Filosofía Del Lenguaje

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FILOSOFÍA DEL LENGUAJE

1 de octubre

Aula B22-S

[email protected] (Saleta de salvador agra) – Tutorías online.

Frege, Russel y 1. Wittgenstein.

Lecturas obligatorias

Prólogo de Frege a conceptografia; Conocimiento directo y conocimiento por descripción


Russel. Tractatus de Wittgenstein.

Modelo evaluación

(Presencial) 20 trabajo, 20 seminario, 60 examen. Hay que aprobar el examen por separado.

Ó (no presencial) 20 trabajo escrito, 80 examen.

LÍMITE PARA CONTAR K MODALIDAD SE RECOGE: 9 DE OCTUBRE.

8 de octubre

1. Nociones Preliminares

1. ¿Qué es la filosofía del lenguaje?

Esta pregunta al parecer entraña una identidad y los analíticos y esta mujer la ven complicada.
Nos vamos a situar a partir del “giro lingüístico” de Bergman, en 1953. Este giro lingüístico
significa un abandono de la perspectiva ontológica y epistemológica, para pensar una relación
entre “Lenguaje-Pensamiento-Mundo”1. Abandona una perspectiva ontológica si lo pensamos
en términos griegos, el lenguaje instrumental es abandonado, es decir, el lenguaje no va a ser
un instrumento para hablar al nivel del ser. Del mismo modo, también se abandona la
pregunta epistémica. En esta, el lenguaje suele entenderse como un mediador, un medio para
emitir la voz de la conciencia 2. ¿Por qué a la filosofía le preocupa el lenguaje? El giro lingüístico
es un abandono del lenguaje como instrumento y medio, para abrazar una novedad que no es
atender al lenguaje, sino atender los problemas filosóficos a partir de la forma en la que estos
aparecen en el lenguaje3.

La filosofía observada desde aquí es la filosofía que aborda los problemas del lenguaje
encarnados en el propio lenguaje. Nuestro objeto en la filosofía del lenguaje va a tratar de la
línea de la filosofía del lenguaje occidental que afecta en buena medida a cuestiones de Lógica
y Filosofía de la Ciencia, partiendo del autor esencial del programa, Frege.
1
Preguntar sobre la configuración de esta relación. ¿Es una relación triádica lineal? ¿Es un triángulo?
¿En qué nos interesa el par pensamiento-mundo sino?
2
Con esto, creo que se refiere al proceso epistemológico que refleja un concepto cognoscitivo en un
estímulo sensible para los demás, o incluso para nosotros mismos dentro de la estructura lingüística de
nuestra acción de pensar.
3
Mientras que la lógica formal trata argumentos, proposiciones y sus relaciones mediante, la filosofía
del lenguaje atiende a la forma lingüística que aparece por encima de esa forma lógica abstracta.

1
1.1 Delimitación contextual: ¿Filosofía analítica?

La filosofía analítica como concepto es muy problemático, en tanto que aparece definida
normalmente como contraparte de la filosofía continental. La filosofía analítica se separa de lo
fenomenológico-hermenéutico en tanto que no se relaciona con visiones metafísicas
lingüísticas, como Husserl, Cassirer, Pointier, Derrida…

También se diferencia de la dialéctica y filosofía especulativa 4 porque se separa de toda la


teoría social del lenguaje y las perspectivas marxistas. Todo esto se contrapone a los términos
formales del lenguaje.

“puede que sea vano tratar de determinar la esencia de la filosofía analítica, que la filosofía
analítica haya de ser caracterizada en términos de círculos de aires de familia que se
superponen y de relaciones causales de «influencia» que se extienden en todas las direcciones.
Así que no hay que preguntarse: ¿qué propiedades concretas comparten todos los filósofos
analíticos? Sino: ¿cómo se pueden trazar los límites de la filosofía analítica del modo más
natural y útil y en qué usos del término estamos pensando cuando los trazamos de un modo u
otro?”

Sluga, Hans (1998)

La distinción geográfica para definir la filosofía analítica es errónea en tanto que Frege no es
anglosajón, del mismo modo que hay fenomenólogos allí. Hay cierto rechazo discursivo a la
historia desde la filosofía analítica. Del mismo modo, hay una visión antimetafísica,
abandonando la perspectiva óntica5 pero sin haber obviado problemas ontológicos (Russell).

Se asocian a la filosofía analítica los siguientes elementos: giro lingüístico, historiofobia, anti
metafísica, rechazo filosofía moral y política, metodología y estilo propios. Todo esto se da por
intentar afrontar el lenguaje a través de una metodología meramente formal. (Ética de Moore,
es lo opuesto). (John Rawls).

El método de la filosofía analítica es diferente también. El objeto es el lenguaje. Entonces,


puede afirmarse que el método entre analíticos y continentales es diferente; los analíticos
podría decirse que se centran en el análisis como metodología. La idea de análisis como
explicación de estructuras complejas a través de la detección de elementos simples. Ellos en
cierto modo buscarán la forma lógica y la estructura subyacente al lenguaje. No es un método
exclusivo de la filosofía analítica. El aire de familia es el término que permite abrazar una
definición vaga de la filosofía analítica.

a. Delimitación disciplinar: ¿lingüística? semiótica?

Otra vía para describir la filosofía del lenguaje sería compararla y contradefinirla en relación
con otras disciplinas que también se dediquen al lenguaje (como la lógica, la teoría del
conocimiento, filología, lingüística, semiótica). Trataremos la relación entre lingüística y
filosofía del lenguaje a través de Saussure.

En principio, la pregunta clave de la filosofía del lenguaje contemporánea, la lógica y la filosofía


de la ciencia o algo así es: ¿Qué es el significado?

2.1 Signo
4
Apasionante paquete ha montado con la filosofía especulativa y el marxismo.
5
Esta señora no sé a qué se refiere con óntico. En estos apuntes, óntico = ontológico.

2
Prolegómenos conceptuales (Curso de Lingüística General, 1916).

Vamos a tratar ¿Qué es un signo? Habrá dos modelos, el binario y el triádico. El modelo binario
viene de Saussure, su modelo viene estructurado en duplas. Distinción lenguaje, lengua, habla:

2.1.1 Modelo binario

El estudio del lenguaje compota dos partes: una, esencial que tiene por objeto la lengua, que
es social en su esencia e independiente del individuo; este estudio es únicamente psíquico(?);
la otra, secundaria, tiene por objeto la parte individual del lenguaje, es decir, el habla, incluida
la fonación, y es psicofísica. En este sentido, no se puede hablar en plural de lenguaje.

“El estudio del lenguaje comporta, pues, dos partes: la una, esencial tiene por objeto la lengua,
que es social en su esencia e independiente del individuo; este estudio es únicamente
psíquico; la otra, secundaria, tiene por objeto la parte individual del lenguaje, es decir, el
habla, incluida la fonación, y es psicofísica” (…) “Evitando estériles definiciones de palabras,
hemos empezado por distinguir, en el seno del fenómeno total que representa el lenguaje, dos
actores: la lengua y el habla. La lengua es para nosotros el lenguaje menos el habla. La lengua
es el conjunto de hábitos lingüísticos que permites a un sujeto comprender y hacerse
comprender”

Curso de Lingüística General (1916)

En Lengua (social) se va a introducir los actos de habla de Austin.

Mientras que por otro lado está el habla, que es psicofísica individual.

El signo lingüístico es, pues, una entidad psíquica con dos caras, que puede representarse por
la siguiente figura (significado/significante). Un signo es algo que “está por” algo. Se entiende
como la contraposición indisoluble del significante y el significado. No pueden separarse esos
dos asuntos, como las dos caras de una moneda. Se puede realizar un ejercicio de abstracción
analítico para separarlos, pero van siempre unidos. Si esa dualidad no se halla en el seno del
objeto, entonces no se trata de un signo lingüístico.

El significante es la parte sensible de un signo, la huella psíquica que se produce en nuestro


cerebro cuando oímos la palabra “árbol”; por otro lado, el significado es el concepto de árbol
como imagen cognitiva6. También se habla del plano de la expresión y el plano del contenido,
para hablar de esto mismo.

El signo es indisoluble, en tanto que sus dos partes se relacionan recíprocamente, donde el
significado no es más que la contrapartida de un significante y viceversa. Saussure afirma que

6
Aunque en términos exclusivamente lingüísticos árbol puede no ser un concepto cognitivo, sino una
palabra general que resume una definición formada en el interior del sistema lingüístico.

3
es una relación arbitraria, no hay una relación causal determinada entre significante y
significado7.

Que exista arbitrariedad no conlleva que sea absolutamente libre. No hay un vínculo interno
necesario entre significante y significado, pero que no sea necesario no implica que no lo haya,
ni que no pueda cambiar. Por eso Saussure habla de la mutabilidad e inmutabilidad (sincronía,
diacronía). La inmutabilidad se relaciona con el carácter sincrónico de una lengua. Esto
significa parar el desarrollo de la lengua en un momento determinado, ahí hay inmutabilidad.

Por otro lado, hay cierta posibilidad de cambios a través de la diacronía, ya no en un


determinado espacio de tiempo sino mediante la evolución propia del lenguaje en su conjunto
y desarrollo. Un ejemplo de esto puede ser el término “mediocre” su significado peyorativo
actual en relación con su significado positivo pasado relacionado con Aristóteles 8.

También califica este asunto de Antirreferencial y antirrelacional.

“Lo que un signo lingüístico une no es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen
acústica. La imagen acústica no es el sonido material, cosa puramente física, sino su huella
psíquica, la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentido; esa imagen es
sensorial, y si llegamos a llamarla “material” es solamente en este sentido y por oposición al
otro término de la asociación, el concepto, generalmente abstracto”

Curso de Lingüística General (1916)

Se introduce el concepto de valor, que nos permite de algún modo entender su propuesta
estructuralista, porque será el sistema el único que nos permita dar cuenta de qué es un signo.
Para Saussure en este aspecto el sistema es la lengua, el sistema lingüístico. Podemos
entender el valor de un signo desde un punto de vista conceptual como aquello que nos
reenvía a algo diferente. También hay una acepción de valor posicional de un signo, que
entiende que las palabras pueden ser intercambiadas, confrontadas, opuestas a otras o, con
otras palabras; el valor de un término no viene determinado por su posición, sino por su
confrontación con otros valores.

Umberto Eco: “Vivimos rodeados de cadenas de significados” ¿?

Clase del 8 de octubre

Esto lo establece en base a dos ejes, una semántica estructuralista, que apunta a que el léxico
no es simplemente una lista de palabras, sino es un conjunto estructurado en dos ejes, el eje
sintagmático y el paradigmático.

Son formas diversas de propia actividad mental, que gobiernan nuestro discurso ordenándolo
en sucesivos elementos lingüísticos. El plano sintagmático determina el valor de lo que ya ha
aparecido y de lo que continúa; el plano paradigmático se refiere a términos relacionados que
no están presentes en la oración pero que ayudan a determinar el valor de algún termino0 sí
visible.

Todo signo lingüístico según Saussure sólo lo es en tanto que forma parte de un sistema. Un
sistema lingüístico se traduce en lenguas. El significado para Saussure está supeditado al

7
Un significado tiene un significante asociado de manera arbitraria. No interesa a la filosofía del
lenguaje la relación causal que pueda explicar por qué llamamos mesa a lo que llamamos mesa.
8
Término medio = mediocridad.

4
sistema del que forma parte el signo. El significado es una posición en el sistema. No es
necesario ir a nada fuera de la lingüística para encontrarlo. “Lo que un signo lingüístico une no
es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica”.

2.1.2 Modelo triádico

Charles Sanders Peirce, uno de los principales promotores del giro lingüístico. Él tratará el
modelo triádico. Tríada Relacional: (Interpretante, representante, objeto).

“Un signo o representamen, es algo que, para alguien, representa o se refiere a algo en algún
aspecto o carácter. Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa persona un signo
equivalente, o, tal vez, un signo más desarrollado. Este signo creado es lo que yo llamo el
interpretante del primer signo. El signo está en lugar de algo, su objeto. Está en lugar de ese
objeto no en todos los aspectos si no solo con referencia a una suerte de idea, que a veces he
llamado el fundamento del representamen”

C.P 2.228

En Saussure su sistema no necesita referenciar la realidad, Peirce sí lo hace.

