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Procesos constitucionales de protección de los derechos fundamentales

en Perú

1. Introducción

La jurisdicción constitucional en el Perú nace con la dación de la Constitución Política


de 1979, la cual textualmente incorporó al Tribunal de Garantías Constitucionales como
de control de la Constitución, aunque sólo tuvo facultades casatorias, teniendo poca
producción jurisdiccional durante el tiempo en el que existió bajo dicha denominación.
Con la aprobación de la Constitución de 1993, nuevamente los legisladores acogen la
regulación de este órgano jurisdiccional bajo el término de Tribunal Constitucional.

El 1o de noviembre de 2004, en el Perú entro en vigencia el Código Procesal


Constitucional, que vino a consolidar en un solo texto la normatividad relacionada a los
procesos constitucionales (anteriormente recogido en las Leyes N.os 23506, 25398,
26301, 24968 y 26435). El citado código, trajo no solo reiteró la gratuidad de estos
procesos, sino que introdujo nuevas herramientas procesales aplicables exclusivamente
a esta vía procesal, sino que también permitió reordenar el uso de los procesos
constitucionales de tutela de derechos al incluirse la cláusula de residualidad como
característica intrínseca de los mismos. De esta forma se inició una nueva etapa en la
jurisdicción constitucional que ha permitido el desarrollo de una tutela judicial urgente
favoreciendo de esta manera la eficacia de los derechos fundamentales al existir un
margen más amplio del juez constitucional para hacer eficaz la sentencia.

El Código Procesal Constitucional regula tanto procesos constitucionales orgánicos


como procesos constitucionales de tutela de derechos, los cuales en su conjunto tienen
por finalidad garantizar la primacía de la Constitución y la vigencia de los derechos
fundamentales1, siendo que los primeros se encuentran destinados al análisis de las
normas legales, hecho por el cual se brinda una tutela de los derechos fundamentales de
forma indirecta al tener por finalidad expulsar del ordenamiento jurídico aquellas
normas legales que contravienen la Constitución, las leyes y las competencias
constitucionalmente asignadas. Estos procesos de control normativo, se encuentran a
cargo de dos órganos jurisdiccionales. Así, el Poder Judicial de manera exclusiva se
encuentra a cargo de resolver los procesos de acción popular y revisa la legalidad de
normas infralegales de carácter general (reglamentos, resoluciones administrativas,
resoluciones y decretos) hasta en dos instancias (Salas Superiores y Sala Constitucional
y Social de la Corte Suprema de la República, mientras que el Tribunal Constitucional
se encuentra a cargo, en única y definitiva instancia, de los procesos de
inconstitucionalidad y de conflictos de competencias, siendo que en el primero se revisa
la constitucionalidad de la norma impugnada, mientras que en el segundo se analizan los
ámbitos de competencias o atribuciones de los poderes estatales, entidades u órganos
constitucionales.

En cuanto a los procesos constitucionales de tutela de derechos, que se encuentran


destinados a la protección directa de los derechos fundamentales, encontramos a los
procesos de amparo, hábeas corpus, hábeas data y cumplimiento.
*
Asesora Jurisdiccional de la Comisión de Debido Proceso y Asuntos Especiales del Tribunal
Constitucional peruano.
Por otro lado, es oportuno precisar que en la legislación constitucional peruana, no
encontramos controversia con relación a la tutela de los derechos constitucionales,
fundamentales o derechos humanos, dado que se consideran como sinónimos.
Asimismo, resulta importante también recordar que para el trámite de este tipo de
procesos, particularmente ante el Tribunal Constitucional, además de la Constitución y
el Código Procesal Constitucional, resultarán aplicables, en la medida que lo requiera el
proceso, las reglas contenidas en la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y el
Reglamento Normativo del Tribunal Constitucional.

