La Constitución Política Del Perú.

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La Constitución Política del Perú

La Constitución es la norma básica del ordenamiento


jurídico de un Estado, encargada de establecer la
regulación jurídica del poder político. En este orden de
ideas, definimos Estado como la entidad jurídica ubicada en
un ámbito físico determinado y que ejerce poder respecto
de un conjunto de personas. Dicho Estado a su vez posee
un conjunto de deberes establecidos constitucionalmente.

Ahora bien, el concepto de constitución puede determinarse desde un punto de


vista material y desde un punto de vista formal. En el primer caso, la
Constitución consiste en la organización, estructural y material, del Estado en
cada realidad concreta. Todo estado, entonces, posee una constitución. Este
es un concepto político, que proviene del ser humano.

 Por otro lado, el concepto


formal de constitución
define a esta como una
norma jurídica, que
permite regular el poder
político, concepto que se
enfoca en el deber ser. En
este orden de ideas,
mientras mayor semejanza
exista entre la constitución
en sentido material y la constitución en sentido formal de un país, mayor será el
nivel de constitucionalismo del mismo y a su vez, mayor el respeto por el Estado
de Derecho. Este es el sustento de la llamada clasificación ontológica de las
constituciones, la cual se la debemos a Kart Loewenstein, como veremos más
adelante.

La Constitución opera entonces como la norma


que justifica, limita y organiza el poder estatal,
estableciendo parámetros al accionar del
Estado, definidos por los derechos
fundamentales de las personas y por un
conjunto de principios, conceptos e
instituciones. A la vez, la norma constitucional
determina la organización del Estado, en
particular, respecto a las atribuciones y
funciones de los diversos entes que lo
componen.

 
La Constitución asegura además la existencia
de un Estado de Derecho, que consiste en
aquel Estado en el cual los derechos
fundamentales de las personas se encuentran
debidamente garantizados, por lo cual resulta
indispensable para la subsistencia de la
sociedad. Si bien ello implica que el Estado se
someta al ordenamiento jurídico, esto no
constituye un fin en sí mismo, sino más bien el
medio para obtener dicha protección.

 El Estado de Derecho


En consecuencia, el Estado de Derecho es la forma en la cual se manifiesta
jurídicamente el constitucionalismo moderno, puesto que en el mismo el
poder político (que como ya lo hemos señalado es un elemento constitutivo
del Estado) se encuentra regulado a través de una norma jurídica denominada
Constitución, la misma que limita los posibles comportamientos arbitrarios, que
afectan derechos fundamentales.

A su vez, el Estado de derecho descansa en tres conceptos de particular


importancia, a los cuales nos vamos a referir:

Primer lugar, el principio de preferencia por los derechos fundamentales,


que permite que los derechos constitucionales sean preferidos ante bienes
jurídicos que no lo son, lo cual es clave para evitar que se afecte su contenido
esencial, conforme lo establecido por la Constitución. Dichos bienes jurídicos
permiten limitar derechos fundamentales, mas no desplazarlos.

Segundo termino , el principio de separación de poderes, por el cual las


funciones del Estado se encuentran distribuidas entre diversos detentadores de
poder estatal, los mismos que se influyen mutuamente, lo cual impide
comportamientos arbitrarios y permite controlar el poder político a través de los
controles mutuos. Dicho principio muestra diversas intensidades en diferentes
estados, lo cual nos permite configurar distintos sistemas de gobierno.

Tercer Punto, un componente clave del Estado de Derecho es el principio de


legalidad, por el cual el Estado en general y la Administración Pública en
particular se regulan de manera directa por el ordenamiento jurídico, el mismo
que no puede ser desconocido por razón alguna. Como resultado, la
Administración Pública puede realizar únicamente las actividades y tareas que el
ordenamiento le asigna expresamente.
 

La Constitución como fuente de derecho

En este orden de ideas, la Constitución es fuente de derecho en el ámbito


formal y en el ámbito material. En el ámbito formal en tanto define como es
que el Estado puede válidamente crear el derecho, es decir, como nacen las
expresiones normativas. La constitución señala cuales son los órganos legítimos
para gobernar y para legislar, su estructura, la competencia, así como el
procedimiento que dichos órganos deben seguir para la generación del
ordenamiento jurídico. Ergo, si una norma no es aprobada según la
constitución, es inválida, siendo inconstitucional por su forma. Para Kelsen,
dicha norma no es en buena cuenta una norma jurídica.

Además, en un ámbito más bien material, la


Constitución establece los parámetros o
estándares respecto de los cuales debe
encuadrarse las normas. La constitución
contiene principios y derechos que no pueden
ser vulnerados por normas de inferior
jerarquía. Ejemplos de ello son conceptos como
la familia, la salud, la educación, el Estado, la
propiedad, la economía social de mercado y otras
más.

En general, dichos conceptos constituyen lo que se denomina instituciones


constitucionalmente garantizadas, siendo los más importantes los derechos
fundamentales, respecto de los cuales se establece además un conjunto de
mecanismos de protección denominados procesos constitucionales. Todo ello
constituye un límite para el comportamiento de los poderes públicos, que
constituye la eficacia vertical de la constitución, así como para el
comportamiento de los particulares entre sí, que implica la llamada eficacia
horizontal. Los derechos fundamentales, en particular, son plenamente eficaces
entre los ciudadanos.

Dr. Christian Guzmán Napurí

Docente de la Maestría en Derecho Administrativo Económico.

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