Analisis Virreinato y Arte

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Opiniones de Arte Novohispano

Mateo Villacorta Ruiz de Chávez 4º.C


Instituto Cultural Sucre
HISTÓRIA UNIVERSAL

¿Qué es el arte novohispano?, Por Roberto Larios


https://www.unionjalisco.mx/2020/09/08/que-es-el-arte-novohispano-
aprende-en-casa-ii-clases-secundaria/#:~:text=El%20arte
%20novohispano%2C%20fue%20un,movimiento%20muy
%20representativo%20en%20Am%C3%A9rica.
El arte novohispano, fue un movimiento artístico que apareció en
México a finales del siglo XVI, aproximadamente y que se preservó
hasta mediados del siglo XVIII. También conocido como Barroco
Novohispano, fue un movimiento muy representativo en América.
El arte barroco en sus más amplias manifestaciones artísticas es un
fenómeno complejo de índole social, político y religioso.
Lo anterior, porque todo arte posterior a la conquista se inspiró en los
modelos europeos, el “renacimiento manierista” es un arte culto,
libresco, “intencional” se estableció en Nueva España, ese nuevo
estilo que corresponde a un nuevo estado de las cosas, tiende a
cambiar ya que el movimiento artístico es continua con el proceso
histórico.
El barroco novohispano a pesar de su desarrollo en el siglo XVII y
XVIII mantuvo determinadas soluciones estructurales, determinados
esquemas decorativos que se habían sentado desde el manierismo.
Las novedades que llegaban de España a Nueva España sufren un
proceso de adaptación al que le llaman “mal entendimiento de las
formas”.
Para el caso del arte que se creó en la Nueva España, participaron
tres fuerzas conductoras y formadoras. La actitud conservadora tiende
a no desprenderse de lo propio, la inercia que se crea del movimiento
autónomamente y la solicitación exterior de innovaciones.
El resultado corresponde a la sociedad novohispana a través de sus
manifestaciones refinadas, dentro de este marco la Catedral
Metropolitana resulta el elemento clave. Edificio monumental, que
acoge una gama amplia de obras de arte y representa la suma de los
esfuerzos de una comunidad que tiene prestigio. La aceptación de las
formas manieristas depende de que fueran aplicadas a las catedrales.
Características del Arte Novohispano
En este movimiento, las formas clásicas y los ornamentos se
organizaban o manipulaban para el espectador con la mayor ilusión de
movimiento, excitación visual, y participación emocional.
El estilo barroco había comenzado en Europa como una especie de
continuación del Renacimiento. Más tarde, se lograron apreciar las
diferencias drásticas entre los dos estilos. El carácter dramático del
arte barroco fue aprovechado por el absolutismo religioso y secular.
La arquitectura, escultura y pintura barroca florecieron al servicio de la
Iglesia Católica y de las monarquías que profesaban esta religión. En
general, los artistas barrocos se centraban particularmente en las
formas naturales, los espacios, los colores y las luces. El propósito era
producir una experiencia emocional fuerte, aunque silenciosa.
Por su parte, los artistas del barroco novohispano buscaban
sorprender al espectador. Los contrastes como luz y sombra, o lo
repentino e inesperado, ayudaban a alcanzar ese efecto.
Procuraban la disolución de la unidad, en vez del equilibrio. Las
escenas solían estar muy cargadas de emoción, representando
momentos y poses de intensidad dramática exagerada.

