REsolucion de Conflicto
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con el equipo
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Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 8
1. Construir relaciones.......................................................................... 9
1.1. Consolidar una visión, priorizar un enfoque, compartir unas
metas ........................................................................................... 9
1.2. Generar confianza basada en la ética y los valores ..................... 12
1.3. Ilusionar y potenciar emociones ................................................ 15
1.4. Escuchar ....................................................................................... 17
1.5. Promover lo mejor de cada persona ........................................... 20
2. Superar dificultades.......................................................................... 23
2.1. Evaluar y dar retroacción ............................................................ 23
2.2. Solucionar problemas .................................................................. 28
2.3. Resolver conflictos ...................................................................... 29
2.4. Impulsar el cambio ..................................................................... 33
2.5. Administrar el tiempo ................................................................. 37
3. Ser carismático................................................................................... 40
Bibliografía................................................................................................. 43
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Introducción
¿Por qué este título? En la gestión cotidiana, puede existir la sensación de que
líder y personas lideradas (equipo) son sujetos independientes y radicalmente
distintos. Puede dar la impresión de que hay un único sujeto, el líder, y que
el grupo es el objeto de su acción.
En lo referente a qué se entiende por liderar y ser líder, Peter Drucker responde
con el pragmatismo siguiente:
“La felicidad no está al final del camino. El camino mismo es la felicidad” (Catherine
Rambert).
Reflexión
• Quizá liderar es hacer felices a quienes tenemos más cerca o también fuera de
nuestro propio entorno.
• Parece que la felicidad es una constante que los seres vivos buscamos de manera
incesante. Al mismo tiempo, parece que la figura del líder tiene una relevancia
significativa. Si unimos las dos perspectivas, se podría concluir que el líder no es
ajeno a la felicidad de quienes lo acompañan.
• La gestión que el líder hace de los aspectos funcionales y cotidianos tiene una re-
percusión en la felicidad del grupo, del mismo modo que a veces es difícil separar
el aspecto profesional del personal.
• Si decís a vuestra cabeza que todo va bien y a vuestra gente que todo va mal.
• Si castigáis los errores con más vehemencia que la que utilizáis para reconocer los
logros de vuestros colaboradores.
• Si relativizáis los logros de vuestra gente para que no pidan un aumento de sueldo.
• Si mantenéis vuestra posición sin escuchar e indagar en el punto de vista de los otros.
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Mediante un recorrido por las cualidades esenciales del líder y las que realzan
su liderazgo, el material didáctico pretende proporcionar varias reflexiones en
torno a la práctica directiva diaria que puedan, entre otros aspectos, reforzar el
nivel de influencia personal, fomentar el autoconocimiento y seguridad per-
sonal, percibir los aspectos emocionales que soporta el rol de líder, elegir el
estilo de dirección más adecuado o entender las claves del comportamiento
de los colaboradores.
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Objetivos
1. Construir relaciones
Una de las principales funciones como líder es dar una visión al grupo y una
proyección hacia el futuro de todos.
Visión
A veces, la visión procede de un sueño (de una visión). Recordemos la frase de Martin
Luther King: “Tengo un sueño...”, que fue el norte de su vida. Otro ejemplo, John Fitz-
gerald Kennedy: “Tengo la visión de que el hombre llegará a la luna al final de los años
sesenta”.
Las metas y los objetivos vienen después. En primer lugar, hay que construir
esta piedra angular, este faro que ilumina o brújula que guía y que une las
actividades de todos los componentes del equipo. Es el “alma” del grupo.
La actividad del equipo queda más alineada cuanto más retadora es la visión,
más sentida emocionalmente, y más compartida y participada.
Stephen Covey (2000) identifica como un hábito esencial la construcción de Lectura complementaria
la visión. Para que el líder la lleve a cabo, se pide que tenga las características
S.�Covey (2000). Los 7 hábi-
siguientes: tos de la gente altamente efecti-
va. Barcelona: Paidós.
Entre los aspectos que influyen en el éxito de una visión, encontramos los
siguientes.
• Tiene que estar relacionada con los valores del grupo (organización, em-
presa, comunidad, país, etc.) y con la cultura subyacente.
Para determinar las metas de manera adecuada, los objetivos deben ser:
Entre los criterios para el éxito en la fijación de los objetivos, cabe mencionar
los siguientes:
• Los objetivos de los miembros del grupo deben estar alineados con la estra-
tegia del grupo, y la estrategia ha de estar alineada con la misión y visión.
