Pensamiento Racional y Etica Historia y Origen Del Lenguaje Humano

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universidad nacional

del altiplano

CURSO: PENSAMIENTO RACIONAL Y ÉTICA

PROFESORA: LIC. JULIA EVA GARCIA ANCO

ESTUDIANTE: JHAMIL EDDY CONDORI ZAPATA

TRABAJO ENCARGADO:
-HISTORIA O ORIGEN DEL LENGUAJE HUMANO.
-HISTORIA O ORIGEN DEL LEGUAJE CIENTIFICO.

SEMESTRE: PRIMERO

AÑO: 2022

HISTORIA O ORIGEN DEL LENGUAJE HUMANO

ORIGEN DEL LENGUAJE


El lenguaje humano constituye el rasgo más característico y distintivo de la naturaleza humana, y que
diferencia al Homo sapiens del resto de animales que hayan existido o existan en la actualidad. El
origen del lenguaje lleva asociado tanta polémica como misterio, tantas teorías como investigadores,
y tantas dudas como certezas. Los fósiles de los homínidos son obstinadamente mudos. Las partes
blandas de la anatomía vocal, aquellas que se responsabilizan del habla humano, no dejan huella en
el registro fósil. Desaparecen. Pero también desaparecen las estrategias para cazar, las actitudes
carroñeras, la forma de socialización; y, sin embargo, las deducimos de manera indirecta a partir de
ciertos indicios como son los útiles de piedra. Por tanto, las explicaciones sobre el origen del lenguaje
que hoy barajamos como plausibles, tienen una carácter inductivo, indirecto, conjetural, pero
fundamentado en dos tipos de indicios: aquellos de índole anatómica (complejidad del cerebro,
tamaño craneal, posición de la laringe, hallazgo de hueso hioides, etc.), e indicios culturales
(conducta simbólica y social). Figura 1. Árbol filogenético de la familia Hominoidea, dentro de la que
se encuentra la especie Homo sapiens.

La lengua o el lenguaje “sensu stricto” es un código primario de comunicación, un proceso natural que
se adquiere sin la necesidad de un aprendizaje específico. Nadie necesita ir a la escuela para
aprender a hablar, basta con oír hablar a otras personas a nuestro alrededor. Ésa es la diferencia con
la escritura, considerada un código secundario, derivado de transcribir el lenguaje.

Pero el lenguaje humano, además de natural, es ilimitado. La recursividad de las reglas sintácticas
utilizadas para su formación, permite, mediante el uso de un conjunto finito de unidades (morfemas),
crear una infinidad potencial de mensajes distintos.
Evidencias del origen del lenguaje

Antes de adentrarnos en las diferentes teorías existentes, es conveniente partir de una serie
de evidencias científicas que no podemos considerar objeto de debate. Una vez que dispongamos de
toda la información compartida, podremos profundizar más pormenorizadamente en teorías e indicios.
A lo largo de la evolución humana, se ha observado un notable incremento del volumen cerebral.
Dicha expansión cerebral no solamente ha traído consigo un incremento de la complejidad cerebral,
sino que ha permitido la aparición de habilidades cognitivas complejas. Es más, si establecemos una
comparación del cerebro humano con el de los primates, se evidencia un incremento del tamaño del
lóbulo frontal. Cabe subrayar que el lóbulo frontal es el encargado de funciones como la expresión
artística, el pensamiento creativo o el lenguaje.
Por otro lado, la existencia del hueso hioides - con un aspecto muy similar al del hombre moderno
ha sido otro de los criterios principales para teorizar sobre el origen del lenguaje. Dicho hueso,
situado en la parte anterior del cuello, es el encargado de soportar la laringe, por lo que existe una
relación estrecha entre su existencia y la capacidad de habla.
Así pues, podemos considerar que las bases neuroanatomías necesarias para la existencia del
lenguaje existían ya hace al menos 150.000 años, aunque aquellas manifestaciones evidentes de
lenguaje como vehículo de comunicación aparecieran mucho más tarde. Hasta el momento, se
desconoce el momento exacto en el que la especie humana consiguió el desarrollo biológico y
cultural necesario para originar el lenguaje.

