondía que no sólo estaba acostumbrado a comer carne sino que también
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era aficionado a tomar vino y que no había mucho que él pudiera reme-
diar. Bhojraj entonces inquirió de dónde obtenía dinero el sannyasin para
comprar carne y vino. Kalidasa contestó que el dinero que necesitaba lo
ganaba en el juego. Entonces Bhojraj se dio cuenta enseguida de que ese
hombre del traje no era un sannyasin común y ordenó a los portadores del
palanquín que regresaran a su palacio.
A su regreso, Bhojraj envió por Kalidasa a quien, por ser su íntimo
amigo, deseaba relatar su ocurrencia. Pero cuando Bhojraj miró a Kalida-
sa con el disfraz del mismo sannyasin que antes había visto, le exigió una
explicación por ese peculiar comportamiento. Kalidasa le explicó que ha-
bía arreglado esa representación simplemente para beneficiarlo y dijo ade-
más que si un sannyasin jugaba no tenía nada que perder, pero que si un
rey jugaba tenía mucho que perder y le dio el ejemplo de Dharmaja, que
había perdido su reino, su esposa y todo lo que poseía. Añadió que si co-
mer carne, beber vino y jugar eran incompatibles con un traje anaranjado,
ser jugador tampoco era una cualidad deseable para un gobernante virtuo-
so que tenía que dar el buen ejemplo al resto del pueblo. Baba dijo: “Swa-
mi ha dado a todos ustedes un pañuelo anaranjado para que lo lleven con-
sigo, y comer carne, beber vino y jugar son actos incompatibles con la po-
sesión de ese pañuelo. Así también, ustedes los jóvenes deben comportar-
se y actuar de manera que no mancillen esta ‘Insignia del Servicio Divi-
no’ (Seva Dal) que es como un uniforme, sino que sean un buen ejemplo
para todos los que están a su alrededor”.
Baba dijo además: “Cuando el cuerpo actual (refiriéndose al Suyo) te-
nía ocho años, Swami preparó también un plan similar para corregir algu-
nos defectos en el comportamiento moral de los mayores de Su pueblo,
particularmente el del jefe. Todo el mundo solía mostrar gran respeto a
aquel hombre y él acostumbraba reunir a todos sus amigos a su alrededor
y charlar con ellos. Un día, Swami reunió a algunos niños y les enseñó una
canción, exhortándolos a que la cantaran en la calle del pueblo, en parti-
cular cuando el jefe estuviera charlando con todos sus amigos. (Aquí Ba-
ba cantó la canción en telugu. Decía: ‘Oh, ustedes que son inmorales y no
observan las reglas de la buena conducta, todos sus amigos los desprecia-
rán y dejarán, los vecinos les pegarán con sus zapatos’). Al oír la canción,
el jefe del pueblo se molestó bastante y les preguntó el nombre de la per-
sona que se las había enseñado. Como los niños eran inocentes y no co-
nocían el verdadero propósito para el cual estaban cantando, contestaron
que era Sathya, el de Raju, quien les había enseñado esa canción. El jefe
del pueblo mandó llamar a Raju, el padre de este cuerpo, y le pidió que
averiguara la fuente de donde Sathya había aprendido esa canción. Suce-
de que algunas de las cosas mencionadas en la canción eran también apli-
cables al padre de este cuerpo y así Raju exigió conocer la fuente de don-
de Sathya había tomado la canción. Swami le respondió que la canción se
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había originado sólo en El y que no la había aprendido de nadie más. En-
tonces Raju dijo: ‘Cómo es posible que un niño como tú componga tales
canciones’. Además, prohibió a los otros muchachos que cantaran en la
calle tales canciones que ridiculizaban a los mayores del pueblo”.
“Sathya dijo entonces a los otros muchachos que ya no cantaran en las
calles, pero en cambio decidió hacerlo El mismo. Raju llamó entonces a
Sathya y con muestras de cólera, exigió que le explicara por qué no había
seguido sus órdenes y cantaba esa mala canción por las calles del pueblo.
Sathya contestó que él (Raju) sólo había impuesto tal prohibición a los
muchachos y no a El, y que además si la canción era tan mala, de seguro
el comportamiento de los adultos era aún peor. Las lágrimas salieron de
los ojos de Raju y poniendo su mano en la de Sathya le prometió que en
adelante no tendría que decirle nada más. Raju fue a ver al jefe del pueblo
y a sus amigos; después de la visita, corrigieron su comportamiento.” En
este punto, Baba corrigió al doctor Bhagavantham, que traducía Su dis-
curso del telugu al inglés, y le pidió que usara la palabra gang (pandilla)
en vez de “amigos”. Baba explicó que la palabra “amigo” era aplicable só-
lo a quienes se dedicaban a las buenas acciones, mientras que la palabra
pandilla era usada para denominar a los que obraban mal, por ejemplo,
una pandilla de ladrones.
Entonando canciones similares y usando otros métodos de acción en la
escenificación de dramas pueblerinos, el joven Sathya ya había comenza-
do Su trabajo de restablecimiento del dharma (dharmastapana) en Su pue-
blo, bastante antes de lo que anunció y declaró a la edad de catorce años.
El solía escribir, dirigir y actuar en esos dramas, con tal habilidad y finura
que aunque el mensaje que llevaban fuera la amarga verdad para los ma-
yores, la aceptaban con alegría. Aun hoy, Baba escribe dramas para los es-
tudiantes de Sus colegios y El mismo los pone en escena con minucioso
cuidado, vigilando el más mínimo detalle. Muchas veces el autor ha esta-
do con El en el salón verde, alistando a los muchachos para la representa-
ción final y Baba no sólo supervisa maquillaje y trajes, sino que El mismo
los instruye y demuestra los gestos pertinentes de acuerdo con el traje de
cada cual. Baba dice: “Hoy no es posible corregir a la gente con sólo can-
tar canciones, por tanto, Swami tiene que usar otros métodos para enmen-
dar su comportamiento. Los dramas escenificados aquí por los estudiantes
y otras personas durante los varios festivales tienen el mismo fin: impartir
sabiduría”. Podríamos decir que Baba usa tal diversidad de métodos para
la corrección y guía de los hombres como individuos hay. Conociendo su
pasado, su presente y su futuro, sólo El sabe cuál es el mejor sistema que
hay que adoptar para un individuo en particular, y el receptor de tal gracia
correctiva debe estar siempre seguro de Su incomparable amor divino.
Las celebraciones de Dassera y del Saptah Yajna tienen lugar cada
año, en Prashanti Nilayam. El yajna se realiza para beneficio de toda la
humanidad y confiere varios dones espirituales a los participantes. Alre-
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dedor de cuarenta mil personas vienen de todas las partes de la India y de
países extranjeros para aprovechar la rara oportunidad de participar en un
yajna conducido en presencia de un Purna Avatar. Un joven de alrededor
de diecinueve años había venido del estado de Uttar Pradesh, con su an-
ciano padre, para tomar parte en la celebración. El padre se enfermó de re-
pente después del festival y, a pesar de los buenos cuidados médicos, mu-
rió el 28 de octubre de 1974. El joven hijo quedó desconsolado. En la ma-
ñana del día 29, el autor lo encontró sentado con otros devotos, debajo del
porche del mandir, esperando el darshan de Baba. Baba salió de Su habi-
tación y al pasar delante del muchacho, le dijo que controlara su dolor y
que dejara de llorar. Luego caminó entre las personas que lo esperaban pa-
cientemente sentadas en ordenadas filas, para seleccionar a las personas
que entrevistaría. El afligido muchacho fue llamado al cuarto de entrevis-
tas, junto con dos hombres más; se quedó adentro unos siete minutos y,
cuando salió del cuarto, el autor notó un cambio notable en él. Su cara ya
no estaba afligida y al hablar con el autor, el esbozo de una sonrisa se di-
bujaba en sus labios. Su frente estaba cubierta de vibhuti y sus manos lle-
nas de paquetitos de vibhuti. Estaba tranquilo e irradiaba confianza en sí.
Las pocas lágrimas que todavía corrían por sus mejillas ya no eran de do-
lor sino de la felicidad que había experimentado hacía pocos momentos.
En ese lapso, le había sido mostrada la verdad acerca de las relaciones cor-
porales, y las semillas del desprendimiento habían germinado ya como re-
sultado del conocimiento de la verdad. El autor fue una vez más, testigo
de la alquimia del amor de Baba, que había logrado esa transformación en
el espacio de unos pocos minutos. Tales milagros son también parte inte-
gral de Su divina gracia, aun cuando en las mentes de la gente sean eclip-
sados por aquéllos que tienen un aspecto físico concreto. Millones de de-
votos de Baba han experimentado tales transformaciones: verdaderos mi-
lagros se han producido en sus corazones por medio de un toque divino,
de una palabra divina o una simple mirada de la divinidad. A través de ese
amor, la divinidad había hablado al muchacho, permitiéndole tocar “Sus
pies de loto” y dándole una prueba de amor divino. Un amor tan potente
e iluminador que, aunque había perdido a un padre físico hacía unas po-
cas horas, hizo que el muchacho sintiera dentro de sí que había ganado un
padre espiritual a cambio.
El amor divino es en verdad una cosa muy sagrada y aun cuando Ba-
ba no poseyera ninguno de los otros 16 kalas, esta cualidad sola lo distin-
guiría del resto de la humanidad como un ideal. Y sin embargo, la para-
doja es que se acerque gente de todas las clases, matices y temperamen-
tos. Esa es la experiencia del autor. Aun criminales endurecidos, bajo sen-
tencias de encarcelamiento, han sucumbido a esa arma del amor que les
llegó en forma de una carta divina, modificando su destino.
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“Yo soy Anandasvarupa, la personificación de la bienaventuranza. La
ananda que de Mí reciben y experimentan es Mi alimento; la bienaventu-
ranza es Mi alimento y Mi sostén.” Esta frase de Baba contiene una rique-
za de significados espirituales muy profundos. El amor divino produce
ananda, tanto en El como en nosotros, y puesto que El es Premasvarupa o
la personificación del amor divino, está perpetuamente en ananda y es, en
efecto, una personificación de la ananda, de la que nunca puede separarse.
Sólo cuando pongamos en práctica —(o por lo menos tratemos de hacerlo)
durante nuestra vida—, así sea sólo una fracción de ese estado de concien-
cia de amor incondicional hacia todos los seres y no obstruyamos o cause-
mos daño o mal alguno a nadie por motivos egoístas, nosotros recibiremos
ananda. Es esa ananda, que El experimenta como nuestro residente inter-
no, que se vuelve Su alimento y Su sostén. La imagen de Baba sentado en
el columpio (jhula) y vestido con una túnica blanca transmite en pequeña
medida la personificación de la bienaventuranza que El es y la misma que
el autor experimentó en el momento de tomarle una fotografía. Cuando Ba-
ba vio el retrato observó: “¡Ah! ¡Qué bienaventuranza tan grande… repro-
dúcela… dará gran felicidad a muchísimos devotos!”
Antes de mayo de 1974, el autor era soltero y sus amigos a menudo
solían hacerle bromas acerca de si se casaba o no. Desde luego, cuando se
trata de hacer bromas, Baba no es ajeno a ellas y con Su excelente senti-
do del humor, extrae el máximo de diversión de cualquier oportunidad. El
es verdaderamente un experto en lo que atañe al manejo de las circuns-
tancias para crear tales situaciones. Algunas no tienen ninguna importan-
cia espiritual y El declara, al final de todo, que era sólo una broma (ta-
masha). Pero otras, son oportunidades que da a Sus devotos, de probarse
a sí mismos y controlar sus reacciones. Por ejemplo, en el espacio de vein-
ticuatro horas, puso una vez al autor en situaciones radicalmente opuestas
una de otra. En una de ellas era la parte agraviada y en la otra, el acusado.
A veces, Baba mostrará Su divinidad a una de las partes de una pareja, de-
jando a la otra en la oscuridad acerca de Su naturaleza. Desde luego, en la
pareja, habrá argumentos y diferencias de opinión sobre Baba.
Sabiendo que el autor era soltero, Baba le dijo una vez que llamara a
su esposa y a su suegra, en presencia de unos amigos. El autor solía ser
objeto de las bromas de Baba hasta que un día, mientras viajábamos con
El en un avión para Belgaum, a comienzos de 1974, Baba preguntó al au-
tor si quería casarse. Luego se sentó a su lado y habló veinte minutos so-
bre el matrimonio desde el punto de vista del autor. Le aseguró que una
firme conexión se había establecido entre el autor y el Atma —indicándo-
se a Sí mismo— y que podía embarcarse en la vida matrimonial sin vaci-
lación de ninguna clase. En efecto, le aseguró al autor que un paso de esa
clase ahora, sería de mayor ayuda aun para su progreso espiritual. Baba
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escogió después a la muchacha y le informó que El mismo realizaría la ce-
remonia del matrimonio en Brindavan en Whitefield, Bangalore, durante
el mes de mayo. Las palabras de Baba fueron como néctar para el autor.
La celebración por Baba fue sencilla y corta, en Su residencia de Ban-
galore. Después, el autor y su esposa tuvieron una segunda ceremonia en
Bombay de acuerdo con las tradiciones y costumbres zoroastrianas. Baba
materializó dos anillos al final de la ceremonia, en forma simultánea, con
un solo movimiento de Su mano y nos los entregó. La Estrella del Cielo
había arreglado, llevado a cabo y bendecido nuestra unión.
Al fin, Baba dio una charla sobre el dharma correspondiente al dueño
de casa o jefe de familia (Grihasta dharma) según está establecido en
nuestras sagradas escrituras. Se reproducen a continuación algunos puntos
importantes:
“El matrimonio es una unión de cuerpo, mente y alma. Antes del ma-
trimonio tienen completo derecho sobre sus cuerpos, pero después sólo la
mitad les pertenece. El lado derecho de la esposa es el esposo y el lado iz-
quierdo del esposo es la esposa.”
“El esposo y la esposa son como la locomotora y el vagón. Para fun-
cionar de una manera útil en la vida deben estar unidos. Uno es inútil sin el
otro. El esposo y la esposa deben comer acompañados uno del otro. Todos
los actos de naturaleza social y religiosa deben realizarlos al mismo tiempo
en compañía del otro. Por ejemplo, la caridad deben hacerla juntos.”
“En el Grihasta dharma, los deberes son como sigue: primero el es-
poso, después el mundo y luego Dios. En el sannyasa, el primer deber es
hacia Dios, luego el mundo y después el ‘yo’ o el ser”.
“El trabajo es adoración y el deber mismo es Dios. El deber sin amor
es deplorable; el deber con amor es deseable; el amor sin deber es divino.”
“La esposa, como Diosa Lakshmi de la casa, debe estar siempre son-
riente e irradiar amor. Esa es la verdadera belleza. El apilar un pelo enci-
ma de otro y hacerse peinados extravagantes no es belleza”.
“Antes del matrimonio el deber era: ‘Adora siempre a tu madre como
a Dios’ y ‘adora siempre a tu padre como a Dios’. Después del matrimo-
nio, los padres de la muchacha ya no tienen ningún derecho sobre ella, y
ella debe considerar en adelante a sus suegros como sus padres. El servir
a los suegros es su deber, pero aunque la esposa tiene que obedecer a su
esposo, debe ejercer la autoridad conjuntamente con él. La esposa debe
adquirir confianza en sí misma, porque la autoconfianza es la base y la au-
torrealización es la meta de la vida”.
Cuando se mueve uno en compañía de la divinidad, se encuentra a
menudo con gente que por medio de la gracia de Baba ha experimentado
curas espontáneas de enfermedades llamadas incurables. Cuando el pa-
ciente ha sido declarado desahuciado o cuando algún órgano principal del
cuerpo, como el hígado o ambos riñones, han sido dañados más allá de to-
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da posible recuperación, Baba ha curado espontáneamente a esos pacien-
tes. No es el propósito enumerar aquí todas las curas que el autor ha visto
personalmente, sino mencionar una espontánea que él mismo experimen-
tó durante su estancia en Prashanti Nilayam en octubre de 1974. Debido
al uso equivocado de gotas nasales vasoconstrictoras, en su adolescencia
y durante un largo período de tiempo, el autor se había provocado una ri-
nitis atrófica. A pesar de ser una dolencia relativamente menor, es incura-
ble y presenta síntomas bastante indeseables que son más una molestia
que otra cosa. Cierto día, en el curso de una conversación con Baba, el au-
tor hizo mención, casualmente, de estos síntomas. Baba dijo: “Swami sa-
be todo al respecto y también acerca de las operaciones recomendadas por
varios médicos, pero ya no debes preocuparte. Swami te va a curar”. Di-
ciendo esto, Baba pasó Su dedo índice encima del puente de la nariz del
autor. Algunas horas más tarde, éste se dio cuenta de que ya no tenía los
síntomas y no los ha vuelto a tener desde entonces. Los había sufrido du-
rante cerca de veinte años o más, había consultado a varios especialistas
entre sus colegas en el Reino Unido y en la India y le habían asegurado
que tendría que acostumbrarse a vivir con ese padecimiento. Algunos lle-
garon a recomendarle operaciones en el seno maxilar para corregir el ta-
bique nasal, entre otras cosas. Sin embargo, el autor sabía lo suficiente
acerca de la enfermedad como para no permitir a ninguno de esos señores
hurgar en su nariz, y estaba resignado a soportar la presencia de tales sín-
tomas, hasta que Baba los eliminó. Verdaderamente, Su amor no conoce
límites y no hay límite para lo que El hará en favor de Sus devotos.
Baba ha dicho: “Por cada acto de Mi gracia que tú conoces hay mi-
les que desconoces”. Hay muchos ejemplos consignados por escrito, en
que Baba ha transferido la enfermedad de un devoto a Su propio cuerpo.
Lo ha estado haciendo tanto en este cuerpo como en el anterior en Shirdi.
El permite que Su cuerpo sufra la enfermedad durante cierto tiempo, co-
mo cualquier otro cuerpo humano, y luego se cura a sí mismo en un mi-
nuto. Detiene la enfermedad en el momento en que decide que el tiempo
para que sea eliminada ha madurado. Durante el curso de verano en Whi-
tefield —en el año 1973— el autor vio a Baba pronunciar Sus discursos
dirigidos a los estudiantes espirituales, diariamente, durante hora y media,
aunque estuvo soportando una temperatura de 41 grados, en muchos de
esos días. En determinado momento, El dijo al autor: “Si Yo consiento es-
ta fiebre entonces desembocará en coma. La fiebre no me afecta”. El úni-
co tratamiento, por así llamarlo, que El tomaba para bajar la fiebre, eran
baños fríos durante el día.
El ejemplo más notable de Baba asumiendo una enfermedad ocurrió
en presencia del autor, durante las celebraciones de Navaratri, hecho que
continuó hasta diciembre de 1974. Tuvo presión arterial alta en Su cuerpo
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y mostraba señales y síntomas representativos de tal anormalidad. El doc-
tor C.G. Patel, un médico de Baroda, tuvo el privilegio —otorgado por el
mismo Baba— de atenderlo. No era que El requiriera de un médico, pero
como ya se explicó antes, Baba tiene que representar el papel de un ser hu-
mano ordinario y permitir que Su cuerpo sufra, hasta que El mismo de-
tenga la enfermedad. En ese Su juego o lila, la presencia de un médico era
necesaria para completar el cuadro. El doctor Patel llevó notas minuciosas
del diario progreso de Baba, como también de los datos obtenidos en una
serie de exámenes y pruebas patológicas. No es el propósito de nuestro re-
lato detallar toda la historia clínica de esa enfermedad que Baba asumió
voluntariamente, sino narrar lo que el autor mismo vio y lo que Baba le
dijo en relación con ese mal.
Durante Su enfermedad, Baba siguió realizando todas Sus actividades
normales en los festivales de Navaratri y Dassera, dio entrevistas, mantu-
vo reuniones con varios funcionarios de las Organizaciones Sai, pronun-
ció muchos discursos durante el yajna y también durante los festivales de
Dipavali y de Su aniversario, inclusive uno maratónico en Bukkapatnam.
Sin entrar en detalles, bastará mencionar aquí que el autor, durante todo
ese tiempo, había detectado varios signos y síntomas de hipertensión arte-
rial que afectaban gravemente el cuerpo de Baba. Los acontecimientos fi-
nales que conducen al clímax de nuestra historia comenzaron el 27 de no-
viembre, cuando Baba decidió ir a Bangalore desde Prashanti Nilayam.
Aquella mañana, el autor había estado sentado durante los bhajans,
debajo del porche, es decir, fuera del templo de oración. El arathi había
terminado y Baba entró en Su habitación. Normalmente el autor, se habría
retirado, pero un sentimiento instintivo lo impulsó a acercarse a la puerta
de la habitación de Baba. Inmediatamente la puerta se abrió y Baba salió
con una cesta llena de paquetitos de vibhuti. Dio un puñado de paquetitos
al autor, con instrucciones de seguir Su auto de cerca en el camino hacia
Whitefield, Bangalore. Luego, El distribuyó más paquetes de vibhuti en-
tre algunas otras personas y se retiró a Su habitación.
En la tarde, alrededor de las 4.15 horas, partimos para ese viaje me-
morable. El asiento delantero estaba ocupado por Karuniananda, Shrini-
vasan, un estudiante y D.V. Rama Rao, que iba manejando. Baba, el doc-
tor Patel y el doctor Bhagavantham estaban en el asiento de atrás. El au-
tor iba acompañado por su esposa y otras dos damas, además del chofer.
Siguió al auto de Baba y una docena más de coches se unió a la procesión.
En las primeras etapas del viaje, el auto de Baba se detenía de vez en cuan-
do para distribuir dulces a los pobres aldeanos y a sus niños. El autor po-
día ver a Baba sonriendo, al tiempo que sacaba y entraba por la ventani-
lla, parcialmente abierta, su mano, desde la cual caían alimentos en las an-
siosas manos de ancianos y ancianos que estiraban el cuello para tener si-
quiera una breve visión de El sentado dentro del auto. A veces había sólo
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una pareja de niños muy pequeños aguardando ver a su Baba y eran re-
compensados no sólo con Su darshan sino también con dulces que no es-
peraban. Sus caras brillaban de alegría. El auto se detenía y Baba, con una
sonrisa, dejaba caer los dulces y luego seguía adelante. La emoción y la
alegría sentidas por esos pobres niños es algo que no puede ser descripto
con palabras. Observar aquello en compañía de Baba es como experimen-
tarlo en el propio ser. Cuando la ruta escogida atravesaba pueblos donde
ya se había corrido la voz de la llegada de Baba, la caravana de coches se
tenía que abrir paso entre filas y filas de gente que, en el borde de la ca-
rretera, gritaban: Bhagavan Sri Sathya Sai Babaji Ki Jai.
Una hora y media después de iniciado el viaje, el autor notó que Ba-
ba había estado apoyando Su cabeza en el respaldo del asiento, lo cual era
algo insólito en El. Las damas también lo notaron y creyeron que el pobre
Swami debía estar sintiéndose muy cansado. Luego Baba inclinó Su ca-
beza en el hombro del doctor Patel y las damas empezaron a sospechar
que había algo más que cansancio. El autor se dio cuenta de sus senti-
mientos, por los diversos comentarios que provenían del asiento trasero.
El coche de Baba se detuvo. El doctor Bhagavantham se cambió al asien-
to delantero junto con Shrinivasan, quien tomó el volante. Karuniananda
y Rama Rao pasaron a otro coche. Baba se reclinó en el asiento trasero,
con el doctor Patel a Su lado. Los coches continuaron el viaje a los pocos
minutos y sólo algunos de los ocupantes de los demás automóviles se en-
teraron de lo que había sucedido en el de Baba. El autor dijo a las damas
acompañantes que la presión arterial de Baba debía haber subido y que por
eso estaba descansando. Pero las damas sospecharon lo peor y tenían mie-
do de que algo terrible le hubiera sucedido a Swami. Una de ellas estaba
casi llorando. La otra dijo que Swami debía estar sintiéndose mal debido
al mareo, lo mismo que ella solía sentir durante un largo viaje en coche.
El autor explicó que era un lila de Baba lo que estaban presenciando y que
todo estaría bien en poco tiempo. Como devotos, era nuestro deber preo-
cuparnos, pero al mismo tiempo debíamos estar conscientes dentro de no-
sotros mismos, de que Baba es la divinidad, y de ello sacar fuerza y con-
fianza para permanecer tranquilos. Después de todo, ¿qué puede suceder-
le a la divinidad? Nada, nada en absoluto.
El Sol se había puesto y una leve penumbra dibujaba las montañas de
Nandi a lo lejos, como fantasmales siluetas contra un cielo naranja oscu-
ro. Chikbalapur estaba a pocos kilómetros. De repente, Baba se sentó y vi-
mos cómo hablaba con el doctor Patel. Después de unos pocos momentos,
la caravana se detuvo. Baba salió de Su coche y caminó derecho hacia el
del autor. Un camión se estaba acercando con las luces encendidas y Ba-
ba metió rápidamente la cabeza en la ventanilla y explicó que no quería
ser visto por los ocupantes del camión. Luego empezó a reprender a las
damas del asiento de atrás, por haber temido por la seguridad de Swami.
56
El declaró: “Yo soy Ghosha” y lo repitió varias veces: “Yo soy Ghosha,
¿cómo podría entonces haber algo que me afectara? Ninguna enfermedad
puede tocarme. Durante estos últimos días he tenido la presión entre 110
la diastólica y 280 la sistólica. ¿Por qué se preocuparon? Nada puede su-
cederle a este cuerpo. Tiene que durarme hasta que se cumplan los próxi-
mos cuarenta y siete años, que será cuando Yo lo deseche. Yo soy Ghos-
ha”. Luego Baba miró a la dama (que antes había supuesto que Swami se
sentía mareado) y con brillo en Sus ojos le dijo: “A veces los médicos y
algunas otras personas dicen que Swami se siente mareado y débil, pero
no es así; Swami nunca se siente débil. No teman. En este momento sien-
to cierto entumecimiento en este brazo, pero Yo no me preocupo dema-
siado por este cuerpo, ya que nada puede afectarme. Yo soy Ghosha”. Con
esta frase contundente nos dejó y volvió a Su coche. El anterior monólo-
go había sido expresado en inglés.
Rama Rao sacó del auto de Baba una cesta para merienda, de propor-
ciones gigantescas. Estaba llena de dulces y de toda clase de cosas sabro-
sas que fueron distribuidas entre los ocupantes de los demás vehículos.
Baba llegó a Brindavan, Whitefield, ya tarde. Al día siguiente des-
cansó y, por la noche, Su presión arterial subió a 260 la sistólica y Su cuer-
po presentó los síntomas de un ataque. Claro está que el autor no se sor-
prendió, ya que Baba mismo había dado una indicación del futuro curso
de los acontecimientos el día anterior, cuando mencionó el entumeci-
miento de Su brazo. Sin embargo, pocas horas después estaba bien y Su
presión era ya normal a finales de diciembre. Ese día, el doctor Patel refi-
rió al autor lo que Baba había dicho cuando se incorporó en el coche des-
pués de recostarse un rato durante el viaje; fue lo siguiente: “Las damas
que van en el coche de atrás están asustadas y derraman lágrimas pensan-
do que algo terrible le ha sucedido a Swami”. Esa observación de Baba y
la otra acerca de que Swami nunca se sintió mareado, son pequeños ejem-
plos de Su omnisciencia y omnipresencia.
Ghosha significa sonido, movimiento o vibración. También significa el
Pranava u Om — — que es la palabra o sonido primigenio de la crea-
ción. Toda la creación, en su forma última, consiste en movimiento o sea,
en una masa vibratoria de energía. Cuando Baba dijo: “Yo soy Ghosha”,
significaba que El mismo era la energía primaria que asumía varias for-
mas y constituía aquello que se conoce como la materia. Ese es Su aspec-
to de Shakti o Mazda. Con referencia a Su cuerpo, la declaración signifi-
caba que El mismo era la vibración inicial a través de la cual Su cuerpo
había sido creado; y siendo así, ¿cómo podía esa vibración original ser
afectada por una enfermedad? Aun la enfermedad, en cualquier forma que
se manifieste, se origina forzosamente en esa misma energía primaria y
por lo tanto, la enfermedad es sólo una apariencia que encubre, temporal-
57
mente, lo fundamental que es Ghosha. Al declarar: “Yo soy Ghosha”, Ba-
ba también proclamaba Su aspecto de Shakti, que es el mismo Universo
manifiesto.
Contemplar esta verdad es conocer la relación de hombre a hombre y
el misterio del universo. Eko hum Bahusium. El Uno se ha multiplicado.
Comprender y captar esta verdad, es comprender el propio ser y co-
nocer en pequeña medida la divinidad que es Baba.
Practicar esta verdad y vivir de acuerdo con ella es pisar el camino del
amor que lo lleva a uno a conocer y a sentir la divinidad dentro del propio
ser. En verdad, ése es el Reino del Cielo. Es Su reino sin nombre, incon-
mensurable para el hombre y eterno, más allá del tiempo.
La Estrella del Cielo, que es el propio ser de uno mismo, mora allí por
siempre jamás.
Estos son los secretos y misterios de TPS.
58
Un Mensaje Divino
68
Armonía entre Ciencia y Religión
Pero se desesperó y dio fin al poema con dos líneas más absurdas que
las primeras:
La tarea del curso estaba cumplida, pero cuán fútil, cuán patético e
inútil fue el resultado. Así también, al hombre le ha sido asignada una ta-
74
rea: realizar su verdadera identidad en esta vida durante los años que pa-
sa entre el nacimiento y la muerte. La vida es como una pompa de jabón;
puede desbaratarse en cualquier momento. Inconsciente de su precaria
burbuja de vida, la gente llamada educada persigue felizmente cualquier
capricho y anhelo de su ego. Algunos “egos” cumplen con sus tareas dur-
miendo la mayor parte del día o jugando a las cartas. Otros ven la televi-
sión, van al cine o leen novelas inútiles, o pasan el tiempo corriendo tras
una pequeña pelota de un extremo a otro de la cancha, y luego se quejan
de que no tienen tiempo para cosas como la indagación espiritual de la na-
turaleza de su propio ser. ¡Cuán fútiles resultarán aquellos pasatiempos
ante la muerte que se acerca rápidamente! El logro más grande del hom-
bre no será el de viajar por el espacio, sino el de conocerse a sí mismo.
Hoy en día, las naciones compiten unas con otras para construir radiote-
lescopios más grandes y mejores con los cuales explorar la inmensidad
misma del espacio. Hay una gran excitación cuando se recibe cualquier
señal, por débil que sea, desde una distante galaxia. Pero el hombre no ha
aprendido todavía a medir las profundidades de su propio espacio interno
ni a escuchar las débiles pero persistentes señales que le da su propio ser;
si da oídos a esas señales, mas si ignora su ser, se vuelve esclavo de su
destino. Cuando a Mahoma le preguntó su pariente Alí: “¿Qué he de ha-
cer para no perder mi tiempo?”, el Profeta le respondió: “Aprende a co-
nocer tu propio ser” y dice en el Corán: “Aquél que ha comprendido su
propio ser ha comprendido a Dios”.
Si el lector ha interpretado fielmente la historia de TPS y ha com-
prendido Su mensaje, entonces habrá dado los primeros pasos hacia la in-
vestigación sobre el lazo que ata al hombre con la fuente de la cual pro-
cede. La indagación intelectual de este capítulo es como el alfabeto espi-
ritual. Es la llave que abrirá todas las puertas de la residencia interna, del
templo de la suprema paz del corazón. Sin embargo, parece que las ce-
rraduras están oxidadas y necesitan aceitarse para que la llave gire suave
y rápidamente. El aceite del sadhana quitará toda la herrumbre acumula-
da durante años y dejará limpias las cerraduras. Sadhana significa llevar
a cabo prácticas espirituales disciplinadas; las cerraduras simbolizan el
cuerpo, la mente y el corazón. Los tres tienen que ser purificados por me-
dio de un sadhana constante, practicado con sinceridad, fe y devoción y
dedicado al Dios escogido o el Ser interno. El sadhana debe ser de tal in-
tensidad y tan completo que no sólo debe practicarse durante cada mo-
mento del estado de vigilia, sino que también ha de volverse parte del es-
tado de sueño.
Cada individuo debe trazar su sendero, su propio sadhana según va
avanzando, y a cada paso tratar de ganar la gracia del Señor y mantenerla
fluyendo continuamente hacia El en todo momento. Esa es la prueba del
propio sadhana y del progreso del camino espiritual.
75
LLUVIAS DE TIRTHA:
“Hay tres tipos de individuos, hoy en día. Algunos ya se han realizado a través del
sacrificio y de la adquisición del amor y la gracia divinos. Otros se mueven dentro
de los límites establecidos por los antiguos sabios y siguen las normas de la so-
ciedad. Estos adquieren moralidad, bondad y felicidad. Hay otros más, que se de-
jan llevar por las corrientes de los acontecimientos cotidianos y son incapaces de
salvarse de la última calamidad.” Baba
El lector debe distinguir a qué categoría pertenece y luego tomar las medidas
apropiadas para recibir las “Lluvias de Tirtha” que transmiten el divino amor y la
gracia de Baba y que le darán satisfacción, paz y bienaventuranza. Miles de per-
sonas reciben estas tres cosas excepcionales de El y las llevan consigo cuando re-
gresan a sus hogares. La fotografía muestra una mínima parte de la gente que asiste
al auditorio que, en ocasiones festivas, se llena a veces más allá de su capacidad,
semejando una continua masa humana que se derrama dentro de los predios del Ni-
layam. En aquella ocasión, en 1972, Baba habló de la sincera devoción del difun-
to Sri Poonamchand Kamani y de su interés en la construcción de ese enorme au-
ditorio. Poonamchand tenía una mentalidad humilde y llena de amor hacia todos,
y por eso Baba le puso al auditorio el nombre de “Poornachandra” (Purnachan-
dra), que significa Luna llena; es un llamado para que todos los que se reúnen en
él traten de que sus mentes sean puras, compasivas y tolerantes. La Luna llena, al
reflejar la gloria del Sol, es un recordatorio simbólico de la mente pura en plenitud
que refleja la gloria del Ser Divino o Atma.
