Tendencia Hacia La Violencia y El Mobbing y La Superación de La Misma
Tendencia Hacia La Violencia y El Mobbing y La Superación de La Misma
Tendencia Hacia La Violencia y El Mobbing y La Superación de La Misma
Podemos afirmar que aquello que el Cristo ha hecho para el desarrollo de la tierra, está dispuesto en
el impulso básico del desprendimiento. En esta escuela del desprendimiento se encuentra
fundamentado aquello que este impulso puede llegar a realizar para el consciente desarrollo de las
metas humanas. Esto lo podemos descubrir de mejor manera, al contemplar al misterio de Golgotha
en su gran envergadura.
En la Antroposofía no tan solo tenemos una escuela micaélica, sino que también tenemos una
escuela cristiana. La Escuela Waldorf, a la cual como médicos tratamos de servir con el mayor
desprendimiento posible.
Siempre ha sido nuestra filosofía medica-escolar, ser colaboradores y prestadores de servicio de los
maestros. No somos aquellos que indicamos el rumbo, sino que somos los fraternos acompañantes
de los padres, de los maestros, de los alumnos de esta escuela. Allí el maestro del amor humano, tal
como se lo indica en el acto dominical de los niños, es nuestro maestro común, el Cristo, al cual nos
orientamos asimismo en el lema de la piedra fundamental de la Escuela Waldorf
Rudolf Steiner
Aquí se dice aquello que la escuela tiene como misión. Desde la contemplación de la misión, se pasa
a la acción. Luego dice “Esto lo quieren reconocer…” “Ellos” son aquello que suscriben, 42 personas.
La frase esencial de este lema fundamental, que allí en Stuttgart ha sido sumergido a la tierra es la
siguiente: “Esto lo quieren reconocer: en el nombre de Cristo, con propósitos de pureza, con buena
voluntad.” Este lema de Piedra fundamental finaliza con una confesión, de que en esa escuela se
quiere trabajar en el nombre del Cristo. Una demanda incalculablemente elevada y por otra parte
tan normal. Dado que ¿Quién nos educa? En el caso de que el Cristo pueda tener un significado para
una persona, entonces lo es a través del ejemplo. Allí, hacia donde nos orientamos. Rudolf Steiner
dice que lo construido con el Goetheanum, en realidad debe ser un lugar donde se practica a conocer
ese Cristo. Eso quiere decir, pasar por la escuela del desprendimiento.
A veces sucede que personas se alejan de la Sociedad Antroposófica, porque piensan “lo que allí
acontece no es de mi agrado”, o “esas personas no me gustan”, o “imposible aquello que allí se
hace”. Al escuchar los reproches, podríamos pensar, que se estaba alejando de la escuela de Lucifer.
Pero ¿de qué manera podemos practicar el desprendimiento? Si queremos pasar por la escuela del
desprendimiento, al respecto tenemos que elegir las personas más complicadas que existen.
¡Imposible poder pasar por ese aprendizaje de otra manera! Esa paradoja empero aun no se ha
convertido en cultura en la Sociedad Antroposófica.
CONCILIAR DISCORDIAS A TRAVÉS DEL PROCEDER CON DESPRENDIMIENTO
Para poder confrontarse con peleas y con mobbing, por un lado tenemos que poder comprender los
mecanismos que allí se están empleando ¿DÓNDE SE ENCUENTRA LA DISPOSICIÓN A LA VIOLENCIA
EN EL HOMBRE? ¿CÓMO LLEGA A SUCEDER? ¿QUÉ ES LO QUE LA PROMUEVE? ¿CÓMO, SIENDO
ADULTO, PODEMOS CONFRONTAR ESTE HECHO, MOSTRANDO QUE OTRA ACTITUD ES POSIBLE? Por
el otro lado para poder conciliar discusiones y peleas, necesitamos poseer una determinada facultad
de desprendimiento. Estas personas son absolutamente necesarias en la escuela por ejemplo cuando
de mobbing se trata. Lo que el mobbing significa, hoy, todo el mundo lo puede conocer en internet,
existe un cúmulo de artículos con referencia a la violencia en las escuelas.
