Contrato de Criptomonedas

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TOBAR

Introducción:
El mundo avanza, y a ojos de las legislaciones es esencial que la norma se adapte al
comportamiento social. Si en la antigüedad, las personas desarrollaban sus relaciones
comerciales a través del trueque, y hoy a través de las distintas divisas, el evolucionar de
estas mismas nos ha llevado a dos conceptos que hoy nos serán vitales: Las
Criptomonedas, y los Contratos de Criptomonedas: A continuación abordaremos ambos.

¿Que es una criptomoneda?


La criptomoneda es un medio digital de intercambio que utiliza criptografía para asegurar las
transacciones. Se constituyen así como una divisa o moneda alternativa, de control
descentralizado, ajeno a bancos centrales o cualquier institución financiera en su sentido
clásico, y que funciona a través de una base de datos descentralizada o Blockchain (cadena
de bloques).

Hoy, principalmente dada su proyección comercial, facilidad en la transacción, y adaptación


al contexto digital, han tenido un amplio auge en su uso: Esto refiere tanto a las
transacciones hechas por usuarios, como a la diversidad de criptomonedas existentes
actualmente.

¿Para qué sirve?


Constituyéndose, como una moneda alternativa dada sus especiales cualidades, es que la
transacción de estas encuentra diversos orígenes. Uno, por ejemplo, es el ahorro de
comisiones en las transferencias entre monederos digitales.

Sin embargo, a día de hoy, el principal uso práctico que igualmente explica su masificado
uso, es la compra a fin de inversión en el mediano o largo plazo. En este contexto, es vital
dejar en claro la tendencia que viven las criptomonedas a aumentar su valor
constantemente. Así, alguien que compra 100 mil pesos de una u otra criptomoneda,
fácilmente puede sacar márgenes de entre 110% y 150% en un mediano plazo. Esto,
obviamente, dependerá de qué tan positiva sea la fluctuación de la divisa respectiva.

En forma paralela, una crítica desde diversas legislaciones al uso de criptomonedas, es que
dada su prácticamente inexistente regulación, ha permitido la compra con facilidad y
anonimato en mercados negros, con diversos objetos.

Características
Asociados a las criptomonedas como tal, encontramos cuatro principales características:

A) Es un tipo de moneda digital: Y con esto nos referimos a que, sea Bitcoin o cualquier
otra criptomoneda, estas no existen exactamente de forma física, sino solo digitalmente. De
esta forma, deja atrás la concepción clásica de dinero que conocemos.

B) Utiliza la criptografía para proporcionar un pago seguro: De esta forma, a través de la


forma de contrato en que se constituyen las transacciones de criptomonedas, a definir
luego, se asegura el éxito de los flujos transaccionales, ajenos por ejemplo, del robo de
terceros.
C) Sus técnicas de cifrado regulan la generación de unidades monetarias: Con esto
dejamos en claro que la cantidad de bitcoins disponible circulante no es infinito, sino
limitado. Esto explicará así el incremento o fluctuación en un valor que puede tener un
Bitcoin o cualquier otra criptomoneda en mediano y largo plazo.

D) Propicia la descentralización monetaria: Al no necesitar un banco central ni de


instituciones financieras específicas, dado también por la ausencia de regulación, una
criptomoneda puede fluir en sus transacciones perfectamente más allá de límites
geográficos, o control respectivo a aquello.

¿Qué tipos existen?


La primera moneda en aparecer, allá por 2009, es el Bitcoin, y eso explica precisamente el
por qué hoy es la mayormente conocida y de mayor éxito con el correr de los años.

La buena experiencia con esta divisa, con el pasar del tiempo, fue abriendo el paso a la
existencia de diversas criptomonedas, hoy en pleno auge, o ya de gran éxito. ¿A cuáles nos
referimos con estas? Litecoin, Ethereum, Bitcoin Cash, Ripple, Dogecoin, Ada, entre otras
varias.

El crecimiento hoy en día es tal, que se estima la existencia de más de 1600 criptomonedas
alrededor del mundo. En Chile, por ejemplo, ya han sido creadas criptomonedas locales: Es
el caso de Chaucha, Luka y Wea.

¿Cómo se pueden utilizar en la actualidad?


La criptomoneda es, esencialmente, una divisa digital. Así, ha ganado terreno
paulatinamente en el ámbito de las transacciones, y en este mismo sentido, en la regulación
y correlativo uso que se le de en distintos países.