CARACTERISTICAS DEL LENGUAJE:

Muchos animales también tienen alguna forma de lenguaje o comunicación. Ciertas especies
consiguen una gran eficacia comunicativa como las abejas.
Karl von Frisch empleó 30 años de su vida en estudiar el comportamiento de las abejas y sus
formas de comunicación. Sus observaciones demostraron que cuando una abeja volvía de una zona
lejana, abundante en flores con néctar, podía transmitir, la dirección, la cantidad de flores y la
distancia al resto de la colmena a través de una “danza” o un patrón complejo de movimientos
corporales.

Charles Francis Hockett propuso una lista de 16 propiedades o rasgos característicos del lenguaje
verbal humano:

 Canal auditivo
 Transmisión generalizada y recepción direccional
 Desvanecimiento rápido
 Intercambiabilidad
 Retroalimentación completa
 Especialización
 Semanticidad

Arbitricidad. Relación arbitraria y abstracta entre significante y significado a excepción de las


onomatopeyas, cuyo sonido guarda semejanza física con el sonido de lo representado y la palabra
“mamá”, que, en un gran número de lenguas, incluye siempre el sonido nasal labial /m/ lo que se
relaciona con el sonido que el bebé produce durante el amamantamiento. Algunos autores investigan
la posible relación entre ciertos sonidos del lenguaje y algunas propiedades de los objetos
representados (la “i” inglesa, cuyo sonido es agudo y corto, está asociado a cosas pequeñas; 'little',
'tiny', etc. mientras que vocales largas y graves se asocian con cosas grandes; 'huge', 'large', a
excepciones como 'big' y 'small'). Carácter discreto, desplazamiento

Productividad o creatividad. Un hablante puede entender frases que no ha oído antes, dado la
arbitrariedad del signo, que libera al lenguaje de la semejanza física con el mundo referenciado, y la
dualidad de estructura, que permite millones de combinaciones posibles de palabras, lo que se suma
la recursividad del lenguaje humano.

Transmisión tradicional (el sistema se aprende, pasa de una generación a otra).

Dualidad de patrones. El sistema consta de un conjunto de unidades sin significado (fonemas)


combinadas en otras unidades con significado(palabras) [Primera articulación]. La combinación de
palabras da lugar a un número prácticamente ilimitado de oraciones (Segunda articulación).
Prevaricación (capacidad de mentir y engañar) Reflexividad.

Aprendible (capacidad de aprender cualquier idioma).

No obstante, todas estas propiedades no son exclusivas del lenguaje humano. El canal vocal-auditivo


lo comparten muchas especies animales (sobretodo mamíferos y aves), por ejemplo. Pero ningún
sistema de comunicación animal reúne todas las 16 propiedades.
Chomsky y los psicobiólogos Hauser y Fitch, creen que la recursividad sería el verdadero núcleo duro
del lenguaje, lo esencialmente único desde el punto de vista humano.

 Es una capacidad racional que tienen todos los seres humanos, por lo que es universal.
 Es la base de comunicación entre los individuos.
 Resulta clave en las relaciones interpersonales.
 Se vale de las diferentes lenguas para codificar un mensaje y luego transmitirlo.
 Permite el intercambio de información entre receptor y emisor.
 Se vale de símbolos, sonidos o señas.
 Puede ser verbal o no verbal.
HISTORIA O ORIGEN DEL LENGUAJE CIENTIFICO
El lenguaje de la ciencia es un lenguaje de tipo formalizado, frente a otros de carácter natural, y al
igual que los lenguajes técnicos se caracteriza por su especificidad. Algunos autores sostienen que
ciertas ciencias son en sí mismas lenguajes, por ejemplo, la lógica o las matemáticas. Mientras los
lenguajes naturales tienden hacia su diversificación, los artificiales apuntan a la universalización. Y
así el lenguaje científico se antoja opaco, particularmente a los grupos sociales ajenos a su uso. Todo
ello contribuye a crear una barrera que, en la práctica, tiende a aislar a la comunidad científica del
resto de la sociedad. No debe pues sorprendernos que el lenguaje científico especializado sea, en no
pocas ocasiones, utilizado por algunos científicos –aquellos que por el hecho de ser científicos se
consideran parte de una élite intelectual– como una suerte de muralla comunicativa, que les mantiene
a una distancia “prudencial” de los profanos y les diferencia del resto de los ciudadanos. Pero veamos
cuáles son las principales características específicas del lenguaje de la ciencia.