Importante es que también existen muchos trainings acerca de cómo poder convertirse en
combatiente de mobbing, o combatiente de violencia, o también conciliador de peleas. Y la
experiencia nos muestra y los maestros están de acuerdo: los alumnos mismos, lo dominan de mejor
manera. Alumnos reciben instrucción para actuar como actores en la solución de discrepancias. Esto
se logra de mejor manera, cando al respecto se buscan mediadores externos. Cuando estos adultos
luego se sienten en un circulo de alumnos, brindándoles enseñanzas con respecto a la conciliación de
peleas, los alumnos vivencian a estos adultos de manera tal que intuyen que los mismos se
encuentran inmersos en un auto-aprendizaje del desprendimiento. Justamente eso, es lo que deben
transmitir los adultos: “cuando dos se están peleando, no debes involucrarte. Lo debes contemplar
serenamente, tienes que conservar la supervisión, debes salir del asunto mismo. En cuanta mayor
medida te encuentras afuera, en tanta mayor medida puedes ver lo que los otros están haciendo.
Tanto más objetivo puedes ser tu mismo. Y debes ser imparcial con respecto a los dos. Esto
seguramente lo recuerdas con referencia disputas en tu hogar entre hermanos o padres, o cuando
discuten tus amigos. No solamente uno tiene razón, sino que ambos tienen una parte de razón.”
El adulto tiene que poder presentarse como acompañante desprendido, en ocasión de instruir al niño
en la tarea de ser mediador en conflictos. Estos niños estarán colmados y orgullosos con respecto a
su tarea, que de hecho la realizan muy bien.
Tenemos que aprender a utilizar este potencial, desarrollando cultura, para proporcionarla a los
niños para su camino en la vida, dado que padecen el mobbing, cada decimo niño hoy está afectado
por el mismo. Lo positivo de estas cosas terribles es que todos nos damos cuenta: así no queremos
que sea, entonces podemos integrar al conjunto del grado, una especie de modo de pensar fraternal,
el elemento de Rafael.
Que no se trata de saber, quien aquí es el mejor, el más bonito, el que usa la ropa último modelo, el
teléfono más moderno. ¡Esto justamente no es lo que cuenta en la escuela! Sino: ¿quién es el mejor
mediador en ocasión de conflictos? A él se le otorga el premio a fin de año. ¿Y quién se anima a ir a la
escuela con ropas viejas? ¿Quién decidió regalar sus prendas de marca a los refugiados, decidiendo
usar las más usadas él mismo? Estos hechos también tienen que convertirse en cosas que se
comentan en el grado.
En mi época escolar también hubo mobbing. De esa manera sutil, con comentarios, fruncir la nariz,
indirectas, ignorar a alguien, risa puntual, desairar, poner en ridículo. En la secundaria en cierto
momento se realizó un listado al respecto.
Pero aun no hubo una instancia competente. Pero siempre había algunos maestros, que a través de
su postura mostraban que en su presencia algo así era imposible. Siendo alumno, esto se evidenciaba
de inmediato. Poseían una postura abarcativa, integradora, una poderosa autoridad en el momento
correcto, y al observar algo así, conservaron la calma y decía: ¡No puede ser! ¿Qué acaba de decir
usted? ¡No conmigo aquí! Al cabo de lo cual no hacían falta más comentarios. O, en la primaria:
nuestro maestro de grado era extremadamente severo, cuando notaba algo en ese sentido, decía
con toda claridad: ¡esto, aquí no lo hacemos!
El moralizar, aquí no presta ayuda, cuando empero el adulto se vale de su autoridad, y no la abusa, la
puede irradiar en momentos tales. Allí toda palabra está de más, realmente de más. Mejor resulta
ser, valerse de la mirada, implementar la mímica – según los mecanismos del mobbing. El mobbing
actúa de esta manera: pasar por alto a alguien, un ángulo de la boca se contrae despectivamente
hacia abajo. De la misma manera no verbal efectiva en mímica y gesto es el modo del cual miramos
algo o a alguien, al mostrar empatía. Como se muestra asombro, como empero también no estamos
tomando muy en serio un asunto.
