NTP 399

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Año: 199

NTP 399: Seguridad en el laboratorio: actuación en caso de fugas


y vertidos
La securité enlaboratoire: procedure en cas de fuites et épanchementes
Safety in the laboratoire: leakages and spillages emergencies

Las NTP son guías de buenas prácticas. Sus indicaciones no son obligatorias salvo que estén recogidas en una disposición
normativa vigente. A efectos de valorar la pertinencia de las recomendaciones contenidas en una NTP concreta es conveniente
tener en cuenta su fecha de edición.

Redactores:

X. Guardino Solá
Doctor en Ciencias Químicas

E. Gadea Carrera
Licenciado en Ciencias Químicas

M.G. Rosell Farrás


Ingeniero Técnico Químico

CENTRO NACIONAL DE CONDICIONES DE TRABAJO

En esta Nota Técnica de Prevención se resumen las actuaciones en ciertas situaciones de emergencia relativamente corrientes en
los laboratorios de química: fugas de gases, tanto de la instalación fija como de botellas, y vertidos accidentales de productos
químicos. Se incluyen, además de recomendaciones de tipo general, una serie de ejemplos prácticos.

Introducción

El trabajo en el laboratorio presenta una serie de características que lo diferencian del que se desarrolla en otras áreas e igual ocurre
con los riesgos que se presentan en él. Las dos principales son su variedad y su intensidad.

En un laboratorio de química pueden detectarse riesgos de origen y consecuencias muy diferentes que dependerán, evidentemente, de
los productos e instalaciones existentes y de las operaciones que se realicen. Por lo que se refiere a la intensidad, la experiencia
demuestra que en un laboratorio se manejan normalmente productos de peligrosidad muy elevada, pudiendo ocurrir situaciones en las
que se generen riesgos importantes para la salud de los trabajadores.

Se admite, pues, que en el laboratorio no son infrecuentes situaciones que hay que controlar con una cierta rapidez y eficacia, aunque
son consideradas relativamente habituales por las personas que trabajan en él.

Situaciones de riesgo en la manipulación de gases

La manipulación de gases puede tener lugar, básicamente, en dos circunstancias concretas: operando directamente con las botellas de
gases a presión o bien con una instalación fija que incluye una estación de expansión. En el primer caso las precauciones a tener en
cuenta son mayores ya que implica una serie de operaciones que deben estar protocolizadas: fijación de la botella, purga, conexión,
apertura del grifo, operaciones con el manorreductor, etc., y que se realizan más frecuentemente que cuando se dispone de una
instalación de gases.

En ambos casos se pueden presentar una serie de emergencias, que deben estar contempladas en el plan de seguridad y emergencia
del laboratorio, que se resumen en el cuadro 1.

Cuadro 1: Manipulación de gases en el


laboratorio. Situaciones de emergencia a
contemplar
Fugas de gases

La revisión periódica de las conexiones de las botellas y de la instalación de gases Cuadro 2: Actuación en caso de una fuga
en su caso, es la medida preventiva más eficaz para la prevención de fugas que de gas en una botella. Norma general
puedan ser causa de una situación de emergencia. Esta revisión debe realizarse con
agua jabonosa o productos o detectores específicos para el gas; nunca empleando
focos de ignición (cerillas, mecheros). De manera general, caso de detectarse una
fuga en una botella, se recomienda la secuencia de actuación indicada en el cuadro
2.

Si la fuga tiene lugar en una instalación, se recomienda la secuencia resumida en el


cuadro 3.

Cuadro 3: Actuación en caso de una fuga A continuación se comentan las


de gas en una instalación fija. Norma situaciones generadas en casos
general de fugas de diferentes gases a
partir de la estimación aproximada
de la concentración ambiental que
se podría generar y las
características de peligrosidad del
gas.