2. Los procesos constitucionales de tutela de derechos a) Proceso de cumplimiento

Regulado en el artículo 200o inciso 6 de la Constitución peruana, establece que este tipo
de proceso procede “contra cualquier autoridad o funcionario renuente a acatar una
norma legal o un acto administrativo”, mandato que con la vigencia del Código Procesal
Constitucional se tradujo en dos supuestos, siendo el primero de ellos, el cumplimiento
de una norma legal o acto administrativo firme y el segundo, el pronunciamiento
expreso cuando las normas legales le ordenan emitir una resolución administrativa o
dictar un reglamento (artículo 66o del Código Procesal Constitucional).

El primero de los supuestos implica para el juez constitucional, valorar la


incumplimiento inmediato o directo de un mandato que ya tiene identificado a su
beneficiario, mientras que el segundo supuesto, le permite al juez constitucional incluso,
valorar la inactividad material de la Administración frente al ejercicio de sus funciones
que viene lesionando algún derecho fundamental de los administrados (ejemplo,
inactividad administrativa con relación a la ejecución de programas sociales).

Cabe precisar adicionalmente, que el Tribunal Constitucional peruano emitió un


precedente vinculante sobre los procesos de cumplimiento a razón de precisar el
derecho fundamental que este tipo de proceso brindaba, dado que tanto la doctrina
nacional como la jurisprudencia constitucional arraigada con la legislación anterior (que
no cabe duda que mantiene fundados argumentos) consideró a este proceso como un
proceso constitucionalizado y no propiamente como un proceso de tutela de derechos
fundamentales. En ese sentido, el 3 de octubre de 2005, a través de la STC N.° 168-
2005- PC/TC (Caso Maximiliano Villanueva), el Tribunal Constitucional peruano
estableció que la tutela que brinda este proceso es respecto del “derecho constitucional a
asegurar y exigir la eficacia de las normas legales y de los actos administrativos”.

Asimismo, en la referida sentencia también se procedió a establecer características


particulares que debía cumplir la pretensión planteada, a efecto de diferenciar este
proceso del proceso contencioso administrativo urgente que en la legislación peruana2
tiene finalidades similares de tutela. Entonces, a partir del referido precedente, el juez
constitucional exige que el mandato invocado como incumplido, sea: a) vigente, b)
cierto y claro, es decir, debe inferirse indubitablemente de la norma legal o del acto
administrativo, c) que no esté sujeto a controversia compleja ni a interpretaciones
dispares; d) de ineludible y obligatorio cumplimiento; y, e) incondicional.
Excepcionalmente, si el mandato que se
2
Artículo 24° de la Ley N.° 27584 (Ley del Proceso Contencioso Administrativo). “Se tramita como
proceso urgente únicamente las siguientes pretensiones: 2. El cumplimiento por la administración de
una determinada actuación a la que se encuentre obligada por mandato de la ley o en virtud de acto
administrativo firme”.

invoca resulta condicional, este podrá ser evaluado en la vía constitucional “siempre y
cuando su satisfacción no sea compleja y no requiera de actuación probatoria”. Estos
requisitos de procedibilidad, deben ser analizados de modo general frente a los procesos
de cumplimiento en la vía procesal constitucional, sin embargo, adicionalmente a ellos,
cuando se judicializa la petición del cumplimiento (o ejecución) de un acto
administrativo, también se requiere que éste: a) reconozca un derecho incuestionable del
reclamante y b) permita individualizar al beneficiario del mismo.

b) Proceso de hábeas data

Considerado como una modalidad especial del proceso de amparo, el proceso de hábeas
data se encuentra textualmente recogido en el artículo 200o inciso 3) de la Constitución
y se encuentra destinado para la protección de dos derechos en particular: el derecho de
acceso a la información pública y el derecho a la autodeterminación informativa.

Básicamente, este proceso constitucional se encuentra destinado a otorgar tutela, en el


caso del derecho de acceso a la información pública, cuando la Administración Pública
niegue el acceso a ella sin que justifique dicha negativa en los supuestos de restricción
legal legítima (información clasificada: secreta, confidencial y reservada), o se produzca
una entrega parcial, fragmentada, desactualizada, imprecisa, falsa, no oportuna o errada
de la información solicitada.