En primer lugar, los textos científicos suelen observar las cualidades más esencialmente
epistemológicas de la ciencia: universalidad, objetividad, neutralidad (o imparcialidad) y
verificabilidad. En cuanto a la cualidad de universalidad, sabemos que históricamente el latín fue
hasta el siglo XVI la lengua dominante en los textos científicos y culturales europeos y así se posibilitó
la difusión de la ciencia en los ambientes cultos y universitarios de Occidente. Cuando las lenguas
vernáculas europeas fueron desplazando al latín, un gran número de términos y vocablos quedaron
ya acuñados en su forma grecolatina. Por ello, aún hoy se sigue recurriendo a las lenguas clásicas –
latín y griego– para crear nuevos neologismos que la ciencia, en su avance, va necesitando; aunque
en los últimos siglos también las lenguas modernas, especialmente el francés (siglo XVIII), el alemán
(siglo XIX) y, sobre todo, el inglés desde el siglo XX se han impuesto como lenguas científicas por
excelencia.

Actualmente, para acuñar un nuevo término científico habrá que atenerse a una serie de normas
terminológicas ya establecidas, lo que, en muchas ocasiones, obliga a sustituir algunos términos
excesivamente particulares o idiosincráticos de una lengua, por otros más comprensibles en las
lenguas dominantes, especialmente en inglés. Si bien esto puede resultar bastante engorroso, el
concepto de universalidad produce enormes ventajas, incluso económicas, como la adopción de las
normas DIN, los símbolos de los elementos químicos o el Sistema Internacional de unidades de
medida (SI).

Igualmente con el fin de conferir un tono de universalidad a la ciencia, el lenguaje científico utiliza
algunos recursos discursivos intralingüísticos: el artículo con valor generalizador, que atribuye a la
especie lo que se dice del individuo; el presente científico, ya que al ser el presente de indicativo o
subjuntivo el tiempo no marcado o tiempo cero, éste se presenta como el más indicado para designar
la universalidad de los hechos; los sustantivos abstractos que confieren a lo material un valor mental
y universal; y finalmente los tecnicismos, que son fácilmente traducibles a cualquier lengua,
contribuyen todos de modo concluyente a la universalidad del texto científico.

En segundo lugar, la objetividad se consigue destacando los hechos y los datos, y determinando las
circunstancias que acompañan a los procesos, con lo que la importancia del sujeto queda diluida y en
segundo término. Para ello, los textos científicos suelen utilizar variados recursos. En primer lugar, se
emplean oraciones enunciativas con una presencia básica de la función referencial, y en las que se
puede observar un uso predominante del indicativo como modo de la realidad.

Además, se da preferencia a las construcciones nominales frente a las verbales: “Diluyo el polvo en
agua y tomo una pequeña cantidad” (lengua común) > “Disolución del polvo en agua y toma de
muestras” (lenguaje científico). Por medio de estas nominalizaciones se eliminan los morfemas de
persona, con lo que se desvanece el interés por el agente, tanto más al utilizar frecuentemente
sustantivos postverbales abstractos que transforman la acción en un hecho ya realizado. También es
relevante el uso de las construcciones impersonales y pasivas –reflejas y perifrásticas– que ocultan al
agente de la acción, así como la esporádica utilización de la voz media.

A este respecto, observamos desde estructuras oracionales que comienzan con una construcción de
infinitivo, gerundio o participio, hasta complementos circunstanciales que sirven para situar las
circunstancias de los hechos, tanto sintagmas nominales precedidos de preposición, como
subordinadas adverbiales, especialmente causales y finales1. Por ejemplo: “Antes de proceder a
interpretar estos resultados vía la consideración de argumentos del grupo de renormalización, hay
que recordar que el árbol de Feigenbaum muestra una rica estructura auto afín” (Luque et alii, 2011:
4).

