El Libro de Los Simbolos. Rudolph Koch
El Libro de Los Simbolos. Rudolph Koch
El Libro de Los Simbolos. Rudolph Koch
DEL AGUA
AL BORDE DEL AGUA
Libro n.° 25
Zeuxis Vargas Á lvarez
Director
Seshat editorial promueve la divulgación de los principales géneros literarios: poesía, cuento,
novela, ensayo, teatro, literatura fragmentaria, literatura infantil, literatura juvenil, crónica, reportaje, literatura
académica y obras clásicas.
Todas las historias buscan atrapar lo etéreo, persiguen la magia, sueñan con lo imposible.
La intención final de este proyecto es que la literatura pueda estar siempre al alcance de todos.
Para reproducciones totales o parciales por cualquier medio, se debe contar con el permiso
y/o autorización por escrito de Seshat editorial.
PRÓLOGO
Zeuxis Vargas
Director de la colección
11
...brota el agua, florece un canto.
José Libardo Porras
TATUAJES DE VIENTO
15
Víctor Raúl Jaramillo
ZAHORÍ
Ahora que todo duele, que los sueños se pierden entre paredes mo-
hosas para decirnos que la vida, aunque bella, sangra sobre los velos
de la sombra y una cruda carcajada resuena en los pozos del crimen.
Ahora que todo se hace frágil pese a la mordedura de nuestra ra-
bia. Ahora que no hay límites para el acecho delirante de la muerte.
Ahora no hay quién resista el baile. En este preciso momento en que
todo parece estar de salida, es necesario que alguien busque aguas
subterráneas para sanar la fiebre. Ahora que el agua parece irse al lu-
gar del olvido. Ahora que el viaje asegura el regreso a casa sin la cor-
dura con que hemos zarpado. Aquí, atados al mástil de la desgracia.
16
Al Borde del Agua
LA MIEL Y LA HIEL
ingenuos de la tierra
matanza dulce de espíritus
batalla de colmena…
18
Al Borde del Agua
O encontrar el amor
que se sienta
a nuestro lado
y calla
Tal vez sí
tal vez no
que ocurra
—o no—
el prodigio
20
Al Borde del Agua
21
Víctor Raúl Jaramillo
Acércate,
mis palabras
pesan lo mismo que mi silencio.
Aurora del vino,
asombro agudo de los años.
Deja que un ciclón se encienda
en tu pecho
y te sostenga bajo el mástil
de nuestras noches.
Podremos reír como los violines
tránsfugos del trueno
y embarcarnos en el abrazo
hasta divisar las palomas de hilo
que alguna vez habitaron en nuestra memoria.
Lo sabes muy bien:
el tiempo y sus jinetes
preparan el último brindis
para quienes anuncian las miradas
o el indicio de un cántico enérgico
al que asistiremos a pesar de todo.
La única misión es serle fiel a la danza;
es decir, a sí mismos y al universo.
Espejos de lo que es y será por siempre.
Fronteras de aquí y de allá
en un mismo cuerpo hermoso,
víctima de un reino desconocido.
Así van quedando los que deben irse
poco a poco, uno a uno,
22
Al Borde del Agua
23
Víctor Raúl Jaramillo
SONATA
Síguete.
Síguete a cualquier sueño
o panorama deshabitado.
Síguete como si fueras la felicidad;
qué se yo,
como si al seguirte
siempre te encontraras virgen.
No hay afán:
otros vienen tan rápido como una queja.
Ve tranquila soledad,
acércate a la respiración.
Ve lejos o quédate.
24
Al Borde del Agua
LETANÍA
(leyendo a Olga Elena Mattei)
Te dejo
—para que la vivas—
esta letanía.
La memoria
augura el porvenir
puesto que el mundo es curvo.
Tu genio florece
ante todo enigma.
Tras de ti
los altares serán incendiados
anunciando la próxima devoción.
La arcilla de tu canto
—como un brillo de ángel ligero—
resguardará nuestras faltas.
Tu salud
—aunque dudes—
calmará la garra
incrustada en nuestro pecho.