Más allá de la usual adquisición a fin de transacciones, la criptomoneda ha sido aceptada


cada vez más en espacios corrientes. Desde 2017, por ejemplo, se han abierto casinos
cuya divisa para apuesta son las criptomonedas: Cloudbet, FortuneJack, mBit Casino o
BitCasino son ejemplos de estas instancias.

Otros usos son: Transferencias internacionales baratas, el pago de impuestos, incluso el


cobro de un sueldo, o cualquier otra transacción pecuniaria al alcance común.

Contrato Inteligente (Smart Contracts):


Es un programa informático que facilita, asegura, hace cumplir y ejecuta acuerdos
registrados entre dos o más partes. De esta forma, los Contratos Inteligentes les ayudarían
en la negociación y definición de tales acuerdos. Estos, a su vez, causarán que ciertas
acciones sucedan como resultado de que se cumplan una serie de condiciones específicas.

Un contrato inteligente es un programa que vive en un sistema no controlado por ninguna


de las partes, o sus agentes, y que ejecuta un contrato automático el cual funciona como
una sentencia if-then (si-entonces) de cualquier otro programa de ordenador. Con la
diferencia de que se realiza de una manera que interactúa con activos reales. Cuando se
dispara una condición pre-programada, no sujeta a ningún tipo de valoración humana, el
contrato inteligente ejecuta la cláusula contractual correspondiente.
Tienen como objetivo brindar una seguridad superior a la ley del contrato tradicional y
reducir costos de transacción asociados a la contratación. La transferencia de valor digital
mediante un sistema que no requiere confianza, como por ejemplo los bitcoins, abre la
puerta a nuevas aplicaciones que pueden hacer uso de los contratos inteligentes.

En resumen, explicado de una forma sencilla, un smart contract es un contrato celebrado de


manera digital y mediante lenguaje de programación, a través de una plataforma que ocupa
la tecnología Blockchain, y que tiene la particularidad de que se “autoejecuta”. Es decir, las
obligaciones que emanan del contrato se cumplen de manera automática, sin tener que
incitar a la contraparte del contrato para que dé cumplimiento a sus obligaciones, y mucho
menos, requerir de la justicia para obtener cumplimiento forzado de las mismas.

Se podrían realizar en cualquier transacción que requiera un acuerdo registrado entre


partes, como, por ejemplo, la contratación de productos financieros o de seguros, los
depósitos en garantía, las operaciones de compra y venta instrumentos de financieros en
los mercados bursátiles, de préstamos sindicados, compra venta de regalías, entre otros.

Características del contrato inteligente:


Autonomía: Los contratos inteligentes eliminan la necesidad de un tercero intermediario del
facilitador, esencialmente dándole a usted el control total del acuerdo.

Confianza: Nadie puede robar o perder ninguno de sus documentos, ya que están cifrados
y almacenados de forma segura en un libro de contabilidad seguro y compartido. Además,
no tiene que confiar en las personas con las que está tratando ni esperar que confíen en
usted, ya que el sistema imparcial de contratos inteligentes reemplaza esencialmente a la
confianza.

Ahorros: Notarios, agentes inmobiliarios, asesores, asistencia y muchos otros


intermediarios no son necesarios gracias a los contratos inteligentes. Y, por extensión, las
extorsionantes tarifas asociadas a sus servicios.

Seguridad: Si se implementan correctamente, los contratos inteligentes son


extremadamente difíciles de piratear. Además, los entornos perfectos para contratos
inteligentes están protegidos con criptografía compleja, que mantendrá sus documentos
seguros.

Eficiencia: Con los contratos inteligentes ahorrará mucho tiempo, normalmente


desperdiciado en procesar manualmente montones de documentos en papel, enviarlos o
transportarlos a lugares específicos.

CONI
¿Qué es una Plataforma Blockchain?
Los smart contracts, nacen el año 1993, en la mente del abogado y criptógrafo aficionado a
la programación Nick Szabo, deben su nacimiento y existencia a la tecnología Blockchain,
es decir debemos comprender la Plataforma Blockchain como un concepto previo a los
Contratos Inteligentes.
Esta tecnología consiste en una plataforma digital, mediante la cual se pueden realizar
transacciones de forma descentralizada entre pares, es decir, sin una entidad que verifique
la veracidad y apruebe las operaciones allí realizadas.
Las transacciones, que se “escriben” en lenguaje de programación, se contienen en
estructuras conocidas como “bloques”, los que una vez validados y autorizados, se unen a
una cadena digital, quedando unido al bloque anterior (que contiene otras operaciones) y al
que le sucede, constituyendo una cadena de bloques o Blockchain.

