Amparo II

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

SUSCITADA ENTRE EL PRIMER Y NOVENO


TRIBUNALES COLEGIADOS EN MATERIA
CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

MINISTRO PONENTE: JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ


SECRETARIA: MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

México, Distrito Federal. La Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, en la sesión correspondiente al día diez de
agosto de dos mil once emite la siguiente:

RESOLUCIÓN

Mediante la que se resuelve la contradicción de tesis 370/2010


sustentada entre el Primer y Noveno Tribunales Colegiados en Materia
Civil del Primer Circuito, cuyo probable tema corresponde a la
procedencia del incidente de falta de personalidad promovido en un
juicio de amparo directo, esto es, si dicha incidencia debe admitirse, o
no, habiéndose reconocido la personalidad del promovente en el auto
admisorio en los términos del artículo 13 de la Ley de Amparo, de
acuerdo a lo que será materia de estudio en el incidente respectivo.

I. ANTECEDENTES

I.1. Denuncia. Mediante escrito presentado el veintiuno de


octubre de dos mil diez en la Oficina de Certificación Judicial y
Correspondencia de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, el
apoderado legal de **********, ********** (tercera perjudicada en el juicio
de amparo directo 735/2006 del índice del Primer Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Primer Circuito y a quien en adelante se le
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identificará como **********) denunció la existencia de una posible


contradicción suscitada entre el criterio sustentado por dicho tribunal al
resolver el recurso de reclamación 16/2006, y el emitido por el Noveno
Tribunal Colegiado del Primer Circuito, al resolver el recurso de
reclamación 15/2005.

I.2. Trámite de la denuncia. Mediante acuerdo de veinticinco de


octubre de dos mil diez, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación admitió a trámite la denuncia de contradicción, ordenó su
registro bajo el número 370/2010 y dio vista al Procurador General de
la República para que dentro del plazo de treinta días, en caso de
estimarlo conveniente, formulara su opinión sobre el tema.

I.3. Integración y turno del asunto. Por acuerdo de tres de


noviembre de dos mil diez, se tuvo por integrada la presente
contradicción de tesis, y se ordenó turnar el asunto al Ministro Juan N.
Silva Meza para formular el proyecto correspondiente.

Por oficio DGC/DCC/1240/2010, recibido el diez de diciembre de


dos mil diez, ante la Oficina de Certificación Judicial y Correspondencia
de esta Suprema Corte de Justicia, el Agente del Ministerio Público de
la Federación emitió la opinión concerniente al presente asunto, en la
que sostiene la improcedencia de la contradicción de tesis, en virtud de
que esta Primera Sala del Máximo Tribunal en la diversa contradicción
de tesis 35/20081 ya emitió decisión sobre el punto contradictorio.

En auto de siete de enero de dos mil once, ante la designación


del Ministro Juan N. Silva Meza, como presidente de la Suprema Corte

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Tesis de jurisprudencia 1ª/J. 42/2008, emitida por la Primera Sala de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, en el
Tomo XXVIII, en la página 258, del rubro: “INCIDENTE DE FALTA DE PERSONALIDAD EN EL
JUICIO DE AMPARO. AL SER DE PREVIO Y ESPECIAL PRONUNCIAMIENTO, DEBE
ADMITIRSE Y RESOLVERSE CONFORME A LA SEGUNDA REGLA PREVISTA EN EL
ARTÍCULO 35 DE LA LEY DE AMPARO”.

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de Justicia de la Nación, con fundamento en el artículo 25, fracciones I


y II de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se ordenó
el returno del presente asunto a la ponencia del Ministro José Ramón
Cossío Díaz, a fin de formular el proyecto de resolución que
corresponda.

II. COMPETENCIA Y LEGITIMACIÓN

Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


es competente para conocer de esta denuncia de contradicción de
tesis, conforme lo dispuesto en los artículos 107, fracción XIII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 197-A, de la
Ley de Amparo y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, así como con los puntos Sexto y Octavo del
Acuerdo 5/2001, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia, en tanto
que los asuntos de los que deriva el punto de contradicción son del
orden civil, materia de la exclusiva competencia de esta Sala.

La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte legítima,


conforme lo previsto por los artículos 107, fracción XIII, primer párrafo
constitucional y 197-A, párrafo primero de la Ley de Amparo pues, en el
caso, fue denunciada por el apoderado legal de la tercera perjudicada
**********, dentro del recurso de revisión 16/2006, radicado en el Primer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, por lo que
formalmente se actualiza el supuesto de legitimación dispuesto en los
referidos preceptos.

III. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

III.1. Posturas contendientes. Con la finalidad de establecer y


determinar si existe o no la contradicción de tesis denunciada, se
estima conveniente analizar las consideraciones y argumentaciones en
que los tribunales colegiados contendientes basaron sus resoluciones.