En el Perú, la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ley N.° 27806)


que data del 3 de agosto de 2003 y su Reglamento (Decreto Supremo N.° 043-2003-
CM) que fue expedido el 24 de abril de 2003, recoge las reglas generales con relación a
la política de transparencia, teniendo en la actualidad ya poco más de 10 años de
vigencia. Cabe precisar, que la jurisprudencia constitucional ha permitido el avance de
las líneas generales básicas para el ejercicio de este derecho fundamental, emitiendo la
STC N.° 1797-2002-PHD/TC (Caso Wilo Rodriguez, publicada el 30 de setiembre de
2003) en donde efectúa por primera el análisis del alcance de la tutela judicial de este
derecho a través del proceso de hábeas data.

Por otro lado, cuando se judicializa un hábeas data solicitando tutela del derecho de
autodeterminación informativa, el ámbito de tutela resulta más amplía dado que con este
tipo de proceso, no solo se puede emplazar a la Administración Pública sino también a
todo aquel particular que mantenga información personal acopiada a través de una base
de datos física o digital, a efecto de que ponga a disposición del titular de este derecho,
de manera inmediata y directa, toda aquella información que almacena de él. Aquí es
necesario anotar que la legislación que desarrolla el procedimiento para el acceso a
datos personales resulta nobel, dado que la Ley de Protección de Datos Personales (Ley
N.o 29733), fue publicada el 3 de julio de 2011, mientras que su reglamento (Decreto
Supremo N.° 003- 2013-JUS), recién se aprobó el 22 de marzo de 2013, razón por la
cual, pese a que este derecho viene recibiendo tutela judicial ya hace más de 15 años, lo
mismo no sucede con la tutela administrativa que de manera inmediata toda persona
debería recibir del Estado, pues aun no se implementa estructuralmente la Autoridad
Nacional de Protección de Datos Personales.

Sin embargo, judicialmente el Tribunal Constitucional al revisar este tipo de casos, ha


podido fijar algunas bases respecto de la tutela judicial que supone el inicio de un
hábeas data para acceder a datos personales, estableciendo entre otros casos, la
obligación de entrega del record laboral y el certificado de trabajo por parte del
empleador hacia el

trabajador (STC 1515-2009.PHD/TC), la obligación de entrega de los exámenes


médicos anuales que por ley se le practican a los trabajadores por parte del empleador
hacia el trabajador (STC 300-2010-PHD/TC), la obligación de las AFPs de entregar el
contrato de afiliación u otro documento que acredite la afiliación al Sistema Privado de
Pensiones (STC 5745-2009-PHD/TC), la obligación de la Oficina de Normalización
Previsional de entregar las constancias de aportaciones al Sistema Nacional de
Pensiones (STC 6109-2009-PHD), la obligación de las universidades de entregar los
certificados de estudios universitarios (STC 746-2010-PHD/TC), el derecho de excluir
datos considerados sensibles para el demandante y que no deben ser materia de difusión
o registro (STC 302-2010-PHD/TC y 10614-2006-PHD/TC), así como el análisis del
pago de costos como parte de la tutela que brinda el proceso de hábeas data frente a la
lesión de los derechos materia de tutela por este proceso (STC 2805-2012-PHD/TC).

Asimismo, cabe señalar que con la emisión de la Resolución N.o 06164-2007-PHD/TC,


el Tribunal Constitucional establece por primera vez la tipología del proceso de hábeas
data, clasificando a este proceso, de acuerdo al tipo de derecho que tutela, en hábeas
data puro e impuro.

Dentro del primer grupo, encontramos una subclasificación constituida a su vez, por los
hábeas data de cognición y los hábeas data manipuladores. En cuanto a los hábeas data
de cognición (destinado a conocer y supervisar la forma de almacenamiento de datos),
encontramos al habeas data informativo (qué se guarda), al habeas data inquisitivo
(quien proporcionó los datos), al hábeas data teleológico (las razones del
almacenamiento de datos) y al hábeas data de ubicación (donde se encuentra el dato).

