Material Adviento 2022 C

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 23

ADVIENTO 2022

“El Adviento, es el tiempo del sí”


PRESENTACIÓN
Algunas veces, un “sí” puede cambiar muchas cosas. Pero hay un “sí” que
cambió toda la historia... la nuestra.

La Encarnación, el Dios que se vuelca en la humanidad a través de su


Hijo Jesús, es el SÍ sin medidas del Dios Ternura: con este "sí" cambió el
mundo...

Lo hizo con María, tal vez llena de miedo, temblorosa, acobardada por lo
que se le venía encima. Pero ella abre la puerta a la esperanza pronun-
ciando su "aquí estoy", su "sí" a Dios. Es, por así decirlo, el momento en el
que se encuentra el "sí" de Dios con el "sí" de toda la humanidad en la
Madre, en María.

SIGNOS DEL ADVIENTO


Un primer signo es la austeridad Un segundo signo son los cantos de
litúrgica: sabemos que el Adviento no Adviento, que sólo se cantan en este
es un tiempo penitencial como la tiempo y que es bueno tenerlos
Cuaresma, sino que es un tiempo de reservados para este tiempo, para que
preparación y espera gozosa. tomemos conciencia de que estamos
en el Adviento.

Un tercer signo es, la corona de Adviento que consiste en una corona de ramas
verdes, situada en un lugar visible y digno, y en la que se colocan cuatro velas
vistosas, por los cuatro domingos de Adviento. Cada domingo se enciende una
progresivamente hasta llegar a las cuatro velas encendidas el domingo cuarto de
Adviento, y se acompaña de una oración o un canto. Es un signo que podemos
hacer tanto en la Iglesia como en casa.

2
BENDICIÓN DE LA CORONA
En el primer domingo de Adviento se bendice la corona y, al comenzar
cada misa, el sacerdote mismo u otra persona, enciende la vela corres-
pondiente. Entre tanto se puede cantar algún canto apropiado.

Oración para bendecir la corona de Adviento


Sacerdote: Queridos hermanos, al comenzar este nuevo año litúrgico
vamos a bendecir esta corona con que inauguramos también el tiempo
de Adviento que nos llevará hasta la Navidad. Sus luces nos recuerdan
que Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la
esperanza. La corona de Adviento es, pues, un símbolo de que la luz y la
vida triunfarán sobre las tinieblas y la muerte, porque el Hijo de Dios se
ha hecho hombre y nos ha dado la verdadera vida. El encender, semana
tras semana, el cirio de la corona debe significar nuestra gradual prepa-
ración para recibir la luz de la Navidad. Por eso hoy, primer domingo de
Adviento, bendecimos esta corona y encendemos su primer cirio.

Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración de bendición:

Oremos
La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante
tu Hijo, el Señor, que se acerca como luz esplendorosa, para iluminar a
los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque y la ha adornado con luces.

Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la


venida de tu Hijo, ocurrida hace más de dos mil años, te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con
3
nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de aquel que, por
ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Él que vive y reina
por los siglos de los siglos.

R/. Amén.

Se rocía con agua bendita, el mismo celebrante o un fiel enciende el cirio


que corresponde a la primera semana del Adviento, mientras se canta un
canto adecuado.

DOMINGOS DE
ADVIENTO

Cada domingo de adviento, nos indica a la contem-


plación de la primera “llegada” de Cristo a la tierra, de
su próxima “llegada” triunfal y la disposición que
debemos tener para recibirlo.

4
PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
Liturgia de la Palabra
• Primera lectura: Is 2,1-5
“Esperar al que viene a hacer • Salmo 121, 1-2.3-4a (4b-5.6-7).8-9
nuevas todas las cosas es empezar • Segunda lectura: Rom 13,11-14
a sentirse renovado”. • Evangelio: Mt 24,37-44

CELEBRACION FAMILIAR Y COMUNITARIA

MONICIÓN INICIAL
Lo verdaderamente cristiano no es esperar a que todo se nos de hecho en
nuestra historia. Cuando el creyente se compromete con su propia histo-
ria está haciendo presente la salvación de Dios. Lo alienante es quedarse
quieto; lo evangélico es trabajar por el Reino de Dios. El reto cristiano es
que precisamente, en lo cotidiano, se hace presente la salvación de Dios
y su Reino.