A) Criterio del Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del


Primer Circuito. Éste se advierte en el recurso de reclamación
16/2006 interpuesto contra el auto emitido por el Presidente de dicho
tribunal, mediante el cual admitió a trámite el incidente de falta de
personalidad del representante legal de la quejosa, cuyos antecedentes
son los que enseguida se relacionan.

El apoderado legal de *********, tercero perjudicado en el juicio de


amparo directo civil 735/2006, promovió incidente de falta de
personalidad del apoderado de la quejosa, mismo que fue admitido a
trámite por el Tribunal Colegiado antes citado. No conforme con dicho
proveído, la quejosa interpuso recurso de reclamación, el cual fue
admitido y registrado bajo el número 16/2006.

En lo que interesa, la quejosa manifestó como agravios, la


improcedencia del incidente de falta de personalidad, en virtud de que
la materia de dicha incidencia es la personalidad que ostenta quien
comparece como apoderado de la quejosa, cuestión que en el juicio de
amparo debe ser motivo de análisis, única y exclusivamente, al recibir
el escrito de demanda, dando lugar, en su caso, a una prevención para
subsanarla, en los términos de la jurisprudencia del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro: “PERSONALIDAD
EN EL AMPARO. EL JUEZ DEBE PRONUNCIARSE SOBRE ELLA
CUANDO PROVEE ACERCA DE LA DEMANDA Y, SI NO ESTÁ
ACREDITADA, PREVENIR AL PROMOVENTE, DE CONFORMIDAD
CON EL ARTÍCULO 146 DE LA LEY DE AMPARO; DE LO

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CONTRARIO, EL REVISOR ORDENARÁ LA REPOSICIÓN DEL


PROCEDIMIENTO”.

Agregó que, en el auto de admisión de la demanda, el tribunal


colegiado reconoció la personalidad del apoderado de la quejosa en los
términos del artículo 13 de la Ley de Amparo, por lo que tal
determinación y el hecho de que la tercero perjudicada no impugnara
dicho auto, permite afirmar que el reconocimiento de la personalidad
del apoderado de la quejosa ha quedado firme.

El Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito


estimó fundado el agravio sintetizado y decidió revocar el auto
impugnado y desechar el incidente de falta de personalidad, con base
en las consideraciones siguientes:

“Ahora bien, asiste razón a la ahora recurrente al aducir que


no procedía admitir a trámite el referido incidente de falta de
personalidad, ya que resulta improcedente.

Lo anterior es así, toda vez que en el juicio de garantías


directo 735/2006 se reconoció la personalidad del apoderado
de la quejosa conforme al artículo 13 de la Ley de Amparo,
en virtud de ya tenerla acreditada en tales términos ante la
autoridad responsable.

De ahí que no le es dable a la incidentista **********,


**********, controvertir la escritura pública número **********,
de **********, otorgada ante la fe del licenciado **********,
Notario Público ********** del Distrito Federal, ya que esa
documental se exhibió desde el juicio ordinario mercantil
********** para demostrar precisamente la personalidad de
********** como apoderado de la ahora quejosa **********,
********** (hoy **********, **********); por tanto, la falta de
personalidad del citado apoderado debió plantearse en su
oportunidad ante la autoridad responsable.

Se arriba a tal consideración, ya que, como se ha indicado,


la personalidad del referido apoderado de la empresa
aseguradora se tuvo por acreditada en el juicio de amparo

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directo 735/2006, por tener reconocido ese carácter ante la


autoridad responsable; de ahí que sólo puede alegarse la
falta de esa personalidad cuando esta cuestión fue
propuesta, estudiada y decidida previamente por la autoridad
responsable (lo que no aconteció en la especie); no hacerlo
así implicaría que la potestad federal se pronunciara
respecto de una cuestión que no fue planteada ante el
juzgado de origen, lo cual legalmente no procede dada la
técnica del juicio de garantías, puesto que el estudio referido
corresponde a la responsable, quien no tuvo oportunidad de
hacerlo por no haberse propuesto tal cuestión ante ella.

Además, una vez admitida por la autoridad responsable la


personalidad de un representante, sin haber sido objetada
por las partes, este juzgado de amparo no puede
desconocerla, y dictar por tal causa una resolución de
sobreseimiento.

En consecuencia, al advertirse que en la controversia de la


cual emanó el acto reclamado en el juicio de amparo
735/2006, no se promovió lo conducente respecto de la falta
de personalidad del apoderado de la empresa quejosa
**********, ********** (hoy **********, **********), es inconcuso
que no procedía admitir a trámite el incidente de falta de
personalidad planteado, expediente **********.

