Control de Enfermedades Transmisible y No Transmisibles

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Control de enfermedades transmisible y no transmisibles

Control: es el conjunto de acciones, programas u operaciones continúas dirigidas a reducir la


incidencia y/o prevalencia de un daño a la salud a niveles tales que dejen de constituir un
problema de salud pública.

Control de la enfermedad: se refiere a la aplicación de medidas poblacionales dirigidas a conseguir


una situación de control de la enfermedad, es decir, la reducción de la incidencia de la enfermedad
a niveles en que deje de constituir un problema de salud pública. Las medidas de control se dirigen
a reducir primariamente la mortalidad y la morbilidad de la enfermedad objeto de control. El nivel
de control dependerá de la enfermedad de que se trate, de los recursos a emplear y de las
actitudes de la población. Un ejemplo es el seguimiento de personas sintomáticas respiratorias en
la comunidad, que es una medida efectiva para la detección de enfermos tuberculosos,
particularmente bacilíferos positivos, y cuyo objetivo es la reducción de la prevalencia de
tuberculosis pulmonar (y, en menor medida, la reducción de su incidencia).

El control de las enfermedades transmisibles:

Las Enfermedades trasmisibles afectan a todos los grupos de edad y a todas las regiones y países.
Son aquellas enfermedades causadas por agentes infecciosos específicos o por sus productos
tóxicos en un huésped susceptible, conocidas comúnmente como enfermedades contagiosas o
infecciosas.

Las enfermedades transmisibles afectan desproporcionadamente a las comunidades con recursos


limitados y se vinculan con una compleja variedad de determinantes de la salud que se
superponen, como la disponibilidad de agua potable y saneamiento básico, las condiciones de la
vivienda, los riesgos del cambio climático, las inequidades por razones de género, los factores
socioculturales y la pobreza, entre otros.

La vigilancia de la salud pública se define como la recopilación, el análisis y la difusión sistemática


de todos los datos importantes para la prevención y el control de problemas de salud pública. La
epidemiología se define como el estudio sistemático de los factores que determinan o influyen en
las características y la prevalencia de una enfermedad o afección en la población. Por
consiguiente, para controlar cualquier enfermedad transmisible se necesita el conocimiento
epidemiológico de la enfermedad, así como datos fiables de vigilancia, que sean pertinentes en
cuanto a su prevalencia y distribución. La notificación de las enfermedades transmisibles
constituye solo una parte de cualquier sistema integral de vigilancia de la salud pública, pero es un
componente esencial de este.

El número creciente y el posible hacinamiento de muchas poblaciones humanas facilitan la


difusión de enfermedades transmisibles de una persona a otra. Estos factores también pueden
contribuir a provocar cambios epidemiológicos o a exacerbar la virulencia de algunos agentes
infecciosos. Además, la expansión de algunas poblaciones hacia nuevos nichos ecológicos puede
poner a la gente en contacto con nuevos microorganismos potencialmente patógenos, y originar
problemas relacionados con enfermedades de aparición reciente.
El primer paso para controlar las enfermedades transmisibles y reconocer la aparición de las
nuevas es su detección e identificación inmediatas. Para ello, es esencial contar con un sistema
organizado de vigilancia de las enfermedades prevalentes, conocidas y diagnosticadas, y de las
nuevas y desconocidas. Los CDC han elaborado un plan estratégico para afrontar el problema
previsto, que incluye la utilización de redes de vigilancia centinela, el establecimiento de centros
de población para realizar vigilancia especial, y otros proyectos similares que complementarían las
actividades habituales de salud pública

Sin embargo, la detección inicial de cualquier enfermedad transmisible o infecciosa está en manos
del agente de atención primaria de salud que atiende a una persona con alguna enfermedad
transmisible conocida, o que primero reconoce el caso de un paciente con un trastorno distinto. El
médico u otro agente de atención de salud está obligado a notificar la situación al funcionario de
salud correspondiente, quien tratará de resolverla o solicitará ayuda. Este sistema de notificación
pasiva es relativamente incompleto e inexacto, en particular en el caso de enfermedades que son
muy prevalentes.