Por esto
—y por otros encantos
que tú misma descubrirás—
camina amorosamente
llevando el fruto de la confianza
que hemos dejado olvidado
en lejanas fuentes secas.
Fortifica el silencio
al cuidar tu palabra.
Recibe su danza
y deja el prodigio en manos sabias.
Tarde o temprano
el sol se acomodará en tus pupilas.
¡Irrevocablemente!
26
Al Borde del Agua
a Ana Elisa
Se me ha perdido
la alergia de los muslos,
pero tengo frío
y la amante se corre hacia otra tumba;
la amante multiplicada
por el caleidoscopio del aristócrata.
Mi amante y yo
que donde piso pisamos dos.
Sin hilos ni caña
su nombre pesca mis sueños.
Una ventana:
trazo exacto del pasado
ocurre en la pupila del que agoniza.
La tibia apetencia se escapa
y bajo la porcelana
una fotografía amarillenta es olvidada.
Una ventana:
lo último que pide el abuelo
intentando regresar al sol.
28
Al Borde del Agua
Es contabilizar esqueletos
en versos
de secas heces.
Vivir también
es poner una gasa
en los mármoles de la risa.
Vivir también
es despertar
en los patios del hambre
y salir enloquecidos
tras el ronquido de la nada.
Es devorarse a sí mismos.
31
Víctor Raúl Jaramillo
PRIMER PALIMPSESTO
Hay cosas por vivir. Y vivir no es solo esto que nos sucede, es
exactamente esto. Tanto tú como yo, hemos tenido una gran avidez
por el mundo. Si no hablase, si no te hablase a ti que eres una sensi-
bilización, que fuiste un orgasmo de la naturaleza, si no te hablase ni
hablara por ti, me perdería, y, por perderme, te perdería. Tu exigen-
cia era tu tamaño, mi vacío es mi medida. Sé que no te quedaste sola
esperando “algo” de la vida, sino que te arriesgaste a vivir. Por eso
mantendré en secreto tu distancia. Para hacer posible tu permanen-
cia. ¿Conociste el esperma y el óvulo que nos incluye? ¿El pacto que
contrajimos? ¿Ver y olvidar? Arrójate, ven a esta estación de la tierra
que es tierra, donde se come y se muere. Vuelve a tu antigua dimen-
sión. Ven por los atajos estrechos y no duermas por este instante en
que te respiro y que ya no lo es.
Lo que has visto es la vida mirándote. Ni más ni menos. Déjate
atrapar para que tú misma te atrapes, mi querida Clarice. Aquella le-
gión extranjera te conoce hasta el hueso mediante un encantamiento
32
Al Borde del Agua
que va desde su tiempo hasta ti. Es así porque así es. Antes de des-
calzarte y abrir tu vibrante intimidad, estate atenta a la voz del cami-
no que ha sido negada por tu encierro. Acércate a su presentimiento
con tu cuerpo entero, pues, en él, está la más obscura de las existen-
cias no humanas. Óyeme entonces con tus manos que miran. Tú,
que ahora sabes lo que haces. Que permaneces al costado, que estás
a la izquierda de quien entra. Tú, la contemporánea del día siguiente.
Tú misma me has pedido que te sirva de puente. Y bien lo sé:
todo nacimiento es una crueldad. Habría que dejar dormir lo que
quiere dormir. ¿Cómo estar al alcance de esa profunda meditación
del silencio? Algo está siempre por ocurrir. Y lo único que te espera
es exactamente lo inesperado. ¿Quieres recordar? Dijiste que hay
que morir con vida, aprovechando hasta el último segundo. Sí, esta
es la vida vista por la vida, aunque la muerte sea en esta historia el
personaje predilecto. El trigo está maduro. Aún comes el pan con
dulzura. Y después de todo, tu impulso se ha ligado al de las raíces
de los árboles.
SEGUNDO PALIMPSESTO
TERCER PALIMPSESTO
ti misma para poder al fin descansar. Tú, que caíste en ti con cara
seria y sabes que puedes ser una gran amenaza. Tú, querida Clarice,
enséñanos el lugar en donde se nutría tu canto incansable.
