Teatro Isabelino

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Teatro isabelino

Explicamos qué es el teatro isabelino, su origen,


características, estructura, obras y representantes
destacados
Por
Maite Ayala

Reconstrucción de un teatro isabelino. C. Walter Hodges, 1953

¿Qué es el teatro isabelino?


El teatro isabelino es el desarrollado durante el reinado de Isabel I de
Inglaterra, entre los años 1558 y 1603, pasando por sus sucesores Jabobo I
(muerto en 1625) y Carlos I (ejecutado en 1649), hasta 1642 cuando los
teatros ingleses se clausuraron por la guerra civil que asoló el país hasta
1688.
Por ello, la época histórica que suele indicarse para el teatro isabelino es
entre el ascenso de la reina Isabel I (1558) hasta la guerra civil (1642). Este
extenso periodo de 84 años ha hecho que los estudiosos denominen al
drama surgido entre la reforma anglicana y la clausura de los teatros “teatro
renacentista inglés”.

William Shakespeare, Cristopher Marlowe o Ben Jonson son los autores


más conocidos de este periodo. Fue un teatro sumamente innovador tanto
en el tratamiento de temas populares como en las métricas utilizadas, así
como en las puestas en escena y la ruptura del orden dramático aristotélico.

Origen del teatro isabelino


El teatro isabelino experimentó una fuerte influencia del Cisma Anglicano en
1534, que fue la separación de la Iglesia anglicana de la católica de Roma;
esto hizo que los temas religiosos en dramas y comedias decayese y se
volviese la vista a temas seculares, es decir, laicos, no religiosos.

Isabel I de Inglaterra
En 1572 hubo una ley que castigaba a los cómicos ambulantes,
obligándoles a formar instituciones regidas por nobles o por personas de
dinero; de esta forma se creó la figura de la “compañía teatral”, especie de
protectorado hacia dramaturgos y actores que, de no estar bajo la férula de
algún aristócrata, irían presos.

Esto propició que surgiera el mecenazgo, así como algunas de las más
conocidas compañías teatrales, como The King’s Men (Los hombres del
rey), Lord Chamberlain’s Men (Los hombres de lord Chamberlain),
Worcerter’s Men (Los hombres de Worcester), Queen Anne’s Men (Los
hombres de la reina Ana), etc.

Influyeron en el surgimiento del teatro isabelino, asimismo, al menos tres


tradiciones populares teatrales: los
llamados misterios, milagros y moralidades, representaciones del siglo XIV y
XV donde se escenificaban en carrozas móviles escenas bíblicas, primero, y
alegorías moralizantes después, con el objeto de educar en la fe al pueblo.

También existieron los interludios, del siglo XVI, que eran obras hechas
para espacios reducidos y un público escogido, enfocadas en temas
seculares y producidas por compañías ambulantes.

Además, el interés de Isabel I por las artes en general dio un gran impulso a
las artes escénicas. Por otra parte, la época isabelina supuso para la nación
la entrada a la modernidad, pues se vivió un periodo de relativa paz, se
redujo sustancialmente la persecución religiosa, se utilizaba de forma
moderada la tortura y, en general, se tuvieron en cuenta las innovaciones
tecnológicas y científicas impulsadas por Copérnico.

Bajo Isabel empezaron las grandes exploraciones geográficas y durante su


reinado comienza la colonización de América del Norte. Todo esto es el
marco donde surge el teatro isabelino.

Características del teatro isabelino

Puestas en escena
Muchas obras se realizaban en posadas o al aire libre, como plazas o
terrenos baldíos. También se realizaban en casas de los nobles que
apoyaban el teatro. Utilizaban iluminación natural o de velas.

Mala fama
El teatro era considerado por las autoridades puritanas como de mala
influencia, pero gozaba de gran popularidad entre todas las clases sociales.
Por eso los teatros estaban prohibidos en Londres y la construcción de los
primeros espacios teatrales fue al otro lado del Támesis, en zonas como
Blackfriars o Southwark, ambas ajenas a la jurisdicción de la ciudad.

Sin embargo, a finales del siglo XVI, en Londres había por lo menos 8
teatros donde el público podía escoger, y cada uno podía acoger a 3.000
personas.

Métrica
El teatro isabelino renovó la métrica con el llamado verso blanco (en
inglés, blank verse), que carecía de rima, aunque la métrica era regular. En
el idioma inglés utiliza sobre todo el pentámetro yámbico.