Al respecto, un ejemplo de Morburg. Allí, en la Escuela Waldorf hubo un alumno del 10° grado, que
era muy agresivo, trastornado, malograba las clases, se burlaba de los demás alumnos.
Provocaba constantemente. Manejarse con este joven era tan difícil que al colegio estaba
considerando su expulsión. Pero, no era posible. En estos casos resulta necesario una especie de
cónclave, de modo tal que con anterioridad a la charla de expulsión – las charlas de advertencia ya se
habían realizado – se formula una vez más la pregunta: ¿existe un maestro, que toma la palabra por
el alumno? En este caso mi marido ha dicho: “Yo lo pruebo una vez más”.
En el recreo le dijo al alumno que quería hablar con él al cabo de la clase. El alumno se dispuso a
hacer muecas, entonces mi marido dijo: “Ahora el asunto va enserio. De esta charla depende, si
usted puede seguir estando en esta escuela y a mí me gustaría, que usted quede aquí. Es por ello que
quiero encontrarme con usted”. En ese momento, cambió toda fisionomía del joven. Contestó en
forma completamente normal: “Okay, señor Glöckler, yo vengo”. Entonces sucedió algo así, como si
se hubiese girado una llave, una persona había dicho: aquí estoy a tu disposición. Quiero que quedes
aquí con nosotros. Es importante para mí. Se trató de una charla mu y breve durante la caminata a la
heladería. Primero hablaron del futbol y poco antes de llegar a la heladería, mi marido le dijo: “Usted
ya sabe de qué se trata, por un año, que es su periodo de prueba, tiene que dejar de lado ese
comportamiento insoportable.” El joven se detuvo, miró a mi marido y dijo: “Señor Glöckler, por
favor no tome todo esto tan en serio”. A lo cual mi marido contestó: “Yo sé, que usted no es así como
se comporta, pero los dos ahora tenemos que tomar el asunto enserio. Usted tiene que cambiar, de
otro modo, todo se derrumba.” A eso el joven respondió: “Okay”. Tomaron un helado y luego se
separaron. El joven hizo el esfuerzo, mi marido empero, todos los días tuvo que confirmar el asunto.
En uno de los recreos, o durante una clase tuvo que tomar contacto visual con él. Todos los días. Se
trataba de esos imponderables, que actúan a través de la postura. Cuando esto falta, cuando es poco
perceptible, en la escuela, se producen estos problemas de comportamiento. A modo de una
provocación astral. Se observa entonces, el aspecto del alma, cuando el yo está de vacaciones, sin
real permanencia en el alma. Cuando no ostenta realmente su presencia, entonces los adultos son
requeridos de actuar mediante la presencia de su yo, su postra erguida, la mirada, la atención, el
lenguaje cuidadosamente pensado y el interés por la otra persona. Vale decir: tienen que estar
presentes: iniciativa, interés, sinceridad, tener comprensión con referencia a todas las cosas, tener
consideración de todos modos, ser amable.
En un principio, todos los miembros del ser trabajan desarrollando al cuerpo, y al cabo de este
trabajo, realizan la metamorfosis en dirección a la actividad en lo anímico, libre del cuerpo. Todas las
fuerzas procedentes de los miembros del ser que se liberan y realizan para la metamorfosis, lo hacen
sobre las vías de lo etérico. Vale decir, cuando siempre decimos que la metamorfosis de las fuerzas
del crecimiento en fuerzas del pensamiento acontece en el corazón, así como Rudolf Steiner refiere
esa corriente que del corazón asciende a la cabeza, afirma que sobre las vías de estas metamorfosis
del cuerpo etérico, se liberan también las fuerzas del cuerpo astral y de la organización del yo.
