12 Mayo Fisica 021

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Clase de 12 MAYO 021 Física:

Tema: LA TEORIA DEL BIG BANG. ¿FICCION O REALIDAD?

Objetivo: Identificaras algunos aspectos sobre la evolución del universo.

DESARROLLO:

Aunque parezca increíble, del vacío pudo emerger el cosmos, que


quizá no nació tras una gran explosión. Puede que en ese momento,
hace 13.800 millones de años, lo que experimentara fuera un gran
rebote tras un periodo de contracción. Desde entonces no deja de
expandirse, hasta que termine sus días de forma aburrida y con el
tiempo congelado. 

La idea generalizada de que el universo comenzó hace 13.800


millones de años se extrae de la teoría de la Relatividad General de
Einstein, que describe exquisitamente bien la inmensa mayoría de los
fenómenos observados y es la que usamos para estudiar la estructura
y evolución del cosmos. El problema es que no tiene validez en los
instantes cercanos al Big Bang, ya que no incorpora los efectos
cuánticos, y pensamos que estos desempeñaron un papel esencial en
aquellos momentos.

Si queremos entender cómo se originó el universo o, mejor, si tuvo un


origen, no tenemos más remedio que incorporar esos efectos
cuánticos a la teoría de Einstein, en lo que se conoce como una teoría
cuántica de la gravedad. Los cosmólogos llevan mucho tiempo
intentándolo.

¿Entonces el universo no nació hace unos 13.800 millones de


años como nos han dicho?
No estamos seguros de eso. De la misma manera que podemos
calcular donde estaba la Luna en un instante pasado conociendo su
posición y velocidad actual, la relatividad general nos permite conocer
la evolución pasada del universo a partir de las observaciones del
presente, viendo la materia y radiación que contiene y la forma en la
que se expande. La respuesta es que la expansión cósmica debió
originarse en aquel instante, que solemos llamar el Big Bang. Pero
insisto, esto no quiere decir que el cosmos se originase en aquel
instante.

¿Cuáles son las otras alternativas, qué hubo antes del Big Bang?

Hay diferentes teorías, pero realmente ninguna aceptada. Algunas


plantean que, efectivamente, el universo se originó en el Big Bang,
como la llamada ‘propuesta de no-frontera’ de Stephen Hawking y
James Hartle, que es una versión cuántica del Big Bang de la
relatividad general, donde el universo surge de la nada. Yo
particularmente no soy un gran fan de esas ideas.

Otro ejemplo es el de la teoría cuántica de lazos que, por el contrario,


sugiere que el Big Bang fue un gran rebote, donde el universo dejó de
contraerse y comenzó a expandirse, lo que implicaría que entonces no
se originó en ese instante. Otra idea es que el cosmos no nació en el
Big Bang, pero sí el concepto de tiempo. Las propuestas sobre la
mesa son fascinantes. Aquí el ser humano tiene un reto intelectual
enorme, y daría lo que fuera por conocer la respuesta durante mi
tiempo de vida.

En cualquier caso, ¿del vacío puede surgir algo?


Por mucho que sorprenda, la respuesta es que sí. La razón por la que
nos parece imposible es debido a la imagen idealizada que tenemos
del concepto de vacío, que asociamos al concepto de la ‘nada’, pero
no es lo mismo. La nada como tal no existe en la naturaleza. Sin
embargo, el vacío se define como el estado de mínima energía que
puede alcanzar un sistema, y esto no implica que deba ser igual a
cero, ni que no haya nada dentro.

La física cuántica nos enseña que el vacío tiene estructura interna, y


como consecuencia se puede interaccionar con él. Por ejemplo, al
inyectar energía en el vacío se pueden crear pares de partículas
espontáneamente. De hecho es lo que ocurrió en el universo temprano
como consecuencia de la expansión cósmica, y es el origen de las
estructuras que observamos a en el universo, incluyéndonos a
nosotros mismos.
Tras el Big Bang, en menos que la trillonésima parte de un
segundo se produce la inflación cósmica, una expansión colosal
y ultrarrápida del universo. ¿Esto se puede demostrar con
experimentos?
Pensamos que sí, pues de otra manera la inflación no podría ser
considerada como una teoría científica, pero no es sencillo, pues fue
un fenómeno que ocurrió en el pasado remoto. De la misma forma que
estudiamos la vida de nuestros antepasados prehistóricos a través de
sus restos, los cosmólogos intentan recolectar el equivalente a las
pinturas rupestres que la inflación dejó en el cosmos: el fondo cósmico
de microondas, cuya temperatura y polarización se pueden analizar.

