Filosofía Del Lenguaje - TEXTOS SOBRE CONCEPTOS, REPRESENTANTES Semestre II-2022
Filosofía Del Lenguaje - TEXTOS SOBRE CONCEPTOS, REPRESENTANTES Semestre II-2022
Filosofía Del Lenguaje - TEXTOS SOBRE CONCEPTOS, REPRESENTANTES Semestre II-2022
La filosofía del lenguaje es parte vital de una filosofía en general, debido a que
puede determinar noción de experiencia y la existencia del sujeto, así como
también la noción de uno mismo.
Algunos de los filósofos del lenguaje más importantes son Frege, Russell,
Whitehead, Wittgenstein, Humboldt, Morris, Gadamer, John L. Austin y Mijaíl
Bajtín.
Los filósofos del lenguaje no están muy preocupados con el significado individual
de una palabra u oración. El diccionario más cercano o la enciclopedia pueden
resolver el problema sobre el significado de las palabras y cómo hablar
correctamente un lenguaje al saber cuál es el significado de la mayoría de las
oraciones.
Lo que más les interesa a los filósofos es la pregunta: ¿Qué significado tiene una
expresión que quiere decir alguna cosa?, ¿por qué las expresiones tienen el
significado que tienen?, ¿qué expresiones tienen el mismo significado que otras
expresiones y por qué?, ¿cómo puede conocerse el significado?, y la pregunta
más básica: ¿qué se ‘quiere decir’ cuando usamos el término "significar”?
El mismo tema del aprendizaje del lenguaje nos lleva a preguntas interesantes.
¿Es posible tener pensamientos sin tener lenguaje?, ¿qué tipos de pensamiento
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se necesitan para que el lenguaje ocurra?, ¿cuánto influye el lenguaje en el
conocimiento del mundo y como actúa en él?, ¿se puede, de algún modo, razonar
sin el uso del lenguaje?...
La filosofía del lenguaje es importante por todas las razones arriba mencionadas,
y también es importante porque es inseparable de cómo uno piensa y vive. La
gente, en general, tiene un conjunto de conceptos vitales, los cuales están
conectados con signos y símbolos, incluyendo todas las palabras (símbolos):
objetos, amor, bueno, Dios, masculino, femenino, arte, gobierno, etc. Incorporando
“significado”, cada uno ha formado una visión del universo y cómo ellas -las
palabras- tienen un significado dentro de él.
Es bien conocido que existen diferentes partes del lenguaje. Una frase común
está compuesta por sustantivos, verbos, adjetivos y otras palabras con
significancia gramatical. La pregunta más importante en esta área - quizás la
pregunta más importante para los pensadores generativistas (formalistas) y
estructuralistas- es: «¿de qué modo emerge el significado de la frase, como
resultado de cada parte?».
Muchos aspectos del problema de cómo están formadas las frases, están
dirigidas al área lingüística de la sintaxis. Filósofos semánticos, tienden a enfocarlo
en el principio de composicionalidad, para explicar la relación entre el significado
de las partes y la frase completa. El principio de composicionalidad, dice que una
frase puede ser entendida, sobre la base del significado de las partes de la frase
(por ejemplo: palabras, morfemas) junto al entendimiento de su estructura (por
ejemplo: sintaxis, lógica).
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¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA DEL LENGUAJE?
«Es asombroso lo que puede hacer el lenguaje. Con unas pocas sílabas, puede expresar un
incalculable número de ideas, de tal modo que una idea pensada por primera vez por un ser
humano puede ser vertida en forma de palabras que serán comprendidas por otro para quien la
idea es enteramente nueva. Esto sería imposible, si no fuésemos capaces de distinguir partes en
la idea correspondientes a las partes de una frase, de modo que la estructura de la frase es como
una imagen de la estructura de la idea.» Gottlob Frege.
¿Qué es el lenguaje?
Para entender lo que es la filosofía del lenguaje, debemos, antes que nada, definir
lo que es el lenguaje.
Sánchez Meca nos ofrece una definición en dos sentidos. En un sentido amplio,
como un medio de comunicación entre seres vivientes. En ese sentido, es
lenguaje la comunicación entre los animales, la comunicación no verbal entre
seres humanos, la música, los símbolos matemáticos, etc. Pero, en un sentido
restringido, el lenguaje es un conjunto de sonidos que portan sentido o significado.
El significado, es, pues, la condición básica del hecho lingüístico. Además, el
lenguaje nos plantea dos problemas fundamentales:
¿Qué tiene que ver el mundo con la mente? Si mundo y mente no tienen ninguna
relación entre sí, ¿cómo podemos conocer?
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¿Qué relación tiene la lógica con el lenguaje? ¿Puede haber un lenguaje
universal?
Las dos perspectivas de la filosofía del lenguaje
La phoné (voz), por el contrario, es una expresión del dolor y del placer que
poseen también los animales. Pero la palabra, que solo emplea el ser humano, es
una herramienta por la cual podemos reflexionar sobre nuestro placer y nuestro
dolor, sobre lo que nos conviene y lo que no, y sobre lo justo e injusto.
