Material Adviento 2022 C
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Lo hizo con María, tal vez llena de miedo, temblorosa, acobardada por lo
que se le venía encima. Pero ella abre la puerta a la esperanza pronun-
ciando su "aquí estoy", su "sí" a Dios. Es, por así decirlo, el momento en el
que se encuentra el "sí" de Dios con el "sí" de toda la humanidad en la
Madre, en María.
Un tercer signo es, la corona de Adviento que consiste en una corona de ramas
verdes, situada en un lugar visible y digno, y en la que se colocan cuatro velas
vistosas, por los cuatro domingos de Adviento. Cada domingo se enciende una
progresivamente hasta llegar a las cuatro velas encendidas el domingo cuarto de
Adviento, y se acompaña de una oración o un canto. Es un signo que podemos
hacer tanto en la Iglesia como en casa.
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BENDICIÓN DE LA CORONA
En el primer domingo de Adviento se bendice la corona y, al comenzar
cada misa, el sacerdote mismo u otra persona, enciende la vela corres-
pondiente. Entre tanto se puede cantar algún canto apropiado.
Oremos
La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante
tu Hijo, el Señor, que se acerca como luz esplendorosa, para iluminar a
los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque y la ha adornado con luces.
R/. Amén.
DOMINGOS DE
ADVIENTO
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PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
Liturgia de la Palabra
• Primera lectura: Is 2,1-5
“Esperar al que viene a hacer • Salmo 121, 1-2.3-4a (4b-5.6-7).8-9
nuevas todas las cosas es empezar • Segunda lectura: Rom 13,11-14
a sentirse renovado”. • Evangelio: Mt 24,37-44
MONICIÓN INICIAL
Lo verdaderamente cristiano no es esperar a que todo se nos de hecho en
nuestra historia. Cuando el creyente se compromete con su propia histo-
ria está haciendo presente la salvación de Dios. Lo alienante es quedarse
quieto; lo evangélico es trabajar por el Reino de Dios. El reto cristiano es
que precisamente, en lo cotidiano, se hace presente la salvación de Dios
y su Reino.
INVOCACIÓN TRINITARIA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo.
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ACTO PENITENCIAL
En silencio pidamos a Dios que vega a renovarnos y nos disponga a
celebrar este tiempo de adviento:
1. Jesús hermano de los hombres, que viene para abrir un camino nuevo
de esperanza en nuestras vidas, Señor, ten piedad.
2. Mesías esperado, que eres la Buena Noticia, Cristo, ten piedad.
3. Hijo de Dios, que vienes a llevar a su plenitud todas las esperanzas de
los hombres, Señor, ten piedad.
ORACIÓN
Ven, Jesús, hermano, Señor. Queremos preparar tu venida. Queremos
recibirte. Te esperamos, para que transformes nuestras vidas y nos des tu
luz, tu paz, tu amor. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA.
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“Le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus peca-
dos” (1,21).
CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN.
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SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO
Liturgia de la Palabra
• Primera lectura: Is 11,1-10
“Haré Justicia”. • Salmo 71, 1-2.7-8.12-13.17
• Segunda lectura: Rom 13,11-14
• Evangelio: Mt 3, 1-12
MONICIÓN INICIAL
Debemos preparar el camino del Señor y esto nos exige estar dispuestos
interiormente para la venida de Jesús, para que lo recibamos con un
corazón reconciliado, cada vez más convertido y transformado, capaz de
amar y entregarse a los demás.
INVOCACIÓN TRINITARIA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo.
ACTO PENITENCIAL
En silencio pidamos a Dios que vega a renovarnos y nos disponga a
celebrar este tiempo de adviento:
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1. Jesús hermano de los hombres, que viene para abrir un camino nuevo
de esperanza en nuestras vidas, Señor, ten piedad.
2. Mesías esperado, que eres la Buena Noticia, Cristo, ten piedad.
3. Hijo de Dios, que vienes a llevar a su plenitud todas las esperanzas de
los hombres, Señor, ten piedad.
ORACIÓN
Señor Jesús, concédenos que este aumento de la luz que podemos ver,
signifique en cada uno de nosotros la expulsión de las tinieblas del
pecado que no nos dejan ver el buen camino. Te lo pedimos a ti que vives
y reinas por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA.
CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN.
SOLEMNIDAD DE LA
INMACULADA CONCEPCIÓN
DE MARIA
MONICIÓN INICIAL
“...La Bienaventurada Virgen María fue preservada in- mune de toda
mancha del pecado original en el primer instante de su concepción por
singular gracia y privile- gio de Dios omnipotente, en atención a los
méritos de Jesucristo, Salvador del género humano (Pío IX)”. La Anun-
ciación: “Hágase en mí…” (CIC. 494). Con María, cada uno de nosotros
formamos parte de una humanidad que ha recibido la existencia como
un don de parte de Dios su Creador (Gen 2,7).
INVOCACIÓN TRINITARIA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo.
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ACTO PENITENCIAL
Dispuestos en silencio ante el Señor pidiéndole que descienda sobre
nosotros su perdón y su consuelo:
1. Tú, que al, venir al mundo, haces el camino con nosotros, Señor, ten
piedad.
2. Tú, que nos llamas a cambiar nuestra vida, Cristo, ten piedad.
3. Tú que con MARIA nos envías a anunciar tu palabra, Señor, ten
piedad.
Liturgia de la Palabra
• Primera lectura: Gén 3,9-15.20
• Salmo 97: “Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas”.
• Segunda lectura: Ef 1,3-6.11-12
• Evangelio: Lc 1,26-38
REFLEXIÓN
Como lo hemos visto, esta solemnidad está cargada de una fascinación
espiritual y de una gran consolación que desata en nosotros algunas
responsabilidades precisas de comportamiento y de vida. Lo más bello
de todo es saber que María no es solamente una propuesta de vida sino
una persona viva que está aquí a nuestro lado como madre, siempre
pronta para ayudarnos y sostenernos en nuestro camino de gracia y de
fe, en el que junto con ella trazamos el arco espiritual que configura
nuestra existencia, el que va desde el “llena de gracia” hasta el “hágase
en mí según tu Palabra”.
Hemos dicho que la palabra “gracia” está asociada con “belleza” y que
ésta es la celebración de la belleza de María, que es la belleza de la santi-
dad… Pero la “Inmaculada Concepción” nos está diciendo que la verda-
dera belleza es la que es reflejo de una más profunda y auténtica que
proviene de dentro…María nos invita a rescatar la belleza, a desearla y a
buscarla. Como la suya, no se trata de una belleza de fachada, reducida a
lo externo, sino que proviene de lo interior, de un corazón puro y gene-
roso.
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Un discípulo de Jesús no rechaza el cuerpo, porque la suya es una espiri-
tualidad de la “encarnación”; lo que sí tiene claro es que no tiene sentido
limitarlo a un objeto de consumo, sino que hace de esta profunda unidad
significada en el cuerpo una mediación que comunica un lenguaje de
amor auténtico para los hermanos. Quien es así, no importa lo que nos
digan las imágenes publicitarias, siempre será una persona bella.
ORACIÓN UNIVERSAL
En esta Solemnidad de la Inmaculada concepción María, abogada nues-
tra. presentemos a Dios Padre nuestras suplicas diciendo: “Que tu santa
Madre Interceda Por Nosotros”.
CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN.
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TERCER DOMINGO DE ADVIENTO
Liturgia de la Palabra
(GAUDETE) • Primera lectura: Is 35,1-6a.10
• Salmo 145, 7-10
“El que viene a cambiar todo, nos • Segunda lectura: St 5,7-10
llama a convertirnos a Él”. • Evangelio: Mt 11,2,11
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CELEBRACION FAMILIAR Y COMUNITARIA
MONICIÓN INICIAL
Nuestra sociedad puede ser calificada de apegada a lo inmediato, es decir,
de lo que se tiene a mano, porque del futuro nadie se fía. Vivir el día a día
se opone a la mirada hacia el mañana, porque se le teme. No se sabe muy
bien por qué; pero se tiene miedo al futuro. Este miedo conoce muchas
formas de ser reducido. Una de ellas es la creciente afición por el esoteris-
mo y las ciencias ocultas. La vieja tentación bíblica de buscar falsos
dioses sigue en pie.
INVOCACIÓN TRINITARIA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo.