En el primer tercio de la vida, es cuando estamos edificando a nuestro cuerpo. Nos convertimos en
nosotros mismos. Esa es la época del egoísmo, justificado. El cuerpo quiere madurar. MI CUERPO, MI
ALMA, MIS INTERESES, MI JUGUETE, MI MUÑECA. MI MAMÁ. MI, MI, MI… es plenamente normal
que los niños a los tres años sean narcisistas – y que a los nueve años, lo tomen todo de manera
personal. Eso es completamente normal. Y nosotros, mediante nuestro comportamiento, les
tenemos que mostrar moral, tenemos que ser ejemplo, y no por el contrario tener una conducta
cualquiera y luego predicar moral. A menudo nos puede causar asombro que los niños, a pesar de
todo logren ir por la vía del bien – porque tanto bueno traen consigo. Este despertar dentro de las
fuerzas anímicas propias, naturalmente debe poseer una auto-referencia porque los pequeños
mismos se apropian de todo y practican ser ellos mismos. Más tarde, ya sea a los 23 años o a los 25,
o a causa de las grandes crisis de la vida, tales como la pérdida del empleo, perdida de pareja,
enfermedad, accidente o lo que fuera, se plantea la gran pregunta existencial: ¿qué queda, cuando
ya no tienes nada? ¿Qué pasa, cuando estás completamente “desprendido”, porque todo se hizo
trizas? ¿Cuándo todo aquello que ha servido a mi egoísmo, de pronto ya no existe? Ya nada vale.
¡Estás desposeído! Este paso por el ojo de la aguja en el nada, extremadamente amargo.
Es empero la única oportunidad para saber lo que es libertad. En ese momento de crisis, el
desprendimiento y la libertad son lo mismo. Aun percibimos nuestro propio ser, pero tenemos que
soltar todo aquello que es valioso para nosotros. Es por ello que en este momento de libertad, en ese
momento de desprendimiento, podemos implementar nuestro verdadero propio ser. Esto nada tiene
que ver con lo físicamente concebido, con la vida circundante, vale decir, lo terrenal, sino que tiene
que ver con lo eterno. Vale decir, las fuerzas anímicas y la organización del yo, son como un
recipiente, hacia cuyo interior el propio ser superior envía su luz. Nuestro yo puede dar cabida a este
verdadero ser propio, a modo de pensamiento de verdad, de amor, de autenticidad, de humanidad –
sean cual fuesen las palabras que podamos hallar para lo divino. Por así decirlo, nos lo podemos
incorporando espiritualmente. Entonces se genera esa calidez plena de desprendimiento, ese interés
dotado de desprendimiento, dado que de pronto cada menudencia, por pequeña que fuese, referida
a la vida y a lo cotidiano, adquiere un valor. Esto lo saben los burditas, por valorar a la pequeña
piedra, como parte de la creación. Por contemplarlo desde arriba y no meramente aportarla
mediante un puntapié. Es esa experiencia del yo, en el contexto de lo divino. Esta empero tiene que
pasar por el ojo de la aguja. Esto lo podemos desarrollar lentamente, mediante ejercitación. Es un
camino de transformación, en el cual, tal como lo expresa Steiner, el yo va despertando lentamente,
con respecto a lo esencial. Con ello, el yo aprende de manera completamente diferente, a diferenciar
lo esencial de aquello que carece de importancia.
El yo, en primer lugar está ocupado en formarse un recipiente, y luego en llenarlo. La organización
del yo, indiferentemente del lugar donde despierta, ya sea un el pensar, el sentir, el querer o en el
yo, siempre posee el efecto de integración, de unificación. Que une, que integra. Que crea
globalizaciones. Al tener un contacto del yo con su verdadero propio-ser, nuevamente nos sentimos
plenos, justificados, consolados. El conjunto del os conceptos del sanar, de la integridad, pertenecen
a la organización del yo.
Al contemplar frente a ello, al cuerpo astral, vemos que el cuerpo astral posee un mundo
completamente diferente. Cuando el cuerpo astral obtiene su liberación a los 14 años, ¿qué órganos
acaban de haberse de desarrollado entonces desde el crecimiento? El pulmón y el corazón. Se
desarrollan entre los 11 y los 15 años. Acompañan la pubertad. De estos órganos parte el impulso
decisivo, que asimismo conduce a la diferenciación sexual. En lo masculino-femenino es inhalación-
exhalación, en el pensar es la dialéctica. El típico comportamiento en la pubertad es: la madre dice
más, el niño dice menos. Esa terrible alegría de llevar a cabo la oposición. Mi pensar es dialectico.