Respecto al hábeas data manipulador, hallamos también una subclasificación compuesta


por el hábeas data correctivo (modificar datos imprecisos y cambiar o borrar datos
falsos), el hábeas data supresorio (elimina información sensible), el hábeas data
confidencial (impedir el acceso a personas no autorizadas a información reservada), el
hábeas data desvinculador (impedir que terceros conozcan la identidad de los titulares
de datos almacenados bajo aspectos generales objetivos como edad, raza, sexo, entre
otros), el hábeas data cifrador (cuya finalidad es guardar el dato bajo un código que solo
puede ser descifrado por el cifrador autorizado), el hábeas data cautelar (impide la
manipulación o publicación del dato), el hábeas data garantista (busca asegurar que las
condiciones de seguridad y confidencialidad para el tratamiento de datos resulten
eficaces), el hábeas data interpretativo (cuyo objeto es impugnar las valoraciones sobre
un dato), el hábeas data indemnizatorio (supuesto que no resulta aplicable por la
naturaleza restitutoria del hábeas data, está destinado a solicitar el pago de una
indemnización por el daño causado).

En cuanto al hábeas data impuro, solo encontramos al hábeas data de acceso a la


información pública.

c) Proceso de hábeas corpus

Proceso constitucional que se desprende del artículo 200o inciso 1) de la Constitución


Política del Perú y el artículo 25o del Código Procesal Constitucional, que se encuentra
destinado para la tutela del derecho a la libertad personal, cuando este ha sido lesionado
ya sea por una acción, una omisión o es materia de una amenaza de cierta e inminente
realización. Asimismo, también la tutela que brinda este proceso, de acuerdo con lo que
dispone el artículo 25o del Código Procesal Constitucional, se amplía hacia los derechos
conexos de la libertad, es decir, que puede ser materia de tutela derechos de orden
procesal

(dentro de un proceso), cuando la lesión o amenaza de afectación se vincule de manera


directa al derecho a la libertad individual.

Los supuestos clásicos de procedencia y fundabilidad del hábeas corpus por ejemplo
permite identificar supuestos lesivos del derecho a la libertad cuando se produce una
detención arbitraria (STC N.o 1924-2010-PHC/TC), o la resolución judicial que dispone
el mandato de detención no está suficientemente motivado (STC N.o 6-2010-PHC/TC)
o cuando el plazo de detención preventiva ha vencido en exceso (STC N.o 2934-2004-
PHC/TC) o cuando se produce la instalación de rejas o cualquier otro medio que
impidan el libre tránsito (STC N.os 4893-2011-PHC/TC, 2147-2010-PHC/TC, 3013-
2011- PHC/TC, entre otras).

Sin embargo, a estos supuestos clásicos también se ha incorporado una nueva tipología
a través de la vigencia del Código Procesal Constitucional, la misma que ha sido
complementada a través de la jurisprudencia constitucional, así podemos hallar:

1. a)  habeas corpus restringido, procede frente a la vigilancia del domicilio,


seguimiento policial arbitrario o injustificado.
2. b)  habeas corpus correctivo, que viene a ser el medio idóneo para la defensa de
los derechos fundamentales de los reclusos, como lo puede ser la revisión de
actos que lesionen algún derecho en el cumplimiento de su condena o incluso en
situaciones que impliquen el traslado del un condenado a otro centro carcelario
para acceder a tratamientos adecuados para su salud (STC N.os 5559-2009-
PHC/TC, 1362-2010-PHC/TC, entre otros).
3. c)  habeas corpus traslativo, que procede contra la mora judicial respecto de la
definición de la situación personal de un detenido.
4. d)  habeascorpusinstructivo,frenteadesaparicionesforzadas.Incluyeelhechode que
las autoridades emplazadas no expliquen de manera satisfactoria sobre el
paradero de la víctima (artículo 32o del Código Procesal Constitucional)
5. e)  habeas corpus preventivo, frente amenaza ciertas y de inminente realización.
6. f)  habeascorpusinnovativo,supuestoenelcualpeseaquehacesadolaamenaza o
violación de la libertad personal, se solicita la intervención jurisdiccional con

la finalidad de evitar la reaparición de la conducta lesiva a futuro.

