A. Garay
A. Garay
19 Incluso en un libro muy reciente Kessler, en el capítulo referido a educación aborda esta problemática y se permite
plantearla en términos de controversias. Expone diferentes argumentos a veces contradictorios, todos amparados en
cifras, para concluir respecto a este tema, del siguiente modo: “en resumen, observamos un sistema que en las últimas
dos décadas ha logrado incluir a grupos antes excluidos de diferentes niveles educativos (…). Por otro lado perduran
desigualdades cuando se mira internamente más allá de la cobertura y en particular a la calidad”. (2014:134)
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el epígrafe, apostamos a la memoria y también a la invención de cosas
nuevas. Apostamos a las instituciones educativas, a su capacidad de re-
novación y a la posibilidad de que acontecimientos impensados tengan
lugar en ellas. Conjurando contra el poder de la repetición, decimos
que en las escuelas hay lugar para procesos de trasmisión que logren
transgredir o contrabandear (Hassoun, 1996) mandatos fundacionales
cuando contribuyeron a la exclusión. En este sentido, sostenemos aquí
que inclusión y calidad se pueden amalgamar en un único proceso en
el marco de una escuela democrática.
20 Las experiencias a las que referimos en este artículo se implementan el marco de la Dirección Nacional de Políticas
Socioeducativas del Ministerio de Educación de la Nación. Desde ya existen en el país otras experiencias que podrían
considerarse se producen en la misma perspectiva. Por ejemplo, las escuelas de reingreso en la Ciudad de Buenos Aires;
las escuelas PRO-A o el Programa Integral de Terminalidad Educativa (PIT) en la provincia de Córdoba.
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necesario que la escuela enseñe; y enseñe bien, y enseñar bien, como
dijimos con Steiner, “es ser cómplice de una posibilidad trascendente”.
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Terigi (2010) también refiere a esta cuestión señalando que en los úl-
timos años se ha ampliado el significado del concepto de exclusión.
Antes, al decir exclusión se hacía referencia al hecho de estar afuera de
la escuela. Hoy, una premisa conceptual para la consideración de la inclusión
como problema de las políticas educativas es la ampliación del significado de
la exclusión en educación, a fin de abarcar las formas de escolaridad de baja
intensidad, los aprendizajes elitistas y los de baja relevancia (2010:1).
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} Fuente: elaboración propia a partir de los datos relevados por UNICEF y aportados por los anuarios estadísticos
de la DINIECE para caso del Nivel Inicial; y de los datos relevados por SITEAL para los Niveles Primario y Medio22.
23 Según consta en la base de datos de SITEAL (Sistema de información de Tendencias Educativas en América Latina).
Disponible en: http://www.siteal.iipe-oei.org/
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Podemos afirmar, entonces, que progresivamente más niños/as y más
jóvenes acceden al sistema educativo. Reconocer este avance no im-
plica desconocer que otros logros están pendientes en esta materia.
Sabemos que algunos niños/as y jóvenes no ingresan a la escuela; o
ingresan y abandonan. Es decir que, hay una tarea pendiente en cuanto
a la inclusión en el acceso, permanencia y egreso.
24 Es posible mencionar un conjunto de leyes promovidas en los últimos años que alientan procesos escolares inclusivos.
En 2005 la ley N° 26.075 de Financiamiento Educativo determina el aumento del PBI destinado a Educación; en 2006
la Ley de Educación Nacional N° 26.206 estipula trece años de escolaridad obligatoria (incluyendo la sala de 5 y la
escuela secundaria) y la reciente Ley N° 27.045/15 que sanciona la obligatoriedad del Nivel Inicial para niños/as de
cuatro años de edad.
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...el conjunto de teorías, ideas, principios, normas, pautas, rituales,
inercias, hábitos y prácticas (formas de hacer y pensar, mentalida-
des, comportamientos) sedimentados a lo largo del tiempo en forma
de tradiciones, regularidades y reglas de juego no puestas en entre-
dicho y compartidas por los actores en el seno de las instituciones
educativas. (2006: 73)
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más entremezcladas que superpuestas que, al modo arqueológico, es posible
desenterrar y separar (Ibíd.).
Así, inclusión con calidad es que los/as niños/as y jóvenes que van a
la escuela estén aprendiendo. Aprendiendo música, ciencia, deportes,
dibujo o robótica; aprendiendo un fragmento cultural hoy, otro maña-
na, otro pasado. La inclusión está lograda si los/as niños/as y jóvenes
se apropian de algún recorte cultural y si aprenden, a su vez, que eso
que aprenden es un recorte cultural; que se los transmitimos porque
tenemos algunas razones (que sería deseable se las podamos contar) y,
también, que hay otros recortes culturales más allá de lo que nosotros
les podemos transmitir. En ese proceso nos centramos en el apartado
que sigue; en esa responsabilidad principal del trabajo docente25.