• Los objetivos de los miembros del grupo tienen que estar coordinados,
alineados.
• Los miembros han de tener las capacidades necesarias para conseguir los
retos, así como los medios materiales oportunos.
Las metas son una fuente de motivación. Y la motivación es más alta cuanto
mayor es el reto, siempre que haya un equilibrio entre lo que se reta y lo real-
mente alcanzable. Además de lograrse el objetivo, se generan más unidad y
emociones en el grupo cuanto mayor es la dificultad. Sea como fuere, cuanto
más difícil ha sido lograr la meta, más se crece y más se aprende.
“Cuanto más arriba coloque el hombre su meta, más crecerá” (Friedrich Schiller, poeta
alemán del siglo XVIII).
Un pilar básico del líder es generar confianza, conseguir ser aceptado por los
miembros del equipo. Esta confianza se puede basar en diferentes aspectos,
entre los cuales encontramos el estilo de liderazgo.
Referencia bibliográfica
“Liderazgo es ante todo una lección personal, nadie la puede estudiar por mí. Me pueden
comprar los libros, facilitar una mesa, contratar un maestro, darme vitaminas... apoyos
que agradezco, pero al final el diálogo profundo se sostiene entre la vida, la asignatura
para superar y el discípulo, cada uno de nosotros en nuestra poquedad y maravilla”.
Sobreadministración
“Los grandes dirigentes pasan inadvertidos, los no tan grandes son adulados, los que
todavía son menos grandes son temidos; y los pequeños son despreciados” (Lao Tse).
• Se tiene que enfocar más a las personas y a los resultados que al poder. El
poder es egocéntrico, y considera a las personas y los equipos como un
medio, no como una finalidad en sí misma. Si el propósito es el poder, las
personas obedecerán pero no confiarán.
• Se tiene que predicar con el ejemplo. Hay que ser el primero en cumplir
aquello que se quiere que se haga.
Los estados de ánimo, a diferencia de las emociones, que suceden con rapidez,
tienen una temporalidad corta, y son reacciones inmediatas a acontecimien-
tos, son más duraderos en el tiempo. Los estados de ánimo son disposiciones
predominantes. Son más profundos y se nos presentan de manera más conti-
nua y reiterada. Tienen una temporalidad larga. No siempre los podemos re-
lacionar con acontecimientos determinados, y son el tono vital o sensación
de cómo vemos las cosas. Como estados de ánimo tenemos los que dificultan
el logro, como el resentimiento y la resignación, y los que favorecen el logro,
como por ejemplo la aceptación y el entusiasmo.
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Reflexión
Este cambio emocional puede empezar con pequeños detalles. Por ejemplo, entre
vuestra gente podéis hacer un acto de afirmación positiva cambiando la expresión
“buenos días” por la de “feliz día”. Es como hacer con fuerza una declaración de
confianza y optimismo, y una reafirmación personal como diciendo con fuerza “estoy
aquí, ilusionado, consciente, y con energía en desearte un feliz día”.
• Daos y dad permiso para expresar incluso las emociones negativas. Por ejemplo, la
tristeza, si no se expresa, se convierte en estado de ánimo latente. Esto no significa
que no se fomenten las emociones positivas.
• Tened siempre presente que vuestro rol de líder consiste en generar espacios emocio-
nales que predispongan a la acción. Espacios en los cuales fluyan estados emociona-
les de confianza, entusiasmo, compromiso, seguridad; espacios en los que queden
relegados estados emocionales como la resignación y el resentimiento.
los juicios y las creencias que alimentan este estado de ánimo haciendo preguntas
de este tipo:
– ¿Quién dice que no se puede hacer...?
– ¿Qué te impide conseguir esta meta?
– ¿Qué necesitas aprender?
– ¿De quién depende cambiar la creencia de...?
• Cuando una persona está triste, tiene la percepción (fundamentada o no) de sufrir
una pérdida. Para que pase a otra emoción, hay que generarle nuevas percepciones en
las que pueda ver nuevas posibilidades. Y para iniciar el proceso, evitad la aseveración
inicial “estás triste”, “te veo triste”. Es preferible iniciar el diálogo evitando este tipo
de frase que incide más en la emoción, y que cierra la respuesta y la posibilidad de
nuevas percepciones. Es preferible empezar preguntando: “¿cómo estás?”, “cómo te
encuentras?”.
