Resumen Righi
Resumen Righi
Resumen Righi
El derecho penal es una parte del orden jurídico, cuya especificidad está determinada por su
objeto, es decir por los comportamientos criminales y las consecuencias jurídicas que están
previstas para ellos.
Desde un punto de vista formal, resulta “criminal” toda conducta conminada con pena. Por ello es
que se ha procurado formular el concepto de “comportamiento criminal” desde puntos de vista
materiales, es decir, exponiendo los fundamentos por los que una determinada acción resulta
punible.
Es tradicional presentar al delito como una conducta que contradice reglas ético-sociales
fundamentales que afectan la convivencia humana en la comunidad.
Sin embargo, estas remisiones a la ética social ofrecen más posibilidades a la política criminal que
al derecho penal (si bien permiten formular criticas al orden juicio vigente no expresan
necesariamente las cualidades esenciales de los hechos punibles).
Por otra parte, no toda acción ética socialmente disvaliosa debe ser incorporada al código penal
(por ej. Interrumpir voluntariamente un embarazo art. 88 CP, realizar un adulterio art. 118 CP,
publicar un objeto obsceno art. 128 CP, o librar un cheque sin provisión de fondos art. 302 inc. 1
CP pueden ser objetables desde perspectivas éticas). Es que la determinación de las citadas reglas
éticas en la sociedad no resulta sencilla, con lo que corre el riesgo de referir el derecho penal a
supuestos términos medios de opinión, y por consiguiente adjudicarle una función meramente
conservadora, mutilando sus posibilidades de gravitar sobre el orden social.
La doctrina dominante distingue entre bien jurídico y objeto material, que si bien pueden coincidir
suelen ser conceptos distintos. En el supuesto del art. 162 del código penal el objeto de la acción
es la cosa mueble, mientras el bien jurídico es la tenencia de que se ve privada la víctima. Pero
aunque se admita que la misión del derecho penal sea tutelar bienes jurídicos, resulta evidente
que esa protección no es absoluta, pues existen hipótesis de lesión a los mismos que no sean
punibles. Así, la protección al derecho de propiedad (Titulo VI, libro segundo, CP) es solo parcial
pues allí solo se incriminan los supuestos más graves de afectación de ese bien jurídico, existiendo
otros que como numerosos casos de incumplimiento contractual, solo general consecuencias
civiles para el infractor.
Concebir al derecho penal como la última ratio de la política estatal destinada a prevenir los
comportamientos delictivos, permite deducir sus límites
o El primer límite es la justicia, y por ello el Estado debe renunciar a imponer penas injustas
aun cuando existan fundamentos de utilidad social.
o Pero además la pena debe ser eficaz y en consecuencia es aconsejable no aplicarla,
aunque el delincuente la merezca, si al hacerlo se obtiene un efecto social
contraproducente.
El principal medio de que dispone el Estado como reacción frente al delito es la pena, una
restricción de derechos del responsable por efecto de una decisión impuesta en forma coactiva
por los órganos competentes de control social.
Pero las necesidades de la política criminal no son resueltas totalmente con las penas y por ello el
orden jurídico prevé además las llamas de seguridad, destinadas a eliminar o paliar situaciones a
cuyo respecto el uso de penas no resulta punible.
El denominado sistema de reacciones penales se integra así con dos clases de instrumentos: penas
y medidas de seguridad. En consecuencia debemos hacernos cargo de los puntos de vista
retributivos y preventivos que se ofrecen para explicar estos remedios includios en la legislación
penal
Es la teoría de la justa retribución desarrollada por Kant y Hegel, cuya fundamentación de la pena
publica, fue la base que permitió la sistematización de la teoría del delito elaborada a partir de la
teoría de las normas de binding (conserva vigencia como consecuencia de la inexistencia de
alternativas consolidadas)
Teorías relativas:
-Prevención general
La llamada prevención general positiva considera que la meta del derecho penal no es la
intimidación, sino afirmar y asegurar las normas básicas que en cada sociedad se consideran
indispensables.
-Prevención especial
Difiriendo de las teorías preventivo generales, Aquí la amenaza se dirige al propio autor, a quien se
anuncia que si reincide sufrirá nuevamente la pena, esto es la prevención especial negativa.