76
El Sanathana Dharma
y la religión de Zaratustra
83
Sólo Dios puede derramar tal amor o, quizás, una persona que haya
trascendido los gunas o cualidades. Baba es la personificación de ese amor,
amor del que se pueden recibir pruebas que resultan experiencias inolvida-
bles —más bien diremos sagradas y divinas— es decir, la unión con la di-
vinidad misma. Sería imposible que el autor tratara de describir esta expe-
riencia, porque no se puede expresar en palabras. Es algo semejante a estar
en comunión con el propio ser. Después de la experiencia, se puede decir
que quien la vivió toma conciencia de ser uno con aquello que está conte-
nido en Baba. Es una fugaz Visión de lo Divino. Todo el mundo tiene de-
recho a esa experiencia y a mucho más; es su mismísimo derecho de pri-
mogenitura. Sométanse a su disciplina y acérquense a El con valor y con-
fianza. ¿Por qué dudar y perder tiempo? La burbuja de la vida puede esta-
llar en cualquier momento y sería el colmo de la locura, por parte de uno,
dejar este cuerpo sin haber tenido conocimiento de su propio ser.
Cuando se conoce la verdad acerca de la naturaleza del Universo y del
propio ser, la acción basada en ese conocimiento es dharma. Cuando se vi-
ve en el dharma, uno se hace heredero de las sublimes experiencias de la
paz que sobrepasa la comprensión. Por esa paz fluye el amor, el divino
amor.
¿Cómo puede uno cultivar ese amor? Baba mismo nos ha dado estos
dos métodos:
Baba dice: “Si las cuatro cualidades antes mencionadas son cultiva-
das y practicadas por cada uno, no habrá envidia entre los hombres; el
egoísta dejará de arrebatar; los intereses de los demás serán respetados y
la paz del mundo podrá estabilizarse. Si por el contrario, ustedes mismos
carecen de paz, ¿cómo pueden asegurar la paz mundial? Aquéllos que son
entusiastas defensores de la paz mundial deberían aprender primero cómo
obtenerla y disfrutarla ellos mismos y luego podrán derramar esa paz fue-
ra, a todo el mundo y ayudar a promoverla, mostrando a los demás el ca-
mino para llegar a ella.
Para obtener una información más completa del Sanathana Dharma,
el lector puede remitirse a la serie de libros Vahini y los volúmenes de
84
Mensajes de Sathya Sai.1 El objeto de este capítulo es introducir al lector
no sólo al Sanathana Dharma como lo expone Baba, sino también presen-
tarle las enseñanzas de Zaratustra (Zoroastro), el Profeta del antiguo Irán,
y señalar la unidad tan completa que hay en las interpretaciones del dhar-
ma. Muchos zoroastrianos vacilan en venir a Baba porque no pueden iden-
tificar su fe con las enseñanzas de Baba. Algunos tienen dudas y un ocul-
to sentimiento en el fondo de sus mentes, de que Baba es un hindú y sólo
enseña hinduismo. Eso no es correcto, porque si fuera cierto, el templo de
Prashanti sería un templo hindú y el autor quisiera saber entonces por qué
los signos y símbolos de todas las principales religiones que se practican
en el mundo están tallados en la fachada, a cada lado del altar del salón de
oración. Antes del advenimiento de los avatares, los rishis más antiguos
describían a Dios como la forma de la bienaventuranza. Lo que existía en-
tonces como disciplina espiritual era el Sanathana Dharma, considerado la
esencia de todas las religiones. ¿Cómo podría uno limitar al Dios omni-
presente, a una religión particular? ¡Qué pecado! La naturaleza universal
de las enseñanzas de Baba y su concordancia con las principales religio-
nes del mundo son proclamadas bien alto y claro al plasmarlas en los di-
ferentes signos y símbolos del dharma eterno que están tallados en varios
lugares en Prashanti Nilayam. Ha sido para corregir las ideas erróneas y
señalar la semejanza del zoroastrismo con el Sanathana Dharma, que el
autor ha decidido escribir sobre este tema.
Las Gathas son los fundamentos de las enseñanzas de Zoroastro (Za-
ratustra) y fueron reveladas por Ahura Mazda. Las Gathas son los escritos
más antiguos de toda la literatura avesta; su sintaxis y formas gramatica-
les demuestran que hay una estrecha relación entre éstas y las partes más
antiguas del Rig Veda. La evidencia lingüística indica que el avesta y el
sánscrito védico eran idiomas hermanos con un origen ancestral común.
El texto más importante escrito en avesta es el Yashna, que tiene setenta y
dos capítulos, de los cuales 17 corresponden a las Gathas.
Hace varios miles de años vivía en los valles del norte de Asia una ra-
za llamada aria. La palabra ario significa noble de carácter. Después, emi-
graron de esa región hacia el Sur y llegaron al territorio que hoy conoce-
mos como Irán. En avesta, el país era llamado Aryanam Vaejo, que signi-
fica la entrada de los arios. Su religión era el Mazdayasni Din. Din signi-
fica fe y Mazdayasni significa la adoración al creador único de la materia.
Los gobernantes arios, en esa época, pertenecían a las dinastías Pesch-
dadyan y Kyanian. Tuvieron muchos encuentros con las tribus aborígenes
que ya habitaban en esa región, a causa de que los arios creían en un Dios
85
único, mientras los aborígenes eran idólatras. Durante el reino de Vistasp,
sus conflictos se volvieron serios y el Alma de la Tierra, Geush Urva, in-
vocó al Señor para pedirle protección.
TEOLOGIA
Los arios que practicaban el mazdeísmo reconocían a un Ser Supremo
al que se hace referencia en el Rig-Veda (i, 164:46) como “la única reali-
dad que los sabios llaman por muchos nombres”. Zoroastro nombró a esa
única realidad, Ahura Mazda.
La primera enseñanza del Profeta, considerada esencial, es que Ahu-
ra Mazda es el único Ser Supremo, el cual se ha manifestado como la ver-
dad. Ahura (asura, en sánscrito antiguo) significa el creador de la vida.
Maz (sánscrito: mah) y la raíz da (sánscrito: dha) significa el creador de la
materia. Así, Ahura Mazda es a la vez el señor de la vida y el creador de
la materia y es idéntico a Shiva, el Purusha no manifiesto y a Shakti, que
es la prakriti o naturaleza manifestada. Zoroastro lo describe como el pen-
sador primordial, manifiesto en la verdad y en la luz (la sabiduría), y tam-
bién como “apaoirim” Mazdam, que significa el primero siempre uno
Mazdam, que es único. Este Ser Supremo no tiene forma y sólo puede ser
visto por medio de la visión interna (Yashna 45:8) y así se concluye que
no puede ser percibido por los sentidos; para experimentarlo dentro del
propio ser, Zoroastro ha mostrado un camino que se sigue a través de los
88
Siete Amesha-Spenta, o sea, los “Santos Inmortales”, que en realidad son
seis y representan los diferentes aspectos del supremo Ahura Mazda, que
junto con El constituyen los llamados Siete Amesha-Spenta y cada uno se
considera un paso en el propio sadhana.
El primer Amesha-Spenta es Ahura Mazda mismo. “Ahu” significa
ser. Es lo mismo que “Yo soy el que soy”, que es la fuente y la meta de to-
da manifestación de vida. El es el verdadero residente del corazón del hom-
bre. Baba ha dicho que un individuo está representado por tres distintas
personalidades: “Lo que otros piensan que es, lo que él mismo piensa que
es y lo que realmente es”. Lo que otros piensan que uno es está en relación
con su apariencia física; lo que él mismo piensa de sí, lo infiere de la per-
sonalidad asociada con su cuerpo, y lo que realmente es, está completa-
mente divorciado de estos dos aspectos evanescentes: El es el “ahu” en us-
tedes, la verdad de todas las verdades, la divinidad en el hombre, que ha de
ser afirmada en todos los momentos. Aham Brahma Asmi (Yo soy Brah-
man) declara la gran sentencia (Mahavakya) védica. En una reunión públi-
ca, Baba se dirige a la asamblea como a Divya-Atma-Svarupalara, que sig-
nifica encarnaciones del divino Atma, y dice además: “No hay ninguna di-
ferencia entre ustedes y Yo; sólo que Yo sé que soy Dios y ustedes lo han
olvidado”. De modo que la palabra “Ahura” indica la fuente de la cual he-
mos venido, la meta a la que debemos apuntar para realizar la verdadera
naturaleza de nuestro propio ser interno, el “ahu” que está separado del
cuerpo. Por otro lado, la palabra “Mazda” apunta al Ser Supremo como al-
go a través del cual el Universo ha sido creado o se manifiesta. Es el naci-
miento de la vida en la materia o, como se explicó en el último capítulo, la
omnipresencia de la divinidad en el Universo manifestado. Así la palabra
“Mazda” indica al Ser Supremo a través de cuyo poder o shakti, el Uni-
verso ha sido creado, mantenido y finalmente será fundido en “Mazda”.
Baba dice: “El hombre tiene que tomar conciencia no solamente de
que es un ser humano, sino también de que no es una bestia”. Esta senci-
lla frase comunica un enorme significado cuando se examina a la luz del
primer Amesha-Spenta. El “ahu” o aspecto divino está implícito en la pri-
mera fase donde se usan las palabras “seres humanos”, y similarmente,
las tendencias bajas del animal están implícitas en la palabra “bestia”, que
son parte integral del complejo de ego-cuerpo. Zoroastro ha enseñado que
Mazda creó el Universo a través de la evolución. En el Avesta se habla de
ello como Fradaiti-Veredaiti, lo que significa progreso tanto en calidad co-
mo en cantidad. El cielo, las estrellas y los astros fueron creados primero
y seguidos por el agua y la tierra. La vegetación creció en la tierra y fue
seguida rápidamente por las formas más simples de animales. El cuerpo
del hombre ha evolucionado a través de las varias etapas animales; por lo
tanto, él es también heredero de los bajos instintos de las bestias de la jun-
gla. Así, el ser humano tiene dentro de sí el latente “ahu” que es divino,
89
pero está separado del cuerpo, y asimismo, tiene a la bestia heredada en el
proceso evolutivo, la cual se encuentra sólo en el cuerpo. Baba ha ense-
ñado que uno no sólo debe afirmar la propia y real naturaleza divina, sino
también recordar y vencer las tendencias bestiales. Este simple ejemplo
ilustra la manera en que el autor ve a las Gathas en Baba y a Baba en las
Gathas.
Habiendo entendido la naturaleza real del hombre y la relación del
hombre con el hombre mismo y el Universo a través de Ahura Mazda, el
aspirante debe pasar al segundo Amesha-Spenta llamado Vohu-Mano, o
sea, el inocente y amante espíritu que es la mente. El control y la purifi-
cación de la mente es un paso muy importante en el propio sadhana, por-
que la mente es usada por el Ser (Ahu) para operar sobre el cuerpo. Baba
dice que Dios es amor, de modo que cultivar una mente amante equivale
a cultivar a Dios. En esta etapa, el aspirante tiene que hacer una distinción
entre amor y lujuria; Baba compara estos sentimientos con una rosa que
tiene espinas en su tallo. La rosa es el amor, las espinas son las tendencias
lujuriosas y ambas se encuentran juntas. Su consejo es que se debe cortar
la rosa sin pincharse con las espinas. Habiendo cortado la rosa del amor,
ésta debe ser ofrecida incondicionalmente a todos los seres inocentes. En-
tonces este atributo se llama Vohu-Mano. Si en cambio, es ofrecida con
miras puestas en ulteriores intereses o imponiendo condiciones, entonces
ya no es Vohu-Mano, sino Ako-Mano o mente inferior. En el oscuro cielo
del corazón, las prácticas como la meditación, el canto de bhajans, el re-
citar el japa (la repetición de uno de los nombres de Dios), el realizar ac-
tos de servicio y de caridad —como dar de comer a los pobres— o llevar
a cabo cultos, sacrificios y oraciones, se asemejan a puntitos de luz, simi-
lares a las centelleantes estrellas en el cielo. Baba dice que la oscuridad de
la ignorancia persistirá hasta que la lámpara del amor sea encendida por el
aspirante. Será como la Luna que derrama la fresca y confortante luz de la
sabiduría e ilumina el cielo del corazón. Como la Luna llena, la mente de-
be estar llena de vohu (amor) y entonces sus rayos serán frescos e ilumi-
nadores a semejanza de los de la Luna. En el Yashna 50:11 se dice:
AHUNA-VAIRYA o EL AHUNVAR
1. “Yatha Ahu vairyo
“atha Ratush Ashat-chit hacha;
2. “Vangheush dazda manangho
“shyaothnanam angheush Mazdai;
3. “Khshathrem-cha Ahurai a
“yim dreghubyo dadat vastarem”.
* En inglés en el original.
94
YIM, quien; DREGHUBYO, humilde, manso,
DADAT, se vuelve, hace; VASTAREM, protector, salvador.
Versión tradicional:
Traducción literal:
FILOSOFIA
Zoroastro expuso la filosofía de Su religión en el Yashna 30:1-5. El
habla en el primer verso de los “Dos” que han sido creados por Ahura Maz-
da. En el segundo, le pide al hombre que ponga atención a la más alta ver-
dad y usando su mente iluminada haga una elección entre los dos senderos.
En los tres versos restantes se describe la naturaleza dual del Universo.
Los dos espíritus creados inicialmente están descriptos como geme-
los, que son lo opuesto uno de otro en pensamiento, palabra y acción. Se
llaman comúnmente Spena-Mainyu (espíritu creciente) y Angra-Mainyu
(espíritu decreciente). Uno es bueno, el otro es malo y sólo el sabio es ca-
paz de elegir. El acto mismo de creación ha dado nacimiento a dichos ge-
melos y siempre se revelan como trabajadores en colaboración recíproca
para cumplir el objeto mismo de la creación. Pueden ser comparados con
las dos caras de una moneda que comenzaron a existir simultáneamente en
el momento en que ésta se acuñó. Una moneda no lo sería si faltara una
de sus caras. Similarmente, la dualidad de los opuestos es la mismísima
naturaleza del Universo manifestado, y como el cuerpo humano es parte
de este Universo, tiene que participar también de estos gemelos opuestos.
Baba dice: “El placer es una pausa entre dos aflicciones”. Tener placer es
recibir también la herencia de aflicciones y si uno desea rechazar ese le-
gado de aflicciones entonces tiene que controlar sus deseos por el placer.
Los gemelos se experimentan mientras uno esté dedicado al egoísmo y
cuidado de su cuerpo, pero al comprender la verdad contenida en la pri-
mera línea del Ahunvar, estos dos gemelos pueden ser superados por el
hombre que de esta manera puede escapar al nacimiento y a la muerte. Por
lo tanto, la reencarnación es una consecuencia natural de la ignorancia del
96
propio ser y el resultado de consentir deseos realizados o no, que se rela-
cionan con los espíritus gemelos. En el Yashna 43:5, se declara que todos
los actos y palabras darán frutos: malos por malos y buenos por buenos.
Los frutos deben ser saboreados sólo cuando las acciones que los generan
se hayan realizado con un espíritu de desapego y de renuncia. La mente
puede forjar estas cadenas gemelas de esclavitud o disolverlas, según el
sendero que siga.
Zoroastro declaró en el Yashna 51:12, que es posible para el hombre
lograr su salvación en una sola vida si sigue el sendero de Asha y cultiva
el Vohu-Mano. El dice:
El Fuego Sagrado:
98
tipos de fuego no es tan complicada como la que se hace en el Atash-Beh-
ram. Sin embargo, las más altas ceremonias y rituales se realizan sólo en
el Dadgha; usualmente, uno o más de ellos está anexado a un Atash-Beh-
ram o un Adaran.
La Letanía del Fuego, Atarsh-Niyaesh, dice en el parágrafo 16 que el
fuego mira a las manos de todos aquéllos que se acercan a él y pregunta:
“¿Qué ha traído el amigo caminante como dádiva al amigo que está aquí
sentado?”. El amigo sentado es el fuego interno, y el amigo caminante es
el cuerpo que sale al mundo externo. Todas las acciones que realiza el
cuerpo deben ser dedicadas al amigo interno, y los frutos de esas acciones
no deben ser deseados por el individuo. Al ofrecer todo a ese amigo inter-
no, uno emerge grandioso y divino. Esto es lo que enseña Baba.
El fuego físico externo del templo es alimentado con madera de sán-
dalo. El reino vegetal es considerado puro y sátvico; por lo tanto, la ma-
dera se estima como una ofrenda digna para el fuego consagrado. Simi-
larmente, como el cuerpo es el templo del amigo sentado, debe también
ser nutrido con alimentos sátvicos y no con materia animal. Si es impera-
tivo que el fuego consagrado sea alimentado con ofrendas sátvicas, en-
tonces es lógico que igualmente importante será que el cuerpo consuma
sólo productos sátvicos puros. El alimento animal está coloreado por el ra-
jas y despierta cualidades apasionadas y rajásicas en la mente, que no son
muy conducentes al progreso espiritual o a la adquisición de la paz. El al-
cohol produce tamas —una cualidad como la pureza y que es mucho peor
que la actividad rajásica— y por eso es absolutamente esencial para todos
los aspirantes espirituales, abstenerse de “darle a la botella”. Nadie en su
sano juicio pensaría o siquiera soñaría con profanar el fuego sagrado de
un templo ofreciendo cadáveres de animales para ser quemados en lugar
de madera de sándalo; y, sin embargo, la mayoría de los zoroastrianos de
hoy no tienen ningún reparo en profanar su propio “templo”, consumien-
do grandes cantidades de despojos animales acompañados de licor. Si uno
deja de atender su fuego interno con el cuidado que requiere y con una ac-
titud mental pura y amorosa (Vohu-Mano), entonces, toda la devoción y
cualquier homenaje que sea dedicado a Atar simbólicamente será sólo de
la boca para afuera y los resultados se puede saber de antemano que serán
nulos. Sin alcanzar el grado necesario de pureza, ¿cómo puede alguien
practicar Asha Vahishta? La mente es afectada por todo lo que los senti-
dos le transmiten a través de los cinco puntos de entrada. Baba ha dicho
que por alimento sátvico se entiende no sólo lo que uno come, sino tam-
bién una visión sátvica, un lenguaje sátvico, un oído sátvico, acciones
(tacto) sátvicas y fragancia sátvica. No es nada fácil lograr el completo
control sobre la mente y los sentidos, sin seguir una disciplina estricta. El
“yo” que impulsa a uno a pensar, hablar y actuar no es sino un reflejo de
la divinidad misma, como el Sol que se refleja en cualquier parte donde
99
haya agua. Baba dice: “El reflejo depende de la condición del agua. Cuan-
do el reflejo proviene de agua lodosa, decimos que la persona es tamási-
ca, lerda y perezosa, que ama la oscuridad y se regodea en su ignorancia.
Cuando el Sol se refleja en aguas oscilantes o agitadas, la persona es rajá-
sica, apasionada, aventurera, emocional. Cuando el Sol se refleja en agua
clara, calma y límpida, la persona es sátvica: tranquila, imperturbable, lle-
na de paz y de felicidad internas, y sus acciones serán impecables y pu-
ras”. El fuego sagrado debe utilizarse para purificar el cuerpo, la mente y
el alma, a través de varios rituales y prácticas, de manera que el Hijo de
Dios —Atar— pueda ser entronizado en un corazón puro.
La Ceremonia de Navazote:
Navazote significa la iniciación de un niño parsi, varón o hembra, en la
religión de Zoroastro. Este ritual se lleva a cabo usualmente, de los siete a
los quince años de edad. Nava quiere decir nuevo, y Zaotar (avesta) igual a
Hotr (sánscrito) significa un sacrificador, es decir, un adorador; uno que
ofrece oraciones. Así, el nuevo iniciado pasa por la ceremonia de investi-
dura con la sagrada camisa blanca, Sudrah (Vohu-Man-Avestravat, que en
avesta significa la mente amante) y con el hilo sagrado, Kusti (Aiwyaong-
hana en avesta, que significa amarrar). El niño o la niña se hace entonces
responsable de la tarea de ofrecer oraciones y de observar otros ritos y cos-
tumbres religiosos. Es un antiguo ritual ario que también persiste entre los
hindúes, conocido como la ceremonia de Upanayanam que se practica en la
India y consiste en investir al niño del “Cordón Sagrado” o Yagnopavitam.
El Sudrah es hecho de blanquísima tela de algodón. En el Meher
Yasht se declara que el blanco es el emblema de la fe zoroastriana y, por
lo tanto, todos los parsis llevan traje blanco durante los actos ceremonia-
les. El Sudrah está compuesto de dos partes separadas que se juntan co-
siéndolas a los lados. Simbolizan el pasado y el futuro. El presente está re-
presentado por el gran cuello en forma de “V” que se coloca en el centro,
con el Girdo y el Giriban. El Girdo es un recordatorio constante de los de-
beres y responsabilidades que debe asumir el que lo lleva, como zoroas-
triano, y el Giriban que está situado en la cúspide de la “V” y que también
es conocido como el “bolsillo de las buenas acciones” significa, como su
nombre lo indica, que deben acumularse las buenas acciones que se reali-
cen cada día para que uno pueda volverse tan puro y blanco como la ca-
misa misma. El Sudrah se debe llevar pegado al cuerpo.
El Kusti es de blanca lana de oveja, lo cual significa inocencia y gen-
tileza. Está tejido con setenta y dos hilos de lana, como una estrecha me-
dia que termina en tres borlas de veinticuatro hilos cada una. El número
de hilos está asociado con el número de capítulos que forman el Yashna.
La primera parte de la ceremonia consiste en oraciones preparatorias,
100
Baba confiriendo a un iniciado zoroastriano “dos veces nacido” el Yag-
nopavitam o cordón sagrado de los brahmines, después de la Ceremonia de
Navazote. “La confianza en el propio Ser es lo mismo que la fe en Dios. Por
lo tanto, no hay ateos o incrédulos. No aprecio ni en forma mínima la distin-
ción entre los diferentes aspectos de Dios. No hay ninguna necesidad de cam-
biar de Dios —el que ya habían elegido— porque me hayan visto y oído a Mí.”
BABA
baño sagrado y bebida sagrada, para que el neófito esté bien dispuesto a
recibir las bendiciones celestiales. La ceremonia en sí comienza cuando
el sacerdote oficiante recita las oraciones prescriptas para ese momento,
mientras el niño sostiene el Sudrah y recita también las oraciones junto
con el sacerdote o bien, simplemente repite el Ahuna-Vairyo. El iniciado
es entonces ofrendado con el Sudrah y con el Kusti, después de que ha
repetido la confesión de fe con que acepta la religión zoroastriana por li-
bre elección. El Kusti se ata alrededor de la cintura, en tres vueltas, dos
nudos al frente y dos al dorso. Los artículos de fe son pronunciados a
continuación por el sacerdote y el iniciado. La ceremonia concluye cuan-
do el sacerdote iniciador derrama las mayores bendiciones augurando sa-
lud, riqueza y prosperidad para el niño, esparciendo arroz y pétalos de ro-
sa sobre su cabeza.
107
Cruz y figura de Jesucristo creadas por Baba. La ampliación a la derecha mues-
tra a Jesús tal como lucía realmente en el momento de dejar Su cuerpo. Baba ha
dicho que los grandes maestros pertenecen a la humanidad. Es erróneo creer que
Jesús pertenece sólo a los cristianos y que la Navidad debe celebrarse única-
mente en Occidente. Aceptar sólo a un maestro como propio e ignorar a los de-
más por considerarlos pertenecientes a otros, es señal de mezquindad. Cristo, Ra-
ma, Krishna, etc., son maestros para todos los hombres, en cualquier parte. Los
maestros vienen en respuesta a la petición del hombre que dice: “Thamaso maa
jyotir gamaya” (De la oscuridad llévanos a la luz).
“Jesús dio sencillas lecciones prácticas de adelanto espiritual para el bien de la
humanidad. El manifestó poderes divinos para infundir fe y dar validez a Sus en-
señanzas y trazó un camino que conduciría a los hombres a probar el dulce néc-
tar de la bienaventuranza. Exhortaba a la gente con el precepto, pero también con
el ejemplo, a cultivar las virtudes de la caridad, la compasión, la paciencia, el
amor y la fe. Pongamos atención en el sacrificio que Jesús consumó libremente,
de Su propia voluntad. Sacrificó Su comodidad, Su seguridad y Su posición. Se
enfrentó a la enemistad de los poderes y rehusó ceder o transigir. Renunció al
‘ego’, que es la cosa más difícil de eliminar y, por todas estas cosas, lo honramos.
Sacrificó voluntariamente el deseo con el cual el cuerpo atormenta al hombre y
ese sacrificio es mayor que el sacrificio del propio cuerpo por coacción. Ustedes
deben celebrar Su nacimiento sacrificando por lo menos un deseo o dos y tratan-
do de conquistar los desastrosos impulsos del yo. Sus seguidores se han dividido
en varias sectas, pero la vida de Cristo es una lección de unificación. Mientras
Cristo se encontraba en la cruz, le perturbaron sentimientos de odio hacia los
hombres que lo torturaban; pero de repente oyó una voz que le advertía: ‘Toda
vida es una, amado Hijo, trata a todos por igual’. Esas palabras fueron seguidas
de otra voz: ‘La muerte es el traje de la vida’. Al igual que uno descarta las ro-
pas usadas y se pone otras, así el alma se pone y se quita varios ‘cuerpos’”.
BABA
La Producción del Lingam
o Lingodbhava
EL SIMBOLICO NACIMIENTO DE DIOS EN EL TIEMPO
Y EN EL ESPACIO
110
Ling significa “un símbolo”, y Udbhava significa “nacimiento o
creación”. Así, la palabra Lingodbhava significa, en realidad, símbolo de
la creación. Al manifestarse el Lingam en Baba a través de su divino ka-
la o shakti de srishti (poder de creación) se puede decir que el Lingam
es un símbolo divino de la creación; y es sólo cuando se ha entendido el
significado interno del Lingam que se puede captar la plena significa-
ción del acto de Lingodbhava, que es un nacimiento simbólico de Dios
en el tiempo y en el espacio.
Yasoda vio la forma cósmica del Señor —o sea la persona cósmica—
en boca de Krishna y TPS presentó la misma visión divina a la esposa de
un shaukar cuando encarnaba en Su cuerpo anterior como Babu, el futuro
Sai Baba de Shirdi. Hoy en día, TPS en Su cuerpo actual como Sri Sath-
ya Sai Baba, otorga una similar visión de la divinidad a millones de de-
votos a través del acto de Lingodbhava. Un embrión se desarrolla dentro
del útero de su madre y viene a este mundo como bebé, con otros atribu-
tos. Simbólicamente, la persona cósmica se desarrolla dentro de Su madre
Sai (Madre Divina) y nace en este mundo como el Lingam a través de la
boca de Sai.
El segundo verso del Ahuna-Vairya, o sea, la Palabra de Ahura Maz-
da, dice que la creación es proyectada desde la mente del Señor y que
Mazda o aspecto de shakti es en sí mismo la creación. El Lingam, un sím-
bolo de Su creación, se manifiesta en el momento del Lingodbhava. El
Ahunvar y el Lingodbhava juntos, descubren el secreto total de la crea-
ción. Experimentar este fenómeno es tomar conocimiento de que el Uni-
verso descansa en la palma de SAI.
Todas las escrituras de las principales religiones del mundo afirman
que Dios es omnipresente, o sea, que está presente en todas partes en to-
do momento. Por tanto, Dios no puede estar limitado a una forma particu-
lar y es en este contexto que Baba dice: “Todas las formas son Mías y to-
dos los nombres son Míos”. De esto podemos sacar en conclusión que la
esencia manifestada en todas esas formas es ella misma carente de forma.
Esa esencia de Dios se simboliza con el Lingam.
Baba ha revelado otro significado espiritual más profundo todavía en
el contexto con el Lingodbhava. En el yajna o sacrificio llamado Purusha
Medha, hay un momento en el cual tiene lugar el Lingodbhava. Se ha di-
cho que antes de que la divinidad tome forma para ese Lingodbhava, emi-
te un fuerte grito. Ese grito está dirigido a los Devas (seres divinos) y se
conoce como Deva-Huti. La palabra deva significa divino y huti significa
un llamado o reto. La Manifestación hace esta pregunta a los Devas: “¿Sa-
ben quién soy Yo? ¿Quién soy? ¿Ko Ham?”. Un niño recién nacido tam-
bién grita Ko Ham, Ko Ham, Ko Ham. Baba dice: “Será sólo cuando com-
prendan el significado de este grito divino —el Deva Huti, que es cuando
El nace en el tiempo y el espacio— que podrán comprender la divina ino-
cencia y sencillez de un niño recién nacido”.
111
Parece que el Deva-Huti es la clave del misterio del Lingam. El hom-
bre emerge de la divinidad informe e inquiere: “¿Ko Ham?”. Si practica el
sadhana, o sea, las disciplinas espirituales, se da cuenta del So Ham (Yo
soy Aquello) y se vuelve a fundir en la divinidad informe. Por lo tanto, se
dice que todas las cosas emergen del Lingam y finalmente se funden en
El. El angam o cuerpo físico contiene al sutil Lingasarira o “envoltura del
Lingam” que aloja al Lingam mismo o Atma. Del Lingam surge el movi-
miento y el flujo de la vida, que es jagan o universo. El angam es como el
samgam o lugar de reunión del espíritu con la materia y con la mente aso-
ciativa, el apego y la actividad. A consecuencia de ese samgam, que es co-
mo un análisis y una indagación, uno conoce al Lingam, y así se comple-
ta el círculo. Esta es la lección que enseña la creación del Lingam o Lin-
godbhava.
El Lingam que emana de la boca de Baba puede estar hecho de metal
o de alguna piedra semipreciosa, como el ágata, por ejemplo. En otras
ocasiones, aunque raras, está hecho de una sustancia parecida al cristal pu-
ro y transparente. Baba ha dicho que las cuatro grandes sentencias védi-
cas (mahavakyas) tienen sus aspectos representados también en el Lin-
gam. Se dice que las cuatro grandes sentencias védicas representan la
esencia de los cuatro Vedas y deben ser entendidas como sigue:
1. Prajñanam Brahma.
2. Tat Tvam Asi.
3. Ayam Atma Brahma.
4. Aham Brahma Asmi.
112
La cuarta sentencia, Aham Brahma Asmi, significa Yo soy Brahman.
El Atma Lingam o el Jyoti Lingam es el símbolo de la luz suprema del At-
ma y demuestra a todos que Shiva está en cada quien. Cuando esa visión
ilumina la conciencia interna del aspirante, él se vuelve uno con Brahman.
Aham Brahma Asmi.
Baba dice: “La divinidad informe, el Lingam, está en el centro mismo
del corazón del hombre, como el único proveedor de bienaventuranza, po-
der e iluminación. Dirijan su mirada hacia adentro, para que el Lingam
pueda otorgarles estos tres beneficios. La mente estará entonces ilumina-
da por los frescos y reconfortantes rayos del amor, que son como los fres-
cos y reconfortantes rayos de la Luna. La Luna nace de la mente (Chan-
drama Manaso Jathah). Si no purifican la mente con amor, la Luna llena
de la sabiduría espiritual no brillará en ella. La repetición del nombre, la
meditación y la observancia de ayunos y vigilias brillarán igual que estre-
llas engastadas en el cielo, en el cielo interno de nuestra mente. Pero la os-
curidad (de la ignorancia) no desaparecerá hasta que la lámpara del amor
alumbre”. Shivaratri o la noche de Shiva es observada en la decimocuar-
ta noche de la mitad oscura de cada mes. Un hecho bien establecido en la
disciplina yóguica demuestra que es más fácil controlar la mente durante
la mitad oscura del mes, o sea cuando la Luna está decreciendo. La deci-
mocuarta noche es particularmente adecuada para un sadhana intenso que
ayude a sublimar completamente la última y restante decimoquinta frac-
ción de la mente, correspondiente a la última fracción de la Luna. Es po-
sible lograr una victoria completa sobre la mente durante esta noche.
Cuando la mente está bajo absoluto control, uno se vuelve heredero de los
dones de bienaventuranza, poder e iluminación.
“¿Cómo es posible que la Luna influya en la mente?”. Esta pregunta
le ha sido hecha a menudo al autor por distintas personas y aunque no co-
noce el mecanismo exacto, quiere llamar la atención del lector sobre el he-
cho de que las fuerzas que emanan de la Luna son responsables del movi-
miento de las gigantescas masas de agua en la superficie de la Tierra oca-
sionando las mareas. Entonces, ¿por qué sería difícil comprender la in-
fluencia de la Luna sobre un cuerpo humano que está compuesto de casi
un ochenta por ciento de agua? Los “lunáticos” se llaman así porque su
comportamiento puede a veces ser previsto, en cierta medida, por el cre-
cimiento y disminución de la Luna. Los antiguos videntes y rishis estaban
plenamente conscientes de la influencia ejercida por los planetas sobre el
cuerpo humano y aprovechaban esas influencias para su beneficio espiri-
tual. Así, la práctica intensa del sadhana en la decimocuarta noche de la
Luna decreciente, no es un simple cuento de viejas ni una superstición, si-
no que tiene su raíz en la experiencia personal de los antiguos sabios de
esta tierra.
113
En el mes de Maagh (febrero-marzo), la decimocuarta noche es co-
nocida como Maha-Shivaratri. Maha significa grande. Shiva significa aus-
picioso y Ratri noche: la gran noche venturosa. ¿Venturosa para qué? No
solamente es favorable para la obtención del completo control sobre la
propia mente, sino que Shiva, la divinidad informe, nace en el Lingam du-
rante esa noche. Shiva en la forma del Lingam es adorado y reverenciado
para lograr la adquisición de la divina sabiduría.
En los templos dedicados a Shiva se dice que nadie debe pasar entre
Nandi, el toro, y el Lingam. Baba ha explicado que el toro o pasu (animal)
representa el alma individual y que el Lingam es el símbolo de Shiva. Ya
que ambos tienen que fundirse en uno, nadie debe pasar entre el toro y el
Lingam. Además, el Lingam instalado en el templo debe ser visto a través
de los dos cuernos del toro; lo que significa que hay que ver a Shiva en ca-
da uno de los distintos Jivas o almas individuales. Pasu o Jiva, y Pasupati
o Shiva son uno; Nandi o Jiva e Ishvara o Shiva se vuelven Nandishvara o
Señor de Nandi. Baba dice: “Mientras está en la esclavitud se llama Nandi
y cuando está libre es Ishvara. Cuando el animal o pasu es ofrendado ple-
namente al Pasupati o Señor de los animales y su identidad separada es de-
sechada, entonces es un verdadero sacrificio (yajna). Este significado ha si-
do olvidado por los adoradores de hoy”. En este contexto de adoración de
Shiva, Baba ha explicado también el significado interno de la ofrenda de
las hojas trifoliadas de bilva. Son simbólicas de los tres gunas y de las tres
distintas formas de adoración. Los tres gunas o cualidades que deben ser
entregadas al Señor son: el tamas que es la inercia, el rajas, la actividad y
el satva, las buenas acciones realizadas con devoción, desapego y discerni-
miento; estas tres formas de adoración son amadas por Shiva.