Las futuras observaciones sobre la polarización nos ayudarán en esta


tarea. Además, la teoría de la inflación es lo suficientemente maleable
como para adaptarse a lo que podamos observar, y por ello muchos
científicos piensan que no es refutable. La recopilación de suficientes
datos acabará por convencernos sobre la idoneidad o no de la
inflación para describir el origen de las estructuras cósmicas. 

¿Cómo se expandió luego el universo sobre la nada, si has dicho


que no existe?
No hay duda de que el universo se expande, pero para hacerse una
imagen intuitiva es necesario entender primero qué se quiere decir con
expansión. La teoría de Einstein nos dice que significa que el propio
espacio está creciendo y arrastrando con él a las galaxias, alejándolas
unas de otras.

Algo similar ocurre con las semillas espaciadas en la masa de un pan,


que se alejan unas de otras cuando se cuece: las semillas no se
separan entre sí porque se desplacen a través de la masa, sino
porque se mueven con ella al crecer. El problema es que nuestra
intuición tiende a ver esta expansión desde ‘fuera’, imaginándose al
universo creciendo dentro de un contenedor que lo alberga, pero eso
no tiene sentido.

La expansión cósmica solo tiene sentido verla desde ‘dentro’. El


universo, por definición, es todo lo que existe, de modo que, sea finito
o infinito, no puede estar metido dentro de nada, aunque a nuestra
mente le sea muy difícil crearse una imagen de esto.

Uno de los primeros académicos en proponer la expansión del


universo y esbozar lo que sería el Big Bang fue el sacerdote,
matemático y astrofísico Georges Lemaître. ¿Se puede creer en
Dios y seguir el método científico?

Creo que sí, y Lemaître fue un claro ejemplo. Ciencia y religión son
aspectos tan diferentes del pensamiento humano, que no deben entrar
en competición. La religión, en particular la católica, se basa en el
axioma de la fe, el cual implica la creencia absoluta en un ser divino, y
no contempla la posibilidad de probar o refutar su existencia. Por
tanto, sus principios son distintos a los de la ciencia, pero no se tienen
que quitar espacio una a la otra.

Otro tema diferente es que individuos concretos tiendan a mezclar


argumentos científicos y religiosos, tratando justificar los unos a partir
de los otros. Eso es un error, como decía Lemaître, quien sostuvo que
ciencia y religión son dos aspectos complementarios que han de
explorarse por separado.

¿En qué punto de comprensión del universo estamos hoy?


Actualmente entendemos con precisión la historia del universo durante
los últimos 13.800 millones de años: cómo se formaron los núcleos
atómicos, más tarde los átomos y cómo estos han evolucionado para
formar estrellas y galaxias. Este conocimiento es uno de los mayores
hitos de la humanidad, que no debería dejar a nadie indiferente. Pero
al mismo tiempo, aún desconocemos muchas cosas.

La materia y la energía oscura, que juntas componen el 95% del


contenido energético del universo actual, son un gran misterio, y es
probable que su entendimiento nos depare una revolución científica.
Sabemos muy poco sobre qué fue ese instante que llamamos Big
Bang y no estamos seguros si el universo tuvo una fase inflacionaria, o
lo que ocurrió fue algo diferente. Son los grandes desafíos de la
cosmología actual.
¿Cómo será el futuro del universo?

Todo indica que será aburrido y monótono. Más concretamente,


parece que el cosmos continuará expandiéndose por siempre, incluso
cada vez más rápido. Las estrellas terminarán agotando su
combustible, explotando o dejando fríos remanentes, muchos de los
cuales acabarán cayendo dentro de agujeros negros, los cuales a su
vez terminarán evaporándose, transformando la materia que han
engullido en radiación, debido al llamado

efecto Hawking. La expansión enfriará esa radiación, y el universo se


irá apagando poco a poco, hasta que cese toda actividad.

Una vez que nada interesante pueda ocurrir en el cosmos, podemos


decir que el tiempo físico, medido a través de los cambios en la
materia o en la gravedad, se detiene. En este sentido, el tiempo
terminaría congelándose.

¿No existe alguna otra posibilidad?


Bueno, eso lo que ocurrirá si la energía oscura, que es la causante de
que el cosmos se expanda cada vez más rápido, continúa actuando tal
y como lo hace ahora. Pero puesto que no sabemos con certeza qué
es esta energía oscura, no podemos descartar otras posibilidades,
como por ejemplo que su efecto cese o cambie en el futuro, que la
expansión del universo se frene, hasta incluso hacer que este vuelva a
contraerse. Todo parece indicar que esto no será así, pero tenemos
que entender mejor el misterio de la energía oscura para estar
seguros. 

Cierre:

Realiza un tríptico respecto a las teorías del Big – Bang.

Muéstralo y comenta con tus compañeros.

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