Sirve de apoyo a lo anterior, por analogía, la tesis VI.1º J/5,


visible en la página 264 del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, tomo III, abril de 1966, que es del
tenor siguiente: ‘PERSONALIDAD. PARA QUE PROCEDA
EL ANÁLISIS DE ESE PRESUPUESTO EN EL AMPARO,
REQUIERE SU IMPUGNACIÓN EN EL JUICIO NATURAL.
Sólo puede alegarse como concepto de violación la falta de
personalidad de una de las partes en el juicio del que
proviene la sentencia reclamada, cuando esta cuestión fue
propuesta, estudiada y decidida previamente por la autoridad
responsable; pues de lo contrario equivaldría a que la
potestad federal se pronunciara de primera mano, lo cual
legalmente no procede dada la técnica del juicio de
garantías, por corresponder su estudio a la responsable,
quien no tuvo oportunidad de hacerlo por no haberse
propuesto ante ella…”

B) Criterio del Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del


Primer Circuito. Éste se emitió al resolver el recurso de reclamación

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15/2005 interpuesto en contra del auto del presidente de ese órgano


jurisdiccional, mediante el cual se ordenó admitir a trámite el incidente
de falta de personalidad de la apoderada de la quejosa, en donde
constan los siguientes antecedentes y consideraciones:

El apoderado legal de Nacional Financiera, Sociedad Nacional de


Crédito, como Fiduciaria del Gobierno Federal en el Fideicomiso
denominado Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR),
promovió juicio de amparo directo en contra de una resolución dictada
en apelación por la Tercera Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal.

Dicha demanda de amparo fue admitida por el Noveno Tribunal


Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, mediante acuerdo de
veintidós de agosto de dos mil cinco, donde quedó registrada con el
número de expediente D.C. 5709/2005.

Mediante escrito de veintidós de septiembre de dos mil cinco, la


tercera perjudicada promovió incidente de falta de personalidad de la
apoderada de la quejosa, mismo que fue admitido a trámite por el
Tribunal Colegiado antes citado. No conforme con dicho proveído, la
quejosa interpuso recurso de reclamación, el cual fue admitido y
registrado bajo el número **********.

El Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito


declaró infundado el recurso de reclamación, concluyendo que la
admisión del incidente de falta de personalidad fue legal, con base en
las consideraciones siguientes:

“La personalidad de las partes en el juicio de amparo, es una


cuestión de orden público, que afecta y tiene relación con la
tramitación o no del juicio, pues ante la carencia de la

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

representación del promovente del amparo, la consecuencia es


que la demanda se tenga por no interpuesta, en caso de no
subsanar el defecto del documento fundatorio de la
personalidad.

Y si bien es cierto que cuando se tenga reconocida la


personalidad ante la responsable, tal reconocimiento será
hecho por el tribunal de amparo dentro de la tramitación del
juicio respectivo, también es verdad que como las cuestiones
de personalidad son de orden público, es necesario atender a
las impugnaciones que al respecto viertan las partes, debido a
la temporalidad del mandado cuestionado y a la trascendencia
que tendrían en caso de ser fundadas, toda vez que no podría
continuarse la substanciación del juicio de garantías ante la
inexistencia de la personalidad [….].

Por eso, el tribunal colegiado tiene la obligación de conocer de


los incidentes que surjan durante la tramitación de los juicios o
recursos sometidos a su jurisdicción, sin que ello se traduzca
en que conozca de cuestiones comunes, pues la personalidad
de las partes es un presupuesto procesal necesario para el
ejercicio de la acción constitucional, y por ello, el tribunal
colegiado tiene la facultad y la obligación de apreciar tal
cuestión y de resolverla.

Luego, son inatendibles los argumentos de la recurrente, en el


sentido de que el tribunal colegiado no puede contrariar a la
autoridad responsable, y que la impugnación que ahora realiza
la tercera perjudicada, debió hacerla en el momento oportuno.

Lo anterior es así, porque como se indicó, la personalidad de


las partes es una cuestión de orden público que puede
analizarse en cualquier etapa en la que se encuentre el
procedimiento, precisamente por lo trascendental de sus
consecuencias en caso de que no se acredite, pues no es
admisible tramitar un juicio de amparo y llegar a la etapa
resolutiva cuando quien lo promueva ni siquiera cuenta con la
representación que ostenta, de ahí que es un aspecto que
debe dilucidarse en cualquier etapa del procedimiento para
estar en condiciones de continuarlo; además, las decisiones
que al respecto emita el tribunal federal, resolverán conforme a
derecho la forma en que se acredite o no la personalidad de
que se trate, sin que sea trascendente si su conclusión
contraría o no lo apreciado por la autoridad de instancia, pues
en todo caso, dicha autoridad analizó la personalidad en el
estado procesal en que en ese momento se encontraba el