Quizá tú eres esa otra mujer-hilo que desteja el laberinto, aunque
estés grave como el hambre. A pesar de la batalla sangre sobre san-
gre, de la hambruna hiena sobre huesos, de la fetidez redoble sobre
pólvora. Tú, que haces milagros todos los días ante el monstruo
que en medio de la oscuridad desuella el vientre de sus crías. Tú que
quieres lo que soy porque te adelantaste a mi quererte a ti, que sabes
que desistir de la ferocidad es un gran sacrificio. ¿Tú también crees
que el mundo apenas surge y su infancia nos reclama? ¿Piensas que
pese a esta penumbra verde y húmeda las cosas continuarán su mar-
cha? Sí, tienes razón: todo es “mientras tanto”.
Tus palabras cuyo cuerpo es más pequeño que tu pensamiento.
Tu aprendizaje que consistió en pedirle a alguien que te dijera lo ob-
vio con un aire extraordinario. Tu aliento que mostraba una mujer
visionaria a pesar de una culpa que en algunos momentos te hacía
ver mezquina. Eso y más, es el misterio que hay entre la naturaleza y
cada uno de nosotros y su conexión que no podrá ser clara cuando
queramos comprenderla. Sobre todo, porque la sabiduría no basta y
debido a esto impulsa a refugiarse en la locura. A deshacer la escri-
tura con una violencia que pasa por encima y por debajo del dolor.
¿Existe otra respuesta en la senda? ¿Aún no te has habituado a
ser el lobo inevitable? ¿Tropiezas con el gran vórtice de la nada
al intentar una comunicación contigo misma? ¿Me preguntas quién
eres? Bueno, eso ya es distinto. Solo déjame recordarte que antes
del sueño, me decías: por ahora durmamos dándonos las manos. El mundo
gira y en alguna parte hay cosas que no conocemos. Tienes que vivir poco a poco,
ya que no da para vivir todo de una sola vez. Ante todo, vales lo que vales como
descubrimiento. Quien no sabe lo que es, jamás llegará a saber.
Todos sabemos que no te importó perder la conciencia porque
encontraste una serenidad más grande en la alucinación. Que la vida
que nace es tanto más sangrienta que la que muere. Que morir es
otra cosa y es diferente de lo bueno y de lo malo. ¿Dónde estuviste
de noche? Sé tú el gran secreto: estás sintiéndote como si ya hubie-
35
Víctor Raúl Jaramillo
36
Al Borde del Agua
a Paloma
UNO
DOS
TRES
abjura cae entre seres apaleados. ¿Seremos cada vez más dignos de
habitar los días y las noches donde se pierde y se gana la vida? ¿Ya
es tarde? ¿Podría ser demasiado tarde, como suele creerse? No im-
porta: el rumor de nuevas estrellas aviva los ojos de los ahorcados,
inflama de ardor las cuencas de las calaveras. Podría ser, tal vez no.
¿Quién podría saber?
El silencio nos conduce al silencio. Nos confía la claridad que se
aloja en la serena contemplación. Así nos es donado el gesto que
confluye en la voz ajena, en su diálogo. Así vamos naciendo al sen-
tido que nos aproxima y restituye. De tal modo calmamos la es-
tampida de la barbarie. Somos la quijada que duerme bajo el cieno,
la paloma que vuela en el vacío, la navaja que a medio hurgar se
incrusta en los huesos, en la falta de amor, en el destino lluvioso de
ángeles caídos. Pero el gesto que acompaña al habla es la piel que
nutre tu mirada, su constante pasión. Y tu azogue evita la máscara y
busca preservar la calma que ha enmudecido la ira que te carcome
las pupilas.