d) Proceso de amparo

Proceso constitucional mediante el cual se tutelan todos los demás derechos


fundamentales contenidos en la Constitución, incluidos los derechos implícitos y los
que se desprenden de la cláusula de númerus apertus contenida en el artículo 3o de la
Constitución peruana, que no encuentran protección en los procesos de hábeas data,
cumplimiento y hábeas corpus. Este proceso se encuentra regulado en el artículo 200o
inciso 2) de la Constitución Política y el artículo 37o del Código Procesal
Constitucional.

Dado el principio de informalidad procesal y la tutela que se busca brindar a través de


los procesos constitucionales a los derechos fundamentales que son denunciados como
lesionados, este proceso se constituye como el modelo a seguir en cuanto a las diversas
formas de tutela judicial efectiva que se puede y debe brindar a un derecho fundamental,
esto en el sentido de que muchas veces la tutela solicitada en el petitorio de una
demanda, no resulta la adecuada para brindar una real protección y restitución al
derecho invocado. Claro está que esta suerte de libertad procesal en cuanto a la forma de
emitir un fallo producto, es aplicable a todos los procesos constitucionales por igual, sin
embargo, existe una mayor tendencia a aplicarse en los procesos de amparo. Así, por
ejemplo podemos
mencionar casos como el de la tutela del derecho al agua potable que por razones
técnicas no podía otorgarse en los términos solicitados (STC N.o 1573-2012-PA/TC), o
el caso en donde la posible afectación del derecho al medio ambiente sano y
equilibrado, que no podía brindarse requiriendo la paralización de las obras que se
venían ejecutando sobre una tubería subterránea de transporte de líquidos industriales
desde el mar a la planta de procesamiento (STC N.o 2788-2011-PA/TC), por ejemplo
(amparo innovativo).

Sin embargo, no debemos dejar de mencionar que a través de este proceso se han
planteado innumerables conflictos con el Poder Judicial a propósito de la procedencia
del proceso de amparo contra resoluciones judiciales emitidas en procesos irregulares
(STC N.o 200-2002-PA/TC) o el amparo contra normas legales autoaplicativas (STC
N.os 4677-2004- PA/TC, 2736-2004-PA/TC, 4119-2005-PA/TC y, 0579-2008-PA,
control difuso de constitucionalidad) o los conflictos con el Jurado Nacional de
Elecciones frente a la procedencia de demandas promovidas contra asuntos electorales
(STC N.os 5854-2005- PA/TC, 2730-200-PA/TC, entre otros) o los conflictos con el
Consejo Nacional de la Magistratura a propósito de plantear demandas contra las
decisiones de no ratificación de jueces o fiscales (STC N. os 3361-2004-PA/TC, 1333-
200-PA/TC, entre otras), materias todas ellas, para las cuales son aplicables las reglas
generales del proceso constitucional.

Cabe precisar que jurisprudencialmente se establecieron reglas específicas para la


procedencia del proceso de amparo contra amparo (STC N.° 4853-2004-PA/TC). Así:

3.

 -  El amparo solo procede frente a una vulneración manifiesta.


 -  Opera por única vez.
 -  Su habilitación se encuentra condicionada a la vulneración de uno o más
derechos

fundamentales.

 -  Procede frente a sentencias estimatorias como contra desestimatorias.


 -  Procede en defensa de la doctrina jurisprudencial del Tribunal Constitucional.
 -  Se habilita a terceros que no hayan participado en el proceso constitucional

cuestionado y cuyos derechos se ven lesionados.

 -  Procede frente a la defensa de precedentes vinculantes.