Cuando alguien dice CHICO, puedo decir GRANDE. Cuando alguien dice VACACIONES, yo puedo decir
TRABAJO. Cuando alguien dice ESCUELA, yo puedo decir YO QUEDO EN CASA. Ahora las fuerzas
astrales se encuentran libres para el pensar, lo cual se evidencia en la tendencia hacia la dialéctica.
En el sentir, las fuerzas astrales se muestran como simpatía y antipatía. Y en el querer, las fuerzas
astrales de hecho se muestran en amor y odio, en destrucción, y en la voluntad de prestar ayuda, lo
opuesto a la destrucción. Esto es completamente normal. Se trata de las fuerzas de la polaridad,
constructivas-destructivas, simpatía-antipatía en el sentir, dialéctica en el pensar, la pregunta
formulada con respecto al ser, o al nada.
Estas fuerzas polarizadoras en lo astral, son las leyes del aire. Donde el aire está, todo se polariza. En
ese espacio, existe diferenciado en todos los lugares, una presión algo mayor, y otra algo menor.
Según nuestra temperatura, el aire que nos rodea es más diluido o más espeso. Las leyes del aire se
encuentran transpuestas plenamente por lo astral. Podemos decir, el aire es así, por que las fuerzas
astrales actúan de esta manera. O a la inversa el alma puede expresarse de esta manera polar,
porque el aire así lo transmite. Porque tienen las mismas leyes como el cuerpo astral en lo anímico. Si
al respecto queremos hallar algo compartido, así como lo es la integración, con respecto a las fuerzas
de la organización del yo, así en el caso del cuerpo astral, lo son las fuerzas de la diferenciación.
DIFERENCIACIÓN EN LO ASTRAL
¿Por qué se produce la homosexualidad? Puede tener diferentes motivos. Una parte importante se
encuentra fundamentada en el Karma. Si me intereso en términos generales por mujeres o por
varones, nada tiene que ver con el amor personal, sino que se trata de amor genérico. Generalmente
como ser humano, indiferentemente a la orientación sexual que tenemos nos interesamos por otra
persona, con la cual estamos unidos mediante el Karma. Cuando la misma es un varón y yo también
soy varón, o yo soy mujer y a otra también es mujer, y me interesa esa persona, circunstancialmente
también pude producirse una atracción erótica. Según la intimidad que queremos tener con esa
persona. Existe esa parte kármica, razón por la cual muchos homosexuales tienen su aparición,
después de tener una familia y dos a tres hijos. Muchos existen, que recién entonces dan libre curso
a su homo erótica, cuando de pronto se encuentran a alguien con quien quieren compartir la vida.
Tengo la impresión de que esto es Karma. Allí existe una fuerte participación del destino.
En otra parte tiene que ver con el medio circundante, con el desarrollo. Esa homosexualidad es
transitoria, es una perpetuidad de homoeroticidad pasajera. Es normal que entre los 12 y los 16 años,
casi todo joven pasa por una fase homo erótica. Tal vez muchos no recuerden ese evento. Es un
periodo y a continuación, se convierte nuevamente en una amistad normal. Del cuerpo propio se
desprenden fuerzas que poseen una afinidad hacia el mismo sexo, por haber edificado ese mismo
sexo. Se liberan y se sienten atraídos por el mismo sexo. Cuando se es seducido y cuando allí algo se
fija, puede desarrollarse la homosexualidad. La primera vivencia marca un rumbo. Experiencias de
este tipo ya tienen lugar en niños pequeños: cuando por ejemplo en el marco del desarrollo del
movimiento comienzan a gatear arrastrando una pierna, entonces por largo tiempo se desplazaran
arrastrando la pierna. Porque se trata del primer movimiento exitoso del desplazamiento, con la
consecuencia que el mismo tiene calidad perdurable. Entonces se produce una estampación. Esto
cobra validez asimismo en el caso de experiencias traumáticas. También allí se produce una fijación,
que eventualmente puede tener una permanencia de por vida. De esta manera también lo opuesto
al trauma, las más bellas vivencias que hemos tenido hasta ese entonces, pueden tener fijación,
eventualmente para el resto de la biografía. Ese es un segundo ámbito del cual tenemos que afirmar
que está condicionado tanto evolutivamente como por el medio circundante. No está determinado
por el Karma del yo, guiado por relación sino guiado por el medio circundante y por la situación.