En este sistema, se deben solicitar informes periódicos para obtener notificaciones más completas
y oportunas sobre enfermedades transmisibles graves que constituyen problemas importantes de
salud pública, como las enfermedades infecciosas causadas por agentes que pueden ser utilizados
para acciones de terrorismo biológico. Sin embargo, la notificación de enfermedades transmisibles
sigue siendo la primera línea de alerta para evitar y controlar las enfermedades de este tipo; todos
los agentes de salud y de salud pública tienen que estar informados sobre las enfermedades que
se deben notificar, y también sobre la forma de hacerlo y las razones para hacerlo.

Notificación de enfermedades transmisibles: El clínico u otro agente de salud responsable deben


notificar sin demora a las autoridades locales de salud la presencia de una enfermedad
transmisible o distinta que haya surgido en su jurisdicción. Las normas administrativas que indican
las enfermedades transmisibles que se deben notificar y la forma de hacerlo pueden variar mucho
de una región a otra, por diferentes circunstancias y también por la frecuencia con que aparece el
trastorno.

1. Notificación de casos. Cada autoridad local de salud, de conformidad con las disposiciones
de la autoridad superior, determinará cuáles son las enfermedades que deben notificarse
en forma sistemática y rutinaria. Habrá que elaborar métodos que indiquen a quién
corresponde la responsabilidad de la notificación; las características del informe que se
debe preparar y la forma de enviarlo a la jurisdicción superior inmediata.
2. Notificación de epidemias. Además del requisito de notificación de casos individuales,
siempre que se produzca una cantidad anormal de casos aislados o en grupo de una
enfermedad que pudiera tener importancia pública se notificará a la autoridad local de
salud por el medio más rápido, sea que esté o no incluida en el grupo de enfermedades
que deben notificarse oficialmente en la localidad particular, sea que se trate de una
enfermedad bien conocida, o de una entidad clínica indefinida o desconocida.

las clases se señalan por número en el apartado 9B1 de la descripción de cada enfermedad, a
fin de que sirva de base para que cada autoridad local de salud pueda determinar la lista de
enfermedades que deben notificarse regularmente. La localización o detección del caso puede
ser pasiva, es decir, el médico inicia la notificación con arreglo a las normas o la costumbre, o
pasiva solicitada, cuando el funcionario de salud establece contacto regular con los médicos,
dispensarios, hospitales u otros servicios de atención de la salud y solicita la información
deseada. La detección de casos es activa solo cuando el funcionario de salud o un miembro del
departamento de salud acude al hospital o a los registros clínicos en él archivados para
detectar un caso o casos actuales de una enfermedad transmisible.

Clase 1: Enfermedades sobre las que el Reglamento Sanitario Internacional exige la


notificación de todos los casos, o que son objeto de vigilancia por la OMS.

Esta clase puede dividirse en:

1.Las enfermedades sujetas al Reglamento Sanitario Internacional (1969), tercera edición


anotada, 1983, actualizada y reimpresa en 1992, OMS, Ginebra; es decir, las
enfermedades internacionalmente objeto de cuarentena: peste, cólera y fiebre amarilla.
1A. Las enfermedades objeto de vigilancia por la OMS, determinadas por la 22.a Asamblea
Mundial de la Salud: tifus y fiebre recurrente transmitidos por piojos, poliomielitis
paralítica, paludismo e influenza.

Clase 2: Enfermedades cuya notificación por lo común se exige dondequiera que los casos
tengan lugar

Se consideran dos subclases, según la urgencia relativa de investigar los contactos y la fuente
de infección, o para iniciar las medidas de control.

2A. Enfermedades sobre las que la notificación de casos individuales a las autoridades de
salud se hace por teléfono, fax, correo electrónico o cualquier otro medio rápido. Por lo
común, las notificaciones se envían a la jurisdicción superior inmediata semanalmente por
correo; la excepción sería el primer caso identificado en una zona, o el primer caso fuera
de los límites de una zona ya afectada, situación en que se utilizaría el teléfono, el fax o el
correo electrónico; ejemplos, fiebre tifoidea y difteria. Además, es necesario notificar por
teléfono la aparición de enfermedades infecciosas causadas por agentes que puedan ser
usados para el terrorismo biológico (carbunco, peste, tularemia, botulismo, sospecha de
viruela u otras), tan pronto se presuponga su aparición.
2B. Enfermedades sobre las que la notificación de casos individuales se hace por los
medios más asequibles, y se envía por correo a la jurisdicción superior inmediata un
informe colectivo semanal; ejemplos, brucelosis y lepra.