Etapas del Arte Novohispano


Mediados del siglo XVIII
El movimiento Barroco predominó en el centro y sur de Europa desde
finales del siglo XVI hasta principios del siglo XVIII. Sin embargo, el
barroco novohispano alcanzó su clímax varias décadas más tarde. En
Nueva España, por ejemplo, varios edificios importantes que seguían
este estilo todavía estaban en construcción después de mediados del
siglo XVIII.
En el Nuevo Mundo, y muy especialmente en Nueva España, este
movimiento tuvo una influencia profunda y duradera. El Barroco intentó
una síntesis de condiciones y experiencias opuestas.
Se buscaba un equilibrio basado en la tensión entre la mortalidad y la
inmortalidad, la sensualidad y el ascetismo, la juventud y la vejez.
Además, sus temas religiosos predominantes y sus estilos
arquitectónicos reflejaban en gran medida el expresionismo del
período helenístico. La influencia del clasicismo que había inspirado el
Renacimiento italiano estaba menos presente.
La Iglesia como principal promotora de este arte
Al mismo tiempo, el sentimiento y el estilo Barroco crecieron con el
catolicismo o la Contrarreforma. El Barroco novohispano reafirmaba y
elaboraba las doctrinas tradicionales de la Iglesia católica.
Entre estas doctrinas estaban: la eucaristía como sacrificio, el papel
intermediario del sacerdocio, la devoción a la Madre de Dios, los
poderes intercesores de María y los santos, el valor espiritual de la
vida religiosa y otras.
Arquitectura Novohispana
La arquitectura es la evidencia más palpable del barroco novohispano.
Hasta aproximadamente 1650, los edificios cívicos y monasterios y
otras iglesias de Nueva España mostraban una mezcla ecléctica de
románico, gótico y renacentista. Luego, cedió a una versión americana
del Barroco.
La arquitectura del barroco novohispano tendía a simplificar sus
fuentes europeas. La manipulación del espacio era un aspecto vital de
gran parte de la arquitectura barroca europea.
En cambio, la novohispana prestaba mayor atención al modelado de
superficies que a la manipulación de masas y volúmenes. Este
modelado podía ser complejo y dramático. De hecho, la decoración
elaborada es el sello distintivo de este estilo arquitectónico
Como ejemplo, se puede mencionar la Catedral de la Ciudad de
México, una de las más grandes iglesias hispanoamericanas. En ella
se distinguen pilastras masivas que se proyectan desde el plano
principal de la fachada.
Estas están unidas a este por grandes soportes de piedra. Lejos de
esta, están las puertas a la nave y los dos pasillos laterales. También
tiene decoraciones más pequeñas que afecta un poco al juego de
masas.
De igual modo, muchas iglesias menores del barroco novohispano se
distinguen por el adorno de decoración en el exterior. Sus fachadas
son muy talladas, y quizás tengan dos campanarios decorados que las
flanquean.
De no ser por esto, serían poco más que dos bloques que se cruzan
con una cúpula. En su interior exhiben retablos masivos, intrincados y
dorados.
Pintura Novohispana
La pintura barroca de Nueva España se inspiró en la obra importada
de pintores españoles y flamencos. Estas obras comprendían
originales, copias y grabados.
Francisco de Zurbarán y Peter Paul Rubens fueron las influencias
dominantes durante la segunda mitad del siglo XVII. Sebastián López
de Arteaga, discípulo de Zurbarán, emigró de Cádiz a la Nueva
España en 1643. Sus discípulos incorporaron el color, el estilo, y las
fórmulas amaneradas del Barroco en el arte novohispano.
Además, el español Baltazar de Echave y Rioja ayudó a introducir
sorprendentes efectos de textura en la pintura de Nueva España. Así
mismo, el realismo y claroscuro del arte novohispano adquirieron la
exuberancia y la coloración rosada de Rubens.
Por otro lado, las obras del maestro pintor Bartolomé Esteban Murillo
también ejercieron una gran influencia. Estas eran apreciadas
genuinamente por su composición, color y diseño.
También estaban dotadas de gracia, elegancia y sensibilidad
emocional. Esto fue imitado por los artistas barrocos novohispanos.
Sin embargo, no lograron controlar el tono emocional de la materia
religiosa con mucho éxito.
A fines del siglo XVII, la edad de oro de la pintura barroca en Nueva
España ya casi había pasado. De este período destaca Cristóbal de
Villalpando. Es considerado por muchos el pintor más elegante y
grandioso de México. Muchas de sus obras son de proporciones
heroicas, altamente imaginativas con colores brillantes y llenas de
energía.
Música Novohispana
Los músicos nativos se habían introducido a la polifonía durante el
primer siglo de la dominación española. Esto se llevó a cabo a través
de la educación y el adoctrinamiento de las órdenes religiosas.
Los maestros españoles formaban y dirigían grupos musicales en gran
parte con talento local. Los indígenas eran especialmente diestros
como instrumentistas.

Ahora bien, la mayor parte de la música disponible desde principios


del siglo XVII era litúrgica, en el estilo contrapuntístico conservador o
en la simple homofonía. Pero también se cultivó la música para coros
múltiples.
Más tarde, y durante todo el siglo XVIII, los estilos policoral y
concertado se volvieron comunes tanto para la música sacra latina
como para los villancicos.
Después de 1670, el desarrollo de las características formales y
estilísticas siguió de cerca el de España. El estilo español se volvió
dominante. El villancico se cultivó de manera prolífica. Este se adaptó
a las tradiciones locales y absorbió elementos nativos y populares.
Joyas de lá arquitetura novohispana
Iglesia de Santo Domingo (Oaxaca, Oaxaca)
Templo de Santa Prisca (Taxco, Guerrero)
Templo de Santa Rosa de Viterbo (Santiago de Querétaro)
Capilla del Rosario (Puebla de los Ángeles)
Catedral Metropolitana (Ciudad de México)
Capilla de San Miguel Arcángel (Guanjuato)
Catedral Basílica de Zacatecas (Zacatecas, Zacatecas)
Santuario de Atotonilco ( Guanajuato)
Catedral de Morelia
Templo de Nuestra Señora del Carmen (San Luís Potosí)

