Recursa Literatura I

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RECURSA

LITERATURA I| QUINTO SEMESTRE


Tema 1. La perspectiva sobre el sentido de la vida en La metamorfosis, de Franz Kafka
El ser humano, debido a su naturaleza inquisitiva y curiosa, quiere saber la razón su existir, comprender qué es
la vida y para qué vivirla. Pero la interpretación del sentido de la vida se relaciona con el entorno o la realidad
de las personas, por lo que cada una le da una interpretación individual y subjetiva. La percepción de qué es el
hombre y cuál es su propósito, cambia a lo largo del tiempo: las antiguas civilizaciones como Grecia y Roma
confiaban en las deidades y el destino para determinar sus actos, con la llegada del cristianismo durante la
Edad Media, el eje de la vida fue servir y seguir las reglas de un dios. Finalmente, en el siglo xv y xvi, el
Renacimiento convirtió a la humanidad en el centro de las reflexiones. Pero las epidemias, desastres naturales,
guerras y los conflictos sociales también modifican la perspectiva de las personas y se documentan en los
medios de comunicación, incluso en las artes como la literatura para expresar y cuestionar lo que sucede.

En conjunto, el existencialismo y el expresionismo se conjugan para mostrar el desamparo en el que se sienten


las personas de la época y cuestiona su papel como parte de la humanidad. Ambas ideologías se amalgaman
en obras que permiten explorar el sentido de la vida.

No obstante, el sentido de la vida es el objetivo que cada persona da a


su existencia y por lo tanto es subjetivo. Aunque se exploró la opinión
de los existencialistas, no es el único enfoque. Cada individuo construye
su sentido de la vida a partir de su entorno, ideas y aspiraciones.

En este apartado se analizará la manera en que Franz Kafka, uno de


los autores existencialistas más conocido, aborda el existencialismo y el impresionismo para manifestar la
desesperación y angustia de la primera mitad del siglo XX. La metamorfosis, una de sus obras más famosas,
escrita en 1912, pero Kafka logró publicarla como libro en 1915. En ella utiliza una metáfora para expresar los
sentimientos del hombre común y corriente.

A continuación se presentan fragmentos de la obra con un breve análisis a partir de las características del
existencialismo y el expresionismo para discernir la manera en que el autor plasma el sentido de la vida en su
obra para llevar al lector hacia la reflexión.

El insecto de la historia se interpreta como una metáfora de la miseria, y su falta de movimiento se vincula a la
impotencia e incapacidad para solucionar los problemas o cambiar la situación que rodea al personaje.

Por otro lado, el dolor físico en el costado es un signo del estado anímico del personaje, quien de forma gradual
se revela resentido ante su situación. El personaje menciona que nunca antes lo había sentido, por lo tanto se
infiere que acaba de descubrirse como una persona existencialista.

Aunque la literatura suele ser un espejo de la realidad, en ocasiones existe un pacto ficcional entre el lector y
la obra para establecer que lo que ocurre dentro de una novela es posible en la realidad que se relata en el
texto, por ejemplo, que Gregorio Samsa se haya convertido en un insecto. Sin embargo, esto es una metáfora
de su estado anímico y de cómo se percibe ante la sociedad. Por el carácter crítico y existencialista de la novela,
las características de los insectos que se asocian con Samsa son su tamaño, su preferencia por los lugares
oscuros y que algunos permanecen al ras del suelo. Los eventos dentro de una obra literaria sólo pertenecen
a este universo ficcional que se rige por sus propias reglas. De esta manera, es posible que suceda lo absurdo.
El autor Albert Camus definió el absurdo como lo imposible y lo contradictorio. Pero a lo largo de la historia, la
literatura se muestra como un espacio donde la realidad puede modificarse, donde se pueden romper las leyes
físicas y naturales. También la literatura permite al lector hacer múltiples interpretaciones de la realidad que
presenta.

La metamorfosis
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto. Estaba echado
de espaldas sobre un duro caparazón y al alzar la cabeza, vio su vientre convexo y oscuro, surcado por curvadas
callosidades, sobre el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas
patas, penosamente delgadas en comparación con el grosor normal de sus piernas, se agitaban sin concierto.
-¿Qué me ha ocurrido?
No estaba soñando. Su habitación, una habitación normal, aunque muy pequeña, tenía el aspecto habitual. Sobre la mesa
había desparramado un muestrario de paños –Samsa era viajante de comercio-, y de la pared colgaba una estampa
recientemente recortada de una revista ilustrada y puesta en un marco dorado. La estampa mostraba a una mujer tocada
con un gorro de pieles, envuelta en una estola también de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un amplio manguito,
asimismo de piel, que ocultaba todo su antebrazo. Gregorio miró hacia la ventana; estaba nublado, y sobre el cinc del
alféizar repiqueteaban las gotas de lluvia, lo que le hizo sentir una gran melancolía.
“Bueno –pensó-, ¿y si siguiese durmiendo un rato y me olvidase de todas estas locuras?” Pero no era posible, pues
Gregorio tenía la costumbre de dormir sobre el lado derecho, y su actual estado no le permitía adoptar tal postura. Por
más que se esforzara volvía a quedar de espaldas. Intentó esta operación numerosas veces: cerró los ojos para no tener
que ver aquella confusa agitación de patas, que no cesó hasta que notó en el costado un dolor leve y punzante, un dolor
jamás sentido hasta entonces.
-¡Qué cansada es la profesión que he elegido! – se dijo-. Siempre de viaje. Las preocupaciones son mucho mayores
cuando se trabaja fuera, por no hablar de las molestias propias de los viajes: estar pendiente de los enlaces de los trenes:
la comida mala, irregular; relaciones que cambian constantemente, que nunca llegan a ser verdaderamente cordiales, y
en las que no tienen cabida los sentimientos. ¡Al diablo con todo! (Kafka, F. 2003. La metamorfosis. Biblioteca virtual
universal.)

En nuestra realidad, Gregorio Samsa se presentaría como un personaje sumido en la depresión que le genera
su trabajo y el abuso de su familia, quienes solo lo ven como una fuente de ingresos. Pero la aparición del
insecto se narra de forma común. La metamorfosis de Samsa en insecto se construye como una metáfora de
la desadaptación del personaje: se asume como un ser inferior e indeseado, no habla porque su familia no está
dispuesta a escucharlo, no puede desplazarse con libertad ni alimentarse a sí mismo porque no puede mejorar
su situación familiar y personal, se arrastra y su apariencia provoca que lo mantengan aislado porque como
individuo ya no es digno de mostrarse ante la sociedad.

En otro fragmento, podemos notar cómo Gregorio es despreciado por su condición; se le considera un animal
indigno de amor y de lástima; que es recluido y repudiado. La familia no es sino la representación de la sociedad
y sus acciones simbolizan el desprecio por las personas que no tienen la misma forma de pensar. Mientras que
Samsa, es el símbolo del disidente, una persona que se separa de las ideologías comunes que homogenizan
a la sociedad. También es el paria, un individuo excluido por su comportamiento, ideas o incluso por su
apariencia.

Sugerencia de actividad
Toma nota de las ideas que resulten significativas para ti sobre la forma en que la obra de Kafka expone sobre
el sentido de la vida o aquello contra lo que se tiene que luchar para lograrlo. Guarda tus notas para la siguiente
actividad. Agrégalas a la evidencia, para que conste la realización de la actividad.
Tema 2. La poesía como vía para la reflexión sobre el sentido de la vida: Mario Benedetti y Jaime Sabines

La poesía o género lírico es una expresión artística subjetiva que se concentra en los sentimientos y
emociones. La poesía tradicional se compone de versos, que son las líneas de cada poema y pueden rimar o
no. Cada línea aporta musicalidad al texto, debido a que los versos se rigen por los siguientes aspectos.

En la estructura clásica de la historia de la poesía, los elementos fundamentales son el metro, la métrica, el
ritmo y la rima. Veamos:

 Metro: número de sílabas en un verso.


 Métrica: conjunto de reglas para medir los versos, que determinan cómo se cuentan las sílabas. En
este aspecto cuando la última palabra del verso es aguda se suma una sílaba al conteo y cuando es
esdrújula, se quita una.
 Ritmo: es el sonido armónico de cada verso y se conforma de los acentos en las palabras y las pausas.
 Rima: es la semejanza entre las últimas sílabas de los versos de una misma estrofa. Cada vero se
marca con una letra mayúscula en orden alfabético y se repite cuando hay rima.
La rima puede ser consonante o asonante; en el caso de la primera coinciden totalmente las letras y
sonidos de las sílabas; en cuanto a la segunda solo coinciden los sonidos vocales de las sílabas.

Pero existe también la poesía en prosa o prosa poética, en la que ya no existe ni la métrica ni la rima, sino que
se escribe en prosa y tiene como propósito transmitir sentimientos y sensaciones. La poesía en prosa comenzó
con Aloysius Bertrand, sin que causara entusiasmo. Sería Charles Baudelaire quien retomaría la idea y le daría
fama. En la prosa poética lo importante es la musicalidad, no la medida de los versos.