El pentámetro yámbico es un verso de cinco pies de yambo (constituido por


una sílaba corta y otra larga) donde cada uno se compone de dos sílabas –
acentuada y no acentuada– y de otra al final opcional no acentuada.

Este tipo de métrica fue empleada en versos rimados (como los sonetos de
Shakespeare) y en los que no tienen rima. Se basó en el verso suelto o
libre, inventado por Francesco María Molza en una obra basada en
la Eneida (Dido muriendo) en el siglo XV.

Esto permitió que el habla de los personajes mantuviese la naturalidad y la


espontaneidad, y no sonase artificioso.

Innovaciones de tiempo
La norma aristotélica estipulaba que la acción y el tiempo fuesen una
unidad. El teatro isabelino rompe estas reglas y entonces es posible advertir
entre una escena y otra cambios radicales de espacio (la habitación de
Julieta, luego la plaza, por ejemplo) y de tiempo: una escena en la mañana
y la siguiente dos semanas después.

Modernidad de los personajes


Una de las principales influencias del teatro isabelino fueron los clásicos
grecolatinos, pero estos fueron reinterpretados y releídos por los ingleses
con una mirada moderna. Por ello, los personajes isabelinos gozan, incluso
hoy, de una actualidad capaz de conmovernos en nuestros días.

El tema del amor juvenil (Romeo y Julieta), el abandono de los ancianos (El
Rey Lear), la traición (Macbeth), los celos (Otelo), entre otras obras de
Shakespeare, dan cuenta de cualidades vivas, tensas, completamente
humanas.

“Teatro dentro del teatro”


En el teatro isabelino se empleaba muchísimo la autoironía, tanto de los
dramaturgos como de los actores. Esto significaba que los actores solían
hablar al público “entre líneas” y había una especie de retroalimentación
entre los espectadores, que a veces intervenían, y los actores.

Pero también había obras de teatro donde dentro de ellas se hacían otras
representaciones teatrales. Tal vez el ejemplo más notorio sea Hamlet, de
Shakespeare, donde el joven príncipe contrata a un grupo de actores
ambulantes para que represente el asesinato de su padre ante Claudio, su
padrastro.

No había interrupciones entre los actos


Debido a que la escenografía era más bien pobre, no hacía falta que entre
un acto y otro se hiciesen las consabidas interrupciones para cambiar el
escenario.

Temas
Era común que las obras mezclasen géneros, sobre todo de la tragicomedia
(fusión de la tragedia y la comedia) para satisfacer los gustos del público. Si
bien en el teatro shakesperiano había una separación más notable entre la
tragedia y la comedia, es posible ver personajes cómicos, que alivian la
tensión del drama.

Un ejemplo perfecto podría ser el bufón de El Rey Lear, o algunos


personajes bufonescos de Romeo y Julieta –como Mercucio–.

Actores, no actrices

Actores de la era isabelina


En el teatro isabelino, las mujeres tenían prohibido actuar en las obras, por
lo que los personajes femeninos eran interpretados por muchachos jóvenes.

Estructura del teatro isabelino


El éxito del teatro isabelino se debió a que este género artístico caló en la
sociedad muy profundamente, y no era visto solo como un entretenimiento
ocasional sino, por el contrario, permanente.

Esto hizo que se construyesen edificaciones especiales para ello,


manteniendo sin embargo mucha de la simplicidad de los escenarios
medievales, en los que los actores utilizaban el espacio central de una
posada y colocaban tablas (de allí la expresión “dedicarse a las tablas”
como sinónimo de teatro) para representar las obras.

En sus comienzos, este edificio teatral era bastante sencillo, construido de


madera o de piedra; solía ser circular y con un patio interno muy amplio
(que degeneraría en la platea actual) cerrado a su alrededor, y sin techo. De
estas balconadas internas derivarían las galerías.
Las representaciones se hacían en el patio, bajo la luz solar. El actor no se
colocaba de frente sino en el medio, y entre las plantas 2 y 3 del escenario
se ubicaban los músicos.

No había escenarios y la acción solía ubicarse mediante muebles u objetos


(por ejemplo, una mesa de taberna era la taberna, una cama era la
habitación, el trono era la corte, etc.).

