Ensenar Canciones A Los Mas Pequenos Akoschky
Ensenar Canciones A Los Mas Pequenos Akoschky
Ensenar Canciones A Los Mas Pequenos Akoschky
LA MÚSICA
Al igual que la plástica, la literatura, la danza y el teatro, la música es uno de los
lenguajes artístico-expresivos que pueden ser parte constitutiva de un proyecto educativo.
No obstante, uno de sus desafíos es la adecuación de los mismos a las posibilidades e
intereses de los niños – en particular si se trata de los más pequeños -, a las definiciones
institucionales y sus planes, y a la capacidad de los agentes transmisores, en este caso y
fundamentalmente, los maestros.
EL CANCIONERO INFANTIL
Hagamos un recorrido por la canción para niños, pequeña forma musical constituida
por el ritmo, la melodía y el texto. Estos elementos interactúan y determinan la estructura
y el carácter de cada canción; luego la interpretación jerarquiza estos componentes que se
suman a la hora “expresar” su contenido, que no es sólo el que deviene del significado del
texto. La velocidad, la intensidad y la tesitura del canto agregarán aspectos expresivos
fundamentales para la música.
Es frecuente encontrar en publicaciones que abordan el desarrollo musical de los
más pequeños reseñas muy pormenorizadas de cómo se construye la capacidad del canto
infantil y sus diversas etapas. (Ver bibliografía comentada). En cambio, el análisis formal y
sintáctico del cancionero infantil, sus características estructurales y la correspondencia
entre el texto, el ritmo y la melodía son datos más retaceados, aún en valiosas
recopilaciones. Esta actividad de análisis proporciona no pocas sorpresas, tanto en el
repertorio que la tradición nos ha legado, como en la profusa producción de cancioneros de
autor, de diverso origen y de calidad dispar. Justamente el análisis permite con mayor
certeza detectar esos diferentes niveles de calidad, tanto en el aspecto musical como en el
literario.(1) En el amplísimo repertorio de canciones tradicionales que hemos heredado y
que es posible encontrar en buenas recopilaciones se encuentran ejemplos muy variados,
de excelente factura formal: Tal el caso de canciones tradicionales como “Tengo, tengo,
tengo”, “Arrorró mi niño”, “En coche va una niña”, “Juguemos en el bosque”…y la lista
continúa. Este buen nivel también se encuentra en muchos cancioneros de autor cuyo
listado excede la extensión de este artículo.
LA ENSEÑANZA DE CANCIONES
Si bien sostenemos el concepto de que las canciones “se enseñan”, nos inclinamos
más por la perspectiva de “cantarle a los más pequeños” ya que introduce con más fuerza la
necesidad de “transmitir y compartir” involucrando comunicación, vínculo y estímulo. Pero
para que esto suceda serán condiciones necesarias:
--Un maestro con confianza en sus posibilidades vocales, con entusiasmo y convicción,
orientado con ideas y recursos para encontrar en el canto de canciones el lenguaje
expresivo que atrae y emociona.
-- La creación de un vínculo con los niños a través de la canción: con la mirada, con algún
movimiento corporal (durante “la cambiada” con los bebés, en el arrullo para hacer dormir,
en el hamacar para tranquilizar, etc.); hay juegos cantados que incluyen ese contacto del
adulto con el niño: las caricias, las cosquillas, el bamboleo con las piernas, los juegos de
manos, etc. A las canciones elegidas se suma ese contacto físico que otorga calidez y
emoción.
--La elección del momento de la jornada y del lugar adecuado creando “escenarios” y el
tiempo de prepararlos y utilizarlos: el “techito” para protegernos de la lluvia cuando
“Llueve”, un “caminito” por donde pasará “el burrito Pepe con su carguita”, el corral que
delimita el espacio de “La gallina y sus pollitos”, la laguna para “Todos los patitos”… etc.
--La selección del repertorio, no sometido a las rutinas (de guardar, de formar fila, de
sentarse en el piso) (3) eligiendo canciones de calidad de diverso estilo y origen, de nuestra
tradición y de otros países, sumando el creciente cancionero de autor.
--La repetición necesaria e imprescindible, que puede estar reforzada con la escucha de
grabaciones oportunas, igualmente seleccionadas y evaluadas. Un gran número de autores
ha decidido grabar sus producciones por lo cual se cuenta hoy con una amplia discografía,
que puede ser consultada. (Ver sitio Momusi).
-Abrir el espacio de “cantarle a los niños” invitando a otros docentes, y también a padres y
familiares que pueden aportar sus propios repertorios, pertenecientes en ocasiones a
diferentes comunidades. El espectro cultural se verá enriquecido con estos aportes,
incrementando la comunicación y el acercamiento de la familia a la escuela.
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(1) Akoschky, J. y otros: En “Artes y Escuela” (Edit. Paidós, 1998) su artículo “Música
en la escuela: un tema a varias voces” (Pag. 173 a 208).
(2) Desde hace varios años y en cursos de capacitación para docentes de música del
Nivel Inicial, hemos encarado y organizado esta tarea de análisis de la canción
infantil, tradicional y de autor, y de recopilación de cancioneros existentes y de
otros que en los últimos tiempos han dejado de publicarse. Esta tarea se suma a la
tan necesaria selección del cancionero que destinamos a los niños, en particular a
los más pequeños
(3) Akoschky, J.: En la revista “Trayectos” No. 7 (2006) su artículo “La canción y el
canto en el Nivel Inicial. (pag. 12 a 17).
...”sería útil que el maestro desterrara de su mente el prejuicio de que la poesía es útil,
aplicable o alusiva a temas escolares. La poesía no alude más que a sí misma: sopla donde
quiere y es preferible que no forme parte del temario sino del recreo, que se integre más
en el juego que en la instrucción. (María Elena Walsh, 1964)