Hay ciertos días en la vida de un individuo que, por su importancia,
destacan y vale la pena atesorarlos en la memoria porque están relaciona-
dos con algún hecho sagrado o santo que ha sido favorable para la inicia-
ción del individuo en los más altos misterios espirituales del ser. Ha habi-
do cuatro de esos días en la vida del autor. El primero, cuando hace mu-
chos años, siendo niño fue investido por sus padres con el sagrado kusti
(cordón sagrado) y aprendió a recitar el Ahunvar, que es la Palabra de
Ahura Mazda. Desde entonces se ha atenido a la Palabra y en recompen-
sa, ésta le ha ayudado en incontables oportunidades. Es posible que algu-
nas fuerzas misteriosas evocadas por la Palabra fueran el instrumento que
lo llevó a la presencia de Baba. Como segundo día importante, cronológi-
camente, cuando el autor conoció a Baba en la residencia de Sri Munshi
en Juhu y recibió Su “tarjeta de visita”: el vibhuti que contiene Su divino
secreto. Ese vibhuti inició el proceso de limpieza en la mente del autor, de
las dudas e ignorancias acumuladas a través de las enseñanzas y logros,
exclusivamente académicos, en un período de cuarenta años o quizá más.
Ese proceso aún continúa. Maha-Shivaratri en febrero de 1974 es el ter-
114
cero de esos días, cuando el autor presenció el nacimiento del Atma Lin-
gam y vio la “Divina Llama” (Jyoti) cambiando de colores dentro del Lin-
gam. Verdaderamente, ésa fue una ocasión por demás auspiciosa porque
es considerada como la fecha en que obtuvieron el triunfo sobre el naci-
miento y la muerte (gemelos inseparables), no sólo el autor sino todos los
que presenciaron esa sagrada llama, ese Atar Ushtana, que es el fuego di-
vino del Sin forma TPS o Ahura Mazda, que arde misteriosamente dentro
de ese Atma Lingam. En la Gatha Ahunavaiti o sea la Gatha de la Palabra
sagrada (Yashna 34:3), Zoroastro declara:
Esa noche, las cuatro líneas anteriores de las Gathas se hicieron una
realidad viviente para el autor. La oración contenida en la primera línea de
la estrofa se ha manifestado en la visión de la “Divina Llama”, y las tres
restantes describen de manera muy fiel a Baba tal como apareció esa no-
che con el Lingam de la “Divina Llama” en Su mano. El día en que Baba
llevó a cabo la ceremonia matrimonial del autor y su esposa, lo colocamos
como el cuarto. Si el lector vuelve hacia atrás las páginas de su vida, sin
duda encontrará jornadas semejantes en su propia existencia que pueda re-
lacionar con una Visión de lo Divino y que al recordarlas, constituyen pe-
renne fuente de alegría e infunden tranquila y límpida paz en el propio ser.
Esa memorable noche de Maha-Shivaratri, Baba inició la ceremonia
con Su acostumbrado discurso. El autor se estaba preguntando si habría un
Lingodbhava, ya que no se había hecho ninguna celebración oficial en los
dos años anteriores y tampoco la habían anunciado para esa ocasión. El
autor no había presenciado nunca antes un Lingodbhava y no sabía qué iba
a pasar. Sin embargo, al final de Sus explicaciones sobre el significado del
baño ceremonial con vibhuti que había llevado a cabo a temprana hora de
ese mismo día, El concluyó Su disertación en forma abrupta. Antes de eso,
dos accesos de tos habían indicado que se estaba elevando el Lingam den-
tro de El y entonces terminó el discurso y empezó con los bhajans. La gen-
te reunida se unió a El en un vivo homenaje a Su popular bhajan:
Luego, durante los cantos volvió a toser algunas veces, bebió algo de
agua y se sentó en la mesa del estrado. Los cantores de bhajans continua-
ron con mayor vigor y el autor notó que los guías entonaban en aquel mo-
115
mento exclusivamente bhajans dedicados a la exaltación de Shiva. Baba
extendió un gran pañuelo delante de Sí y sostuvo otro en Sus manos. La
frecuencia de las arcadas había aumentado y los cantantes de bhajans, sin-
tiendo la inminencia del alumbramiento, elevaron el tempo de sus cantos.
Toda la atmósfera estaba cargada de vibraciones divinas. Después de re-
petidos intentos de expulsión por parte de Baba, el Lingam fue finalmen-
te expelido de Su boca sobre Sus expectantes manos. Inmediatamente, El
lo sostuvo para que todos pudieran ver esa manifestación de la Gloria Di-
vina. Después, caminó por el estrado y entre los miles de personas que es-
taban sentadas en el fondo del auditorio.
El autor presenció este memorable hecho y tomó fotografías de ese ra-
ro y excepcional Lingam de cristal que contenía dentro una llama anaran-
jada en forma de copa con la figura de un tridente en su interior (Trishul,
el arma de Shiva). El color de ese tridente cambiaba cada diez minutos, del
anaranjado al amarillo y al azul hasta volverse, a veces, casi incoloro. El
éxtasis se reflejaba en las caras de todos los que habían presenciado ese di-
vino nacimiento. El autor se sentía muy feliz, pues había visto con sus pro-
pios ojos un pequeño aspecto del fuego interno de Ahura Mazda.
Baba colocó el Lingam sobre un cúmulo de flores dentro de una ban-
deja circular y se retiró del lugar, por el resto de la noche. Los cantantes
de bhajans continuaron sus entonaciones durante toda la noche hasta las
tempranas horas de la mañana.
Después del amanecer, Baba volvió al auditorio y habló brevemente
sobre el significado interno del Lingam. Durante ese discurso, hizo una
histórica declaración acompañada de una incomparable lluvia de gracia
divina que no tiene parangón en toda la historia de la existencia humana.
Baba dijo así: “Ustedes han tenido la buena fortuna de percibir una Visión
de lo Divino. También han conocido el significado divino del Lingam que
les otorgará la salvación total. En lo que a ustedes respecta, como ya han
logrado la salvación total, no volverán a nacer. ¿Por qué sucede que en-
tre los millones de personas que hay en el mundo sólo ustedes han visto
esta manifestación de la divinidad? Algunos la han captado como una for-
ma específica, otros como una luz y los demás sólo como un destello o ra-
yo, pero no importa en qué forma hayan ustedes percibido la generación
de este Lingam y su manifestación porque lo que realmente han conocido
es el secreto de la creación”.
“Hay dos clases de mantras, el Shiva mantra y el Madhava mantra. El
Shiva mantra contiene la importante sílaba ma y el Madhava mantra el va-
lor de la sílaba ra; juntas dicen Rama. Rama es la manifestación de Ishva-
ra o el Atma. Rama e Ishvara son intercambiables y ambos están repre-
sentados en el símbolo de la creación, que es el Lingam. Habiendo ya pre-
senciado este secreto de la creación, no gasten su tiempo, de hoy en ade-
lante, de manera profana; ni propaguen ideas ni miren cosas que puedan
116
considerarse como tales. Recuerden: lo que han presenciado hoy es un se-
creto sin precedente, de la creación y deben aprovecharlo para promover
los mejores pensamientos, palabras y acciones en su vida. Todas las bue-
nas acciones que se pueden llevar a cabo después de muchos años de aus-
teridades o de entrega a la meditación durante muchos siglos, o bien ha-
biendo realizado distintos yajnas y yagas (sacrificios y ofrendas), todo lo
bueno que por tales prácticas pudiera adquirirse, no puede ser comparado
con lo que adquirieron hoy al presenciar el Lingodbhava. Esto es algo que
no tiene precedente. Sólo ustedes han tenido el privilegio de recibir esta
visión del Señor en forma de Lingam con las dimensiones de dashangula
(diez pulgadas).”
“Todo lo contenido en el tiempo, o sea, en el pasado, el presente y el
futuro, en los tres gunas y en los tres mundos, se haya en este Lingam que
contiene también el símbolo del tridente que cambia de color cada diez
minutos. El tridente significa la responsabilidad aceptada por la Divinidad
en el pasado, el presente y el futuro de la creación. La circunferencia de
este Lingam es de diez pulgadas (dashangula). De hecho, solamente de un
Lingam como éste puede decirse que contiene el importante número diez
y todas las manifestaciones de la Divinidad.”
“Si en nuestro corazón hay verdad y nuestra conducta es regida por el
amor, entonces podremos disfrutar de la paz en nuestro interior. Si todas
esas cosas están ya dentro de nosotros, ¿cómo es que no las cultivamos? La
paz reside en las profundidades de nuestro corazón, lo mismo que el agua
yace bajo la tierra. Para llegar al agua, es preciso quitar la tierra que la cu-
bre. Similarmente, hay que eliminar los deseos sensoriales para llegar a la
paz del propio corazón. Deben hacer el intento de seguir las ideas y el pen-
samiento del Señor. Tal sadhana les permitirá llegar a buen destino. Reci-
tar el nombre de Dios y dedicarse a la contemplación son los métodos más
fáciles para alcanzar la meta ideal en esta “Era de Kali”. Han estado can-
tando bhajans durante algunas horas, a los que ustedes llaman Akhanda
Bhajan o bhajans continuos, pero eso no es correcto. Akhanda Bhajan es
algo que debe ser llevado a cabo permanentemente durante toda la vida.
Akhanda significa sin interrupción. Si realizan el Akhanda Bhajan del
Hamsa Gayatri, no habrá altibajos en sus vidas.”
117
¿Por qué genera Baba el Lingam dentro de Sí, en la noche de Mahashivara-
tri?
“Como es imposible para ustedes comprender la Divinidad, medir Sus po-
tencias y conocer el significado de Su manifestación, a fin de atestiguar
el hecho de que la Divinidad está entre ustedes se hace necesario que Yo
haga evidente este atributo Mío. De otro modo, la atmósfera de odio, cod-
icia, envidia, violencia e irreverencia abrumará a los buenos, a los hu-
mildes y a los píos. El Lingam es un símbolo de ‘Lo Sin Comienzo y de Lo
Sin Fin’, o sea, del Infinito. Es como algo amorfo o Nirakara. ‘Li’ viene
de Liyathe que significa ‘Aquello en lo cual todos los nombres y todas las
formas se funden’, y ‘Gam’ de Gamayathe, que quiere decir ‘Aquello ha-
cia lo cual todas las formas se dirigen’. Es el símbolo más apropiado para
representar al Señor omnipotente, omnisciente y omnipresente. Todo co-
mienza a partir de El y todo termina en El.”
BABA
En Su cuerpo anterior como Pathri Sai, el joven Babu solía adorar al
Lingam en una mezquita musulmana, como también recitar el Corán en
voz alta y clara, dentro de los templos hindúes. El había atraído a ambas
comunidades a Su puerta, la Masjid Dwarakamayi en Shirdi, y cuando de-
jó Su cuerpo, hindúes y musulmanes lo reclamaron como suyo. Como
Parthi Sai, creó un Lingam con las marcas de una Estrella y una Luna cre-
ciente, símbolos del Islam y después invistió a un niño zoroastriano con el
cordón sagrado (Yagnopavitam) de los hindúes, que es el cordón sagrado
de los Brahmines; tradicionalmente, se les niega a veces aun a los mismos
hindúes. El también hace que los panditas brahmines védicos enseñen el
Purusha Sukta a los estudiantes de Sus colegios —tanto hombres como mu-
jeres— a pesar de que según la tradición sólo era recitado por brahmines
varones. ¿Tiene alguien la capacidad o la autoridad para cuestionar los
mandatos del Vedapurusha, la personificación de los Vedas, que se manifi-
esta en el Lingodbhava o creación del Lingam? Con tales actos, Baba tra-
sciende las barreras de casta, creencia, raza, religión y va aún más allá de
los límites del dharma ordinario de la naturaleza o prakriti para demostrar
la unión de toda la humanidad viviente en una sociedad armoniosamente
establecida en un estado de vida adhyátmico. Este es el verdadero signifi-
cado del Dharmastapana o restablecimiento del dharma.
El recuadro muestra un Jyoti Lingam (en la esquina superior izquierda y
abajo a la derecha) con una llama en forma de copa y un tridente (trishul)
dentro. La llama cambiaba de colores cada diez minutos. Baba se ve soste-
niendo un Lingam con la estrella y la Luna creciente, lo que señala la unidad
esencial de la fe islámica y del Sanathana Dharma.
“Al comprender el significado interno del Lingam que ha sido mani-
festado, sus vidas se han liberado y han alcanzado así la salvación orde-
nada. Desarrollen este pensamiento y manténganlo en su mente todo el
tiempo durante toda su vida. De esa manera, habrán hecho buena utiliza-
ción de la excepcional oportunidad que se les ha presentado ayer.”
Dharmo-rakshathi-rakshitha;
Sathya-nasthi-paro-Dharma,
se vuelven claras como el cristal. También se puede decir que sólo cuan-
do se comprende plenamente divya-prakriti es cuando se puede captar y
practicar el concepto total del Asha Vahishta, tal como se expone en las
Gathas.
Baba dice además: “No es suficiente que el individuo únicamente
piense que él es parte de Ishvara sino que debe darse cuenta, tomar con-
ciencia de que Ishvara es su alma (Ser) interna o Atma, y también que su
naturaleza es la misma que la prakriti de Ishvara. Cuando mencionamos a
la prakriti de Ishvara, queremos decir la naturaleza de Ishvara. Esta es la
naturaleza de Sat-Chit-Ananda, que se expresa como las diversas e incon-
tables manifestaciones en la creación. Para establecer una sociedad de cla-
se superior es esencial que la misma sobrepase los límites de nithika, o
sea, de conducta correcta y moral, y lleve un tipo de vida adhyátmico. El
Gita expone y declara —en el capítulo donde se habla de Atma-Samyama-
Yoga— que es Ishvara mismo quien reside en la prakriti-chaitanya o con-
ciencia de una sociedad. Se deducirá de esto que, así como Dios encarna
en la Tierra para el establecimiento del dharma, la propia naturaleza Sat-
Chit-Ananda de Dios también encarna entre los seres humanos durante la
139
creación. Una vez que se ha comprendido esta manifestación de Dios y
de Su naturaleza en la creación, todo temor y toda ansiedad ocasionados
por la naturaleza malvada de la sociedad, desaparecerán de la mente. Las
tendencias humanas son superiores a las tendencias animales y cuando las
primeras se superan, se transmutan en superhumanas o de naturaleza divi-
na. No es posible desarrollar tendencias humanas a partir de tendencias
animales, pero sí es posible lograr la naturaleza divina a partir de las ten-
dencias humanas. Fue una agradable tarea para el maestro del Gita, elimi-
nar las tendencias animales en el hombre y reemplazarlas con otras de na-
turaleza divina. Por lo tanto, nos será posible comprender ahora que el
verdadero propósito de la creación de Dios es el mantenimiento de su na-
turaleza Sat-Chit-Ananda en la conciencia de la naturaleza (prakriti-
chaitanya) de la sociedad para protegerla. Lo mismo que el Sol en el cie-
lo siente los rayos que esparce sobre la Tierra, y aun los rayos del Sol per-
ciben el mundo sobre el cual se extienden, así también Ishvara advierte Su
propio Ishvara-prakriti-loka o mundo de la naturaleza de Ishvara. Del mis-
mo modo que es un error creer que durante las horas oscuras uno puede
usar una lámpara para moverse exclusivamente dentro de la casa y no en
el exterior, así, es incorrecto pensar que este tipo de tratado adhyátmico
pertenece sólo al individuo y no a la sociedad o a la comunidad”.
“Si el hombre permite libre juego a sus preferencias, raga y dwesha
(apego y odio), mientras se mueve entre la gente y en cambio exhibe gran
devoción cuando ve a Dios, no está llevando un modo de vida adhyátmi-
co. El debe ver en todos los momentos y en todas las etapas, tanto al mun-
do como a la gente que hay a su alrededor, en el ‘espejo de la verdad’, que
se llama Sat-Chit-Ananda. Este es el significado interno de la forma cós-
mica (Virat-svarupa) del Señor. En el modo adhyátmico de vida no se de-
ben hacer diferenciaciones entre el individuo y la sociedad, entre los ob-
jetos materiales y los espirituales, o pensar que una obra es suya y otra
pertenece a Dios y así sucesivamente. La corriente de Sat-Chit-Ananda
fluye a través del individuo y llena el tanque llamado sociedad. De allí si-
gue adelante y se une al océano de eternidad, que es el Señor. La esencia
del Gita es hacer que este néctar fluya como la corriente interna del indi-
viduo, de la sociedad y de Ishvara.”
De esta manera, Baba enseñó que todos los millares de nombres de los
millares de caras que hay en una sociedad, connotan solamente al Dios
único, que actúa en esos miles de papeles. El Uno aparece como si estu-
viera encerrado en miles de cuerpos. Uno tiene que entender esta verdad
y atesorarla como la más preciosa dádiva de la vida. Finalmente, Baba ha
dicho: “Mientras los hombres permanezcan apegados a sus relaciones
mundanas, o sea, mientras el ahamkara y mamakara (el egoísmo de lo mío
y lo tuyo) prevalezcan, no podrán librarse de las aflicciones y miserias de
la vida. Tan sólo cuando formen nuevas relaciones a través de la naturale-
140
za divina o divya-prakriti, pasando por el desaliento nacido de los apegos
mundanos (vishada-yoga) será cuando encuentren al Uno y Unico, a la na-
turaleza Sat-Chit-Ananda del Señor manifestándose a sí misma en las in-
numerables entidades de todo el mundo. La divya-prakriti es el resorte vi-
tal del mundo, del individuo, del ambiente mental del hombre y de la co-
munidad. Si uno quiere ver al hombre verdadero (el Ser) y su naturaleza,
en el espejo del Gita, debe desarrollar su percepción para entender que
Dios y Su creación son uno y lo mismo. Cuando se alcanza tal estado en
la mente, entonces Dios se manifiesta en el corazón del individuo”.
Vemos así, que un avatar elimina las cualidades bestiales en el hom-
bre, ahuyenta el adharma de la sociedad y establece un estado superior
adhyátmico de vida en la sociedad. Cualquier persona que desee descubrir
la verdadera naturaleza de Sat-Chit-Ananda, tiene que esforzarse por al-
canzar ese estado adhyátmico de vida en la sociedad y experimentar su
unidad con la humanidad. Esta es la vía práctica más fácil y rápida para
que el hombre del siglo veinte llegue a Dios. El avatar no solamente mues-
tra el camino sino que es El también la meta y está siempre dispuesto a ser
usado para este fin por cualquiera que desee hacerlo.
¿Cómo puede uno comportarse para lograr el estado de vida adhyát-
mico dentro de la sociedad? Las disciplinas y prácticas requeridas para es-
te fin han sido explicadas en otras partes de este libro y en los demás li-
bros acerca de Baba enumerados en la bibliografía. Sin embargo, para be-
neficio del lector examinaremos de nuevo algunas de esas enseñanzas, es-
pecialmente en el contexto de un estado de vida adhyátmico, en algunos
ejemplos que pueden ser agrupados bajo tres aspectos diferentes de la vi-
da en sociedad:
1. Dharma-Artha y Kama-Moksha
2. Servicio en la sociedad.
3. Entrega y Tapas.
1. Dharma-Artha y Kama-Moksha:
Artha significa los medios para vivir en sociedad, o sea, la riqueza y
los bienes. Estos deben ser ganados y gastados dentro de los límites esta-
blecidos por el dharma, de una manera que no cause daño a la sociedad.
La adquisición de riqueza y la práctica del dharma son dos facetas de la
vida en sociedad que no están aisladas una de otra. Ambas están inexpli-
cablemente conectadas y cualquier intento de separarlas provocará desas-
tre y ruina para la misma sociedad y para el individuo. El dharma debe
guiar y sostener el acopio de la riqueza y a su vez, la riqueza debe ser usa-
da para sostener y promover el dharma. La riqueza ganada por medios
dhármicos ha de considerarse como un fideicomiso confiado al individuo,
141
en nombre de un residente interno. Al tenerse el capital en fideicomiso, no
hay posibilidad de que sea mal usado, desperdiciado o malgastado en pla-
ceres egoístas y actividades fútiles. Algunos pueden protestar: “Oh, pero
si yo he ganado el dinero con mi duro trabajo ¿por qué no lo puedo gastar
como me dé la gana? ¿Qué tiene que ver el dharma con la manera como
yo gaste mi dinero?”. Estas actitudes intentan divorciar a artha y dharma.
Sus resultados son ampliamente reflejados en la sociedad de hoy, particu-
larmente en las naciones llamadas desarrolladas o adelantadas. A la larga,
tal divorcio es perjudicial no sólo para el individuo sino también para su
familia, y si el individuo como una unidad de la sociedad es lesionado, en-
tonces la sociedad también sufre. Por lo tanto, tales actitudes son definiti-
vamente incompatibles con un estado adhyátmico de vida dentro de la so-
ciedad.
Es deber primordial de cada individuo buscar su divina herencia;
cuando así lo haga, ayudará automáticamente a fomentar a divya-prakriti
(la naturaleza divina) en la sociedad, a través de su disciplina. Con ello, el
hombre, adquiere un mayor estado y valor en la sociedad. Pero si el hom-
bre se devalúa a sí mismo divorciando al artha del dharma, entonces él
mismo contribuye a que la sociedad sea enrevesada, porque pone más va-
lor en las cosas de este mundo que en el hombre mismo. ¿Cuál es el re-
sultado final? Inflación, luchas, explotación exagerada de los recursos de
la tierra, despiadado diezmar de la flora y de la fauna, inundaciones, con-
taminación del ambiente, precios en espiral ascendente, huelgas y otros
síntomas semejantes se manifiestan en un círculo vicioso. Finalmente, el
sistema monetario mismo se debilita y la gente comienza a perder la fe en
su propio país. Baba ha dicho: “Con base en los sistemas monetarios,
nuestros deseos son muchos y la oferta es limitada. Hoy en día, ¿cómo po-
demos igualar estos dos factores? ¿Debemos reducir los deseos o debemos
aumentar el suministro? Como no es posible aumentar el suministro, de-
bemos reducir nuestros deseos. En terminología vedántica, reducir los de-
seos se dice vairagya y, en términos modernos, podríamos decir: ‘menos
equipaje y más comodidad hacen del viaje un placer’. Podemos reducir
nuestro equipaje sólo si aceptamos como una verdad el concepto de que
lograremos la inmortalidad a través del sacrificio. Hemos de reunirnos con
personas que necesitan nuestra ayuda, con quienes viven en cabañas, y ser
capaces de sacrificar todo aquello que nos sea posible, para su beneficio”.
Los deseos (kama), más allá de ser reducidos y controlados, también
deben ser canalizados de manera que puedan servir al propósito único de
lograr la inmortalidad (moksha). No es suficiente tener el deseo de alcan-
zar la liberación o inmortalidad; hay que imponerse el deber de cumplir-
lo. Los deseos pueden venir e irse, pero el deber de lograr la meta queda
por cumplirse. No es algo que está aquí hoy y lejos mañana. El hombre
adquiere, al nacer, el derecho de reclamar su divina herencia. ¿Podría en-
142
tonces este derecho de nacimiento llamarse mero deseo? Cuando un indi-
viduo practica el dharma en la administración de la riqueza y somete sus
deseos al deber de alcanzar la meta de la liberación, tiene una oportunidad
de destinar su riqueza al bienestar de la sociedad humana y contribuir así
a la felicidad de miles de seres. Cuando un individuo une la riqueza al
dharma y el deseo a la liberación, se convierte en un instrumento que ayu-
da a las Encarnaciones Divinas que vienen a la Tierra en cumplimiento de
su misión. Si el lector pone en práctica estas ideas, se volverá, automáti-
camente, un instrumento en las manos de la divinidad, sin que importe si
la identifica con Baba, Cristo, Krishna, Buda, Ahura Mazda, Alá o con
cualquiera de Sus infinitos nombres.
2. El servicio en la sociedad:
Antes de que uno pueda emprender inteligentemente cualquier servi-
cio en favor de la sociedad, es necesario que comprenda claramente la di-
ferencia entre la experiencia que tiene en dicha sociedad y la verdad real
que hay detrás de esa experiencia. ¿En qué debe uno creer: en la expe-
riencia obtenida a través de los cinco sentidos o en la verdad? Vamos a
considerar algunos ejemplos. Nuestra capacidad de percepción nos dice
que una mesa de madera o una pared de concreto es sólida y estable; la
ciencia, en cambio, ha descubierto que está compuesta de diminutas par-
tículas de energía en un estado de constante flujo y que la Tierra está gi-
rando a una tremenda velocidad en el espacio, pero nosotros no somos ca-
paces de sentir ese movimiento. Tenemos la impresión de que el Sol se le-
vanta en el Este y se pone en el Oeste, aunque todos sabemos que el Sol
está fijo y que es la rotación de la Tierra lo que produce esa ilusión. En la
noche contemplamos la Luna en lo alto y murmuramos suavemente:
“¡Qué deliciosa luz de Luna!”, mas en verdad es la luz del Sol; empero na-
die dice nunca después de mirar la Luna llena: “¡Oh, qué luz del Sol tan
bella!” Un hombre considera que su esposa es el cuerpo al que ha llama-
do así toda su vida; cuando ese cuerpo muere, se lamenta: “¡Oh, mi espo-
sa se ha ido, mi esposa se ha ido!”, aunque dicho cuerpo esté todavía ex-
tendido allí delante de él. ¿Cuáles afirmaciones debemos creer? ¿Cuál es
la verdad? El lector puede encontrar ejemplos semejantes ad infinitum, si
se pone a inquirir y analizar la verdad que hay detrás de sus simples ob-
servaciones. Sin embargo, la cuestión es la siguiente: ¿qué ha de creer
uno? ¿La experiencia dada por los cinco limitados sentidos o la verdad
subyacente? Cuando el hombre se mueve y vive en la sociedad, sólo es ca-
paz de captarla a través de sus defectuosos cinco sentidos. Del mismo mo-
do que la ciencia ha descubierto las verdaderas cualidades de la materia,
debemos encontrar la verdad subyacente en las apariencias que nos pre-
sentan los sucesos de la sociedad donde vivimos e inquirir sobre las cau-
sas reales que los motivan.
143
Brevemente, podríamos decir que el mundo tal como se lo conoce a
través de los cinco sentidos consiste primordialmente en una serie de con-
ceptos opuestos: como el bien y el mal, la salud y la enfermedad, la vida
y la muerte, la riqueza y la pobreza, la felicidad y la miseria, la pureza y
la impureza y así sucesivamente. La cuestión es ¿deben estas experiencias
nuestras ser creídas o hay alguna verdad mayor detrás de ellas? La verdad
real que hay detrás de esas experiencias ha sido revelada por Krishna en
el capítulo decimoquinto del Gita. Es imperativo que esa verdad sea com-
prendida, antes de que se emprenda cualquier servicio en la sociedad, si se
quiere obrar con inteligencia.
Krishna: “…Hay un razonamiento que ata y un razonamiento que li-
bera. Aquél que ve el mundo como mundo, ve erróneamente. Aquél que
ve el mundo como Paramatma (Dios) ve correctamente. El mundo es un
efecto que tiene una causa; no puede ser diferenciado o separado de la
causa (Dios). Es sólo una mutación de Brahman (Dios). Los millones de
seres son las ramas, ramitas y hojas de un árbol; la semilla es Brahman, en
el cual todo el árbol está presente. El que esto sabe, sabe los Vedas.”
Arjuna: “¡Krishna! Tú dices que el mundo es un efecto y por tanto no
puede ser independiente de la causa, pero el mundo que nosotros vemos
está sujeto a crecimiento y descomposición, mientras que por otro lado,
Dios es eterno e invulnerable al cambio. ¿Cómo pueden estos dos opues-
tos ser uno? ¿Cómo es posible?”
144
Krishna: “…Mi amado cuñado, los Devas y los Asuras no son dos grupos
separados y distintos. Están simplemente divididos con base en la dife-
renciación de sus características (gunas). Estos nombres y formas (olla,
cacerola, plato) son las características artificiales o gunas. La base y la
esencia de todas ellas es la arcilla manifestada como ollas, cacerolas y
platos, que son artificiales. Toma la base o arcilla como Mi forma, Mi
realidad. Yo no soy las ollas, las cacerolas ni los platos, pero estoy en
ellos. Yo no tengo gunas, pero estoy en los gunas. Toma nota de esto.
Por lo tanto, no trates de mantener la arcilla en sus expresiones —ollas,
cacerolas, platos— aparte, como si fueran entidades distintas, porque
no pueden separarse… La tierra, el agua, el fuego y el aire son eviden-
tes y perceptibles, pero el espacio que los penetra a todos no es tan per-
ceptible. Similarmente, la mente, el intelecto, la conciencia y la indivi-
dualidad son por todos conocidos y experimentados, pero el Atma que
es su base, sólo puede ser inferida. Esta base invisible de la cual tú no
tienes conciencia soy Yo mismo, el Atma. Todo está basado en Mí… Se
puede demostrar que hay tres cualidades básicas en todas las naturale-
zas demoníacas; son el deseo, la ira y la codicia, que despiertan al de-
monio en el hombre y que deben ser destruidas y sustituidas por las
cualidades divinas del desapego, la ecuanimidad y el renunciamiento”.
De esta manera, vemos que las ideas del bien y del mal se relacionan
con los gunas. En este contexto, Baba ha dado otro ejemplo para ayudar-
nos a ponerlas en su perspectiva apropiada. “Las ideas y experiencias so-
bre el bien y el mal en la sociedad son transitorias e impermanentes. Lo
que sí es permanente es el Atma que está en sus corazones. Así que llenen
sus corazones de santidad y todo lo externo les parecerá después igual-
mente bueno. Supongamos que hay agua en cinco vasijas diferentes he-
chas de oro, plata, cobre, madera y arcilla, respectivamente. La imagen del
Sol se refleja en todas las vasijas y posee las mismas cualidades, sin im-
portar el valor de los recipientes. Los recipientes pueden tener distintos
valores, pero la imagen reflejada tiene uno solo. De manera similar, las
buenas y las malas experiencias pueden ser comparadas con los diferentes
recipientes y su evaluación no debe basarse en su naturaleza, que sería
considerada como los recipientes. El Atma contenido en los diversos reci-
pientes, tiene el mismo valor y es la verdad permanente que hay detrás de
esas experiencias. El Atma no debe ser desvalorizado porque esté en un
recipiente malo o no tan bueno. Lo que hoy llamamos sociedad debiera
ser una organización tal que tuviera un solo corazón. Es decir, como una
guirnalda de diferentes flores en un solo hilo. Todos los cuerpos humanos
pueden ser comparados a las distintas variedades de flores ensartadas en
el hilo divino. Las flores de nuestros cuerpos se marchitarán y caerán, qui-
zás hoy o mañana, pero el hilo que las traspasa permanecerá inalterado e
145
inmutable.” Ese hilo divino es la divya-prakriti (naturaleza divina) ense-
ñada en el Gita, o la Asha Vahishta encerrada en las Gathas, o la naturale-
za de Sat-Chit-Ananda de Dios en la sociedad.
“El verdadero sadhana es un intento de fundirse en la divinidad”, di-
ce Baba. No es posible volverse uno con la divinidad a menos que la di-
vinidad sea reconocida antes en la sociedad. Verdaderamente, uno debe
seguir el “camino de Asha”. ¿No termina el libro de Yashna con esa ex-
hortación?
¿Cuáles son esos caminos falsos? Son los caminos basados solamen-
te en las experiencias externas, que ignoran a la divya-prakriti o Asha, la
base de todos los recipientes: ollas, cacerolas y platos, que está manifies-
ta en la sociedad.
Hay todavía otra manera de comprender la existencia de Dios en la
sociedad. Sri Sankaracharya ha dicho: “Brahma Sathyam Jagath Mith-
yam”. Y también se dice: “Sarvam Vishnu Mayam Jagath”. Estas frases
significan: “Brahman es la verdad, mithyam es el mundo” y “Todo el
mundo está envuelto por Vishnú”. La palabra “mithyam” se explica como
“Sat-Asat” que significa una combinación de “verdad y no verdad”. Vish-
nú y Brahman significan Dios. El lector podría preguntar: “Si el mundo
entero está envuelto por Dios y si Dios es la verdad, entonces, ¿cómo pue-
de el mundo ser considerado como una mezcla de verdad y no verdad?”.
Las dos declaraciones parecen contradecirse. Sin embargo, un día de
1973, durante una exhibición de cine para los estudiantes del colegio en
Whitefield, Baba le resolvió al autor esta paradoja. Comenzó la explica-
ción diciendo que las imágenes de la película vienen y se van repetida-
mente en la pantalla. Esa rápida sucesión de imágenes en la pantalla crea
dentro de nosotros una idea de movimiento y la impresión de cierta clase
de manifestación. El señaló que el mundo consiste no sólo en objetos ina-
nimados sino también en seres vivientes; que en cualquier instante del
tiempo, una gran cantidad de personas están llegando al mundo —al na-
cer— y desapareciendo de él —al morir—; comparó ese ir y venir con las
imágenes en la pantalla. De igual modo, las imágenes están allí y no están
allí; eso es cierto y no cierto, por lo tanto, es mithyam. Ahora bien, si la
pantalla no estuviera, sería imposible que alguien pudiese ver el ir y venir
de las imágenes; en cambio, mientras las imágenes están allí, no se ve la
pantalla como una entidad separada de ellas. La pantalla queda mezclada
y combinada con las imágenes transitorias. Baba dijo entonces, que la
pantalla es como la base permanente y puede ser comparada con Brah-
man. Esta base permanente o Brahman se mezcla y se combina con las
146
personas transitorias que vienen y se van; eso es el mundo. El proceso me-
diante el cual las falsas y transitorias imágenes se combinan con la verda-
dera base que es la pantalla, para producir juntas una impresión de perma-
nencia, puede ser denominado Vishnú Maya o “la ilusión de Vishnú” que
tiene el mundo. La palabra Vishnú se refiere aquí al omnipresente Señor, en
tanto la palabra maya significa aquello que produce una ilusión. Volviendo
al ejemplo anterior dado por Baba, uno puede comparar la guirnalda de flo-
res con las imágenes en la pantalla. El hilo divino que ensarta la guirnalda
es también el hilo que forma el tejido de la pantalla; las diferentes varieda-
des de flores son como imágenes que vienen y se van. Habiendo penetrado
este conocimiento de Vishnú Maya, estamos ahora en condición de percibir
la verdad escondida detrás de nuestros conocimientos sobre los opuestos en
la sociedad. Esto puede enunciarse de la manera siguiente:
Aun cuando la sociedad, el individuo y el mundo objetivo sean expe-
rimentados como entidades múltiples y separadas, la verdad que hay de-
trás de todas esas experiencias es la “única base” de todo, el Paramatma
o Dios.