La prevención especial positiva procura evitar la reincidencia intentando conjurar las causas que
gravitaron sobre el autor, a quien se procurara adaptar mediante tratamientos de resocialización.
Teorías de la unión
La polémica entre teorías absolutas y relativas de la pena evidencia que existe más de un fin de la
pena, pues ninguna de las concepciones agota el fundamento para su aplicación. De allí se derivan
teorías de la unión, de perspectivas eclécticas, que procuran articular una síntesis entre las
doctrinas en pugna. Estos puntos de vista, que se concretan en teorías pluridimensionales de la
pena, suponen una suerte de combinación de fines preventivos y retributivos, intentando
configurar un sistema que recoja los efectos más positivos de cada una de las concepciones
analizadas.
Seguridad Jurídica
Humanidad
Culpabilidad
Subsidiariedad
Racionalidad
Desde 1922 en adelante se han promovido numerosos proyectos de reforma, la mayoría de los
cuales reconoce influencia preventiva especial.
El derecho penal objetivo es el conjunto de normas que integran el sistema penal, que está
formado por todas las leyes que establecen delitos, penas, medidas de seguridad y las diversas
formas de responsabilidad criminal.
Dentro del llamado “derecho penal objetivo” cabe distinguir las normas sustantivas (de derecho
penal) de las adjetivas (de derecho procesal penal).
La teoría de la ley penal contiene el estudio de sus características, su relación con el resto del
orden jurídico, y muy particularmente sus principios específicos, es decir lo que distingue a las
normas penales de las que pertenecen a otras ramas del derecho.
Pese a sus particulares, las normas penales tienen una estructura similar a las demás; se
componen de un presupuesto (descripción de una conducta) y una consecuencia que está prevista
para la hipótesis de que el presupuesto se cumpla.
Si observamos el art. 79 del Cod. Penal, que castiga el homicidio, veremos que dice “al que matare
a otro” (presupuesto); “se aplicara reclusión o prisión de ocho a veinticinco años” (consecuencia).
(El presupuesto es un delito y la consecuencia es una pena).
La medida de seguridad también está condicionada con presupuestos: Debe haberse cometido un
acto que genera responsabilidad penal (por ej. Un homicidio), su autor debe ser un sujeto a quien
no corresponde imponer una pena (por ej. Enfermos mentales, menores de edad), pero es
conveniente por razones de seguridad que soporte una restricción de sus derechos (por ej.
Internación manicomial, establecimiento para menores infractores).
Constitucio
n Nacional
Tratados
internacionales
Leyes Nacionales
Decretos presidenciales
Sentencias judiciales
El derecho penal (como también el derecho civil, comercial, administrativo, etc), de conformidad
con lo expuesto se encuentra en segundo rango en el ordenamiento jurídico.
Principio de legalidad (nulla poena sine Legem, nulla poena sine crimine, nullum crimen sine poena
legali) (18 CN). La ley es la fuente exclusiva del derecho penal, siendo su primordial función, fijar
límites al poder punitivo estatal. Por consiguiente, ningún hecho puede ser castigado, si su
punibilidad no está fijada en la ley antes que la conducta haya sido efectivamente realizada, más
allá del reproche que merezca o el perjuicio causado a la sociedad.
Principio de reserva (19 CN). Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan
la moral ni afecten a terceros, quedan exentos de la responsabilidad de los magistrados, y
sometidas al juicio de dios.
La ley, como acto de potestad estatal, no tiene una validez universal y permanente; su ámbito de
vigencia queda circunscripto en espacio y tiempo a la voluntad que lo anima.
La regla general: irretroactividad. Pero hay excepciones, en aquellos casos en que la ley posterior
al hecho resulte más benigna para el acusado.
ARTICULO 2º.- Si la ley vigente al tiempo de cometerse el delito fuere distinta de la que exista al
pronunciarse el fallo o en el tiempo intermedio, se aplicará siempre la más benigna.
Si durante la condena se dictare una ley más benigna, la pena se limitará a la establecida por esa
ley. En todos los casos del presente artículo, los efectos de la nueva ley se operarán de pleno
derecho.