El interpretante, equivalente al signo en la mente del que interpreta, huella psíquica. El


significado, entendido como interpretante puede convertirse en representante de otro signo.
El primer signo cubre el plano del representamen. El interpretante conecta el representante
con el objeto, el representante se refiere al objeto y lo sustituye con un interpretante. El signo
podría a su vez ser otro representamen de otro signo pudiendo así conectar al infinitum unos
signos con otros signos, generando una cadena de signos mediante la encadenación de
interpretantes.

El signo está en el lugar de algo que lo protege, en un sujeto. No en todos los aspectos, el signo
no acota al objeto, no es capaz de representar la totalidad de un objeto. Un signo no agota al
objeto.

El objeto es por lo que está el signo. La realidad siempre va a estar supeditada a la lectura que
el signo nos permita realizar sobre ella, el objeto llega de forma medializado, a través de signos
y, por tanto, constituida por ellos. El signo representará al objeto dinámico, objeto exterior al
signo, que determina al propio signo. Un objeto dinámico que no para de moverse, sólo
representado a través de un objeto inmediato. El objeto dinámico es independiente del signo,
el objeto inmediato es el objeto tal y como el signo representa al objeto dinámico.

Un interpretante, es el signo equivalente o más desarrollado del signo original, causado por
ese signo original en la mente de quien lo interpreta.

(Inmediato = significado; Dinámico = efecto; final = habito) en la tríada (objeto, representante,


representamen), todo representamen puede convertirse nuevamente en un interpretante.
Esto deja de suceder en el final, cuando un hábito solidifica un representamen.

Clase del 15 de octubre.

La distinción entre objeto dinámico y mediático nos servirá mucho posteriormente en Frege.
Del mismo modo que observábamos anteriormente una tríada entre pensamiento-lenguaje-
mundo; ahora observaremos algo denominado el triángulo de Richards Ogden (1923):
significado-significante-objeto.

5
Las propias representaciones pueden hacer que conozcamos mejor al objeto dinámico. El signo
nos presenta objetos inmediatos. Esto nos va a permitir entender como el signo ilumina
(Frege), siempre va a quedar otro algo oscuro. Cuando traemos a colación un signo, pueden
aparecer múltiples representaciones, pero siempre es el mismo objeto. Desde la perspectiva
de Saussure se explica como a través del lenguaje significamos.

Ahora estamos hablando de Peirce, y de sus categorías faneroscópicas. Establece una dualidad
en el objeto, en tanto que el signo no puede representarlo en su totalidad, hay un objeto
dinámico y un inmediato (o mediato). El objeto dinámico solo se puede frenar en uno de los
dos aspectos del propio objeto. El objeto inmediato abre la posibilidad de que haya nuevas
representaciones del objeto dinámico. El objeto inmediato es tal y como el signo representa el
objeto dinámico. El signo ilumina de cierta forma ese objeto dinámico.

Esto trae a colación una cuestión interesante: Puede haber cadenas de interpretantes, a través
de las cuales hay múltiples interpretaciones, ¿esto da lugar siempre al mismo objeto? No es un
objeto distinto, puesto que sería el mismo objeto dinámico frente al que cambian las
perspectivas del objeto inmediato. Si cambia el objeto, cambia nuestra representación del
objeto necesariamente.

La propuesta de Peirce para enfrentar esto son tres categorías, primeridad-segundidad-


terceridad. Son posiciones lógicas que aplica al propio signo. Serían modos posibles de ser de
todas las cosas (phenopitagoricas), que para él estructuran toda la realidad. La tríada más
famosa de Peirce (phenopitagóricas – faneroscopia). El estudio del fanerón puede
descomponerse en tres categorías, las más famosas: icono, símbolo e índice. Esto viene dado
por la relación entre signo y objeto.

“Un signo o representamen es un Primero que está en una relación triádica genuina tal con un
Segundo, llamado su Objeto, que es capaz de hacer que un Tercero, llamado su Interpretante,
asuma la misma relación triádica con su Objeto que aquella en la que está él mismo respecto al
mismo Objeto. La relación triádica es genuina, esto es, sus tres miembros están vinculados por
ella de una forma que no consiste en ningún complejo de relaciones diádicas”

C.P 2.274

“Cuando nos pensamos, pues, a nosotros mismos tal y como somos en este momento,
aparecemos como un signo. Ahora bien, un signo en cuanto tal tiene tres referencias: primero,
es signo para algún pensamiento que lo interpreta; segundo, es signo por (en lugar de) un
cierto objeto del que es equivalente en este pensamiento; tercero, es un signo en algún
respecto o cualidad, que lo pone en conexión con su objeto”

C.P 5.283

Articula la noción de signo, y parece que está siguiendo línea kantiana como si fuesen
categorías, cuando estas sirven a posiciones lógicas. Un primero no necesita más que de sí
mismo para ser, el segundo necesita del primero, y el tercero media entre el primero y el
segundo.

TRIADOMANÍA:

6
Primeridad Segundidad Terceridad

Representamen

Primeridad

Objeto

Segundidad

Interpretante

Terceridad

Las relaciones dan paso a tres modos de ser del signo. Y esto supone una relación fundamental
en el seno del signo.

Modos de ser signos:

“cada signo está determinado por su objeto o bien, primero, por compartir caracteres del
objeto, en este caso llamo Icono al signo, segundo por estar conectado realmente y en su
existencia individual con el objeto individual, entonces lo llamo Índice, tercero por una certeza
más o menos aproximada de que debe ser interpretado como denotando el objeto, que es
consecuencia de un hábito (término que utilizo como incluyendo una disposición natural),
entonces lo llamo Símbolo al signo”

C.P 4.531

Cualquier cosa que centra la atención es un ÍNDICE. Cualquier cosa que nos sobresalta es un
ÍNDICE, en tanto que señala la unión entre dos porciones de la experiencia. Este tipo de signo
aparece cuando se refiere al objeto dinámico con proximidad hacia él. Siempre está
determinado por el objeto dinámico. Lo importante es que crea una relación de proximidad
causal con el objeto. El ejemplo más claro de un signo índice es una huella. Porque hay una
relación material incluso entre objeto dinámico y signo.

Un signo puede ser icónico, esto es, puede representar a su objeto principalmente por su
semejanza, sin importar cual sea su modo de ser. El icono aparece cuando el signo imita al
objeto que sustituye, es la mimesis del objeto. Lo que destaca de este modo de ser del signo es
su semejanza con el objeto. Todo signo gráfico tiene en común con el objeto una semejanza
cuando lo percibimos. (“C’est ne pas une pipe” de Magritte, debería poner: esto es un signo
icónico). El signo comparte con el objeto una estructura perceptiva semejante, lo que conlleva
que no necesariamente un icono debe tener una mímesis idéntica con el objeto real.

Un símbolo es un representamen cuyo carácter representativo consiste precisamente en que


es una regla que determina su interpretante. En el símbolo, este representamen está
necesariamente supeditado (utiliza la palabra regla) al concepto de regla. Es un signo que
establece una relación convencional con el objeto dinámico. Lo que depende de un hábito. Lo
más tradicional como símbolo, son las letras lingüísticas que necesitan del aprendizaje de la
convención construida previamente.

7
Estos modos de ser del signo no se excluyen.

2.2 Type/Token.

«Una manera corriente de estimar la cantidad de material contenida en un manuscrito o en un


libro impreso consiste en contar el número de palabras. Por lo común habrá ́ alrededor de
veinte “the” en un página y, por supuesto, cuentan como veinte palabras. En otro sentido de la
palabra “palabra”, por ejemplo, hay una sola palabra “the” en la lengua inglesa, y es imposible
que esta palabra se encuentre visualmente en una página o se escuche en cualquier voz, por la
razón de que no es una cosa o un acontecimiento singulares.

No existe; solo determina a cosas que sí existen. A tales formas que significan de esta manera
definida propongo llamarlas tipos (type). Un acontecimiento singular que ocurre una vez y
cuya identidad está limitada a esa única vez o a un objeto singular o cosa que se encuentra en
algún lugar singular o en cualquier instante del tiempo; acontecimiento y cosa que son
significantes solo en cuanto ocurren exactamente cuándo y dónde lo hacen –por ejemplo, esta
o esa palabra en una única línea de una única página de un único ejemplar de un libro-, me
aventuro a llamarlo señal (Token).

Para que un tipo (type) pueda usarse, tiene que estar incorporado en una señal (token) que
será́ un signo del tipo, y por ello del objeto que el tipo significa. Propongo llamar instancia del
tipo a tales señales de un tipo. En tal caso, puede haber veinte instancias del tipo “the” en una
página»

Charles Sanders Peirce (1906) Prolegomena to an apology for Pragmaticism (Trad. Obra
lógico- semiótica, Taurus: Madrid)

Ahora vemos la distinción type-token con ejemplos:

- “Nuria y Marta conducen el mismo coche”

En este caso, el signo coche se puede referir a dos cosas, a dos coches del mismo TIPO o a
exactamente el mismo coche particular real.

- “181981”

Aquí hay 6 casos y 3 tipos.

- “El Toyota Prius es un híbrido” “El Toyota prima que está aparcado en doble fila obstaculiza la
circulación”

- “Rosa es una rosa es una rosa es una rosa”.

Type: tipo, abstracción, universal, múltiple mente identificable, predicable.

Token: Ejemplar, concreto, particular, ubicación espaciotemporal, irrepetible.

Todo type debe aparecer en un token, al contenido tipológico del token, lo llama “instancia del
type”. Desde el punto de vista del token, nunca hay dos iguales, cada grafía de “rosa” son
tokens distintos. Cada token es un acontecimiento encarnado que se permite por una realidad
subyacente, ese componente abstracto, el type. Por tanto, todo token es una instanciación del
type. El ejemplar se puede asemejar a la secundidad, el tipo a la terceridad dentro de la
trialidad de Peirce.

8
El type carece de determinación espacio-tiempo, toma cuerpo a través de sus diversas
expresiones ejemplares. El token en este caso sería un ejemplo que participa de la idea de
type. Es un signo de la idea. Un signo es un sustituto de algo que no está presente, un sustituto
significante.

Esto nos va a llevar a la teoría de tipos y la teoría de conjuntos. Esto nos llevará a Russel y
Frege. ¿Cómo describiríamos a un tipo desde la teoría de conjuntos? ¿Cómo un conjunto de
tokens? También veremos otras diferencias, para el significado del oyente y del hablante. Solo
en la medida en la que los ejemplares son ejemplares de un tipo lingüístico, es posible la
comunicación.

En la distinción lenguaje/lengua de Saussure, ¿Dónde se pondría la distinción type/token?


¿Somos capaces de ver esta dupla en otro ámbito del conocer que no sea el científico-
lingüístico? La caverna de Platón, la belleza como mímesis, la relación casuística del derecho, la
formación de funciones informáticas en un programa de ordenador frente a su acción en una
aplicación concreta.

¿Un ejemplar podría ilustrar diversos tipos? ¿Hay algún type que no tenga token? ¿Existen los
tipos? ¿Un ejemplar es repetible? ¿Creéis que las teorías lógicas del lenguaje se preocupan por
tipos o por tokens?

Desde el punto de vista de Saussure y su relación lenguaje-lengua: La lengua sería un token, al


ser múltiple y diversa; frente al lenguaje que sería un tipo. Toda lengua participa de un
lenguaje.

Clase 16 de octubre

Ahora abordamos la teoría de tipos de Russel. Se pueden dar paradojas semánticas en esta
teoría. Hay tokens de un tipo que son un propio tipo, por ejemplo: Los vertebrados son un
type, pero son un token del type animales. Se da una jerarquización del lenguaje para no
incurrir en falacias semánticas. Esto nos llevará a la teoría de conjuntos. Para Peirce no hay
otra forma de conocer que no sea mediante signos, sólo pensamos con signos y solo podemos
acceder al type a través de tokens. Sólo podemos acceder también, a un token, como signo de
un type. No existen los tipos como existencia física. Es una relación de vinculación type-token.
El lenguaje aquí funciona como un transmisor de pensamiento. Es necesario saber, por ello,
como definir un tipo y a donde nos conduce esa definición.