Esta verdad tiene que ser grabada muy profundamente en el corazón
de cada uno, como un preludio al servicio que debe prestar a la sociedad.
Habiendo establecido la base para el servicio, vamos a examinar al-
gunas disciplinas fundadas en esa verdad.
Puesto que el Dios único es la base de todo, entonces el servicio al
prójimo es no solamente servicio a Dios, sino también servicio al propio
ser. Por cuanto el servicio se está rindiendo al Señor omnipresente, no
hay ninguna necesidad de pomposa exhibición ni de publicidad. El Señor
lo sabe y nadie más tiene que saberlo. Este servicio es algo que fluye de
un corazón a otro, de un Atma a otro y es muy sagrado. ¿Podría enton-
ces ser utilizado para hacerse propaganda o publicidad en los múltiples y
comunes medios de noticias? Desgraciadamente, hoy en día, ni los indi-
viduos ni las organizaciones sociales y religiosas logran captar la santi-
dad de tal servicio que se presta a la sociedad y sucumben a las atrac-
ciones de la publicidad. Si el servicio está manchado con una pizca de
publicidad —por más sutil que pueda ser— entonces ya no es sátvico
porque está mezclado con motivos ocultos que prevén ulteriores fines.
El servicio que es sátvico tiene incorporada su propia bienaventuranza y
beneficia tanto al servidor como al receptor de dicho servicio. No puede
ser descripto. Es una de las alegrías que constituyen un modo de vida
adhyátmico en la sociedad.
Cada acto de servicio, no importa cuán trivial sea, debe ser hecho sin-
ceramente, con amor y sin el deseo de obtener sus frutos. Cuando los de-
beres de uno, pertenecientes a la propia condición en la vida, se llevan a
cabo con espíritu de humildad, desprendimiento y devoción al Señor, son
santificados y forman parte integral de un modo adhyátmico de vida en la
sociedad.
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Baba ha dicho que si uno no puede ayudar positivamente a un indivi-
duo, por lo menos debe abstenerse de causarle daño. Este es el menor ser-
vicio que se puede hacer a la sociedad. Al refrenarse para no herir a su pró-
jimo, a los animales y a la naturaleza, uno promueve y rinde homenaje a la
Divya-Prakriti en la sociedad. A veces, los individuos crean una división
artificial entre ellos y la sociedad. Por ejemplo, algunas personas creen fir-
memente que el pago de los impuestos al gobierno debe evitarse en lo po-
sible. ¿Significa esto que Dios reside sólo en los contribuyentes y no en el
gobierno? La gente considera también que un espíritu competitivo es sano.
Esto puede ser en una sociedad basada en las apariencias externas de las di-
ferentes ollas, cacerolas y platos. Pero cuando se ha conocido el Atma de
cada uno, ¿dónde está la necesidad de la competencia? Por ejemplo, si hay
dos hermanos en el mismo negocio, ¿no se ocuparán de los intereses de ca-
da uno? ¿Se dedicarán a esa llamada sana competencia y se dañarán el uno
al otro? Similarmente, “la sociedad es como una sola guirnalda con un so-
lo corazón” y sin ningún lugar para una actividad competitiva entre sus
miembros. Baba dice: “Hoy debemos tomar la determinación de iniciar y
seguir el sendero de la verdad y la honestidad. Si de los dos ojos que te-
nemos, uno lo destinamos a la honestidad y el otro a la verdad, no hay que
temer nada, cualquiera que sea el lugar donde vayamos. Pero parece que
en estos dos ojos hemos desarrollado unas cataratas que nos están causan-
do problemas. Debemos hacer el intento de operarnos y remover esta cata-
rata. Habiendo nacido en una sociedad humana, habiendo sido alimentados
y sostenidos por ella, si no están dispuestos a reconocer la relación que de-
be existir entre un hombre y otro, es un despropósito llamarse ser humano
y miembro de la sociedad. La gente egoísta no tiene ningún derecho de ser-
vir a la sociedad. Sólo cuando el hombre sea capaz de ser abnegado y de
rendir un servicio desinteresado, adquirirá el derecho de servir al hombre
común. En el egoísmo no puede haber nunca amor; el egoísmo significa
carencia de amor, y el amor significa carencia de egoísmo. El amor se nu-
tre al dar y perdonar; el egoísmo se nutre al obtener y despreocuparse.
El despilfarro en cualquier forma que sea, causa daño a la sociedad.
Evitar el despilfarro y consumir el mínimo de los recursos naturales de la
tierra es un servicio que le hacemos. Así sea el alimento, el vestido, el
agua, la electricidad o la gasolina, en esencia todo es Paramatma y debe
ser usado con mesura. Baba le dijo una vez al autor que uno tiene que vi-
gilar no solamente las cosas que no usa sino también el volumen de esas
cosas, el cual no debe ser mayor de lo necesario para la ocasión, pues eso
también es Paramatma. En la sociedad, cualquier cosa que se malgaste
equivale a malgastar a Dios.
Hacer la caridad en una forma u otra es también servicio a la socie-
dad. Sin embargo, debe ser controlada y guiada por ciertas disciplinas es-
tablecidas en el Gita:
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Krishna: “Cuando se hace caridad, antes se debe reflexionar sobre el lu-
gar, la oportunidad y la naturaleza del receptor. Por ejemplo, los dona-
tivos para escuelas se deben dar en los lugares donde no hay escuelas;
tienen que establecerse hospitales en las áreas donde hay más enferme-
dades y en cuanto al hambre de la gente, debe ser aplacada cuando las
condiciones de la hambruna han sido causadas por inundaciones o se-
quías. El acto caritativo que elimina de una persona la deficiencia que
le es más dañina para el progreso, se considera acto sátvico”.
Arjuna: “Krishna, ¿puedo hacerte una pregunta ahora? La caridad, no im-
porta cómo sea hecha, es caridad, ¿no es así? ¿Por qué hablas de cari-
dades sátvicas, rajásicas y tamásicas? ¿Existen tales diferencias?”
Krishna: “Claro que existen. Entre quienes hacen donaciones caritativas,
la mayoría está ansiosa por tener nombre y fama. Ese es el móvil que
motiva su acto. Están detrás de algo, en recompensa por lo que ofrecen.
Muy pocos ansían tan sólo la gracia del Señor. Las donaciones hechas
con el fin de recibir la gracia del Señor son sátvicas. Las donaciones
que se hacen a cambio de publicidad, fama pública y poder, o que son
hechas de mala gana o a regañadientes y bajo presión, se las clasifica
como rajásicas. La caridad debe ser hecha con reverencia y fe. No de-
be tirarse a la cara del beneficiario, ni ser entregada a una persona que
no la merezca ni ser dada en un momento inoportuno. El alimento ofre-
cido al sobrealimentado es una carga, no un favor. Los hospitales ins-
talados en lugares inaccesibles resultan una caridad arrojada al azar, así
como la caridad que no ofrece beneficio y constituye un derroche es ta-
másica. Mientras se dediquen a hacer caridad, deben ser muy vigilan-
tes. No deben repartirla a todo el que la pida ni pueden derramarla en
todos los lugares. Tengan cuidado de recordar los tres tipos menciona-
dos por Mí y entonces hagan lo que parezca más apropiado. El favor
que otorguen no debe ser para recibir por él nombre o fama ni para te-
ner ningún motivo de pompa o publicidad; ha de tener un fin determi-
nado y beneficioso. En todos los actos, la intención sátvica es la mejor.
Esta actitud ha de penetrar todo lo que se vea, escuche o hable”.
152
En este punto de nuestra historia, el lector podrá preguntar: “¿Qué tie-
ne que ver el modo adhyátmico de vida y los tapas con el Veda Purusha
Saptaha Jñana Yajna? ¿Por qué ha sido incluido en este capítulo?”. Bien,
la sabiduría espiritual (Brahma Vidya) es esencial para que la sociedad
tenga una clara Visión de lo Divino y este Jñana Yajna confiere la sabidu-
ría a través de las distintas conferencias que dictan los sabios panditas y
los discursos que Baba pronuncia durante los siete saptaha (días de festi-
vidades). Cuando los tres aspectos de tapas se cumplen con trabajo, ado-
ración y sabiduría, se realiza el tapas físico, verbal y mental, que consti-
tuye un Yajna que ayuda a uno a cumplir con esos tres aspectos durante
los siete días de festividades, y también despierta y eleva, a través del can-
tar de mantras védicos, las fuerzas espirituales contenidas dentro de uno y
que están dormidas en estado latente. Una vez despiertas, producen el ím-
petu necesario, la toma de conciencia y un urgente deseo de lograr el es-
tado adhyátmico de vida en la sociedad. Esta es la misión para la cual Ba-
ba ha venido: la promoción y la protección de Su naturaleza de Sat-Chit-
Ananda o la Divya-Prakriti en la sociedad. El lector está ahora en una po-
sición de captar plenamente el significado interno de la realización de es-
te Yajna y de la declaración de Baba: “…el Yajna se lleva a cabo para ha-
cer brillar al dharma”. Sí, para hacer brillar Su Divya-Prakriti en la socie-
dad, éste es Su Dharmastapana, Su tarea de restablecer el dharma.
Sanathana significa eterno, sin comienzo y sin fin. Los Vedas son Sa-
nathana. Existen desde mucho antes que existieran las religiones actuales
y sus escrituras. El Veda Purusha Yajna es también muy antiguo y las pre-
paraciones para su realización se llevan a cabo minuciosamente, bajo la
supervisión directa de Baba: el Veda Purusha mismo o los Vedas en per-
sona. La posición de los vedis (altares para el fuego sacrificial), su tama-
ño, forma y número están precisamente determinados en el estrado del au-
ditorio Purnachandra. Todo se prepara y se arregla estrictamente de acuer-
do con las instrucciones contenidas en los Vedas. Los asientos de hierba
(kusa) para los participantes y los materiales destinados al sacrificio: la
mantequilla clarificada preparada con leche de vaca, la tierra de hormi-
gueros y de varios establos, las ramas de baniano y las cucharas hechas de
madera especial, al igual que otros numerosos elementos puestos alrededor
de los vedis para la celebración de los distintos rituales. El altar central del
fuego está flanqueado por otros más pequeños, lo cual hace un total de cin-
co, que simbolizan los cinco aspectos de Shiva. Ellos son: Mrtyunjaya (el
conquistador de la muerte), Dakshinamurthy (maestro, el que enseña sabi-
duría), Kamesvara (el señor del deseo), Nilalohita (el de color azul o el in-
finito) y Bhutesa (el señor de los elementos).
Las trompetas y tambores anuncian el comienzo de la procesión para
el yajna, desde el mandir de Prashanti hasta el auditorio. Sai Gita, la ele-
fanta, ricamente enjaezada encabeza la procesión, seguida de varios mú-
153
sicos y panditas que cantan himnos. Finalmente, Baba se une a la proce-
sión junto con el huésped principal invitado para esa oportunidad. Todo se
desarrolla entre filas y filas de felices devotos que disfrutan del darshan
del avatar y reciben Sus bendiciones.
El yajna en sí comienza con el encendido ceremonial del fuego sa-
grado, acompañado del canto de los Vedas. De acuerdo con antiguos ritos
y tradiciones, un pedazo de madera es friccionado sobre un bloque esta-
cionario también de madera, por dos panditas, mientras que un tercero
ejerce la necesaria presión a fin de generar el calor requerido para la igni-
ción del área que se fricciona. Las primeras señales de la emanación del
fuego latente que sale de los trozos de madera es una delicada voluta de
humo que emana del punto donde se unen los dos trozos. La pequeña chis-
pa es incrementada con cuidado por un experto y transformada en virutas
de madera ardientes, las cuales son recogidas en un platón de cerámica
sostenido en el aire para que todos presencien esa manifestación de la di-
vina energía. Finalmente, la llama brota y todo es trasladado con el debi-
do cuidado al vedi central. Muy pronto, el hoyo del vedi se transforma en
un fuego que arde alegremente. Baba observa estos procedimientos con un
aire de espectador no involucrado, el testigo, el Purusha.
Alrededor de cada altar de fuego se sientan tres panditas que recitan
himnos védicos a la vez que derraman libaciones (mantequilla clarificada)
en las llamas. Esos himnos invocan una forma particular de Dios, de
acuerdo con la recitación del nombre escogido y su descripción. Se repite
once veces. Ese es el Rudra-Yaga. Puede mencionarse aquí que el Nama-
ka y el Chamaka son dos himnos védicos de adoración que invocan el as-
pecto sin forma de Rudra-Shiva de Dios. Rudra destruye el mal, impide
las calamidades y detiene la aflicción. El beneficioso Shiva otorga varias
dádivas enumeradas en los himnos Chamaka.
A veces la gente pregunta: “¿Por qué malgasta Baba tal cantidad de
mantequilla quemándola?”, y Baba ha contestado que tal como aquéllos
que ignorando todo lo relativo a la agricultura y a sus prácticas creen que
un agricultor está malgastando los granos buenos cuando siembra un cos-
tal de ellos, no están conscientes de que el granjero va a cosechar docenas
de costales de granos, a cambio; al derramar tres latas de mantequilla con-
sagrada en el fuego del yajna, la humanidad obtendrá a cambio el equiva-
lente a trescientas latas de mantequilla, cuyo efecto purificador se expan-
de después con el viento a los cuatro rincones del mundo, para beneficio
de éste. El lector es advertido una vez más —en virtud de este otro ejem-
plo— que la experiencia obtenida a través de la observación es una cosa
y la verdad que hay detrás de esa experiencia es algo diferente. Los fali-
bles sentidos de percepción de los seres humanos, ayudados por una lógi-
ca limitada, con frecuencia ponen trampas al intelecto que no está alerta;
es tarea del buscador individual indagar pacientemente y averiguar la ver-
154
dad. Claro está, hay que aceptar los hechos tales como se presentan a los
sentidos, pero uno debe también aprender a dejarlos a un lado y esperar
que se revele la verdad oculta, a través de la indagación apropiada. Esta es
una lección que el autor aprendió cuando conoció a Baba, y también ha
encontrado útil aplicarla en la práctica de la investigación científica. “La
precipitación produce pérdida; ésta causa preocupación, por lo tanto, no se
precipiten”, dice Baba, y ese consejo es aplicable tanto a las búsquedas
materiales como a las espirituales.
El vedi del centro está flanqueado, de un lado, por un grupo de mu-
chachos de la Escuela Védica de Prashanti Nilayam, y del otro lado por un
grupo de distinguidos expertos que han obtenido la maestría en los Vedas.
Recitan aquella parte del Yajur Veda que trata de los Yagas y celebran otros
actos ceremoniales. Ambos grupos cantan simultáneamente los himnos con
voz tan alta y clara que la atmósfera de Prashanti Nilayam retumba con sus
vibraciones. En los Vedas se dice que cuando los cantos que ahí se enseñan
llenan el aire, caen rayos de divina gracia sobre toda la humanidad. Los
Vedas son su propia autoridad, son el mismísimo aliento de Dios y no hay
ninguna autoridad más alta que ellos para valorar o cuestionar su verdad.
El yajna promueve el bienestar y la prosperidad del mundo.
Cuando uno se ubica en el auditorio, de frente al vedi central, en el
extremo derecho, ve cómo se lleva a cabo la adoración a la Diosa Madre;
ese lugar está también reservado para el arathi diario (himno de adoración)
al terminar todas las ceremonias del día. El Devi Bhagavatha describe las
maneras y los medios para adorar a la Madre Divina (Shakti o el aspecto
creativo de Dios) y un sabio recibe la tarea de leer ese texto durante el
Saptaha. Es una forma de adoración verbal. Dicho texto contiene el Bhu-
vaneshvari Vidya (conocimiento relativo al cosmos) y allí se declara que
hay mundos superiores en el cosmos y que la Madre es la soberana de to-
da la creación. El capítulo doce del texto de los 1008 nombres del Gaya-
tri también contiene el Devi Gita (Canto Divino de la Madre) que se con-
sidera la parte más importante del Devi Bhagavatha. Describe cómo la
Madre Divina —en las formas de Durga, Lakshmi y Sarasvati— destruyó
los demonios de la pereza, el orgullo y la violencia. El lector comprende-
rá, desde luego, que esas narraciones simbolizan la eterna lucha contra los
seis enemigos que hay dentro de las facultades del hombre. En 1972, el
día de la inauguración del yajna, Baba creó una pequeña estatua de la Ma-
dre Divina (Mahishasura Mardini Vigraha), que muestra la muerte del de-
monio Mahishasura. Representa el tema de la eterna lucha contra el mal y
del triunfo final que el hombre tiene que lograr. El Devi Bhagavatha con-
tiene también muchos mantras potentes y fórmulas místicas que purifican
los recovecos internos de nuestra conciencia y por eso se recitan los
18.000 versos del texto, durante el yajna.
155
El Shri Chakra —también conocido como Meru Chakra— es adora-
do al estilo tradicional, en el extremo izquierdo del estrado. El Chakra
(rueda) es un dibujo místico de diseño geométrico, consistente en triángu-
los concéntricos dentro de otros triángulos con un pequeño bindu (punto)
en el centro del Chakra. Los recintos en la periferia que demarcan el Cha-
kra representan el cosmos entero y el bindu colocado en el lugar de la
“Madre Suprema” simboliza las fuerzas místicas que operan en el cuerpo
del hombre, culminando en el bindu situado en el cenit de la cabeza. Des-
cribe el estado supremo del yoga.
También realizan otras ceremonias y recitaciones como parte del yajna,
eruditos expertos en varias escrituras. Los 1008 nombres de Shri Lalitha, la
Madre de tierno corazón, se recitan comenzando con Shri Matha (Madre) y
terminando con los tres últimos: Shri Chakra Rah Nilaya (aquélla que está
instalada en el Shri Chakra Shrimath Tripura Sundari (la encantadora de los
tres cuerpos: el burdo, el sutil y el causal) y finalmente Shiva Shakti-Eka-
Svarupini (aquélla cuya forma es a la vez Shiva y Shakti). Esos 1008 nom-
bres son mantras potentes de sutil poder que iluminan y purifican las inme-
diaciones del lugar, con sus vibraciones. Reconociendo la potencia de los
nombres de Lalitha, Sri Sankaracharya estableció como regla obligatoria en
cada monasterio la instalación y adoración de Shri Chakra y la repetición de
los 1008 nombres de Lalitha. El número 1008 significa la infinitud divina,
o sea, que la Madre tiene nombres y formas infinitas.
Hay algunos panditas en el estrado, que llevan un paño de seda roja y
un punto de kum-kum (polvo rojo) en sus frentes. Cantan el Chandi, o sea
una loa al aspecto Shakti de las varias formas divinas y sus nombres. Ese
japa (repetición centrada) se hace mientras se concentran en la forma de
la divinidad que el nombre invoca. Dicho japa simboliza la continua re-
petición que hace el hombre del sonido So Ham, So Ham durante la ins-
piración y espiración naturales. So Ham significa Yo Soy Aquello. La pa-
labra “aquello” significa la Divinidad y de esa manera, el hombre está de-
clarando en cada aliento su herencia divina. Tiene uno que oír el “so” den-
tro de la propia conciencia durante la inhalación del aire, y “ham” duran-
te la exhalación. Eso constituye el Hamsa Gayatri Japa. Inicialmente, es
necesario practicarlo con la atención concentrada, durante los períodos de
tranquilidad y evitando las distracciones. Eso purifica la mente y confiere
la constante conciencia de la Divinidad que hay en cada uno de nosotros.
En tres ocasiones diferentes, el autor ha oído a Baba recomendar especí-
ficamente la práctica del Hamsa Gayatri, a varios grupos de personas.
Una vez en 1971, en Whitefield, a un grupo de devotos, en el cuarto de en-
trevistas; en una segunda ocasión en Bombay, a todos los trabajadores y
voluntarios de la Organización de Servicios Sri Sathya Sai, y finalmente
durante un discurso de Shivaratri en Puttaparti, a todos los miles de devo-
tos reunidos allí.
156
Los frutos del Chandi japa son ofrecidos durante la función final, al
Veda Purusha, con las palabras Om Tat Sat Brahma Arpanam. Todavía hay
otros sabios que leen el Saptaha-Sathi, que es una sección del Markanda-
ya Purana y que consta de 700 versos. Sirve al mismo fin que el Devi Bha-
gavatha.
Un pandita tiene la tarea de leer la sagrada epopeya del Ramayana,
particularmente el Sundara kanda, que trata en forma especial de las ha-
zañas de Hanuman. Se dice que cuando se pronuncia cada sloka o verso,
se elimina soka, o sea, el dolor. Aun cuando la epopeya se llame Ramaya-
na, el autor Valmiki también la llama la “Gran Historia de Sita”. Sita, na-
cida de la Madre Tierra, es el símbolo de la Madre Universal y por eso la
lectura de dicha historia es una obligación que hay que cumplir durante el
festival de la Madre.
El Surya Namaskar o adoración del Sol como un símbolo visible del
Supremo, es también llevado a cabo durante el yajna. Un pandita de com-
plexión atlética y bastante vigor es quien generalmente se encarga de rea-
lizar ese ritual, que es agobiante. Una pequeña lámpara de aceite y varias
ofrendas se ubican de manera apropiada para ese culto. El pandita, a la vez
que canta himnos védicos, lleva a cabo elaboradas postraciones, de acuer-
do con cierta técnica para absorber la energía solar. Deambula alrededor
de las ofrendas, cantando los himnos que glorifican los doce nombres del
Sol y se postra más de cien veces cada día. Una vez, el autor observó al
pandita dando vueltas alrededor de Baba que estaba de pie cerca de las
ofrendas. Finalmente, el pandita ofreció las postraciones a Sus pies de lo-
to y Baba las aceptó, ya que El mismo es la fuente del Sol y de la ener-
gía solar.
Aparte de los beneficios físicos derivados de exponer el cuerpo a la
radiación solar, hay también un significado espiritual más profundo en el
Surya Namaskar. El Sol debe ser instalado en el templo de nuestro cuerpo
para que disipe con su refulgencia y de una vez por todas la oscuridad de
la ignorancia. Ese es el significado de moksha o liberación.
Los procesos diarios de todos los ritos ceremoniales del yajna llegan
a un punto culminante cada día, a las doce en punto, con la realización del
arathi. Todos los participantes en el yajna se mueven a la derecha del es-
trado y se acomodan en dos grupos alrededor del altar de la Madre. Baba
llega allí y se para en medio. Una vez que le han puesto la guirnalda, co-
mienza el arathi con el canto del Pushpa Mantra. Aun cuando Baba es el
Veda Purusha, El es también Sai, la Divina Madre y así, en su calidad de
personificación de Shiva-Shakti-Eka-Svarupini, acepta la oración y el
arathi. Es un bellísimo y obsesionante canto, que atrae Sus bendiciones
para el bienestar y la prosperidad de todos los seres. Los panditas cantan:
“Loka Samastass Sukhino Bhavantu” (“Que el mundo entero tenga felici-
dad y paz”).
157
Los Vedas declaran: “La inmortalidad se logra no por acciones teme-
rarias, no por una brillante progenie, no por vastos tesoros sino por la
práctica del renunciamiento y del compartir”. Este yajna se prescribe en el
Karma Kanda de los Vedas, a fin de santificar el tiempo y cumplir la me-
ta del hombre. Baba ha dicho: “El yajna complace a Dios, quien preside
las fuerzas de la naturaleza y derrama la bendición de la lluvia, que au-
menta el alimento para el hombre y para el animal. La actividad divorcia-
da de las metas espirituales, de la humildad y de la reverencia, lleva a la
audacia y al autoritarismo. Hace al hombre arrogante y cruel. Por lo tan-
to, toda actividad tiene que ser hecha como un yajna, como una ofrenda
a Su gloria, con agradecimiento, reverencia y humildad”. Es en este con-
texto que Baba ha delineado los cinco tipos de yajnas que debe practicar
el hombre para alcanzar a Dios. El ha dicho que no hay ninguna necesi-
dad de tener sacerdotes intermediarios ni costosos materiales y elaboradas
ceremonias para esos sencillos yajnas que cada dueño de casa puede rea-
lizar a diario y derivar de ellos paz y alegría. El hombre vive en sociedad
porque no puede vivir solo y, sépalo o no, para su diario sustento depen-
de de la naturaleza. Para el mismo nacimiento de su cuerpo, él tiene que
depender de sus padres y, durante toda la vida de ese cuerpo, está usando
recursos que en realidad no le pertenecen. Descarga su obligación para
con la sociedad en la cual vive, pagando parcialmente sus impuestos de
varias maneras, pero ¿qué hay del don de su cuerpo? ¿del don del aire?,
¿del don del agua?, ¿de las miles de pequeñas necesidades que tiene que
satisfacer a diario y que son realmente dones de la creación? La creación
ya existía antes de que el hombre apareciera en ella y seguirá existiendo
cuando él deje su cuerpo. La creación es la mansión del Creador y en ver-
dad, el hombre es Su huésped privilegiado mientras a El le plazca. ¿No es
un acto de elemental cortesía agradecer al propio Anfitrión por la hospita-
lidad que nos ha brindado? Así, los yajnas que deben ser realizados por el
hombre tienen el fin de darle las gracias al Anfitrión y mostrarle gratitud,
así como también impedir que el hombre destruya y desaproveche Su man-
sión. Cuando el Creador está complacido con el comportamiento de Sus
huéspedes, el hombre disfruta bienaventuranza eterna; de otro modo, como
los otros anfitriones, El dice: “Vuelve de nuevo” y el hombre no tiene otra
alternativa sino la de aceptar Su invitación para otra ronda de nacimiento,
vida y muerte, con sus ineludibles intervalos de dolor, placer y miseria.
1. Deva Yajna.
2. Pitru Yajna.
3. Brahma o Rishi Yajna.
4. Manushya o Atithi Yajna.
5. Bhutha Yajna.
158
Deva Yajna:
Deva significa divinidad. Por lo tanto, el pensar en Dios con o sin for-
ma, contemplar Sus múltiples aspectos en la creación y realizar todas las
acciones para Su placer, se llama Deva Yajna. El vivir en tapas o austeri-
dades es realizar este yajna.
Pitru Yajna:
Bhutha Yajna:
El Bhuta Yajna consiste en rendir servicio a todos los seres vivientes.
Eso implica tratar con bondad a todos los animales, especialmente a los
que dan leche y a aquéllos que trabajan para servir a la humanidad en los
campos y en los caminos. Alimentar o mantener pájaros, peces, gatos y
perros así como otros animales domésticos o ayudar a preservar a los ani-
males salvajes en su región natural (conservación de la naturaleza) es tam-
bién Bhutha Yajna. Hay que mostrar bondad aun con los animales que se
arrastran y reptan, incluyendo las hormigas. Proteger el reino vegetal y
promover su conservación forma parte también de este yajna. Sabiéndolo
o no, el hombre destruye la vida por necesidad y Baba ha dicho que los
pecados que se acumulan por la destrucción de las diversas formas de vi-
da, son expiados por medio de la correcta observancia de este yajna.
El Veda Purusha Saptaha Jñana Yajna, o sea, los siete días de adora-
ción de la Personalidad Divina glorificada en los Vedas, es la suma y sus-
tancia de los cinco tipos de yajnas. El Purusha mencionado en el Purusha
Suktha es el Purushottama, el Purusha Supremo o Aquello que se mani-
fiesta a través del cuerpo de Baba. Es por Su voluntad que el cosmos se
manifiesta como El. No hay nada que no sea El. Por lo tanto, respecto de
esas cosas, Baba dice: “Primero deben creer que son divinos y conducir-
se de acuerdo con ese estado supremo. Entonces serán bendecidos con la
experiencia, la visión, la conciencia, la realización y la bienaventuranza
que es eterna. Recuerden que no pueden recibir o tener la experiencia o la
bienaventuranza primero. Ni tampoco pueden posponer sus creencias in-
definidamente hasta que logren aquéllas, ni pueden ustedes regatear di-
ciendo: ‘Dame la bienaventuranza y entonces tendré fe’. Podrán recono-
cer este Purushottama, mediante una educación apropiada. Tomen el ejem-
plo del yajna realizado aquí. En este fuego, se hacen ofrendas con la reci-
tación de los diferentes nombres de Dios, exaltados en elaborados himnos.
Cada nombre describe a Dios como provisto de una forma especial; más
de 3560 ofrendas se hacen cada día, durante siete días. Pero este solo fue-
go consume todas las ofrendas y cada una de ellas alcanza al Dios único,
al Uno que El es”.
160
Cada vez que se recita la palabra sva-ha en el himno, se ofrece una
oblación de ghii en el fuego. Baba ha comparado esta ofrenda con el pro-
ceso de tomar alimento. El dice: “Cuando toman alimento, están ofre-
ciendo comestibles al fuego que Dios ha encendido en ustedes. De modo
que deben comerlo en actitud de oración y con profunda gratitud”. En es-
te contexto se ha dicho en el Gita, que el fuego con que se cocinó la co-
mida es Dios, la comida es Dios, el cuerpo que come es Dios, comer tie-
ne por objeto realizar el trabajo confiado por Dios o que es agradable a
Dios, y el fruto de ese trabajo conduce al progreso para llegar a Dios. Ba-
ba dice además: “Realicen cada día el yajna que consiste en quemar los
deseos y las emociones, pasiones, impulsos y actos egoístas en las llamas
de la dedicación y de la devoción. De hecho, ése es el verdadero yajna del
cual estos actos son reflejos e impulsores, guías y prototipos, que repre-
sentan simbólicamente la subyacente verdad”.
La palabra Purusha, en relación con el Vedapurusha Yajna, tiene un
profundo significado. Baba iguala al Jiva (Atma individual), al Atma y al
Paramatma, con los tres aspectos del Purusha. El Jiva es el Kshara Purus-
ha (Purusha visible) y el Atma, el Akshara Purusha (Purusha invisible). El
Kshara Purusha, atado a la vida material, está sujeto a cambios junto con
las cinco envolturas o koshas, los cinco alientos o pranas y los cinco senti-
dos o indriyas; ése el Jiva. El Akshara Purusha es el Eterno Testigo, el At-
ma. El Purusha general es el restante Purushottama, cuya gloria es eviden-
te en todas las cosas y en todos los seres y puede ser llamado Paramatma.
Baba dice: “Ustedes deben tratar de escapar de la falsa identificación con su
cuerpo y sentir que sólo son el residente en el mismo, el Kshara Purusha.
Luego, por medio del sadhana, pueden llegar a conocer el Akshara Purus-
ha, el testigo del Kshara Purusha, y dándose cuenta de la ininterrumpida
presencia del Purushottama que está resplandeciente en toda la creación,
pueden finalmente fundirse en El, logrando así la consumación final de to-
das las vidas que han pasado aquí en la tierra”.
El día final del yajna con su Purnahuti u ofrenda final, es también ce-
lebrado como Vijayadasami o décimo día de la victoria. Así se cierran las
celebraciones de Navaratri, en Prashanti Nilayam. El día comienza con
una extraordinaria manifestación de fervor espiritual entre los panditas y
los fieles que participan en el yajna. El espíritu de festividad está en el ai-
re. Se nota no solamente en la gente que lleva ropas nuevas de brillantes
colores, sino también en las decoraciones de flores frescas y banderines
que han aparecido de la noche a la mañana para adornar los edificios. Sí,
los voluntarios del Seva-Dal han estado trabajando toda la noche. Cada
uno, en el auditorio Purnachandra, está a la expectativa para ver a Baba
aceptar la ofrenda final del yajna en su calidad de Purushottama.
Una vez terminadas las ofrendas, la entonación de himnos y mantras así
como otros rituales establecidos para las celebraciones de los siete días, los
panditas, los sabios y los estudiantes de la Pathshala védica (escuela) se
161
sientan a cada lado del vedi central. Baba asciende al estrado en medio de
la armonía de los himnos védicos y se para detrás del vedi, de frente a los
devotos situados en el auditorio. El rítmico batir de los tambores, las no-
tas agudas de las flautas y el canto de los himnos dan un esplendor tal al
ambiente que despierta reverencia a la visión del Vedapurusha que está de
pie detrás del fuego, en medio de Su resplandeciente gloria. Pronto Su ma-
no hace un movimiento circular y las nava-ratna o nueve gemas aparecen
y caen en una bandeja. Cada gema tiene el tamaño de un guisante, apro-
ximadamente. El número de Brahma es el nueve y las nueve piedras sim-
bolizan los nueve pasos del peregrinaje hacia Dios, conocidos como Na-
vadha Bhakti. El Supremo puede ser alcanzado a través de estos nueve
pasos. Baba también ha explicado que Sama significa Brahman y apti
significa logro. Así, la función final (Samapti) se refiere a la conclusión
venturosa del sacrificio o fusión con el Infinito Brahman. Las nueve ge-
mas simbólicas y otras ofrendas se ponen sobre tela de seda en una ban-
deja y se ofrecen al fuego. Simultáneamente con el canto de los himnos
se derrama una corriente continua de ghii en el fuego, por medio de un
palo de bambú acanalado y preparado especialmente. El palo es sosteni-
do encima del fuego y la ofrenda corre por el canal hasta caer finalmen-
te en el vedi. Las lenguas del fuego saltan hambrientas desde el vedi, muy
alto en el aire, para recibir las oblaciones finales. Baba también derrama
en el vedi, a intervalos, unos pocos granos que ha creado en el momento.
Ese es el final del Purnahuti.
Presenciar ese sacrificio con Baba de pie detrás del altar y experimen-
tar la emoción de saber que es Dios en forma humana quien está allí, es al-
go muy sagrado. El lector debe experimentarlo por sí mismo. En aquel mo-
mento, el autor recordó las palabras de Baba: “Cuando se vierta la ofren-
da final en el fuego sacrificial, quiero que cada uno de ustedes decida, en
su mente, derramar en las llamas todo lo malo, todo el egoísmo, todos los
degradantes apegos y todos los hábitos que los arrastran hacia abajo. En
el momento de la ofrenda final recibirán el darshan del yajna Purusha, del
Señor del sacrificio, de la persona que acepta el yajna”. Amado lector, és-
ta es una rara Visión de lo Divino que se está presenciando ahora en la In-
dia, después de una interrupción de miles de siglos.