• Como líderes, los miembros del equipo proyectarán sobre vosotros sus emociones,
sensaciones, alegrías. Aceptad esta comunicación emocional de vuestro equipo; y
aceptad las proyecciones individuales.
• Aceptad también las inquietudes, los temores, los miedos. Vuestra misión en este caso
es envolver los miedos, aminorar su impacto.
Tened en cuenta que además de potenciar las emociones positivas, tenéis que modular
las emociones negativas, entre las que se encuentra el miedo. Por lo tanto, es importante
lo siguiente:
• Tenéis que vivir el presente, el aquí y ahora. Os tenéis que desprender del pasado. Y
no tener miedo del futuro, porque todavía no existe. El pasado ya pasó, y el futuro
está por venir. Se puede intuir, pero no conocerlo de verdad.
• No os tenéis que comparar con los demás, ni con sus apariencias. Si no, aparece la
frustración, la inseguridad, la duda, las emociones negativas. Las apariencias son fruto
de este personaje alimentado desde pequeños para sentirnos aceptados.
1.4. Escuchar
Para llevar adelante un proyecto, un plan, una acción, haced actividades di-
rectivas como planificar, organizar, dirigir, comunicar y controlar. Es necesa-
rio, pues, hacer notar que para el éxito de la actividad no basta con que todos
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Según Peter Drucker, “demasiados ejecutivos piensan que son maravillosos con las perso-
nas porque hablan bien; no se dan cuenta de que ser maravilloso significa escuchar bien”.
Tal y como hemos apuntado anteriormente, el logro de una meta necesita Referencia bibliográfica
generar unas emociones positivas. También en este marco de la subjetividad
T.�Peters;�N.�Austin (1987).
se necesita conocer cuáles son los intereses de las personas del equipo, cuáles Pasión por la excelencia. La
son sus percepciones, cuáles son sus creencias. En definitiva, se ha de escuchar Habana: Ed. Ciencias Socia-
les.
a los miembros que componen el equipo. Os comunicáis cuando escucháis.
Pero no siempre escuchamos.
Tom Peters (1987) concluye que una de las principales razones del bajo ren-
dimiento de bastantes directivos es que no escuchan bien. Interesa, pues, po-
tenciar la escucha.
Escucha
• Conviene abandonar la antigua creencia de que lo que decís es lo que los otros en-
tenderán y escucharán. Lo que decís y lo que los otros escuchan son fenómenos di-
ferentes, entre los cuales existe una brecha.
• Quizá no haya una única verdad, sino una suma de verdades individuales.
• Como dice uno de los principios de la ontología del lenguaje: “No sabemos cómo
son las cosas; solo sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos. Vivimos
en mundos interpretativos”.
• Como líderes, debéis ser conocedores de que la brecha comunicativa puede dar lugar
a malentendidos. Vuestra misión es aceptar esta posibilidad y, dentro de lo posible,
superar esta brecha promoviendo nuevas percepciones e intereses, en este caso co-
munes. Vuestro reto es respetar cada individualidad y, a la vez, construir un espacio
de “com-unidad” y “com-unión”.
• Los juicios, siempre los juicios. Tenerlos y saber prescindir de ellos, este es uno de
nuestros retos.
• Escuchar es ser abierto y receptivo a quien tenéis delante. Una actitud egocéntrica y
soberbia no permite una escucha activa y una comunicación verdadera.
• Sucede lo mismo con el poder, entendiendo como tal un medio de dominio sobre
las personas para tenerlas a nuestra merced. Quien tenga como enfoque primordial
disponer de poder no necesita escuchar ni comunicarse; le basta con informar y uti-
lizar técnicas de falsa comunicación.
Hay aspectos concretos que limitan nuestra capacidad de escucha, entre los
cuales encontramos los bloqueos auditivos siguientes.
Cita
Según Gandhi: “El líder es un pedagogo popular que imparte sus lecciones en el aula
magna de la vida. No anhela perpetuarse en su gloria y poder, sino que sueña con un
pueblo libre y preparado que se enfrenta de manera resuelta a sus problemas. En lugar
de provocar y pulsar lo peor del ser humano, tentación fácil y demagógica de tantos y
tantos «líderes», un líder de verdad es como «el poeta que sabe llamar con voz potente
la bondad que late en el corazón del hombre”.