2.3. uso/mención:

Se retrotrae al medievo con los escolásticos, Peirce retoma la palabra/concepto “suppositio”,


que se refiere a remitir a un tipo referencial. La distinción uso/mención lleva a modos de
referir. Podemos referir a algo distinto al lenguaje y al propio lenguaje. Remite a la referencia
lindad del lenguaje

Suppositio formalis: Por una realidad no lingüística. El uso que lleva hace referencia a algo
distinto del signo. El signo funcionará como uso cuando sustituya a algo extralingüistico.

Suppositio materialis: Están por ellos mismos, los signos. La mención hace referencia al propio
signo. Expresiones para referirnos a la propia expresión, cuando el signo señala a algo
lingüistico como a sí mismo. La mención también se puede tener como un uso del lenguaje.

9
Para distinguir esto aclararemos sencillamente que las comillas simples nos refieren a la
Suppositio materialis, mientras que las comillas dobles a la formalis. Esto forma parte de la
teoría de las citas de Quine, Tarsky y Davidson.

Quine nos ofrece de un modo sencillo una propuesta sobre esta teoría de las citas. De este
modo, podemos distinguir Boston de “Boston”. La cita sirve como un nombre del nombre. Una
cita nombra su interior, es un nombre de las propias entrañas. Si se utiliza la doble comilla es
una cita de la cita. Afirma a partir de esto que no se debe confundir el nombre con lo
nombrado, no se puede confundir una ciudad real con su nombre, sin embargo, el problema se
encuentra a nombrar los nombres utilizando sus signos mismos, esto se utiliza a través de las
comillas simples.

Boston -> Signo que está por una ciudad.

‘Boston’ -> Palabra Boston

“Boston” -> Cita de la palabra Boston.

Por ejemplo, Boston no es bisílabo; pero ‘Boston’ sí es bisílabo. Una cita, por tanto, transforma
un signo en el nombre de tal signo. En el contexto de la cita debe comprenderse el signo no
como algo que señala a un objeto sino al signo mismo, tiene un significado distinto al
significado usual de dicho signo.

“Para mencionar algo usamos su nombre, o alguna descripción. Cuando decimos que Boston
tiene trece concejales usamos el nombre de la ciudad y con ello mencionamos la ciudad, tal y
como acabo de hacer. Escaso lugar para el misterio hay en esto, gracias a la feliz circunstancia
de que hay pocas cosas menos parecidas a una ciudad que un nombre. Mencionar ciudades y
otros objetos concretos es un juego de niños; simplemente use sus nombres. El cuidado
comienza a ser aconsejable, sin embargo, cuando pasamos a mencionar nombres. Para
mencionar un nombre, como cualquier otra cosa, se usa un nombre suyo. Boston no es
bisílabo, pero ‘Boston’ lo es: la cita sirve como un nombre del nombre. Una cita nombre su
interior. Es un nombre de sus propias entrañas. Tampoco se debe suponer que ‘Boston’ es una
cita. ‘Boston’ es simplemente una palabra de seis letras, y no contiene comillas. Para
mencionar la cita usamos su nombre, una cita de la cita”

Willard Van Orman Quine (1987) Quiddities: An Intermittently Philosophical Dictionary

“(…) el no distinguir claramente entre el objeto y su nombre ha producido confusión y


controversias. Ordinariamente, no hay que atribuir el fallo en mantener esta distinción a
ninguna estrecha semejanza entre el objeto y el nombre, incluso si resulta que el objeto es a su
vez un nombre, pues incluso la discriminación entre un nombre y otro es una operación visual
de tipo elemental. La dificultad más bien proviene de que se olvida que un enunciado acerca
de un objeto debe contener un nombre del objeto y no el objeto mismo. Si el objeto es un
hombre o una ciudad, circunstancias físicas impiden que se cometa el error de usar el objeto
en lugar de su nombre. Sin embargo, cuando el objeto es un nombre u otra expresión, el error
se comete fácilmente”

Willard Van Orman Quine (1981), Mathematical Logic (trad. Lógica matemática, Revista de
Occidente: Madrid).

2.4 Lenguaje objeto/metalenguaje

10
Esto nos permite establecer niveles jerárquicos en el lenguaje. Con él podemos referirnos de 2
modos, al propio lenguaje (que podría ser la cita, de la cita, de la cita, de la cita…) o a algo
fuera del lenguaje. Para Quine no se puede confundir el signo con lo que el signo sustituye. No
distinguir claramente el objeto con el nombre ¿Cómo podemos confundir cosas con nombres?
Necesitamos del sustituto para poder hablar.

En el lenguaje escrito tenemos una convención, pero en el lenguaje oral es más complicado. Se
realiza mediante la entonación, ayudando con ella al interpretante. Este asunto de la jerarquía
del lenguaje nos lleva a la siguiente dupla: Lenguaje objeto / metalenguaje.

Frege en esta intención de introducir matemáticas en la lógica hace uso de la “clase” jerárquica
en la clasificación jerárquica de la lengua.

Esta dupla se implica mutuamente. Metalenguaje es un lenguaje empleado para analizar,


explicar, aclarar la estructura de otro lenguaje, el lenguaje objeto. Mientras que el lenguaje
objeto no necesita del metalenguaje.

Tarski9 diría que el lenguaje semánticamente cerrado, la lengua saussureana natural,


produciría paradojas al probar la definición de la verdad y tratar los problemas semánticos. El
enunciado “es verdad” es metalingüístico, se aplica a un nivel distinto. Para tratar la definición
de verdad se ha de tomar en consideración 2 lenguajes. “Es verdad” se aplica al lenguaje
objeto. El metalenguaje resuelve paradojas semánticas, problemas que se generan en el
lenguaje objeto. Por tanto, afirma que esta distinción lenguaje-objeto / metalenguaje es
necesario mismamente para la definición de la verdad y la semántica de todo lenguaje, en
tanto que para dirigirnos a esos campos de un lenguaje necesitamos un metalenguaje que
tenga sus propios signos para señalar al lenguaje que se analiza.

“Puesto que hemos acordado no emplear lenguajes semánticamente cerrados, debemos usar
dos lenguajes diferentes al tratar el problema de la definición de la verdad y, en general, todos
los problemas semánticos. El primero de estos lenguaje es el lenguaje acerca del que «se
habla», y que es el tema de toda discusión; la definición de la verdad que estamos buscando se
aplica a las oraciones de este lenguaje. El segundo es el lenguaje en que «hablamos acerca
del» primer lenguaje, y en cuyos términos deseamos, en particular, construir la definición de
verdad para el primer lenguaje. Denominaremos lenguaje-objeto al primer lenguaje y
metalenguaje al segundo”

Alfred Tarski (1944) "The Semantical Concept of Truth and the Foundations of Semantics,"
Philosophy and Phenomenological Research 4: 341-75. (Trad. “La concepción Semántica de la
Verdad y los fundamentos de la semántica” en Valdés Villanueva, Luis M. (ed.), La búsqueda
del significado, Tecnos: Madrid)

El metalenguaje usa signos para referirse a signos del lenguaje objeto, por el contrario, el
lenguaje objeto usa sus propios signos para dirigirse a los objetos. Esto nos va a llevar a la
cuestión de Frege de construir un lenguaje lógicamente perfecto (LLP), algo que pretende
asociar signos a signos generando univocidad. Es decir, que un solo signo me lleve sólo a algo
concreto.

Karl Popper10 trata el mismo asunto: Un metalenguaje permite hablar de otro lenguaje. Se
puede utilizar una lengua como metalenguaje de otra lengua al hablar de esa otra. Por
9
tiene un texto propio en el campus. “La concepción semántica de la verdad y los fundamentos de la
semántica” (1944)
10
“Conocimiento objetivo”, 1972.

11
ejemplo, conectar el alemán con el español mediante el establecimiento de correspondencias
entre una y otra gramática. La traducción necesita de experiencia para poder hacerse
pragmática. El alemán se puede tomar como lenguaje objeto y como metalenguaje.

“Un metalenguaje es un lenguaje en el que podemos hablar acerca de otro lenguaje. Por
ejemplo, una gramática alemana escrita en castellano utiliza este idioma como metalenguaje
para hablar sobre el alemán. El lenguaje sobre el que hablamos valiéndonos del metalenguaje
(en este caso el castellano) se suele denominar «el lenguaje objeto» (en este caso el alemán).
Lo típico del metalenguaje es que contiene nombres (metalingüísticos) de las palabras y
enunciados del lenguaje objeto, así como predicados (metalingüísticos), como «nombre (del
lenguaje objeto)», «verbo (del lenguaje objeto)» o «enunciado (del lenguaje objeto)». [...] Por
ejemplo, hemos de poder decir en el metalenguaje castellano cosas tales como: Las palabras
alemanas «Das Gras ist grün» constituyen un enunciado en alemán. Por otro lado, hemos de
poder describir en nuestro metalenguaje (castellano) el hecho que describe el enunciado
alemán «Das Gras ist grün». Describimos este hecho en castellano diciendo sencillamente, que
la hierba es verde. Ahora podemos formular en el metalenguaje un enunciado sobre la
correspondencia con los hechos de un enunciado del lenguaje objeto del modo siguiente.
Podemos hacer la afirmación: El enunciado alemán «Das Gras ist grün» corresponde a los
hechos si, y sólo si, la hierba es verde”

Karl Popper (1972) Objective Knowledge (Trad. Conocimiento objetivo, Editorial Tecnos:
Madrid)

Roland Barthes11 también trata este asunto. Continuador de Saussure. La semiología ( =


semiotica) (La semiología se asocia a Saussure, la semiótica a Peirce) es un metalenguaje en
cualquier ámbito en el que haya signos, allá donde esté en juego el significado. No son
conceptos absolutos, se podría tener una metasemiótica. La semiología es un metalenguaje
porque se hace cargo, a titulo de segundo sistema, de un lenguaje primero (o lenguaje-objeto)
que es el sistema estudiado; y este sistema-objeto es significado a través del metalenguaje de
la semiología. Desde Barthes esto se aplica a todo ámbito que contenga signos significantes
interpretables. Afirma además que el metalenguaje no debe entenderse sólo en términos
científicos, se puede utilizar para la ciencia, pero no sólo se aplica a esto.

“(…) la semiología es un metalenguaje, puesto que se hace cargo, a título de segundo sistema,
de un lenguaje primero (o lenguaje-objeto) que es el sistema estudiado; y este sistema-objeto
es significado a través del metalenguaje de la semiología. La noción de metalenguaje no debe
reservarse a los lenguajes científicos (…) Nada prohíbe que un metalenguaje se convierta a su
vez en lenguaje-objeto de un metalenguaje; sería el caso de la semiología, por ejemplo, el día
que fuera “hablada” por otra ciencia”

Roland Barthes (1985), L’aventure sémiologique (Trad. La aventura semiológica, Editorial


Paidós: Barcelona)

¿Puede el metalenguaje tener como lenguaje objeto otro metalenguaje? Obvio. ¿y un


metalenguaje y un lenguaje objeto ser idénticos? Sí, en términos sintácticos, no en términos
semánticos, obviamente. Todo metalenguaje puede convertirse en lenguaje objeto en tanto
que estas posiciones jerárquicas no son absolutas, esto aplica al lenguaje una recursividad
posiblemente infinita en el lenguaje.

11
“La aventura semiológica”, 1985.

12
Esto nos lleva al lenguaje lógicamente perfecto. Esto es una aspiración pretérita de la filosofía,
un lenguaje artificial, como instrumento filosófico, para su aplicación a todas las ciencias y que
evitemos con ello el error, la ambigüedad y las confusiones.

2.5. Sintaxis, semántica y gramática (distinción de Morris12).

“Dadas las estructuras sígnicas, es posible someterlas a un análisis tridimensional, investigando


su estructura, su relación con lo que denotan y sus relaciones con los intérpretes. Esto se hará
en términos generales, ocupándonos sucesivamente de la sintaxis, la semántica y la
pragmática del lenguaje, pero teniendo siempre presente la relación de cada campo de la
semiótica, con los restantes” (…) “La sintaxis lógica omite deliberadamente lo que se han
denominado las dimensiones semántica y pragmática de la semiosis para concentrarse en la
estructura lógico-gramatical del lenguaje, es decir, en la dimensión sintáctica de la semiosis. En
este tipo de consideración un «lenguaje» (o sea, un Lsin) se transforma en un conjunto
cualquiera de cosas relacionadas en función de dos tipos de reglas: las reglas de formación,
que determinan las combinaciones independientes y permisibles de los elementos del
conjunto (esas combinaciones reciben el nombre de oraciones); y las reglas de transformación,
que determinan las oraciones que pueden obtenerse a partir de otras oraciones”

Charles Morris (1938) Foundations of the Theory of Signs (Trad. Fundamentos de la teoría de
los signos, Paidós: Barcelona)

Ante el signo se puede estudiar: su estructura, su relación con lo que denota y sus relaciones
con los interpretantes. Esto se relaciona con el eje sintagmático de Saussure, que señalaba la
distinción entre el eje pragmático y el sintagmático, que nos permitía hacer relaciones entre
signos. Este eje sintagmático nos lleva a la sintaxis.