Posteriormente a la ofrenda final, los panditas y eruditos que han si-
do responsables de los muchos ritos y ceremonias en el yajna, deambulan
alrededor del vedi y de Baba. Después, van al río Chitravathi, donde se lle-
van a cabo otros ritos. Mientras los devotos se unen para cantar bhajans,
se hacen preparaciones en el estrado, a fin de que Baba realice el “baño
ceremonial” con vibhuti (Vibhuti Abhisheka) sobre la estatua de Shirdi Sai
Baba. Baba usa una vasija bellamente decorada, para producir la lluvia de
vibhuti. Normalmente, se mantiene cubierta con un trozo de tela que se
quita justamente antes del Abhisheka. Sin embargo, el autor tuvo una vez
162
PURNAHUTI:
“El corazón del hombre es el mismo altar del fuego sacrificial. Los do-
lores de los deseos son las lenguas de las llamas; el mal que está en el
hombre es la ofrenda que va al fuego, y el tesoro de la imperturbable bi-
enaventuranza es la meta final. Este es el verdadero yajna que debe lle-
var a cabo el hombre, cada día de su vida. Todas estas ceremonias no
son sino un recordatorio simbólico y un impulso dirigido a su ser, para
que actúe de acuerdo con los dictados del dharma en la vida diaria. El
Vedapurusha que recibe estas ofrendas externas está dentro de ustedes.
Dedíquenle todos sus pensamientos, palabras y acciones. Ese es el ver-
dadero yajna. El símbolo zoroastriano del fuego es una invitación para
que ustedes arrojen a ese fuego todos los instintos e impulsos bajos. De-
positen toda su amargura en el fuego sagrado y emerjan grandiosos,
majestuosos y divinos.”
BABA
NAVA-RATNA O NUEVE GEMAS
En el momento de la ofrenda final, Baba crea las nueve gemas preciosas (na-
va-ratna), símbolos de las nueve formas de devoción o Navavedh Bhakti.
“Son los nueve pasos en el peregrinaje del hombre hacia Dios, por el camino
de la dedicación y de la entrega.”
1. Sravanam: Es el empeño que se pone para desarrollar el deseo de escuchar
la gloria y el esplendor de la obra de Dios y de Sus manifestaciones inspi-
radoras de reverencia. Este es el punto de partida. Es escuchando algo acer-
ca del Señor, una y otra vez, como podemos transformarnos en la divinidad.
2. Kirtanam: Entonar cantos acerca del Señor, de Sus múltiples hazañas y de
Su magnificencia.
3. Smaranam: Morar en el Señor, con el pensamiento y disfrutar de la con-
templación de Su belleza, majestad y compasión.
4. Padasevanam: Iniciar la adoración al Señor y honrarlo concentrándose en
Sus pies o en las huellas de ellos.
5. Archanam: Esto se desarrolla dentro de un sacrificio propiciatorio total al
Señor y una sistemática adoración ritualística en la cual el aspirante obtiene
satisfacción e inspiración internas.
6. Vandanam: El aspirante comienza a ver su forma favorita de Dios donde-
quiera que se encuentre, en todos los seres y todos los objetos. Así, desarrol-
la una actitud de Vandanam o reverencia hacia toda la vida y la naturaleza.
7. Dasyam: Establecido en esta disposición mental, el devoto se vuelve servi-
dor de todos, sin sentirse inferior ni buscar superioridad. Este es un paso vi-
tal, la etapa de servicio a la que cada persona que se llame trabajador social
o voluntario tiene que llegar. Es más fructífera que el acto de recitar el nom-
bre y pasar las cuentas del rosario o sentarse durante horas en estado de
meditación. Al Señor se le complace sólo cuando ustedes hacen cosas que El
desea. ¿Cómo podrían ganar de otro modo Su gracia? ¿De qué manera sino
cuidando, alimentando y salvando a Sus hijos? ¿De qué otro modo sino
ayudándolos a considerarlo su Señor y guardián y cultivando la fe en El, a
través de su propia vida recta y sincera?
8. Sakhyam: Esto lleva al buscador tan cerca del Señor que se siente como el
confidente, el compañero y el copartícipe del poder y de la piedad de Dios, de
Sus triunfos y logros. Su Sakha o compañero, de hecho, como lo fue Arjuna.
9. Atma Nivedanam: Este es el preludio al último paso de total entrega o At-
ma Nivedanam. El buscador, con su intuición purificada, conoce y se entrega
plenamente a la voluntad del Señor.
BABA
164
la oportunidad de examinar dicha vasija a corta distancia. Era un simple
recipiente vacío.
Antes de llevar a cabo el Abhisheka, usualmente Baba decora la esta-
tua de Shirdi Sai, creando un collar o una diadema de piedras preciosas.
El Abhisheka se hace primero con agua, leche y otros variados líquidos. A
continuación, Baba seca amorosamente la imagen, se levanta las mangas
y sostiene la vasija para el Abhisheka de vibhuti, poniéndola boca abajo o
bien le pide a alguien que lo haga por encima de la estatua. Al poner El Su
mano dentro de la boca de la vasija y sacudirla, empieza a salir una co-
piosa lluvia de vibhuti de la vasija que cae sobre la imagen de Shirdi Sai.
Es una materialización continua de vibhuti que dura, más o menos, de tres
a cinco minutos. Claro está que la producción realmente depende sólo del
tiempo que Baba mueva Su mano dentro de la vasija. En 1973, la lluvia
comenzó con el vibhuti de color gris, que es el usual, pero de repente
cambió a kum-kum rojo y después de un tiempo, el color volvió a cambiar
a cúrcuma amarillo para volver, finalmente, al vibhuti gris. El flujo au-
menta a medida que el Abhisheka se acerca a su fin. Al caer el vibhuti so-
bre la estatua se esparce, naturalmente, en un amplio círculo; a veces, los
afortunados que se encuentran sentados cerca del estrado, quedan cubier-
tos del polvo. Baba mismo queda cubierto de vibhuti de la cabeza a los
pies, al final del Abhisheka.
¿Cuál es el significado interno de este Abhisheka? El autor ya enun-
ció en el primer capítulo el significado del vibhuti y no necesita repetirlo.
Sin embargo, Baba ha dicho: “El Abisheka de vibhuti tiene un potente sig-
nificado interno que Swami quiere que ustedes capten. El vibhuti es el ob-
jeto más precioso en sentido espiritual. Ustedes saben que Shiva quemó al
dios del deseo llamado Manmatha y lo redujo a cenizas. (Manmatha es
equiparado con los deseos que causan las agitaciones que hay en la men-
te y que crean confusión). Shiva se adornaba con esa ceniza. Cuando no
hay ningún deseo que afecte la mente, el amor puede ser verdadero y ple-
no. ¿Qué mayor ofrenda pueden ustedes dar a Dios para Su glorificación,
que la ceniza que significa su triunfo sobre los incitadores deseos? La ce-
niza es la última condición de las cosas; en ese estado, no pueden sufrir
ningún cambio más. El Abhisheka con vibhuti se hace para inspirar que se
abandone el deseo y se ofrezcan a Shiva las cenizas de su destrucción co-
mo el más valioso de los objetos que han ganado”.
El Abhisheka Tirth o líquido del baño ceremonial de la estatua de
Shirdi Sai, recogido en grandes baldes, es usado después por Baba para
bendecir a los devotos reunidos en el auditorio. Se prepara un haz de hier-
ba kusha en forma de escobilla grande para esparcir el Tirth. Después de
mojar la brocha en el Tirth contenido en un balde sostenido por un pandi-
ta, Baba lo esparce sobre los devotos, sacudiendo el cepillo por encima de
sus cabezas. Así, El camina entre la multitud (30.000 a 50.000 personas),
165
derramando Su Gracia en ese día auspicioso. Recibir una ducha con ese lí-
quido equivale a tomar un baño depurante que inicia sutiles transforma-
ciones dentro de la persona sobre la cual caen tales bendiciones. Los de-
votos estiran ansiosamente sus manos para que les lleguen aunque sea una
gota de este líquido santificado. Con amor y compasión, El los satisface a
todos.
Un día, en enero de 1975, durante una discusión adhyátmica, Baba di-
jo al autor: “Antes del advenimiento de los avatares a esta tierra, los rishis
no habían concebido a Dios en ninguna forma humana específica. Solían
describirlo como una forma de la bienaventuranza. (Baba estaba hablando
acerca de los más antiguos tiempos védicos.) Similarmente, el Gayatri des-
cribe la última realidad informe en sus nueve diferentes aspectos y exalta
el intelecto o buddhi”. Se solicitó al autor que escribiera acerca del Gaya-
tri, un tema muy apropiado para cerrar este capítulo sobre el Jñana Yajna.
EL GAYATRI
El autor fue iniciado en los misterios del Gayatri Mantra, por Baba,
en circunstancias bastante insólitas. Era el cuarto día después de la cele-
bración del aniversario de Su nacimiento en 1972, día especialmente fa-
vorable para el autor. Durante el anterior Guru Purnima (Festival del Gu-
rú) Baba le había indicado que realizase estudios adhyátmicos y que lle-
vara a cabo actividades benéficas para cumplir así con su sadhana. Como
el autor carecía totalmente aun de los más elementales conocimientos
acerca del espíritu, hacía constantemente preguntas a Baba sobre tales te-
mas, convirtiéndose en una verdadera molestia para los sabios panditas y
los eruditos. Sin embargo, ese día el autor, el doctor Patel (de Baroda) y
algunos otros estaban escuchando unas charlas sobre temas espirituales,
dictadas por Baba en Su habitación; al final, el doctor Patel preguntó acer-
ca del Gayatri Mantra. Baba lo explicó brevemente y se levantó de Su si-
lla. Las palabras en sánscrito eran como griego y latín para el autor, así
que le pidió a Baba que explicara el Gayatri en un lenguaje comprensible
para él. Su respuesta fue: “Ahora no, más tarde” y añadió en son de bro-
ma: “Mis pacientes me están esperando afuera”. Con mucho desagrado, el
autor salió de la habitación de Baba y se sentó afuera de los escalones de
la veranda, con el doctor Patel. Los bhajans de la tarde habían comenza-
do ya y Baba salió de Su habitación. Después de dar el darshan a los de-
votos fue a discutir algo con el doctor Patel. El autor aprovechó la opor-
tunidad para preguntarle de nuevo acerca del Gayatri. Sin embargo, para
su sorpresa y consternación, Baba, en vez de explicar el mantra, pidió al
autor que repitiera el Gayatri después de El. Queriéndolo o no, el autor se
las arregló para repetirlo aun cuando no lo podía oír muy bien, debido al
166
elevado volumen del coro de bhajans que había a su alrededor. El autor se
sintió totalmente frustrado y molesto por su ignorancia, ya que habiéndo-
le dado el Señor mismo el mantra, él no estaba preparado para repetirlo.
Más tarde, a comienzos de 1973, el autor ya estaba preparado, cuan-
do Baba le enseñó de nuevo cómo recitar el Gayatri con la correcta pro-
nunciación y con el ritmo apropiado. Baba tuvo la bondad de verificar y
corregir la recitación, una y otra vez, hasta que el autor se sintió seguro.
Finalmente, el autor preguntó: “Swamiji, se dice que si este mantra no es
recitado correctamente, hace daño al individuo. ¿Es verdad?”. El contes-
tó: “Sí, tiene el efecto opuesto, o sea, envuelve a la persona en la oscuri-
dad, pero si lo recitas con amor, Dios lo aceptará”. Así aprendió el autor
que el amor era necesario para que ese mantra activara Su gracia.
“¿Qué es el Gayatri, Swamiji?”. “Bien, el Gayatri es el Shabda Brah-
man. Es algo que penetra en todo, como Brahman”, dijo Baba. Shabda sig-
nifica sonido y ¿cuál es el sonido de Brahman? El sonido de Brahman es
el de los Vedas. Por lo tanto, se puede decir que el Gayatri está en la ba-
se misma de los Vedas y merece el nombre de Veda Matha o Madre de los
Vedas. Penetra en todo el cosmos manifiesto. Es su base, la realidad que
hay detrás del Universo experimentado y conocido. Los lectores zoroas-
trianos recordarán el segundo versículo del Ahunvar en el cual encontra-
rán su otro nombre, Mazdai, la base del cosmos manifiesto.
El Gayatri Mantra está compuesto en una estructura poética que
consta de veinticuatro sílabas, generalmente arregladas en un terceto de
ocho sílabas cada uno. Por lo tanto, esta medida particular (Tripadhi) es
también conocida como la métrica del Gayatri; una serie de versos del an-
tiguo Rig Veda están compuestos con esa técnica. Por consiguiente, algu-
nos de esos versos han llegado a ser conocidos como “Gayatris”, pero no
deben confundirse con el Gayatri Mantra que aparece en el Rig Veda co-
mo el décimo mantra, en el sexagésimo sutra del tercer mandala.
En este punto, es necesario comprender la razón por la cual hay que
llamar a este mantra particular “El Gayatri”. La palabra deriva de:
Significa: Aquello que salva (protege) al que canta eso. Así, esta sa-
grada palabra, Gayatri, por sí misma explica la razón de la existencia de
este mantra. También se puede ahora comprender la razón de la total au-
sencia de la palabra Gayatri en el mantra mismo. Aquello que salva o pro-
tege al cantante es esto. ¿Y qué es esto? Se ha definido como Shabda
Brahman o, en otras palabras, los mantras védicos. En este contexto de-
bemos también tratar de comprender algo acerca de la palabra mantra. Se
ha dicho “Brahmanam Brahmana Vahanam” y significa: Brahma es el por-
tador de Brahman. Baba ha dicho: “La palabra Brahma aquí debe enten-
167
derse como mantra. El significado interno es que el Purusha, que es la
personificación de los Vedas, tiene al mantra como Su vehículo. La mera
pronunciación de palabras como Om Namo Narayana u Om Namo Shi-
vaya no puede constituir un mantra. Un mantra tiene dos aspectos. El pri-
mero es manana, que significa que lo que se haya aprendido debe ser to-
mado en la mente, y el segundo aspecto es trana, que significa que lo que
ha sido tomado en la mente debe ser firmemente establecido y preservado
en ella. (Triyate, trat y trana, se originan de trai, que significa proteger,
preservar, rescatar o salvar de). Al tomar a la divinidad en su mente y es-
tablecerla firmemente en ella, si continúan su vida y hacen el trabajo que
les ha sido ordenado, entonces su vida estará llena de felicidad. Aquí ve-
mos que el significado interno de estas palabras que tienen la autoridad de
los Vedas es diferente del significado interpretado por varios historiado-
res, porque los historiadores han interpolado sus propias ideas en la inter-
pretación. Los Vedas no tienen su origen en seres humanos, mientras que
la historia es algo creado por gente experimentada. Por lo tanto, las posi-
bilidades de cambios, adiciones o alteraciones pueden existir en la histo-
ria; pero no hay tal posibilidad en el caso de los Vedas, que no han tenido
su origen en seres humanos. Porque los Vedas se han obtenido escuchan-
do el “sonido” (ghosha) y han sido referidos como tradición (sruti). Esto
está conectado directamente con el Señor, al tomar y espirar Su aliento.
Brahman cabalga sobre estos mantras y por lo tanto, El ha sido llamado
Brahmanaspati. (Pati significa karta o la cabeza de una situación). Si que-
remos obtener control sobre Brahman u obtener Su gracia, entonces Sus
vehículos, o sea los mantras sobre los cuales El cabalga, deben ser pues-
tos primero bajo control”.
Con las explicaciones anteriores, estamos ahora en posición de evo-
car otra imagen en nuestra Visión de lo Divino. El lector recordará la de-
claración de Baba: “Yo soy Ghosha”. En este contexto, la declaración sig-
nifica que Baba es Brahman y que cabalga sobre los mantras. Se ha dicho
en el Rig Veda que Brahman es el cimiento mismo de la “palabra” y del
“habla”. Nuestras palabras y nuestra capacidad de hablar están asociadas
no solamente con los diferentes objetos a nuestro alrededor, sino también
con los diferentes aspectos de nuestras vidas.
En este sentido, Baba ha dicho: “Shabda o el sonido es la base de to-
das las cosas. El sonido da origen a las palabras y muchas de esas palabras
denotan lo que vemos a nuestro alrededor. Así tenemos ocho aspectos di-
ferentes de la vida (revelados por tales palabras):
173
mantras, se dieron cuenta de que no podían explicarse ni describirse con
palabras los aspectos de Brahman y por eso sólo lo expresaban con su si-
lencio. Han estado diciendo que la experiencia sola es la manera correc-
ta de ver a Brahman y que la exposición del mismo no es el modo correc-
to de hacerlo”.
¿Cómo puede uno entonces aprender y comprender los mantras védi-
cos? El lector no debe olvidar que Aquél que pronunció: “Yo soy Ghosha”
y que es también el Veda Purusha o los Vedas personificados, nos ha da-
do una respuesta a esa pregunta. La respuesta es “Amnaya”. Baba dice:
“La palabra Amnaya tiene un significado especial en el contexto de los
Vedas. La práctica continua e ininterrumpida de escucharlos, recordarlos
y meditar con ellos (sravana, manana y nidhidhyasana) profundamente, o
sea digerirlos, es designada en conjunto con una palabra: Amnaya. Si uno
no se dedica a la práctica del Amnaya, no le será posible llegar al fin de
los mantras ni establecer la identidad de aquello con esto”.
Habiéndonos familiarizado con algunos aspectos preliminares de los
mantras védicos, estamos ahora en condiciones de tratar de comprender el
Gayatri Mantra, la pronunciación del mantra y los frutos del mantra. Como
la mayoría de las cosas conectadas con asuntos espirituales, todo se volve-
rá fácil una vez que el lector emprenda la recitación del Gayatri Mantra.
El Pranavashabda,
Los Mahavyahritis y
El Mantra
Om
Bhur Bhuva Svaha
174
Om o Pranavashabda:
Baba ha dicho que hay tres clases de sonidos y son conocidos como
Saamaanya, Varna y Mooka. El los ha descripto así:
“Saamaanya es el sonido asociado con el mundo de los objetos. Es el
sonido producido por las cosas que caen o se rompen o se fusionan, o por
el movimiento de cualquier objeto. Por ejemplo, el ruido de la lluvia o el
fragor del trueno, el gluglú de los ríos o los sonidos del organismo al efec-
tuar la digestión, el caer de los párpados sobre los ojos o del rocío sobre
un tierno pétalo de rosa, todos producen este sonido.”
“Varna es el sonido de una palabra al ser pronunciada. Tiene un sig-
nificado y una intención específicos. Es la corriente del latido del corazón
de uno dentro del latido del corazón de otro.”
“Mooka se conoce como el sonido del silencio o el sonido producido
por el movimiento primordial que causó el envolvimiento de Brahman por
la maya (también proveniente de Brahman). Este es el Om o Pranavas-
habda (Pranu significa vibrar). Om Iti Ek Akshara Brahman: Om, esa so-
la sílaba es Brahman. Repitan el Om lentamente, contemplando sus vas-
tas potencialidades. La ‘A’ emerge de la garganta (originándose en la re-
gión del ombligo), la ‘U’ rueda por la lengua y la ‘M’ termina en los la-
bios. Es la suma y sustancia de todas las palabras que puedan emanar de
la garganta humana. Om es la suma de todas las enseñanzas de los Vedas
y de todos los sistemas de adoración de la Divinidad. Es el sonido pri-
mordial, fundamental y simbólico del Absoluto Universal. Después de la
‘M’ debe haber una resonancia (mooka) silenciosa que representa al Para-
brahman, Nirakara o Supremo sin atributos ni forma: el abstracto. Debe
ser pronunciado lo más lentamente posible, elevándose en un crescendo
hasta que llegue al máximo en la ‘M’ y descender tan lentamente como se
elevó, tomando tanto tiempo como necesitó para ascender y después de-
saparecer gradualmente en el silencio que reverbera en la cavidad del co-
razón. No lo hagan en dos etapas pensando que su aliento no va a aguan-
tar tanto tiempo. La ‘A’, la ‘U’ y la ‘M’ representan las etapas de la vigi-
lia, del soñar y del dormir, mientras que la cuarta etapa (también llamada
Turya), está más allá de las tres anteriores y es representada por el silen-
cio. Cuando uno se adentra en las profundidades de ese silencio, oye el
Om cósmico o Pranava: emana del Prana (vibración vital) que llena el uni-
verso. Para oír ese sonido debe uno acercarse lo más posible al corazón
mismo del propio ser. Por eso, las Upanishads se llaman así: Upa signifi-
ca cerca; nishad, sentarse. Vayan y siéntense cerca para que puedan oír lo
que el Atma Suprema susurra al alma individual. Om Tat Sat, dice el Gi-
ta. Tat significa “aquello”, lo cual indica el mundo objetivo, conocido por
los sentidos como algo separado. Sat significa ‘la verdad’, el Ser o ‘es’.
Cuando reconozcan a Tat como Sat se volverán entonces ‘esto’, o sea, el
175
‘sujeto’. Ya no un objeto separado. Esa fusión de sujeto con objeto se ma-
nifiesta como Om. También representa la flor de la propia individualidad,
que se transforma en el fruto, se llena del dulce jugo de su propia esencia
interna y finalmente, se libera del árbol.”
La pronunciación del Om o el cantar del Omkara debe hacerse de la
siguiente manera. El lector debe notar que no se requiere inicialmente de
ningún esfuerzo especial de la lengua, del paladar o de los labios para for-
mular el sonido Om, como si fuese una palabra hablada. Dejen que la len-
gua permanezca relajada en el fondo de la boca, hagan una profunda in-
halación y sosteniendo los labios levemente separados, permitan que el
sonido “A” se formule y vibre en la garganta. Sientan las vibraciones en
la garganta. Dejen que el sonido se eleve espontáneamente y, a medida
que el sonido entra en el espacio que hay detrás de la lengua (orofaringe),
el sonido de ‘A’ debe cambiarse de manera casi imperceptible en un soni-
do de ‘O’. Al rodar el sonido por la lengua, las vibraciones se sienten en
la boca y los labios deben comenzar a cerrarse en forma muy gradual. A
medida que el espacio entre los labios se vuelve más y más estrecho, el so-
nido se cambia de nuevo imperceptiblemente, de una ‘O’ a una ‘U’. Por
último, con la unión de los labios, el sonido vibra como una ‘M’ y las vi-
braciones pueden sentirse no sólo en la boca y en los labios sino en la na-
riz, alrededor de los ojos y en todo el cráneo. Con la unión de los labios y
la fusión del sonido ‘U’ en el sonido ‘M’, el Omkar llega a su punto cul-
minante de volumen; de manera gradual, comienza el descenso con el
mismo sonido de ‘M’. Durante tal descenso, el sonido ‘M’ va disminu-
yendo paulatinamente y se funde con el silencio. Dejen que el silencio
coincida con la pausa que se hace entre las dos fases de la respiración y
prolónguenlo cuanto les sea posible, sin provocarse incomodidad. Con el
cese de la respiración hay un cese del pensamiento y una calma límpida
recubre la mente. Disfrútenla, saboréenla, pues es una paz que sobrepasa
toda comprensión. Dejen que el siguiente ciclo de Omkar sea cantado den-
tro de esta laguna de tranquilidad que seguirá aumentando, hasta que la
mente esté completamente inmersa en ella. Este es el umbral de la resi-
dencia del Ser Interno, el verdadero Prashanti Mandir. Si la exploración fí-
sica del espacio externo es una gran aventura, la entrada en el espacio in-
terno es una aventura mayor, porque el Ser Interno es “omnipenetrante”
e idéntico a Brahman. Es la verdadera naturaleza del hombre. “Perma-
nezcan quietos y sepan que Yo soy Dios”, dice el salmista. Para lograr la
entrada en los sagrados recintos de ese espacio interno, es necesario bus-
car la gracia del mismo Ser Interno. Las terminales negativa y positiva de-
ben estar limpias y brillantes, de modo que se pueda establecer la cone-
xión. Baba ha explicado que el Gayatri que es Shabda Brahman es una
elaboración del Pranava y confiere un intelecto claro para que la verdad
(el Ser) pueda reflejarse en él mismo, sin distorsión ni desfiguración. Así
176
es como se logra la iniciación a una vida adhyátmica, por medio de su con-
templación.
Por la manera como se canta el Pranavashabda, será obvio para el lec-
tor que todas las letras de un alfabeto perteneciente a cualquier idioma es-
tarán comprendidas entre los sonidos ‘A’ y ‘M’ y por lo tanto, cualquier
sonido que emane de la garganta será siempre una combinación de aqué-
llos, modificada por los movimientos y posiciones del velo del paladar, de
la lengua, del fondo de la boca, de las mejillas, los dientes, los labios y de
la fuerza compresiva generada por la cavidad del pecho. Es sólo la modi-
ficación de los sonidos AOUM la que produce, finalmente, las palabras de
cualquier lenguaje. Se podría decir que el sonido del Pranavashabda con-
tiene en sí todos los demás sonidos producidos por el aparato respiratorio.
En ese contexto, se dice que Om es la suma y sustancia de los Vedas y por
lo tanto, es sinónimo del Veda Ghosha o Brahman. Habiendo establecido
la identidad de Om con toda la penetrante omnipresencia del Supremo, se
puede apreciar la potencia de este mantra para crear una condición inter-
na favorable a la reflexión de la Divinidad que es la verdad. Por esta ra-
zón, el Om es agregado antes y después de los mantras védicos.
Hay otro aspecto del Omkara que ha sido revelado por Baba. El dice:
“Del sonido básico de Omkara obtenemos muchos otros sonidos diferen-
tes y esos sonidos son meras transformaciones del Omkara. Es con este
Omkara que los Maharishis se han dirigido a Rama considerándolo como
Ramo Vigrahavan Dharmaha, lo que significa: Rama es la personificación
del dharma. Del mismo modo que los tres sonidos básicos, ‘A’, ‘U’ y ‘M’,
Rama como la personificación del dharma tiene también los tres personajes
de apoyo, Lakshmana, Bharatha y Sathrughna. El sonido ‘A’ puede compa-
rarse con Lakshmana, el sonido ‘U’ puede ser comparado con Bharatha y el
sonido ‘M’ con Sathrughna. Así, Lakshmana, Bharatha y Sathrughna con-
forman a Rama en la personificación del dharma. La combinación de los
tres es también el Omkara. Por lo tanto, el significado interno es que Rama,
que no es otro que el Omkara, tomó nacimiento a fin de establecer el dhar-
ma en esta tierra”. Esta explicación de Baba le da una nueva dimensión tam-
bién al significado interno de la distribución de los kalas durante el Avatar
de Rama. El lector recordará —del primer capítulo— que de los dieciséis
kalas, Rama tenía quince y el restante estaba distribuido entre Lakshmana,
Bharatha y Sathrughna.
Baba ha dicho además que, así como el Pranava es un potente mantra
capaz de transformar la personalidad y traer la gracia al aspirante, Rama
es un mantra igualmente potente. También ha señalado que las mismas vi-
braciones numerológicas están presentes en los dos mantras. “A” es igual
a cero, “U” es igual a dos y “M” es igual a cinco, de manera que Om es
igual a siete. Ahora bien, “R” es igual a dos, “A” es igual a cero y “M” es
igual a cinco, de modo que Rama también es igual a siete. Cuando se lee
177
el Ramayana a la luz de estos sagrados significados tal como los revela
Baba, se convierte en una epopeya divina para toda la humanidad y no só-
lo un clásico de la India. “La lección más grande que enseña es que kama
(el deseo, la lujuria) trae la caída de la persona, a pesar de su riqueza, po-
der y erudición, mientras que Rama asegura el éxito. Ravana aprendió la
amarga lección de que Rama era la personificación del dharma y, por lo
tanto, nada podía frustrar Sus planes. Dasaratha envió a su hijo preferido al
exilio, cediendo a las artimañas de su esposa favorita. Rama, por otra par-
te, envió a Su esposa al exilio porque sintió que el dharma así lo exigía, aun
cuando El había pasado años de búsqueda y de lucha para salvar a esa mis-
mísima esposa, de las garras de Ravana.” Estos son sólo algunos de los
ejemplos dados por Baba, sobre los eternos valores atesorados en el Ra-
mayana.
Según los Vedas, el refulgente Brahman presente en el cuerpo huma-
no ha recibido tres nombres distintos. Estos son Vishva (Ser universal),
Taijas (luminoso, consciente) y Prajña (sabiduría divina). Anteriormente,
se mencionó que la etapa del silencio o Turya del Omkara era el umbral
de la residencia interna; el lector fue aconsejado para que disfrutara de la
sublime paz de ese silencio. Pero ahora surge una pregunta: ¿cómo cruzar
ese umbral para obtener el darshan del Atma? Ese divino secreto es reve-
lado por Baba en la explicación del Omkara y de sus conexiones con los
aspectos de Brahman dentro del cuerpo humano. El ha dicho: “En el Om-
kara, el sonido ‘A’ está conectado con la conciencia y también se llama
Vishva. El sonido ‘U’ está conectado con Taijas, que es muy sutil y el so-
nido ‘M’ está conectado con Prajña, relacionado a su vez con el aspecto
causal”. Estos tres aspectos de Brahman presentes en el cuerpo humano,
se hallan también en todo el mundo considerados como Virata, Hiranyag-
harbha y Avyakrut.
Indra, que está presente en el estado de vigilia, tiene la forma de Vi-
rata y El nos da la prosperidad o Aisvarya, Surya (el Sol, Aditya) está pre-
sente en el estado de ensueño y tiene la forma de Hiranyagharbha o cuer-
po sutil que envuelve el alma. Vasu es aquél que está presente y cuida el
estado de sueño profundo (relacionado con Avyakrut, o sea, el estado ele-
mental, primordial o causal). Aunque estos tres corresponden a los estados
de vigilia, ensueño y sueño profundo, no pueden funcionar independien-
temente durante cada uno de los tres estados. Es Brahman quien es com-
pletamente independiente, permanece como la base y los hace funcionar
de acuerdo con Sus propios deseos.” Los tres aspectos de Brahman conte-
nidos en el cuerpo humano: Vishva, Taijas y Prajña, también correspon-
den a los estados de vigilia, ensueño y sueño profundo. Por lo tanto, Ba-
ba ha dicho: “El Omkara o Pranava es el lugar donde estos tres nombres,
Vishva, Taijas y Prajña se combinan y se reúnen. Si estamos ansiosos de
acercarnos y conocer lo que está detrás de este Pranava u Omkara, ten-
178
dremos que hacer un intento de meter a Vishva dentro de Taijas y a Taijas
dentro de Prajña. Es sólo combinando los tres, como podremos realmente
obtener una visión del Atma, o sea, la parte divina del ser humano y es
únicamente cuando el sonido ‘A’ se une al sonido ‘U’ y el sonido ‘U’ se
une al sonido ‘M’ cuando obtenemos el sonido completo de Om. Si estos
tres sonidos no se unen, no obtenemos el sonido completo del Omkara. De
manera similar, será sólo cuando seamos capaces de combinar los esta-
dos de vigilia, ensueño y sueño profundo o de combinar los aspectos den-
so, sutil y causal del cuerpo en uno solo, que tendremos la oportunidad de
obtener una vislumbre del Alma Divina”.
Los Mahavyahrities:
BHUR, BHUVA, SVAHA
Estas son tres palabras místicas que significan los tres mundos, que son
la tierra (Bhur), la atmósfera (Bhuva) y aquello más allá de la atmósfera
(Svaha), también descripto como cielo. De acuerdo con los antiguos Ris-
his, hay catorce esferas (mundos) de experiencia para el alma individual y
éstas son las tres primeras de las últimas siete esferas superiores. Se ha di-
cho que el ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento tiene lugar en estos
tres mundos; nombrarlos cantando, constituye un llamado al Señor, para la
liberación de dicho ciclo. Sin embargo, el significado interno de estas pa-
labras místicas es difícil de captar, a menos que uno explore sus connota-
ciones más profundas y a la vez reconozca la unidad que paradójicamente
hay en toda su multiplicidad. Los tres mundos o Tri-Loka connotan el es-
pacio. Ahora bien, el espacio no puede existir sin tiempo, por tanto, se ha-
llan relacionados con las tres distinciones que se hacen del tiempo o Tri-
Kalam, es decir, el pasado, el presente y el futuro o mañana, mediodía y no-
che. Puesto que están condicionados por el tiempo y el espacio, se hallan
relacionados también con los tres atributos o Tri-Gunam de tamas, rajas y
sattva, así como con los aspectos denso, sutil y causal, haciendo referencia
a que cada mundo se vuelve progresivamente más sutil y liviano. Baba di-
ce que: “Será sólo cuando reconozcamos la unidad y unicidad de estos as-
pectos cuando comprenderemos y tendremos conciencia de que las pala-
bras Bhur, Bhuva y Svaha se dicen en el contexto de Prajapati (Aquél que
preside o está a la cabeza de la creación). Individualmente, son representa-
dos por Indra (Bhur o la tierra), Vayu (Bhuva o la atmósfera) y Aditya (Sva-
ha o el cielo), pero la palabra Prajapati connota a los tres”.
El Mantra:
El Gayatri es una oración universal que no pide misericordia o per-
dón, sino que pide el otorgamiento de un intelecto claro para que la ver-
179
dad pueda ser reflejada en él, sin distorsiones. Baba ha dicho que puede
ser usada por hombres y mujeres de todas las regiones y creencias, pues
llama al glorioso poder que penetra en el Sol y en los tres mundos, a fin
de que impulse, despierte y fortalezca la inteligencia y lleve al hombre ha-
cia el éxito por medio de un intenso sadhana.
Es bien sabido que uno tiene que poseer la capacidad requerida para
realizar cualquier trabajo. Así esté uno aprendiendo a manejar un auto,
preparándose para dar una conferencia, planeando una estrategia para co-
mercializar un producto nuevo o abordar un proyecto de investigación
científica, debe cumplir ciertos requisitos, previos a la aceptación del tra-
bajo. Similarmente, la preparación es necesaria antes de acercarse a la Di-
vinidad, para que uno pueda comprenderla dentro de sí mismo y por últi-
mo conocer la verdad, es decir, volverse uno con ella. Si se pretende co-
nocer la Divinidad sin antes llevar a cabo algún sadhana o sacrificio, uno
está en una posición comparable a la de un perro que ladra a las estrellas
y espera que ellas bajen a su antojo. El lector puede medir por sí mismo
el tiempo que se requiere para emprender un proyecto de investigación
científica determinado y limitado; el adiestramiento es, por lo menos, de
dos a tres décadas. El esfuerzo y el estudio que sería requerido para em-
prender el proyecto de conocer “Aquello” que es infinito y eterno tendrá
que ser mucho mayor. En este sentido, vale la pena atesorar los siguientes
consejos de Baba:
1. “La fe debe ser tal que pueda resistir al ridículo en que trata de poner-
la el ignorante, a la indagación que sobre ella quiera hacer el munda-
no y a la risa que provoca en los débiles de mente.”