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• Cuando decís “haré esto”, procurad hacerlo porque si no, sabed que se produce
una ligera alteración física, pero alteración al fin y al cabo, en vuestro cerebro.
• El hecho de que tengáis conciencia de las cosas no quiere decir que todo quede
supeditado a vuestro “control mental”. Hay otros niveles de conciencia, como
por ejemplo actuar de manera espontánea, que os dan la calidez y “humanidad”
necesarias en vuestra calidad de líder.
Los aspectos mencionados se recogen en Mario Alonso Puig (2004). Madera de Líder.
Claves para el desarrollo de las capacidades de liderazgo. Ed. Urano.
Este es el caso del efecto Pigmalión: si a un colaborador le decís que lo está ha-
ciendo muy bien, tanto si es cierto como si es falso, al final la información que
así sucede actúa como motivador para que consiga buenos resultados, además
de encontrarse satisfecho. La expectativa manifestada previamente actúa de
sugestión y predetermina nuestra propia conducta, de modo que nos predis-
pone al éxito o al fracaso real.
2. Superar dificultades
• Explicitar claramente qué esperamos que haga el colaborador. No sirve, por ejemplo,
“falta el informe de final de mes”. Señalar una falta no es explicitar la acción que
se tiene que hacer. La acción que se debe llevar a cabo en este ejemplo sería: “¿me
puedes enviar por correo electrónico el informe de final de mes?”.
• Indicar un deseo no es una explicitación para la acción. Por ejemplo, no sirve “quiero
que te orientes más a los resultados”. Este tipo de mensaje es conversacional, pero
no concreta una acción específica y por lo tanto no es una petición o instrucción. El
hecho de que el colaborador responda de manera afirmativa que “tendrá más orien-
tación a resultados” no impide que posteriormente, y llegado el momento de la eva-
luación, se puedan presentar problemas de interpretación.
• Para cuándo necesitamos que se haga lo que pedimos. No sirve decir que esperamos
tal cosa “cuanto antes mejor”, o incluso decir “por la tarde”. Si el tiempo no está
concretado, no podemos reclamar después el incumplimiento de la petición.
Obviamente, estos criterios básicos no tienen que estar reñidos con el plan-
teamiento de la delegación. El directivo no entra en el detalle de cómo el co-
laborador hace una acción, sino que se centra solo en el resultado final que
espera. Como cualquier acontecimiento, las peticiones se tienen que acompa-
ñar siempre de la emocionalidad necesaria. No es lo mismo pedir una cosa
con enojo e imposición que hacerlo con positivismo e involucración. El posi-
tivismo predispone a la acción. La delicadeza en el trato ayudará a utilizar en
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Por el contrario, puede suceder que por un motivo u otro lo que se ha prome-
tido no se haya cumplido, por ejemplo, porque vuestro colaborador ha prio-
rizado otros compromisos. Entre las diferentes reacciones que podríais tener,
están, por ejemplo, no hacer nada, quejaros o reclamar lo que acordasteis.
Reflexión
Para podernos mover y actuar, las personas necesitamos hacer evaluaciones y juicios
en todo momento. Estos, que son una ayuda para la vida cotidiana, también pueden
ser un problema, puesto que limitan nuestra receptividad, comunicación y conoci-
miento.
A veces, la clave no está tanto en el modo en que actúan nuestros colaboradores co-
mo en la manera como actuamos nosotros mismos. Puede suceder que ante alguna
circunstancia reaccionemos de manera rápida e impulsiva, dejándonos llevar por al-
gún tipo de rabia que nos hace perder el equilibrio y la perspectiva.
Más allá de algún tipo de actuación más o menos colérica del todo desaconsejable,
más allá de esta actuación, la propuesta que hacemos es incluso salir de la dialéctica
“acción-reacción”.
¿Por qué tenemos que pensar que el colaborador es “nuestro”? ¿Y por qué nos tene-
mos que poner nosotros, los supuestos jefes, como centro de todo? Más aún, ¿por
qué nos hemos de sentir poseedores de la verdad?
¿Qué verdad? ¿Qué realidad? ¿Tan poderosos somos, que sabemos lo que es cierto?