INVOCACIÓN TRINITARIA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo.

5
ACTO PENITENCIAL
En silencio pidamos a Dios que vega a renovarnos y nos disponga a
celebrar este tiempo de adviento:

1. Jesús hermano de los hombres, que viene para abrir un camino nuevo
de esperanza en nuestras vidas, Señor, ten piedad.
2. Mesías esperado, que eres la Buena Noticia, Cristo, ten piedad.
3. Hijo de Dios, que vienes a llevar a su plenitud todas las esperanzas de
los hombres, Señor, ten piedad.

ORACIÓN
Ven, Jesús, hermano, Señor. Queremos preparar tu venida. Queremos
recibirte. Te esperamos, para que transformes nuestras vidas y nos des tu
luz, tu paz, tu amor. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA.

Antes del Evangelio o en otro memento indicado el sacerdote o un fiel


laico, enciende el primer cirio (Morada).

Presidente: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su


lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En
esta primera semana del Adviento queremos levantarnos para esperarte
con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos ador-
mecen. Queremos estar despiertos y vigilante porque tú nos traes la luz
más clara, la paz más profunda, y la alegría más verdadera. ¡Ven Señor
Jesús. Ven Señor Jesús!.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO - REFLEXIÓN


El evangelio del “Velad, estad preparados”, con el cual hoy le damos
apertura al ADVIENTO, nos da la ocasión para que, frente a esta triple
venida del Señor, nos tomemos una pausa de reflexión y nos pregunte-
mos qué estamos haciendo con nuestra vida.

La conciencia de nuestra fragilidad nos llevará a abrirle el corazón a


Aquel que vino al mundo, asumiendo la carne humana, por nuestra
salvación; Aquel a quien el evangelio de Mateo nos presenta diciendo:

6
“Le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus peca-
dos” (1,21).

Entonces viviendo con alegría nuestro proyecto de vida en su discipula-


do levantaremos límpida nuestra mirada hacia la meta y oraremos
confiados: ¡Ven, Señor Jesús! ¡Maranatha!
P. Fidel Oñoro, cjm

ORACIÓN DE LOS FIELES


Confiados en la misericordia de Dios, nuestro Padre, y en la mediación
de su Hijo Jesucristo, le presentamos nuestras plegarias: Ven, Señor,
Jesús.

1. Por tu misericordia, concede a la Iglesia la fortaleza necesaria para


anunciar íntegramente el mensaje del Evangelio a todos los hombres y
mujeres del mundo. Roguemos al Señor.
2. Por tu misericordia, acompaña a los enfermos, a los emigrantes y
refugiados, y a todos los que sufren en su alma o en su cuerpo, en sus
dolores y dificultades. Roguemos al Señor.
3. Por tu misericordia, danos un espíritu de conversión que nos ayude a
estar preparados para tu venida con un corazón limpio y bien dispuesto.
Roguemos al Señor.
4. Te rogamos también por nuestra familia, para que a ejemplo de la
familia de Nazaret vivamos el amor mutuo y nos preparemos para la
venida de tu Hijo. Roguemos al Señor.
5. Te pedimos que Santa María aliente nuestros pasos en este Adviento,
y sea Ella quien nos enseñe a crecer en confianza y esperanza en la
venida del Reconciliador. Roguemos al Señor.
(Se pueden añadir otras peticiones).

Presidente: Que tu misericordia venga sobre nosotros, como lo espera-


mos de ti. Concédenos lo que te pedimos con fe y danos el gozo de servir
tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO; AVE MARÍA.

CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN.
7
SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO
Liturgia de la Palabra
• Primera lectura: Is 11,1-10
“Haré Justicia”. • Salmo 71, 1-2.7-8.12-13.17
• Segunda lectura: Rom 13,11-14
• Evangelio: Mt 3, 1-12

CELEBRACION FAMILIAR Y COMUNITARIA

MONICIÓN INICIAL
Debemos preparar el camino del Señor y esto nos exige estar dispuestos
interiormente para la venida de Jesús, para que lo recibamos con un
corazón reconciliado, cada vez más convertido y transformado, capaz de
amar y entregarse a los demás.

INVOCACIÓN TRINITARIA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo.

ACTO PENITENCIAL
En silencio pidamos a Dios que vega a renovarnos y nos disponga a
celebrar este tiempo de adviento:
8
1. Jesús hermano de los hombres, que viene para abrir un camino nuevo
de esperanza en nuestras vidas, Señor, ten piedad.
2. Mesías esperado, que eres la Buena Noticia, Cristo, ten piedad.
3. Hijo de Dios, que vienes a llevar a su plenitud todas las esperanzas de
los hombres, Señor, ten piedad.

ORACIÓN
Señor Jesús, concédenos que este aumento de la luz que podemos ver,
signifique en cada uno de nosotros la expulsión de las tinieblas del
pecado que no nos dejan ver el buen camino. Te lo pedimos a ti que vives
y reinas por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA.

Antes del Evangelio se enciende el segundo cirio, el color (Rojo).

Presidente: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel.


Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco
está rebrotando, florece el desierto... La humanidad entera se estremece
porque Dios ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros,
Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que
nazcas, y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven
pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO - REFLEXIÓN


En el momento en que va a comenzar la predicación tan esperada de
Jesús, aparece primero una personalidad nueva y desconocida. San
Mateo lo introduce en escena diciendo: “Comparece Juan…” (3,1a). Su
venida no es fortuita, de hecho, su entrada es el punto de referencia que
coincide con el comienzo de una nueva época para la historia.

Esta manera de entrar, con estos primeros términos precisos ya nos


dicen que comenzó el tiempo final: como se dirá al final, es el tiempo del
Mesías. Lo que caracteriza a Juan es la predicación (“comparece…
proclamando”), su tarea hacer una proclamación pública, personal y de
viva voz. En cuanto “predicador” Juan viene para despertar las concien-
cias, para abrir los ojos ante la obra que Dios está haciendo y conseguir
9
que esta obra sea adecuadamente recibida por corazones bien dispues-
tos.

Juan es un predicar en el desierto, lugar de la escucha; es un predicador


del cambio, llama a tomar distancia de todo lo que ha tenido valor del
pecado; es un predicador que es portavoz, él se presenta en calidad de
heraldo, de mensajero.

En definitiva, la conversión no consiste en cambiar “cositas” en la vida


sino en un movimiento interno y total que sintoniza la vida con Dios. La
metáfora del árbol es oportuna: a veces hacemos como con los arbolitos
de navidad, a los cuales les agregamos frutas y otros adornos ficticios; la
conversión no es agregarle cosas a la vida sino ser lo que realmente
somos, a partir de la obra del Dios del Reino que nos habita.
P. Fidel Oñoro, cjm

ORACIÓN DE LOS FIELES


Confiados en la misericordia de Dios, nuestro Padre, y en la mediación
de su Hijo Jesucristo, le presentamos nuestras plegarias: Ven, Señor,
Jesús.

1. Por tu misericordia, concede a la Iglesia la fortaleza necesaria para


anunciar íntegramente el mensaje del Evangelio a todos los hombres y
mujeres del mundo. Roguemos al Señor.
2. Por tu misericordia, acompaña a los enfermos, a los emigrantes y
refugiados, y a todos los que sufren en su alma o en su cuerpo, en sus
dolores y dificultades. Roguemos al Señor.
3. Por tu misericordia, danos un espíritu de conversión que nos ayude a
estar preparados para tu venida con un corazón limpio y bien dispuesto.
Roguemos al Señor.
4. Te rogamos también por nuestra familia, para que a ejemplo de la
familia de Nazaret vivamos el amor mutuo y nos preparemos para la
venida de tu Hijo. Roguemos al Señor.
5. Te pedimos que Santa María aliente nuestros pasos en este Adviento,
y sea Ella quien nos enseñe a crecer en confianza y esperanza en la
venida del Reconciliador. Roguemos al Señor.
(Se pueden añadir otras peticiones).
10
Presidente: Que tu misericordia venga sobre nosotros, como lo espera-
mos de ti. Concédenos lo que te pedimos con fe y danos el gozo de servir
tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO; AVE MARÍA.

CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN.

SOLEMNIDAD DE LA
INMACULADA CONCEPCIÓN
DE MARIA

MONICIÓN INICIAL
“...La Bienaventurada Virgen María fue preservada in- mune de toda
mancha del pecado original en el primer instante de su concepción por
singular gracia y privile- gio de Dios omnipotente, en atención a los
méritos de Jesucristo, Salvador del género humano (Pío IX)”. La Anun-
ciación: “Hágase en mí…” (CIC. 494). Con María, cada uno de nosotros
formamos parte de una humanidad que ha recibido la existencia como
un don de parte de Dios su Creador (Gen 2,7).

INVOCACIÓN TRINITARIA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo.

11
ACTO PENITENCIAL
Dispuestos en silencio ante el Señor pidiéndole que descienda sobre
nosotros su perdón y su consuelo:

1. Tú, que al, venir al mundo, haces el camino con nosotros, Señor, ten
piedad.
2. Tú, que nos llamas a cambiar nuestra vida, Cristo, ten piedad.
3. Tú que con MARIA nos envías a anunciar tu palabra, Señor, ten
piedad.

Liturgia de la Palabra
• Primera lectura: Gén 3,9-15.20
• Salmo 97: “Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas”.
• Segunda lectura: Ef 1,3-6.11-12
• Evangelio: Lc 1,26-38

REFLEXIÓN
Como lo hemos visto, esta solemnidad está cargada de una fascinación
espiritual y de una gran consolación que desata en nosotros algunas
responsabilidades precisas de comportamiento y de vida. Lo más bello
de todo es saber que María no es solamente una propuesta de vida sino
una persona viva que está aquí a nuestro lado como madre, siempre
pronta para ayudarnos y sostenernos en nuestro camino de gracia y de
fe, en el que junto con ella trazamos el arco espiritual que configura
nuestra existencia, el que va desde el “llena de gracia” hasta el “hágase
en mí según tu Palabra”.

Hemos dicho que la palabra “gracia” está asociada con “belleza” y que
ésta es la celebración de la belleza de María, que es la belleza de la santi-
dad… Pero la “Inmaculada Concepción” nos está diciendo que la verda-
dera belleza es la que es reflejo de una más profunda y auténtica que
proviene de dentro…María nos invita a rescatar la belleza, a desearla y a
buscarla. Como la suya, no se trata de una belleza de fachada, reducida a
lo externo, sino que proviene de lo interior, de un corazón puro y gene-
roso.

12
Un discípulo de Jesús no rechaza el cuerpo, porque la suya es una espiri-
tualidad de la “encarnación”; lo que sí tiene claro es que no tiene sentido
limitarlo a un objeto de consumo, sino que hace de esta profunda unidad
significada en el cuerpo una mediación que comunica un lenguaje de
amor auténtico para los hermanos. Quien es así, no importa lo que nos
digan las imágenes publicitarias, siempre será una persona bella.

P. Fidel Oñoro, cjm

ORACIÓN UNIVERSAL
En esta Solemnidad de la Inmaculada concepción María, abogada nues-
tra. presentemos a Dios Padre nuestras suplicas diciendo: “Que tu santa
Madre Interceda Por Nosotros”.

1. Por la Iglesia, que peregrina por este mundo con la esperanza de la


gloria que un día se nos descubrirá; en comunión con María, Madre de
la Iglesia. Roguemos al Señor.
2. Por la unión de las Iglesias, divididas por el pecado; en comunión con
María, madre de todos los Creyentes en Cristo. Roguemos al Señor.
3. Por los enfermos, los moribundos, y por todos los que se encuentran
en cualquier necesidad; en comunión con la virgen María, salud de los
enfermos y consuelo de los afligidos. Roguemos al Señor.
4. Por Nosotros, que nos disponemos a celebrar la liturgia de la mesa
Eucarística, anuncio del banquete del reino eterno; en comunión con
María, intercesora nuestra ante su hijo Jesús. Roguemos al Señor.