Esto genera un triángulo, como el de Saussure:

-Objeto

-Significante

-Significado

En la dualidad significante-significado, esto genera relaciones de significación o intensión. En la


otra dirección tienes la relación entre significante y objeto, donde se contiene la relación de la
denotación o extensión. En el plano de Peirce tienes representamen (significado),
representante (significante), objeto (denotación).

Morris añade a estos triángulos al propio interpretante, al representante lo llama vehículo


sígnico, designata al significado y como objeto lo llama denotatum.

Plano sintáctico: Cuando analizamos signos de acuerdo con su estructura y su relación entre sí.

Plano semántico: Cuando analizamos signos de acuerdo con lo que denotan.

Plano pragmático: Cuando analizamos el signo en relación con el interprete, aquel que
descodifica los signos.

12
Fundamentos de la teoría de signos. (Charles Morris, 1871). Filósofo del Círculo de Viena, en contacto
con Carnap.

13
La sintaxis es la parte de la semiótica más desarrollada, en tanto que podríamos pensar que
arranca desde Grecia, Morris nos va a presentar la sintaxis lógica 13. Esta sintaxis lógica va a
tratar de la estructura lógico-gramatical del lenguaje. Para esto el lenguaje depende de dos
tipos de reglas, reglas de formación y reglas de transformación.

Carnap14 habla de la sintaxis lógica como la teoría formal de dicho lenguaje. En tanto en cuanto
no se hace cargo de ninguna referencia a objeto o significado, es decir, la sintaxis lógica
excluye la parte denotativa y de significación de los propios signos. Sólo se encarga de los tipos
y al orden en el que aparecen. La sintaxis lógica tiene autonomía en relación con el resto de la
filosofía del lenguaje, este desarrollo esta muy emparentado con el Círculo de Viena.

“La sintaxis lógica de un lenguaje dado ha de entenderse como la teoría formal de dicho
lenguaje. Esto precisa una mayor explicación. Llamaremos «formal» a toda consideración o
afirmación relativa a una expresión lingüística, en tanto en cuanto no hace ninguna referencia
al sentido o significado. Una investigación formal en torno a una oración dada no atañe al
sentido de la oración ni al significado de las palabras aisladas, sino únicamente a los tipos de
palabras y al orden en que se suceden unas a otras”

Rudolf Carnap (1935), “Philosophy and Logical Syntaxis” (Trad. “Filosofía y sintaxis lógica” en
Muguerza (coord..) La concepción analítica de la filosofía, Alizanza Editorial: Madrid)

La pragmática por su parte está relacionada con la corriente conductista y la relación con el
interprete. Siempre que comprendamos el lenguaje como un acto vamos a estar en el ámbito
de la pragmática. Es la ciencia de la relación de los signos con sus interpretes. Morris lo
describe así, y está relacionado con el conductismo en tanto que Morris es conductista. Dista
de una interpretación más cercana al ámbito que estudiaremos, pero es interesante en sí.

La semántica estudia la referencia y significación de los signos. Está el plano del significar y el
plano del denotar. El plano de la intensión y la extensión, es decir, del significado y la
referencia. También se da la distinción entre semántica pura y descriptiva. La semántica pura
comprende el lenguaje como una entidad autónoma de las relaciones internas. Vamos a
utilizar semántica filosófica para tratar la semántica de Frege.

“Por «pragmática» se entiende la ciencia de la relación de los signos con sus intérpretes (…)
Habida cuenta de que la mayoría de los signos, si no todos, tienen como intérpretes seres
vivos, para caracterizar con precisión la pragmática bastará con decir que se ocupa de los
aspectos bióticos de la semiosis, es decir, de todos los fenómenos psicológicos, biológicos y
sociológicos que se presentan en el funcionamiento de los signos”

Charles Morris (1938) Foundations of the Theory of Signs (Trad. Fundamentos de la teoría de
los signos, Paidós: Barcelona)

“La semántica se ocupa de la relación de los signos con sus designata y, por ello, con los
objetos que pueden denotar o que, de hecho, denotan. Como sucede con las restantes
disciplinas que se ocupan de los signos, puede hacerse una distinción entre sus aspectos puros
y descriptivos: la semántica pura proporciona términos y la teoría necesaria para hablar de la
dimensión semántica de la semiosis, mientras que la semántica descriptiva se interesa por
aspectos reales de esa dimensión”

13
Íbid.
14
Phylosophy and Logical sintaxis, (1935)

14
Charles Morris (1938) Foundations of the Theory of Signs (Trad. Fundamentos de la teoría de
los signos, Paidós: Barcelona)

2.5.1. Semántica estructuralista, cognitiva y filosófica.

En el ámbito de la semántica vamos a encontrar una taxonomía compleja. Está por un lado la
semántica estructuralista (Saussure), por otro lado la semántica cognitivista y en ultimo lugar,
lo interesante, la lógica filosófica. La visión estructuralista afirma que el significado está
anclado al sistema y solo es comprensible desde su interior. Los cognitivistas hablan del
lenguaje y el significado como un modo de comprensión, a través de lo que se comprende
como “experiencia”. La dimensión lógico-filosófica se centrará en el giro lingüistico, en la
relación mundo-lenguaje-pensamiento; Peirce afirma que no hay distinción entre lenguaje y
pensamiento. Tanto desde un punto de vista extensional como intensional. Preocupándonos
tanto de como el signo significa como del como denota.

Bifrontalidad de la lógica filosófica. Por un lado tenemos la semántica, Lenguaje - R; y por otro
lado, la pragmática Lenguaje – Acción.

2.5.2 Externismo vs. internismo semántico

La última distinción trata de Internismo VS Externismo. Es la distinción entre como


identificamos el significado. Si bien como una entidad subjetiva en la mente del hablante y del
oyente, el internismo, que establece una prioridad ontologica del pensamiento sobre el
lenguaje, un individualismo, que parte de John Locke. Frente a eso tenemos que situar a los
externistas, esto es un anti-individualismo, en tanto que el significado está supeditado a
estructuras externas al propio hablante-oyente.

Tarea para entregar a través del campus sobre la distinción uso-mención. (Semana que viene):
Considerar si son verdaderas, falsas o mal formadas (en el caso de ser estas dos ultimas
convertirlas en verdaderas, siempre manteniéndonos al material lingüistico que ya hay ahí).

1. Madrid es un nombre de un nombre de una ciudad.

2. Montse no es un nombre de Montserrat.

3. ‘Lisboa’ aparece usada en Lisboa está en África.

4. Roma es un nombre formado por seis signos.

5. Mafalda es una expresión lingüística.

Clase 23 de octubre –

2. Gottob Frege
Frege hablando de lógica matemática es contrario al formalismo, lo que dice que los números
son meros trazos sin contenido, estaba en contra de esto; también era anti-psicologista, en
contra de aquellos que decían que los números eran imágenes en la mente. Es de los pocos
matemáticos que no entraban ni en el psicologismo ni el formalismo.

15
La lógica para Frege es el principio rector de la filosofía, sin lógica no hay nada correcto; a
partir de esta línea inventará un instrumento propio, la conceptografia. Es el considerado
fundador de la filosofía del lenguaje contemporánea. También se le considera el padre del giro
lingüístico. Su revolución filosófica, según Dummet, es desplazar la teoría del conocimiento. Se
le considera el fundador de la filosofía contemporánea gracias al giro lingüístico que realiza.
Hace que pasemos del «¿Cómo es posible el conocimiento?» al «¿Cómo es posible el
lenguaje?», comprendido lenguaje como un vehículo del pensamiento. Genera una nueva
visión del lenguaje al introducir filosofía en la teoría del significado, afirma que conocemos a
través del lenguaje.

La preocupación central en Frege es «¿Qué significa el significado?», así como «¿Cómo es


posible que unas manchas sirvan para referir a objetos extralingüísticos?» Según Dummett, el
logro básico de Frege fue ignorar la tradición cartesiana y aportar su punto de vista. Así, Frege
estableció el objeto propio de la filosofía, según Dummett, este es el análisis de la estructura
del pensamiento, que debe distinguirse del objeto psicológico del pensar. (Antipsicologismo).
Del mismo modo, también afirma que el único método apropiado para analizar el pensamiento
es analizar el lenguaje. Michael Dummett, Frege, Philosophy of Language (1973).

¿Qué instrumento va a permitir tratar los problemas filosóficos desde este punto? En Frege va
a aparecer el instrumento de la conceptografía. Resultado de la obsesión de la búsqueda del
lenguaje perfecto. Frege en ultima instancia va a intentar dar cuenta de la semántica a través
de la sintaxis. Buscaba el lenguaje perfecto, una tradición en Descartes y en Leibniz mismos,
que también se verían aspirando a ese proyecto.

«Creo poder hacer muy clara la relación de mi conceptografía con el lenguaje común si la
comparo con la que hay entre el microscopio y el ojo. Este último, por el campo de su
aplicabilidad y la movilidad con que se sabe adaptar a las más diversas situaciones, posee gran
superioridad frente al microscopio. Considerado como aparato óptico, muestra sin duda
muchas imperfecciones, las cuales pasan desapercibidas, por lo común, sólo como
consecuencia de su estrecha conexión con la vida mental. Pero tan pronto como los propósitos
científicos establecen mayores exigencias en la precisión de las distinciones, el ojo resulta
insuficiente. Por el contrario, el microscopio es de lo más apropiado para tales fines, aunque,
por ello, no es utilizable para otros»

(Prólogo, Conceptografía, 1879)

Clase de 29 de Octubre

La comparativa ojo/microscopio se desarrolla afirmando que el ojo también tiene cualidades


que el microscopio no tiene. (Ojo = lenguaje ordinario) (microscopio = lenguaje técnico-
específico). Por tanto, no hay que pensar que Frege rechaza el lenguaje ordinario. El problema
son las metáforas. Frege pone el foco de atención en que, a pesar de intentar no usar el
lenguaje ordinario porque es ambiguo y puede llevar al error, hace uso de él para dar
presencia a su lenguaje lógicamente perfecto, con esas metáforas. Frege pretende
desenmascarar de algún modo los engaños producidos por el lenguaje ordinario, pero se sirve
de él para presentar esos engaños. Lo veremos también en su asunto sobre sentido/referencia.
Todos los ejemplos que va a trabajar están en el lenguaje ordinario, esto nos puede hacer
pensar que es una contradicción; siendo un matemático parece que esto no tiene cabida. Esto
lo justifica con el siguiente fragmento:

«Si es una tarea de la filosofía quebrar el dominio de la palabra sobre la mente humana al
descubrir los engaños que sorbe las relaciones de los conceptos surgen casi inevitablemente

16
en el uso del lenguaje, al liberar al pensamiento de aquéllos con que plaga la naturaleza de los
medios lingüísticos de expresión, entonces mi conceptografía, más desarrollada para estos
propósitos, podría ser un instrumento útil a los filósofos. Ciertamente, tampoco volverán puros
a los pensamientos, como que no es posible otra cosa con un medio de presentación externo;
pero, por una parte, se pueden limitar estas discrepancias inevitables e inocuas y, por otra
parte, en virtud de que son de un tipo totalmente distinto al de las que son propias del
lenguaje, se ofrece ya una protección contra, una influencia unilateral de este medio de
expresión».

