1.4 Los Tresmiles de Sierra Nevada
1.4 Los Tresmiles de Sierra Nevada
1.4 Los Tresmiles de Sierra Nevada
Las altas cumbres de Sierra Nevada: Cimas con más de 3.000 m de altura.
Sierra Nevada se caracteriza, entre muchas otras cosas, por poseer la cima más alta de toda la
península ibérica, el Mulhacén, con 3.479 m de altura sobre el nivel del mar. El pódium de las
alturas ibéricas lo completan, con el segundo lugar, la cumbre pirenaica del Aneto (3.404 m), y en
tercer lugar tenemos de nuevo una cima nevadense: el Veleta (3.396 m). Pese a no ser el más alto,
este último pico es, probablemente, el más representativo de Sierra Nevada por dos razones: La
primera es que, a diferencia del Mulhacén, el Veleta es completamente visible desde la ciudad de
Granada y desde su Vega, lo que hace que la gran mayoría de sus habitantes asocien el Veleta con
Sierra Nevada incluso sin haber pisado nunca este macizo. La segunda razón radica en la carismática
forma de su cima con la impresionante verticalidad de su pared Norte, lo que hace que su imagen,
dibujada a través de unos sencillos trazos, sea el emblema de entidades tan significativas como el
parque nacional o la estación de esquí de Sierra Nevada.
Cabe preguntarse cuántas cumbres hay en este macizo que superen los tres mil metros, picos que
denominaremos “tresmiles”. La respuesta no es sencilla y está llena de controversia. Se acepta, con
certeza, que en nuestro planeta hay catorce ochomiles (cimas con más de 8.000 m de altura). En los
Alpes están catalogados todos sus cuatromiles (con más de 4.000 m), contabilizándose 82
“oficiales” y otras 46 cimas “subsidiarias”. También se acepta que los Pirineos cuentan con un
número de 212 tresmiles (cimas con más de 3.000 m). Sin embargo, para Sierra Nevada no hay un
único valor que cuantifique los tresmiles que posee y, dependiendo de las fuentes que se consulten,
ese número puede variar enormemente y el intervalo que hay entre los valores extremos que
pueden encontrarse en diferentes fuentes es demasiado amplio (entre 52 y 15). Está claro que la
ambigüedad proviene de los criterios que se utilicen para contabilizar (o no) un tresmil como pico
independiente, siendo estos criterios la prominencia (diferencia de altura entre collado y cima) y la
distancia entre dos cimas que estén muy próximas entre sí. Ante tal controversia, los autores de
esta cápsula del curso propusieron, en su libro “Los Tresmiles de Sierra Nevada y otras excursiones
de un día”, establecer 29 tresmiles como cifra que contabilizara las cimas de más de 3.000 m de
altura en este macizo. Para dar tal cifra, se tomó como punto de partida la excelente descripción de
la zona de altas cumbres que hace D. Eugenio Fernández Durán en la obra “Sierra Nevada y la
Alpujarra” del Padre Ferrer y los datos de diferentes fuentes cartográficas. También queremos
aclarar se ha contabilizado como un único “tresmil” todos aquellos casos en donde no hay una
cumbre claramente definida, sino que lo que se tiene son aristas compuestaspor una sucesión de
pequeños puntalillos que superan dicha cota, como es el caso de los Tajos de la Virgen y del Nevero,
o el Cerro de los Machos y las Campanitas, o los puntales que conforman los Crestones de Río Seco.
Como una imagen vale más que mil palabras, en la siguiente fotografía se muestra la ubicación de
los 29 tresmiles en una vista general de Sierra Nevada desde la Vega de Granada.
La alta montaña en Sierra Nevada suele englobar a toda la zona que supera los 2.500 m de altura.
Dentro de esta catalogación encontramos las altas cumbres nevadenses que se distribuyen a lo
largo de una distancia de unos 25 km lineales con altura siempre superior a 3000 m. La línea de
cumbres que va uniendo los picos que superan esta altitud coincide en gran medida con la divisoria
de aguasode mares, es decir, la cuerda montañosa que separa la vertiente mediterránea, más suave
y orientada al Sur, de la atlántica, mucho más abrupta y orientada al Norte. Esta última es visible
desde Granada y su Vega mientras que la mediterránea arropa a la comarca de la Alpujarra. Algunos
tresmiles escapan a esta divisoria, como la Atalaya o Mojón Alto y el Juego de Bolos que pertenecen
a la vertiente atlántica, mientras que Cerro Pelao -en la zona más oriental-, el Peñón del Globo, los
Raspones de Río Seco o el Tajo de los Machos y Cerrillo Redondo -en el sector más occidental-, son
tresmiles exclusivos de la vertiente mediterránea. El recorrido que permite coronar la mayoría de
estas cumbres se conoce como “Integral de Sierra Nevada” y, en una distancia de alrededor de 40
km (según el itinerario escogido), enlaza el refugio de Postero Alto con la Rinconada de Nigüelas,
siguiendo una dirección noreste-suroeste y teniendo al Picón de Jérez y al Caballo como cumbres
extremo de la ruta. La imagen de la alta montaña nevadense es muy variada teniendo como
principal material geológico los micasquistos (lastras). Se pueden observar enormes “lastronales”
(acúmulos de esquistos de mediano tamaño) de diferentes pendientes; afiladas aristas muy aéreas;
lagunas rodeadas de verdes “borreguiles”, vestigio de antiguos glaciares; caóticos canchales de
enormes bloques pétreos; “caras Norte” verticales, escarpadas y majestuosas; y enormes lomas o
panderones de roca muy fragmentada como las del Mulhacén o la Alcazaba.