Ten en cuenta, Señor, los anhelos y sufrimientos de toda la Humanidad,


expresados en la Plegaria de tu Iglesia, que, llena de gozo, contempla en
María nuestra humana naturaleza glorificada. Por Nuestro Señor
Jesucristo…

ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO; AVE MARÍA.

CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN.

13
TERCER DOMINGO DE ADVIENTO
Liturgia de la Palabra
(GAUDETE) • Primera lectura: Is 35,1-6a.10
• Salmo 145, 7-10
“El que viene a cambiar todo, nos • Segunda lectura: St 5,7-10
llama a convertirnos a Él”. • Evangelio: Mt 11,2,11

La antífona de entrada (Gaudete) marca la tónica dominante de este


“domingo de la alegría”, que es el gozo por la cercanía del Señor. El texto
de san Pablo: Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito: estad
alegres. El Señor está cerca (Filipenses 4,4-5) se convierte en una consig-
na repetida a lo largo de todo el Adviento: si el Señor está cerca, su proxi-
midad no debe ser motivo de tristeza, sino de gozo.

La alegría cristiana no es un estado de ánimo cándido o inconsciente que


olvide los sufrimientos del mundo, sino que nace precisamente de la
confianza en que esos males serán superados y asumidos con la venida
del Señor, la cual dará sentido a este mundo tantas veces injusto y
desorientado.

14
CELEBRACION FAMILIAR Y COMUNITARIA

MONICIÓN INICIAL
Nuestra sociedad puede ser calificada de apegada a lo inmediato, es decir,
de lo que se tiene a mano, porque del futuro nadie se fía. Vivir el día a día
se opone a la mirada hacia el mañana, porque se le teme. No se sabe muy
bien por qué; pero se tiene miedo al futuro. Este miedo conoce muchas
formas de ser reducido. Una de ellas es la creciente afición por el esoteris-
mo y las ciencias ocultas. La vieja tentación bíblica de buscar falsos
dioses sigue en pie.

INVOCACIÓN TRINITARIA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo.

ACTO PENITENCIAL
Dispuestos ahora en silencio ante el Señor pidiéndole que descienda
sobre nosotros su amor y misericordia:

1. Jesús hermano del hombre, que vienes a fortalecer a tu pueblo y abrir


un camino nuevo en nuestras vidas, Señor, ten piedad.
2. Mesías esperado, que vienes a dar la Buena Noticia a los pobres, a
curar os corazones desgarrados, a anunciar la libertad a los cautivos,
Cristo, ten piedad.
3. Hijo de Dios, que vienes a realizar las esperanzas de los hombres,
Señor, ten piedad.

LITURGIA DE LA PALABRA.

Antes del Evangelio se enciende el tercer cirio (Azul o rosado).

Presidente: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una


voz. Se anuncia la Buena Noticia: ¡El Señor va a llegar! Preparen sus
caminos porque ya se acerca Adornen su alma como una novia se enga-
lana el día de su boda Ya llega el mensajero. Juan Bautista no es la luz,
sino el que nos anuncia la luz.Cuando encendemos estas tres velas cada
uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que
calientes. ¡Ven Señor, a salvarnos, envúelvenos en tu luz, caliéntanos en
tu amor!

15
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO - REFLEXIÓN
El Tercer domingo del Adviento es conocido por la primera palabra de la
antífona de entrada de la Liturgia: “Gaudete”, que quiere decir,
“Alegraos” (“Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad
alegres”, Filipenses 4,4). Este lo encontramos en las oraciones y en las
lecturas. El motivo lo presenta la misma antífona: “¡El Señor está cerca!”.