El primer teatro en construirse fue The Theatre en Shoreditch, en 1576,


seguido poco después por Curtain Theatre (1577), The Rose (1587), The
Swan (1595), The Globe Theatre (1599, el célebre teatro al que
Shakespeare estuvo asociado), The Fortune Theatre (1600) y The Red Bull
(1604). Todos eran abiertos, sin techo.

Otros teatros, como Blackfriars Theatre, de 1599, el Whitefriars, de 1608 o


el Cockpit, de 1617, tenían techo y eran cerrados.

Obras y representantes del teatro isabelino


Los representantes más notables del teatro isabelino fueron William
Shakespeare, Cristopher Marlowe y Ben Jonson.

William Shakespeare, Stratford-on-Avon, 1564-1616


William Shakespeare, retrato de 1876
Es el máximo exponente del teatro isabelino. Sus obras alcanzaron una
profundidad humana que ejercieron una gran influencia en
la literatura mundial posterior. En sus obras se representaban las pasiones
humanas sin moralismos, hecho que rompía completamente con los
cánones de la época.

Escribió comedias y tragedias.

Obras
Entre las tragedias, son famosas Hamlet, Otelo, Macbeth, Romeo y
Julieta, El Rey Lear, Julio César, Laertes, Antonio y Cleopatra o Henry V.

Entre las comedias, destacan Sueño de una noche de verano, La


tempestad, El mercader de Venecia, Mucho ruido y pocas nueces, La
fierecilla domada, Las alegres comadres de Windsor o La comedia de las
equivocaciones.

Christopher Marlowe, Canterbury, 1564-1593


Christopher Marlowe
Fue un poeta, dramaturgo y traductor inglés. Incorporó el verso blanco en el
teatro y es considerado el antecesor de Shakespeare.

Obras
Entre sus obras más destacadas sobresalen Doctor Fausto, Eduardo II, El
judío de Malta y Tamerlán el grande.

Ben Jonson, Westminster, 1572-1637


Shakespeare y Ben
Jonson en la taberna Mermaid
Su obra resulta más notable en el género de la comedia, donde utilizó
elementos realistas y satíricos que dotaban a sus personajes de gran
fuerza. Es considerado un autor del renacimiento inglés, de la época
isabelina tardía.

Fue también actor y poeta, además de dramaturgo.

Obras
Sus obras más relevantes son Volpone, La feria de san Bartolomé, El
alquimista o La mujer silenciosa.
APA

El teatro isabelino, llamado a veces teatro renacentista inglés, es el estilo de


interpretación de obras teatrales que floreció durante el reinado de Isabel I de
Inglaterra (r. 1558-1603) y que continuó bajo sus sucesores Estuardo. El teatro
isabelino fue testigo de los primeros actores profesionales que pertenecían a
compañías itinerantes y que interpretaban obras en verso blanco con temáticas
entretenidas y no religiosas.

El primer teatro permanente se constryuó en Londres en 1576, y rápidamente lo


siguieron otros, por lo cual el arte dramático como entretenimiento se convirtió en
una industria en auge. El hecho de que los teatros realizaran funciones diarias dio
lugar a la existencia de compañías permanentes de actores que no tenían que
hacer giras, y por lo tanto podían invertir más tiempo y dinero para asombrar a
una audiencia que estaba compuesta por personas de ambos sexos y todas las
clases sociales. El dramaturgo más célebre de la época fue William Shakespeare
(1564-1616) cuyas obras eran interpretadas en el famoso Globe Theatre de
Londres, y que abordaban temáticas tan diversas como historia, romance,
venganza, asesinato, comedia y tragedia.

Isabel I y las artes


Las artes en general experimentaron un auge en la época isabelina, pero fueron
las artes escénicas las que tal vez hicieron la contribución más duradera a la
cultura inglesa, e incluso a la cultura mundial. La propia reina era admiradora de
las obras teatrales, intepretaciones y espectáculos que se ofrecían a menudo en
sus residencias reales. Isabel cuidaba mucho su imagen de la reina vírgen que
había sacrificado su vida personal para concentrarse en el bienestar de su pueblo.
Por esto, el teatro fue tan solo uno de los medios que utilizó para proyectar su
propia gloria y la de su familia, los Tudor. La reina patrocinaba activamente a
artistas y dramaturgos.