2. “No te preocupes por los altibajos, la pérdida o la ganancia, la alegría
o el dolor. Tú eres el hacedor de esos altibajos y, si tienes un poco de
cuidado, todo puede estar en un solo y parejo nivel.”
3. “Razona dentro de ti y convéncete de esta verdad: Dios penetra todo
el universo (Sarva Brahma Mayam).”
4. “Sé firme en el sadhana y no vaciles, una vez que hayas tomado la de-
cisión de hacerlo.”
5. “Siembra la divina sabiduría en tu corazón y riega el retoño con amor,
abónalo con fe y valor y mantén alejadas las plagas con el insecticida
del bhajan y el satsang.”
Dheemahi: Contemplamos.
Dhi: Intelecto.
Nah Prachodayat: Solicitar, pedir, rogar.
Baba ha dicho que esta oración está dirigida a la Madre Divina: “Oh
Divina Madre, nuestros corazones están llenos de oscuridad. Por favor,
aleja esta oscuridad de nosotros e ilumina nuestro ser interno”.
Baba dijo además, que el Gayatri también es llamado la Diosa de las
cinco caras o Panch-Mukhi. Estas cinco caras o aspectos —aclara— reve-
lan y reflejan a Brahman.
Om, Bhur
Bhuva Svaha
Tat Savitur Varenyam
Bhargo Devasya Dheemahi
Dhiyo Yo Nah Prachodayat
Panch significa cinco. Estos cinco aspectos significan todo lo que es-
tá contenido en los cinco elementos o Panch-Bhuthas (Akasha, Vayu, Ag-
ni, Jalam, Prithvi) y las cinco envolturas o Panch-Koshas del cuerpo hu-
mano. Para comprender plenamente el significado de estos aspectos y su
relación con el universo creado, el lector es remitido a los dos primeros
capítulos de la serie de preguntas y respuestas (Prasnottara Vahini) conte-
nida en el Gita Vahini de Baba. Sin embargo, bastará mencionar aquí, que
cuando el lector ha captado y comprendido todas las interconexiones de
los cinco elementos o Panch-Bhuthas dentro de su cuerpo, él estará en
condición de apreciar el significado interno de las cinco caras del Gayatri
y comprender cómo este mantra es capaz de afectar la totalidad de su ser.
Después, él también comprenderá que este mantra es capaz de purificar no
sólo el bagaje interno sino también los órganos externos de trabajo, kar-
183
ma-indriyas o karmendriyas, y así santificar el trabajo asociado con ellos.
Se generará plena fe en el poder y la potencia del Gayatri Mantra en el
buscador, solamente cuando haya desarrollado el grado deseado de entu-
siasmo, reverencia y amor hacia este mantra. Baba dice: “Empiecen hoy
el Sandhya (recitación de mantras a la hora en que comienza cada una de
las tres divisiones del día) con la repetición del Gayatri y continúen ha-
ciéndolo con creciente fervor. Háganlo con alegría y evidente disfrute,
por su bien y por el bien de la comunidad humana”.
El famoso científico J.B.S. Haldane escribió que: “El Gayatri Mantra
debería estar tallado en las puertas de cada laboratorio del mundo”.
El consejo de Baba a los jóvenes, niños y estudiantes es: “Canten el
Gayatri diariamente y ese canto los llevará a la realización del esplendor
de Brahman, liberándolos de las limitaciones que rodean los tres mundos,
los tres gunas y los triples aspectos del tiempo. El Gayatri debe ser can-
tado, a fin de purificar la mente; como los rayos del Sol, dispersará la os-
curidad dentro de ustedes. Niños, ahora mismo es el momento dorado pa-
ra ustedes. Abran sus corazones y reciten el mantra y tendrán éxito en la
vida. Del mismo modo que el tronco soporta un árbol, el Gayatri soporta
el sistema del cuerpo humano y sin El, el ‘Arbol de la Vida’ estaría sin sa-
via. Si cantan el Gayatri y respetan a sus padres como a Dios, las conse-
cuencias de estas dos buenas acciones operarán juntas, fusionadas y pro-
ducirán un gran efecto sobre sus vidas, dándoles esplendor y brillo”.
La pronunciación de ciertas palabras en el Gayatri Mantra es algo di-
ferente a como están escritas en sánscrito. Damos aquí, una guía para la
pronunciación del mantra:
Om:
186
“Pueden disfrutar de la bienaventuranza, a través de la experiencia
que confiere el Avatar.”
BABA
“Junten los diez Indriyas o sentidos y fundan al Jivatma con el
Paramatma.”
BABA
“Loka Samastass Sukhino Bhavantu, ellos oran. Que el mundo entero
tenga felicidad y paz”.
BABA
La humanidad ora:
“Asato Ma Sat Gamayá,
”Thamaso Ma Jyotir Gamayá,
”Mrityor Ma Amritum Gamayá.”
Oh Señor,
De la falsedad llévame a la verdad,
De la oscuridad guíame a la luz,
De la muerte condúceme a la inmortalidad.
Cuando el autor vio a Baba por primera vez y recibió Su tarjeta de vi-
sita en la casa del difunto Sri K. Munshi, en Juhu, reconoció esa luz. El au-
tor estaba en la luz. Desde ese entonces, el autor ha hecho un esfuerzo con-
sistente en adquirir esa luz preguntando a Baba lo que desea saber, tantas
veces como Su gracia se lo ha permitido. Este capítulo es la narración de
una de esas enseñanzas que no ha sido relatada en otra parte de este libro.
194
Upadesh significa enseñanza o prescripción relativa al conocimiento
o sabiduría espiritual. Aun cuando Baba vive en un cuerpo humano, Su
comportamiento es consistentemente divino y por lo tanto, El nunca pro-
nuncia nada en vano. Aun una broma o tamasha, como a menudo las lla-
ma, tiene algún pequeño significado para alguien del público que puede
no ser la persona a quien Baba se está dirigiendo. Es un ejercicio fútil el
tratar de imponer soluciones humanas a alguna de sus observaciones sólo
porque uno no pueda comprenderla plenamente. Sólo El sabe lo que qui-
so decir y es mejor, por lo tanto, hacer que El mismo aclare las dudas, di-
rigiéndole las preguntas antes que a nadie. El autor quisiera verdadera-
mente que el lector experimentara y supiera que Baba tiene capacidades
infinitas y sin limitación alguna, salvo las que El elige imponerse a Sí mis-
mo para un momento determinado y en relación con un lugar particular.
Sólo El sabe las razones de lo que El dice y hace y, por lo tanto, no sólo
es impropio sino también un grave pecado, el intento de interpretar a la
Divinidad desde el punto de vista limitado.
197
do por el cazador en una calle estrecha justo fuera del templo. Tan
pronto como Sankaracharya vio al cazador le dijo: ‘Chandala (intoca-
ble), mantente a distancia de mí. Por favor, no te me acerques’. El ca-
zador preguntó entonces a Sankaracharya: ‘¿Qué quieres que Yo haga?
¿Quieres que sea Mi cuerpo o Mi alma lo que esté alejado de ti? Si es
tu intención que Mi cuerpo se mantenga a distancia de ti, el que da tal
orden es un cuerpo humano que no tiene ningún derecho de decirle a
otro cuerpo humano que se mantenga a distancia. Ambos están hechos
del mismo material temporal que al fin perecerá y ninguno es superior
al otro y si es tu intención decirle al Atma que se mantenga a distan-
cia, como el Atma que hay en tu cuerpo y el Atma que hay en Mi cuer-
po son exactamente lo mismo, en ese caso, no es posible que el mis-
mísimo Atma se mantenga a distancia de Sí mismo’. Por este medio,
con una conversación sobre la naturaleza del Atma, el Señor Ishvara
instruyó a Sankaracharya sobre la esencia de la ‘no dualidad’ o Advai-
ta. Le enseñó todo lo relacionado con la naturaleza temporal del cuer-
po y cómo desaparecerá a la hora de la muerte, descomponiéndose en
los mismos elementos que inicialmente lo han formado. El único so-
breviviente sería el residente del cuerpo, el permanente Atma.”
“Tan pronto como Sankaracharya escuchó esa lógica discusión, se dio
cuenta de que aquél no era un cazador ordinario sino el Señor mismo
disfrazado; se postró ante el cazador y cuando se puso de pie y lo mi-
ró tuvo una visión de Ishvara. Es desde este momento que Sankara-
charya comenzó a predicar la filosofía de la ‘no dualidad’ (advaita).”
Tvam: ‘Swamiji, ¿cuál es el significado oculto de la aparición del Señor
como un cazador con cuatro perros y una olla con carne?”
Tat: “Los cuatro perros que acompañaban al cazador simbolizan los cua-
tro Vedas: Rig, Yajur, Sama y Atharva Vedas; la olla con carne es el
cuerpo humano, que no es sino una bolsa de piel con carne, sangre y
huesos, y no tiene ningún valor espiritual intrínseco. El cazador es Ish-
vara, que está cazando las vidas (los egos) en todas sus manifestacio-
nes. Por eso toma la forma de cazador. La olla que lleva en la mano es-
tá hecho de barro y señala el aspecto material de la vida. El mismo es
el aspecto divino permanente. La relación entre la Divinidad y el ser
humano es ilustrada simbólicamente por el Cazador Divino sostenien-
do la olla que representa al cuerpo humano que es temporal y transito-
rio. El mundo, como la olla, está llena de polvo y el que la mantiene
bajo control es Chinmaya, símbolo de la sabiduría y la bienaventuran-
za. En el mundo tenemos los dos aspectos aludidos: la Divinidad y la
materia. Las formas materiales que los diferentes seres humanos asu-
men están constituidas por las envolturas o koshas del alimento (An-
na-maya-kosha), de la mente (Mano-maya-kosha) y del aliento (Prana-
maya-kosha). En lenguaje védico, el aspecto divino es descripto como
198
Sat-Chit-Ananda o verdad (Ser), conciencia y bienaventuranza. El
nombre y la forma se relacionan con el aspecto de Prakriti o aspecto
material. Los hombres y las formas son múltiples y cambian de uno a
otro. Asti, Bhati y Priyam son las palabras equivalentes en lenguaje
védico a Sat-Chit-Ananda. Los nombres y formas no tienen palabras
especiales en lenguaje védico.”
Tvam: “Swamiji, ¿cuál es el secreto que hay detrás de todos los nombres
y las formas? ¿Cómo puede uno adquirir la bienaventuranza divina?”
Tat: “El comprender el secreto de la creación y los aspectos de la Divini-
dad por medio de ejemplos humanos es posible solamente hasta cierto
punto. No puede obtenerse una completa comprensión por medio de
tales ejemplos. Sólo comprenderás la razón de la creación cuando
comprendas las razones de todas las pequeñas cosas que están tenien-
do lugar en la vida diaria. Por ejemplo, si uno le preguntara a distintas
personas por qué tuvo un sueño, cada una le daría explicaciones dife-
rentes. Algunos dirán que se debe a los pensamientos, otros dirán que
se debe a la clase de alimento ingerido, a la indigestión y así sucesi-
vamente. Pero el verdadero responsable del soñar es el dormir mismo.
Sin dormir no puede haber sueños. Tú soñaste porque dormiste. Simi-
larmente, si tienes voluntad, sufres de la ilusión o maya. Si no hay vo-
luntad no hay ilusión. Por ejemplo, si en la noche ves un madero a dis-
tancia y sabes que es un tronco, no sientes temor. Pero si ves el made-
ro y te imaginas que es un fantasma o un demonio, entonces en tu ima-
ginación lo verás efectivamente moviéndose. En el momento en que tú
pienses en eso, el tronco en efecto se vuelve un fantasma o un demo-
nio, en verdad se mueve y tú tienes esa ilusión. No hay ninguna gran
fuerza ni cosa alguna proveniente de afuera que haya creado el fantas-
ma o el demonio. Es simplemente tu proceso mental el que ha creado
la ilusión.”
“Otro ejemplo. Después de terminados los bhajans, suponte que vas
caminando de regreso a casa; una pálida Luna ilumina el camino y de
pronto, un pequeño trozo de cuerda se atraviesa ante ti. En cuanto ves
esa cuerda, te viene a la mente la idea de que es una serpiente; de in-
mediato el temor se posesiona de ti e instantáneamente te alejas de la
cuerda. Cuando la miras con una linterna, te das cuenta de que es un
trozo de cuerda y, en ese mismo momento, desaparece todo temor. Lo
recoges y lo tiras lejos. En el primer caso, te alejaste con temor y en el
segundo, te acercaste, lo recogiste y lo tiraste. En las dos oportunida-
des era sólo un trozo de cuerda y entonces, ¿qué fue lo que causó el
temor en el primer caso y lo eliminó en el segundo? La única respon-
sable de todo esto es la ilusión que aparece en tu propia mente. Ni ha
venido ninguna serpiente ni se ha ido. Lo que ha venido y se ha ido es
tu ilusión. Esto se conoce como Avarnam y Visarjñam. (Avarnam sig-
199
nifica oscurecer o velar, y Visarjñam, eliminar la ignorancia.) Ambas
impresiones —la de que no es una serpiente y la de que es una cuer-
da— vienen y se van simultáneamente. No se siguen la una a la otra si-
no que ocurren al mismo tiempo. Mientras tú tengas el sentimiento de
que posees un cuerpo humano y tu conciencia esté asociada a tal sen-
timiento, todas las responsabilidades y apegos derivados de la idea de
posesión de un cuerpo humano y sus relaciones con otros cuerpos, per-
sistirán. En cuanto tomes conciencia de que no eres el cuerpo, enton-
ces, en ese mismísimo momento, todos los apegos e ilusiones desapa-
recerán. Esto es considerado como la eliminación del dolor y la apari-
ción de la felicidad y la bienaventuranza. Del mismo modo que la ilu-
sión de la serpiente ha sido reemplazada por el reconocimiento de la
cuerda, la ilusión de que tú eres el cuerpo se desvanece en el momen-
to en que comprendes que tú eres el Atma, entonces, todos los apegos
desaparecerán e inmediatamente recibes la bienaventuranza del Atma.
Esto es la liberación o mukthi. El conocimiento de que tú eres divino
aparecerá dentro de ti y simultáneamente la aflicción desaparecerá y
vendrá la bienaventuranza.”
200
Tat: “El cuerpo humano tiene cinco sentidos externos que son inútiles a
menos que estén apoyados en la mente, que es la fuerza o poder men-
tal (mano-shakthi). La mente está a su vez sostenida por el Atma-shak-
ti o poder del atma el cual, sin este soporte, no puede funcionar. De
manera que el cuerpo contiene el Deha-shakti, el Mano-shakti y el At-
ma-shakti, o sea fuerza física, fuerza mental y fuerza espiritual divina.
Las cinco koshas o envolturas son: Anna-maya (del alimento), Mano-
maya (de la mente), Prana-maya (del aliento), Vijñana-maya (de la sa-
biduría). Las últimas dos no tienen forma y por lo tanto, no pueden ser
vistas. Sólo pueden ser disfrutadas. Ahora, suponte que estás cami-
nando por un sendero y que hay algunos trozos de vidrio esparcidos en
el camino. Las piernas no pueden darse cuenta de esos objetos peli-
grosos, pero el ojo, desde su altura los ve e inmediatamente envía men-
sajes por medio del cerebro a los distintos músculos de las piernas pa-
ra que realicen los movimientos apropiados. Ahora bien, ¿cuál es la re-
lación entre la pierna y el ojo? ¿No es la misma sangre la que fluye por
el ojo y por la pierna? Así, de manera similar existe una conexión en-
tre el cuerpo, la mente y el alma. Es el mismo Atma lo que fluye por
los tres y ésa es la conexión interna. En términos védicos, esto se ex-
plica como la unidad en una serie de fenómenos diversos y la diversi-
dad en un solo fenómeno de unidad. Cuando hablamos acerca de la di-
versidad en la unidad, lo que queremos decir es que ese Atma único
que es la unidad, se está manifestando de maneras diversas tales como
el escuchar, el oler, el ver, el hablar y el tocar. Todas estas manifesta-
ciones son diversas formas del uno y mismo Atma. Ni una sola de es-
tas manifestaciones funciona si el Atma no está allí. ¿Es posible que
sólo los ojos funcionen? No, los sentidos no tienen ninguna importan-
cia singular o propia. Es el mismo Atma que fluye por las cinco en-
volturas (Panch-koshas) del cuerpo humano y eso demuestra, simple-
mente, que todo depende de ese Atma único para su existencia; nada
puede funcionar sin el Atma. En el Bhagavad Gita se ha dicho: Biijam
maam sarva bhuthanaam (Yo soy la semilla de todas las manifestacio-
nes). Sólo hay esa única semilla y de ella han salido el tronco del ár-
bol, las ramas, las hojas, las flores, los frutos y también las raíces. To-
das estas partes están separadas unas de otras y tienen distintos nom-
bres y funciones, pero todas están contenidas en la semilla única. Ade-
más, la semilla, el Uno, también está contenido en el árbol. Tenemos
así la unidad en la diversidad y la diversidad en la unidad. Un Atma
con muchas formas y muchas formas que contienen el Atma Uno”.
“La sabiduría no es buena ni mala. Es sólo la asociación de la mente
con la forma y sus características. Sólo hay el Brahman Uno con dife-
rentes nombres, formas y características. El alfarero hace vasijas de
muchos tamaños y variedades, mas todas de la misma arcilla. La base
es la arcilla. Una vasija no podrá contener el agua, a menos que haya
201
sido cocida previamente. De igual manera, el cuerpo es una vasija con
los diez indriyas (sentidos externos e internos) que son los diez huecos
por los cuales pasa el agua de la gracia y, para taparlos, uno debe ha-
cer pasar esa gracia por el fuego de la sabiduría para que se quede con-
sigo. Krishna era la vida misma para los Pandavas. Dharmaraja es la
cabeza (buddhi); Arjuna, los brazos; Bhima, el tronco; Nakula y Saha-
deva, las piernas, y Krishna, el corazón vital. Sin el corazón, el cuer-
po no puede funcionar. Por esta razón, los Pandavas y Krishna han si-
do comparados con el cuerpo. Similarmente, se dice en el Gita (Cap.
18:78):
Significan las dos líneas anteriores que, dondequiera que Krishna esté
presente, allí estará Arjuna (Partha significa hijo de la tierra) y allí es-
tá el valor (dhanu significa valor). Allí está presente Shri (la prosperi-
dad y la riqueza), la victoria, Vibhuti (Divya shakti o Divina fuerza),
Dhruva (permanencia), Nithi (la moralidad), Mati (Buddhi, la inteli-
gencia).”
Tvam: “Swamiji, ¿cuáles son las ocho cualidades del Paramatma?”
Tat: “Shri es la más importante. Shabda Brahma mayi es la cualidad del
sonido; Charachar mayi, la omnipresencia; Jyortir mayi, la luz de la
sabiduría; Vang mayi, el habla: Nityanand mayi, la bienaventuranza
permanente; Paratpara mayi, más allá de los sentidos; Maya mayi, la
ilusión, y Shri mayi, todas las clases de riqueza y prosperidad, y todos
están enumerados en el Bhagavad Vibhuti Yoga”.
Tvam: “Swamiji, ¿qué es Maya mayi?”
Tat: “Maya significa cuerpo. Maya upadhi Paramatma: el cuerpo es un
disfraz del Paramatma. Esa es la ilusión.”
Tvam: “Y ¿cuál es el significado de Shri Chakra, Swamiji?”
Tat: “Significa la omnipresencia, que comprende todos los tipos de rique-
zas: la riqueza mundana, la riqueza de la sabiduría, la riqueza de la in-
teligencia, la riqueza del gozo y todos los demás tipos de riquezas y
prosperidad. Debido a que Arjuna tenía buddhi dhan (riqueza de inte-
ligencia) Krishna solía dirigirse a él como Arjunam, Phalgunam, Part-
hanam, Kiriti, Svethvahnam, Jai-krishna, Savyasachin y Dhananjaya.
Una vez, Urvashi (una mujer divina) rogó a Arjuna que se casara con
ella. Arjuna contestó que él había dado su mente a Krishna y que ella
era como su madre. Así, Arjuna demostró tener gran control de los sen-
tidos frente a las tentaciones.”
Tvam: “Swamiji, ¿por qué se dirigía Arjuna a Krishna como a Su cuñado
aun antes de que se casara con Subhadra, la hermana de Krishna?”
202
Tat: “Sí, se produjo bastante conmoción cuando Krishna casó a Arjuna
con Su hermana. Arjuna era hijo de la hermana del padre de Krishna,
pero llamaba cuñado a Krishna, entonces Krishna le dijo: ‘Tienes que
casarte con Mi hermana y así serás mi verdadero cuñado. Seré feliz y
de otro modo no tendrá sentido que me llames así’. Balarama no que-
ría que Arjuna se casara con Subhadra, mas Krishna arregló el matri-
monio; pero Balarama y Arjuna nunca estuvieron en términos amisto-
sos y por el hecho de que Krishna estaba del lado de los Pandavas,
Duryodhana trató de que Balarama se volviera del lado de los Kaura-
vas. Pero Balarama permaneció neutral y no tomó parte en la batalla.”
Tvam: “Swamiji, ¿cuál es el significado interno del nombre del padre de
Duryodhana, Drutarashtra?”
Tat: “Los cien hijos de Drutarashtra tenían nombres que comenzaban por
‘Du’ que significa dukha (dolor o miseria). Hasta una de las hijas se
llamaba Duvatsala. Druta significa tener o poseer algo que no le per-
tenece a la persona y Rashtra significa reino. Así, Drutarashtra signifi-
ca que él cree que el reino le pertenece, cuando en realidad no es así,
y ha sido malversado. En este contexto uno puede también decir que
aunque el cuerpo no sea propio, mientras se sienta que le pertenece,
entonces se le puede considerar ‘Drutarashtra’. El cuerpo en verdad no
está bajo nuestro control. (El hombre no puede invertir los cambios de
edad ni puede llevarse el cuerpo con él después de la muerte. Es sólo
un préstamo.) Realmente, el reino pertenecía a Pandu, el hermano de
los Pandavas. Pandu significa blanco o pureza, lo que indica el sattva
guna. Sathwiogun raj, hrudaya rajyam: sólo cualidades sátvicas deben
alojarse en el corazón. No así el tamas ni el rajas. En el comienzo del
Bhagavad Gita se dice:
206
Tat: “No. Balarama no era un avatar. Zoroastro, Buda, Cristo, Mahoma,
Sankara y otros fueron Matha-uddhakara, esto es, líderes de hombres,
que vinieron para elevar las religiones.”
Tvam: “¿Cuál es el significado interno de la cobra viva que estaba debajo
de Swami cuando acababa de nacer?”
Tat: “Representa a Vishnú, o sea, el Paramatma descansando sobre la ser-
piente o shesha. Esto quiere decir que todas las cualidades indeseables
están bajo Swami, en otras palabras, bajo el control de Swami. Swami
está por encima de los gunas. Krishna bailando en la cabeza de la ser-
piente Kaliya significa la misma cosa.”
Tvam: “¿Cuál es el significado del Avatar Kalki?”
Tat: “La palabra Kalki se refiere al Avatar del Kali Yuga o Edad de Kali.
Asva o caballo significa la mente que está perpetuamente inquieta.
Nunca firme. El caballo está siempre moviendo la cola o una pata o
una oreja, y la mente inquieta es comparada con él. Sólo el Paramat-
ma (el Avatar) puede controlar plenamente la mente y por lo tanto, es-
te Avatar se presenta, siempre con un caballo. El baniano es llamado
el árbol Asvatta, porque sus hojas tiemblan al mínimo soplo de brisa.
Del mismo modo que un caballo es inquieto, así se estremece cada ho-
ja. El antiguo rito conocido como Asvamedha o rito del sacrificio del
caballo es llamado de este modo porque significa el sacrificio de la
mente errante, simbolizada por el caballo.”
Tvam: “Swamiji, cuando la mente y la visión de uno progresan pasando
de la dualidad a la no dualidad condicionada y luego a la no dualidad,
¿significa esto la comprensión de Dios?”
Tat: “No, ésa no es la verdadera experiencia. La comprensión de Dios sig-
nifica la experiencia de conocer que tú eres Dios. En otras palabras,
puede ser descripta como una experiencia de paz, bienaventuranza y
luz”.
Tvam: “Swamiji, ¿cuál es el principal obstáculo en nuestro camino hacia
esa experiencia y esa visión?”
Tat: “Si el espejo no está limpio, ¿cómo puede reflejar algo. ¿Está cubier-
to con una capa de suciedad que se ha ido acumulando, proveniente de
la acción. Esa acción resulta de los deberes y responsabilidades mun-
danos. ¿Ves esta cortina (en el cuarto de entrevistas)? Está hecha de hi-
los tejidos unos en sentido vertical y otros en horizontal. El deber y las
responsabilidades mundanos tejen una cortina y es esa cortina la que
esconde la visión.”
Tvam: “Pero Swamiji, eso no quiere decir que debemos descuidar nues-
tros deberes y responsabilidades mundanos, ¿verdad?”
Tat: “No, Bangaru (oro). Debes dedicar todos tus actos a Dios y conside-
rarlo a El como el Hacedor y no a ti. En el momento en que te consi-
deres el hacedor, generas deseo por los resultados de tu acción. Deja
207
ese fruto a Dios y abandona también la idea de que eres el realizador
de las acciones. El hombre tiene el derecho de realizar las acciones,
pero no el de recibir sus frutos. Considérate meramente Su instru-
mento. Entonces, lentamente, se acabará el polvo que cubre el espejo
en el cual estás buscando aquel reflejo. No cometas el error de clasifi-
car las acciones en acciones para ti y acciones para Dios. Por ejemplo,
podrías dar algo para obras de caridad y considerar que eso es para Dios
y que tus otros deberes mundanos son para tu propio ser. Sería un error.
Piensa que cada acción, grande o pequeña, aun el acto de respirar, es
por el bien de Swami. Entonces la cortina se disolverá y así, habrás eli-
minado la trama y la urdimbre de las cuales está hecha.”
Tvam: “Pero Swamiji, ¿no puedes Tú levantarla un poquito y dejarnos te-
ner una vislumbre, un avance?”
Tat: “No, Swamiji no puede hacer eso. Primero tienes que eliminar tu
egoísmo y después la gracia de Swami eliminará la cortina.”
Tvam: “Swamiji ha mencionado algo acerca de la dedicación de las ac-
ciones a Swami. ¿Qué pasa con la lujuria? ¿Puede ser dedicada a Swa-
mi también?”
Tat: “Claro que sí. ¿Por qué no? Si me ves a Mí en la lujuria, ésta queda-
rá instantáneamente purificada. Ya no la desearás, porque será trans-
mutada en amor. Considera este simple ejemplo. Supón que tienes un
niño y habiéndolo puesto en tu regazo juegas con él, con amor y ter-
nura. Estás, en verdad, viéndome a Mí en ese niño. Ahora, en el caso
de tu esposa, la mente tiene sentimientos de lujuria y deseo por la po-
sesión y el disfrute. Pero si me ves a Mí en tu esposa, entonces auto-
máticamente tales sentimientos irán disminuyendo gradualmente y
sentirás amor puro también por ella. Una vez que se desarrolla tal
amor, los sentimientos de lo mío y lo tuyo desaparecen. Comienzan a
verme el uno en el otro. Tener pureza de mente es esencial, antes de
que uno pueda ver el reflejo del Atma”.
“¿Ves esa pequeña piedra? (Estábamos viajando en auto y Baba seña-
laba, en la distancia, una enorme roca soportada por otra mucho más
pequeña.) Representa el apego a los deseos mundanos. El apego inicial
es pequeño, pero muy pronto se ve agobiado con tantos deberes y res-
ponsabilidades que no le es fácil sacudirse un peso tan enorme como
el de esa gran roca. (Kama o el deseo debe conectarse con la liberación
o moksha; el dharma debe conectarse con artha o la riqueza.) Hay di-
ferentes planos de desarrollo por los cuales pasa el individuo. El más
alto es el Paramatma, que se llama Yastika. Es trascendental y se en-
cuentra más allá de los sentidos. Luego está la etapa del alma indivi-
dualizada o Jivatma, llamada Astika. Nasti pertenece a la conciencia
del cuerpo y busca la satisfacción de todos sus deseos, por eso esa eta-
208
pa es llamada Astika-Nastika. Lo opuesto es Astika-Yastika, cuando el
Jiva se pronuncia por el Paramatma.”
Tvam: “No es que Swami tenga el deseo de eliminar el sufrimiento, pero
¿cómo podría Swami aceptar una devoción a medias y dar un pago
completo? Swami tiene un gran deseo de dar felicidad a toda la huma-
nidad, pero la humanidad misma es responsable de lo bueno y lo ma-
lo que experimenta. La gracia de Dios puede cambiar tu destino, si así
lo deseas. Lo bueno y lo malo son solamente reflejos de las varias ac-
tividades a las que se dedica la humanidad en este mundo que no es-
tá constituido sólo de tierra y arcilla. Hay también gente, y la tierra y
la gente están fuertemente atados entre sí y no pueden ser separados.
Hoy en día, el hombre ha desarrollado hábitos muy perniciosos y to-
dos los recursos de la tierra están siendo desperdiciados. El hombre
malgasta el agua, el alimento, el sonido y la luz (entre millones de
otras cosas). Por ejemplo, habla duro cuando podría hacerlo dulce-
mente e ingiere, innecesariamente, grandes cantidades de comida mal-
gastando así los alimentos. Utiliza dos baldes de agua donde uno bas-
taría. Cuando puede usar poca luz, ¿por qué encender una lámpara más
brillante y malgastar la electricidad? Toda la energía y los recursos de
la tierra son una manifestación del Paramatma y cuando uno malgas-
ta algo, está malgastando a Dios. Por cada acto del hombre, hay una
reacción, una resonancia y un reflejo.”
Tvam: “¿Sufre Swami de dolor o de felicidad?”
Tat: “La aflicción y la felicidad son vistas por ti solamente, debido a tu na-
turaleza dual. Dios sólo ve el ‘uno’, no los ‘muchos’. Claro está, la se-
milla del karma (trabajo) está allí y es la que señala tu destino. Cose-
chas lo que has plantado. Dios ve sólo al ‘uno’. Tomemos un árbol con
sus raíces, tronco, ramas, hojas, flores y frutos. Es una manifestación
de las muchas formas y atributos que han venido todos de una semilla
única. Considera el ejemplo del suelo y de la tierra. Hay dulzura en la
caña de azúcar y en varias frutas. La dulzura está realmente contenida
en la tierra, lo mismo que el árbol está en la semilla. Similarmente, pa-
ra todos los nombres, formas y atributos, la Divinidad una es la base.
Como Yo conozco la verdad plenamente, y la verdad enseña que todos
son divinos, que todo es divino, que no hay ni jiva ni trabajo que no
sea parte de la divinidad, no hay momento ni oportunidad en que Swa-
mi sufra dolor, placer o aflicción. En ningún momento sufre Swami
ninguna de estas sensaciones. Cuando viene alguien a Mí y me dice
que está sufriendo gran dolor o pena, Yo deseo sentir y ver cómo es ese
dolor y esa aflicción. Pero no me es posible experimentarlos y puesto
que tales personas no han comprendido este aspecto de Mi naturaleza,
Me muestro apenado o hago como si estuviera sufriendo. Para que Yo
pueda corregirlos y guiarlos por el camino apropiado, pretendo hacer
209
que me comprenda. Yo te estoy contando estas cosas porque las co-
nozco a través de la experiencia personal verdadera, no son afirmacio-
nes imaginarias. En Mí no hay aflicciones de naturaleza mundana o
estados de felicidad provocada por algunos logros. ‘Mi vida es Mi
mensaje’, ya se dijo al principio del libro, y si tratas de seguirme ob-
tendrás también una cantidad enorme de paz y de bienaventuranza.”
Tvam: “Sí, Swamiji, nuestra mente dual y los deseos son los responsables
de lo que es llamado bueno y malo. (En este contexto debemos con-
templar el Mensaje Divino que Swami envía a través de este libro.) En
el pasado, Swamiji ha aconsejado el satsang como una actividad be-
neficiosa para el propio sadhana. ¿Cómo es que ayuda?” (Satsang sig-
nifica estar en compañía de la verdad e implica que uno debe hallarse
en compañía de quienes buscan la verdad y evitar a los mundanos.)
Tat: “Si tomas una vasija de barro llena de agua y la dejas a la intemperie,
el nivel del agua bajará debido a la evaporación. Pero si la vasija está ro-
deada de agua, entonces el nivel no disminuirá. De la misma manera, la
espiritualidad debe llenar la vasija de tu corazón hasta el tope y luego,
para permanecer en esa plenitud, es necesario que mantengas el satsang.
De otro modo, el nivel de tu espiritualidad puede bajar debido a filtra-
ción y evaporación, que provocará una atmósfera carente de espirituali-
dad. La Organización Sai sirve al mismo propósito. Protege tu sadhana
tal como lo hace un paño mojado alrededor de una vasija de barro.”
Tvam: “Swamiji, ¿qué es ese estado llamado ‘muerte’? ¿Cuál es la rela-
ción de nuestra mente con ese estado?”
Tat: “La muerte es un estado muy similar al sueño. El individuo desecha
su cuerpo como si fuera un traje desgastado y viejo. Sólo el cuerpo pe-
rece y, puesto que la mente no tiene forma física, no muere con el cuer-
po. La actividad del pensamiento persiste aun después de la muerte. La
corriente de pensamientos es la mente. El Atma permanente es como
una lámpara y la inteligencia es como la luz de esa lámpara. Así, la in-
teligencia derrama su luz y discrimina entre lo correcto y lo incorrec-
to. Las experiencias de Walter Cowan después de la muerte no nece-
sariamente tienen que ser las mismas para todos. Después de la muer-
te del cuerpo físico, es imposible para el espíritu desencarnado poner-
se en contacto con el mundo material.”
Tvam: “Entonces, Swamiji, ¿qué hay de las llamadas grabaciones, radia-
ciones y manifestaciones de algunos espíritus?”
