Los Cantos Del Ordinario de La Misa

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Los cantos del Ordinario de la Misa

El Ordinario está compuesto por textos que se repetían en todas las misas. Los textos se
mantenían invariables. Todos los textos son en latín, excepto el Kyrie eleison, que está en
griego.

El Kyrie eleison consiste en la repetición de las palabras Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie
eleison (Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad). En la forma tridentina, cada
parte se repite tres veces, y en misales incluso más antiguos se encuentra Kyrie eleison imas
(Señor, ten piedad de nosotros). Se distingue el Kyrie por ser el único canto escrito en griego y
no en latín. Frecuentemente se canta en un estilo melismático.

El Gloria canta la Gran Doxología. Ambos son largos, y el texto frecuentemente se alterna entre
partes del coro o entre el coro y la congregación.

Credo. Compuesto a partir del siglo vii. Su textura es monofónica. Lo canta un solista (oficiante
de la ceremonia) y un coro de voces masculinas sin acompañamiento instrumental. El oficiante
entona la primera frase Credo in unum Deum (Creo en un solo Dios), y el coro continúa desde
Patrem omnipotente (Padre Omnipotente) hasta el final del Credo. En cuando a los aspectos
melódicos, tiene un ámbito estrecho, no tiene saltos melódicos y su estilo es silábico. Tiene un
ritmo libre, determinado por la palabra y es una composición modal. En el Liber Usualis, como
todas las composiciones gregorianas, la pieza está escrita en notación cuadrada sobre
tetragrama.

Sanctus y Benedictus

Agnus Dei

Ite, missa est

Diferencias entre el Ordinario y el Propio de la misa

La diferencia básica entre el Ordinario y el Propio está en la letra. Los cantos del Ordinario
siempre tienen la misma letra, mientras que en los cantos del Propio la letra varía y también
puede cambiar la música. Todo esto depende de la fiesta que se celebre y del calendario
litúrgico. A partir del siglo x, se realizaron reformas sobre el repertorio del canto gregoriano,
tanto cambios que aparecieron de forma espontánea como cambios o ajustes que se
realizaron de una forma totalmente dirigida. Pueden encontrarse tres manifestaciones: el
tropo, la sequentia y el drama litúrgico.

Clases de tropos

Solo se añade melodía: en medio del texto se introduce un melisma y, por lo tanto, puede
modificar la melodía antigua.

Solo se añade el texto: pasa de un canto melismático a otro silábico, pues se le añade el texto
(tropo) en el melisma.

Se añade texto y melodía: se añaden pequeñas cuñas de composiciones nuevas a


composiciones antiguas.
La secuencia es un tipo especial de tropo. Es un tropo del Alleluia (muy melismático) que, con
el tiempo, se independiza de la pieza original. Se hicieron independientes, sobre todo, por
tener texto y música completa. El drama litúrgico son pequeñas obras de teatro que se realizan
en la Iglesia.

Los cantos del Oficio Divino

El Oficio Divino (también conocido como Liturgia de las Horas) es la oración litúrgica cotidiana
que han de cantar los cristianos, sean religiosos o laicos. En los monasterios y conventos, los
monjes y monjas hacen una pausa en sus labores y se reúnen a determinadas horas del día
(horas canónicas) para hacer su oración. Estas oraciones se cantan durante tiempos largos,
especialmente los himnos al empezar, los antifonarios usados para los salmos, los salmos
mismos y para los antifonarios Marianos. Estos son cuatro canciones (Alma Redemptoris
Mater, Ave Regina Caelorum, Regina Caeli y Salve Regina), que vienen del siglo xi y son más
complejos que la mayoría de los antifonarios de los salmos.

Maitines: plegaria de vigilia.

Laudes: plegaria de la mañana.

Prima: seis de la mañana (la Prima fue suprimida por el Concilio Vaticano II en la Constitución
Sacrosanctum Concilium para la Liturgia).

Tercia: nueve de la mañana.

Sexta: doce del mediodía.

Nona: tres de la tarde.

Vísperas: seis de la tarde.

Completas: antes de ir al descanso.

Repertorio

El repertorio de cantos para el oficio divino consta de:

El canto de los salmos

Simples recitativos (cantillatio) de lecturas y oraciones

Antífonas de invitatorio

Himnos

Antífonas cantadas antes y después de los salmos

Responsorios

Te Deum

Cantos del Antiguo y del Nuevo Testamento (Benedictus, Magníficat, Nunc dimittis).
Influencia

Antifonario con canto gregoriano

El canto gregoriano tuvo gran impacto sobre el desarrollo de la música occidental,


especialmente en la música medieval y del Renacimiento. El pentagrama moderno procede
directamente de las neumas gregorianas. La notación musical que fue creada por Guido de
Arezzo para el canto llano se adaptó para otros tipos de música, y los grupos de neumas se
designaron para representar ritmos musicales. Las notas modernas ya remplazaban a los
neumas en los siglos XV y XVI, aunque los libros de música sacra conservan los neumas hasta
hoy en día.

Véase también

Canto ambrosiano

Canto beneventano

Canto galicano

Canto mozárabe

Canto romano antiguo

Mantra

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