Revision La Verdadera Historia Del Mundo

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Seminario Teológico Presbiteriano

Rev. José Manuel Ibáñez Guzmán

Informe de lectura:
La verdadera historia del mundo – Craig
Bartholomew y Michael Goheen
David Vásquez Guerra
Valparaíso, 2019
Misión Urbana
Profesora: Rev. Carlos Muñoz
Síntesis: La verdadera historia del mundo

En La Verdadera Historia del Mundo, Craig Bartholomew y Michael Goheen


proporcionan una atractiva visión general de la línea argumental teológica de la Biblia.
Los autores sugieren que solo cuando leemos y nos apropiamos de la Biblia "como
nuestra historia", cuando la hacemos nuestro relato, es que la entendemos
completamente y permitimos que tenga autoridad sobre nosotros. Cuando entramos en
el relato de la Biblia, encontramos a Dios revelado allí y estamos llamados a participar
en su actividad continua. El relato bíblico, entonces, es fundamental para el
pensamiento y la vida cristiana. Los autores explicitan que este libro es su narración de
ese gran relato o drama bíblico. Ellos invitan al lector a hacerlo también su relato, a
encontrar su lugar en él y a vivir en él como el verdadero relato de nuestro mundo.

El libro busca que la gente pueda aprender a leer la Biblia como se supone que debe
ser leída: como la verdadera historia del mundo. Su objetivo es contar el relato bíblico
de la redención como una narración unificada y coherente de la continua obra de
redención de Dios en el mundo. Los autores consideran crucial el comprender la
primacía de la narrativa bíblica. La iglesia, la teología, la adoración, la formación
espiritual y la vida del creyente en el mundo están todas vinculadas al relato bíblico.

Es pues la Biblia una interpretación única de la historia universal, la historia de toda


la creación y la historia de la raza humana y por lo tanto, una interpretación única de la
persona humana como actor responsable en la historia.

Los autores hacen tres importantes énfasis en todo el libro: (1) recalcan el enfoque
comprensivo de la obra redentora de Dios; (2) enfatizan nuestro lugar en el relato
bíblico; (3) resaltan la centralidad de la misión dentro del relato bíblico.

Para los autores, la Biblia narra el relato de la trayectoria de Dios en un largo camino
de restauración. La Escritura es un drama que muestra de forma unificada y progresiva
la acción de Dios en la historia de la salvación del mundo entero. Es fundamentalmente
coherente. Así, cada parte de ella debe ser comprendida en el contexto de una línea
argumental.

Trabajando desde esta perspectiva, los autores examinan la narrativa de las


Escrituras como un solo relato. Sugieren dos temas generales a lo largo de la historia:
"Pacto" en el Antiguo Testamento y "el Reino de Dios" en el Nuevo Testamento. Estos
dos temas resumen efectivamente la actividad de Dios a lo largo de la historia humana.
Son formas de ver el relato bíblico para comprender los propósitos de Dios y permitir
que ellos nos hagan parte.

Bartholomew y Goheen se abren paso fluidamente a través de la Biblia como un gran


Drama con seis actos: creación, pecado, Israel, Jesús, misión y nueva creación.

Los autores definen el primer acto como “Dios establece el reino: La creación”.
Establecen que los primeros capítulos de la Biblia apuntan a tres grandes temas que se
desarrollarán en todo el relato bíblico: primero, Dios el Hacedor, el Señor Dios Creador;
segundo, lo que Dios hizo, traer todas las cosas a la existencia y establecer a lo creado,
al mundo material, como el mismo teatro de su gloria, el reino sobre el cual Él reina; y
tercero, la obra maestra de Dios, es decir la humanidad creada a su imagen.

El segundo acto es la “Rebelión en el reino: La caída”. Relatan como la humanidad


rechazó el camino del Creador al pecar. El pecado es la decisión de escoger nuestro
propio camino en vez del camino que Dios ha construido en la creación. Es convertirnos
en nuestros propios legisladores en vez de responder en obediencia al divino
Gobernante. El pecado es rebelión, traición de la criatura (es decir, de nosotros) en
contra de nuestro Creador.

Pero Dios no abandona al mundo así. Dios promete restaurarlo a lo que debía haber
sido. El tercer acto es “El Rey escoge a Israel: Redención iniciada”. La respuesta de
Dios al pecado desatado fue hacer un pueblo para sí. A través de Abraham y su
descendencia, el pueblo de Israel, Dios inicia el mover de su plan redentor. Israel es
llamado a encarnar los propósitos de Dios para la humanidad y gozar de las
bendiciones que fluyen al seguir el gobierno perfecto de Dios. Dios promete una tierra y
un rey para su pueblo. Él es fiel a su pueblo, dándoles la tierra que les ha prometido y
yendo delante de ellos para librarlos del enemigo. Pero la lealtad de Israel está dividida:
la nación tolera la adoración de ídolos. Al final del libro de Jueces, el pueblo escogido
de Dios ha caído tan bajo que es difícil distinguirlos de las naciones que les rodean.
Pero luego Dios actúa nuevamente en misericordia, dándole al pueblo un rey para
reavivar la devoción de Israel hacia Dios y permitiendo que la nación brille como un faro
en la oscuridad. Pero los reyes de Israel sucumben frecuentemente en su propia
pecaminosidad, guiando a su pueblo, no a la devoción a Dios sino a la rebelión por
medio de la tolerancia, y a veces la promoción, de la adoración a dioses falsos. Esto
continúa hasta el punto en que el testimonio de Israel acerca de la presencia del
Creador en su propio mundo ha sido virtualmente extinguido. Bajo juicio, Dios remueve
al pueblo de su hogar, enviándolos al exilio y corriendo prematuramente el telón durante
su actuación.