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procedimiento, pero el artículo 12 transcrito, dispone que debe


acreditarse la personalidad en el juicio de amparo, y aun
cuando el precepto 13 de la propia ley, establece que cuando
se tenga reconocida ante la responsable, igualmente se tendrá
como tal por la autoridad de amparo, si la tercera perjudicada
afirma que no se tiene la representación con que se ostenta la
quejosa, es obligación del tribunal colegiado analizar tal
impugnación y resolverla…”

III.2. Existencia de la contradicción. Conforme lo resuelto por el


Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en sesión
de treinta de abril de dos mil nueve, la nueva mecánica para abordar la
procedencia de las contradicciones de tesis no necesita ya pasar por el
cumplimiento irrestricto de los requisitos establecidos en la
jurisprudencia número P./J. 26/2001, emitida por el Tribunal Pleno,
cuyo rubro dice: “CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU
EXISTENCIA”2, puesto que dicho criterio fue ya interrumpido.

Una nueva forma de aproximarse a los problemas que plantean


los tribunales colegiados en este tipo de asuntos debe radicar en la
necesidad de unificar criterios y no en la de comprobar que se reúna
una serie de características determinadas en los casos resueltos por
los tribunales colegiados.

Por ello, para comprobar la existencia de una contradicción de


tesis será indispensable determinar si existe una necesidad de
unificación, es decir, una posible discrepancia en el proceso de
interpretación más que en el producto del mismo. Dicho en otras
palabras, para determinar si existe o no una contradicción de tesis será
necesario analizar detenidamente cada uno de los procesos
interpretativos involucrados ―y no tanto los resultados que ellos
2
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Novena Época, tomo
XIII, abril de 2001, página 76.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

arrojen― con el objeto de identificar si en algún tramo de los


respectivos razonamientos se tomaron decisiones distintas ―no
necesariamente contradictorias en términos lógicos― aunque legales.

En esa línea de pensamiento, si la finalidad de la contradicción de


tesis es la unificación de criterios, y si el problema radica en los
procesos de interpretación —que no en los resultados— adoptados por
los tribunales contendientes, entonces es posible afirmar la existencia
de una contradicción de tesis cuando se cumplen los siguientes
requisitos:

1. Que los tribunales contendientes hayan resuelto alguna


cuestión litigiosa en la que se vieron en la necesidad de
ejercer el arbitrio judicial a través de un ejercicio interpretativo
mediante la adopción de algún canon o método, cualquiera
que fuese.

2. Que entre los ejercicios interpretativos respectivos exista al


menos un tramo de razonamiento en el que la interpretación
ejercida gire en torno a un mismo tipo de problema jurídico: ya
sea el sentido gramatical de una norma, el alcance de un
principio, la finalidad de una determinada institución o
cualquier otra cuestión jurídica en general;

El discernimiento expuesto, es tomado y resulta complementario


del criterio sustentado por el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 72/2010 3.

Por otro lado, cabe señalar que aun cuando los criterios
sustentados por los tribunales contendientes no constituyen
jurisprudencia debidamente integrada, ello no es requisito
3
De rubro: “CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE CUANDO LAS SALAS DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN O LOS TRIBUNALES COLEGIADOS
DE CIRCUITO ADOPTAN EN SUS SENTENCIAS CRITERIOS JURÍDICOS
DISCREPANTES SOBRE UN MISMO PUNTO DE DERECHO, INDEPENDIENTEMENTE
DE QUE LAS CUESTIONES FÁCTICAS QUE LO RODEAN NO SEAN EXACTAMENTE
IGUALES.”

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indispensable para proceder a su análisis y establecer si existe la


contradicción planteada y, en su caso, cuál es el criterio que debe
prevalecer, siendo aplicable la tesis L/94, de rubro: “CONTRADICCIÓN
DE TESIS. PARA SU INTEGRACIÓN NO ES NECESARIO QUE SE
TRATE DE JURISPRUDENCIAS”, emitida por el Pleno de esta
Suprema Corte4.

Primer requisito: ejercicio interpretativo y arbitrio judicial. A juicio


de esta Primera Sala los tribunales contendientes, al resolver las
cuestiones litigiosas presentadas, se vieron en la necesidad de ejercer
el arbitrio judicial a través de un ejercicio interpretativo para llegar a una
solución determinada. Ello se advierte en las resoluciones emitidas por
los tribunales colegiados contendientes, las cuales se detallaron al
explicar las posturas contendientes.

Segundo requisito: razonamiento y diferendo de criterios


interpretativos. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación considera que en los ejercicios interpretativos realizados por los
tribunales colegiados contendientes existió un razonamiento respecto a
la procedencia del incidente de falta de personalidad, promovido en el
juicio de amparo directo.