Utilizando el itinerario de la integral de Oeste a Este, vamos a hacer una descripción de los sitios
más emblemáticos indicando la altura de los diferentes tresmiles según el Instituto Geográfico
Nacional. El más occidental de ellos es el Caballo (3.011 m) donde los suaves panderones de su
vertiente atlántica contrastan con el circo glaciar de su laguna y su agreste cara Sur que da salida, de
la alta montaña hacia el mediterráneo, al valle del río Lanjarón. La Loma de Cáñar limita este valle
por el Sureste albergando dos tresmiles, el Pico del Tajo de los Machos (3.086 m) y Cerrillo Redondo
(3.056 m). Avanzando por la divisoria en nuestro recorrido integral, Tajos Altos (3.113 m) y el Tozal
del Cartujo (3.152 m) cierran por el Noroeste este valle donde nacen las excelentes aguas del
pueblo alpujarreño de Lanjarón. Y en este último pico culmina la conocida Arista del Cartujo,
enorme espolón de piedra visible desde la ciudad de Granada que se descuelga hasta el mismo río
Dílar por las Chorreras del Molinillo.
El acceso estival al Corral desde el Oeste se hace por los Tajos del Campanario a través diversos
vasares o veredones (estrechas repisas horizontales que enlazándose unas a otras permiten
flanquear los tajos). Si nos dirigimos hacia el Este buscando el Mulhacén (3.479 m), podemos
hacerlo por la vertiente atlántica recorriendo la Alta Montaña de la cabecera del Genil en lo que sin
duda es una de las travesías nevadenses más espectaculares. Para ello, atravesamos el Corral del
Veleta, y salimos de él remontando la inmensa Loma del Lanchar que cierra por el Este el valle del
Guarnón desde la Vereda de la Estrella, donde el río Guarnón se une con el Real para formar el
Genil, hasta el inicio de la arista Norte del Cerro de los Machos (3.327 m). La loma se atraviesa por
el Collado de Veta Grande para alcanzar el Corral de Valdeinfierno y el circo de Laguna Larga
separado de la vertiente Sur por los Crestones de Río Seco (3.147 m y 3.121 m), y los Puntales de la
Larga (3.182 m) y de la Caldera (3.222 m). Por debajo de la arista Norte de este último tresmil se
alcanza la laguna del Mulhacén, en la Hoya del mismo nombre, a los pies de la imponente cara
Norte de la cumbre de la península. Desde aquí podemos alcanzar fácilmente la divisoria por el
Collado del Ciervo o de la Mosca, nombre que también recibe la laguna antes indicada por su
pequeña dimensión si es observada desde la cumbre del Mulhacén. Esta denominación,
actualmente aceptada de manera general, es relativamente reciente, porque en la literatura
histórica aparece con un nombre mucho más hermoso y adecuado: Laguna del Mulhacén.
Este mismo recorrido, pero en la vertiente Sur, suele estar más transitado al discurrir por la antigua
pista que conectaba el collado de la Carigüela con Capileira en la Alpujarra. No salva un gran
desnivel y suele ser el utilizado en condiciones invernales tomando las debidas precauciones al
atravesar el paso de los Machos (delicado según las condiciones nivológicas). Justo debajo de la
Carigüela está la laguna de Aguas Verdes, origen del río Veleta, desde donde se puede apreciar en la
divisoria, la aérea arista de las Campanitas (con tres puntales significativos: Salón, Campanario y
Zacatín) que une el Veleta con el Cerro de los Machos por el Este. Una vez superado el paso
anterior, se llega a Río Seco, espectacular paraje cuyas lagunas están flanqueadas al Oeste por un
conjunto de afiladas agujas rocosas con altura superior a los tres mil metros: los Raspones de Río
Seco (3.141 m). Avanzando hacia el Este, paralelamente a los Crestones de Río Seco en su vertiente
meridional, remontamos el suave lastronal de Loma Pelá (que culmina en el Puntal de la Larga,
3.182 m) para dar vista desde su parte más elevada al circo de laguna de la Caldera y la cara Oeste
del Mulhacén. Si bordeamos la laguna por el Norte, en las estribaciones del Puntal de la Caldera
alcanzaremos el Collado del Ciervo, mencionado anteriormente. Hasta este punto hemos hecho
aproximadamente la mitad de la distancia de la integral.