Características de la poesía

 Subjetiva: refleja la visión del poeta, su mundo interior, entorno y sentimientos.


 Polisémica: tiene diferentes significados, el lector puede interpretarla de forma personal.
 Estética: usa la función lingüística o función estética para estructurar los mensajes de forma estética
a través de figuras retóricas y el lenguaje connotativo.
 Figuras retóricas: recursos lingüísticos que modifican el lenguaje de manera no convencional y
emplean el sentido figurado de las palabras o modifican la estructura de las oraciones con propósitos
estéticos.
 Lenguaje connotativo: expresiones que emplean significados no literales de una palabra. También
se conoce como lenguaje figurado.
 Sujeto lírico: ya que la poesía no tiene narrador, quien se expresa en el poema es el sujeto lírico,
habla en primera persona del singular o plural, puede ser un alter ego del poeta, otra persona, un
animal o incluso un objeto.

Dos de los poetas latinoamericanos de mayor reconocimiento son el uruguayo Mario Benedetti y el mexicano
Jaime Sabines. El primero fue también un prolífico escritor de narrativa. Ambos suelen mostrar en su obra la
reflexión, las emociones, los sentimientos, sobre diferentes aspectos importantes de la vida y sobre el sentido
de la misma, desde su perspectiva y experiencia de vida.

La perspectiva que ofrece Mario Benedetti en el siguiente poema es de aliento, de animar a seguir adelante y
de expresar que la vida tiene sentido porque siempre hay tiempo para alcanzar los sueños y para superar
cualquier adversidad y, en ese sentido, también está el apoyo y el acompañamiento afectuoso de otra persona.
Ahora bien, aunque en muchos poemas de Benedetti la tendencia es la crítica social directa, su interpretación
de la realidad es esperanzadora, ya que plantea modificar la realidad que se vive. Por lo tanto, se interpreta
que hay un componente de superación y mejora en su interpretación del sentido de la vida.

Benedetti ofrece poemas crudos y pesimistas, pero también tiene un enfoque romántico. Se debe aclarar que
este romanticismo no se refiere al amor, sino a la expresión desbordada de los sentimientos, al idealismo y el
deseo de libertad que caracterizaron al Romanticismo como movimiento literario. De forma recurrente en las
obras de Benedetti, hay poemas en los que el sujeto poético se cuestiona el papel de la espiritualidad y
religiosidad, temas que también se abordaron en el Romanticismo.

Mario Benedetti presenta sus poemas en un lenguaje sencillo, cotidiano y directo, que acercó a la literatura a
las personas que la percibían como inaccesible. Este rasgo lo comparte con Jaime Sabines, el siguiente poeta
que se analizará. Sabines tiene un estilo desenfadado y coloquial, intentó presentar poesía con una forma
simple, pero con un fondo de significados complejos. Aunque es más conocido por escribir sobre el desamor,
también se enfocó en el desencanto hacia la realidad o la sociedad.
Como puedes ver, en el fragmento del poema anterior Sabines registra su experiencia de vida en Cuba y
muestra lo que percibe de ella. A partir del poema, el poeta expone que buscó el espacio entre lo que vivió en
el país y las emociones que todo ello le produjo, para tomar distancia y escribir al respecto. Era la época en que
muchas familias de cubanos huían del régimen de Fidel Castro que llegó a ser una figura omnipresente para
los habitantes de la isla.

Sugerencia de actividad

Después de leer con atención el texto anterior, contesta las siguientes preguntas en tu cuaderno:
 ¿Qué es la poesía?
 ¿En qué consiste la métrica en la estructura clásica de la poesía?
 ¿Qué es la rima y cuáles tipos de rima existen?
 ¿Qué es el sujeto lírico?
 ¿Cómo es la poesía de Mario Benedetti?
 ¿Cómo es la poesía de Jaime Sabines?

Tema 3. Otras expresiones literarias de la poesía universal del siglo XX que abordan el sentido de la
vida

El siglo XX se caracterizó por la cantidad de movimientos sociales, culturales y artísticos, avances tecnológicos
y científicos que se manifestaron en todo el mundo. En este apartado se revisará el movimiento de las
Vanguardias, el cual demostró que el arte no es estático, sino que se adapta a las necesidades de una época,
una sociedad o incluso, a un individuo. Y también conoceremos los pensamientos e inquietudes que derivaron
en diferentes manifiestos y grupos artísticos. Las Vanguardias literarias se originaron al comenzar el siglo XX
en Europa. Su nombre se retoma de la jerga militar y simboliza la respuesta y combate del movimiento
intelectual ante las imposiciones del canon. Estos movimientos influyeron principalmente a la literatura y a la
pintura.

Los principios de las Vanguardias eran:


•• Rechazo a las normas estéticas impuestas por el Naturalismo, la corriente artística que imperaba en la época.
•• Libertad subjetiva: cada artista se expresa libremente. El arte no debe ser uniforme en estética o técnica.
•• Fugacidad como parte del arte: si el hombre no es eterno, el arte tampoco debe serlo.
•• Renovación constante: el arte se adapta a las necesidades del momento.

Los -ismos como el expresionismo, el futurismo, el dadaísmo, surrealismo, entre otros, fueron movimientos de
vanguardia que irrumpieron la sacralización del arte. Por ejemplo, el expresionismo, tal y como mencionamos
en temas anteriores, buscaba la expresión del individuo ante el desencanto de una realidad hostil y conflictiva.
Estos sentimientos se perciben en el poema “Soledad”, del poeta checo Rainer María Rilke (1875-1926):
El modernismo, movimiento hacia la modificación de las creencias tradicionales, dominaba la vida cultural e
intelectual de esa época. Así pues, este período se caracterizó por un rechazo total hacia el romanticismo y el
positivismo del siglo anterior. En cambio, predominaba el deseo y la búsqueda de lo novedoso, de lo alejado de
los viejos modelos. En este contexto el modernismo se expresó en movimientos llamados
colectivamente ismos artísticos, entre los cuales destacan el futurismo, el fauvismo, el dadaísmo, el
postimpresionismo y otros. Son distintos entre sí, pero todos muestran preocupación por la alienación, la
fragmentación y la pérdida de valores y significados compartidos. Además, estas vanguardias literarias también
tienen en común la ambigüedad, la relatividad y la subjetividad, junto con la experimentación lingüística y los
experimentos formales en la cronología desordenada, y los puntos de vista cambiantes.

Expresionismo
El expresionismo fue un movimiento artístico, cinematográfico, musical y literario que comenzó como estilo
pictórico en Alemania durante la transición del siglo XIX al siglo XX. Luego se expandió a otras disciplinas y
regiones hasta alcanzar su madurez entre 1905 y 1933, dejando por fuera la interrupción que significó la Primera
Guerra Mundial. A diferencia de las llamadas vanguardias históricas, el expresionismo no fue un movimiento
con un estilo unificado. Fue más bien el resultado de un espíritu crítico frente al nuevo orden occidental. El
desengaño y la crítica hicieron que este movimiento tuviera como centro de su programa la percepción pesimista
de la vida y el individuo contemporáneos, el rechazo a la composición premeditada y el cuestionamiento de la
belleza apolínea como fin último de la obra artística.

Amplio desarrollo de la novela y el teatro especialmente:


 En narrativa se desarrollaron dos tendencias: una naturalista y otra experimental;
 En poesía, se dio espacio a una estética de lo grotesco y a la renuncia de ciertas normas formales en pro de la
expresión;
 En la dramaturgia, con frecuencia las figuras no tienen nombres individualizados sino que responden a
denominaciones de tipos;
 No se preocupa por la verosimilitud sino por la expresión del mundo interior de los sujetos en permanente
tensión.

Humanidad dispuesta ante bocas de fuego,


Torbellino de tambores, sombrías frentes de guerreros.
Pasos en la niebla de sangre; toque del acero negro,
Desesperación, noche en los dolientes cerebros:
La sombra de Eva, la cacería, el rojo dinero.
La luz se abre paso entre las nubes, la Cena.
El pan y el vino guardan un gentil silencio,
Y ahí los doce, una cifra, reunidos quedan.
De noche, bajo los olivos, gritan entre sueños.
Hasta la herida, Santo Tomás la mano lleva. (Georg Trakl)

Fauvismo
El movimiento recibe su nombre en 1906 por el crítico de arte Louis Vauxcelles (1870-1943) cuando describe
las sensaciones que le causaron al observar una obra de Les fauves (Las fieras), el grupo de artistas
parisienses que creaba estas pinturas. El arte fauvista buscó retomar el estado natural del hombre por medio
de una estética primitiva. Los artistas de este movimiento no se preocupaban con los aspectos de la
composición de la pintura, pero si con las cualidades expresivas, con la representación simbólica de las
emociones a través de los colores, las figuras y formas. Además, el fauvismo evitó temas deprimentes, logrando
representar asuntos triviales y alegres, sin connotaciones políticas o críticas. Este estilo de pintura se constituyó
como un arte de equilibrio, de pureza, y de glorificación de los instintos y de las sensaciones vitales, constituido
por las impresiones visuales de los artistas en sus telas. El fauvismo influyó en la literatura, representada por
el libro Jazz, de Henri Matisse en donde plasmó imágenes, de él propio, de otros autores, y algunos artículos.