En efecto, los órganos colegiados abordaron el estudio de la


misma cuestión jurídica, que fue determinar si, de acuerdo a lo que
será materia de análisis, debe admitirse, o no, el incidente de falta de
personalidad promovido durante el juicio de amparo directo, después
de admitida la demanda, habiéndose reconocido en el auto admisorio
de la demanda la personalidad de la quejosa en los términos del
artículo 13 de la Ley de Amparo.

4
Ibíd. Octava Época, tomo 83, noviembre de 1994, página 35,

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El Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer


Circuito, consideró que no es válido admitir el incidente de falta de
personalidad, en virtud de que en el auto admisorio de la demanda de
amparo, el presidente del tribunal colegiado reconoció la personalidad
del apoderado de la quejosa conforme al artículo 13 de la Ley de
Amparo, por tenerla ya acreditada ante la autoridad responsable. De
manera que, si la tercero perjudicada omitió impugnar durante el curso
del juicio natural la personalidad de la quejosa, no es válido emprender
dicho estudio en el juicio de amparo directo, pues ello implicaría que el
tribunal de control constitucional emita decisión sobre una cuestión no
planteada en el juicio de origen, lo que contraviene la técnica del juicio
de amparo.

En oposición a ese criterio, el Noveno Tribunal Colegiado en


Materia Civil del Primer Circuito resolvió que sí es procedente el
incidente de falta de personalidad, en virtud de que la personalidad es
un presupuesto procesal necesario para el ejercicio de la acción
constitucional, y una cuestión de orden público que, dada su
trascendencia, podría dar lugar a la no continuación del juicio, por lo
que puede analizarse en cualquier etapa del procedimiento. Agregó
que no es trascendente si la conclusión del tribunal de amparo
contraría lo apreciado por la responsable, porque dicha autoridad en
todo caso analizó la personalidad en el estado procesal en el que se
encontraba el procedimiento, y el artículo 12 de la Ley de Amparo
dispone que debe acreditarse la personalidad en el juicio de amparo.

En atención a la posición adoptada por cada uno de los tribunales


contendientes se llega a la conclusión de que sí existe la contradicción
de tesis denunciada y que la materia de la misma consiste en
determinar si, de acuerdo a la materia que ha de analizarse, debe
admitirse –o no– el incidente de la falta de personalidad

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

promovido en el juicio de amparo directo, después de admitida la


demanda, habiéndose reconocido en el auto admisorio la
personalidad de la quejosa en los términos del artículo 13 de la
Ley de Amparo.

IV. DECISIÓN.

Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


considera que debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el
criterio sustentado en esta resolución, con base en los razonamientos
que a continuación se exponen.

Para la solución del presente asunto es importante considerar que, la


cuestión de personería es base fundamental del procedimiento, lo que da lugar
a que los temas planteados en torno de tal institución jurídica admitan ser
examinados en cualquier estado del juicio para encauzar legalmente el
desarrollo del proceso, esto, en aras de optimizar el goce efectivo del derecho a
la jurisdicción que tutela el artículo 17 de la Carta Magna.

Tal es el principio que se obtiene con la lectura del artículo 335 del
Código Federal de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la Ley de
Amparo, que dispone:

“Artículo 335. Cuando una excepción se funde en la falta


de personalidad o en cualquier defecto procesal que pueda
subsanarse, para encauzar legalmente el desarrollo del proceso, podrá
el interesado corregirlo en cualquier estado del juicio”.

Este principio se encuentra también reconocido en la tesis sustentada


por la Segunda Sala de la anterior integración de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, publicada en la página ciento seis, del Tomo 97-102 tercera parte
del Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, que dice:

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

“PERSONALIDAD. EXAMEN EN CUALQUIER


ESTADO DEL JUICIO. La parte a quien perjudica el acto
reclamado debe promover el juicio de amparo, pudiéndolo hacer por
sí o por su representante legal, según lo consigna el artículo 4o. de la
Ley de Amparo, y las cuestiones de personalidad deben ser
examinadas en cualquier estado del juicio y aun de oficio, por ser la
base fundamental del procedimiento”.

Tal como lo determina el criterio transcrito, en la específica materia


del juicio de amparo, el artículo 4° de la Ley Reglamentaria de los artículos
103 y 107 constitucionales prevé que el juicio de garantías puede solamente
promoverse, por la parte a quien perjudique el acto que se reclame, pudiendo
hacerlo por sí, por su representante, por su defensor, por un pariente o por
persona extraña (esto último, en los casos que la ley lo permita expresamente)
y sólo podrá seguirse por el agraviado, por su representante legal o por su
defensor, esto, porque para lograr una tutela efectiva al derecho de acceso a la
jurisdicción, lo esencial es que el juicio se encuentre constituido.