Naturalmente, los isabelinos no inventaron el teatro, ya que se han representado


obras desde que los antiguos griegos del siglo VI a.C. las inventaron. La Inglaterra
medieval fue testigo de la representación de obras de moralidad y obras de
misterio, incluso había dramas interpretados por actores durante las ceremonias
religiosas y fechas festivas. También exisitían las mascaradas, un tipo de
espectáculo de mímica donde los intérpretes, vistiendo vestuarios extravagantes,
cantaban, bailaban y recitaban poesía frente a una escenografía pintada. Por
último, los pueblos de toda Inglaterra habían financiado por mucho tiempo
espectáculos públicos que involucraban músicos, acróbatas y bufones, y estos
continuaron incluso cuando se popularizó el teatro.

Procesión de personajes de Shakespeare


Unknown Artist (Public Domain)
Estos intérpretes públicos se volvieron un cuerpo profesional de artistas durante la
época isabelina. Las primeras compañías profesionales de actores fueron
patrocinadas por la reina, los nobles, y cualquiera que tuviera dinero para ese tipo
de entretenimiento. Se interpretaban obras de teatro que, quizá gracias a la
Reforma inglesa, estaban completamente libres de temas religiosos y no estaban
relacionadas con días festivos o festivales religiosos. Sin embargo, las obras
laicas presentaban un nuevo reto. Isabel reconoció la influencia del arte popular en
la política y en la mentalidad pública, por lo cual prohibió las representaciones de
obras no autorizadas en 1559. En la década de 1570, también se prohibieron los
ciclos de obras religiosas. El control real del teatro continuó en 1572, cuando solo
se le permitió a los nobles patrocinar compañías profesionales de actores. A partir
de 1574, también todas las compañías debían ser autorizadas.

INCLUSO LAS OBRAS MÁS POPULARES


SOLO SE REPRESENTABAN UNA CANTIDAD
REDUCIDA DE VECES AL AÑO, YA QUE LOS
TEATROS BUSCABAN ENTRETENER A LOS
ESPECTADORES HABITUALES.
El alejarse de los temas religiosos divisivos llevó a los escritores a explorar otras
temáticas, y sus imaginaciones no tenían límite. Las temáticas históricas eran
especialmente populares entre los nuevos dramaturgos, en un período en el cual
se estaba desarrollando un sentido del nacionalismo inglés como nunca antes.
Esto se combinaba con el interés humanista por la antigüedad griega y romana. El
patrocinio real del teatro continuaría durante el reinado del sucesor de
Isabel, Jacobo I de Inglaterra (r. 1603-1625), quien fundaría tres compañías de
actores profesionales (también conocidas como compañías de actuación).

Teatros y actores profesionales


La primera compañía de actores con licencia profesional perteneció al miembro de
la corte favorito de Isabel, Robert Dudley, primer conde de Leicester (c. 1532-
1588). Llamados “Leicester’s Men” (Los hombres de Leicester), obtuvieron su
licencia en 1574 y recorrieron los hogares señoriales del país realizando
actuaciones. Naturalmente, los actores necesitaban un escenario adecuado en el
cual poder lucirse, por lo cual pronto se construyeron los primeros teatros. En
1576 se construyó en Londres el primer teatro permanente (a pesar de que ya
exisitían edificios adaptados con andamiaje temporal como el Red Lion de 1567).
Llamado simplemente the Theatre, “el teatro” en inglés, fue fundado por James
Burbage (c. 1530-1597), quien también era actor. Ubicado en la calle Holywell en
el barrio Shoreditch, the Theatre era un edificio cerrado de madera, sin techo en el
centro, y recibía como espectadores tanto a cortesanos como a plebeyos. The
Theatre fue tan existoso, que se construyeron otros teatros, empezando por the
Curtain (el Telón). Burbage abrió un segundo teatro en Londres, el Blackfriars
Theatre, transformando un monasterio dominico en desuso. También abrieron the
Rose (1587) y the Swan (1595), ya que el negocio del teatro se encontraba en
auge y el hecho de que Isabel estimulara a sus nobles a quedarse en la corte y
tener residencias en la capital garantizaba un público dispuesto. Otros pueblos
siguieron la moda y adquirieron teatros también; los primeros fueron Bath, Bristol,
Norwich y York. Para la época de los reyes Estuardo, muchos teatros ofrecían una
obra diferente cada día, normalmente por las tardes, a un público de hombes y
mujeres conocedor que esperaba ver entretenimiento novedoso. Incluso las obras
más populares solo se representaban una cantidad reducida de veces al año, ya
que los teatros buscaban entretener a los espectadoes habituales.