Clase 3: Enfermedades de notificación selectiva en zonas consideradas endémicas

En muchos estados y países, las enfermedades de esta categoría no tienen que ser
notificadas. En algunas regiones, estados o países, a causa de su frecuencia o gravedad
extraordinarias, puede exigirse la notificación. Se describen tres subclases: 3A y 3B se
utilizan más bien en situaciones de endemicidad corroborada, como medio de aplicación
rápida de medidas de control y para juzgar la eficacia de los programas de control. Con el
establecimiento de la subclase 3C se busca estimular la adopción de medidas de control y
obtener datos epidemiológicos esenciales.
3A. La notificación de los casos se hace por teléfono, fax, correo electrónico u otro medio
rápido de comunicación en zonas precisas donde las enfermedades de este tipo tienen la
misma importancia que las incluidas en la clase 2A. En muchos países no se exige su
notificación; ejemplos, tifus de las malezas y fiebre hemorrágica por arenavirus.

3B. La notificación de los casos se hace por los medios más prácticos; se transmite el
informe colectivo semanal o mensualmente por correo a la jurisdicción superior
inmediata. En muchos países, no se requiere la notificación; ejemplos, bartonelosis y
coccidioidomicosis.

3C. La notificación colectiva de casos se hace semanalmente por correo a las autoridades
locales de salud; se transmite a la jurisdicción superior inmediata por correo semanal,
mensual, trimestral o, a veces, anual; ejemplo, esquistosomiasis y fasciolopsiasis.

Clase 4: Notificación obligatoria de epidemias: no se exige la notificación de casos


individuales

La notificación inmediata de brotes de importancia especial para la salud pública se hace


por teléfono, fax, correo electrónico o cualquier otro medio rápido de comunicación. Se
usan estas dos últimas formas para transmitir los datos a la jurisdicción inmediata
superior. El informe debe incluir el número de casos, el lapso en que tuvieron lugar, la
cantidad aproximada de personas infectadas y el modo aparente de diseminación.
Ejemplos: intoxicación alimentaria estafilocócica, queratoconjuntivitis por adenovirus y
síndromes sin identificar.

Clase 5: Enfermedades cuya notificación oficial por lo regular no se considera justificada

Las enfermedades de esta clase son de dos tipos generales: las típicamente esporádicas y
poco comunes, que a menudo no son transmisibles de una persona a otra
(cromoblastomicosis), o aquellas de características epidemiológicas tales que no permiten
medidas prácticas de control (resfrío común).

Control de enfermedades no transmisibles:

Las enfermedades no transmisibles (ENT) son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo.
El término enfermedades no transmisibles se refiere a un grupo de enfermedades que no son causadas
principalmente por una infección aguda y dan como resultado consecuencias para la salud a largo plazo
y con frecuencia crean una necesidad de tratamiento y cuidados a largo plazo. Estas condiciones
incluyen cánceres, enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades pulmonares
crónicas. 

 Muchas enfermedades no transmisibles se pueden prevenir mediante la reducción de los factores


de riesgo comunes, tales como el consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol, la inactividad
física y comer alimentos poco saludables. Muchas otras condiciones importantes también se
consideran enfermedades no transmisibles, incluyendo lesiones y trastornos de salud mental.
 Las enfermedades no transmisibles (ENT) matan a 41 millones de personas cada año, lo
que equivale al 71% de las muertes que se producen en el mundo. En la Región de las
Américas, son 5,5 millones las muertes por ENT cada año.
 Las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayoría de las muertes por ENT (17,9
millones cada año), seguidas del cáncer (9,0 millones), las enfermedades respiratorias (3,9
millones) y la diabetes (1,6 millones), a nivel mundial.

Factores de riesgo comportamentales modificables


Los comportamientos modificables como el consumo de tabaco, la inactividad física, las dietas
malsanas y el uso nocivo del alcohol aumentan el riesgo de ENT.