Gases corrosivos, irritantes o


tóxicos

Si se dispone de una botella de


cloro (gas licuado) del tipo B40
que contiene 50 kg (41 l) de este gas a 8 kg/cm2 a 15 ºC y se produjera una fuga de
la botella, o en el circuito al cual está conectada, de 10 g del gas, éste ocuparía un
volumen de unos 3,4 l. Si la fuga hubiera tenido lugar en un laboratorio de 100 m3,
se alcanzaría una concentración del orden del 34 ppm. Si se tiene en cuenta que la
concentración IPVS (Inmediato Peligro para la Vida y Salud) es de 30 ppm y el valor
TLV-TWA (ACGIH, USA, 1996) es de 0,5 ppm, es evidente que el laboratorio
debería ser evacuado inmediatamente.

Debe considerarse siempre la posibilidad de que el gas sea también inflamable.

Gases asfixiantes químicos

Si se dispone de una botella de monóxido de carbono tipo B5O que contiene 50 l de este gas a 100 kg/cm2 y se produce una fuga del
10% del contenido de la botella se desprenderán, a condiciones ambientales, unos 500 l del gas, con lo que la concentración
aproximada que puede alcanzar el monóxido de carbono en aire en un laboratorio de 100 m3 es de 5000 ppm. Si se tiene en cuenta
que la concentración IPVS es de 1500 ppm y el valor TLV-TWA es de 25 ppm, es evidente que el laboratorio debería ser evacuado
inmediatamente también en este caso.

Debe considerarse siempre la posibilidad de que el gas sea también inflamable.

Gases asfixiantes inertes

Si se dispone de dos botellas de dióxido de carbono (gas licuado) tipo B50 conectadas en serie que contienen 35 kg de gas a 50 kg/
cm2 y se vacían por una fuga, se desprenderán unos 40 m3, por lo que la concentración aproximada que puede alcanzar el gas en un
laboratorio de 100 m3, será del orden del 30-40%, representando una reducción del oxígeno presente al 15%. Dado que se recomienda
no trabajar a concentraciones de oxígeno inferiores al 18% (TLV, ACGIH, USA, 1996), debería procederse a ventilar adecuadamente el
laboratorio antes de iniciar de nuevo el trabajo en él.
El ejemplo es válido para todos los gases inertes: nitrógeno, gases nobles, etc.

Gases inflamables

Supóngase una botella de hidrógeno tipo B50 que contiene 50 l de gas a 200 kg/cm2 de la cual se vacía un 50% a causa de una fuga
en el cromatógrafo al cual está conectada para usar el gas como portador para columnas capilares y para el detector. La fuga
representaría el desprendimiento de unos 5 m3 de gas, que en un laboratorio de 100 m3 llevaría a una concentración ambiental de H2
ligeramente superior al 4%, que es el límite inferior de inflamabilidad (Lll) del gas. Por ello, en este caso, habría que suprimir
inmediatamente cualquierfoco de ignición y cortar, mediante un interruptor externo, la energía eléctrica del laboratorio, ventilándolo a
continuación. La concentración alcanzada de hidrógeno no representa ningún problema a nivel de asfixia por reducción del oxígeno
presente.

Si se trata de una botella de acetileno del tipo B40, que contiene 7 kg de gas disuelto en acetona a 15 kg/cm2 y se vacía un 50% a
causa de una fuga en la conexión a un aparato de Espectrofotometría de Absorción Atómica ello representará el paso a la atmósfera
de unos 3,5 m3 de gas, que en el laboratorio tomado como ejemplo representaría una concentración superior al 3% y, en consecuencia
al Lll, que es de 2,5%. Deberá actuarse como en el caso anterior.

Respecto a los ejemplos que se acaban de exponer, no debe perderse de vista que los cálculos son aproximados, pudiéndose alcanzar
concentraciones diferentes a las calculadas en función de la ventilación del laboratorio, que en los ejemplos, para simplificar, se ha
supuesto inexistente. También se producirán gradientes de concentración (en el punto de fuga habrá una concentración del 100%), que
dependerán de las corrientes de aire existentes y del coeficiente de difusión del gas.