En el caso en que el apoderado o representante legal tenga


reconocida su personería ante la autoridad responsable, el artículo 13
de la Ley de Amparo dispone lo siguiente:

“ARTICULO 13. Cuando alguno de los interesados tenga


reconocida su personalidad ante la autoridad responsable,
tal personalidad será admitida en el juicio de amparo para
todos los efectos legales, siempre que compruebe tal
circunstancia con las constancias respectivas.”

Conforme a lo previsto en tal disposición, no basta que las partes


aseveren que tienen acreditada su personalidad en el juicio de origen,
antes bien, tienen la carga de demostrarlo con las constancias
respectivas.

Ahora bien, cuando ocurre que, durante el trámite del juicio de


amparo directo cualquiera de las partes considera equivocada la

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

decisión de la autoridad federal, al reconocer –en términos del artículo


13 de la Ley de Amparo– la personería que ostenta el supuesto
representante de algún otro de los que integran la relación procesal en
el juicio de garantías, es válido que el inconforme promueva el
incidente de falta de personalidad respectivo, ello al margen de que no
se haya impugnado el auto admisorio de la demanda de garantías,
pues como se mencionó en párrafos precedentes, el tema de
personería constituye un presupuesto procesal que admite ser
examinado en cualquier etapa del procedimiento.

En relación a la procedencia del incidente de falta de


personalidad en el juicio de garantías, esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis
35/2008, emitió la jurisprudencia 42/2008, cuyo contenido dice:

“INCIDENTE DE FALTA DE PERSONALIDAD EN EL


JUICIO DE AMPARO. AL SER DE PREVIO Y ESPECIAL
PRONUNCIAMIENTO, DEBE ADMITIRSE Y RESOLVERSE
CONFORME A LA SEGUNDA REGLA PREVISTA EN EL
ARTÍCULO 35 DE LA LEY DE AMPARO. Conforme al
sistema previsto en los párrafos primero y tercero del artículo
35 de la Ley de Amparo -consignado dentro de las reglas
comunes al juicio de garantías-, tanto en los amparos
indirectos como en los directos debe admitirse toda clase de
incidencia, en cualquiera de las siguientes vías: 1) mediante
tramitación especial, si la ley lo permite; 2) de plano y sin
trámite de por medio, si por su naturaleza hiciera imposible la
decisión de fondo, y 3) conjuntamente con la definitiva, si es
que su resolución previa no impidiera el dictado de ésta. En
congruencia con lo anterior y en virtud de que dentro de los
incidentes de previo y especial pronunciamiento la doctrina
procesal ha incluido, entre otros, al de falta de personalidad,
en tanto que su resolución condiciona la emisión de la
sentencia principal, se concluye que cuando dicho incidente
se promueve en un juicio de garantías, aunque no esté
incluido dentro de los que señala la ley de la materia como
aquellos que ameritan previo y especial pronunciamiento, al
tener esa naturaleza debe admitirse y resolverse conforme a
la segunda regla prevista en el artículo 35 de la Ley de

15
CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

Amparo, esto es, de plano y sin forma de sustanciación en el


mismo expediente”5.

Ahora, si bien el criterio que sustenta dicha jurisprudencia parte


de la base de que el incidente de falta de personalidad sí es
procedente tanto en juicios de amparo directo como indirecto y dispone
que el trámite que ha de seguirse en su resolución corresponde al de
los incidentes de previo y especial pronunciamiento, lo definitivo es que
el análisis que entonces realizó esta Primera Sala del Alto Tribunal, no
agota el tema que se analiza en la presente contradicción de tesis.

Esto es así, porque en este asunto los tribunales contendientes


consideraron que el análisis de la personalidad que habrían de realizar
con motivo del incidente planteado por el tercero perjudicado, es similar
al examen que, en su momento procesal, llevó o debió llevar a cabo la
autoridad responsable y, a partir de esa premisa, llegaron a
conclusiones contrarias.

En esas circunstancias, se hace necesario explicar cuál es la


materia del incidente de falta personalidad que se promueve en el juicio
de amparo directo cuando, en el auto que admitió la demanda de
garantías el tribunal de amparo reconoció la personalidad que se
cuestiona en términos del artículo 13 de la Ley de Amparo, tema que
no fue analizado al emitirse el criterio del que se ha hablado y cuya
precisión resulta necesaria a fin de unificar el criterio que sustentan
ambos tribunales.

Al respecto, conforme a lo previsto en la norma invocada, no


basta que las partes aseveren que tienen acreditada su personalidad
en el juicio de origen, tienen la carga de demostrarlo con las

5
Publicada en la página doscientos cincuenta y ocho, del Tomo XXVIII, julio de dos mil
ocho, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

constancias respectivas, esto es, con las actuaciones del juicio en las
que se produjo tal reconocimiento, de manera que dicha justificación se
limita a acreditar que la autoridad que conoció del juicio de origen les
reconoció la personalidad que ostentan.