Y se ha provocado la huida de la voz, su transparencia. Y el imán
de mis manos ha perdido su fuerza, es vapor calcinado, carbón he-
cho polvo. ¿Qué haces ahora? Percibo una inquietante aceptación. Si
ocurren las cosas como en cada palabra, algo debe de ir mal. ¿Quién
duda de su propia lectura? ¿En qué lugar lograr los vestigios de gra-
máticas mudas? ¿Dónde poner la voz si es otra la tinta en que todo
busca levantarse? ¿En qué partitura dejada a la deriva la música nos
convierte en aviso de enormes tempestades? ¿Cuándo volverá el gri-
to para hacer de miles una sola canción? El eco de renombradas pie-
dras se bifurca en el lapso herido de tus besos. Pero aún estás lejos.
CUATRO
CINCO
42
Al Borde del Agua
Un poeta o un peligro
buscando el canto que piensa:
ese reflejo de mar naciente
o de fruto fronterizo
donde se desdobla la savia
en estruendosos tejidos de sed.
Rebeldía de un hijo
arrojando decibeles de luz
en los aposentos de la historia:
irrevocable presencia del tiempo
donde cuelga el enigma
engullido por los papeles de la noche.
Briosos búfalos
tamboreando sobre la tierra;
43
Víctor Raúl Jaramillo
44
Al Borde del Agua
TRAZOS
El poeta sabe
que hay finales que terminan
en puntos suspensivos…
46
Al Borde del Agua
Maduró el signo
en la cuenca
de tu vientre.
La campana
que escucharon tus muertos
anunció la renovación del agua.
En la colina
se desató el peligro:
caballos blancos
se preparaban
para enmudecer los sueños,
la compañía ósea de los caminos.
Dilapidadas
contra la noche,
las máscaras
recogen
el último giro
de la danza.
47
Víctor Raúl Jaramillo
De tanto ignorar
se mueren
las caravanas.
Sus trompetas
aúllan más allá de la sed.
Solo piden
el secreto de la mañana.
Rayo
y herida
se cuecen
en tus pupilas:
¿qué esperas encontrar
en ese mar tranquilo?
Símbolo imposible,
el sonido del mundo
se confunde con tu lengua.
Tierra
de pétalo
de ceniza
o estación de regreso:
la eternidad
sin sus relojes
camina sonámbula
por tus desiertos.
Siempre habrá un canto
en nuestra alma,
una voz que no aceptaremos.
Y como si todo se repitiera,
al extraño le damos el espanto
mientras conjuramos nuestra fiesta.
49
Víctor Raúl Jaramillo
CÍRCULO
ambiguos en la idea
de un tiempo que nos pertenece
y nos separa al mismo tiempo
lugares de un inabarcable jardín
vamos de igual manera
perdidos por el mundo
con la compañía del último acto
donde uniremos las manos
a la palabra del universo
a la inmortalidad y a la muerte
51
Víctor Raúl Jaramillo
EL BOLERO DE ABADDÓN
En el momento
en que me das tus manos
la memoria de una fiebre
que antecedió
al nacimiento del hombre
cubre el paisaje que respiro
entonces sé
que nos encontraremos
el día del gran baile
no quisiera que otro
tratara de quitarme
lo que he aprendido por mí mismo
eso confirmaría
la brújula rota de su destino
el apetito envilecido de su arcano
detrás del mundo
al otro lado del vivir
camina la muerte con sus atavíos
yo he sido el cronista
de sus viajes y seducciones
y seré un tiro al blanco
en cualquier momento
pienso la vida
pero también insisto en vivirla
aprendo de mi propio camino
y del eco de las caravanas
sé que en algún lugar del tiempo
52
Al Borde del Agua
me espera el canto
la savia de mi carne estrecha
entonces tú sabrás lo que he sido
y seremos una montaña
al filo de la eternidad
así comprenderé tus migraciones
el beso que dejaste en la tierra
cuando por primera vez
me retiré de casa
quizá no sepas de qué hablo
ni siquiera presientes que lloro
o que me golpeo contra las ciudades
o que no he ido al templo