(Prólogo, conceptografía, 1879)

Afirma que su propuesta no es una propuesta descriptiva del lenguaje ordinario, el


microscopio no traduce lo que hace el ojo, sino que busca reconstruir. El lenguaje ordinario
oscurece y disfraza las autenticas relaciones que aparecen conceptualmente, las cuales buscan
expresar las relaciones de la realidad, pero también tiene otras funciones. La conceptografía
puede ser útil para los filósofos y muchas otras ciencias, por lo que hace toda una exposición
de como todos los lenguajes de las ciencias podrían quedar subsumidos en un lenguaje general
como es el suyo.

Su intención es liberal a la mente de la tiranía de las palabras. Pero sólo a través de ellas nos
hacemos con el mundo, entonces en este sentido, este lenguaje de formulas sirve para liberar
a la mente humana de la tiranía de las palabras. Cómo si el lenguaje cotidiano fuese poco
sensible a las sutilezas lógicas y como si encubriese la realidad. El lenguaje natural tiene estos
dos problemas. En tanto que esas ilusiones aparecen de manera irremediable en el lenguaje
natural/ordinario.

“«Ciertamente, tampoco volverán puros a los pensamientos…” Aquí se cubre un poco de esa
contradicción, al mostrar en cierto modo la dialéctica entre el propio lenguaje lógicamente
perfecto frente al lenguaje ordinario, del mismo modo que existe una dialéctica entre el ojo y
el microscopio en su utilidad.

El lenguaje de la conceptografía mostrará lo que es relevante para la secuencia de inferencias.


El contenido conceptual veremos como va cambiando en sus nociones en la conceptografía,
que busca plasmar reglas sintácticas o reglas de inferencias lógicas, para dar cuenta de un
razonamiento que sea de principio a fin. Hay que aclarar de todos modos que su sintaxis
conceptográfica no se ha utilizado en absoluto posterior a él, en tanto que nos exige una
lectura muy compleja:

17
Intenta exponer reglas semánticas a partir de reglas sintácticas. El alcance de la conceptografía
en este sentido es revolucionario, al menos en sus intenciones. Este lenguaje formal para el
pensamiento puro no debe considerarse nunca una traducción. Este pensamiento puro no
debe reflejar todos los rasgos del lenguaje ordinario. Sólo lo que es relevante para esa posible
cadena de inferencias. No emplea aún el término significado aquí, sólo emplea el término
“contenido conceptual”. El término significado sustenta este ultimo, pero no lo usa en la
conceptografía, sino que lo desarrollará en el sentido y referencia.

Lo que aparece en la conceptografía es el contenido enjudiciable, que radica en el contenido


expresado no sólo en las meras fórmulas, no lucha solo contra el psicologismo, sino que
también va a enfrentarse a un formalismo imperante. El formalismo afirma que la lógica debe
contener solo signos sin contenido. Esto no le va a gustar a Frege.

Su propósito es analizar el pensamiento y lo hará por el único método posible tras el giro
lingüístico, a través del lenguaje. La conceptografía por tanto es la primera formulación
sistemática de ese cálculo proposicional, no es una lógica de términos sino de proposiciones.
Aquí tenemos otras opciones:

«No quiero presentar una lógica abstracta con fórmulas, quiero expresar un contenido con
signos escritos con la mayor claridad y precisión que sea posible obtener con palabras. De
hecho, no quiero crear un simple calculus ratiocinator sino una lingua characteristica en el
sentido de Leibniz, aunque reconozco que el cálculo inferencial mencionado es un
componente necesario de la Conceptografía.»

18
(Sobre el propósito de la conceptografía. 1883, pp. 90-91)

Aquí quiere decir, en su primera proposición, que quiere alejarse de los formalismos, porque
no quiere simbolos que no puedan ser analizados desde el campo de la semántica. Le
interesan los símbolos que tienen contenido. Quiere expresar un contenido con signos escritos
con la mayor claridad y precisión, en la misma línea que Descartes y Leibniz. No quiere crear
un calculus ratiocinator, porque no quiere quedarse sólo en el ámbito de la sintaxis. Frege en
cierto modo, sigue el esquema de Boole, el cual desarrolló el álgebra comprendida como
composición de signos. Pero Frege no quiere quedarse sólo ahí, porque le preocupa la
semántica. Busca, en el sentido de Leibniz, una lengua con contenido semántico, para poder
ser aplicado a todas las ciencias.

La serie de ordenación, un término matemático, lo ha enganchado a una serie terminológica.


Igual que la aritmética es la base de toda la matemática, no es lo único de la matemática; por
eso, en este lenguaje, el calculo de inferencias es necesario, pero no será lo único.

También hay que tener clave el principio de prioridad proposicional, en Frege. Una oración es
una entidad lingüística básica, con tipos distintos como una proferencia y un enunciado;
mientras que en el interior del enunciado aparecen las proposiciones. Introducirá también el
término de fuerza locutiva. Para matizar que las oraciones pueden tener fuerzas distintas, y
según la que tenga, serán oraciones declarativas, afirmativas, imperativas, etc.

Una proferencia es algo equiparable al acto verbal, a la emisión lingüística. Un enunciado para
nosotros a partir de ahora siempre va a ser un cierto tipo de oraciones, como las declarativas o
asertivas; que son las únicas que nos preocuparán. Porque son las únicas susceptibles de
atribuirse un valor de verdad, al contrario que las imperativas, por ejemplo. Estas oraciones
serán las únicas validas para emitir aseveraciones o juicios. En su interior se encuentran las
proposiciones, comprendidas por ahora como el producto de un acto aseverativo; es lo que se
dice al proferir en condiciones apropiadas un enunciado. Para andar por casa una proposición
es el contenido de un enunciado.

El principio de prioridad proposicional basa la proposición como el lugar central de la teoría, a


partir de tal posición desde donde se podrán realizar las cadenas de inferencias lógicas. Son los
elementos primarios donde recaen las propiedades lógicas. Además, las proposiciones son el
resultado de un acto asertivo (PA).

Ejemplos de enunciados:

2+2=4

El cambio climático ha aumentado la temperatura de la Tierra.

Sin embargo, “Mañana lloverá” no es un enunciado. En tanto que en sí mismo no es


verificable, no tiene un campo de aplicación. Un valor veritativo no puede estar supeditado a
un contexto. La prioridad proposicional está ligado al termino del contexto, contexto en
términos de oración, no contexto social ni geográfico. Un enunciado solo responde al contexto
oracional en el que se le incluye, por ello, la oración “Mañana lloverá” tiene un contexto
insuficiente para verificar el nivel de veracidad de ella.

Descripción semántica – Símbolos:

La conceptografía arranca con el juicio, comprendiendo juicio como algo distinto de pensar y
aseverar, es el concepto básico y capital de la conceptografía. Éste se expresa mediante

19
proposiciones, de ahí que el núcleo central sean las proposiciones. La unidad básica de la
significación y el conocimiento es el juicio, esto será la aserción de un pensamiento.

Los juicios además tendrán dos operadores o componentes, uno que viene representado por la
barra vertical, el operador asertivo, lo que transforma el contenido en un juicio. Mientras que
la barra horizontal es el contenido del acto lingüístico, aquello susceptible de ser juzgado.

Una de las novedades de la lógica fregeana es considerar el juicio como unidad básica frente a
la lógica aristotélica o la lógica de Leibniz. Siendo previos en estas lógicas los conceptos a los
juicios.

Otro punto cardinal sería el contenido de los juicios, el contenido judiciable o enjuiciable, es el
contenido que sigue a la barra horizontal y que puede ser aseverado como siendo un hecho.
Este contenido será importante con respecto a la verdad. Este contenido tendrá que ver con la
dicotomía sentido/referencia. Esto lleva a pensar que no todo contenido es un juicio, sino se
introduce la aseveración veritativa, no hay juicio. Estaríamos simplemente ante una
combinación de ideas pero sin poder confirmar la verdad de esas ideas.

20
«La mera invención de esta conceptografía, me parece, ha hecho prosperar a la lógica. Espero
que los lógicos, si no se dejan intimidar por una primera impresión frente a lo extraño, no
negarán su asentimiento a las innovaciones a que me vi impelido por una necesidad inherente
al asunto mismo. Estas discrepancias con lo tradicional encuentran su justificación en que la
lógica, hasta ahora, siempre se ha ajustado muy estrechamente al lenguaje y a la gramática».

(Prólogo, Conceptografía, 1879)

Los dos aportes clave son las relaciones y la cuantificación. Afirma que ese ajuste al lenguaje
no conviene a sus propósitos en la lógica, esto es porque la gramática del lenguaje no es un
buen referente para la lógica; por ello hay que superar la gramática, porque no es fiable para
hallar veritatividad. Busca además, con ello, superar la silogística aristotélica:

«En el primer esbozo de un lenguaje de fórmulas me dejé llevar por el ejemplo del lenguaje
ordinario, componiendo los juicios con sujeto y predicado. Pero pronto me persuadí de que
esto era contrario a mi propósito y de que só0lo conducía a prolijidades inútiles».

(Conceptografía)

Intenta, a pesar de estar todos supeditados al lenguaje ordinario, ver como ese lenguaje
ordinario también nos limita. Porque en esa noción inicial de juicio se introduce la dicotomía
sujeto/predicado; por eso lo desecha. El primer paso que realizará será eliminar la dupla
sujeto/predicado propuesta por la silogística aristotélica, lo que hasta él se daba; y la sustituirá
por los términos argumento/función. Que permiten mayor complejidad en el ámbito lógico. La
superación de la silogística la vemos claramente con la pasiva y la activa, difieren de la
estructura gramatical una oración activa y una oración pasiva, pero no difieren de su
contenido; esto para Frege sería un problema. Dos oraciones diferentes que expresan la misma
proposición le hacen a Frege rechazar la dupla sujeto/objeto.

Son enunciados equipolentes, cualquier cosa que se siga de “El ojo miró por el microscopio”,
se sigue de “El microscopio mirado por el ojo”, las inferencias que se consiguen de esos
enunciados son iguales. A él le interesa el concepto de función¸ lo que le permitirá dar un paso
más en la lógica.

Lo revolucionario de esto es que, si sustituimos vaca por oveja, sigue siendo un enunciado
válido. Se puede saturar, o completar, cualquier enunciado sustituyendo siempre por un
argumento que satisfaga las propiedades que la función enuncia. Abre el ámbito a muchos
sujetos, no sólo uno. El argumento es el paréntesis, lo demás, es la función. El paréntesis es la
generalización, el lugar vacío que se puede cubrir siempre por un término conveniente.
¿Cuándo será un término conveniente? Cuando posea la propiedad indicada por la expresión.
Un argumento es un término incompleto que completa a la función.

21
Esto de argumento lo llamará después “nombres”, estos son lo que saturan la función. La
función es la propiedad que los argumentos poseen. Una función saturada por un argumento
será el paso del sentido a la referencia y el paso al valor de verdad. También abre la cuestión,
no sólo de un argumento y función; sino a las relaciones enearias, funciones que tienen varios
argumentos rellenables.

“() ama a ()” sería una función con dos argumentos. Podría esto desarrollarse infinitamente
generalizándose para comprender funciones pluriargumentales. Esto tiene una gran
importancia en la historia de la lógica, en tanto que posibilita el análisis adecuado de
enunciados relacionales. Las relaciones y los cuantificadores van a ser los aportes
fundamentales de la lógica de Frege.

Los espacios vacíos serán paréntesis, las letras mayúsculas serán argumentos indeterminados
expresando generalizaciones, mientras que las minúsculas serán argumentos determinados
que saturan la función. Esto tendrá que ver con la teoría de la cuantificación.

«Si en una expresión aparece un símbolo simple y otro compuesto en uno o más lugares, y si lo
pensamos como reemplazable en todos o en algunos de estos lugares por algo distinto, pero
siempre por lo mismo, entonces a la parte de la expresión que se muestra invariable bajo tales
reemplazos la llamamos función; y a la parte reemplazable, su argumento».

(Conceptografía)

Esto es importante lógica, ontológica y epistémicamente.

«Los enunciados afirmativos en general pueden concebirse, lo mismo que las ecuaciones o las
expresiones analíticas, descompuestas en dos partes, una de las cuales está completa en sí
misma, mientras que la otra precisa de complemento, es no-saturada»

(Función y concepto, 1891)

El argumento será lo que complete la función. Mientras que la función precisa de


complemento en tanto que per sé no está saturada, necesita de un argumento para ser

22
completa. Esto tiene su equivalencia en el ámbito óntico. Del dualismo lingüístico como
superación de la silogística aristotélica debe haber un correlato ontológico. Pasamos a la onto-
semántica de Frege. El argumento desde el plano óntico será un objeto. A/F -> O/F. Afirma
entonces que en el mundo sólo hay objetos y funciones, agotan el plano de lo real. Los objetos
serán entidades saturadas, ya sean físicos (personas, perros…), mentales (ideas) o abstractos
(números, concepto, mortalidad…); completos en sí mismos.