Proponemos una dosis de relatividad... y quizá también de humildad. Esto nos facili-
tará la relación con “nuestros” colaboradores. Quizá nos puede servir considerar que
nosotros, las personas, somos más, mucho más, que nuestros actos.
¿Somos solo lo que hacemos? ¿O quizá nuestra esencia vital es más que el papel que
representamos? Quizá en la vida representamos un papel, como una obra de teatro, el
gran teatro del mundo, que decía Calderón de la Barca. No es más importante quien
tiene el mejor papel, sino quien lo representa mejor.
Quizá, desde esta perspectiva, nos podemos ahorrar emociones negativas en la rela-
ción con los otros. Posiblemente este nuevo esquema también nos permite conseguir
un estado de serenidad para ver las cosas con perspectiva. La serenidad nos facilita
salir de los problemas y encontrar la solución. Por el contrario, las emociones nega-
tivas nos atrapan en el problema mismo y, ausentes entonces de creatividad, no nos
permiten salir de él.
Pero bien, esta es “mi” visión, y vosotros podéis tener otra muy distinta. Las visiones
son eso, puntos de vista, y no hay un solo punto de vista del mismo modo que, quizá,
no hay una sola “realidad”.
• Los juicios sirven para orientarnos personalmente. Nos dan cierta seguri-
dad personal y reducen nuestra incertidumbre vital individual. Nos sirven
para ordenar nuestras preferencias personales. Estas preferencias nos apro-
ximan hacia personas o hechos, pero a la vez nos distancian.
• Nos surgen los juicios en todo momento. Y los utilizamos en cada circuns-
tancia.
Como líderes, tenéis el reto de considerar que vuestros juicios son solo jui-
cios, no verdades. Y que vuestros juicios no son más importantes que los de
vuestros colaboradores. Son solo diferentes. Vuestro enfoque se debe orientar,
pues, a fomentar un espacio de flexibilidad y entendimiento que permita el
crecimiento del equipo y de vosotros mismos.
Algunas organizaciones propician más los sentimientos negativos que los po-
sitivos, especialmente en los momentos en los que se fomentan las compara-
ciones, los juicios, las exclusiones, las mentalizaciones, etc. Este entorno de
caos emocional puede ser reequilibrado en la medida en que mantengamos
nuestra armonía y tono vital.
Anotación práctica
Para solucionar problemas, resolver conflictos, tomar decisiones difíciles, una anotación
práctica que os hacemos es enfocarse al éxito. No os sirve de nada estar agobiados por
la dificultad. Cuando las personas estamos excesivamente preocupadas, no vemos las
soluciones. La preocupación limita el enfoque. Aquello en lo que os enfocáis es lo que
conseguís.
ción, y deja de tener capacidad de ver más allá, justo para encontrar la solución que se
suele encontrar fuera del problema.
Al final sucede lo que preocupa. El miedo hace que se produzca justo lo que queréis evitar.
Cuando queráis superar un obstáculo enfocad la mente a superarlo, no al miedo que
os produzca el fracaso. No os preocupéis. Ocupaos. Pasad a la acción. No miréis abajo,
tomad carrerilla para conseguir la meta.
“Tus problemas no se pueden resolver en el mismo nivel mental que tenías cuando los
creaste” (Albert Einstein).
Conviene que observéis que la solución a un problema no está dentro del propio proble-
ma, sino fuera. Para solucionar el problema, hay que dejar de ser parte de él; por lo tanto,
hay que salir físicamente de él.
Dentro del problema no hay perspectiva. La solución se produce en otro plano, en otro
nivel, con otro lenguaje, etc. Y esta es una de las partes positivas de los problemas: que
abren nuevos mundos y aportan nuevos niveles de conciencia.
El conflicto queda resuelto solo cuando las partes en litigio quedan totalmente
satisfechas. No se puede considerar que el conflicto ha sido resuelto si se han
llevado a cabo acciones para que quede dormido en lugar abordarlo, puesto
que deriva en una aparición futura o en un desplazamiento futuro hacia otro
conflicto.
tos que expliciten en qué pueden contribuir al logro de los objetivos y éxito
del otro. De manera muy resumida, el final del proceso sería que cada parte
manifiesta qué necesita de la otra y qué puede ofrecer a cambio.
• Buscad un espacio tranquilo para que debatan las dos personas o los dos grupos en
litigio.
• Invitad a cada parte a describir el problema sin ser interrumpida por la otra.