Tat: “Son todas falsas. Es la mente la que produce esas cosas por medio
de la concentración profunda. Los espíritus no pueden ponerse en con-
tacto con el mundo material, pero la mente sí puede producir ciertos
registros y cambios materiales en este mundo físico. Las llamadas ra-
diaciones producidas por una fotografía son también una actividad de
la mente. Es una proyección de la mente misma y es también la men-
210
te la que observa. La belleza de un objeto está en los ojos del que lo
contempla. (Para algunos, el objeto puede parecer feo, mientras que
para otros puede parecer bello. La belleza o la fealdad no tienen nada
que ver con el objeto.) La mente es responsable de la creación de la be-
lleza y también de la capacidad para disfrutarla.”
Tvam: “Swamiji mencionó la concentración de la mente. ¿Cómo se rela-
ciona ésta con la meditación?”
Tat: “La palabra dhyana o meditación es interpretada de diferentes mane-
ras por muchas personas y por eso causa cierta confusión. El sadhana,
práctica o disciplina mediante la cual los tres constituyentes, a saber:
el meditador, el objeto de la meditación (Dios) y el proceso de medi-
tación están unificados, se llama dhyana. No debe considerarse igual a
la concentración o mente centrada. Todos los actos rutinarios tales co-
mo comer, beber y caminar se deben a la concentración. Esta concen-
tración está subordinada a los cinco sentidos de percepción. Por ejem-
plo, para leer un periódico, tus manos tienen que sostenerlo, tus ojos
tienen que ver las letras impresas y tu mente debe sintetizar todas es-
tas actividades. Similarmente, para manejar un auto se requiere mucha
concentración con el fin de manipular y sincronizar todos los contro-
les. El elevar la mente por encima del nivel de los sentidos y funcio-
nes de los sentidos y tener a la Divinidad como objetivo, eso se llama
meditación. Así, la meditación está por encima de los sentidos y la
concentración está por debajo de los sentidos. Imagina que tenemos
un rosal. Ahora bien, tu capacidad de distinguir entre las espinas, ho-
jas, ramas y flores se llama concentración. Habiendo identificado la
rosa, la cortas sin tocar las espinas. Ahora la flor está separada y no tie-
ne ninguna relación con el resto de la planta. Al acto de separar la flor
de la planta se lo llama contemplación. Si tú ofreces esa flor a Dios,
después de la ofrenda, la planta, tu mano y aun la flor habrán cesado
de existir. Sólo Dios existe. A esto se le llama meditación.”
“Tu vida es como un rosal y tus relaciones son como las ramas; tus
cualidades o gunas son como las hojas, y todos los apegos y deseos son
las espinas. Tu amor es la flor, y al ejercicio de mantener la flor de tu
amor alejada de las ramas y de las espinas de los apegos y la lujuria,
se le llama contemplación. En cuanto tú ofrezcas ese amor puro a
Dios, habrás logrado la unidad de los tres gunas. Cuando consideres al
mundo entero como tu propia casa y todo lo contenido en esa casa co-
mo tuyo, entonces tu amor será un amor en expansión. El tipo de amor
egoísta está asociado con la satisfacción de los deseos.”
Tvam: “En la meditación profunda, Swamiji, ¿es cierto que la gente pue-
de tener visiones y escuchar varios sonidos?”
Tat: “Sí, uno puede tener la experiencia de escuchar sonidos (como el so-
nar de una campana o el soplar de una caracola), también se pueden
211
percibir visiones. Ramakrishna le dio a Vivekananda la experiencia de
una visión y de un estado temporal de bienaventuranza. No es posible
tener esa bienaventuranza permanentemente. Uno puede quedar en ese
estado veintiún días como máximo, después de lo cual el cuerpo se
muere o uno tiene que abandonar ese estado.”
Tvam: “¿Es cierto que Swamiji viene a la mente de una persona durante
los sueños, sólo si Swamiji lo desea?”
Tat: “Desde luego que sí, nadie puede soñar con Swami a menos que Swa-
mi mismo lo desee.”
Tvam: (El autor tuvo una experiencia en sueño, en la cual Baba le permi-
tió tocarle los pies —namaskara— y luego le dio un par de pulseras de
oro. En la mañana, el autor relató el incidente a su esposa y se pre-
guntaba lo que podía significar. El autor hizo una nota de ello para
preguntárselo a Baba, pero no lo mencionó a nadie más. Algunos me-
ses después, iba a preguntarle a Baba acerca de la experiencia del sue-
ño, cuando Baba mismo contestó antes de que la pregunta hubiera sa-
lido de los labios del autor. Así le probó Baba que estaba enterado de
todo.)
“En abril pasado, Swamiji vino a mí en sueños y me dio…”
Tat: “Oh, aquello. Sí, las pulseras de oro. Significa Kankan, las mismas
que Kamavadhani tiene en sus muñecas. (El pandita Kamavadhani es-
taba sentado al lado del autor.) Son una señal de auspiciosidad muy es-
pecial (Sumangala)”. (Un devoto no necesita estar físicamente en pre-
sencia de Baba para recibir Sus bendiciones. La citada experiencia del
autor se menciona aquí, solamente para ilustrar este punto. En verdad,
las obras de la Divinidad son más extrañas que la ficción. He aquí otra
experiencia obtenida durante un sueño relatado al autor por el doctor
Bhagavantham, físico conocido internacionalmente y que en un tiem-
po fue el principal consejero científico del gobierno de la India.)
Doctor Bhagavantham: “Esto ocurrió en el Hotel Hilton, en París. Estan-
do mi hijo Ramakrishna registrándose, tenía los pasaportes en la ma-
no y se encontraba completando las tarjetas de identidad. El maletín en
el suelo, a su lado. Después de llenar las tarjetas, buscó el maletín, pe-
ro éste había desaparecido. Alguien se lo había llevado. La impresión
por lo que acababa de ocurrir fue muy fuerte porque, un buen tiempo
antes del incidente, su esposa había tenido un sueño en el cual Baba se
le apareció y le dijo que cuidara de sus propios valores y no los pusie-
ra en ninguna otra valija que no fuera su propia maleta bien cerrada.
Ella hizo esto antes de llegar a París e ir al Hotel Hilton. Había saca-
do todos los valores del maletín de su esposo y los había guardado en
su propia maleta, gracias al sueño. A pesar de que, cuando se despertó
del sueño y se lo narró a su esposo, él le había dicho: ‘No, no, tú estás
muy cansada después de un viaje aéreo tan largo, no te preocupes. Es
212
sólo un sueño, no te preocupes’. Ella insistió en que debía seguir las
instrucciones de Baba. Así, afortunadamente, había retirado sus valo-
res y otros documentos del maletín de su esposo y los había puesto en
su propia maleta, que cerró de acuerdo con las instrucciones recibidas
en el sueño. Luego se quedaron sorprendidos al ver que a los pocos mi-
nutos de llegar al Hotel Hilton, el mismísimo maletín había desapare-
cido y pudieron salvar sus joyas y papeles importantes, debido a las
instrucciones de Baba en el sueño. Quedaron tan agradecidos que es-
cribieron una carta a Baba, narrando el incidente y expresándole su
gratitud. De otro modo, no se hubieran podido mover de París y hu-
biesen quedado varados allí, por algún tiempo. Posteriormente, mi hi-
jo me escribió una carta narrándome también este suceso y pidiéndo-
me que expresara su gratitud a Bhagavan. Así lo hice y ahora estoy
contando este incidente sólo a manera de ejemplo respecto de cómo
Bhagavan puede ayudar por diversos métodos, como aparecer en un
sueño y dar una indicación a Sus devotos, no importa lo lejos que pue-
dan encontrarse físicamente de El. De hecho, Bhagavan se estaba rien-
do y diciéndome: ‘¿Dónde está París y donde están tus hijos, y dónde
estoy Yo, en Puttaparti? Si quiero ayudarles, Yo puedo ayudarles a
cualquier distancia’. Esto es lo que El mismo dijo cuando discutimos
este incidente.”
Tvam: A veces tenemos sueños muy extraños y enredados, sin ningún sig-
nificado aparente; no obstante, Swami está presente en esos sueños.
¿Por qué sucede eso, Swamiji?”
Tat: “La causa de los sueños es el dormir. Tú soñaste porque dormiste.
Ahora bien, los sueños extraños surgen debido a la comida rajásica in-
gerida por el que sueña. Los alimentos picantes y acres producen tales
sueños incontrolables.”
Tvam: “Swamiji, este tema de la mente es muy interesante. A veces nues-
tro sentido del tiempo es alterado en los sueños y es diferente del tiem-
po que conocemos en el mundo externo. ¿Podría Swamiji decirnos al-
go acerca de ello?”
Tat: “El tratar de encontrar el comienzo y el final del Universo es como
sentarse en una playa y contar las olas. El comienzo es el momento en
que empiezan a contar y el término es cuando dejan de hacerlo. No hay
ningún comienzo y ningún final. Hay sólo el Uno. No hay ningún Dios
por separado ni ningún devoto por separado. Hay sólo el Uno. La ener-
gía con la cual la más sutil partícula está atada a otra es la Divinidad.
Es Dios mismo y por lo tanto, Dios es omnipresente.”
“Estas sutilísimas partículas atadas por la energía se hallan en un esta-
do de tranquilidad y unidad. (Se conocen como Zravana-Akarena en el
avesta, antes de que la creación tuviera lugar). La mente viene con sus
pensamientos e introduce la dualidad, causando una perturbación. He
213
aquí un ejemplo: un avión vuela suavemente. Digamos que representa
el flujo de electrones y protones en equilibrio, o sea, el avión está vo-
lando en forma muy tranquila. Entonces aparece una nube y genera un
traqueteo en el aparato. Del mismo modo, un neutrón perturba la rela-
ción de los protones y los electrones. Así es como obra la mente, al
plantear la dualidad donde sólo existe unidad.”
“La separación individual de estas partículas de energía es precisa y
no puede ser alterada. Cualquier separación o fusión significaría la no
existencia de la creación y esto no es posible. La energía divina está
siendo usada por los científicos en la forma de sus cinco sentidos y en
la forma de sus varios instrumentos, para buscar a Dios. O sea, usan-
do esta divina energía están tratando de mirar la energía divina mis-
ma. Esto no es posible de lograr, a menos que el científico realice su
verdadera identidad (Dios) eliminando los sentidos, la mente, el cuer-
po, etc.”
“Hay materia en el espíritu y espíritu en la materia, que están en for-
ma de onda o de partícula. Todo en el Universo es así. Los científicos
tratan de encontrar el origen del Universo, pero esto podría ser cono-
cido solamente sabiendo cuándo ha nacido el tiempo. Es una tarea in-
fructuosa, porque el tiempo es medido por el trabajo (el movimiento
en el espacio) a través de los cinco sentidos y las envolturas o koshas.
Ahora bien, la experiencia de las envolturas es variable. En el sueño
profundo, la experiencia no está sujeta al tiempo, es eterna, y el im-
pulso de medir el tiempo viene solamente cuando estamos despiertos
y asociados con el mundo externo. Las experiencias sobre el tiempo
—usando las diferentes envolturas— son también diferentes en el es-
tado de vigilia, en el de ensueño y en el de sueño profundo. Conside-
ra el ejemplo de una persona cuya edad en el tiempo es de sesenta y
cuatro años. En el estado de vigilia parece muy larga; el individuo ha
pasado por muchas y variadas experiencias de dolor y placer, durante
largos períodos. Se duerme y se despierta para ir al baño y se da cuen-
ta del tiempo. Son las 3.30 a.m. Se vuelve a dormir y sueña que ha na-
cido, que ha ido a la escuela y a la universidad, que ha crecido y se ha
vuelto decano de la universidad y que finalmente se retira. En ese pun-
to, despierta de nuevo y mira el reloj. Son ahora exactamente las 3.35
a.m., es decir, él ha experimentado todo esto en cinco minutos. Si los
sesenta y cuatro años de experiencias en estado de vigilia pueden ser
reducidos a cinco minutos en el estado de ensueño, entonces, en el es-
tado de superconciencia podrán obtenerse en cinco segundos. Ahora
bien, ¿cuál de estos tres conceptos del tiempo es el correcto? ¿El de se-
senta y cuatro años, el de cinco minutos o el de cinco segundos? ¿Có-
mo puede el tiempo que cambia y es percibido de acuerdo con el pro-
pio nivel de conciencia ser llamado real o ser verdadero? Por otra par-
214
te, en el estado de turya de la conciencia ni siquiera los segundos exis-
ten. (El autor ha presenciado algo muy similar bajo anestesia general
profunda. Ha observado repetidamente que cuando los pacientes se
despiertan de la anestesia general hablan como si todavía estuvieran
sufriendo la operación que acaba de serles practicada. Retoman el hi-
lo de su vida donde lo habían dejado cuando cayeron bajo la influen-
cia de la droga anestésica. Tomando el nivel de conciencia de un esta-
do a otro —para la cirugía— uno puede tener la prueba de lo que Ba-
ba enseña.) Así, el tiempo existe solamente durante la conciencia ma-
terial, dependiendo de la existencia del cuerpo.”
“Esta base física, o sea nuestro cuerpo, es como un intruso temporal.
Nos volvemos nuestro verdadero ser cuando desechamos aquél. Así,
cualquiera que sea la relación que establezcamos con otro cuerpo, no
es una relación real. Consideremos la relación de madre a hijo. La ma-
dre tiene sesenta años y el hijo treinta. Durante treinta años él ha esta-
do llamando ‘madre’ a ese otro cuerpo. Cuando la madre muere, el hi-
jo se lamenta: ¡oh, mi madre se ha ido!, aun cuando el cuerpo de la ma-
dre está todavía tendido delante de él. Entonces, ¿qué es lo que se ha
ido? Si el cuerpo era la madre, ¿por qué se lamenta? Es solamente
cuando el alma habita un cuerpo, que lo miramos con respeto, pero una
vez que el alma se ha ido, el cuerpo se desecha. En este caso, la ver-
dadera relación era entre el alma de la madre y el alma del hijo. La
gran ventaja del cuerpo es que nos ayuda a aprehender o tomar con-
tacto con el alma. Es el instrumento de contacto.”
“Esta es la razón fundamental de la existencia. El hombre no nace só-
lo para comer. El espíritu se manifiesta gracias a la forma. Sin la for-
ma sería imposible reconocer lo ‘No Manifestado’ (el espíritu). El ca-
mino correcto que hay que seguir es, entonces, meditar primero en la
forma manifestada y después en el espíritu dentro de ella. Sólo pode-
mos llegar a la meta de lo No Manifestado, a través de la forma mani-
festada. La única clave es una forma que se ha hecho patente. El cuer-
po es como una cajita de fósforos y éstos son como nuestros pensa-
mientos (incluyendo la mente). Mientras la lija de los fósforos no es
frotada, el fuego permanece latente, pero en cuanto encendemos un
fósforo, todo el mundo puede ver el fuego. Similarmente, cuando los
pensamientos son expresados fuera del cuerpo, experimentamos y co-
nocemos lo bueno y lo malo.”
“Para extraer el agua de la tierra tenemos que perforar un pozo pro-
fundo. De igual manera, debemos cavar profundamente en nuestro co-
razón para buscar la Conciencia Divina, pero necesitamos un rabdo-
mante, antes de perforar el suelo de nuestro corazón. Nuestra lengua,
con el nombre de Dios puesto en ella, es el medio requerido para este
fin. Decir palabras dulces es como conseguir un suelo blando, mas si
215
pronunciamos palabras duras es como encontrarnos con una roca, y el
progreso se detiene. Hagan que el suelo se ablande, pronunciando el
nombre de Dios. No usen la lengua para articular palabras inútiles,
úsenla para decir palabras bondadosas y serviciales; entonces, habrán
alcanzado la delicia dentro de su corazón. Toda la aflicción, la agonía
y las penas del hombre vienen de su lengua. Utilicen el mínimo de pa-
labras; si no, se encontrarán con roca, además de que malgastarán su
energía. El guardar silencio significa silencio de mente y de corazón.
Si mantienen sus labios cerrados, pero gritan hum, hum, hum, acom-
pañado de varios gestos, eso no es silencio. El silencio debe ser es-
pontáneo y no debe causar ningún dolor a los demás. La verdadera de-
voción significa menos parloteo. Los bhajans son solamente una ayu-
da secundaria. En vez de abrir los ojos y la boca bien grandes, uno de-
be abrir el corazón y sentir el amor por todos.”
“Para experimentar el amor de Swami tienen que hacer, en su vida dia-
ria, lo que Swami quiere que hagan. Entonces Su amor les llegará co-
mo la gracia. Si siguen los deseos y mandatos de Swami, El estará en
sus manos y no se podrá escapar de ellas.”
Tvam: (Un día, en Whitefield, el autor estaba sentado con un grupo de mu-
chachos del colegio de Baba, escuchándole discutir varios temas relati-
vos a la vida adhyátmica conveniente para los estudiantes. El autor es-
taba esperando una oportunidad de formularle a Baba dos preguntas: la
primera, para obtener información acerca de la naturaleza de nuestra
mente y la segunda, para averiguar —preguntándoselo a El mismo—,
las razones de que haya dificultades y obstáculos en el camino de un in-
dividuo que está tratando de alcanzarlo. Desgraciadamente, el autor no
pudo hacer esas preguntas a Baba porque El decidió dar una corta char-
la a los estudiantes, la misma que reproducimos aquí, y aunque el autor
no planteó las preguntas verbalmente, Swami las respondió en aquella
charla. El autor se sintió feliz y recordó lo que Baba le había dicho en
otra ocasión. El había mencionado que antes de pronunciar un discur-
so, no lo preparaba y ni siquiera pensaba en lo que iba a decir. Todos
Sus discursos públicos y Sus charlas son espontáneos y encaminados a
satisfacer las necesidades de un público particular. Por eso, innumera-
bles devotos ven sus dudas aclaradas por Baba, al sentarse delante de
El en una reunión pública y escuchar Su sencilla y deleitable exposi-
ción de las Verdades Eternas. Conocer Su omnisciencia y beber el néc-
tar de Sus divinas palabras es semejante a recibir dentro de uno mis-
mo la verdad de Tat Tvam Asi.)
Tat: “Trátese de paz, de limpieza (pureza) o de santidad, dichos conceptos
no están relacionados con un momento, lugar o situación fija. Muchas
personas no comprenden el significado de estas tres cosas: la paz, la
santidad y la pureza. Tienen la idea errónea de que esos tres atributos
216
son necesarios solamente cuando se practica la meditación y no en
otros instantes. Debido a ese malentendido, por lo general no se preo-
cupan por estar limpios, santificados y apacibles aun cuando no estén
meditando y, por ello, causan ciertas perturbaciones. Dichas personas,
cuando están sentadas para la adoración o meditación, tratan de ser, y
usualmente son, muy limpias y muy pacíficas de mente. Pero en cuan-
to concluyen la adoración o meditación y retoman la vida ordinaria, ol-
vidan estos tres aspectos de la conducta. Se enojan con sus sirvientes o
con cualquiera que se les acerca y usan palabras muy duras. Lejos es-
tán de ser apacibles o limpios, más allá de la hora de su meditación.
Nuestra santidad no debe limitarse y confinarse al cuarto de adoración.
De hecho, debemos considerar al mundo entero como nuestra propia
casa y nuestro cuarto de adoración. Dondequiera que nos encontremos
en este mundo, cualquiera que sea la actividad que desempeñemos, de-
bemos considerar que estamos en el cuarto de adoración y tratar de ser
tan santos y tan limpios como quisiéramos serlo en nuestro santuario.”
“Nuestras frases tradicionales en sánscrito nos dicen que nuestro
cuerpo es el templo y que el alma individual que reside en nuestro
cuerpo es el Dios que está dentro de ese templo. Nuestras ideas y
nuestros pensamientos son como las Gopikas que adoraban a Krish-
na. Nuestro corazón es Krishna, que está viviendo en nuestro cuerpo.
El corazón espiritual puede ser descripto como Brindavan. El alma es
Krishna moviéndose en el corazón espiritual de Brindavan. Por lo
tanto, es solamente desarrollando tales ideas acerca de nuestro cuer-
po —considerándolo como el templo donde el alma individual reside
y nuestro corazón es el jardín donde el Señor se está moviendo— que
seremos capaces de obtener la verdadera esencia divina de nuestra vi-
da. Si, por el contrario, piensan que estar en un santuario es la única
situación para la cual se requiere limpieza y que se vuelven limpios só-
lo después de su baño o que deben tener paz y felicidad únicamente
durante la meditación, están dando el primer paso para mirar el mun-
do con una mente ignorante. Es mejor morir que vivir en esta igno-
rancia. Hay un dicho según el cual: ‘La muerte es más dulce que la es-
clavitud de la ignorancia’. La ignorancia no es algo especial que viene
a la mente. Es el resultado de sus propias alucinaciones y de las falsas
apariencias que cubren la verdad. ¿Cuánto tiempo ha de durar la oscu-
ridad? En el momento en que se hace la luz, la oscuridad desaparece.
La oscuridad no es algo que viene de otra parte. Está oscuro sólo mien-
tras no son capaces de descubrir y obtener la luz. Así, cuando hacemos
un esfuerzo por ganar y reconocer la presencia de esa luz, entonces, sin
siquiera darnos cuenta, la llamada oscuridad desaparece por su propia
voluntad.”
“Puesto que ustedes son todavía muy jóvenes, es posible que no se den
cuenta plenamente del valor y del significado de nuestra cultura tradi-
217
cional india. Pero en nuestro país ha habido muchos grandes hombres,
muchos Maharishis y muchas personas que realizaron su propia alma.
También ha habido grandes avatares. Todos esos grandes hombres de
nuestro país tuvieron que sufrir ciertas dificultades y pasaron por mu-
chos problemas. Al pasar por estos trabajos y dificultades fueron capa-
ces de reconocer la grandeza de la cultura de nuestro país. Los frutos
que ustedes obtengan serán siempre el resultado del esfuerzo que hagan;
cuanto mayor sea ese esfuerzo, mayor será también la cosecha que re-
cogerán. Ya se trate de la realización de su propio ser, de la contempla-
ción de la visión del Señor o la consecución de llevar a buen destino to-
das sus prácticas y su sadhana, o de la adquisición de la gracia de Dios,
o lo que sea, pensar que pueden obtener esas cosas de manera fácil to-
mando alguna clase de droga para tener una visión instantánea del Se-
ñor, es obrar incorrectamente. Es actuar tan sólo bajo el influjo de una
ilusión. Cuando pongan una considerable cantidad de esfuerzo, estén
preparados para sobrellevar dificultades y trabajos y se hallen dispues-
tos a esforzarse por alcanzar el destino, únicamente así serán capaces de
obtener la gracia de Dios y la visión de Dios. Pero si piensan que pue-
den alcanzar a Dios y adquirir la fuerza de la divinidad, sin ningún es-
fuerzo y por algún camino fácil, desengáñense, eso no es posible.”
“Si toman un diamante en bruto, sin cortar, directamente de la mina y
tratan de venderlo, no obtendrán un alto precio por él. Pero si lo llevan
con alguien que sabe cómo cortarlo y darle forma, aunque su tamaño
se reduzca, el precio aumentará y será mucho más alto que el de su es-
tado en bruto. Esto es lo que se quiere decir con purificación o lim-
pieza. Si toman este reloj, lo ponen en el fuego y lo reducen a cenizas,
lo que quede probablemente valdrá apenas un anna. En cambio, si to-
man este trozo de acero en bruto que vale sólo seis o diez países y se
lo dan a un obrero que pueda hacer un reloj con él, entonces, ese reloj
ya no costará sólo diez países, tendrá un valor de algo así como dos-
cientas rupias. Tienen que hacer una indagación y formular la pregun-
ta: ‘¿Estamos pagando doscientas rupias por el acero o por la mano de
obra, o sea, la purificación y la transformación que se ha hecho del
acero bruto durante el proceso de fabricación del reloj?’. Estamos pa-
gando el precio por la mano de obra y no por la materia prima.”
“Inmediatamente después de fundir una estatua con la forma de un ser
humano, nos sentiremos poco atraídos por su apariencia o por la be-
lleza de su forma. Aunque poco atractiva en el comienzo, si utilizan fi-
nos instrumentos, tales como una lima o un cincel, y cortan en los lu-
gares correspondientes a la nariz, los ojos, etc., entonces la forma de
ese ser humano se volverá atractiva. De manera similar, nuestro naci-
miento en el mundo es como el primer vaciado de una estatua. Hasta
que usemos el cincel de nuestra inteligencia y las finas limas de nues-
218
tros pensamientos para darle una forma apropiada, esa pieza fundida
—el ser humano que ha nacido— no logrará su verdadero valor ni se-
rá atractiva.”
“Tomen, por ejemplo, un trozo de caña de azúcar y un trozo de bam-
bú, que se parecen. En el caso del bambú, el precio que le den depen-
derá de su grosor, de su largo y de su resistencia, mientras que en el
caso de la caña de azúcar el valor estará en relación con el jugo que
contenga la caña. De manera similar, el valor dado a un ser humano no
depende de su dinero o riqueza o de su posición en la vida, sino de sus
buenas cualidades y atributos. Vamos a tomar el caso de las riquezas y
la prosperidad. Ha habido un gran número de maharajás muy ricos, pe-
ro en cuanto desaparecieron sus riquezas, nadie volvió a tomarlos en
cuenta. Así, el respeto que se da a la prosperidad y las riquezas se des-
vanecerá tan pronto como éstas desaparezcan. Las riquezas o el dine-
ro no son cosas que quedan permanentemente. Citemos el ejemplo de
la posición social de un individuo. El respeto que se da a una posición
se puede ilustrar con las atenciones que una persona muy importante
—digamos un primer ministro— recibe, cuando por ejemplo llega a
una estación. Varias personas van allí con guirnaldas para saludarlo y
recibirlo con una fila de automóviles, pero en el momento en que ese
individuo entregue su cargo, lo pierda o se retire, inclusive el taxista
que lo transporte, en su nueva situación, le exigirá el pago del pasaje
al final del viaje. Así, si ustedes están pensando en el respeto que se
tiene a los individuos por su rango y posición social, sepan que tan
pronto como dicha posición desaparece, el respeto desaparece tam-
bién. La categoría de una persona, igual que su condición, son estados
pasajeros. Si alguien tiene buenas cualidades puede estar en una posi-
ción de autoridad o ser un maharajá y aunque algún día pierda su po-
sición o sus riquezas, no perderá sus buenas cualidades. Por lo tanto,
continuará gozando del respeto que se había ganado por sus buenas
cualidades. Así, el respeto por el hombre y por su dignidad es algo que
está en relación con sus cualidades y atributos y no tiene nada que ver
con su posición o con sus riquezas. A fin de conocer la clase de trans-
formación y de purificación requeridas en ustedes para obtener los re-
sultados deseados, tienen que usar su propia inteligencia. Deben cono-
cer los distintos métodos mediante los cuales puedan lograr la purifi-
cación necesaria en cada caso.”
“Si comprendemos la naturaleza de nuestra mente seremos capaces de
eliminarla en cualquier momento. He aquí una pequeña anécdota para
ilustrar este aserto. En un pueblo se estaba realizando una ceremonia
matrimonial. El novio, que había llegado de otra ciudad, se alojó en
una determinada casa. Un individuo fue al hogar de la novia y empe-
zó a decir que el grupo del novio no estaba siendo atendido como co-
219
rrespondía, que no se le daba alimento a sus horas y así sucesivamen-
te. El hombre decía con cierta autoridad estas cosas, en la casa de la
novia. La gente de la novia pensó que era alguien importante del gru-
po del novio y querían mostrarle respeto. De modo que le dijeron: ‘Va-
mos a ocuparnos de todos y enviaremos las comidas en el momento
oportuno. Por favor, tenga paciencia’. El mismo hombre fue después a
la casa del novio y empezó diciendo: ‘¿Qué es todo esto? Ustedes no
llegan juntos y nos están creando muchos problemas. Estamos todos
listos en la casa de la novia, con la merienda y el café, pero ustedes no
van en el momento oportuno’. De esa manera, él actuaba con voz de
mando también en la casa del novio. La gente del novio lo consideró,
igualmente, alguien de importancia que procedía de la casa de la no-
via y le dijeron: ‘Sí, hemos cometido un error; de ahora en adelante lle-
garemos a tiempo e iremos todos juntos’. Todos le mostraron gran res-
peto. Pero ese alarde de autoridad empezó a ser excesivo. El iba a la
casa del novio y mostraba un despotismo que iba más allá de lo natu-
ral, dadas las circunstancias, y similarmente, en la casa de la novia ha-
cía lo mismo, comportándose fuera de todo límite. En ese punto, algu-
nas personas del grupo del novio comenzaron a preguntar: ¿quién es
ése que ejerce tanta autoridad? El individuo se dio cuenta de que ya
iban a descubrir que no pertenecía a ninguno de los dos grupos, se es-
currió y desapareció. Si queremos comprender la analogía de esta his-
toria, tendremos que ver el mundo material como el séquito de la no-
via. Eso es lo que se llama el fenómeno natural. El aspecto divino o la
divinidad debe considerarse como el grupo del novio. El Atma es el
novio y el Jiva o atma individual es la novia. Este mundo que vemos
a nuestro alrededor es la ceremonia del matrimonio en la cual la novia
o Jiva debe ser unida al novio, el Atma. En esta situación, aparece tam-
bién un individuo que a veces va hacia el Jiva y trata de ejercer auto-
ridad. En otras oportunidades se acerca al Atma y empieza a hacer pre-
guntas e indagaciones. Así, en los aspectos de Jiva que se compararon
con la novia y de Atma con el novio, este individuo está haciendo ave-
riguaciones y ejerciendo su autoridad más allá de su límite. En ese mo-
mento, cuando el intruso comprende que ambas partes quieren saber
quién es, se escabulle y desaparece. Esa persona que se escabulló y de-
sapareció es la mente. Así, el individuo que hemos identificado como
la mente, a veces se ha unido al Jiva y a veces al Atma, creando una
confusión. Pero en el momento en que traspasa los límites, tanto el Ji-
va como el Atma comienzan a hacer sus indagaciones y en ese punto,
la mente simplemente desaparece. Esto es lo que se quiere expresar
cuando se dice que de la esclavitud del hombre así como de su libera-
ción, sólo su mente es responsable. En esta historia, la mente está en-
tre el Atma y el Jiva, y es la causa de todas las confusiones y proble-
220
mas. Del mismo modo, la mente ha estado incitando al mundo mate-
rial, a fin de que ciertas cosas se hagan de acuerdo con sus propios de-
seos.”
“Tenemos otra historia. En una aldea, dos grupos de personas se pelea-
ban continuamente por alguna razón. En ese pueblo había un individuo
que tenía dos acres de tierra donde cultivaba uvas que vendía para su
sustento, y que no pertenecía a ninguno de los dos bandos en pugna. Pe-
ro cada uno de los grupos enemigos fue hacia él y empezó a presionar-
lo para que se uniera a una de las dos partes. En un pueblo se hace ex-
tremadamente difícil vivir si uno no toma partido. Así, obligado, aquel
hombre tuvo que unirse a una de las facciones. Como en el grupo al
que se unió había un gran número de personas malas, este buen hom-
bre fue apresado con ellos y encerrado en la cárcel durante seis meses.
Estando en la cárcel, no había nadie para velar por su viñedo; al no re-
cibir agua ni fertilizantes, comenzó a secarse. No dio frutos y, por lo
tanto, no hubo dinero y nadie alimentaba a los miembros de la familia
de aquel individuo. En la cárcel, este hombre solía recibir cada sema-
na una carta de su esposa. La tradición entonces era dejar pasar y en-
tregar cualquier carta que llegase, sin censurarla, pero si el reo quería
escribir algo y enviarlo fuera de la cárcel, las cartas eran examinadas.
La esposa escribió una carta diciéndole: ‘¿Qué es esto?, te has ido y
estarás sentado en la cárcel seis meses y parece que estás bien allí, pe-
ro aquí nuestro viñedo se está secando, no hay nadie para cuidar del
huerto ni para abonarlo y todas las uvas se están malogrando. Los ni-
ños no tienen alimento y yo no tengo dinero para poner en orden la tie-
rra. Si tú me señalas algún método, algún medio por el cual yo pudie-
ra arreglar el viñedo, tendremos manera de vivir. Te ruego que me lo
hagas saber’. Tan pronto como aquel hombre recibió la carta de su es-
posa, ideó un plan. Tomó el papel que le ofrecieron y le escribió a su
esposa: ‘No te preocupes, tengo una idea. Una vez guardé un tesoro,
una vasija con muchas monedas de oro; está en el fondo de la zanja de
nuestro jardín. Simplemente tienes que cavar allí y usar esas monedas
de oro. Estarás muy feliz, no te preocupes’. El director de la cárcel no
dejó que aquella esquela pasase por el correo sino que se la guardó.
Reunió a todos los prisioneros y los puso a excavar el huerto de vides,
con el fin de encontrar la vasija enterrada con las monedas de oro. A
su debido tiempo, los dos acres de jardín fueron excavados. Al tercer
día hubo una fuerte lluvia y ese año la cosecha fue muy buena. La es-
posa estuvo muy feliz. Vendió todas las uvas que se dieron y obtuvo
bastante dinero. Compró saris y alimentos para los niños y quedó muy
contenta. A los seis meses, el esposo salió de la cárcel.”
“La esposa no había recibido la esquela y, por tanto no sabía nada acer-
ca del plan de su esposo. Tan pronto como éste regresó a su casa, le
221
preguntó: ‘¿Cómo te las arreglaste para enviar a todos los prisioneros
de la cárcel para arar la tierra? Vinieron a removerla y todo salió per-
fectamente. Soy muy feliz’. Pero el esposo sabía que era por la gracia
de Dios que el plan había resultado tan bien y dijo: ‘Por la gracia de
Dios pude idear ese plan y hacerles creer que había monedas de oro es-
condidas en el huerto. Así ellos lo araron, y por la gracia de Dios, es-
tamos felices’. Debemos ahora preguntarnos cuál es el significado im-
plícito en esta historia. Ese individuo, ese cultivador tiene dos acres de
tierra. Nosotros, por otro lado, tenemos dos pulgadas de corazón. En
nuestro corazón hay también dos grupos, las malas cualidades y las
buenas. Estos dos grupos se están enfrentando uno al otro. En medio,
el Jiva, que realmente es el dueño de la casa del corazón, no es sedu-
cido ni por las malas cualidades ni por las buenas y vive independien-
te. Pero al fin es atraído hacia uno de los grupos. En nuestro ejemplo
por analogía, el Jiva tiene una esposa a quien llamaremos Nivrutti; es-
ta señora tiene hijos que denominaremos Pravrutti. Debido a que este
Jiva se ha unido a uno de los grupos de cualidades, ha quedado ence-
rrado en una cárcel, que es la esclavitud. El prisionero que ahora es el
Jiva, cuya cárcel es la esclavitud, está diciendo a su esposa Nivrutti
que el campo de su corazón —a menos que haga en él alguna limpie-
za y lo are— será imposible que se libere de la esclavitud. Y le está di-
ciendo también a su esposa Nivrutti qué clase de esfuerzo debe hacer.