El teatro isabelino es conocido como la producción dramaturga llevada a


cabo durante la época isabelina hasta el fin del reinado de Jacobo I. Este
teatro se caracteriza por una serie de aspectos que para la época llamaron
mucho la atención de las personas de aquel momento. Como lo son la
ausencia de papeles y decoración de los escenarios durante el desarrollo de
las obras.
En él no se observaba un solo tipo de género, sino que se ponían en
escena distintos géneros al desarrollarse una sola obra. Los dramaturgos
isabelinos destacaban en el mundo por el conjunto de obras dramáticas, a
las que podían ir personas de cualquier clase social sin problemas,
haciéndose campañas teatrales de inclusión de las personas.
Qué es el teatro Isabelino
Se designa como teatro isabelino a la producción de carácter dramaturgo
desarrollada principalmente en Inglaterra. Desde que ascendió Isabel I al
trono en el año 1558 hasta el momento en el que murió su sucesor en el
año 1625, Jacobo I. Pero algunos autores alargan este periodo hasta el año
1642, cuando Carlos I estaba reinando y los puritanos cerraron los teatros.
Estaba bajo la influencia del Cisma Anglicano del año 1534, el cual se
considera como el impulsor del teatro secular en disminución al teatro
religioso. Para el impulso de este teatro influyo la arribada en vitalidad de
una ley que sancionaba a los cómicos móviles. Dicha ley obligaba a los
actores a inscribirse en alguna casa nobiliaria o institución formal para poder
practicar su oficio.
Características del teatro Isabelino
Las características del teatro isabelino son las siguientes:
• Está destinado al público heterogéneo, siendo un teatro de
corte popular.
• Fractura de las unidades establecidas por Aristóteles de lugar,
tiempo y acción.
• Intervención de diversos géneros teatrales en el desarrollo de
una sola obra.
• Existe la alternación de la prosa con el verso.
• Fusión de los personajes plebeyos con los nobles.
• La totalidad de los papeles eran llevados a escena por
hombres.
• No se observaban decorados.
• Era de gran importancia la proyección vocal de los actores y la
gestualidad.
Estructura del teatro Isabelino
La estructura del teatro isabelino se basó en la construcción de estructuras
especiales para llevar a cabo las obras, en las que se buscó siempre de
mantener en todo su esplendor la simplicidad de los escenarios
catalogados de medievales. En los cuales los actores en escena usaban
el espacio del centro, en el que colocaban unas tablas para poder llevar a
cabo la presentación de las obras.
En sus inicios, los edificios que se construían eran de piedra o madera, eran
bastante sencillos. Generalmente, tenían una forma circular y en su interior
poseían un espacio bastante amplio cerrado en sus alrededores. No tenía
techo.
Las presentaciones de las obras eran ejecutadas en el centro del patio, bajo
la luz natural del sol. El actor se colocaba en el centro y entre las plantas 2 y
3 se encontraban ubicados los músicos.

Principales exponentes del teatro


Isabelino
Como principales exponentes del teatro isabelino se encuentran los
siguientes;

• Christopher Marlowe (1564-1593): fue un conocido poeta,


dramaturgo y traductor. Es el encargado de la incorporación
del verso blanco en el teatro. Entre sus obras más destacadas
están Doctor Fausto, Temerlán el grande, Eduardo II y el Judío
de Malta.

• William Shakespeare(1564-1616): fue la figura célebre del


teatro isabelino, es considerado como el responsable de brindar
al teatro la profundidad al momento de expresar la dificultad del
drama de los seres humanos sin moralizaciones, haciendo que
se rompa de manera total el carácter del teatro medieval.
Fue un escritor tanto de tragedia como de comedia, entre sus
obras destacan El Rey Lear, Mucho ruido y pocas
nueces, Hamlet, Sueño de una noche de verano, Romeo y
Julieta, El Mercader de Venecia y Otelo.
• Ben Jonson (1572-1637): destaco principalmente por las
comedias que escribió, siempre trabajo en función de los
componentes realistas y satíricos. Algunas de sus obras
fueron La Feria de San Bartolomé, El Alquimista, La Mujer
Silenciosa y Volpone.
5 obras más importantes del teatro
Isabelino
Las 5 obras más importantes del teatro isabelino son las siguientes;

