La Etica Civica
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La ética, la pobreza y los derechos humanos. (Gerardo Gonzales) La gran meta de la reflexión
ética es propiciar el logro de un mejor nivel de vida para el individuo y para la comunidad. No
obstante, existen problemas sociales que obstaculizan este objetivo, como la pobreza.
En nuestro país, los sectores más vulnerables a esta problemática social son:
➢ Los niños y adolescentes. Este sector afronta problemas que atentan contra sus derechos
y afectan su desarrollo: la mortalidad infantil y materna, la desnutrición, el trabajo infantil, la
deserción escolar, el abandono de los padres, las enfermedades, etc.
➢ Las mujeres. Si bien han alcanzado una progresiva autonomía en sus actividades y una
mayor participación en la vida pública, el mercado laboral sigue siendo inequitativo para
ellas. Además, en las zonas rurales tienen menor acceso a la educación que los varones.
➢ Los jóvenes. Más de la mitad de ellos trabaja en empleos poco estables y sin beneficios
sociales. Debido a la falta de oportunidades y al poco control del Estado, muchos jóvenes se
ven expuestos a condiciones de trabajo que ponen en riesgo su salud y su integridad física.
➢ Las comunidades indígenas. Aun cuando este grupo ha obtenido logros en la defensa de
sus derechos, las situaciones de desigualdad que subsisten y los afectan amenazan su
cultura, sus tierras y sus recursos.
La ética y la paz (Ederson Reyes)
El concepto de paz se entiende hoy como la situación en que los seres humanos tienen la
posibilidad de alcanzar su realización plena. En este sentido, una cultura de paz implica una forma
de convivencia y un sistema democrático que se caractericen por la búsqueda de justicia, el
respeto a la diferencia, el compromiso con la democracia, la superación de la pobreza y la
solidaridad entre los individuos de una sociedad.
Debido a la importancia que tiene para la convivencia democrática, la paz se ha convertido en una
exigencia ética para todas las personas y países del mundo.
La ética y la conciencia social. (Fabrizio Piundo)
El ser humano tiene una dimensión social que lo lleva a
interesarse por el bienestar de la comunidad en la que vive. A esa
preocupación se le llama conciencia social. Esta actitud no
nace con las personas, sino que se afianza a medida que esta se
va dando cuenta de que pertenecen a una sociedad y que los
problemas sociales afectan sus vidas y las de los demás.
Sin embargo, muchas personas carecen de conciencia social,
es decir se muestran indiferentes frente a lo que ocurre a su
alrededor o ante las necesidades ajenas. Quienes tienen esta actitud de pasividad social dejan que
otros asumen la iniciativa y tomen decisiones en su lugar. La pasividad o indiferencia social
constituye un serio obstáculo para el progreso de una sociedad, pues este objetivo solo se puede
lograr con la participación de todos sus integrantes.
La conciencia social es una actitud que no debe quedarse solo en buenas intenciones, sino que
tiene que llegar a manifestarse en acciones concretas, como un proyecto de asistencia social, el
compromiso con alguna causa de interés público, etc.
El compromiso social
La mejor manera de desarrollar la conciencia social es mediante el compromiso con el otro y con el
bienestar de la humanidad en general. Una persona que pone en práctica esta actitud es capaz de
superar la indiferencia y el individualismo para invertir su tiempo y sus capacidades en el bienestar
de sus semejantes y en el mejoramiento de su entorno. Las personas no tienen el mismo grado de
compromiso social. Existen las siguientes diferencias:
Bajo compromiso social Alto compromiso social
- Tienen poca esperanza en la superación de los
- Creen que los problemas sociales pueden ser
problemas sociales. superados
- Creen que el mundo empieza y termina en ellos
- Son capaces de ponerse en el lugar de los demás
mismos y entender
- Rechazan todo lo que sea diferente a ellos. su situación.
- Están abiertos a entender y valorar lo que es
distinto a ellos.