que me enseñaron mis padres
de todos modos
no calcularías la ira y la bendición
si lo supieras
no hay promesa
que no desemboque en un laberinto
que no descubra la línea del cometa
que no serene la tortura
ni disponga el valor del mandala
un árbol derramará sus cabellos
y será como si el sol
abriera sus brazos para que vieras
tú que eres el mundo sin dirección
tan lleno de vientre y ceniza
tan libre de oxígeno
cuerpo inmaculado de liquen y polvo
que caída la noche prepara su fiesta
cierto es que volvemos
para recuperarnos
en el agua inclemente del abismo
para asegurarle el pulso a la historia
para no demorar su vaticinio
así está escrito
desde que abrimos la ventana
53
Víctor Raúl Jaramillo
Tu mirada
sostiene la piedra
y el símbolo
tu sol
es un león enfurecido
que se agiganta en el mediterráneo
en compañía
de la anaconda
y la salamandra
tu mar es el habla
de una persona extraña
que recién empieza a florecer
y lleva en su canto
la eternidad
y el agua del recuerdo
donde se pronuncian en silencio
los pájaros y las araucarias
quisiera descubrir
una nueva palabra
para tejer con ella
el mediodía de mi corazón
una palabra amarilla
que levante el luto
de mi soledad
una esperanza
una bayoneta desenvainada
para liberar
54
Al Borde del Agua
la bandera tremenda
que entienden los pueblos
hambrientos y solos
los hombres enamorados
la tierra fundada
en el llanto y el abandono
tu voz
es el cuerpo húmedo
de una bailarina
y todos esperan su música
multitud que aúlla en mi pecho
cataclismo
ebriedad del trueno
llegas como el viento
milagro posible
que apenas tocan mis manos
inocencia última
enorme tempestad
pisada incondicional
de la poesía
del sueño que permanece
tiempo indomable
del beso que todo lo incendia
enloquecido voy
enloquecido pariendo la tristeza
de no acariciar tu rostro
no como el que se pierde
y cae sin cabeza
sino como el que ora
y levanta los brazos
y respira profundo
tragándose el universo
solo nos vimos cuando llovía
y acaso sea suficiente
mujer de almendra
55
Víctor Raúl Jaramillo
56
Al Borde del Agua
TEORÍA
Yo también
te defraudaré
Te haré
una honda
herida
Antes o después
Ya lo sabes:
soy uno más
en el camino
No otra cosa
Y tanto tú
como yo
seremos parte del fraude
57
Víctor Raúl Jaramillo
Tarde o temprano
cambiaremos verdad
por mentira
Nuestras palabras
ya no tendrán valor
Y será la oportunidad
buscada
por viejos sabuesos
para clavarnos
su rechazo
58
Al Borde del Agua
Suena Beethoven
y vuelven tus manos
que tocaban tan bien el piano
Luego viniste
y sentada a mi lado
me dijiste
que yo te gustaba así
Y tras un beso
te fuiste en silencio
Y me quedé esperando
el día en que la melodía del piano
y tus hermosas manos
tocaran lo que pudo haber sido
Y nunca fue
60
Al Borde del Agua
SUBTERRÁNEO
El muchacho
los vio pasar
con sus chaquetas negras
llenas de taches
La grabadora
regaba el Metal (y el Punk)
por la calle
Algo cambió en él
—de forma radical—
para siempre
Cerró la puerta
Su música
fue un ritual secreto
61
Víctor Raúl Jaramillo
Personal
Cerró la puerta
para que nadie
escuchara
Cerró la puerta
y nadie pudo entrar
Y poco a poco
—entre gritos y pesadez—
se fue debilitando
Hasta morir
62
Al Borde del Agua
POETA EN CUARENTENA
Sé que la noche
procura destellos
que el día no puede ofrecer
Suelo habitar
sus tremulantes brumas
Eso sí:
agradezco
tu enorme esfuerzo
por dejarnos
ese escaso brillo
arrancado al insomnio
en lo que escribes
Pero
—no lo tomes a mal—
tus poemas merecen más descanso
63
Víctor Raúl Jaramillo
La juventud
no puede medirse