1. Romeo y Julieta: fue escrito Shakespeare. Es una historia romántica


que se dé entre dos jóvenes de 16 años, los cuales pertenecen a
familias enemigas, siendo las familias más poderosas de Verona y
que siempre han estado enfrentadas entre sí.
2. El Alquimista:es una obra de Ben Jonson. Trata de la historia de un
mayordomo que aprovecha que su amo se ausenta por un largo
periodo de tiempo para montar en su casa un consultorio alquimista,
en el que estafa a las personas que acuden a este.
3. Mucho ruido y pocas nueces: escrita por William Shakespeare. Es
una obra que se basa en el daño y el amor que puede causar los
malentendidos y la traición. En esta se desarrollan dos tramas de
manera paralela de manera síncrona.
5. Eduardo II: es una obra de Marlowe. Trata del reinado problemático y
la muerte lamentable del rey de Inglaterra Eduardo II, y la caída
trágica del orgullo Mortimer.
Preguntas Frecuentes sobre Teatro
Isabelino
¿Qué tiene que ver William Shakespeare con el teatro isabelino?

William Shakespeare es tomado como la figura fundadora e impulsora del


teatro isabelino, siendo uno de sus principales exponentes. Este poseía
críticas fuertes hacia el papel de la mujer en la sociedad, por lo que se
podría tomar como una de las razones por las que en el teatro isabelino solo
actuaban hombres.
Las obras de este autor poseían grandes niveles en torno a los que giraban
sus tramas y en estas se observaba como se unía la fantasía con la
tragedia, diversión y poesía. Leer más

¿De qué trata el teatro isabelino?

El teatro isabelino trata de un estilo de interpretación de un conjunto de


obras, en las que se mezclan un conjunto de géneros en una sola obra,
todos los papeles son interpretados por hombres y los escenarios no
cuentan con decorados. En él destacaron ciertos autores que escribieron
obras de gran impacto para la sociedad de la época. Leer más

¿De qué época es el teatro isabelino?

El teatro isabelino es de la época de reinado de Isabel I de Inglaterra desde


el año 1558 hasta el año 1642 durante el siglo XVI. También conocida la
época isabelina, en la que surgen un grupo de obras escritas por unos
notables escritores y dramaturgos de dicha época, los cuales posibilitaron el
desarrollo de este teatro. Leer más

¿Por qué se llama teatro isabelino?

Se llama teatro isabelino debido a la época en la que surgió, como lo es la


época de mandato de la reina Isabel I de Inglaterra desde 1558 hasta 1642.
Fue un tipo de teatro que género gran impacto en la sociedad de la época
por los géneros mezclados en las obras realizadas
Escenario isabelino, el Teatro Swan
Aernout van Buchel (Public Domain)

Además, al desarrollarse los teatros, los actores y dramaturgos se


liberaban de las obligaciones y restricciones que traía el patrocinio de
los nobles. Sin embargo, fue the Theatre que obtuvo fama mundial,
especialmente a partir de 1599, cuando se trasladó a la orilla sur del río
Támesis y se le dió un nuevo nombre: the Globe Theatre.

El Globe Theatre abrió sus puertas en 1599. Sus dueños eran los hijos de
Burbage y algunos miembros de la compañía profesional de actores
conocida como “Chamberlain’s Men” (Los hombres de Chamberlain).
Uno de estos inversores fue William Shakespeare. Él y otros actores y
dramaturgos compartían la mitad de las ganancias del teatro, mientras
que la otra mitad se destinaba a pagar a actores secundarios, músicos,
vestuarios y costos de mantenimiento. El establecimiento de los teatros
significó que los actores que antes eran ambulantes pudieran formar
una base económica más sólida, lo que les permitía producir más obras
y darles un valor de producción mucho mayor. Las compañías teatrales
podían presumir de doce o más actores principales y algunos actores
secundarios, jóvenes y aprendices. Músicos, escritores, artistas y
copistas también formaban parte del personal.