25 Decimos trabajo docente en sentido amplio, referimos al que tiene un maestro y/o un profesor que se desempeña en
el aula, como también a quien ha asumido responsabilidades en el ámbito de la gestión y/ o la política educativa.
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Inclusión como ampliación cultural26
Decimos que se está incluido cuando alguien nos ha recibido (Arendt,
1958)27, nos ha introducido en alguna cultura28 o, como veremos mas
adelante, si alguien nos hace las presentaciones.
26 Tomamos aquí parte de lo que ha sido desarrollado en la tesis de maestría “La experiencia de la igualdad en la escuela
primaria” (Fontana, 2014).
27 Como el niño no está familiarizado aún con el mundo, hay que introducirlo gradualmente en él; como es nuevo,
hay que poner atención para que este ser nuevo llegue a fructificar en el mundo tal como el mundo es (…). Como
el mundo es viejo, siempre más viejo que ellos, el aprendizaje se vuelve inevitablemente hacia el pasado, por
mucho tiempo que lleve del presente. (Arendt, 1958: 299)
28 Una bella historia que narra el “recibimiento” de quien luego será un destacado escritor, es: Gabito, el niño que soñó
Macondo escrito por la hermana de Gabriel García Márquez. Especialmente en Gabito: Capítulo aparte, Aída García
Márquez cuenta la infancia de un niño plena de historias, cine, fotografía, dibujos… es decir, una infancia en la que
muchos adultos se ocuparon de hacer “introducciones”.
29 Para profundizar esta idea de la Educación como recibimiento puede leerse La crisis de la educación de Arendt,
Hannah (1958).
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Hay cosas evidentes que, curiosamente, se olvidan pronto. Para em-
pezar, que el hombre no está presente en su propio origen. Que nadie
puede darse la vida a sí mismo aunque adquiera, o crea adquirir,
progresivamente la capacidad de dirigirla por su cuenta y de con-
servarla cuanto más tiempo mejor. Nadie puede darse la vida a sí
mismo, y nadie puede, tampoco, darse su propia identidad. No elegi-
mos cómo nos llamamos: eso, por una parte, lo heredamos, y por otra
parte nos es impuesto por los padres. Nuestra opinión no cuenta. (…)
hemos de admitir que somos introducidos en el mundo por adultos
que hacen, como se dice, «las presentaciones»: «Aquí, mi hijo. Se lla-
ma Jaime, o Ahmed. Hijo mío, aquí el mundo, y no sé en realidad
cómo se llama: Francia o Europa, el Caribe o el Islam, la televisión
o los Derechos Humanos. Pero ese mundo existe; formamos parte de
él, más o menos, pero ahí está. Ya estaba ahí antes que tú, con sus
valores, su lenguaje, sus costumbres, sus ritos, sus alegrías y sus sufri-
mientos, y también con sus contradicciones. Ese mundo, por supuesto,
no lo conozco del todo. Por supuesto, no todos sus aspectos me parecen
bien. Pero ahí está, y yo formo parte de él. Formo parte de él, y debo
introducirte en él (…) (Meirieu 2001:21)
Tan simple como vital, que alguien nos reciba, nos sitúe, nos cuente de
dónde venimos, dónde hemos nacido; nos ayude en los inicios de ese
proceso de constitución de subjetividad a ir re-conociéndonos, dicien-
do quiénes somos, para luego poder elegir quiénes queremos ser.
¿Y si ello no ocurre? ¿Si nadie está ahí para recibirnos?
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¿Y si no encontramos quién nos reciba? ¿Si al abandono de un irres-
ponsable, se suma la estupidez de otros que contribuyen a ese abando-
no dando la espalda a quien busca palabras, abrigo, lugar? Según cuen-
ta esta historia, es en esta circunstancia que la violencia se hace lugar.
Si no aparece alguien que nos transmita las palabras con las que poder
decir, alguien que tienda la mano y nos sostenga en los momentos en
que aprendemos a caminar, caeríamos. ¿Y si hubiera que arreglarse
solito? Sin ir tan lejos (sin llegar al extremo de haber sido echados
al abandono como Frankenstein deja a su criatura) pensemos en las
infancias que abren las puertas de los coches, que duermen en la calle,
que pasan la mayor parte de su día “arreglándoselas solitos”. Menos
extremo, Meirieu (2001) sale del mito y analiza el tiempo presente:
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quien dialogar. Inclusión con calidad quiere decir que las generaciones
adultas y, de modo particular, los adultos que elegimos la profesión
docente, trabajemos y logremos restituir una conversación que nos
vincule, que se traduzca en lazo entre generaciones; significa que los
más “viejos” les pasemos, enseñemos palabras, cuentos, poesías, juegos,
música, números, a las nuevas generaciones sabiendo que, una vez que
se apropien de esta herencia, será para hacer con ella su propia histo-
ria. Transmisión y libertad. Una transmisión lograda ofrece siempre a
quien la recibe un espacio de libertad (Hassoun, 1996). En este acto de
pasaje, de transmisión, planteamos que inclusión es ampliar el univer-
so cultural. En este acto en el que uno se construye con Otros es po-
sible superar el miedo a la soledad, al abandono. En ese acto educativo
es posible también construir lo común, lo que nos liga, aquello que nos
hace parte de la humanidad que somos.