A diferencia del lenguaje diario o el literario, el científico pretende librarse de las connotaciones o
matices afectivos. Este afán por la imparcialidad o la neutralidad emocional es más un objetivo que
una meta conseguida. Así, hay campos de la ciencia en que dicho objetivo se consigue, si bien es
también cierto que determinados términos de algunas áreas científicas, al pasar a ser utilizados en el
lenguaje común, adquieren matices o connotaciones afectivas. Así, frente a términos matemáticos de
evidente neutralidad como “raíz cuadrada” o “integral”, se encuentran algunos términos médicos con
enorme carga emocional como “cáncer”, “sida” o “tumor” e incluso en campos aparentemente
neutrales como la Física, se observan términos que van adquiriendo matices de simpatía o antipatía
como “voltaje” o “radiactivo”.
A lo largo de la historia, algunos términos científicos que han pasado al lenguaje común, además de
recibir connotaciones afectivas han cambiado de significado. Es el caso del término “histeria”, que
originalmente denotaba una enfermedad y que ha llegado a utilizarse frecuentemente como término
despectivo. Lo mismo ocurre con otros términos médicos acuñados ya por Hipócrates como “humor”
que han perdido totalmente su primitiva significación (cada uno de los cuatro elementos del
organismo humano) y que ahora significan simplemente un estado de ánimo.

Finalmente, en el discurso científico predominan los adjetivos especificativos, generalmente


pospuestos, mediante los cuales se delimita y concreta la extensión semántica del sustantivo. Más
aún, aunque con idéntica función que los adjetivos, se utilizan copiosamente otros adyacentes del
sintagma nominal, como las proposiciones de relativo especificativas, y los complementos del nombre
(sintagmas nominales precedidos de preposición).

Los recursos no lingüísticos como gráficos, fórmulas, demostraciones matemáticas y símbolos


convencionales contribuyen a la verificabilidad de los hechos, además de conferir a los textos una
pátina de objetividad y universalidad. Así pues, los elementos gráficos, iconográficos, cromáticos y
tipográficos, apoyan de modos diversos al código lingüístico en “actos directos” en los que coinciden
los propósitos locutivo e ilocutivo (discursivo) de las distintas disciplinas científicas2. Estos elementos
suelen representarse de modo similar en las distintas lenguas, informando de un carácter más
universal que los recursos no lingüísticos propios de otros lenguajes especializados.

En otro orden de cosas, la ciencia exige un grado superlativo de precisión. Por ello, los textos suelen
poseer un alto nivel de corrección sintáctica y, a tal fin, acostumbran a ser también claros y concisos.
La precisión quizá sea la cualidad más importante del lenguaje científico. Ésta implica una
correspondencia biunívoca entre los términos científicos y las ideas, conceptos y definiciones, y se
logra esencialmente mediante un abundante uso de léxico específico; esto es, de tipo monosémico a
diferencia del poético: “Scientific and poetic language are two strategies applied to the problem of
polysemy […] Scientific language attempts systematically to eliminate ambiguity […] Poetic language
is […] creative of meaning” (Vanhoozer, 1990: 59).

El lenguaje científico tiende a perseguir una fidelidad casi absoluta al lenguaje literal, por oposición al
lenguaje figurado. Este hecho y la necesidad de utilizar siempre el mismo término para referirse a un
mismo concepto producen, en contraposición a los textos literarios, una alta frecuencia de
repeticiones léxicas en los textos científicos. La repetición de palabras, desaconsejada en otros tipos
de textos, se tolera e incluso se fomenta en los técnico-científicos en razón de la coherencia y de la
claridad en las explicaciones.
En cuanto a la estructuración sintáctica general de los artículos científicos, son más comunes la
coordinación y la yuxtaposición frente a las oraciones subordinadas, las más frecuentes las
subordinadas adjetivas explicativas, que actúan como aclaración de sus antecedentes. De este modo
se consigue una marcada sencillez sintáctica. No obstante, en ocasiones se dan igualmente textos de
sintaxis más enrevesada. Con el mismo propósito observamos un empleo abundante de aposiciones
y enunciados parentéticos entre comas, rayas o paréntesis como incisos. Tampoco es infrecuente el
uso de la conjunción disyuntiva o con valor de identificación o equivalencia, y son habituales
igualmente las aclaraciones o definiciones y los resúmenes.