Es importante saber que sobre este plano existe mucha angustia entre los jóvenes que a causa de
ello, justamente en el ámbito de lo sexual ¡existe un mobbing extremadamente perverso! Al respecto
ni siquiera me estoy refiriendo a acciones del internet, donde se muestran fotografías de partes del
sexo, que se envían y se comenta. Como maestro lo tenemos que tener en la conciencia, dado que
en el grado naturalmente no se habla de esto. Pero se mueve en el fondo – todas estas
preocupaciones, problemas, este no sentirse comprendido. Que de alguna manera por alguien desde
algún lugar, se busca ser amado – y no se tiene esa oportunidad.
DIFERENCIACIÓN EN LO ANÍMICO
Existe el cuerpo astral pero también existe el yo. Todos nosotros tenemos que practicar el mejor
empleo de ambos. Los unos pueden “atacarse a palos” y los otros pueden aprender a conciliar las
peleas, estigmatizados constantemente como los malos, como víctimas. Lo importante es tomar en
cuenta que aquello que se están peleando, tienen la misión de permitir que los otros aprendan a
conciliar las discusiones ¡se necesitan mutuamente! Por lo tanto lo mejor es que todos alguna vez
hayan peleado y todos alguna vez han podido aprender la conciliación.
DIFERENCIACIÓN EN EL QUERER
Cuando se liberan las fuerzas de diferenciación del cuerpo astral del metabolismo, el mismo ha
desarrollado capacidad de decisión y de diferenciación. En el ciclo superior, todo se trata del hecho
de poder juzgar independientemente. Se trata de formular preguntas y aprender a encontrar la
respuesta de manera independiente a través del hallazgo del juicio. Toda la enseñanza científica
natural del ciclo superior está edificada correspondientemente: se realizan experimentos, se observa
y se describe, cada alumno por cuenta propia. Al día siguiente, a través de las preguntas formuladas
por el maestro, se trata de hacer aparecer las leyes naturales, que en el experimento, que en ocasión
del experimento, pudo ser descubierto independientemente. Por lo tanto, las leyes son descubiertas
por los alumnos mismos. Cuando a continuación en sus cuadernos registran los conocimientos
adquiridos, el maestro tiene que asegurarse que realmente cada alumno por sí mismo ha encontrado
su resultado. Aun cuando otro lo ha expresado. Puede preguntar: ¿lo has comprendido realmente?
¿Lo puedes explicar nuevamente? O se formulan preguntas tales como: ¿esto como lo estás viendo?
Se promueve al alumno de manera tal que pueda juzgar su propia tarea.
La liberación de las fuerzas astrales, en el primer septenio se expresa en el plano corporal: es por ello
que un niño permite que lo toquen y el otro siente desagrado al respecto. Tenemos que proceder
con cuidado, respetando las simpatías y las antipatías del niño, referidas a su cuerpo. Con la
alimentación, con el contacto físico, con el vestirse. Fomentando la efectividad propia, mediante la
acción propia, de la mejor manera posible. Teniendo presente constantemente al futuro conciliador
de conflictos, mediante el fomento de la actividad propia. Que aprenda a mantenerse firme, frente a
lo mío y lo tuyo. No ser parcial, no observar parcialidad. Cuando los niños a los tres, cuatro o cinco
años solamente quieren comer fideos con salsa, rechazando todo lo demás, se puede promover la
ambición, mediante la más pequeña cucharita, en el sentido de que de todo aquello que le gusta,
solamente se como tres de estas cucharaditas. De esta manera estamos educando un conciliador de
conflictos: una gruesa porción de fideos con salsa y tres pequeñas hojas de lechuga. Tres diminutas
cucharaditas de espinaca. Esto es necesario, porque a esa edad las simpatías y las antipatías poseen
referencia física. Cuando luego a los ocho años, los niños siguen comiendo exclusivamente fideos con
salsa, porque no han aprendido a digerir, esto es grave. Si no educamos al niño, no debemos
asombrarnos, que más tarde, cuando la simpatía y la antipatía se liberan en el sentido, también se
carece de educación. Cuando hasta los nueve años a los niños los educamos realmente en sus
simpatías y antipatías referidas a su cuerpo – con el necesario buen humor y acertadas ocurrencias,
entonces en todo caso se produce una violencia verbal, pero no se producirían ataques físicos, al
liberarse ahora anímicamente, las fuerzas de simpatía y antipatía. Entonces, esto ya ha sido disuelto
en la fase referida a lo corporal.