El Arte Novohispano
Por Jimena Cifrián González, Facultad de Comunicación, Universidad
Anáhuac
Recuperado de
https://www.academia.edu/34860016/EL_Arte_Novohispano
Al inicio de la colonización había un sometimiento de los indígenas, en
el que eran obligados a plasmar íconos ajenos a su cultura. Los
indígenas ya tenían un bagaje de habilidades desde antes de que
llegaran los españoles a conquistar su territorio. Ellos eran lapidarios
(personas que trabajan la piedra), amantecas ( armamento con
plumas), o tlacuilos (que escribe en jeroglíficos o ideogramas), lo que
hizo que la labor no les fuera difícil, y con el tiempo fueron capaces de
sensibilizarse a esta nueva forma de arte.

El arte novohispano adopta características del arte Barroco, que era la


corriente que estaba en auge en Europa en el siglo XVII y XVIII. El
periodo más estable que tuvo el virreinato fue en le siglo XVII, ya que
se había culminado la conquista espiritual, política y económica, y el
pueblo se encontraba en relativa paz después de mucho tiempo de
combate contra los conquistadores. Esto favoreció la inserción de
elementos como el arte y la cultura de manera académica y no solo
funcional. Fue en esta época cuando se trajo maestros de las grandes
academias europeas, para ilustrar a la población. Como se puede ver,
el arte cobraba mucha importancia, y reflejaba aspectos religiosos que
evidentemente eran la mayor preocupación de los colonizadores. Es
también este elemento lo que logró el sincretismo de culturas, y en el
que se encontraron similitudes a nivel espiritual, aunque el pueblo
indígena fuera politeísta. No solo se fomentaba la pintura, sino
también la platería y la cerámica, que eran consideradas artes
menores o suntuarias (arte en pequeños formatos).
La mayoría de los cuadros eran realizados en grandes dimensiones, a
veces en catedrales, y los de temática religiosa eran los más
apoyados económicamente por las clases altas. En cuanto a la
música, entre los instrumentos más populares se encuentra el órgano,
que impactaba al pueblo indígena por su gran dimensión y sonido. En
el virreinato surgió una idea entonces innovadora llamada
“Fuga”, que consistía en una composición en la que en la etapa de
“exposición” comenzaba un instrumento a tocar una melodía,
terminando su tema, se le unía otra para el segundo tema, y así se
iban uniendo en cada tema dos o más voces, en manera de respuesta,
que no son iguales entre sí. En cuanto a la literatura, el Barroco
también proporcionó características a los textos de exageración. Se
enfocaban en el erudismo, hacían anagramas (mezclar partes de
palabras para hacer una nueva), emblemas (contenido religioso y
educativo), alegorías (alusión a fenómenos mayores), laberintos y
jugaban con símbolos. Destacaba la poesía lírica, la narrativa y la
dramaturgia.
El arte novohispano que pretendía ser extensión de los cánones
artísticos europeos fue inculcado académicamente por institutos como
el de San Carlos, que existió en Europa y México. Este tenía un estilo
primordialmente Barroco, sin embargo los autores Miguel Cabrera y
Manuel Tolsá eran más simplistas, sobre todo este segundo. Las
temáticas representadas eran eclesiásticas, y algunos pintores
además hacían retratos. Los artistas mencionados fueron
contribuyentes a varias estructuras arquitectónicas, cuando les eran
encomendadas obras para las cúpulas, retablos y socoros, sobre todo
para las iglesias.
Desarrolla la UNAM catálogo novedoso de retablos
novohispanos.
Por Franziska Neff, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la
UNAM.
Recuperado de: https://www.gaceta.unam.mx/novedoso-catalogo-de-
retablos-novohispanos-de-siglos-xvii-y-xviii/
En América, el patrimonio retablístico es abundante; México ocupa un
lugar importante por el número de retablos novohispanos que se
conservan en los centros históricos de ciudades episcopales como la
Ciudad de México, Puebla, Oaxaca y San Cristóbal de las Casas; al
igual que de la antigua y la nueva Guatemala, en el vecino país del
sur.
Conjuntan arquitectura, escultura y pintura, y ahí radica su riqueza;
constituyen una parte esencial del legado cultural del antiguo virreinato
de la Nueva España en diversos países del continente. En ellos se
despliegan la ornamentación y el gusto barrocos, con marcadas
características de identidad de las diferentes regiones, lo cual indica
procesos de intercambio y apropiación de formas y discursos.
El “Repertorio ornamental y estrategias compositivas de los retablos
en Hispanoamérica, siglos XVII y XVIII”, es el catálogo sobre de 170
piezas de México y de Guatemala.