 -  Procede también contra una resolución de la etapa de ejecución que puede
lesionar

un derecho fundamental.

 -  No procede contra resoluciones del Tribunal Constitucional.

Reglas procesales por tipo de proceso


Corresponde precisar que para la legislación peruana, la tutela de los procesos
constitucionales de tutela de derechos alcanza a actos, omisiones y amenazas (de cierta
e inminente realización), siendo que incluso, el juez constitucional se encuentra en la
capacidad de emitir pronunciamiento cuando se haya producido el cese de la afectación
o se haya tornado en irreparable la lesión denunciada, en virtud de lo que dispone el
artículo 1o del Código Procesal Constitucional, esto a efecto de establecer un mandato
de no reiteración de la conducta lesiva bajo apercibimiento de imponérsele medidas
correctivas (multas acumulativas).

Asimismo, en cuanto a los requisitos de procedibilidad de este tipo de procesos,


tenemos por un lado que, para el caso de los procesos de cumplimiento y de hábeas
data, basta que se efectúe un requerimiento previo bajo documento de fecha cierta, para
acreditar el interés para obrar, lo cual sin embargo, dado el carácter de tutela de
urgencia que significa la presentación de este tipo de procesos, no implica que el
demandante se encuentre

habilitado en cualquier momento para presentar cualquiera de estos procesos, sino que
solo cuenta con un plazo de 60 días hábiles para solicitar tutela en este vía procesal,
vencido dicho plazo, el demandante tiene la posibilidad de renovar el pedido para que se
renueve el plazo, esto en el entendido de que si se deja pasar el plazo de prescripción de
la acción, es porque su pretensión no requiere tutela de urgencia (artículo 70o inciso 8
del Código Procesal Constitucional y las RTC N. os 841-2012-PHD/TC, 220-2009-
PHD/TC, entre otras).

Para el caso del hábeas corpus, básicamente se exige que el petitorio y los hechos
denunciados se encuentren vinculados con el contenido constitucionalmente protegido
del derecho a la libertad y sus derechos conexos. En el caso del hábeas corpus contra
una resolución judicial, se exige que la resolución cuestionada tenga la calidad de firme,
es decir, que previamente el recurrente haya agotado todos los medios impugnatorios
que tiene habilitado dentro del proceso, para poder plantear una demanda con estas
características. Asimismo, cabe precisar que tanto para el hábeas data como para el
hábeas corpus no se requiere de la representación de un abogado, y que para el hábeas
corpus, la cláusula de residualidad no resulta exigible por mandato expreso del artículo
5.2 del Código Procesal Constitucional.

En el caso del proceso de amparo, es necesario por un lado, acreditar que la pretensión
de tutela forma parte del contenido constitucionalmente protegido del derecho (tutela de
urgencia) y que no existe una vía procedimental (judicial) igualmente satisfactoria para
la tutela del derecho invocado (cláusula de residualidad). Asimismo, deberá presentar su
demanda dentro de los 60 (o 30 en el caso de resoluciones judiciales) días hábiles.

De manera común a todos estos tipos de procesos, es necesario para la procedencia de la


demanda, que el agraviado no haya recurrido previamente a otro proceso judicial, que a
la fecha de presentación de la demanda no se haya producido el cese o irreparabilidad
del derecho y que la pretensión demandada no cuente con una decisión de cosa juzgada
en otro proceso constitucional o exista litispendencia.

4. Legitimación
El Código Procesal Constitucional establece que en el caso de los procesos de
cumplimiento y hábeas data, es el interesado el legitimado a solicitar el cumplimiento
de una norma legal o acto administrativo, o a acceder a información pública o controlar
sus datos personales. Sin embargo, en el proceso de cumplimiento también otorga
legitimación activa a cualquier persona frente a lesiones de intereses difusos o
colectivos y al Defensor de Pueblo.

Para el caso del hábeas corpus, la legitimación también resulta extensiva, pues se
permite la presentación de la demanda no solo por parte del interesado, sino también lo
puede presentar cualquier persona y la Defensoría del Pueblo.