Oxígeno

El principal riesgo de una fuga de oxígeno consiste en que el aumento de su concentración ambiental puede alterar las características
de inflamabilidad y de corrosión de las sustancias y materiales presentes. Varía el punto de inflamación, el de autoinflamación y los
límites de inflamabilidad de las substancias, pudiendo éstas inflamarse o autoinflamarse con mayor facilidad. Igual ocurre con la
corrosión; materiales resistentes en condiciones normales de composición del aire atmosférico pueden sufrir corrosión con el aumento
de la concentración de oxígeno.

Desde el punto de vista de la salud, el aumento en la concentración inhalada de oxígeno, durante períodos de tiempo no
excesivamente largos, no presenta riesgo.

Llama en la boca de una botella de gas inflamable

Si se produce una llama en la boca de una botella, se procederá a cerrar el grifo. Si ello no es posible, la actuación a seguir dependerá
del tipo de local en que esté situada la botella. Si está en una caseta de gases y ésta está adecuadamente acondicionada, se apagará
la llama con un extintor, preferiblemente de polvo, se señalizará la zona indicando el peligro y se enfriará el grifo para poder cerrarlo. Si
la botella se halla en el propio laboratorio deberá valorarse si el riesgo derivado del escape de gases inflamables, una vez se haya
apagado la llama, no es mayor que el de la propia llama. Si se toma la decisión de no apagar la llama, deberá actuarse para que la
llama no provoque un incendio, separando de la botella con llama todo lo susceptible de ello. Se dará inmediatamente aviso a los
bomberos, al servicio de prevención y al suministrador.

Calentamiento espontáneo de una botella de acetileno

Si se produce un calentamiento espontáneo de una botella de acetileno se recomienda la secuencia de actuación indicada en el cuadro
4. Debe tenerse en cuenta que el personal que no intervenga directamente en la emergencia debe hallarse lo más lejos posible o
resguardado por un muro.

Cuadro 4: Actuación en caso de


calentamiento espontáneo de una botella de
acetileno
Incendio en un local con botellas de gases a presión

Si se produce un incendio en un laboratorio o almacén en el se hallan botellas de gases comprimidos, licuados o disueltos, se deberán
retirar del mismo las botellas con la máxima celeridad. Si no se pueden retirar, se refrigerarán regándolas con agua, comunicando la
circunstancia al servicio de prevención, a los bomberos y al suministrador. Después del incendio deben revisarse cuidadosamente las
botellas que no se hayan retirado para comprobar si existen en ellas marcas claras de exposición al fuego.

Actuación en caso de vertidos. Procedimientos generales

En caso de vertidos de productos líquidos en el laboratorio debe actuarse rápidamente para su neutralización, absorción y eliminación.
La utilización de los equipos de protección personal se llevará a cabo en función de las características de peligrosidad del producto
vertido (consultar con la ficha de datos de seguridad). De manera general se recomienda la utilización de guantes y delantal
impermeables al producto, y gafas de seguridad.

Líquidos inflamables

Los vertidos de líquidos inflamables deben absorberse con carbón activo u otros absorbentes específicos que se pueden encontrar
comercializados. No emplear nunca serrín, a causa de su inflamabilidad.

El vertido de 500 ml de éter etílico (350 g) por rotura de una botella, por ejemplo, que no se recogiera adecuadamente, podría llevara
unas concentraciones ambientales de este compuesto, en un laboratorio de 100 m3, del orden de 1250 ppm (3550 mg/m3), superiores
al valor TLV-TWA (400 ppm, 1210 mg/m3), pero no alcanzarían el Lll, fijado en el 1,9% (19000 ppm). Recordar lo expuesto respecto a
estos cálculos al hablar de los gases inflamables.

Ácidos

Los vertidos de ácidos deben absorberse con la máxima rapidez ya que tanto el contacto directo, como los vapores que se generen,
pueden causar daño a las personas, instalaciones y equipos. Para su neutralización lo mejores emplear los absorbentes-
neutralizadores que se hallan comercializados yque realizan ambas funciones. Caso de no disponer de ellos, se puede neutralizarcon
bicarbonato sódico. Una vez realizada la neutralización debe lavarse la superficie con abundante agua y detergente.