Esta motivación hay que subrayarla en la celebración de hoy: los orna-


mentos del presbítero (antiguamente se sugería usar color rosado), el
arreglo de la Iglesia, la música (sin exagerar el tono festivo). Es bueno
también que ya esta tercera semana del Adviento motivemos (y nos
motivemos) para una bien preparada celebración penitencial: a Jesús se
le recibe con el corazón limpio.

Las líneas del evangelio nos indican que el Reino de los cielos se da a
conocer en su aspecto de misericordia y de salvación (que es la primera
forma del “hacer justicia”). Se ve en la ayuda efectiva a los necesitados.
En medio de las “obras” (la serie de los diez milagros de Mt 8-9) se cita a
Isaías para interpretar la misión de Jesús: “Él tomó nuestras flaquezas y
cargó con nuestras enfermedades” (8,17). El pastor está tomando sobre
sus brazos a las ovejas heridas (ver Isaías 40,11 y Mt 9,35).

P. Fidel Oñoro, cjm

ORACIÓN UNIVERSAL
Oremos, hermanos y hermanas, a Dios Padre todopoderoso, que tanto
amó al mundo que le dio a su Hijo único. Oremos diciendo: Ven, Señor,
Jesús.

1. Para que prepare el corazón de los fieles a recibir con gozo la venida de
su Hijo. Roguemos al Señor.
2. Para que el Señor libere a los oprimidos, conceda pan a los hambrien-
tos y cuide con amor a los enfermos, huérfanos y desamparados. Rogue-
mos al Señor.

16
3. Para que, al preparar la venida del Señor, celebremos unidos el Día del
Señor y nos veamos libres de la esclavitud de las malas costumbres y
pecados que entristecen nuestras vidas. Roguemos al Señor.
4. Para que, cuando caminemos con Cristo, sintamos y manifestemos en
el mundo la alegría de la salvación. Roguemos al Señor.

Presidente: Dios todopoderoso y eterno, que nos mandas preparar el


camino a Cristo, el Señor; concédenos misericordiosamente, que no nos
dejemos vencer por la tristeza o el desánimo los que esperamos con
alegría la venida de tu Hijo, que vive y reina contigo por los siglos de los
siglos. R/. Amén.

ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO; AVE MARÍA.

CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN.

17
CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO
Liturgia de la Palabra
• Primera lectura: Is 7,10-14
“La maternidad virginal de María y • Salmo 23 ,1-6
la salvación sólo pueden • Segunda lectura: Rm 1, 1-7
venir de Dios”. • Evangelio: Mt 1, 18-24

CELEBRACION FAMILIAR Y COMUNITARIA

MONICIÓN INICIAL
Una Iglesia acogedora, capaz de salir y de abrirse a los necesitados es lo
que este domingo la liturgia nos pide. Como el sí de María, la Iglesia debe
decir siempre si, a los que sufren, a los que no tienen hogar, ni que comer,
sobre todo aquellos que no han dado lugar a Dios en su corazón ya sea
por el pecado o por no conocerlo.

INVOCACIÓN TRINITARIA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo.

18
ACTO PENITENCIAL
Dispuestos ahora en silencio ante el Señor pidiéndole que descienda
sobre nosotros su amor y misericordia:

1. Por nuestros rechazos y falta de acogida, Señor, ten piedad.


2. Por nuestra insolidaridad y nuestro egoísmo, Cristo ten piedad.
3. Por nuestra falta de coherencia, entre lo que celebramos y vivimos,
Señor, ten piedad.

LITURGIA DE LA PALABRA.

Antes del Evangelio se enciende el cuarto cirio (Verde).

Presidente: Al encender estas cuatro velas, en el último domingo, pensa-


mos en Ella, la Virgen, tu madre y madre nuestra. Nadie lo esperó con
más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más
alegría. Tú sembraste en ella, como el grano de trigo se siembra en el
surco. Y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También noso-
tros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor, y en el trabajo de
cada día. ¡ven pronto, Señor, Ven a salvarnos!