Afirma que el objeto, por su simplicidad, no es definible lógicamente; por ende, todo objeto es
lo que no es función, aquello que no expresa un lugar vacío. Es un primitivo lógico. Frente a las
funciones, expresa varios tipos: monádicas, diádicas, eneádicas. Entidades incompletas
expresadas a través de expresiones funcionales.

Además, expresa distintas clases de expresiones:

Es una ontología diseñada para promover distintas categorías en el mundo, designables por
expresiones de las distintas categorías expresionales. La ontología no se construye con
independencia de los medios lingüísticos de los que disponemos para hablar el mundo. Este es
el resultado de la ontosemántica fregeana. Podemos hablar de cierta forma del mundo porque
tenemos ciertas categorías lingüísticas a nuestra disposición.

Clase del 30 de octubre

En esta clase es necesario haber leído el prólogo completo a la Conceptografía. La


conceptografía va a mostrar el método, esa simbolización de conceptos. Frege alcanza este
camino por una serie, una noción matemática, que va a ir al término consecuencia lógica. Para
fundamentar la matemática y en general la aritmética, va a tener que basarse esa aritmética
en la lógica. Esto es lo que comúnmente se denomina logicismo. Al final del texto afirma tomar
como punto de partida la aritmética, para dar salida a toda la matemática. Esto se llama
logicismo. Que las verdades matemáticas descansen en las verdades lógicas.

Este logicismo busca hacer una reducción de la teoría de los números reales a la aritmética.
Fundamenta las verdades de la matemática en la lógica. ¿Qué tipo de objeto es un número? Él

23
comienza por esta pregunta para abarcar toda la matemática. El problema es que cuando
estaba por publicar en 1903 el proyecto de su vida, recibe una carta de Russel que le tira todo
a la mierda.

Las verdades matemáticas deben descartar en principios puramente lógicos, en el texto puro,
en ese lenguaje donde expresar las verdades matemáticas, para determinar las bases de esas
verdades, es lo que le lleva a Frege a construir la construcción de la conceptografía. Hay que
ver, para entender esto, que visión tiene de la aritmética.

Kant afirmaba que la aritmética era sintética a priori, mientras que Frege afirmaba que eran
analíticas a priori. Discutirá con Kant en esto y con Stuart Mill, el cual decía que era sintética a
posteriori. Esta concepción analítica de la aritmética va a ser el punto de partida de Frege.
Frege termina publicando esta obra, tras más de 60 años dedicados sólo a fundamentar la
matemática en la lógica; pero Russel encuentra una paradoja y se lo tira todo.

Recordando los principios del proyecto de Frege, que fundamenta su lógica en la proposición,
que está formada por la dupla A/F, superando la dupla sujeto/predicado, sin tirarla del todo.
Esta superación se da porque la dupla sujeto predicado está basada en la gramática, y la
gramática por los enunciados posibles usando activa/pasiva entorpecen la transmisión de
proposiciones.

Vamos a tratar seguidamente: Sobre sentido y referencia.

¿Es la igualdad una relación? Va a entender sin distinción igualdad e identidad. Este problema
es conocido como la paradoja de la identidad. Este problema permite iluminar un problema
más general. ¿Cómo funciona el símbolo de identidad? Pues de eso trata el asunto, porque es
un símbolo necesario para un lenguaje lógicamente perfecto.

1) [A = A] Esto es una relación de algo, cualquier cosa, consigo mismo.

2) [A = B] Esto, si se toma la relación como relación entre objetos, no puede afirmarse como
que esto sea verdad.

Por tanto, el símbolo de identidad no corresponde a una relación entre objetos. Si fuese así,
entonces no habría distinción entre 1) y 2). Frege mantuvo dos posturas, la primera teoría de la
identidad: Aparece en la conceptografía y aparece como crítica a la teoría de la identidad
ingenua, que concibe la identidad como una relación del objeto consigo mismo. Esta postura
ingenua afirma que el signo es lo que sustituye al objeto sin más. Esto sería una teoría
referencialista extensional. En tanto que sólo destaca la relación signo-referente, no es posible
hacer A = B. Porque si A está por un objeto, y B está por otro.

La teoría de la identidad ingenua se suele llamar teoría objetual de la identidad. Lo que quiere
encontrar es la explicación que diferencie decir A = B (juicio sintetico) de A = A (juicio
analítico). La teoría referencialista objetual es una teoría monista que impide distinguir entre
estos enunciados.

El signo lo único que hace es denotar, sin más. El avance pasa por proponer en la
conceptografía nombres distintos. La identidad sería una relación entre nombres posibles de
objetos. Pero:

24
¿Cómo la identidad de un objeto consigo mismo expresada a través de distintos nombres
puede aumentar nuestro conocimiento del objeto? (PTI – Primera interpretación
metalingüística de la identidad) La relación es por tanto de dos nombres que designan al
mismo objeto, esta es su primera interpretación.

Volviendo al triángulo de Saussure, sobre su definición del signo lingüístico:

- Signo imparcial distinguido en significante y significado como dos caras de una


moneda. A este objeto le faltaba la referencia. Saussure decía que esta relación era
indisoluble, pero arbitraria. Esto es lo que encontramos como problema en la primera
teoría de la identidad de Frege.

Los problemas de la PTI es que las diferentes maneras de denominar es arbitrario, no da


información extralingüística. Porque hasta aquí, “casa = perro” si yo decido llamar a mi perro
“casa”. Tampoco se puede establecer una diferencia a nivel cognoscitivo, pero está buscando
determinar la forma de que A = B aporte algo como juicio sintético. Aún en la PTI no lo
consigue. Sólo nos da información de que hay dos nombres para designar a la cosa, no da más
información en absoluto bajo esta teoría. Porque lo que está declarando con A = B son modos
de designar un objeto.

En su segunda teoría de la identidad (STI) es donde declara la distinción sentido/referencia.


Para esto comienza a subsanar errores de la PTI al final de la Conceptografía:

Empieza a considerar la distinción A = B no como modos de designación, sino como modo de


determinación. Esto viene por la forma en la que se ve al objeto que se busca denotar, esta
forma de verlo es su forma de ser determinado. Al igual que a la forma y contenido, cuando se
sustituye un signo por otro, también afecta al pensamiento. Cuando tú usas un signo u otro
para hablar de un objeto, construyes el objeto de una forma u otra. Digamos que, con esta
interpretación, la distinción en la designación nos está distinguiendo información
extralingüística.

Ejemplo: Al hablar del lucero del alba o lucero vespertino. Digamos que este modo de
determinación¸ es equiparable al modo de presentación del objeto.

Por tanto, resumiendo, la teoría monista la rechaza, esta que entiende que el signo sólo es un
objeto; también la teoría nominal, que afirma que la variedad de signos sólo corresponde a
distintas formas arbitrarias de denotar.

En esta nueva teoría, la STI, introduce el concepto de sentido, con esto va a admitir ambos
juicios uno como analítico y otro como sintético que veíamos más atrás. Va a ser un postulado
epistémico, no será una relación de determinación, finalmente; por ser un modo de
presentación. Esta presentación será el modo de darse la referencia. Esto será el sentido. El

25
elemento explicativo de la diferencia cognoscitiva entre enunciados analíticos y enunciados
sintéticos.

[A = B] Es una relación entre los sentidos de los signos. Es una relación de un objeto consigo
mismo con dos sentidos mediando la relación. En esta función de relación nos está
condicionando el cómo mirar al objeto que sustituye cada signo. Introduce estas relaciones
semánticas con sentido y referencia:

Hace una distinción signo-referencia-sentido, algo de lo que se ocupa la semántica


intensionalista. Cuando la filosofía del lenguaje trata de como un signo expresa un sentido,
estaremos hablando de semántica intensional. Cuando se hable de la referencia que denota el
signo, estaremos hablando de la semántica referencialista extensionalista. Esta distinción da
lugar a abrir el ámbito de la filosofía del lenguaje. El sentido expresa y la referencia denota,
esto es importante. Un signo expresa su sentido y, además, denota una referencia.

La propuesta de Frege es dualista en tanto que concibe estos dos ingredientes del significado,
el sentido y la referencia. El sentido es lo que se presenta como una noción epistemológica,
porque contiene el modo de darse la referencia, no se queda meramente en un plano
lingüístico; nos marca la ruta para llegar a la referencia. De modo que obtenemos
conocimiento de los objetos mediante el lenguaje, por lo que no hay una relación directa entre
signo y referente, siempre está mediado por ese elemento de sentido. Así se comprende la
triada inicial de la asignatura lenguaje-pensamiento-mundo; porque todo conocimiento pasa
previamente por el elemento del lenguaje, el sentido.

Esta segunda teoría de la identidad, que comienza en el texto de Sobre sentido y referencia,
seguirá un camino partiendo de los términos singulares, para trasladarse a las oraciones
enunciativas y acabar testando su teoría en los discursos, en estilos discursivos diferenciados.
¿Por qué empieza por los términos singulares si hablaba del principio de prioridad
proposicional?

Términos singulares

Estos términos singulares tienen la función de individualizar una entidad particular, los que
declaran objetos únicos. Los nombres propios que son términos singulares obviamente; las
descripciones definidas, que no usará Frege pero hablará de algo igual con otro nombre; y las
expresiones indexicas o deícticas, las cuales sí pretenden del contexto en el que son emitidas.

“La autora del Género en Disputa” Es una descripción definida, porque señala a un objeto
único dentro de un universo posible.

Otro ejemplo:

26
Estas cuatro expresiones señalan a Venus. ¿Cuál es la diferencia de los cuatro enunciado
mientras que denotan la misma referencia? Son cuatro términos singulares que iluminan de
forma distinta a la referencia. Recordando a Pierce, aquello de que el signo no agota al objeto,
esto son cuatro modos de darse Venus diferentes. Esto tiene un sentido perspectual, porque el
signo nos representa la referencia de forma parcial, ese objeto inmediato que está presente en
el símbolo es el único que nos muestra el acceso al objeto dinámico que nos señala. El sentido
que media entre el plano formal y el objeto lo que hace es iluminar este último de forma
parcial. Por lo tanto, el sentido tampoco agota al referente.

En la página 53 de “Sobre sentido y referencia”, dice lo siguiente: «La referencia en caso de


que exista [Afirma con esto que puede haber un signo que no tenga referencia; él busca en su
LLP que cada referencia sólo tenga un signo] un conocimiento completo de esta referencia
lograríamos averiguar siempre si un sentido le pertenece o no.» Aquí expone un pesimismo
respecto a la posibilidad de conocer la referencia en su completud; esto es así porque la
totalidad de los signos posibles, de los sentidos posibles asociables a una única cosa, es
inconmensurable en un lenguaje natural. Esto busca decir que los referentes están más allá y
no pueden ser aprehendidos por el lenguaje más que parcialmente. Todo esto lo hace desde
un punto de vista realista.

En definitiva, la diferencia entre la primera teoría de la identidad y la segunda pasa por


trasladar el papel del signo de ser el modo de designar o determinar, a ser el modo de
representar y de darse lo denotado.

Vamos a dar paso ahora a la discusión que Frege establece con Stuart Mill, no sólo discute
sobre la aritmética con él, sino sobre los nombres propios. Mill considera una teoría
referencialista del significado, pero le falta el plano del sentido que no va a introducir. Mill
entiende que los nombres propios denotan pero no connotan. Es decir, que el signo remite a
su referencia y que es común con la perspectiva de Frege. Pero Frege afirma que los nombres
propios también connotan.

«Los nombres propios son no connotativos: denotan los individuos que son llamados con ellos,
pero no indican o implican que atributo alguno pertenezca a ellos» .[Esto es una idea de
referencialismo ingenuo si consideramos que significar sólo significa nombrar. Además, afirma
a través de la distinción nombre propio y común que]: «Siempre que los nombres dados a
objetos transmitan alguna información, esto es, siempre, que tengan propiamente algún
significado, el significado no reside en lo que denotan, sino en lo que connotan. Los únicos
nombres de objetos que no connotan nada son los nombres propios; y estos no tienen,
estrictamente hablando, ninguna significación». Esta teoría de los nombres propios es de
Stuart Mill, y Frege la va a discutir.