• Resumid lo que se ha dicho. Poned una frase que englobe lo que se ha comentado,
definid el conflicto y preguntad a las partes si están de acuerdo. En caso de que no
refleje la descripción que han hecho, modificad lo que sea necesario. Si las partes son
dos grupos, utilizad una pizarra visible para todos.
• Identificad claramente las necesidades e intereses de las partes: qué es lo que cada una
quiere y por qué. Es importante concretar en detalle las necesidades. Por ejemplo,
os podríais encontrar con dos grupos que quieren una última naranja. En la indaga-
ción, podríais averiguar que lo que un grupo quiere es la piel de la naranja y el otro,
la fruta. Aunque al principio parecía que el espacio –tiempo de los dos grupos– se
interfería mutuamente, en la indagación habéis podido descubrir que el espacio no
era coincidente, sino complementario.
• Es básico investigar a fondo porque a veces el conflicto manifiesto, el que aparece vi-
sible, no es el problema. Se tiene que profundizar para ver cuál es el conflicto latente.
Es como un iceberg, la parte más importante es la que no se ve.
• Preguntad a los asistentes por la percepción que tienen sobre el tema. Puede que el
conflicto sea consecuencia de su percepción.
© FUOC • PID_00224877 33 Liderar y crecer con el equipo
• Preguntad a las partes sobre posibles vías de solución. Para ello, utilizad herramientas
de solución de problemas como, por ejemplo, la lluvia de ideas (brainstorming).
• Estableced el plan de acción que se tiene que seguir. Es preferible que lo hagáis de
manera participativa: no solo se ha acordado con las partes, sino que se ha elaborado
junto con ellas.
• Tened perspectiva de largo plazo; así pues, la solución no tiene que ser
solo a corto plazo, sino que debe encajar en la evolución del grupo y la
organización.
Burns (2003) propone dos tipos de cambio. El primer tipo de cambio que atribuye al
liderazgo transaccional consiste en sustituir una cosa por otra en un acto de intercambio.
Más profundo es el segundo tipo de cambio: se trata de una modificación de la condición
original a otra diferente; una transformación radical en la forma o en el carácter. Este es
el tipo de cambio que opera en el liderazgo transformacional.
“En una organización inteligente (es decir, en la que todos sus integrantes y la organiza-
ción como un todo son capaces de aprender constantemente) los líderes son diseñadores,
mayordomos y maestros. Son responsables de construir organizaciones donde la gente
expande continuamente su aptitud para comprender la complejidad, clarificar la visión
y mejorar los modelos mentales compartidos, es decir, son responsables de aprender”.
Peter Senge (2005). La Quinta Disciplina. El arte y la práctica de la organización abierta al
aprendizaje (pág. 419). Ed. Granica.
Liderar o motivar representa influir; cambiar la opinión sobre una cosa y hacer
que la persona se mueva en el sentido deseado. Cuanto mayor es el impacto,
más rápido es el cambio. A la vez, motivar es igual a dar energía. Entonces, el
cambio es mayor y más rápido cuanta más energía recibe la persona.
Vale la pena que nos detengamos en la reflexión sobre nuestra insistencia en influir en
los demás y en querer que cambien.
Ahora bien, ¿podemos hacer cambiar a los demás? ¿Y por qué hacer cambiar a los otros
en lugar de hacer cambios en nosotros mismos?
Consideramos que en el fondo solo es posible conseguir el cambio real en los otros si
antes lo practicamos en nosotros mismos.
Para influir, hay que tener credibilidad. Y esta se consigue cuando hay coherencia entre
nuestras palabras y nuestros hechos. Es decir, cuando predicamos con el ejemplo.
Persuasión Manipulación
Motiva la ejecución de los deseos Obliga a la otra parte a efectuar deseos ajenos.
o necesidades de la otra parte.
Persuasión Manipulación
Plantea tanto lo que debe perder como Plantea lo que más le convie-
lo que tiene que ganar su contraparte. ne en este momento a sí mismo.
Sus resultados son más efectivos y más per- Sus resultados solo duran hasta
manentes, ya que se alcanza la convicción. que aparecen los verdaderos moti-
vos o intereses de quien manipula.