En el caso del proceso de amparo, el recurrente puede presentar su demanda de amparo


de manera directa o a través de un apoderado. En el caso del derecho al medio ambiente
u otros derechos difusos, cualquier persona puede presentar un amparo. Asimismo,
existe la figura de procuración oficiosa, mediante la cual, un tercero puede presentar una
demanda de amparo a favor de quien es el lesionado, sin embargo, una vez que el
beneficiario se encuentre en posibilidad ratificar la demanda y los actos procesales,
deberá efectuarlo.

5. Trámite

En cuanto al trámite, de manera general podemos decir que la legislación constitucional


peruana cuenta con tres instancias de fallo, tomando prestado de la jurisdicción
ordinaria a sus jueces de primera y segunda instancia para que hagan de las veces de
jueces constitucionales, siendo el Tribunal Constitucional la última y definitiva
instancia en este tipo de procesos.

Para acceder al Tribunal Constitucional, cabe precisar que la Constitución solo habilita
a la parte demandante para plantear el Recurso de Agravio Constitucional, pues
únicamente son recurribles sentencias de segundo grado denegatorias (improcedentes e
infundada) más no hay posibilidad de que el emplazado pueda interponer este tipo de
recurso extraordinario. Asimismo, de denegarse el citado recurso extraordinario, el
demandante tiene la posibilidad de interponer un recurso de queja por denegatoria del
Recurso de Agravio Constitucional de manera directa ante el Tribunal Constitucional.

6. Sobre la ejecución

Por otro lado, no queremos dejar de mencionar la existencia de la figura de la actuación


inmediata de la sentencia impugnada contenida en el artículo 22o del Código Procesal
Constitucional, que permite otorgar tutela inmediata al demandante a efecto de evitar la
irreparabilidad del derecho invocado, ni la figura de la represión de actos homogéneos
contenida en el artículo 60o del Código Procesal Constitucional cuya solicitud se
efectúa en la etapa de ejecución de sentencia y permite al juez ejecutor analizar la
generación de un nuevo acto con características similares al declarado lesivo en la
sentencia constitucional primigenia, esto a fin de extender los efectos de dicho
pronunciamiento judicial para tutelar eficazmente al derecho previamente amparado.

En cuanto a la ejecución de las sentencias constitucionales, cabe precisar que en el


artículo 59o del Código Procesal Constitucional se ha precisado una serie de medidas
coercitivas permite al juez de ejecución, hacer cumplir la sentencia al emplazado, pues
de no hacerse efectivo el cumplimiento del mandato de restitución del derecho
fundamental dentro del plazo ordenado, corresponderá disponer la apertura de
procedimiento administrativo sancionador contra el funcionario público
correspondiente, procediendo el juez constitucional ha adoptar las medidas directas
necesarias para que el mandato se ejecute en sus propios términos.

Cabe manifestar adicionalmente que el Tribunal Constitucional peruano a través de las


Resoluciones N.os 168-2007-Q/TC y 201-2007-Q/TC, ampliada mediante la Resolución
N.o 4-2009-PA/TC, se otorgó asimismo la facultad de intervenir en la revisión de la
etapa de ejecución de las sentencias constitucionales, a través de la admisión del
Recurso de Agravio Constitucional a favor del cumplimiento de las sentencias del Poder
Judicial y el Recurso de Apelación por Salto.

7. Medidas cautelares

Se pueden solicitar la suspensión del acto violatorio en los procesos de amparo, hábeas
data y cumplimiento; y se exige apariencia del derecho, peligro en la demora y que la
medida cautelar que se solicita, resulte adecuada para asegurar la eficacia de la
pretensión. Una vez adquirida la calidad de firme la sentencia de un proceso
constitucional, dependiendo del

fallo, la medida cautelar se extinguirá de pleno derecho o conservará sus efectos


convirtiéndose en una medida ejecutiva.

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