Dadaísmo
El dadaísmo es un movimiento artístico y literario de vanguardia que tuvo lugar en la primera mitad del siglo
XX. Se toma como punto de partida el año de publicación del manifiesto inaugural escrito en 1916 por Hugo
Ball. Sin embargo, antes de este año ya habían tenido lugar algunas manifestaciones artísticas que pueden
ser calificadas de dadaístas, tales como los ready made de Marcel Duchamp. Más que un arte, el Dadá o
dadaísmo es más bien un antiarte, es decir, es un planteamiento, un concepto, un posicionamiento, lo cual
lo convierte, sobre todo, en un modo de actuar sobre la realidad y no en un lenguaje pictórico o literario
específico. El dadaísmo se propuso así una burla feroz del arte –no solo del arte tradicional sino incluso de
las vanguardias como el cubismo y el futurismo, este último glorificador de la guerra-, una burla de la
burguesía capitalista, finalmente, un desafío a la estética.

Asimismo, implementaron técnicas como el caligrama, que ya había sido


utilizado por Guillaume Apollinaire, escritor a quien se relacionaba con el
cubismo. Además de Hugo Ball, otro representante significativo fue Tristan
Tzara. En 1916, Ball redactó el Manifiesto inaugural de la primera velada dadá,
donde critica los nacionalismos y la filosofía idealista. También ese año presentó
el primer poema fonético dadaísta: “Karawane”. Hay en este escritor un rechazo
al uso de la palabra, una rebelión contra el lenguaje mismo que ya no puede
significar nada en un mundo alienado por el capitalismo y la Primera Guerra
Mundial. Luego de dos años, Hugo Ball renuncia al dadaísmo.

Postimpresionismo
A finales de los años 1800 y principios de 1900 los escritos de la literatura post-
impresionista se escriben en una corriente de la conciencia de los personajes
de la historia o un poema. Este estilo de escritura se centra en los pensamientos,
en el diálogo interno, las emociones y la vida mental del protagonista. Entre los escritores más notables de este
periodo están James Joyce, Stephen Crane, Joseph Conrad y Virginia Woolf.

Mi amor está con un ligero atuendo


Mi amor está con un ligero atuendo
Entre los manzanos,
Donde las brisas bulliciosas más anhelan
Correr en compañía.
Allí, donde las brisas joviales moran para cortejar
A las tempranas hojas a su paso,
Mi amor va lentamente, inclinándose
Hacia su sombra que yace en la hierba.
Y donde el cielo es una taza de claro azul
Sobre la tierra risueña,
Mi amor camina lentamente, alzando
Su vestido con grácil mano. (James Joyce)

Actividad propuesta
Elabora, a partir de lo que estudiaste sobre las Vanguardias, un mapa mental que te permita organizar las ideas
y conceptos sobre el tema.
Tema 4. La literatura universal frente a los problemas sociales, visto desde Los miserables, de Victor
Hugo y Los muchachos de zinc, de Svetlana Alexievich

La sociedad y la literatura
Una sociedad es un sistema conformado por un conjunto de personas que se constituyen o viven en el marco
de una determinada estructura que se constituye como una cultura. Dentro de una sociedad hay reglas de
organización jurídicas y consuetudinarias que norman la convivencia entre quienes son parte de ella. Al inicio
de la historia las personas se organizaron dentro de grupos pequeños, afines ya fuera por parentesco o por
origen territorial o por otras condiciones, de modo que eso les permitió cooperar y sobrevivir cuando aún debían
sobrevivir de la recolección y la caza. Actualmente, en las sociedades perviven algunas agrupaciones nativas,
pero de manera global, las sociedades están conformadas por estructuras de diverso tamaño.

Los problemas sociales son hechos o circunstancias que obstaculizan el bienestar de las personas y el
desarrollo de la sociedad. Estos se relacionan con aspectos de diversa índole, pero algunos pueden ser de
seguridad, de salud, entre otros. Los problemas sociales afectan el estado de bienestar de las personas pero
también a la sociedad misma. Por su parte, la literatura, como recordarás, es un medio mediante el que se
muestran ideologías, opiniones, sentimientos, historias, reales o ficticias. Pero la literatura refleja con frecuencia
la época en la que viven los autores y según sea la orientación que den a su obra, pueden escribir sobre el
futuro como en su momento lo hicieron Isaac Asimov o Julio Verne, por ejemplo; hay quienes escriben sobre la
historia de su país, pasada o presente, o pueden escribir historias ficticias tan extraordinarias como Cien años
de soledad de Gabriel García Márquez.

La literatura es también un espacio para que los escritores reflejen, analicen e incluso denuncien situaciones y
problemas sociales. Para comprender la perspectiva de los autores frente a e dichos problemas es necesario
identificar al narrador que es quien relata la historia. En el género narrativo este es un elemento característico
ya que describe los sucesos y permite la reflexión. No debe confundirse con el autor aunque el narrador pueda
ser esa voz que expone el pensamiento del escritor. El narrador es una entidad separada cuya identidad puede
ser mostrada en el protagonista, en algún otro personaje o en una figura que no forma parte activa de la historia.

Aunque en la
historia de la
literatura es muy
extensa la lista de
escritores que han
narrado sobre los
problemas sociales,
abordaremos a dos
de ellos. Uno, Víctor
Hugo, cuya obra ha
trascendido los
siglos y su vigencia
le ha llevado a ser
un clásico; otro,
Svetlana Alexievich de quien se ha dicho que dio origen a una nueva forma de hacer literatura al traducir su
labor periodística en obras que le hicieron obtener el premio Nobel de Literatura en 2015.
Los Miserables, de Víctor Hugo
El escritor francés (1802-1885), forma parte de la corriente del Romanticismo, un movimiento artístico que
surgió entre los siglos XVIII y XIX, como reacción contra la inconformidad social derivada de sucesos históricos
como la Revolución Francesa.No obstante, el movimiento tuvo diversas expresiones e ideologías, pues a pesar
de compartir la inconformidad ante los cánones impuestos por la ilustración, el contexto de cada país determinó
cómo se desarrolló.

En el caso de Los Miserables, Víctor Hugo retrató el Romanticismo al narrar los primeros movimientos
ciudadanos que precedieron a la Revolución Francesa. Incorpora personajes relacionados con el tema de la
libertad y el idealismo, pero también hizo crítica social para evidenciar la deshumanización del hombre ante la
precaria situación económica que vivió Francia antes de su revolución y la abolición de la monarquía.

Para el análisis de la novela se tomarán los eventos que


rodean y definen a los personajes principales y se
observará su posición como parte de la sociedad (si son
integrados o marginados). Considera que todas las
obras literarias presentan la visión del autor sobre la
realidad que lo rodea o al menos una parte de ella.
Cuando menos, en el caso de los clásicos, antes de
hacer un análisis se recomienda revisar el contexto
histórico del que procede la primera publicación de la
obra y el autor. En Los miserables se introduce de forma
explícita la Revolución Francesa, pero en otras obras
literarias puede haber solo pistas o referencias que
adquirirán significado si se conoce el contexto.

Respecto al narrador en esta obra, al ser omnisciente o


extradiegético se interpreta que es sólo un observador de los hechos. Ofrece su opinión y reflexiona en torno a
los eventos, pero no interviene en ellos, ya que su labor es ser guía del lector. Además de lo señalado, Víctor
Hugo se basó en un caso real. Dos de los personajes principales Jean Valjean y el inspector Javert fueron
inspirados por Eugène François, un ex convicto que se convirtió en hombre de negocios y fue conocido por su
compromiso social. Esto es muy similar a la vida de Jean Valjean que en el transcurso de la historia se redime
por las faltas que cometió. A continuación, se muestra un fragmento de Los miserables, en él se presenta a Los
Thénardier, la familia que se encarga de Cosette, una de las protagonistas de la historia, mientras Fantine, su
madre, trabaja en París.

Los Miserables
Libro cuarto: confiar es a veces abandonar
III. La alondra

No basta ser malo para prosperar. El bodegón marchaba mal.