Por otro lado, en el s. XX, la filosofía del lenguaje toma otra perspectiva, y da un
giro de la teoría del lenguaje al contexto lingüístico: esas preguntas sobre la
relación entre mente, lenguaje y mundo, debemos ponerlas entre paréntesis y
atender a la cuestión del lenguaje en un contexto. Ya Austin nos advierte-y antes
que él, filósofos como Spinoza- que una mala interpretación del lenguaje da lugar
a muchos problemas filosóficos que podrían ser evitados. Es decir, el lenguaje
siempre se ve mediado por un contexto en el cual se incluye una multiplicidad muy
variada de factores: sociales, económicos, políticos, etc., que condicionan el uso
del lenguaje y el significado, y que dificultan, entre otras cosas, la traducción de un
lenguaje a otro. A esta corriente se la denomina «pragmática». En ella podemos
incluir a autores como Wittgenstein (en su segundo periodo), Peirce, Austin,
Searle o Quine.
Por ejemplo, uno mismo varía su lenguaje según se dirija a un amigo o según se
dirija a su abuela; no emplea el mismo registro y los significados de las palabras
pueden cambiar según el contexto. Además, introducen nuevos conceptos, como
la performatividad del lenguaje. Esto es: nosotros podemos crear cosas con las
palabras. Dar una orden, pedir matrimonio, etc. A esto lo denominan «actos del
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habla». Por concretar, si se cumplen unas determinadas condiciones
(consentimiento, promesa de los futuros cónyuges, que se articulen las palabras
requeridas, etc.) dos personas pueden casarse por medio del lenguaje.
Definición de lo que es la filosofía del lenguaje
Según Katz, la filosofía tiene como objeto de estudio los sistemas conceptuales
desarrollados por científicos, matemáticos, críticos del arte, moralistas, etc. Los
filósofos abordan esta tarea describiendo la estructura de esos sistemas
conceptuales, analizando los métodos empleados por tales sistemas y apreciando
la validez de sus propósitos. Actualmente, este análisis de sistemas conceptuales
particulares relativos a diversas disciplinas académicas se llevan a cabo en
distintas ramas de la filosofía: filosofía de la ciencia, filosofía de la matemática,
filosofía del arte (estética), filosofía de la moralidad (ética), etc.
Es decir, la necesidad de estudiar la filosofía del lenguaje radica en que por medio
del lenguaje accedemos a todos los sistemas conceptuales, y si no sabemos cómo
se vincula el lenguaje con los conceptos y la realidad, nunca podremos llegar a ser
rigurosos -¿cómo sabremos si usamos un lenguaje significativo?, entre otras
muchas preguntas-, por lo que el lenguaje merece ser estudiado en sí mismo.
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FILOSOFÍA DEL LENGUAJE
EL LENGUAJE, PATRIMONIO EXCLUSIVO DEL HOMBRE
“Un arte que se sirve del lenguaje como instrumento producirá siempre creaciones
extremadamente críticas, pues la lengua es en sí misma una crítica de la vida: la
nombra, la toca, la designa y la juzga, en la medida en que le otorga vida” Thomas
Mann
El tema del lenguaje suscita una pregunta: ¿En el futuro existirá aún esa línea que
divide al hombre de las formas de la vida animal? El habla, como forma racional
de comunicación entre los humanos, nos convierte en los únicos en tener ese
privilegio. El hombre, que para Aristóteles es el ser de la palabra, inaugura con el
verbo un nuevo modo de relación entre sus congéneres. El animal puede percibir
con los sentidos lo que le rodea, pero es incapaz de hacer relaciones entre las
diversas sensaciones. No había el mundo de la representación que consiste en la
creación de nuevas formas de existir (ex sistit), estar allí, fuera de sí mismo e ir
hacia el otro para crear la imagen, y con ella la relación. El hombre añade a las
impresiones sensoriales las categorías de tiempo, espacio y causalidad, para
representarlas individualmente en su propio mundo y luego comunicarlas mediante
la palabra. Pero esa consciencia de crear mundos trajo consigo la imposibilidad de
hallar algo de plena certeza, definitivo, y lo colocó ante una realidad que sólo al
ser humano pertenece.
Lo dicho parece haber sido admitido sin reservas. Hemos vivido dentro del acto
del discurso racional que se expresa con la palabra que otros reciben y
comprenden de modo imperfecto: nunca alcanzamos la plenitud de la expresión
del otro. Pero hoy no es aceptado de manera unánime que la verbal sea la única
matriz donde concebir la articulación del intelecto. Y menos para otras culturas en
las que prevalece el silencio: “Conocemos el sonido de dos manos que dan
palmas… ¿Cuál será el sonido de una sola?”. El budismo tiene el silencio como
vehículo de ascenso desde lo material, el alma contemplativa trata de abandonar
el lenguaje para acceder a lo inefable.
En uno de sus libros más difundidos: Después de Babel, el filósofo George Steiner
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ha formulado el elogio de la diversidad de lenguas y ha sugerido la conveniencia
de derogar mitos que, como el de la Torre de Babel, dicen lo contrario de lo que
parecen decir. En el planeta hay más de veinte mil lenguas, lo que implica que la
multiplicidad de las formas verbales para expresarse procura la riqueza de
adaptación de la humanidad. “Con la desaparición de una lengua, perdemos para
siempre ciertas negociaciones con la esperanza”, ha dicho Steiner.
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