Contrato de Criptomonedas
Contrato de Criptomonedas
Contrato de Criptomonedas
Introducción:
El mundo avanza, y a ojos de las legislaciones es esencial que la norma se adapte al
comportamiento social. Si en la antigüedad, las personas desarrollaban sus relaciones
comerciales a través del trueque, y hoy a través de las distintas divisas, el evolucionar de
estas mismas nos ha llevado a dos conceptos que hoy nos serán vitales: Las
Criptomonedas, y los Contratos de Criptomonedas: A continuación abordaremos ambos.
Sin embargo, a día de hoy, el principal uso práctico que igualmente explica su masificado
uso, es la compra a fin de inversión en el mediano o largo plazo. En este contexto, es vital
dejar en claro la tendencia que viven las criptomonedas a aumentar su valor
constantemente. Así, alguien que compra 100 mil pesos de una u otra criptomoneda,
fácilmente puede sacar márgenes de entre 110% y 150% en un mediano plazo. Esto,
obviamente, dependerá de qué tan positiva sea la fluctuación de la divisa respectiva.
En forma paralela, una crítica desde diversas legislaciones al uso de criptomonedas, es que
dada su prácticamente inexistente regulación, ha permitido la compra con facilidad y
anonimato en mercados negros, con diversos objetos.
Características
Asociados a las criptomonedas como tal, encontramos cuatro principales características:
A) Es un tipo de moneda digital: Y con esto nos referimos a que, sea Bitcoin o cualquier
otra criptomoneda, estas no existen exactamente de forma física, sino solo digitalmente. De
esta forma, deja atrás la concepción clásica de dinero que conocemos.
La buena experiencia con esta divisa, con el pasar del tiempo, fue abriendo el paso a la
existencia de diversas criptomonedas, hoy en pleno auge, o ya de gran éxito. ¿A cuáles nos
referimos con estas? Litecoin, Ethereum, Bitcoin Cash, Ripple, Dogecoin, Ada, entre otras
varias.
El crecimiento hoy en día es tal, que se estima la existencia de más de 1600 criptomonedas
alrededor del mundo. En Chile, por ejemplo, ya han sido creadas criptomonedas locales: Es
el caso de Chaucha, Luka y Wea.
Confianza: Nadie puede robar o perder ninguno de sus documentos, ya que están cifrados
y almacenados de forma segura en un libro de contabilidad seguro y compartido. Además,
no tiene que confiar en las personas con las que está tratando ni esperar que confíen en
usted, ya que el sistema imparcial de contratos inteligentes reemplaza esencialmente a la
confianza.
CONI
¿Qué es una Plataforma Blockchain?
Los smart contracts, nacen el año 1993, en la mente del abogado y criptógrafo aficionado a
la programación Nick Szabo, deben su nacimiento y existencia a la tecnología Blockchain,
es decir debemos comprender la Plataforma Blockchain como un concepto previo a los
Contratos Inteligentes.
Esta tecnología consiste en una plataforma digital, mediante la cual se pueden realizar
transacciones de forma descentralizada entre pares, es decir, sin una entidad que verifique
la veracidad y apruebe las operaciones allí realizadas.
Las transacciones, que se “escriben” en lenguaje de programación, se contienen en
estructuras conocidas como “bloques”, los que una vez validados y autorizados, se unen a
una cadena digital, quedando unido al bloque anterior (que contiene otras operaciones) y al
que le sucede, constituyendo una cadena de bloques o Blockchain.
Los usuarios que determinan la validez de las transacciones son denominados miners,
quienes se dedican a descifrar los problemas matemáticos generados por los códigos de las
transacciones, y los verifican.
A cambio de esta verificación, son recompensados con unidades de la divisa de la
plataforma en que están operando, lo cual actúa como un incentivo para verificar adecuada
y rápidamente las transacciones.
Blockchain fue la respuesta que Nick Szabo buscaba para concretar la existencia y
funcionamiento de los smart contracts. Él solía explicar su idea de contratos inteligentes
usando como ejemplo el funcionamiento de una máquina expendedora de bebidas: cuando
una persona quiere comprar una bebida en una de esas máquinas, simplemente introduce
los billetes o monedas a la máquina, y está, de forma automática, una vez ingresado el
dinero, expende la bebida.