La meta de ese registro, además de ofrecer material para que los


académicos realicen investigaciones en la materia, es contribuir a la
difusión y conservación del patrimonio cultural; incluye los de centros
históricos de ciudades episcopales (que cuentan con una catedral) del
antiguo virreinato de la Nueva España (Ciudad de México, Puebla,
Oaxaca y San Cristóbal de las Casas en nuestro país, al igual que de
La Antigua y la Nueva Guatemala, en el vecino país del sur).
El principal aporte del proyecto es la sistematización de la información
en un catálogo con base en registros fotográficos, dibujos de alzados y
de plantas, así como dibujos de detalles arquitectónicos; el boceto es
la herramienta principal por su capacidad de síntesis y facilidad de
reproducción. Además, se acompaña con investigación formal y
comparativa de los retablos, que aportará datos novedosos y abrirá
vías de investigación.
En este caso, el material que se reúne es más amplio del que se suele
usar en otros catálogos porque a la ficha y a las panorámicas se
anexan otras representaciones visuales; “hacemos dibujos de las
plantas de los retablos, de los ornamentos, para que sirvan de material
para la investigación.”
Con las representaciones visuales que estamos agregando, queremos
proporcionar material para que se pueda investigar, por ejemplo, con
base en comparaciones estilísticas, y determinar las morfologías,
características en un sitio y en diferentes regiones, además de realizar
atribuciones a talleres o entender los intereses de quienes los
encargaban, etcétera, abundó la especialista universitaria.
El trabajo, que a partir de 2019 cuenta con el financiamiento del
Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación
Tecnológica de la UNAM y concluirá en breve, originalmente incluía
también el registro de este tipo de obras en Lima y Cusco, Perú,
durante el año pasado; sin embargo, debido a la pandemia no se pudo
realizar en campo por lo que se integró a San Cristóbal de las Casas,
Chiapas, que se registrará en la última etapa de la investigación.
Se eligieron las referidas urbes porque donde había una catedral
existía un centro artístico; generalmente los mejores creadores
trabajaban ahí, porque era el lugar más prestigiado.

Los artistas se movían entre ciudades episcopales, y lo pudimos


comprobar. Una colega en Guatemala ha encontrado evidencias de
que llegaron a esa ciudad algunos provenientes de Oaxaca.
La mayoría de las pinturas y esculturas que se conservan de la época
virreinal formaban parte de los retablos, esenciales para el culto en los
templos y cuyo estado de conservación es variable. Además, aunque
en general son una representación del cielo y se parecen, cada uno
tiene su individualidad: podemos diferencias entre regiones, los de
Guatemala son distintos a los del centro de México.
Hay templos que tienen uno solo; otros llegan a 11. Sus estilos son,
principalmente, estípite (con soportes en forma piramidal invertida, con
ornamentos) y salomónico (con columnas helicoides; es decir, en
forma de espiral, enroscadas en sí mismas).
El tema del retablo, determinado por la imagen central, de Cristo, la
virgen María o un santo, se apoya por el tipo de formas que hay en la
Arquitectura y los ornamentos; existe un diálogo pensado y diseñado.
Están hechos de manera inteligente. No son obras de un solo artista:
el ensamblador debería hacer la estructura; el tallador los ornamentos;
el pintor, las pinturas, y el escultor, las esculturas. El dorador recubría
con láminas de oro, al final. Pero muchas veces un artista podía tener
diferentes oficios.
Ejemplos destacados de la riqueza retablística incluida en el trabajo se
encuentran en sitios como la Catedral de México, los templos de
Regina Coeli y Santo Domingo, en el centro de la capital de la
República Mexicana; en Puebla, la Parroquia de San José y la iglesia
de Santo Domingo; y en La Antigua, Guatemala, la iglesia de San
Francisco.
Este registro digital estará albergado en el Archivo Fotográfico Manuel
Toussaint del IIE, con acceso a investigadores; por ahora es un
proyecto cerrado, pero en el futuro se podrían agregar más ciudades
episcopales u otros sitios, aunque para eso se requiere tiempo y
recursos.

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