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO - REFLEXIÓN


Casi a las puertas de la celebración de la Navidad, subimos el último
peldaño en nuestro itinerario del Adviento. El evangelio de este domin-
go nos coloca frente a los acontecimientos que preceden el nacimiento
de Jesús, especialmente los relacionados con el anuncio de que el niño
engendrado en el vientre virginal de María proviene de Dios.
Tengamos presente que este es el domingo de la Anunciación. El año
pasado, en este domingo habíamos leído la anunciación del Ángel a
María, este año leemos la revelación divina del origen de Jesús a José
(versión de Mateo).

El pasaje, también conocido como “el sueño de José” (Mateo 1,18-24; el


versículo 25 está omitido en la liturgia), nos ayuda a descubrir mejor el
verdadero origen en Dios de la persona de Jesús y, de ahí, su misión con
relación a los hombres. Bajo esta luz, descubrimos también la fascinante

19
personalidad espiritual de María y de José. No hay una línea en el evan-
gelio de hoy en la que no esté mencionada la madre de Jesús, al mismo
tiempo que se perfila el papel de José en medio de estos grandes aconte-
cimientos.

En el evangelio de este día, el evangelista Mateo aplica este oráculo a


Jesús. Con Jesús, Dios cumplió definitivamente su promesa: Él es el
EMMANUEL anunciado, el “Dios con nosotros”. La salvación es un don
gratuito de Dios. La iniciativa de Dios está claramente afirmada: no es
como con el rey Acaz que sacrificó su hijo en un ritual pagano para ganar
las bendiciones del cielo, sino que es Dios quien nos ofrece amorosa-
mente el suyo. El nacimiento de Jesús es la suprema intervención de
Dios, obra del Espíritu Santo, como se lo revela Dios a José.

P. Fidel Oñoro, cjm

ORACIÓN UNIVERSAL
A ti Jesús, nuestro salvador y nuestro Dios, que has querido compartir tu
vida y te has quedado con nosotros, te decimos con fe: Escúchanos, Jesús.

1. Que nadie sea rechazado, como tú lo fuiste. Oremos.


2. Que nadie se sienta forastero, como tú lo sentiste. Oremos.
3. Que todos encuentren un trabajo digno, como tú tuviste en Nazaret.
Oremos.
4. Que sepamos respetar, valorar e integrar a cuantos viven entre noso-
tros, como prolongación de tu presencia. Oremos.

Ven Señor Jesús; ven y renueva el mundo entero. Tu que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO; AVE MARÍA.

CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN.

20
BENDICIÓN PARA LA NOCHE DE LA NAVIDAD

La corona de adviento, contiene cinco velas en algunos casos, se encien-


de el cirio blanco, sino en el centro de la mesa se colocará una vela ador-
nada y encendida, o la Luz de Belén, y con la imagen el Niño Jesús en
medio. Toda la familia, de pie, se reúne alrededor de la mesa.

SALUDO TRINITARIO
En el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

La madre de familia u otro miembro dice:

Hoy nos encontramos reunidos celebrando el nacimiento del Señor Jesús


de la Virgen María. Él nos reúne esta noche (o día de Navidad) unidos a
la familia de Nazaret.

Uno de los hijos lee:

Del Evangelio de Lc 2, 8-14


«Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigila-
ban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del
Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.
El ángel les dijo: “No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo
será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un
salvador, que es el Cristo y Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis
un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Y de pronto se
juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios,
diciendo: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en
quienes él se complace”.»

Palabra del Señor.


Gloria a Ti, Señor Jesús.

21
El padre de familia u otro miembro reza la siguiente oración de bendi-
ción:

Oremos.
Dios Padre, que nos enviaste a tu Hijo muy amado, derrama tu
bendición sobre estos alimentos y también sobre nuestra familia,
para que así, como ahora festejamos gozosos, a tu Hijo Reconcilia-
dor, lo recibamos también confiados cuando vengas al fin de los
tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

Y se inicia la comida de
Noche Buena o Navidad.

¡Feliz Navidad!

22
“Vivir el Adviento es vivir de y para la
esperanza. De ella en cuanto apoyo;
para ella en cuanto preparación
de los caminos del Señor”.

También podría gustarte