EN 1592, WILLIAM SHAKEASPEARE SE UNIÓ A


“CHAMBERLAIN’S MEN” Y SE VOLVIÓ UN
MIEMBRO IMPORTANTE DEL PERSONAL
PERMANENTE DEL GLOBE THEATRE.
El Globe Theatre estaba hecho de madera, de forma más o menos
circular, y abierto al cielo en el centro. Tenía una altura de 12 metros
(40 pies) y medía 24 metros (80 pies) de diámetro. Dentro tenía tres
niveles de asientos que ofrecían capacidad para alrededor de 2000
espectadores. El teatro debe su nombre al globo en su tejado, que
llevaba la leyenda en latín de la famosa frase de Shakespeare: “Todo el
mundo es un escenario”. El escenario del Globe era rectangular, medía
unos 12 metros de largo, y estaba protegido por un techo de paja.
Alrededor de doce actores podían actuar en el escenario a la vez. Detrás
del escenario había una galería en donde se podían sentar más
espectadores, o que podía ser utilizada como parte de la obra (por
ejemplo el balcón de Julieta en “Romeo y Julieta”). Se podía sorprender
al público con trucos técnicos como bajar actores colgados de cables, o
haciéndolos aparecer y desaparecer por una trampilla en el piso del
escenario.

En la segunda mitad del siglo XVII llegaron algunos avances


importantes. Las mujeres ahora interpretaban los papeles femeninos
(antes esto lo hacían muchachos jóvenes) y escenografías grandes y
pintadas, a menudo con perspectiva incorporada, se entraban y sacaban
de escena a través de rieles deslizantes. Otro cambio era que ahora las
obras tenían temporadas extendidas, repitiéndose todos los días, un
avance que seguramente apreciaron los actores con poca memoria. Se
estableció un patrón de representación de obras que se mantiene al día
de hoy.
William Shakespeare
Unknown Artist (Public Domain)

William Shakespeare
William Shakespeare es uno de los autores más célebres en cualquier
idioma. Nació en Stratford-upon-Avon en 1564, y no fue hasta 1592 que
se hizo conocido en ambientes teatrales. Dos años más tarde se unió a
“Chamberlain’s Men”, y después, como se mencionó anteriormente, se
volvió un miembro importante del personal permanente del Globe
Theatre, un puesto que mantuvo a lo largo de su carrera como escritor.
William produjo en promedio dos obras por año, y escribió 37 en total.
Ponerle fecha a sus obras es problemático, ya que no existen los
manuscritos originales, por lo cual los historiadores han buscado pistas
en los propios contenidos de las obras y en otra evidencia documental.
Sus obras suelen dividirse en cuatro categorías que demuestran el
amplio espectro del teatro isabelino en general. Estas categorías son:
comedias, romances, historias y tragedias. Las obras, como muchas de
la época, combinan juegos de palabras y referencias burlonas a la
política contemporánea, con historias de amor, actos oscuros de
venganza y asesinato, eventos históricos, ficción histórica, y una gran
porción de patrioterismo.

A menudo “Enrique VI parte I”, escrita alrededor de 1589, se cita como


primera obra de Shakespeare. Entre sus obras más populares están
“Sueño de una noche de verano” (c. 1596), que gira alrededor del
casamiento del héroe griego Teseo con la amazona Hipólita, “Enrique
V” (1599), que incluye una versión ficticia del conmovedor discuro del
rey en la batalla de Agincourt de 1415, “Hamlet” (c.1601) que cuenta
sobre la venganza del homónimo príncipe dánes contra su malvado tío,
y “Macbeth” (1606) llamada como el rey escocés que enloquece después
de cometer una ola de asesinatos.

Otros dramaturgos y actores


Durante el reinado de los Estuardo imprimir los libretos de las obras se
puso de moda y se volvió rentable, aun cuando estas siempre fueran
escritas con el propósito de ser representadas. Se conservan unos 800
libretos de obras teatrales de los siglos XVI y XVII, aunque esto es solo
una pequeña proporción de las que se produjeron en aquella época.
Después de Shakespeare, el dramaturgo isabelino más célebre es
Christopher Marlowe (1564-1593). En 1587 se representó su primera
obra, “Tamerlán el grande”. La obra contaba la historia épica de
Tamerlán, el fundador del Imperio timúrido en Asia central (1307-
1507), y fue un éxito rotundo. Le siguieron otros éxitos, como “Dido,
reina de Cartago”, pero, como muchos dramaturgos y poetas de la
época, Marlowe era propenso a episodios de borrachera, y una pelea en
una taverna resultó en su muerte. Ya que Marlowe también trabajaba
como espía para el gobierno, algunos han especulado que su muerte fue
en realidad un asesinato planificado.