 El tabaco se cobra más de 7,2 millones de vidas al año (si se incluyen los efectos de la
exposición al humo ajeno), y se prevé que esa cifra aumente considerablemente en los
próximos años.1
 Unos 4,1 millones de muertes anuales se atribuyen a una ingesta excesiva de sal/sodio.1
 Más de la mitad de los 3,3 millones de muertes anuales atribuibles al consumo de alcohol
se deben a ENT, entre ellas el cáncer.
 Unos 1,6 millones de muertes anuales pueden atribuirse a una actividad física
insuficiente.1

Factores de riesgo metabólicos


Los factores de riesgo metabólicos contribuyen a cuatro cambios metabólicos fundamentales que
aumentan el riesgo de ENT:

 el aumento de la tensión arterial;


 el sobrepeso y la obesidad;
 la hiperglucemia (concentraciones elevadas de glucosa en la sangre); y
 la hiperlipidemia (concentraciones elevadas de grasas en la sangre).

En términos de muertes atribuibles, el principal factor de riesgo metabólico es el aumento de la


presión arterial (al que se atribuyen el 19% de las muertes a nivel mundial),1 seguido por el
sobrepeso y la obesidad y el aumento de la glucosa sanguínea.

¿En qué consiste la atención primaria de salud?

El concepto de APS ha sido reinterpretado y redefinido en múltiples ocasiones desde 1978, lo que
ha generado confusión sobre su significado y en la práctica. Con miras a coordinar las labores
futuras en materia de APS a nivel mundial, nacional y local, y a modo de orientación en su puesta
en práctica, se ha elaborado una definición clara y sencilla:

«La APS es un enfoque de la salud que incluye a toda la sociedad y que tiene por objeto garantizar
el mayor nivel posible de salud y bienestar y su distribución equitativa mediante la atención
centrada en las necesidades de la gente tan pronto como sea posible a lo largo del proceso
continuo que va desde la promoción de la salud y la prevención de enfermedades hasta el
tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos, y tan próximo como sea posible del entorno
cotidiano de las personas».

La APS comprende tres componentes interrelacionados y sinérgicos: servicios de salud


coordinados y completos, en los que se incluyen, como piezas centrales, la atención primaria y
funciones y bienes de salud pública; acciones y políticas multisectoriales en el ámbito de los
determinantes de la salud más extendidos y de carácter general, y el establecimiento de un
diálogo con personas, familias y comunidades, y su empoderamiento, para aumentar la
participación social y mejorar la auto asistencia y la autosuficiencia en la salud.

Las raíces de la APS en encuentran en el compromiso con la justicia social, la equidad, la


solidaridad y la participación. Se basa en el reconocimiento de que el goce del grado máximo de
salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin
distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social.

En la APS se tienen en cuenta los determinantes más amplios de la salud, y la atención se centra
en los aspectos generales e interrelacionados de la salud física, la salud mental, la salud social y el
bienestar. Con ella se ofrece una atención integral para las necesidades de salud a lo largo del
curso de la vida y no solo para una serie concreta de enfermedades. La atención primaria de salud
garantiza a las personas una atención integral de calidad —desde la promoción y la prevención
hasta el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos— lo más cerca posible de sus
lugares habituales.

Según la Ley 1438 de 2011, la Atención Primaria en Salud (APS) es la estrategia de coordinación
intersectorial que permite la atención integral e integrada, desde la salud pública, la promoción de
la salud, la prevención de la enfermedad, el diagnóstico, el tratamiento, la rehabilitación del
paciente en todos los niveles de complejidad, a fin de garantizar un mayor nivel de bienestar en
los usuarios, sin perjuido de las competencias legales de cada uno de los actores del Sistema
General de Seguridad Social en Salud.

La APS en Colombia:
- Es una estrategia que contempla tres componentes integrados e interdependientes: la acción
intersectorial / transectorial por la salud, la participación social, comunitaria y ciudadana, y los
servicios de salud.
- Se ajusta al contexto político, económico y social del país.
- Está centrada en los individuos, las familias y las comunidades
- Se encuentra orientada a establecer condiciones de materialización del goce efectivo del derecho
a la salud y la reducción de inequidades, mediante la atención integral a la salud desde una
perspectiva de determinantes sociales y económicos, 
- No es solo una provisión sectorial de servicios de salud, sino la acción coordinada del Estado, las
instituciones y la sociedad para el mejoramiento de la salud y la creación de un ambiente sano y
saludable.
- Hace énfasis en promoción de la salud

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