1) Establecer un sentido de urgencia. Crear dentro del grupo un estado de opi- J.�P.�Kotter (1996). Leading
nión para que el cambio sea visto como necesario. Que el cambio sea sentido, change. Harvard Business
Press.
que la gente diga “tenemos que cambiar”. J.�P.�Kotter (1995). “Leading
Change: Why Transforma-
tion Efforts Fail”. Harvard Bu-
2) Formar una coalición. Reunir un equipo de apoyo que tenga suficiente ca- siness Review OnPoint (págs.
pacidad de influencia y gestión para liderar el proceso de cambio. 1-10).
5) Eliminar obstáculos. Dar autoridad a las personas que son motores de cam-
bio para que puedan eliminar los obstáculos y reducir la resistencia.
6) Asegurarse triunfos a corto plazo. Crear metas a corto plazo para continuar
el proceso general.
7) Construir sobre el cambio. Dominar el momento de tal modo que, ola tras
ola, el cambio sea posible.
Resistencia�al�cambio
Si hay resistencia, quiere decir que algo está sucediendo, algo está cambiando.
La resistencia por sí misma no es negativa. Es más, sirve de señal que nos indica
dónde, en qué área o tema, hay que actuar para que el cambio prosiga. Las
causas de la resistencia al cambio pueden ser, entre otras:
• No os tenéis que enfrentar con los focos de resistencia. Solo los tenéis que
entender, aproximaros a ellos y acompañarlos hacia el nuevo espacio de
cambio.
“He cargado el hombro con el monopolio de mejorar solo a una persona, esta persona
soy yo mismo y sé lo difícil que es conseguirlo” (Gandhi).
Una de las funciones del líder es distribuir los recursos y administrar los me-
dios. Y uno de los principales medios es el tiempo.
Hay varias prácticas para optimizar la gestión habitual del tiempo. Por ejem-
plo:
• Dar preferencia a las actividades que tengan relación con quienes os pue-
den favorecer o perjudicar.
Llegados a este punto, observad lo que hace pocos años decían algunos auto- Referencia bibliográfica
res, como Hochheiser (2000), para reducir a los ladrones del tiempo:
R.�M.�Hochheiser (2000).
Administre su tiempo eficaz-
• Mantener la puerta de la oficina cerrada. mente. Barcelona: Gestión
2000.
• Hacer que el teléfono sea atendido por otra persona.
• Filtrar las llamadas.
• Utilizar un contestador.
• Desconectar el teléfono.
• Asegurarse de no ser localizado ni interrumpido.
Ahora bien, ¿estas propuestas de control de los ladrones del tiempo se pueden
utilizar hoy día, cuando las llamadas al móvil o los mensajes de correo electró-
nico nos interrumpen continua y tiranamente? Aparece aquí la invitación a
utilizar los recursos tecnológicos como medios a vuestro favor, no como siste-
mas que os esclavicen. Que las tecnologías de información os sean una ayuda,
no una limitación. Los sistemas de comunicación ayudan a planificar, decidir
y diseminar diferentes tipos de comunicación, pero se requieren competencias
(e-skills).
Las antiguas ideas sobre buena gestión del tiempo indicaban la conveniencia
de tener orden, hacer una sola cosa a la vez, concentrarse en lo que se está
haciendo en cada momento, priorizar las cosas, etc. Sin embargo, ¿cómo se
puede gestionar bien el tiempo cuando la tendencia actual al uso abusivo de
los correos electrónicos contraviene las buenas prácticas para limitar a los la-
drones del tiempo? ¿Cómo se puede priorizar cuando lo que recibimos son
multitud de mensajes, todos importantes, y de personas todas consideradas
igualmente importantes?
El liderazgo en la red
Podemos mencionar las propuestas siguientes, entre otras, para gestionar los correos elec-
trónicos de manera libre y eficaz:
• No enviéis copia del correo a todo el mundo. Pensad que delegar significa tener con-
fianza en los demás. Por lo tanto, cada cual tiene que saber de qué conviene informar
y de qué no hace falta. Nuestros jefes ya confían en que somos responsables para
hacer lo que tenemos que hacer y de la manera más adecuada.
“La vida está llena de cosas urgentes... que pueden esperar” (Catherine Rambert).
3. Ser carismático
Se han mencionado las características del buen dirigente, que son, entre otras:
“Las cosas más simples son las más extraordinarias, y solo un sabio consigue verlas” (Pau-
lo Coelho, La Quinta Montaña).
Bibliografía
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