Al llegar al final del relato del Antiguo Testamento el pueblo de Israel vive en la tierra
en relativa paz bajo el dominio de los persas. Pero cuatrocientos años más tarde
comienza la historia del Nuevo Testamento, donde vemos a Israel en un mundo
diferente bajo el dominio brutal del Imperio romano. Esta nueva situación forma el
contexto del Nuevo Testamento. Los autores definen este el período intertestamentario
como un “Intermedio: El relato de un reino que espera su final”, un tiempo tensión
creciente, y de esperanza de Israel por la venida del reino a través de un Mesías
libertador, que traería el gobierno cósmico de Dios.

Así, la venida de Jesús y su historia acá en la tierra es el clímax del gran drama de la
Biblia, la verdadera historia del mundo entero. Es “La venida del Rey, la Redención
cumplida”. Jesús en su vida da conocer el reino de Dios: reveló el Reino mediante sus
obras poderosas, por medio del Espíritu Santo y la oración; estableció una nueva
comunidad que daba la bienvenida a pecadores y marginados; explicó el Reino
mediante sus enseñanzas y parábolas; enseñó la esencia del discipulado en su caminar
a la cruz. En su muerte, Jesús aseguró la victoria del Reino de Dios. En su
resurrección, Jesús inaugura el Reino de Dios.

Jesús conquistó al pecado en su muerte e inauguró una nueva era de salvación en


su resurrección. El banquete del rey está listo para ser disfrutado, pero no comienza
todavía. Primero debe invitarse a más pueblos a la mesa del banquete. Esto se
desarrolla entre la primera venida de Jesús y su retorno. Es la era de la gran reunión de
las naciones, la misión del Cristo exaltado, el Espíritu y la Iglesia. Y es justo aquí donde
la historia continúa hoy en día en nuestras vidas, “Difundiendo la noticia del Rey: La
misión de la iglesia”. Los autores nos invitan a vivir hoy en el relato de Dios, llevando
su Reino a todo el mundo.
Cuando Dios se propuso redimir a la creación del pecado y de los efectos que causó
en ella, su propósito final era que aquello que una vez fue creado bueno fuera
completamente restaurado; en tal sentido, todo el cosmos debería volver a vivir y
prosperar bajo el dominio de su legítimo Rey. La redención es completada con el
retorno del Rey. La Biblia narra la historia de la acción progresiva de Dios hacia la
restauración cósmica final. La conclusión de la historia de restauración y renovación de
la buena creación de Dios es una nueva creación, en la restauración de todas las
cosas. El relato de Dios continuará durante toda la eternidad.
Crítica
Considero que el libro cumple plenamente su objetivo: incentivar a los cristianos a
ver la Escritura como una sola Gran Narrativa, y que esa narrativa de la historia de la
redención es efectivamente la Historia del Mundo, aquella a través de la cual debemos
mirar y evaluar nuestro pasado, presente y futuro. Su trabajo es tanto una introducción,
un comentario y una teología: este estudio proporciona una introducción a la Biblia y un
comentario sobre pasajes importantes, pero es también una reflexión teológica.

El desafío a transformar el relato Bíblico en nuestro relato, es un desafío


relevante para nuestra realidad. Todo lo que es la iglesia halla su identidad en el rol
que juega en el relato bíblico; la teología profundiza nuestra comprensión de dicho
relato; la adoración ilustra y representa este relato; la formación espiritual equipa a la
iglesia para encarnar este relato; y la vida del creyente en el mundo, incluyendo todos
sus actos públicos, es un testimonio de la veracidad de este relato.

Así, los autores enfatizan nuestro lugar en el relato bíblico. Su reflexión nos invita a
dimensionar cómo el relato aún está en curso, haciendo un llamado a participar en la
gran narrativa de Dios. Es entonces un desafío a la acción, a unirnos a la misión de
Dios haciéndonos parte de ese gran relato.

Es ese relato nuestra respuesta ante una sociedad llena de preguntas. Si la iglesia
cristiana debe ser fiel en medio de relatos competitivos, esta pregunta debe ser
contestada firmemente en términos de la narrativa bíblica: La Biblia nos cuenta la
verdadera historia del mundo. Ella es la respuesta, su relato es la respuesta a esas
narrativas que compiten, su lente es el verdadero prisma a través del que ver el mundo
y la historia

“La verdadera historia del mundo” es entonces una vívida introducción a la idea de
leer la Biblia como el coherente relato de los propósitos de Dios para el mundo. No solo
ayudará a nuevos creyentes, sino que también permitirá al cristianos más maduros
distinguir los temas centrales de las Escrituras.

Considero que la sección de implicaciones prácticas en cada capítulo está muy bien
ubicada y es muy necesaria. Es un desafío transformar estas ideas en prácticas. Es un
desafío desaprender lo aprendido para comenzar a mirar la historia como la Historia
Bíblica. Estos segmentos ayudan en gran manera

Este breve tratado es inmensamente relevante para la iglesia contemporánea. Su


breve extensión y su lenguaje sencillo lo hace un texto muy accesible y de lectura
rápida. Este es un texto provechoso para los estudiantes de las Escrituras, y un recurso
muy útil para pastores y maestros que buscan asistencia al desarrollar una
presentación convincente de la narrativa bíblica como un todo.

Bibliografía
Bartholomew, C. G., & Goheen, M. (2017). La verdadera historia del mundo: Nuestro lugar en el drama
bíblico. Bellingham, WA: Lexham Press.

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