Los usuarios que determinan la validez de las transacciones son denominados miners,
quienes se dedican a descifrar los problemas matemáticos generados por los códigos de las
transacciones, y los verifican.
A cambio de esta verificación, son recompensados con unidades de la divisa de la
plataforma en que están operando, lo cual actúa como un incentivo para verificar adecuada
y rápidamente las transacciones.

Tipos de Plataformas de Blockchain:


Existen plataformas de Blockchain privadas, en que el acceso queda restringido a algunos
usuarios predeterminados, o públicas, en cuyo caso cualquier usuario que lo desee podrá
acceder a ella. Entre las plataformas de acceso público, la más famosa es Bitcoin, conocida
por la criptomoneda que emite, de igual denominación. En efecto, cada plataforma puede
tener su propia criptomoneda, la cual funciona como la “divisa” de la plataforma y permite
realizar transacciones.

Blockchain fue la respuesta que Nick Szabo buscaba para concretar la existencia y
funcionamiento de los smart contracts. Él solía explicar su idea de contratos inteligentes
usando como ejemplo el funcionamiento de una máquina expendedora de bebidas: cuando
una persona quiere comprar una bebida en una de esas máquinas, simplemente introduce
los billetes o monedas a la máquina, y está, de forma automática, una vez ingresado el
dinero, expende la bebida.
Dicho de otra manera, esta operación, que corresponde en efecto a un contrato de
compraventa, se ha cumplido parcialmente de forma independiente, ya que no ha sido
necesaria la intervención directa de la parte vendedora. En efecto, el comprador cumple, de
la forma tradicional, con su obligación de pagar el precio por la bebida, y el vendedor, de
forma automática, ante el pago del precio, cumple con su obligación de hacer la tradición de
la bebida. Nick Szabo fue más allá: que tanto el pago del precio, como la tradición de la
bebida se hicieran de forma automatizada.

Beneficios del Contrato Inteligente:


Supongamos que Tomás pide dinero prestado a Juan, y deciden formalizar el préstamo a
través de un smart contract, bajo los siguientes términos:
Juan prestará hoy, cien unidades de una criptomoneda a Tomás, y Tomás se obliga a
devolver las cien unidades a Juan, con un interés equivalente al 10%, en el plazo de un mes
contado desde hoy. Una vez ejecutado el smart contract, a través de la plataforma se
distribuirán cien unidades de la criptomoneda desde la cuenta de Juan a la de Tomás, y una
vez transcurrido el plazo estipulado, se transferirán cien unidades más un 10% desde la
cuenta de Tomás a la cuenta de Juan. Todo esto se hace de forma automatizada, sin que
ambos tengan que hacer ninguna acción de su parte.
En consecuencia, el smart contract impide que exista incumplimiento del contrato, pues se
ejecutará sobre la base de la serie de algoritmos incluidos en el código.
Si Tomás y Juan hubieran celebrado el contrato de la forma tradicional, existiría el riesgo
para Juan de que Tomás no le pague, o le pague menos o algo distinto de lo prestado,
debiendo Juan recurrir a la justicia en caso de ser necesario. Todo lo anterior quizá hubiera
inhibido a Juan en un principio de prestarle el dinero a Tomás, o lo hubiera hecho en
condiciones más gravosas para Tomás.
En efecto, en muchas situaciones en que tradicionalmente se suelen exigir garantías reales
o personales para caucionar las obligaciones de las partes frente a riesgos de
incumplimiento, si estas se gestionaran a través de un smart contract, no serían necesarias
las garantías.

Por otro lado, la contratación inteligente permite generar un mayor nivel de confianza en las
relaciones jurídicas, sin que las partes se cuestionen sobre la genuinidad de la contraparte.
Al no existir el riesgo de incumplimiento (salvo matices), se permite que partes que no se
conocen al momento de contratar, puedan acceder a contratar con la seguridad de que sus
intereses se verán plenamente satisfechos.

Otro beneficio, es la función de “escrow”, que consiste en eliminar al ente tercero del
contrato en su clásica figura, por lo tanto está exento de imprevisto humano.
Los pagos escrow son aquellos en los que el dinero permanece en custodia o depósito
hasta que se completa correctamente la operación que origina el pago.