(Sistema de la Lógica, 1843)

Por tanto, el significado solo se encuentra en la connotación. Mill no tiene en cuenta que
puedan existir nombres propios sin referencias, como por ejemplo Vulcano. El segundo
problema de Mill es que da entrada a nombres propios co-denotativos y co-referenciales. Es
decir, que dos nombres propios señalen a la misma persona. Si decimos que “El autor de la
ética a Nicómaco y preceptor de Alejandro Magno”, sabemos que ambos son expresiones que
designan a un único individuo; a la vez esto nos muestra que Aristóteles tiene multiples
significados asociados, en función de sus sentidos. Estos sentidos van a estar en función de la
connotación que está asociada al conocimiento de lo que denotamos. Esas descripciones
definidas nos enseñan a Aristóteles desde sentidos distintos, pero esos sentidos van a estar
supeditados a nuestro conocimiento de Aristóteles.

27
Clase del 5 de noviembre

Ahora tratamos el Principio de Transparencia semántica (pp. 53): «El sentido de un nombre
propio lo comprende todo aquel que conoce el lenguaje o el conjunto de designaciones al que
pertenece [Un usuario competente del lenguaje, sabe si dos expresiones cualquiera comparten
o no sentido, esto es lo que quiere decir; que todo el que comprende el lenguaje comprende el
sentido de los nombres que hay en él.]»

¿El principio de transparencia serviría para las referencias? ¿Un usuario competente del
lenguaje podría saber si dos expresiones comparten o no referencia? Recordemos que
significado en Frege siempre significa sentido y referencia a la vez. Este principio no es
aplicable a la referencia, porque no tendríamos porqué conocer la referencia del signo, aunque
sea competente con el lenguaje. Sobre todo, cuando no haya referencia, puede comprenderse
la expresión semántica pero no la referencia. Esto destaca el papel y el rol central del sentido.
Lo ultimo que se verá de Frege son doce oraciones hablando sobre el sentido, está en el
campus.

El aprendizaje del lenguaje pasa inicialmente por el sentido, porque sino conoces el sentido no
sabes lo que una palabra significa, por tanto, no serías un hablante competente en lo que a esa
palabra se refiere. Comprender las palabras de alguien significa captar el sentido y ya, después,
si es que se refiere a algo, diríamos que captamos la referencia. Este entendimiento de la
referencia está en un segundo grado. Del mismo modo, lo que se exige a las traducciones es
que se preserve el sentido.

Ahora Frege lo que hará será separar el sentido de la representación:

El sentido depende de nuestro conocimiento del objeto, esto será una parte muy
determinante para saber el valor de verdad o falsedad. Esto lo comenta en la página 56 y
siguientes de Sobre sentido y referencia.

Afirma que la representación tiene un papel muy determinante, es la función que vehiculiza la
captación del sentido. Es algo así como la imagen interna que tiene el sujeto que refleja
aquello que expresa el signo. Frege afirma que las imágenes y representaciones son
irrelevantes para el significado. ¿Acaso sí son relevantes para algún ámbito? Poesía y
literatura, no así en la ciencia. Frege es antipsicologista absolutamente, busca separar la lógica
y las matemáticas de la psicología. Lo que en realidad ocurre, según Frege, es que las
representaciones generan mundos inmensos e intransmisibles de individuo a individuo, algo
que choca frontalmente con la estabilidad y rigurosidad de las matemáticas, así que deja estas
representaciones fuera. Además, las representaciones necesitan obligatoriamente un

28
poseedor, siempre presupone un alguien del cual es mundo interno. Requieren exactamente
uno, además, en tanto que no son de dominio público. Mis ideas nunca pueden ser tus ideas,
aunque puedan parecerse.

Sin ese parentesco la poesía sería imposible. Sin embargo, el objeto es externo y perceptible. Si
la representación depende de la mente, el objeto es independiente de ella. Y si la
representación es privada el objeto es público. Esto nos sitúa en el realismo de Frege. Veamos
donde encaja el sentido aquí: El sentido es objetivo, no es público y común, y es comprensible
por todo aquel competente en el lenguaje.

Va a ser contrario a un mundo privatista del significado. Lo sitúa en un tercer reino, en plan
platónico, los sentidos no son perceptibles, pero existen ajenamente a las personas. Son
independientes, públicos y no-sensibles. La tríada introducirá: el sentido, el signo y la
representación. Esto lo explica como una analogía en la página 57: Usa la analogía del
telescopio para estos tres niveles:

«Alguien observa la Luna a través de un telescopio: comparo la Luna con la referencia; es el


objeto de observación, que es proporcionado por la imagen real que queda dibujada sobre el
cristal del objetivo del interior del telescopio, y por la imagen en la retina del observador. La
primera imagen la comparo con el sentido; la segunda, con la representación o intuición. La
imagen formada dentro del telescopio es, en verdad, sólo parcial; depende del lugar de
observación; pero con todo es objetiva, en la medida en que puede servir a varios
observadores.»

La imagen en la retina representa la representación. La luna representa la referencia y la


imagen del objetivo del telescopio sería el sentido. El sentido y la representación comparten la
inmaterialidad. Burge propone que el sentido tiene tres dimensiones: como el sentido es un
ingrediente del significado, tendrá función semántica (ayuda a la comprensión lingüística),

29
epistémica(habla de cómo llegar a la referencia) y ontológica(tiene notas inmateriales
ontológicamente hablando).

Preguntas:

i) Si dos expresiones comparten sentido ¿comparten referencia?


ii) Si dos expresiones comparten referencia ¿comparten sentido?
iii) ¿Podríamos pensar un termino singular sin referencia y con sentido?
iv) ¿puede haber un lenguaje sin referencia?
v) ¿y un lenguaje sin sentido?
vi) ¿Un único sentido para objetos distintos?

La pregunta cuarta y la quinta deberán responderse para casa pensándolo en la aplicación de


la Ciencia Política. Si es que sí hay que poner un ejemplo, si es que no, hay que justificar por
qué.

Respuestas:

i) El sentido nos lleva a una referencia, y determina el modo de darse la referencia, si


comparten sentido comparten necesariamente referencia. Para responder
fácilmente a esto hay que pensar en el principio de composicionalidad, es decir,
términos y viendo que sentido y referencia tiene cada uno de esos términos. Si el
sentido determina la referencia, en tanto que un hablante solo puede conocer la
referencia a través del sentido, entonces obviamente esto sucede.
ii) Con el ejemplo de Aristóteles como líder del liceo y como profesor de Alejandro
Magno, se demuestra que no. En un lenguaje LLP se diría que sí.
iii) La competencia lingüística que nos permite saber el sentido de algo no conlleva
necesariamente tener competencias referenciales. Un término singular busca
individualizar un elemento dentro del universo del discurso. Un término singular
que no tenga referencia, pero sí sentido es posible. Un unicornio. En un LLP esto
no debería ser posible.
iv) – La posverdad o la poesía.
v) – El sentido es objetivo, y sino fuese público o existente no podríamos
comunicarnos. Sin sentido los signos dejan de ser signos.
vi) [Frege no se ocupó de esto] En realidad no debería tener mayor relevancia. «El
abajo firmante», esto apunta a objetos varios con un único distinto, pero claro es
una expresión que modifica su argumento en la medida en que cambia su contexto
extralingüístico. Esto para Frege no tiene cabida en su teoría.

El sentido es condición necesaria y suficiente para hablar de signo, pero sólo necesaria no-
suficiente para que el signo tenga referencia.

Oscilación del sentido.

En su discusión con Mill extrae esta conclusión, si dos oraciones comparten sentido entonces
comparten referencia, si dos oraciones comparten referencia no tienen por qué compartir
sentido. Cuando los sentidos no son compartidos, son compartibles. En los LLP se asegura de
que no exista este problema de la oscilación propia del lenguaje ordinario. Cuando existan
oscilaciones de sentido lo más importante para lo científico es que sigamos hablando de lo
mismo.

30
“Aristóteles era griego”, esto es verdadero independientemente del sentido que le demos a
Aristóteles, ya sea “el maestro de AM”, “el autor de la metafísica” o “el filosofo nacido en
Estagira”. Esta oscilación posible del sentido no evita la preservación de la referencia.

Términos vacuos.

“el cuerpo celeste más alejado de la tierra”, “La serie menos convergente”, “Ulises”. Estos
términos son vacuos porque no tienen referencia posible. Permite explicar la existencia de
nombres vacuos referencialmente. Esto es posible por la semántica dualista. Son
completamente asignificativos.

Clase del 6 de noviembre

Se habla de los términos vacuos como algo permisivo de la coloración del lenguaje, válido en el
lenguaje poético gracias al ámbito de las representaciones y su propiedad subjetiva. Sin
embargo, esto no es admisible en el lenguaje científico. Esto se da posible por un aire de
familia que aparece en el conjunto de las representaciones subjetivas individuales, este
fenómeno lo tratará Wittgenstein. Esta coloración será ingrediente del significado para
lenguajes poéticos, pero no deberá entrar en el ámbito científico.

Hay que comprender esto de la coloración como algo cercano a la iluminación. La iluminación
está realizada por el sentido y permite las proposiciones veritables, busca ligar la expresión con
la referencia. La coloración aparece en metáforas, lenguajes poéticos…, etcétera, buscando
comunicar una expresión con una representación y no es veritable.

El sentido tampoco comprende el ámbito de la fuerza del significado. Esto está ligado con la
pragmática y sirve para distinguir una aserción de una pregunta. Estas son las dos únicas
fuerzas que señaló Frege, la asertiva y la interrogativa.

Hay que recordar la intención de Frege, ya que es capaz de poner muchos problemas sobre la
mesa que hoy en día siguen en la Filosofía del Lenguaje, comenzando por la relación de
identidad dentro de un posible lenguaje lógicamente perfecto. (Todo esto, se encuentra en
Sobre sentido y referencia). Su late motiv: busca fundamentar la gramática en la aritmética
para alcanzar esa noción de lenguaje lógicamente perfecto.

«De un lenguaje lógicamente perfecto (conceptografía) hay que exigir que cada expresión, que
se haya formado como nombre propio a partir de signos ya introducidos de manera
gramaticalmente correcta, designe realmente también un objeto, y que no se introduzca
ningún signo como nombre propio sin que antes no se le haya asegurado una referencia. »

(Sobre sentido y referencia: Pág. 72)

Aquí, en lo subrayado nos recuerda que un LLP debe tener una lógica matemática detrás en su
gramática misma. Su sintaxis, de principio a fin, debería proporcionarnos un cálculo correcto.
Habrá nociones primitivas de esto y, además, nociones que derivan mediante inferencia lógica,
esto serán los nombres propios. Les exigirá que tengan necesariamente una referencia que
designen. En sí le exige dos cosas al LLP, que permita hacer inferencias sin llegar a error y que
haya una correspondencia inyectiva15 entre los signos y las referencias; es decir, que cada
termino esté ligado única y exclusivamente a una referencia, introduciendo así la dimensión

15
Para cada X (signo) sólo puede corresponder un Y (referencia).

31
semántica. La semántica como aquello que nos permite la relación de los signos con el mundo
y por tanto su verificación en términos de falsedad o verdad. Sólo se podrá asentar por tanto
un signo como nombre propio cuando se le encuentre una referencia, así se evitan los
términos vacuos.

Oraciones asertivas

Este es el núcleo principal, por ese principio de prioridad proposicional. Esto lo va a asociar al
discurso habitual. Sabemos que todo termino singular tiene un sentido, ya sabemos algo de él,
igual que sabemos qué es la referencia, respecto a un término singular. La dupla
sentido/referencia va a tener un sentido diferente en su objeto principal, la oración asertiva.

Recordemos que en esto nos acompaña la tríada lenguaje-pensamiento-mundo. Todo ámbito


pensado aquí está introducido entre esos tres elementos. Su método va a ser pasar sus tesis a
distintos discursos. ¿Qué ocurrirá con su tesis en un discurso directo y uno indirecto? Aquí, se
dedica a testar su tesis.