antes de crecer
Antes de crear
Ser joven
es un defecto
si muy pronto
te conviertes
en un esqueleto vacío
Sin sueños
En otra ficha
del cáncer del mundo
De sublime tontería
Si dejas escapar
la locura
Si no alcanzas
su vigor
64
Al Borde del Agua
Su altivez
Tienes un problema
si siendo joven
la vida se te hace pesada
antes de comenzar a pesar
Si prefieres aprobaciones
a la instigación y al exceso
Si no logras cambiar
lo poco que podrás cambiar
—antes de ser una calavera más—
tu juventud será una vana
y terca pérdida de tiempo
Haz todo
lo que la vida
te irá quitando
sin tu aprobación
ahora que puedes
Presta atención
a esto que te digo
y no dejes de pelear
65
Víctor Raúl Jaramillo
a Paula y Lea
La lavandera
recoge sus aperos
y camina
—con enaguas y sábanas—
por la orilla de un río
por donde bajan
cuerpos hinchados
Llenos de plomo
y mercurio
Tres bestias
son llevadas al corral
donde el salvado con melaza
y un rústico balde
—con agua sucia—
esperan
Otro día
para devolver la vida
que le fue dada
66
Al Borde del Agua
El ruido
de la civilización
nos ensordece
En la escuela
los niños
—presas del futuro—
ven pollos de campo
por Internet
67
Víctor Raúl Jaramillo
HÁBITOS A LA DERIVA
Comienza el poema,
amor mío.
Estas palabras
—ahora—
son mi último gesto.
Mi última estrella.
La omisión.
El primer silencio
que de mi habla
queda.
El eco de enfermedades
y agrios temporales.
68
Al Borde del Agua
La cruel sacudida
en que cifrabas tu dicha.
El inicio de un fuego
abrigado por tus ojos,
la frágil respuesta
que ningún otro habrá de acentuar.
Y al agitar tu deseo
el frío arderá,
emergerá la cosecha.
Contigo comienza
lo que —en mí—
fue una guerra
de huesos adversos.
Bramidos antiguos
jugarán a volver.
69
Víctor Raúl Jaramillo
Y nutricias galaxias
también serán
fuentes frescas
ante la noche.
Éxtasis amarillos
desleídos en el patio de tu aldea:
buscando los árboles
que se ocultan
en la lejanía.
Y las habitaciones
de una infancia indigente
se hundirán
con tu corazón
entre las llamas.
No te quedes
en la memoria solitaria
de tu oleaje.
Anima el propósito
que acunamos en los nombres:
no ser mientras somos,
dejar de ser mientras vamos siendo.
Sentirse solos
es tan simple como luchar
o insistir en la derrota.
71
Víctor Raúl Jaramillo
Siempre mi madre,
envuelta entre hilos y telas
después de preparar su desayuno
y el mío.
Y lo seguirá haciendo,
incluso cuando ya esté mordiendo el polvo,
estoy seguro.
Yo le digo:
“ya estás cansada, flaquean tus piernas.
72
Al Borde del Agua
Y en la nevera
hay decenas de frasquitos
con algún residuo de cualquier cosa
que servirá —dice mi madre—
para otra ocasión.
Hoy me he sentado
—muy seriamente—
a meditar en el asunto.
75
Víctor Raúl Jaramillo
en el placer y en el dolor
y en ambos casos la infancia es cruda.
aún conservados
en un cajón que los protege
de su mano pirotécnica que duda.
Porque si no escribiera,
esta locura de vivir no tendría sentido.
Aunque lo escrito
sea su lucha por volver
79
Víctor Raúl Jaramillo
y arrojar fuego
en mis intenciones de cuidar
lo que queda de poeta en él.
80
Al Borde del Agua
En la acera de la librería
volvieron los acostumbrados diálogos
sobre títulos, ediciones y poemas
de los poetas presentes y otros poetas.
La pasaron bien.
Y risas,
muchas acaloradas
y estruendosas risas.
En pocas palabras,
esperando no se derramara la sangre
en algún rincón
(a los poetas
no les gusta la sangre,
sino la tinta)
Se despidieron
entre abrazos fraternales,
no sin antes desearse suerte
con la próxima publicación
y ¡hasta la vista!