Dificultades del Contrato Inteligente:


A pesar de las virtudes que hemos mencionado, las posibilidades de desarrollo y
escalamiento de los smart contracts, se ven limitadas por la capacidad misma de la
tecnología. Esto es, no poder verificar hechos externos a la programación del contrato, y la
imposibilidad de llevar bienes del mundo real a la esfera digital. Para solucionar esto, se
crearon los denominados “oráculos”.

Un oráculo es una programación en virtud de la cual se consulta a un agente externo para


verificar la ocurrencia de algún hecho que pueda gatillar un evento en el contrato. Este
agente puede ser una tercera persona o, incluso, una página web. Sin embargo, presenta el
problema de que depende de agentes externos, disminuyendo, la independencia y
descentralización de esta institución.

Otro gran problema que puede surgir en este ámbito es debido a la falta de consagración
legal, que hace poner en duda la efectividad de la regulación interna en los smart contracts.

¿Por qué deberíamos confiar en un contrato inteligente?:


- Son inmutables: No pueden ser alteradas a futuro.
- Son distribuidos: La salida del contrato, es validada por todos los computadores en
la red. Por lo tanto la manipulación, es casi imposible de realizar.

¿A que se pueden aplicar los smart contracts?


- Bancos: Ofrecer préstamos o pagos automáticos.
- Compañías de seguro: Procesar reclamaciones.
- Empresas Postales: Pago de entregas.
NICO
Naturaleza Jurídica de los Contratos Inteligentes
Luego de entender en grandes conceptos la institución de los smart contracts, estos
encajarían en la concepción de contrato. La razón de esto, es que la forma en que se
instrumentalizan sigue tratándose de un acto jurídico bilateral, en donde las partes crean
derechos y obligaciones.

A mayor abundamiento, como comentamos, existe la máxima “Code is Law”, la cual es un


eufemismo para decir que la operación contenida en un bloque es obligatoria, y que por tal,
se cumplirá de forma perfecta por las partes que han decidido desplegar el smart contract.
Sin dudas, dicha máxima no es más que el equivalente digital del principio Pacta Sunt
Servanda, precepto base del derecho contractual chileno, que otorga la fuerza obligatoria al
contrato y que se recoge en el art. 1545 de nuestro Código Civil.
1545 CC: “Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede
ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”.

Sin embargo, la segunda parte del artículo señalado, establece una diferencia estructural,
ya que el 1545, hace potencialmente invalidable el contrato. El contrato inteligente, por su
parte, no permite modificación por la mera voluntad de las partes. Es tan fuerte la
vinculación a la “ley del contrato” en los smart contracts que, aun existiendo acuerdo entre
las partes, el contrato sería complejo de modificar o terminar.

Ajuste a la legislación chilena de los Contratos Inteligentes:


Procederemos a contextualizar dentro de la clasificación de los contratos contenida en
nuestro Código Civil. Así, un contrato inteligente puede ser unilateral o bilateral, gratuito u
oneroso, y principal o accesorio. Sin embargo, donde encontramos ciertos problemas, es en
la clasificación contenida en el art. 1443 del Código Civil.
1443 CC: El contrato es real cuando, para que sea perfecto, es necesaria la tradición de la
cosa a que se refiere; es solemne cuando está sujeto a la observancia de ciertas
formalidades especiales, de manera que sin ellas no produce ningún efecto civil; y es
consensual cuando se perfecciona por el solo consentimiento”.

Sin duda, no cabe, sino concluir que sería imposible cumplir con solemnidades
contractuales, al menos tal cual las conocemos hoy, en un smart contract. Toda vez que en
este tipo de contratos la solemnidad es requisito de existencia del mismo, si se celebrase un
contrato solemne a través de, por ejemplo, Ethereum, aquel adolecería de un vicio de
existencia.

Una vez dilucidado los smart contracts, de manera general, debemos considerarlos como
contratos, se debe concluir que cada smart contract en particular ha de cumplir con todos
los requisitos de existencia y de validez.

Sin duda, en la medida que los smart contracts se complejicen y se masifique su uso,
programadores y abogados deberán profundizar su alianza en beneficio de incorporar en la
técnica de programación o codificación legal, un mayor nivel de sofisticación y captura de
eventuales escenarios de incumplimiento contractual.
En cuanto a la Fiscalización:
Otra variable a tener en consideración, al evaluar los efectos jurídicos de los smart
contracts, se relaciona con ciertas obligaciones cuyo cumplimiento ha de ser fiscalizado por
órganos de la Administración del Estado, como la situación de eventuales impuestos que se
devenguen.