El tercer gran dramaturgo de la época fue Ben Jonson (1572-1637). Se


escapó de una temprana trayectoria laboral como aprendiz de albañil, y
su primera obra, “La isla de los perros” (1597), tuvo éxito, pero lo metió
en problemas con las autoridades que pensaron que incitaba a la
rebelión. Después de una corta temporada en prisión, Jonson se vió
confinado de nuevo después de matar a un actor durante una discusión.
Al salir por segunda vez, Jonson se concentró en lo que él era bueno y
escribió una serie de obras, muchas de las cuales fueron representadas
en el Globe Theatre. Otras obras de Jonson incluyen poesía, mascaradas,
y una gran cantidad de crítica literaria.

Por supuesto, los actores consumados se hicieron un lugar en el nuevo


género. Una figura famosa fue la del actor cómico Richard Tarlton (f.
1588) quien también era bufón de la corte, y que hacía reír a Isabel I
hasta que sus chistes fueron demasiado lejos al ridiculizar a algunos de
los cortesanos favoritos de la reina. El polifacético Tarlton fue uno de
los fundadores de la compañía “Queen’s Men” (Los hombres de la Reina)
y escribió muchas obras exitosas, la más popular fue “Los siete pecados
capitales” (1585). El personaje más famoso de Tarlton era un poco
Chaplinesco: Un hombre pequeño con pantalones holgados que llevaba
un gran bastón.

Desafíos y legado
El nuevo teatro no estuvo libre de críticas. Los puritanos, cada vez más
prominentes en la sociedad isabelina a partir de la década de 1590, se
oponían a un entretenimiento tan frívolo como obras de teatro.
Consideraban que las temáticas, especialmente las tramas de venganza,
asesinato y romance, no eran adecuadas para los plebeyos ya que
podían corrompen sus mentes, al igual que proclaman algunos críticos
modernos del cine violento. Además, los puritanos creían que los
teatros eran lugares indeseables en donde solo se reunían los miembros
ociosos, inmorales y criminales de la sociedad.

A menudo a los residentes locales no les alegraba tener un teatro en su


vecindario, debido al ruido y las asociaciones de las clases bajas con
dichos lugares; esta fue una de las razones por las cuales el Theatre se
trasladó para convertirse en el Globe Theatre. Incluso algunos
empresarios odiaban a los teatros ya que sus empleados iban a ver obras
durante el día, es decir, en horario laboral. Esta preocupación llevo a
que se enviaran peticiones a los alcaldes, quienes a su vez presionaron a
los miembros del Parlamento para que restringieran las funciones
teatrales. Esto también explica por qué los primeros teatros se
construyeron en los suburbios, alejados de la jurisdicción de los
alcaldes. Sin embargo, el teatro era muy barato (a partir de 1 penique la
entrada, alrededor de 1 dólar hoy) y muy popular, por lo cual era muy
díficil de reprimir, incluso cuando los puritanos ganaron importancia a
mediados del siglo XVII y cerraron temporalmente todos los lugares de
reunión pública a partir de 1642. En 1660, con el regreso de los
monárquicos, los teatros abrieron de nuevo y las compañías de actores
volvieron a formarse de inmediato.

La salud pública constituía otro reto. Cuando una nueva ola de la peste
negra golpeó a Londres en 1592, se cerraron todos los teatros por un
año. Muchos alcaldes procuraban evitar las reuniones públicas y hasta
le pagaban a las compañías de actores para que no actuaran si había un
nuevo brote de la peste. Los teatros, al ser estructuras de madera,
también eran susceptibles a fuegos devastadores. El Globe Theatre, por
ejemplo, tuvo que ser reconstruído en 1614, cuando un cañón disparado
para generar efecto dramático en una obra causó que el techo de paja se
prendiera fuego.

A pesar de las amenazas, el teatro isabelino parece haberse establecido


rápidamente como una parte importante y duradera de la cultura
popular y literaria de Inglaterra. Ya en 1623, por ejemplo, se recopilaron
36 obras de William Shakespeare en la obra impresa First Folio. Se
imprimirían más ediciones a lo largo del siglo XVII y una primera
colección debidamente editada se publicó en 1709. Por supuesto, el
mundo entero continúa leyendo a Shakespeare, y sus obras siguen
interesando a los realizadores audiovisuales modernos. Como señaló el
autor Ben Jonson en el prefacio de First Folio, la estrella del teatro
isabelino “no pertenece a una época, si no que es atemporal” (Wagner,
275).

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