Gracias a los cincuenta francos de la viajera. Thénardier pudo evitar un protesto y hacer honor a su firma. Al mes siguiente
volvieron a tener necesidad de dinero y la mujer empeñó en el Monte de Piedad el vestuario de Cosette en la cantidad de
sesenta francos. Cuando hubieron gastado aquella cantidad, los esposos Thénardier se fueron acostumbrando a no ver
en la niña más que una criatura que tenían en su casa por caridad, y la trataban como a tal. Como ya no tenía ropa propia,
la vistieron con los vestidos viejos desechados por sus hijas; es decir con harapos. Por alimento le daban las sobras de
los demás; esto es, un poco mejor que el perro, y un poco peor que el gato.
Cosette comía con ellos debajo de la mesa en un plato de madera igual al de los animales. Su madre escribía, o mejor
dicho hacía escribir todos los meses para tener noticias de su hija. Los Thénardier contestaban siempre: “Cosette está
perfectamente”. Transcurridos los seis primeros meses, la madre remitió siete francos para el séptimo mes, y continuó con
bastante exactitud haciendo sus remesas de mes en mes. Antes de terminar el año, Thénardier le escribió exigiendo doce.
La madre, a quien se le decía que la niña estaba feliz, se sometió y envió los doce francos. Algunas naturalezas no pueden
amar a alguien sin odiar a otro. La Thénardier amaba apasionadamente a sus hijas, lo cual fue causa de que detestara a
la forastera. Es triste pensar que el amor de una madre tenga aspectos tan terribles. Por poco que se preocupara de la
niña, siempre le parecía que algo le quitaba a sus hijas, hasta el aire que respiraban, y no pasaba día sin que la golpeara
cruelmente.
Siendo la Thénardier mala con Cosette, Éponine y Azelma lo fueron también. Las niñas a esa edad no son más que
imitadoras de su madre. Y así pasó un año, y después otro. Mientras tanto, Thénardier supo por no sé qué oscuros medios
que la niña era probablemente bastarda, y que su madre no podía confesarlo. Entonces exigió quince francos al mes,
diciendo que la niña crecía y comía mucho y amenazó con botarla a la calle. De año en año la niña crecía y su miseria
también. Cuando era pequeña, fue la que se llevaba los golpes y reprimendas que no recibían las otras dos. Desde que
empezó a desarrollarse un poco, incluso antes de que cumpliera cinco años, se convirtió en la criada de la casa. A los
cinco años, se dirá, eso es inverosímil. ¡Ah! Pero es cierto. El padecimiento social empieza a cualquier edad. (Tomado de
Rivera, I. (2020). Literatura I. México: Book Mart)

En el fragmento de Los miserables, se presenta la necesidad humana como un factor para convertir a las
personas en seres rencorosos y oportunistas que buscan solo el bien individual. Tal actitud se muestra como
unan influencia negativa, si se presenta en los primeros años de vida, y lleva a la miseria, la soledad y la
desgracia. En el siguiente fragmento se muestran las razones por las que Jean Valjean, uno de los personajes
principales, termina en la cárcel; sin embargo, los motivos provocan un debate respecto a qué es la justicia y
cómo debe ser impartida.

Los Miserables
Libro segundo: La caída
IV. Jean Valjean

Jean Valjean pertenecía a una humilde familia de Brie. No había aprendido a leer en su infancia; y cuando fue hombre,
tomó el oficio de su padre, podador en Faverolles.
Su carácter era pensativo, aunque no triste, propio de las almas afectuosas. Perdió de muy corta edad a su padre y a su
madre. Se encontró sin más familia que una hermana mayor que él, viuda y con siete hijos. Jean Valjean acababa de
cumplir veinticinco. Reemplazó al padre, y mantuvo a su hermana y los niños. Lo hizo sencillamente, como un deber, y
aun con cierta rudeza.
Su juventud se desperdiciaba, pues, en un trabajo duro y mal pagado. Nunca se le conoció novia; no había tenido tiempo
para enamorarse.
Por la noche volvía cansado a la casa y comía su sopa sin decir una palabra. Aquella familia era un triste grupo que la
miseria fue oprimiendo poco a poco. Llegó un invierno muy crudo; Jean no tuvo trabajo. La familia careció de pan. ¡Ni un
bocado de pan y siete niños!
Un domingo por la noche Maubert Isabeau, panadero de la plaza de la iglesia, se disponía a acostarse cuando oyó un
golpe violento en la puerta y en la vidriera de su tienda. Acudió, y llegó a tiempo de ver pasar un brazo a través del agujero
hecho en la vidriera por un puñetazo. El brazo cogió un pan y se retiró. Isabeau salió apresuradamente; el ladrón huyó a
todo correr, pero Isabeau corrió también y lo detuvo. El ladrón había tirado el pan, pero tenía aún el brazo ensangrentado.
Era Jean Valjean.
Esto ocurrió en 1795. Jean Valjean fue acusado ante los tribunales de aquel tiempo como autor de un robo con fractura,
de noche, y en casa habitada. Tenía en su casa un fusil y era un eximio tirador y aficionado a la caza furtiva, y esto lo
perjudicó. Fue declarado culpable. Jean Valjean fue condenado a cinco años de presidio.
En Tolón fue vestido con la chaqueta roja; y entonces se borró todo lo que había sido en su vida, hasta su nombre, porque
desde entonces ya no fue Jean Valjean, sino el número 24601. ¿Qué fue de su hermana? ¿Qué fue de los siete niños?
Pero, ¿a quién le importa?
Jean era, como hemos dicho, un ignorante; pero no era un imbécil. La luz natural brillaba en su interior; y la desgracia, que
tiene también su claridad, aumentó la poca que había en aquel espíritu. Bajo la influencia del látigo, de la cadena, del
calabozo, del trabajo bajo el ardiente sol del presidio, en el lecho de tablas, el presidiario se encerró en su conciencia, y
reflexionó. Se constituyó en tribunal. Principió por juzgarse a sí mismo. Reconoció que no era un inocente castigado
injustamente. Confesó que había cometido una acción mala, culpable; que quizá no le habrían negado el pan si lo hubiese
pedido; que en todo caso hubiera sido mejor esperar para conseguirlo de la piedad o del trabajo; que no es una razón el
decir: ¿se puede esperar cuando se padece hambre? Que es muy raro el caso que un hombre muera literalmente de
hambre; que debió haber tenido paciencia; que eso hubiera sido mejor para sus pobres niños; que había sido un acto de
locura en él, desgraciado criminal, coger violentamente a la sociedad entera por el cuello, y figurarse que se puede salir
de la miseria por medio del robo; que es siempre una mala puerta para salir de la miseria la que da entrada a la infamia;
y, en fin, que había obrado mal.
Después se preguntó si era el único que había obrado mal en tal fatal historia; si no era una cosa grave que él, trabajador,
careciese de trabajo; que él, laborioso, careciese de pan; si, después de cometida y confesada la falta, el castigo no había
sido feroz y extremado. (Hugo, V. (2020). Los miserables (fragmento). Recuperado de http://gpoe.mx/kZ85EL)

Javert defiende principios de justicia que se apegan a los ideales de manera inflexible,
sin embargo, su motivación es ser incluido en la sociedad ya que siempre se consideró
un marginado. Seguir su herencia gitana o delinquir lo apartaría de la sociedad, por
consiguiente, aquellos que están en el límite o son excluidos, le inspiran rechazo.

Esto explica por qué sigue a Jean Valjean, que aunque ya cumplió con su condena, por
su pasado y a los ojos de Javert, podría no tener derecho a prosperar e integrarse a la
sociedad. Jean Valjean también se relaciona con Fantine, una obrera de su fábrica que es juzgada por ser
madre soltera.

Los muchachos de zinc, de Svetlana Alexievich

La periodista bielorrusa SvetlanaAlexievich (1948) ha centrado su obra literaria en los diversos hechos históricos
contemporáneos que ha seguido e incluso vivido, en su quehacer periodístico y en su entorno. Uno de los
sucesos que ha reconstruido son los sucesos ocurridos durante la guerra de Afganistán y la Unión Soviética
entre 1979 y 1989. Alexievich, al igual que Víctor Hugo, buscó retratar la descomposición social, pero teniendo
como contexto directo el conflicto bélico con el libro Los muchachos de zinc. Esta obra narrativa se soportó en
las notas periodísticas de la premiada autora cuando se encontraba en medio de la guerra. El contexto social
de la novela se sitúa en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) o la Unión Soviética, que fue un
conjunto de países que fueron absorbidos y unificados bajo un régimen socialista. El gobierno de este territorio
era totalitario por lo que había un solo gobernante. El primero fue Iosif Stalin quien dominó desde 1924 hasta
1953, y el último fue Mijail Gorbachov, quien gobernó de 1985 a 1991. Gorbachov fue el primer impulsor de un
cambio sustancial en el régimen soviético.

Durante décadas la ex Unión Soviética y los Estados Unidos de América disputaron el predominio sobre el resto
de los países del mundo. En el caso del conflicto afgano-soviético hubo diferentes condiciones que intervinieron
en el conflicto.

Algunas son las siguientes, recogidas por el diario español La Vanguardia.