ACTO PENITENCIAL
Dispuestos ahora en silencio ante el Señor pidiéndole que descienda
sobre nosotros su amor y misericordia:
LITURGIA DE LA PALABRA.
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LECTURA DEL SANTO EVANGELIO - REFLEXIÓN
El Tercer domingo del Adviento es conocido por la primera palabra de la
antífona de entrada de la Liturgia: “Gaudete”, que quiere decir,
“Alegraos” (“Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad
alegres”, Filipenses 4,4). Este lo encontramos en las oraciones y en las
lecturas. El motivo lo presenta la misma antífona: “¡El Señor está cerca!”.
Las líneas del evangelio nos indican que el Reino de los cielos se da a
conocer en su aspecto de misericordia y de salvación (que es la primera
forma del “hacer justicia”). Se ve en la ayuda efectiva a los necesitados.
En medio de las “obras” (la serie de los diez milagros de Mt 8-9) se cita a
Isaías para interpretar la misión de Jesús: “Él tomó nuestras flaquezas y
cargó con nuestras enfermedades” (8,17). El pastor está tomando sobre
sus brazos a las ovejas heridas (ver Isaías 40,11 y Mt 9,35).
ORACIÓN UNIVERSAL
Oremos, hermanos y hermanas, a Dios Padre todopoderoso, que tanto
amó al mundo que le dio a su Hijo único. Oremos diciendo: Ven, Señor,
Jesús.
1. Para que prepare el corazón de los fieles a recibir con gozo la venida de
su Hijo. Roguemos al Señor.
2. Para que el Señor libere a los oprimidos, conceda pan a los hambrien-
tos y cuide con amor a los enfermos, huérfanos y desamparados. Rogue-
mos al Señor.
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3. Para que, al preparar la venida del Señor, celebremos unidos el Día del
Señor y nos veamos libres de la esclavitud de las malas costumbres y
pecados que entristecen nuestras vidas. Roguemos al Señor.
4. Para que, cuando caminemos con Cristo, sintamos y manifestemos en
el mundo la alegría de la salvación. Roguemos al Señor.
CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN.
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CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO
Liturgia de la Palabra
• Primera lectura: Is 7,10-14
“La maternidad virginal de María y • Salmo 23 ,1-6
la salvación sólo pueden • Segunda lectura: Rm 1, 1-7
venir de Dios”. • Evangelio: Mt 1, 18-24
MONICIÓN INICIAL
Una Iglesia acogedora, capaz de salir y de abrirse a los necesitados es lo
que este domingo la liturgia nos pide. Como el sí de María, la Iglesia debe
decir siempre si, a los que sufren, a los que no tienen hogar, ni que comer,
sobre todo aquellos que no han dado lugar a Dios en su corazón ya sea
por el pecado o por no conocerlo.
INVOCACIÓN TRINITARIA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo.
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ACTO PENITENCIAL
Dispuestos ahora en silencio ante el Señor pidiéndole que descienda
sobre nosotros su amor y misericordia:
LITURGIA DE LA PALABRA.
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personalidad espiritual de María y de José. No hay una línea en el evan-
gelio de hoy en la que no esté mencionada la madre de Jesús, al mismo
tiempo que se perfila el papel de José en medio de estos grandes aconte-
cimientos.
ORACIÓN UNIVERSAL
A ti Jesús, nuestro salvador y nuestro Dios, que has querido compartir tu
vida y te has quedado con nosotros, te decimos con fe: Escúchanos, Jesús.
Ven Señor Jesús; ven y renueva el mundo entero. Tu que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN.
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BENDICIÓN PARA LA NOCHE DE LA NAVIDAD
SALUDO TRINITARIO
En el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.
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El padre de familia u otro miembro reza la siguiente oración de bendi-
ción:
Oremos.
Dios Padre, que nos enviaste a tu Hijo muy amado, derrama tu
bendición sobre estos alimentos y también sobre nuestra familia,
para que así, como ahora festejamos gozosos, a tu Hijo Reconcilia-
dor, lo recibamos también confiados cuando vengas al fin de los
tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Y se inicia la comida de
Noche Buena o Navidad.
¡Feliz Navidad!
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“Vivir el Adviento es vivir de y para la
esperanza. De ella en cuanto apoyo;
para ella en cuanto preparación
de los caminos del Señor”.