Desde la Hoya del Mulhacén podemos acceder al espectacular Vasar de la Alcazaba, cornisa de un
par de metros de anchura que transita a media altura por la escarpada vertiente Oeste del mágico
pico de la Alcazaba (3.369 m), quinta altura de la península. Esta verdadera fortaleza pétrea está
flanqueada por el Puntal de la Cornisa (3.318 m) al Sur y el Puntal del Goterón (3.204 m) al Norte en
una composición cuya silueta es inolvidable una vez vista. La verticalidad en todo el entorno es
impresionante, y otra formación peculiar característica de esta zona y que atravesamos siguiendo el
gran vasar es el Espolón de la Alcazaba, inmenso raspón de roca que desde el río Valdecasillas se
extiende hasta la cumbre de este pico.
Alternativamente, desde el Collado de la Mosca podemos buscar la entrada al angosto vasar que,
recorriendo la Norte del Mulhacén de Oeste a Este, nos traslada al Puntal de Siete Lagunas (3.251
m) en la cabecera de la Cañada del mismo nombre, conjunto de lagunas con un espectacular
borreguil que desagua hacia el río Culo de Perro buscando la población de Trevélez. Finalmente
podemos optar por coronar la cumbre de la península por la marcada vereda que recorre su cara
Oeste y desde la cima destrepar por la cara Este hasta el collado de Siete Lagunas o descender por
la vereda de la Cuerda del Resuello hasta la Laguna Hondera, en la parte más baja de la Cañada. Si
continuamos por esta vertiente mediterránea podemos ascender a la Loma de la Alcazaba por
debajo de los tajos del Peñón del Globo (3.289 m) y ver otra formación pétrea característica: la
Piedra del Yunque por donde se accede a la Cañada del Goterón, parte inferior de los Tajos del
Goterón por los que la Loma de la Alcazaba se descuelga verticalmente hacia el Noreste. A partir de
aquí, siguiendo la divisoria, vamos encontrando la sucesión de tresmiles orientales comenzando por
el Puntal de las Calderetas (3.094 m) al que le sigue el Puntal de Vacares, históricamente Bacares,
(3.144 m) con su característica silueta, su laguna en la vertiente mediterránea y la Cuneta de
Vacares que es otro de los pasos tradicionales desde el serrano pueblo de Güéjar Sierra a Trevélez y
punto culminante de la conocida Cuesta de los Presidiarios y Loma del Calvario. A continuación, el
Pico del Cuervo (3.147 m), Pico de la Justicia (3.141 m) y Cerro del Mojón Alto o Atalaya (3.117 m)
dan forma a la cabecera del río Vadillo. Un último sitio a reseñar antes de alcanzar el Puntal de
Juntillas (3.143 m) para, dejando a la izquierda el Picón de Jérez (3.088 m) y la derecha Cerro Pelao
(3.182 m), comenzar el descenso al refugio del Postero Alto siguiendo el curso del arroyo del Alhorí:
Los Lavaderos de la Reina, pequeño valle con orientaciónNorte que, al abrigo dos tresmiles: el
Puntal de los Cuartos (3.154 m) y el Puntal de Covatillas (3.115 m), muestra todos los años un
espectacular deshielo con infinidad de chorreras y lagunillos.
Las actividades deportivas en estas cotas tan elevadas engloban áreas del montañismo muy
diversas: alpinismo, esquí de montaña, carreras por montaña o escalada son varias de las disciplinas
que van ganando adeptos día tras día, sin olvidar el beneficio físico que puede reportarnos el simple
hecho de pasear o andar haciendo senderismo por estas montañas. En Sierra Nevada, el acceso a
determinadas zonas de sus altas cumbres es relativamente sencillo desde el punto de vista técnico.
Sin duda el Veleta, como cumbre emblemática, es la más asequible de todas, incluso físicamente,
dada la proximidad a la estación de esquí y los diversos medios de automoción que nos pueden
dejar muy cerca de su cumbre. El acceso al Mulhacén tampoco tiene dificultad técnica ninguna si se
hace desde la Carigüela por la vertiente Sur o a través de su inmensa loma desde los pueblos
alpujarreños, aunque en este caso hollar su cima sí requiera una preparación física más exigente.
Esto hace que, en cierta forma, se haya perdido del respeto a la alta montaña, entorno que puede
resultar muy hostil en cualquier época del año. Unas condiciones meteorológicas muy cambiantes
con frecuencia de fuertes vientos, la alta insolación, una concentración de oxígeno menor que a
nivel del mar, deshidratación, fuertes desniveles…, son factores a tener en cuenta cuando
diseñamos rutas en altura.
BIBLIOGRAFÍA
ARRIBAS MIR, Lorenzo (1994). Sierra Nevada en esquís. Madrid: Ediciones Desnivel.
BUENO PORCEL, Pablo (1987). Sierra Nevada (Guía montañera). Granada: Editorial Universidad de
Granada. Nuevas ediciones en 1993 y 1999.
CASTILLO AMARO, Aurelio del y CASTILLO RODRÍGUEZ, Antonio (1983). Sierra Nevada Inédita.
Granada: Editorial Andalucía. 2010, Granada: Editorial Penibética.
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Nevada y la Alpujarra, Granada, Editorial Andalucía, 1985, II, pp. 379-474.
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otras excursiones de un día. Granada: Editorial Universidad de Granada.