Sin dudas que el Servicio de Impuestos Internos, como entidad recaudadora y fiscalizadora,
deberá sofisticar sus herramientas de cumplimiento tributario para evitar eventuales
evasiones por parte de contribuyentes que utilicen estas plataformas.

En cuanto a la Necesidad y Factibilidad de Tutela Judicial:


Los contratos inteligentes al ser automáticos y supuestamente infalibles, no están exentos
de la existencia de acciones judiciales que busquen remediar las consecuencias del dolo o
error en la programación del bloque o de eventos que generen algún perjuicio cuyo remedio
no sea previsto por el mismo código.

Respecto a la forma de incorporar un smart contract como elemento de prueba en un


proceso judicial, se considera que será necesaria la coordinación cercana entre
programadores y abogados, por cuanto la prueba pericial constituirá un elemento esencial
para acreditar en un juicio la existencia de perjuicios.

En jurisdicciones avanzadas tecnológicamente, ya se ha generado debate en torno al tema


y, asimismo, dilucidamos sistemas judiciales que ya se encuentran capacitando a jueces y
funcionarios, a efectos de condicionarlos para resolver disputas relacionadas con los smart
contracts.

En efecto, ante la intrascendencia de la ubicación física de los contratantes y la


descentralización que fomenta la plataforma como uno de sus principales atributos, se
genera otra situación en particular problemática de la contratación inteligente, por cuanto no
existe una ley que sea aplicable por defecto a los smart contracts.

Experiencia comparada de los Contratos Inteligentes:


Hoy en día existen países que ya han regulado los smart contracts, aun someramente,
reconociendo de forma expresa su valor, asimilando al de un contrato celebrado de forma
tradicional.
Es el caso, por ejemplo, de Bielorrusia, primer país del mundo en reconocer legalmente al
Blockchain y los smart contracts, otorgándoles un marco legal para su desarrollo en todo el
país. De esta regulación cabe destacar la exención al impuesto a la renta a todos los
contribuyentes que se encuentren registrados como operadores de Blockchain, como es el
caso de las ganancias que obtienen los miners por verificar los bloques, como se habló
anteriormente.

Arizona y Nevada en Estados Unidos, reconocen la existencia y validez de los smart


contracts, disponiendo que pueden ser presentados válidamente como evidencia ante un
tribunal de justicia.
Por último, también podemos mencionar a Italia como otro de los países pioneros en
avances legislativos en la materia. Al igual que en los otros casos, se reconoce la existencia
de los smart contracts, y se les otorga pleno valor jurídico a sus estipulaciones

Consideraciones sobre una eventual regulación:


Por lo anterior, estimamos que sería útil que el legislador chileno estudiará la factibilidad de
incorporar de manera formal los smart contracts en nuestra regulación.

De esta forma, si esta clase de tecnología llega a tener una aplicación regular en Chile,
podrían modificarse ciertas instituciones, solemnidades o disposiciones que requieren de
actuaciones llevadas a cabo en formato físico, para que en un sentido y luego en otro
puedan celebrarse como contratos inteligentes. Así las cosas, ciertos casos en los cuales la
ley prescribe que un determinado acto se otorgue mediante escritura pública, podría
alternativamente autorizarse la celebración de un smart contract, generándose formatos de
codificación estándar para ello.

Asimismo, podrían digitalizarse registros públicos que llevan diversos órganos de la


Administración del Estado y vincularse a alguna red de Blockchain (por ejemplo, una
plataforma creada por el Estado), de manera tal que facilite las transacciones sobre objetos
o elementos que deban valerse de esos registros.

Conclusiones
Los “smart contracts” constituyen una poderosa herramienta que viene a revolucionar el
mundo del derecho de los contratos tal y como lo conocemos. En efecto, asumiendo una
adecuada implementación, esta tecnología debiera cambiar ciertas bases de nuestro
ordenamiento jurídico, incorporando un profundo cambio o rediseño a la teoría contractual
clásica.

El análisis que desarrollamos, tiene una conclusión positiva respecto a los beneficios que
generaría el buen uso de la contratación inteligente y la tecnología Blockchain en el mundo
jurídico, correspondiendo a quienes ejercen profesiones relacionadas a dicho espectro, a
fomentar y confiar en su utilización más que presentar obstáculos u objeciones.

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