Así pues, cuando se actualiza la hipótesis del artículo 13 de la


Ley de Amparo y la personería no es tema de la demanda de garantías
planteada, el promovente no requiere aportar los documentos que la
autoridad responsable tuvo a la vista para reconocerle dicha
representación, ni el tribunal de amparo está en posibilidad de
examinar tales instrumentos; pues en ese caso, el estudio de la
personalidad en el juicio de amparo se reduce a verificar que dicha
personalidad haya sido reconocida en el juicio natural, sin haber
acontecido algún cambio, y no debe ir más allá.

Lo anterior se explica por virtud de la naturaleza del juicio de


garantías, que viene a ser un juicio extraordinario de control
constitucional de los actos de autoridad, cuya litis se circunscribe a
determinar si la autoridad responsable transgredió las garantías del
quejoso al emitir el acto reclamado.

Así, en términos del artículo 78 de la Ley de Amparo, el tribunal


de control constitucional debe limitarse a revisar el acto reclamado tal
como apareció probado ante la autoridad responsable, a la luz de los
conceptos de violación del quejoso, con la finalidad de resolver si la
autoridad responsable cometió alguna violación o no.

Ahora bien, en lo que ve al análisis de la personería, es


obligación del juez natural verificar que se cumpla con dicho
presupuesto procesal en el juicio de origen, en tanto que las partes
tienen la facultad de impugnar y hacer notar al juez cualquier defecto

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

en la personalidad de su contraparte. Los procedimientos judiciales


prevén la posibilidad de impugnar autos o resoluciones en las que se
reconozca la personalidad de una de las partes, interponer incidentes y
recursos, e incluso promover el juicio de amparo indirecto, cuando
alguna de las partes considera que lo decidido al respecto constituye
una violación a sus garantías.

Lo anterior explica el contenido del artículo 13 de la Ley de


Amparo. Si el juicio de amparo es de carácter excepcional, la
personalidad de las partes fue reconocida ante la responsable y dicho
reconocimiento quedó firme en el juicio natural, dicha personalidad
debe ser reconocida para efectos del juicio constitucional, y no podría
ser materia de la litis en el juicio de amparo directo. Por ello, el tribunal
de amparo debe limitarse a verificar que, en efecto, a las partes les
haya sido reconocida la personalidad ante la responsable.

Asimismo, no debe quedar inadvertido que el Pleno de este Alto


Tribunal ha emitido decisión en diversas ocasiones 6 en cuanto a que el
tribunal de amparo debe revisar la personalidad de las partes
previamente a la admisión de la demanda, y que por lo tanto, las partes
deben presentar las constancias respectivas junto con la demanda,
para evitar el empleo estéril de recursos humanos y materiales en el
trámite del juicio iniciado por quien carece de personalidad, así como,
daños tanto al sistema de impartición de justicia, como a las partes y si,
adicionalmente, se toma en cuenta que en el juicio de amparo directo,
6
PERSONALIDAD EN EL AMPARO. EL JUEZ DEBE PRONUNCIARSE SOBRE ELLA CUANDO
PROVEE ACERCA DE LA DEMANDA Y, SI NO ESTA ACREDITADA, PREVENIR AL
PROMOVENTE, DE CONFORMIDAD CON EL ARTÍCULO 146 DE LA LEY DE AMPARO; DE LO
CONTRARIO, EL REVISOR ORDENARA LA REPOSICION DEL PROCEDIMIENTO.
Jurisprudencia, Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta IV, Julio de
1996, Tesis: P./J. 43/96, Página: 48, Registro: 200.084.
PERSONALIDAD EN EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO. EL ARTÍCULO 13 DE LA LEY
RELATIVA REQUIERE QUE, PREVIAMENTE A LA ADMISIÓN DE LA DEMANDA, EL
PROMOVENTE EXHIBA LAS CONSTANCIAS QUE ACREDITEN EL RECONOCIMIENTO DE
DICHO PRESUPUESTO PROCESAL ANTE LA AUTORIDAD RESPONSABLE. Jurisprudencia,
Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXIX, Abril de 2009, Tesis:
P./J. 23/2009, Página: 7, Registro: 167.431.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

la demanda se presenta ante la responsable quien, en los términos del


artículo 169 de la Ley de Amparo, la remite junto con las constancias
del juicio natural y su informe justificado al tribunal colegiado que
conocerá del amparo; es claro que el tribunal colegiado cuenta con los
elementos suficientes para determinar si la personalidad de la quejosa
quedó acreditada en el juicio de origen, en los términos del artículo 13
de la Ley de Amparo, desde que dicta el auto admisorio de la
demanda.