1. Había un mosaico de tribus rivales entre sí. Los pastunes eran los poderosos, pero también había
uzbekos, tayikos, hazaras, entre otros.
2. El rey Amanulah intentó modernizar el país a partir del ejemplo que le ofrecía la Revolución Rusa de
1917 y la turca encabezada por Mustafá Kemal Atatürk. Su política occidentalizadora implantó, por
ejemplo, la enseñanza mixta y suprimió el velo obligatorio para las mujeres.
3. En 1929, Londres promovió un golpe de Estado que destronó al monarca. Los sucesores de Amanulah
se opusieron con firmeza a cualquier tentativa de reforma. Ya fuera económica o social. A principios
de los 70, el rey Zahir fue derrocado por su primo, el príncipe Mohamed Daud. Este proclamó la
república y se convirtió en el nuevo presidente, pero en lugar de efectuar cambios, suscitó el
descontento popular con sus arbitrariedades, como el reparto de los principales cargos políticos entre
sus parientes y amigos.
4. Con el asesinato de Mohamed Daud en 1978, los comunistas afganos aprovecharon para tomar el
poder. El régimen comunista afgano promovió diversas formas. El régimen comunista afgano promovió
diversas reformas. En los pueblos, las niñas fueron escolarizadas, y se formaron los técnicos y los
profesores que tanta falta hacían al país. El analfabetismo, masculino y femenino, experimentó una
considerable reducción.
En el terreno espiritual, el gobierno fracasó. Intentó imponer una ideología atea sin tener en cuenta lo
arraigado de la religión en el pueblo. En lo político los comunistas persiguieron a la oposición.
5. La escalada de violencia entre el gobierno comunista y diversas facciones rebeldes era insostenible.
La Unión Soviética envió a sus tropas para evitar el desmoronamiento del régimen. Los soviéticos
ocuparon el país en pocas horas.
6. La guerra afgano-soviética se alargó diez años. Para intentar ganarla, Moscú desató una represión
brutal. Pueblos y cosechas quedaron destruidos, lo que acentuó todavía más la resistencia contra la
URSS y, a la postre, aceleró su derrota. (Fuente:
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20190207/47312784110/10-
claves-para-entender-la-guerra-afgano-sovietica.html)

Los muchachos de zinc


Fragmento

Yo rastreo el sentimiento, no el suceso. Cómo se desarrollan nuestros sentimientos, no los hechos. Probablemente lo que
yo estoy haciendo se parece a la labor de un historiador, soy una historiadora de lo etéreo. ¿Qué ocurre con los grandes
acontecimientos? Quedan fijados en la Historia. En cambio, los pequeños, que sin embargo son importantes para el
hombre pequeño, desaparecen sin dejar huella. Hoy mismo un chico —no parecía un soldado, era frágil y de aspecto
enclenque— me ha contado lo extraño y a la vez apasionante que es matar todos juntos. Y lo espantoso que es fusilar.
¿Acaso eso quedará en la Historia? Eso es a lo que yo me dedico desesperadamente (libro tras libro): a disminuir la historia
hasta que toma una dimensión humana. (Alexiévich, S. (2016). Los muchachos de zinc: voces soviéticas de la guerra en
Afganistán (fragmento). España: Editorial Debate.

Alexiévich narra desde su perspectiva, por lo tanto, usa la primera persona y un narrador personaje que es
testigo de la guerra a la vez que imprime subjetividad en los eventos que describe. No obstante, el formato de
diario y el narrador en primera persona dan la impresión de que la información presentada es confiable y
verosímil, ya que simula ser un testimonio de la realidad. Este efecto es similar al que se obtiene al imitar una
entrevista o cartas entre personajes.

Al leer se observa que el lenguaje es sencillo y directo. La autora no usa eufemismos ni suaviza las imágenes
que desea transmitir al lector, tampoco hay metáforas, durante la obra hay una presencia constante de la muerte
y situaciones crudas y crueles. Respecto al lenguaje, en el siguiente fragmento también se observa el uso de
palabras en otra lengua que hacen referencia a la cultura que se retrata en la obra.

Los muchachos de zinc


1986, junio

No quiero volver a escribir sobre la guerra… No quiero vivir de nuevo inmersa en la “filosofía de la desaparición” en vez de
en la “filosofía de la vida”. Recolectar la interminable experiencia de la no-existencia. Cuando acabé La guerra no tiene
rostro de mujer pasé mucho tiempo sin ser capaz de estar presente cuando, tras un pequeño golpe, a un niño le sangraba
la nariz. En las vacaciones me tenía que alejar corriendo de los pescadores, que lanzaban alegremente sobre la arena a
los peces extraídos de las profundidades; sus ojos saltarines, petrificados, me daban náuseas.
Cada persona tiene una cantidad determinada de fuerzas para defenderse del dolor, sea físico o psicológico y las mías
estaban agotadas.

Y de pronto… Si es que se puede decir “de pronto”. Estamos en el séptimo


año de guerra… Pero no sabemos nada más allá de los heroicos reportajes
televisivos. De vez en cuando nos sentimos golpeados por esos ataúdes de
zinc procedentes de un país lejano y que no encajan con las diminutas
dimensiones de las viviendas urbanas.
¿De qué se habla a mi alrededor? ¿De qué se escribe? De deberes
internacionales y de geopolítica, de intereses soberanos y de las fronteras
del sur. Y la gente se lo cree. ¡Se lo creen! Las madres que hace nada se
arrodillaban sumidas en la desesperación frente a los ciegos cajones de
metal en los que les devolvían a sus hijos, hoy dan discursos en las escuelas y en los museos militares para animar a otros
muchachos a “cumplir con su deber ante la Patria”. La censura vigila atentamente los reportajes bélicos para que no haya
mención alguna de las pérdidas humanas, pregonan que el llamado contingente limitado de las tropas soviéticas está
ayudando a un pueblo hermano a construir puentes, carreteras y escuelas, a repartir fertilizantes y harina por los kishlak,
y que los médicos soviéticos asisten a las mujeres afganas en sus partos. Los soldados que regresan llevan sus guitarras
a las escuelas para cantar aquello que pide hablarse a gritos.
Estoy en el cementerio municipal… A mi alrededor hay centenares de personas. En medio, nueve ataúdes forrados con
tela roja. Hablan los militares. Un general ha pedido la palabra… Las mujeres de negro lloran. La gente guarda silencio.
Tan sólo una niña pequeña con trenzas se ahoga en sollozos junto a uno de los ataúdes.
Un oficial coge a la niña en brazos y se la lleva hacia un coche negro que hay apartado afuera. Pero durante mucho rato
seguimos oyendo: “¡Papá! Papááá… Papááá, te quiero…”.
El general pronuncia un discurso… Las mujeres de negro lloran. Nosotros guardamos silencio. ¿Por qué guardamos
silencio? No quiero estar callada… Y no puedo seguir escribiendo sobre la guerra. (Alexiévich, S. (2016). Los muchachos
de zinc: voces soviéticas de la guerra en Afganistán. España: Editorial Debate)

En el fragmento, Alexiévich explica por qué decidió exponer los sucesos de la guerra en el libro y los conflictos
internos que le provocan. También habla del panorama general en los medios de comunicación y el impacto en
la población. La autora retrata lo que se vive en el campo de batalla y también las secuelas de los sobrevivientes,
lo que humaniza a los soldados y aporta a la reflexión.

Actividad sugerida
Identifica en Los Miserables de qué manera se muestran las características del romanticismo como movimiento
literario. Descríbelos en tu cuaderno.
Asimismo, reflexiona sobre la manera en que en ambas obras, Los miserables y Los muchachos de zinc, se
muestran los problemas sociales de determinada época y contexto. Escribe lo que encuentras al respecto.

Tema 5. Los problemas sociales en Nos han dado la tierra, de Juan Rulfo

León Tolstoi, uno de los más grandes novelistas, decía: “El escritor no puede olvidar al público que lo lee, incluso
sin pretender halagarlo, no puede no tenerlo en cuenta, o vendría a ser, que el escritor debe escribir para los
demás y no para sí mismo”. Como la poesía, la narrativa es un espacio para la creatividad, para la expresión
del espíritu, pero también para la expresión de la realidad.

Juan Rulfo es, por su parte, uno de los más grandes autores mexicanos. Su obra ha sido traducida a decenas
de idiomas y le bastaron solo dos obras, Pedro Páramo y El llano en llamas, esta última una compilación de
cuentos del autor, entre los que están Nos han dado la tierra y En la madrugada.
El escritor jalisciense vivió durante la época de la guerra cristera y desde la infancia perdió a sus padres. Su
sensibilidad y comprensión sobre su entorno, sobre los problemas sociales, le llevaron a crear piezas únicas
en la literatura universal.

El llano en llamas se publicó en 1953 y consta de 17 relatos cortos en los que se entreteje la vida rural del
México que vivió y observó durante su niñez. La obra de Rulfo evoca el nacionalismo como parte de la identidad
del mexicano, pero también representa la tragedia del campesino, quien es devorado por la urbanidad que lo
margina y orilla a la desgracia.

Rulfo perteneció a la Generación de Medio Siglo, también conocida como Generación del 50, que fue heredera
de la Revolución Mexicana y de la Guerra Cristera. Esta generación narró historias realistas con un ojo crítico
respecto a los cambios políticos. Por ello, los temas se centran en personajes inmersos en ambientes naturales,
carentes de comodidades o prosperidad y en ocasiones se recrea el habla rural.