Es por ello que necesitamos un concepto abarcativo a partir del conocimiento referido a la liberación
de las fuerzas anímicas. Tal como también se manifiestan en el pensar: lo mío – lo tuyo, no me gusta-
me gusta. Tal como se manifiestan en el sentir – simpatía y antipatía – y luego en el querer, en la
diferenciación y en la formación de juicio. Como asimismo se forman en el idealismo, en el hecho de
decidirse por determinadas metas, apoyándolas, dejando de lado otros asuntos – lo que luego va
apareciendo a partir de los 16 años. Todo ello recibe su fuerza de impulso a través del sentimiento.
La motivación procede del sentimiento, llega del cuerpo astral. La intención procede del yo. La fuerza
configuradora, acerca de cómo se modifica algo, la fantasía moral, proviene del cuerpo etérico. El
poder ser flexible y poder reflexionar acerca de cómo resolver algo. Para ello son necesarios los
pensamientos. El cuerpo astral realiza la diferenciación.
Para ello son necesarias dos cualidades por parte del adulto: AFECTO Y CONOCIMIENTO DE SÍ
MÍSMO. Tenemos que disponer dentro de nosotros mismo, la virtud básica en el cuerpo astral, que
Rudolf Steiner denomina “afecto”. Tenemos que crear alrededor del niño y alrededor del joven un
clima afectuoso. Esto impide la enajenación del cuerpo astral. No importa de qué manera bizarra se
exprese – cuando los adultos permanecen afectuosos, el cuerpo astral puede desarrollarse
sanamente. Una y otra vez se le brinda una oportunidad, una especie de corrección. En el afecto
habita la comprensión, vive el sentido con respecto al los problemas de la vida, vive esa
importantísima virtud, la empatía.
En segundo término, el educador necesita conocimiento de sí mismo. Todo aquel que quiere
ocuparse preventivamente o terapéuticamente con cuerpos astrales desbandados, con respecto a sí
mismo, necesita una clara impresión: que todas estas posibilidades reaccionarias, también están
contenidas en nuestra propia alma. Tengo que considerar la posibilidad, que yo mismo hubiese
actuado de esta manera si en mi educación hubiese tenido los mismos problemas como tú. Sé
exactamente bajo qué influencias el nivel agresivo desciende de manera tal que se propinan los
golpes, que se implementa la vehemencia, la violencia. Esto lo sé certeramente. Cuando esto no lo
sabemos acerca de nosotros mismos, no podemos brindar un real tratamiento a lo demás. Dado que
ellos tienen que sentir: tú me entiendes. De otro modo no podemos brindar ayuda. El cuerpo astral
por ser tan complicado y diferenciado, necesita ser comprendido. Si no lo comprendemos al cuerpo
astral, no tenemos posibilidad alguna de aportar ayuda. Comprender al yo, es fácil, dado que en ese
caso de todas maneras estamos relacionados, aun cuando no lo sabemos. En el yo estamos
conectados intuitivamente. ¡Todo este desarrollo de la tierra y de los seres humanos existe para
nuestra individualización! En la actualidad empero, es el cuerpo astral que juega el rol principal.
Juega el rol principal en cada encarnación. Porque quiere ser apoderado, conducido y ennoblecido en
medida cada vez mayor.