Sin embargo, si bien es cierto que conforme a lo anterior el juez


de amparo debe verificar con las constancias respectivas que la
personalidad de las partes les fue reconocida en el juicio natural, y lo
anterior se debe hacer al admitir la demanda; también es cierto que el
reconocimiento de la personalidad que realice el tribunal de amparo al
admitir la demanda no está exento de algún error, y que si se impidiera
a las partes impugnar dicho reconocimiento, se les privaría de la
posibilidad de demostrar alguna inconsistencia y de que la misma se
corrija durante el juicio.

Razón por la cual esta Primera Sala estima que no debe privarse
a las partes de la posibilidad de impugnar el reconocimiento de la
personalidad que se hizo al admitir la demanda de amparo directo en
los términos del artículo 13 de la Ley de Amparo, porque existe la
posibilidad de que el reconocimiento no haya sido correcto, que haya
habido algún cambio en la personalidad del promovente y que dicha
cuestión no haya sido advertida al admitirse la demanda de amparo.

Cabe destacar que la presente contradicción de tesis se limita a


determinar sobre la procedencia del incidente de personalidad y la
materia sobre la que ha de resolver la autoridad de amparo, en el

19
CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

entendido de que la circunstancia de que el incidente se admita, no


implica que, indefectiblemente, éste será fundado.

Al respecto, esta Primera Sala advierte que uno de los tribunales


contendientes negó la admisión del incidente de falta de personalidad
con argumentos de fondo cuando, en términos de lo que ahora se
resuelve, debía admitir el incidente y declararlo infundado si, al
examinar los agravios, se percataba de que fue correcto el
reconocimiento de la personalidad de la quejosa hecho en el auto
admisorio de la demanda.

En consecuencia, esta Primera Sala estima que sí debe admitirse


el incidente de falta de personalidad promovido en el juicio de amparo
directo, después de admitida la demanda de garantías, y de haberse
reconocido, en el auto admisorio de la demanda, la personalidad de la
quejosa conforme al artículo 13 de la Ley de Amparo, aún cuando el
tema de la personalidad de la quejosa no sea materia del juicio de
amparo; en el entendido de que, la materia del incidente debe
limitarse a determinar si fue correcto o no el reconocimiento de la
personalidad realizado al admitirse la demanda conforme a las
constancias del juicio natural que hayan sido exhibidas.

De acuerdo con las consideraciones que se han expuesto, debe


prevalecer con carácter de jurisprudencia, en términos del artículo 192
de la Ley de Amparo, el criterio que sustenta esta Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación a continuación:

INCIDENTE DE FALTA DE PERSONALIDAD. ES


PROCEDENTE EN EL AMPARO DIRECTO, DESPUÉS DE ADMITIDA
LA DEMANDA Y RECONOCIDA LA PERSONALIDAD DE LA
QUEJOSA, EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 13 DE LA LEY DE

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

AMPARO, AUNQUE SU ESTUDIO SE LIMITARÁ A REVISAR QUE


HAYA SIDO CORRECTO DICHO RECONOCIMIENTO. El incidente de
falta de personalidad promovido en un juicio de amparo directo,
después de reconocida la personalidad de la quejosa en el auto
admisorio de la demanda, en términos del artículo 13 de la Ley de
Amparo, resulta procedente porque en virtud de aquél se da a las
partes la posibilidad de impugnar cualquier inconsistencia no advertida
al admitirse la demanda de amparo, por lo que no debe privarse a las
partes de dicha opción que tienen de demostrar que hubo un error en el
reconocimiento de la personalidad de su contraparte, en el entendido
de que la materia del incidente debe limitarse a determinar si fue
correcto o no el reconocimiento de la personalidad realizado al
admitirse la demanda de amparo, conforme a las determinaciones en el
juicio natural que hayan sido exhibidas; y no puede versar sobre una
cuestión distinta si la personalidad de la quejosa fue reconocida ante la
responsable y dicho reconocimiento quedó firme en el juicio natural.

Por lo expuesto y fundado se resuelve:

PRIMERO. Sí existe la contradicción de tesis denunciada en los


términos del apartado tercero de esta resolución.

SEGUNDO. Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el


criterio sustentado por esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, conforme a la tesis que ha quedado redactada en
la parte final del último apartado de esta resolución.

TERCERO.- Publíquese esta ejecutoria y désele publicidad en


términos de ley.

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Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, comuníquese la


anterior determinación a los Tribunales Colegiados en cita y, en su
oportunidad, archívese el toca como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de


la Nación, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros:
Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz (Ponente),
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas
y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

Firman el Ministro Presidente de la Sala y el Ministro Ponente,


con el Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA

MINISTRO ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.

PONENTE

MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 370/2010

LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES.

En términos de lo previsto en los artículos 3°, fracción II, 13, 14 y


18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en
esos supuestos normativos.

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