Homilía de Corpus Christi
Homilía de Corpus Christi
Homilía de Corpus Christi
En cada misa celebramos la última cena del Señor, donde se hace presente en su cuerpo y en su sangre
realmente. En cada misa el centro está en la eucaristía, por sobre la música, los cantos, la homilía. ¿Por qué el
centro está en la eucaristía? Porque allí está Jesús mismo con una forma de presencia que no está en ningún
otro lado. En el Pan está Jesús sustancialmente. Si bien en cada misa lo celebramos hoy a la iglesia no invita
contemplar este Misterio de Fe. Porque eso decimos al terminar la consagración “ESTE ES EL MISTERIO DE
NUESTRA FE”. Un misterio ante el que nos ponemos de rodillas. (y en medio de la pandemia también se puede
hacer, no hace falta quedarse sentados toda la misa eh, porque hacer lo gesto es expresar la oración también).
Una figura de la Eucaristía en el Antiguo Testamento (aunque no la única) es el mana que recibe el pueblo de
Israel en el desierto. Un alimento medio raro, que baja del cielo, en medio del hambre, de la prueba. Dice la
primera lectura “acuérdate”, “no te olvides del Señor tu Dios”, “no te olvides”.. ¿Por qué les dice eso? Porque
se olvidaban, porque dejaban de lado la obra de Dios. Hoy podríamos decir “No te olvides de la Eucaristía”, en
medio de la cuarentena “no te olvide de este Pan del Cielo”, “No te olvides de que es necesario para vivir”, “no
te olvides que está Cristo”.
La eucaristía transforma la reunión de los cristianos en algo distinto, porque uno puede reunirse a comer, a
rezar, a cantar y a alabar a Dios, y está muy bien. Pero cuando uno va a la eucaristía, va a tocar el misterio, va
a presentar sus flaquezas y encontrar a ese Dios que sigue obrando. Y en el milagro de la Eucaristía está Cristo,
como en la última cena, que sigue obrando…. Que viene a dar vida, vida verdadera, vida eterna. A veces, ni los
sacerdotes somos realmente consciente de quien está en nuestras manos.
En la primera lectura se habla mucho de recordar, dice “no te olvides del Señor tu Dios”, no te olvide de que él
está y no deja de estar, no te olvide que mi alianza es para siempre… Y el Misterio que hoy celebramos es
también conocido como el “el Sacramento de la Memoria”, es memorial de su Pasión, no es solo memoría sino
también realidad actual, pero el Papa Francisco dice que recordar es esencial al la fe. Como una planta que
bebe agua nosotros tenemos que aprender a recordar, y recordar es “volver a pasar por el corazón”. En la
actualidad la memoria esta quedando de lado, está todo en Google o en el telefono. Fotos o videos y listo. Hoy
no se recuerda tanto… pero eso puede instalarnos en una vida superficial, donde todo da lo mismo, donde no
hay cosas que nos marquen a fondo, todo se vuelve fugaz. Por el contrario el que sabe recordar encuentra allí
un ancla y un motor para toda la vida.
En la actualidad muchas veces hay como un frenesí para conocer la última novedad, y dejamos de lado los
recuerdos, no sabemos bien que cosas recordar
¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo puede este darnos a comer su carne y su sangre? El misterio eucarístico es un
misterio, grandísimo, que debería ponernos la piel de gallina. Deberíamos maravillarnos, en realidad lo que
hay que hacer es postrarnos. Adorar una verdad que es capaz de dar vida eterna a todo el que al cree.
Hoy sale al encuentro, en la fragilidad de nuestra vida el Misterio más grande que se manifiesta en la fragilidad
del pan. Eso es inmenso, eso vale la pena recordarlo siempre, hacerlo presente vivirlo porque Él está presente.
La eucaristía también es recuerdo de que somos cuerpo, la eucaristía no es solo para “mí” para para entrar en
comunión, es sacramento de comunión. Por lo que en cada eucaristía debemos pedir la fuerza y la sanación
interior para ser personas de comunión, para ser realmente un cuerpo como Iglesia.