Por último, los enlaces y conectores extraoracionales sirven para consolidar la coherencia textual,
tanto con el objeto de distribuir y separar los párrafos, como con el de reforzar las relaciones básicas
de conclusión o consecuencia, esenciales en la formulación y desarrollo del método científico.

CARACTERISTICAS DEL LENGUAJE CIENTIFICO

Objetividad
Toda investigación debe estar basada en datos reales. La ciencia busca un lenguaje de carácter
expositivo que persigue la objetividad; por ello, entre otras características formales de este
metalenguaje, las voces usadas en estos mensajes son mono sémicas, para reproducir lo más
fielmente, sin confusiones perturbadoras, la observación y el análisis del fenómeno, procesos u
objetos.

Universalidad
Los investigadores científicos, a la hora de hacer públicos sus resultados, pretenden que sus
descubrimientos y tesis alcancen la mayor difusión. Consecuentemente se hace necesario un
lenguaje común. Solo se necesita traducir el significante, pero no el significado.

Verificabilidad
La ciencia, tiene entre sus objetivos, la demostración de los saberes, necesita que sus
investigaciones, y los resultados de ellas derivados aporten pruebas suficientes para justificar su
veracidad.

Coherencia
El carácter universal de este lenguaje, determina que cuando se emplean al principio de un texto
unos términos con un significado o con un valor definido, han de mantenerse con esos valores
semánticos hasta el final del discurso, para conseguir la precisión y no la vaguedad de significados, y
la claridad, tan peculiares de estos mensajes.

Denotación
Expresa el significado de las palabras, sin mezcla de nota cualitativa alguna. La significación de los
vocablos científicos es denotativa. Consta de un vocabulario inmóvil, sin posibilidad de traslado de su
significado.

Arbitrariedad
Consiste en la inexistencia de una relación de necesidad entre el significante y el significado. Va entre
comillas. Razones naturales.

Función lingüística
La función esencial de estos mensajes es la simbólica o referencial. La explicación de la continua y
abundante producción de términos y conceptos científicos se apoya en la función metalingüística, que
empleara la lengua para definirlos.

Formalización:
Este es un rasgo del que no todos los textos científicos participan. El lenguaje científico usa la misma
gramática que el lenguaje común, lleva a su extremo la univocidad del lenguaje en el caso de la
formalización del lenguaje de las matemáticas, donde se establece, por medio de las formulas un
intento de exactitud, en el que no se permite la ambigüedad.

La formalización científica, genera terminologías, con significado designativo, con una definición
explicita.

En esta terminología, las relaciones de los signos científicos son de exclusividad: epiglotis excluye a
todos los demás términos de la anatomía, mientras que en el lenguaje común hombre incluye a
mujer.

Adecuación y elegancia:
El rigor, la precisión y la coherencia de los elementos lingüísticos, no supone que los textos científicos
hayan de tener un estilo seco. El escritor de este tipo de textos debe tener la preocupación de que
sus mensajes posean la adecuación y el cuidado formal que exige la norma, para que estos no solo
estén animados por el deseo de comunicarse, sino por el dominio elegante de la redacción.
BIBLIOGRAFÍA. Tema 1:

https://www.inesem.es/revistadigital/idiomas/el-origen-del-lenguaje/

file:///C:/Users/HP/Downloads/Dialnet-ElOrigenDelLenguajeHumano-3868220.pdf

BIBLIOGRAFÍA. Tema 2:
https://www.uv.es/ferbaro/papers/lenguaje.pdf

https://www.marcoteorico.com/curso/11/fundamentos-de-investigacion/178/caracteristicas-del-
lenguaje-cientifico-(objetividad,-universalidad-y-verificabilidad)-

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