30 Véase en este mismo libro la conferencia de Emilio Tenti Fanfani “Políticas Socioeducativas y Saberes Escolares”.
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Recurrimos a la experiencia, a la voz de quienes pueden contar algo
que refiere a inclusión con calidad. Antes de escuchar estas voces que-
remos hacer una última consideración. Si el horizonte cultural se am-
plía, la inclusión nos “pasa” a todos. Si seguimos en la perspectiva que
hemos desarrollado, la inclusión, paradójicamente, nos encuentra con
el Otro, con la diferencia, con otra cultura, con lo que no somos, con el
lugar, las palabras, las ciudades, el lenguaje en el que no hemos nacido.
En este sentido, inclusión con calidad es la posibilidad de entrar en
una cultura que no es la nuestra, y es también perder el miedo a lo que
es diferente; conocernos como humanidad. Si esto sucede, todos nos
involucramos en ese proceso: niños/as, jóvenes y adultos; alumnos y
docentes, escuela y comunidad. Aquí reivindicamos el mandato, la he-
rencia que recibimos de un escuela inclusiva, que sienta juntos a quie-
nes proceden de diferentes sectores económicos, sociales; sin embargo,
no buscamos imponer una cultura (la nuestra) como válida, sino que
pedimos, trabajamos porque la escuela sea lugar para la pluralidad de
culturas.31 Así, inclusión con calidad nos afectaría a todos, y produciría
el efecto inverso al que referíamos al principio; significaría alta inten-
sidad de la experiencia escolar, este es el desafío.
31 En este sentido, puede verse la experiencia de los Centros de Actividades Infantiles que han promovido desde el año
2012 Caminos Interculturales. En esta línea de acción la escuela y la comunidad indígena planifican conjuntamente un
proyecto educativo. Para mayor información ver http://portales.educacion.gov.ar/dnps/files/2014/08/L%C3%ADnea-
de-Acci%C3%B3n-CAI-Interculturales.pdf. Ver Caminos Interculturales. Fontana, 2014.
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Inclusión con calidad, una apuesta de las políticas
socioeducativas
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Para este apartado tomamos breves fragmentos32, pequeños relatos
que dan cuenta de lo que pasa en una escuela pública de nuestro país,
en la voz de los protagonistas. La experiencia es una voz situada, aco-
tada a un contexto singular, enunciada en un determinado escenario;
pero también es una voz plural. Como lo decía Borges, lo que le sucede
a un hombre, nos sucede a todos.
Dice el profesor:
32 Los fragmentos fueron seleccionados de la investigación “Las contribuciones de las políticas socioeducativas para el ni-
vel secundario. Las perspectivas de los actores locales”, realizada por Florencia Finnegan y Adriana Serulnikov en 2014.
Esta investigación puede leerse en su versión completa en http://portales.educacion.gov.ar/diniece/files/2014/12/
Serie-en-Debate-15-WEB.pdf
33 El Programa de Orquestas y Coros ofrece a niños, niñas, adolescentes y jóvenes un espacio para el acceso, aprendizaje y
disfrute de la música mediante la creación de orquestas y coros en zonas vulnerables del país. Para mayor información
consultar http://portales.educacion.gov.ar/dnps/orquetas-y-coros/
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es necesario concentrarse. Los jóvenes dicen que aprenden y toman
conciencia de que la propuesta pedagógica les exige tiempo de estudio.
Probablemente, esto sucede porque el profesor trabaja en esa com-
prensión, no solo al acompañar el proceso de apropiación de la técnica
y el de metacognición, sino al habilitar un espacio para el goce, el re-
conocimiento y la autoevaluación del proceso que se ha desarrollado.
Dice un joven:
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Dicen las investigadoras:
Pero también las relaciones que se establecen con los pares, con los
adultos y con los conocimientos y habilidades involucrados en la ta-
rea, (…) generan otras percepciones de sí mismo y otras miradas de
sus compañeros y de sus docentes.
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Bibliografía
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de Comercio de Rosario Nº1507. Disponible en http://www.bcr.com.
ar/Secretara%20de%20Cultura/Revista%20Institucional/2009/
Abril/Notas/Tenti-abril09.pdf
§§ TERIGI, Flavia (2010) La inclusión como problema de las políticas
educativas. Aportes a las conclusiones del sector Educación de Eurosocial.
Disponible en: http://www.redligare.org/IMG/pdf/desafios_poli-
ticas_inclusivas_educacion.pdf
§§ VIÑAO, Antonio (2006). Sistemas educativos, culturas escolares y refor-
mas. Continuidades y cambios (2da. edición). Madrid: Morata.
Alejandro Garay
Adriana Fontana
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