El vertido de 20 ml de ácido clorhídrico 36% (12 M), puede representar el paso al ambiente de 8,5 g de HCI, que en el laboratorio de
100 m3 usado como referencia, puede generar una concentración ambiental de 85 mg/ m3; téngase en cuenta que el valor TLV-C
(techo) (ACGIH, USA, 1996) para este compuesto es de 7,5 mg/m3.

Bases

Se emplearán para su neutralización y absorción los productos específicos comercializados. Caso de no disponer de ellos, se
neutralizarán con abundante agua a pH ligeramente ácido. Una vez realizada la neutralización debe lavarse la superficie con
abundante agua y detergente.

Otros líquidos no inflamables ni tóxicos ni corrosivos

Los vertidos de otros líquidos no inflamables ni tóxicos ni corrosivos se pueden absorber con serrín.

Eliminación

En aquellos casos en que se recoge el producto por absorción, debe procederse a continuación a su eliminación según el
procedimiento específico recomendad para ello o bien tratarlo como un residuo a eliminar según el plan establecido en el laboratorio.
Actuación en caso de vertidos. Ejemplos de procedimientos específicos

Mercurio

Absorber con polisulfuro cálcico, amalgamantes (existe comercializados en forma de estropajos) o azufre. Si se ha depositado en
ranuras, se pueden intentar sellarla con una laca fijadora; también es posible su recogida mediante aspiración con una pipeta Pasteur,
guardando el metal recogido en un recipiente cerrado, a poder ser protegido con agua y sellado con glicerina.

La recuperación del mercurio o la neutralización de u vertido es importante ya que de esta manera se evita un foco de contaminación
permanente. Téngase en cuenta que que la división del mercurio en pequeñas gotas aumenta su capacidad de evaporación, junto con
la cercanía de focos de calor o la incidencia de luz solar.

La evaporación de 10 mg de mercurio, equivalente a un volumen inferior a 1 µl, en un laboratorio de 100 m3 representaría una
concentración ambiental de 0,1 mg/m3 cuando el valor TLV-TWA es de 0,025 mg/m3.

Otros ejemplos

En el cuadro 5 se resumen algunos procedimientos de absorción y neutralización de productos químicos y de familias de ellos. De
manera general, previa consulta con la ficha de datos de seguridad y no disponiendo de un método específico, se recomienda su
absorción con un adsorbente o absorbente de probada eficacia (carbón activo, vermiculita, soluciones acuosas u orgánicas, etc.) y a
continuación aplicarle el procedimiento de destrucción recomendado. Proceder a su neutralización directa en aquellos casos en que
existan garantías de su efectividad, valorando siempre la posibilidad de generación de gases y vapores tóxicos o inflamables.

Cuadro 5: Ejemplos de procedimientos de neutralización y absorción de vertidos de productos químicos


Bibliografía

(1) COMMITEE ON HAZARDOUS SUBSTANCES IN THE LABORATORY


Prudent Practices for Disposal of Chemicals from Laboratories
National Academy Press. Washington DC, USA, 1983

(2) Guardino, X. et al.


Seguridad y condiciones de trabajo en el laboratorio
INSHT, Madrid, 1992

(3) Lunn, G., Sansone, E.B.


Destruction of Hazardous Chemicals in the Laboratory
John Wiley and Sons, New York, USA, 1990

(4) Picot, A., Grenouillet, P.


La securité en laboratoire de chimie et de biochimie (2ª edición).
Technique et Documentation - Lavoisier, Paris, 1992

(5) Turuguet, D., Guardino, X.


Procedimientos para la eliminación de residuos (Traducción del "Laboratory Waste Disposal Manual", MCA, Londres).
Documento Técnico Nº 20 DESCATALOGADO
INSHT, Madrid, 1983

Reservados todos los derechos. Se autoriza su reproducción sin ánimo de lucro citando la fuente: INSHT, nº NTP, año y título. NIPO: 211-96-012-X

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