Ahora bien, uno emprendería la tarea de limpiar el campo del corazón
solamente si hubiera algo que ganar al final. Así, él escribió a su es-
posa diciéndole: ‘Sí, hay un tesoro en el campo y podrás sacarlo’. Ese
tesoro es la sabiduría. A fin de obtener el tesoro de sabiduría del cam-
po del corazón, todos aquéllos que están en la cárcel (esto significa to-
dos los que son esclavos) tienen que hacer un esfuerzo y arar el campo
de su corazón. Después del proceso del arado y desbrozo del campo del
corazón, uno recoge la cosecha de la bienaventuranza. Mientras no lim-
piemos el campo de nuestro corazón, no lograremos la cosecha de la sa-
biduría. Ahora bien, podemos purificar el campo de nuestro corazón de
varias maneras: con el satsang, con los bhajans, con la obediencia a las
órdenes de Swami y con el acercamiento a la Divinidad. Si por medio
de tales procesos cultivamos el campo de nuestro corazón, obtendre-
mos una buena cosecha de sabiduría. Si este campo no está purificado
de manera apropiada, de nada valdrá lo buenas que fueren las semillas
que pongamos en él; la cosecha no servirá. De manera deben que ha-
cer dos cosas: la una es purificar el campo del corazón, y la otra, sem-
brar buenas semillas en el campo. Después de haber hecho eso, tam-
bién hemos de comprender los métodos mediante los cuales se puede
lograr la pureza del campo, así como la bondad de las semillas. Sola-
mente cuando conozcan estos métodos obtendrán el último fruto, que
222
es la sabiduría. El campo que hemos llamado ‘campo de nuestro cora-
zón’, es algo que no tienen que comprar, pues está en sus propias ma-
nos. Las buenas semillas, que les darán muy buenos frutos, también
están a su disposición. Pero el esfuerzo que deben hacer es para pre-
parar el suelo, arando el campo. Las semillas son los nombres del Se-
ñor y el corazón es el campo. La práctica de sadhana es la purificación
o sea, el proceso de arar y acondicionar el suelo. El amor es el agua
que debe regar el campo. Tienen que levantar una cerca apropiada. Esa
cerca es la disciplina. Si sembramos las semillas de los nombres del
Señor y usamos nuestro amor para regar esas semillas, después de di-
cho proceso lograremos el fruto, que es la sabiduría. No importa qué
semillas puedan tener al adoptar los nombres del Señor y no importa
tampoco qué sadhana puedan practicar como preparación y purifica-
ción. Si carecen de amor (prema) todas las buenas semillas serán des-
perdiciadas, porque no estarán regando el campo.”
“De nada sirve que midan y sigan midiendo su amor hacia Dios, di-
ciendo: ‘Oh, siento mucho amor por Dios’. No van a obtener mucho
beneficio de tal actitud. Pero si en cambio se preguntan: ‘¿Por qué me-
dios puedo ganar el amor de Dios?’, entonces podrán sacar algún be-
neficio de este interrogante. Y ese beneficio lo recibirán solamente
cuando Dios derrame Su amor sobre ustedes. Por lo tanto, hay que in-
quirir de qué manera debemos conducirnos y qué cosas debemos prac-
ticar para ganar la gracia y el amor de Dios. Cuando hagan esto, en-
tonces, sin importar cuánto amen a Dios, el amor de Dios dirigido ha-
cia ustedes les proporcionará un beneficio considerable. Pueden sentir
amor por Dios, pero si aquellos atributos que atraen el amor de Dios
no están en ustedes, ese amor no les dará ninguna satisfacción. ¿Por
qué hay un ventilador? Hay un ventilador porque hay electricidad pa-
ra hacerlo funcionar. Si no hay electricidad, ¿de qué sirve el ventila-
dor? Similarmente, ¿por qué tienen amor por Dios? A fin de obtener el
amor de Dios para ustedes. Si no tiene las características antes des-
criptas, su amor por Dios no va a servirles de ningún beneficio, de la
misma manera que hay un polo positivo y otro negativo y ambos de-
ben estar presentes para lograr una corriente. Tienen también que
comprender un punto significativo del Gita. En el Gita, el Señor dijo
que de tiempo en tiempo, El toma forma humana y viene como Ava-
tar. ¿Con qué fin? Con el fin de establecer el dharma, de salvar al dhar-
ma y de propagar y proclamar el dharma en el mundo entero. Debe-
mos tomar conciencia de que Dios mismo ha venido a este mundo, pa-
ra el establecimiento del dharma. El hombre que Arjuna representó co-
mo si se tratara de un ser humano normal, reconoció que Dios había
venido para establecer el dharma, y por lo tanto, dijo: ‘Porque com-
place a Dios establecer el dharma Yo haré lo que sea correcto y estoy
223
dispuesto a hacer todo lo que digas, eso es lo que haré’. Debido a que
Arjuna tomó esa actitud y adoptó tal curso de acción, el Señor asumió
todas las responsabilidades y lo condujo a la gran victoria. Eso signi-
fica que, si quieren obtener la victoria, o sea, si quieren alcanzar la Di-
vinidad y lograr algo valioso en este mundo, tendrán que tomar las co-
sas sagradas en sus manos y marcar la dirección que deberán seguir
sus mentes. No teman las dificultades, tienen que enfrentarse a todas
las que se les presenten en este mundo y alcanzar el final victoriosa-
mente.”
“En la historia de nuestro país, si leen algo acerca de las vidas de los
grandes hombres y de las grandes almas que se han realizado, y se dan
cuenta de los problemas y dolores que tuvieron que soportar y de las
dificultades que debieron superar durante sus vidas a fin de llegar al
destino final que es la Divinidad, entonces ustedes dirán: ‘Oh, noso-
tros no hemos tenido tales dificultades. Hemos sido muy afortunados
porque nos han llevado fácilmente por el camino de la victoria para al-
canzar una meta divina’. Pensarán que ustedes son personas muy afor-
tunadas.”
“Todas las grandes almas que se han transformado en grandes maha-
rishis y grandes hombres, con su actividad transformante crearon en
un principio cierta turbulencia en su propia vida doméstica. Cualquie-
ra que siga el camino de Dios y quiera alcanzar la Divinidad, lo pri-
mero que le va a suceder es que va a padecer alguna clase de malos
sentimientos y hasta cierta hostilidad en su propio hogar. Después, ese
mismo sentimiento de hostilidad y hasta celos y odio se lo expresarán
sus demás familiares. Al final, puede que se encuentren en esta situa-
ción difícil, aun con respecto a Dios mismo. Pero si a pesar de las di-
ficultades, el individuo que quiere alcanzar a Dios se mantiene en su
sadhana y no hace caso de esos obstáculos, entonces llegará un mo-
mento en el cual todos ellos desaparecerán.”
“Pueden tomar el caso de Mira o Gauranga o Ramakrishna Parama-
hamsa, y encontrarán en sus historias que lo mismo les ha sucedido a
ellos. En sus propios hogares les han dicho: ‘¿Qué es todo esto? ¡Es-
tás dedicando mucho tiempo a hablar de devoción y de bhakti!’. Una
vez que la gente siente que él ha estado malgastando su tiempo ha-
blando de devoción constantemente, lo mirarán con cierta clase de
odio y le echarán de la casa. Los parientes también de a poco comen-
zarán a odiarlo y a hablar de él como de un ser inútil. En tal situación,
los otros ciudadanos en el pueblo y en la ciudad empezarán a murmu-
rar. Dirán: ‘Oh, esta persona se ha ido de la casa y anda por allí ha-
blando de devoción. Debe tener malas intenciones’, y empezarán a
murmurar de manera muy irresponsable acerca de la conducta de esa
persona. El devoto tiene que resistir todos los problemas procedentes
224
de su casa, de sus familiares y del pueblo, si quiere alcanzar a Dios. En
este contexto, hasta Dios estará creando varias dificultades e impedi-
mentos en el camino de ese individuo que trata de alcanzarlo.”
“¿Por qué están sujetos a todas estas pruebas y obstáculos? Dios se los
pone con el fin de probar la fortaleza de sus mentes. He aquí un pe-
queño ejemplo. Supongamos que quieren clavar un clavo en la pared.
Después de martillar, lo mueven hacia arriba y abajo para ver si ha
quedado bien colocado o no. Ahora bien, ¿por qué están haciendo es-
to con el clavo? Quieren saber si va a estar seguro para soportar un re-
trato. De la misma manera, en el muro de nuestro corazón tenemos que
poner el clavo del nombre del Señor y antes de colocar Su retrato, que-
rrán probar si el clavo está firmemente fijado o no en la pared de su
corazón. Esto significa que están realizando una prueba para saber si
tienen fe firme en el nombre del Señor. No sólo el devoto, también el
mismo avatar en forma de ser humano encuentra toda clase de traba-
jos y dificultades en Su camino. Vamos a recordar el caso del Señor
Krishna. Durante la misión de avatar, hubo de enfrentarse a Sus pro-
pios parientes. Vamos a tomar el caso de Rama. No sólo tuvo que es-
tar separado de Su propia esposa y sufrir grandes inconvenientes vi-
viendo en una selva, sino que al final resultó que Rama debió luchar
con Luva y Kusha, Sus propios hijos. Todas las trabas en nuestra vida
son para transmitirnos la lección de que tales situaciones son inevita-
bles y que debemos tener la fuerza mental para hacerles frente. Este es
el significado interno y la lección de las dificultades que se presentan
en la vida. Así, si ponen en un lado de la balanza todos los asuntos
mundanos y en el otro, la divinidad que es Dios, entonces encontrarán
que todas las dificultades mundanas y los trabajos estarán bajo su con-
trol. Krishna entregó once lakhs (un lakh = cien mil) de sus guerreros
a los Kauravas y El fue solo con los Pandavas. ¿Quién quedó victo-
rioso al final? Aquéllos del lado de Krishna. Por lo tanto, no debemos
dar demasiada importancia a la fuerza de cualquier ejército, debemos
dar importancia a la del Atma. Por lo tanto, hemos de desarrollar con-
fianza en nuestro ser, el Atma. El que no tiene confianza en sí mismo,
o sea, que no tiene confianza en su Atma, será tan débil que toda cla-
se de pensamientos derrotistas lo acosarán. Pero uno que tenga con-
fianza en su propio Atma saldrá victorioso al fin. Por eso no deben per-
mitir que su fe se quebrante bajo ninguna circunstancia. Si tienen una
fe firme sin que importe cuántos obstáculos y dificultades puedan pre-
sentarse en su camino, entonces pueden estar seguros de que lograrán
la victoria. La última estrofa del Gita ilustra al respecto: ‘Yatra Yo-
gishvara Krishna, yatra partho dhanurdhara’, lo cual quiere decir que
debe estar presente no sólo el Señor del Yoga, o sea Krishna, sino que
en Su presencia debe estar también el representante del hombre, part-
225
ha dhanurdharah. Es decir, que el hombre debe sostener el arma de la
confianza y de la fe. Así, cuando ustedes se presenten armados de con-
fianza y de fe ante el Señor del Yoga, entonces, de esa situación flui-
rán las bendiciones de Dios y la prosperidad. Recibirán las eternas ver-
dades, la sabiduría y todo lo que es valioso en este mundo, siempre que
se levanten con fe y valor inquebrantables ante el Señor. Si con la fe
en Dios viven sus vidas de tal manera que traigan felicidad a sus pa-
dres, entonces, el objeto principal del momento actual de sus vidas se
habrá cumplido. Como resultado, cuando ustedes sean padres, sus pro-
pios hijos a su vez vivirán también sus vidas con fe y les traerán feli-
cidad. La vida de Prahlada debe ser como un faro de luz para ustedes,
pues él, a pesar de las dificultades que le pusieron en su camino sus
propios padres, nunca se desvió de la senda de la devoción. El encon-
traba grandes dificultades a cada momento, pero su fe en el Señor que-
dó sin quebranto. Ese debe ser un ejemplo para ustedes. Cualquier co-
sa que ejecuten dondequiera que se encuentren, aun con riesgo de per-
der sus vidas, ustedes no deben perder la fe en Dios. Esta es la cosa
más importante que deben recordar: mantener inquebrantable su fe en
Dios. Tengan en mente que no importa dónde trabajen o lo que hagan
en sus vidas, es muy importante que den felicidad a sus padres duran-
te sus vidas. Esa felicidad es felicidad para Swami mismo.”
Antes de concluir este capítulo, el autor quisiera que el lector supiese
que cuando un Purna Avatar da enseñanza (upadesha), así sea algún sim-
ple consejo adhyátmico o un mandato explícito, no debe ser interpretado
como algo inferior a los Vedas o a cualquier otra Escritura. Lleva la mis-
ma marca de fábrica y el sello de autoridad que los Vedas, porque ha sido
pronunciado por el mismo aliento que dio a luz los Vedas. Así sea en la
forma de un discurso extenso o en una sola palabra, el aspecto de santidad
relacionado con tal enseñanza es igual al de los Vedas. Todas las enseñan-
zas de Baba deben ser atesoradas y practicadas a la luz de tal santidad.
226
“Las manifestaciones divinas de Sai son llamadas chamatkara.
Cada devoto debe tratar de comprender el significado y la razón de
estos milagros o chamatkaras. Este fenómeno particular denota
atracción y es una cualidad divina basada en la fuerza del Atma.
¿Cómo debe usarse esta cualidad? Debe ser usada para el samska-
ra, o sea, la transformación de la naturaleza humana en naturaleza
divina. La naturaleza humana, intrínsecamente sin valor, está suje-
ta al samskara para que pueda convertirse en la incalculable natu-
raleza divina, y la atracción divina o chamatkara es utilizada para
ese fin. Este samskara forma la base del paropkara. El camino del
paropkara o servicio desinteresado y sacrificio por otros en la so-
ciedad los conducirá finalmente a sakshatkara, o sea, la autorreali-
zación. El propósito del chamatkara es el de llevarlos a la última re-
alidad. Los cuatro pasos son chamatkara, samskara, paropkara y
sakshatkara. Por lo tanto, el chamatkara no es una exhibición sino
una manifestación divina con un propósito divino, que no causa nin-
gún daño al mundo.”
BABA
La Religión de Sathya Sai
“A QUÉL A QUIEN los musulmanes adoran como Alá, Aquél a quien los
cristianos adoran como Jehová, Aquél a quien los vaishnavas
adoran como Phulabja, Aquel a quien los saivitas adoran como Sambhu,
Aquél que en respuesta a sus distintas plegarias otorga salud, larga vida,
prosperidad y felicidad a todos dondequiera que se encuentren, El, el
Dios Uno, es el Dios de toda la humanidad. Dios es Uno y sólo Uno. Ten-
gan este pensamiento en sus mentes.”
“Durante edades, Bharath (la India) ha estado llevando el mensaje del
espíritu y mostrando los medios para ganar la ecuanimidad y la felicidad.
Ella se ha destacado como preceptor del mundo, durante siglos. La ora-
ción que Bharath ha enseñado a su pueblo es Loka Samastass Sukhino
Bhavantu. Es la consumación representada en los pensamientos de los
hindúes desde los tiempos antiguos. Este ideal ha sido propagado y pro-
movido por los gobernantes de esta tierra, por los visionarios y los yoguis
que guiaron al pueblo y a las castas madres que criaron las generaciones
en una atmósfera de esfuerzo espiritual.”
“Pero cuando el país se vio involucrado en las vicisitudes de la histo-
ria y el pueblo estuvo sujeto a presiones y contrapresiones, el ideal sufrió
reveses, las abstracciones de la fe tomaron forma concreta y quedaron
cristalizadas en nombres y formas específicos e identificables. Cada nue-
va actitud o aptitud, cada nueva concretización, se convirtió en una secta
especial. Así, la religión Védica Una se volvió madre de una serie de sec-
tas, como la Ganapathya (centrada alrededor de Ganapathi), la Saaktheya
(centrada alrededor del concepto de la Energía Cósmica como la expre-
sión de la Divinidad), la Soura (centrada alrededor del Sol como la fuen-
te, sostenimiento y meta del logro espiritual), la Charvaka (centrada alre-
dedor del concepto del placer y de la prosperidad material) y la Viirasai-
va (centrada alrededor de Shiva como el motivador interno de todos los
seres). Todas estas sectas elaboraron sus propios rituales y modos de ado-
ración, sus propias prioridades en logros espirituales y doctrinas acerca
del individuo, el mundo objetivo y Dios”.
“El objeto de estos códigos y estilos era, en todos los casos, el de pu-
rificar la mente e insistir en la práctica de elevadas virtudes morales. Pe-
ro esto fue ignorado pronto y se le dio importancia a la conformidad su-
perficial y a la pureza externa. El ansia por el engrandecimiento personal
229
hizo que cada secta o religión se tornara rígida y seca. Hay una gran ne-
cesidad hoy en día, de descubrir la fuente interna de cualquier forma de fe,
que es la fuente que fertiliza los ritos y ceremonias externos.”
“La palabra usada generalmente para religión es Matha, la palabra pa-
ra indicar la mente es Mathi. Poniendo las dos juntas se puede decir que
Matha está primordialmente dedicada o debería estarlo a enderezar y for-
talecer a Mathi. La meta, el objeto o la esencia de todas las creencias y
religiones es la sublimación de la mente, para que pueda garantizar la li-
beración del individuo y la felicidad para la sociedad.”
“Las religiones intentan implantar ideales sagrados en el corazón del
hombre, porque el hombre no les permite brotar y crecer. Su ansia egoís-
ta por el poder y el éxito competitivo lo persuade para usar la religión co-
mo un instrumento de tortura y persecución. En vez de unir a la humani-
dad en una empresa común, se ha vuelto un sistema de recintos amuralla-
dos, guardados por el odio y el fanatismo. Así, cada religión es un campo
armado, hundido en el autoengrandecimiento, tratando de ganar a otros
para sí y de evitar las defecciones en sus filas. Las religiones, por lo tan-
to, están siendo condenadas, por ser la raíz del caos y del conflicto. A pe-
sar de los grandes progresos en muchas otras áreas de la vida, la animosi-
dad religiosa está encendida aún hoy en muchas partes del mundo.”
“Debe señalarse que la religión no es la causa básica de este estado de
cosas. Las luchas facciosas y el odio fanático se deben al ingobernable yo,
al que se le permite enseñorearse. La religión se esfuerza por destruir jus-
tamente esta viciosa tendencia; de modo que debe ser apoyada y no con-
denada. Lo que hay que condenar es la actitud estrecha, pervertida, de
odiar a quienes no están de acuerdo con ‘nosotros’ o que tienen opiniones
diferentes acerca de la misteriosa fuerza que anima al Universo. Las gue-
rras y conflictos religiosos se engendran en la ignorancia y en la codicia.
Cuando la gente no comprende la verdad de que la familia humana es una
unidad indivisible, tantea en la oscuridad y tiene miedo a entrar en con-
tacto con lo que le parezca extraño. Sólo el ejercicio del amor puede con-
vencer de esta verdad al hombre, de que hay sólo una casta —la casta de
la humanidad— y sólo una religión, la religión del amor. Puesto que nin-
guna religión sustenta la violencia o desprecia el amor, es erróneo impu-
tar el caos a cualquiera de ellas.”
“Es también desaconsejable dedicarse a campañas de propaganda
exagerada de cualquier religión, con el propósito de atraer nuevos devo-
tos. Si cada uno vive los ideales planteados por los fundadores de su reli-
gión, sin dejarse afectar por la codicia o el odio, el mundo será más feliz
y pacífico.”
“La religión de los hindúes propugnaba la unidad de toda la creación
y declaraba que la diversidad que experimentamos no es la imagen verda-
dera. Pero, puesto que la fe en el Uno viene sólo a una mente clarificada
230
al máximo, esta religión tuvo pronto que postular la dualidad, y aun la
multiplicidad, con deidades para cada faceta del Todo. Las más difundidas
de estas dualidades son los cultos Saivita y Vaishnavita, centrados alrede-
dor de los aspectos que de Shiva y de Vishnú tiene la Unidad. Este proce-
so de división de los diversos puntos de vista se ha dado en todas las prin-
cipales religiones del mundo. El Islam tiene las sectas Shia y Sunni; el
cristiano tiene sus católicos y sus protestantes. Pero, no importa cuán pro-
funda sea la división, no hay ni una sola secta que niegue a Dios y ningu-
na que exalte la violencia y la falsedad. Los nombres pueden ser diferen-
tes, las facetas que se consideran más importantes pueden también ser dis-
tintas, pero la todopoderosa Providencia es denotada siempre como Abso-
luta y Eterna. La terminología puede ser distinta, mas el concepto no lo es.
A Bhagavan se le alude con Alá y en la oración puede llamársele Namaz;
los panditas pueden ser conocidos como los khajis y los sabios llamados
mullahs. Los Vedas podrán contener o no las mismas enseñanzas del sa-
grado Corán, pero la corriente oculta de fuerza que da energía es el amor
en todos los casos, el amor hacia todos los seres. Los fundadores de cada
religión siempre tuvieron en la mente la unidad de todo lo que tiene vida
y la marcha progresiva del hombre hacia la Divinidad.”
“El primero de los intérpretes que fundó una escuela de filosofía y es-
tableció un camino de disciplina espiritual fue Sankaracharya. Nacido en
el Estado de Kerala, durante su muy corta vida explicó la verdad de que
hay sólo Uno y que la diversidad es apariencia de esa ‘realidad una’. Esta
es la filosofía y la fe ‘No dual’ o Advaita, que describe al individuo, a la
naturaleza y a Dios en perfecta armonía. Los axiomas védicos: Ekoham
Bahusyam (Yo soy Uno, déjame ser muchos), Ishvarasarva-bhuthanam
(Dios es inmanente a todo), Isavasya Midam Sarvam (Todo esto está en-
vuelto y penetrado por Dios), son así iluminados por el intelecto de San-
karacharya y presentados como verdades patentes.”
“El monismo, tal como lo presentaba Sankaracharya con base en los
textos védicos, era una solución demasiado simple para satisfacer las ne-
cesidades internas de la mayoría de los individuos. Tenían dentro de sí el
anhelo de adorar y dedicarse a un poder más alto y no podían captar fá-
cilmente la verdad de su propia realidad como siendo el Uno y el Uno So-
lo. Por lo tanto, Ramanujacharya interpretó y explicó textos y escrituras
religiosas de los Vedas, desde un nuevo punto de vista. Esto hizo que la
No Dualidad (Advaita) adoptara un enfoque especial. Así, se llamó Vi-
sishta (especial) Advaita. El camino de la devoción fue establecido para
llevar al hombre a Dios y fundirlo en El. Las aguas del mar son elevadas
por el Sol hasta el cielo, en forma de nubes, y éstas caen como lluvia tan-
to en las tierras altas como en las bajas, para fluir de vuelta al mar por las
innumerables hondonadas, corrientes y ríos tributarios. Fundirse en la
fuente de la cual uno tomó nombre y forma es el destino último. El río tie-
231
ne una pasión y un amor tan irresistible que lo lleva por las pendientes
hasta llegar al Amado, donde el Amante, el Amado y el Amor se funden
en un iluminador éxtasis. El amor es el apego a Dios, que no permite que
nada interfiera o disminuya su calidad o profundidad. Dios es amado por
el devoto (bhakta), por Sí mismo y no por algún beneficio o bendición in-
cidental. Es espontáneo, sostenedor y sublime. Un niño delante del espe-
jo disfruta de los reflejos de sus propias travesuras y gestos y no desea nin-
gún beneficio.”
“La total entrega y la aniquilación de la individualidad están también
más allá de la mayoría de los aspirantes. El azúcar no puede ser saborea-
do y disfrutado por el mismo azúcar; tienen que ser como una hormiga,
para que puedan disfrutar de la dulzura del azúcar. Este anhelo del hom-
bre trató de satisfacerlo Madhavacharya, quien declaró que el jivi (indivi-
duo) está separado del Universo. En la No dualidad (Advaita), un destello
de iluminación intelectual revela que sólo existe el Atma y que todo lo de-
más es una engañadora apariencia. El Visishta-Advaita o No Dualidad
Condicionada postula que el río es una parte integral del mar. El Dvaita o
Dualidad señala que la pureza derivada de la adoración y culto es sufi-
ciente para atraer la plenitud de la gracia de Dios.”
“Hubo también otros visionarios que establecieron caminos hacia la
misma meta. Guru Nanak anunció que el Universo pertenece a Dios y que
el hombre no debe abrigar el deseo de acumular ni de apropiarse de nin-
guna porción del tesoro de la Divinidad. Aconsejó que el retoño de la de-
voción fuera protegido de las pestes de la pereza y la duda, por medio del
cultivo del valor y la vigilancia.”
“Buda padeció tanto por el sufrimiento que embarga la vida del hom-
bre que, para remediarlo, investigó el comportamiento de la mente y del
intelecto y así descubrió disciplinas correctivas. El analizó las divagacio-
nes de la mente que llevan al hombre a los remolinos de deseo. Analizó
también la vía de la razón y demarcó las áreas donde se enraiza el prejui-
cio. Exigió la rendición al dharma (por encima de todo, la virtud de la
compasión) y a Buda (individuo iluminado).”
‘Mahavira estableció una religión llamada Jainismo. Exalta al Jiva o
heroico conquistador de los sentidos, de las emociones y de las estrata-
gemas del intelecto. El alentó a todos a que cumplieran con los deberes in-
herentes a su estado y profesión, con fe firme y entusiasmo. Declaró que
todas las cosas y seres son sagrados por sí mismos y que ellos no son si-
no peregrinos en el camino hacia la realización. Cualquier daño infligido
a uno cualquiera de ellos interrumpe ese sagrado viaje y por lo tanto, de-
be ser escrupulosamente evitada.
“El zoroastrismo —que es la religión de los parsis— fue fundado por
Zoroastro o Zaratustra, quien quería que el hombre tuviera siempre el
Fuego de la Sabiduría ardiendo en su conciencia para que los malos pen-
232
samientos y tendencias erróneas fueran reducidos a cenizas. Ese fuego ilu-
mina todos los pensamientos, palabras y acciones, infundiéndoles virtud y
vigor. El fuego de la sabiduría debe destruir todos los deseos mundanos y
tomar al hombre puro para que entre en el cielo de la libertad. La adora-
ción, la meditación y las obras de servicio altruistas son esenciales para
percibir la alborada de la iluminación.”
“La religión de Sai es la esencia de TODA fe y toda religión, inclu-
yendo aquéllas como el Islamismo, el Cristianismo y el Judaísmo. El mo-
tivo que hay detrás de la formación y propagación de todas las diferentes
creencias es el mismo en todos los casos. Los fundadores y propagadores
fueron todos personas llenas de amor y sabiduría. Su meta, su blanco, su
objeto y su propósito fueron siempre los mismos. Ninguno tenía el fin de
dividir, perturbar o destruir. Intentaron hacer el bien, ver el bien y ser bue-
nos. Trataron de domar las pasiones y las emociones, educar los impulsos
y dirigir la facultad de la razón hacia caminos beneficiosos para el indivi-
duo y la sociedad. Sabían que la mente, que es el terreno donde se culti-
van el deseo y el apego, la ambición y la aspiración, debe ser limpiada y
orientada apropiadamente.”
“Sai considera la práctica de esas disciplinas más importante que
tener la fe ciega en teorías filosóficas. Nadie tiene autoridad para acon-
sejar a otros, a menos que ya esté practicando lo que predica. Por lo tan-
to, primero establezcan el reino del amor en su propia casa. Dejen que la
familia se vuelva un centro de armoniosa vida, de simpática comprensión
y confianza mutua. El sagrado deber del hombre es el de estar siempre
consciente del Atma que está instalado en cada ser vivo y esto lo hará
consciente de la relación de parentesco que él tiene con todos los seres.
Esta es la base de la hermandad del hombre y de la paternidad de Dios.
Desechen el vicio del egoísmo, el mal de la codicia y el veneno de la en-
vidia. Cuando anden buscando la felicidad fuera de ustedes, recuerden
que hay una felicidad mucho más grande dentro de su propia conciencia
interna. Cuando estén temerosos de algo o de una situación fuera de us-
tedes, recuerden que el temor nace y es alimentado y fertilizado en y por
su propia mente y que les es posible sobreponerse a ella, negándola. ¿Có-
mo puede el temor interponerse en el camino de un aspirante espiritual?
De ninguna manera, porque no puede esconderse detrás de ninguna som-
bra ni molestar a ningún aspirante que tenga a Dios en el corazón. La fe
en el Dios todopoderoso es la armadura invulnerable que el aspirante
puede llevar, y todos los hombres en toda la Tierra son aspirantes, sépan-
lo o no. Sean firmes. No vacilen. Manténganse en el camino recto. Atén-
ganse al ideal y no se desesperen. Oren hasta que Dios se ablande y no se
alejen tristemente, si Dios no derrama Su gracia cuando ustedes la quie-
ren.”
233
“Cuando cualquiera de las religiones planea extender su influencia,
tiene que recurrir a la nulificación de las otras y a la exageración de sus
propias excelencias. La pompa y la publicidad se vuelven más importan-
tes que las prácticas religiosas y la fe misma. Pero Sai quiere que los de-
votos de cada una de esas religiones cultiven la fe por sus propias exce-
lencias y que se den cuenta y tomen conciencia de su validez por medio
de su propia experiencia, realizando una intensa práctica.”
“Todos ustedes que han entrado en la Organización Sathya Sai, si al-
guien les pregunta cuál es la religión de Sathya Sai y de la Organización
Sathya Sai, deben tener el valor y la determinación de decir a una sola
voz, que la religión de la Organización Sathya Sai es la esencia de todas
las religiones.”
BABA
1 de octubre de 1976
Prashanti Nilayam
“Dejen que existan las diferentes fes, dejen que florezcan y dejen
que la gloria de Dios sea cantada en todos los idiomas y en distin-
tas melodías. Ese debería ser el ideal. Respeten las diferencias en-
tre las fes y reconózcanlas como válidas mientras no extingan la
llama de la unidad.”
BABA
234
“Asitagirisamam syat kajjalam sindhupatre,
“Surataruvarasakha lekhani patramurvi;
“Likhat yadi grihitwa Sarada sarvakalam,
“Tadapi tava gunanamisa param na yati.”
Oh, Señor,
Si la montaña azul fuese la tinta y
Si el océano fuese el tintero,
Si la rama más grande del árbol celestial fuese la pluma y
Si la tierra fuese la hoja donde se escribiera;
Y tomando en sus manos éstos,
Si la Diosa de la Sabiduría escribiera por toda la eternidad,
Aun entonces,
El límite de Tus virtudes no se alcanzaría.
236
Bibliografía
Sri Sathya Sai Baba: Sathyam Shivam Sundaram, vols. I-III, Ed. Errepar,
Bs. As., Argentina.
Mensajes de Sathya Sai, Vols. I-IX.
Una serie de conferencias y discursos adhyátmicos dados al público
por Sai Baba, desde 1953 en adelante. Recopilados y editados por Sri
N. Kasturi.
Serie Vahini: Bhagatha, Gita, Janana, Dharma, Dhyana, Prashanti, Pre-
ma y Upanishad
Una serie de libros breves sobre temas específicos, por Sri Sathya Sai
Baba, traducida al inglés y recopilada por Sri N. Kasturi.
Sandeha Nivarini
Diálogos con Sai Baba, que tratan de temas adhyátmicos. Recopilados
por Sri N. Kasturi.
Lluvias de Verano en Brindavan, vols. 1972 a 1974
Una serie de conferencias dadas por Sai Baba a los estudiantes de la
Escuela de Verano en Brindavan. La serie de 1973 trata principalmen-
te de Bhaja Govindum y la serie de 1974 de dos temas védicos, Brah-
man y Bharath. Traducida al inglés y recopilada por el Dr. S. Bhaga-
vantham.
Sri N. Kasturi: Biografía de Sri Sathya Sai Baba, M.A., B.L.
V.K. Gokak: Value Orientation to Education System.
Sanathana Sarathi:
Una revista mensual dedicada a temas adhyátmicos y a las experien-
cias tenidas por lectores, de la divinidad de Sri Sathya Sai Baba. Edi-
tada por Sri N. Kasturi.
(Todas las publicaciones que anteceden pueden obtenerse en Sri Sath-
ya Sai Education and Publication Foundation, Prashanti Nilayam, P.O.
Anantapur District, 515134, Andhra Pradesh.)
Taraporewala, Irach J.S.: The Chants of Zarathushtra, 1951, Taraporewa-
la Sons & Co. Ltd., D. Naoroji Road, Bombay.)
Dastur K.S. Dabu (1966, P.N. Mehta Trust, Cooks Bldg., D. Naoroji Road,
Bombay.)
The Gathas of Zaratustra: Texto en avesta, con traducciones al gujarati y
al inglés por Irach J.S. Taraporewala (1962, B.I. Taraporewala, India
House 2, Kemp’s Corner; Bombay 400 026.)
237
The Religion of the Good Life: Zoroastrismo por Sir Rustom Masani
(1954, George Allen und Unwin Ltd., Londres).
Sri Sai Satcharita: Vida y enseñanzas de Sri Sai Baba de Shirdi, por Na-
gesh V. Gunaji, B.A., LL.B. Adaptado al inglés, del texto original en
marathi, por Hemadpant (1974), (7a. ed., Court Receiver, Sri Sai
Sansthan, Shirdi P.O., District Ahmednagar, Maharashtra).
238
Indice
PREFACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
CAPITULO I
CAPITULO II
UN MENSAJE DIVINO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
CAPITULO III
CAPITULO IV
239
zoroastriano con un Yagnopavitam; La ceremonia de Navazote
y el significado interno del sagrado Kusti; Baba crea una cruz;
La Estrella del Cielo, una descripción de
Ahura Mazda en las Gathas.
CAPITULO V
CAPITULO VI
CAPITULO VII
CAPITULO VIII
BIBLIOGRAFIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
240