Dicho de otra manera, esta operación, que corresponde en efecto a un contrato de
compraventa, se ha cumplido parcialmente de forma independiente, ya que no ha sido
necesaria la intervención directa de la parte vendedora. En efecto, el comprador cumple, de
la forma tradicional, con su obligación de pagar el precio por la bebida, y el vendedor, de
forma automática, ante el pago del precio, cumple con su obligación de hacer la tradición de
la bebida. Nick Szabo fue más allá: que tanto el pago del precio, como la tradición de la
bebida se hicieran de forma automatizada.
Por otro lado, la contratación inteligente permite generar un mayor nivel de confianza en las
relaciones jurídicas, sin que las partes se cuestionen sobre la genuinidad de la contraparte.
Al no existir el riesgo de incumplimiento (salvo matices), se permite que partes que no se
conocen al momento de contratar, puedan acceder a contratar con la seguridad de que sus
intereses se verán plenamente satisfechos.
Otro beneficio, es la función de “escrow”, que consiste en eliminar al ente tercero del
contrato en su clásica figura, por lo tanto está exento de imprevisto humano.
Los pagos escrow son aquellos en los que el dinero permanece en custodia o depósito
hasta que se completa correctamente la operación que origina el pago.
Otro gran problema que puede surgir en este ámbito es debido a la falta de consagración
legal, que hace poner en duda la efectividad de la regulación interna en los smart contracts.
Sin embargo, la segunda parte del artículo señalado, establece una diferencia estructural,
ya que el 1545, hace potencialmente invalidable el contrato. El contrato inteligente, por su
parte, no permite modificación por la mera voluntad de las partes. Es tan fuerte la
vinculación a la “ley del contrato” en los smart contracts que, aun existiendo acuerdo entre
las partes, el contrato sería complejo de modificar o terminar.
Sin duda, no cabe, sino concluir que sería imposible cumplir con solemnidades
contractuales, al menos tal cual las conocemos hoy, en un smart contract. Toda vez que en
este tipo de contratos la solemnidad es requisito de existencia del mismo, si se celebrase un
contrato solemne a través de, por ejemplo, Ethereum, aquel adolecería de un vicio de
existencia.
Una vez dilucidado los smart contracts, de manera general, debemos considerarlos como
contratos, se debe concluir que cada smart contract en particular ha de cumplir con todos
los requisitos de existencia y de validez.
Sin duda, en la medida que los smart contracts se complejicen y se masifique su uso,
programadores y abogados deberán profundizar su alianza en beneficio de incorporar en la
técnica de programación o codificación legal, un mayor nivel de sofisticación y captura de
eventuales escenarios de incumplimiento contractual.
En cuanto a la Fiscalización:
Otra variable a tener en consideración, al evaluar los efectos jurídicos de los smart
contracts, se relaciona con ciertas obligaciones cuyo cumplimiento ha de ser fiscalizado por
órganos de la Administración del Estado, como la situación de eventuales impuestos que se
devenguen.
Sin dudas que el Servicio de Impuestos Internos, como entidad recaudadora y fiscalizadora,
deberá sofisticar sus herramientas de cumplimiento tributario para evitar eventuales
evasiones por parte de contribuyentes que utilicen estas plataformas.
De esta forma, si esta clase de tecnología llega a tener una aplicación regular en Chile,
podrían modificarse ciertas instituciones, solemnidades o disposiciones que requieren de
actuaciones llevadas a cabo en formato físico, para que en un sentido y luego en otro
puedan celebrarse como contratos inteligentes. Así las cosas, ciertos casos en los cuales la
ley prescribe que un determinado acto se otorgue mediante escritura pública, podría
alternativamente autorizarse la celebración de un smart contract, generándose formatos de
codificación estándar para ello.
Conclusiones
Los “smart contracts” constituyen una poderosa herramienta que viene a revolucionar el
mundo del derecho de los contratos tal y como lo conocemos. En efecto, asumiendo una
adecuada implementación, esta tecnología debiera cambiar ciertas bases de nuestro
ordenamiento jurídico, incorporando un profundo cambio o rediseño a la teoría contractual
clásica.
El análisis que desarrollamos, tiene una conclusión positiva respecto a los beneficios que
generaría el buen uso de la contratación inteligente y la tecnología Blockchain en el mundo
jurídico, correspondiendo a quienes ejercen profesiones relacionadas a dicho espectro, a
fomentar y confiar en su utilización más que presentar obstáculos u objeciones.