Al día siguiente,
en medio de la rumba continuada,
los malandrines se decían:
83
Víctor Raúl Jaramillo
LA VIDA ES ASÍ
Algunos piensan
que ver un pájaro
es verlos todos.
Otros,
que en una gota de agua
está ya el océano infinito.
¡Y punto!
Parecen afirmar
lo que solo podría saber
un mensaje
de húmeda madera.
84
Al Borde del Agua
Nadie asume
la lenta abolición,
nadie escucha
la amenaza del trueno.
Todo,
cada asunto bajo las flores
o entre gatos y cucharas,
puede ser el hallazgo absurdo
de un niño muerto
en la puerta de nuestra casa.
a dar su aliento,
a compartir la lengua del regocijo,
a desnudar su fatídica belleza
si la recompensa es la realización de un sueño
diluido hace siglos.
89
Víctor Raúl Jaramillo
Más aún,
le tienden una celada.
Los ínfimos,
¿qué hay de ellos?
de lo que no se conoce.
Que yo, aquí, sentado en mi sillón
leyendo poemas místicos
y escuchando la velocidad
y la estridencia,
no tengo derecho a quejarme.
También te lo diré:
En fin…
no pretendo hacerte una lista exhaustiva,
pues, por demás, es innecesaria.
Tal enumeración nos quitaría tiempo
para la entrada de la paz que por ahora
está sentada en la salita de espera.
A la sazón,
los poderosos están sacando las uñas
y sus hamburguesas —como siempre—
y pronto estarán en Marte,
y se darán un paseíto en vacaciones
por alguna pléyade exótica
—vista por su inmenso ojo
que ausculta hasta el último rincón—
y tomarán vodka de primera mano
con sus secretos cómplices.
Recibirán la unción
y luego violarán a las sacerdotisas
en las escalinatas del nuevo templo.
99
Víctor Raúl Jaramillo
Esto lo confirmo
porque el variado universo se expande y se contrae,
se anula y se genera a sí mismo,
y no faltará quien se las ingenie
para volver con suficiente dinero
a sonsacar al dios de turno
para deshacer maravillas y hacer destrozos,
como siempre ha sucedido.
Es cierto,
en este preciso momento
alguien está calculando el salto
desde la azotea de aquel edificio.
También lo he visto.
Mas…
silencio,
escucho pasos que se acercan con sigilo
101
Víctor Raúl Jaramillo
hacia mi habitación
mientras me como esta rica ensalada.
De todos modos,
hay que tener un orden.
No podemos hablar todos al mismo tiempo.
¡Nadie entenderá!
No deberíamos olvidar
que una cosa es la prédica y otra el predicador.
¿Los menos?
103
Víctor Raúl Jaramillo
104
Al Borde del Agua
CONTENIDO
Prólogo 11
TATUAJES DE VIENTO 15
ZAHORÍ 16
LA MIEL Y LA HIEL 17
MIENTRAS LA TARDE SECA LA LLUVIA 19
BIOGRAFÍA SECRETA DE UN FANTASMA 21
RONDA PARA DESPUÉS DEL CONCIERTO 22
SONATA 24
LETANÍA 25
EN ELLA DESPIDO A MI ABUELO 27
BIOGRAFÍA DEL AZUFRE 29
PALIMPSESTOS PARA CLARICE 32
ESTERTORES ENTRE SEMILLAS 37
EL MUNDO QUE SON TANTOS 43
TRAZOS 45
LOS OCHO SELLOS 47
CÍRCULO 50
EL BOLERO DE ABADDÓN 52
LOS DÍAS AZULES 54
TEORÍA 57
MARÍA TOCABA EL PIANO 59
SUBTERRÁNEO 61
POETA EN CUARENTENA 63
105
Víctor Raúl Jaramillo
106
NOTAS
Esta obra se terminó de editar
en el mes de agosto de 2022
Libro Edición digital
Tipografía: Garamond 12 puntos
Editorial Seshat
Tierradentro, Cauca
Tels: 3104821715
Páez- Belalcázar - Colombia
Edición de colección.
Al Borde del Agua
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Víctor Raúl Jaramillo
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