Establece una distinción de discursos, a partir de la página 55: habitual, directo, indirecto. En
el lenguaje ideal el sentido y la referencia deben de coincidir unívocamente y esto se va a dar
no en el lenguaje ordinario ni en un discurso directo o indirecto sino en el habitual. El discurso
habitual es cuando las oraciones se usan para hablar de su referencia. Es donde usamos
expresiones que tienen su referencia normal. La referencia normal es algo así como una
referencia directa. El discurso indirecto aparecerá cuando una expresión hable del sentido de
otra expresión. En este aspecto es cuando Frege va a hablar de referencia indirecta (mención).

Va a testar en esos discursos directos e indirectos los siguientes principios para poner a prueba
su teoría:

- El principio de contexto nos va a permitir entender el camino que toma Sentido y


Referencia empezando por los términos singulares. Nos dice que el significado de un
término singular va a estar supeditado a un contexto oracional. Se le suele aludir a
Bentham este principio.

“(…) sólo se ha conseguido una seguridad empírica y, en realidad, hay que tener en cuenta la
posibilidad de encontrar al final una contradicción que derrumbe el edificio entero. Por eso he
creído que debía retroceder hasta los fundamentos lógicos generales, más de lo que quizá la
mayoría de los matemáticos consideran necesario. En esta investigación me mantendré en los
siguientes principios fundamentales: hay que separar tajantemente lo psicológico de lo
lógico, lo subjetivo de lo objetivo; el significado de las palabras debe ser buscado en el
contexto de todo el enunciado, nunca en las palabras aisladas; hay que tener siempre
presente la diferencia entre concepto y objeto. Para seguir el primer principio, he empleado la
palabra «imagen» siempre en sentido psicológico, y he distinguido las imágenes de los
conceptos y los objetos. Si no se tiene en cuenta el segundo principio, uno se ve casi forzado a
tomar por significados de las palabras representaciones internas o actos de la mente
individual, con lo cual también se entra en conflicto con el primer principio” 16
(Fundamentación de la Aritmética, pp. 19-20)

El núcleo de este principio es hablar de la unidad mínima del lenguaje con autonomía
semántica. Intuitivamente y detrás de esto hay una larga tradición filosófica. Se
pensaba que la unidad mínima del lenguaje era la palabra o los morfemas, esto le lleva
16
Busca aquí fundamentar la matemática como logicismo para alcanzar el conocimiento puro
extrayendo de ella los números en sí.

32
a Frege a desecharlo, porque tras la concepción de la palabra se podría inducir que los
lenguajes solo estarían formados por palabras, como si las oraciones fuesen un
montón de palabras homogéneas17. En este principio se cambia el énfasis de la
palabra al énfasis en la oración. Recordemos que en el contexto donde se expresa
este principio intenta fundamentar la noción de número. Es aquí donde precisamente
introduce el principio de contexto. Además, muestra el antipsicologismo para que no
se impregne la lógica de las representaciones subjetivas que el sujeto obtiene al
decodificar el signo.

Hay que comprender este principio como una ecuación que determina el significado
de un numeral. También se comprende mediante el “no”, la negación. Si
interpretamos el “no” no como una palabra sino como el papel que representa en el
enunciado, si esta partícula negativa la consideramos desde ahí, lo que tenemos es
que en una oración asertiva su función cambia respecto a su función aislada. Esta
consideración permite una apertura en el significado de cada partícula en cada
oración. El significado de una función menor como una partícula negativa cambia al
ser analizado en su contribución al significado de la expresión de su contexto.
Siempre hay que tener frente a la vista la proposición completa, porque es desde ella
cuando se puede hablar de verdad o falsedad; y así es la única forma de la que
podemos emitir juicios.

Por tanto, habrá tantas palabras como contribuciones puedan hacerse. La semántica
deja de ser atomista aquí. Rechaza la tradición filosófica que refería a la unidad mínima
con autonomía del lenguaje a la palabra, como si fuese un término independiente a la
oración; pero no tanto se aleja frontalmente de ello por el siguiente principio.

«… Debemos tener siempre ante los ojos la proposición completa. Solo dentro de ella
tienen las palabras, en realidad, un significado. Puede ser que imágenes mentales
floten ante nosotros por un momento, pero ellas no necesitan corresponderse con los
elementos lógicos del juicio18. Es suficiente con que la proposición tomada como un
todo tenga un sentido; es esto lo que les confiere a sus partes también un
contenido»19
17
De esta comprensión se extraen modelos de aprendizaje de “Inglés en 1000 palabras”.
18
Es la proposición lo que debe corresponderse a esto.
19
De aquí se extrae que, si el enunciado no tiene sentido, sus partes no tendrán significado.

33
(Frege. Fundamentos de la aritmética (p.60)

- El principio de composicionalidad no rompe tanto con la tradición como le anterior.


Este principio impregna toda la obra semántica de Frege y su papel, por tanto, es
central; en tanto que trata de la estructura interna de las composiciones complejas del
lenguaje. El significado de una oración es una función (depende sistemáticamente del
significado de las partes significativas que la componen). El significado de las
oraciones es derivado del significado de las palabras, el cual está determinado en
virtud de las reglas de la composicionalidad. (Juan ama a Pedro =/ Pedro ama a Juan).
“En Galicia llueve mucho”, si modificamos algo de esta oración sin sinónimos muy
exactos, el significado de la proposición cambia, incluso puede cambiar el valor de
verdad.

¿Cómo podemos a partir de un número muy limitado de elementos generar una


cantidad de oraciones ilimitada? Esto es posible explicarlo gracias al principio de
composicionalidad. Una oración no es un conjunto homogéneo de palabras, por lo que
su significado viene sistemáticamente determinado por el significado de sus
elementos, y estos vienen determinados por su contexto. ¿Excepciones de este
principio de composicionalidad en el lenguaje ordinario? Se encontrarían
descomponiendo los significados de todos los elementos de la oración y que, de este
resultado, no se alcanzase el significado de la oración en su conjunto. “El pito del
sereno”. Aquí el principio de composición no funciona. Las frases hechas en general
vulneran este principio.

20

Esto nos lleva a concluir en la base estructural del lenguaje y su articulación entre el
todo y los elementos individuales.

- El principio salva veritate expuesto en la página 64, extraído de Leibniz. Busca dejar
intacta la verdad, es un principio de sustituibilidad preservando el significado
entendido como referencia. Dos expresiones codenotativas, correferenciales pueden
sustituirse mutuamente salva veritate, es decir, salvaguardando la verdad.

Estos tres principios tienen que estar en juego para dar cuenta de las oraciones enunciativas.
Observemos su aplicación con un ejemplo en cuatro oraciones asertivas:

20
Frege aquí nos termina diciendo que el significado de una oración está en la relación entre el todo y
las partes.

34
- “El lucero del alba es visible al amanecer”
- “El lucero vespertino es un planeta del sistema sola”
- “El diámetro del lucero del alba es inferior al de Mercurio”
- “La atmósfera del lucero vespertino es respirable para el ser humano”.

Estos enunciados tienen en común que son enunciados que pueden ser verdaderos o falsos y
su veritabilidad depende de los objetos extralingüísticos. La referencia de los enunciados es su
valor de verdad. Vamos a utilizar valor de verdad con el término concepto (bedeutung) y el
sentido (sinn) es el pensamiento. Son enunciados porque son oraciones con las que podemos
hablar del mundo de forma verdadera, sólo hay dos valores para esto, verdadero o falso, el
sentido es el valor que expresan en el resultado. La referencia estriba de la expresión del
pensamiento, no en el ámbito referencial. Si las cuatro son verdaderas, vamos a decir que las
cuatro refieren a lo mismo de forma distinta. Al afirmar que es de forma distinta estamos
emplazados en el lugar del pensamiento, porque cambia el sentido; pero tienen la misma
referencia, la verdad.

La dupla que vamos a trabajar en las oraciones asertivas (que en expresiones singulares es
sentido/referencia) va a ser concepto/objeto, si yo hablo del concepto de caballo yo hablaría
de una función. Ya que el concepto “caballo” es saturable por objetos, esta función será
saturable por todos los tokens que constituyen el type caballo. Hay un nivel distinto en los
conceptos en relación con los objetos. Un concepto es saturable por los ejemplares que lo
constituyen.

El concepto es un tipo de función que toma como objetos los dos únicos que puede tomar, la
falsedad o la verdad. La referencia, por tanto, será su valor de verdad, que estará supeditada a
teorías de correspondencia y adecuación con objetos extralingüísticos.

«Cuan estrecha es la conexión entre lo que se llama concepto en lógica y lo que nosotros
llamamos función. De hecho, se puede decir directamente: un concepto es una función cuyo
valor es siempre un valor de verdad».

(Frege, Concepto y Función 1891)

El concepto de “Ciudad con más de un millón de habitantes” ¿es una función para qué
argumentos? Madrid valdría para esto. La función tiene como argumento el valor verdadero
para Madrid, por ejemplo. Con Albacete la función tendrá valor falso para el argumento
Albacete.

La clase de un concepto será la extensión de un concepto. No se pueden confundir estos dos


asuntos, caer bajo un concepto es ser elemento de una clase. Los tokens de “caballo” serían
elementos que caen bajo la clase del concepto caballo.

Verdad como redundancia.

«Alguno podría verse tentado a considerar la relación del pensamiento con lo verdadero no
como la que hay entre el sentido y la referencia, sino como relación del sujeto con el
predicado. Verdaderamente puede decirse: “El pensamiento de que 5 es numero primo es
verdadero”. Pero si se examina esto más atentamente, se observa que con ello no se dice
realmente nada más de lo que se dice en el simple enunciado “5 es un número primo”. La
afirmación de la verdad radica, en ambos asos, en la forma del enunciado asertivo, y cuando

35
éste no tiene su fuerza habitual, por ejemplo en boca de un actor en escena 21, el enunciado
“el pensamiento de que 5 es un número primo es verdadero” contiene también únicamente un
pensamiento, a saber, el mismo pensamiento que el simple “5 es un número primo”.

(Sentido y referencia, pp. 63)

Lo que nos está diciendo es que el predicado “es verdadero” no es genuino, no aporta nada. La
teoría de la verdad como redundancia le lleva a pensar que los valores como verdadero y falso
son nociones primitivas de cualquier lógica, nociones que no debemos explicar a través de
otras nociones. La correspondencia significa que la verdad es una propiedad y Frege considera
la verdad como un objeto.

«Cabe señalar que la frase “Huelo el aroma de violetas” tiene el mismo contenido que la frase
“es cierto que huelo el aroma de violetas”. Así que parece, entonces, que no se añade nada al
pensamiento al atribuirle la propiedad de la verdad»

(Frege, G. “El Pensamiento”, 1918)

Esto es así porque aseverar es exponer un juicio verdadero. No dice nada nuevo decir que lo
que aseveramos es verdadero en el seno de la aserción, no le estás añadiendo ninguna
propiedad especial o misteriosa, sólo dice que tiene como referencia lo verdadero.

Ejemplo con Antonio Machado:

La Verdad es todo lo que es


Y sigue siendo Verdad,
Aunque se la piense al revés
¿y tu verdad? – Preguntan.
No, la Verdad, ven conmigo a buscarla;
La tuya guárdatela.

Esta es la idea que va a estar en esta verdad como redundancia, del pensamiento como algo
objetivo, mientras que la verdad tuya es algo de la representación, del mundo privado. Se
entiende la noción de pensamiento si se entiende la noción de sentido. Una aserción
cualquiera verdadera respecto a otra verdadera va a tener siempre la misma referencia que
esta, pero expresa pensamientos distintos. Estos pensamientos distintos serán sentidos
distintos de hablar de la Verdad.

Las referencias de términos singulares corresponden a objetos extralingüísticos, las referencias


de los enunciados sólo tienen dos opciones, la falsedad o la verdad. Por ende, si queremos
hallar diferencias semánticas entre distintas oraciones verdaderas o falsas, debemos ascender
al plano del sentido. Ahí es donde sí podemos expresar una variedad innumerable de distintos
pensamientos.

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Esto sí tendrá diferenciaciones en el ámbito de la pragmática, al comentar el ejemplo de un actor que
dice “fuego” en un escenario, porque nadie sale corriendo.

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