En Nos han dado tierra los personajes viajan al llano, una tierra que fue
concedida por el delegado del pueblo a veinte campesinos que quieren un lugar
para cultivar. A pesar de haber solicitado la vega, un pedazo de tierra con
buenas condiciones para la agricultura, se les brindó el llano, una zona árida.
Mientras atraviesan el llano, el grupo se reduce y quedan sólo cuatro. El
narrador, que es uno de los campesinos, deja ver entre líneas la burla de la
que fueron víctimas.

Nos han dado la tierra


Juan Rulfo

Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una
semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros.
Uno ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada habría después; que no se podría encontrar nada al
otro lado, al final de esta llanura rajada de grietas y de arroyos secos. Pero sí, hay algo. Hay un pueblo. Se oye que ladran
los perros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza.
Pero el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca. Hemos venido caminando desde el amanecer. Ahorita
son algo así como las cuatro de la tarde.
Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde está colgado el sol y dice: —Son como las cuatro de la tarde. Ese
alguien es Melitón. Junto con él, vamos Faustino, Esteban y yo. Somos cuatro. Yo los cuento: dos adelante, otros dos
atrás. Miro más atrás y no veo a nadie.
Entonces me digo: “Somos cuatro”. Hace rato, como a eso de las once, éramos veintitantos, pero puñito a puñito se han
ido desperdigando hasta quedar nada más que este nudo que somos nosotros.
Faustino dice:
—Puede que llueva.
Todos levantamos la cara y miramos una nube negra y pesada que pasa por encima de nuestras cabezas. Y pensamos:
“Puede que sí”.
No decimos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas de hablar. Se nos acabaron con el calor.
Uno platicaría muy a gusto en otra parte, pero aquí cuesta trabajo. Uno platica aquí y las palabras se calientan en la boca
con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello. Aquí así son las cosas. Por
eso a nadie le da por platicar.
Cae una gota de agua, grande, gorda, haciendo un agujero en la tierra y dejando una plasta como la de un salivazo. Cae
sola. Nosotros esperamos a que sigan cayendo más y las buscamos con los ojos. Pero no hay ninguna más. No llueve.
Ahora si se mira el cielo se ve a la nube aguacera corriéndose muy lejos, a toda prisa.
El viento que viene del pueblo se le arrima empujándola contra las sombras azules de los cerros. Y a la gota caída por
equivocación se la come la tierra y la desaparece en su sed.
¿Quién diablos haría este llano tan grande? ¿Para qué sirve, eh? Hemos vuelto a caminar. Nos habíamos detenido para
ver llover. No llovió. Ahora volvemos a caminar. Y a mí se me ocurre que hemos caminado más de lo que llevamos andado.
Se me ocurre eso. De haber llovido quizá se me ocurrieran otras cosas. Con todo, yo sé que desde que yo era muchacho,
no vi llover nunca sobre el llano, lo que se llama llover.
No, el Llano no es cosa que sirva. No hay ni conejos ni pájaros. No hay nada. A no ser unos cuantos huizaches tres
peleques y una que otra manchita de zacate con las hojas enroscadas; a no ser eso, no hay nada. Y por aquí vamos
nosotros. Los cuatro a pie.
Antes andábamos a caballo y traíamos terciada una carabina. Ahora no traemos ni siquiera la carabina. Yo siempre he
pensado que en eso de quitarnos la carabina hicieron bien. Por acá resulta peligroso andar armado. Lo mata sin avisarle,
viéndolo a toda hora con “la 30” amarrada a las correas. Pero los caballos son otro asunto. De venir a caballo ya hubiéramos
probado el agua verde del río, y paseado nuestros estómagos por las calles del pueblo para que se les bajara la comida.
Ya lo hubiéramos hecho de tener todos aquellos caballos que teníamos.
Pero también nos quitaron los caballos junto con la carabina. Vuelvo hacia todos lados y miro el Llano. Tanta y tamaña
tierra para nada. Se le resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga. Sólo unas cuantas lagartijas salen a
asomar la cabeza por encima de sus agujeros, y luego que sienten la tatema del sol corren a esconderse en la sombrita
de una piedra. Pero nosotros, cuando tengamos que trabajar aquí, ¿qué haremos para enfriarnos del sol, eh? Porque a
nosotros nos dieron esta costra de tepetate para que la sembráramos.
Nos dijeron:
—Del pueblo para acá es de ustedes.
Nosotros preguntamos:
— ¿El Llano?
—Sí, el Llano. Todo el Llano Grande.
Nosotros paramos la jeta para decir que el Llano no lo queríamos. Que queríamos lo que estaba junto al río. Del río para
allá, por las vegas, donde están esos árboles llamados casuarinas y las parameras y la tierra buena. No este duro pellejo
de vaca que se llama Llano. Pero no nos dejaron decir nuestras cosas. El delegado no venía a conversar con nosotros.
Nos puso los papeles en la mano y nos dijo:
—No se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos.
—Es que el Llano, señor delegado...
—Son miles y miles de yuntas.
—Pero no hay agua. Ni siquiera para hacer un buche hay agua.
— ¿Y el temporal? Nadie les dijo que se les iba a dotar con tierras de riego. En cuanto allí llueva, se levantará el maíz
como si lo estiraran.
—Pero, señor delegado, la tierra está deslavada, dura. No creemos que el arado se entierre en esa como cantera que es
la tierra del Llano.
Habría que hacer agujeros con el azadón para sembrar la semilla y ni aun así es positivo que nazca nada; ni maíz ni nada
nacerán a uno
—Eso manifiéstenlo por escrito. Y ahora váyanse. Es al latifundio al que tienen que atacar, no al Gobierno que les da la
tierra.
—Espérenos usted, señor delegado. Nosotros no hemos dicho nada contra el Centro. Todo es contra el Llano... No se
puede contra lo que no se puede. Eso es lo que hemos dicho... Espérenos usted para explicarle. Mire, vamos a comenzar
por dónde íbamos...

Pero él no nos quiso oír.


Así nos han dado esta tierra. Y en este comal acalorado quieren que sembremos semillas de algo, para ver si algo retoña
y se levanta. Pero nada se levantará de aquí. Ni zopilotes. Uno los ve allá cada y cuando, muy arriba, volando a la carrera;
tratando de salir lo más pronto posible de este blanco terregal endurecido, donde nada se mueve y por donde uno camina
como reculando. Melitón dice:
—Ésta es la tierra que nos han dado.
Faustino dice:
— ¿Qué?
Yo no digo nada. Yo pienso: “Melitón no tiene la cabeza en su lugar. Ha de ser el calor el que lo hace hablar así. El calor,
que le ha traspasado el sombrero y le ha calentado la cabeza. Y si no, ¿por qué dice lo que dice? ¿Cuál tierra nos han
dado, Melitón? Aquí no hay ni la tantita que necesitaría el viento para jugar a los remolinos”.

Melitón vuelve a decir:


—Servirá de algo. Servirá aunque sea para correr yeguas.
— ¿Cuáles yeguas? —le pregunta Esteban.
Yo no me había fijado bien a bien en Esteban.
Ahora que habla, me fijo en él. Lleva puesto un gabán que le llega al ombligo,
y debajo del gabán saca la cabeza algo así como una gallina. Sí, es una gallina
colorada la que lleva Esteban debajo del gabán. Se le ven los ojos dormidos
y el pico abierto como si bostezara. Yo le pregunto:
—Oye, Teban, ¿de dónde pepenaste esa gallina?
—Es la mía —dice él.
—No la traías antes. ¿Dónde la mercaste, eh?
—No la merqué, es la gallina de mi corral.
—Entonces te la trajiste de bastimento, ¿no?
—No, la traigo para cuidarla. Mi casa se quedó sola y sin nadie para que le diera de comer; por eso me la traje. Siempre
que salgo lejos cargo con ella.
—Allí escondida se te va a ahogar. Mejor sácala al aire. Él se la acomoda debajo del brazo y le sopla el aire caliente de su
boca. Luego dice:
—Estamos llegando al derrumbadero.
Yo ya no oigo lo que sigue diciendo Esteban.
Nos hemos puesto en fila para bajar la barranca y él va mero adelante. Se ve que ha agarrado a la gallina por las patas y
la zangolotea a cada rato, para no golpearle la cabeza contra las piedras.
Conforme bajamos, la tierra se hace buena.
Sube polvo desde nosotros como si fuera un atajo de mulas lo que bajará por allí; pero nos gusta llenarnos de polvo.
Nos gusta. Después de venir durante once horas pisando la dureza del Llano, nos sentimos muy a gusto envueltos en
aquella cosa que brinca sobre nosotros y sabe a tierra.

Por encima del río, sobre las copas verdes de las casuarinas, vuelan parvadas de chachalacas verdes. Eso también es lo
que nos gusta. Ahora los ladridos de los perros se oyen aquí, junto a nosotros, y es que el viento que viene del pueblo
retacha en la barranca y la llena de todos sus ruidos.
Esteban ha vuelto a abrazar su gallina cuando nos acercamos a las primeras casas. Le desata las patas para
desentumecerla, y luego él y su gallina desaparecen detrás de unos tepemezquites.
— ¡Por aquí arriendo yo! —nos dice Esteban.
Nosotros seguimos adelante, más adentro del pueblo. La tierra que nos han dado está allá arriba.

En el cuento, los campesinos recorren el llano y se reafirma que no es un lugar útil por ser infértil y tener altas
temperaturas. También se explica que los campesinos intentaron explicar su situación, pero el delegado no
atendió sus peticiones ni quiso escucharlos. En este momento, Rulfo emite una crítica al gobierno de la época
y a su falta de interés por atender las necesidades de sus ciudadanos.

Cada que avanzan, su resignación crece y los orilla a abandonar la búsqueda de su lugar; pero no es posible
reclamar o exigir mejor tierra. Mientras atraviesan el llano, asumen esa tierra como su destino, pero cuando
llegan a la vega, donde hay mejores posibilidades para la agricultura, cada uno decide tomar un espacio.

Actividad sugerida
Contesta las siguientes preguntas y anota las respuestas en tu cuaderno.
 ¿En qué época nació Juan Rulfo?
 ¿Cuál es el tema sobre el que gira el cuento Nos han dado la tierra?
 ¿De qué manera el escritor jalisciense refleja la vida de los campesinos?
 ¿Crees la historia que narra el escritor guarda relación con la realidad social de las personas del
campo?
 Anota aquellos rasgos que, en tu opinión, distinguen la obra de Juan Rulfo, de otras que has leído.

Tema 6. Las realidades alternas en Del rigor en la ciencia, de Jorge Luis Borges

Hemos comentado que la literatura contempla un amplio abanico de formas de expresión de parte de los
autores. Lo mismo hay escritores que basan su obra en la realidad y escriben sobre la realidad, como es el
caso de Svetlana Alexievich o que la realidad y pasajes o personas reales también son el punto de partida para
obras literarias, como ocurrió en el caso de Víctor Hugo.
Hay obras también cuya historia es ficción y son producto de la imaginación del autor. Dicho espacio narrativo
es el universo en el que se lleva a cabo una novela o un cuento. En la literatura, independientemente de sus
formas, se utilizan figuras retóricas que permiten la expresión de las ideas de una forma que da pie al sentido
estético que se crea a través del lenguaje.
La literatura permite crear mundos alternos que se sitúan dentro de la literatura fantástica en la que incluso se
permite la magia y la ciencia ficción. Pero ha ocurrido que lo que en su momento ha sido producto de la
imaginación o de una suerte de capacidad para anticipar el futuro, que esa ciencia ficción se ha vuelto real,
como ha ocurrido con escritores como Isaac Asimov que anticipó en uno de sus cuentos, Cyborg, que los niños
tendrían clases de un profesor virtual.
La capacidad para imaginar en Jorge Luis Borges era extraordinaria, pero también era prodigioso en su manejo
del lenguaje. Durante casi toda su vida tuvo que cargar, por decirlo de algún modo, con la etiqueta de que su
literatura era para intelectuales o para grupos selectos.
En la obra de Borges se pueden distinguir algunas características que permiten analizarla de mejor manera,
como las citas textuales creadas por él o el juego en el manejo del tiempo. Borges ha sido uno de los mejores
autores de lengua hispana. Borges, que perdió la vista por un padecimiento congénito heredado de su padre,
siguió escribiendo con apoyo a pesar de no poder ver. Pudo haber ganado el Nobel, pero uno de los miembros
de la academia sueca sentenció en su momento que nunca se lo darían porque apoyó, sin aún saberlo, a quien
se convertiría en dictador en su país natal, Argentina.

Las siguientes son características de la literatura de Borges:


Del rigor en la ciencia
En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una
Ciudad, y el mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los
Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él.

Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y
no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas
Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas
Geográficas.
Suárez Miranda, Viajes de Varones Prudentes, Libro Cuarto, Cap. XLV, Lérida, 1658.

Actividad sugerida
Identifica cuáles características de la literatura de Jorge Luis Borges se distinguen en el cuento anterior. Anota
en tu cuaderno y explica de qué manera se advierte cada una.

Tema 7. La escritora automática, las imágenes insólitas y el inconsciente en el Surrealismo: El verbo


ser, No ha lugar, de André Bretón

El Surrealismo se caracterizó por explorar el inconsciente y por expresar ideas a través de este. El movimiento
surgió en Francia, de la mano de Apollinaire, después de la Primera Guerra Mundial. Ante la realidad
distorsionada y la ruptura social por la guerra, en el Surrealismo se intentó desarrollar la creatividad mediante
lo onírico y el inconsciente.

El Surrealismo retoma los sueños desde el psicoanálisis, una rama de la psicología, investigada por Sigmund
Freud que, según sus teorías, define al pensamiento como independiente de la razón. Para el psicoanálisis la
razón es un constructo que obedece a reglas sociales, comportamientos y posturas que son aprendidas para
encajar en la sociedad y la cultura. El surrealismo quería liberar al pensamiento de la razón para también liberar
los deseos del inconsciente.

La escritura automática
En este orden de ideas es que surge la escritura automática. André Bretón proponía la escritura automática
como una manera de llegar al inconsciente. Decía que mediante ello “se podía realizar un discurso poético que
rebasara el orden estético, social o moral establecido”.1

La escritura automática sugiere transmitir las ideas como surjan, sin reflexionarlas ni tener un tema preciso. Se
trata de escribirlas directamente al texto. Las frases procederían del subconsciente y no tendrían coherencia
lógica entre sí. Y aunque era duramente criticada la propuesta, Breton señalaba que la técnica se justificaba en
el hecho de que los sueños tienen una realidad objetiva. Y, al mismo tiempo, ejercía una gran influencia en la
realidad consciente objetiva. “Un dictado del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón y
fuer de toda preocupación estética o moral”, decía el escritor.

Entre las críticas que ha recibido es que es un error pensar que el acto creativo se puede separar de la
consciencia. Pero también se le aceptado como una forma de liberar el consciente creativo.

1 https://fahrenheitmagazine.com/arte/arte-letras/la-escritura-automatica-de-andre-breton-una-
transcripcion-de-sus-suenos
En el Manifiesto surrealista, Breton explica la técnica de la escritura
automática:

1. Situarse en un lugar que sea lo más propicio posible a la


concentración del espíritu.
2. Entrar en el estado más pasivo, o receptivo, del que somos
capaces.
3. Prescindir del genio, talento y el talento de los demás.
4. Decir repetidamente que la literatura es uno de los más tristes
caminos que llevan a todas partes.
5. Escribir rápidamente, sin tema preconcebido, escribir lo suficientemente deprisa para no poner frenos
y para no tener la tentación de leer lo escrito.
6. Que sea la primera frase que se venga a la cabeza y así sucesivamente.
7. Seguir escribiendo. Confiar en la naturaleza inagotable del murmullo.
8. Si el silencio amenaza, debido a una falta, falta que podemos llamar “falta de inatención”, aquí,
interrumpir.
9. A continuación de la palabra poner una letra cualquiera y así volver al estado de arbitrariedad.

André Breton (1896-1966) fue un escritor, poeta y ensayista francés. En 1919 funda la revista Littérature donde
empezó a experimentar bajo el influjo de las teorías freudianas, aplicando la asociación de imágenes a la
escritura poética automática. En el Manifiesto surrealista apelaba a una revolución del lenguaje vinculado
a los procesos del inconsciente, y aludiendo además a una postura política evasiva de la realidad en un
contexto de guerra: “Creo en la solución futura de estos estados, tan contradictorios en apariencia, como
son el sueño y la realidad, en una especie de realidad absoluta, de superrealidad si así puede decirse”.

En El verbo ser, escribe sobre lo bello y absurdo de la desesperación y en No ha lugar, usa el lenguaje para
crear imágenes en la imaginación del lector.

El verbo ser
André Breton

Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene alas, no se halla necesariamente en una mesa
servida en una terraza, en el atardecer, al borde del mar. Es la desesperación y no el regreso de una cantidad de hechos
sin importancia como las semillas al caer la noche dejan un surco por otro. No es el musgo sobre una roca o el vaso para
beber. Es un barco acribillado por la nieve si queréis, como los pájaros que caen y su sangre no tiene el más mínimo
espesor. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Una forma muy pequeña delimitada por joyas capilares. Es la
desesperación. Un collar de perlas para el cual uno no sabría encontrar un broche y cuya existencia ni se sostiene en un
hilo, tal la desesperación. Del resto no hablemos. No hemos terminado de desesperarnos si comenzáramos. Yo, me
desespero por la pantalla a las cuatro, me desespero por el abanico a medianoche, me desespero por el cigarrillo de los
condenados. Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene corazón, la mano queda siempre en
la desesperación sin fuerza, en la desesperación cuyos hielos no nos dicen jamás si murió. Vivo de esta desesperación
que me encanta. Amo esta mosca azul que vuela en el cielo a la hora que musitan las estrellas. A grandes rasgos conozco
la desesperación, de vastos asombros menudos, la desesperación de la altivez, la desesperación de la cólera. Me levanto
cada día como todo el mundo y descanso los brazos sobre un papel floreado, no me acuerdo de nada y siempre es con
desesperación como descubro los hermosos árboles desarraigados de la noche. El aire de la habitación es bello como
palillos de tambor. Hace un tiempo increíble. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Es como el viento de la cortina
que me asiste. ¡Se conoce semejante desesperación! ¡Fuego! Oh van a venir de nuevo… ¡Socorro! Helos aquí cayendo
por la escalera… Y los anuncios del periódico y los avisos luminosos a lo largo del canal. ¡Montón de arena, vete, especie
de montón de arena! En sus grandes rasgos la desesperación no tiene importancia. Es un hacinamiento de árboles que
una vez más van a hacer una foresta, es un hacinamiento de estrellas que una vez más van a hacer un día de menos, es
un hacinamiento de días que una vez más va a hacer mi vida.

No ha lugar
André Breton

Arte de los días arte de las noches


La balanza de las heridas que se llama Perdona
Balanza roja y sensible al peso de un vuelo de pájaro
Cuando las amazonas de cuello de nieve con las manos vacías
Empujan sus carros de vapor sobre los prados
Veo esa balanza sin cesar enloquecida
Veo el ibis de bellos modales
Que regresa del estanque atado en mi corazón
Las ruedas del sueño encantan a los espléndidos carriles
Que se elevan altísimos sobre las conchas de sus vestidos
Y el asombro salta de aquí para allá sobre el mar
Ve mi querida aurora no olvides nada de mi vida
Toma estas rosas que trepan en el pozo de los espejos
Toma los latidos de todas las pestañas
Toma hasta los hilos que sostienen loso pasos de las marionetas
y de las gotas de agua

Actividad sugerida
Elabora un resumen sobre el tema de la escritura automática y agrega tu opinión sobre esta manera de escribir.
¿Qué opinas de ella como fuente de enriquecimiento de la literatura?

Tema 8. Los registros lingüísticos en la literatura


La literatura utiliza el lenguaje como medio para de transmisión de las ideas. El lenguaje es un sistema de
signos que se relacionan para crear un mensaje a partir de las reglas gramaticales.

La lengua posee registros lingüísticos, que son las variables que tiene una lengua o idioma para transmitir un
mensaje y que dependen de la situación en que se encuentra el emisor (quien transmite el mensaje). Esto
significa que los registros lingüísticos se desarrollan según el contexto
de quien usa la lengua, dependen de la cultura, sociedad e incluso de
la época. No se usan las mismas expresiones cuando se habla con un
amigo, con un profesor o cuando escribimos un texto literario.

Los hablantes modificamos nuestra forma de hablar dependiendo de


en qué contexto nos encontremos. Por ejemplo, no es lo mismo cómo
comunicamos nuestro enojo hacia un docente en clase que hacia el
juez en un partido de fútbol. Así pues, estos cambios que realizamos
son cambios de registro lingüístico. Si somos hablantes competentes, estos cambios nos ayudan a adecuar
nuestro mensaje teniendo en cuenta el contexto (lugar y momento de comunicación), receptor (a quién nos
dirigimos), intención y contenido de nuestro mensaje. Según nuestro grado de educación, nuestro
conocimiento de la lengua, nuestras características personales, podremos lograrlo o cometer errores de
adecuación.
Los registros lingüísticos se agrupan en dos categorías: grado de formalidad y grado de planificación.
Grado de formalidad: se presenta cuando el emisor formula su mensaje de manera formal o informal. El
registro informal también se le define como coloquial y es el que utilizamos e las situaciones cotidianas, con la
familia, los amigos.

El registro formal se utiliza en contextos en los que las personas no se conocen lo suficiente o existe un vínculo
laboral, profesional o de autoridad. Se emplea, por ejemplo, en discursos políticos.

Grado de planificación: se manifiesta cuando el mensaje se improvisa o


se planea. Dentro de esta categoría, los registros lingüísticos dependen de
las relaciones que hay entre los interlocutores:
 Registro íntimo: círculos cercanos, como familia, amigos y pareja.
 Registro amistoso: personas que son cercanas sin ser íntimas,
como vecinos, conocidos, etcétera.
 Registro neutro: se usa con desconocidos.
 Registro elevado: para eventos académicos, como conferencias, exposiciones, entre otros.
 Registro ritual: para ceremonias, eventos sociales, reuniones, entre otros.

El siguiente ejemplo muestra, desde na de las obras más conocidas de la literatura, el lenguaje cercano entre
dos personas.

8 de mayo. Cuando comencé a escribir este libro temí que me estuviese explayando demasiado; pero ahora me complace
haber entrado en detalle desde un principio, pues hay algo tan extraño acerca de este lugar y de todas las cosas que
suceden, que no puedo sino sentirme inquieto. Desearía estar lejos de aquí, o jamás haber venido. Puede ser que esta
extraña existencia de noche me esté afectando, ¡pero, cómo desearía que eso fuese todo! Si hubiese alguien con quien
pudiera hablar creo que lo soportaría, pero no hay nadie. Solo tengo al conde para hablar, ¡y él...! Temo ser la única alma
viviente en el lugar. Permítaseme ser prosaico tanto como los hechos lo sean; me ayudará esto mucho a soportar la
situación; y la imaginación no debe corromperse conmigo. Si lo hace, estoy perdido. Digamos de una vez por todas en qué
situación me encuentro, o parezco encontrarme. Dormí solo unas cuantas horas al ir a la cama, y sintiendo que no podía
dormir más, me levanté. Colgué mi espejo de afeitar en la ventana y apenas estaba comenzando a afeitarme. De pronto,
sentí una mano sobre mi hombro, y escuché la voz del conde diciéndome: “Buenos días”. Me sobresaltó, pues me maravilló
que no lo hubiera visto, ya que la imagen del espejo cubría la totalidad del cuarto detrás de mí. Debido al sobresalto me
corté ligeramente, pero de momento no lo noté. Habiendo contestado al saludo del conde, me volví al espejo para ver
cómo me había equivocado. Esta vez no podía haber ningún error, pues el hombre estaba cerca de mí y yo podía verlo
por sobre mi hombro ¡pero no había ninguna imagen de él en el espejo! (Stoker, A.2015. Drácula (fragmento). España:
Editorial Verbum).

En el caso de la literatura, las figuras retóricas suelen marcar uno de los registros lingüísticos que la
caracterizan. Veamos algunas de ellas.

Enumeración. Resume de manera breve una serie de ideas u objetos que se refieren a un mismo elemento.
Por ejemplo:
Aquí, en fin, la cortesía
el buen trato, la verdad,
la fineza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la peripecia,
la humildad, la obediencia,
fama, honor y vida (Calderón de la Barca)
Antítesis. Opone ideas que, por este hecho, cobran más importancia. Por ejemplo:
Entre espinas
Suelen nacer rosas finas.
Y entre cardos, lindas flores.(De Castillejo, C.)

Aliteración. Combina repetidamente ciertos sonidos en la frase para aumentar la sugestión rítmica.
Mas cuando llega ya para bebella,
Gran espacio se halla lejos de ella. (De la Vega, G.)

Prosopopeya. Da vida a los seres inanimados o abstractos y les da cualidades humanas. Por ejemplo:
En resumen, te digo, entiéndelo mejor:
el dinero es alcalde y juez mucho loado,
este es consejero y sutil abogado;
toda cosa del mundo se hace por su amor. (Arcipreste de Hita)

Metáfora. Consiste en expresar una idea con el nombre de otra que tenga cierta relación de semejanza con
ella. Por ejemplo: “Los hilos del aguacero” (Antonio Machado).

Elipsis. Se produce al omitir palabras u oraciones (excepto interjecciones), pero se sobreentienden a partir del
contexto. Ejemplo: Volví a Siena, y hallé en ella… (Calderón de la Barca).

Comparación o símil. Evidencia la semejanza de un objeto con otro, uniéndolos con términos comparativos:
semejante a, como, de tal forma que, igual que, semejante que, entre otros. Por ejemplo: Fría como el viento.

Asíndeton. Suprime los enlaces entre palabras o términos. Afecta la vinculación entre elementos gramaticales
ya sean palabras, frases u oraciones, al omitir entre ellas, los nexos que las coordinan. Por ejemplo:
Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor,
cobarde y animoso…( Jorge Luis Borges)

Oxímoron. Ofrece una contraposición de ideas al igual que la antítesis, pero, a diferencia de esta, donde
comparten cierta relación los elementos, en esta figura se pierde coherencia. Por ejemplo: Y no dejéis que los
grifos abiertos inunden las estancias: que el pétalo amarillo de las horas encienda de frío sol los ámbitos vacíos.
(Julia Uceda).

Actividad sugerida
Elabora un resumen sobre el tema anterior. Identifica en ejemplos de poesías a las que puedas acceder, las
diferentes figuras retóricas. Toma nota.

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